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Tecnicas de Organizacion y Control de Ob
Tecnicas de Organizacion y Control de Ob
ÍNDICE
1. GENERALIDADES. 5
1.1. ¿Por qué Organizamos? 5
1.2. Necesidad de Programar los Proyectos. 6
1.3. Planificación y Programación. 7
3. DIRECTOR DE PROYECTO. 25
3.1. Preámbulo. 25
3.2. Director de Proyecto en la Organización Empresarial. 25
3.3. Funciones a Desarrollar. 28
3.4. Tipos de Directores de Proyecto. 29
3.5. Medios para la Actuación del Director de Proyecto. 31
3.6. Decisión y Dirección de la Obra. 32
3.7. Autoridad y Responsabilidad. 38
3.8. Actuación de un Director de Proyecto. 39
3.9. Selección de un Director de Proyecto. 40
4. ORGANIZACIÓN DE OBRAS. 42
4.1. Objetivos de la Empresa. 42
4.2. Sistemas Organizativos. 42
4.3. Funciones y Sistemas de Dirección. 43
4.4. Organización, Dependencias y Funciones. 44
4.5. La Obra como Unidad de Organización. 46
4.6. Actividades en la Ejecución de una Obra. 46
6. REDES CPM. 83
6.1. Red CPM. 83
6.2. Duraciones. 84
6.3. Tiempos. 88
6.4. Márgenes u Holguras. 90
6.5. Leyes y Fórmulas del MCC. 97
6.6. Camino Crítico. 99
Analizando este ejemplo real, cabría decir que debemos organizar y controlar
nuestra obra para conseguir el mayor beneficio para la empresa o Administración a
la que nos debemos, olvidándonos de conceptos parciales que no nos llevan sino a
beneficios ficticios y parciales. Por tanto hay que considerar las labores de
organización y control de obras desde un punto de vista global.
Llama poderosamente la atención que, habiendo existido siempre sistemas que han
permitido prever, aunque haya sido de forma aproximada, el coste de una obra, no
haya habido nunca una inquietud tan marcada hacia el descubrimiento de
procedimientos que nos permitan saber, con un grado razonable de exactitud, cuál
va a ser la fecha probable de terminación de la misma.
La planificación se ocupa del análisis de las actividades que se deben desarrollar para
la realización de un proyecto y su orden relativo de ejecución. Se basa únicamente en
la tecnología y el orden. En la fase planificadora los recursos son ilimitados y tampoco
se hacen intervenir condicionamientos externos. Para hormigonar una losa es preciso
que esté encofrada primero, y esto es cierto con independencia de los medios que se
utilicen para la realización de la obra. Las incidencias de tipo meteorológico, laboral,
etc. quedan excluidas de la planificación.
de cálculo se hace siempre con un ordenador, lo que equivale a decir que el programa lo
hace la máquina, pero la planificación previa tiene que ser establecida por el usuario.
2.1.- INTRODUCCIÓN
Primeramente cabe definir los conceptos “Documento” y “Proyecto”, para pasar
posteriormente a unir ambos significados, en sus diferentes acepciones, para tener el
significado más amplio de lo que se quiere expresar.
Por tanto un Documento es; un aviso y consejo, algo que ilustra o sirve para comprobar,
herramienta que sirve de prueba contra quien lo escribe, una forma de acreditar hechos.
Cabe decir que el Documento sirve para ordenar, informar, aconsejar, comprobar y ser
una prueba fehaciente.
En un Proyecto nos encontraremos con documentos cuya finalidad puede ser cualquiera
de las indicados anteriormente y es importante que tengamos claro a que nos estamos
refiriendo en cada caso.
Por otra parte no podemos negar que un documento es un sustituto de la expresión oral,
nacido por la complejidad de los asuntos que se traten. Se corre el riesgo de que pueda
ser menos eficaz que la propia expresión oral, que pueda resultar mucho más frío e
impersonal y que, sobre todo, pueda resultar más caro como simple elemento de
transmisión de ideas, conocimientos o instrucciones.
En los documentos nos encontramos en muchos casos algunos defectos, entre estos los
principales son:
- Documentos inútiles por ineficaces.
- Documentos confusos para el fin perseguido.
- Documentos demasiado extensos, que indican cosas innecesarias que llegan a
confundir.
- Documentos hechos fuera de contexto o hechos a destiempo.
- Documentos nulos, por ir contra la ley.
- Documentos que se hacen con ánimo de eludir responsabilidades que realmente
nos corresponden asumir y que además tienen la propiedad de irritar a los que nos
rodean, lo cual produce un efecto tremendamente negativo en nuestro entorno.
Pasamos ahora a analizar el concepto de Proyecto, empezando por las definiciones del
Diccionario de la Real Academia Española:
- Representación en perspectiva.
- Ortografía proyectada.
- Planta y disposición que se forma para un tratado o para la ejecución de una cosa
de importancia, anotando y extendiendo todas las circunstancias principales que
deben concurrir para su logro.
- Designo o pensamiento de ejecutar algo.
- Conjunto de escritos, cálculos y dibujos que se hacen para dar idea de como ha de
ser y lo que ha de costar una obra de arquitectura o de ingeniería.
De las cinco acepciones del Diccionario nos quedamos, para nuestros fines, con las tres
últimas y además podemos crear una definición particular, si se me permite tal que
Proyecto es la combinación de recursos humanos, técnicos, materiales y económicos
unidos un determinado tiempo para conseguir un propósito.
La participación de cada uno de los recursos antes citados será diferente en función del
Proyecto que se pretenda realizar, ya que todos entendemos que no se precisa del mismo
número de recursos humanos para la realización de un complejo comercial o unas
viviendas.
Además todos los recursos se deben relacionar entre sí mediante documentos, por lo que
se puede añadir sin ninguna duda que los sistemas de comunicación entre recursos
deben variar en función del tipo de Proyecto.
Los documentos que integran un Proyecto, según esa misma teoría clásica son :
- Memoria descriptiva de las soluciones adoptadas.
- Anejos de cálculos.
- Planos de detalle.
- Pliegos de Condiciones.
- Mediciones.
- Presupuestos.
Desde hace tiempo los Proyectos han ido siendo cada vez más complejos y de mayor
tamaño, es decir, más complejos y necesitando de una mayor inversión, por lo que el
número de recursos humanos y/o entidades que intervienen en la ejecución de estos Pro-
yectos es grande y como consecuencia de esto los documentos clásicos de los Proyectos
se pueden quedar cortos para realizar la comunicación entre todas las partes que in-
tervienen. Se hace por tanto necesario utilizar otros documentos además de los clásicos
para facilitar la realización del trabajo. También es conveniente utilizar nomenclaturas
para definir el carácter de cada documento, como veremos a continuación.
- Por su origen.
- Por su destinatario.
- Por su contenido.
Son los documentos que habitualmente generan y utilizan los directivos de las empresas,
los directores de proyecto y en general todos aquellos responsables de la gestión:
- Los contratos.
- Las propuestas.
- Manuales de procedimientos.
- Notas o actas de reuniones.
- Listas de trabajos.
- Informes de progreso.
- Correspondencia general.
- Hojas de envío de documentación.
- Procedimientos de facturación y cobro.
- Documentos financieros.
Son aquellos que definen conceptualmente el Proyecto tecnicamente, así como describen
las condiciones que comporta el entorno en que el Proyecto debe ser realizado.
Esencialmente presentan la forma de Planos y pueden ser:
- Condicionantes locales.
- Memorias descriptivas de procesos.
- Diagramas de circulaciones (operaciones unitarias).
- Datos de equipos (tamaños, características, etc.).
- Planos de implantación.
- Listados de instrumentos.
- Especificaciones de materiales.
- Balances de masas.
- Balances de energía.
- Cálculo de elementos básicos.
- Informes de ensayos
- Datos de implantación:
!"Datos geológicos o geotécnicos.
!"Datos topográficos.
!"Información de campo.
- Datos de rendimientos y consumos.
- Especificaciones de materiales y productos a emplear.
- Recomendaciones basadas en experiencias anteriores.
Son los documentos que se utilizan en campo o taller para construir o fabricar
respectivamente y pueden tener carácter vinculante según los tipos de contrato que se
hagan:
- Relación de normas aplicables al Proyecto.
- Estándares a utilizar en el Proyecto.
- Listas de equipos y/o materiales.
- Especificaciones de equipos o materiales.
- Cálculos.
- Planos preliminares de información.
- Planos definitivos de construcción.
- Mediciones.
- Presupuestos.
- Cuadro de Precios Unitarios.
- Cuadro de Precios descompuestos.
- Procedimientos de pruebas.
Son los que habitualmente emiten estos durante la ejecución de los pedidos o
contratos realizados:
- Programas de fabricación y montaje.
- Listas de planos.
- Planos.
- Cálculos justificativos.
- Manuales de montaje.
- Listas de repuestos.
- Informes de estado del pedido.
- Informes de inspección.
- Avisos de expedición.
- Facturas.
- Certificaciones.
- Listado de maquinaria.
- Lista de Incidencias.
Estos pueden ser de una gran variedad, función del proyecto al que nos refiramos.
Al igual que sucede con los de pruebas y puesta en marcha también pueden ser muy
variados.
Además de que queden claros los conceptos anteriores, el Pliego General de Condiciones
debe, en el aspecto de Programas de Trabajo, establecer la presentación de Programas
de trabajos junto con la documentación de presentación de Oferta. Dicha documentación
consistirá en:
- Programas de Trabajo.
- Carga de mano de obra directa.
- Carga de mano de obra indirecta.
- Maquinaria y medios auxiliares de construcción.
Todo ello abarcará desde la iniciación de las obras hasta la finalización de las mismas. Es
práctica habitual solicitar lo anterior en forma de gráficos para una más fácil comprensión.
También se suele exigir que el Contratista especifique el número de horas laborales por
semana y empleando un calendario laboral en el que fundamente sus cálculos de
programación, teniendo en cuenta absentismos, conflictos previstos, lluvia, interferencias,
vacaciones, domingos, festivos, supuestos cortes de energía y agua, retrasos probables,
etc.
Estos programas indicarán los planos, materiales, personal y equipos necesarios para
poder realizar el trabajo contenido en él. Se realizará un seguimiento semanal y en cada
revisión mensual de las ediciones trimestrales se acompañará una relación de las causas
que han impedido conseguir los objetivos no cumplidos, si los hubiera habido, así como
los medios adicionales necesariamente empleados en absorber el desfase.
El personal dependiente del Jefe de Obra, deberá poseer los conocimientos y tener la
capacidad de producción mínima que exigen las Reglamentaciones Laborales a los
operarios, según su clasificación laboral. Dichas categorías laborales serán, sin
excepción, las que se mencionen en el Contrato. El Contratista habrá de someter a su
personal a cuantas pruebas de calificación considere oportunas el Director de Obra. El
importe de dichas pruebas será a cargo del Contratista.
El Contratista no podrá cambiar al Jefe de Obra sin la previa autorización por escrito del
Director de Obra. El Jefe de Obra será responsable de la dirección y organización del
trabajo, debiendo conocer detalladamente las condiciones y términos del Contrato. De
acuerdo con las directrices de la Dirección de Obra, los planos y documentación, el Jefe
de Obra dirigirá, organizará y planificará la construcción o fabricación de las unidades de
Obra contratadas.
El Director de Obra, con motivos justificados, podrá solicitar la sustitución del personal del
Contratista, incluido el Jefe de Obra.
2.3.1.2.- PLANOS
Los tamaños más usados son los correspondientes a formatos UNE A-0 y A-1, siendo
normalmente utilizado el A-0 para planos de conjunto o de definición general y el A-1 para
planos de detalle o constructivos. La tendencia es a una mayor utilización de tamaño A-1
por su mayor facilidad de manejo. No resulta aconsejable utilizar planos mayores de A-0,
salvo en casos especiales correspondientes a diagramas de flujo, planos de carreteras u
obras lineales y diagramas de tipo espacio-tiempo.
También se emplean los formatos UNE A-3 y A-4 por su mayor facilidad de manejo para
dibujos estándares de construcción y todo aquello que pueda ser repetible en un proyecto.
Siempre que se desea realizar un plano hay que plantearse previamente la necesidad que
se tendrá de reducir dicho plano a un tamaño manejable en obra, para así realizar los gro-
sores de las líneas y letras de tal forma que no se pierdan en la reducción.
La rotulación de los planos debe hacerse con el criterio de que un plano contenga la
información completa para el usuario de los mismos. Un criterio empleado en la actualidad
es disminuir el número de líneas de un plano y aumentar el texto escrito en el mismo.
Por lo que respecta a la identificación de los planos hay que plantearse desde el principio
de un proyecto la realización de una lista de los mismos, a la vez que se diseña la
identificación de los mismos. Una forma de denominar a los planos puede realizarse
teniendo en cuenta los siguientes parámetros:
- Letra de formato elegido para el plano.
- Número de Proyecto.
- Departamento responsable.
- Número específico del plano.
- Número de las revisiones que ha tenido el plano.
- Fecha.
- Número de orden del plano. Caso de que un plano deba dibujarse en varias hojas
este número puede complementarse con letras; A, B, ..., etc.
- Revisión del plano, en este caso será la tercera revisión.
- Fecha en formato dd/mm/aa.
Respecto a los posibles usos de los planos estos las podemos clasificar en:
- Para orientación o información
- Para coordinación o para emitir comentarios.
- Para construcción.
- Para usos oficiales (licencias, permisos, consultas).
En relación con la firma de los planos debo decir que es aconsejable que el plano sea
firmado por todas y cada una de las personas que han intervenido en su confección, ya
que realmente todos son responsables de su contenido. Es un error frecuente pensar que
solo es responsable el arquitecto o arquitecto técnico, firmante final del plano, ya que en
todo caso el juez podría exigir responsabilidades a todos aquellos que hayan intervenido,
eso si en relación a la intervención y responsabilidad de cada uno.
Por otro lado hay que considerar que un plano es un elemento que puede variar, sujeto a
revisiones, bien por la existencia de nueva información que significa modificaciones o
añadidos o bien por cambios de criterios en el diseño durante la construcción. En este
caso es obligado hacer mención a los planos denominados "as-built", cuya misión es
reflejar el estado final de la construcción.
Otro aspecto destacable en un plano es el sello. Este debe reflejar fielmente su objeto
y su contenido. A veces imposiciones de Colegios Profesionales impiden esto, ya que
hay normativas que hacen que un plano sea a nivel oficial el trabajo de una única
persona, responsable total, lo cual, a nuestro juicio, es un concepto completamente
fuera de lugar, ya que la realización de un plano responde, en general, a un trabajo
en equipo.
Se deben cuidar especialmente las referencias a otros planos, con el fin de conseguir
que formen parte de un conjunto armónico y coordinado.
2.3.1.3.- ESPECIFICACIONES
Además el pedido debe incluir, junto con las especificaciones y la requisición, el precio,
las penalidades y la forma de pago. Es posible que pueda parecer que estos documentos
repiten los conceptos, esto evidentemente puede ocurrir, pero hay que tener en cuenta
que cada documento tiene su valor en su momento y precisamente hay que medir la
rentabilidad o la propia seguridad de actuar bien y con orden en ese momento.
Al igual que sucede con los planos, es importante el aspecto de la identificación de cada
uno de los tres documentos mencionados en este epígrafe. Una forma normal de
identificar una especificación es la utilización correlativa de conceptos de:
- Símbolo de Especificación; ES
- Número de proyecto.
- Símbolo del departamento.
- Número especifico de especificación.
- Número de revisión.
- Fecha en formato dd/mm/aa.
Por ejemplo: ES-00234-E-007-R1-12/02/04.
- Generalidades.
- Descripción del Proyecto y objetivos prioritarios.
- Número del Proyecto.
- Alcance del trabajo y reparto del mismo.
- Organización y organigramas de relaciones.
- Códigos de identificación:
!"
Áreas.
!"
Planos.
!"
Especificaciones.
!"
Equipos a emplear.
!"
Documentos, en general.
- Idiomas, caso de proyecto supranacional:
!"
Reglamentación y leyes aplicables.
!"
Normas.
- Procedimiento de aprobación de planos.
- Informes mensuales.
- Método empleado para la planificación.
- Método de control de costes.
- Método de compras.
- Subcontrataciones.
- Controles de Calidad.
- Planes de Gestión Medioambiental.
- Gestión del almacén de obra.
- Procedimientos de facturación y pago.
- Correspondencia y distribución.
- Gestión de archivos.
El Manual de Coordinación debe contar con el consenso de las partes implicadas y debe
estar sometido a revisiones que lo perfeccionen a lo largo del Proyecto.
El último documento para la Dirección del Proyecto es el informe, a que ahora nos
referimos. Es un documento que, como su propio nombre indica, se emite con carácter
periódico, cada mes o dos meses. Es muy importante hacer notar que antes de
elaborarlo hay que tener en consideración los destinatarios a los que va dirigido, saber
quién lo va a leer y, si es posible, el uso que se puede hacer de él a posteriori.
Tiene que ser lo más objetivo posible y estar basado en realidades lo más medibles
posibles y, por supuesto, que se puedan demostrar. Tanto las afirmaciones como las
negaciones deben ser igualmente cuantificables para hacerlas menos discutibles. Todos
tenemos la certeza de que se discute menos un número que una opinión, por muy
importante que sea el que la emite. El presente documento debe ayudarnos a centrar a
todas las partes implicadas en la realidad de la ejecución del Proyecto.
Como modesto juicio al respecto de la documentación cabe concretar que hay que hacer
una selección de qué documentos nos interesa utilizar, en función del tipo de proyecto y la
organización de las diversas partes que intervengan en su realización.
Otro problema lo constituyen las copias inútiles de documentos útiles. Nos atrevemos a
decir que sería conveniente en todo caso que antes de enviar una copia de un documento
a alguien meditásemos sobre si le iba a servir para algo. Otro tema es que esa persona lo
quiera, ya que existen muchas personas que creen que cuanto más papel posean de un
proyecto más entienden o saben de él. Cabe indicar que normalmente, al final, esas
personas no tienen tiempo para conocer los datos que tienen y se convierten en simples
archiveros de información y necesitan mucho espacio para almacenar el papel, ya que
además no destruyen los documentos antiguos, por si alguna vez sirven para algo.
Estos circuitos, junto con los sujetos que reciben y devuelven información y/o
comentarios, así como los canales de decisión en cuanto a la información contenida
representa el establecimiento de unos canales de comunicación formales en cuanto a
relaciones y comunicaciones.
2.6.- DEFECTOS
Hemos indicado hasta el momento una serie de defectos en la producción y uso de la
documentación de un proyecto. Para acabar vamos a referirnos a otros, también
frecuentes y no mencionados hasta ahora pero que se producen, tales como:
- Grave tendencia al perfeccionamiento por parte de los especialistas, incluso en lo
referente a la ejecución de planos lo que conduce a perdida de tiempo, con su
correspondiente coste, así como sobre todo el no llegar tarde con un documento,
lo cual da lugar a tiempos inactivos por parte de personas involucradas en el
proyecto. Este caso es especialmente frecuente en proyectos ejecutados “por
Administración”, especialmente si la ingeniería encargada de elaborar el proyecto
es poderosa, o si los técnicos son tremendamente escrupulosos, o si tienen poco
trabajo en otros proyectos diferentes.
- En todo momento no hay que perder de vista que los documentos de un proyecto
son un medio para un objeto determinado, es decir, no tienen un fin último, sino
son solo un medio para un fin más elevado. Esto es algo que los técnicos que
preparan los documentos parecen a veces olvidar.
- Otro aspecto es la generación de un número excesivo de documentos o excesivo
número de copias de los mismos. Este aspecto está creando cuellos de botella en
el desarrollo del proyecto. Estos cuellos de botella hay que eliminarlos por el bien
de todos.
- En sentido contrario al exceso de documentos existe la falta de documentación que
facilite la comunicación entre departamentos, tales como estructuras e
instalaciones, que a veces se quejan de falta de información para seguir tra-
bajando, lo cual da lugar a tiempos muertos muy caros para el proyecto.
Como recomendación general, aunque sea obvia, hay que decir que en una organización
cuanto menos se conocen las personas o cuanto peor se identifiquen con los objetivos de
la misma, harán falta más documentos. Es nuestra obligación indicar que debemos
enseñar más a relacionarse a las personas que a obligarles a hacer documentos.
