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EL MUNDO MORAL

El rey Agamenón tenía que tomar una decisión: debía optar entre la armada aquea y la
vida de su hija Ifigenia. No podía dejar de elegir.
Los seres humanos nos movemos en un mundo moral en que constantemente estamos
tomando decisiones que implican que actuamos bien o mal. A veces tenemos claro
dónde se encuentran el Bien y el Mal; otras, como en el caso de Agamenón, se nos
presentan fuertes conflictos y no sabemos distinguir dónde está el Bien para decidir en
forma correcta.
Los vientos no soplarán mientras no sea sacrificada Ifigenia, hija de Agamenón. Y los
griegos no podrán llegar a Troya a vengar la ofensa del rapto de Helena. Todos piden a
Agamenón que sacrifique a su hija. Agamenón así lo manifiesta a Ifigenia y ella le
responde así:

EXTRACTOS DE IFIGENIA EN AULIS


IFIGENIA:
Si yo tuviera la lengua de Orjeo, padre mío,
Para utilizar sortílegos y hacer que las rocas me siguieran,
Y para hechizar a cualquiera con mis palabras, Habría seguido ese camino.
Pero no sé hacer otra cosa Que mostrar mis lágrimas.
No me des muerte antes de la hora. La luz es dulce
de contemplar. No me obligues a mirar lo que hay bajo la tierra.
Fui la primera en llamarte padre, y la primera a quien llamaste tu hija.

Guardo la memoria de tus palabras, \


En cambio, tú las has olvidado, y quieres quitarme la vida.
¿Qué tengo que ver con las bodas de Alejandro
y de Helena? ¿Quién la envió para perderme a mí, padre?
Mírame, dame tu rostro, dame un beso,
Al morir, tengo al menos departe tuya
esta tumba... si no te has dejado persuadir por mis palabras.

AGAMENÓN:
Es una terrible prueba para mí tener que llegar hasta este extremo,
Pero es también una terrible prueba el no hacerlo.
Estoy forzado a pasar por esto.
Mira todos esos ejércitos que defienden sus naves,
Todos esos jefes de armas de bronce: los griegos,
Para quienes el viaje a Ilion no se cumplirá
Si yo no te sacrifico, como ha dicho Calcas, el adivino.
Y no habrá manera de destruir las nuevas fundaciones de Troya...
No, yo no soy esclavo de Menelao, hija mía,
Y no estoy aquí para obedecer su voluntad,
Sino la de Grecia, que necesita
Que yo te sacrifique, lo quiera o no lo quiera.
(Sale Agamenón)
IFIGENIA (a Clitemnestra, su madre);
Mi decisión está tomada, madre. Moriré. Pero quiero hacerlo.
Noblemente, y alejar de mí toda bajeza.
Sígueme. Mira conmigo, madre, cómo tengo razón.
En estos momentos la Grecia entera, en su poderío,
(vuelve hacia mí sus ojos):
La partida de las naves y la ruina de Frigia dependen de mí

Todo será salvado por mi muerte, mi nombre


Será bendito, si devuelvo la libertad a Grecia.
No tengo derecho tampoco a apegarme demasiado a la vida.
Hay mil hombres cubiertos con sus escudos,
Miles que tienen el remo en la mano, porque la patria ha sido ultrajada.
Ellos tendrán el coraje de atreverse contra el enemigo, y de morir por Grecia.
Y mi vida, ella sola, ¿impedirá todo eso?
¿Qué es lo justo? ¿Podría yo sostener eso contra todos los otros?
No es posible hacerlo. Hago entrega de mi cuerpo a Grecia.
Haced el sacrificio, haced el saqueo de Troya. Ese será mi sepulcro.
Eurípides, Ifigenia en Antis (extractos)

Preguntas

1. ¿Piensa usted que se justifica la decisión de Agamenón? ¿Por qué sí o por qué
no?
2. ¿Está de acuerdo con la posición de Ifigenia o habría defendido hasta el final su
derecho a vivir?
3. ¿Cuál le parece que habría sido la solución “justa”?
4. ¿Piensa usted que los sentimientos deben influir en la decisión del padre?
5. ¿Hay sentimientos involucrados en la decisión de Ifigenia? Si los hay, ¿cuáles
son?

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