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La condena aquí impuesta se pagará por partes iguales con cargo a los
respectivos presupuestos.
I. ANTECEDENTES
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Expediente No. 11405
JUAN BAUTISTA GUERRERO RAMÍREZ Y OTROS
7. Oscar Guerrero Velazco mantuvo siempre una estrecha relación afectiva con
sus padres y hermanos, con quienes convivía.
pregunta por qué si los familiares y el mismo paciente sabían que su vida corría
peligro, no informaron de ello a las directivas del hospital y a la Policía, ni les
pidieron protección (folios 291 a 294 C. ppal.).
“Así pues, resulta inaudito e inconcebible que una persona perseguida y lesionada
sea abandonada a su suerte para que un grupo de insurgentes dispusiera de su
vida..., ya que el atentado a la vida de OSCAR GUERRERO VELAZCO, el día 16 de
enero de 1992, fue mirado inadvertidamente por las autoridades, cuando el
sentido común indicaba que una vez localizado sería víctima nuevamente de sus
agresores, quienes seguramente intentarían concluir la acción delictiva.
“El artículo 168 del Código Contencioso Administrativo dispone que “En los
procesos ante la jurisdicción en lo contencioso administrativo, se aplicarán, en
cuanto resulten compatibles con las normas de este código, las del Procedimiento
Civil en lo relacionado con la admisibilidad de los medios de prueba, forma de
practicarlas y criterios de valoración”.
2. Cuando se hayan recibido fuera del proceso en los casos y con los
requisitos previstos en los artículos 298 y 299.
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Expediente No. 11405
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“De otra parte, es necesario aclarar que no ocurre lo mismo con la sentencia
proferida en el citado proceso penal... En efecto, la sentencia penal
condenatoria tiene valor de cosa juzgada, en el proceso administrativo, en
relación con la responsabilidad del agente estatal. Así las cosas, si tal
responsabilidad ha sido declarada en un proceso penal, mediante providencia
debidamente ejecutoriada, ella no puede ponerse en duda...
Debe precisarse, sin embargo, que la responsabilidad penal del agente estatal no
implica, necesariamente, la declaración de la responsabilidad patrimonial de la
administración, ya que debe demostrarse que aquél actuó en desarrollo de un
acto propio de sus funciones o que su actuación estuvo en nexo con el servicio
público...”.
“Siendo aproximadamente a las 3:00 horas del día de hoy y según manifestó el
personal que se encontraba efectuando Primer Turno de Seguridad, se
escucharon varios disparos de arma de fuego de diferentes calibres; de
inmediato, se efectuó el Plan de Defensa a las Instalaciones, ya que se pensaba
en primer lugar que se trataba de una incursión guerrillera, luego a eso de las 6:30
horas, según manifestó un ciudadano, que la subversión había llegado (sic) a la
vereda El Saladito, aproximadamente a las 2:00 horas, un grupo de 13 hombres y
varias mujeres, los cuales vestían uniformes de Policía y Ejército y portaban
diferentes clases de armamento y sacaron de su residencia a los hermanos
GUERRERO VELAZCO (OMAR, OSCA Y NELSON), de los cuales se dicen (sic) que son
atracadores de buses, a quienes condujeron hacia el perímetro urbano (Barrio la
Primavera) de esta localidad, haciéndolos pregonar en voz alta por las calles de
ese barrio lo siguiente: “AQUÍ VAN LOS ATRACADORES DE BUSES”; luego fueron
conducidos hacia el frente del Polideportivo Municipal, donde ajusticiaron al
NELSON; igualmente hirieron a OSCAR, el cual trató de huir y se hizo el muerto; de
OMAR, según informaciones se lo llevaron. Aproximadamente a las 7:00 horas, se
practicó levantamiento del cadáver en asocio de Inspolicía; asimismo, se hicieron
las diferentes averiguaciones sobre el caso” (folio 16 C. ppal.).
b. Ese mismo día, Óscar Guerrero Velazco fue remitido por el Servicio de
Salud de Santander al Hospital Santo Domingo de Málaga, para que le fuera
practicada una exploración quirúrgica con urgencia, dado que presentaba
heridas de bala en el muslo derecho (folio 27 C. ppal.).