3.1.- PREÁMBULO
La figura del Director de Proyecto, o Jefe de Proyecto, o también denominado de otro
modo; Responsable de un Proyecto nace como consecuencia del tamaño y complejidad
de los Proyectos que se realizan. Si intentáramos definir esta figura, tendríamos que decir
que es el que mayores responsabilidades asume en todas las fases de un Proyecto; di-
seño, contrataciones, construcción y puesta en marcha, lo cual es como decir que es el
protagonista principal y que de él dependen básicamente los resultados finales que se
consigan en cuanto a los objetivos que se persiguen al realizar el Proyecto.
Puede tener que realizar labores un tanto dispares, por ejemplo, pensemos en la
existencia de Directores de diferentes proyectos:
- Director del Proyecto de realizar una planta de almacenamiento de gas natural
licuado.
- Director del Proyecto de realizar 1000 viviendas de protección oficial.
Como se puede apreciar las labores en los casos citados a realizar por el Director de
Proyecto tendrán que ser un tanto diferentes, pero todas ellas tendrán algo en común al
menos, tal cual es la consecución en tiempo, coste y resultados del propio Proyecto en
cuestión, es decir, el Director o Jefe de Proyecto tiene la misión de conseguir que se
cumplan los objetivos del Proyecto.
En este caso un inversor, para realizar un determinado Proyecto, elige a una persona o
compañía que realice el diseño, compras y supervisión de construcción, y a la vez, con la
ayuda de esta, selecciona a un grupo de contratistas y proveedores, tal como se indica en
la figura reflejada seguidamente.
INVERSOR
Diseño
Compras
Supervisión
En esta organización no está claro donde aparece la figura del Director del Proyecto. En
principio parece que el responsable técnico del tema es el estudio de Arquitectura o la
Compañía de Ingeniería elegida. Pero ¿quién es responsable de los aspectos
económicos, tales como el cumplimiento de un presupuesto, o de los aspectos de
planificación y/o programación, como cumplir un plazo de entrega? Evidentemente con
este sistema organizativo las responsabilidades técnicas de plazos y de costes aparecen
aparentemente diluidos y hay que establecerlos previamente para evitar confusiones. Lo
que ha hecho en este caso el inversor es dividir el trabajo según especialidades, lo cual le
está implicando el coordinar estas diferentes especialidades por parte de las entidades
que las desarrollan, ya que de otra forma el conjunto no funcionaria. Dicho de otra forma
el Inversor está asumiendo la mayor responsabilidad, por lo cual el Director de Proyecto
debe ser una persona que pertenezca a la organización propia del Inversor, o bien si
pertenece a otra debe tener los correspondientes poderes delegados. Podría ser en este
último caso que fuera alguien de la Compañía de Ingeniería o Estudio de Arquitectura,
aunque esto no sería demasiado correcto por la no completa coincidencia de intereses. Lo
anterior refuerza la idea de que todas las demás organizaciones que intervienen tengan
nombrados responsables de la actividad o actividades que desempeñan y que dentro de
las propias organizaciones también puedan ser llamados Jefes o Directores de Proyecto.
INVERSOR
Contratista Tecnología
General
Subcontratistas
INVERSOR
Contratista
General de Proveedores
Diseño y
Construcción
Subcontratistas
Está perfectamente claro en este caso que el Director de Proyecto deberá pertenecer a la
organización del Contratista General, ya que allí es donde se centra la mayor
responsabilidad.
Todo lo expresado, en cada uno de los casos, nos hace ver que, por un lado no es fácil de
situar al Director de Proyecto, y por otro que las funciones y responsabilidades que debe
asumir pueden ser muy diferentes, por lo cual queda claro también que deberá haber
diferentes tipos de Directores de Proyecto, según los diferentes niveles de
responsabilidad que tenga que asumir y según el tipo de Proyecto y el tipo de
Organización elegidos en cada caso
Antes de fijar las funciones de un Director de Proyecto se deben fijar, por parte del
Inversor, los objetivos a conseguir por el Proyecto en cuestión. Esto que parece obvio en
la práctica a veces o no se plantea claramente o al menos no queda claro desde el
principio. En relación con la consecución de estos objetivos debemos mencionar:
- Cuales son dichos objetivos.
- Definir claramente cada uno de ellos.
- Establecer prioridad de cada objetivo.
Al respecto del primer apartado, cuales son los objetivos, estos pueden ser muy variados,
para los diferentes proyectos que se pueden presentar en la práctica. Enumeraremos a
continuación algunos de los objetivos de un Proyecto:
- Cumplimiento de un presupuesto, para obtener una determinada rentabilidad, ya
que de otro modo el Proyecto no tendría sentido.
- Cumplimiento de un plazo de ejecución, bien por razones políticas o por razones
técnicas, ya que puede tratarse de un producto de campaña, como un gran
almacen o hipermercado en campaña de navidad.
- Obtener una determinada calidad en una obra por razones de prestigio o
representatividad.
- Obtener una financiación para el Proyecto, ya que de otra forma el Proyecto no
seria realizable.
- Otros más, que pueden darse por razones políticas, técnicas o incluso personales
de los directivos de una empresa o de una comunidad. Las razones electoralistas
pueden tener un gran peso en multitud de proyectos.
Una vez fijados los objetivos a conseguir por el Proyecto vamos a desarrollar las fun-
ciones a realizar por el Director de Proyecto. Dichas funciones pueden llevarse a cabo en
dos ámbitos diferentes, dentro de su propia organización o fuera de ella, es decir las
podemos considerar internas o externas.
Este tipo muestra al Director como unidad de control, lo que se conoce como coordinador.
Tiene autoridad para actuar y es responsable y aunque no dirige directamente el trabajo
de otros ejerce su jefatura a través de acciones en las que se fijan procedimientos de
trabajo. Realiza el control de presupuestos, variando asimismo las asignaciones internas
del Proyecto sin variar la cuantía total. Además puede realizar cambios en la
Programación, adaptándola a los hechos que se presenten.
Este tipo representa a la unidad de dirección, esto es, un Director Gerente. El Director
realiza todas las gestiones de Dirección, desde la planificación al control de los trabajos
de otros, pero estos a quienes dirige no dependen administrativamente de él, sino de
otros departamentos de la empresa. Determina presupuestos para sus propios
empleados, les da instrucciones, les determina su trabajo, etc. Por último tiene la potestad
de seleccionar su personal, pero no lo contrata ni despide.
Este cuarto perfil representa la unidad de mando, siendo el Director un Director General.
El Director de Proyecto de este tipo tiene toda la autoridad y responsabilidad a través de
la estructura de la organización a la que pertenece. Dirige todo el Proyecto. Debe ser
informado por todos los empleados en dependencia directa y tiene la potestad de
seleccionar a su personal, incluso contratarlo y despedirlo.
Vamos a intentar, aunque no resulta sencillo, elegir los distintos tipos de Directores de
Proyecto en relación con las Empresas y en función del Proyecto que se ha de ejecutar.
Para ello vamos a basarnos en tres ideas:
- Tamaño y/o complejidad del Proyecto a desarrollar.
- Tamaño de la organización que va a desarrollar el Proyecto, en relación con el
tamaño del Proyecto. Aquí cabe indicar que la práctica nos indica que un Proyecto
es grande para una empresa cuando ocupa más de un tercio de su capacidad
técnica, económica o financiera.
- Estructura de la organización que tiene que realizar el Proyecto, que será muy,
poco o nada descentralizada, independientemente de su tamaño.
Tras exponer estas ideas presentamos el siguiente cuadro en que se busca hacer
compatible, según el tamaño de la Organización y el tamaño y/o complejidad del
Proyecto, cual es el tipo de Director de Proyecto más idóneo para cada caso.
TAMAÑO DE LA EMPRESA
Grande 4 3ó4 3
Mediano 3ó4 3 2ó3
Pequeño 3 2 1
Las decisiones, desde tiempos remotos, han sido tomadas basándose en la experiencia,
la intuición, el sentido común y la repetición de fórmulas que obtuvieron éxito en
actuaciones pasadas. En los tiempos actuales y debido al fuerte y rápido cambio del
entorno empresarial son muy pocas las ocasiones en las que podemos hacer uso de
casos precedentes para tomar decisiones y, en otras ocasiones, los problemas son tan
complejos que superan a la simple intuición o a los análisis subjetivos, por lo que se
deben complementarlos mediante métodos científicos basados en instrumentos objetivos
de investigación y medida.
3.6.1.- MODELOS.
Los casos reales que se presentan suelen ser todos bastante complejos, por lo que para
comprenderlos debemos simplificarlos, tomando únicamente los aspectos que puedan ser
o parecer más relevantes para el análisis del problema, obviando los que sean superfluos
o accesorios. La realización de este análisis de los casos nos permite modelizar partes de
la realidad, lo que nos lleva a una mejor comprensión del problema parcial y por tanto
permite tomar mejores decisiones.
Son modelos que han de ser resueltos y nos permiten obtener soluciones a un problema,
por ejemplo, un sistema de ecuaciones; resolviendo el sistema se obtiene la solución del
problema. Dentro de estos modelos analíticos podemos encontrar los modelos de
optimización, que son aquellos que nos permiten determinar los valores que se han de dar
a las variables de manera que se maximice o minimice otra variable que se tiene por
objetivo. Estos modelos de optimización generan una solución óptima al problema, por lo
que se deben considerar como prescriptivos.
Los primeros son los que la variable tiempo no es tenida en cuenta, en tanto que los
dinámicos son los que incorporan el tiempo como variable e incluso lo toman como
parámetro fundamental.
En los deterministas se suponen conocidos con certeza todos los datos de la realidad que
representan. Caso de que algún parámetro se conozca solamente en términos de
probabilidad el modelo será probabilístico o, también llamado, aleatorio.
Las decisiones que debemos adoptar son más sencillas de tomar cuanto mayor es la
información de que se dispone al respecto del problema. Por ejemplo, si sabemos
ciertamente el nivel de demanda de viviendas en una determinada zona urbana podemos
decidir de manera más sencilla que esa inversión será más segura que si se supiese que
dicho nivel de demanda es de 4.000 viviendas, con una cierta probabilidad, o de 2.000
con otra probabilidad. Por tanto cabe decir que el nivel de información de que disponemos
determina el tipo de ambiente de la decisión y además cabe añadir que los diferentes
estados de la naturaleza de la cuestión son los sucesos de los que depende una u otra
decisión y en los que el decisor no puede influir.
Lo que parece obvio pensar es que la información se puede llegar a obtener, pero en la
mayoría de los casos tanto el coste de esta información como el tiempo necesario para
obtenerla suelen ser elevados, por lo que deberemos tomar decisiones en ambientes de
incertidumbre. En estos ambientes interviene en gran medida la subjetividad.
En el caso de la incertidumbre no estructurada, visto antes, cualquier decisión que se
tome debe estar basada en la mera intuición, no existiendo ninguna regla o proceso que
nos facilite la decisión. Si la incertidumbre se encuentra estructurada la decisión será un
poco más fácil, aunque seguirá existiendo una gran carga de subjetividad, de modo que
distintas personas pueden tomar distintas decisiones en función de su optimismo,
pesimismo, miedo al fracaso, al riesgo, etc.
Un Jefe de Obra ha de decidirse por colocar un tipo u otro de fábrica de ladrillo (ladrillos
tipo 1 o 2) y además dispone de tres cuadrillas para su colocación, aunque él no puede
elegir una u otra. Se sabe la cantidad de unidades monetarias que ganaría la empresa
constructora en cada uno de los casos. Si se aplicase el criterio de Laplace, ¿qué decisión
tomaría?
60 + 40 + 50
= 50
3
Para el ladrillo tipo 2 la solución será 40 unidades monetarias. Por tanto la mejor
solución será utilizar el ladrillo tipo 1.
Este criterio lo tomarán las personas que piensan que cualquiera que fuera la estrategia
elegida siempre se presentarían los resultados más favorables. Para aplicar este criterio
se determina el valor más elevado que se puede producir con cada estrategia y se elige
aquella al que le corresponde el máximo valor.
Llamado criterio de Hurwick. Este criterio constituye un compromiso entre los criterios
optimista y pesimista mediante la introducción de unos coeficientes denominados de
optimismo, α, y pesimismo, 1-α. El método práctico consiste en ponderar el mejor de los
Este criterio es usado por las personas que tienen aversión a arrepentirse por
equivocarse. También se denomina como criterio de Savage. Este método es algo más
complejo ya que se debe tomar como punto de partida para su estudio la denominada
matriz de pesares. Definimos pesar como lo que se deja de ganar por no elegir
correctamente.
En conclusión, con la primera estrategia el máximo pesar sería de 30 u.m., mientras que
con la segunda el pesar ascendería hasta las 50 u.m. La decisión sería, según el criterio
del mínimo pesar la opción del ladrillo tipo 1, ya que lo que dejaría de ganar por no acertar
será, como máximo, 30.
Para concluir con los criterios de decisión en ambientes de incertidumbre se debe hacer
notar la existencia de estrategias dominantes. Se dice que una determinada estrategia, X,
está dominada por otra, Y, si para cualquier estado de la naturaleza que se presente Y es
siempre igual o mejor que X. Puesto que las estrategias dominadas no son preferibles en
ningún caso, ha de prescindirse de ellas para la aplicación de cualquiera de los
antedichos criterios de decisión.
viceversa, de manera que en lugar de conseguir los mejores beneficios para cada
criterio obtengamos los menores gastos o pagos.
Desarrollaremos un ejemplo:
La práctica del juego consiste en buscar, como siempre, la máxima ganancia o la mínima
pérdida, pero siempre teniendo en cuenta que no se está solo en el juego. El juego del
ejemplo tiene una solución única, a esto se le denomina juego con punto de silla, pero no
siempre sucede esto, por lo que hay juegos en los que no existen, o existen varios, puntos
de silla.
No obstante para que un Director de Proyecto pueda ejercer como tal en la práctica se le
debe dotar de unos mínimos de autoridad:
- Autoridad para Planificar, Dirigir y Controlar el Proyecto dentro del Presupuesto y
plazos de entrega asignados, bien por él, o por terceras personas. Esto se puede
asemejar a la actitud de un funcionario Director de un Proyecto en el seno de la
Administración.
- Definir las especificaciones básicas del Proyecto, controlar las asignaciones de
trabajo y supervisar a las personas que hagan estos trabajos, bien bajo su control
directo o de los departamentos específicos que intervengan.
- Capacidad para exigir los trabajos dentro de los presupuestos y plazos
establecidos a todas las partes que intervienen. Este nivel de exigencia no
presupone o puede no presuponer el mando sobre los ejecutantes directos.
- Recomendable que el Director del Proyecto tenga capacidad para dirigir los
trabajos correspondientes al Proyecto sin tener en cuenta la situación en el
organigrama de las personas que fueron adscritas al mismo.
- Capacidad para influir de forma decisiva en las decisiones técnicas, especialmente
en casos de conflictos de especialidades.
delegado formalmente y especialmente del control que tenga sobre los fondos del
Proyecto. No olvidemos que el mayor poder suele resultar de la posibilidad del
manejo de los fondos del Proyecto.
- Como autoridad informal o de conocimiento; nace o emerge como consecuencia
de:
!" Conocimientos técnicos, económicos, de planificación o incluso
financiación que realmente tenga el Director del Proyecto. Esto es la
llamada autoridad derivada del conocimiento.
!" La fama que tenga el Director del Proyecto en el desarrollo de Proyectos
similares. El tener buena fama o el haber tenido éxitos anteriores dota de
una gran autoridad.
!" La experiencia anterior en situaciones análogas tiene una gran importancia,
especialmente cuando el ámbito en el que se desarrollan los Proyectos
resulta desconocido para la mayoría de las personas que intervienen. Por
ejemplo, un Proyecto que se desarrolla en Malasia, debe contar con un
Director de Proyecto que haya vivido en Malasia un periodo de tiempo
dilatado.
!" El nivel de relaciones humanas con los compañeros puede introducir junto
con la fama un elemento de autoridad importante en el desarrollo del
Proyecto.
Es obvio que desde un punto de vista humano nos atraerán más en la práctica los
trabajos del tercer grupo que los del primero. Debemos ser plenamente conscientes de
esta cuestión y hacer el correspondiente esfuerzo para dedicarnos a las cuestiones
importantes más que a las secundarias e incluso que a las cuestiones urgentes.
En esta definición no hemos hablado para nada del beneficio aunque, utilizando un
lenguaje matemático, podríamos decir qué condición sine quanon para toda empresa es
obtener beneficios, o sea, que la definición anterior es cierta siempre que se cumpla la
premisa de obtener beneficios. Sin éstos, la empresa pierde la razón de ser pues no
puede subsistir. Este concepto no nos debe llevar a plantear que el objetivo fundamental
es obtener beneficios sino que si estos no existiesen la empresa no puede desarrollar su
actividad.
El reparto de los beneficios o las plusvalías, la lucha por la defensa de los menos
favorecidos, etc., son cuestiones que sólo pueden ser planteadas mientras la empresa
exista, es decir, mientras obtenga beneficios.
Como carácter general una organización en línea indica que todas las funciones
mencionadas se realizan en secciones o departamentos operativos. Por
ejemplo, una organización del tipo representado en la figura de abajo es una
típica organización en línea. Como se ve en dicha representación faltan
funciones, tan importantes en una empresa, como personal, control de
DIRECTOR
Podemos definir línea como aquellas secciones con poder ejecutivo, mientras que staff
son aquellos departamentos que asesoran, aconsejan y controlan.
El que dentro de una organización predomine uno y otro elemento del management
conforma las características fundamentales de la empresa y, por tanto, su sistema de
organización.
El equipo directivo empresarial es el que marca, con o sin voluntad para hacerlo, el tipo de
dirección de la empresa, su organización y, de alguna manera, la forma escrita o no en
que deben desarrollarse las actividades dentro de ella, es decir, la cultura de la empresa.
para ser cambiados, pues su fin es conseguir los objetivos de la forma más eficaz posible
y, por tanto, deben ser flexibles para adaptarse a las circunstancias.
Los organigramas deben permitir a las empresas, tanto a nivel de oficina central como de
cada una de sus subsedes u obras para comprobar que se cubren todas las necesidades
de realización de las distintas labores, así como para evitar posibles duplicidades de
funciones entre departamentos y/o grupos de trabajo.
Una vez definido un Organigrama de Obra habrá que completarlo con la definición de los
puestos de trabajo.
Cada una de estas áreas se compone de una serie de funciones y subfunciones, cuyo
cumplimiento y desarrollo son necesarios para la realización de la actividad.
El importe de una obra requiere de una planificación previa. Esta planificación se plasma
en cualquiera de los sistemas que analizamos posteriormente. La puesta al día de la
planificación, el conocimiento de sus desviaciones y las medidas correctoras necesarias
para su correcto cumplimiento necesitan de la herramienta que nos manifieste su estado,
es decir, del control de producción.
Se entiende como actividad de gestión a aquella que busca la actuación hacia personas y
organismos que se encuentran fuera de la organización de la obra; hacia la Propiedad por
un lado y hacia los colaboradores por otro.
La obra se iniciará con la firma del acta de replanteo e iniciación de los trabajos. Esta
deberá realizarse en un plazo no superior al mes desde la formalización del contrato.
Se realizará con asistencia de representantes de la Administración, del contratista y de la
dirección y en el acta se reflejará la conformidad o disconformidad del replanteo con los
documentos contractuales.
Antes del inicio de los trabajos el contratista deberá entregar el programa de trabajo,
ordenando las partes que integran la obra con referencia a las unidades de proyecto y de
volúmenes, determinando los medios necesarios, estimando los plazos parciales y totales
y valorando la obra programada mensualmente y a origen y elaborando los gráficos
necesarios para la actualización de estos datos.
Si la obra transcurre sin ninguna de las situaciones conflictivas antes indicadas, es decir,
con un desarrollo normal, entraremos en la dinámica propia de la obra. Una de las
acciones más importante o la más importante es cobrar. La Administración elaborará
mensualmente las certificaciones. Para ello se realizará la medición de la obra ejecutada y
se valorará a precios de proyecto. El Contratista dará la conformidad en un plazo de 15
días y la certificación se expedirá en el plazo de los 10 días posteriores. Las
certificaciones con revisión de precios pueden tener lugar si está incluido el
correspondiente índice de revisión en el pliego, con la condición de que se haya
certificado al menos el 20% del total del presupuesto.
