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El presente texto tiene como fin analizar una parte del libro Una filosofía de la historia en
fragmentos de la filósofa húngara Agnes Heller, específicamente el capítulo (7) llamado por
la autora: La estación del ferrocarril. Para hacer el análisis se tendrá en cuenta el modelo
propuesto por el profesor Pedro Posada en clase: formas de vida, prácticas sociales,
prácticas discursivas y los elementos internos del texto.
FORMAS DE VIDA
Hacia finales de los años 50 y comienzos de la década del 60, el desencanto por las
filosofías surgidas en los siglos pasados era constante en algunos círculos académicos e
intelectuales. El objetivo que se plantearon muchos filósofos de la época fue el
rompimiento con las tendencias universalistas y racionalistas del kantismo y el
hegelianismo. Algunos intelectuales criticaban que el resultado de las corrientes filosóficas
modernas, en la práctica científica, económica y en los enfoques sociales, terminara siendo
más de ochenta millones de víctimas en dos guerras mundiales (Hobsbawm, 2000 pág. 26).
La segunda mitad del siglo XX fue sin duda una época de cambios culturales y sociales
importantes, muchas de las dinámicas sociales se desarrollaron en torno al rechazo y a la
crítica tanto del modelo capitalista como comunista. En la memoria histórica de la sociedad
actual se conservan los suceso de la revolución cubana, la revolución de los claveles, mayo
del 68, el hipismo, la liberación femenina, los derechos de los homosexuales y lesbianas, el
antirracismo, los movimientos estudiantiles y revolucionarios en América latina, la caída
del muro de Berlín entre otros hitos históricos mundiales.
Bajo este marco histórico Agnes Heller escribe el libro Una historia de la filosofía en
fragmentos, sobre todo bajo la influencia de uno de los últimos hechos históricos del siglo
XX, la caída de la Unión Soviética sucedida 1991.
De la autora del libro se sabe que nació en el seno de una familia judía el 12 de mayo de
1929 en Budapest – Hungría y murió en Balatonalmád – Hungría el 19 de julio del 2019.
Durante la Segunda guerra mundial su país fue invadido por el ejército alemán y su familia
fue perseguida. El padre de Heller fue uno de los muchos torturados y asesinados en
Auschwitz. Ella y su madre sobrevivirían al Holocausto judío por asares del destino.
Este texto se enmarca en la corriente filosófica moderna que surgió a principios del siglo
XVII hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX en Europa. Algunos
representantes conocidos de la filosofía moderna son: Rene Descartes, Imanuel Kant, John
Locke, George Berkeley, David Hume, G.F. Hegel, Karl Marx, F. Nietzsche, entre otros.
PRÁCTICAS SOCIALES
Modo: este texto se considera argumentativo. Agnes Heller argumenta a través de una
metáfora la conciencia histórica del ser humano y su relación con la forma en la que ve,
interpreta, reflexiona y se relaciona con su entorno y con otros seres humanos, es también
una forma de entender el espacio-temporal en el que transcurre “el mundo” de los seres
humanos.
Para tal fin, Heller reflexiona acerca de las dinámicas de las estaciones de ferrocarril, las
vías y los mismos trenes para explicar cómo estos elementos, desde una visión metafórica,
se parecen a la historia, al devenir de la humanidad, tanto desde su parte individual
(subjetiva) como colectiva. “La estación de ferrocarril media entre el pasado y el futuro;
atrapa el presente absoluto. (…) Sin embargo, la estación de ferrocarril metafórica, donde
los habitantes de nuestro mundo recién comienzan a establecerse, ya no es más un
alojamiento provisorio. Uno se establece allí para toda la vida.” (Heller, 1999, pág. 291)
Según Agnes Heller la locomotora y sus viajes representan el pasado, el presente y el futuro
de la existencia humana. La locomotora metafísica avanza entre estaciones llevando
personas que vienen de una estación pasada, de otros que se suben en el instante presente y
los que lo harán en la próxima parada, en la próxima estación. La locomotora es la historia
humana vista desde la perspectiva moderna. “Las personas que están en la estación son
contingentes. No pertenecen a la estación, sea como individuos sea como miembros de una
clase social. Están ahí sólo por casualidad porque los trenes están allí. Mañana habrá allí
otras. Las personas en la estación de ferrocarril son indeterminadas, indefinidas, no son
personas. Esta indeterminación, esta contingencia de su presencia moldea a hombres y
mujeres en masas oscuras e indistinguibles en esta estación. Los trenes, los rieles, las
locomotoras son los héroes reales. (…) Las locomotoras no son contingentes, pertenecen
por necesidad a la estación de ferrocarril. La estación de ferrocarril es su hogar y su
principio de vida, el humo la nutre.” (Heller, 1999, pág. 290)
En otras palabras, para Agnes Heller el mundo se puede representar como una estación del
ferrocarril, lo que hace parte de ella, como la fachada, las personas y sus vidas, los
momentos de espera, las vías del tren, la locomotora y su maquinista y las diferentes
estaciones. Una estación de ferrocarril metafórica se puede relacionar con el mundo, su
pasado, presente y futuro. “El tren se mueve hacia adelante; se supone que también la
historia se mueve hacia adelante. El tren se mueve hacia adelante sobre los rieles, de
estación en estación. La historia, así creen muchos, tiene sus leyes inmanentes y no puede
moverse hacia adelante sin seguir estas leyes, desde una estación futura hacia la otra. (…)
La estación de ferrocarril, un vínculo entre la ciudad y el viaje, la tradición y el futuro, es la
metáfora del presente absoluto. Para decirlo en el espíritu de esta metáfora, vivir en la
estación de ferrocarril es la resolución de vivir en el presente.” (pág 287.)