Así las cosas, si bien es claro que, luego de ser internado en el Hospital
Santo Domingo de Málaga, Óscar Guerrero no contó con protección especial
por parte de la Policía Nacional, considera la Sala que este hecho no resulta
suficiente para concluir que su muerte es imputable a esta institución. En efecto,
no está probado que el comandante de la estación de San Andrés o el
comandante del Séptimo Distrito de Policía de Málaga hubieran tenido
conocimiento de que el herido había sido remitido al Hospital Santo Domingo de
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1Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia del 12 de septiembre de 1985, M.P.
doctor Horacio Montoya Gil.
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“1. Siguiendo de cerca la jurisprudencia sentada por los tribunales franceses desde
los primeros años del presente siglo..., hoy en día se tiene por admitido en nuestro
medio que en un buen número de contratos... ha de entenderse incluida la
llamada “obligación de seguridad” para preservar a las personas interesadas o a
sus pertenencias de los daños que la misma ejecución del contrato celebrado
pueda ocasionarles, obligación que en pocas palabras cabe definírsela diciendo
que es aquella en virtud de la cual una de las partes... se compromete a devolver
sanos y salvos – ya sea a la persona del otro contratante o sus bienes – al concluir
el cometido..., pudiendo tal obligación ser asumida en forma expresa , venir
impuesta por la ley en circunstancias especiales o, en fin, surgir virtualmente del
contenido propio del pacto a través de su entendimiento integral... Y uno de los
eventos en que hay lugar a reconocerle vigencia a este crédito a la seguridad de
las personas, como algo que le atañe al vínculo “...en condiciones normales de
contratación...”, es precisamente el de la prestación de servicios asistenciales por
entes hospitalarios de cualquier clase...
3 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia del 1º de febrero de 1993, M.P.
Carlos Esteban Jaramillo Schloss.
4 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia del 8 de septiembre de 1998, M.P.
(...)
Un sector de la opinión entiende que la vigilancia del enfermo que padece una
afección psiquiátrica constituye una obligación de resultado.
Asimismo, los partidarios de la precedente tesis resaltan, para nosotros con acierto,
que las clínicas modernas de salud mental emplean tratamientos progresivos
compuestos de fases sucesivas, hasta obtener la rehabilitación del enfermo.
“1. Actos puramente médicos.- que son los de profesión realizados por el
facultativo;
2. Actos paramédicos.- que vienen a ser las acciones preparatorias del acto
médico y las posteriores a éste; por lo común, son llevadas a cabo por personal
auxiliar para ejecutar órdenes del propio médico y para controlar al paciente (por
ejemplo suministrar suero, inyectar calmantes o antibióticos – o proporcionarlos por
vía oral-, controlar la tensión arterial, etcétera). También en esta categoría queda
emplazada la obligación de seguridad que va referida al suministro de
medicamentos en óptimas condiciones y al buen estado en que deben
encontrarse los instrumentos y aparatos médicos;
(...)
(...)
(...)
(...)
Es claro que estas normas no son aplicables al presente caso, dado que
no se encontraban vigentes cuando ocurrieron los hechos; sin embargo, como
ha quedado explicado, ya la jurisprudencia había hecho alusión, en el año 1993,
a la existencia de situaciones especiales en las que los administradores de los
hospitales deben extremar las medidas de control y vigilancia de los pacientes,
dadas las condiciones de riesgo en que éstos pueden encontrarse.
De otra parte, si bien conforme al oficio que obra a folio 48 del cuaderno
principal, suscrito por el Director del Hospital Santo Domingo, se concluye que no
existen registros en esta institución de que se hubiera informado a las autoridades
sobre el ingreso del herido Óscar Guerrero Velasco, el 16 de enero de 1992, ni de
que se hubiera tomado alguna medida de seguridad especial, con el fin de
proteger al citado paciente entre esa fecha y el día 18 siguiente, considera la
Sala que estas circunstancias no resultan suficientes para establecer la
responsabilidad de dicha institución.
FALLA: