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CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
CAPÍTULO II PROBLEMÁTICA
El acervo patrimonial de aproximadamente 7.800 piezas con las que cuenta el Instituto de
Arqueología y Museo de nuestra Facultad es uno de los más importantes del país debido a su
riqueza en objetos arqueológicos y etnográficos, pero además por contar con la documentación y
fichas que se utilizaron en el transcurso de los 90 años que lleva la misma. El potencial de
información que ofrece dicho acervo, sistematizada en gran parte en una base de datos digital,
permite realizar una historia completa de las piezas estudiadas y así reconstruir su forma de
hallazgo, uso, exposición o estudios que se le hayan realizado.
Del total de piezas que posee el IAM, sólo 289 corresponden a metales de cobre, plata u
oro. Los mismos presentan diferentes grados de conservación y de fragmentación por lo que las
actividades que se llevarán a cabo están orientadas a la estabilización y prevención de futuros
deterioros. De los datos obtenidos desde la base de datos se establece que el 75% de los metales
se encuentran en un estado de conservación “regular”, el 15% en estado “bueno” y e 10% en
estado “malo”. En lo que respecta a los estados de fragmentación, el 65% se encuentra “no
fragmentado” y el 35% se encuentra “fragmentado”.
2.2- OBJETIVOS
Objetivo General:
Diagnosticar y mitigar, mediante acciones concretas, el deterioro en los
metales arqueológicos dentro del Área de Reserva y Conservación del
IAM.
Objetivos Particulares:
Determinar los procesos de deterioro causales en las piezas
arqueológicas de metal.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
3.1- INTRODUCCIÓN
Los metales arqueológicos presentan muchos retos por el deterioro imparable que suelen
presentar. Esto lleva a que se tengan que tomar medidas cautelosas en los procesos de
conservación in situ o de restauración en el laboratorio y en el mantenimiento de condiciones
apropiadas para garantizar una conservación preventiva exitosa.
El patrimonio histórico y arqueológico es una herencia del pasado que pertenece a una
comunidad y que constituye su historia, por lo tanto se debe garantizar la protección a estas
manifestaciones culturales.
La preservación del patrimonio es una necesidad urgente y de preocupación y ocupación
en casi todas las instituciones (Alonso Fernández, 1999). Todo Patrimonio se genera localmente y
es producido en un espacio y tiempo determinado, por lo tanto depende para su transmisión y
preservación de la comunidad en la que se encuentra y que está involucrada con su desarrollo
(DeCarli, 2004).
Las actividades que se realizarán estarán en relación con la Salvaguarda de las piezas. Se
definen de esta manera, según la Carta del Restauro de 1972, a las medidas de conservación que
no impliquen la intervención directa sobre los objetos sino que se actúe sobre los factores que
causan las degradaciones y los afectan como son la humedad, temperatura, exposición a la luz,
contaminantes y agentes biológicos. Estas acciones de conservación buscan salvaguardar el
objeto y el testimonio histórico del mismo con la mínima intervención posible, por lo que los
trabajos que se realicen sobre ellos deben quedar registrados en memorias, fotografías e informes
para poder replicar los procedimientos, revertirlos cuando sea necesario y aportar a la historia del
objeto patrimonial, que requiere ser conocida.
A continuación, señalaremos los procesos de deterioro que intervienen sobre los metales.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Corrosión de la plata
En los objetos de plata pueden existir sulfuros como productos de corrosión debido a la
presencia de ácido sulfhídrico en la atmósfera como contaminante. Ello provoca un deslustrado de
la pieza que adquiere un color oscuro. La restauración de la pieza suele ser sencilla en estos
casos. Más difícil se presenta este proceso cuando existen cloruros en el medio, debido a que el
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
mayor tamaño del cristal de cloruro de plata provoca grandes deformaciones en los objetos
(Rivera Díaz, 2004).
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3.2.1 – LA PÁTINA
3.3- CONSERVACIÓN
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
que se realice sobre las piezas se debe realizar una etapa de investigación previa para así evitar
conclusiones o trabajos hipotéticos. En el Artículo 16, obliga a la documentación de todos los
trabajos realizados y se exige el conocimiento público de las intervenciones a través de todos los
medios tecnológicos: memorias, informes y fotografías.
La Carta del Restauro de 1972 y 1987, entienden por Salvaguarda a cualquier medida de
conservación que no implique la intervención directa sobre la obra; se entiende por Restauración a
cualquier intervención destinada a mantener en funcionamiento, a facilitar la lectura y a transmitir
íntegramente al futuro las obras y los objetos.
La salvaguarda consiste en una actuación en la que no se realiza ninguna tarea de
restauración pero se garantiza el estado del objeto a través de una serie de intervenciones sobre
los agentes que causan la degradación de los mismo (embalaje, humedad, temperatura,
incidencia de la luz, polvo). De esta manera, salvaguarda tiene relación con el concepto de
Conservación Preventiva del ICOM que la define como el conjunto de acciones de la conservación
o cuidado de la colección dirigido a evitar al máximo que las condiciones medioambientales
puedan dañar a las obras. Estas operaciones se refieren al medio físico y material, con la
utilización de medios para evitar el deterioro material de los objetos en un museo o en el
contenedor habitual de éstos.
Siguiendo a Ramos (2000), la conservación preventiva es el conjunto de acciones
destinadas a detectar, evitar y retardar la aparición de deterioro en los bienes culturales mediante
el control de las condiciones ambientales, de almacenamiento, de manipulación y exhibición, para
garantizar así que no se deterioren a lo largo del tiempo, de manera que las futuras generaciones
puedan acceder a ellas para su estudio, análisis y contemplación. La misma busca establecer los
principios elementales que deben seguirse para el adecuado mantenimiento, exhibición,
almacenamiento y manejo de las colecciones. Estos residen en el conocimiento detallado de las
colecciones, su entorno, el inmueble y el medio ambiente en el que se encuentran. Así como de
las acciones de control y manejo que realizamos como trabajadores del museo.
Al hablar tanto de Conservación Curativa o de Restauración de los objetos arqueológicos
es necesario definirlas primeramente dentro de los marcos legales internacionales vigentes y
publicados a lo largo de la historia en relación con la importancia que supone la conservación de
los Bienes Culturales para el Patrimonio Nacional y Mundial.
