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Universidad nacional experimental

De los llanos occidentales

“Ezequiel Zamora”

UNELLEZ-Socopó

Derecho Procesal Civil

Docente: Bachiller:

Cristóbal Roa Díaz Altuve Indiana

Derecho 2do Año CI.V-20.600.446

Socopó, Julio 2020


Introducción al Derecho Civil.

Fue en Roma donde el derecho civil alcanzó su verdadera individualidad y llegó al máximo
esplendor. Los derechos civiles modernos tienen en todo el mundo occidental una fuerte tradición
romanista incluida en el oriente. Tenemos, pues, que recurrir a los orígenes romanos para
establecer el concepto de derecho civil. Ante todo, el Ius civile es el conjunto de normas que
regula las relaciones de los ciudadanos romanos, esto es, de los que forman parte de la ciudad con
plenitud de derecho. Por eso, el Ius civile constituye el más apreciado patrimonio del romano.

En los primeros tiempos, el derecho de ciudad correspondía exclusivamente a los patricios,


los fundadores de la ciudad y sus descendientes, por lo tanto mantenían el carácter de una
garantía privilegiada a favor de los próceres. El proceso de democratización en Roma extiende el
Derecho civil a todos los ciudadanos u hombres libres que pertenecen a la ciudad o como hoy
diríamos a la nación romana.

Por lo tanto podemos señalar que su origen, el derecho civil regula las relaciones privadas
entre los ciudadanos de un mismo estado, referentes principalmente a la organización familiar y
a la organización de la propiedad (bienes), es decir, que es una rama del Derecho Privado Interno
que regula los requisitos generales de las relaciones jurídicas entre particulares, y el régimen de la
familia y la propiedad.

El Derecho Civil es el conjunto de normas jurídicas y principios que regulan las relaciones
personales o patrimoniales entre personas privadas, tanto físicas como jurídicas, de carácter
privado y público, o incluso entre las últimas, siempre que actúen desprovistas de imperium.

Del mismo modo, en ocasiones se denomina Derecho civil al conjunto de normas incluidas
dentro de un Código civil.

Por último, también se utiliza el término Derecho civil, sobre todo en el ámbito del Derecho
anglosajón, para referirse al:

Derecho continental (como Civil Law), en contraposición al sistema anglosajón (o Common


Law).

Derecho positivo, en contraposición al Derecho natural.


El Derecho civil habitualmente comprende:

El Derecho de las personas, que regula el inicio y fin de la existencia de las personas
naturales y jurídicas, la capacidad jurídica y la administración de los bienes de los incapaces, los
derechos de la personalidad, los atributos de la personalidad, es decir, los elementos que
determinan las condiciones de cada individuo en su relación jurídica con los demás, tales como el
estado civil, el domicilio, la nacionalidad, y ciertos derechos calificados de "personalísimos", por
cuanto no pueden transmitirse o transferirse a otras personas.

La Jurisdicción.

La doctrina está acorde en que la jurisdicción tiene sus orígenes con el nacimiento del Estado
y de la civilización. En épocas anteriores las controversias surgidas entre personas particulares
eran dirimidas a través del uso de la fuerza bruta, es decir, mediante el ejercicio de la
autodefensa, en cuyo caso, la razón la va a tener quien posea la fuerza y la utilice contra su
adversario y cada cual perseguía su derecho haciendo uso de sus propios medios e incluso con la
ayuda de amigos o parientes.

El inconveniente de dejar a la autodefensa el ejercicio del derecho implica necesariamente un


criterio de valor, puesto que la voluntad y el derecho del más fuerte se impondrían sobre la
justicia, siendo éste siempre quien tendría la razón.

Por esta razón, a medida que la sociedad se iba organizando, se fue confiando a un tercero o
árbitro, en este caso la autoridad pública, la aplicación de la justicia, limitando gradualmente el
uso de la autodefensa, para atribuir la administración de la justicia a la autoridad pública. En
atención a esto, la prohibición de autodefensa tiene como piedra angular a la acción y a la
jurisdicción, ya que en los derechos individuales se hallan protegidos por el poder y la autoridad
del Estado. Así que, si el Estado, por una parte, tiene la función exclusiva de administrar justicia
mediante la jurisdicción, de otro lado, los particulares tienen la facultad de pedirle al Estado la
protección y amparo de sus derechos, a través del ejercicio de la acción.

