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CONCEPTOS Y
CLASES.
SUMARIO: 1. Conceptos de investigación. 2. Diversas clases de investigación. 3.
Atribución del carácter jurídico a la investigación. 4. La literatura jurídica.
1. CONCEPTO DE INVESTIGACIÓN
Gramaticalmente, entendemos por investigación, según el Diccionario dela
Lengua Española de la Real Academia Española': la acción y efecto de
investigar. A su vez, investigar es un vocablo que deriva del idioma latín
investigare.
Investigar es: "hacer diligencias para descubrir una cosa".
Por tanto, es acertado afirmar que investigar representa la realización de
una importantísima tarea humana, consistente en desempeñar una actividad
orientada al descubrimiento de una cosa. Tal cosa es precisamente el
descubrimiento de los principios científicos, de la verdad que es objetivo de
toda ciencia.
El investigador universitario Héctor Fix-Zamudio nos proporciona dos
conceptos de investigación jurídica, mismos que nos permitimos
transcribir:
Manifiesta que sin pretender configurar un concepto de la
investigación jurídica
afirma que: "...se traduce en la actividad que pretende descubrir las
soluciones más adecuadas para los problemas que plantea la vida social de
nuestra época, cada vez más dinámica y cambiante, pues precisamente la
investigación es la que tiene la posibilidad al profundizar en
esos problemas, de encontrar la forma de adecuar el ordenamiento jurídico
a las transformaciones y cambios sociales, por anticuadas que parezcan las
disposiciones normativas de carácter formal".-
Expresa que para desarrollar el tema referente a la investigación jurídica,
hace un intento para obtener una descripción de lo que debe entenderse por
investigación jurídica, "la cual se puede concebir como la actividad
intelectual que pretende descubrir las soluciones jurídicas adecuadas para
los problemas que plantea la vida social de nuestra época, cada vez más
dinámica y cambiante, lo que implica también la necesidad
de profundizar en el análisis de dichos problemas, con el objeto de adecuar
el ordenamiento jurídico a dichas transformaciones sociales, aun cuando
formalmente parezca anticuado".
Convenimos en que la investigación jurídica requiere del despliegue de una
actividad intelectual.
Asimismo, nos sumamos al criterio de que esa actividad intelectual está
referida al análisis de problemas y a la propuesta de soluciones, pero,
consideramos que los problemas jurídicos
no deben limitarse a enfocar la vida social de nuestra época pues, si
únicamente hacemos referencia a la época actual perdemos la oportunidad
de recibir las importantes lecciones de la historia. Excluiríamos de toda
investigación jurídica un planteamiento siempre ilustrativo y necesario, el a
nálisis de losantecedentes históricos de las instituciones jurídicas en sus
orígenes y evolución.
Respecto de los conceptos de investigación jurídica que emite el in-
vestigador y catedrático universitario Héctor Fix-Zamudio estamos de
acuerdo en que la vida social de nuestra época es cada vez más dinámica y
cambiante y que la investigación puede intentar la adecuación de las
normas jurídicas a las transformaciones y cambios sociales.
Plantea la catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras de
la Universidad Nacional Autónoma de México. Angeles Mendieta Alatorre
la necesidad
de precisar lo que significa investigar y en que consiste la investigación. No
silustra y menciona que: "Investigar es simplemente una sistemática y
refinada técnica de pensar, que emplea herramientas, instrumentos y
procedimientos especiales con objeto de obtener una solución más
adecuada a un problema que sería imposible realizar con medios
ordinarios". Al proponer este concepto cita a Frederick Whitney
{Elementos de Investigación).
Agrega Angeles Mendieta Alatorre que la investigación "es en cierto modo
un método para alcanzar un fin, una técnica precisa y
ordenada para descubrir aspectos desconocidos de un área del conocimient
o."
Este segundo concepto de investigación nos parece sumamente ilustrativo
solo observaríamos que en la investigación no se emplea un método, sino
que pueden emplearse varios métodos y tampoco es una técnica precisa y
ordenada pues, pueden utilizarse varias técnicas. En este sentido
preferiríamos que se aludiera a una actividad intelectual de elevado rango
tendiente a descubrir aquellos aspectos desconocidos de un área del
conocimiento.
