Descolonizar las epistemologías urbanas: Saber experto y

colectivos por el derecho a la ciudad, ¿quién puede decir

“la verdad” sobre los problemas de la ciudad?

Nizaiá Cassián-Yde

Journal of Latin American Geography, Ahead of Print, (Article)

Published by University of Texas Press

DOI: https://doi.org/10.1353/lag.0.0124

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 Descolonizar las epistemologías urbanas:
Saber experto y colectivos por el derecho
a la ciudad, ¿quién puede decir “la verdad”
sobre los problemas de la ciudad?
Nizaiá Cassián-Yde
Open University of Catalonia (UOC)
Resumen
Durante la última década en Guadalajara
(México), actores privados y públicos han
puesto en marcha diferentes proyectos de
regeneración urbana basados en las indus-
trias creativas y la revalorización del espa-
cio público. Partiendo de una investigación
etnográfica, analizaremos cómo esta reivin-
dicación del espacio público ha cobrado
centralidad en la voz de las asociaciones
empresariales, arquitectos, en conjunto con
organizaciones de la sociedad civil e inter-
venciones artísticas. Partiendo de perspecti-
vas decoloniales sobre la matriz colonial de
la relación saber-poder, destacamos el papel
problemático que expertos y colectivos de
clase media por el “derecho a la ciudad” han
desempeñado en la constitución del espacio
público como renovada geografía colonial
del desarrollo, de carácter altamente higie-
nista y eurocéntrica. Aunque concebidas en
nombre de la democratización urbana, estas
iniciativas comportan un modelo normativo
de espacio público que pasa por alto exclu-
siones relacionadas con clase, raza, género y
diversidad. El objetivo es señalar que prác-
ticas más inclusivas en Guadalajara, que
podrían enriquecer y descolonizar nuestros
JOURNAL OF LATIN AMERICAN GEOGRAPHY xx(x), 1–31
imaginarios sobre el espacio público, han
sido criminalizadas por la política pública
actual. Estas prácticas incorporan economías,
modos de producción, reproducción y comu-
nalización alternativa del espacio público, y
ponen en juego epistemologías urbanas que
desafían otras formas de “hacer público” el
espacio.
Palabras clave: epistemologías urbanas
decoloniales, geografía decolonial, ciudad
creativa, espacio público.
Abstract:
During the last decade in Guadalajara
(México), private and public actors have
sought to implement different urban regen-
eration projects, based on the creative indus-
tries and the revalorisation of public space.
Using ethnographic field work, we will
analyze how this claim for public space has
taken center stage in the voice of business
associations and architects, together with
civil society organizations and artistic inter-
ventions. Informed by decolonial critical
analysis on the colonial matrix of knowl-
edge-power relations, we highlight the role
1
 Journal of Latin American Geography
that expert knowledge and white middle
class “right to the city” collectives have
played in the constitution of public space as a
renewed colonial geography of development,
highly hygienist and eurocentric in character.
Although conceived in the name of urban
democratisation, these initiatives crystallize
a normative model of public space overpass-
ing issues related to class, race, gender, and
diversity. We aim to put forward that more
inclusive practices taking place in Guadala-
jara, that could enrich and decolonize our
imaginaries regarding public space, have
been criminalized by current public policy.
These practices embody alternative econo-
mies and modes of production, reproduction
and commoning of and in public space, and
put into play alternative urban epistemolo-
gies that contest other ways of making space
public.
Key words: decolonial urban epistemologies,
decolonial geography, creative city, public
space
Introducción
Las herramientas teóricas de la geografía
crítica y los análisis críticos sobre el urba-
nismo neoliberal han sido  altamente efec-
tivos en la visibilización del eje de clase
que atraviesa los procesos de segregación
urbana. En este artículo pretendemos cues-
tionar algunos puntos ciegos en estos marcos
conceptuales, argumentando la necesidad de
incorporar la cuestión colonial y racial como
eje fundamental en las formas actuales de
exclusión espacial de determinados modelos
de transformación urbana.
2
Desde la geografía crítica y las perspecti-
vas del urbanismo neoliberal se ha proble-
matizado el uso de las industrias culturales y
creativas como herramientas de regeneración
urbana (Deutsche & Ryan, 1984; Harvey &
Smith, 2005; Peck, 2005). Estos abordajes
suelen situar como punto de partida la crisis
fiscal de las ciudades industriales angloeu-
ropeas, que para la década de 1980 legitimó
una suerte de consenso obligando a las admi-
nistraciones locales a dejar atrás el enfoque
gestor y proveedor de servicios de décadas
previas, instando a adoptar una acción más
emprendedora (Harvey, 1989). Esta lógica
del empresarialismo urbano ha sentado las
bases del giro neoliberal en las tendencias
y políticas urbanísticas actuales. Se asume
que las ciudades deben competir unas con
otras para mejorar su posición en la división
internacional de la producción y el consumo,
y las administraciones locales deben impli-
carse en maximizar el atractivo de la ciudad
para captar inversiones, teniendo el espacio
público y urbano como principal activo.
En este contexto la cultura ha jugado un
papel clave, en las últimas décadas puede
observarse una tendencia global que
promueve las industrias culturales y creati-
vas en estrecha relación con planes de regene-
ración urbana, marcando la transición hacia
un giro cultural en un sector importante de
la economía capitalista dominante (Lash
& Urry, 1994; Yúdice, 2002; Harvey, 2007).
Un reducido número de referentes suelen
ser presentados como evidencia de éxito,
asociados a equipamientos culturales emble-
máticos como el Guggenheim en Bilbao
(Esteban, 2007; Zulaika, 1997); a procesos
de reorientación de barrios centrales como
 Descolonizar las epistemologías urbanas
enclaves culturales (McRobbie, 2002; 2007);
o vinculados a modelos normativos como el
de “capitales culturales” y “ciudades creativas”.
En relación con nuestro caso de estudio,
nos interesa particularmente resaltar el carác-
ter problemático del modelo de ciudad crea-
tiva, que ha cobrado auge particularmente a
lo largo de la última década. En los manuales
programáticos de Charles Landry y Richard
Florida (Landry & Bianchini, 1995; Landry,
2006; Florida, 2002; 2005; 2009) las propues-
tas de intervención del modelo de ciudad
creativa se justifican como solución a los
estragos de la dispersión urbana, la segrega-
ción de los suburbios y la fragmentación de
ciudades industriales construidas a partir de
la movilidad automotriz. Frente a los proble-
mas de deterioro, polarización y crisis del
espacio público, estas perspectivas abogan
por la importancia de los centros de las ciuda-
des. Y hacen hincapié en cómo los proyectos
de renovación urbana que favorecen tejidos
urbanos de alta densidad y usos mixtos, dan
prioridad a la movilidad peatonal y ciclista,
incluyen equipamientos de las industrias
creativas y el entretenimiento con entornos
ricos en interacciones culturales y la revita-
lización del espacio público; pueden aportar
una respuesta a la crisis económica y social de
las ciudades postindustriales.
Estos modelos han ganado reconoci-
miento en ciudades estadounidenses en los
últimos años (McCann, 2007; Evans; 2009;
Ponzini & Rossi, 2010) y recientemente en
ciudades latinoamericanas (Yúdice, 2008;
Arreortua, 2013; Casgrain & Janoschka, 2013;
Stang, 2015; Galvis, 2017). En el contexto lati-
noamericano, con frecuencia en sus etapas
iniciales, han sido bien recibidos, parti-
cularmente por los sectores de las clases
medias urbanas, al ser considerados como
una solución a la crisis urbana que afecta a
las ciudades latinoamericanas (caracterizada
por composiciones urbanas dispersas y frag-
mentadas, crecimiento desregulado y falta de
planeación urbana, prioridad de la movilidad
automotriz y fraccionamientos amurallados).
Con todo, diferentes autores de la geogra-
fía crítica (Harvey & Smith, 2005; Peck, 2005;
Amin & Thrift, 2007) han problematizado
cómo determinados elementos del paisaje
urbano, la singularidad cultural y la vitalidad
del espacio público, son puestos en valor
para la atracción de capitales y explotados
como recursos en el marco de la competen-
cia interurbana (Harvey, 1989). Estos refe-
rentes han llamado la atención sobre los
efectos negativos de gentrificación (Smith,
2002), especulación inmobiliaria, turistifica-
ción, exclusión y desplazamiento de las clases
populares, que han generado estas interven-
ciones.
En este artículo tomamos como punto de
partida estas teorías críticas urbanas produ-
cidas en el norte global, pero consideramos
necesario señalar no sólo los efectos de segre-
gación y gentrificación que estos proyectos
comportan, sino también problematizar la
dimensión colonial misma que subyace a
estas iniciativas. Nuestro primer argumento
es que estos modelos de regeneración urbana
no sólo producen efectos de gentrificación,
sino que de hecho los producen justo en la
medida en que encarnan y actualizan mode-
los normativos de espacio público de carác-
ter altamente higienista y racial. Y también
eurocéntrico, entendido específicamente en
su dimensión ciudadanista, asociado moral-
3
 Journal of Latin American Geography
mente a categorías abstractas de democracia,
civilidad, ciudadanía y convivencia.
Es necesario tener en cuenta las limita-
ciones de las teorías urbanas dominantes,
que han tendido a construir su análisis de la
ciudad global contemporánea, fundamental-
mente a partir de las experiencias y geogra-
fías europeas y estadounidenses dominantes.
Esta tendencia es parte de una tradición
canónica, en la cual la teoría urbana, aún en
sus vertientes críticas, se produce bajo la luz
de unas cuantas “grandes ciudades”, localiza-
das invariablemente en el norte global (Roy,
2009b). Los estudios urbanos que analizan
el papel de la cultura en la transformación
urbana, con frecuencia han tomado como
caso de estudio el abordaje crítico de ciuda-
des paradigmáticas del contexto angloeu-
ropeo, donde estas intervenciones han
conseguido un cierto grado de estabilización
o de “éxito” problemático y dramáticas conse-
cuencias. Tal es el caso de los análisis críticos
en torno a referentes emblemáticos, como el
“modelo Barcelona”, Londres o Berlín. Con
ello, unos pocos casos del norte global han
sido elevados a un estatuto paradigmático,
tanto como referentes para construir teorías
críticas, como para establecer modelos de
renovación para otras áreas urbanas.
Respecto a este sesgo, análisis como el
de Janoschka y Sequera (2016) han puesto
de relieve, que aún en sus efectos de gentri-
ficación y expulsión, este tipo de proyectos
deben ser analizados en la especificidad que
comportan las trazas urbanas latinoamerica-
nas. Para ello abordamos el proyecto Ciudad
Creativa Digital, que en el caso de Guada-
lajara ha operado invisibilizando proble-
máticas urbanas urgentes derivadas de la
4
histórica segregación colonial, constitutiva
en la planeación de la ciudad.
Por otro lado, una de las singularidades
de estas intervenciones urbanas tiene que
ver con su voluntad de diagnóstico, ejem-
plificada en el impacto de los “índices de
medida de las ciudades creativas” creados
por Richard Florida (2009), y que en buena
medida han sentado las condiciones para
que estos proyectos “viajen”, sean traduci-
dos y aplicados intensivamente en diver-
sos contextos. En este sentido, en segundo
lugar, nos interesa resaltar cómo estos mode-
los comportan formas de gubernamentali-
dad específicas, de carácter (neo)colonial,
vinculadas a la centralidad del conocimiento
experto como dispositivo de producción y
verificación de estos modelos, en un marco
normativo de progreso y modernidad
(Castro-Gómez, 2010). Este atravesamiento
colonial a doble banda es el que pretende
analizar este artículo: por un lado, la visión
eurocéntrica - ciudadanista - del espacio
público que permea a estos modelos urba-
nos y a la vez la matriz colonial en la relación
saber-poder que los sustenta (Sousa Santos,
2010).
El señalamiento sobre la relación entre
conocimiento experto y prácticas de gobierno
no es en absoluto novedoso. Ha sido común
a diversos autores que han seguido el trabajo
de Michel Foucault (Rose & Miller, 1992;
Foucault, 2008) sobre la gubernamentali-
dad; resaltar la importancia histórica que
han tenido la ciencia y la experticia en las
formas liberales de gobierno, ligadas al surgi-
miento de la estadística y un manejo cien-
tífico de la población basado en el cálculo
y el conocimiento experto (Miller & Rose,
 Descolonizar las epistemologías urbanas

