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Este documento contiene 4 poemas de Luis de Góngora dedicados a diferentes temas: 1) Un poema dedicado a la embarcación en la que viajarían los Marqueses de Ayamonte a Nueva España, 2) Un poema donde le regala unas piedras a la Marquesa de Ayamonte, 3) Un poema dedicado a la memoria de la muerte y el infierno, 4) Un poema dedicado a la Purísima Concepción de Nuestra Señora.
Este documento contiene 4 poemas de Luis de Góngora dedicados a diferentes temas: 1) Un poema dedicado a la embarcación en la que viajarían los Marqueses de Ayamonte a Nueva España, 2) Un poema donde le regala unas piedras a la Marquesa de Ayamonte, 3) Un poema dedicado a la memoria de la muerte y el infierno, 4) Un poema dedicado a la Purísima Concepción de Nuestra Señora.
Este documento contiene 4 poemas de Luis de Góngora dedicados a diferentes temas: 1) Un poema dedicado a la embarcación en la que viajarían los Marqueses de Ayamonte a Nueva España, 2) Un poema donde le regala unas piedras a la Marquesa de Ayamonte, 3) Un poema dedicado a la memoria de la muerte y el infierno, 4) Un poema dedicado a la Purísima Concepción de Nuestra Señora.
A LA EMBARCACIÓN EN QUE SE ENTENDIÓ PASARAN A NUEVA ESPAÑA LOS
MARQUESES DE AYAMONTE
Velero bosque de árboles poblado,
Que visten hojas de inquieto lino; Puente inestable y prolija, que vecino El Occidente haces apartado:
Mañana ilustrará tu seno alado
Soberana beldad, valor divino, No ya el de la manzana de oro fino Griego premio, hermoso, mas robado.
Consorte es generosa del prudente
Moderador del freno mexicano. Lisonjeen el mar vientos segundos;
Que en su tiempo (cerrado el templo a Jano,
Coronada la paz) verá la gente Multiplicarse imperios, nacer mundos.
A LA MARQUESA DE AYAMONTE, DÁNDOLE UNAS PIEDRAS BEZARES QUE A
ÉL LE HABÍA DADO UN ENFERMO
Corona de Ayamonte, honor del día,
Estas piedras que dio un enfermo a un sano Hoy os tiro, mas no escondo la mano, Por que no digan que es cordobesía;
Que dar piedras a Vuestra Señoría
Tirallas es por medio de ese llano, Pesadas señas de un deseo liviano, Lisonjas duras de la Musa mía. Término sean, pues, y fundamento De vuestro imperio, y de mi fe constante Tributo humilde, si no ofrecimiento.
Camino, y sin pasar más adelante,
A vuestra deidad hago el rendimiento Que al montón de Mercurio el caminante.
A LA MEMORIA DE LA MUERTE Y DEL INFIERNO
Urnas plebeyas, túmulos reales
Penetrad sin temor, memorias mías, Por donde ya el verdugo de los días Con igual pie dio pasos desiguales.
Revolved tantas señas de mortales,
Desnudos huesos y cenizas frías, A pesar de las vanas, si no pías, Caras preservaciones orientales.
Bajad luego al abismo, en cuyos senos
Blasfeman almas, y en su prisión fuerte Hierros se escuchan siempre, y llanto eterno,
Si queréis, oh memorias, por lo menos
Con la muerte libraros de la muerte, Y el infierno vencer con el infierno.
A LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE NUESTRA SEÑORA
Si ociosa no, asistió Naturaleza
Incapaz a la tuya, oh gran Señora, Concepción limpia, donde ciega ignora Lo que muda admiró de tu pureza.
Díganlo, oh Virgen, la mayor belleza
Del día, cuya luz tu manto dora, La que calzas nocturna brilladora, Los que ciñen carbunclos tu cabeza.
Pura la Iglesia ya, pura te llama
La Escuela, y todo pío afecto sabio Cultas en tu favor da plumas bellas.
¿Qué mucho, pues, si aun hoy sellado el labio,
Si la naturaleza aun hoy te aclama Virgen pura, si el Sol, Luna y estrellas?