Es muy afortunada la argumentación de la catedrática Mendieta
Alatorre en el sentido de que la investigación sirve para saber y
aceptamos que: "La investigación es un trabajo metódico para indagar,
explorar y seguir la pesquisa de algo importante".
Sostiene Ario Garza Mercado que: "En un sentido más restringido la
investigación es un proceso que, mediante la aplicación de métodos
científicos, procura obtener información relevante y fidedigna, para extend
er, verificar, corregir o aplicar el conocimiento." Coincidimos en que la
investigación es un proceso puesto que para revisarla debe haber
una sucesión de actos humanos. También consentimos en que se procura
obtener información relevante y fidedigna y que para ello han de aplicarse
métodos científicos, pero también a de acudirse al empleo de técnicas.
La información obtenida no se limita a verificar, corregir o aplicar el
conocimiento, sino que la investigación tiende también a la solución de
problemas.
Es importante intentar definir la investigación pues, la relevancia de ella la
expresa brillantemente el laureado Dr. Bernardo A. Houssay cuando
determina: "La investigación científica es una de las bases principales de la
civilización actual. Ella ha mejorado el bienestar de los hombres; los ha
liberado de la esclavitud del trabajo pesado y ha hecho su vida más sana,
más bella y más rica en espiritualidad." Solo agregaríamos que también
sirve de base no sólo a la civilización sino también a la cultura.
No sólo sirve al mejoramiento material de los hombres sino también como
lo señala Bernardo A. Houssay a la elevación del espíritu. Lo ideal sería
intentar un amalgamiento de orientaciones tan fructíferas de los diversos
autores a los que nos hemos referido y, por otra parte, podría resultar
cómodo afiliarnos al pensamiento de alguno de ellos pero, sentimos que es
una obligación de nuestra parte, intentar nuestra propia definición de la
investigación.
De esa manera, nuestra modesta definición que intentamos es la siguiente:
La investigación es una elevada actividad intelectual humana que, a
través de diversos métodos y técnicas, utiliza los conocimientos científicos
o prácticos adquiridos para pretender escudriñar uno o varios aspectos
generales o especializados de alguna materia determinada con el objeto
de ampliar o detallar el conocimiento y si es posible realizar
aportaciones.
Por supuesto que si quisiéramos expresiones más breves para definir la
investigación nos limitaríamos a repetir su significación gramatical que nos
ha servido como punto de partida. Se podría objetar a nuestra definición
que resulta extensa, pero ello obedece a que nuestra intención es destacar
elementos importantes.
En consecuencia, constituyen elementos de la definición propuesta los
siguientes:
A) Determinamos que la investigación es una elevada actividad intelectual
humana. Con estas expresiones queremos destacar, al decir elevada que,
dentro del seno de la sociedad ocupa un rango superior realizar tareas
investigatorias;}
B) Hemos precisado que se trata de una actividad intelectual, lo que
conduce a la distinción de dos tipos de tareas humanas, una de ellas es la
material, en la que, sin duda interviene el raciocinio pero, de una forma
elemental, mientras que, en la actividad intelectual sobresale el empleo
amplio y profundo de las neuronas cerebrales para forzar el desempeño
de la naturaleza racional del hombre;
C) Esa actividad intelectual humana se realiza mediante el empleo de
métodos y técnicas. No es un sólo método y una sola técnica, sino que,
deliberadamente, hemos empleado el plural pues, son varios métodos y
varias técnicas. Oportunamente nos referiremos a esos métodos y a esas
técnicas. Además, agregamos que son muy importantes, a tal grado que
hacemos referencia a esos métodos y técnicas en el título de esta obra;
D) En la investigación científica no se puede partir de cero. Antes de
investigar es necesaria la adquisición de conocimientos, la preparación
científica más o menos amplia y la inquietud de saber a través del
esfuerzo propio. Por esa razón, en nuestra definición hemos establecido
que la actividad intelectual humana investigatoria utiliza los
conocimientos científicos o prácticos adquiridos;
E) Hemos establecido en nuestra definición que la actividad investigatoria
pretende escudriñar uno o varios aspectos generales o especializados de
alguna materia determinada.
