Está en la página 1de 23

UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL TÁCHIRA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

ESCUELA DE DERECHO

CÁTEDRA DE DERECHO ROMANO

LA JUSTICIA EN ROMA
Trabajo de Investigación

Autor:

Prof:

San Cristóbal, Mayo de 2020

1
INDICE Pág.

INTRODUCCIÓN…………………………………………………….3

LA JUSTICIA EN ROMA……………………………………………4

SAN AGUSTÍN DE HIPONA…………………………..8

¿Quién fue?......................................................8

Idea de Justicia………………………………………8

TOMÁS DE AQUINO…………………………………..11

Breve Biografía……………………………………...11

Descripción de Justicia…………………………….11

DOMICIO DE ULPIANO………………………………..15

Breve Reseña…………………………………………15

Justicia según Ulpiano………………………………15

MARCO TULIO CICERÓN………………………………17

La Justicia…………………………………………….17

CONCLUSIONES…………………………………………………….21

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………….22

2
INTRODUCCIÓN

Las instituciones de Derecho Romano tienen en la actualidad por


objeto la exposición elemental, dogmático-histórica del Derecho de la
Sociedad, es decir, de aquellos principios generales y normas particulares de
Derecho que estuvieron vigentes en el mundo romano desde la fundación del
Status Civitas (año 754, antes de Jesucristo hasta la mitad del siglo sexto,
después de Jesucristo) época en la que el célebre emperador Justiniano
concibió y logró llevar a término la codificación, que se conoce en la historia
del derecho con el nombre de Corpus Iuris Civilis 1. Significa esto, que en
nuestros tiempos la finalidad del estudio de las Instituciones del Derecho
Romano radica, y de allí su importancia, en conocer las bases jurídicas-
históricas de nuestro Derecho actual, porque como bien se sabe la mayoría
de las instituciones jurídicas que componen el ordenamiento jurídico de los
países que pertenecen al sistema del Civil Law se fundamentan en el
derecho romano antiguo y que han sido ciertamente modificadas en alguna
medida debido al pasar del tiempo, adecuándose a las necesidades de la
sociedad, pero que son básicamente las mismas instituciones que los
Romanos crearon para regular su vida diaria.

De ahí la importancia de estudiar la concepción de justicia que


célebres jurisconsultos como San Agustín de Hipona, Tomás de Aquino,
Domicio Ulpiano y Marco Tulio Cicerón tuvieron en aquella época, pues fue
tanta su trayectoria que su legado permanece hasta la actualidad, y muchas
de las instituciones que se cimentaron en aquella época llevan la marca de
esos diferentes pensamientos.

1
José María Uría S.J. Derecho Romano. Universidad Católica del Táchira. Vol I. p 12 y ss.

3
LA JUSTICIA EN ROMA

Para los antiguos romanos la justicia era la base inconmovible y


eterna de todas las sociedades y el fin supremo y más genuino de todo
Estado, siendo esta una idea de Platón como el más fiel ejemplo de la
filosofía socrática según Roces (1924) 2, de igual forma se consideraba en
aquella época que la finalidad de la organización social y el orden jurídico es
velar por el acatamiento de la justicia entre los hombres, y a nivel personal se
consideraba como lo más noble y puro el proceder justamente en todos los
actos de la existencia humana; estos principios filosóficos de vida basados
en la justicia se han plasmado en la idea de la Republica y la leyes que la
rigen.

Es importante reseñar la noción de justicia a través de las


principales corrientes existentes. Roces3 menciona que la justicia es una
noción de Derecho que lo rige como materia y sobre el cual sus preceptos y
orientaciones debe estar fijado, por tanto, buscar la justicia en las relaciones
sociales debe ser la médula de cualquier derecho, y quienes lo formulan y
aplican deben también ceñirse a estos principios, tal como los juristas
romanos lo hacían.

De esta forma existen diversas nociones de justicia de acuerdo a


las diferentes concepciones doctrinales que han existido a lo largo de la
historia y que se conservan hoy día en el campo de la Filosofía del Derecho.
Se conoce entonces, la Justicia Distributiva como la idea de igualdad entre
todos los hombres, el cual ha sido el fin principal de muchos partidos desde
el tiempo de las democracias griegas. A partir de esta idea y de las diferentes
2
Roces, Wenceslao. (1924). La Idea de Justicia en los Juristas Romanos. Revista General de Legislación
y Jurisprudencia. Tomo 145. 1924. Salamanca, España. Disponible en: [
http://www.wenceslaoroces.org/arc/roces/rglj/juristas.htm ] Fecha de Consulta: 01 de Mayo 2020.
3
Roces, Wenceslao. (1924). Ibídem.