Por último, es necesario conocer los trámites necesarios para la recepción y liquidación
de las obras:
- Aviso de terminación de la obra; 45 días hábiles antes de terminar en obra el
Contratista comunicará por escrito a la dirección de la obra la terminación de
esta. El director de la obra a su vez comunicará a la Administración, con un
mes de antelación, el final de la obra para que la Intervención del Estado
nombre representante para acudir a la firma de la recepción provisional.
- Recepción provisional; en el plazo de 1 mes desde la terminación de la obra la
Administración citará a la dirección de la obra y al contratista para asistir a la
recepción provisional.
Por otro lado nos encontramos con aspectos laborales de la obra; la apertura de centros
de trabajos, la contratación de mano de obra y la subcontratación.
Cada día los aspectos laborales de las obras tienen una mayor incidencia, no solo en el
resultado económico de la obra sino también en las responsabilidades subsidiarias
dimanadas de los contratos y subcontratos.
Antes de comenzar una obra, sobre todo si estamos implantando una compañía en un
país diferente al de origen, es importantísimo indagar en las diferentes leyes que pueden
afectar a los aspectos laborales, ya que de ellas depende en gran medida el éxito
económico de una obra.
La realización del proceso contable del mes y el cierre mensual constituye la obtención
del dato más importante de la obra, el conocimiento del resultado y la valoración del
resultado estimado de final de obra, pues todas las acciones que se realizan son
finalmente juzgadas por este resultado.
A los efectos de obtención del resultado, el proceso a realizar para el cierre mensual son:
Al referirnos a costes se entienden tanto los realmente aplicados como los previstos como
consecuencia de una obligación de pago.
Para recoger estos costes antes tenemos que tener definido el plan contable de la obra y,
por naturaleza, tendremos los siguientes apartados:
- Mano de obra; a partir de los partes de tajo se aplicará el coste de la hora. El
coste horario debe incluir el coste laboral más el originado por conceptos de
previsión como vacaciones, accidentes, despidos, etc., es decir, todos los
gastos complementarios.
- Maquinaria; a partir de los partes de maquinaria se aplicarán las horas y el
coste que debe medir el valor del alquiler, fungibles, repuestos y previsiones
para conservación, etc.
- Materiales; si la obra funcionara con un almacén hay que considerar los vales,
que realizados por los jefes de tajo nos darán las salidas de almacén y, por
tanto, el coste originado en el mes por el concepto materiales.
- Subcontratistas; se controlarán mensualmente los trabajos realizados por todos
los subcontratistas, comprobando que se han recibido las facturas, y en su
defecto, aplicando las previsiones correspondientes.
- Amortizaciones; se cargarán todas las amortizaciones de acuerdo con las
premisas iniciales. Se tendrán en cuenta las amortizaciones de instalaciones
específicas, generales, útiles, herramientas y pequeño material.
- Previsiones; de acuerdo con el plan contable se realizarán una serie de
previsiones para, por ejemplo, impuestos, intereses, retirada de obra, etc.
- Gastos generales; se amortizarán los gastos generales de la obra y los
correspondientes a la empresa, delegaciones, secciones, etc.
Cada sistema contable que se emplee puede ser más o menos ventajoso en función
del tipo de obra, de empresa, de contrato, etc. Sopesar el más ventajoso es una
función clara de la dirección.
El diagrama de barras indicado más abajo muestra una forma tipo, una relación de acti-
vidades en la cual la fecha de comienzo, la duración y la fecha de finalización de cada
actividad tiene forma de barra dibujada en una escala de tiempo. El nivel de detalle de
cada actividad depende del uso que se le quiera dar al programa. Quizás el jefe de obra
se conformaría con la definición de una actividad tan amplia como Construcción de
cimentaciones, mientras que el técnico encargado de la fase descompondría este
concepto hasta un nivel más detallado, por ejemplo, excavación, sellado, colocación de
armaduras, encofrados laterales, hormigonado, desencofrado, curado y relleno.
De igual manera las escalas de tiempo se elegirán para ajustarse al propósito del usuario,
así el jefe de obra podría utilizar semanas, mientras que el técnico emplearía días o
medios días.
Las barras están divididas en dos, la parte superior representa el plazo programado, y la
inferior se deja en blanco para rellenarla según se ejecute el trabajo. La figura sitúa el
estado actual de la obra al final de la séptima semana y, según las barras rellenadas, las
actividades excavación de cimentaciones y sótanos ST y cimentaciones de hormigón ST
están ejecutadas al 100 %. La actividad excavación de cimentaciones y sótanos CO se ha
realizado en un 67 %, mientras que según los plazos determinados tendría que estar
terminada en un 83 % (5/6).
Esto significa que no es probable que dicha actividad esté ejecutada a finales de la
semana 8 como estaba previsto. Se podría ampliar la parte inferior de la barra para
reflejar los nuevos plazos y se tendría que calcular el efecto que tendría sobre las demás
actividades. Dicho efecto se podría estudiar más fácilmente si se utilizara una ampliación
del gráfico de barras sencillo, o sea un gráfico de barras entrelazado.
El diagrama de barras entrelazado que figura más abajo muestra los enlaces entre una
actividad determinada y las actividades precedentes, que tienen que estar finalizadas para
que se pueda comenzar la ejecución de la actividad en cuestión. También se muestran los
enlaces entre dicha actividad y las actividades posteriores, que a su vez dependen de la
finalización de aquélla.
También se muestra el plazo disponible para la realización de cada actividad, por ejemplo,
la actividad cimentaciones de hormigón ST comienza en la semana 3 y termina en la
semana 5, pero se puede apreciar que la fecha límite absoluta, antes de que interfiera con
la siguiente actividad, o sea cimentaciones de hormigón CO, es al final de la semana 9.
Esta actividad dispone de un colchón o tiempo extra antes de que un retraso pueda
afectar a las actividades posteriores. Otro caso; la actividad excavación de cimentaciones
y sótanos CO no dispone de colchón, y tiene que completarse antes de la semana 8, esto
se denomina como actividad crítica.
Un diagrama de agrupación de recursos, en este caso para valorar los recursos humanos
necesarios puede realizarse por separado según el tipo de oficio, por ejemplo,
carpinteros, montadores de estructuras metálicas o encargados de grúas.
Los diagramas de barras son especialmente efectivos como medio de comunicación entre
los técnicos y los encargados, y se pueden realzar usando códigos de colores para cada
actividad, por ejemplo, azul para carpintería, amarillo para montadores de estructuras
metálicas, etc.
Los pasos a seguir para elaborar y procesar una planificación en red están más
claramente definidos, son más autónomos y ofrecen un enfoque más riguroso en cuanto a
la planificación de operaciones complejas. Este gran rigor impuesto por el diagrama lógico
produce unos modelos más reales del trabajo propuesto.
Finalmente, solo mediante una forma de análisis en red existe la posibilidad de infor-
matizar los cálculos.
Los pasos a seguir para crear una red son los siguientes:
- Crear una lista de las actividades.
- Crear una red mostrando la relación lógica entre una actividad y otra.
- Estimar la duración de cada actividad, crear un programa, y determinar el
comienzo y la finalización de cada actividad y el margen u holgura disponible.
- Estimar los recursos necesarios.
Al elaborar un diagrama de barras los pasos segundo y tercero se realizan a la vez, así
que en el caso de proyectos complejos no es probable que se puedan considerar las
distintas alternativas.
Con frecuencia hemos oído decir; nos interesa acelerar tal o cual sector de la obra
“porque marca plazo”. Hoy decimos “porque está formado por actividades críticas”.
Antes se decía “podemos parar tal zona con toda tranquilidad y llevar la gente a otro
sitio, pues esos tajos no corren ninguna prisa”, mientras que hoy se dice “parece
aconsejable la transferencia de recursos entre los sectores A y B, porque el primero
de ellos tiene mucho margen total”.
No todos los proyectos son susceptibles de ser programados por el Método del
Camino Crítico. Las características que deben reunir son principalmente tres:
- El proyecto deberá estar formado por un conjunto de tareas o actividades
perfectamente definidas, las cuales, una vez terminadas, marcarán la
terminación de dicho proyecto.
- Las tareas deben poder ser iniciadas o interrumpidas con independencia
unas de otras dentro de una secuencia determinada. En consecuencia, los
procesos continuos quedan excluidos, como puede ser por ejemplo el
trabajo en una cadena de montaje de automóviles, la explotación de unos
altos hornos o una fábrica de cemento, aunque sería posible periodificar
estos procesos ininterrumpidos y, en determinadas circunstancias, analizar
un ciclo amplio.
- Las actividades deben estar ordenadas, lo que quiere decir que deben ser
ejecutadas siguiendo una secuencia originada por unas restricciones de
tipo técnico. Una losa de hormigón armado deberá ser cimbrada,
encofrada, ferrallada y hormigonada sucesivamente, sin que esa
secuencia de operaciones pueda ser alterada.
- Obras horizontales. Son las que presentan relaciones de difícil localización, las
cadenas son generalmente de longitud escasa y se encuentran
interconectadas por relaciones de armonización que se introducen en etapas
posteriores del proceso. La obra precisa un programa de trabajos para su
desarrollo, porque de no ser así, entra en barrena. Los estudios previos al
programa suelen ser largos y complejos necesitándose, con frecuencia, del
auxilio de un ordenador. Una vez establecidas las relaciones en la red primaria
es preciso introducir otras muchas en la fase de armonización que son las que,
en última instancia, van a generar el Camino Crítico. Algunas obras que reúnen
estas características son muchas de las llamadas obras lineales; carreteras,
canales, agrupaciones de bloques de viviendas, etc.
Uno de los éxitos del PERT se atribuye en gran parte al hecho de que no exige una
sólida formación matemática previa. La base matemática del PERT y del método de
los potenciales o de ROY es la Teoría de los Grafos, que es una parte importante de
la teoría de conjuntos. Un grafo es un conjunto de pares ordenados. No es preciso,
sin embargo, ser un especialista en la teoría de los conjuntos para poder manejar las
técnicas PERT con toda soltura.
Algunas personas han cometido el error de pensar que el Método del Camino Crítico
es como una piedra filosofal que puede cambiar una mala gestión empresarial en
buena, y nada hay más lejos de la realidad. El PERT es una herramienta, por cierto
muy buena, si se emplea adecuadamente, y nada más.
La red PERT de una obra hay que desarrollarla con dignidad, sin hipocresías ni
recelos. Es un trabajo de técnicos, no de mercaderes. Hay que estar dispuesto a un
planteamiento honesto y también predispuesto a asumir los resultados, que quizá no
sean de nuestro gusto.
Es probable que la duración obtenida exceda en mucho del plazo disponible, que las
necesidades de equipos y personas sean difícilmente coordinables con las
disponibilidades existentes, que resulte probado que las ideas que, algún listo ajeno
a la programación, tiene sobre la forma en que debe acometerse la obra sean una
sarta de bobadas, como sospechábamos, y haya que decírselo. Es posible disponer
de pruebas irrefutables de que hay que invertir una cantidad importante de dinero en
comprar esa segunda máquina que el fulano de turno no estaba dispuesto a soltar, y
tengamos que hacérselo saber, conocedores de que esa información va a engendrar
en él un odio visceral hacia la programación MCC y todo cuanto se relacione con
ello.
Todas estas cosas y muchas más nos esperan al estudiar una planificación por el
Método del Camino Crítico, y todas ellas tenemos que estar dispuestos a asumirlas.
Las dos grandes ramas del método son el CPM y el ROY, constituyendo el PERT
una variante del CPM que tiene una utilidad menor en su aplicación a las obras,
aunque se emplea con éxito en programas de Investigación y Desarrollo. Todos los
sistemas basados en el MCC tienen unas características comunes y los conceptos
fundamentales son iguales para todos ellos; actividad; suceso; camino; cadena; red;
relación de precedencia; margen; duración; etc.
5.3.1.- ACTIVIDAD
unidad de obra. Esto sirve para obtener en su caso los datos necesarios para el
cálculo del PERT-Costes.
Una actividad puede ser un proceso, una tarea, un suministro, un tiempo de espera,
e incluso una interdependencia entre otras dos actividades. Esto nos lleva a
clasificar las tareas en tres clases:
- Actividades reales, consumidoras de tiempo y medios de producción.
- Actividades de espera, que consumen tiempo pero no medios de
producción.
- Actividades ficticias, que no consumen tiempo ni tampoco recursos, pero
que son necesarias para completar la lógica de la red.
Un ejemplo de las primeras sería cualquier tarea que se ejecuta en una obra, que
necesita maquinaria y/o mano de obra y que consume tiempo para su realización. Un
ejemplo de las segundas sería un fraguado, una gestión en un organismo, la espera
a la llegada de unos planos, etc. De las actividades ficticias hablaremos con más
profundidad posteriormente.
Aclaremos esta idea con un ejemplo. En una obra de edificación tenemos una
actividad llamada divisiones interiores. Esta actividad engloba distintas unidades de
obra como son tabiques, tabicones y fábricas de medio pie. Sin embargo, los
tabiques con cámara, que son la misma unidad de obra que los tabiques divisorios
constituyen una actividad distinta, porque tienen otros antecedentes.
Los tabiques con cámara van precedidos de la actividad aislamiento en cámaras, cosa
que no ocurre con los tabiques divisorios. En el mismo programa tenemos, por tanto,
una actividad que comprende varias unidades de obra, y una unidad de obra que está
comprendida en dos actividades diferentes. Para entendernos actividad es un
concepto técnico vinculado a la ejecución de la obra y unidad de obra es un concepto
administrativo ligado a su valoración.
Insistimos en que la actividad implica que su desarrollo sea continuo. Si existe una
parada por algún motivo, y la reanudación subsiguiente, ya no estamos hablando de
una actividad, sino de dos, o al menos de dos fases distintas de la misma operación.
Mención aparte merecen las actividades intermitentes, que son aquellas que
presentan un desarrollo permanente pero discontinuo. Pensemos, por ejemplo, en el
terraplén que acompaña a un muro de tierra armada; no crece de un modo continuo,
pues hay que esperar sucesivamente a que se vaya completando cada hilera de
escamas, pero tan pronto como la fila se haya terminado es necesario terraplenar una
nueva tongada para aprisionar los flejes sin demora. En las actividades intermitentes
las duraciones suelen ser obligadas y, en todo caso, de una cuantía superior al que
deberían tener estrictamente en función de su medición, por causa de los tiempos
muertos originados por su propia intermitencia.
5.3.2.- SUCESO
En efecto, de poco sirve que las actividades se desarrollen a un ritmo normal si luego, al
terminar alguna de ellas, transcurre un cierto tiempo en espera y preparativos para la
iniciación de la siguiente.
número de actividades
= 1,7
número de sucesos
A B C
1 2 3 4
Los nudos 1 y 4 son el inicial y final respectivamente. Estas actividades podrían ser,
en una obra desarrollada en CPM:
A = Hormigonado de la tongada n.
B = Fraguado de la tongada n.
C = Encofrado de la tongada (n + 1).
Una red PERT es un conjunto de caminos ligados entre sí, en el que todos los
sucesos tienen flechas que entran y que salen, excepto el suceso inicial, del que
sólo salen actividades, y el suceso final, al que solamente llegan.
En un esquema PERT las actividades se representan por flechas. Dado que toda
actividad tiene un comienzo y un final, en la red PERT las flechas han de estar
comprendidas entre dos nudos. La mayor o menor longitud de una flecha no significa
nada, y su sentido será el flujo del tiempo que la respectiva actividad consumirá para
su ejecución. En una red PERT, las flechas, símbolo de actividades, indican en
orden lógico la sucesión de las etapas.
En resumen: las etapas, unidas unas a otras por las actividades, constituyen una red
PERT que es la representación gráfica de todas las fases de un programa e indica el
orden en el que deben ser efectuadas. Las flechas que representan las actividades
se orientan habitualmente de izquierda a derecha e indican la progresión de las
etapas. Sólo hay un primer círculo representativo del origen del proyecto al que no
llega ninguna flecha, pero puede haber varios círculos que representan sus objetivos
finales, de los que no parte ninguna flecha. No obstante, mediante el empleo de
actividades ficticias, los sucesos finales pueden también reducirse a uno solo.
Una red tipo PERT es un grafo orientado. Los sucesos o nudos de la red son los
vértices del grafo y las actividades o flechas de la red son los arcos con su
orientación.
Para que un grafo orientado corresponda a una red tipo PERT es preciso:
- Que tenga un número finito de vértices o nudos.
- Que exista una entrada o nudo origen y una salida o nudo final.
- Que carezca de bucles o circuitos.
- Que a todo arco del grafo le corresponda siempre una ruta o camino que
una el nudo origen con el nudo final.
Una red PERT sencilla aparece en la figura adjunta. Los nudos 1 y 5 son los inicial y
final. Los otros tres son sucesos intermedios.
El CPM (Critical Path Method) se caracteriza por estructurar su red de forma que los
nudos constituyen los sucesos y las flechas que unen los sucesos forman las
actividades. También llamado diagrama de flechas, acaparó en un principio el
protagonismo de las distintas variantes que fueron surgiendo hasta que, algún
tiempo después, hizo su aparición el método de los potenciales o de ROY. Este
consiguió, por sus ventajas indudables, hacer perder al CPM su primacía.
Todo lo dicho sobre el CPM es aplicable al PERT (Program Evaluation and Review
Technique). También aquí la red se estructura como un diagrama de flechas, ligando
los sucesos mediante actividades. Se diferencia del CPM en que, en el PERT, se
asignan tres duraciones para cada actividad (optimista, pesimista y más probable), lo
que nos permite calcular la duración media utilizando la fórmula:
a + 4⋅m + b
D=
6
Esta circunstancia diferenciadora del PERT, en relación con el CPM, hace que su
campo de aplicación se extienda prioritariamente hacia los proyectos de
Investigación y Desarrollo, en los que las duraciones de las tareas no son conocidas
con precisión.
Este sistema de precedencias, también conocido con este nombre, no presta mayor
atención al concepto de suceso, cuyo uso es primordial en los diagramas de flechas,
sino que se centra el estudio de la red sobre la idea de actividad. Las tareas se
interrelacionan mediante precedencias o restricciones que, como analizaremos
pueden ser de muchas clases. En el ROY, como en el CPM, se usa también una sola
duración en lugar de tres. En ese sentido el ROY está más cerca del CPM, y puede
considerarse como una variante mejorada de aquél.
El PERT ya es otra cosa. Ni por sus aplicaciones, ni por sus objetivos, ni por sus
orígenes, puede considerarse una variante ni del CPM ni del ROY. Es un sistema
diferente con fines propios.
Se llama PERT a todo en general, pero nosotros emplearemos aquí mejor aún las
siglas genéricas MCC (Método del Camino Crítico), que engloban a todos ellos.
Ahora debemos empezar por explicar la diferencia entre PERT y CPM. Sus orígenes
fueron distintos y por eso los resultados de las investigaciones llegaron a
conclusiones algo diferentes.
El PERT está orientado fundamentalmente hacia los sucesos, mientras que las
etapas están, por consiguiente, claramente definidas, pero las actividades que ligan
etapas tienen menos importancia. Aunque suele ser fácil identificar las actividades,
esto no es cierto a veces y, desde luego, no es necesario. El CPM define claramente
las actividades, mientras que los sucesos son meros hitos de unión entre ellas, a
veces sin entidad clara.
Como quiera que se emplea, como estimación del tiempo, la media ponderada de las
tres duraciones con las que se trabaja los cálculos del PERT, para el análisis de la
red, difieren solamente de los cálculos correspondientes del CPM en la introducción
y el manejo de la varianza de las actividades.
Resumen de diferencias
PERT CPM
Duraciones, por actividad Tres Una
Probabilidad de cumplimiento Se obtiene No se obtiene
Utilización Investigación Construcción
Enfoque de la red Hacia el suceso Hacia la actividad
Es indudable que las mejoras introducidas por Roy han producido un sistema mucho
más completo, en todos los aspectos.
