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Polis, Revista Latinoamericana, Volumen 12, Nº 35, 2013
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Introducción
El presente artículo surge de una investigación que se planteó dos
objetivos principales: comprender y analizar la vida cotidiana de las niñas
y los niños hijos(as) de inmigrantes peruanos en los espacios sociales de las
escuelas donde cursan enseñanza básica e identificar y analizar capitales,
estrategias y tácticas que despliegan en los encuentros cotidianos de sus
escuelas. Este ejercicio comprensivo se llevó a cabo en cuatro escuelas de
Santiago. Metodológicamente, optamos por un enfoque cualitativo que pri-
vilegió la técnica de la observación. Se utilizó la entrevista en profundidad
y la técnica del recorrido comentado para acercarse a los adultos; para abor-
dar a los niños se llevó a cabo la técnica del mapa parlante, que dio a cono-
cer sus puntos de vista respecto a los encuentros en los espacios escolares,
a los itinerarios entre la escuela y sus casas y las principales interacciones
entre ellos, con otros hijos de inmigrantes, con niños chilenos y con adultos
de la comunidad educativa. A partir de un trabajo etnográfico indagamos
los usos y las apropiaciones de los espacios como los lazos de afectos que
tejían o no con ellos y así conocimos los capitales que permitían descifrar
sus vínculos con directores, inspectores, profesores y diversos trabajadores
de las escuelas. Tales opciones metodológicas minimizaron la violencia
simbólica contenida en entrevistas y encuentros no preparados, y permitie-
ron conocer las interacciones y comprender las significaciones que los ni-
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“Suponte que esta pieza vale 40 mil pesos para arrendarla, y ellos
cobran 80. Entonces sí entiendo. Eso es un abuso, eso es una
sinvergüenzura porque como no hay más... Entonces le cobran el
doble de lo que tienen que pagar porque la gente por aquí paga 80
mil pesos por una ruca”. (Entrevista D.)
“Por aquí las casas son de dos piezas, también tenemos alumnos,
cachai, una pieza, y el living comedor y la cocina y el baño, ¿dónde
tienden cuando lavan? es algo que yo todavía no me explico, a lo
cual nunca le he encontrado una explicación. Igual si tú veis hay
hartas casetas de Seguridad Ciudadana y todo por acá. (Entrevis-
ta Ps.)”
Sabemos que estas son las condiciones para los migrantes en el mundo
y sabemos también que intentar vivir allí es fuente de distintos problemas,
pero también sabemos que son similares a las que viven personas del uni-
verso empobrecido cuando deben salir de sus tierras para buscar trabajo.
Solo que en esta investigación se develan como problemas propios de los
peruanos, que según los profesores entrevistados tienen un cierto tipo de
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vida. Los hijos de estos inmigrantes, sin buscarlo, quedan vestidos de una
condición especial y espacial: ser hijos de la inmigración como problema
arraigado en la pobreza de su clase social y portar la extranjeridad de un
país que provoca resquemor y crítica. A partir de esta doble negación, todas
las acciones familiares o individuales serán evaluadas negativamente.
Algunos años después del inicio del nuevo siglo, cuando los niños
nacieron en Chile o ingresaron con más frecuencia a las escuelas, fueron
vistos como sujetos de la migración peruana, que, como dijimos, permitie-
ron la continuidad de establecimientos que por la oferta del mercado esco-
lar peligraban cerrar. Por razones económicas, estos hijos de inmigrantes
ingresaron a las escuelas municipalizadas, enfrentándose a obligaciones
administrativas no siempre simples de resolver y donde algunos quedaron
y aun quedan excluidos, aunque puedan estar en las escuelas (Colectivo
Sin Fronteras, 2004). No obstante al llenar los cupos que se habían vacia-
do, se convirtieron en niños útiles para la institución.
“El año 2002 fue el boom de los niños extranjeros que empezaron a
ingresar a la escuela y después cada año era más y más y más hasta,
hasta ahora que son más de la mitad, más () Porque que te llegue un
niño extranjero aunque sea indocumentado es trabajo que tú tienes
seguro y que en realidad la escuela no se va a morir, porque siempre
nos estuvieron amenazando que la escuela la iban a cerrar () Enton-
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ces el Director hizo como una campaña con los niños extranjeros y
empezó a darle información y se empezaron a recibir. Pero yo creo
que es más para eso, para matrículas. En realidad, si tú lo miras así
fue por eso, porque no teníamos matrículas”. (Entrevista S.).
