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ARIÑO ORTIZ, Gaspar (con la colaboración de J. M. de la Cuétara y L. López de Castro


García-Morato): Principios de Derecho público económico (modelo de Estado, ges-
tión pública, regulación económica), ed. Comares & Fundación de Estudios de
Regulación, Madrid, 1999, 861 páginas.

I. Introducción general

Apurando el fin de milenio (si es que este tiene lugar cuando lo marcan los calenda-
rios; que quién sabe ya) aparece un espléndido libro que recoge, por así decirlo, cincuenta
años de desarrollo y conocimiento sobre Derecho público y economía. Presentado en for-
mato de tapas duras y en otra, más económica, de tapas blandas, el profesor Ariño Ortiz
con dos colaboradores nos brindan una recopilación reelaborada, repensada y reestructura-
da de diversos artículos y estudios que habían elaborado desde los años sesenta.

No existe en el panorama editorial de Derecho en general, y de Derecho público y


administrativo en particular, una obra tan ambiciosa como esta que ahora se ha publicado.
Se trata de una obra unívoca (aunque sea la suma de anteriores estudios parciales) que a lo
largo de sus veintidós lecciones va recorriendo pormenorizadamente los temas capitales del
Derecho público económico. Como se pone de manifiesto en la interesante lección prelimi-
nar (sugerentemente titulada “Las relaciones Estado –sociedad: de dónde venimos, adónde
vamos”) se trata de un estudio que sabe hacia dónde va y que “pone los puntos sobre las
íes” en la determinación de los problemas capitales de la siempre complicada imbricación
entre Derecho y economía.

Lo primero que destaca, desde mi punto de vista –que no es el de un especialista en


la materia económico-administrativa, precisamente–, es el título y subtítulo de la obra:
«Principios de Derecho público económico (modelo de Estado, gestión pública, regulación
económica)». Se trata de un título cuya idoneidad se aprecia conforme se avanza en la lec-
tura de esta obra. Las relaciones entre economía, Derecho y organización político-adminis-
trativa no son un aspecto estrictamente iusadministrativo sino que constituyen un tema de
Derecho público en general. Aunque, como ha demostrado el autor a lo largo de su carrera
y ratifica el hecho de que ya A. Guaita empezase a tratar la cuestión en su Derecho admi-
nistrativo especial de 1965, es precisamente el conocimiento que sobre Derecho constitu-
cional y sobre la teoría de organización y servicio público, así como de la organización
administrativa que da el Derecho administrativo, el que sitúa al autor en la posición más
favorable para tratar esta cuestión.

La perspectiva que le dan los años de aguda observación de los cambios de modelos
económicos y políticos sobre los anteriores, así como de fracasos, crisis, crashes y ciclos
económico-bursátiles, también sitúan al profesor Ariño en una atalaya privilegiada para
encarar estas cuestiones. Máxime cuando, como ya se ha dicho, ha seguido a lo largo de su
carrera atento a todas estas cuestiones tanto en el ámbito nacional como en el extranjero
(véase, para ello, sin ir más lejos, toda su bibliografía sobre cuestiones anejas a la que
ahora trata). Por eso a lo largo de toda la obra se aprecia un fino estudio de la situación
actual, así como continuas referencias empíricas que se alejan de los modelos conceptuales
cerrados en sí mismos que son tan perniciosos en el estudio económico, aunque sean idóne-
os en otras ciencias y saberes. La única crítica de carácter global que me atreverá a realizar
es que más que ante “principios” estamos ante “reglas“ o, mejor aún, ante un libro de “fun-
damentos” o, en términos puramente descriptivos de la sistemática que ha seguido, en “lec-
ciones”; pero el más idóneo hubiera sido el de “fundamentos” de Derecho público econó-
mico.
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II. Sistemática y contenidos de la obra

La obra se divide en veintidós intensos capítulos que comienzan con una prelección muy
interesante en la que los autores plantean al lector los retos y problemas más candentes que
ha tenido que encarar el Derecho en su cara a cara con la economía, la planificación y la
regulación económica, etc. y que ha llevado a los diversos modelos político-económicos que
hemos ido viendo a lo largo de los últimos treinta años. Desde las primeras líneas de esta
lección introductoria se aprecia el riguroso estudio que, sobre ello, hará el autor en los
siguientes capítulos. En todo caso, el autor deja bien claro que lo que a él le interesa es, espe-
cialmente, la regulación jurídico de todo ello (páginas XXXII-XXXIII y XXXVII-XLI, entre
otras).