A través de estas expresiones señalamos que el hombre que investiga tiene
objetivos pero, los resultados pueden ser o no suficientemente fructíferos e
idóneos. Por eso hemos dicho que pretende, es decir esa es su intención, el
logro de sus finalidades dependerá de sus capacidades y de su perspicacia y
llegará hasta donde pueda y quiera llegar.
Escudriñar es buscar, es inquirir, es averiguar, es indagar y eso es lo típico
en toda investigación;
F) El investigador se remite a uno o varios aspectos generales o
especializados de alguna materia determinada. En efecto, existe un
universo a nuestro alrededor integrado por infinitos aspectos generales o
especializados de fenómenos circundantes referidos a las cosas, a
las personas o a las acciones de las personas o de los seres irracionales y las
materias que permiten observar dichos aspectos son muy variadas pues las
ramas del saber humano tienen un abanico amplísimo de materias. Todo
ese mundo circundante puede representar el blanco de nuestra observación,
de nuestro escudriñamiento o investigación;
G) El objeto de la investigación lo hemos hecho consistir en: ampliar o
detallar el conocimiento y si es posible realizar aportaciones.
Estas palabras que hemos empleado al final de nuestra definición marcan,
en forma genérica, que la investigación se orienta a pulir a mejorar a
desarrollar los conocimientos mediante una actitud de ampliación o de
precisión.
Naturalmente que, todo investigador, en la medida de los posible quiere ser
creador y por eso desea realizar aportaciones.
4. La literatura jurídica
Los seres humanos se comunican entre sí, frecuentemente, mediante el
lenguaje hablado, pero, suele decirse que las palabras se las lleva el viento.
De una cosa estamos ciertos y es que el lenguaje escrito es más perenne y
tiene la posibilidad de proyectarse a otros lugares, incluso a otros países.
Por tanto, se puede sostener que es maravilloso que existan las obras escrita
s.
Cuando mencionamos literatura jurídica como título a este apartado nos
referimos al pensamiento humano que se plasma a través de
palabras escritas y que lleva la intención de difundir las ideas.
La escritura marca, en la humanidad, el inicio de la historia. Antes de que
se inventara la escritura solo había prehistoria. En tal virtud, debemos de
reconocer que las reflexiones jurídicas más perdurables y más
trascendentes son las que se registran por escrito. En la literatura jurídica
está lo valioso del pensamiento humano en torno al Derecho.
Más todavía, para nosotros la doctrina jurídica, como fuente del Derecho,
es la fuente formal del Derecho integrada por las opiniones escritas
emitidas por los estudiosos del Derecho al reflexionar sobre la validez real,
formal ointrínseca de las reglas jurídicas. Si no existe testimonio escrito de
los doctrinarios, simplemente no hay doctrina.
Sin duda que no podemos concebir la investigación jurídica si ella no
es plasmada en la literatura jurídica. De allí que dediquemos el espacio, de
esteapartado, a la literatura jurídica.