4
luchas sociales históricas como la Revolución Francesa se empieza a
considerar la idea de justicia ligada a la igualdad como una fantasía difícil de
realizar y por tanto surge una corriente basada en el principio de la Justicia
Remuneratoria, representada en parte por Kant, dictamina que la justicia
debe ser una remuneración proporcional a los merecimientos de cada uno en
la distribución de premios y castigos o de ventajas y males, y resulta
interesante mencionar que este tipo de noción de justicia se asemeja mucho
a la justicia de carácter moral de muchas religiones. También se ha tomado
la justicia en un sentido oportunista, alegando que ésta debe ser el fin último
de la sociedad humana que busque el bienestar colectivo, siendo uno de sus
representantes Ihering. Por último, hay quienes consideran la justicia como
un simple método formal de juicio, a través de Stammler debe dársele a la
justicia el ideal social de crear una comunidad pura, con individuos que estén
libres de apetitos personales, basándose en el respeto mutuo y la mutua
solidaridad cuando se trata de una sociedad jurídica.

Este breve recorrido por las diferentes nociones de justicia ayuda


a comprender como las ideas de los jurisconsultos romanos trascendieron en
la historia hasta la actualidad, y como la justicia ha sido un fin perseguido por
todos los pueblos a lo largo de la historia de la humanidad, como fin último
del Derecho y suprema misión del orden jurídico. De esta forma los juristas
romanos, para designar la idea de justicia se solían valer de una expresión
que se mantiene al día de hoy en los idiomas latinos variando poco o mucho,
y es la palabra aequitas o equidad. Etimológicamente la palabra aequitas,
entraña un sentido de igualdad, siendo este también su significado literal, y
se simboliza entonces con una balanza, haciendo alusión a que los casos
iguales deben tratarse de forma igualitaria. Es así, que la aequitas, repugna o
rechaza la concesión de privilegios y derechos singulares frente a la igualdad
ante la ley. La aequitas, por tanto, en términos generales, un deber de
carácter ético, una virtud que afecta a las relaciones todas de la vida, pero

5
que tiene su principal campo de acción dentro del orden jurídico, de esta
manera, la equidad para con nuestros semejantes en materia de Derecho es
lo que se llama Justicia, pura normativa para proceder y con carácter crítico
para juzgar la conducta de otra persona.

Los romanos hacían referencia a la naturalis aequitas,


comparándola con el ius naturale y que por tanto también poseía carácter
inmutable. Se entendía la justicia como virtud, como acatamiento
espontáneo y puro de los preceptos del derecho de acuerdo a la definición
de Ulpiano en las pandectas, es decir, la voluntad resuelta e inalterable de
dar a cada uno lo suyo, así como también la trilogía de preceptos o
postulados del Derecho para ser justo (iuris preacepta sunt haec: honeste
vivere, alterum non Iaedere, suum cuique tribuere).

Desde el punto de vista filosófico-jurídico, la Justicia no tiene virtud


alguna creadora, no es de por sí fuente de la que emanen directamente
normas jurídicas, es simplemente una pauta de juicio que sirve para discernir
el carácter justo o injusto de una regla de Derecho ya existente. No era este
exactamente el criterio de los juristas romanos en cuanto a la aequitas. De la
equidad se hacen derivar, en los fragmentos transmitidos por el Corpus Iuris
una larga serie de normas e instituciones, todas las que se agrupan como ius
aequum, por oposición al iniquum ius y al ius strictum. En este sentido, la
aequitas era una especie de poder complementario del Derecho constituido.
Como es imposible que el Derecho objetivo prevea absolutamente todos los
casos que la práctica haya de plantear, queda siempre un margen no
pequeño de problemas a que acaso no llegan las normas estatuidas y para
los cuales el Juez o Magistrado se tienen que inspirar directamente en sus
nociones de justicia. Roces (1924) 4 respecto a esto indica que este
fundamental papel de las aequitas es uno de los rasgos más genuinos del
Derecho Romano ya desde los primeros tiempos y uno de los factores que
4
Roces, Wenceslao. (1924). Ibídem.

6
más contribuyen a su grandeza. El gran florecimiento de la jurisprudencia
romana clásica se debió sobre todo, sin duda, al amplio campo que se
dejaba al libre arbitrio de los cargados de dictar y aplicar el Derecho. Los dos
elementos cardinales que hacen culminar el Derecho romano: el pretor y la
jurisprudencia, es decir, la doctrina de los juristas, se inspiran de lleno en los
dictados de aequitas. Y el cauce principal por el que fluyen en la práctica
jurídica los principios de la justicia en su aplicación a los casos concretos
litigiosos, es esa categoría fundamental de acciones que imprimem la
orientación de progreso al Derecho romano: las actiones in bonum et
aequum concepta que, a diferencia de las stricti iuris, reconocen al juez un
extenso margen para que conozca y juzgue del caso controvertido con
arreglo a su arbitrio discrecional.