2008). Con todo, algunos autores (O’Malley, El caso Guadalajara y el proyecto

Weir, & Shearing, 1997) han señalado cómo “Ciudad Creativa Digital”
estos trabajos han tendido a enfatizar las Basado en una investigación etnográfica y
formas “más programáticas del gobierno” (p. de revisión hemerográfica,1 este artículo
510), abocándose al estudio de documentos propone un análisis crítico de diversas inicia-
provenientes de expertos y administradores. tivas de regeneración urbana implementa-
Siguiendo este señalamiento, consideramos das en Guadalajara (México) durante la
fundamental resaltar no sólo las formas más última década. Guadalajara es la segunda
explícitas y visibles del gobierno (las institu- área metropolitana más grande del país alcan-
ciones, las administraciones, el Estado), sino zando los cinco millones de habitantes y se
también la relación entre las prácticas de reconoce como el principal polo económico
gobierno y las formas políticas de la protesta de la región centro-occidente. Con la crisis
y la oposición. económica nacional de la década de 1990,
En particular, nos interesa resaltar el papel la ciudad perdió actividad industrial en el
singular y problemático que han tenido en sector de la maquila electrónica y actual-
Guadalajara las acciones de colectivos ciuda- mente cuenta con una economía basada en
danos de ciclistas, artistas y arquitectos, en el sector de servicios y de comercio (repre-
su defensa de formas específicas de la partici- sentando más del 60% de la ocupación), con
pación ciudadana y el conocimiento experto el sector industrial ocupando el tercer lugar2.
como garante de objetividad en la planea- Guadalajara se caracteriza por ser una aglo-
ción urbana. En la teoría crítica urbana, a meración discontinua, de baja densidad y con
menudo las campañas de base ciudadana distintos fragmentos de valorización urbana
son analizadas como referentes emancipa- (Cabrales, 2010; Ramírez & Safa, 2011), con
torios efectivos contra las políticas urbanas una marcada segregación espacial que se
neoliberales. Sin embargo, en nuestro caso, remonta a la fundación colonial de la ciudad,
las estrategias de estos grupos son analizadas dividiendo el oriente popular de la migración
de forma crítica, resaltando sus efectos en la rural y el poniente de las clases media-altas.
legitimación de modelos urbanos segrega- En los últimos veinte años el casco central
cionistas. Esta reflexión pretende ahondar ha disminuido más de un 20% de su pobla-
en el papel de la crítica y la protesta en la ción. Este fenómeno está vinculado a la falta
producción de formas de veridicción en torno a de inversión pública en el mantenimiento
la ciudad. ¿Qué efecto tienen las tecnologías de las infraestructuras de la zona centro y
de visibilización y los espacios de la demos- al fomento del endeudamiento familiar de
tración que se producen en el marco de estas las clases populares (a través de un sistema
organizaciones ciudadanas a la hora de esta- de créditos públicos), que ha promovido la
bilizar “qué es lo importante”, y aún más, a la compra de viviendas en las periferias de la
hora de abrir y cerrar los objetivos y hechos ciudad. Fuera del cuadro central, su traza
de lo político? urbana se caracteriza por sistemas urbanos
basados en la propiedad privada que organi-

