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La violencia en Colombia

Realizado por: Manuela Galvis Rodas


Tecnología Industrial, UTP

Colombia en su historia tiene un gran recorrido marcado por injusticias,


violencia y sobretodo desigualdades económicas y sociales, las cuales
representan las clases sociales. Desde siglos pasados hasta el día de hoy se
desconoce el poder de la voz del pueblo, la cual es tan fuerte y poderosa que
puede llegar a impedir la violentación de nuestros derechos sin necesidad de
derramar una gota de sangre.
Los intereses económicos han sido quienes han ganado en todos los intentos
revolucionarios de nuestro país. Colombia se diferencia de otros países del
continente por tener dos partidos, conservador y liberal antes de formar un
estado.
El bipartidismo desencadeno una guerra entre los liberales y conservadores,
provocando varias guerras entre ellas la mas importante que fue la guerra de
los mil días en la cual gano el partido conservador.

Al igual que muchas de las naciones consideradas como las más violentas
del planeta, desde finales del siglo pasado Colombia ha sido objeto de todo
tipo de intervenciones, propiciadas directa o indirectamente por países que
se autoproclaman “las democracias más avanzadas”. Si bien es cierto que
esas intervenciones difieren de país en país en cuanto a radicalidad, también
lo es que, independientemente de la modalidad de la intervención, todas las
guerras internas, junto con sus formas políticas particulares de contención,
son percibidas como manifestaciones de una “barbarie” que el “civilizado”
Occidente pretende extirpar de la faz de la tierra.

A mi juicio, más importante que la herencia de la Guerra Fría, el legado de


las dos guerras mundiales y la nueva organización geopolítica del planeta
que de ellas floreció, fue la imposición de una única manera de experimentar
y de conocer la política y la economía. Nunca como hoy había logrado
instalarse globalmente una sola dirección económica, política, social y militar,
lo que es paradójico si se considera el festín de diversidad que el mundo dice
celebrar. El conflicto interno colombiano, junto con otros conflictos de larga
duración que perduran, parecen burlarse de las explicaciones generales de
las ciencias sociales sobre la guerra y sobre la paz. ¿A qué obedece esta
dificultad para explicarlos? La respuesta tradicional ha sido que tales teorías
realmente se ocupan de lo “universal” y, por consiguiente, construyen sus
objetos de estudio con base en lo similar; las particularidades que no pueden
asemejarse a esas universalizaciones demandan desarrollos específicos.

Colombia aun se baña en actos de violencia a veces cristalizados en eventos


internos de “menor” envergadura como la guerra de pandillas, la delincuencia
por necesidad, las diferencias de clases sociales humanas expresadas en
actitudes de personalidad, las estrategias invisibles o las nuevas
metodologías usadas por muchos sujetos herederos del fenómeno
mafiosismo que actualmente perdura a bajo perfil y desde tiempo á usando
diferentes técnicas de corrupción y violencia reflejadas muchas veces por los
gerentes de corbata.

Sin incursionar a fondo en los nuevos protocolos paranoicos anti-terrorismo


importados por los gobiernos de turno. Hoy en día frente a un siglo XXI a
veces lleno de alucinaciones económicas y paranoias de guerras
inconclusas, crece una generación nueva y también desencantada dentro de
una sociedad colombiana que aun refleja dentro de su carrera por la
identidad, miedos, temores y terrores en los corazones de los habitantes
metropolitanos, reflejada en la mediocridad mínima del arte plástico. Esta
generación esta más entendida del significado de la palabra RESPETO y de
lo que significa la TOLERANCIA. Porque saben que por falta de estos
ingredientes, es que se ha llegado al estado de violencia tan profundo que
tiene el ser humano del siglo XXI.

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