La aequitas aparece además en las fuentes romanas empleada


como pauta crítica del Derecho vigente, que es, como queda dicho, la
función más saliente de la justicia hoy. Los juristas romanos sabían muy bien
que no todo Derecho porque rigiese era justo, esto les llevaba a distinguir,
tomando por criterio la equidad, el Derecho justo y el injusto, el inicuo y el
equitativo. Finalmente, la aequitas para los juristas romanos era un principo
de interpretación del Derecho, principio activo y creador que contribuyó de
modo maravilloso a desenvolver el Derecho existente, como mediador entre
el orden jurídico y la necesidades sin cesar nuevas y renovadas de la vida
social. De este principio derivaban ellos una serie de máximas para la
interpretación de las normas y los negocios jurídicos.

SAN AGUSTÍN DE HIPONA

7
¿Quién fue?

Agustín de Hipona, más conocido como San Agustín, a veces


nombrado como “Doctor de la Gracia”, no sólo ha sido el máximo pensador
del cristianismo en el primer milenio de nuestra era sino uno de los mayores
genios de la humanidad. Nació el 13 de Noviembre de 354 en Tagaste, la
actual SokAhras. Actualmente parte de Argelia, por entonces se trataba de
una ciudad de Numidia, parte del imperio romano. En su prolífica obra se
encuentran tratados, en conjunto o en paralelo a los tópicos religiosos, todas
las cuestiones básicas inherentes a la humanidad, vigentes en la actualidad.
Por eso, además, se lo ha entendido como el primer hombre moderno. Una
prueba de ellos son sus indagaciones acerca del tiempo, sobre todo de la
relación de éste con el espacio y la idea de que tiempo y universo nacieron a
la vez. El físico Roger Penrose, entre otro que lo destacan en dicho campo
del conocimiento, entiende que los estudios sobre ese tópico resultan el
primer antecedente, 1500 años antes, de la teoría de la relatividad a la que
Albert Einstein daría forma en el siglo XX.

Idea de Justicia.

Según Carranza Torres (2018) 5En el campo de las ciencias


jurídicas resulta aún hoy de gran interés y tienen perfecta vigencia las ideas
respecto a la justicia, que en lo principal se hallan en su obra De Civitate Dei
contra paganos, la ciudad de Dios. Realizada luego de la caída y el saqueo
de Roma por los ostrogodos entre los años 412 y 426 y contenida en 22
libros, allí expone, entre muchas otras cuestiones, las ideas respecto del
5
Carranza Torrez, Luis R. (2018). La Justicia según San Agustín. Comercio y Justicia. Artículo de
Opinión en Línea. Disponible en: [ https://comercioyjusticia.info/blog/opinión/la-justicia-según-san-
agustin/ ] Fecha de consulta:01 de mayo de 2020.

8
derecho y la justicia. Una de sus frases reza que donde no hay verdadera
justicia no puede haber un pueblo según la definición de Cicerón, de esta
forma, destierra la idea de que la comunidad política nace o se mantiene por
la fuerza. De ello se desprende consecuencias importantísimas, como que el
derecho, para serlo, debe ser un conjunto de normas adecuadas a esa
justicia, no pudiendo ningún acto de voluntad con distinto sentido
establecerlo con tal calidad. Otra de sus postulaciones indicaba que
cualquiera que sea el orden político establecido o el tipo de Estado o
gobernantes, no es el tamaño ni la fuerza sino la presencia de la justicia lo
que diferencia a un estado de una banda de delincuentes, ya que si no
existiera la única diferencia sería el tamaño de sus crímenes y la impunidad
con la que se cometen los mismos.

Por tanto, la Justicia es, pues, superior al Estado mismo y un


requisito sine qua non para ser tenido por tal. Y los gobernantes, aun
actuando desde su “imperium”, pueden también delinquir cuando se apartan
de lo que es justo. La Iglesia Católica Mexicana en su Líneas de
Pensamiento y Doctrina Agustiniana (2013) 6 señala que para San Agustín la
justicia es la más espléndida de todas las virtudes ya que por ella se
constituyen todos los hombre de bien. Más es completamente nula y vana
cuando no se basa en la naturaleza, porque, a su juicio, si el Derecho no se
basa en la ley natural, todas las virtudes desaparecerían. De esta manera, no
se puede distinguir la ley buena de la mala por ningún otro criterio que no
sea el de la naturaleza. La moralidad para San Agustín de Hipona es tan
fuerte que si el derecho no se funda en la naturaleza, sino en el interés, ni
hay liberalidad ni amor a la patria, ni piedad, gratitud, y con ellos