CPM ROY
Actividades ficticias Necesarias No necesarias
Fraccionamiento de tareas Uno Sí es posible
Tipos de precedencia Uno Muchos
Desarrollo de la red Trabajoso Sencillo
La principal ventaja del ROY sobre el CPM estriba en la mayor flexibilidad en el sistema
de restricciones. En el CPM los arcos tienen un valor igual a la duración de la tarea,
mientras que en el método de los potenciales representan el tiempo que tiene que
transcurrir desde la iniciación de una actividad hasta que se pueda empezar la siguiente,
tiempo que puede estar limitado inferior o superiormente, y no tiene porqué ser igual al de
la duración de la actividad. Además, el método ROY permite considerar los arcos de valor
negativo que resultan de establecer las restricciones de sucesión de posterioridad
máxima.
Cuando hay que hacer modificaciones en el programa, bien porque haya que introducir
tareas no previstas inicialmente, o bien porque se modifique su orden de ejecución, las
alteraciones necesarias de los diagramas son más sencillas en el método ROY que en el
CPM. Si se utiliza el CPM hay que introducir, por lo general, nuevos nudos y actividades
ficticias. Empleando el método de los potenciales basta agregar las nuevas restricciones
en la red y esta queda modificada sin que sea preciso cambiar nada más en el diagrama
anterior.
El cálculo de los tiempos más bajos y de los tiempos más altos en el PERT suele
hacerse sobre el diagrama de flechas y, sin embargo, en el método de los potenciales
podría realizarse sin necesidad de dibujar el diagrama, aunque hoy en día esta
matización carece de sentido ya que en ambos sistemas el cálculo se hace siempre
con ordenador.
Imaginemos que una actividad A preceda a otras tres que llamaremos B, C y D, pero
de tal modo que la B pueda dar comienzo cuando la A haya consumido su 50 %, la C
empiece cuando la A se haya realizado en su 75 % y, por último, la D necesite que la
A se haya completado en su totalidad. El tratamiento que se daría a esta situación es
completamente distinto en CPM o en ROY.
En el caso del CPM sería necesario descomponer la tarea A en otras tres que serían
A1, A2 y A3, intercalando los correspondientes sucesos e iniciando con ellos las
actividades consecuentes B, C, D, como se puede ver.
como unidades individualizadas para que, además, el ordenador las tratase por
separado con objeto de poder obtener el valor de sus variables asociadas. En tal
caso, la utilización de restricciones de posterioridad máxima podría ser viciosa. No
obstante, el balance global comparado entre el CPM y el ROY se inclina induda-
blemente hacia este último.
Las preguntas que se deben plantear en el desarrollo de la red serán técnicas y lógicas,
aunque la persona que dirige la planificación no tiene que entender necesariamente todos
los detalles técnicos. Si sucede que el ejecutivo es el propio planificador, sería
aconsejable que buscase la colaboración de algún colega, preferentemente alguien que
tuviera la sinceridad de admitir su propia ignorancia, y con el hábito de preguntar ¿por
qué? A muchas cuestiones.
El analista de PERT debe estar en posesión de una gran sensatez, para mantener el
adecuado equilibrio entre los objetivos contrapuestos de sencillez de las redes y de
profundidad del análisis. No suele resultar fácil extraer de la cabeza del técnico de la obra
las ideas necesarias para poder estructurar el esqueleto de la planificación, incluso en el
caso de que esas ideas existan. El analista debe tener un fuerte sentido crítico, conocer el
trabajo que se está planificando y adoptar una actitud de reparo permanente hacia las
propuestas de su interlocutor:
- ¿Qué actividad la precede?
- ¿Tiene que estar acabada del todo?
- ¿Seguro?
- ¿Por qué sí?
Otra tarea agotadora es enlazar las actividades de un plan, si se intenta hacer bien.
Es fundamental estudiar a fondo el Análisis Lógico y hay que asegurarse la
imposibilidad de disminuir los porcentajes de solape entre actividades. La
experiencia demuestra que la longitud de las cadenas se reduce más con solapes
bien estudiados que dando duraciones exageradamente cortas a las tareas.
Para el encadenamiento de las tareas existen una serie de normas. Se debe preguntar
para cada actividad de la lista lo siguiente:
- ¿Qué actividad o actividades seguirán inmediatamente a esta actividad?
- ¿Qué actividad o actividades deben preceder inmediatamente a esta
actividad?
- ¿Qué actividad o actividades pueden ser ejecutadas simultáneamente a
esta actividad?
Desarrollar una red PERT, ¿es una ciencia o un arte? Por una parte, el trabajo tiene
que realizarse siguiendo una determinadas normas técnicas de cumplimiento
general, como en el juego del ajedrez que las piezas hay que moverlas con arreglo a
una normativa. De otra parte, la aplicación de esas reglas por dos personas distintas
originaría dos redes diferentes, y ambas estarían correctamente trazadas, aunque
con toda seguridad una de ellas ofrecería soluciones más elegantes y tendría un
aspecto más armonioso.
Incluso la misma persona que abordase dos problemas parecidos en fechas distintas
llegaría a sendas soluciones no idénticas, dependiendo del enfoque subjetivo que le
diera a la situación en las dos ocasiones. Habrá que contestar la pregunta con
rotundidad; el planteamiento de un análisis lógico es un arte. Antes de practicarlo no
vendrá mal conocer los fundamentos teóricos del trabajo que se va a realizar, pero
después habrá que dejar actuar a la imaginación para estructurar las soluciones más
atractivas.
Como reglas para la mejor ordenación de las actividades en la red CPM se pueden
indicar las siguientes:
- Intentar evitar que las flechas se crucen.
- Procurar mantener todas las flechas rectas.
- Tratar de evitar grandes variaciones en la longitud de las flechas.
- Intentar mantener los ángulos entre las flechas lo más abiertos posible.
- Procurar mantener la tendencia de izquierda a derecha en cada flecha, es
decir, dibujar siempre un suceso posterior a la derecha de uno anterior.
- Evitar en lo posible las flechas virtuales innecesarias.
En el caso de freir un par de huevos con patatas, hay que tener en cuenta que no se
puede poner el recipiente en el hogar con el gas encendido si previamente no se ha
llenado de aceite, pues el fuego podría perforar el metal. Es preciso verter el aceite en
la sartén antes de prender la llama. Un alumno ligó mal las actividades y luego
argumentó:
- No sabía que era necesario verter el aceite antes de encender el gas.
- Nunca he entrado en la cocina, y desconocía que ocurriera tal cosa.
Seguramente sería verdad, pero también pudiera ocurrir que el alumno hubiera
descubierto un hábil pretexto para justificar el hecho de que la red la había trazado
mal.
Tras aquel mal ejemplo hemos llegado a la conclusión de que todo el mundo había
tenido un pinchazo alguna vez, por lo que trata el ejemplo de cómo se cambia una
rueda pinchada.
se cambia la rueda, porque lo ha hecho muchas veces, y que además cree conocer
la técnica de formación de redes, queda perpleja al comprobar su fracaso.
Si una cosa tan sencilla y que yo sé hacer tan bien, no he sido capaz de planificarla
correctamente, ¿qué pasará cuando me tenga que enfrentar con un proyecto
complejo?. Si no he podido encadenar bien 23 actividades, ¿qué será cuando la red
tenga varios centenares, como es normal, o incluso millares?
Datos de partida:
Obsérvese que se dice un grupo de amigos para permitir que algunas actividades se
puedan realizar simultáneamente. (Las tareas 5 y 7, por ejemplo).
¿Opina que es fácil? Le invitamos a que realice la red. Si tiene cualquier duda la
solución se expresa a continuación.
Red Pert
Red Roy
Si se pretendiese construir una fábrica, el nivel mínimo teórico de análisis nos llevaría
a generar una planificación de una sola actividad; construcción de fábrica.
- Construcción de nave.
- Montaje de maquinaria.
Por este camino, podríamos aumentar el nivel de análisis y dividir el proyecto en siete
actividades y así podríamos seguir haciendo subdivisiones sucesivas hasta llegar a
una relación de centenares, o incluso millares de actividades. Si hay más actividades,
el tamaño de éstas es evidentemente menor. La dimensión adecuada de las tareas
depende de varios factores:
- El recurso de mano de obra asignado, conviene que cada tarea tenga
asignado solo un tipo de especialistas.
- El recurso de maquinaria necesario para la ejecución de la actividad.
- El intervalo entre revisiones del programa, lógicamente si los controles de
seguimiento van a ser muy próximos, las duraciones de las actividades
deben ser pequeñas.
- El tamaño de las actividades no debe ser tan pequeño que no permita al
usuario introducir un mínimo de ajuste sobre la marcha. Hablando en
general, es conveniente detallar más las actividades que se van a
desarrollar en un futuro próximo que aquéllas que lo serán dentro de seis
meses o más. En futuras revisiones del programa se podrán ir
desmenuzando las macroactividades que se dejaron sin estudiar
detalladamente.
Objetivamente hay que admitir que un nivel de análisis más alto permite un mejor
cálculo de duraciones. Como al tener la red más actividades sus interrelaciones se
ajustan con más precisión a la realidad de la obra, el cálculo de la duración total del
proyecto es más exacto con un nivel de análisis alto. Curiosamente esa mejora de
resultados se traduce siempre en un alargamiento de la duración del proyecto, por lo
que se puede formular con toda seguridad que el cálculo de un PERT proporciona un
plazo tanto mayor cuanto más grande sea el número de actividades en que haya sido
descompuesto. El nivel de análisis tiene también una relación inversa con la duración
total del proyecto. En una obra que durase varios años, el nivel de análisis podría ser
menor, pero si la duración fuera de dos meses, se comprende que hay que moverse a
nivel de microtareas.
El programa más grande del que tenemos noticia fue el Proyecto Dynasoar, para las
Fuerzas Aéreas de los EE.UU., que fue objeto de un análisis que comprendía 250.000
acontecimientos. En una red de este tamaño, la relación entre actividades y sucesos
vale aproximadamente 1,7. Es decir, el programa Dynasoar tendría del orden de
425.000 actividades. Los programas de construcción entre los que nos movemos
tienen normalmente entre 500 y 1.000 actividades.
Las preguntas que planteará el analista deben ser técnicas y lógicas. Es necesario
preguntar ¿por qué? constantemente. Es increíble con cuanta frecuencia la reiteración
de preguntas elementales conduce al planteamiento de cuestiones técnicas
importantes, que no habían sido advertidas. La función del analista es convertir las
ideas que el Jefe de Obra tiene acerca de la forma en que va a desarrollar los
trabajos, en información válida para el ordenador. El técnico de la obra maneja datos
mientras que el consultor necesita información, que es un dato dentro de un contexto
que le da sentido.
D' m −1
≤ 1+
D m'
D' 1
≤ 2−
D m
Esto quiere decir que cualquiera que sea la complicación del sistema de tareas, por
extrañas que sean las restricciones de precedencia o los tiempos de ejecución, y sin
que importe la inteligencia o estupidez con que se elija la lista de prioridades, la razón
de los tiempos de ejecución D'/D nunca podrá ser mayor que 2 - 1/m.
En la correlación sucede con frecuencia que las relaciones que ligan sucesos de la red
A con la B coexisten con otras que ligan igualmente acontecimientos de la red B con la
A. Este flujo y reflujo de restricciones, exige un análisis minucioso de las sucesivas
situaciones producidas en las pasadas de ordenador que se van dando
secuencialmente.
La red integrada hay que recalcularla para recoger las perturbaciones introducidas en
el conjunto como consecuencia de la superposición de los sucesos comunes. A esto
se le llama verificación de la red. Un inconveniente que se presenta en los procesos
de integración es la imposibilidad de procesar una red hasta que no se tiene calculada
la otra. Para obviarlo se puede trabajar con actividades o desfases provisionales que,
más adelante, se sustituyen por los valores ciertos, pero que permiten ir avanzando en
la labor.
Está fuera de duda que antes de decidirse a planificar es necesario saber lo que se
va a hacer y cOmo se piensa hacer, al menos en una primera aproximación. El
hecho cierto de que solamente cuando la red de precedencias está terminada se
puede decir que se conoce la obra completamente, no exime de su estudio previo
antes de comenzar. Se ha probado que un buen conocimiento del tema facilita
mucho la redacción del análisis lógico, acelerando el proceso.
Es la parte del proceso que precisa de un mayor esfuerzo. Conocido el proyecto con
suficiente detalle y estudiada la forma en que se piensa acometer la obra es preciso
planificar la red de precedencias o análisis lógico, encadenando las tareas con sumo
cuidado para no olvidar restricciones que puedan ser decisivas en el procesamiento
del problema. Si se trabaja en sistema ROY existen, como ya veremos un gran
número de restricciones.
Como puede verse, la cadena se inicia con el primer punto. Si no existen ideas o estas
son confusas el proceso no puede existir. Pero el paso de 1 a 2 es también muy
importante, pues de poco sirve que el equipo directivo tenga las ideas claras si estas
no son recogidas con rigor e interpretadas exactamente al ser incorporadas al
diagrama de precedencias. El paso siguiente exige solamente mucho cuidado y
atención, pero el segundo punto es vital.
Es difícil instrumentar un banco de datos que pueda servir para recoger rendimientos
estándar de utilización en obras distintas. La dispersión de los valores de los
rendimientos es muy grande, concretamente en el capítulo de albañilería. Los factores
que pueden influir son variados; la región, las condiciones de trabajo de los equipos, el
clima, las circunstancias propias de la obra, etc. En cada caso particular es preciso
aplicar los rendimientos apropiados para cada situación.
Por lo que se refiere a la composición de los equipos, las consideraciones que podrían
hacerse serían semejantes. En cada caso particular, y por razones tanto objetivas
como subjetivas, la composición de los equipos varía.
Hay que prestar especial atención al tema de las prioridades. Nunca deben
encadenarse actividades en la red de precedencias creando relaciones entre tareas
que no se correspondan con restricciones técnicas estrictas. Queremos decir que no
se debe confundir la obligación con la conveniencia. Incorporar conveniencias a la red
puede generar caminos críticos ficticios y, consecuentemente, falsos alargamientos de
plazo.
Con esta obtenemos una valiosa información; en primer lugar, la duración del
proyecto, que si es menor que el plazo contractual nos va a permitir disponer de un
área de holguras suplementarias para su empleo en el proceso posterior de
Suele ser habitual tener que replanificar a la vista de los resultados de la primera
pasada, sobre todo en obras de una cierta complejidad. A veces se parte de un
planteamiento básico para modificarlo después de conocer sus defectos estructurales
puestos de manifiesto en la primera pasada de ordenador. Otras veces se muestra
necesario el estudio de una alternativa no prevista en principio, como consecuencia de
la aparición de distorsiones inesperadas.
Se comprende que este proceso lleva bastante tiempo. El trabajo hay que abordarlo con
sosiego y siendo conscientes de que se está desarrollando una labor de investigación.
Por algo se llama investigación operativa a todo el conjunto de técnicas de optimización
de procesos organizativos, entre las que se encuentra el Método del Camino Crítico.
Una red PERT y otra CPM no se diferencian en nada, salvo en los principios que las
originan y que son distintos como acabamos de decir, pero la estructura de la malla es
idéntica.
Se las denomina así por no tener existencia real como tareas de ejecución física. No
consumen ni tiempo ni recursos y su existencia en la red está motivada por la necesidad
de relacionar sucesos para completar la lógica de la estructura de la malla. Su utilización
es muy frecuente. En muchas ocasiones es necesario emplearlas para introducir
ligazones obligatorias entre caminos. Una regla para saber cuándo es preciso emplear
actividades ficticias al dibujar un diagrama de flechas sería esta; es necesario usarlas
cuando el proyecto contiene grupos de dos o más trabajos que tienen algunos, pero no
todos, predecesores inmediatos comunes.
Aclaremos lo dicho con un caso; sean cuatro actividades A, B, C y D ligadas por los
siguientes condicionamientos:
- A es antecedente de C
- B es antecedente de C
- B es antecedente de D
Si representamos la situación como se indica abajo cometeríamos un error, pues tal como
aparece en ella, A es antecedente de D, y esa condición no está dada en los datos.
La manera de resolver la situación es desdoblar el nudo 3 en otros dos, los nudos 3 y 3', y
ligarlos por una actividad ficticia, como puede verse la siguiente figura
Obsérvese cómo en esta figura quedan recogidas con toda propiedad las condiciones
requeridas en los datos.
En la primera de las dos figuras se representa una estrella. Se llama estrella a todo nudo
que presenta más de una flecha de llegada y más de una flecha de salida. Los casos de
estrella se producen raramente. Normalmente es más frecuente la existencia de varios
nudos unidos con actividades ficticias. En caso de duda sobre la necesidad de utilizar una
actividad ficticia, debe introducirse siempre, pues no ocurre nada porque exista redun-
dancia, y sí por el contrario cuando un orden necesario no ha sido establecido.
Se puede ver que la existencia de las ficticias pone de manifiesto una grave limitación de
las redes CPM y PERT, que no pueden recoger completamente las restricciones que
exigen los datos del problema, lo que no ocurre en el método ROY, como veremos en el
capítulo siguiente. Es más, el concepto de actividad ficticia en CPM y de restricción en
ROY son equivalentes, pudiendo considerarse un diagrama de precedencias ROY como
una red de ficticias generalizadas.
6.2.- DURACIONES
La asignación de duraciones a las actividades que integran una red MCC es un trabajo de
importancia primordial. De nada serviría disponer de un grafo bien construído si luego, a
la hora de poner tiempos a las actividades que lo forman, se actuará con desconocimiento
o frivolidad. Esta afirmación es cierta para todo tipo de redes MCC, aunque debemos
distinguir desde este momento los dos casos que se pueden presentar según se trate de
redes PERT o redes CPM y ROY.
En efecto, como ya vimos, a las actividades de las redes PERT hay que asignarles tres
duraciones; optimista, más probable y pesimista para calcular posteriormente el tiempo
medio. En los sistemas CPM y ROY la duración que hay que poner es solamente una.
Antes de seguir hay que señalar que el concepto de duración, juzgado aisladamente es
un tanto ambiguo, porque siempre es necesario considerarlo conjuntamente con la
cantidad y calidad de los recursos aportados para la ejecución de la tarea. Si los medios
se incrementan, o se sustituyen por otros más capaces, las duraciones previstas podrán
disminuir dentro de ciertos límites. Por el contrario, si la obra no dispone de los medios
que fueron previstos a la hora de planificar difícilmente se podrá cumplir con el programa
establecido.
Una cosa que debemos tener en cuenta para aplicar los correspondientes
coeficientes de minoración es lo diferente que resulta ejecutar, n, unidades de obra
que 10xn ó 100xn. A medida que aumenta el volumen a realizar crecen también las
Algunos tiempos son de cálculo imposible y por ello es necesario estimarlos. Son
frecuentes las duraciones de este tipo en los programas de montaje de instalaciones.
¿Cuánto tiempo tarda en montarse una criba?, ¿Y una grúa-torre?. Es evidente que no
podemos pesar la grúa y prever un rendimiento de, x, Kgs al día. En estos casos la
duración procede de la experiencia del Jefe de Montajes en trabajos de esta naturaleza.
¿Cuánto tarda un electricista en meter hilos en la instalación de una vivienda?, ¿y un
fontanero en montar las tuberías en los cuartos de baño?, ¿es que vamos a medir la
longitud de los cables?, ¿y la de los tubos?; evidentemente no, pero cualquier usuario
veterano, por su experiencia en obras anteriores, conoce perfectamente esas duraciones.
Algunas actividades tienen una duración fija, sin relación con la medición, que en esos
casos ni siquiera existe, ni tienen tampoco posibilidad de estimación, porque su duración
es obligatoria. Por ejemplo, los períodos de fraguado. Si el tiempo que tiene que
transcurrir desde que se termina el hormigonado de una losa hasta que se inician las
tareas de desencofrado es de 28 días, esto será así, con independencia de mediciones,
de urgencias o de cualquier otra causa. Es un plazo obligado.
Hay duraciones imposibles de determinar, pero al ordenador hay que decirle algo
para que funcione:
- Pero, ¿cómo quieres que te diga lo que va a durar si no sé ni como es?
- Hombre, es solo una duración aproximada.
- Pero si no me han mandado los planos.
