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La República.

Libro Primero

Este libro primero de la República nos adentra al ámbito de la justicia con visiones

encontradas de este valor universal. De manera muy inteligente Sócrates centra la

discusión llevándola a un punto que permite ver la justicia como un elemento primordial

en las relaciones humanas escudriñando los conceptos y colocándolos en un sitio más

elaborados.

Sócrates de visita en el Pireo durante un día festivo para dirigir sus oraciones a la

diosa Bendis y al retorno a casa, Polemarco, hijo de Cefalo, lo invita a casa y en una

conversa con su viejo amigo sobre las bondades de las riquezas materiales que le

permite vivir los últimos años de vida cómodamente da pie a una de las visiones de

justicia. Céfalo comenta respecto a su riqueza que le ha permitido no hacer daño alguno,

ni mentir para obtener ventaja y pagar las deudas contraídas. A partir de este momento

Sócrates pregunta si la justicia sólo consiste en decir la verdad y dar lo que se ha

recibido o más bien si estas son acciones justas realizadas a conveniencia de lo cual

particularmente se ve una noción de justicia basada en la conveniencia que motiva la

primera parte de este capitulo.

Al respecto hay dos elementos, la amistad y la utilidad, lo cual ubica la justicia en

un ámbito cotidiano. La justicia de acuerdo a Polemarco es hacer bien al amigo y mal al

enemigo, esta conclusión viene dada en referencia a Simonides quien dice que hay que

darle a cada uno lo que se merece. Polemarco introduce una posición belicista al decir

que al enemigo lo único que se le debe dar es el mal. Paralelamente Sócrates

reconstruye dialogicamente con Polemarco lo dicho por Simonides y se presente una de


las situaciones claves de este libro, que nos plantea dos vías para actuar de manera

justa, como son lo deontológico y lo teleológico, lo primero está referido al apego estricto

a la norma, y lo segundo describe una posición donde debe hacerse el mayor bien

posible o el menor daño posible.

Al asumirnos como personas justa tenemos un compromiso con cualquiera de

estas dos visiones lo cual nos da la libertad de decidir cual es la vía apropiada de

acuerdo al momento y la situación. Sócrates manifiesta esta situación cuando se refiere

al vecino que nos deja un arma en resguardo y luego cuando la requiere para su

devolución esta alterado, he aquí donde se ve la disyuntiva si la entrego o no. Si hay

apego a la norma debe regresarla porque el arma le pertenece, pero con la conducta

presentada se presenta la disyuntiva al entregarla, pues estaría en presencia de un

posible crimen.

Inclusión del concepto de lo utilitario como un valor y valor de justicia, debido a

que ésta va a depender de la utilidad y beneficio que ofrezca.

El manejo de un oficio para que sea justo debe venir acompañado de la virtud

como un elemento ético que le permita discernir al momento de la tentación cuando se

conoce el máximo de detalles de un oficio o área de conocimiento donde sabe como

puede hacer manejos incorrectos en beneficio propio, conducta inapropiada esta, pero

que vale como ejemplo para abordar el tema, por lo tanto el justo debe guardar el debido

equilibrio entre hacer el bien y la tentación de hacer el mal en beneficio de sus propios

intereses, respecto a esto Sócrates ejemplifica con el caso de la persona que guarda

dinero y tiene por consiguiente ese oficio, puede guardar el dinero pero también puede

despilfarrarlo. Para Sócrates el hombre justo es un hombre bueno y respecto al resto

marca una diferencia y los emplaza a ver esta diferencia, cuando por contraste los coloca
con sus ideas o conceptos a pensar en que la conveniencia no es lo mas importante en

el hombre justo y en la justicia porque para él lo justo es ni siquiera pensar en obtener una

prebenda en una situación ventajosa.

Finalizado el diálogo en su primera parte Polemarco coincide con Sócrates en que

lo justo solo debe hacer el bien tanto a su amigo al enemigo y dejan en boca de

Periandro, Perdicas, Jerjes o cualquier otro rico y poderoso la visión de justicia de “que

es justo hacer bien a sus amigos y mal a sus enemigos” a partir de este momento

Trasimaco entre en escenas luego de haber estado tratando de interrumpir en varias

oportunidades, cual bestia feroz se dirige a Sócrates y Polemarco que aterrados

esperan su intervención.

Trasímaco emplaza a Sócrates directamente para que diga lo que es justicia, que

deje a un lado la mayéutica y con esto condiciona la posible respuesta del maestro.

Sócrates le pregunta que si es posible responder una pregunta que esté condicionada de

esta forma y que independientemente de que le condicionen la respuesta siempre

responderán de acuerdo a la forma en que piensa el interpelado. Trasímaco alude a

Sócrates y lo califica de tremendo y lo conmina a que le pague para poder hablar,