Son muy variadas las diversas especies representativas de la
literatura jurídica y mencionaremos los diferentes tipos de obras jurídicas, a
continuación:
I. Las obras jurídicas denominadas tratados son libros de contenido amplio
y profundo, pueden ser útiles como obras de consulta. Son enjundiosas y
resuelven considerable cantidad de dudas. Por ser amplias y profundas
como lo hemos establecido pueden requerir varios tomos o su grosor ser
destacado. En la época moderna, los editores no muestran mucha simpatía
por los tratados pues, su venta es más difícil y su costo es mayor;
II. Los manuales son obras jurídicas de contenido elemental y mucho más
breve. Son muy bien vistos por los estudiantes que suelen utilizarlos como
libros de texto en las diversas asignaturas, pero, por ser más superficiales y
menos explicativas pueden llegar a pecar de dogmáticos;
III. En el sistema jurídico angloamericano, surgieron en la Universidad de
Harvard, los libros de casos, cuyo objetivo es recoger de la vida real los
casos que existieron y que permiten al lector de ellos aproximarse al mundo
cotidiano y evitar que la preparación que se obtenga sea meramente etérea
y alejada de los que es necesario en el ejercicio profesional. André Tune y
Suzanne Tune hacen referencia al origen del método de casos, o libros de
casos, de la siguiente manera: "Fue en 1870, cuando un profesor muy
joven, incorporado a la Facultad de Derecho de Harvard, Christopher
Columbus Langdell, introdujo un método que, tras de haber sido muy mal
acogido, habría de aumentar finalmente, todavía más, el prestigio de su
facultad y extenderse por los Estados Unidos y, más tarde, en cierto
número de países de common law; el método de los casos (case method)".
Los mencionados autores Tune explican el método de casos y expresan:
"Este método consiste, para el profesor, en hacer discutir por los
estudiantes yen discutir con ellos un cierto número de "casos" concretos (la
palabra "case" designa a la vez el caso particular, es decir, el conjunto de
circunstancias, y la sentencia que lo resuelve), escogidos como
particularmente fundamentales o típicos.
En lo que atañe a los libros de casos, realmente Langdell creó un nuevo
género de literatura jurídica, el case book, recopilación de sentencias
básicas o típicas sobre una materia determinada. Con base en este libro el
profesor puede, pedir a sus alumnos que preparen la clase remitiéndoles a
las sentencias que se hallan en tales páginas de determinado case book.
La tarea de los estudiantes no es sencilla pues, no sólo deben leer esas
sentencias, sino retenerlos hechos los problemas, las soluciones y los
argumentos. De ésto informan los aludidos autores Tune.
IV. Es conveniente hacer una distinción entre lo que es un auténtico libro y
lo que todavía no llega a tener a ese carácter porque solamente ha llegado a
la calidad de opúsculo. En la medida española, un libro debe llegar a
considerable número de páginas y si no alcanza ese grosor es un opúsculo.
Según el Diccionario de la Lengua Española, el libro es la reunión de
muchas
hojas de papel, ordinariamente impresas que se han cosido o encuadernado
juntas con cubierta de papel, cartón, pergamino u otra piel. Es la obra
científica o literaria de bastante extensión para formar volumen. El
opúsculo, según el mismo
Diccionario de la Lengua Española es la obra científica o literaria de poca
extensión. Sería aventurado fijar un número de páginas para distinguir entre
el libro y el opúsculo, pero, el investigador jurídico sí debe definir
perfectamente su intención, ya sea que quiera escribir un libro o un
opúsculo;
V. En la literatura jurídica ocupa un imprescindible lugar el periódico,
diario o gaceta que publica las leyes y, en general todas las disposiciones
normativas para su respectiva difusión y posterior iniciación de vigencia.
En el orden jurídico federal, mexicano la publicación correspondiente se
denomina: Diario Oficial de la Federación.
Adicionalmente a este órgano, cada entidad federativa publica su gaceta
oficial, en la que publica disposiciones normativas de carácter general
aplicables en el ámbito local.
Si un buen abogado no quiere pecar gravemente de ignorancia de las
normas jurídicas de Derecho vigente está obligado a la lectura cotidiana del
Diario Oficial de la Federación
y de la gaceta local respectiva. Si no lo hace corre el riesgo de convertirse
en un conocedor de la historia del Derecho, pero en un sujeto
peligrosamente indiferente a las normas en vigor. Más todavía, si invoca
ante una autoridad una disposición derogada comete el delito de abogado y
su única defensa sería decir que no lo hizo a sabiendas, es decir que
ignoraba que se tratase de una norma jurídica derogada.
Con el paso de los años, se ha complicado la vida jurídica moderna pues, se
han proliferado en exceso las normas jurídicas generales vigentes. Si hace
treinta años el abogado encuadernaba un sólo volumen con disposiciones
útiles correspondientes a dos años, hoy en día, con el Diario Oficial ya
expurgado se ve obligado a encuadernar hasta dos o tres tomos mensuales.