El ICOM define a la Conservación Curativa como “todas aquellas acciones aplicadas de
manera directa sobre un bien o un grupo de bienes culturales que tengan como objetivo detener
los procesos dañinos presentes o reforzar su estructura. Estas acciones sólo se realizan cuando
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
CAPÍTULO IV METODOLOGÍA
4.1- INTRODUCCIÓN
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FICHA TÉCNICA
I. ESTADO GENERAL DEL OBJETO
1. Descripción general del objeto
N.º de Identificación: Nombre o designación:
Material: Color pátinas:
Dimensiones (diámetro máx.): Dimensiones (ancho máx.):
Dimensiones (espesor): Peso:
Forma:
Técnicas de decoración:
Rastros de fabricación o de utilización:
Inscripciones, marcas:
2. Descripción de las alteraciones mecánicas
Deformaciones:
Desgaste o deterioro:
Fragmentación:
Estado físico del metal:
3. Descripción de la corrosión
Figura 1: Ficha modelo usada para el registro de las actividades de conservación realizadas.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Las fichas fueron realizadas exclusivamente para este trabajo tomando en cuenta las
actividades de conservación que se iban a llevar adelante y la información que ya se tenía de los
objetos. Es por eso que es necesario destacar ciertos puntos:
Toda la información que se encuentra escrita en color negro en las fichas corresponde a
los datos que se obtuvieron a través de la base de datos del Instituto de Arqueología y
Museo.
Toda la información escrita en color rojo corresponde a datos que fueron relevados que no
se encontraban en la fichas de la base de datos; mediciones, pesos o estados de
conservación que se modificaron desde que se elaboró la base de datos; nuevos datos
anexados a las fichas como son la descripción de la corrosión y las tareas de conservación
desarrolladas.
Las fotos del lado izquierdo que contiene la ficha corresponde a la foto principal que se
encuentra en la base de datos del IAM y que fueron tomadas en el año 2003 cuando se
elaboró la misma.
Las fotos del lado derecho de la ficha corresponden a imágenes de autoría propias
tomadas luego de realizadas las tareas de conservación a cada uno de los objetos. De
igual manera, se entrega un apoyo digital en el que se encuentran las fotos secundarias y
de detalle de cada uno de los objetos.
En el caso particular del peso de las piezas, cuando se cuente con dos pesos escritos en
rojo van a significar: el primero la corrección del peso de la pieza con respecto a la ficha de
la base de datos, y el segundo, el peso de la pieza luego de que se le realizara la limpieza
mecánica. En el caso de haber un sólo peso en color rojo, el mismo corresponde a una
corrección del que aparecía en la base de datos.
En las piezas están exhibidas en las salas de museos, sólo se realizó un relevamiento
visual desde fuera de la vitrina para observar si había alguna situación de riesgo.
Además, se realizará una actividad experimental sobre material actual de bronce que
presenta rastros de deterioro en superficie. Se registrará el estado de conservación inicial y, luego,
se implementarán diferentes métodos de extracción de impurezas como el ultrasonido y la
aplicación de ácidos acéticos, clorhídrico y fluorhídrico, dejando un sector como testigo
Finalmente, se aplicará la consolidación en ciertos sectores con Paraloid B72 al 5% (en acetona).
Se medirán las variables diagnósticas que serán determinadas para esta experiencia. Los
resultados se tabularán comparando la variación entre el momento previo y posterior a la
aplicación de estas técnicas. Esta actividad nos permitirá evaluar los pro y contra que la limpieza
por ultrasonido tienen para los materiales arqueológicos y la posibilidad o necesidad de llevarlos a
cabo en el resto de las piezas de la colección. Dicha experiencia requerirá un monitoreo que
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
excederá los tiempos de esta tesis, como así también requeriremos los resultados de composición
de metal que serán obtenidos con posterioridad. Dicho análisis en el laboratorio CIME permitirán
considerar el potencial comparativo de estos procedimientos a aplicaciones a material
arqueológico. Otra experiencia, se enfocará a elaborar, un protocolo de análisis de residuos
desprendidos de la limpieza de las piezas metálicas.
Como la metodología contempla el registro y la documentación, se elaborará un Tesauro
que unifique criterios de categorías técnicas y tipológicas de los artefactos metálicos. También, se
realizará una búsqueda de asociación de las piezas. Se asociarán los pares o partes de piezas
que están sigladas como Materiales Arqueológicos (en adelante MA) diferentes con procedencia o
características físicas semejantes, y se intentará determinar el tipo de objeto al que pertenecen los
fragmentos que se encuentran mediante el remontaje de las piezas. Todas estas actividades
permitirán enriquecer la descripción de cada una de las piezas y a la vez, dejan lugar a próximas
investigaciones en el tema.
Por último, se realizará una propuesta con sugerencias sobre acciones de conservación
preventiva y curativa de metales arqueológicos como así también sobre técnicas que nos permitan
obtener mayor información sobre materiales e iconografía que no es observable a simple vista.
Las actividades que se realizan tenderán a mejorar el sistema de guarda de las piezas
dentro de la disponibilidad de materiales con las que se cuenta el Área de Conservación. Por lo
tanto, no sólo se acondicionarán las piezas metálicas sino que también los contenedores de las
mismas: continente y contenido.
Los materiales usados para el nuevo Sistema de Guarda de las piezas son:
Bolsas de polipropileno: tiene una alta resistencia a la rotura, ácidos abrasivos, solventes
orgánicos y agentes químicos, y es un buen aislante eléctrico.
Sobres de espuma de polietileno: es indeformable y no abrasivo, y es un aislante térmico.
Planchas de polipropileno corrugado : reducen las variaciones de humedad, impiden el
paso del polvo, eliminan la incidencia de la luz natural y brindan una mayor protección.
Tubos Eppendorf: son fabricados con polipropileno por lo que son libres de ácidos y su
dureza y tapa generan un cierre hermético aislando del polvo y humedad.
Guata en plancha o Fosshape (material de poliéster): es un excelente aislante térmico auto
extinguible que no altera su volumen con el paso del tiempo. Es resistente al moho y no
absorbe humedad. Además, es libre de olores y resinas.
Cajas de polipropileno corrugado azul: son resistentes a la humedad y golpes.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
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Referencias:
Sector testigo
Limpieza con ultrasonido
Limpieza mecánica con escariador
Limpieza química con ácido acético
Limpieza química con ácido fluorhídrico
Limpieza química con ácido clorhídrico
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Se realiza limpieza mecánica con escariador de punta fina en la que se logra desprender
parte de la corrosión de la pieza que es guardada en un tubo Eppendorf debidamente siglado y
con fecha de extracción.
Luego, se aplicó una limpieza con ácido flourhídrico mediante un hisopo. Se realizó un
limpiado del área intervenida con agua destilada y con la ayuda de un hisopo para retirar los
restos de materiales sueltos que aún quedaban en superficie.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
El ácido clorhídrico es también conocido como ácido muriático. Se lo utiliza para limpiar,
tratar y galvanizar las superficies metálicas. Además, es un desincrustante de residuos de
carbonato de sodio.
