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UNIVERSIDAD SAN ANDRÉS

ENSAYO CREATIVO DE LA REALIDAD JURIDICA NACIONAL:

´´LAS MALAS PRÁCTICAS DE INTERPRETACIÓN JURÍDICA EN


LAS RESOLUCIONES JUDICIALES Y ADMINISTRATIVAS
POR LOS OPERADORES QUE IMPARTEN JUSTICIA´´

*Por. Abog. Everth J. Sánchez Díaz

I. Introducción.

Este ensayo de la realidad Jurídica Nacional, tiene su problemática


justamente, en las inadecuadas prácticas e indebidas interpretaciones jurídicas,
promovidas por los fiscales, jueces y autoridades administrativas, es decir, sus
distintos criterios de interpretación legal, que no es acorde al ordenamiento
jurídico, se ve soslayado por la población, surgiendo de esta manera un rechazo
social; los valores de los que imparten justicia, se ven manchados y se
relacionan muchas veces con la corrupción imperante, mortificando la
conducta del ajusticiador. Pues en el aspecto legal existe mecanismos legales
para recurrir en defensa de la tutela del derecho; es decir: las alegaciones como
pluralidad de instancias, pero eso no es el objeto de estudio y análisis, sino, las
inadecuadas praxis de interpretaciones en las resoluciones judiciales y
administrativas por parte de los operadores que imparten justicia.

II. En busca de justicia y una postura legal.

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Es notorio que los abogados, en su accionar de defensa de sus patrocinados, puedan
alegar argumentar y someter a profundadas revisiones - impugnaciones- apelaciones y
quejas, cuestionando las resoluciones expedidas por las distintas salas de justicia; estas
alegaciones de recurrir en busca de la tutela de derechos constitucionales, es decir, en
segunda instancia, sustentan como fin la revocación o nulidad de la recurrida.

El apego de la ley, constituye la base principal para el desarrollo in fine de estas


prerrogativas establecidas; sin embargo, se ve cotidianamente distintas interpretaciones
y criterios optados fuera del marco legal, de los hechos imputados, de las conductas y
valores asumidas, tanto por los revisores, y por los administrados, conllevando todo esto
al retardo judicial y como mecanismo de defensa plantear recursos impugnativos a
organismos superiores, pero que hay de los operadores de justicia cuando se equivocan
y someten a los administrados, a crudas realidades y hasta se someten a detenciones
indebidas, privando la libertad mucha veces injustamente?

III. De las conductas asumidas por la instancia previa.

Las interpretaciones jurídicas y fácticas de las primeras salas revisoras gozan de


autonomía jurídica, sin embargo, se debe precisar que en muchos casos existen errores
de interpretación, la inadecuada calificación y una sistemática rutina o forma
tradicional que gozan los magistrados de las salas, al expedir pronunciamientos, muchas
veces, sin motivación, sin el adecuado análisis de fondo; y por ende, se asegura, el
principio de pluralidad de instancias, quedando abierta como postura legal de defensa,
estrategia o mecanismo pleno para la asistencia tutelar.

Desde décadas pasadas las resoluciones emitidas por salas de primera


instancia, tuvieron serios cuestionamientos y críticas, por las distintas
corrientes jurídicas, llegándose al extremo de plantear recursos de quejas
contra los integrantes de la salas de primera instancia, sin embargo, los
señores magistrados, gozan de privilegios y no reciben sanciones ejemplares
por la inadecuada función de sus deberes, afectando con ello, a los
justiciables.

