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JUAN JOSÉ PASTRANA YAGÜÉ

Finanzas & Comercio Exterior


Administración de Empresas
Negocios Internacionales

HISTORIA: BAYLE, EL CULPABLE DEL


PACTO FRATERNO
Conflicto y negociación

En la sala de su casa, dos hermanos se pelean por un plato que contiene mandarinas
listas para comer; esto sucede antes de empezar a ver la serie que tanto les gusta.
Se arrebatan el plato el uno al otro en sucesivos choques, se persiguen, forcejean y
lloran, hasta que, agotados, deciden llegar a un acuerdo que beneficien a los dos y
finiquiten el altercado. Se dividen las mandarinas en dos platos diferentes
exactamente con cantidades iguales. Cada uno se tranquiliza con contenido en el
plato propio, que fue de difícil conseguida, en su sala y que terminaron dañando
jarrones y adornos de la sala. Fue un acuerdo justo, estable y eficaz, después de un
gran conflicto nacido fruto de la desconfianza que se tenían por la razón de que
uno comiera más que el otro y no comer por igual.

Luego de este acuerdo hecho por los hermanos, cada uno empezó a comer de
diferente forma: El hermano mayor con ansias come la fruta sin desperdiciar ni la
más mínima parte de la fruta, mientras que la el otro hermano tira a su mascota la
piel de la mandarina luego de él haber comida la pulpa de esta. Su hermano mayor
le reclama y él trata de decirle que no interfiera en la situación, ya que el demuestra
sentimientos por ver que su mascota los ve comer y no poder dejar de compartir
con Bayle, su mascota. Aquel acuerdo pactado sólidamente, fue hasta ese momento
culto y objetivo, pero después para el hermano mayor se volcó como algo inútil
que le produjo rabia, ya que Bayle no puede comer este tipo de fruta debido a que,
por culpa de haber comido esta fruta en otra oportunidad, estuvo a punto de morir.

Ambas partes (hermano mayor y hermano menor) han recibido la mitad de lo que
deseaban, cuando se hubiera posibilitado otro acuerdo más perspicaz de acuerdo
a las acciones que tenía el hermano menor con su mascota. Se hubiera acordado
mejor que el hermano menor le diera toda la piel a su hermano mayor, ya que el
otro declara que no le gusta esa parte de la fruta y así quedar satisfechos ambos.

Por medio de este admirable cuento se puede comprobar cómo algo tan fácil como
repartir un plato de fruta en partes iguales se dificulta cuando una parte quiere
ganar sobre la otra. Para que una negociación llegue a cristalizar en un acuerdo las
dos partes han de salir ganando ambas. En demasiadas circunstancias es un
problema de comunicación y falta de exponer los intereses.

Es evidente que fruto de un conflicto surge una negociación donde ambas partes
reciban beneficios equitativamente, y eso en negocios es muy favorable, de hecho,
es lo que hacemos día a día. En el cuento anterior, el problema principal estuvo
enfocado en la mala comunicación que hubo. Si hubiesen dedicado tiempo a definir
correctamente que querían cada uno, el problema estaría resuelto.

En conclusión, esto es lo que cotidianamente pasa en los negocios muy a menudo,


no escuchamos, y luego, nos llevamos indiferencias. Por eso, negociación es el
proceso por el cual las partes interesadas resuelven conflictos, buscando ventajas,
para obtener resultados que sirvan a sus intereses mutuos.

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