Se preparó Ácido Clorhídrico al 10% mezclando 10 ml de ácido clorhídrico y 90 ml de agua
destilada. Se aplicó sobre la pieza con la ayuda en un hisopo. Se realizó un limpiado del área
intervenida con agua destilada y con la ayuda de un hisopo para retirar los restos de materiales
sueltos que aún quedaban en superficie.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Las muestras extraídas de material arqueológico serán sometidas a diferentes testeos con
ácido acético, Calgón, ácido clorhídrico, ácido fluorhídrico y hidróxido de potasio para establecer la
posibilidad de identificar qué microrrestos están afectando a las piezas dentro del depósito para
así combatirlos de manera eficiente. El cobre tiene efecto bactericida, razón por la cual se supone
que los restos de material textil suelen conservarse si están adheridos a este metal (com pers
Angiorama, 2018). Sin embargo, otro tipo de agente biodeterioro puede intervenir, y el mismo será
potencialmente visibilizado al microscópico si puede aislarse con los procedimientos adecuados,
desprendidos de la experiencia.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 5: Se observan las muestras en las 5 Cajas de Petri con los químicos ya colocados.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
A las 14:40 hs, se le agregó dos gotas más a cada una de las muestras de sus respectivos
químicos. Se registra de nuevo efervescencia y burbujeo en las reacciones del ácido clorhídrico y
del ácido fluorhídrico.
Luego de 18hs de reposo, se les agregó 2 gotas más a cada una de las muestras.
Posteriormente se las enjuagó con agua desmineralizada y se las montó para poder observarlas a
microscopio.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
CAPÍTULO V RESULTADOS
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
En el Anexo 1, se adjuntan el inventario y las fichas de los 289 objetos metálicos que se
analizaron el transcurso de este trabajo de laboratorio como parte de la Pasantía Institucional de
la carrera. Las mismas se encuentran ordenadas de acuerdo al número MA de la pieza.
En relación a las imprecisiones en la base de datos, antes mencionadas, se señalarán
aquellas generadas por la desconfiguración en el conteo por parte del software dependiendo del
filtro empleado para la entrada a la base de datos del IAM. Así, se filtró el sistema por
MATERIALES ARQUEOLÓGICOS y que fueran METALES. Con ese filtro establecido salieron las
fichas de 291 objetos arqueológicos metálicos. Sin embargo en la práctica, se detectaron un
mayor número de objetos que no fueron hallados con estos dos filtros establecidos pero que sin
embargo sí figuraban dentro de la base de datos. Se sumó otra falla detectada: la base de datos
se halla en dos computadoras, la más antigua y la nueva (un año de uso) y entre ambas, los
resultados de búsqueda con dichos filtros dieron conteos diferentes, arrojando 254 y 291
respectivamente.
También registramos otro tipo de errores, vinculados a la nomenclatura y categorías. En un
caso, una pieza contaba con un doble registro, con dos MA 3966 y 3998. Esta situación pudo
resolverse haciendo uso de otros soportes documentales, tales como el libro de registro de los
años 80’ en donde la pieza era descripta con el MA 3998 , por lo cual éste fue el siglado
considerado válido. Otro error hallado fue el de un collar de cuentas de malaquita ingresado bajo
la categoría de material “metal”. Por último, y no menos importante, no se encuentra la pieza con
MA 10121 (fragmento de pinza de cobre) en ninguna de las cajas de materiales en la Reserva por
lo que posteriormente se colaborará con el control intensivo de la totalidad de las cajas (aunque
sean de otros materiales) para poder corroborar su inexistencia y empezar con los trámites
necesarios para dar aviso a las autoridades y entidades correspondientes.
También, se hallaron piezas con el MA designado en el rótulo asociado pero las mismas
no fueron ingresadas en la Base de datos (en ninguna de las dos computadoras). Debido a que
tampoco se contaba con el NA de la pieza, se resolvió buscar en los libros de ingreso los datos
que se tenían. La única pieza que tuvo este inconveniente es la designada con el MA 4044.
Por último, en el marco de descripción de las piezas y de su determinación en categorías
de objetos, aquellas que estaban dentro de la categoría de “Artefacto” y, que en base al remontaje
temporal de sus partes, permitieran principalmente ya que al reconstruir o remontar sus partes
para la foto se puedo observar que eran Discos o Pendientes, fueron renombrados de tal modo.
Por otro lado, cierto tipo de piezas registradas como “metal” fueron ingresadas con el tipo de metal
que figura en piezas semejantes, como es el caso de dos piezas de plata.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Todas estas modificaciones se ingresan en la Base de Datos digital del IAM y se detalla
“Observaciones de Rodriguez, Maia (investigación para Pasantía Institucional. Abril-Mayo 2018).
Datos cargados por Cohen y Rodriguez (28-05-2018)”. Esto se realiza a fin de quien consulte la
Base de Datos sepa a quiénes recurrir ante cualquier duda o consulta relacionadas a las
modificaciones y nuevos aportes realizados.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
ARTEFACTO 35 24 0 (2) 9 2 28 5 23 12
PULSERA 74 73 0 1 5 69 0 9 65
TENSOR 2 2 0 0 1 1 0 0 2
PUNZÓN 4 4 0 0 0 4 0 1 3
TORTERO 2 2 0 0 0 2 0 1 1
CASCABEL 2 2 0 0 0 2 0 1 1
CUCHARA 1 1 0 0 0 1 0 0 1
SILBATO 1 1 0 0 0 1 0 0 1
CUCHILLO 2 2 0 0 1 1 0 0 2
ESPADA 1 1 0 0 0 1 0 1 0
AGUJAS 15 15 0 0 1 14 0 3 12
PINZAS 30 30 0 0 3 27 0 11 19
FIGURA 1 1 0 0 0 1 0 0 1
BRAZALETE 1 0 0 1 0 1 0 0 1
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
TOPO 4 2 0 2 2 2 0 0 4
ARTEFACTO 25 17 0 8 2 17 6 12 9
PULSERA 73 72 0 1 5 67 1 16 57
TENSOR 1 1 0 0 1 0 0 0 1
PUNZÓN 4 4 0 0 0 4 0 1 3
TORTERO 2 2 0 0 0 2 0 0 2
CASCABEL 2 2 0 0 0 2 0 1 1
CUCHARA 1 1 0 0 0 1 0 0 1
SILBATO 1 1 0 0 1 0 0 0 1
CUCHILLO 2 2 0 0 1 1 0 1 1
ESPADA 1 1 0 0 0 1 0 1 0
AGUJAS 14 14 0 0 1 13 0 6 8
PINZAS 29 29 0 0 3 26 0 22 7
FIGURA 1 1 0 0 0 1 0 0 1
BRAZALETE 2 0 0 2 0 2 0 2 0
Estas tablas permitieron una comparación rápida de los datos en los que se detallan los
cambios más notorios en la conservación, fragmentación y clasificación a continuación.
En los “Torteros” cambia de Fragmentado a No fragmentado una de las piezas debido a
que había un error en el registro de la base de datos. En los “Cuchillos” sucede lo mismo y una de
las piezas ahora es clasificada como Fragmentada. Las “Campanillas” y los “Cinceles” conservan
la clasificación que se había realizado en la Base de Datos con la salvedad de 1 pieza en cada
caso que cambia su estado de conservación.