6
Iglesia Católica Mexicana. (2013). Justicia y Paz en el Pensamiento de San Agustín. Algunas líneas de
pensamiento y Doctrina Agustiniana. Iquitos. Documento en Línea. Disponible en [
https://www.google.com/url?
sa=t&source=web&rct=j&url=http://www.oalagustinos.org/pdf/13mjose.pdf&ved=2ahUKEwiZt9fxi5r
pAhVDT98KHahrAZoQFjADegQIAxAB&usg=AOvVaw0g-
aUmssZPM2meTkMv9nS6&cshid=1588594366047 ] Fecha de Consulta: 01 de mayo 2020.

9
desaparecen las obligaciones para con los hombres, y los lazos que unen a
los hombres con Dios; por tanto se destruye la sociedad humana y la religión.

La realización de la justicia para San Agustín, o una ordenada


convivencia humana es el fin esencial de la sociedad política de una
República, una asociación humana y vinculada por la noción de lo justo y lo
común. Así toda ley positiva contraria a la ley natural no es verdadera ley, ni
aún si ha sido aprobada por el pueblo mismo, por lo tanto, la ley injusta no es
ley. Lo justo no es un mandato del hombre a la naturaleza, sino una cosa de
la naturaleza misma. En este mismo tenor de ideas, se puede apreciar la
filosofía griega y el mundo clásico, en general, debido a que describen la
justicia en su tridimensionalidad ya conocida: legal, distributiva y
conmutativa, de acuerdo a que se trate de las relaciones de las personas con
la sociedad, de la sociedad con las personas o de las personas entre sí,
respectivamente. El “dar a cada uno lo que le conviene” se vuelve desde ese
momento la definición jurídica más aceptada por los Padres y los teólogos
posteriores.

10
TOMÁS DE AQUINO

Breve Biografía

Tomás de Aquino, nacido en Italia, Roccasecca en 1224-1225,


falleció en Abadía de Fossanova el 7 de marzo de 1274. Fue un fraile,
teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores, es
considerado el principal representante de la enseñanza escolástica y una de
las mayores figuras de la teología sistemática. Fue popular por su aceptación
y comentarios sobre las obras de Aristóteles, señalando en qué eran
compatibles con la fe católica. Asimismo, recibió influencias del platonismo
de Agustín de Hipona, y aristotelismo de Averroes y Maimónides, a quienes
tomaba como autoridades. A Tomás de Aquino se le debe una teoría del
Derecho que sería muy consultada posteriormente. Canonizado en 1323, fue
declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y santo patrón de las universidades y
centro de estudio católicos en 1880.

Concepción de Justicia.

Para Tomás de Aquino la justicia es una virtud que se refiere


siempre al otro, puesto que entraña igualdad y nada es igual a sí mismo, sino
a otro. Por lo tanto ese orden interior, la justicia platónica, sólo es una justicia
metafórica. Para Colman7 El Aquinate sigue y desarrolla acertadamente la
clasificación hecha por Aristóteles, Distingue entre la justicia partículas y la
justicia general. En cuanto a la descripción de justicia Aquino acepta la
7
Colman, Edward. La Justicia. Sociedad y Derecho. Revista de Estudiantes de Derecho de la
Universidad de Monteávila. Documento en Línea. Disponible en.: [ https://www.google.com/url?
sa=t&source=web&rct=j&url=http://www.ulpiano.org.ve/revistas/bases/artic/texto/DERYSO/1/derys
o_2000_1_319-
326.pdf&ved=2ahUKEwjevdGC:JjpAhVCc98KHVhnAGMQFjAJegQIBRAB&usg=AOvVaw1FmBuza9yoJjh
VBHQfeUqx ] Fecha de Consulta: 01 de mayo de 2020.

11
definición de Ulpiano, aunque la somete a ciertas precisiones. Lo que lo lleva
a presentar la fórmula técnicamente más perfecta, si bien no es la más
conocida y generalizada. La fórmula ulpianea defina la justicia por su acto,,
pues la voluntas perpetua y constante quiere decir el acto de voluntad,
dotado de firmeza por el hábito en que consiste la virtud. Al tratarse de definir
una virtud, es más preciso sustituir el acto por el hábito, ya que una virtud es
un hábito. La definición Tomista es la siguiente: “la justicia es el hábito según
el cual uno, con constante y perpetua voluntad, de a cada cual su derecho”.
Se pudiera decir entonces que con el Aquinate se cierra el ciclo evolutivo de
la definición común de justicia. Son muchos los comentarios que se han
hecho a la definición tomista, pero no aportan sustanciales novedades,
aunque sí discusiones en detalle.

