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Rebeliones Alimentarias
Rebeliones Alimentarias
En este libro muy oportuno, dos de los críticos más prominentes del sistema mundial
de alimentación, Eric Holt-Giménez y Raj Patel, analizan detalladamente las causas
del hambre y de la crisis del precio de los alimentos. Las ubican en el contexto de la
política económica de la industria capitalista, de la producción dominada por las
corporaciones y dirigida por la ambición de ganancias de unos pocos en lugar de la
búsqueda del bienestar de las mayorías. La imagen que surge es la de una política
económica de producción que está fracasando en términos de alimentar a la
población mundial y que está contribuyendo a expandir las inequidades que
provocan el hambre.
Los sistemas agrícolas de pequeña escala distribuidos a lo largo de África son muy
valiosos social y ecológicamente. Como lo demuestra ¡Rebeliones Alimentarias!
Sembrando árboles autóctonos y usando métodos agrícolas ancestrales se mejora
la conservación del ambiente y se preserva la biodiversidad local. En tiempos de
crisis económica, la agricultura sustentable y el empoderamiento económico que
puede generar serán elementos clave para la superviviencia de muchas familias de
África encabezadas por mujeres.
Shalmali Guttal, socia de Focus on the Global South (Enfoque en el Sur Global),
Bangkok, Tailandia.
Los poderosos y potentes defensores del libre comercio defienden los intereses de
las corporaciones multinacionales cuando tratan de asfixiar las políticas económicas
que otorgan poder a las y los campesinos, a las familias campesinas y a las y los
trabajadores agrícolas para que produzcan alimentos sanos y protejan a la Madre
Tierra. En lugar de continuar en el mismo camino que ha llevado a la catástrofe
económica, ambiental y social actual, el libro ¡Rebeliones Alimentarias! nos insta a
rebelarnos, a unir nuestras voces y a hacer de la agricultura sostenible la base de
nuestro esfuerzo conjunto para recuperarnos.
George Naylor, ex presidente de la Coalición Nacional de Familias Campesinas de
EEUU.
La Crisis y el Hambre
por la Justicia
FOODFIRST
B O O K S
Libro de Food First
Contenido
6 Resumiendo la Crisis 79
10 Epílogo 178
Agradecimientos 213
Acrónimos 214
Glosario 220
Referencias 231
Cuadros
el 12% del aumento del gasto en el sector de salud en Estados Unidos (Thorpe et al.
2004). Este patrón también está apareciendo en Europa y en las economías
emergentes del Sur.
Después de aplicar durante décadas políticas diseñadas para reemplazar a los
agricultores pequeños y medianos con agroindustrias, su fuga del mundo rural es
masiva. En Estados Unidos, hay más gente en la cárcel que trabajando la tierra.
Además, varios centros grandes de detención con fines de lucro encarcelan a miles
de inmigrantes indocumentados—muchos de los cuales dejaron comunidades
agrícolas económicamente devastadas de México y Centroamérica en busca de
trabajo. Como resultado de la reciente inflación en los precios de los alimentos,
muchos países productores prohibieron la exportación de granos básicos. Esta
reacción no sorprende ante un mercado global poco fiable, pero es desastrosa para
los países importadores, pues han perdido la capacidad de producir su propia
comida. El sistema industrial de alimentos se ha convertido en la perdición de los
pobres y en la fuente de riqueza de las corporaciones multinacionales. Este sistema
agroindustrial produce una riqueza de más de $6 trillones al año, trágicamente, al
mismo tiempo, también es uno de los principales generadores de la pobreza y de la
destrucción ambiental en el mundo.
La crisis financiera mundial que siguió a la crisis alimentaria, es como su
hermana gemela, pero ésta no es silenciosa. Ambas son hijas de la expansión no
regulada del capital internacional. La crisis financiera profundiza la crisis alimentaria
al restringir el crédito para la producción y al consolidar aún más el poder en las
manos de aquellas pocas corporaciones, que son suficientemente influyentes como
para obtener pagos económicos por sus inversiones desastrosas, pagos hechos con
dinero público producto de impuestos. Las dos crisis, hermanas gemelas, están
reestructurando nuestros sistemas alimentario y financiero. Además, están
provocando la firma de una serie de acuerdos entre gobiernos y entes financieros,
aún mientras los campesinos y los consumidores sufren por la volatilidad del
mercado y la falta de crédito.
Este libro es un recurso analítico para todos aquellos interesados en entender la
crisis alimentaria. También es un manual informativo para quienes desean hacer
algo al respecto. En la primera parte, hacemos un análisis sucinto y claro tanto de
las causas próximas como de las causas originarias de la crisis alimentaria.
Presentamos ejemplos específicos de cómo la gente de los países del Sur y las
comunidades pobres de los países del Norte industrial perdieron el control de sus
sistemas alimentarios y cómo este proceso produjo la vulnerabilidad sistémica que
subyace a la crisis actual. En la segunda parte, analizamos y criticamos las
soluciones propuestas por las principales instituciones financieras, de cooperación y
de desarrollo. Además analizamos las suposiciones no examinadas y revelamos las
agendas encubiertas que están detrás de las iniciativas que proponen las
instituciones mundiales. Seguimos con ejemplos de la “lucha por espacios y
lugares” entre estos proyectos y los varios esfuerzos de base que proponen una
producción y distribución alimentaria equitativa, agroecológica y controlada a nivel
local. La conclusión de ¡Rebeliones Alimentarias! detalla pasos, políticas y acciones
concretas para resolver la crisis alimentaria y para poner al sistema alimentario
mundial en el camino hacia la soberanía alimentaria.
PRIMERA PARTE
LA VERDADERA HISTORIA
DETRÁS DE LA CRISIS
ALIMENTARIA MUNDIAL
2
El hambre, las cosechas y las ganancias: Los récords trágicos de la
crisis alimentaria mundial
En el año 2008 vimos los niveles de hambre más altos de la historia mundial
en la población pobre, al mismo tiempo que vimos una cantidad de cosechas
y ganancias récord para las corporaciones agroalimentarias más grandes. La
contradicción de que haya cada vez más hambre en un contexto de riqueza y
abundancia desató una serie de protestas alimentarias alrededor del mundo.
Las protestas se dispararon por el incremento dramático en el precio de los
alimentos. Según un reporte del Banco Mundial de junio del 2008, el precio
de los alimentos subió 83% en tres años. Por su parte, la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, siglas en
inglés) aseguró que el índice para los precios de alimentos mundial subió
45% en nueve meses (Wiggins and Levy 2008). Un índice similar que
maneja The Economist's llegó a su punto más alto desde su creación como
índice de precio de alimentación (USDA 2008a). En marzo del 2008, el precio
promedio del trigo a nivel mundial estaba 130% más arriba que el año
anterior; el de la soya 87%, el del arroz 74%, y el del maíz 31% (BBC 2008).
El Departamento de Agricultura de EUA (USDA, siglas en inglés) pronostica
que por lo menos 90% del alza en el precio de los granos persistirá durante la
próxima década (USDA 2008a).
Los más afectados por el alza en el precio de los alimentos fueron y son
los pobres, especialmente las mujeres, quienes gastan entre 70 y 80% de su
ingreso en comida. Por lo tanto, no sorprende que gente de México,
Marruecos, Mauritania, Senegal, Indonesia, Burkina Faso, Camerún, Yemen,
Egipto, Haití y además de otros 20 países, hayan salido a las calles a
protestar. Durante las protestas, mataron a muchas personas y cientos de
ellas fueron heridas o detenidas. En Haití, el país más pobre del hemisferio
occidental, los precios de la comida subieron entre 50 y 100%, lo que llevó a
los más pobres a comer galletas hechas de lodo y aceite vegetal. Los
manifestantes forzaron al Primer Ministro haitiano a retirarse de su cargo.
Las protestas callejeras continuaron en Haití, al mismo tiempo que una serie
de huracanes devastaron la isla y dificultaron aún más el acceso a los
alimentos.
El Banco Mundial advirtió que sin inyecciones masivas e inmediatas de
ayuda alimentaria, 100 millones de personas de los países del Sur se
incorporarían al rango de los hambrientos (World Bank 2008a). Las protestas
que surgieron no fueron meras protestas de masas hambrientas
enloquecidas. Más bien, fueron manifestaciones organizadas en contra de los
altos precios de los alimentos en países que antes tenían excedentes de
comida, y en donde el gobierno y la industria no responden a las necesidades
y demandas de la población. Dolorosamente proféticas, las protestas
señalaron el comienzo de la crisis financiera y la recesión económica que
vive hoy la economía mundial.
EL HAMBRE, LAS COSECHAS Y LAS GANANCIAS 6
que los precios no van a regresar a los valores que tenían antes del 2007. ¿Y
qué tal si bajaran? Aún así, casi mil millones de personas no tendrían
seguridad alimentaria. La recesión económica mundial disminuirá el ingreso
real de millones de personas, si no es que de miles de millones, lo que
probablemente hará irrelevante la baja en el precio del petróleo y de los
granos. La falta de regulación de la oferta de productos y de los mercados,
así como la falta de crédito, continuarán provocando una volatilidad crónica
en los precios de los alimentos. Los mercados caracterizados por “booms”
(prosperidad repentina) y quiebras no hacen nada para estabilizar la
producción de alimentos ni para asegurar la soberanía alimentaria. Si
solamente nos enfocamos en los precios de los alimentos y del petróleo,
estamos muy lejos de resolver la crisis alimentaria.
¿Por qué? Porque las sequías, las reservas raquíticas, los agro-
combustibles, los precios del petróleo y la especulación son tan sólo las
causas próximas de la crisis alimentaria. Estas por sí solas no explican por
qué, en un mundo en donde abundan los alimentos, en el 2010 tres mil
millones de personas no tendrán seguridad alimentaria. La crisis alimentaria
tiene un rostro especialmente femenino: siete de cada diez de las personas
con hambre son mujeres y niñas. De hecho, dos de cada tres mujeres en el
mundo podrían estar en riesgo de sufrir hambre. Para entender cómo
llegamos a esta situación tenemos que abordar las raíces de la crisis
alimentaria. En este libro explicaremos tanto las causas próximas como las
causas originarias de la crisis.
El precio del petróleo, el cual fluctúa entre $60 y $140 el barril, presiona el
precio de los alimentos de manera intermitente pero tendiendo al alza.
Cuando el precio del petróleo está alto, suben los costos de producción y de
distribución de comida, lo cual sube el precio de los alimentos. Cuando el
precio del petróleo está bajo, en vez de que baje el precio de los alimentos,
los ahorros se convierten en ganancias para los comerciantes de granos y los
minoristas. El resultado es que los precios de los alimentos tienden a
mantenerse estables, no a bajar. La comida industrial moderna requiere
muchas más calorías de combustible fósil (derivado del petróleo) para ser
producida que las calorías que la gente consume. Esta energía se necesita
no solamente para transportar los alimentos largas distancias (en promedio,
entre 1,200 y 1,800 millas), sino que también para manufacturar fertilizantes
químicos, pesticidas y maquinaria. El índice de precios para fertilizantes
nitrogenados del USDA era 118 en el 2000, pero llegó a 204 en el 2006
(Wiggins and Levy 2008). EL USDA pronostica que en la próxima década
EL HAMBRE, LAS COSECHAS Y LAS GANANCIAS 9
costará 15% más producir una tonelada de cereales (USDA 2008b). Los
costos de producción continuarán subiendo.
Los medios de comunicación de los países del Norte han acusado a China e
India de subir el precio de los cereales gracias a un mayor consumo—por
parte de las clases medias de esos países—de carne de animales
alimentados con granos. Según esta perspectiva, el progreso económico de
los países en vías de desarrollo ejerce presión en la oferta mundial de
alimentos. La verdad es que tanto China como India son prácticamente
autosuficientes en cuanto a los granos y la carne que consumen. Algunos
analistas insisten que ninguno de los dos países se convertirá en un gran
importador de granos o de carne (Thompson 2007). (De hecho, aunque es
menos significante en cantidades absolutas, el consumo de granos per cápita
en EUA está creciendo dos veces más rápido que el de India.) 1
El impacto de las dietas de carne en el sistema alimentario mundial tiene
que ver tanto con cómo se produce la carne como quién se beneficia
económicamente de su producción. Es cierto que el consumo de carne y de
productos lácteos subió un promedio de 5% anualmente en China y otros
países asiáticos en las últimas dos décadas – cinco veces más rápido que en
los países desarrollados. La llamada “transición nutricional” ha significado
que un número mayor de personas en los países en vías de desarrollo
aspiran tener las dietas no sostenibles de EUA y Europa Occidental, en
donde la gente come tres veces más carne que la gente de países en vías de
desarrollo. 2
Sin embargo, la producción de carne en los países del Sur ha crecido
igualmente rápido. Los países en desarrollo hoy producen más de la mitad de
la carne a nivel mundial. El incremento en el consumo de carne se debe
particularmente a la expansión de instalaciones industriales para el engorde
de ganado, las cuales producen 40% de toda la carne con un costo social y
ambiental enorme (Delgado et al. 1999; Nierenberg 2004). Según Henning
Steinfeld, el oficial superior de la División de Producción y Sanidad Animal de
la FAO, el crecimiento explosivo de instalaciones para el engorde de ganado
se debe a que las políticas públicas, los subsidios y las economías de escala
favorecen la producción de ganado a gran escala (Steinfeld et al. 2006).
