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El contrato colectivo exige un proceso previo de negociaciones entre las partes, la llamada
negociación colectiva, la cual se puede realizar en tres niveles:
El nivel de la empresa
El nivel del sindicato
El de la confederación de sindicatos
Negociación
Es el proceso de búsqueda de la aceptación de ideas, propósitos o intereses, con la intención
de alcanzar el mejor resultado posible, de modo que las partes implicadas terminen la
negociación conscientes de que fueron escuchadas, de que tuvieron la oportunidad de
presentar todas sus argumentaciones y de que la suma de las contribuciones individuales
dará un total mayor que cualquiera de las partes. Esta definición incluye conceptos como
proceso, consenso y sinergia.
El equipo de negociadores
Tanto el sindicato como la administración envían un equipo de negociadores a la mesa de
negociaciones; por lo general, los dos equipos acuden a las sesiones correspondientes “con
la tarea hecha”. Los representantes del sindicato habrán sondeado lo que desean sus
miembros y conversado con representantes de sindicatos afines.
La administración utiliza varias técnicas para prepararse para las negociaciones. Primero,
recopila datos para fundamentar su posición.50 Reúne detalles de los sueldos y las
prestaciones, incluyendo comparaciones con las tarifas salariales locales y las pagadas en
puestos similares dentro de la industria. También son importantes los datos relativos a la
distribución de la fuerza laboral (en términos de la edad, el género y la antigüedad), porque
dichos factores determinarán lo que pagará la compañía en forma de prestaciones. Además,
es relevante la información económica interna con respecto al costo de las prestaciones, el
monto global de las ganancias y la cantidad y el costo de las horas extra.
La administración también “costeará” el contrato laboral actual y determinará el aumento
del costo (total, por empleado y por ahora) de las demandas del sindicato. Asimismo, usará
la información de las quejas y la retroalimentación de los supervisores para determinar
cuáles serán las demandas del sindicato, con la finalidad de preparar argumentos y
contraofertas por
anticipado. Otras prácticas populares son las encuestas de actitudes para conocer las
reacciones de los trabajadores ante las diversas secciones del contrato que, en opinión de la
administración, requerirían cambios, así como las reuniones informales con los líderes del
sindicato local para discutir la eficacia operativa del contrato y para hacer propuestas
iniciales sobre las ideas de la administración sobre los cambios.
Los expertos en negociaciones colectivas destacan la necesidad de calcular con cuidado los
costos de las demandas del sindicato. Uno de ellos indica:
“El error que observo con mayor frecuencia son [los profesionales de RH] que llegan a las
negociaciones sin conocer el impacto financiero de las propuestas que ponen sobre la mesa.
Las cosas que conceden pueden ayudar o destruir a su patrón... Por ejemplo, el sindicato
desea tres días adicionales de vacaciones. No parece mucho, con excepción de que, en
algunos estados, si un empleado se va, se le debe pagar el tiempo de vacaciones que no
haya utilizado. [De esta manera], ahora su patrón tiene que registrar siempre esa
responsabilidad legal en sus libros”.
Los temas de la negociación
Las leyes laborales establecen categorías para los puntos que están sujetos a negociación:
Se
trata de temas obligatorios, voluntarios e ilícitos.
Obligatorios Permisibles Ilícitos
Tarifas salariales Bonos de indemnización Contrato cerrado
Sueldos Derechos de la Despido de trabajadores
Horarios de empleo administración por su raza
Pago de horas extra sobre asuntos sindicales Trato discriminatorio
Diferencial de pagos Prestaciones de
por turnos pensiones para
Días festivos empleados jubilados
Vacaciones Alcance de la unidad
Pagos por separación Negociadora
Pensiones Inclusión de
Prestaciones de supervisores en el
seguros contrato
Planes de reparto de Partes adicionales en el
utilidades contrato, como el
Bonos navideños sindicato internacional
Vivienda, alimentos y Uso del distintivo del
descuentos de la sindicato
empresa Conciliación de cambios
Seguridad de los laborales injustos
empleados Precios de la cafetería
Desempeño laboral Continuación del
Seguridad en el contrato anterior
sindicato Membresía del equipo
Relación obrero- negociador
patronal Empleo de
Pruebas de consumo rompehuelgas
de drogas para los
empleados
Política paternalista
Se caracteriza por la fácil y rápida aceptación de las reivindicaciones de los trabajadores,
sea por inseguridad, incapacidad o incompetencia en las negociaciones con los líderes
sindicales. A medida que los sindicatos consiguen satisfacer las necesidades o las
reivindicaciones de sus bases, crean otras de interés colectivo o privativo de sus propios
líderes, que presentan como si vinieran de las bases que representan. El sindicato se
fortalece por medio de un esfuerzo positivo; es decir, a cada necesidad satisfecha surge otra
mayor, con la expectativa de que será satisfecha. Cada concesión representa un costo
adicional para la organización. La visión global de las necesidades y las aspiraciones de los
empleados es sustituida por el casuismo y la inmediatez para resolver cada reivindicación a
medida que surge. Esa postura de corto plazo para la solución de problemas debilita a la
organización y provoca la inseguridad de los gerentes y supervisores de la línea del frente
ante las constantes y variadas presiones sindicales.