Esta definición de justicia no procede de ninguna teorización, no


es lo que se pudiera llamar una noción culta. Es en cambio una noción
vulgar, con la menor cantidad de palabras posibles, de un hecho de la
realidad: las cosas están distribuidas, hay que dar a cada uno lo suyo y
cumplir con esto es una virtud. Por tanto, no es una teorización puesto que
se limita a la descripción de un hecho como lo es la existencia de un hábito
del hombre como disposición constante y perpetua, en relación a un deber o
precepto entendido como dar a cada uno su derecho, que atañe a un hecho
social que vendría siendo el reparto de bienes y cargas. Así, es que se
puede afirmar que la definición común de justicia no es derivada de
corrientes o principios filosóficos determinados, ya que la hemos visto en
boca de estoicos, aristotélicos y escolásticos. La justicias de dar a cada uno
lo suyo es una realidad, que sólo podría desaparecer si se alcanzase de
hecho una sociedad totalmente colectivizada, todo de todos o de nadie, en la
que por no haber reparto de cosas ni funciones, no existiría lo suyo de cada
uno.

12
Existen diferentes clases de justicia, debido a que es un término
con varios significados, pero relacionados con un sentido principal. Como se
ha visto anteriormente la noción de justicia se hallaba entremezclada, y fue
Aristóteles con su teoría de las virtudes quien clasificó a la justicia como
virtud particular y la justicia como virtud general., de aquí Santo Tomás de
Aquino se encargó, posteriormente, de darle aún mayor precisión a la
clasificación hecha por el gran filósofo griego.

En un primer sentido se tiene la Justicia General, como virtud


general, y Santo Tomás de Aquino se refiere a ella como “la virtud humana
es la que hace bueno el acto humano y bueno al hombre mismo”, lo que
acertadamente es propio de la justicia. Esta justicia general supone la virtud
en cuanto se refiere al bien del otro y se ordena al bien de la comunidad.
Esta virtud tiende al bien externo, no a una persona en sí misma, sino en
cuanto a su relación con los demás. La justicia como bien de la polis,
consistente en lo conveniente para la comunidad. La justicia general recibe
también el nombre de Justicia Legal. Pues, por medio de ella el hombre
concuerda con la ley que ordena todas las virtudes del bien. Más o menos
perfectamente según que las leyes sean mejores o peores. La ordenación de
las conductas al bien común corresponde a las leyes de la comunidad, por lo
cual la justicia general consiste nuclearmente en el cumplimiento de las
leyes. Obviamente, se hace referencia a una norma prudente, derivada de la
razón de la autoridad y realmente ordenada al bien común.

En un segundo punto se consigue la Justicia Distributiva, esta


obedece a un sentido particular, ya que ella no toca todas las virtudes sino
parte de ellas. Esto es lo que la diferencia de la justicia general. Ambas son
justicias en cuanto van referidas a relaciones con miembros de la sociedad.
Pero una tiene por objeto el honor, el dinero, o la seguridad, o algo que
abarca todo esto si pudiéramos designarlo con un solo nombre, siendo su
móvil el placer que resulta de la ganancia, y la otra tiene por objeto todo

13
cuanto interesa al hombre de bien. Es así, que la justicia distributiva se
refiere a la repartición de viene y cargas entre los integrantes de una
sociedad, según las responsabilidades y aportes que asuma en la misma. La
igualdad en la justicia distributiva no es aritmética sino geométrica, debido a
que al determinar la repartición de cargas y bienes en la sociedad, es
necesario, antes, analizar las cargas y responsabilidades de cada persona.
No es una mera igualdad, sino una proporcionalidad. Además los bienes y
cargas otorgados no deben ser de tal cantidad, que mermen el ejercicio
virtuoso de la función de la persona en la sociedad. Entonces, los justo es lo
proporcional, y los injusto, lo que va en contra de lo proporcional.