- Bueno, pero en otros casos parecidos, ¿cuánto has tardado en hacerlo?
- Pues depende; si los artilugios van soldados es una cosa, pero si van
atornillados el tema es completamente distinto.
- ¿Como van a ir aquí?
Estos casos se dan con bastante frecuencia y no hay por qué escandalizarse. Como
siempre, las duraciones inventadas deben ser utilizadas con mesura y buen criterio.
No debemos confundir los deseos con las realidades, y menos aún cuando se está
haciendo un estudio de planificación de un proyecto. Las duraciones que se asignen
a las actividades deben proceder bien de un cálculo correcto a partir de mediciones
correctas y rendimientos contrastados o bien de una estimación honrada. A veces se
detecta fácilmente que, con las duraciones previsibles, el plazo que se obtendrá
como consecuencia del cálculo de la red va a exceder del valor deseado. En esas
circunstancias existe una tendencia a ver las cosas con ojos benévolos e inclinarse a
pensar que todo va a discurrir de una manera maravillosa, y no van a existir
inconvenientes que puedan generar retrasos en el transcurso de los trabajos. Se
prevé que la actividad va a durar lo que a nosotros nos gustaría que durase, estamos
ante el caso de una duración anhelada.
Esto una evidencia en la que no parece necesario detenerse, y que no debería ser
siquiera mencionada aquí, si no fuera por la frecuencia con la que se presentan
6.3.- TIEMPOS
El concepto de tiempo en el Método del Camino Crítico es primordial. Todos los
parámetros que se manejan en el cálculo del PERT se mueven alrededor de los
tiempos. Hablar de duraciones, de holguras, de principios más pronto o principios
más tarde, lleva implícito el concepto de tiempo.
Se parte de las duraciones obtenidas como hemos visto en los epígrafes anteriores,
y de la combinación de esas duraciones con las interdependencias de la red,
aparecen las fechas más pronto y más tarde. A partir de estos tiempos más
tempranos y más tardíos, en un segundo nivel conceptual, se muestran los tiempos
disponibles, total, libre e independiente. Conocidos éstos y las duraciones de cada
actividad, es fácil calcular las holguras; total, libre e independiente.
Se designa por Tl (latest date) y representa la fecha máxima en que tiene que ocurrir
un suceso para que no se sobrepase el tiempo calculado para el proyecto total. Para
el cálculo de TI se utiliza el método inverso al que se usó para determinar el Te;
partiendo de la etapa final se va retrocediendo hasta la etapa inicial. Para cada etapa
Antes de iniciar el estudio de los márgenes y sus clases conviene fijar previamente
los conceptos de tiempos disponibles para la ejecución de una actividad. Ya
sabemos que una tarea está siempre limitada por dos sucesos, uno en cabeza y otro
en cola del vector. Cada uno de estos sucesos tiene ya calculados sus dos valores
esenciales; su tiempo mínimo esperado (Te), que es la fecha más baja en que puede
ocurrir el acontecimiento, y su tiempo máximo concedido (TI), que es la fecha más
alta en que debe tener lugar la etapa para que el plazo total de la obra no se alargue.
Hablando con carácter general podemos decir que márgenes u holguras son los
períodos de tiempo que las tareas pueden retrasarse, bien porque se han iniciado
con posterioridad a su fecha de comienzo, bien porque en su desarrollo se hayan
presentado dificultades imprevistas que imposibiliten su terminación en la fecha
programada.
terminadas las actividades precedentes y antes de iniciar las sucesivas, sin producir
retrasos en la red. Las holguras en los nudos o márgenes de suceso se llaman
también intervalos de flotamiento. Nosotros preferimos llamarlas margen en, i, y
margen en, j, según correspondan al nudo inicial o al nudo final.
Se conoce como margen total de una actividad, como ya hemos dicho, a la diferencia
entre el tiempo disponible total y la duración de esa actividad. El margen total es
siempre igual o mayor que cero. Este margen representa el retraso total posible en el
comienzo de la tarea considerada, suponiendo que todas las precedentes den
comienzo en sus tiempos más tempranos, y todas las consecuentes se inicien en sus
tiempos más tarde. Este margen también representa el alargamiento admisible en la
duración real de la actividad si ha dado comienzo en su tiempo más temprano.
Holgura total es la que tendría el encargado de realizar una tarea si los que van
antes que él terminaran su trabajo lo antes posible y los que van después empezaran
el suyo lo más tarde posible. Estaríamos, por tanto, en las condiciones más cómodas
de desarrollo de la actividad. Si el tiempo disponible total fuese igual a la duración, el
margen total vale cero y la actividad es crítica, por no disponer de sobrante. El
margen total, por tanto, tiene que ser cero o positivo.
El margen total disponible en una cadena se podrá usar solamente en una ocasión,
bien sea distribuyéndolo entre todas las actividades de la misma o bien gastando
todo él en una sola tarea. Lo que no se puede hacer es usarlo en una actividad y
después en otra ya que sólo se dispone para todo el camino de una única dotación
de margen total.
Si una actividad consume toda su holgura total fuerza a que los sucesos siguientes
ocurran en sus sucesos más tarde posible y además, y esto es lo más importante, la
actividad se hace crítica. Y no solamente ella, sino todo el camino en el que la
actividad esté integrada, pues si ya hemos dicho que la holgura total de una tarea la
tienen todas las de su camino, si ésta es cero el camino entero tendrá holgura cero y
será crítico.
El que el margen libre sea cero es condición necesaria, pero no suficiente, para que
una actividad sea crítica. Con esta holgura no solo no se retrasa la ejecución de la
totalidad del proyecto, sino que no se disminuye la holgura total de las actividades
siguientes. El margen libre es igual o menor que el margen total y tiene que ser cero
o positivo.
El hecho de que el retraso que sufra una tarea en su ejecución no incida en ningún
consecuente, siempre que dicho retraso se mantenga dentro de los límites de su
margen libre, da a esta holgura una característica que hace que se la considere
como margen de actividad. El margen libre es privativo de cada tarea, lo tiene o no lo
tiene, pero sólo le afecta a ella. Tanto es así, que en algunas obras estiman que el
margen libre es de libre disposición y consideran que no existe retraso siempre que
éste se produzca dentro de los límites del margen libre.
diferencia sea positiva. Esta salvedad indica que, a diferencia de lo que ocurre con las
holguras total y libre, el margen independiente puede ser negativo. Las condiciones más
desfavorables para el desarrollo de una actividad serán que su suceso inicial aconteciera
en su tiempo más tarde y su suceso final en su tiempo más temprano. En esas
circunstancias el tiempo disponible se llama independiente porque no depende de las
condiciones de realización de las actividades restantes.
Si esta situación desfavorable genera aún un tiempo disponible mayor que la duración de
la actividad, quiere esto decir que existe un margen independiente cuya cuantía se
determina restando las dos cantidades. Si el margen independiente fuera negativo eso
significaría la imposibilidad de empezar las actividades consecuentes lo más pronto
posible y terminar los antecedentes lo más tarde posible. El margen independiente es
específico de la actividad, como el margen libre, y no se comparte con ninguna otra.
Margen independiente sería el que tuviera el encargado de realizar una actividad si los
que van antes que él terminaran su trabajo lo más tarde posible, y los que van después
pretendieran iniciar el suyo lo más pronto posible. Si esta doble limitación fuera posible y a
nuestro hipotético encargado todavía le sobrara tiempo, habida cuenta de la duración
prevista para su tarea, nos encontraríamos ante un caso de margen independiente; el
tiempo que le sobrara.
Los tres márgenes reseñados hasta ahora son los más comunes. Hay otros muchos
de los que nos ocuparemos a continuación. Los valores de los tres márgenes
citados se relacionan así:
MT ≥ ML ≥ 0
ML ≥ MI
Como ya hemos dicho anteriormente el margen libre, si existe, tiene un valor igual
o menor que el margen total. La diferencia entre el margen total de una actividad y
su margen libre es el margen de interferencia:
MIN = MT - ML
MIN = MT – ML = MT – 0 = MT
MIN = MT – ML = 0
Físicamente el margen de interferencia tiene una realidad y se llama así por las
siguientes consideraciones. Supongamos el caso de una actividad que tiene
margen libre y total, según la figura siguiente.
MIN = MT – ML = 8 – 3 = 5
Obsérvese que el margen libre está subsumido dentro del margen total.
Correctamente habría que decir; la actividad analizada tiene 8 períodos de margen
total, de los cuales 3 de ellos son de margen libre.
El margen total va desde A hasta C, no desde B hasta C. Este tramo desde B hasta
C es precisamente el margen de interferencia.
Supongamos una actividad que tuviese: margen total = 20 días, margen libre = 12
días, margen independiente = 5 días. El margen de interferencia valdría:
MIN = 20 – 12 = 8 días
6.4.5.- MARGEN EN i
Los tiempos más pronto y más tarde de cada nudo de la red tienen distinto valor, con
excepción de los nudos críticos, en que valen lo mismo. En el nudo inicial de una
actividad, nudo i se llama margen en i a la diferencia entre los valores entre el
tiempo más tarde y el tiempo más pronto.
6.4.6.- MARGEN EN j
De igual manera, los tiempos más pronto y más tarde del nudo final de una actividad,
nudo j, tendrán un valor distinto, salvo que se trate de un nudo crítico.
El margen en j está representado por la diferencia entre los valores de tiempo más
tarde y tiempo más pronto. Este margen representa el retraso que se puede
acumular en el nudo j desde que se termina la actividad considerada y se da
comienzo a la primera de las actividades que parten de él, sin retrasar el final de la
obra.
Se conoce por margen residual a la holgura que resta cuando la actividad de que se
trate presenta un cierto retraso. Si una tarea se ha atrasado por haber dado
comienzo después de la fecha prevista o porque su ritmo de ejecución haya sido
inferior al calculado, su fecha de terminación proporcionada por el ordenador se
habrá movido hacia la derecha. Si suponemos que el resto de la obra se está
desarrollando de acuerdo con las previsiones, el margen que tenía la actividad que
estamos considerando habrá disminuido en la misma cuantía que el valor de su
retraso, y ahora tendrá un valor inferior al primitivo. Este valor es el llamado margen
residual. Sabemos que si el margen es total, su disminución habrá afectado a todas
las actividades de su camino, cuyo margen residual será el mismo que el de la
actividad atrasada.
En caso que el plazo contractual sea mayor que la duración de la ruta crítica, este no
tendrá margen cero, sino que dispondrá de una holgura cuya cuantía valdrá
precisamente la diferencia entre el plazo contractual y la longitud del camino crítico.
A esta holgura se la conoce con el nombre de margen externo. Se llama externo
porque su origen se encuentra fuera del propio programa, y dependerá solo de que
la fecha de terminación fijada en el contrato sea holgada.
Hay que prestar atención al hecho de que el margen externo puede ser negativo, lo
que sucedería en el caso de que el plazo contractual fuera tan reducido que no
tuviese posibilidad de cumplirse.
Se parte de la suposición de que el plazo de la obra se obtiene del cálculo del PERT.
La ruta crítica correspondiente a ese plazo tiene margen cero, pero ya sabemos que
puede existir un plazo contractual inferior al de cálculo. En tal situación la diferencia
entre las fechas de los dos plazos será un margen externo de valor negativo, por
Otros caminos que tuvieran holguras positivas pasarían ahora a tenerlas negativas,
siempre que su valor fuese inferior al del margen negativo del camino crítico. Si
fuese mayor, sus holguras seguirían siendo positivas, aunque se verían disminuidas
en la magnitud del margen negativo de la ruta crítica.
Las tareas con holgura negativa son llamadas a veces supercríticas o hipercríticas.
La aparición de una holgura negativa, el programa no cumple plazo, no es ninguna
cosa extraña. Por el contrario este hecho constituye la regla general y no la
excepción.
Además de estas dos leyes básicas existen otra serie de reglas fundamentales:
- Toda actividad tiene que empezar y terminar en dos sucesos distintos.
Análogamente, todo suceso tiene que estar definido por una actividad
anterior y otra posterior, con excepción del primero y el último. Sin
embargo, cualquier suceso puede tener más de una actividad anterior y
posterior.
- No pueden existir dos actividades entre dos sucesos cualesquiera, ya que
esto sería motivo de ambigüedad. Esta indeterminación se evita utilizando
una actividad ficticia. La línea de puntos de la figura de la derecha es una
actividad ficticia, que, como ya hemos dicho, tiene duración cero, y solo sirve
para cumplir la norma y dar lógica a la red.
Erróneo
que entra, no ocurriendo lo mismo con la otra actividad que sale. En este caso
es necesario desdoblar el suceso en otros dos, unidos por una actividad
ficticia, estableciendo las entradas y salidas de las tareas en los dos sucesos
en que se ha desdoblado.
- La última regla fundamental relacionada con el trazado de las redes trata de los
circuitos. Esta regla dice simplemente que ningún suceso puede ser origen de
algún camino que conduzca nuevamente a él. Una red no puede contener
circuitos. Esto quiere decir que un camino pasa una sola vez por las etapas
que lo constituyen. Los circuitos no suelen producirse cuando la planificación
se hace con suficiente conocimiento de la obra.
Las fórmulas del PERT son pocas y muy sencillas. Sea una actividad i - j de duración t,
que une los sucesos i y j, como puede verse en la figura.
Llamamos Ei y Ej a los tiempos más tempranos de los nudos inicial y final i y j; Li y Lj a los
tiempos más tarde de los nudos inicial y final; t a la duración de la actividad; Si a la
holgura del nudo inicial; Sj a la holgura del nudo final; MT al margen total; ML al margen
libre y MI al margen independiente.
Cálculo de Ej:
Ej = Ei + t
Cálculo de Li:
Li = Lj - t
La holgura total de una actividad y la de la ruta más larga que pasa a través de la
misma coinciden. La ruta crítica es la de mayor longitud.
A propósito del camino crítico conviene dejar bien sentado que, si la realización de
cualquiera de las actividades que forman dicho camino se retrasa, todo el programa
sufrirá el mismo retraso. Este hecho constituye la base de una importantísima
característica del MCC, que es permitir prever unos resultados.
Todo PERT tiene, por lo menos, una ruta crítica. Esto es inevitable, la duración de la obra
está determinada, precisamente, por la longitud; su camino crítico.
Una actividad crítica es importante solo en la medida que contribuye a la duración total del
proyecto pero no tiene por qué ser esencial.
Son los que se generan como consecuencia del establecimiento de largos caminos de
armonización, producidos estos a partir de las relaciones final-principio que se
introducen durante el proceso.
Son caminos subcríticos aquellos que tienen un margen total pequeño. En puridad
camino subcrítico habría solamente uno, aquel que tiene una holgura menor, distinta
de cero, pero, desde un punto de vista pragmático, ¿tienen interés todas las holguras
pequeñas, además de la menor?, ¿de qué tamaño?. Se acepta generalmente incluir
en el concepto de actividad subcrítica aquella cuyo margen total no es mayor que el
10 % de la duración de la obra.
A la hora de explotar el programa las situaciones de equilibrio son las más peligrosas
porque existe un camino crítico errático que, con toda probabilidad, pasará de un sitio a
otro fácilmente. Si las revisiones no son frecuentes puede ocurrir que estemos satisfechos
por los adelantos habidos en actividades críticas, pero las tareas verdaderamente críticas
no son esas, sino otras que tenían muy poco margen.
Este método es similar al PERT en su diseño pero prescinde del concepto de suceso
y solo se utiliza el de actividad que viene representado en los nudos de la red. Las
flechas que unen estos nudos indican sólo relaciones de dependencia entre las
actividades.
En el método ROY se pueden considerar los tiempos como potenciales eléctricos que
se asignan a cada una de las tareas representadas por un nudo y entonces un
programa satisface las restricciones si, y solamente si, la diferencia entre los
potenciales asignados a los extremos de una flecha es por lo menos igual a la
duración representada por dicha flecha.
- Final-Principio; para que comience una actividad tiene que haber terminado
otra determinada, pudiendo existir también entre ellas un cierto desfase.
- Final-final. Las actividades afectadas por esta relación han de terminar con
un determinado desfase entre ellas.
Como es natural los desfases no tienen porqué existir siempre, y pueden tener valor
cero.
La utilización de los porcentajes de solape debe hacerse con buen criterio y sin
olvidar dos advertencias importantes:
- Primera; el reconocimiento de la posibilidad de utilizar un tanto por ciento
de solape supone inmediatamente que se sabe el orden en que va a
desarrollarse la ejecución del antecedente. Si decimos que tal actividad
podría iniciarse cuando se hubiera realizado un 20 % del antecedente,
estamos diciendo también que tendría que haberse ejecutado un 80 %... si
hubiéramos empezado a construir por el lado opuesto. Estamos, por
consiguiente, prejuzgando el orden en que la realización de la actividad
antecedente va a hacerse. Esto puede no tener importancia, o el orden
puede no ser más que uno, pero, en todo caso, hay que tenerlo en cuenta.
- Segunda; hay que tener mucho cuidado cuando del antecedente salen
varios consecuentes ligados a él por relaciones con porcentajes de solape
distinto, pues es probable que estos porcentajes no puedan tener lugar
simultáneamente. Puede ser cierto que al 20 % de iniciada una tarea
pueda empezarse tal otra; al 30 % se podría iniciar esta otra, y al 50 %
podría dar comienzo la de más allá, pero es muy probable que las tres
cosas no puedan ocurrir simultáneamente, y ello por razones parecidas a
las del caso anterior. En efecto, la existencia del primer porcentaje está
prejuzgando el orden de ejecución del antecedente y, seguramente,
siguiendo ese orden no se podría iniciar el segundo consecuente al 30 % y
menos aún el tercero al 50 %. En algunos casos es posible que los tres
decalajes puedan coexistir, pero siempre será necesario analizar la
situación antes de proceder de una manera rutinaria.
Vamos a ver cuáles son las restricciones que se usan en la mayor parte de los casos
cuando se analiza una red por el método de precedencias. En realidad son muchas
más las que se pueden presentar pero se puede decir que cualquier tipo de relación
que exista entre dos actividades podría representarse gráficamente en el ROY.
Naturalmente dos actividades pueden estar ligadas por más de una relación. Cada
restricción que se establezca actuará de una determinada manera sobre el
consecuente, y la que más empuje lo arrastrará a su ubicación definitiva. Esta
multiplicidad de relaciones se presenta con frecuencia cuando exista una relación
principio-principio de decalaje n. Casi siempre esta relación va acompañada de otra
final-final de decalaje m.
Sea el caso de las actividades A y B de duraciones d y d', ligadas con dos relaciones de la
forma que se ve en la figura precedente. La ubicación de B dependerá de los valores de n
y m, pero también y sobre todo de las duraciones relativas d y d'. Si m y n tienen valores
similares pero d > d', la actividad quedará situada muy a la derecha por causa del desfase
m, que es el que mandará. Por el contrario, si d < d', el decalaje actuante será n, y B
quedará situada muy a la izquierda.
Primer caso:
Segundo caso:
Cuando se planifica un proyecto hay que olvidarse de las duraciones de las actividades y
fijar cuidadosamente los valores de m y n por consideraciones técnicas. El cálculo de
fechas y de las holguras ya lo hará después el ordenador.
En una red ROY, a diferencia del CPM, son admisibles los bucles, ya que pueden
presentarse flechas señalando hacia atrás. Dichos bucles están regidos por una
regla derivada de las redes eléctricas, con el potencial eléctrico como variable
análoga al tiempo, De ahí el nombre del método. La regla es sencilla: La suma de las
duraciones de las actividades que forman un bucle no puede ser positiva. Deberá ser
siempre cero o negativa.
Otro concepto propio del sistema ROY es el de las rigideces. Supongamos que la
actividad A precede a la B, pero de tal manera que esa precedencia sea inmediata,
no debe transcurrir tiempo ninguno desde que acaba el antecedente hasta que se
inicia el consecuente. El antecedente puede ser la excavación de una zanja en un
terreno que se meteoriza muy rápidamente y el consecuente el hormigonado
posterior. Podría ocurrir que si esta actividad de hormigonado se viese desplazada
por otra relación que incidiera en ella se alejara del antecedente ocasionándose un
frente peligroso. Para evitarlo se establece una rigidez, que es una relación principio-
final que coexiste con la relación final-principio. De este modo, si el consecuente se
aleja, el antecedente, enganchado a él por la rigidez, se mueve a su vez.