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La sociedad en su conjunto, encargada de cuestionar sobre aspectos controvertidos y
relevantes del análisis de los pronunciamientos judiciales, realiza debates y escándalos
en las calles, rechazando la mala praxis pretendida. Los valores y actitudes de los jueces
ante la sociedad constituyen un alejamiento esporádico de la realidad, porque
nuevamente retornan con tales praxis. Las inconductas funcionales, son castigados por
el órgano competente-Ocma; Sin embargo, son acciones de carácter administrativo;
faltas, más no penalidades. Los errores de interpretación jurídica, debe ser castigado,
con penas establecidas por ley. El daño irreparable causado a los justiciables, que
primero se van a la cárcel y luego en el proceso se resuelve lo contrario, constituye sin
duda, según mi postura delitos de interpretación legal. El alejamiento de la realidad,
tanto de los fiscales, jueces, juzgadores y operadores administrativos de los organismos
desconcentrados, son sin duda, actuaciones equívocos contraria a la ley, por ello, debe
penalizarse y someterse a profundas investigaciones, por entes superiores, con la dureza
y rigor, a fin de no emitir sentencias basadas en influencias, dádivas y protección al
conocido. Erradicar y evitar la corruptela como lo hizo Singapur, para el crecimiento
sostenible de la sociedad. La inadecuada interpretación jurídica soslaya la actividad
judicial, es entonces, que la verdad debe primar sobre cualquier arraigo personal. Por
ello, la razón dura de la ley, y solo de la ley.

Los antivalores presumidos, no tienen fuerza en la dinámica social, siempre deben


prevalecer los valores que justifican la vivencia de un estado basado en el respeto, en el
derecho, con una sociedad justa y donde debe existir la reflexión. Cuál será el grado de
conciencia de los reguladores de la ley, al ver que sus fallos fueron con otros criterios,
y no apegados al derecho? ¿Tendrán reparo de ello?. Las malas conductas o procederes
descritos hacen daño a la sociedad e impulsan para que los medios escritos y
televisivos, cuestionen sus malos actos; los justiciables a pesar que cuestionan y
reclaman justicia, sufren las consecuencias de las malas prácticas y fallos descabellados
por los operadores de justicia, fuera de los hechos fácticos y contraria a una
interpretación jurídica, fuera de una lógica y proporción debida, o apegada al fondo de la
ley.

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Los que imparten justicia, no admiten sus errores, se pronuncian sobre la
base del principio de pluralidad de instancias previas, como garantía de sus
resoluciones dictadas, sin embargo, la profunda crisis psicológica en el reo
investigado, inicia su proceso judicial y es absuelto de toda acusación, o por
la lentitud de su propia dinámica de actuación procesal que implica
establecer su probanza, siendo entonces, dicha medida una garantía legal- la
pluralidad de instancia, pero, que se hace con los jueces, fiscales y
autoridades administrativas que orientan sus resoluciones con pretensiones
distintas y fuera del marco del derecho? y los injustos muchas veces pagan
por los verdaderos responsables?.

Según datos estadísticas, de la Ocma, y Odecma, son alarmantes sólo desde enero a
octubre2017, se tiene denuncias: 668 en Lima Norte, 508 Lima, 215 Arequipa, 213, Junín, 114
del santa, etc. Total jueces amonestados 598; auxiliares: 2112; multa 314, auxiliares 1074;
destitución a jueces: 20; auxiliares 25; suspensión a jueces 40, y auxiliares 4.

El panorama no es alentador, sino es un problema judicial que influye en la sociedad.


Son problemas sociales de naturaleza jurídica, que definitivamente la sociedad en
conjunto debe frenar, o son las propuestas y proyectos del legislativo para dar
solución.

IV. De las medidas correctivas administrativas.

La Oficina de Control de la Magistratura (OCMA), es el órgano disciplinario del Poder


Judicial, goza de autonomía funcional, tiene competencia nacional y desarrolla
actividades de control preventivo, concurrente y posterior; respecto de todos los
magistrados del Poder Judicial con excepción de los vocales de la Corte Suprema de
Justicia de la República. Asimismo, su actividad contralora comprende a todos los
auxiliares jurisdiccionales de éste poder del Estado. Sus objetivos son:

1. Emprender políticas de prevención, que fomenten la lucha contra la corrupción.


2. Identificación de las áreas críticas y erradicación de malas prácticas en el servicio
de justicia.
3. Descentralización de las políticas de Control del Poder Judicial.