Ciertamente, el camino recorrido hasta el surgimiento de la jurisdicción ha sido lento; En un


principio la autoridad estatal confió a un tercero (árbitro) la tarea de dirimir las controversias
entre los particulares, debiendo éstos someterse a sus decisiones mediante un contrato o por la
fuerza del Estado, con la finalidad de limitar el uso de la fuerza privada, pero luego se pasa al
arbitraje obligatorio en virtud de la autoridad del Estado quien los obliga a someterse a dicho
arbitraje, donde la obligatoriedad de acatar las decisiones también la va a imponer él.

De tal manera que la jurisdicción nace propiamente en el momento en que el Estado deja de
recurrir a árbitros privados y asume él, mediante jueces y tribunales públicos la función de
administrar justicia.

Ya la antigua Roma, se puede apreciar el antecedente mediante disposiciones como es el


caso de una “Lex Julia privata” que prohibía a los particulares hacerse justicia por su propia
mano, condenándoles, incluso a la infamia en caso de que incurrieran en tal desacato. De igual
manera, un decreto de Marco Aurelio prohibió al acreedor apropiarse mediante la fuerza de la
cosa debida y así sucesivamente, otros emperadores como Diocleciano fueron limitando más la
autodefensa.

En casi todos los estados del orden internacional y por supuesto, en Venezuela, contamos
con normas como el ordinal 31 del Artículo 156 de la Constitución Nacional, establece como
competencia del Poder Público nacional, la administración Nacional de justicia, el Ministerio
Público y la Defensoría del Pueblo y el Código Penal, en el capítulo relativo a los delitos contra
la administración de justicia, tipifica en el Artículo 271 como delito a la autodefensa e impone la
correspondiente pena a quienes infrinjan esta disposición.

Naturaleza Jurídica de la Jurisdicción.

La doctrina ha hecho esfuerzos por ubicar a la jurisdicción en el campo al que realmente


pertenece, esto es, determinar si efectivamente se ubica en el campo reservado al derecho
constitucional o dentro del derecho procesal.

En efecto, el orden constitucional atribuye la administración de justicia al Poder Nacional, el


cual a su vez, dentro de la concepción tripartita del Poder Público, se halla dividido en
Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La Jurisdicción es ejercida por el Tribunal Supremo de Justicia
y por los demás tribunales ordinarios y especiales que establezca la Ley, lo cual determina que la
jurisdicción es adjunta al poder del Estado, es decir, la soberanía vinculada a función de justicia.
El conflicto doctrinario relativo a si la jurisdicción pertenece al campo del derecho
constitucional o, si por el contrario, forma parte de la rama del derecho procesal tiene su punto de
partida en las investigaciones iniciales realizadas por los tratadistas franceses, quienes estudian y
analizan las diferencias entre jurisdicción, administración y legislación, bajo la óptica del derecho
constitucional. Y esto ocurre debido a que el enfoque hecho por los expositores franceses fue
realizado tiempos antes de que los procesalistas se avocaran a la investigación de este asunto.

La doctrina da por conocido que la constitución establece los principios jurídicos que crea los
órganos supremos del Estado, al igual que la organización, funciones y atribuciones de los
mismos y la ubicación de cada uno de ellos en relación al Poder Público. Por esto, el control de
aquellos órganos que ejercen los tres poderes, las atribuciones y funciones de cada uno de ellos,
evidentemente son materia regulada por el derecho público.

En atención a lo antes expuesto, sería impropio considerar que los diversos aspectos de la
jurisdicción, estén comprendidos dentro del objeto propio del derecho constitucional, ya que esto,
necesariamente atentaría contra la autonomía científica de cada una de estas disciplinas,
pretendiendo diluir el derecho procesal dentro del derecho constitucional. Ante la independencia
científica que hoy han alcanzado todas las ramas del Derecho Público, es incongruente sostener
que la organización administrativa o el establecimiento de los principios generales de que se vale
el poder público para generar y activar el funcionamiento de la jurisdicción, sean elementos
suficientes para alterar la intrínseca naturaleza procesal que le confiere independencia y
autonomía a la Jurisdicción

Según Rengel Romberg

El criterio distintivo según una reciente interpretación, en la diferencia entre la función y la


actuación. La jurisdicción pertenece al ámbito de la Constitución, sólo en cuanta función, como
atribución de una función pública. En cambio, actuar jurisdiccionalmente, es llevar a cabo actos
proyectivos procesales. La función inquiere por la competencia del órgano, mientras la
proyectividad lo hace por la trascendencia del acto en el proceso. En su aspecto de actos
proyectivos, la jurisdicción es claramente procesal.