Otra rigidez sería la existente entre dos actividades de desmonte y terraplén, tales
que los productos de excavación del desmonte fueran transportados al terraplén. Es
evidente que el terraplén no puede dar comienzo hasta que no se haya iniciado el
desmonte generador de tierras, pero no es menos cierto que si el terraplén es
desplazado por una relación externa el desmonte tampoco se puede iniciar (las
tierras no se pueden almacenar, hay que utilizarlas a medida que se van
produciendo) y, en consecuencia, una segunda relación principio-principio de sentido
contrario deberá ligar el inicio del terraplén con el del desmonte.
Las rigideces final-principio pueden tratarse con más refinamiento aún, estableciendo
la llamada traslación máxima del consecuente. Volvamos al ejemplo de la
excavación en zanja en terreno meteorizable. Supongamos que el terreno permite
que la zanja esté abierta sin peligro un período de tiempo moderado, por ejemplo un
máximo de 15 días. En ese caso cualquier intervalo comprendido entre 0 y 15 días
desde la terminación de la excavación hasta el inicio del hormigonado, es válido. En esta
situación sería preciso introducir una relación final-principio entre la excavación y el
hormigonado, junto con otra relación principio-final con decalaje negativo igual a -15.
Sin embargo, las actividades intermitentes son otra cosa. Imaginemos que una actividad
tiene que terminar obligatoriamente en una cierta fecha, arrastrada por una relación final-
final que sitúa la terminación de la barra en un punto del calendario. Su inicio, por el
contrario, podría hacerse mucho antes, porque los condicionamientos que lo afectan son
menos restrictivos. La duración propuesta por nosotros es demasiado pequeña. La
actividad podría durar más, empezándola mucho antes y ejecutándola como tajo de
reserva y poco a poco. Tiene margen complementario anterior, es una actividad
intermitente.
Tal como se indica en el diagrama, la actividad B no puede empezar hasta que hayan
transcurrido al menos 2 días desde que se inició la actividad A, que dura 10. Por otra
parte, en el dibujo se especifica que la actividad B tiene que terminar por lo menos 3 días
después que haya acabado A.
Teniendo en cuenta las duraciones comparativas de las actividades A y B, así como las
uniones que las ligan, se puede ver que la relación final-final es la más restrictiva; esta
obliga a B a trasladarse al punto que se ve en la figura. La relación principio-principio no
actúa, se cumple de sobra, hasta tal punto que le quedan 5 días libres desde el momento
en que podría empezar B, empujada por la relación que le llega por su principio, y la fecha
en que realmente da comienzo por causa del retraso a que se ve forzada por la relación
final-final que la arrastra a su emplazamiento. Estos 5 días son el margen
complementario.
Como las duraciones son las mismas que en el ejemplo anterior, y las relaciones que
ligan A y B también, las barras A y B quedarán ubicadas en el mismo emplazamiento que
antes. ¿Qué ocurrirá ahora con la actividad C?. Si hiciésemos caso del margen
complementario y adelantásemos el comienzo de B, el inicio de C también podría
anticiparse.
Las actividades deben ocurrir siempre lo más pronto posible, un programa que sitúe las
actividades antes estará más elaborado que otro que las ubique después.
La actividad B no puede dar comienzo hasta 2 días después que se haya iniciado A, y de
la misma forma entre los finales de A y B tiene que existir un lapso de 3 días como
mínimo. Teniendo en cuenta estas dos restricciones y las duraciones de las
actividades A y B, 4 y 9 días respectivamente, el ordenador ubicará las barras en la
forma indicada abajo.
Así pues, en una red de P.D.M. se definen los desfases entre actividades inmediatas
de la siguiente manera:
- di = desfase inicial; tiempo mínimo que debe transcurrir entre comienzos de
actividades inmediatas, programadas en paralelo.
- df = desfase final; tiempo mínimo que debe transcurrir entre finales de activi-
dades inmediatas, programadas en paralelo.
De esta forma el control preventivo que se ejerce sobre las actividades en paralelo, con
relación a su posible interferencia en el tiempo, es más completa.
Para que este control preventivo sea eficaz, a menudo se establece el valor en días
laborables de los desfases en función del ritmo de las actividades, lo cual no significa
ninguna relación directa entre desfases y duraciones de las actividades.
8.1.- INTRODUCCIÓN
El factor humano ha venido tomando una importancia creciente en el ámbito de la
construcción y en general en todo proceso de producción. De ser considerado y
tratado como una herramienta más del proceso de producción ha pasado a ser el
elemento fundamental de la organización, del que se espera que sea creativo,
innovador, consciente de la necesidad de unirse al espíritu de la calidad total y de la
política de cero defectos, dentro de una cultura organizativa con las que las
personas se identifican considerándose no ya sólo parte de la organización, sino
como la organización misma. Por estos motivos es muy importante no olvidar este
aspecto tan fundamental para el buen funcionamiento de las obras y de la Empresa.
Evidentemente, los principios indicados no son rígidos ni infalibles, sino que han de
aplicarse con cierta flexibilidad, adaptándolos a cada situación, y haciendo mayor o
menor énfasis en cada uno de ellos según las circunstancias.
Pasaremos a continuación a ver los tres enfoques posibles para abordar esta
organización.
Los otros dos enfoques, que veremos a continuación, reflejan cada uno de los
subsistemas, así la Escuela de la Dirección Científica refleja el técnico y el
Enriquecimiento del Puesto de Trabajo el social.
La Escuela de la Dirección Científica se inició con los estudios realizados por Frederick W.
Taylor en 1882. Sus estudios fueron ampliados y mejorados por Frank y Lillian Gilbreth y
Henry L. Gantt, junto con cientos de directivos, investigadores y asesores de empresas
que hicieron que en 1912 los métodos de esta escuela constituyeran ya prácticas
generalmente conocidas y utilizadas.
Uno de sus éxitos lo obtuvo en el estudio del trabajo de un conjunto de obreros ocupados
de cargar bloques de hierro en vagones ferroviarios. Reduciendo el peso de los bloques y
dejando un tiempo de descanso entre cada cierto número de cargas, consiguió que cada
uno pasara de cargar diariamente 12,5 toneladas a cargar 47,5, y que su remuneración
pasara de 1,15 dólares diarios a 1,85.
Taylor consideraba que la aplicación de sus métodos favorecía tanto a la empresa como a
los trabajadores, pues ambos se beneficiaban de los aumentos de productividad. Estos se
consiguen mediante mejores métodos de trabajo y no mediante mayores esfuerzos de los
trabajadores.
La especialización de los trabajadores permite que realicen las tareas con mayor rapidez,
con lo cual la producción aumenta, los costes se reducen y se eleva la retribución al
mismo tiempo que los beneficios de la empresa. Es más, si no se benefician
económicamente tanto la empresa como sus trabajadores, los métodos serán un fracaso.
Los errores que cometió Taylor en sus planteamientos fueron los siguientes:
- Excesiva abstracción y rigidez; la organización científica era una ciencia exacta
y el individuo no era sino una máquina cuya única aspiración es ganar dinero.
No comprendió la naturaleza humana y creó malestar y oposición en los
trabajadores. Por ejemplo, llegó a recomendar despedir a los que no quisieran
o no pudieran alcanzar el rendimiento fijado por él, y definió como estándar
normal a la máxima cantidad de trabajo que puede desarrollar un obrero de
gran capacidad.
Dada la fama que llegó a tener Taylor, surgieron por doquier expertos en productividad
que fueron fijando tiempos cada vez más estrechos, estándares de rendimientos más
elevados y primas de productividad menores, llegando a quebrantar el principio de Taylor
de que las ganancias obtenidas con el aumento de productividad se repartieran entre la
empresa y los trabajadores según su rendimiento efectivo.
Una pregunta habitual de hoy en día es que si aún es posible la aplicación de los métodos
de la Escuela de la Dirección Científica. La respuesta es que se siguen aplicando y
mucho. Además, es conveniente aplicarlos, pero no con tanta rigidez como la preconizada
por Taylor y sus seguidores.
Existen cinco factores de motivación en el trabajo, a los que algunos autores denominan
ejes centrales del trabajo, son los siguientes:
- Variedad de las operaciones a realizar (factor V).
- Identidad de la tarea (factor I).
- Importancia de la tarea (factor M).
- Autonomía del trabajador (factor A).
- Retroalimentación (factor R).
V + I + M
IMP = ⋅ A⋅ R
3
Cuando este índice es elevado señala que existe una elevada potencialidad de
motivación del trabajo en cuestión, en tanto que cuando es bajó indica que el trabajo
tiene escasas posibilidades de ser motivador.
La característica común de los cuatro sistemas es la división del salario por tarea
realizada (fabricación de una pieza, recogida de, x, kilos de aceituna, realización de un
muro, etc.) en dos partes; la remuneración del tiempo de trabajo, y la prima de
producción.
s0 · t
Si el tiempo estándar previsto para realizar esta tarea es, T, u.t., al efectuarla en, t,
u.t., este trabajador le ahorra a la empresa la diferencia entre T y t, u.t, por cada una
de las cuales hubiera tenido que pagarle s0 u.m. si hubiera trabajado a ritmo normal.
Para incentivarle, por cada u.t. ahorrada se le abona un incentivo igual a I u.m., de
manera que la prima por tarea realizada vale:
P = I·(T – t)
S = s0· t + P
Es decir:
S = s0 · t + I · (T - t)
8.4.1.- DESTAJO
I = s0
P = s o · (T – t)
S = s 0 · t + P = s 0 · t + s 0 · (T – t) = s 0 · T
Por consiguiente, cualquiera que sea el tiempo que tarde en realizar la tarea al
trabajador se le paga el producto entre la remuneración de la u.t. de trabajo y el
tiempo estándar previsto.
En este sistema el valor de cada u.t. que el trabajador ahorra (s0) se reparte entre él
y la empresa, de modo que:
s0
I=
m
s0
P= ⋅ (T − t )
m
s0
S = s0 ⋅ t + P = s0 ⋅ t + ⋅ (T − t )
m
I t
=
s0 T
o, lo que es lo mismo:
t
I = s0 ⋅
T
⋅ (T − t )
t
P = s0 ⋅
T
y que:
⋅ (T − t )
t
S = s0 ⋅ t + P = s0 ⋅ t + s0 ⋅
T
I T
=
s0 T − t
T
I = s0 ⋅
T −t
P = s0 ⋅
T
(T − t ) = s0 ⋅ T
T −t
Obteniéndose finalmente:
S = s 0 ⋅ t + s 0 ⋅ T = s 0 ⋅ (t + T )
La enorme variedad entre los distintos tipos de obras y trabajos a realizar, hace imposible
el fijar unos parámetros de elección válidos para aplicar en todos los casos, pero sí
podemos enumerar una serie de parámetros a considerar que nos pueden servir de guía
para elegir el tipo de máquina o equipo de obra más adecuado:
- Situación de la obra.
- Accesos.
- Forma de la obra.
- Topografía.
- Climatología de la zona.
- Tipo de terreno.
- Posibles fuentes de energía.
- Existencia de agua.
- Consumos.
- Mantenimiento.
- Plazo de ejecución de la obra.
En la maquinaria de obra los avances tecnológicos tienen una enorme influencia, de tal
forma que en un breve plazo de tiempo equipos que estaban en vanguardia pueden pasar
a ocupar lugares retrasados o incluso desaparecer del mercado por su escasa
competitividad.
(1 + k ) n
VANCi = VANi
(1 + k ) n − 1
Siendo: VAN Ci el valor actual neto de toda la cadena de reposiciones del equipo i.
VAN i el valor actual neto del equipo o máquina i.
La utilización del valor actual neto simple, sin acudir al artificio de la cadena de
renovaciones, solamente es correcta cuando los diferentes equipos alternativos
tienen la misma duración.
Otra posibilidad para resolver el problema, que tiene, frente a la anterior la ventaja de no
precisar del supuesto de una duración ilimitada de las actividades, es la que se basa en
su planteamiento bajo una base temporal homogénea finita como el mínimo común
múltiplo de las duraciones de los diversos equipos.
VANi = Qi ⋅ a nk
Dicho de otro modo, el tipo de descuento no tiene necesariamente que ser el mismo
para los dos equipos alternativos; en realidad, lo habitual es que no lo sea.
Se define duración óptima como aquel momento para el cual es máximo el resultado
de actualizar al momento inicial la diferencia entre el valor de retiro que tiene el
equipo en ese momento y el valor que tienen en ese instante los flujos de caja que
podría continuar generando ese equipo.
La duración óptima, según este enfoque, es aquella para la cual es mínimo el coste total,
que es el resultado de sumar los costes crecientes y los decrecientes. Al coste total
mínimo se le denomina mínimo adverso.
Existen diversos métodos para calcular la amortización de una máquina o equipo, algunos
de ellos tienen un interés teórico que no siempre va acompañado de un interés práctico,
ya que toda una serie de factores exteriores influyen de forma decisiva en el resultado fi-
nal. Pese a esto vamos a ver las formas de cálculo de amortizaciones.
Entre los diferentes métodos de valoración de la amortización, hay algunos que tienen en
cuenta la reposición de la máquina o equipo y otros que no. Caso de que se considere la
reposición del equipo habrá que partir de valores superiores a los del coste de
adquisición.
Los bienes de equipo se deprecian, es decir, pierden valor por los tres tipos de motivos
siguientes:
- Razones físicas; como cuando una maquinaria se desgasta por el uso o por
el mero transcurso del tiempo.
- Razones técnicas; es decir, provocadas por los avances tecnológicos, que
hacen que las nuevas máquinas dejen obsoletas y depreciadas a las
antiguas, por producir con menores costes que estas, o con mayor calidad,
etc.
- Razones económicas; las principales son las variaciones en las retribu-
ciones de los factores y las alteraciones de la demanda en obra. Un
aumento en la retribución de un factor puede dejar obsoletos los sistemas
de producción que se basaban en él y, con ello, quedar totalmente
depreciados los equipos correspondientes. Muchos tipos de maquinas son
adecuados para ciertos niveles de demanda, pero no para niveles
superiores ni inferiores, es por ello que quedan obsoletos cuando la
demanda se modifica ostensiblemente.
M = Vo − Vr
9.4.2.- AMORTIZACIÓN
En este se amortiza todos los años la misma cantidad, por lo que la cuota de
amortización anual, A, es:
M
A=
n
n(n + 1)
1 + 2 + 3 + ... + (n − 1) + n =
2
2 ⋅1
A1 = M
n(n + 1)
2⋅n
An = M = n ⋅ A1
n(n + 1)
En general:
2⋅t
At = M = t ⋅ A1
n(n + 1)
2⋅n
A1 = M
n(n + 1)
2 ⋅1
An = M
n(n + 1)
En general:
2(n − t + 1)
At = M
n(n + 1)
Una vez determinada la cuota del último año, las demás se pueden calcular del
siguiente modo:
A1 = nAn
A2 = (n − 1) An
A3 = (n − 2) An
Dado que en éste método las cuotas de los primeros años son mayores que las de
los últimos podemos decir que se trata de un procedimiento de amortización
acelerada.
A1 = tV0
V0 − tV0 = V0 (1 − t )
y la cuota del segundo año será el resultado de aplicar el tanto fijo a este importe, es
decir:
A2 = tV0 (1 − t )
V0 − tV0 − tV0 (1 − t ) = V0 (1 − t ) 2
A3 = tV0 (1 − t ) 2
An = tV0 (1 − t ) n −1
y que tras ello el importe que quedará por amortizar será igual a:
V0 (1 − t ) n
Vr = V0 (1 − t ) n
1/ n
Vr
t = 1−
V0
9.4.3.- MANTENIMIENTO
En esta función tiene un papel importante la tecnología que puede automatizar parte del
proceso de mantenimiento, reducir la frecuencia de las revisiones, avisar de la necesidad
de una intervención, y facilitar el acceso a los componentes de la maquinaria.
Es importante disponer de una base con todos los datos relativos al mantenimiento
de los diferentes equipos. Ello permite, en cierta medida, prever las averías, su
duración, sus orígenes, la forma de repararlas, las necesidades de repuestos, etc.
A la hora de decidir entre adquirir maquinaria nueva o usada deben tenerse en cuenta los
siguientes factores:
- Precio de adquisición.
- Período de amortización.
- Duración de los trabajos.
- Servicio de asistencia.
- Coste de las reparaciones.
- Existencia de piezas de recambio.
- Consumo y mantenimiento.
Existe otra forma de disponer de maquinaria, tal cual es el alquiler de esta. Entre los
distintos factores que aconsejan la utilización del alquiler de maquinaria y equipos
destacan los siguientes:
- Recursos financieros.
- Cartera de obras corta.
- Dispersión geográfica de las obras.
- Carencia de mano de obra cualificada.
- Evolución tecnológica.
- Oferta del mercado de alquiler.
Una vez decididos a alquilar la maquinaria debemos tener en cuenta el coste del
transporte de los mismos. En algunos equipos es igualmente necesario que el montaje
sea dirigido por técnicos cualificados y por lo tanto habrá que considerar las dietas de
desplazamiento de dichos técnicos.
protecciones para ellas. Dicho parque estará formado por hangares y se emplazará en
una zona algo retirada de los tajos.
Almacén de materiales, que contendrá los aparatos sanitarios, grifería, herrajes, tubos de
cobre y todos aquellos materiales que por su elevado coste o por su posible deterioro al
aire libre es aconsejable guardarlos en un lugar protegido.
El mercado ofrece una gran variedad de casetas, locales, hangares metálicos y toda una
amplia serie de construcciones móviles modulares. Estos módulos estructuralmente están
formados por un chasis metálico de perfiles conformados en frío que le dan
la rigidez suficiente como para permitir incluso la superposición de unos sobre otros,
pudiendo de esta forma situar la oficina de obra a mayor altura y obtener mayor visibilidad
del conjunto de los trabajos. El poder adosar en sentido lateral y/o longitudinal varios
módulos permite obtener una gran variedad de espacios y superficies y por tanto
adaptarse fácilmente a las necesidades de la obra.
como el coste por KW, pueden aconsejar la utilización de sistemas propios de producción
de energía eléctrica. Su empleo puede ser como generador:
- De energía total.
- De servicio continuo.
- De horas puntas.
- De emergencia.
Es más rentable utilizar varios grupos que unidos suplan la demanda total de obra, que un
grupo de gran capacidad con los problemas de averías, reparaciones y revisiones que
conlleva. Por lo tanto, cuando se proyecta un conjunto de grupos debe hacerse de tal -
forma que la suma de todos tenga aproximadamente una reserva del 15% para casos de
averías, revisiones etc., con lo que el rendimiento prácticamente no se verá afectado. El
utilizar varios generadores permite desconectar algunos de ellos en horas valle, cuando la
demanda es menor, con lo cual los restantes trabajan a plena carga con el consiguiente
ahorro de combustible e importante aumento de vida.
Los grupo moto-compresores están formados por dos elementos básicos; el compresor,
cuya misión es conseguir un caudal de aire a una determinada presión, y el motor que,
con su potencia a un determinado régimen, transmite el movimiento al compresor.
Aunque el compresor es sólo una parte del grupo, por extensión, se llama "compresor" al
grupo moto-compresor completo.
Los factores a tener en cuenta para determinar los compresores adecuados a las
necesidades de la obra son la presión máxima de trabajo y el caudal máximo de aire.
La presión de trabajo se expresa en Atm. (Atmósferas) y es la fuerza por unidad de
superficie (kg/cm2) que necesitan las herramientas para su correcto funcionamiento. El
Para poder comparar los distintos compresores de las distintas marcas de compresores
que trabajan a presiones diferentes se emplea el concepto de "caudal de aire libre". Es el
caudal de aire que proporciona el compresor, medido a la presión atmosférica y no a la
presión de trabajo del grupo, ya que ésta no es la misma en los distintos compresores. La
presión de trabajo del compresor la fija el equipo, máquina o herramienta que trabaja
conectado a él.
En los casos en que el grupo moto-compresor alimenta varias máquinas o equipos que
trabajan a diferentes presiones el compresor deberá tener la presión de trabajo del equipo
de mayor presión. En estos casos la presión puede ser excesiva para algunos equipos o
herramientas, por lo que deberán protegerse con un mano-reductor.