Sócrates le dice que cuando tenga le pagará. Glaucón se ofrece a pagar y Sócrates invita

de nuevo a Trasímaco a decir qué es la justicia ya que él como sabe tanto y condiciona

las respuestas debe ser el primero en dar su parecer sobre el tema. Finalmente

Trasimaco da su visión sobre la justicia y dice que “no es más que lo que favorece al mas

fuerte” Sócrates no satisfecho con lo dicho le manifiesta no entender lo dicho y compara

esto con un atleta que es fuerte y come carne y si es beneficioso para comerla todos

deberían comer carne. Trasímaco aclara su posición y lo ubica de acuerdo a los

regimenes políticos que gobiernan las naciones (monarquías, aristocracias y populares)


ya que cada uno de estos representa el poder al momento de estar en ejercicio de

poderes públicos y al tener el poder realizan leyes que les permitan gobernar con ventajas

y la cual seria su herramienta de gobierno. Sócrates dice al respecto que es lo mismo lo

que el había planteado y de allí su extrañeza por las limitaciones impuestas con

anterioridad por Trasímaco y se dispone luego a ver si es verdad realmente lo que el ha

dicho. Sócrates hace varias preguntas que apuntan sobre lo dicho por Trasímaco en

referencia a que la justicia es obedecer las leyes que hacen los que nos gobiernan, las

cuales ahondan en cuan justas son ellas, cuan bien están elaboradas y si éstas apuntan

de verdad a ser solamente obedecidas y si la ventaja esta del lado del que elabora las

leyes o del que las cumple y contrariamente a lo que se piensa de las leyes, pueden

revertirse y ser una ventaja para el que obedece y desventajosa para el que la elabora.

Polemarco y Clitofón intervienen para consentir al respecto y plantean de nuevo lo que es

central en esta parte como es la ventaja pero redundando en lo que dice Trasímaco sobre

la ventaja del mas fuerte, a lo cual Sócrates dice algo que molesta a Trasímaco, y éste lo

insulta cuando Sócrates le pregunta que si el quiere decir que la justicia es una ventaja

para el más fuerte en tanto que este se engañe o no. Trasímaco luego de insultarlo le

refuta y le aclara que no se refiere al equivoco que puede presentar un médico o un

artista, lo que lo caracteriza realmente es que no se engañan en tanto que ellos dicen

lo que son, y así el que manda no puede engañarse por ser éste quien gobierna y su

mando es lo mas ventajoso para él. Sócrates tomándole la palabra de Trasímaco busca

con éste, cuál es el interés o lo justo dentro de las artes, oficios o profesiones, si el interés

esta marcado en el oficio como tal o en los beneficios que genere a terceros, al respecto

dicen que el fin último de la medicina es el cuerpo o la salud de éste y el de la equitación

es el caballo, así Sócrates introduce el hecho del que gobierna tiene como fin beneficiar
a sus súbditos, cuestión que transforma lo dicho inicialmente por Trasímaco. De nuevo

Trasímaco enfila sus ideas sobre la ventaja del fuerte y el injusto, que por encima de la

virtud del justo que puede acceder a beneficios diversos por astucia para avasallar tanto

al injusto como al justo, además de acceder a las riquezas del estado, cosa que no hace

el justo, el cual temeroso de las consecuencias que puede generar sobre él, como ser

sometido a castigo por actuar de forma injusta, y también contrasta la desigualdad de la

justicia respecto al que comete el delito de cuello blanco, como los tiranos que sustraen

las riquezas del estado y son tratados con mano de seda como si fueran los legítimos

dueños del capital que roban y esclavizan a las personas que conocen sus crímenes y

que no lo pueden revelar, lo cual representa una situación de gran injusticia respecto al

delincuente común que es tratado como lo peor.

Más adelante la discusión aborda el hecho del ingreso que se percibe por ejercer

un oficio lo cual también aborda la idea de nuevo del beneficio que esto genera al que lo

ejerce a parte de la del beneficio particular del oficio sobre el objeto directo para la cual

este se creo. Finalmente Sócrates diserta sobre el justo y el injusto, lo cual lleva a

contrastar lo justo e injusto, lo justo lo define como virtud y lo injusto como vicio, nombre

que a pesar de ser aceptado por todos, por el contrario Trasímaco dice que la injusticia

es “sabiduría” y la justicia “una insensatez generosa”.

Socrates retoma las palabras de Trasimaco y argumentando explica que el justo

es una persona hábil e inteligente, pues no aspira a desplazar ni a atacar a sus iguales,

aprovechándose de la ventaja que pueda tener sobre aquellos, aunque si aventajar a su

contrario, y quien es injusto no posee sabiduría, es inhábil e ignorante, ya que ataca a

sus iguales y a sus oponentes para estar por encima de ellos y obtener ventaja. Es
evidente que Socrates demostró con su argumentación una posición justa ante su

oponente en la discusión, Trasimaco, quien convino con este planteamiento.

Sócrates lleva esta conclusión a un plano mayor, a los gobiernos y al estado,

compara lo injusto con lo justo y expresa que el estado debe actuar de manera justa con

la sociedad que lo conforman, y si ese sociedad asume la justicia e injusticia como lo

expresa Trasímaco entonces habrá cedisión entre los grupos que la conforman, pues al

no haber inteligencia y virtud entonces prelará el irrespeto y el vicio en las relaciones, lo

que generará la destrucción de las personas y por ende el de la sociedad misma.

Finalmente Sócrates define la justicia como una virtud del alma buena, la cual

permite actuar de una manera justa y esto le permitirá al hombre vivir bien y ser dichoso,

siendo esto la ventaja que posee el ser justo


UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
CURSO DE NIVELACIÓN:
MAESTRÍA EN FILOSOFÍA DE LAS CIENCIAS HUMANAS
ASIGNATURA:
EPISTEMOLOGIA DE LAS CIENCIAS HUMANAS

RELACION ENTRE CIENCIA , TECNICA Y RACIONALIDAD

PARTICIPANTE:
Bernabé Daza Bonnier
C.I. 9.118.994

Caracas, Julio de 2005

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