La gran mayoría de los expositores procesalistas coinciden que existe una estrecha relación
entre la jurisdicción y la sentencia, partiendo del criterio de función que caracteriza a la
jurisdicción, por ser ésta una función y la sentencia un acto derivado de la función jurisdiccional,
ya que sin la tutela jurídica que el Estado presta a los particulares a través de la jurisdicción, sería
imposible que se diera la sentencia, por ser ésta el acto final de toda esa serie de actos derivados
de la tutela jurídica que brinda la actividad jurisdiccional.

No obstante la relación existente entre la jurisdicción y la sentencia, el concepto de aquella


no puede quedar reducido a un mero acto del proceso, como lo es la sentencia.

El concepto de jurisdicción debe ubicarse en el objeto de la misma y además, atender a la


naturaleza substancial de esa función que la caracteriza, debiendo eliminarse de su concepto
cualquier elemento distractor que impida establecer y determinar la categoría conceptual de lo
que es y representa la jurisdicción, no sólo como función inherente a la acción y al acto final del
proceso (sentencia), sino desde el punto de vista de su esencia misma. Es bastante obvio que la
jurisdicción, vista bajo la óptica funcional que se apega a la tutela jurídica del Estado hacia los
particulares, es esencialmente de naturaleza constitucional, pero esa misma función de la
jurisdicción tiene como objeto central, llevar a cabo los actos proyectivos procesales, vale decir,
en función del desarrollo y ejecución del proceso mismo. Esta dicotomía funcional, ha provocado
que la doctrina haya ubicado una doble situación en la función jurisdiccional. Pero no obstante, a
los fines de precisar su concepto, la doctrina es acorde en que el concepto de jurisdicción debe
atenerse a la función que mayor trascendencia tenga en el orden jurídico social, es decir, aquella
que más relevancia y proyección alcance en el orden jurídico, lo cual ha llevado a concluir que el
campo de mayor incidencia de la función jurisdiccional es en el proceso, por el hecho de llevar a
cabo actos proyectivos procesales, determinando así, su naturaleza procesal, en vez de
constitucional.

Partiendo del principio de que en un Estado organizado, la división clásica del poder público,
determina tres funciones de carácter general: la función Legislativa en el proceso de creación y
formación de la Ley, la administrativa o ejecutiva, en procurar el alcance y logro de todos los
fines del Estado y la judicial, en la solución de los conflictos y controversias que puedan
suscitarse entre los asociados entre sí o entre éstos con el estado. Pero es el caso que la función
jurisdiccional no sólo se atiene a resolver los problemas y controversias suscitados entre partes
(personas particulares), ya que esta importante función del Estado penetra todas las esferas en la
diversa actividad política, jurídica, económica y social; en la esfera de las controversias entre
partes, la jurisdicción orienta y determina el proceso, en el orden jurídico estricto, la jurisdicción
ejerce a través del Tribunal Supremo de Justicia una función de control en el ámbito de la
creación y formación de la Ley, como también ocurre en el caso del control de la
constitucionalidad del derecho objetivo, establecido en el Artículo 20 del Código de
Procedimiento Civil Venezolano. Esto necesariamente le confiere a la jurisdicción un
emplazamiento bastante dilatado desde el punto de vista de su función, puesto que, tanto se aplica
al orden del proceso en la solución de las controversias de los particulares, como al orden
político; como ejemplo tenemos: Cuando se aplica al control de la
constitucionalidad o en resguardo de la soberanía del Estado, al conferirle el correspondiente
exequátur a disposiciones emanadas de autoridades extranjeras.

Como se puede apreciar, el perfil de la función jurisdiccional tiene un carácter global, por lo
tanto sería inútil pretender definirla tomando en cuenta la doble función que representa, aun
cuando hay que reconocer que la naturaleza de ésta, desde el punto de vista ontológico, es
funcional.