5
 Journal of Latin American Geography
zan la vida en su conjunto: fraccionamientos
amurallados, grandes centros comerciales y
un sistema deficiente de transporte público
que privilegia el uso de automóvil.
Frente a estas problemáticas, desde 2004
Guadalajara ha vivido un intenso proceso de
transformación buscando una reformulación
de su economía, en el marco de las tenden-
cias globales de especialización y competen-
cia interurbana. A partir del modelo de ferias
y exposiciones como factores de desarrollo
urbano, en 2004 se lleva a cabo el Congreso
Turismo de Negocios (Guadalajara 2020,
2004a; 2004b; 2004c) con el fin de conso-
lidar la ciudad como sede del turismo de
negocios a nivel latinoamericano. Siguiendo
referentes europeos de promoción de las
industrias culturales y del turismo como
estrategias de regeneración de cascos anti-
guos, en 2005 Guadalajara gana la nomina-
ción de Capital Americana de la Cultura3.
Buscando la revitalización de áreas defini-
das como “degradadas”, apela a la construc-
ción de grandes equipamientos culturales
tomando como referente la experiencia en
Bilbao (Zulaika, 1997; Vicario & Martínez
Monje, 2003), en 2004 compite para ser la
sede del primer Guggenheim en Latinoamé-
rica (Norten, 2005) y aunque durante varios
años se avanza en la concesión irregular de
predios en la reserva natural de la Barranca
de Huentitán, para 2009 el proyecto es cance-
lado4. Siguiendo el modelo de la Barcelona
de los Juegos Olímpicos de 1992 y de los gran-
des eventos como detonadores de grandes
transformaciones urbanas, en 2011 Guada-
lajara es sede de los Juegos Panamericanos5.
Como culminación a estos intentos de refor-
mulación de la ciudad, a principios de 2012 se
6
anuncia Ciudad Creativa Digital, un mega-
proyecto de intervención en el centro de la
ciudad, puesto en pausa durante varios años
y actualmente en marcha, apelando a una
combinación de los modelos de ciudad crea-
tiva y smart city (Sánchez, 2014), bajo el argu-
mento de revitalizar el centro de la ciudad,
desde hace varias décadas abandonado por el
Ayuntamiento (Ariza & Solís, 2009).
Durante este período y en estrecha rela-
ción con estos proyectos, surge también un
campo heterogéneo de actores de las clases
medias urbanas: la asociación empresarial
Guadalajara 2020; la asociación de arquitec-
tos y urbanistas CITA, y diferentes colec-
tivos ciclistas, artistas y de reivindicación
del espacio público. En su conjunto, estos
actores inauguran una demanda común al
Ayuntamiento por un nuevo proyecto de
ciudad, basado en la redensificación del
centro, la revitalización del espacio público
y la defensa de la movilidad ciclista. Cabe
tener en cuenta el contexto político en que se
sitúa nuestro caso: en el año 1995 el Partido
Acción Nacional, de corte católico liberal,
gana las elecciones en la zona metropoli-
tana y en el 2000 a nivel nacional. Con ello,
por primera vez en 71 años, se produce una
alternancia marcando el quiebre de la “dicta-
dura perfecta” del Partido de la Revolución
Institucional (PRI). El período de nuestro
trabajo de campo se sitúa significativamente
en el progresivo desencanto respecto a esta
transición y a las fallidas promesas democrá-
ticas, auguradas por la “alternancia de parti-
dos”. Frente a la opacidad, la corrupción y la
negligencia del Estado en materia de polí-
tica urbana, estas organizaciones empeza-
rán a reivindicar el saber experto como una
 Descolonizar las epistemologías urbanas
herramienta de profundización democrática
y participación ciudadana, en la demanda
de un nuevo proyecto de ordenamiento y
planeación de la ciudad.
Estos actores han tenido un papel central
en Guadalajara al situar el conocimiento
experto como un referente legítimo (entre-
vista a arquitecto H.A. 11, noviembre, 2011),
aparentemente “objetivo y neutral” contra el
poder que ha sido definido de forma reduc-
cionista y como argumentaremos, “estado-
céntrica” (Pearson & Crane, 2017), entendido
exclusivamente como “poder de Estado” y
corrupción política. En este contexto, propo-
nemos analizar el recorrido de disputas que
han acompañado al proyecto de Ciudad
Creativa Digital hasta conseguir su actual
implementación, situando el papel proble-
mático del conocimiento experto, y en parti-
cular las relaciones entre saber y poder, que
han servido para legitimar las concepciones
de progreso y modernidad implícitas en este
modelo.
La colonialidad del
saber urbano experto: el
papel de los índices de
medida en la circulación
de modelos globales de
regeneración urbana
La organización Guadalajara 2020, confor-
mada en 2004 por un grupo de empresa-
rios de los principales sectores industriales
del turismo, el sector servicios y cámaras
de comercio de la ciudad6, puso en marcha
la primera gran iniciativa de diagnóstico de
la ciudad, y marcó la dirección de algunas
de las iniciativas municipales de interven-
ción urbana más relevantes realizadas en esta
década. De ellos surgiría la ejecución de la
exitosa ciclovía recreativa en 2004 o el apoyo
a la postulación de Guadalajara como sede
de los Juegos Panamericanos de 2011. Los
empresarios de Guadalajara 2020 establecie-
ron los primeros contactos con consultores
internacionales en política urbana y funcio-
narios de ciudades con proyectos de transfor-
mación urbana emblemática como Barcelona,
Bogotá o Medellín.
En 2002 contratan la asesoría de Enri-
que Peñalosa, ex alcalde de Bogotá y figura
internacional en consultoría urbana, que
encabezó un emblemático proceso de rege-
neración en esta ciudad (Galvis, 2017). Con
frecuencia se ha considerado a Bogotá como
el equivalente latinoamericano del “modelo
Barcelona” (Montero, 2017), este primer
contacto inaugura la relación con referentes
colombianos en materia de urbanismo y polí-
ticas públicas, que serán cruciales en la deli-
mitación de diversas iniciativas en los años
siguientes. Bogotá y Medellín se han conver-
tido en escenarios reconocidos internacio-
nalmente por innovaciones gubernamentales
introducidas entre 1994 y 2007 a través de
programas como Cultura Ciudadana y Urba-
nismo Social. Estos programas fueron marca-
dos por un rechazo explícito a la “política
tradicional”, presentando un modelo alterno
de gobernanza que da centralidad a la confor-
mación de equipos de expertos y académicos
que buscan la innovación, el conocimiento
y un ejercicio político basado en la opinión
pública, las representaciones mediáticas y la
participación ciudadana (Pérez Fernández,
2010).
En Guadalajara, estos empresarios, hasta
7
 Journal of Latin American Geography

ahora indiferentes a los modelos normati- investigación aplicada e incubación para el