Clima desfavorable
Agro-combustibles
Especulación
Las ganancias y la concentración del poder comercial en los países del Norte
industrial reflejan la dependencia a las importaciones, el déficit alimentario y
la pérdida de control de los sistemas alimentarios en los países del Sur. 3
Hace cincuenta años, los países en vías de desarrollo tenían excedentes
agrícolas anuales de US $1 mil millones. Actualmente, después de décadas
de desarrollo y de la expansión internacional del complejo agroindustrial, el
déficit alimentario de los países del Sur llegó a $11 mil millones al año (FAO
2004). El gasto en importaciones de cereales de los Países de Bajos
Ingresos y con Déficit de Alimentos llegó a más de $38 mil millones en
2007/2008 (De Schutter 2008). La FAO calcula que llegará a $50 mil millones
en el 2030.
La intensificación de la dependencia alimentaria y del hambre en los
países del Sur no son consecuencias de la sobrepoblación, de una
conspiración, ni de la “mano invisible” del mercado. Como veremos, son el
resultado de la destrucción sistemática de los sistemas alimentarios del Sur a
través de una serie de proyectos de desarrollo económico impuestos por
instituciones del Norte.
1
La FAO estima que mientras el consumo de cereales en India subirá 2.17% este año a
197.3 millones de toneladas, en EUA el consumo de cereales aumentará cinco veces más
(11.8%), de 277.6 millones de toneladas a 310.4 millones de toneladas, provocando un
récord mundial de casi 15% (Financial Express 2008). Con respecto al ganado alimentado
con granos, China usa el 17% de sus granos para alimentar animales, mientras que EUA
usa un 70% de sus granos para la alimentación de animales (Delgado et al. 1999).
2
El consumo de carne per capita en India y China en 1993 era de 4 y 33 Kg./año
respectivamente. En EUA era 118 Kg./año—comparado con 76 Kg./año en el mundo
desarrollado y 11 Kg./año en el mundo en vías de desarrollo. El índice de consumo de
carne, sin embargo, era mayor en los países del Sur, pues se duplicó en diez años,
mientras que en el Norte creció menos. La producción de carne per capita se duplicó en
China, aumentó 25% en India y aumentó más de 30% en el mundo en desarrollo en
conjunto. El aumento de la producción de carne en el mundo en desarrollo fue sólo de
1.1%. El ganado alimentado con granos aumentó 4% al año en los países en desarrollo y
solo 0.7% en los países desarrollados (Delgado et al. 1999).
EL HAMBRE, LAS COSECHAS Y LAS GANANCIAS 15
3
Según la FAO, “se prevé que el costo mundial de alimentos importados en el 2008 será
$1,035 mil millones—26% más que el punto más alto del 2007. Esta cifra todavía es
provisional porque los pronósticos de la FAO dependen de los cambios en los precios
internacionales y los precios de transporte, aún inciertos. Los países más vulnerables
serán los más afectados por los precios de importación de alimentos, los gastos totales de
los países menos desarrollados y de bajos ingresos dependientes de alimentos aumentará
entre 37 y 40% del 2007, después de haber subido 30 y 37% respectivamente en el 2007.
El aumento sostenido en los gastos de alimentos importados para ambos grupos de países
vulnerables es preocupante porque para el final del 2008, su canasta anual de alimentos
importados podría costar cuatro veces más que en el 2000. Este es un fuerte contraste al
patrón prevaleciente en los países desarrollados, donde los gastos anuales de
importaciones han aumentado bastante menos” (FAO 2008d).
EL HAMBRE, LAS COSECHAS Y LAS GANANCIAS 16
Cuadro 1
Cuadro 2
Las Políticas Públicas versus la Práctica: los CAFOs del Banco Mundial
Varias publicaciones del Banco Mundial señalan los dañinos efectos que las
operaciones para el engorde de ganado en espacios reducidos (CAFOs, siglas en
inglés) provocan en los animales, las personas y el ambiente. Hasta la Corporación
Internacional de Finanzas (IFC), la institución de préstamos del sector privado del
Banco Mundial, publicó una nota afirmando que “el bienestar de los animales es
importante para los humanos (y para los animales) por razones de seguridad
alimentaria y nutrición. Un mejor manejo y cuidado del ganado podría… resolver
deficiencias nutricionales y la escasez de alimentos, así como asegurar la seguridad
alimentaria” (IFC 2006). Además, un libro escrito para el Banco Mundial llamado Las
Implicaciones de la Cría de Ganado en la Pobreza Rural, el Ambiente y la Seguridad
Alimentaria Mundial, ofrece una perspectiva crítica de la producción industrial actual
de ganado vacuno, porcino y aviar. Según el documento, “se necesitará de un gran
cambio para que la comunidad ganadera internacional haga de la gente el aspecto
principal de la cría de ganado. Hay que considerar más las múltiples funciones del
ganado y convertir a gente pobre que no tiene ganado en posibles beneficiarios de
la cría de ganado, en vez de sólo enfocarse en aumentar la producción de leche y
carne para consumidores urbanos” (de Haan 1999).
Sin embargo, los proyectos de ganado financiados por el Banco Mundial y por
otros bancos (e.g., el Banco Asiático de Desarrollo ADB y el Banco Interamericano
de Desarrollo BID) contradicen totalmente las políticas antes recomendadas.
Muchos casos, pasados y presentes, demuestran que las corporaciones
transnacionales violan flagrantemente sus propias y declaradas prácticas
mejoradas. Camerún, China, Croacia, México, Rusia, Turquía y Uruguay tienen
proyectos del Banco Mundial para desarrollar CAFOs. Una de las violaciones es el
caso en el que a China se le dio un préstamo de $93.45 millones en 1999 para
financiar el “Proyecto de Cría de Ganado para Pequeños Propietarios” durante seis
años. Según el Banco Mundial, “el proyecto ha acelerado la industrialización de la
producción de ganado y ha integrado eficazmente las unidades dispersas de cría
(cebaderos y casas en las que se engorda/cría ganado) con el mercado y la cadena
industrial a gran escala…ha sido creada” (World Bank 2006). El proyecto
efectivamente superó su meta de construir 130 instalaciones para el engorde de
ganado al construir 144. Otros ejemplos similares con carne de res, cerdo y pollo
incluyen:
EL HAMBRE, LAS COSECHAS Y LAS GANANCIAS 18
Nombre del $
Donante País Año Producto
proyecto* millones
Banco Forraje,
Proyecto de Forraje China 1996 150
Mundial cerdo, pollo
Mironovsky Khleboprodukt
IFC, BM Ucrania 2003 110 pollo
CJSC I y II
Procesadora Nacional de
Alimentos C.A. - IFC, BM Ecuador 2004, 2008 50 pollo
PRONACA I y II
Support New Livestock
IADB Uruguay 2005 15.8 carne de res
Products in Uruguay
carne res,
Proyecto Agrokor I y II IFC, BM Croacia 2006,2008 112
pollo
*Todos los proyectos se pueden encontrar en las páginas de Internet del Banco
Mundial, IFC, IDB, y ADB. Estos casos representan sólo una parte de los proyectos
que violan las políticas recomendadas y reconocidas por el Banco Mundial para
evitar efectos negativos en la producción industrial de ganado. Es enorme la
distancia entre lo que el Banco Mundial dice y los proyectos que financia.
Cuadro 3
Collins, B. 2008. Hot commodities, stuffed markets, and empty bellies. Dollars &
Sense 9:70.
Masters, M. W., y A.K. White. 2008. Accidental Hunt Brothers Special Report.
EL HAMBRE, LAS COSECHAS Y LAS GANANCIAS 21
Cuadro 4
• Smithfield, Tyson, Swift & Co. y Cargill empacan 66% de la carne de cerdo en
EUA (Hendrickson 2007).
• Tres compañías—ADM, Bunge y Cargill—controlan 71% del procesamiento
de semillas de soya (Hendrickson 2007).
• Tres compañías controlan casi el 90% del comercio internacional de granos
(ADM, Bunge y Cargill). i
• ADM, U.S. Biofuels, VeraSun Energy y Hawkeye Renewables producen 31%
de todo el etanol (Hendrickson 2007).
• Dos empresas, DuPont y Monstanto, controlan casi 60% del mercado de
semillas de maíz en EUA (Hendrickson 2007).
• Monsanto y DuPont controlan 65% del mercado de semillas de maíz y 44%
del mercado de soya (Action Aid International 2005).
• Una mirada rápida a esta lista nos dice quiénes son los titanes del complejo
agroindustrial: Bunge, ADM, Monsanto, DuPont, Cargill, Walmart y otros
pocos. No es coincidencia que las grandes empresas de la industria
alimentaria han tenido ganancias altísimas (De La Torre Ugarte 2008). Que
unas pocas corporaciones poderosas controlen el sistema alimentario global
es extremadamente peligroso. El dogma del libre mercado dice que la
competencia en el mercado nos lleva a la eficiencia generalizada y por lo
tanto a que, haya precios bajos para los consumidores. En realidad, lo que
los números nos indican es que la creciente concentración del mercado
alimentario, el monopolio, ha producido una volatilidad extrema. Como no
queremos que el sistema alimentario mundial termine como el sistema
financiero, estos monopolios se tienen que desmantelar.
EL HAMBRE, LAS COSECHAS Y LAS GANANCIAS 22
i Discurso del Dr. Bill Heffernan en la junta de AAI de investigadores de la agroindustria, Paris. Enero
15, 2005. Citado en O'Driscoll 2005.
Action Aid International. 2005. 'Power Hungry: Six reasons to regulate global food
corporations'; Johannesburgo. Enero 2005. p13;
www.actionaid.org.uk/_content/documents/power_hungry.pdf (consultado el 9 de
abril, 2009)
De La Torre Ugarte, Daniel G., y Sophia Murphy. 2008. The global food crisis:
Creating an opportunity for fairer and more sustainable food and agriculture
systems worldwide. In Eco-Fair Trade Dialogue. No. 11. Heinrich Boell Foundation
y MISEREOR. http://www.ecofair-
trade.org/pics/de/EcoFair_Trade_Paper_No11_Ugarte__Murphy_1.pdf (consultado
el 9 de abril, 2009)
Hendrickson, Mary y William Heffernan. 2007. Concentration of Agricultural Markets.
National Farmers' Union. www.nfu.org/wp-content/2007-heffernanreport.pdf
(consultado el 9 de abril, 2009)
O'Driscoll, Peter. 2005. Part of the Problem: Trade, Transnational Corporations and
Hunger. En Center Focus. Washington DC: Center of Concern.
3
Las causas originarias: Cómo el complejo agroindustrial
se devoró a los países del Sur
La destrucción de los sistemas alimentarios de los países del Sur ocurrió de
diversas formas a lo largo del tiempo, con cortes y arranques, a través de distintas
geografías y sectores sociales. Hubo momentos de abrumante productividad en
partes de Asia y América, mientras decaía en otras partes de los mismos
continentes (incluso dentro de las mismas regiones), seguido por largos periodos de
estancamiento. El desarrollo de las agroindustrias estuvo acompañado por el
empobrecimiento de muchas comunidades campesinas. El declive de la importancia
de materias primas de “postre” (plátanos, azúcar, cacao, café) estuvo acompañado
con un aumento en las exportaciones de productos no tradicionales (flores, verduras
de invierno). La expansión de la frontera agrícola significó la destrucción de
bosques, praderas y pantanos. La existencia de comida abundante y barata estuvo
acompañada de hambre, de enfermedades relacionadas a la alimentación y de una
epidemia de obesidad. En el proceso, las formas industriales de producción,
procesamiento y distribución fueron desplazando a los sistemas alimentarios
locales, nacionales y regionales.
El sistema alimentario mundial surgió al mismo tiempo que surgió el complejo
agroindustrial que lo controla y se beneficia de él. Su historia es complicada y a
veces violenta; entrelaza las vidas, las dietas, el ambiente y las economías de los
productores y los consumidores del Norte industrial con aquellos del Sur—
frecuentemente afectando negativamente a los dos. El sistema no fue producto del
azar ni de alguna progresión “natural” de hechos. Hay cuatro elementos de la
historia que nos ayudarán a comprender cómo surgió el sistema alimentario
mundial, cómo el complejo agroindustrial lo llegó a dominar y por qué ambos le
están fallando a la humanidad y al planeta:
Las reglas de los tratados de libre comercio (TLCs) y de la Organización Mundial del
Comercio cementaron las políticas de los PAEs en tratados internacionales que
invalidaron las leyes laborales y ambientales nacionales, lo cual dificultó que cada
país pudiera proteger de manera legal sus sistemas alimentarios ante el dominio
extranjero. A pesar de que estas políticas se vendieron bajo la bandera del “libre
comercio”—según las reglas de la OMC— EUA y la Unión Europea sí pueden
subsidiar sus agroindustrias, mientras que a los demás países se les prohíbe.
Las historias entrecruzadas del desarrollo, de la Revolución Verde, de los
subsidios en el Norte, del ajuste estructural y de los tratados de libre comercio,
constituyen una saga agraria de proporciones mundiales y ayudan a explicar por
qué la pobreza y la sobreproducción—no la escasez y la sobrepoblación—son las
causas originarias del hambre en el planeta. La historia trágica de la crisis
alimentaria global comienza con la introducción del “desarrollo”: el proyecto del
Norte para la modernización de los países del Sur.
nuevo para los países del Sur que ayudara a mantener al comunismo alejado. La
Revolución Verde era perfecta para la ocasión.