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4. Coadyuvar a que el Poder Judicial se desarrolle en observancia a los principios de
la administración de justicia y los valores éticos de la función judicial.

Sin embargo, no resuelve la cruda realidad del país; La ocma, fue creado; Con la
finalidad de asegurar el funcionamiento coherente e integral de las actividades de control
en torno a la administración de justicia, y considerando los objetivos básicos de la
Reforma Judicial, con fecha 25 de octubre de 1977 se promulgó el Decreto Ley N°
21972, el cual instituyó la “Oficina General de Control Interno del Poder Judicial”
(OGCIPJ). En el 2004 se promulgó la Ley N° 28149, que estableció la participación de
la sociedad civil en la tarea de fiscalizar la conducta funcional de la judicatura, a través
de cuatro personas: un Juez Supremo cesante o jubilado, un representante de los
Colegios de Abogados, un representante de las facultades de derecho de las cinco
universidades públicas más antiguas y un representante de las facultades de derecho de
las cinco universidades privadas más antiguas del país. La mencionada Ley se
reglamentó mediante Decreto Supremo N° 001-2004-JUS, de fecha 16 de enero de 2004.

En nuestros días, la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA) del Poder Judicial,


como se conoce hoy, es de naturaleza autónoma y está presidida por un Juez (a)
Supremo (a), elegido (a) por un periodo improrrogable de tres años. La OCMA se rige
mediante Resolución Administrativa Nº 229-2012-CE-PJ, del 12 de noviembre de 2012.

Es entonces, que la Ocma, es la encargada de corregir administrativamente los malos


actos funcionales fuera de la ley, es decir, solo se sanciona disciplinariamente; con
estas formas, se pretende corregir, entonces; se pregunta: ¿quién indemniza a los reos
que salen libres con sentencias absolutorias, después de cumplir condenas preventivas o
en proceso de investigación? ¿Qué sucede con los jueces y fiscales que ordenan
detenciones arbitrarias y mandan a la cárcel, sin antes de acusar e interpretar la ley?, y
así sucede con los operadores administrativo, que sancionan, sin velar los derechos y sin
apego a la ley, por distintos criterios, de favor, corrupción y no al derecho; pues es un
problema de naturaleza social y que jurídicamente se tiene que resolver.

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El grado de interpretación de la ley, siempre debe ser apegados a
principios constitucionales, y demostrativos; Los reos, o justiciables
tienen derechos, y se debe presumir de tales imputaciones;

entonces, los justiciables, luego de sufrir condenas, o estar en la cárcel de modo


preventivo por largos meses o años, y luego son liberados, inclusive por los mismos
fiscales o jueces de la causa, porque en el proceso, no se legró probar tales
imputaciones, o solo se tiene indicios, y por indicios, no se puede condenar, según el
ordenamiento jurídico y constitucional; lo increíble de la justicia peruana, no son
castigados dichos operadores que dañaron su imagen, y causaron el sufrimiento del
preso y de su familia, entonces, estamos frente a un hecho desde mi punto de vista, que
los errores de interpretación jurídica de ser penalizado, con penas y pagos de
reparaciones, para que los fiscales y jueces se sujeten a la ley y la Constitución,
evitando corruptelas que causan daño a la sociedad, y por ende del preso. También,
estas formas se deben extender a los operadores de la parte administrativa de las
entidades del estado, ya que hacen abuso del derecho, y de la ley, trasgrediendo
principios fundamentales que son a favor de los administrados, causando perjuicio y
daño irreparable; sancionando, suspendiendo y amonestado, sin la observancia plena de
la ley.