vos de planeación urbana, empiezan a inte- diseño de desarrollos urbanos bajo el modelo
resarse por un proyecto de transformación de smart cities (Guadalajara 2020, 2005; 2006).
de la ciudad que ponga en valor su singula- La Fundación Metrópolis, en conjunto con
ridad y la sitúe dentro de una red internacio- el grupo de empresarios, implementan los
nal de competencia interurbana. Frente al primeros foros de diagnóstico para detec-
perfil clásico, conservador o indiferente, que tar las potencialidades de desarrollo en la
había caracterizado a generaciones previas de ciudad y ponen en marcha un proceso de
actores económicos en la ciudad, este sector evaluación urbana, tomando como referen-
empresarial demanda un nuevo modelo cia los patrones de éxito basados en índices
de gobernanza urbana en que la participa- de vitalidad del espacio público, patrimonio
ción ciudadana y privada, y el conocimiento cultural y atracción de talento de otras ciuda-
experto se sitúan como garantía de objetivi- des globales.
dad, frente a la histórica negligencia del ayun- La relación de Guadalajara 2020 con algu-
tamiento en materia de planeación urbana. nas figuras políticas, propició la introduc-
Esta convocatoria se caracterizará por tener ción de nociones como “espacio público”,
lugar en el campo de la esfera pública, en “participación ciudadana” y “gobernanza”
la generación de foros con expertos inter- en la agenda de las administraciones a nivel
nacionales, distinguiéndose de las clásicas municipal en las legislaturas de 2004 y 2007,
prácticas de negociación entre empresarios y a nivel estatal en la primera mitad del
y funcionarios, “a espaldas de la ciudadanía”, período 2007–2012 (entrevista a arquitecta
que habían sido comunes hasta ahora. Este A.M., 16 de abril de 2012). Este grupo de
carácter relativamente “público”, es el que empresarios se abocó a la labor explícita de
legitimará a estos actores para denominarse y divulgar y sensibilizar a los aspirantes a las
ser reconocidos por otros actores de la socie- presidencias municipales de la zona metro-
dad civil, no como miembros de las élites politana sobre la necesidad de un proyecto
empresariales, sino de forma problemática de ciudad atractiva, humana, verde y compe-
y ambigua en tanto “ciudadanos interesados titiva económicamente de cara al año 2020.
por la ciudad”. Es a partir de la aplicación de estos índi-
Guadalajara 2020 se posiciona en el lide- ces de diagnóstico y el referente de otros
razgo y mediación con el Ayuntamiento, modelos de “éxito urbano global” como
promoviendo diversos encuentros que explicaremos a continuación, que Guada-
tienen como punto de partida el primer Foro lajara 2020 en conjunto con la asesoría de la
de Turismo de Negocios realizado en 2004. Fundación Metrópolis, crean e impulsan el
A partir de este foro, la organización pone en actual proyecto de Ciudad Creativa Digital
marcha la primera gran iniciativa de diagnós- anunciado en 2012.
tico de la ciudad. Para ello, en 2006 contratan Es fundamental resaltar la dimensión
la consultoría de la Fundación Metrópolis, colonial, implícita en la difusión transnacio-
una consultora española especializada en nal de estos modelos urbanos. Por un lado,

8
 Descolonizar las epistemologías urbanas
respecto a las relaciones de poder puestas
en juego en el rol del saber técnico y experto,
vinculadas al gobierno urbano. Y de forma
más específica, el papel de las prácticas de
diagnóstico y los índices de medida, para
dar cuenta de cómo estos modelos urbanos
viajan, son diseminados y se aplican en los
territorios del sur global (McFarlane, 2011).
Uno de los elementos que define la especi-
ficidad del modelo de ciudad creativa tiene
que ver con la centralidad otorgada al diag-
nóstico y la cuantificación en las prácticas
de intervención urbana. Este papel central
se ejemplifica en el impacto global que
han tenido los índices de medida creados
por Richard Florida (2009) y las diversas
consultoras precursoras de este modelo (los
mencionados talent index, diversity index,
technology index y public space vitality index).
Estos índices de medida introducen un giro
que es fundamental a la hora de trazar una
nueva forma de gobierno, mercantilización
y explotación de la singularidad urbana.
También plantean una lógica de gobierno
profundamente expansiva, que ha intro-
ducido nuevos ámbitos de la vida urbana
en una relación de cálculo económico: los
paisajes urbanos, el patrimonio histórico
y elementos como el clima, la diversidad
cultural y la vitalidad del espacio público. A
la vez, estos índices de medida de la ciudad
han sentado las condiciones para que este
modelo “viaje”, sea traducido y aplicado
intensivamente en diversos contextos globa-
les.
Estas prácticas de cuantificación y medida
crean nuevas realidades — objetos calcula-
bles, la ciudad como objeto de cálculo econó-
mico. Al convertirse la ciudad en objeto de
cálculo, ésta se vuelve también objeto de
administración y gobierno (Miller, 1992).
Estos índices de medida son más que meras
formas de visualización o “representación”
de la realidad urbana, también permiten
traducir la ciudad en una forma en que ésta
puede ser susceptible de modulación, estan-
darización y explotación. Esta estandariza-
ción en las formas de medida es importante
porque permite hacer ágiles las comparacio-
nes entre objetos distantes y dispares entre
sí. En ese sentido, tienen efectos no sólo a la
hora de establecer esta posibilidad de compa-
ración interurbana, sino también a la hora
de “estandarizar” las ciudades como objetos
de medida. Estas prácticas de diagnóstico
en torno a las ciudades traducen — y redu-
cen — los problemas y fenómenos urbanos
en formas en que éstos pueden convertirse
en objetos de cálculo económico, juicio ético
y acción política o reivindicación.
Aquí me interesa retomar el análisis que
Carlos Vainer (2014) ha desarrollado sobre
la colonialidad del conocimiento urbano y la
diseminación de estos modelos de ciudad, al
ser considerados como “prácticas ejemplares”
(“best urban practice”), que circulan funda-
mentalmente desde y entre el norte global,
como referente y modelo universal para su
traslación al sur global. De acuerdo con Vainer,
estos modelos de ninguna manera pueden ser
concebidos como neutrales. Son formulados
y concebidos en contextos económicos, polí-
ticos y culturales que se distinguen sustancial-
mente de las ciudades en los que se difunden.
Son empaquetados como “cajas de herra-
mientas” y modelos de acción que proponen
soluciones supuestamente de “uso múltiple”,
aunque aplicadas en situaciones y contextos
9
 Journal of Latin American Geography

completamente diferentes de aquellos para El diagnóstico como técnica de

los que fueron concebidos. invisibilización: La privatización del
Es importante tener en cuenta la dimen- espacio público y la composición urbana
colonial de Guadalajara
sión colonial que legitima y determina como
emisoras cualificadas a determinadas insti- Cabe resaltar el papel problemático que
tuciones del saber (Castro-Gómez, 2007). han jugado estas prácticas de diagnóstico y
Diversos autores han empezado a anali- medida estratificando quién puede enunciar
zar cómo estas políticas viajan y han sido “la verdad sobre los problemas de la ciudad” y
traducidas en el contexto del Sur Global cómo se deben producir “las soluciones váli-
( Janoschka & Sequera, 2014; Jajamovich, das”. Determinar las causas de la degradación
2016). Las universidades y particularmente del espacio público en Guadalajara, implica
las conferencias internacionales (Cook & tener en cuenta el abandono higienista del
Ward, 2012) se han convertido en lugares centro y la histórica división entre el oriente
de referencia para difundir estas prácticas, de las clases populares, y el poniente de las
siendo consideradas como manuales de refe- clases medias y altas. Desde principios del
rencia para los especialistas y planificadores s. XX, Guadalajara ha crecido a la contra del
urbanos del sur. Constituidas y legitima- Centro Histórico y del oriente de la ciudad.
das en paradigmas teóricos, metodológicos La Calzada Independencia, arteria que
y operacionales, estas “prácticas ejempla- divide el área metropolitana, ha funcionado
res” han construido y sostenido nociones como la frontera que segmenta en dos zonas
universales de modelos de ciudad y modelos claramente delimitadas, profundizando y
normativos de uso del espacio público, así prolongando en su constitución moderna
como prácticas de planificación y proyectos la antigua división colonial con la que se
integrados y difundidos a través del neoco- funda la ciudad: oriente pobre — indígena en
lonialismo y la globalización. sus orígenes, obrero y de migración campe-
Siguiendo el señalamiento de Vainer sina en su historia más reciente - y poniente
(2014), es necesario liberarse de los modelos criollo, o en su composición moderna, de
de planificación competitiva y del marketing clases medias y altas. A la par de la segmen-
urbano que remiten al sueño fundacional tación en dos grandes áreas y del abandono
colonial de progreso y modernidad que del centro, la ciudad — principalmente en el
sueña con convertir a las metrópolis de la poniente rico — se ha conformado a partir de
periferia capitalista en “ciudades globales” un modelo insultar compuesto por sistemas
o “ciudades de clase mundial”. La actual urbanos basados en la propiedad privada que
propuesta de Ciudad Creativa Digital ha organizan la vida en su conjunto: fracciona-
contribuido a invisibilizar problemáticas mientos amurallados (Cabrales & Canosa,
urbanas urgentes en Guadalajara, que de 2001), grandes centros comerciales y una
hecho se derivan de la histórica segregación, prioridad otorgada al transporte privado,
que es constitutiva de la planeación colonial privilegiando el uso del automóvil (ver el
de la ciudad. documental de referencia El hombre camión,