Desde los 1960s, la Revolución Verde fue dirigida por el científico Norman
Borlaug (quien recibió el Premio Nóbel de la Paz por su trabajo) e inicialmente
financiada por las Fundaciones Rockefeller y Ford. Fue apoyada por los gobiernos
occidentales a través de una campaña bien financiada que creó un sistema masivo
internacional de investigación y de extensión. Algunos científicos del Centro
Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en México y del Instituto
Internacional de Investigación del Arroz (IRRI, siglas en inglés) en las Filipinas
desarrollaron variedades híbridas de alto rendimiento de granos (HYV, siglas en
inglés). Estos híbridos después fueron adaptados a condiciones locales en centros
nacionales de investigación agrícola y fueron diseminados a través de programas
nacionales de extensión agrícola. Los bancos rurales ofrecieron crédito con
financiamiento gubernamental. Las cosechas de HYVs dependían de “paquetes” de
crédito, fertilizantes e irrigación adecuada. Además, favorecían el uso de maquinaria
agrícola moderna. En México, Asia e India, la Revolución Verde aumentó la
productividad agrícola en las grandes y medianas granjas mecanizadas que
contaban con acceso a la extensión agrícola, la irrigación y al crédito necesario para
comprar los paquetes tecnológicos.
El aumento en la productividad fue dramático. Entre 1970 y 1990—las dos
décadas principales de la expansión de la Revolución Verde—la comida disponible
por persona a nivel mundial subió 11%, mientras que el número estimado de gente
hambrienta bajó de 942 millones a 786 millones, una disminución de 16%. Sin
embargo, en América del Sur, en donde la oferta de alimentos per cápita subió casi
8%, la cantidad de gente con hambre subió 19%. En el Sur de Asia la comida per
cápita subió 9% para 1990, aunque entonces también había 9% más personas con
hambre. Si eliminamos a China de la ecuación—en donde el número de gente
hambrienta bajó de 406 millones a 189 millones—el número de gente con hambre
en el resto del mundo subió más de 11%—el 536 a 597 millones (Lappé et al. 1986).
Cuando la Revolución Verde se estancó en los 1990s, el aumento en la
productividad de los cereales se había reducido a la mitad y el número de gente con
hambre había subido a 800 millones (Banco Mundial 2003).
El problema principal era que la gente pobre no podía comprar la comida
producida y por lo tanto pasaba hambre, a pesar de que hubiera excedentes. Los
millones de campesinos forzados a dejar sus tierras para que se crearan empresas
productoras más grandes y eficientes, se sumaron a la fila de los hambrientos.
Los daños ambientales y sociales de la Revolución Verde fueron ampliamente
documentados. Estos incluyen: mayor desigualdad en ingresos rurales, la
concentración de la tierra y de los recursos (Frankel 1973; Hewitt de Alcántara 1976;
Rosegrant y Pingali 1994), el aumento en el número de plagas, la pérdida de agro—
biodiversidad, un número masivo de trabajadores agrícolas intoxicados, salinización,
acuíferos contaminados y agotados, y la erosión de suelos tropicales frágiles. (Altieri
2000; Gliessman 1998; Pearse 1980; Pimentel y Pimentel 1990; Shiva 1991; Singh
2000; The Ecologist 1996).
Inicialmente la Revolución Verde no logró incorporar a los campesinos pobres ni
a la mujer rural. Esto acentuó las desigualdades socioeconómicas y de género que
ya existían en el campo. El alto costo de sus insumos profundizó la división entre los
grandes agricultores y los de pequeña escala, porque los segundos no podían
comprar la tecnología. Además, las mujeres tenían menos acceso al crédito, a los
insumos y a los servicios de extensión que los hombres, por lo que las economías
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 27
de gran escala de la Revolución Verde estaban fuera del alcance de las mujeres
(IFPRI 2000).
Tanto en México como en India, varios estudios revelaron que los caros
“paquetes” de la Revolución Verde favorecieron a una minoría de agricultores
económicamente privilegiados, pusieron a los campesinos en desventaja,
provocaron la concentración de la tierra y de los recursos. (Alcántara 1976; Frankel
1973; Jennings 1988; Pearse 1980). Además, un estudió que revisó todos los
informes acerca la Revolución Verde a lo largo de 30 años (más de 300 en total),
mostró que 80% de los estudios que abordan el tema de la desigualdad,
encontraron que la desigualdad había aumentado (Freebairn 1995).
Algunos gobiernos con la ayuda de instituciones de desarrollo implementaron
proyectos integrados de desarrollo rural (IRDPs, siglas en inglés) para intentar
resolver estos problemas sociales. Los IRDPs son sorprendentemente similares a
las famosas “Aldeas del Milenio” de Jeffrey Sachs para África. Estos proyectos
intentan mejorar la agricultura considerando todos los aspectos del desarrollo rural
en las aldeas. Los IRDPs fracasaron como estrategia de desarrollo porque eran
muy caros, logísticamente complicados e institucionalmente tediosos. Por estas
razones, en los lugares donde no fracasaron, fue difícil identificar los factores de
éxito. Por lo mismo, fue imposible reproducir los resultados positivos en mayor
escala. Sin embargo, fueron buenos vehículos para introducir lo que después se
llamó la “segunda” Revolución Verde, en la que se les ofreció crédito y extensión
agrícola a los pequeños propietarios para facilitar la adopción generalizada de
semillas híbridas comerciales. Se suponía que aquellos que adoptaran las
variedades híbridas tempranamente, lograrían convertirse en agricultores modernos
exitosos. Los que no las adoptaran o las adoptaran tarde, se verían forzados a
dejar la agricultura a formar parte del mercado laboral. El aumento en la eficiencia
bajaría el precio de los granos básicos así como los precios de la comida urbana, lo
que permitiría la expansión industrial.
Una meta implícita de la Revolución Verde era evitar la implementación de la
reforma agraria. En este sentido, la Revolución Verde era más una estrategia para
prevenir que los pobres del campo tomaran tierras para alimentarse a sí mismos
que una campaña para alimentar a los pobres de las ciudades. En vez de aumentar
la producción a través de la redistribución de tierras a pequeños propietarios, la
Revolución Verde favoreció el aumento de la producción a través de la
intensificación tecnológica.
Esta estrategia, un intento escasamente disimulado para eliminar a los
campesinos “excedentes”, forzó a millones de pequeños propietarios a emigrar a las
periferias miserables de las grandes ciudades en dónde formaron parte de una
oferta interminable de mano de obra barata y de medio tiempo para el sector
industrial, de construcción y manufacturero. Cuando la oferta de trabajo resultó
mayor que la demanda, los ex campesinos no regresaron al campo sino que se
incorporaron al “sector informal” de los subempleados. Otra parte del campesinado
se trasladó a las laderas frágiles y a la frontera agrícola del bosque tropical,
abriendo nuevas zonas de agricultura de subsistencia altamente vulnerables. En
estas zonas, las semillas y fertilizantes de la Revolución Verde ofrecían sólo unos
años de buena cosecha, pues degradaba el suelo, erosionándolo y por fin
eliminándolo del todo. Los pesticidas mataron a insectos benéficos, lo que llevó a
severos brotes de pestes cuyo control era demasiado caro. Los defensores de la
Revolución Verde argumentan que el aumento inicial en la producción de comida
(debido en parte al aumento en la cantidad de tierra cultivada) comprobaba su éxito.
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 28
Sin embargo, dijeron muy poco cuando las cosechas empezaron a fallar y la
producción se estancó.
Al mismo tiempo que se implementó la Revolución Verde, varios eventos
geopolíticos claves sucedían. Al inicio de la crisis petrolera, países del Medio
Oriente tenían abundante efectivo. Al no tener capacidad de gastarlo todo lo
invirtieron en bancos del Norte. Con estos nuevos llamados ‘petrodólares’ los
bancos del Norte se sintieron felices de hacer préstamos a los nuevos solicitantes,
incluyendo los agricultores del Norte y los gobiernos del Sur. En EUA los
agricultores fueron bañados con créditos baratos dirigidos a salvar al mundo del
hambre ampliando su área de producción. El Banco Mundial ayudó a preparar el
terreno de inversión en los países del Sur, distribuyendo billones de dólares en
fondos públicos para masivos proyectos de infraestructura con esquemas de
colonización.
El cambio en los precios del petróleo al final de los 1970s y la recesión económica
de los países del Norte provocó una severa crisis económica en los países del Sur
en los 1980s. Los bancos del Norte incrementaron sus tasas de interés y empezaron
a exigir el pago de los préstamos. Tristemente, a los países deudores se les exige
pagar justamente cuando sus productos tienen el precio más bajo en el mercado,
provocando así una profunda crisis económica en el Sur que produjo un crecimiento
económico negativo y una deuda externa sin precedente—e impagable (Sonntag et
al. 2000). En este contexto, con los bancos comerciales sin la voluntad ni la
capacidad de brindar más crédito, instituciones como el Banco Mundial aparecen
para llenar el vacío. Pero el BM aprovechó esta oportunidad para imponer las
políticas de ajuste estructural (PAEs) en todos los países del Sur y sin tener otra
alternativa los gobiernos del Sur fueron obligados a acceder.
La economía neoliberal pasó a primer plano en este momento, representando un
dramático retroceso estratégico en relación a lo planeado, de desarrollo dirigido por
el estado al “espontáneo” orden del mercado. Esta ideología abrazaba al modelo
económico neoclásico que tiene un sistema de mercado puro como el centro del
desarrollo humano, con mínima participación del estado (Balassa 1971; Bauer 1981;
Friedman 1968). Los neoliberales se enfocan en el comercio como el motor de
crecimiento y prescriben la liberalización del comercio, la privatización, la
devaluación monetaria, la desregulación y la reducción fiscal. El Nuevo paradigma
neoliberal de desarrollo pronto fue consagrado en lo que se convirtió el “Consenso
de Washington”, implementado a través de las políticas de ajuste estructural
aplicadas en los 1980s a los países del Sur por el Banco Mundial y el FMI. Bajo la
apariencia de estabilidad macroeconómica, el FMI y el Banco Mundial obligaron a
países del Sur a abrir sus economías a la inversión extranjera y sus mercados a
productos externos. Presionan a través de ofrecer alivio en la deuda y contingentes
de ayuda internacional para liberalizar los mercados, desregular los controles a los
capitales financieros internacionales, privatizar las industrias y servicios estatales, y
la desregulación laboral (Gore 2000; Pieterse 1998).
el 2005, 72% de los países del Sur se habían convertido en importadores netos de
comida (Ng 2008).
El aumento constante del hambre en los países en vías de desarrollo refleja la
pérdida de sus capacidades de producción local, al mismo tiempo que las
instituciones financieras internacionales los siguen presionando para que compren
comida en el mercado internacional en vez de producirla ellos mismos (World Bank
2008a).
En su Informe sobre el Desarrollo Mundial 2008: Agricultura para el Desarrollo (el
primero de los informes del BM en décadas en tratar el tema de la agricultura) el
banco reconoce que se necesitan políticas más amplias. Pero en vez de abogar por
la implementación de una reforma agraria dirigida por el estado–un camino que se
ha tomado antes, que ha sido exitoso, y que incluso el banco reconoce como clave
para el éxito económico de Corea del Sur, Taiwán y Japón–el banco insiste en
ignorar las lecciones de la historia y en: dejar intactos los mercados no regulados,
distorsionar la información relacionada al éxito de sus experimentos y ofrecer
remediar el problema removiendo al “exceso” de personas rurales del sector
agrícola.
La recomendación más controversial del informe del 2008 es quizá la opinión del
BM: la agricultura de pequeña escala no es una actividad económicamente viable.
Según ellos, esto está demostrado por la tendencia del mercado a que la tierra de
los campesinos pobres pase a manos de los más ricos, llevando a la situación
actual, en la que la mayoría de la agricultura para la exportación la realizan pocos
grandes terratenientes, mientras la mayoría de los campesinos pobres viven en
parcelas relativamente pequeñas. El banco sugiere que esta concentración de tierra
es una señal de que la tierra está siendo transferida a agricultores “más
eficientes”—y por lo tanto recomienda que se debe ayudar a los pobres del mundo
rural a dejar la agricultura y trabajar en otro sector. Que por primera vez en la
historia de la humanidad la agricultura de pequeña escala esté dejando de ser una
actividad económicamente viable tiene mucho que ver con las políticas impuestas
por el BM.
El abandono del campo es la única opción que el Banco Mundial ve para arreglar el
problema de la agricultura y el desarrollo. En realidad, esta política encubre la
expropiación política de los pobres rurales. Esto es especialmente claro en el caso
de Colombia—en donde el campo se ha vaciado como consecuencia de la violencia
política, de la expropiación de los pequeños propietarios y por la habilidad de los
grandes terratenientes de tomar posesión de la tierra a través de un proceso que el
investigador Héctor Mondragón ha llamado una “falsa reforma agraria”. Decir que
los procesos en juego tienen que ver con la eficiencia es, en el mejor de los casos,
falsamente ingenuo. Aunque Colombia representa un ejemplo extremo, la política
del banco apunta explícitamente a expulsar a los más pobres de la agricultura. A
esta política se le ha llamado “descampesinización”. Como consecuencia de esta
política, los trabajadores rurales desposeídos de propiedad, quedan abandonados a
su suerte y se ven forzados a enfrentar futuros inciertos en el mercado laboral rural
no agrícola o en los barrios pobres de las ciudades. Es una política de mano dura
que niega la evidencia de que una reforma agraria integral, como la demandan los
campesinos más pobres, puede ofrecer alternativas dentro del sector agrícola.