Para calcular el caudal de aire libre que necesita la obra, o una zona de la misma,
debemos sumar el consumo de aire de todos y cada uno de los equipos o herramientas,
en litros por minuto. Al valor obtenido se le aplicará un factor de simultaneidad.
Si el caudal de aire libre del moto-compresor es escaso para las necesidades de los
equipos conectados a él, bajará la presión y por lo tanto el rendimiento de dichos equipos
disminuirá enormemente. Por lo tanto es imprescindible que el rendimiento en caudal de
aire libre del compresor sea superior al consumo de todas las herramientas a él
conectadas, teniendo en cuenta también una reserva.
Las distintas herramientas neumáticas que se utilizan en obra deben estar unidas al grupo
moto-compresor por tuberías, por las cuales se conduce el aire a una determinada
presión por la propia herramienta y por el moto-compresor. La tubería en obra es
generalmente flexible y está formada por un tubo de goma recubierto con varias capas de
algodón trenzado impregnado en caucho, o también por un trenzado de hilos de acero.
Las tuberías flexibles deben tener las siguientes características:
- La capa interior debe resistir la acción química del aceite mineral que lleva el
aire y la presión del aire comprimido.
- Las capas intermedias deben resistir la presión interior y permitir la flexión de la
tubería.
- La capa exterior de caucho debe proteger la propia tubería de golpes,
rozaduras y de temperaturas extremas.
de seguridad frente a posibles roturas o pérdidas. Las juntas de unión pueden ser
elásticas o rígidas. La unión entre tubos flexibles y elementos rígidos se realiza por medio
de enchufes o juntas, utilizando también abrazaderas para impedir al máximo cualquier
fuga de aire, por pequeña que sea. En caso de avería, la manguera se puede cortar y
empalmar por medio de acoplamiento, pero siempre teniendo en cuenta que aparecerá
una pérdida de carga puntual por la introducción de este nuevo elemento.
Los martillos neumáticos pueden ser exteriores o de fondo. Los primeros son los que
transmiten la fuerza a la barrena que conecta con el útil, en tanto que los de fondo
transmiten la fuerza directamente sobre el útil.
Las maquinas empleadas en estos tipos de tajo se deben seleccionar en función de las
características de los distintos tipos de terrenos en los que realizamos la obra, así
tendremos los siguientes tipos:
- Terrenos de excavación ordinaria. Se encuentran formados por materiales no
consolidados, tierras de todo tipo, arenas de todo tipo y rocas disgregadas. Su
excavación se realizará por medio de dozers, palas cargadoras y mototraillas.
- Terrenos ripables o escarificables. Formados por rocas poco compactas y
rocas compactas alteradas y fisuradas. Para ejecutar la excavación, primero se
disgregará por medio de rippers o escarificadores y posteriormente se actuará
con las máquinas de los terrenos de excavación ordinaria apuntados antes.
- Terrenos de voladura mediante explosivos. Formados por rocas compactas.
Para efectuar la excavación se procederá primero a disgregar la roca mediante
explosivos. Distinguimos a su vez dos tipos de disgregación:
!" Disgregación parcial. Después de haber ejecutado la voladura es
imprescindible que se realice el resto de la disgregación por equipos de
ripado y posteriormente podrán actuar los equipos de empuje y carga;
dozers, palas cargadoras, etc.
!" Disgregación total. En la cual, después de haber ejecutado la voladura
podrán trabajar directamente las máquinas de empuje y carga.
Hoy en día se realizan estudios geosísmicos que demuestran que hay una correlación
directa entre la velocidad de propagación las ondas en el terreno y el grado de
compacidad del mismo. Mediante la realización de estos sondeos geosísmicos se pueden
clasificar los terrenos según su grado de compacidad con gran precisión lo que nos
permite elegir el sistema de excavación con mejor rendimiento.
9.6.7.- DOZERS
Se denomina Dozer a la hoja de acero que se acopla y articula al tractor para el empuje
de tierras. Se coloca en la parte delantera de dicho tractor y se la denomina también hoja
de empuje. Por extensión se llama dozer al conjunto formado por el tractor, la hoja de
empuje y los elementos de unión entre ambos.
Aunque existen dozers sobre neumáticos, tanto de bastidor único como de bastidores
articulados, el conjunto de todos ellos representa un porcentaje muy pequeño respecto del
conjunto de los dozers, que está formado en su mayoría por tractores sobre orugas.
Cálculo del rendimiento de un dozer. El cálculo del rendimiento se efectúa con la fórmula:
C ⋅ E ⋅ F ⋅ 60
Rendimiento (m3/h)=
T
Siendo:
- C = Capacidad de arrastre (m3)
- E = Coeficiente de eficacia (0,8)
- F = Coeficiente de esponjamiento
- T = Tiempo del ciclo (en minutos)
La función específica para la que deben emplearse las palas cargadoras es la carga,
transporte, a corta distancia, y descarga de materiales.
Pala cargadoras sobre orugas. En las máquinas de este tipo el equipo de trabajo y el
sistema hidráulico se articulan al chasis tractor que se desplaza por medio del tren de
rodaje formado por orugas.
Su utilización se aconseja en los tipos de terrenos:
- Terrenos rocosos. Para evitar que las piedras con aristas dañen los neumá-
ticos.
- Terrenos embarrados. En los que la utilización de orugas provoca un mejor
reparto de las cargas sobre el terreno, evitando fuertes cargas puntuales como
ocurre en las palas sobre neumáticos.
- Terrenos muy inclinados. En los que la poca altura del centro de gravedad de
la máquina favorece su estabilidad.
Las palas cargadoras de orugas son máquinas que no se mueven a una velocidad ni
siquiera moderada, sino más bien lenta, cosa a tener en cuenta en los cálculos de su
rendimiento.
Las palas cargadoras sobre neumáticos se emplearon bastante desde que se introdujo en
el mercado el sistema de tracción a las cuatro ruedas y los mecanismos hidráulicos. A una
pala cargadora sobre neumáticos se le debe exigir, en relación al trabajo a realizar:
- Que disponga de potencia apropiada para el tajo a realizar.
- Capacidad hidráulica suficiente para la labor a desempeñar.
- Peso apropiado y, sobre todo, bien repartido.
- Disponer de un chasis resistente a los esfuerzos de la carga.
C ⋅ E ⋅ K ⋅ 60
Rendimiento (m3/h)=
T
Siendo:
- C = Capacidad de la cuchara o cazo (m3)
- E = Coeficiente de eficacia (oscila entre 0,83 y 0,32, en función de la eficiencia
del maquinista y del estado de la máquina, según cuadro anejo)
- F = Factor de llenado del cazo (factor correctivo que depende del tipo de
material cargado)
- T = Tiempo del ciclo (en minutos)
Coeficientes de eficacia
MANTENIMIENTO DE LA MÁQUINA
CONDICIONES
DE OPERACIÓN Excelente Bueno Normal Mediocre Malo
Excelentes 0,83 0,81 0,76 0,70 0,63
Buenas 0,78 0,75 0,71 0,65 0,60
Normales 0,72 0,69 0,65 0,60 0,54
Mediocres 0,63 0,61 0,57 0,52 0,45
Malas 0,52 0,50 0,47 0,42 0,32
9.6.9.- DUMPERS
La capacidad de la caja, colmada, oscila según los modelos entre 0,5 y 1,8 m3 lo que da
una idea clara de las pequeñas dimensiones de este tipo de máquinas.
Vamos a ver solamente las condiciones que se le deben exigir a una buena hormigonera
y los tipos de bombas disponibles para la puesta en obra del hormigón, olvidándonos del
proceso de fabricación del hormigón, cada día más en desuso dentro de una obra, ya que
la mayoría del hormigón puesto en obra procede de centrales de hormigonado.
Así las condiciones que se le deben exigir a una buena hormigonera son las siguientes:
Bombas de puesta en obra del hormigón. Dichas bombas impulsan el hormigón por una
tubería que conduce al punto de vertido en obra. Un émbolo accionado hidráulicamente,
en su aspiración, extrae de la tolva de alimentación el hormigón y en la cámara de
compresión es impulsado hacia la tubería de transporte.
La zona de barrido de las grúas deberá fijarse con precisión, pues en ella se desarrollarán
las operaciones de elevación y descenso de materiales.
Cualquier baremo o ratio que nos permita medir y seguir la evolución de la productividad
es una herramienta adecuada. Estos ratios pueden referirse a uno solo de los recursos
empleados o a varios de ellos que normalmente estarán interrelacionados. Así podemos
valorar la productividad de la mano de obra directa, de la indirecta, de la maquinaria, de
los materiales, del dinero, etc. En cada caso podemos establecer un índice que mida la
eficacia en un área específica y que nos permita tomar decisiones sobre la evolución con
el objetivo de aumentar la productividad.
La relación entre productividad y salarios evidencia que los países con salarios altos, lejos
de ser menos competitivos por el coste de este factor, son aquéllos que más exportan.
Existen estudios que demuestran que existe una correlación clara entre productividad y
nivel de empleo. Los países de mayor productividad son aquéllos en los que el paro es
menos significativo.
Es verdad que la construcción tiene unos caracteres diferenciales de la industria, entre los
que están:
- Trashumancia.
- Series de fabricación o unidades de obras limitadas.
- Bajo grado de especialización.
- Personal contratado para una obra en un mayor número que los fijos de
empresa.
- Bajo grado de mecanización.
- Subcontratistas.
Una vez más debemos convencernos que la mejora de la productividad no consiste solo
en la aplicación cartesiana de las técnicas conocidas sino que consiste en una actitud
mental que nos lleva a preocuparnos de los costes y de la forma de reducirlos.
Estudios realizados por observación del trabajo, nos han demostrado que en una obra de
edificación tradicional los tiempos improductivos son del orden del 50% del tiempo de
presencia, siendo menores cuando la obra lleva actividades industrializadas.
La mayor parte de estos improductivos, lo son por una mala planificación del trabajo o por
la inexistencia de esta.
Según la OIT (Oficina Internacional del Trabajo), los medios directos para aumentar la
productividad pueden resumirse en el siguiente cuadro
Junto con las técnicas del estudio del trabajo, son imprescindibles otras herramientas que,
en su conjunto, producen el incremento de productividad, tales como la organización,
normalización, tecnificación, investigación, análisis del valor, planificación, etc., son
imprescindibles en un programa de productividad.
lo cual solo es posible con la mejor productividad de todos los factores que intervinieron
en su producción.
Cincuenta años más tarde, Taylor, llegó a las mismas conclusiones. En su tiempo, toda la
gestión de la producción estaba encomendada a los capataces que vigilaban el trabajo de
los operarios y primaban este de una manera informal. Taylor, que durante una etapa de su
vida había sufrido las injusticias de este sistema, empezó analizando el trabajo de un
tornero y dividió este en tiempos elementales, con la distinción de los que eran productivos
e improductivos, y de las variables que intervenían en la productividad. Generalmente, las
causas de improductividad eran errores de planificación.
Camino diferente siguió el francés Henry Fayol que, desde su puesto de director de
empresa, aplicó las técnicas de racionalización de los procesos directivos, dando origen a
los principios de dirección que hoy conocemos como los infinitivos de Fayol: prever,
organizar, dirigir, coordinar y controlar.
El cuerpo de doctrina creado por estos y otros científicos, dio lugar a la Organización
Científica del Trabajo.
Por tanto, tenemos por delante un campo de actuación por el que merece la pena realizar
esfuerzos sobre la productividad, con la garantía de éxitos insospechados.
Una de las soluciones para reducir la utilización de la medida del trabajo es el tiempo
improductivo. La O.I.T., define la medida del trabajo como la aplicación de técnicas para
determinar el tiempo que invierte un trabajador calificado al llevar a cabo una tarea
definida, efectuándola según una norma preestablecida.
El objetivo de la medida del trabajo es determinar los tiempos improductivos y sus causas.
Los usos de la medida del trabajo pueden resumirse en:
- Comparar la eficacia de varios métodos.
- Equilibrar el trabajo de los diferentes equipos.
- Tener los datos básicos para la planificación.
- Obtener información para fijar precios y plazos.
- Determinar normas de utilización y rendimientos de maquinaria.
- Determinar sistemas de incentivos.
Existen muchos casos en los que la selección del trabajo a medir no está clara, o en que
queremos comenzar por los cuellos de botella, los cuales hay que determinar primero.
Pueden utilizarse unas técnicas de diagnóstico, para determinar rápidamente los cuellos
de botella, basándose en pocas medidas.
Los aspectos comunes al cronometraje y a las observaciones instantáneas (O.I.), son los
siguientes:
- Unidades de medida.
- Utilización del cronómetro.
- Descomposición en elementos.
- Nivelación y mayorizacíón de tiempos
Aunque el modo de utilizar el cronómetro es diferente para las dos técnicas que vamos a
estudiar, su utilización es precisa en ambas. La manera de utilizar el cronómetro se
explicará al tratar de cada una de las técnicas, limitándonos aquí a hacer una breve
descripción de los cronómetros y a recomendar uno de ellos.
- Para registrar 1/100 de hora por vuelta, con esfera graduada en 1/10.000 de
hora (hºº)
Cuando el trabajo se mide por O.I. es indiferente el uso de uno u otro cronómetro, pero
cuando se mide por cronometraje, debido a razones que se expondrán es preferible el uso
del cronómetro de aguja retrapante.
Para concluir, diremos que existen otros aparatos de medida que solo en casos
especiales y manejados por especialistas serán de utilidad, tales como:
- - El "time-lapse", que consiste en una cámara de video que mantiene una
velocidad constante en el paso de la película registrando un trabajo. Conocido
el número de fotogramas por unidad de tiempo es posible medir la duración del
trabajo por el recuento de fotogramas.
- El "wink-counter", permite leer una cifra en una ventana, siendo esta cifra el
valor de la medida realizada, sin necesidad de apreciar en la aguja. La unidad
de medida es el "wink" que equivale a 5 diezmilésimas de minuto.
- El micronómetro; es un reloj, con medida de tiempo en "wink", que se utiliza
normalmente para que, puesto en el campo de la fotografía, permita identificar
el instante en que ésta ha sido tomada.
60 min/ h
⋅ 2 m 3 / vertido = 40m 3 / h
3 min/ vertido
1º) Errores cometidos por el observador al efectuar las medidas; pequeñas variaciones en
la posición de útiles y herramientas, variaciones de las características de los materiales
empleados (acabado, dureza, humedad, ...), etc. Estos errores pueden acotarse mediante
la teoría de errores. El número de medidas a efectuar para acotar el error entre valores
conocidos se determinará al tratar cada una de las técnicas.
Para evitar estas dispersiones es preciso definir algunos conceptos que permitan
comparar los resultados obtenidos con independencia del operario que lo ejecuta. Es
decir, que se pueda asignar un tiempo definido al trabajo de que se trate. A esta
asignación de un valor único es a lo que se llama nivelación. A este tiempo único se le
conceden unos suplementos por fatiga, necesidades personales, etc., siendo el tiempo
final obtenido para la operación la suma del tiempo nivelado más los suplementos. A esto
se le llama mayoración.
La O.I.T. define la actividad óptima como la actividad que obtienen naturalmente y sin
forzarse los trabajadores calificados, como promedio de la jornada o turno, siempre que
conozcan y respeten el método especificado y que se les haya dado motivo para querer
aplicarse (incentivos).
Existen diversas escalas de medida de la actividad, siendo las más usuales las que se
dan en el cuadro siguiente, entre las cuales una de las extendidas es la Bedaux, que hace
corresponder el cero al reposo absoluto, el 80 a la actividad óptima y el 60 a la actividad
normal.
Diversos estudios efectuados, han puesto de manifiesto que el 50% de los individuos
alcanzan la actividad óptima cuando tienen incentivos, y que el 98% alcanzan la actividad
normal, mientras tan solo un 2% es capaz de alcanzar la actividad 1,25 x óptima.
Cuando se han obtenido los tiempos empleados con diferentes actividades, el resultado
final se expresa en tiempo empleado a actividad normal. El tiempo así expresado es el
tiempo normal de la operación medida. El tiempo óptimo es el empleado con actividad
óptima.
Dado que la medida de la actividad es una apreciación subjetiva es preciso adiestrar a los
cronometradores, para lo cual existen cursos especializados, en dicha apreciación, con el
fin de que las medidas efectuadas por distintos cronometradores sean iguales. En la
práctica se consigue con gran exactitud.
Se llama tiempo tipo al tiempo normal más el necesario para compensar estos tres
factores.
Cuando existe un trabajo realizado por un operario conjuntamente con una máquina, se
pueden distinguir las siguientes clases de tiempos:
Es el empleado por la máquina para realizar un trabajo útil de manera automática y sin
que el operario tenga que intervenir una vez puesta en marcha. Dado que el operario, una
vez fijadas las condiciones de trabajo, no puede actuar sobre este tiempo, se considerará
siempre como tiempo óptimo.
Es el tiempo empleado por el operario mientras la máquina no realiza un trabajo útil. Está
parada, o en marcha, pero sin hacer trabajo. Por ejemplo, el tiempo de preparar la
máquina para el trabajo; en un transporte, el tiempo de carga del camión; el tiempo de
colocación de una pieza en un torno; etc.
Es el tiempo empleado por el operario mientras la máquina está realizando un trabajo útil.
Por ejemplo, mientras una pieza se tornea, aproximar la pieza que se va a tornear a
continuación y retirar la que se ha torneado, comprobando además las medidas; etc.
Vemos que cuando el operario trabaja con una máquina hay un tiempo, el de
funcionamiento de la máquina, en que el operario no puede actuar una vez que se han
fijado las características de funcionamiento.
10.4.9.1.- SATURACIÓN
Es la relación entre la parte manual y el tiempo óptimo del ciclo de trabajo e indica la
ocupación del operario en el ciclo de trabajo.
Es interesante, para facilitar el análisis, anotar el día, la hora inicial y final del
cronometraje y la unidad de tiempo empleada. En el mismo impreso se anotará el valor de
todas las variables de las que dependan los tiempos. Así, será preciso, si se cronometra
una central de hormigón, anotar la dosificación empleada, pues el tiempo de pesaje, de
entrada de agua, etc., dependerá de la dosificación. Igualmente, en la medida de tiempos
de transporte, es preciso anotar la distancia recorrida.
Puede ponerse el cronómetro en marcha con el inicio del primer elemento y no pararlo,
anotando en cada elemento el valor indicado en el cronómetro en el instante final del
elemento medido. El valor de cada elemento se obtendrá por diferencia con el anterior.
Este sistema de medida se llama de lectura continuada.
Con los cronómetros de aguja retrapante se puede realizar una lectura continuada sin
necesidad de leer al vuelo la aguja retrapante, anotando el valor marcado por ella y
volviendo a pulsar para que alcance a la aguja normal, repitiendo la misma operación
sucesivamente para cada elemento. Se han eliminado así los errores de la lectura al
vuelo.
Como desventaja tiene el gran número de restas que hay que hacer para determinar los
tiempos de cada elemento, con lo cual se prolongan las últimas etapas del estudio.
El cronometraje es una técnica de muestreo y, como tal, la exactitud con que los valores
finales reflejen los verdaderos tiempos de los elementos de una operación y su tiempo
total depende, hasta cierto punto, del tamaño de la muestra.
El número de ciclos a medir dependerá del grado de exactitud deseado, el cual dependerá
de la importancia de la tarea estudiada.
c ⋅σ
2
N = +1
e⋅ x
Siendo:
N; nº de medidas a efectuar.
σ =
∑ (x − x )2
1
10.5.3.- ESCRUTINIO
Una vez realizada la toma de datos es preciso llegar a dar un único valor, para lo cual se
pueden seguir dos procedimientos: gráficos o numéricos.
Al reunir las medidas efectuadas del modo expuesto se pueden obtener tres tipos de
curvas:
N1
P= ⋅ 100
N
N2
Q= ⋅ 100
N
P⋅Q
e ≤ c⋅
N
A partir de esta formula podemos fijar una de las variables e ó N. Es decir, fijado el
tamaño de la muestra calculamos el error que tendremos, o bien, fijado el error admisible
obtendremos el tamaño de la muestra.