10
 Descolonizar las epistemologías urbanas
sobre segregación espacial a partir de la defi-
ciencia en transporte público realizado por
Caracol Urbano, 2013).
La proliferación de estas urbanizaciones
y centros comerciales se ha acompañado de
un ordenamiento que da prioridad a la movi-
lidad automotriz. En ausencia de provisión
pública de un sistema colectivo de trans-
porte eficiente y con acceso garantizado, el
automóvil ha sido una solución privada y de
acceso desigual. En la actualidad, el poniente
de la ciudad ha dejado de ser un territorio
exclusivo de las clases medias y altas, debido
al aumento de asentamientos de territorios
marginales en las periferias. En estas zonas
se ha establecido la migración rural y terce-
ras generaciones provenientes de las colonias
populares del poniente, para quienes ya no
ha sido accesible la vivienda en el interior de
Figura 1.
Segregación
económica entre el
oriente y poniente
de la ciudad
(Pfannenstein,
Martínez, Anacleto,
& Sevilla, 2019)
la ciudad. Con todo, en el oriente persiste la
carencia en infraestructura y atención urbana,
y la Calzada se mantiene como eje diviso-
rio (Figura 1). Hay una matriz colonial — en
tanto que distribuye y actualiza territorial-
mente una concepción colonial de la pureza,
el orden y el progreso (Sousa Santos, 2010;
Vainer, 2014) — que no deja de actualizarse
constantemente en esta división, sancionado
las características físicas y el color de la piel, y
con ella se hace presente constantemente un
afán de fundar y refundar la ciudad criolla.
Esta dimensión colonial en la composi-
ción fundacional de la ciudad ha sido obviada
en el proyecto de Ciudad Creativa Digital y
el modelo de espacio público que defiende.
Dada esta omisión, los proyectos de planea-
ción urbana y de movilidad demuestran
serias limitaciones a la hora de generar una
11
 Journal of Latin American Geography
verdadera transformación de la democracia
espacial y urbana de Guadalajara. En este
contexto cabe tener en cuenta en qué medida
no sólo el sector empresarial, sino también la
discusión abierta por diversas organizaciones
ciudadanas, en su defensa de la regeneración
del centro, ha obviado esta perpetuación de
la segregación colonial constitutiva que atra-
viesa a la ciudad.
Demostraciones cívicas
e intervenciones
artísticas: La
cristalización de un
modelo normativo de
espacio público
En años recientes la reivindicación del espa-
cio público y del derecho a la ciudad han
ocupado un lugar central desde colectivos y
organizaciones ciudadanas en las que circu-
lan y convergen saberes expertos y legos
provenientes de la arquitectura, el urbanismo
y el diseño, colectivos ciclistas y ecologistas,
en el cruce con prácticas activistas, artísticas
e iniciativas vecinales (Mayer, 2009; Bialski,
Derwanz, Otto, & Vollmer, 2015). En el conti-
nente americano, por ejemplo, ha tenido
particular relevancia la expansión del movi-
miento ciclista (Montero, 2017). Por otra
parte, en el norte global iniciativas sociales
como la generación de huertos urbanos, la
ocupación de solares abandonados o expe-
riencias de intercambio, reciclaje y diseño
colaborativo ligadas al espacio público, han
proliferado motivadas por la creación de
espacios públicos a través de estas interven-
ciones urbanas. Estas iniciativas han venido
ligadas a una voluntad común de que tales
12
prácticas pueden contribuir a nuevas formas
de organización de la ciudad más abiertas y
democráticas (Bialski et al., 2015).
El segundo punto de reflexión crítica en
nuestro análisis se plantea en relación a las
paradojas que comportan estas “políticas de
la inclusión” y nuevas formas de “guberna-
mentalidad cívica” (Roy, 2009a, p. 159) ligada
a la representatividad y la participación. Las
iniciativas planteadas tanto por empresarios
como por colectivos de arquitectos y ciclistas
en Guadalajara, han argumentado la defensa
de un modelo democrático de remodela-
ción del espacio público ligado a derechos
de participación ciudadana, cultura y dere-
cho al esparcimiento. Nuestro argumento es
que pese a ser concebidos en la voluntad de
la democratización urbana, estos proyectos
de facto cristalizan un modelo normativo de
espacio público, construido para el cuerpo
“neutral” del ciudadano (blanco, mascu-
lino, autónomo y capacitista), donde esta
aparente “neutralidad material” ha invisibili-
zado formas de exclusión vinculadas a la clase,
la cuestión racial, el género y la diversidad
(Hayden, 1982; Vainer, 2014).
Geografías de civilidad: El espacio
público como lugar no confrontativo
de participación, ocio y esparcimiento
El año 2007 marca el surgimiento de los
primeros colectivos ciclistas y de reivindi-
cación del espacio público, con una serie de
manifestaciones contra la implementación
de un corredor de alta velocidad en una de
las principales arterias de la ciudad. Estos
colectivos se componen principalmente por
jóvenes universitarios, los más visibles de las
clases medias y altas y provenientes particu-
 Descolonizar las epistemologías urbanas

Figura 2. “Los ven como vándalos”. Arrestan a 40 ciclistas que participaban en instalación urbana
(2007).
larmente de una universidad privada jesuita movilidad ciclista. A la par, estas organi-
con alta legitimidad social e incidencia zaciones constituyen diversas plataformas
pública por su discurso progresista y liberal. que presionan por una mayor participación
En sus primeras acciones, son considerados ciudadana en la toma de decisiones respecto
como “vándalos” y “opositodos” como serían a la ciudad. Así surge el Consejo Ciudadano
tildados despectivamente por el Ayunta- de movilidad no motorizada del Ayunta-
miento (Figura 2). Derivado de este señala- miento y posteriormente el Consejo para la
miento, para posteriores actividades estos Movilidad Sustentable, la Plataforma Metro-
colectivos apuestan por estrategias de inter- politana para la Sustentabilidad y la Asam-
vención de carácter “festivo, pacífico y lúdico” blea Metropolitana por la Gobernanza. Con
(entrevista a activista, Agosto 22, 2012), para estas estrategias los colectivos consiguen
generar un acercamiento no confrontativo ganar legitimidad y reconocimiento público
con el Ayuntamiento y los sectores más reac- como “jóvenes que poseen capitales cultura-
tivos de la ciudad, y modificar la concepción les, sociales y económicos”, comprometidos
clasista que hasta ahora había vinculado el con la mejora de la ciudad (Morfín, 2011).
uso de la bicicleta a las clases populares. De la marginalidad y la controversia, para
En conjunto con la asociación de arquitec- 2013 estas organizaciones se convertirán en
tos Centro de Infotectura y Tecnología Apli- actores de referencia para los ayuntamien-
cada A.C. (CITA), realizan importantes foros, tos y conseguirán situar tanto en la esfera
como el Foro de Arquitectura Com:Plot pública y mediática como institucional, una
(de 2005 a 2011) y ganan la candidatura para discusión sobre la necesidad de un proyecto
realizar en Guadalajara el congreso inter- de movilidad ciclista para la ciudad. Después
nacional Towards Carfree Cities en 2001, de 18 años de gobiernos panistas, la vuelta
promoviendo una circulación intensiva de del PRI (partido conocido por su política
urbanistas y expertos internacionales en corrupta y represiva) a diferentes ayunta-

13
 Journal of Latin American Geography

“La filosofía de este programa es cambiar conciencias, cambiar el estado anímico, reconstruir los lazos
de vinculación, de solidaridad, de reciprocidad, el objetivo del programa no es hacer un gasto público
excesivo en cosas materiales, este programa va al corazón de los barrios”
(Alcalde de Zapopan, ZM de Guadalajara)
Figura 3. Barrios Amables “Intervenir para cambiar conciencias” (2013).