El libro se divide, como he dicho, en capítulos, echándose en falta una división más
amplia que abarque los anteriores. Por ello y aunque el autor no ha adoptado esta fórmula
de sistematización –lo que, reitero que quizá, hubiera sido útil– el libro se puede dividir en
varias partes:

— Una primera parte general sobre modelos, principios constitucionales y aspectos


capitales de las relaciones entre económica y Derecho público que abarcaría las cuatro pri-
meras lecciones: 1ª, Economía y Derecho; 2ª, Estado de Derecho y huida del Derecho
administrativo, 3ª El Estado social; 4ª, La Constitución económica.

— Una segunda parte sobre los derechos y libertades económicos (propiedad y


empresa, principalmente; aunque no cabe duda que, desde otra concepción –por así decir-
lo–, se podrían incluir otros aspectos muy unidos a la economía: medio ambiente, fiscali-
dad, vivienda y territorio.... aunque todo ello nos llevaría muy lejos). Aquí se podrían
incluir las lecciones 5ª, propiedad, herencia y fundación; y las lecciones 6ª y 7ª, empresa y
libertad de empresa.

— La tercera parte se referiría a las formas de actividad administrativa tradicionales


y la economía: intervención (actividad administrativa de limitación o policía), que constitu-
ye su lección 8ª; servicio público (actividad administrativa: servicio público) en la lección
9ª; y fomento (lección 10ª).

— Una cuarta parte quedaría constituida por la actuación administrativa (que no


actividad, en cuanto que actuación sugiere una mayor participación): Lección 11ª, planifi-
cación económica; 12ª, nacionalización y reserva al sector público; 13ª, empresa pública,
14ª, privatización.

— Una quinta parte que estudia conceptual y con mayor profundidad el régimen
clásico de la actividad de servicio público y su evolución (que constituye las lecciones 15ª,
16ª y 17ª). Esta parte engarza directamente con la tercera parte, pero entiendo que el lugar
idóneo es este porque es de enorme utilidad al estudio –quizá el más conceptual, por toda
la carga dogmática que trae detrás el concepto service public– de esta parte el haber visto
antes todos los fenómenos y procedimientos puntuales que constituyen lo que he denomi-
nado cuarta parte (actuación administrativa).

— Finalmente una última parte sería lo que tradicionalmente ha constituido en


Derecho administrativo la parte especial de la asignatura, a través del análisis concreto que
el autor hace de diversos sectores (la pregunta es ¿por qué estos, y no otros... o todos
ellos?; lo ideal sería un segundo tomo sobre todos y cada uno de los sectores especiales).
Aquí se agrupan las lecciones 18ª, energía; 19ª telecomunicaciones; 20 ª, agua; 21ª, trans-
porte; 22ª, Costes de transición a la competencia (CTCs). No cabe duda que son los secto-
res denominados “estratégicos”, aunque faltan algunos sectores cuya incidencia económica
es hoy indudable.
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Al mero desarrollo conceptual de los capítulos lo acompañan una serie de cuadros y


de esquemas que ayudan a ver con mayor claridad todo lo que aquí se trata. Este sistema
visual —tan común en otras disciplinas científicas, entre las cuales está la ciencia económi-
ca, precisamente (cuando se ocupa el aula que, antes, ha dejado el profesor de economía es
habitual encontrarse la pantalla bajada, el proyector de transparencias en posición y, de
seguro, el ordenador de ese profesor tiene el programa Power point en marcha)— es espe-
cialmente idóneo en una obra de este tipo y ayuda a su lectura. Finalmente una completa
recopilación bibliográfica, sobre todo nacional, nos ayuda a conocer profundamente todos
los estudios lindantes con el tema del libro.

III. Epílogo

Estamos, pues, ante una obra que cubre un hueco en los estudios dogmáticos sobre
economía y Derecho desde una perspectiva que trasciende el mero Derecho administrativo
para orientarse desde y hacia la teoría del Derecho, en general, con vinculaciones –por
tanto– con el Derecho constitucional y la teoría política. Los interrogantes que nos plantea
la economía en su relación con el Derecho público están en la obra y tienen una fundada
respuesta. Este libro continúa con una muy sólida y ya tradicional línea de investigación
sobre Derecho administrativo y economía iniciada, según reconocen los propios autores,
por el citado Derecho administrativo especial en cinco tomos de A. Guaita (Librería gene-
ral, Zaragoza, 1965) y por J. A. Manzanedo (Curso de Derecho administrativo económico,
IEAL, Madrid, 1970), continuada por R. Martín Mateo y F. Sosa Wagner (Derecho admi-
nistrativo económico, Pirámide, Madrid, 1977) y, poco más tarde, por la primera edición –a
la que han seguido otras– de la obra dirigida por S. Martín-Retortillo (Derecho administra-
tivo económico, 2 tomos, La Ley, 1998 y 1991, respectivamente). Estas obras magnas han
dado lugar a numerosos y puntuales estudios monográficos de muy diversos autores que,
sin agotar tan extensa cuestión, han asentado al tratamiento jurídico de estas cuestiones. Y
todo ello otorga un mayor realce al la presente obra y la convierte, como aquéllas otras, en
fundamental.

