Está en la página 1de 1

Pensar en la existencia de un artefacto con la capacidad necesaria para realizar todo tipo de

tareas, sean estas de carácter mecánico sean de carácter intelectual, es suponer la

existencia de un ser dotado de un gran número de características que hacen posible la

realización de estas, tal ser es el ser humano; ya que este posee las cualidades necesarias

para llevar a cabo casi cualquier actividad, tanto física como mental. La capacidad del ser

humano para la realización de todo tipo de tareas, tomándolo no de manera individual sino

bajo la apreciación del hombre como especie, es el resultado en gran medida de su

evolución a lo largo de su vida en nuestro planeta; aunque tal evolución no es totalmente

determinante en la manera en la que el hombre construye y concibe el mundo en el que

vive, si es esta la que ha establecido las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida

del hombre.

Así el ser humano actual es el resultado de una cadena de modificaciones,

actualizaciones y adaptaciones, ocurridas desde el momento mismo en el que aparece la

vida en la tierra y hasta el día de hoy, es decir, el hombre no es el resultado de los deseos

materializados de una entidad suprema, sino la consecuencia de una serie de ajustes

derivados de la asociación de organismos unicelulares1 en entidades de mayor complejidad.

1
De acuerdo con algunas teorías sobre el origen de la vida en el planeta, fueron algunos tipos de bacterias las
primeras formas de vida que lo habitaron, y fue la necesidad de adaptación al medio existente lo que propicio
que estas se asociaran en grupos cada vez con mayor complejidad.

También podría gustarte