14
 Descolonizar las epistemologías urbanas
mientos de la zona metropolitana vendrá
acompañada de una estrategia de renova-
ción conformando un equipo de académicos,
ciudadanos y expertos con la voluntad, como
señalará el presidente municipal, de “co-go-
bernar”. Algunos miembros de estas organi-
zaciones ciudadanas serán contratados por el
ayuntamiento como funcionarios públicos y
otros bajo la figura — particularmente signifi-
cativa — de nuevas consultoras conformadas
por estos colectivos y orientadas a la dinami-
zación del espacio público y la participación
ciudadana.
El Ayuntamiento de Zapopan — munici-
pios de la Zona Metropolitana — pone en
marcha el programa Barrios Amables, imple-
mentado por Cuadra Urbanismo, uno de
los colectivos de urbanistas que surgirán a
lo largo de este período. Con la intención
de demostrar una renovación de la antigua
política de corrupción del PRI, la adminis-
tración inaugura la Dirección de Innova-
ción Gubernamental. Y bajo este paraguas,
Barrios Amables inicia el programa con la
intervención en diez colonias emblemáticas
entre las más pobres y con mayores índices
de violencia del municipio, con el fin de
“reactivar la convivencia social y la vida en
comunidad”.
Pese a que las necesidades explícitas de
estas zonas empobrecidas son de inversión
en infraestructura y equipamientos de proxi-
midad, el interés explícito enunciado por el
alcalde no es “hacer un gasto público exce-
sivo en cosas materiales”, sino que sean los
vecinos mismos quienes asuman la reha-
bilitación de estos espacios a través de un
“cambio en la conciencia ciudadana” y “en el
estado anímico” (Figura 3). Este programa
será representativo de la incorporación de
una nueva lógica de gobierno blando, ejecu-
tada por la “profesionalización de la partici-
pación” de estos colectivos, que traducirá los
problemas urbanos de desigualdad en inter-
venciones simbólicas, permitiendo al ayun-
tamiento desligarse de sus responsabilidades
de inversión y justicia social en estos barrios.
Estos colectivos han puesto en marcha
diversas intervenciones lúdicas, trayendo a
Guadalajara prácticas de otras movilizacio-
nes ciclistas en Estados Unidos y Europa.
Para ello ocupan cajones de estacionamiento
como espacios de convivencia, inspirados en
las acciones de “Park(ing) Day”, se llevan a
cabo paseos ciclistas masivos sumándose a
la red mundial “Critical Mass” y siguiendo la
iniciativa “Ghost Bikes”, se marca la ciudad
en cada punto donde ha habido un accidente
vial causando la muerte de un ciclista. Otros
colectivos realizan anualmente caminatas
que atraviesan de punta a punta la ciudad
y en barrios tradicionales, recuperando la
figura de Jane Jacobs realizadas internacional-
mente bajo el nombre de “Jane’s Walk”.
A continuación, quisiera señalar una serie
de efectos negativos que han tenido estas
intervenciones artísticas a la hora de cons-
truir un diagnóstico reduccionista de las
problemáticas urbanas más urgentes de la
ciudad. Y que a la vez es, en su delimitación
de una concepción normativa, segregacio-
nista y neocolonial del espacio público. Para
ello cabe analizar algunas de estas interven-
ciones lúdicas y artísticas, y la legitimidad
que cobraron frente al Ayuntamiento como
nuevo modelo de espacio público.
Las intervenciones “En 8 metros cuadra-
dos cabe más que un auto estacionado”
15
 Journal of Latin American Geography
(Figura 4) llevadas a cabo en Guadalajara,
fueron inspiradas por la iniciativa global
Park(ing) Day,
“El proyecto PARK(ing) Day es una
celebración anual y global en que artistas,
diseñadores y ciudadanos colaboran para
transformar temporalmente estaciona-
mientos con parquímetro en espacios de
PARK(ing) o áreas verdes públicas tempo-
rales […] Es un proyecto abierto a la parti-
cipación de todos con la intención de
promover creatividad, compromiso cívico,
pensamiento crítico, relaciones sociales no
planificadas, generosidad y el juego.”
Aunque estas iniciativas fueron plantea-
das como estrategias democratizadoras de
ocupación del espacio urbano en sus efec-
tos, han contribuido a la reproducción de
formas altamente normativas y coloniales
de espacio público, que dejan fuera otras
formas de “hacer público” características
de las ciudades latinoamericanas. Para dar
cuenta de estos efectos a lo largo del tiempo,
16
Figura 4.
Intervenciones
artísticas “En 8
metros cuadrados
cabe más que un
auto estacionado”,
Guadalajara
(PARKing Day
es un evento a
nivel mundial en
que plazas de
estacionamiento
son transformadas
temporalmente en
parques públicos).
es pertinente analizar el programa “Banque-
tas libres” (Figura 5). Este programa fue
puesto en marcha por el Ayuntamiento de
Guadalajara a finales de 2015, consistía en
una campaña en medios y la aplicación de
sanciones a través de multas. Tenía como
objetivo “liberar los espacios peatonales de
cualquier obstrucción que pudiera presen-
tarse en ellos, a partir de elementos tales
como autos, el comercio informal o infraes-
tructura mal colocada como postes” (Trafico
ZMG, 2015).
Paradójicamente, este programa de sancio-
nes dirigido al uso del espacio público, de
hecho, fue inspirado por diversas interven-
ciones artísticas que los colectivos ciudada-
nos habían puesto en marcha desde 2011. A
partir de la “Multa ciudadana” (Figura 6),
estos colectivos habían realizado camina-
tas por la ciudad, con el objetivo de colocar
avisos para advertir las malas prácticas de
automovilistas ocupando lugares no apropia-
dos (sobre aceras, ciclovías o pasos de cebra)
 Descolonizar las epistemologías urbanas
Figura 5. Programa “Banquetas libres” del
Ayuntamiento de Guadalajara (2015).
y obstruyendo el paso de peatones.
Aunque en sus inicios, estas multas ciuda-
danas tenían como objetivo visibilizar los
obstáculos de la circulación peatonal, denun-
ciando principalmente la obstrucción por
parte de automóviles sobre las aceras, en
años posteriores esta demanda se vio simpli-
ficada bajo el lema “Banquetas libres”. El
nuevo Director de Movilidad del Ayunta-
miento había sido un reconocido miem-
bro de estos colectivos ciudadanos. Y ahora,
dentro del Ayuntamiento, pretendía promo-
ver este programa como una reivindicación
en defensa de los peatones, eliminando los
obstáculos en el espacio público, para quie-
nes caminan la ciudad.
El programa de multas del Ayuntamiento
se pone en marcha en 2015, y de forma
simultánea se hace oficial la confirmación
del proyecto Ciudad Creativa Digital, que
había estado en pausa desde 2012. En paralelo,
se aprueba también un nuevo reglamento
de “Imagen Urbana” del Ayuntamiento de
Guadalajara (Figura 7) y con ello se prohíbe
Figura 6. Iniciativa de colectivos de
reivindicación del espacio público en Guadalajara:
“Multa ciudadana”.
el comercio ambulante, que empezará a ser
perseguido y multado principalmente en
el cuadro central de la ciudad, en las zonas
aledañas a la construcción del proyecto de
Ciudad Creativa Digital.
Estos ejemplos ponen en evidencia en
qué sentido, tanto las intervenciones ciuda-
danas y artísticas, como el programa del
Ayuntamiento a partir de la regeneración del
centro y del proyecto Ciudad Creativa Digi-
tal (Figura 8), han operado estabilizando un
modelo hegemónico, excluyente y altamente
colonial de espacio público. Esta concep-
ción es significativamente reduccionista y
despolitizadora en su diagnóstico de los
17
 Journal of Latin American Geography

