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DARIO ECHEVERRY: DEL TRÓPICO A LO UTÓPICO

Por: José Eduardo Bolaños Celis


Magíster en Filosofía

"Y sin embargo se mueve..."


Discurso de retractación de Galileo Galilei ante los Tribunales de la Iglesia, 22.06.1633.

La reciente propuesta de integrar a la ciudad de Barrancabermeja con la capital del departamento


de Santander, haciéndola parte de la zona metropolitana de Bucaramanga, en principio es una
propuesta que puede parecer extraña, más, si se revisa en detalle la idea del alcalde Darío Echeverry,
ésta contiene elementos político-administrativos y económicos que la hacen muy |interesante, aun
a pesar de la estupefacción que, inicialmente ésta ha causado entre propios y extraños, y bien puede
ser considerada la propuesta más innovadora- y por ello mismo más utópica y arriesgada que en
materia de integración política- administrativa entre territorios se ha dado en Santander en toda su
historia.

Tal vez el estupor que, en principio, causa la audaz propuesta de Echeverry Serrano, tenga que ver
con varios aspectos, entre ellos, el que en cuanto al tema de la anhelada integración territorial en
la conciencia política ciudadana permanece aún vigente el concepto y modelo de ORDENAMIENTO
TERRITORIAL devenido del pensamiento del profesor Orlando Fals Borda1 el cual fue condensado
en sus cuatro tomos de la Historia doble de la Costa.

Es bueno recordar que, en general, la óptica territorial regional de Fals Borda, en especial con la
publicación de su libro “Mompox y Loba”, primer tomo de la obra “Historia doble de la costa”, dará
inicio a lo que sería la elaboración y desarrollo de su idea revolucionaria de ordenamiento territorial
y en especial la introducción de la categoría política de la región como posibilidad político
administrativa dentro del esquema del rígido esquema de ordenamiento territorial de Colombia.

La propuesta del nuevo ordenamiento territorial de Fals Borda, a partir de lo regional, en términos
generales, apunta a la concepción y desarrollo, bajo instrumentos legales flexibles, de la región y la
búsqueda de un equilibrio de ésta a partir de la puesta en movimiento de la combinación de
recursos, potencialidades y talentos humanos que se hallen presente entre todos los niveles del
llamado territorio. Todo ello se desencadenaría a partir de una identificación de singularidades
territoriales que se homogenizan a partir de la visión del territorio como integralidad, y el cual, habrá
de contener elementos comunes a partir de identidades de tipo étnico, dinámicas históricas,
afinidades geográficas, costumbristas etc.2.

Es pertinente recordar que, anteriormente al PPDMM, y también bajo esta concepción de Gustavo
Fals Borda, desde Barrancabermeja también se iniciaron acometidas administrativas y político-

1
FALS BORDA. Gustavo. Historia Doble de la Costa. IV Volúmenes.
2
El Programa de Paz y Desarrollo del Magdalena Medio-PPDMM- implementado en la década pasada,
acogió en su esquema de organización y discursiva los elementos formulados por el pensamiento de
Gustavo Fals Borda.
sociales para buscar, a partir del concepto de región y territorio una integración de la ciudad con los
municipios adyacentes, muchas de las cuales no pasaron más allá el entusiasmo inicial3.
Pues bien, la reciente y perturbadora proposición del alcalde, Darío Echeverry de integrar a
Barrancabermeja con la zona metropolitana de Bucaramanga, le da ‘una patada a la mesa’ a la
clásica concepción de afinidad territorial, desarrollada por el profesor Fals Borda, y propone esta
vez una audaz y nueva posibilidad de integración ya no desde lo eminentemente regional sino entre
ciudades adscritas a una misma jurisdicción política territorial; en este caso ciudades de un mismo
departamento, cuya afinidad desde lo étnico, geográfico, histórico y cultural no válida ni hace
recomendable la posibilidad real de la integración sino que ahora es la ventaja competitiva, con sus
fortalezas específicas, a partir dela cual han de construirse los elementos sobre los que ha de
validarse dicha integración

La propuesta del alcalde de Barrancabermeja, en principio, escabrosa, abandona el concepto de


afinidades u homogeneidades territoriales, las cuales, podría involucrar entidades municipales de
diferentes departamentos4 para establecer una nueva integración, ventajosa real y posible, basada
inicialmente en la pertinencia política administrativa (Santander como realidad administrativa
unificadora e integrante) pero fundamentalmente en la complementariedad efectiva de
capacidades y recursos ‘a la vista’.

Bajo la propuesta de Echeverry, la ventaja de la integración ya no se halla, como en Fals Borda, en


lo espacial- territorial, ni en consideraciones metafísicas, referidas a una historia y destino en
común, sino en los elementos efectivos y reales de competencia económica que se puedan aportar
a la integración.

Para Echeverry entonces, la posibilidad de integración ya no es de “territorios”, ni desde el espacio


“Fals bordiano” de la regionalidad -y toda la carga semántico-política que el término implica- sino
a partir del raciocinio que escruta con frialdad por la utilidad social y económica que genera el aporte
efectivo entre unos nuevos “Competentes competidores”.
En términos de organización económica territorial, la formulación de Darío Echeverry ya no concibe
una cooperativa ni una mutual, su modelo de integración se fija entonces a partir de la especulación
racional y real de la ganancia para los municipios que se orientan a partir del pragmatismo de la
organización societaria limitada.