...le digo saque su carnet hijo, tía, no tengo plata, tía, tengo proble-
mas con el consulado, tengo que pagar 120.000 pesos en el consula-
do para que me entreguen el papelito. Tengo que pagar 80.000 no sé
a dónde, tengo que pagar cuánto más, y como el niño no tiene carnet
chileno, por supuesto que no aparece en ninguna acta a final de año,
como no tiene Rut, no aparece, y después hay que hacer todo un
proceso engorroso”. (Entrevista D.)
“Ha cambiado harto, gracias no sé a quién, ha cambiado el sistema
de vida entre los niños extranjeros y en realidad a nosotros nos gus-
ta, nos gusta, nos gusta que hayan niños extranjeros por el hecho de
que la cultura que se produce es diferente”. (Entrevista S.)
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“...el alumno peruano sobre todo tiene esta personalidad como bien,
en términos domésticos, como paisana. Que se te amurran y se te
amurran, no lo sacaste nunca más de ahí, los brazos cruzados, la
cara larga, no les corre ni una lágrima, sino que es como la rabia,
como el tema rabioso que les entra y todos. Son niños poco
comunicativos”. (Entrevista Ps.)
“De que son niños que vienen con los hombros muy bajos, con la
mirada muy triste y con la cabecita y la cara como caída. Lo que me
imagino, siempre que lo he visto. Llegan como derrotados () Lo
estuvimos conversando y hay varios factores que influyen. El clima,
el lugar donde están viviendo, el desarraigo de su familia, de sus
amistades, de todo y venir a encartarse a un lugar que a lo mejor
estás viviendo peor de lo que vivías allá. Que nosotros como chile-
nos no somos () somos aparentemente cariñosos, pero somos muy
aprovechadores”. (Entrevista D.)
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“Los niños nacidos acá son los que viven acá ya se han mimetizado
mucho, entonces este niño de repente tú no lo diferencias, solamen-
te porque es hermano de fulano de tal, su, sus rasgos, su carita todo
podrá ser igual, el color de su piel porque es algo muy especial. Sí
usted se diferencia, y es algo que yo no debiera decirlo pero tengo
que decirlo como chilena roteca: nosotros los chilenos somos enfer-
mos, enfermos de malacatosos en el sentido de que nuestro olfato es
maldito. Tenemos muy buen olfato los chilenos, y sabes que por el
olfato podemos identificarlos () Yo tuve la oportunidad, gracias a
Dios de salir y olí a uno de los monitores que me tocó con el cual no
pude seguir. Yo hago el comentario con mis colegas: ¿sabes qué? yo
no puedo seguir en este grupo, cámbiate de grupo me dijo una de
ellas. Porque es mestizo, me dijo, y el olor de él tú lo sientes. Es que
no aguanto el olor a cebo y eso mismo, palabras textuales de nues-
tros niños me han dicho de sus compañeros peruanos. El olor que
tienen, tía () Son los alimentos. Son nuestros alimentos () nosotros
tenemos unos niños de apellido (xxx) y tú te acercabas al niño y su
piel olía a pescado: ¿tu madre cocina mucho pescado? Hay gente
que vende pescado. Pero no era porque el niño no se bañara, es
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A modo de conclusión
El material empírico que entregamos en el acápite anterior es solo
una parte de lo que hemos recogido, y las citas escogidas entregan parcial-
mente el sentir de los adultos entrevistados y fragmentos de lo que aconte-
ce cotidianamente en las cuatro escuelas abordadas. Hemos privilegiado la
palabra de estas personas por la fuerza que tiene su objetivación. Pero tam-
bién hemos debido recortarla por la extensión de este trabajo. Sin embargo
podríamos, a la manera de Bourdieu, entregarlas más adelante, como rela-
tos completos que permitirían al lector ingresar de mejor modo a un ejerci-
cio comprensivo de esta parte de la miseria de un mundo (Bourdieu, 1993)
que devela sufrimientos sociales repetidos, que no aparecen en la inquietud
de la política contingente ni en las preocupaciones periodísticas, salvo cuan-
do un inmigrante protagoniza actos delictivos o es sospechoso de algún
conflicto. Cuando se amalgama la inmigración a la delincuencia, desapare-
ce el nombre y el apellido del acusado y más que nunca existe solo por su
origen. Los hechos aludidos son los que se dan en la vida cotidiana, como
lo advierte Goffman en su tesis respecto a lo que ocurre con las obligacio-
nes entre las personas cuando se cruzan, caminan o se saludan. Todos actos
pequeños dados hacia la sociedad, toda una sintaxis del orden de la
interacción solo coherente e inmanente cuando los individuos aseguran entre
sí una interdependencia que reposa en el reparto de las mismas creencias
(Goffman, 1988: 197). Cuando estas creencias no se comparten, no se sa-
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Por ahora no solo hay que denunciar el que los hijos de inmigrantes
se conviertan en chivos expiatorios de las frustraciones de una comunidad
educativa. Hay que trabajar para buscar en el sistema educativo mismo y
por lo tanto en las instituciones y en el Estado, dicha construcción. Si están
menos protegidos por las leyes, se convierten rápidamente en los sospe-
chosos que terminan calmando la sed colectiva que busca terminar con un
mal exteriorizado, encarnado, separado del nosotros (Memmi, 1994: 79).