No obstante, no tiene otra alternativa;
VI. Hace aproximadamente cuarenta años, prosperó una costumbre en la
Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. A
los estudiantes se les vendía una versión mimeografiada delos apuntes de
clase que alguien tomó a varios de los maestros que impartían cátedra en
esa época. Generalmente los correspondientes catedráticos no autorizaban
ni desautorizaban esos apuntes. Más adelante, con el avance tecnológico, se
hicieron versiones de apuntes en offset. Fue negativo para los maestros este
sistema pues, no se respetaron los derechos de autor.
Estos apuntes y la memoria visual permiten que el estudiante pueda repasar
las lecciones que ha recibido. Los apuntes de clase se superan cuando el
alumno tiene conocimientos de taquigrafía parlamentaria y puede tener una
buena versión delas clases impartidas por un buen maestro. Esto no
significa que el alumno deje de estudiar su libro de texto, máxime cuando
el autor de ese libro es el propio maestro que imparte la cátedra;
VII. En países desarrollados se ha incrementado el acervo de libros
denominados: Prácticas, correspondientes a las diversas asignaturas. Así
puede hablarse de
Prácticas de Derecho Civil, Prácticas de Derecho Procesal, Prácticas de Der
echo Administrativo, Prácticas de Derechos Internacional, etc.
En el Derecho mexicano todavía queda mucho por hacer en lo que se
refiere a los libros de prácticas pues, faltarían muchos de ellos en
numerosas asignaturas. En un libro de Prácticas se pueden hacer
planteamientos de casos reales o hipotéticos al alumnado para que
propongan soluciones diversas y el maestro pueda calificar el grado de
avance en lo pragmático;
VIII. Esporádicamente se han publicado por algunos abogados libros
referidos a un caso concreto contencioso en el que han participado para
difundir su versión y, en cierta medida, influir a la opinión pública. Estos
libros pueden ser interesantes bajo la perspectiva del conocimiento que
pueden tener los estudiantes de la vida real jurídica. En el medio mexicano,
este tipo de libros son bastante escasos;
IX. Existen recopilaciones oficiales de tratados internacionales. De esa
manera, el Senado de la República publicó la obra denominada:
Tratados Ratificados y Convenios Ejecutivos Celebrados por México,
que originalmente estuvo integrada por veinte volúmenes y que
posteriormente publicó otros volúmenes más en coordinación con la
Secretaría de Relaciones Exteriores respecto de nuevos tratados que se
fueron celebrando. Un complemento de esta obra fue el libro publicado por
la Secretaría de Relaciones Exteriores denominado:
México: Relación de Tratados en Vigor que permite una rápida
localización de algún tratado internacional que particularmente interesa;
X. Los cursos de Derecho Internacional que se imparten en La Haya, en
inglés o francés, se publica en el Recueil de cours, integrado ya por
numerosos tomos y que contienen en estudios representativos del
pensamiento de vanguardia que exponen los maestros invitados a impartir
dichos cursos;
XI. En realidad, las obras jurídicas pueden clasificarse en dos grandes
grupos:
a) Las obras generales; y
b) Las obras monográficas.