Política autocrática
Se caracteriza por la postura rígida e impositiva de la organización, la cual actúa de forma
arbitraria y legalista, al hacer sólo concesiones dentro de la ley o de acuerdo con sus
propios intereses. Las reivindicaciones no siempre son atendidas, lo que provoca que surjan
focos de indisciplina y grupos de oposición dentro del sindicato, ante los fracasos en las
tentativas de negociación. Estos fracasos generan un refuerzo negativo respecto a la imagen
de la organización y cierto grado de tensión en las relaciones entre la organización y sus
miembros. La falta de diálogo perjudica a la gerencia y a la supervisión, que carecen de
autoridad para atender las aspiraciones y necesidades de los subordinados, lo cual da por
resultado el descontento, la insubordinación y la indisciplina del personal. Los supervisores
quedan al servicio de sus superiores y se tornan más rígidos con sus subordinados. La
política autocrítica, por su carácter unilateral e impositivo, no es sostenible durante un largo
periodo y genera en el personal frustración y actitudes de rebeldía.
Política de reciprocidad
Se basa en la reciprocidad entre la organización y el sindicato. Las reivindicaciones son
resueltas, directa y exclusivamente, entre la dirección de la organización y el sindicato, con
una participación mínima de los trabajadores y los supervisores. El objetivo es constituir un
acuerdo y atribuir al sindicato toda la responsabilidad de vigilar que las cláusulas pactadas
no sean violadas por las partes. Este pacto no siempre cumple con las aspiraciones de los
trabajadores y las demandas de los supervisores, lo que hace que los primeros queden
sometidos a la presión del sindicato y los segundos a la presión de la dirección de la
organización. En realidad, esta política no siempre se cumple, además de que no cuenta con
el apoyo y compromiso de los trabajadores y supervisores, y genera la desconfianza de los
trabajadores que dejan de creer en los dirigentes del sindicato y lo mismo ocurre con los
supervisores en relación con los directivos de la organización.
Política participativa
Se caracteriza por considerar que las relaciones laborales involucran al sindicato y a los
trabajadores, por un lado, en tanto que a la organización, sus dirigentes y sus supervisores
por el otro, lo que propicia una evaluación amplia y objetiva de cada reivindicación o
situación por lo que se refiere a su viabilidad, naturaleza, oportunidad, validez y, sobre
todo, a su integración e identificación con las demás políticas y objetivos de la
organización. Se presupone que las soluciones serán negociadas y discutidas con datos
concretos, objetivos y racionales, además de que no estarán basadas en opiniones
personales. Esta política exige buenas relaciones con los empleados y un clima
organizacional saludable, en el cual los gerentes y supervisores son asesorados por
especialistas de staff, no sólo en asuntos tocantes a las relaciones laborales, sino también en
cuanto a la solución de problemas que implican las relaciones humanas en el trabajo.
La política participativa considera al empleado desde el punto de vista social, político y
económico y no sólo como un simple factor de producción. El cumplimiento de los
acuerdos y la solución de problemas, quejas y reclamaciones individuales de los empleados
son delegados a los supervisores de primera línea. Los problemas que involucran a grupos o
situaciones más amplias, la interpretación de la ley o las condiciones del contrato colectivo
son tratados con la gerencia y con la participación de especialistas en relaciones laborales,
con el objeto de que la solución no siente un precedente de usos y costumbres para la
solución de problemas futuros. Una vez encontrada la solución, su aplicación es delegada al
supervisor directo. Los problemas generales que involucran a todos los empleados son
resueltos por la dirección de la organización y el sindicato. La política participativa
deposita en el sindicato la corresponsabilidad de mantener un ambiente de armonía en las
relaciones laborales y de vigilar el cumplimiento de los acuerdos colectivos. Se trata de una
política que se basa en el consenso de las partes y es estrictamente preventiva, pero no
correctiva ya que se anticipa a los problemas o, cuando menos, los trata en la medida de
que son controlables. Al privilegiar las negociaciones como medio para llegar a un acuerdo,
compromiso o contracto colectivo, se refuerza y legitima la autoridad de la gerencia y de
los supervisores de la organización, al mismo tiempo que se le da prestigio al sindicato.
Relaciones laborales
Uno de los mayores desafíos que enfrenta actualmente el área de ARH, producto de la
apertura política del país y del creciente desarrollo del sindicalismo, es que debe convivir
con la evolución sindical, por un lado, y la naciente participación de los trabajadores, por el
otro; además, debe propiciar que todos los niveles administrativos de la organización estén
conscientes de la nueva realidad laboral y la creciente participación de la clase trabajadora
en movimientos reivindicatorios. Así, es evidente que se debe preparar a las empresas y a
todos los niveles de la administración para que adopten una postura democrática, fundada
en una política participativa de relaciones laborales. El segundo desafío que afronta el área
de ARH es la necesidad de conquistar espacio en la organización para poder actuar en un
nivel estratégico y táctico. Para ello requiere gozar de mayor credibilidad ante la alta
gerencia y los demás niveles de la organización y también necesita tener mayor autonomía
y poder de decisión.
El contrato
El contrato es un documento de 20 o 30 páginas, o incluso más extenso, que por lo regular
contiene sólo declaraciones generales sobre las políticas o reglas y los procedimientos
detallados. La tendencia es a los contratos más largos y detallados, debido, en gran parte, a
que ahora cubren más puntos.
Las principales secciones de un contrato típico abordan temas como:
1. Los derechos de la administración.
2. La titularidad del sindicato y el descuento automático de las cuotas en la nómina.
3. Los procedimientos de querellas.
4. El arbitraje de las querellas.
5. Los procedimientos disciplinarios.
6. Las tarifas de remuneración.
7. Los horarios de trabajo y las horas extra.
8. Las prestaciones: vacaciones, días festivos, seguros, pensiones.
9. Los servicios médicos y de seguridad.
10. La seguridad social y antigüedad de los empleados.
11. La fecha en que vence el contrato.