Género:
TEXTO:
Plano del contenido En este texto sólo aparece la voz de A. Heller. Es la única
enunciadora del texto, los referentes enunciados como Hegel, Baudelaire, Turner, Marx,
Napoleón, Monet, Arendt o Kant están presentes en el texto desde la perspectiva y punto de
vista de Heller
Ethos pasional: en este apartado Agnes Heller deja clara su posición frente a qué
decisión tomar con respecto a los trenes rápidos de la historia. Su visión crítica
(incluso llamado a la precaución) es a no abordar contingentemente los avances
rápidos de la historia. Es necesario establecer en el presente una conciencia
histórica. Agnes Heller dice que se puede vivir en el presente sin elegirlo, pero se
estaría viviendo de forma inconsciente la historia y eso tiene características
peligrosas cuando se abordan trenes que tienen un futuro absoluto, por ejemplo,
llegar a una estación como Auschwitz. La gran tragedia del ser humano radica en
abordar apresuradamente los trenes rápidos de la historia que tiene como objetivo
solo el futuro. Para Heller es mejor habitar las estaciones de ferrocarril que median
entre el pasado y el futuro y no el infierno creado por el ser humano a partir de la
búsqueda de un futuro absoluto.
¡Piensa en la dulzura
Amar libremente,
¡Amar y morir
Tan misteriosa
Muebles relucientes,
El esplendor oriental,
Al alma en secreto
Es para saciar
Tu menor deseo
De jacinto y de oro;
El mundo se adormece
La filósofa reflexiona acerca del sentir de una época con respecto a los viajes y la
contingencia del ser humano en la sociedad moderna. Adicionalmente Agnes Heller
reflexiona sobre las pinturas que plasman Turner y Monet sobre los ferrocarriles en la vida
humana, también las piezas musicales de Beethoven, los escritos de K. Marx sobre el papel
del proletariado, las ideas de transformación histórica humana que hacen Hegel y Arendt, la
diferencia entre tener y conocer un mundo que hace Kant y las aventuras infernales que
tiene Fausto en la obra de Goethe.
Lluvia, vapor y velocidad. (Turner, 1844)
Todos estos referentes enunciados tienen el objetivo de presentar una síntesis del
pensamiento y acciones de la modernidad. Para Heller la radiografía de la sociedad
moderna está contenida en las diferentes expresiones del conocimiento tanto literario,
filosófico y artístico, que hacen del ser humano un ser contingente.
El método filosófico de Agnes Heller: La ética, la historia y el individuo son los ejes
centrales del pensamiento filosófico de la húngara. En sus primeros años Heller estuvo
influenciada directamente por el marxismo. Muchas de sus primeras reflexiones giraron en
torno al papel histórico de la clase obrera en la revolución y emancipación de los pueblos.
Después, debido a múltiples situaciones abandona la idea de considerar a la clase obrera
como sujeto de la revolución y cambia su punto de mira a la conciencia histórica del
individuo, sus cotidianidades y vivencias. Hay que aclarar que la autora en sus últimos años
decía que no era ni marxista ni postmarxista, simplemente Agnes Heller.
Según Heller el individuo no puede seguir siendo contingente ante la historia, debe ser
consciente y participante central de ella. La modernidad se encargó de construir una visión
del mundo donde los individuos se convierten en seres anónimos y de poca relevancia para
la historia, pues, según Heller, los individuos son seres contingentes ante el poder
avasallador del modelo capitalista y burgués.
HOBSBAWM, E. (2000). Historia del siglo XX. Editorial CRÍTICA, Barcelona - España.
Título original: "Age of extremes, the short twentieth century 1914-1991”
BAUDELAIRE, C. (1977). Las flores del mal., Buenos Aires – Argentina: Efece Editor.