3
Por ejemplo, a mediados de los años 90, bajo la égida del alcalde Elkin Bueno A., y bajo la orientación del
abogado y profesor Jorge E. Núñez H. se dio vida al proyecto de integración regional denominado ACOMAG,
la cual pretendía conformarse como una sociedad cooperativa de municipios.
En ese mismo sentido, el exalcalde Edgar Cote Gravino, hizo partícipe a la municipalidad bajo su regencia de
un proyecto conocido como ASOCIPAZ, el cual, más que buscar integración sobre la base de objetivos de
desarrollo socio económico, se orientó a establecer una resistencia a la desmilitarización de una zona del
territorio del sur de Bolívar en la cual, promovidos por el gobierno nacional de turno, se daría vía libre a los
diálogos de paz con la organización insurgente ELN. El objetivo de ASOCIPAZ, era establecer cierto margen de
representación y de injerencia civil para los sectores que, por diversas razones, temían las consecuencias que
podían traer la entrega al ELN de lugares de los cuales había sido expulsado recientemente. Ver. La oposición
regional a las negociaciones con el ELN.://www.verdadabierta.com/documentos/victimarios/eln/500-la-
oposicin-regional.

4
Para el caso de la integración territorial de Barrancabermeja, ésta, en principio permitía la convergencia de
potencialidades económicas bajo una convocatoria y vinculación de esfuerzos administrativos de municipios
pertenecientes a departamentos tales como Santander, Bolívar y Antioquía.
La revisión detallada del Plan de Desarrollo Municipal de la administración de Echeverry Serrano,
Barrancabermeja, Incluyente Humana y Productiva, 2016-2019; bien puede dar luces sobre el
porqué de tan aguerrida apuesta de integración. Veamos:

Si este Plan está construido sobre tres ejes temáticos de desarrollo a saber : Lo Logístico-
Empresarial, lo turístico y el binomio ambiental, basuras –agua; es lógico que éstos ejes, dese la
potencialidad del desarrollo económico que este comporta en presente y hacia el futuro: Puerto
Multimodal Impala.; rio Magdalena- Complejo hídrico, ciénagas--rio Magdalena; manejo comercial
integral de aguas y basura; es más que lógico que su gobierno no estaría mirando para el enclenque
Yondó, ni hacia el famélico sur de Bolívar ni mucho menos hacia las posibilidades que le depararían
un paupérrimo Cimití.

¿Y porque no? Sencillo: a éstos municipios, por un lado no les atrae con la misma intensidad el rio
Magdalena y su potencial ilimitado- más allá de su riqueza ictiológica- como si sucedería, por
ejemplo, con la agitada Bucaramanga y su zona periférica -cuyo PIB es casi 50 veces mayor a todo
el de la región del Magdalena medio excluyendo a Barrancabermeja- ni tampoco tendrían estos
municipios ribereños un Producto interno económico-PIB- con el que, por ejemplo, pudiese
pensarse podrían llegar a incrementar cualificadamente las operaciones logísticas de Puerto Impala.
Ni que hablar entonces de la capacidad real de ahorro y gasto que tienen los habitantes de esta zona
del Magdalena medio como para desear y poder venir al Puerto petrolero a gastar su dinero en
actividades de compras, recreativas, culturales o turísticas.

Desde este punto de vista la redefinición de la integración entre municipios que hace Darío
Echeverry tiene un componente válido y pragmático asentado en el valor real y económico que deja
conjuntar esfuerzos: asociarse con aquellos territorios que tienen no sólo que ofrecer sino también
con que comprar y mover la economía interna barranqueña. Sin duda que, desde la visión
empresarial estratégica de Echeverry Serrano, 2.500.000 potenciales compradores, asociados a la
zona Metropolitana de Bucaramanga, le seducen más al primer mandatario de los Barranqueños
que cualquier otra consideración asociada a una dubitativa integración regional con localidades que,
en su mayoría, a lo largo del rio Magdalena, apenas si superan, en pleno siglo XXI, las condiciones
de vida del siglo XIX.

Ahora bien, si la real integración regional Barrancabermeja-Bucaramanga cobra vida-aquí es


importante invertir el orden de la intención y acción geográfica.- indudablemente que esta se
deberá hacer sobre un eje matricial que contemple ante todo la conectividad espacial- la digital-
electrónica hace rato se configuró- y en el cual la velocidad de desplazamiento entre agentes
económicos y el acceso a la multimodalidad del transporte supere el escollo de la distancia.

La apuesta de Darío Echeverry, por su misma originalidad, puede ser asumida como audaz, y sin
duda que coquetea con la temeridad, tanto si se mira desde la concepción de Fals Borda y aún más
si se hace pasar a ésta por el cedazo del imaginario colectivo popular de la insalvable distancia que,
histórica, cultural y geográficamente siempre existió entre Bumangueses y barranqueños. No en
balde es el aluvión de voces estupefactas y airadas por la propuesta.
Más, a la luz del pragmatismo de lo que es la competencia económica, bajo los nuevos y exigentes
términos que impuso el modelo económico-cultural de la globalización5, el remoto asunto de la
integración Barrancabermeja-Bucaramanga, propuesto por el alcalde de Barrancabermeja, bien
pronto puede abandonar el terreno de lo utópico y simplemente empezar a transitar en el de la
posibilidad que deviene en realidad una vez que se le den espacios y respuestas al cómo, porque y
para qué.
En ese sentido, Echeverry Serrano ya demostró que los desafíos agenciados con lo utópico no le
amilanan y mucho menos si éstos retan aun a las más escépticas imaginaciones.

5
Una característica de la globalización es que el espíritu de lo global revierte los antiguos procesos de
integración, a partir del encuentro en la homogeneidad, y son precisamente las diferencias étnicas culturales
las que alientan la fundición de todo lo diverso, en un único modelo de presencia y actuación. Si bien lo global
es heterogéneo en el núcleo se comporta y muestra homogéneo en su externalidad.

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