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 32
internos del FMI y del BM no lograban reflejar cifras positivas de inversión” (Woods
2006).
Por falta de evidencia sobre algún caso exitoso, los programas de ajuste
estructural han sido ampliamente desacreditados a lo largo de África. Incluso
algunos países donantes que solían suscribirse a dichas políticas se distanciaron
del BM. El caso más prominente es el de la agencia oficial de asistencia británica
DFID, la cual fue cofundadora del último programa de fertilizantes subsidiados en
Malawi (DFID 2007).
Como el banco no podía negar algo tan obvio, finalmente aceptó que los
programas de ajuste estructural fueron un error. Incluyó este reconocimiento a la
mitad del Informe sobre el Desarrollo Mundial del Banco Mundial del 2008, tal vez
con la esperanza de que no atrajera mucha atención. Sin embargo, fue un
reconocimiento condenatorio que dice:
Los ministros no dijeron en voz alta lo que todo el mundo en Hokkaido ya sabía: que
el “libre” mercado de la OMC en realidad estaba socavando la seguridad alimentaria
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 37
al hacer que los países pobres dependieran del mercado internacional para su
comida.
Los acuerdos no estaban próximos. Los países en vías de desarrollo trataron que
EUA y la UE frenaran sus aranceles y subsidios, y que permitieran que los países
del Sur se protegieran contra el aumento repentino de importaciones del Norte. Los
dos países líderes de los lados opuestos de la negociación—EUA e India—estaban
a punto de tener elecciones y ninguno estaba dispuesto a perder el apoyo político
del sector agrícola haciendo concesiones. (Los países del Sur tenían poco que
conceder.) Una vez más, las negociaciones de la OMC se detuvieron.
Los países del Sur no son los únicos fastidiados con la OMC. Los pequeños
productores de los países del Norte tampoco se han beneficiado de la globalización
corporativa. Dena Hoff, una agricultora de Montana, EUA y co-Presidenta de La Vía
Campesina de Norteamérica, asegura:
A pesar de que tenemos una crisis alimentaria, una crisis de agua y una crisis
climática, la OMC continúa promoviendo la agricultura para la exportación que
sólo lleva a la deforestación, a la concentración de la tierra, a la erosión de los
suelos, a la destrucción de la biodiversidad y a la contaminación del agua. Los
agricultores que producen alimentos para los mercados locales han sido
reemplazados por agro—industrias de exportación como las de flores baratas de
Kenya y Colombia, y las plantaciones devastadoras de agrocombustibles de
Brasil e Indonesia que producen azúcar, soya y aceite de palma en lugar de
comida para alimentar a sus ciudadanos. Aquí en EUA, esto ha conducido a la
producción de maíz y soya en monocultivos y granjas de producción masiva, en
vez de crear granjas diversificadas que produzcan comida saludable para los
mercados locales.
(NFFC 2008)
Algunos observadores piensan que los fracasos de las Rondas de Doha significan
el fin de la OMC. Su cierre exitoso, sin embargo, podría ser la última gota que
rebalse el vaso para los agricultores de pequeña escala de todo el mundo. Durante
la junta ministerial de Cancún, México—llevada a cabo el 16 de septiembre del
2003—Lee Kyung Hae, un líder agrícola coreano, se suicidó en la reja que
separaba a los miles de agricultores y manifestantes de los negociadores
gubernamentales. Sus últimas palabras desesperadas fueron escalofriantes y
proféticas:
Mi advertencia para todos los ciudadanos es que los seres humanos están en
peligro de extinción. Debemos detener inmediatamente el hecho de que las
corporaciones multinacionales no reguladas y un pequeño número de miembros
de la OMC estén conduciendo una globalización indeseable que es inhumana,
que degrada el ambiente, que mata a los campesinos y que no es democrática.
Debe ser frenada de inmediato. De otra manera, la falsa lógica del
neoliberalismo destrozará la diversidad de la agricultura mundial y será
desastrosa para todos los seres humanos. ¡La OMC mata a los campesinos!
¿Qué sigue?
Proteger a las familias agrícolas del Goliat del comercio internacional es literalmente
una cuestión de vida o muerte para miles de millones de pequeños propietarios que
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 38
La inflexibilidad de los países del Norte en la Ronda de Doha logró unificar a los
países en desarrollo en contra de la OMC, con el extenso apoyo de pequeños
agricultores alrededor del mundo. En este sentido, la crisis alimentaria y el fracaso
de las charlas de la OMC podrían tener un efecto positivo al estimular la
determinación de realizar un cambio real en la forma como se trata la agricultura en
el mercado internacional y podrían demostrar que los países del Sur pueden hablar
con una sola voz.
Pero la OMC no es el único instrumento con el cual los gobiernos del Norte
controlan el comercio a favor de la agroindustria. Cuando la OMC ha estado cerca
de crear condiciones de igualdad entre los países del Norte y los del Sur, los países
del Norte han utilizado acuerdos bilaterales y regionales de libre comercio para
asegurar su dominio en el mercado.
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 39
EUA tiene tratados de libre comercio con 14 países. Además, está negociando
intensamente con Colombia, Corea, Omán, Panamá y Perú para firmar más
tratados. Los tratados con países latinoamericanos forman parte de una estrategia
de crear un tratado de libre comercio que abarque todo el continente. Según la
página oficial de Internet para los tratados de libre comercio del Departamento de
Comercio de EUA, “los tratados de libre comercio (TLCs) han demostrado ser una
de las mejores herramientas para abrir mercados extranjeros para los exportadores
de EUA”. Los TLCs hoy representan más del 42% de las exportaciones de EUA
(InternationalTradeAdministration 2008).
4
El término “Revolución Verde” proviene de una reunión de la Sociedad para el Desarrollo
Internacional realizada en Washington DC en 1968. En referencia a niveles de producción récord
en Pakistán, India, Filipinas, y Turquía, William Gaud—el director de USAID—anunció, “Estos y
otros desarrollos en la agricultura contienen los ingredientes de una nueva revolución. No es una
Revolución Roja violenta como la de los soviéticos, ni tampoco una Revolución Blanca como la del
Shah de Irán. La llamo la Revolución Verde.” Una frase perfecta en el contexto de la Guerra Fría,
“la Revolución Verde” se difundió rápidamente alrededor del mundo (ver
http://www.agbioworld.org/biotech-info/topics/borlaug/borlaug-green.html).
5
Globalization, Development, and Democracy: Lessons from the Global Food Crisis, by Walden
Bello, (discurso inaugural en la Conferencia Annual CASID 2008, Vancouver, 6 de junio 2008).
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 41
Cuadro 5
Cuadro 6
Azarnert, L. 2004. Foreign Aid and Population Growth: Evidence from Africa.
http://www.commerce.uct.ac.za/Research_Units/DPRU/DPRU-
Conference2004/Papers/Foreign_Aid_and_Population_Growth_Leonid_Azarnert.pd
f (consultado el 3 de enero, 2009).
WRI. 2007. World Resource Institute. Earthtrends 2007.
http://earthtrends.wri.org/searchable_db/index.php?theme=8 (consultado el 1 de
octubre, 2008).
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 44
Cuadro 7
No hay mayor infortunio que pudiera haber vivido la gente de India que el
envenenamiento de su tierra con fertilizantes artificiales.
M.K. Gandhi, 1947
Junto al gran crecimiento de la clase media en India y el celebrado boom del sector
tecnológico de información y comunicación, ha surgido una emergencia silenciosa
en el campo, suicidios de campesinos endeudados. Desde 1993, 150,000
campesinos endeudados se han quitado la vida (Mishra 2006). Muchos de ellos
murieron consumiendo los mismos pesticidas que habían comprado para aplicar en
sus tierras. El gobierno de Punjab reconoce que 2,116 campesinos Punjabis se
suicidaron entre 1988 y 2004 (Aditi 2006). Muchos activistas de los derechos de los
campesinos argumentan que esta cifra subestima la realidad.
Los suicidios están destrozando el campo y provocando el hambre y la pobreza.
En el 2001, había tantos excedentes de granos en India que las autoridades
propusieron tirarlos al mar. Ese mismo año se reportaron muertes por hambre en 12
estados de India, algo que no había ocurrido desde los 1960s. En el 2008, India
ocupaba el lugar 66 de 88 países en el índice de hambre del Instituto Internacional
de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI 2008). Hay mucho desempleo
en el país, especialmente de jóvenes educados (Singh et al. 2003). Una vez
acreditado de transformar a India de “un país limosnero en un gran productor de
granos”, (Agarwal 1979) la supuesta abundancia interminable de Punjab era el
ejemplo estelar de la Revolución Verde. Pero entonces, ¿qué falló en el milagroso
estado de India?
La introducción de tecnologías de la Revolución Verde en Punjab—la región de
la India que históricamente se ha caracterizado por su alta producción de granos—
logró producir bastante más comida para el resto de India; sin embargo, también
provocó desastres económicos, ambientales y sociales para los campesinos
Punjáis. La crisis agraria de Punjab está compuesta de tres factores
interrelacionados:
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 45
negra”, una zona en donde la irrigación—que ha crecido 200 veces en las últimas
tres décadas—es mayor que su velocidad de recarga (Agnihotri 2004). Según R.S.
Narang y M.S. Gill de la Universidad Agrícola de Punjab (generalmente
conservadora) han estimado que el nivel freático de Punjab está bajando dos metros
al año en dos terceras partes del estado. Concluyeron que “esta [situación] ha
alcanzado proporciones tan alarmantes que ahora la gente se está preguntando
cuánto arroz se debería permitir cultivar en las llanuras del Ganges" (Agnihotri
2004).
Si la Revolución Verde fue un éxito, entonces ¿qué debemos pensar de los
suelos moribundos, de los niveles freáticos en disminución, del aumento en la
desigualdad y del alza desmedida del endeudamiento que caracteriza el legado de
la Revolución Verde en Punjab rural? ¿Se puede decir que un programa es
económicamente “exitoso” si destruye la riqueza y la vida del lugar en donde se
implementa?
En 1986 en la Convención Sikh se pasó una resolución condenando las
desigualdades de la Revolución Verde. El documento dice:
Shiva culpa a la Revolución Verde por el estallido de violencia entre los Sikhs a
finales de los 1980s, que dejó a 550 personas muertas en cuatro meses (Weismann
1987), por el desastre en Unión Carbide—una planta de pesticidas—que mató a
más de 30,000 personas en Bhopal en 1984 y más recientemente, por la serie de
suicidios campesinos. Además de estas manifestaciones de violencia física, el
legado de la Revolución Verde en Punjab incluye una destrucción silenciosa: una
violencia estructural que provoca hambre en tiempos de abundancia, que extrae
agua y tierra de una base de recursos decreciente, que priva a familias de
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 47
Aditi, Tandon. 2006. The Kin of Indebted Farmers Finally Get to Speak. The Tribune,
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Weismann, Steven. 1987. Sikh Violence in Punjab a Threat to Indian Unity. The New
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LAS CAUSAS ORIGINARIAS 48
Cuadro 8
De hecho, nunca se buscó que los agricultores haitianos compitieran con los
estadounidenses. La idea era que el crecimiento económico de Haití surgiera del
desarrollo del sector manufacturero. Desde los 1980s, la estrategia económica de
USAID y de las instituciones financieras internacionales ha sido sacarle provecho a
la principal ventaja competitiva de Haití—mano de obra barata—para aumentar las
exportaciones al Norte de bienes manufacturados y de productos agrícolas como
mango y café. Lo que sucedió fue una emigración masiva del campo a las ciudades,
provocando más pobreza, más desempleo y más crimen en los barrios pobres
urbanos.
Las protestas alimentarias en Haití son rebeliones alimentarias que cuestionan la
lógica del libre comercio. Franz Thelusma, un organizador comunitario, articula las
demandas de los manifestantes: “Primero, demandamos que el gobierno se
deshaga de su plan neoliberal. No aceptaremos este plan de muerte. Segundo, el
gobierno tiene que regular el mercado y bajar los precios de los bienes básicos”
(Carlsen 2008). A pesar de que el Presidente Préval—agrónomo por
entrenamiento—anunció que habría subsidios para bajar el precio del arroz 15%, en
un intento de tranquilizar a los manifestantes, el gobierno no ha revertido la ola de
liberalización que ha dejado a los haitianos sumamente vulnerables ante la crisis
alimentaria mundial. Haití, el país más pobre del Hemisferio Occidental, es una de
las economías más abiertas del mundo.
Carlsen, Laura. 2008. Behind Latin America's Food Crisis. Hungry for Justice: How
the World Food System Failed the Poor 11. Americas Policy Program, Center for
International Policy.
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Threaten Farmers in Poor Countries. Oxfam Briefing Paper 72. Oxfam International.
Williams, Carol J. 2008. Haiti's Food Crisis Rooted in Rice. Seattle Times, 15 de
mayo.
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 50
Cuadro 9
Cuadro 10
Cuadro 11
India y China sostuvieron que a las economías frágiles se les debe permitir proteger
su agricultura con un mecanismo de salvaguarda especial (SSM siglas en inglés).