Parece necesario, a decir de los propios autores, animar a los juristas a estudiar
cuestiones económicas y viceversa, a no ignorarse mutuamente, como hasta ahora. Y así se
aprecia bien a las claras desde las primeras páginas del libro. Derecho y economía se nece-
sitan: “Ello quiere decir, no sólo que regulación y derecho se implican mutuamente, sino
también que, en ambos, la normación y la acción, la previsión y la decisión, actúan con-
juntamente al servicio del mismo fin. Este fin, es, a la vez, la eficiencia económica (promo-
vida por las poderosas fuerzas del afán de lucro, la creatividad y la libre iniciativa en sec-
tores estratégicos de la sociedad) y la justicia (el dar a cada uno lo suyo, el asegurar el
servicio universal, a un precio asequible, a todos los ciudadanos, de aquellas prestaciones
que integran el estándar de vida mínimo de un país). El resultado final de esa combinación
será diferente a la suma de las partes: ni la mentalidad jurídica, ni la económica, por sí
solas, servirás para entenderlo”, dicen los autores (vid. especialmente las págs. 5 a 33).

Por ello y pese a los ligerísimos espacios en blanco que quedan por cubrir, sobre
todo en lo que se refiere a lo que he denominado parte especial de este libro (que bien
podría constituir un segundo tomo en posteriores ediciones) y a posibles discrepancias en
cuanto a la sistemática o a alguna de las ideas vertidas, estamos ante un libro necesario. No
interesante, ni curioso, ni instructivo, que también; sino de lectura y consulta necesaria. Es
un libro que conviene tener para manejarlo y estudiarlo con profundidad.

La lista de temas candentes y de auténticos teatros de operaciones en los que se van


a librar las batallas económicas internacionales y nacionales (eso sí, muy globalizadas) son,
en este libro, legión. Desde la célebre –e inagotable– cuestión de la “huida del Derecho
(administrativo)” hasta la nacionalización vs. privatización de las empresas públicas, pasan-
do por el modelo de servicio público y de empresa, el recortado, limitado y delimitado
derecho de propiedad, las subvenciones, la planificación económica, las tendencias del
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gasto público, y la evolución en el concepto de estado social, etc. La profundidad con que
se atacan estas cuestiones desde todos los frentes y líneas hacen, de este estudio, un trabajo
–reitero– de obligada consulta por propios y ajenos. Además, el libro es ameno, sugerente
y, excepto en puntos muy técnicos, su lectura se hace fácil. Casi podría decirse que, como
esos clásicos de la literatura de gran contenido y continente, pese a ese aparente esfuerzo
que requieren para su lectura, logran “enganchar” al lector. ¿Qué más se le puede pedir a
libro técnico, y además de Derecho administrativo? Sinceramente, no sabría decirlo.

Al versar en ocasiones sobre cuestiones tan lindantes con la política (modelos


económicos, políticas monetarias y sus consecuencias, modelos de empresas y servicio
público, intervención económica), es inevitable que surjan discrepancias con algunas de las
ideas que se presentan. Se podrá estar en desacuerdo con muchas de las afirmaciones que
se hacen, pero lo que no cabe duda es que se ha situado en el primer puesto bibliográfico
en este ámbito del Derecho. Su análisis y sus ideas son construcciones serias que, en todo
caso, sirven para ser, al menos, tomadas en consideración y discutidas, pues ya sabemos
que –como contaba sir Winston Churchill– cuando se reunía con su equipo de economistas
tenía tantas fundadas y serias opiniones dispares cuantos expertos había; y si entre ellos
estaba Keynes, tenía, por lo menos, dos opiniones más. Pero al experto no le correspondía
elegir y hacer la política, tan sólo sugerirla y orientarla fundamentadamente para que otros
la hagan. Y al jurista le corresponde, además, señalar si una opción es jurídicamente posi-
ble, constitucionalmente viable y, en su caso, darle la vestidura jurídica necesaria para su
presentación en sociedad.

JUAN CRUZ ALLI TURRILLAS


Doctor en Derecho

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