Las obras generales son las que pretenden abarcan el conocimiento amplio
de una rama del Derecho, mientras que las obras monográficas se refieren a
instituciones o figuras jurídicas concretas. Es factible aseverar que el
impacto de la obra general es mayor que el que corresponde a una obra
monográfica. Nos ha llegado, por tradición oral, la aseveración de que a
través de las obras generales o monográficas se puede atribuir a un
estudioso del Derecho el carácter de jurista. Se dice que jurista es quien ha
publicado, en revistas de prestigio, cien trabajos monográficos o bien el que
ha publicado una obra general. Si esto fuera así, la diferencia entre los
trabajos monográficos y la obra general sería de cien a uno. Cierto o no,
esto es interesante para el investigador quien, después de capacitarse a
través de los trabajos monográficos podría intentar trasladarse al ámbito de
la obra general;
XII. El conocimiento de la jurisprudencia internacional es posible obtenerlo
a través del Annuaire o Yearbook, que es el informe anual que presenta la
Corte Internacional de Justicia, en su carácter de órgano de la Organización
de las Naciones Unidas. Esta obra es sumamente interesante para conocer
las resoluciones que ha emitido la expresada Corte. Antes de las Naciones
Unidas, la anterior Corte Permanente de Justicia Internacional también
publicó su anuario, durante el periodo de treinta años;
XIII. Mencionamos, dado su interés general las revistas jurídicas que se
publican en el país y en el extranjero, mismas que pueden estar más o
menos prestigiadas. Algunas de ellas de enorme prestigio obtenido a través
de los enjundiosos conceptos que emiten diversos estudiosos, al especular
sobre temas jurídicos concretos de verdadera vanguardia, lo que hace que
dichas revistas sean muy importantes para el desarrollo doctrinal. En
México, podemos citar las revistas jurídicas que publican la Facultad de
Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Escuela
Libre de Derecho, la Universidad Iberoamericana, la Universidad
Panamericana y el Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos,
entre otras;
XIV. Afortunadamente, en algunas instituciones de estudios profesionales
jurídicos se conserva el requisito de presentar tesis profesional parala
obtención del preciado galardón denominado título profesional. En algunas
instituciones pretende ser sustituida la tesis profesional por otro tipo de
requisitos. Nosotros nos pronunciamos a favor de la sobrevivencia del
requisito de la tesis profesional pues, permite que el futuro abogado se
capacite en el terreno de la investigación jurídica, lo que le será de
indiscutible utilidad para los trabajos reales que tendrá de típica
investigación jurídica, en consultas, en dictámenes y en la elaboración de
complicados escritos con reflexivos argumentos jurídicos. El desempeño de
la profesión de abogado, indiscutiblemente requiere de investigación
jurídica;
XV. Al momento de que el abogado obtiene su título profesional e inicia el
ejercicio de su profesión liberal, es recomendable que se provee una
colección de leyes actualizada para corroborar que se trata de un hombre de
leyes y proceda a patrocinar a sus clientes dentro de la más absoluta
legalidad, con pleno conocimiento de las normas jurídicas que resulten
aplicables;
XVI. Las dependencias oficiales realizan un género amplio de
publicaciones. En otra época todas esas publicaciones eran gratuitas y sólo
requerían gestión escrita para su obtención. Recientemente a
esas publicaciones se les ha fijado un precio y algunas de ellas es
recomendable que se adquieran por los abogados en caso de que realicen
gestiones en esas oficinas públicas respectivas. Entre las publicaciones
aparecen informes periódicos de las actividades desempeñadas por esos
órganos del Estado;
XVII. Es muy importante que el abogado se instruya oportunamente en las
nuevas tendencias de la aplicación jurisdiccional de las normas jurídicas, a
través de la jurisprudencia. Tradicionalmente la Suprema Corte de Justicia
de la Nación ha publicado el Semanario Judicial de la Federación. Hace
varias décadas, en un mundo menos complicado que el actual, dicho
semanario reproducía en su totalidad algunas sentencias, lo que resultaba
muy ilustrativo y orientador para quienes desempeñaban la abogacía.
Posteriormente, solamente se reprodujeron algunos aspectos de las
sentencias dictadas, en casos sobresalientes. El Semanario Judicial de la
Federación tiene una tradición que data de1870 y hoy es el órgano de
difusión de las tesis, jurisprudencias y ejecutorias de los Tribunales
Federales y de los acuerdos tanto de Pleno de la Suprema Corte de Justicia
como del Consejo de la Judicatura Federal, que mensualmente se pone al
alcance de los integrantes del foro como un señalamiento de la práctica
judicial.
También se publica la jurisprudencia por contradicción de tesis que
compila, ordenada y sistemáticamente, las resoluciones y tesis que dicta la
Suprema Corte de Justicia de la Nación al dirimir la contradicción de
criterios emitidos por las propias Salas de la Corte o de los Tribunales
Colegiados de Circuito.