En consecuencia, estos problemas sociales surgidos por la indebida interpretación


jurídica y muchas veces con escasa motivación, motiva que se investiguen y afloren
teorías y normas a fin de corregir actividades negativas que la sociedad rechaza. Si
bien es cierto que, el principio de pluralidad de instancia, es una postura jurídica de
derechos, esta materia se encuentra prevista en el inciso 6 del artículo 139 de la
Constitución vigente, en los siguientes términos:

“Son principios y derechos de la función jurisdiccional:(...) La


Pluralidad de la Instancia”. En nuestro país su regulación
constitucional se inicia con la Constitución de 1823. Y como
antecedente se tiene, desde una perspectiva histórica el profesor Julio
Geldres Bendezú, considera que su génesis se remonta a la decisión
adoptada por el cónsul romano Publio Valerio aproximadamente

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unos 450 a. c. Al respecto dicha autoridad -más conocida como
"Publicola" que significa amigo del público- concedió a todo
ciudadano condenado a muerte o a la flagelación, el derecho de
apelar ante la Asamblea., pero, también es cierto que, los jueces y
fiscales dan interpretaciones distintas a la ley, a fin de mantenerse en
el cargo, o por no definir su postura legal a acorde con sus principios
personales, lo cual es prejuicioso para la doctrina jurídica y para la
sociedad;

Entonces, este ensayo propugna que los jueces y operadores de primera instancia del
estado, que realizan justicia y se equivocan en sus decisiones judiciales; deben ser
sometidos con dureza, e impuesta por la ley, y deben ser considerados infractores; por
consiguiente, deben ser sometidos a acciones penales, distintas al de prevaricato, por
sus errores y criterios de interpretaciones personales .

I. De las conductas asumidas por la instancia previa.

Las interpretaciones jurídicas y fácticas de las primeras salas revisoras gozan de


autonomía jurídica, sin embargo, se debe precisar que en muchos casos existen errores
de interpretación, la inadecuada calificación y una sistemática rutina o forma
tradicional que gozan los magistrados de las salas, al expedir pronunciamientos, muchas
veces, sin motivación, sin el adecuado análisis de fondo; y por ende, se asegura, el
principio de pluralidad de instancias, quedando abierta como postura legal de defensa,
estrategia o mecanismo pleno para la asistencia tutelar.

Desde décadas pasadas las resoluciones emitidas por salas de primera


instancia, tuvieron serios cuestionamientos y críticas, por las distintas
corrientes jurídicas, llegándose al extremo de plantear recursos de quejas
contra los integrantes de la salas de primera instancia, sin embargo, los

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señores magistrados, gozan de privilegios y no reciben sanciones ejemplares
por la inadecuada función de sus deberes, afectando con ello, a los
justiciables.

La sociedad en su conjunto, encargada de cuestionar sobre aspectos controvertidos y


relevantes del análisis de los pronunciamientos judiciales, realiza debates y escándalos
en las calles, rechazando la mala praxis pretendida. Los valores y actitudes de los jueces
ante la sociedad constituyen un alejamiento esporádico de la realidad, porque
nuevamente retornan con tales praxis. Las inconductas funcionales, son castigados por
el órgano competente-Ocma; Sin embargo, son acciones de carácter administrativo;
faltas, más no penalidades. Los errores de interpretación jurídica, debe ser castigado,
con penas establecidas por ley. El daño irreparable causado a los justiciables, que
primero se van a la cárcel y luego en el proceso se resuelve lo contrario, constituye sin
duda, según mi postura delitos de interpretación legal. El alejamiento de la realidad,
tanto de los fiscales, jueces, juzgadores y operadores administrativos de los organismos
desconcentrados, son sin duda, actuaciones equívocos contraria a la ley, por ello, debe
penalizarse y someterse a profundas investigaciones, por entes superiores, con la dureza
y rigor, a fin de no emitir sentencias basadas en influencias, dádivas y protección al
conocido. Erradicar y evitar la corruptela como lo hizo Singapur, para el crecimiento
sostenible de la sociedad. La inadecuada interpretación jurídica soslaya la actividad
judicial, es entonces, que la verdad debe primar sobre cualquier arraigo personal. Por
ello, la razón dura de la ley, y solo de la ley.