En lo que respecta a cambios más notorios, se dan en las “Pinzas” con el caso de que en
el conteo final se encuentra una pinza menos que las ingresadas en la Base de Datos ya que es el
objeto faltante mencionado anteriormente. Además, lo de mayor importancia, es que, a las 11
pinzas que estaban ya ingresadas como Fragmentadas, se suman 11 pinzas más, haciendo un
total de 22 pinzas fragmentadas. En las observaciones realizadas a las mismas, se puedo
registrar que los tipos de cortes que presentan parecen ser tanto intencionales como naturales por
lo que se evalúan cuáles son los factores que llevan a esta situación.
Algo parecido pasa en las “Agujas” en donde falta 1 pieza de las ingresadas a base de
datos. También, se suman 3 nuevas a la clasificación de fragmentadas. Siguiendo la misma
situación, hay una variación de las cantidades debido a una reclasificación en la base de datos en:
Brazalete, Pendientes, Vincha, Disco, Cuenta y Artefacto.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Por otro lado, debido a la elaboración del Tesauro, hubo objetos a los que se los re-
nombro en base al mismo. Esto sucede, en las “Placas”, las cuales aumentan a 6 bajo esta
denominación y todas se encuentran fragmentadas. En las “Láminas”, se reduce el número a 4
debido a la clasificación aplicada.
Por otro lado, sería interesante poder conocer o realizarle algún estudio a los brazales que
se encuentran en el Área de Reserva para de esa manera establecer a qué se debe la pátina
brillosa que poseen y qué sustancia se usó para poder ingresar esa información a la historia de
vida de la pieza y a las intervenciones que se realizaron en el pasado.
Debido a que algunos objetos requirieron un tratamiento más pormenorizado o específico
para poder asegurar su adecuada conservación, es importante hacer una pequeña descripción de
cada uno de ellos.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
MA 4659
Figura 8: Se muestra la nueva forma de embalaje del objeto debido a la fragilidad que presenta el
mismo.
Estas piezas presentan un avanzado grado de corrosión y fragmentación que han llevado a
microperforaciones y desprendimientos de material de la pieza. Debido a esto, se recurrió a
colocar los diversos fragmentos de la pieza en un sobre de espuma de polietileno con el MA
correspondiente para evitar que se quiebren por choques con otras piezas o vibraciones (Figura
9).
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 9: Se muestra la nueva forma de embalaje del objeto debido a la fragmentación que
presenta el mismo y afín de evitar mayores daños.
Figura 10: Se observa como fueron guardados los fragmentos de las piezas dentro de tubos
Eppendorf siglados con el MA.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
MA 4011; MA 4026
Debido a la fragilidad que poseían estas piezas (fragmentos de láminas) y, a su forma plana y
delgada, y al estar expuestas a deformaciones por presiones o tensiones físicas como el peso de
las otras piezas, se decidió colocarlas sobre una base de espuma de polipropileno denso como
soporte noble y dentro de una bolsa de polipropileno abierta. Se las ajustó con hilo de algodón
suavemente para evitar desplazamientos (Figura 11).
Figura 11: Se observa al MA 4011 sobre una base de espuma de polipropileno denso ajustada
con hilo de algodón.
Por otro lado se presenta a continuación, una tabla que sintetiza las distintas corrosiones
que están afectando al material arqueológico y las posibles causas que se le asocian a las
mismas (Tabla 4). No se especifican las pátinas de los objetos de oro ya que los mismos no
poseen ninguna debido a la pureza del metal.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figuras 12 y 13: Se observa el antiguo Sistema de Guarda con bolsas de polietileno y broches
metálicos cerrando las mismas correspondiente a las Cajas 10 y 19 respectivamente. Una de las
cajas –cartón- muestra manchas rojizas de oxidación o posiblemente hongos.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figuras 14 y 15: Se observa el nuevo Sistema de Guarda con bolsas de polipropileno sin ganchos
metálicos, sobres de espuma de polipropileno, tubos Eppendorf y polipropileno corrugado de
soporte, correspondientes a las Cajas 10 y 19 respectivamente.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Dentro del trabajo con el Sistema de Guarda, se realizó el cambio de la Caja 11 debido a
que la anterior presentaba un gran deterioro debido a la humedad que contenía la misma y que
estaría afectando a los metales que allí se encontraban. Se colocó todos los metales dentro de
una Caja de Archivo de Polipropileno que es resistente a la humedad y a los golpes con el mismo
número que poseía la caja anterior (Figuras 16 y 17).
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figuras 18 y 19: En la primera, se observa la Caja 10 anterior que presentaba las manchas
mencionadas. En la otra, se observa la nueva Caja 10 que es de polipropileno. La disposición de
los objetos en las cajas considero pesos y formas, hallándose los más pesados y planos en sector
inferior y los más pesados y con formas curvas, en sector superior. Las bolsas de polipropileno
siempre se colocaron abiertas, plegadas sin broches.
Por otro lado, dentro de la Caja 18 que contenía pulseras y anillos principalmente, se
encontraban dos planchas de espuma de polipropileno denso aplicadas y cada una que tenía
calados con pulseras, en total entre las dos. Para economizar espacios y viendo que no hacía falta
colocar ninguna otra pulsera de dicha forma, se recortó el material sobrante para poseer más
espacio para las otras pulseras y materiales y para lograr economizar el material de conservación
(Figuras 20, 21 y 22).
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 22: Se muestra cómo quedaron recortadas las dos planchas para economizar espacios y
material de conservación pero mantener el trabajo realizado anteriormente.
El armario en el que se encuentran guardadas las piezas es de madera y se tomaron las medidas
de humedad y temperatura. Los niveles de HR recomendados tanto en exposición como en
almacén en objetos de metal no deberían sobrepasar el 30% y la temperatura debería estar entre
los 20°C y los 25ºC siendo la óptima de 21ºC. Las mediciones tomadas con el termohigrómetro
mostró que en el interior del armario hay una temperatura de 15,9°C y una humedad del 60%. En
el Depósito B, la temperatura es de 16,6°C y la humedad del 59%. Esto muestra que el interior del
armario es más húmedo pero que hay una temperatura inferior debido a que se encuentra al
resguardo de la luz (Figura 23).
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 23: Se muestra el Armario dentro del Depósito B del Área de Reserva en el que se
encuentran guardadas las cajas con los objetos metálicos.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Por otro lado, se prevee probar, tanto en un parte limpia con cada método como en otra
que no haya sido intervenida, el uso y las consecuencias del Paraloid B72 en los objetos de cobre
para posibles reintegraciones de partes o para hacer de aislante a factores que lo estén
afectando.