El estudio de métodos puede definirse como el registro, análisis y examen crítico de los
modos existentes y propuestos de llevar a cabo un trabajo, y el desarrollo y aplicación de
métodos más sencillos y eficaces.
De acuerdo con esta definición, los fines del estudio de métodos son los siguientes:
- Mejorar los procesos y los procedimientos.
- Mejorar la disposición del lugar de trabajo, así como el diseño del equipo e
instalaciones.
- Economizar el esfuerzo humano y reducir la fatiga innecesaria.
- Mejorar la utilización de materiales, máquinas y mano de obra.
- Crear mejores condiciones materiales de trabajo.
Existen varias técnicas de estudio de métodos apropiadas a cada tipo de trabajo, pero, en
todos los casos, el procedimiento es fundamentalmente el mismo.
Estas etapas son esenciales para aplicar con éxito el estudio de métodos y no es posible
omitir ninguna.
Cuando haya que decidir qué trabajo se va a estudiar, deben tenerse en cuenta los
siguientes factores:
- Consideraciones económicas
- Consideraciones técnicas
- Reacciones humanas
Las consideraciones económicas son importantes en todas las etapas del estudio. Al
seleccionar un trabajo debe tenerse en cuenta su importancia, frecuencia y duración, ya
que en algunos casos no merecerá la pena iniciar el estudio, o en otros será conveniente
dejarlos para el final.
Las reacciones humanas son posiblemente el punto de más difícil tratamiento, hasta el
punto de que si el estudio de un determinado trabajo causa malestar o resentimiento es
mejor abandonarlo aunque parezca muy prometedor. Si se estudian con éxito otros
trabajos se producirá un cambio de mentalidad que permitirá reanudar el estudio en el
momento oportuno.
Como regla práctica, es conveniente comenzar por los trabajos más ingratos. Si se
consigue mejorar alguno de ellos, los operarios comprenderán que el estudio de métodos
pretende y consigue mejorar las condiciones de trabajo, con lo que aceptarán de buen
grado los estudios siguientes y será fácil conseguir su colaboración.
Una vez fijado este objetivo el especialista debe atenerse a él y si, durante el desarrollo
del estudio, surgen posibilidades diferentes debe consultar la conveniencia de estudiarlas,
puesto que puede haber condiciones, desconocidas por él, que hagan inútil el estudiar
dichas posibilidades.
Un trabajo se conocerá cuando se pueda dar respuesta a las siguientes preguntas; Qué
trabajo se hace, quién lo hace, como lo hace, donde lo hace, cuando se hace, cuanto se
hace.
Para el registro de la situación actual deben seguirse las siguientes reglas de tipo
práctico:
- Tomar los datos en el tajo.
- Conocer del trabajo solo lo necesario.
- Describir con exactitud anotando todo y no fiándose de la memoria.
- Ser objetivos; desechar las ideas preconcebidas y los juicios críticos que se
hacen sobre el trabajo objeto del estudio, por las personas que lo realizan.
- No despreciar los comentarios sobre el trabajo hechos por las personas que lo
realizan. Luego, ver si existen fundamentos de estos comentarios.
En esta fase del registro de la situación deben anotarse todos los hechos relacionados
con el trabajo objeto del estudio. Solo así se estará en condiciones de poder realizar un
examen completo del método.
La primera forma para registrar los hechos consiste en anotarlos por escrito pero, nos
damos cuenta de que hacer una descripción detallada, donde se reflejen absolutamente
todos los detalles de un proceso, es una labor complicada que requiere muchas páginas,
incluso para procesos sencillos y que, además, resultaría difícil de entender para
cualquier otra persona e incluso para el mismo que lo ha escrito al cabo de poco tiempo.
Para evitar esta dificultad se han ideado técnicas especiales, estandarizadas, de modo
que se puedan reflejar todas las informaciones con precisión, de forma clara y resumida.
Entre estas técnicas, las más corrientes son los gráficos y diagramas, que pueden
clasificarse en 3 tipos:
- Los que sirven para reflejar una serie de acontecimientos en el orden que
ocurren, pero sin reproducirlos a escala.
- Los que, además de registrar los hechos en el orden en que ocurren, tienen
una escala de tiempo para observar mejor la interrelación entre los sucesos.
- Los que indican movimiento.
Aunque existen muchos tipos de gráficos y diagramas, nos limitaremos a exponer los
principales, que son los que normalmente emplearemos en nuestro trabajo:
- Diagramas de registro del proceso.
- Diagramas de registro de manipulación y recorrido de materiales.
- Diagramas de registro del desplazamiento de operarios.
- Diagramas de registro de actividades múltiples o simultáneas.
Antes de examinar estos diagramas cabe indicar que para facilitar las representaciones se
han ideado cinco símbolos, de aceptación prácticamente universal, cuyo uso ahorra
mucha escritura, permitiendo exponer los hechos con claridad. Estos símbolos son:
A continuación habrá que plasmar el proceso. Este se realiza mediante el registro del
proceso, que es la representación gráfica de la sucesión de hechos o fases que se
presentan al aplicar el método de trabajo, clasificándolos mediante símbolos según la
naturaleza de cada cual.
El registro del proceso presenta dos variantes, según el grado de detalle con que se
representan los hechos; diagrama de las operaciones de proceso o diagrama del análisis
del proceso. No vamos a profundizar en la realización de estos dos diagramas.
Al igual que sucede con los procesos, también se puede conocer la trayectoria de los
movimientos de materiales, para lo que se utiliza el diagrama del recorrido. Este consiste
en un plano de la zona de trabajo en el que se señala el recorrido del producto reseñando
las operaciones, transportes, inspecciones, demoras y almacenamientos, utilizando los
símbolos correspondientes. Su fin es la mejora de métodos eliminando, o reduciendo, los
recorridos mediante la adecuada distribución en planta.
El uso combinado del diagrama de análisis del proceso y del recorrido de los materiales
resulta de gran utilidad en talleres y factorías cuando los procesos tienen un número
elevado de operaciones, transportes, etc. En las obras tiene menos importancia por la
razón de que los procesos suelen ser suficientemente sencillos para que no sea necesario
representar gráficamente lo que ocurre.
Vamos a ver qué ocurre con el factor humano. El desplazamiento de operarios en la zona
de trabajo, con o sin materiales, al ser reducido aumentará la productividad. Para registrar
el desplazamiento de los operarios puede emplearse el diagrama de análisis del proceso
que se completa con un croquis, indicando las rutas seguidas por el trabajador.
Una vez registrados todos los hechos hay que examinar cada uno de ellos mediante
preguntas. La sucesión de preguntas que se emplee tiene la misión de determinar el
propósito de las actividades, el lugar donde se hacen, la sucesión de las actividades, la
persona que las realiza y los medios empleados.
Es necesario formular sistemáticamente todas las preguntas cada vez que se emprende
un estudio de métodos, pues son la base del éxito del citado estudio.
Una vez contestadas las preguntas anteriores quedará definido el nuevo método que
debe registrarse en un diagrama, del mismo tipo que el utilizado para registrar la situación
actual, con el fin de facilitar la comparación entre ambos métodos. Se determinarán los
ahorros conseguidos en el número de operaciones, transportes, inspecciones, etc. así
como los gastos necesarios para implantar el nuevo método y, como consecuencia, el
tiempo de amortización resultante.
Una vez obtenido el método perfeccionado es necesario implantarlo. Para ello es preciso
que la dirección lo apruebe por lo que hay que realizar un informe donde se expongan los
En esta fase debe conseguirse la aceptación del nuevo método por los afectados por el
mismo, especialmente por el responsable del trabajo en cuestión. Esto no presenta
dificultades si se ha tenido la precaución de contar con su colaboración a lo largo de todo
el estudio, de forma que lo considere algo suyo. De todos modos, siempre debe
procurarse dicha colaboración ya que, normalmente, es la persona que, por conocer
mejor el trabajo, puede ayudarnos más a mejorarlo.
Por tanto, el control de producción tiene una fase de recogida de datos, otra de
elaboración y comparación de la realidad con la idea primera y una tercera de toma de
acciones correctoras.
De la planificación de la obra deben salir las fechas en que los suministros deben estar en
la obra y del estudio de stocks las cantidades mínimas y las fechas de necesidad de
materiales. Sin entrar en detalles sobre la gestión de aprovechamientos, la gestión de
stocks, como parte importante del resultado económico de la obra, debe actuar sobre los
siguientes puntos:
- Evitar que la obra pueda paralizarse por falta de materiales.
- Evitar el exceso de materiales en obra que daría lugar a un inmovilizado excesivo
y a unos costes financieros innecesarios.
- Punto de pedido; es el nivel de existencias a partir del cual hay que iniciar el
pedido de reposición.
La determinación del lote económico, o cantidad a pedir, viene dada por la minimización
de los costes totales. Por un lado, tendremos los costes de almacenaje, que incluyen las
inversiones necesarias para realizarlo y los intereses del movilizado y, por otro, los costes
de gestión, transporte y recepción.
Un almacén con gran número de artículos obliga a una selección de los de mayor
importancia. Para realizar esta selección, se accede a la clasificación ABC que consiste
en ordenar los artículos en función de su valor y se llevan a una escala de porcentajes. La
forma de esta curva es la de la figura siguiente. En ella pueden establecerse tres zonas:
- Zona A; artículos que representan entre el 70 y el 80% del stock total.
- Zona B; formada por artículos cuyo valor es del orden del 25% del stock total.
- Zona C; formada por artículos cuyo valor es del orden del 5 a 10%.
La gestión realizada sobre los artículos de la zona A es, en la mayoría de los casos,
suficiente para obtener resultados económicos importantes.
- Horas de parada.
Asimismo deben tipificarse las causas de parada de forma que solo sea necesario marcar
alguna casilla.
En un tajo, en el que la maquinaria tenga gran entidad, el parte de tajo debe ser
complementado con los partes de contratistas, pudiendo extraer de ambas partes las
condición sobre rendimientos y productividades.
En general, la aplicación del control de avance es útil cuando dos o más actividades no
deben, o no pueden, realizarse a la vez en el mismo sitio y, principalmente, cuando
existen unas relaciones de precedencia entre actividades cuyo cumplimiento reduce
costes.
Con ello se tiene una unidad de medida, pero no la localización de cada vivienda en el
diagrama. Para ello, se codifica cada vivienda, haciendo coincidir un número con cada
una de ellas; de esta forma, hay una correspondencia biunívoca entre cada vivienda y el
momento de su ejecución.
De orden técnico.
Se incluyen en este tipo los que son originados por las propiedades de los materiales,
como la imposibilidad de pintar sin estar seco el yeso.
De orden económico.
Son las condiciones impuestas con objeto de:
- Evitar roturas de materiales. A título de ejemplo, el saneamiento debe ser uno de
los últimos oficios.
- Facilitar el trabajo de otros equipos.
- Evitar remates.
- Condicionantes de seguridad en el trabajo.
Establecidos los desfases y respetándose los condicionantes de orden, los ritmos de los
equipos deben ser programados como iguales o parecidos, resultando el programa
general un haz de rectas sensiblemente paralelas. Evidentemente, las diferencias de ritmo
de avance entre equipos distintos, o de un mismo equipo en dos fases de la obra, obligan
a establecer unos desfases iniciales mayores que los mínimos establecidos.
La forma y contenido de los impresos será particular y diseñada en cada obra según las
necesidades específicas. Conviene notar que un planteamiento adecuado permitirá, sin
multiplicar los impresos, obtener un control sistemático y sencillo de la actuación de los
subcontratistas, valorándose su capacidad de adaptación a las necesidades de la obra o
al cumplimiento de la calidad exigida.
Los partes de producción realizada deben especificar las razones de un posible retraso,
para proceder a su corrección.
El proyecto que sirve de base para el cálculo del presupuesto de la obra puede, o no,
tener defectos importantes, siendo primordial el cálculo estructural, sin olvidar otras
unidades como instalaciones, cubiertas, movimiento de tierras, etc.
A veces, por las prisas en la entrega de un proyecto, pueden producirse errores que
incidirán en la valoración económica de la obra.
En definitiva, la dirección debe tener los datos de la comprobación de los cálculos para
poder decidir sobre la valoración de estas unidades.
Lo dicho para el cálculo de ciertas partidas de la obra lo es también indicado para las
mediciones de todas las unidades. La valoración de las mediciones de proyecto o de las
mediciones de estudio lo serán en función del tipo de contrato, que vendrá definido en el
pliego.
Con las mediciones de estudio o proyecto se deberá decidir las unidades que serán
subcontratadas y las que no.
En el caso de que sea necesario acudir a subcontratar algunas unidades se deberá pedir
ofertas a distintas subcontratas, a ser posible un mínimo de 3, y considerar como precio
de nuestra oferta el de la subcontrata más barata.
Los materiales a aportar por el contratista serán igualmente valorados a través de petición
de ofertas. Cuando la petición de ofertas no sea posible se tomarán valores históricos de
obras anteriores, efectuando una actualización de los precios si los existentes no fueran
recientes bien con algún índice de referencia de precios o valiéndonos de los datos
proporcionados por revistas del sector. De cualquier forma, el número de unidades
estimadas o extrapoladas, deben ser mínimas frente a las amparadas por ofertas en
orden a la fiabilidad del precio final.
Las unidades a realizar por personal propio, o personal que se contrate para la ejecución
de esta obra, tendrán el componente de mano de obra, por lo cual habrá que estimar el
rendimiento tipo en cada unidad. El rendimiento puede obtenerse, bien de datos históricos
de otras obras en las cuales hayamos realizado estudios del trabajo, mediante la
experiencia personal, o bien recurriendo a los datos de revistas, convenios, etc.
Para calcular el coste de este personal debemos conocer la tarifa horaria de mano de
obra por categorías. Esta tarifa horaria deberá considerar los siguientes factores:
- Cobro en mano.
- Cargas sociales.
- Previsión de vacaciones.
- Dietas.
- Transporte o desplazamientos.
- Días laborables u horas anuales de convenio.
- Inactividad.
- Previsión para despido
Conocido el precio horario, mensual, etc., multiplicaremos este por el plazo de la obra
para conocer el coste de estos recursos.
A partir de los todos los datos anteriores podremos valorar las unidades de obra en los
conceptos de materiales, subcontratos, mano de obra, maquinaria y medios auxiliares.
Con el coste unitario y la medición, obtenemos el coste de ejecución material de la obra.
Una vez definido dicho organigrama de la obra, y conociendo los costes de cada puesto
(que debe incorporar los conceptos definidos para la mano de obra más otros específicos,
como pueden ser pluses de obra, ayuda a comida, plus de transporte, etc.), conoceremos
el coste mensual de gastos generales del personal de obra y, como hemos determinado
anteriormente el plazo, podemos obtener este coste total.
Dentro de los gastos generales de obra hay que considerar también los siguientes:
- Alquiler de oficina.
- Amortización de oficina de obra.
- Alquiler y/o amortización de vestuario y comedor.
- Gastos de teléfonos, agua y energía.
- Material de oficina.
- Alquiler y/o amortización de equipos informáticos
- Viajes.
- Limpieza de locales.
- Compra o amortización de mobiliario.
- Gastos de representación.
Sumados los costes de ejecución material a los gastos generales de obra se obtendrá el
coste directo.
Muchos de los citados apartados, a los efectos de la oferta pueden ser considerados
como proporcionales al coste de ejecución material.
Se puede hacer la distinción entre costes indirectos, que son aquellos que repercuten
directamente sobre el precio de venta y los proporcionales que inciden únicamente sobre
el precio de coste.
Dentro del primer grupo, los indirectos, podemos tener los siguientes:
- Fletes.
- Escalación de precios.
El cálculo del presupuesto final, definidos todos los valores anteriores, es inmediato. Si
por ejemplo el coste directo obtenido es "A" y hemos estimado que, dado el plazo de la
obra, los costes sufrirán un incremento medio del 6% y teniendo en cuenta sólo este
indirecto, el coste final será:
C = A ⋅ 1,06
- De empresa 4 %.
- Seguros 0,5 %.
- Riesgo 2 %.
- Financieros 1,5 %.
- Beneficio 3 %.
La suma de gastos proporcionales sería del 11% y por tanto el precio de venta vendrá
definido por la fórmula:
A ⋅ 1,06
V= = A ⋅ 1,19
(1 − 0,11)
12.2.- ESTIMACIÓN
Una vez adjudicada la obra se deberá realizar sistemáticamente la estimación de la
misma, es decir, la previsión del coste final en función de las circunstancias que van
acaeciendo en la obra.
El segundo indica la estimación de los costes que se producirán para ejecutar lo que
queda de obra, es decir, la estimación remanente.
Los costes ciertos y la estimación remanente nos darán el coste previsto al final de obra.
Cuanto más cerca estemos del final de obra mayor fiabilidad tendrán estos datos, que se
cerrarán con la recepción definitiva, que será cuando se hayan materializado todos los
costes de la obra.
Este aspecto es interesante de considerar ya que una obra puede seguir teniendo costes
aunque haya sido entregada y no quede personal ejecutando la misma, como pueden ser
los gastos financieros por demora de pagos, reparaciones, etc. Estos cambios deberán
ser recogidos como documentos contractuales en los correspondientes proyectos
reformados, liquidación, etc.
Lo primero es definir las unidades del coste directo a controlar. Se puede optar por definir
una unidad que sea estructura o bien desglosar esta en encofrado, ferralla y hormigón.
Nuestra recomendación es la de utilizar un número reducido de unidades a controlar
porque, la mayoría de las veces, el exceso de información hace que esta sea muy difícil
de interpretar y analizar. Por tanto, hay que compaginar la sencillez del plan contable con
la posibilidad de obtener resultados del análisis.
Una vez establecido el plan contable quedarán definidos los centros de coste y la sección
administrativa, así como la codificación de los centros de coste para que las imputaciones
sean correctas y correspondan a cada uno de ellos.
Dentro del citado plan contable se definirán los costes directos, pudiendo diferenciarse
dentro de ellos, en función de su naturaleza los siguientes:
- Materiales.
- Mano de obra.
- Subcontratos.
- Maquinaria y medios auxiliares.
Parece obvio comentar que el resultado de una correcta imputación y, por tanto, del
posterior análisis de los costes, parte de una correcta imputación de los partes de tajo, de
almacén y de maquinaria. Si no imponemos una disciplina en la obra que obligue a que
estos partes sean correctamente imputados de poco servirá todo lo dicho con
anterioridad.
De igual manera hay que tener en consideración el resto de los centros de coste:
- Gastos generales de obra.
- Gastos indirectos.
- Gastos proporcionales.
En las estimaciones tenemos unas unidades a ejecutar y un coste estimado. Este precio
unitario por la medición en el mes y a origen nos da los costes estimados y, por
comparación directa con los costes en el mes y a origen, obtendremos la desviación en
valor absoluto y/o porcentual.
3.- Defina “actividad” de un proyecto programado con el método Pert e indique los tipos
de actividades en función de su consumo, o no, de tiempo y medios de producción,
poniendo un ejemplo de cada uno de los tipos.
5.- Calcule los márgenes total, libre e independiente, con los datos indicados:
Nudo origen; Te = 47 Tl = 49
Nudo final; Te = 69 Tl = 70
Duración de la actividad; 20
6.- Indique las dos leyes básicas del Método del Camino Crítico.
7.- Represente, según el método Roy, una relación principio – principio, con desfase n = 3
e indique un ejemplo real de esta relación.
8.- Una máquina cuesta 123.600,00 unidades monetarias y se espera que tenga una vida
útil de 18 años. Calcule la cantidad mensual a amortizar usando el método lineal de
amortización.
9.- ¿Cuál será la capacidad mínima de la cuchara de una pala cargadora si el rendimiento
requerido es de 55 m3/h, con los siguientes datos:
Coeficiente de eficacia, E = 0,65
Factor de llenado, K = 0,77
Tiempo del ciclo, T = 1 min.
10.- Enumere las cinco características generales a tener en cuenta para la elección de
una grúa.
11.- Indique de manera ordenada las distintas fases necesarias para la correcta redacción
de un presupuesto de oferta.
BIBLIOGRAFÍA
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Cómo mejorar los métodos de trabajo. Edit: Deusto. (Bilbao 1989). Pérez Gutiérrez.
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