Hay que evitar toda destrucción venida de la idea del Bien ubicado en lo
nacional, como si nunca fuéramos culpables de nada en una exigencia in-
cansable de pureza y deber ser chileno. Deseo profiláctico y fóbico que
termina con el encierro en la casa, los oídos cubiertos y la nariz envuelta en
un aroma conocido que evite sentir el olor a extranjeridad. Los hijos de
inmigrantes deben seguir bailando a su ritmo y cantando lo suyo aun cuan-
do no sean nunca más ni de allá ni de acá.
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Notas
1
Agradecimientos a FONDECYT: El presente artículo proviene de la investigación de la
que soy Investigadora Responsable. Nº 1110059 Vida cotidiana de niñas y niños hijos de
inmigrantes peruanos en los espacios sociales escolares: capitales, tácticas y estrategias
para la integración en Chile.
2
Decreto Ley 1094: Establece normas sobre extranjeros en Chile. Publicado en el D.O. Nº
29.208 de 19 de Julio de 1975. Por ejemplo en su Artículo 15 prohíbe el ingreso al país de
los siguientes extranjeros: 1. Los que se propaguen o fomenten de palabra o por escrito o
por otro cualquier otro medio, doctrinas que tiendan a destruir o alterar por la violencia, el
orden social del país o su sistema de gobierno, los que estén sindicados o tengan reputación
de ser agitadores o activistas de tales doctrinas y, en general, los que ejecuten hechos que
las leyes chilenas califiquen de delito contra la seguridad exterior, la soberanía nacional, la
seguridad interior o el orden público del país y los que realicen actos contrarios a los intere-
ses de Chile o constituyan un peligro para el Estado.
3
A modo de ejemplo vale citar el intenso debate de los años noventa que situaba en distintos
medios de comunicación a los peruanos como la población mayoritaria y problemática de
inmigrantes dentro de Chile siendo, sin embargo, la población argentina la que representa-
ba mayor porcentaje. Según datos del Censo del año 2002, al descomponer la población
inmigrante por país de origen se observa que del 68% de migrantes sudamericanos, los
argentinos representaban el 26% y los peruanos el 21% según Martínez 2003). Actualmen-
te, la comunidad argentina ocupa el segundo lugar con un 17,2% de habitantes en el país
(DEM, 2010).
4
Se puede ser nombrado por un barrio y existir por el nombre de una población (soy de:
Recoleta, Independencia, La Pintana, etc).
5
Lo que puede observarse en Chile en barrios ya reconocidos como de inmigrantes: barrio
chino, barrio turco, por ejemplo que aluden a sectores del comercio protagonizado por
inmigrantes llegados antes.
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Bibliografía
Balibar, E. y Wallerstein E. (1991), Raza, nación y clase. Editorial Iepala,
Madrid.
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Pavez, I. (2010), “Los derechos de las niñas y los niños peruanos en Chile.
La infancia como un nuevo actor migratorio”, en Revista Enfoques Cien-
cia Política y administración pública, vol. VIII, Nº 12, pp. 27-51. Santia-
go.
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