A continuación, se presentan la ficha de material realizada y luego la descripción precisa
de los trabajos. Cabe aclarar, que los pesos y medidas se tomaron antes de todas las
intervenciones y al finalizar las mismas con el objetivo de establecer las variaciones de
dimensiones que pueden haber ocurrido.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
FICHA TÉCNICA
I. ESTADO GENERAL DEL OBJETO
1. Descripción general del objeto
N.º de Identificación: Obj. Exp. 1 Nombre o designación: Destapador
Material: Cobre Color pátinas: verdeagua y marrón oscuro
Dimensiones (largo máx.): 100,5 mm Dimensiones (ancho máx.): 51,4 mm
Dimensiones (espesor): 4,2 mm Peso: 135,58 gr
Forma: Posee forma irregular de sección rectangular con un agujero en la parte superior de la pieza de
forma irregular.
Técnicas de decoración: Presenta un hipocampo con cola y las dos patas delanteras elevadas.
Rastros de fabricación o de utilización: Realizado por vaciado.
Inscripciones, marcas: Posee escrito “Banco Comercial del Norte” y “1912-1972”
2. Descripción de las alteraciones mecánicas
Deformaciones: No presenta.
Desgaste o deterioro: Pátina verde y pátina marrón
Fragmentación: Nula
Estado físico del metal: Regular
3. Descripción de la corrosión
La corrosión afecta principalmente la cara delantera de la pieza.
4. Descripción de las tareas de conservación preventiva realizadas
Se realizó una limpieza mecánica con escariador primeramente, luego una limpieza química con
ácido acético y ácido fluorhídrico. Al día siguiente, se realiza limpieza con ultrasonido y la
consolidación con Paraloid B72.
5. Información sobre la historia del objeto
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
La limpieza por ultrasonido permitió evaluar que es más efectiva cuanto más tiempo se la
someta a este sistema. Por lo tanto, al momento de realizarla se recomienda hacer antes alguna
limpieza mecánica para facilitar la limpieza del ultrasonido. En el caso de piezas más frágiles o
flexibles, se puede realizar la limpieza con un tiempo menor.
Por otro lado, al finalizar la misma los desprendimientos de material fueron importante no
sólo dentro del ultrasonido sino también cuando se realizó la limpieza con agua destilada y el
hisopo (Figura 24 y 25).
Al limpiar las piezas con el hisopo con agua destilada se observa que se retira una mayor
cantidad de corrosión que estaba suelta en superficie.
Figura 24: Se observa a la pieza dentro del tubo de precipitación con 50 ml de agua destilada y el
agua se encuentra turbia debido a los desprendimientos que produjo el lavado con ultrasonido.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 25: En la imagen de la izquierda, se observa el sector del Objeto Experimental sin
intervención. En la imagen de la derecha, se observa el sector del Objeto Experimental luego de
hechas las intervenciones.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figuras 26 y 27: En las imágenes de la izquierda, se observa el sector del Objeto Experimental sin
intervención. En la imagen de la derecha arriba, se observa después del uso del escariador. En la
imagen de la derecha abajo, se observa luego de hechas las intervenciones con escariador y
ácido fluorhídrico.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 28: En la imagen de la izquierda, se observa el sector del Objeto Experimental sin
intervención. En la imagen de la derecha, se observa el sector del Objeto Experimental luego de
hechas las intervenciones.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
La limpieza química con ácido acético permitió evaluar que este tipo de limpieza no
desprende totalmente el material corrosivo de la superficie de la pieza. Se podría probar con una
cantidad mayor de gotas de ácido acético o con una limpieza mecánica posterior para ver si de
esa manera es más efectivo.
Al colocar la gota sobre la superficie de la pieza no provoca reacción visible pero produce
un desprendimiento de la pátina verde después de un tiempo de acción del ácido (Figura 29).
Al limpiar las piezas con el hisopo con agua destilada se observa que se retira una mayor
cantidad de corrosión que estaba suelta en superficie.
Figura 29: En la imagen de la izquierda, se observa el sector del Objeto Experimental sin
intervención. En la imagen de la derecha, se observa el sector del Objeto Experimental luego de
hechas las intervenciones.
La limpieza química con ácido clorhídrico permitió evaluar que este tipo de limpieza no
desprende totalmente el material corrosivo de la superficie de la pieza. Únicamente retira
parcialmente de la pátina verde pero no genera mayores desprendimientos (Figura 30).
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 30: En la imagen de la izquierda, se observa el sector del Objeto Experimental sin
intervención. En la imagen de la derecha, se observa el sector del Objeto Experimental luego de
hechas las intervenciones.
La consolidación con Paraloid B72 sobre los distintos sectores en los que se aplicaron las
técnicas de limpieza muestra, por el momento, que la consolidación servirá de aislante e inhibidor
de futuras corrosiones. La aplicación fue mediante un hisopo y se realizaron dos capas del mismo
(Figura 31).
Para evaluar la eficacia del Paraloid B72, se propone colocar el “objeto experimental”
dentro del Área de Reserva y realizar controles periódicos a los 3 meses, 6 meses y al año,
primeramente. De esta manera, se podrá conocer cómo los agentes de humedad temperatura,
luz y los microorganismos afectan a este objeto (que entonces ya contará con valores de
composición). Dicho monitoreo permitirá eventualmente comprender el comportamiento de
metales arqueológicos que tengan semejante composición y que se encuentran guardados allí.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 31: En la imagen de la izquierda, se observa el sector del Objeto Experimental sin
intervención. En la imagen de la derecha, se observa el sector del Objeto Experimental luego de
hechas las intervenciones.
La muestra extraída de la limpieza de los metales que fue elegida pertenece al MA 3955
que es un disco de base de cobre debido a que es la que más material desprendió por lo que
permite realizar mayor cantidad de testeos para establecer el protocolo de intervención de
metales. Este procedimiento se realizó en el laboratorio de microfósiles del IAM con la asistencia
especializada de las técnicas Julieta Zapatiel y Mónica Burgos (Tabla 5 y figuras 31, 32, 33, 34 y
35).
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
El primer tratamiento con HCl (ácido clorhídrico) la muestra resultó muy limpia, su
reacción fue espontánea en el Cu, inestable frente a este ácido, sufre un proceso de corrosión
rápida, acción de los óxidos de cobre (Cu2O) dejando a la vista el metal Cu+, la disolución
presenta un color verde-amarillento. En cuanto al conteo bajo, donde sólo se ha observado
fragmentos grandes de cristales alargados y ramificados (n=35) transparentes en el campo claro,
con birrefringencia blancuzca a tonalidades amarillas; otros cristales aglomerados (n= 17),
fragmentos de microcarbones (n=9) propios del ambiente y fragmentos mineralizados en tonos
amarronados (n=11).