En líneas generales, el SSM permite que los países impongan impuestos mayores
al valor acordado en las importaciones agrícolas, si el volumen de importaciones
supera su promedio de tres años en un porcentaje previamente definido. La meta es
proteger a los campesinos pobres de los aumentos repentinos en las importaciones.
Susan Schwab, la Representante de Comercio de EUA, propuso un aumento
monumental de 150% en el volumen de importaciones antes de que se pudieran
imponer dichos impuestos. Pascal Lamy, el director general de la OMC, propuso un
140%. Según modelos históricos, la cifra de 140% significa que la SSM sólo se
utilizaría en la mitad de los casos de aumentos repentinos en las importaciones
(ICTSD 2008a). Esto causaría daños tremendos a los agricultores de los países del
Sur. Ambas cifras permitirían mucho dumping i de materias primas de países
industriales ricos sin ningún remedio legal. Hablando en nombre de los G33 ii y de
otros países en vías de desarrollo, India propuso un valor de 110%. La
representante de EUA llegó a un “acuerdo” y apoyó la propuesta de Lamy (ICTSD
2008b). Cuando India propuso llegar a un compromiso, EUA se rehusó a bajar de la
cifra de 140%. EUA trató a China e India como los chivos expiatorios, aunque en
realidad representaban una coalición de casi 100 países.
Ben Burkett, el presidente de la Coalición Nacional de Familias Campesinas
(NFFC siglas en inglés) de EUA, rechazó la posición de su país. Dijo: “La OMC es
en gran parte la responsable de desmantelar las protecciones y los aranceles
domésticos y de dejar a muchos países a merced de los mercados volátiles y
especulativos su seguridad alimentaria. Siendo un granjero estadounidense, apoyo
de manera absoluta el derecho de India y de los países del G33 de implementar un
SSM para proteger a sus campesinos y a sus consumidores de las importaciones
ficticiamente baratas que están inundando sus mercados” (NFFC 2008).
Adaptado de Rick Jonasse, The Doha Collapse: Time to Get Agriculture out of
the WTO, Food First Policy Brief 15, agosto 2008,
http://www.foodfirst.org/en/node/2224.
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 54
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Nations India, China Insist on Right to Tariffs. The Washington Post, 30 de julio.
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http://ictsd.net/i/news/bridgesweekly/18034/ (consultado el 7 de agosto, 2008).
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Game Heats Up. International Centre for Trade and Sustainable Development.
http://ictsd.net/i/wto/englishupdates/15018/ (consultado el 15 de agosto, 2008).
NFFC. 2008. Press Release: U.S. Family Farmers Applaud Demise of Doha
Negotiations. National Family Farm Coalition. http://www.foodfirst.org/en/node/2208
(consultado el 14 de agosto, 2008).
i
Acto de exportar productos manufacturados de un país a otro con un precio menor al precio del
mercado donde fue producido o inferior al costo de producción. Es una práctica que daña la
economía del país receptor.
ii
G33 Grupo de 33 países cuyas economías son las más grandes del mundo, integrado en 1999
sustituyendo al Grupo de 22.
LAS CAUSAS ORIGINARIAS 55
Cuadro 12
América del Norte (Wright 2005). Aunque sus ingresos tal vez hayan aumentado (lo
que ha contribuido a un PIB más alto), estos trabajadores enfrentan una nutrición en
deterioro, la separación de sus familias, trabajos inestables y mayores costos de
vida, debido a la pérdida de la auto-suficiencia (de Ita 2008).
Los defensores del TLCAN dicen que el aumento en el PIB de México es un
indicador del éxito del tratado, argumentando que la pobreza y la distribución
desigual de la riqueza son el resultado de políticas domésticas fracasadas y no del
libre comercio. Aquellos que se oponen al tratado responden que el TLCAN no ha
dejado que los gobiernos introduzcan mejores políticas y que ha aumentado la
influencia de las corporaciones en la política nacional (Meléndez Salinas 2007).
Muchos también señalan que los impactos del TLCAN han sido desiguales en los
diferentes países, porque EUA principalmente importa productos no esenciales
como café y frutas, mientras que México importa grandes cantidades de alimentos
básicos. Este tipo de comercio tiene un mayor impacto en la seguridad alimentaria
de México, en donde un gran porcentaje de la población practica la agricultura y
depende de ella, tanto para su ingreso como para su sostenimiento diario (de Ita
2008).
Barry, Tom. 1995. Zapata's Revenge: Free Trade and the Farm Crisis in Mexico.
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Wright, Angus. 2005. The Death of Ramón González: The Modern Agricultural
Dilemma. 2 edn. Austin: University of Texas Press.
4
La Sobreproducción del Hambre: La Ley Agrícola y de
Alimentos del 2008 del Tío Sam
La Ley Agrícola de EUA (Farm Bill) es una ley gigantesca aprobada por el Congreso
cada cinco a siete años. Financia una variedad de programas de gobierno,
incluyendo programas de cupones de alimentos (los cupones son entregados a
personas de escaso ingreso o desempleados para obtener ayuda alimentaria, el
Programa de Asistencia Alimentaria actualmente cubre a 36 millones de
estadounidenses con comida no saludable por el alto contenido de carbohidratos,
sal y azúcar) y nutrición, investigación agrícola, bienestar de los animales, ingeniería
forestal, electricidad rural y oferta de agua, asistencia alimentaria extranjera y el
pago de subsidios para productores comerciales de materias primas.
La fluctuación anual de los precios y los niveles de producción agrícola, hace
que el sector agrícola sea financieramente riesgoso. Además, los agricultores se
están atrapados por el costo de producción, pues tienen que utilizar insumos
industriales caros para producir materias primas baratas. Los agricultores tienen
que invertir bastante en insumos y en trabajo, luego esperar que el clima no les
arruine la cosecha. Cuando llevan sus productos al mercado meses después,
frecuentemente encuentran que los precios de sus productos han bajado. El pago
de subsidios, las garantías de precios, los seguros de cultivos, las reservas de
granos y otras medidas, se han utilizado históricamente para darle más estabilidad a
los agricultores dadas las condiciones inherentes adversas de la agricultura.
Las crisis alimentarias y las crisis agrícolas nunca están distantes. En los 1970s,
el gobierno de EUA había estado controlando la oferta de granos y las fluctuaciones
del mercado conservando las reservas nacionales y pagándole a los agricultores
para mantener sus tierras ociosas. Pero cuando la crisis petrolera y la inflación
subieron los precios de los alimentos—provocando mucha hambre alrededor del
mundo—el Secretario de Agricultura de Estados Unidos Earl Butz les dijo a los
agricultores que: salvaran al mundo del hambre trabajando todas sus tierras y
poniendo sus cosechas enteras en el mercado. Se reemplazaron las políticas que
controlaban la sobre-producción y que protegían a los agricultores de las
fluctuaciones de los precios por políticas que promovían la mayor producción
posible y los precios bajos.
Cuando se evidenció que los pobres eran demasiado pobres para poder comprar
toda la comida producida en EUA, los precios cayeron. Entonces el Secretario Butz
les dijo a los agricultores que para salir de la crisis tenían dos alternativas; o ampliar
sus operaciones o salirse del negocio. Esto provocó la bancarrota y obligó a más de
la mitad de las familias agricultoras estadounidense a abandonar la agricultura. El
tamaño promedio de las granjas se duplicó de 200 a 400 acres, lo que refleja el
cambio hacia las mega-producciones. Las granjas grandes y corporativas ahora
controlan 75% de la producción agrícola en EUA (Rosegrant 1994; Banker et al.
2007).
Bajo una nueva política agrícola, se garantizó a los agricultores un precio mínimo
por sus granos. Fiel a su palabra, el gobierno pagó miles de millones de dólares
para mantener excedentes de granos baratos durante las dos décadas siguientes.
Los granos baratos se convirtieron no solamente en el baluarte de la explosión de
LA SOBREPRODUCCIÓN DEL HAMBRE 58
El desplome económico
Debido a la crisis financiera mundial, hay granos guardados en cargueros alrededor
del mundo porque los compradores no consiguen el crédito necesario para
adquirirlos. Los agricultores también están teniendo dificultades encontrando
suficiente crédito para cubrir sus costos de producción (Weitzman 2008). Los
precios de los granos después de dos años de boom ahora están cayendo entre 47
y 62% (CBOT 2008; Cha and McCrummen 2008). El precio del maíz llegó a diez
dólares el canasto, lo cual fue devastador para los consumidores pobres. Que el
precio del canasto baje ahora a tres dólares devastará a los productores.
La volatilidad del mercado internacional de granos es la perdición de los
sistemas alimentarios globalizados del presente. Por los altibajos de la economía
en los 1970s, EUA perdió la mitad de su población agricultora. ¿Qué perderá si la
agricultura se desploma nuevamente?
6
Adaptado de Esther Vivas "CAP, Alternativas y Resistencia: Algo se está moviendo en Europa",
correo electrónico, 27 de enero, 2009.
LA SOBREPRODUCCIÓN DEL HAMBRE 62
Cuadro 13
Cuadro 14
acciones están altas o cuando los precios de las materias primas están por debajo
de cierto nivel. Al igual que la asistencia alimentaria internacional, responden
primero a las necesidades del mercado de granos, lo que tiende a disminuir la
distribución cuando los alimentos son más necesitados y a aumentar cuando son
menos necesitados.) Como muchos bancos de comida dependen fuertemente de la
sobre producción de la USDA, se han visto forzados a buscar fuentes y proveedores
de alimentos alternativos. Los bancos de comida también están sufriendo por la
disminución de donaciones monetarias de parte de la clase media y por la
disminución de donaciones de alimentos de corporaciones alimentarias, a causa del
surgimiento de "mercados secundarios" lucrativos (como por ejemplo Big Lots,
Dollar Tree, y Grocery Outlet). En California—el estado agrícola más rico de EUA—
la Asociación de Bancos de Comida de California aseguró en el verano del 2008
que los bancos de comida están en el “principio de una crisis” (California Association
of Food Banks 2008).
Adaptado de Conner et al., The Food Crisis Comes Home: Empty Food Banks,
Rising Costs—Symptoms of a Hungrier Nation, Food First Backgrounder, vol.14, no.
3, 2008.
America's Second Harvest. 2008. New Survey Underscores Urgent Need for Farm
Bill as Demands Are Up, Food Down: More Hungry Americans Turn to Nation's
Food Banks for Help. America’s Second Harvest. Chicago.
California Association of Food Banks. 2008. International Food Crisis: Food Bank
Clients in Peril. California Association of Food Banks. Oakland, California.
Fraser, R. 2008. Media Relations Manger, Telephone interview with H. Conner. in
The Food Crisis Comes Home: Empty Food Banks, Rising Costs—Symptoms of a
Hungrier Nation, Food First Backgrounder, vol.14, no. 3, 2008. 30 de junio. Food
First, Oakland, California
Leibtag, Ephraim. 2008. Summary of Recent Retail Food Price Research and
Trends. Arlington VA: Food Marketing Institute.
Winne, Mark. 2008. Leading the Charge, Leading the Change. Keynote address
given to the Northwest Harvest Food Bank Annual Meeting, Seattle WA.
i
Los cupones de alimentos son un programa del Departamento de Agricultura de EUA que brinda
cupones canjeables por comida para personas y familias pobres. Se creó en los años 1930 durante
la depresión económica, posteriormente fue reactivado en 1961. En 1964 se emitió una ley dándole
continuidad al programa.
ii
Los bancos de comida son parte de la red Alimentando América, institución caritativa para aliviar el
problema de hambre en EUA. La red depende de donaciones y fondos del estado.
5
Los agrocombustibles: Una mala idea en el peor momento
En el 2007, Lester Brown, del Earth Policy Institute (Instituto de Políticas de la
Tierra) horrorizó al mundo al afirmar: “La cantidad de granos que se necesita para
llenar un tanque de 25 galones con etanol una sola vez, alimenta a una persona por
todo un año” (Brown 2007). Jean Ziegler, el relator especial de las Naciones Unidas
sobre el derecho a la comida, fue igualmente crítico. Él describió a los
agrocombustibles como un “crimen contra la humanidad” y exigió que los gobiernos
implementaran una moratoria de cinco años en su producción (Ziegler 2007). Estos
pronunciamientos fueron las primeras fracturas del supuesto “consenso de
agrocombustibles”—una creencia ampliamente aceptada que los agrocombustibles
representan la transición a una economía de combustibles renovables, a una
economía que reducirá la emisión de gases con efecto invernadero y que traerá una
nueva era de prosperidad rural.
La fe en los agrocombustibles ayudó a desatar un boom de inversiones para su
investigación, para plantas de procesamiento y para la conversión de millones de
acres de tierra en plantaciones de azúcar, maíz, palma africana y jatrofa alrededor
del mundo. El deseo de tener un combustible alternativo que confronte al “cenit
petrolero” forjó un acuerdo social silencioso en torno a la necesidad de los
agrocombustibles, aún mientras la evidencia científica contradecía los argumentos
promovidos de manera entusiasta por la industria. Mentiras: con los
agrocombustibles se ahorraría energía y se beneficiaría el medio ambiente (Crutzen
2007; Searchinger et al. 2008). Las protestas de campesinos pobres por haber
perdido sus tierras ante la expansión de la palma africana en Colombia, de los
ganaderos tras perder sus tierras ante la expansión de plantaciones de jatrofa en
África e India, de los trabajadores azucareros viviendo y muriendo en condiciones
esclavistas en Brasil, o de los conservacionistas de Malasia luchando por preservar
los bosques en donde viven los orangutanes en peligro de extinción, fueron
ahogadas por la “Fiebre de Oro Verde”. Políticos de todo tipo apoyaron la expansión
de los agrocombustibles, votando por miles de millones de dólares en subsidios,
aranceles y estímulos fiscales.