Vista de esta manera la situación y en este mismo orden de ideas, es posible definir la
jurisdicción dentro del sistema de legalidad imperante en el Estado de derecho como: La función
del Estado encaminada a crear, por el órgano correspondiente, una norma jurídica individualizada
y concreta, impretermitible para interpretar la voluntad de la Ley al aplicar el derecho, ya sea al
dirimir controversias entre los particulares o en la solución de conflictos de leyes.

Del anterior concepto se desprende que la jurisdicción es ante todo, una función. Pero
además, es una potestad o conjunto de deberes y facultades que tiene el Juez.

Otra conclusión que se puede extraer del anterior concepto consiste en que, de una parte se
presenta la potestad del Juez, pero de otro lado está el deber de administrar e impartir justicia a
quien la requiera, tal como lo exige el Artículo 19 del Código de Procedimiento Civil.

Constituye una función propia del Estado la cual debe ser administrada conforme a lo
establecido por el Artículo 242 del Código de Procedimiento Civil “en nombre de la República y
por autoridad de la Ley”.
El fin último de la función jurisdiccional consiste en crear, individualizada y concreta y esto
lo hace interpretando en la norma que es de carácter general y abstracto, la valoración y el
significado jurídico de las conductas particulares.

El Juez, al concebir esa norma individualizada y concreta, no lo hace de manera discrecional,


arbitraria, como ocurría en épocas primitivas. En el Estado moderno donde impera el principio de
legalidad, el Juez al crear la norma concreta e individual se atiene a normas establecidas para tal
fin; de un lado interpreta la norma jurídica material, es decir, aplica el derecho objetivo sustancial
para dirimir la controversia, y por otra parte, cumple una serie de disposiciones legales para
admitir, sustanciar y llegar finalmente a las conclusiones que van a servir de base a esa norma
jurídica individual y concreta. Esto tiene como resultante que el sistema de legalidad que hoy
conduce toda la actividad del Estado, le exige al Juez y a los demás órganos del estado, que se
adapten a las disposiciones previamente establecidas por el legislador, por ser éstas aquellas que
confieren a las conductas su valoración jurídica.

El principio de legalidad, es entonces, la solución portadora del valor de la seguridad jurídica.


Pero, el caso es que el legislador no logra completamente colmar todas las exigencias derivadas
de las conductas particulares, ni logra prever las infinitas contingencias que bordean el proceso,
es en este preciso momento cuando el juzgador debe hacer un poco de árbitro para llenar el vacío
de la Ley o así, asegurar la primacía de la Justicia como supremo valor jurídico.

La doctrina ha venido sosteniendo que al Juez no le es permitido crear el derecho con su


sentencia, por ser la jurisdicción meramente declarativa de derecho, más no generadora de nuevas
disposiciones legales. Esta misma doctrina al referirse a la norma jurídica, plantea una distinción
entre la voluntad abstracta y la voluntad concreta de la Ley, derivada de la abstracta, siendo
aclarada en el fallo y dinamizada en la ejecución.

Para Chiovenda, la jurisdicción es “la función del Estado que tiene por fin la actuación de la
voluntad concreta de la Ley, mediante la substitución de órganos públicos (jueces) a la actividad
de los particulares o de otros órganos públicos, afirmando la existencia de la voluntad de la Ley u
ordenando su ejecución”.

Hoy esta doctrina ha sido superada en tanto que, ante la carencia previsiva del Legislador, el
Juez ha de interpretar la voluntad de éste, es decir, buscar en el nivel de abstracción de la norma
jurídica, su alcance y contenido e incluso en aquellos casos donde el legislador no previó un
procedimiento específico, debe, necesariamente, aplicar procedimiento análogos y, en extremo,
generar las disposiciones procedimentales necesarias, a cuyos efectos vale citar como ejemplo el
caso concreto del Artículo 291 del Código de Comercio, el cual se refiere a las irregularidades
administrativas en las sociedades mercantiles. Tal disposición jurídica sólo establece ante la
denuncia propuesta por los socios agraviados, el Juez, una vez admitida la denuncia, emplazará a
los administradores y comisarios; oídos éstos, vistos los hechos y las pruebas aportadas ordenará
la convocatoria de la Asamblea para que sea ésta quien determine lo que, en definitiva deba
hacerse. En este procedimiento no está pautado un procedimiento especial, ante lo cual, el Juez
debe echar mano de toda su potestad discrecional para ordenar el proceso.