Por último, la justicia conmutativa es aquella que existe en los


intercambios, voluntarios e involuntarios, de bienes y de males entre las
personas de la comunidad. Los intercambios son voluntarios cuando existe
un mutuo consentimiento entre los mismos, son involuntarios aquellos casos
en que solo una de las partes es consciente, como el caso del hurto o
cuando hay ausencia de consentimiento por ambas partes, como por ejemplo
en los accidentes de tránsito. En este sentido de justicia aplica una igualdad
aritmética. Da lo mismo que un hombre bueno haya defraudado a uno malo o
viceversa. La justicia sólo observa a la especie de mal causado, y trata por
igual al que conoce la injusticia y al que la sufre. Es aquí cuando entra la
figura del juez, que se va a encargar de lograr una igualdad. Existiendo una
desigualdad, el juez procura igualarlos con el castigo quitando del lado de la
ganancia y compensando al de la pérdida. La justicia correctiva va a ser el
término medio entre la pérdida y la ganancia, entendiéndose esta como
mayor bien y menor mal, y pérdida como lo contrario. Por esto en cualquier
conflicto se va a un juez, que va a constituirse en una encarnación de la
justicia. Él será el término medio. El juez restablece la igualdad y es como si,
de una línea cortada en partes desiguales, quitara a la mayor el trozo en que
excede a la mitad y lo añadiera al segmento menor.

14
DOMICIO ULPIANO

Breve Reseña:

El nombre completo de Ulpiano era Domiciano Ulpiano, de origen


fenicio y nacido de Tye; fue alumno de Papiriano y el encargado de crear
varias obras en el reino de Emperador Antonio Caracalla. Una de sus obras
fue denominada “Las Reglas”, que fue publicada por primera vez hasta el
siglo XVI-1549. Esta obra estaba compuesta de 29 títulos que estaban
subdivididos en párrafos.

Justicia según Ulpiano.

Para aportar la idea de justicia de Ulpiano, es necesario


contextualizar a la justicia dentro de la idea del derecho que se tenía en ese
entonces en Roma. Durante muchos siglos, el derecho estuvo fusionado
prácticamente a la religión, ellos no quiere decir, que los Romanos hayan
confundido al primero con la segunda. Esto se percibe en la terminología
utilizada por ellos, ya que denominaros “Fas” al derecho sagrado,
asignándole a su ámbito la llamada “lex divina”. A la par de “Fas” estaba el
“Jus”, que es la norma producto exclusivo de la actividad del ser humano,
teniendo como instrumento a la “Lex Humana”. Con el tiempo la
diferenciación quedó en el olvido y fue utilizada la segunda denominación
para hacer referencia al derecho.

El Jus era para los romanos un conjunto de normas legisladas por


la autoridad, teniendo obligatoriedad para todos los ciudadanos. Esta primera
noción se amplía en el siglo VII, debido a la influencia de la filosofía grieda, al
adicionársele la idea de un conjunto de normas jurídicas que constituyen un

15
derecho innato, que es independiente y anterior a la Lex Humana. Esto trajo
como consecuencia que tuvieran mucho cuidado en diferencias al derecho
de la moral, así Ulpiano define al derecho el arte de lo que es bueno y de lo
que es equitativo. De acuerdo a esto, el legislador no tiene la obligación de
contemplar todo lo bueno dentro del campo de la norma que conforma el
derecho, puesto que hay contenidos morales a los que no puede tener
acceso, un ejemplo de ellos, son los deberes que tiene para consigo mismo
el ser humano para con sus semejantes.

En ese mismo orden de ideas Nogales (2015) 8 indica que tal


estado de cosas se refleja en la idea de Ulpiano de las tres bases del
derecho que son vivir honestamente, no dañar a otro, dar a cada quien lo
suyo. En Roma, del “Jus” se deriva la idea de “justitia” y “jurisprudentia”, así
la justitia es la justicia, la cualidad de hombre justo, o volunta firme y
continuada de dar a cada uno lo suyo. Siendo así para merecer la calificación
de justo no basta serlo en un momento dado, sino que se necesita conformar
su conducta al derecho sin rebeldía. Así mismo, Ulpiano define a la
jurisprudencia como ciencia del derecho, el conocimiento de las ciencias
divinas y humanas y la ciencia de los justo y de lo injusto.

Para resumir lo dicho respecto del concepto de justicia que ofrece


Ulpiano y su relación con el derecho, la justicia no posee un contenido
abstracto, de valor ideal y estático, sino que transformándose en una práctica
concreta, dinámica y firme que permanentemente ha de dirigir las conductas,
se hace derecho, Así, el derecho tiene por finalidad la realización de la
justicia en las relaciones que regula.

8
Nogales Naharro, María de los Angeles (2015). ¿Qué es el Derecho? Raíces Greco-Romanas.
Universidad Católica Santa Teresa de Jesús de Ávila. Documento en línea. Disponible en: [
http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/692/699 ] Fecha de Consulta: 01 de mayo
de 2020.

16
MARCO TULIO CICERÓN

La Justicia.

Si bien la propuesta filosófica de Cicerón consiste en una


construcción de ideas que ya habían sido desarrolladas por distintas
escuelas griegas (de ahí que se le considere ecléctico), es precio
reconocerlo como el pensador que muestra de una manera muy clara el
diálogo entre una filosofía que se caracterizaba por ser extremadamente
especulativa y el derecho en cuanto el estudio de las leyes y costumbres que
garanticen la convivencia humana y por tanto la construcción de la
República.