Figura 36: Vista panorámica cristales ramificados (izq. campo claro- centro. campo polarizado sin
cuña de cuarzo- der. polarizado con cuña de cuarzo)
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 37: Cristales alargados, izq. campo claro transparentes, der. con polarizador blancuzcos y
caramelo
El segundo tratamiento con HF (ácido fluorhídrico), se observó una muestra muy sucia
(partículas), aquí el reactivo resultó una reacción positiva (efervescencia) y es probable que actúe
como disgregante sobre la pieza, este reactivo corrosivo fuerte se utiliza para limpiar metales y en
otros protocolos de laboratorios, por ejemplo, en Palinología se emplea para destruir el material
silíceo; se observó mayores conteos pero con microrestos similares a la muestra anterior, como
ser estructuras cristalinas de tonos azulados y blancos (n=17), además aparecieron agregados
de cristales (n=5), restos fragmentados de material orgánico sin identificar sueltos y ocluidos
(n=2) y microcarbones (n=16).
Figura 38: Der. Vista panorámica de cristales aglomerados, izq. fragmento vegetal no identificado.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 39: Fragmento grande de cristales en forma de abanico con material vegetal y
microcarbones ocluidos (izq. campo claro- centro. campo polarizado sin cuña de cuarzo- der.
campo polarizado con cuña de cuarzo)
El tercer tratamiento es con KOH (hidróxido de potasio), aquí la base resultó negativa
(sin efervescencia) al exponerse con el cobre, pero funcionó como buen disgregante sobre la
pieza “disco Cu”, otras experiencias con una base como el NaOH (hidróxido de Sodio) en
disolución ayudan a que la corrosión de la pieza sea lenta pues la protegen de la oxidación
posterior del Cu+ (Heredia Avalos, S. 2011). Se observó una muestra sucia-disgregada con
materiales sueltos, cristales formando agregados (n=5), fragmentos grandes tornoazulados
(n=25), cristales sueltos transparentes (n=15) y fragmento vegetal ocluidos en el mismo (n=10),
por ultimo microcarbones (n=3).
Figura 40: Fig. Fragmento mineral tornoazulado con oclusiones de material vegetal y
microcarbones (izq. campo claro der. campo oscuro polarizado con cuña de cuarzo)
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 42: Cristales sueltos tornoazulados (arriba) y blancuzcos (abajo), ambos campos claros y
polarizados.
La cuarta prueba con CH3COOH (ácido acético) sin reacción alguna resultó una muestra
limpia, su disolución es de color verdoso por la formación del acetato de cobre Cu(CH3COO)2,
pero con una alta frecuencia, en todos los campos del preparado, de fragmentos de mineral
turquesas a azulados, de diversos tamaños, los cristales azules se deben a uno de los compuesto
más importante del Cu que es la sal de sulfato cúprico (Biasioli y Weitz, 1981), otros fragmentos
marrones (n=2) y microcarbones (n=2).
Figura 44: Vista panorámica de los fragmentos mineral sal de Cu (izq. campo claro, der. campo
oscuro)
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 45: Izq. Fragmentos con microcarbones ocluidos (flecha negra), birrefringentes (flecha
blanca). der. mineral Cu tornoazulado (campo claro) y turquesa (campo oscuro)
Figura 46: Fig. Cristales transparentes (izq. campo claro) y birrefringente al polarizador (campo
oscuro). der. Microcarbón.
La quinta y última muestra muy limpia, sin reacción visible sobre el residuo en el disco de
Cu, fue el (NaPO3)6, Calgón. Este producto químico sirve para disolver carbonatos de calcio y
magnesio sobre la pieza ademas de eliminar las manchas verdes productos de la oxidación
(Theile, M.). Aquí aparecen muy frecuentes en todos los campos observados fragmentos de
cristales con una birrefrigencia blancuzca, otros transparentes fragmentos grandes (n=7), tonos
amarronados-amarillentos (n=4) y agregados de cristales (n=2).
Figura 47: Fig. Fragmentos grandes transparentes (medio) con microcarbones y fragmento marrón
ocluidos (flechas izq. y der.).
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 48: Fragmento oscuro (izq, campo claro, der. campo polarizado con cuña de cuarzo)
Figura 49: Fragmento de cristales ocluidos blancos con tonos azulados y rojizos (izq. campo claro,
der. campo oscuro)
Figura 50: Agregados de cristales con oclusiones de material vegetal (flecha, izq. campo claro,
der. campo oscuro)
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 51: Silicofitolitos de gramíneas, células articuladas dendriforme (izq.) y tipo rondel (der.)
Figura 52: Grano de almidón no identificado ( izq. campo claro, medio. campo polarizado sin cuña
de cuarzo y der. campo polarizado con cuña de cuarzo)
Como parte del presente trabajo, se plantean posibles actividades y estudios que se le
pueden realizar a las piezas para de esa forma obtener mayor información de las mismas o
establecer posibles asociaciones.
Se propone realizar el pintado de lo muebles de madera que contienen las cajas de las
piezas o las piezas sueltas, con pintura látex blanca para de esta manera formar un
impermeabilizante y que la madera no desprenda más ácidos que puedan afectar a las piezas.
A continuación, se detallan los objetos que podrían someterse a radiografía, a
consolidación y a análisis de sustancias adheridas.
5.6.1- RADIOGRAFÍA
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Se propone realizar una consolidación y unión de las partes fragmentadas del MA 4689
(pendiente) con Paraloid B72 a fines de preservar la pieza. Dicho objeto pierde visibilidad de qué
es, decoración que posee y peligra su conservación si se lo mantiene en tantos fragmentos (15 en
total). Esto se fundamenta, en las pruebas realizadas sobre el objeto experimental en la que se
observa la eficacia y eficiencia de la consolidación con Paraloid B72 no sólo para inhibir la
corrosión sino también para unir fragmentos que remontan.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Figura 53: MA 4689 al que se le podría realizar consolidación con Paraloid para que se entienda
su significado.
Es importante poner en relevancia aquellos objetos a los que sería interesante realizarles
otros tipos de estudios o análisis para así obtener mayor información de su contexto y posible uso.
A continuación, se realiza un listado de los mismos y se describe a qué se debe la necesidad de
otro análisis junto con una foto en la que se señala el sector de interés:
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
MA 3997: es una artefacto cilíndrico que posee uno de sus lados cerrados. En el interior
del mismo y debido a la fractura del lado cerrado se observa una pluma de color
amarillento claro.
MA 3980 y MA 3990: ambos objetos son pendientes que presentan la misma decoración
de un ave en la parte media y superior del mismo. Se propone realizar estudio para
determinar si pertenecen al mismo par para sí unir en un mismo MA para posibilitar un
estudio, conservación y manejo en conjunto.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
5.7- TESAURO
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Para determinar si una pieza está entera o fragmentada se utilizaron los términos de la siguiente
manera:
ENTERA: es aquella pieza que no presenta ningún tipo de pérdida de material o
fragmentación.
FRAGMENTADA: cuando la pieza presenta pérdida de material o cuando se encuentran
fragmentos separados que remontan.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Richard Feynman
Volviendo a los objetivos que se habían planteado para este trabajo final se realizará una
discusión de los mismos a partir de los resultados obtenidos durante todo el proceso.