Figura 7. Aplicación
del nuevo
reglamento de
“Imagen Urbana” del
Ayuntamiento de
Guadalajara (2015).

18
 Descolonizar las epistemologías urbanas
problemas urbanos, en tanto naturaliza que
el espacio público es simplemente aquello
que queda cuando se elimina el tráfico auto-
motriz, sin cuestionar otras formas de priva-
tización del suelo urbano que de hecho se
relacionan directamente con el deterioro del
espacio público. Tal es el caso del fomento
tanto público como privado de las zonas
residenciales amuralladas, como el fomento
también a la proliferación de grandes super-
Figura 8. Renders
de “Ciudad Creativa
Digital”: Diseño
de espacios
públicos, centro de
Guadalajara.8
ficies comerciales.
Estas intervenciones lúdicas, así como
su posterior aplicación a partir del modelo
de Ciudad Creativa Digital, materializan
una delimitación de espacio público que lo
define principalmente en tanto un espacio
de ocio y recreación, apelado a valores inhe-
rentes de democracia y ciudadanía. Esta fija-
ción en tanto lugar inherente de creatividad,
juego y esparcimiento establece una defi-
19
 Journal of Latin American Geography
nición altamente normativa de la “creativi-
dad”, entendida como una práctica exclusiva
del esparcimiento. A la vez, estas interven-
ciones materializan y reproducen lo que
desde la geografía y el urbanismo feminista
(Hayden, 1982) se señalado como la clásica
división espacial de la ciudad heteronorma-
tiva burguesa, que segmenta y estratifica el
territorio urbano a partir de espacios especí-
ficos para la producción económica (los espa-
cios del empleo regulado), la reproducción
social (el espacio doméstico) y el ocio. Y con
ello determina el espacio público como un
lugar fundamentalmente de esparcimiento,
productivo únicamente para las industrias
del turismo, el ocio y la restauración. Por
último, cabe tener en cuenta los cuerpos
normativos que se ponen en juego en este
modelo de espacio público, con represen-
taciones hegemónicas de un cuerpo joven,
blanco (criollo), que remite a estéticas de las
clases medias urbanas.
Esto tiene efectos decisivos a la hora de
invisibilizar la diversidad de usos y econo-
mías que componen y sostienen el tejido
social de la ciudad, y que se encarnan justa-
mente en la materialidad de estos espacios
comunes. En Guadalajara, el imaginario
ciudadanista promovido por estos colecti-
vos, ha tenido como consecuencia el blan-
queamiento racial de estos espacios, así como
la criminalización, represión o invisibiliza-
ción de otras formas de “hacer público” del
espacio, con frecuencia características de las
geografías urbanas latinoamericanas.
Es urgente reconocer que más allá de esta
concepción normativa, diferentes geogra-
fías y modos de espacio público se incorpo-
ran constantemente a la ciudad a través de
20
prácticas de informalidad, particularmente
en la apropiación de espacios efímeros por
parte de las llamadas “economías informales”
o “economías barrocas” (Gago, 2015). Estas
prácticas de auto-organización y disputa
vinculadas a las materialidades de la informa-
lidad encarnan economías y modos alterna-
tivos de producción, reproducción (Federici,
2004) y comunalización (Gutiérrez-Aguilar,
2017) de y en el espacio público. Y ponen en
juego epistemologías urbanas alternativas
que disputan otras formas de un devenir
público-común de estos espacios.
Conclusiones:¿Quién
puede decir la verdad
sobre los problemas de la
ciudad?
La dimensión técnico-material de un
gobierno más allá del Estado: Gobernar
a través del saber experto y las
políticas de la participación ciudadana
Desde el campo de los estudios críticos de la
gobernanza urbana, y en particular a partir
de la introducción de algunos referentes
de los estudios anglofoucaultianos, se han
realizado diversos análisis sobre el papel
problemático del conocimiento técnico y
experto en las nuevas formas de gobierno
en la ciudad (MacKinnon, 2000; Raco &
Imrie, 2000; Raco, 2003; Swyngedouw, 2005).
Estos marcos analíticos han sido incluidos
en el campo de la geografía particularmente
a través del trabajo de autores como Stuart
Elden (2007a; 2007b) y la compilación reali-
zada por Crampton y Elden (2007). Estos
estudios han señalado el rol central de las
 Descolonizar las epistemologías urbanas
relaciones entre saber experto y un “gobierno
más allá del Estado” de la gubernamentalidad
neoliberal.
Desde estas perspectivas, en la primera
parte del artículo hemos analizado diversos
dispositivos sociomateriales como conferen-
cias, congresos y en particular el papel de los
índices de medida y las técnicas de diagnós-
tico urbano, como modos de gobierno que
materializan la circulación e implantación
de estos modelos de transformación urbana
desde el norte hacia el sur global. Bajo el
argumento de la modernidad, el progreso
y la legitimidad del saber técnico-experto,
estos mecanismos han actualizado renova-
das formas neocoloniales de construcción de
espacio público en Guadalajara.
En segundo lugar, hemos problematizado
el papel de la participación ciudadana. En
Guadalajara, la reivindicación del espacio
público ha ocupado un lugar central en la
voz de colectivos emergentes de la sociedad
civil que reúnen formas de conocimiento
experto y lego, provenientes de la arquitec-
tura, el urbanismo y el diseño; a la par de
intervenciones artísticas y lúdicas de acti-
vistas y ciclistas. Algunos de estos colecti-
vos han mostrado un interés creciente en la
implementación de procesos participativos
a nivel de intervención urbana. Y algunos de
ellos, especialmente aquellos con habilidades
técnicas específicas, han asumido un papel
central como mediadores validados entre la
ciudadanía y la administración. Nuestro argu-
mento es que las “demostraciones” (Barry,
2001, p. 177) e intervenciones artísticas a
manera de denuncia que se generan en estos
espacios ciudadanos — de crítica y reivindi-
cación de lo urbano — no pueden ser consi-
deradas como un territorio alternativo a las
relaciones de fuerza en las que se actualiza el
gobierno de estos espacios en la ciudad. Sino
que forman parte también de la constitución
misma del espacio público y de la ciudad en
tanto objeto de conocimiento y disputa.
Partiendo de la sensibilidad decolonial
sobre las relaciones de poder involucradas
en la hegemonía del conocimiento experto
(Escobar, 2003; Mignolo, 2000), hemos resal-
tado el papel que han tenido las prácticas
de producción de conocimiento y reivin-
dicación ciudadana en la sedimentación de
objetos relevantes y espacios legítimos de
lo político en Guadalajara. En particular al
construir el problema de la ciudad — y sus
soluciones válidas — en términos de movili-
dad sustentable, invisibilizando la naturaleza
de problemáticas fuertemente arraigadas en
la histórica segregación económica y colonial
de la ciudad.
Descolonizar las epistemologías
urbanas
A partir de estas reflexiones, el interés es
poner de relieve la necesidad de descolonizar
nuestras epistemologías urbanas, conside-
rando diferentes aspectos en que este proceso
de descolonización del pensamiento urbano
es necesario. Aunque el espacio público ha
cobrado un lugar central en los discursos de
nuevas políticas de democratización urbana,
cabe desnaturalizar la noción de espacio
público como una realidad trascendente y
universal, previamente existente a cualquier
contexto geográfico y vinculada de forma
inherente a determinados valores morales. La
concepción espacial y moral que acompaña
a estas intervenciones toma como modelo
21
 Journal of Latin American Geography
hegemónico y normativo cierto referente
europeo de espacio público, en tanto univer-
sal. Cabe resaltar que no apelamos a una
forma esencialista de “espacio público euro-
peo”, como generalización de las ciudades
de este contexto geográfico. Nos referimos
específicamente al imaginario ciudadanista
de espacio público (Delgado, 2011; 2016), en
tanto materialización espacial de categorías
abstractas como democracia, ciudadanía,
convivencia, civismo, consenso y otros valo-
res políticos hoy centrales en el gobierno de
la ciudad.
Esta caracterización no opera únicamente
en el campo simbólico, sino que se actualiza
en normativas específicas que regulan — y
criminalizan — determinadas prácticas en
el espacio público (es paradigmática en
este sentido la “Ordenanza del civismo”7,
intrínseca al modelo Barcelona y que sería
replicada ampliamente en procesos de trans-
formación urbana del contexto español y
latinoamericano). Estas normativas fijan
legalmente un modelo de espacio público
vinculado a nociones de ocio y esparcimiento,
criminalizando labores alternativas de repro-
ducción social y economías informales que
tienen por territorio la calle, de comunida-
des a quienes es negado el estatuto de ciuda-
danía (migrantes, mujeres y particularmente
trabajadoras sexuales, minorías racializadas).
Es por ello fundamental resaltar también
cómo este imaginario universalista, de hecho,
sostiene simultáneamente sus propias invisi-
bilizaciones y parámetros coloniales dentro
de las ciudades europeas.
En este sentido y para resaltar aquello
que el caso de Guadalajara y otras ciudades
latinoamericanas y del sur global pueden
22
aportar en el robustecimiento de una teoría
urbana emancipatoria, cabe tener en cuenta
el sesgo colonial, paternalista y discriminato-
rio que con frecuencia atraviesa a las teorías
urbanas dominantes. Cuando las ciudades
del sur global son analizadas en la geogra-
fía urbana, generalmente son consideradas
bajo la etiqueta del subdesarrollo. Por un
lado, las ciudades del “Primer Mundo” se
consideran como “modelos” y a partir de
ellas se generan teorías y políticas urbanas.
En cambio, las ciudades del sur global, son
consideradas como problemas, que requie-
ren diagnóstico y reforma. De acuerdo con
Roy (2009b), contra esta “ficción regula-
dora” (p. 820) que ejerce la ciudad global del
llamado “Primer Mundo”, es necesario desco-
lonizar nuestras epistemologías urbanas y
construir una geografía urbana robusta, que
sea capaz de superar su “ignorancia asimé-
trica” (p. 820). A la vez, no se trata simple-
mente de estudiar las geografías urbanas del
sur global como casos empíricos “curiosos”,
anómalos o “interesantes”. Estas formas de
diferenciación “positiva”, de hecho, también
contribuyen a mantener las tendencias exoti-
zantes (neo-orientalistas), que interpretan a
las ciudades de ese supuesto “Tercer mundo”
como “el Otro” (Sousa Santos, 2010). Por
el contrario, es necesario reconocer que las
experiencias singulares de las ciudades del
sur global pueden generar marcos teóricos
altamente innovadores, provocativos y críti-
cos para todas las ciudades.
En este marco, las herramientas concep-
tuales de la geografía crítica han sido alta-
mente efectivas para visibilizar el eje de clase
que atraviesa los procesos de segregación
urbana. Con todo consideramos necesaria
 Descolonizar las epistemologías urbanas