Cicerón crees que es fundamental reconocer que el hombre, en


cuanto orientado hacia la sociabilidad, conforma y da sentido al Estado; y
entiende éste como un grupo de personas que reconocen derechos comunes
y de eso extraen un beneficio común. No obstante, la conformación del
Estado así entendido no es el resultado de la simple naturaleza social del
hombre, pues, para que pueda ser digno de llamarse Estado, debe tener
como fundamento: la justicia, entendida como el ejercicio de lo correcto
fundamentado en la fidelidad; y el derecho, que dirige o regula las relaciones
entre los hombres, el cual adquiere, de acuerdo con Cicerón, su fuerza e
importancia en la recta razón, la cual a su vez da muestras de que se inspira
en una ley natural fundada y legitimada por la ley divina, quien dicta el eterno
derecho natural no escrito, que posee la fuerza para regular lo que es justo e
injusto; así pues, todos los demás derecho aportados por estados y
gobiernos tienen como fundamento la ley divina, siendo así que surge el
interés de Cicerón por analizar la moral frente a los deberes y frente a toda

17
norma que pueda regulas la conducta de una ser que construye sociedad
orientado por la luz de la razón.

Como eminente jurista romano ve la evidencia de la ley natural en


la tendencia del hombre hacia la virtud, siento esta la que orienta al hombre
al origen mismo de toda ley y de todo derecho, y entiende la virtud como una
característica humana que adquiere su mayor estatus en la actividad
dedicada a la política. A diferencia de la virtud griega /o término medio), la
virtud romana proclamada por Cicerón adquiere más bien un carácter social,
pues sociable es el hombre por naturaleza. Es posible comprender
entonces, que el derecho no es el producto de la organización de una
comunidad, sino todo lo contrario: el derecho, fundado en la Ley Divina,
antecede a todo ordenamiento y es lo que hace que los hombre se organicen
en busca del bien común (la justicia), es decir, que si bien es propia del
hombre la naturaleza gregaria, es el derecho, por vía de la recta razón y de
la virtud en su dimensión social el que permite el paso de la manada a la
sociedad humana, entendiendo ésta como el vivir en virtud de un bien
común. Este proceso histórico se hace realidad tanto como obra de la propia
naturaleza, como de la capacidad del hombre de asociarse, crear acuerdos
para el bien común, requiriendo de aspectos fundamentales como:
convencimiento y consentimiento mutuo de establecer y guiarse según el
derecho jurídico y la justicia, y su constitución como cuerpo deliberativo que
gobierne o gestione la propiedad común.

Ahora bien, siendo la justicia por antonomasia la virtud que se alza


entre las especie de lo honesto, se presenta como una condición para que
mantenga unida la sociedad de los hombres como en comunidad de vida,
que según Cicerón, empieza con la familia, consolidándose de esta manera
la República, la Justicia es la virtud sin la cual no es posible la correcta
organización, desarrollo y establecimiento ordenado de la vida en común; así
también Cicerón reconoce la necesidad de dicha virtud para la gestión de la

18
propiedad del pueblo o República, la cosa pública. Es decir, que la
organización básica del ser humano como comunidad, como pueblo, debe
estar basada en la Justicia, desde la cual adquieren sentido las leyes (el
derecho positivo, no el fundado en la ley natural o divina), y hacia donde
deben tender las deliberaciones de los gobernantes.

Así entonces, será a los gobernantes a quienes más se les exigirá


ejemplo en el ejercicio de la Justicia; y dado que un gobierno es un órgano
deliberativo que dirige buscando lo que mejor convenga para la correcta
administración de la República, el criterio de este “deliberar” debe ser al
mismo tiempo moral y político. Ahora, la aceptación o no del gobierno no
radica en la forma sino en el fundamento, es decir, no en quién y con cuál
sistema gobiernan, y sus estructuras políticas, sino más bien en el qué
gobierna: la justicia y el derecho o la injusticia y la ambición.

Cicerón, siguiendo de alguna manera la idea que Platón desarrolla


en su texto La República, proclama la justicia como virtud fundamental,
necesaria, como conditio sine qua non es posible una verdadera
organización del Estado y un gestionamiento adecuado de lo público, es
decir un buen gobierno, el cual debe caracterizarse principalmente por tener
como fin el bien del pueblo en general, cualquiera que sea la forma de su
organización. Es decir, que sea cual fuere la forma de gobierno, hay un
principio del bien común que ha de presidir todo ejercicio del poder; ahora, si
bien se gobierna a partir de la ley o los preceptos, éstos deben tener como
punto de partida los principios que emanan de una adecuada comprensión
de la dignidad humana, así como del deseo de ordenamiento de la
convivencia de los hombres.