Se buscaba crear las condiciones adecuadas para la conservación de metales
arqueológicos dentro del Área de Reserva y Conservación del Instituto de Arqueología y Museo.
Los 289 metales con los que se trabajó presentaban pátinas y corrosiones diferentes,
fragmentaciones de distintos grados, estados de conservación de distinto tipo e historias de “vida”
muy diferentes. Se estableció un protocolo de trabajo en el que los procedimientos para el
diagnóstico y conservación serían iguales para todos los objetos, salvo en aquellos casos en los
que estuvieran exhibidos en las muestras del IAM. Los resultados pudieron tabularse señalando
por categoría de artefacto (por ej. pulseras, pinzas, cinceles, etc), número de piezas, materia
prima, los estados de conservación y, fragmentación. Las fichas de donde se desprendieron
dichos datos, fueron acompañadas de imágenes y descripciones anteriores y posteriores al
presente trabajo.
Uno de los puntos importantes es que la re-clasificación de las piezas debido a la
elaboración de un Tesauro para precisar las categorías nominales. Esto permitió que se pueda
nombrar con más precisión a los objetos que estaban clasificados bajo una categoría
supuestamente neutral de “artefacto”.
En cuanto a la limpieza de las piezas, todas aquellas que perdieron material, fueron sus
restos guardados en tubos Eppendorf para permitir en el futuro realizarle investigaciones al
material desprendido así como también evaluar el avance de la corrosión de las piezas que
estaban afectadas. Otras intervenciones de limpieza mencionadas fue la de borrar las marcas de
tiza y extraer materiales inapropiados adheridos, como alambres.
La corrosión presente en las piezas permitió evaluar que las mismas están afectadas por
Cuprita y Calconatronita mayoritariamente. Esto puede deberse a la presencia de aire húmedo en
un ambiente ácido y por exposición al calor y que puede provenir del microclima que hay en San
Miguel de Tucumán y a las condiciones de conservación a las que estuvieron sometidas las
piezas durante años debido a que no se le realizaban tareas de conservación o control de las
condiciones. Como se vio en los resultados, la humedad dentro del Depósito B y del Armario en el
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
que se encuentran las cajas con los objetos es muy elevada para lo que es recomendado para los
objetos metálicos arqueológicos. Dentro del armario la humedad es mayor que la del depósito
pero la temperatura menor ya que protege las piezas de la incidencia de la luz solar. Siguiendo
con esto, se recomienda como acción a futuro la necesidad de pintar con látex blanco el armario
para que el mismo no desprenda ácidos, se reduzca la temperatura y se puedan realizar controles
más visibles sobre las cajas y las piezas metálicas.
Por último, se observó que algunas de las piezas parecen haber estado sometidas a
presiones o tensiones mecánicas externas, pero no se ha podido identificar la procedencia o
factores de las mismas. Esto se observó en una aguja que posee deformaciones muy notorias que
no podrían haber sido realizadas por la presión de otros objetos sino que parece ser de una
presión intensa y dirigida hacia la misma. También, se detectó que hay 11 pinzas más
fragmentadas que las ingresadas hace 15 años a la base de datos digital. Esto puede deberse a
movimientos y fuerzas que están relacionadas con las escasas condiciones de estabilidad en las
que se encontraban las piezas dentro de los contenedores. Además, es necesario considerar que
los procesos de corrosión pueden haber afectado e incentivado a dichas fragmentaciones.
Siguiendo con los objetivos planteados, se llevó a cabo el cambio de Sistema de Guarda
de las Piezas. Se trabajó con el mismo para lograr una mayor estabilidad de las piezas y disminuir
el efecto de los agentes corrosivos como el aire, la humedad y la luz. Es por eso, que se
cambiaron las cajas de cartón antiguas por cajas de polipropileno, las bolsas de polietileno por
bolsas de polipropileno y sobres de espuma de polietileno, se retiraron los papeles ácidos,
papeles de sobres, broches metálicos, alambres y cintas adhesivas que estaban junto con las
piezas y que contenían datos del viejo Sistema de Guarda. Toda la información que se retiró del
Antiguo Sistema de Guarda y que era de importancia para la historia de la pieza y del las formas
de registro y de conservación, se guardó correctamente con el MA actual asociado para así
permitir la reconstrucción de la historia de “vida” de las piezas cuando sea y resulte necesario.
Por otro lado, se ha enriquecido la Base de Datos con nueva información, nuevas fotos,
nuevos detalles, nuevos estados de conservación y hasta con el ingreso de nuevos objetos
metálicos que estaban siglados pero no ingresados a la Base de Datos pero de las que se podía
obtener algo de información a través de los antiguos Libros de Ingreso y Registro de las piezas.
También, al detectar un error en el conteo entre las piezas que posee la Base de Datos y
los trabajados, se realizó un nuevo control de todas las piezas y del inventario de la Pasantía en el
que se encontró una pieza faltante que corresponde a un fragmento de pinza de base de cobre
(cuya búsqueda más minuciosa aún debe realizarse) y otra pieza de cobre que estaba ingresado
dos veces a la Base de Datos con dos MA distintos. Al corroborar ambas cuestiones, se solucionó
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
el problema de conteo que existía. Aún así, habiendo realizado las correcciones y estableciendo
correspondencias entre las piezas con el listado arrojado por la búsqueda de software, el número
arrojado por el conteo del buscador con categoría METALES arqueológicos, sigue dando un error
con tantas piezas de más.
Además, y debido a un caso en particular dentro del trabajo, se sugiere realizar un registro
de las trayectorias de los objetos en la Base de Datos para evitar la pérdida de información de la
“vida de las piezas”.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Por otro lado, aunque no se pueden dar resultados concluyentes, la consolidación con
Paraloid B72 al 5% parece ser útil como aislante en los lugares en los que se realizaron limpiezas
previendo así que la corrosión se siga desarrollando en esos lugares.
Por último, se propone un plan de acción a futuro para seguir realizando estudios a los
metales mediante el que se plantean diferentes actividades. Entre ellas, se propone una
consolidación con Paraloid B72 basándonos en los resultados de la experiencia realizada. Se
debería realizar para que la figura adquiera sentido ya que desintegrada no se identifica a qué es
o cuál es su función. También, se podría realizar radiografías a la pieza MA 10099 para
determinar si hay inscripciones que podrían resultar de importancia para sumar datos a la historia
de la pieza, y también al MA 3876 en la que se podría determinar la decoración presente en la
base del cono que está borrada por la corrosión. Además, serían necesarios realizar análisis de
pluma o pelos que podrían estar adheridos sobre la superficie de la pieza y que aportarían datos
sobre la funcionalidad de uno de los artefactos y el posible uso o asociación de la pinza. Otra
propuesta a futuro es el control del objeto experimental dentro del Área de Reserva para ver la
eficiencia y eficacia de las limpiezas y del Paraloid como consolidante, aislante e inhibidor de la
corrosión y el avance o no de la corrosión dentro del microclima que allí existe.