Quizá una de las características más relevantes en la comprensión de lo que es jurisdicción,


está determinada por la facultad que ésta tiene para asegurar, mediante la fuerza si fuere
necesario, la ejecución del fallo. Conceptos anteriores a la doctrina actualmente dominante
establecían que la jurisdicción terminaba con la actividad juzgadora del Juez, esto es, con la
sentencia definitiva. Hoy sabemos que la parte trascendental del proceso está, justamente donde
se materializa el derecho, una vez que el juez produce la norma jurídica concreta e individual que
dirime el conflicto de intereses que surgió entre las partes y determina lo que es el derecho en el
caso concreto. Hasta este punto, es probable que el mandato del Juez quede ilusorio y se frustre al
no ser observado, caso de que el obligado no adapte su conducta al precepto concreto establecido
en el dispositivo del fallo.

Si la jurisdicción no tuviera la potestad de hacer ejecutar sus decisiones, todos los fines del
derecho y de la jurisdicción misma se frustrarían por no tener efecto alguno; de tal suerte que, la
ejecución forzosa de la sentencia, que es subsiguiente a la condena, es lo que hace posible que el
mandato concreto e individualizado del Juez, pueda materializarse en el mundo sensible de
manera operativa y práctica, aun en contra de la voluntad del ejecutado.

El proceso de ejecución de la sentencia ha sido acogido por la generalidad de las legislaciones


del orbe, como en el caso de nuestro país, el Código de Procedimiento Civil dedica el Capítulo IV
del Libro segundo al procedimiento de ejecución de sentencia, debiendo el mismo Juez que
conoció en la distancia del conflicto, de acuerdo al Artículo 523, fijaren, ejecutar su propio fallo.
De igual forma, el referido capítulo de la ley adjetiva dispone de todos los mecanismos legales,
mediante un procedimiento especificado para que la jurisdicción logre materializar el derecho
deducido en el fallo.

Desde el Siglo XIII, el procedimiento romanista de la actio iudicati, fue suplida por el
“Officium iudicis”, según el cual, el Juez reúne toda la actividad que el Juez debía cumplir de
acuerdo a su oficio, desde recibir la demanda, admitirla, sustanciar el proceso, dirimir y ejecutar
el fallo.

La Acción.

Evolución Histórica de La Acción.

La Acción en el Derecho romano: En la etapa germinal del Derecho Romano la acción o


actio está ligada a la fuerza bruta, lo que se denomina la acción directa; sin embargo, casi desde
la aparición del proceso, concretamente lo que se denominó el procedimiento de las acciones de
la ley, la acción se refiere a un conjunto de ritos, formalidades, para iniciar y proseguir un
proceso. Gayo cita un caso que se ha hecho un ejemplo famoso que demuestra el excesivo
formalismo de esta etapa: Una persona demandó a su vecino por haber cortado la vides de su
propiedad. Sin embargo al hacer valer su derecho ante el magistrado, expresó que reclamaba las
vides, cuando la ley de las XII tablas concedía la acción respecto de la palabra árboles en sentido
genérico. Este error motivó que perdiera el juicio.

Durante el procedimiento formulario el derecho de acción pasa a ser el derecho material


camino a convertirse en una fórmula, en aquella época a cada derecho le correspondía una acción
y una formula específica; por ejemplo para la demanda sobre la propiedad de un bien se tenía la
acción reivindicatoria, para un conflicto de la posesión una acción posesoria; esta concepción
impero durante el siglo II a.c. hasta el siglo III a.c., que es contemporánea con la época de oro del
derecho civil romano.

Luego le sucedió el procedimiento ordinario, caracterizado por la concentración de la


actividad en el Juez y por la reducción e inclusive eliminación de ritos sagrados y las fórmulas,
así tenemos la definición de acción extraída de los Digestos de Celso, expresada siglos antes,
según este la acción es: "(...) el derecho de perseguir en juicio lo que a uno se le debe"(Actio
autem nihil aliud, est, quan, ius perseguemdi in iudicio quod sibi debetiur).