No fue sino hasta que estalló la crisis alimentaria mundial que los gobiernos se
vieron forzados a cuestionar el uso de recursos alimentarios para la producción de
combustible.
LOS AGROCOMBUSTIBLES 66
Aunque la inflación en los precios de comida no fue causada solamente por los
agrocombustibles, la expansión explosiva del mercado de etanol tuvo un efecto
directo en el aumento del precio de los granos (De La Torre Ugarte and Murphy
2008). Entre el 2001 y el 2006, la cantidad de maíz utilizado en destilerías de etanol
estadounidenses se triplicó de 18 millones de toneladas a un promedio de 55
millones de toneladas. Entre el 2006 y el 2007, el aumento en EUA fue de 54 a 81
millones de toneladas, lo que equivale a dos veces el aumento mundial en la
demanda de granos ese año. Para el 2008, una cuarta parte del maíz cultivado en
EUA se estaba destinando a la producción de etanol (Financial Times 2008).
Aunque las industrias lo nieguen, los agrocombustibles sí aumentan el precio de
los alimentos. De hecho, su propósito original era añadirle valor al grano barato y
excedente. (En este sentido, funcionaron demasiado bien…) Como el maíz de EUA
representa el 40% de la producción mundial de maíz, aumentar el valor del maíz
estadounidense como combustible impacta los mercados internacionales del maíz
como comida. Cuando sube la demanda de maíz para combustible, no solamente
sube el precio del maíz en general, sino que también se siembra más maíz, lo que
reduce la producción de otros granos como trigo y soya. Con menos tierra
disponible para su cultivo, el precio de estos productos también sube.
El Instituto Internacional de Investigación sobre Política Alimentaria (IFPRI,
siglas en inglés) predice que dependiendo de la velocidad de la expansión de los
agrocombustibles, para el 2020 el precio internacional del maíz subirá entre 26% y
72% y el de semillas oleaginosas entre 18% y 44% (von Braun 2007). Al subir 1% el
precio de la comida, 16 millones de personas pierden su seguridad alimentaria
(Runge and Senauer 2007).
Sin embargo, los agrocombustibles no solamente aumentan el precio de los
alimentos, sino también consolidan un monopolio corporativo y ponen a nuestro
sistema alimentario y a nuestro sistema de combustibles debajo de un mismo techo
industrial.
LOS AGROCOMBUSTIBLES 67
que emite 50% más gases con efecto invernadero que la producción y el uso de la
misma cantidad de gasolina (Tillman and Hill 2007). Al comentar sobre el balance
global del carbono, Doug Parr, director científico de Greenpeace Inglaterra, afirma
que, "si sólo el 5% de los biocombustibles se obtienen limpiando los antiguos
bosques, nuevamente se pierde todo el carbono" (Holt-Giménez 2007).
También existen otros problemas ambientales. Para producir un litro de etanol se
necesitan entre tres y cinco litros de agua de riego y se producen hasta 13 litros de
agua contaminada (Aslow 2007). Se requiere la energía equivalente a 113 litros de
gas natural para tratar esta contaminación, incrementando la posibilidad de liberarlo
en el ambiente y contaminar arroyos, ríos y otros cuerpos de agua. La siembra
intensiva de vegetales destinados a la producción de agrocombustibles también
provoca altos grados de erosión, en particular la producción de soya—6.5 toneladas
por hectárea en los EUA hasta 12 toneladas por hectárea en Brasil y Argentina
(Altieri and Bravo 2007).
No obstante, el boom de los agrocombustibles ofrece a las empresas de
biotecnología, incluyendo a Monsanto y Syngenta, la oportunidad de transformar la
agricultura mundial de manera irreversible en una agricultura productora de cultivos
transgénicos. En el 2008 el 80% del maíz, el 92% de la soya y el 86% del algodón
en los Estados Unidos eran transgénicos (GM) (USDA 2008c). En la Unión Europea,
la resistencia de los consumidores ha mantenido a los productos transgénicos fuera
del mercado en gran medida. Pero con los agrocombustibles, la industria
biotecnológica tiene la posibilidad de colarse por la puerta de atrás presentando a
los transgénicos como productores de energía y no como productos comestibles.
Como el caballo de Troya, la expansión de los granos transgénicos de maíz y soya
para plantas especiales de procesamiento de etanol eliminará las barreras
geográficas para la contaminación de los granos no transgénicos.
Cuadro 15
ambiente y promueve la justicia social en EUA, Food First lanzó una petición
mundial en el 2008 para un moratorio en EUA. ii
La petición de esta moratoria en Europa ha obligado a los directivos de la
Comisión Europea a reconocer los peligros de la expansión de los
agrocombustibles, llevando a una disminución de los mandatos de
agrocombustibles europeos de un 10 a un 4%.
Goodell, Jeff. 2007. The Ethanol Scam: One of America's Biggest Political
Boondoggles. Rolling Stone 1032.
Hill, Jason, Erik Nelson, David Tilman, Stephen Polasky, and Douglas Tiffany.
2006. Environmental, Economic and Energetic Costs of Biodiesel and
Ethanol Biofuels. Paper read at National Academy of Sciences, Julio 12.
Renewable Fuel Association. 2008. Industry Statistics. Renewable Fuel
Association. http://www.ethanolrfa.org/industry/statistics/ (consultado el
14 de octubre, 2008).
i
Boom, enorme subida de precio de una mercancía en particular.
ii
Ver http://ga3.org/campaign/agrofuelsmoratorium
LOS AGROCOMBUSTIBLES 77
Cuadro 16
Cuadro 17
De Annie Shattuck, The Agrofuels Trojan Horse, Food First Policy Brief 14,
Institute for Food and Development Policy, Oakland, California, 2008.
6
Resumiendo la crisis
Los monopolios globales de los complejos industriales de agroalimentación, con la
ayuda de las instituciones financieras internacionales y la complicidad de los
gobiernos, han provocado una gran crisis planetaria. Más aún, las instituciones
globales responsables del monitoreo y la protección de la alimentación mundial y los
sistemas financieros han fracasado completamente en anticipar las crisis de los
sistemas financieros y alimentarios.
La crisis alimentaria tiene su origen en un sistema alimentario global vulnerable
que se ha vuelto disfuncional en términos sociales, ambientales y financieros. Los
alimentos se han convertido en una mercancía más, que como todas, está sujeta a
la especulación financiera. El régimen comercial actual sirve a los mercados
depredadores en lugar de satisfacer las necesidades humanas. La agricultura se ha
convertido en un modo industrial de acumulación corporativa en vez de ser el medio
a través del cual se aseguran vidas productivas, una oferta sostenible de
mercancías y alimentos sanos. Los sistemas locales y nacionales de alimentos han
sido eliminados, sin consideración alguna, por los intereses de las corporaciones
multinacionales. La tierra, el trabajo, el agua y el patrimonio genético de nuestro
planeta han sido privatizados y convertidos en mercancías. Incluso la dieta ha sido
colonizada por las corporaciones que producen alimentos y su deseo insaciable de
aumentar sus ganancias. Como el sistema alimentario y el sistema financiero han
evolucionado de manera paralela, sus crisis están intrínsicamente unidas; en este
sentido, podríamos decir que son gemelas.
Las dimensiones humanas de estas crisis a menudo se pierden entre tantas
cifras grandes: hay mil millones de personas con hambre, las ganancias han
aumentado 1600%, se otorgan $306 mil millones en subsidios, hay muchos billones
de dólares regalados…Pero a medida que se juntan y se profundizan, las realidades
concretas de las dos crisis gemelas se vuelven inevitablemente evidentes. Un
sistema alimentario en crisis no sólo daña a “los pobres” en abstracto, sino que
afecta directamente a nuestras familias, a nuestros vecinos, nuestras dietas, nuestra
salud, la tierra, el agua, los bosques y el aire. Afecta nuestro propio futuro así como
el de nuestros hijos y daña nuestro planeta Tierra.
El conocido escritor y periodista estadounidense Michael Pollan señala que los
desafíos agobiantes del cambio climático, la crisis energética y la crisis de atención
de salud en EUA son imposibles de solucionar sin una reforma del sistema
alimentario. Incluso nos atreveríamos a decir que resolver las crisis financiera y
alimentaria es imposible sin transformar el sistema alimentario global.
Si las crisis pueden globalizarse, también se pueden globalizar las
oportunidades. De hecho, el momento actual puede ser el mejor momento para
transformar positivamente el sistema alimentario mundial. Tenemos una oportunidad
para abordar las causas originarias de la pobreza y el hambre, para construir
justicia, sostenibilidad y resiliencia local para la producción, el procesamiento, el
transporte y el consumo de alimentos. Al hacerlo, podemos construir resiliencia en
nuestras economías y en nuestras comunidades reconstruyendo los sistemas
alimentarios.
RESUMIENDO LA CRISIS 80
nacional de alimentos, los agricultores que protegen sus sistemas de semillas de los
organismos genéticamente modificados (OGMs), las comunidades rurales y urbanas
crean sus propios sistemas de comercialización, la soberanía alimentaria busca
democratizar nuestros sistemas alimentarios.
¡Rebeliones Alimentarias! aborda tanto las soluciones oficiales como las
soluciones propuestas desde las bases a la crisis alimentaria. Si entendemos los
intereses detrás de cada propuesta, podemos visualizar las oportunidades y actuar
de mejor manera. Aunque la gama de soluciones propuestas para resolver la crisis
alimentaria es diversa y a veces confusa, nuestra participación informada y
democrática es la clave para identificar y avanzar soluciones sostenibles que
restauren la resiliencia y la equidad de nuestros sistemas alimentarios en crisis.
“solución de uno por ciento” para inversiones equitativas en África (Zoellick 2008). A
finales de mayo, el BM anunció su millonario “Nuevo Pacto frente a la Crisis Mundial
de Alimentos”. Este es un mecanismo de financiamiento rápido (préstamos) para
que los gobiernos establezcan programas de comida por trabajo, transferencias
condicionales de dinero y programas de comedores escolares. El BM también
prestaría dinero para semillas, fertilizantes, mejoramiento en los sistemas de riego,
ofrecería un apoyo presupuestario para compensar las reducciones arancelarias en
los alimentos y otras reducciones inesperadas en los ingresos. El banco prometió
aumentar su apoyo total para la agricultura y la alimentación global de $4 mil
millones a $6 mil millones en el 2009 (WorldBank 2008c). Por su parte, el Fondo
Monetario Internacional proporcionó un apoyo adicional a la balanza de pagos de 12
países bajo el “Servicio para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza” a inicios
del 2008. Sin embargo, con la crisis financiera global y la recesión, la crisis
alimentaria dejó de ser parte de la agenda. El FMI está ofreciendo hasta $250 mil
millones en préstamos condicionales para déficits en las balanzas de pagos de
economías en desarrollo—aproximadamente la tercera parte de la cantidad que el
Congreso de los Estados Unidos dio a sus cuerpos financieros en el paquete de
rescate económico del 2008.
En junio del 2008, la FAO organizó una Conferencia de Alto Nivel sobre la
seguridad alimentaria en Roma. En vez de producir el prometido itinerario hacia la
seguridad alimentaria, la Conferencia produjo desacuerdos y fondos insignificantes.
A ésta le siguió otra “Cumbre Alimentaria” en Madrid en enero del 2009, que
básicamente reiteró los acuerdos (o la falta de ellos) de la Conferencia de Roma. La
débil respuesta de las instituciones financieras llevó al Comité Internacional de
Planificación sobre Soberanía Alimentaria (una coalición de organizaciones
campesinas, ONGs y grupos de la sociedad civil que trabajan en temas de
soberanía alimentaria) a declarar un "Estado de Emergencia de la Población" e hizo
un llamado a las Naciones Unidas para la creación de una Comisión de
Alimentación conformada por agricultores, pequeños propietarios y productores
marginados. (Ver Declaración IPC en el Apéndice 6.)
En base a la declaración de estado de emergencia, a finales del 2008 el
Programa Mundial de Alimentos (PMA) juntó $1.2 mil millones—casi la mitad de su
presupuesto anual—y distribuyó ayuda alimentaria a un récord de 80 millones de
beneficiarios. Sin embargo, el PMA estima que el precio de alimentar a los 93.3
millones de personas en el 2009 será de $6.2 miles de millones. Esto requerirá un
incrementó de 80% en la cantidad de recursos donados (WFP 2008). De cualquier
forma, este incremento masivo en la ayuda alimentaria sólo llegará a menos de una
décima parte de la gente hambrienta del planeta.
Considerando que los precios de los alimentos comenzaron a aumentar en el
2005 y llegaron a su máximo nivel al inicio del 2008, la respuesta de las instituciones
internacionales fue demasiado lenta. No fue lo suficientemente rápida como para
impedir las prohibiciones de exportación de países con déficits de alimentos (esto en
muchos sentidos empeoró la situación global), y fue lo suficientemente lenta como
para permitir que los especuladores de materias primas y los grandes acumuladores
de granos (como ADM y Maseca) tuvieran la perversa oportunidad de enriquecerse
aumentando los precios, agravando la situación y acelerando la crisis alimentaria.
