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A medida que pasa el tiempo y todo parece evolucionar, el hombre en su afán de reinventarse y

“crear nuevas cosas” ha dejado a un lado el nivel de importancia que merece el cuidado de los
recursos naturales y el medio ambiente, con la convicción de que estos van a estar siempre a su
disposición, sin embargo, podemos notar que conforme avanza la tecnología, avanza el deterioro
ambiental.

En 1972 se crea la cumbre de Estocolmo, uno de los primeros espacios en donde se muestra una
preocupación mundial por los excesivos daños al planeta, a partir de esto diferentes países
empiezan a diseñar estrategias que contribuyan a la mitigación de los males ocasionados. No
obstante, la situación hasta la actualidad no ha mejorado mucho.

Se crearon los ODS, donde cada país se comprometió a ponerle una solución a cada una de las
problemáticas expuestas en este plan, pero, el hecho de que no todos los países estén interesados
en hacer parte de esto, demuestra cómo no todos son conscientes de lo que implica que en algún
momento los recursos naturales se agoten.

Uno de los problemas de los países “sub-desarrollados” es que poseen altos niveles de pobreza,
donde no hay manera de acceder a derechos básicos, como la educación, la vivienda, la salud, etc,
lo que hace que no todos tengan la misma sensibilidad frente al impacto ambiental que hace el
hombre con sus actividades diarias.

En Colombia se han visto altos niveles de contaminación en el aire, y en diferentes ciudades han
buscado la manera de “controlarlo”, sin embargo, considero que no ha sido suficiente, las
“normas” que se han creado, ya que son muy básicas; por ejemplo, no se puede mitigar la
contaminación reduciendo en flujo de vehículos cuando el transporte público sigue siendo el que
más contamina.

Por otro lado, los rellenos sanitarios no son llevados de la mejor manera, lo cual hace que los ríos
estén más sucios y cada vez el agua existente en estos sea muy difícil de descontaminar, otro
recurso más que siguen agotando, porque, aunque exista bastante agua en el planeta, solo el 2.5%
de agua es dulce según la fundación aquae y si agotamos la poca que nos sirve, ¿qué vida va a
haber?

La educación ambiental es el camino a un planeta mejor, ya que una persona que piensa desde lo
mucho que dependemos del medio ambiente, difícilmente es incapaz de hacerle daño al mismo,
pero el primer paso lo debemos dar nosotros, que como futuros administradores ambientales
podemos fomentar diferentes hábitos que quizá no reversan los daños ya causados, pero si
pueden prever futuras consecuencias, por otro lado, el gobierno, debe generar las pautas para que
se pueda tener una economía estable sin que los perjudicados sean los cada uno de los
ecosistemas y sus especies y los recursos naturales.

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