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Los 22 Mandamientos
Cuando Moisés descendió del Monte Sinai, traía en sus manos la tabla de la ley con sus 10
mandamientos dada por orden de Jehová para que la humanidad pudiese cumplirla y así
seguir sus designios. Sin embargo cómo la humanidad se encuentra hoy en día, no consigue
obedecer siquiera cualquiera una de sus leyes. Todos ya conocen los 10 mandamientos, con
todo no son solo estos los mandamientos que debemos seguir, existen en total 22
mandamientos, los cuales debemos cumplir fielmente con el propósito de auto realizar nos
profundamente. Obviamente ésta humanidad no está y nunca estuvo preparada para recibir
de una vez los 22 mandamientos. Apenas algunos pocos seres están aptos para tal
magnitud.
Para tenerse una idea, los 10 mandamientos en verdad fueron 12, pero debido a la
incomprensión de algunos escribas de la época o de la propia iglesia, resolvieron cortar los
otros 2 mandamientos por falta de entendimiento o comprensión.
Claro está que quién consiga realizar en sí los 10 mandamientos deberá cumplir entonces
los otros 2 que permanecen ocultos. Y no es por acaso, apenas algunos pocos consiguieron
o conseguirán realizarlos, para esto es necesario tener una voluntad inquebrantable, una
voluntad de hierro. Más difícil aún son los otros 10 mandamientos que al final totalizan los
22 mandamientos.
En resumen, tenemos aquí los 10 mandamientos que hacen parte de la ley del Decálogo:
5) No matar
6) No fornicar
8) No robarás
9) No adulterarás
Estos dos mandamientos son de índole esotérico y están relacionado con el trabajo
psicológico.
El undécimo mandamiento nos indica que debemos cumplir con nuestra obligación. ¿Y
cual sería ésta obligación?
Ciertamente que cada uno de nosotros tiene el deber de buscar el camino real, estrecho y
difícil. Entrar por la puerta estrecha y angosta. Existe el hombre y la mujer, nada diferente
de esto. Entonces el hombre fue hecho para la mujer y la mujer para el hombre. Solamente
a través del amor verdadero entre hombre y mujer podemos entrar por la puerta estrecha y
angosta.
La puerta estrecha y angosta es el sexo. Así dice el V.M. Samael Aun Weor: por el sexo el
hombre cayó, solamente por el sexo el hombre se puede levantar nuevamente. Esto es
cuestión alquimica, solamente a través de la alquimia sexual entre hombre y mujer
podemos tener energía y fuerza para podernos realizar el décimo segundo mandamiento.
Haz con que tu luz brille, y para esto es necesario eliminar los agregados psíquicos,
nuestros defectos psicológicos. A medida que se elimina un defecto surge dentro de
nosotros la luz que se encontraba aprisionada dentro del defecto. Cada defecto psicológico
pose un porcentaje pequeño de luz, es decir, de conciencia. A medida que eliminamos los
defectos nuestra conciencia se expande y por consecuencia despierta. Solamente con la
conciencia despierta podremos cumplir entonces y definitivamente los 22 mandamientos de
la ley Divina.
Los 22 mandamientos está íntimamente relacionado con el Arcano AZF y también con las
22 cartas mayores del Tarot. Estas 22 cartas del Tarot representa en realidad los 22 arcanos
mayores. La palabra Tarot significa Ruta y también TA=Vía y ROT=Real, es decir, Vía
Real. Ésta es la vía real el cual debe seguir todo candidato a la auto realización íntima del
Ser.
Colocando los 22 arcanos mayores, en dos filas de once cartas, se forman dos vías, la
primera activa, masculina o racional y la segunda pasiva, femenina o mística.
Primera Vía:
7) El coche............................................. La perseverancia
Segunda Vía:
La segunda vía es contraria a la primera, aquí el hombre se sacrifica por los demás, busca a
los demás, y se encuentra a sí mismo proyectando se en los demás, es una vía hecha de
resignación y sacrificio.
Es interesante observar el desarrollo de las fases: en el activo se inicia con la teoría para
concluir con la práctica, sin embargo, en la pasiva se inicia con la practica para terminar
con la teoría. En la segunda vía, el hombre comienza cumpliendo acción de amor y
sacrificio, para luego pasar al estudio de los dogmas y búsqueda interior.