A pesar de que el PMA rápidamente recibió los fondos necesarios para cubrir los
$700 millones equivalentes a la reducción de su poder adquisitivo (en gran parte
gracias a la donación de Arabia Saudita de $500 millones), los planes
internacionales para controlar la crisis se ejecutaron tarde, hasta que los líderes de
SUPERAR LA CRISIS 86
la ONU, el BM, el FMI y la OMC se reunieron en Berna, Suiza, a finales de abril del
2008. El “Nuevo Pacto para una Política Alimentaria Mundial” recientemente
formulado por el Banco Mundial, estableció el tono de los Acuerdos de Alto Nivel
para fortalecer al Programa Mundial de Alimentos y establecer redes de seguridad
inmediatas e introducir medidas a largo plazo de incremento de la producción,
especialmente en África.
Durante julio y agosto del 2008, mientras la estructura existente del sistema
mundial alimentario era sustentada artificialmente, emanaron declaraciones públicas
esperanzadoras en referencia a la “Asociación Mundial para la Alimentación” y al
“Nuevo Pacto para una Política Alimentaria Mundial” desde los salones de poder en
Roma, Nueva York, y Washington DC.
A finales de septiembre de 2008, la crisis financiera global golpeó a Wall Street—
y entonces explotó en el resto del mundo.
De inmediato, se olvidó la crisis alimentaria. Los gigantes financieros como
Lehman Brothers, Merrill Lynch, American International Group (AIG) y Bear
Stearns—sus reservas abrumadas por bonos tóxicos—se declararon en bancarrota.
Entre uno y $3 billones de activos financieros desaparecieron. El crédito se redujo
porque los bancos se rehusaban a prestarse dinero entre ellos. El comercio y los
mercados se paralizaron, y los mercados de materias primas y de petróleo
colapsaron. Después de permitir que fracasara Lehman Brothers, el Departamento
del Tesoro de EUA solicitó un rescate financiero inmediato de $700 mil millones
para los bancos y las aseguradoras más favorecidas del país. Después, el Congreso
de EUA le dio al entonces Secretario del Tesoro Henry Paulson—ex Director
Ejecutivo de Goldman Sachs, uno de los dos principales bancos de inversión que
quedan en Wall Street—un poder discrecional sin precedentes sobre estos fondos.
Poco después, los bancos estadounidenses recibieron otros $2 billones en
préstamos de emergencia de la Reserva Federal de EUA. No se pusieron
condiciones en el rescate financiero del Departamento del Tesoro ni se hizo público
qué aval (si hubo alguno) tuvieron que proporcionar los bancos estadounidenses
para calificar para estos préstamos. Sólo en el 2008, el gobierno de EUA
comprometió $243.7 miles de millones provenientes de los impuestos, para salvar a
las instituciones financieras internacionales (Economist 2009). Mientras la crisis
financiera repercutía en todo el mundo, Inglaterra, Francia y Alemania siguieron el
mismo camino con rescates financieros similares, aunque más modestos.
La diferencia de billónes de dólares que hubo entre la respuesta a la crisis
alimentaria y la respuesta a la crisis financiera es reveladora. Seis meses después
de la Cumbre de la Alimentación en Roma de junio del 2008, sólo $2 mil millones de
los $20 mil millones prometidos para la ayuda alimentaria y agrícola habían sido
recibidos. Mientras tanto, los bancos estadounidenses y las compañías de seguros
recibieron la mitad de su rescate financiero de $700 mil millones en pocas semanas.
El gigante de seguros AIG recibió $85 mil millones inmediatamente. Cuando
después admitieron que no podían contabilizar $24 mil millones del dinero que
recibieron, de todos modos recibieron otros $37.8 mil millones (Williams-Walsh
2008). Wells Fargo y JP Morgan recibieron $25 mil millones y Citigroup obtuvo $40
mil millones (Economist 2009).
Cuando el agricultor de Kenya Stephen Muchiri—dirigente de la Federación de
Agricultores de África del Este—se enteró de los rescates financieros de EUA y
Europa, exclamó: "¡Aquí la gente está diciendo que el dinero del rescate es
suficiente para alimentar a los pobres de África durante los próximos tres años!"
(Eunjung Cha y McCrummen 2008). En realidad, los rescates financieros equivalen
SUPERAR LA CRISIS 87
¿Que se puede hacer si las instituciones que deberían guiar nuestras economías y
nuestros sistemas alimentarios son parte del problema y no parte de la solución?
Por suerte, aunque han sido malas sus respuestas, al menos han llevado a los
gobiernos e instituciones a un mayor escrutinio social. La gente está comenzando a
cuestionar el liderazgo, las políticas y las estructuras del sistema alimentario global.
Las crisis múltiples están golpeando fuertemente a las personas de los dos lados de
las fronteras entre los países del Norte y del Sur—fronteras que con la globalización
se han vuelto cada vez más permeables. Se están abriendo espacios políticos y
sociales importantes para la participación informada y para el debate público sobre
estos temas gracias al trabajo de personas que actúan a nivel local y a nivel
transnacional.
Mientras que el 91% de los 1.5 mil millones de hectáreas de tierra agrícola del
mundo están siendo utilizadas para cultivar productos de exportación,
agrocombustibles y soya transgénica para agrocombustibles y alimentar ganado;
450 millones de granjas (85%) de menos de dos hectáreas aún producen la mayoría
de los alimentos básicos necesarios para alimentar a las poblaciones rurales y
SUPERAR LA CRISIS 95
A los eventos climáticos severos inducidos por el clima se les llama desastres.
Incluso pequeños aumentos de la temperatura mundial pueden provocar desastres
en la forma de tormentas y sequías intensas, olas de calor, heladas e incendios
forestales. Entre más suba la temperatura promedio del planeta, es más probable
que el cambio climático sea irreversible, lo que pondrá a la agricultura en tanto
riesgo que se podría volver imposible seguir cultivando en muchas partes del
planeta.
El clima inestable y los desastres climáticos extremos están aumentando a nivel
mundial y son especialmente peligrosos para la agricultura que depende de la lluvia,
para campesinos que siembran en frágiles y empinadas laderas, en parcelas con
suelos poco profundos y para la agricultura en las regiones bajas de los deltas. En
otras palabras, son especialmente peligrosos para los pequeños productores que
conforman la mayoría de los agricultores del mundo. Que un desastre climático
extremo sea devastador o no depende no sólo de su intensidad, sino también del
nivel de vulnerabilidad de la gente que lo vive. Si el nivel de vulnerabilidad es alto,
hasta un desastre de baja intensidad puede resultar ser una catástrofe climática.
Cuando los campesinos son pobres y tienen hambre, tienen muy poca tierra,
cultivan tierras desprotegidas con baja agro-biodiversidad y tienen un acceso difícil
al agua, un desastre de baja intensidad—como una ola de calor o de frío, o un
retraso de tres semanas en la temporada de lluvias—puede tener consecuencias
devastadoras.
climáticos” en todos los cultivos existentes. Si una o dos semillas “listas para el
clima” empiezan a dominar la producción, reducirán la agrobiodiversidad y
socavaran la resistencia agroecológica a los desastres climáticos, que tenían los
agricultores anteriormente. Lo que se necesita con urgencia no son unas cuantas
semillas genéticamente modificadas, sino un manejo integrado de sistemas
agroecológicos que construyan resiliencia ambiental ante desastres climáticos
complejos e impredecibles.
benéficos. Las y los agricultores que viven en comunidades rurales cercanas a las
ciudades y pueblos, y están vinculados a un mercado local, evitan el gasto de
energía y las emisiones de gases relacionados con transportar alimentos cientos o
miles de millas.
Hay mucho que aprender sobre la mitigación de los modos de producción
indígenas. Estos sistemas tienen una fuerte base ecológica, mantienen una
diversidad genética muy valiosa, y conducen a la regeneración y a la preservación
de la biodiversidad y de los recursos naturales. Los métodos tradicionales son
especialmente instructivos porque ofrecen una perspectiva a largo plazo de un
manejo agrícola exitoso bajo condiciones de clima variables.
La gran ventaja de los sistemas agrícolas de pequeña escala es su alto nivel de
agrobiodiversidad, porque mezclan variedades vegetales, tienen policultivos,
combinan cultivos con ganado y practican la agroforestería. Modelar nuevos
sistemas agroecológicos usando este tipo de diseños diversificados es
extremadamente valioso para las y los agricultores que tienen sistemas que están
colapsando por deudas, por el uso de pesticidas y transgénicos, por la volatilidad de
los precios o por el cambio climático. Estos sistemas diversos son altamente
adaptables y sirven como colchón ante peligros naturales o desastres producidos el
hombre.
Al comparar la estrategia de “un problema—un gen” que está siendo empujada
por la industria biotecnológica y los defensores de la Revolución Verde con la
estrategia agroecológica de los pequeños productores, se evidencia que la primera
sólo aborda de manera potencial la mitigación (los OGMs resistentes a la sequía
aparecerán hasta dentro de 5 a 10 años). Sin embargo, los métodos agroecológicos
ya están ayudando a los pequeños productores a remediar, mitigar y adaptarse al
cambio climático:
La agricultura tiene que ver con muchas cosas más que con la producción:
tiene múltiples impactos sociales, políticos, culturales, institucionales y
ambientales, además puede tanto dañar como ayudar a las funciones de los
ecosistemas del planeta de los que depende la vida humana.
El futuro de la agricultura depende de sistemas agroecológicos con
biodiversidad y puede ser apoyada por prácticas de negocios que cumplan
metas sociales, ambientales y económicas.
Es insostenible depender de la agricultura industrial sustentada en la
industria extractiva, particularmente ante un clima que se deteriora y ante las
crisis de energía y de agua; los arreglos técnicos cortoplacistas—incluyendo
los cultivos transgénicos—no abordan adecuadamente los complejos retos
que enfrenta el sector agrícola y frecuentemente exacerban los daños
sociales y ambientales.
Lograr la seguridad alimentaria y asegurar estilos de vida sostenibles para
las personas que viven en pobreza crónica, requiere asegurar que los
agricultores de pequeña escala tengan acceso a y control de los recursos
necesarios.
Los regimenes comerciales justos locales, regionales e internacionales
pueden reducir la pobreza y mejorar las formas cómo la gente se gana la
vida.
Fortalecer la resiliencia humana y ecológica de los sistemas agrícolas
mejora nuestra capacidad para responder a cambiantes presiones
ambientales y sociales. Los conocimientos indígenas y las innovaciones
comunitarias son una parte fundamental de la solución.
Tomar buenas decisiones requiere construir mejores mecanismos de
gobierno y asegurar la participación democrática de todas las partes
involucradas.
(IAASTD 2008)
SUPERAR LA CRISIS 104
7
HLTF incluyó la participación de: Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO);
Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD); Fondo Monetario Internacional (FMI); Oficina
del Alto Representante de Naciones Unidas para los Países menos desarrollados, Países en
desarrollo sin mar y pequeñas islas (OHRLLS); Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Comercio y Desarrollo (UNCTAD); Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD);
Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); Fondo de Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF); Programa Mundial de Alimentos (PMA); Organización Mundial de Salud (OMS);
Organización Mundial de Comercio (OMC); Departamento de Asuntos Económicos y Sociales
(DESA); Departamento de Asuntos Políticos (DPA); Departamento de Información Pública (DPI);
Departamento de Mantenimiento de la Paz (DPKO); el Asesor Especial para los Objetivos de
SUPERAR LA CRISIS 105
Cuadro 18
• Por ley, el 75% de la ayuda alimentaria de los Estados Unidos debe ser
comprada, procesada, transportada y distribuida por empresas
estadounidenses (Melito 2007).
• En 2002, sólo dos compañías estadounidenses—ADM y Cargill—
controlan el 75% del comercio mundial de granos, con contratos del
gobierno estadounidenses para administrar y distribuir el 30% de la ayuda
alimentaria de granos. Sólo cuatro compañías controlan el 84% del
transporte y reparto de la ayuda alimentaria internacional (Barret 2006).
• Los acuerdos bilaterales de comercio controlan entre el 50% y el 90% de
la ayuda alimentaria global. Por ejemplo, la ayuda estadounidense
requiere que los países receptores aceptan los granos transgénicos (FAO
2006).
• En 2007, el 99.3% de la ayuda alimentaria estadounidense fue en
especie, es decir alimentos producidos en los EUA y enviados a los
países receptores en barcos comerciales, en lugar de comprar los
alimentos en efectivo o con cupones en lugares cercanos a los receptores
(Food Aid Flows 2007).
SUPERAR LA CRISIS 107
FAO. 2006. The State of Food and Agriculture: Food Aid for Food Security?
Rome: Food and Agriculture Organization of the United Nations.
Food Aid Flows. 2007. Food Aid Monitor, International Food Aid Information
System Policy, Planning and Strategy Division. Rome: Office of the
Executive Director, World Food Program.
Melito, Thomas. 2007. Various Challenges Impede the Efficiency and
Effectiveness of U.S. Food Aid. United States Government Accountability
Office. Washington D.C.