El derecho romano más que sistema de derechos fue un sistema de acciones, le dio más
importancia a la discusión judicial en relación a los derechos subjetivos, sin embargo pese a la
considerable trascendencia que tuvo la actividad jurisdiccional el concepto de acción del derecho
romano es irrelevante desde una perspectiva científica del proceso, puesto que tiene una óptica
material de esta.

Sin embargo ello no impide reconocer que esta concepción se encuentra vigente en algunos
ordenamientos jurídicos, verbigracia dentro del derecho nacional el Código Civil de manera
reiterada utiliza el derecho de acción como sinónimo de derecho material, también dentro del
ejercicio profesional en las cláusulas contractuales se incorporan como objeto la transferencia
"derechos y acciones", pese a que desde una perspectiva científica el derecho de acción es
inalienable, intransmisible, irrenunciable e indisponible; dentro del derecho societario el término
acción hace alusión a la parte alícuota en que se divide el capital social.

Según el Diccionario de Guillermo Cabanellas la Acción es: “Poder jurídico, distinto del
derecho y de la demanda en sentido formal, dirigido a lograr la actividad estatal, por medio de sus
órganos competentes, para la declaración coactiva de un derecho”.

Según El texto: “Tratado de derecho Procesal Civil Venezolano” del Dr. Arístides Rengel
Romberg, La Acción es: “El poder jurídico concedido a todo ciudadano, para solicitar del juez, la
composición de la litis, mediante la actuación de la pretensión que hace valer el demandante
contra el demandado”.

La presente definición destaca:

La acción es un poder jurídico perteneciente a la categoría de los derechos subjetivos. Frente


al poder del particular de ejercitar el derecho de acción, está el deber del juez de proveer sobre la
demanda en la cual la acción se ejercita, deber cuya omisión está penada como denegación de
justicia.
Ese derecho subjetivo o poder jurídico en que consiste la acción, pertenece a todo ciudadano
y es, por tanto, un derecho subjetivo público o colectivo, porque tiene su origen en el interés
colectivo y público en la solución jurisdiccional de los conflictos.

Con la acción se pide también al juez que actúe la pretensión, porque la no satisfacción de esta
o su resistencia por parte del demandado, origina un conflicto cuya solución es un interés de la
colectividad, y su satisfacción un interés privado del demandante. Por tanto, no se trata de un
poder jurídico desconectado de todo interés, sino fundado en el interés público en la solución
jurisdiccional de los conflictos y al servicio del interés privado en la decisión de sus pretensiones.

El derecho de acción se ejercita en la demanda y ésta contiene también el ejercicio de la


pretensión que hace valer el demandante contra el demandado, cuyo examen hace el juez al
proveer sobre la demanda.

Al lado del interés colectivo y público que mueve la acción, existe en todo proceso, el interés
individual y privado en que se funda la pretensión.

La Acción como el segundo elemento del trinomio del Derecho Procesal.

Aquí el fenómeno jurisdiccional se examina, no desde el punto de vista del Estado que
administra justicia, sino desde la posición del ciudadano que pide justicia.

La acción es una realidad práctica con la cual tomamos contacto cada día en el mundo del
proceso civil.

En otras palabras, la trilogía del derecho procesal comprende los conceptos de:

 Acción.

 Jurisdicción.

 Proceso.

La unidad de la necesidad de estos elementos, es lo que da unidad al proceso, la necesidad de


acción, para provocar la necesidad de la jurisdicción y la necesidad de que este actúe en el
proceso y solo en éste, es lo que da la unidad, la teoría del proceso y su estructura orgánica sólo
se consolidará sobre base sólida, delineando un sistema científica en consideración a estos tres
elementos

Regla General de la Acción.

La regla general es que no se tiene jurisdicción sin acción; esto es, que la justicia no se mueve
si no hay quien la solicite. Solo por excepción del juez puede proceder de oficio, sin ser
requerido, como ocurre en materia penal y en materia civil en los casos de interdicción,
inhabilitación, quiebra, entre otros.

El Proceso.

El proceso es un modo de llegar a un fin: en lo civil restituir el orden o un derecho o satisfacer


una pretensión; en lo penal descubrir la verdad de la existencia de un delito, un delincuente y
relacionar el delito al delincuente; en lo político y social combatir la delincuencia y educar
jurídicamente al pueblo.