Los antivalores presumidos, no tienen fuerza en la dinámica social, siempre deben


prevalecer los valores que justifican la vivencia de un estado basado en el respeto, en el
derecho, con una sociedad justa y donde debe existir la reflexión. Cuál será el grado de
conciencia de los reguladores de la ley, al ver que sus fallos fueron con otros criterios,
y no apegados al derecho? ¿Tendrán reparo de ello?. Las malas conductas o procederes
descritos hacen daño a la sociedad e impulsan para que los medios escritos y
televisivos, cuestionen sus malos actos; los justiciables a pesar que cuestionan y
reclaman justicia, sufren las consecuencias de las malas prácticas y fallos descabellados
por los operadores de justicia, fuera de los hechos fácticos y contraria a una

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interpretación jurídica, fuera de una lógica y proporción debida, o apegada al fondo de la
ley.

Los que imparten justicia, no admiten sus errores, se pronuncian sobre la


base del principio de pluralidad de instancias previas, como garantía de sus
resoluciones dictadas, sin embargo, la profunda crisis psicológica en el reo
investigado, inicia su proceso judicial y es absuelto de toda acusación, o por
la lentitud de su propia dinámica de actuación procesal que implica
establecer su probanza, siendo entonces, dicha medida una garantía legal- la
pluralidad de instancia, pero, que se hace con los jueces, fiscales y
autoridades administrativas que orientan sus resoluciones con pretensiones
distintas y fuera del marco del derecho? y los injustos muchas veces pagan
por los verdaderos responsables?.

Según datos estadísticas, de la Ocma, y Odecma, son alarmantes sólo desde enero a
octubre2017, se tiene denuncias: 668 en Lima Norte, 508 Lima, 215 Arequipa, 213, Junín, 114
del santa, etc. Total jueces amonestados 598; auxiliares: 2112; multa 314, auxiliares 1074;
destitución a jueces: 20; auxiliares 25; suspensión a jueces 40, y auxiliares 4.

El panorama no es alentador, sino es un problema judicial que influye en la sociedad.


Son problemas sociales de naturaleza jurídica, que definitivamente la sociedad en
conjunto debe frenar, o son las propuestas y proyectos del legislativo para dar
solución.

II. De las medidas correctivas administrativas.

La Oficina de Control de la Magistratura (OCMA), es el órgano disciplinario del Poder


Judicial, goza de autonomía funcional, tiene competencia nacional y desarrolla
actividades de control preventivo, concurrente y posterior; respecto de todos los
magistrados del Poder Judicial con excepción de los vocales de la Corte Suprema de
Justicia de la República. Asimismo, su actividad contralora comprende a todos los
auxiliares jurisdiccionales de éste poder del Estado. Sus objetivos son:

1. Emprender políticas de prevención, que fomenten la lucha contra la corrupción.

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2. Identificación de las áreas críticas y erradicación de malas prácticas en el servicio
de justicia.
3. Descentralización de las políticas de Control del Poder Judicial.
4. Coadyuvar a que el Poder Judicial se desarrolle en observancia a los principios de
la administración de justicia y los valores éticos de la función judicial.

Sin embargo, no resuelve la cruda realidad del país; La ocma, fue creado; Con la
finalidad de asegurar el funcionamiento coherente e integral de las actividades de control
en torno a la administración de justicia, y considerando los objetivos básicos de la
Reforma Judicial, con fecha 25 de octubre de 1977 se promulgó el Decreto Ley N°
21972, el cual instituyó la “Oficina General de Control Interno del Poder Judicial”
(OGCIPJ). En el 2004 se promulgó la Ley N° 28149, que estableció la participación de
la sociedad civil en la tarea de fiscalizar la conducta funcional de la judicatura, a través
de cuatro personas: un Juez Supremo cesante o jubilado, un representante de los
Colegios de Abogados, un representante de las facultades de derecho de las cinco
universidades públicas más antiguas y un representante de las facultades de derecho de
las cinco universidades privadas más antiguas del país. La mencionada Ley se
reglamentó mediante Decreto Supremo N° 001-2004-JUS, de fecha 16 de enero de 2004.