una ampliación de esta batería crítica que
ponga al centro la cuestión racial, por ejem-
plo recuperando miradas desde el análisis
de la racialización del espacio público de
las comunidades negras y migrantes en el
norte global (McDowell & Wonders, 2009).
O también desde la adaptación estratégica
hecha por colectivos de defensa del territo-
rio, en el contexto urbano mexicano transfor-
mando términos clásicos como “acumulación
por desposesión” bajo la forma de “blanquea-
miento por despojo” (Gaytan, 2017; 2019) o
resaltando la especificidad de un urbanismo
revanchista que en su implantación latinoa-
mericana, que adopta la forma del blanquea-
miento en la historia colonial (Swanson,
2007).
A su vez es necesario ir más allá y cuestio-
nar no sólo este imaginario ciudadanista de
espacio público, sino los marcos mismos de
valoración que delimitan al conocimiento
experto y la teoría urbana como marcos de
legitimación. Estos marcos eliminan la posi-
bilidad de pensar desde otras formas del
saber en la delimitación y comprensión de
los problemas de la ciudad. Autores como
Vainer (2014) han profundizado en este
debate señalado que la dimensión colonial
de estos proyectos de regeneración urbana,
no sólo se refiere a considerar la universa-
lidad del espacio público, sino también al
conocimiento experto en sí mismo y a la
noción de modernidad y progreso (Esco-
bar, 2003), centrales en la planeación urbana,
como matriz de verificación colonial de estos
proyectos. Este atravesamiento colonial a
doble banda es el que hemos pretendido
señalar en este artículo. La visión universal
e higienista de espacio público que permea
a estos modelos urbanos, a la vez que la rela-
ción saber-poder que los sustenta.

Notas
1  El artículo parte un trabajo etnográfico basado en observación participante y entrevistas a
informantes clave realizadas entre febrero de 2009 y marzo de 2012; un archivo hemerográfico
compuesto por 416 notas de prensa locales del período de 2004 a 2009; apoyado en el análisis
de fuentes primarias y secundarias vinculadas a estos proyectos de regeneración.
2  Datos del Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) en https://www.inegi.org.mx/app/areasgeograficas/?ag=14
3  Busca Guadalajara ser capital cultural. (17 de agosto de 2004). Periódico Mural, p. 18; Firman
capitalidad cultural de Guadalajara. Ya es oficial el nombramiento de Guadalajara como Capi-
tal Americana de la Cultura. (30 de noviembre de 2004). Periódico Mural, p. 22; Ya es Capital
Cultural. (13 de febrero de 2005). Periódico Mural, p. 20.
4  El Guggenheim, un museo para ricos que pagarán los pobres. (17 de mayo de 2007); El
Guggenheim, expansión imperial disfrazada de fomento cultural. (4 junio 2007); Intereses
económicos tras el desorden urbano de Guadalajara (22 de junio de 2007); El Museo Guggen-
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6  La Asociación Civil Guadalajara 2020 se conforma en sus inicios por 38 empresarios, prove-
nientes del estado de Jalisco, con impulsores vinculados al Centro Joyero de la Plaza Tapatía
y al Comité Organizador del Foro de Turismo de Negocios. Participa el Consejo de Cámaras
Industriales de Jalisco, la Cámara de Comercio de Guadalajara, la Asociación de Hoteles, el
Comité de Ética Turística, la Oficina de Convenciones de Guadalajara, el Centro Patronal de
Jalisco, el Consejo Agropecuario de Jalisco, Jalisco Nuestra Empresa A.C. y la Federación de
Asociaciones de Colonos de Jalisco. “Quiénes somos” http://www.gdl2020.com.mx/guada-
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