Estos análisis y actividades a futuro son propuestas con la visión de enriquecer los datos
de las piezas que integran la colección del Museo y, por otro lado, avanzar en las investigaciones
con las piezas de Museos que están en las Áreas de Reserva.
A modo de cierre, el trabajo que se había realizado hasta el momento con la colección del
Instituto en general y con los metales en particular, es de gran importancia para este trabajo. Las
clasificaciones, digitalizaciones, tareas de conservación y preservación, y numerosas fichas y
fotografías anteriores fueron el sustento para darle forma a este trabajo. Cuando se comienza a
interactuar con los materiales, nos podemos dar cuenta de la gran inversión de trabajo, tiempo y
dedicación que llevaron todas las tareas realizadas con anterioridad, las realizadas en el marco de
esta Pasantía Institucional y las que se proponen realizar a futuro. Es de esta manera, que la
Pasantía estuvo orientada a complementar la información ya recogida en Base de Datos Digital,
en el Libro de Registro o en las Fichas anteriores para así avanzar en la conformación de un
Tesauro y en la ampliación de la información que se tiene para cada ficha.
Sabiendo todo lo anterior, también es posible que hayan existido errores no intencionados
o falta de registro de algunos eventos que se trataron de reconstruir en este trabajo para que se
conozca la “historia de vida” de las piezas analizadas. De la misma manera, puede ser necesario
aclarar, que toda la información recabada ya ha sido ingresada a la Base de Datos Digital y que se
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
entregará una copia de todas las fotos y fichas realizadas durante la pasantía al Área de Reserva
del IAM para que se cuente con un soporte extra al momento de la consulta de los datos.
La elaboración de un protocolo inédito de trabajo con distintas técnicas de limpieza y el
análisis de microrrestos presentes en las sustancias adheridas a los metales arqueológicos
muestran la importancia de los trabajos interdisciplinarios, en los que el museólogo no sólo actúa
conservando los metales, cerámicas, huesos, líticos, maderas, sino que también es un “médico”
de estos objetos. Además, siguiendo los parámetros nuevos en cuanto a la salud de los
conservadores, restauradores y museólogos, los análisis no sólo permitirán evaluar el estado de
los metales y los microrrestos que los estén afectando sino que también se podrá evaluar cómo
esos mismos microrrestos afectan a las personas que están en contacto directo y diario con la
colección así como también a los otros materiales presentes dentro de la Reserva.
A lo largo de todo este Trabajo Final de Pasantía Institucional he podido dar cuenta de una
serie de puntos que me interesaría recalcar:
El privilegio de contar con un propio Museo de Arqueología en nuestra Facultad que, no
sólo nos permite formarnos como museólogos, arqueólogos, investigadores, sino que
también colaboramos en el mantenimiento del mismo y en el acondicionamiento de las
piezas.
La preservación de las colecciones en estado óptimo debe ser una tarea privilegiada
dentro de los roles del Museológo y dentro de nuestra institución así de esta manera se las
preserva para las generaciones futuras y posibles investigaciones nuevas.
El Trabajo Final es el punto culmine de nuestra formación académica pero a su vez debe
ser el punto de partida para nuevos cuestionamientos, estudios, análisis e investigaciones
que aparecen durante el proceso.
A partir de estos puntos me parece de radical importancia, la tarea de despertar el interés
de los alumnos en el trabajo con las colecciones para que se produzcan nuevos datos que
permitan enriquecer la Base de Datos y la información que hasta el momento se tiene de las
mismas.
Todos los objetos sufren un proceso de envejecimiento y deterioro propios de su
naturaleza, del entorno en el que se hallan, del trato que reciben y del uso que se hace de ellos.
En el plano material, necesitan cuidados y un tratamiento adecuado. La principal estrategia
consiste en adoptar la conservación preventiva y hacer que sea un elemento esencial en el
funcionamiento del museo. La misma asegura la perdurabilidad de la utilización y el disfrute de
nuestro patrimonio cultural en la actualidad y para las generaciones venideras.
El desarrollo del presente informe permitió establecer una primera aproximación a las
tareas del museólogo dentro del Museo y en relación a las colecciones del mismo y los sistemas
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
de registro. Una de las actividades que me parecen necesarias recalcar es el meticuloso registro
que se debe tener de todas las actividades realizadas, de los objetos que se trataron por día, la
estandarización de los procedimientos y el registro fotográfico del antes, durante y después. Todo
esto junto permiten que futuros investigadores conozcan las actividades realizadas y puedan
juzgar a su criterio la correspondencia o no de lo realizado. Además, permite también reconstruir
la historia de las piezas, de las intervenciones realizadas en las mismas y de las investigaciones
con las colecciones del Museo. Al completar todo esto, se llega a la propuesta de DeCarli (2004)
en la que la conservación, preservación y restauración no tienen que quedar sólo en eso, sino que
ir más allá realizando investigaciones que integren todos los demás puntos y tratando de dar a
conocer a la sociedad los valiosos aportes que se realizaron.
Por otro lado, es necesaria recalcar la importancia de las colecciones que posee el IAM y
que a lo largo de sus 90 años de trayectoria ha enriquecido, investigado y protegido. Sin la
presencia de esta institución y de sus colecciones este Informe Final de Pasantía no hubiera sido
posible. Más aún, remarcar la variedad de procedencia de las piezas. Las traídas por Schreiter de
zonas de Catamarca, las piezas de la Colección Velazco que en su mayoría son procedentes de
Perú y las ingresadas por intercambio con el Museo de Berlín, permiten contar con una variedad
de piezas y culturas que la hacen realmente ricas a los ojos de los investigadores y potenciales
fuentes de información.
Por último, es necesario resaltar la importancia del protocolo elaborado para la limpieza de
los metales y el análisis de las sustancias extraídas del mismo. De esta forma, se está evaluando
la presencia de determinados microrrestos dentro de las sustancias adheridas a las piezas y como
constituyentes de las piezas mismas.
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
BIBLIOGRAFÍA
Jules Renard
Biasioli, G. & Weitz, C. (1981). Química general e inorgánica: 98-502. Kapeluz. Argentina
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
España, T., Montiel, V., López Segura, M., & Aldaz Riera, A. (1985). Limpieza y
restauración electroquímica de objetos arqueológicos metálicos. Lucentum, IV (1985); pp. 185-
190.
70
“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
Ortíz Vega, F., N., y Vinueza Valencia, R. X. (2005). Diseño y construcción de un sistema
semiautomático de limpieza por ultrasonido para muestras metalográficas y fractográficas con
aplicación a un banco de pruebas y limpieza de inyectores a gasolina para el laboratorio de
metalurgia de la ESPE (Bachelor's thesis, ESPE/SANGOLQUÍ/2005).
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“Conservación Preventiva y Curativa de Metales Arqueológicos”
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