De relevancia resulta hacer referencia a los diversos
Apéndices de Jurisprudencia que se han publicado y se menciona que el
último Apéndice de Jurisprudencia compila tesis jurisprudenciales
obligatorias correspondientes a los años de 1917-1995.
XVIII. También en épocas recientes, tanto la Cámara de Diputados como la
Cámara de Senadores han convocado a personas de sectores interesados
para participar en foros de consulta. Los estudios de los participantes se han
compilado e incluso el Senado de la República llegó a publicar quince
tomos de los foros de consulta a que convocó en relación con el Tratado de
Libre Comercio de la América del Norte. La Cámara de Diputados Publicó
los resultados del foro de consulta sobre la doble nacionalidad, tales obras
son evidentemente jurídica;
La relación que antecede, de obras exponentes de la literatura jurídica, no
es exhaustiva, pero permite tener noticia de las diversas direcciones en que
se produce la literatura jurídica. Queremos terminar este apartado con
algunas reflexiones referentes a la relevancia que le corresponde a la
investigación jurídica cuando adopta la forma escrita:
A) El fruto de la investigación jurídica puede quedar plasmado en la obra
escrita y de esa manera perdurar para que posteriores espíritus selectos
marchen sobre las huellas que ha trazado y, a continuación, como lo exige
el movimiento científico, poder dar pasos adelante;
B) Razonablemente se ha manifestado que la palabra escrita pesa más que
la hablada pues, lo escrito puede ser criticado más de cien años después,
mientras que lo hablado pueden tener repercusiones inmediatas, pero, el
tiempo termina por borrar sus vestigios;
C) La responsabilidad de la palabra escrita no puede rehuirse pues, allí está
como prueba documental lo que se ha aseverado. Esto es natural pues, se su
pone, en principio, que hay más tiempo para meditar lo que se escribe frent
e a lo quesimplemente se dice;
D) La palabra escrita tiene mucho mayor proyección que la hablada. Puede
atravesar instituciones educativas, universitarias, culturales o científicas.
También puede trasladarse a través del espacio a otras provincias
diferentes a la de su origen, a otros países, a otras latitudes y hasta puede
traducirse y a ensanchar sus efectos en idiomas en los que el propio autor
no estaba en condiciones de haber escrito;
E) El autor de la obra escrita será conocido en las dimensiones quele
corresponden. Puede ser considerado pequeño o grande, según la calidad de
su pensamiento. Es un acierto reiterar la frase hecha que reza: por sus obras
lo conoceréis.
Su obra lo rebasará y habrá interpretaciones diversas que extraerán
minucias de un pensamiento que quizá no quiso exteriorizar;
F) Sería grave error, como algunos pretenden establecerlo, que el tiempo
hace caer los libros en la obsolescencia. No es así porque existen raíces
profundas y vigorosas de la cultura universal que han marcado un hito en
el desarrollo y fortalecimiento del pensamiento humano. Obras escritas de
los griegos, de los hebreos, de los romanos y de grandes pensadores de
otros pueblos seguirán cimentando el gran edificio de la cultura universal
de todos los tiempos;
G) Para los críticos que lanzan diatribas, por supuesto injustificadas,
conviene recordarles las máximas que ha elaborado José Ingenieros, en su
obra El Hombre Mediocre™: "La única crítica válida a un libro es hacer un
libro mejor" y "La crítica mal intencionada es el homenaje que rinde
el hombre mediocre";
H) El autor de una obra jurídica o de varias, está armado caballero y va a
caballo, mientras que los que sólo critican las obras de los autores, a pesar
de su protagonismo, van a pie. Por ello, cada vez que pueden lanzan dardos
envenenados a uno u otro autor y a sus obras. Con eso se consuelan. Cuánta
razón tenía don Miguel Cervantes Saavedra cuando en el diálogo de Don
Quijote con Sancho Panza, le hacía exclamar a Don Quijote, respecto de
los perros que alborotaban a su alrededor: "Ladran Sancho, luego
cabalgamos.