General y gramaticalmente el proceso implica un desarrollo, jurídicamente se conceptualiza


como un avance para cumplir con un fin: componer litigios, satisfacer pretensiones, resolver
conflictos y en lo penal descubrir la verdad.

Concepto de Proceso.

Sucesión de fases jurídicas concatenadas realizadas conforme al orden trazado por la ley, el
juez, las partes y los terceros en ejercicio de los poderes, derechos, facultades y cargas que les
atribuye la ley procesal o en cumplimiento de los deberes y obligaciones que la misma les
impone, cursadas ante órgano jurisdiccional, pretendiendo y pidiendo la actuación de la ley para
que: Que dirima la controversia, verificado que sean los hechos alegados o que: Que se imponga
una pena o medida de seguridad al procesado averiguado que sea su delito o peligrosidad
criminal, pretensión y petición que se plasmará en una sentencia pasada por autoridad de cosa
juzgada.

El proceso agrupa las siguientes instituciones:

La Jurisdicción y la Competencia; La Acción y la Pretensión y El Proceso mismo, más el


Procedimiento.
Definiciones De Proceso.

VESCOVI. “El proceso es el medio adecuado del Estado para resolver conflictos a través del
Derecho procesal que establece el orden de los actos (procedimiento) para la correcta prestación
de la actividad jurisdiccional.”

GUASP, James. “El proceso es un instrumento de satisfacción de pretensiones.”.

BERRIOS DE ANGELO, D. “El proceso es una coordinación de actos con la finalidad de


administrar justicia.”

CARNELUTTI. F. “El proceso es el todo, el procedimiento es la parte de ese todo.”

Características Del Proceso.

El proceso es un conjunto de: Actos, Normas, Actos Realizados Frente A Los Órganos
Jurisdiccionales y un conjunto de Actos con Finalidad

Conjunto De Actos. Los sujetos realizan ritos (actos) regulados por la ley de procedimiento.
Estos actos pueden ser:

Jurídicos. Realizados por las partes: el Demandante a través de la demanda y el demandado a


través de la respuesta o contestación.

Jurisdiccionales. Realizados por el órgano o el juez en cumplimiento de sus obligaciones y


deberes.

Conjunto De Normas. Determinan derechos y obligaciones de los sujetos procesales y están


establecidos en CPC, CPP. La LOJ, la LMP.

Conjunto De Actos Realizados Frente A Los Órganos Jurisdiccionales. Es la aplicación de la


norma jurídica al caso concreto.

Conjunto De Actos Con Finalidad. Con finalidad de solución del conflicto o de restaurar el
ordenamiento jurídico violado y la búsqueda de una convivencia feliz de los hombres en
sociedad.

Contenido Del Proceso.


Es el conjunto de actos de los sujetos (partes, juez, fiscal).

Objeto Del Proceso.

General: la aplicación de la norma jurídica sustantiva (Código Civil) al caso concreto


(proceso entre A y B).

Particular: reconocer la pretensión de una de las partes.

Finalidad Del Proceso.

Restablecer la paz social a través de la solución del conflicto, la restauración del orden
vulnerado y la búsqueda de una convivencia feliz.

Strictu sensu, la finalidad del proceso es: en lo civil restituir el orden o un derecho o satisfacer
una pretensión; en lo penal descubrir la verdad de la existencia de un delito, un delincuente y
relacionar el delito al delincuente; en lo político y social combatir la delincuencia y educar
jurídicamente al pueblo.

Función Del Proceso.

Dirimir el conflicto de intereses sometidos a los órganos de la jurisdicción.

Naturaleza Del Proceso.

Teoría Contractualista. Deriva de la litis contestatio (contrato de Litigio) que supone, en


forma expresa o implícita, un acuerdo de voluntades entre el actor y el demandado donde fijan los
puntos de conflicto de los cuales el Pretor no podrá salirse en su arbitraje.

Entonces esta teoría dice, la naturaleza (fundamento) del proceso está en la Demanda y la
contestación. Existe un contrato donde están fijadas las dudas litigiosas, de las cuales el
demandado podrá aceptar, rechazar o combinar, pero nunca cambiar algún punto de litigio.

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