En nuestros días, la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA) del Poder Judicial,


como se conoce hoy, es de naturaleza autónoma y está presidida por un Juez (a)
Supremo (a), elegido (a) por un periodo improrrogable de tres años. La OCMA se rige
mediante Resolución Administrativa Nº 229-2012-CE-PJ, del 12 de noviembre de 2012.

Es entonces, que la Ocma, es la encargada de corregir administrativamente los malos


actos funcionales fuera de la ley, es decir, solo se sanciona disciplinariamente; con
estas formas, se pretende corregir, entonces; se pregunta: ¿quién indemniza a los reos
que salen libres con sentencias absolutorias, después de cumplir condenas preventivas o
en proceso de investigación? ¿Qué sucede con los jueces y fiscales que ordenan
detenciones arbitrarias y mandan a la cárcel, sin antes de acusar e interpretar la ley?, y
así sucede con los operadores administrativo, que sancionan, sin velar los derechos y sin
apego a la ley, por distintos criterios, de favor, corrupción y no al derecho; pues es un
problema de naturaleza social y que jurídicamente se tiene que resolver.

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El grado de interpretación de la ley, siempre debe ser apegados a
principios constitucionales, y demostrativos; Los reos, o justiciables
tienen derechos, y se debe presumir de tales imputaciones;

entonces, los justiciables, luego de sufrir condenas, o estar en la cárcel de modo


preventivo por largos meses o años, y luego son liberados, inclusive por los mismos
fiscales o jueces de la causa, porque en el proceso, no se legró probar tales
imputaciones, o solo se tiene indicios, y por indicios, no se puede condenar, según el
ordenamiento jurídico y constitucional; lo increíble de la justicia peruana, no son
castigados dichos operadores que dañaron su imagen, y causaron el sufrimiento del
preso y de su familia, entonces, estamos frente a un hecho desde mi punto de vista, que
los errores de interpretación jurídica de ser penalizado, con penas y pagos de
reparaciones, para que los fiscales y jueces se sujeten a la ley y la Constitución,
evitando corruptelas que causan daño a la sociedad, y por ende del preso. También,
estas formas se deben extender a los operadores de la parte administrativa de las
entidades del estado, ya que hacen abuso del derecho, y de la ley, trasgrediendo
principios fundamentales que son a favor de los administrados, causando perjuicio y
daño irreparable; sancionando, suspendiendo y amonestado, sin la observancia plena de
la ley.

En consecuencia, estos problemas sociales surgidos por la indebida interpretación


jurídica y muchas veces con escasa motivación, motiva que se investiguen y afloren
teorías y normas a fin de corregir actividades negativas que la sociedad rechaza. Si
bien es cierto que, el principio de pluralidad de instancia, es una postura jurídica de
derechos, esta materia se encuentra prevista en el inciso 6 del artículo 139 de la
Constitución vigente, en los siguientes términos:

“Son principios y derechos de la función jurisdiccional:(...) La


Pluralidad de la Instancia”. En nuestro país su regulación
constitucional se inicia con la Constitución de 1823. Y como
antecedente se tiene, desde una perspectiva histórica el profesor Julio
Geldres Bendezú, considera que su génesis se remonta a la decisión
adoptada por el cónsul romano Publio Valerio aproximadamente

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unos 450 a. c. Al respecto dicha autoridad -más conocida como
"Publicola" que significa amigo del público- concedió a todo
ciudadano condenado a muerte o a la flagelación, el derecho de
apelar ante la Asamblea., pero, también es cierto que, los jueces y
fiscales dan interpretaciones distintas a la ley, a fin de mantenerse en
el cargo, o por no definir su postura legal a acorde con sus principios
personales, lo cual es prejuicioso para la doctrina jurídica y para la
sociedad;

Entonces, este ensayo propugna que los jueces y operadores de primera instancia del
estado, que realizan justicia y se equivocan en sus decisiones judiciales; deben ser
sometidos con dureza, e impuesta por la ley, y deben ser considerados infractores; por
consiguiente, deben ser sometidos a acciones penales, distintas al de prevaricato, por
sus errores y criterios de interpretaciones personales .

Conclusiones

referencias

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