Así pues, Cicerón logra invertir el orden que creían correcto los
legisladores: primero los preceptos o leyes del derecho positivo y luego los
principios, siendo los primeros quienes llevaban a que estos últimos cobraran

19
sentido; sabiamente nos lleva a que comprendamos que los principios son
quienes le dan sentido a las leyes, las cuales deben tender a la justicia. Las
leyes deben ser justas, al tiempo que deben guiar a los hombres hacia la
Justicia. Con esto Cicerón pone a salvo la aplicación de la Justicia de
cualquier tipo de escepticismo moral, de toda influencia corrosiva: “notiones
innatae, natura nobis insitae”, es decir, que los conceptos morales proceden
de nuestra naturaleza, son confirmados por el ascenso general y le dan
sentido a la aplicación de los preceptos y no al contrario.

20
CONCLUCIONES

La justicia es un fin supremo perseguido por todas las sociedades,


gobiernos y sistemas jurídicos, de ahí que el fin del derecho sea igualmente
la justicia. La justicia a la que está referida el derecho, es decir su objeto, es
la justicia general o legal, es decir aquella que enlaza directamente con la
idea de bien común o de la comunidad política, entendido éste en términos
actuales como el conjunto de aquellas condiciones de la vida social con las
cuales los hombres, las familias y la asociaciones pueden lograr con mayor
plenitud y facilidad su propia perfección, y la justicia así entendida será dar a
cada uno lo suyo, es decir su derecho concreto y real. Al analizar el
pensamiento de los jurisconsultos romanos como San Agustín, Santo Tomás
de Aquino, Ulpiano y Cicerón se evidencia que lo justo puede venir
determinado por lo natural o por lo positivo. Si el fin del derecho es la
realización de la justicia en las relaciones que regula, podemos definir el
derecho como el arte de lo bueno y lo justo. Encontrando por tanto ya en los
orígenes de la historia de pensamiento jurídico filosófico, más
específicamente en Roma la explicación de las reglas de la justicia.

21
BIBLIOGRAFÍA

José María Uría S.J. Derecho Romano. Universidad Católica del Táchira. Vol
I. p 12 y ss.

Carranza Torrez, Luis R. (2018). La Justicia según San Agustín. Comercio y


Justicia. Artículo de Opinión en Línea. Disponible en: [
https://comercioyjusticia.info/blog/opinión/la-justicia-según-san-agustin/ ]
Fecha de consulta:01 de mayo de 2020.

Colman, Edward. La Justicia. Sociedad y Derecho. Revista de Estudiantes de


Derecho de la Universidad de Monteávila. Documento en Línea. Disponible
en.: [ https://www.google.com/url?
sa=t&source=web&rct=j&url=http://www.ulpiano.org.ve/revistas/bases/artic/te
xto/DERYSO/1/deryso_2000_1_319-
326.pdf&ved=2ahUKEwjevdGC:JjpAhVCc98KHVhnAGMQFjAJegQIBRAB&u
sg=AOvVaw1FmBuza9yoJjhVBHQfeUqx ] Fecha de Consulta: 01 de mayo
de 2020.

Iglesia Católica Mexicana. (2013). Justicia y Paz en el Pensamiento de San


Agustín. Algunas líneas de pensamiento y Doctrina Agustiniana. Iquitos.
Documento en Línea. Disponible en [ https://www.google.com/url?
sa=t&source=web&rct=j&url=http://www.oalagustinos.org/pdf/13mjose.pdf&ve
d=2ahUKEwiZt9fxi5rpAhVDT98KHahrAZoQFjADegQIAxAB&usg=AOvVaw0g
-aUmssZPM2meTkMv9nS6&cshid=1588594366047 ] Fecha de Consulta: 01
de mayo 2020.

Nogales Naharro, María de los Angeles (2015). ¿Qué es el Derecho? Raíces


Greco-Romanas. Universidad Católica Santa Teresa de Jesús de Ávila.
Documento en línea. Disponible en: [
http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/692/699 ] Fecha de
Consulta: 01 de mayo de 2020.

22
Roces, Wenceslao. (1924). La Idea de Justicia en los Juristas Romanos.
Revista General de Legislación y Jurisprudencia. Tomo 145. 1924.
Salamanca, España. Disponible en: [
http://www.wenceslaoroces.org/arc/roces/rglj/juristas.htm ] Fecha de
Consulta: 01 de Mayo 2020.

23

También podría gustarte