USAID. 2008. The History of America's Food Aid. USAID.
http://www.usaid.gov/our_work/humanitarian_assistance/ffp/50th/history.h
tml (consultada Octubre 14, 2008).
WFP. 2007. Food Aid Flows, 2007, Food Aid Monitor. In International Food
Aid Information System. Office of the Executive Director. Rome: World
Food Program.
WFP. 2008. Overview of Operations 2008. World Food Program.
http://www.wfp.org/appeals/projected_needs/documents/2008/Overview.p
df (consultada Octubre 29, 2008).
SUPERAR LA CRISIS 109
Cuadro 19
¡Apropiaciones de Tierra!
gobierno de Khartoum (Blas y Walls 2009). Hadco de Arabia Sauidta arrendó 25,000
hectáreas de tierras cultivables, Abu Dhabi lanzó un proyecto para desarrollar
28,000 hectáreas en el norte y la empresa Qatari Zad Holding está buscando hacer
algo similar (Blas and Walls 2009).
Todo esto representa una nueva oleada de colonialismo en África. Suscitada por
los altos precios de los alimentos y por mercados financieros de alto riesgo, esta
nueva ronda de cercamientos—de hecho una reforma agraria a favor de las
empresas agroindustriales—está dejando sin tierra a los pequeños productores y
erosionando las bases sobre las cuales se pueden construir sistemas de soberanía
alimentaria.
Blas, Javier y William Walls. 2009. U.S. Investor Buys Sudanese Warlord's Land.
Financial Times. 9 de enero.
GRAIN. 2008.Siezed! The 2008 Land Grab for Food and Financial Security.
http://www.grain.org/go/landgrab (consultado el 1 de noviembre, 2008).
World Bank. 2009. Frequently Asked Questions about Poverty in Cambodia.
http://go.worldbank.org/T2890U8730 (consultado el 31 de enero, 2009).
World Food Program. 2008. Where We Work: Sudan.
http://www.wfp.org/country_brief/indexcountry.asp?country=736 (consultado
el 30 de diciembre, 2008).
SUPERAR LA CRISIS 111
Cuadro 20
El Derecho a la Alimentación
controlados por sistemas alimentarios orientados por la población, que respete a las
comunidades, su cultura y su soberanía alimentaria” (d’Escoto 2008).
d’Escoto, Miguel. 2008. The Politics of Food: Food Bio-Diversity and Democracy.
http://www.un.org/ga/president/63/statements/foodpolitics191108.shtml (accessed
April 8, 2009).
FAO. 2004. Voluntary Guidelines to Support the Progressive Realization of the Right
to Adequate Food in the Context of National Food Security. Rome: Food and
Agriculture Organization of the United Nations..
UN Committee on Economic Social and Cultural Rights. 1999. General Comment 12:
The Right to Adequate Food. Geneva: Economic and Social Council of the United
Nations.
Zeigler, Jean. 2008. Promotion and Protection of all Human Rights, Civil, Political,
Economic, Social, and Cultural Rights, Including the Right to Development. In Report
of the Special Rapporteur on the Right to Food, Jean Ziegler. Geneva: United
Nations General Assembly.
SUPERAR LA CRISIS 113
Cuadro 21
Agroecología—Algunas Definiciones
De Pretty, Jules y Richard Hine (2001). "Reducing food poverty with sustainable
agriculture: a summary of new evidence." Centre for Environment and Society,
Essex University.
Altieri, Miguel. 1995. Agroecology: the Science of Sustainable Agriculture. Boulder:
Westview Press.
SUPERAR LA CRISIS 114
Cuadro 22
El MST y la Agroecología
Cuadro 23
La Agricultura Ecológica
Roland Bunch
Bunch, Roland. 1999. More Productivity with Fewer External Inputs: Central
American Case Studies of Agroecological Development and their Broader
Implications. Environment, Development and Sustainability 1 (3/4):219–33.
Bunch, Roland y Gabino Lopez. 1995. Soil Recuperation in Central America:
Sustaining Innovation after Intervention. Londres: Sustainable Agriculture
Programme, International Institute for Environment and Development.
Ladha, J.K., G.J.D. Kirk, J. Bennett, S. Peng, C.K. Reddy, y U. Singh. 1998.
Opportunities for Increased Nitrogen-use Effciency from Improved Lowland Rice
Germplasm. Field Crops Research 56:41–71.
Pretty, J, A.D. Noble, D. Bossio, J. Dixon, R.E. Hine, F.W.T. Penning de Vries y J.I.L.
Morison. 2006. Resource-conserving Agriculture Increases Yields in Developing
Countries. Environmental Science & Technology 40 (4):1114-1119.
Pretty, J., and R. Hine. 2000. Feeding the World with Sustainable Agriculture: a
Summary of New Evidence. Informe final del SAFE-World Research Project.
Colchester, Inglaterra: University of Essex.
Primavesi, Ana. 1980. O manejo ecológico do solo: a agricultura em regiões
tropicais. Sao Paulo: Nobel.
Uphoff, Norman. 2000. Agroecological Implications of the System of Rice
Intensification (SRI) in Madagascar. Environment, Development and Sustainability
1 (3/4).
SUPERAR LA CRISIS 120
Cuadro 24
Cuadro 25
Cuadro 26
Altieri, Miguel. 2004. Linking Ecologists and Traditional Farmers in the Search for
Sustainable Agriculture. Frontiers in Ecology and Environment 2:35–42.
Buckles, D., B. Triomphe y G. Sain. 1998. Cover Crops in Hillside Agriculture:
Farmer Innovation with Mucuna. Ottawa, Canada: International Development
Research Center.
Flores, M. 1989. Velvetbeans: an Alternative to Improve Small Farmers' Agriculture.
ILEIA Newsletter 5:8–9.
8
África y el fin del hambre
millones de personas viven con menos de dos dólares al día y más de una tercera
parte de la población sufre de malnutrición (Faurès y Santini 2008). Las propuestas
para terminar con el hambre y la pobreza en África tienen que considerar que desde
la época colonial, los sistemas alimentarios y los recursos naturales de África han
sido apropiados persistentemente por el capital extranjero, muchas veces en
complicidad con las élites nacionales. Incluso hoy, en medio de la crisis alimentaria,
algunos gobiernos africanos están negociando la venta y la renta a largo plazo de
tierra agrícola a corporaciones y gobiernos extranjeros. Otros están ofreciendo sus
bosques y sus tierras de pastoreo a corporaciones de agrocombustibles extranjeras.
Las luchas por la soberanía alimentaria en África son extensas y son
especialmente difíciles porque el continente no sólo sigue siendo una fuente de
recursos naturales fundamental para el Norte industrial, sino también porque en un
momento en el que los mercados globales se están encogiendo, la crisis alimentaria
hace que los agricultores pobres de África sean un blanco para las compañías de
semillas, biotecnología y fertilizantes que están desesperadas por encontrar nuevos
consumidores. Aunque cada agricultor pobre no tenga mucho dinero para gastar, en
su conjunto estos agricultores constituyen un mercado grande y lucrativo, sobre todo
si la asistencia internacional y los gobiernos africanos crean las condiciones para la
expansión del mercado con infraestructura, investigación e incentivos para la
inversión.
Claro que los gobiernos africanos tienen que aumentar su asistencia a la agricultura.
Alentadoramente, en la cumbre de la Unión Africana realizada en Maputo,
Mozambique en el 2003, los líderes africanos aprobaron el Programa Integral para
el Desarrollo de la Agricultura Africana (CAADP, siglas en inglés) en el que
prometieron aumentar el apoyo gubernamental a la agricultura a 10% para el 2015. i
El sector privado tiene un rol importante en la lucha contra el hambre y en estos
tiempos de crisis tiene la responsabilidad social de servir al bien público. Sin
embargo—especialmente en África—se tiene que asegurar que los beneficios de la
mejoría de la agricultura los reciban los agricultores pobres, no las granjas estatales,
las granjas agroindustriales para la exportación, los fondos soberanos de inversión,
ni las corporaciones transnacionales.
Quién mejore la agricultura africana, cómo, bajo qué acuerdos, y a través de qué
medios, determinará si los esfuerzos para terminar con el hambre en África
funcionen o fracasen. Una falta de atención a estos temas nos pone en riesgo de
que el apoyo a la agricultura africana se use como accesorio de un sistema
alimentario mundial viciado cuando lo que se necesita es una transformación
profunda de la agricultura.
Las tensiones entre las estrategias que surgen de las bases y las que surgen
desde círculos oficiales o poderosos para resolver la crisis alimentaria en África se
dan en un “espacio de desarrollo” transnacional, en donde los discursos oficiales de
“las asociaciones privado-públicos” frecuentemente están acompañados de agendas
políticas y comerciales poco altruistas, las cuales generalmente enmascaran la
verdadera exclusión que sufren los agricultores: no les permiten participar en la
toma de decisiones que afectan sus vidas. El futuro de los sistemas alimentarios de
África y el destino de millones de pequeños propietarios y gente hambrienta
dependen de los resultados que surjan de este espacio transnacional. El debate
público informado, la responsabilidad y transparencia institucional, y la amplificación
de las voces diversas de las organizaciones campesinas y sus propuestas son
esenciales para encontrar un camino sustentable y equitativo para salir de la crisis
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 129
Existen algunos fundamentos para los argumentos de que África fue ignorada
por la primera Revolución Verde. En un intento de aumentar la producción
alimentaria—antes de la crisis petrolera de los 1970s—muchos gobiernos africanos
introdujeron reformas agrarias, proyectos de desarrollo rural, aumentaron los
subsidios para productores, crearon consejos de comercialización, establecieron
garantías de precios e invirtieron en infraestructura rural. Se crearon sistemas
nacionales de investigación agrícola para probar y distribuir paquetes de semillas y
fertilizantes. Bajo estas condiciones, la Revolución Verde sí comenzó a aumentar la
producción de granos básicos en algunos lugares, lo que llevó a muchos a pensar
que el “milagro asiático” se podría replicar en África (Havnevik et al. 2007).
En los 1990s, hubo varios intentos fracasados de hacer que la Revolución Verde
funcionara en África. Algunas personas que intentaron fueron: los ex-presidentes
estadounidenses Jimmy Carter y Bill Clinton, y el filántropo Ryoicho Sasakawa junto
con Norman Borlaug, el “padre” de la Revolución Verde. Los múltiples fracasos de la
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 130
¿Funcionará?
AGRA parece estar teniendo algún éxito en revivir a la Revolución Verde. Los
ministerios de agricultura gubernamentales de siete países y varios centros de
investigación agrícola nacionales como el Instituto de Investigación Agrícola de
Kenya, la Organización Nacional de Investigación Agrícola de Uganda, la
Universidad de Ghana, y la Universidad de KwaZulu Natal—todas con problemas de
dinero—han acudido a AGRA con la esperanza de resucitar sus programas
agrícolas abandonados. Más de 550 científicos africanos están siendo entrenados
en biotecnología y mejoramiento de cultivos. Organizaciones no gubernamentales
nacionales e internacionales están teniendo acceso a los recursos directa e
indirectamente al participar en proyectos de AGRA. Hasta los centros de
investigación agrícola internacionales, incluyendo el Centro Internacional de la
Papa, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, y el Instituto
Internacional de Investigación del Arroz, se están beneficiando del nuevo
financiamiento para la investigación biotecnológica. Las corporaciones
agroindustriales internacionales, aunque no están llegando en estampida al
continente, están haciendo inversiones de exploración en los mercados de semillas
y fertilizantes, posicionándose para aprovechar oportunidades futuras. (Por ejemplo,
Yara, el gigante noruego de fertilizantes, está dispuesto a recibir tasas de
rendimiento menores por sus inversiones para poder establecer su dominio en el
mercado africano). Para aquellos convencidos de que una nueva Revolución Verde
es la respuesta al problema del hambre en África, AGRA parece ser el milagro tan
esperado.
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 133
Éstas son sólo algunas de las complejas preocupaciones que no pueden ser
respondidas en una página de Internet en la sección de “preguntas frecuentes”.
Tienen que responderse socialmente, a través de diálogos abiertos y en debates
públicos locales, nacionales y regionales. Abordar estar preguntas—abriendo el
debate sobre las alternativas agroecológicas a la Revolución Verde—es un paso
necesario para un proceso social mayor, democrático y de resolución de problemas,
que permita el ensayo y el error, los cambios y los ajustes en base a un amplio
consenso.
Verde en África, no es una buena noticia. A pesar de que dicen que la nueva
Revolución Verde ahora beneficiará a las mujeres y conservará la tierra, si los
mismos paradigmas y estructuras de la Revolución Verde siguen intactos, la
pregunta más grande que no se ha respondido es: ¿Cómo evitará AGRA reproducir
la misma violencia estructural devastadora de la primera Revolución Verde?
Sustentando la sostenibilidad
Para ser exitosos, los esfuerzos para mejorar la agricultura y terminar con el hambre
en África tienen que inspirar y movilizar a millones de campesinos. Para ser
sostenibles, estos esfuerzos tienen que sustentarse en la capacidad de los
minifundistas de innovar y ser solidarios. De esta manera, un flujo continuo de
innovaciones agroecológicas se puede esparcir por el continente rápida y
efectivamente. Esto es posible si el proceso de mejoramiento agrícola cultiva el
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 135
entusiasmo de los campesinos. Roland Bunch, autor del libro clásico Las Dos
Mazorcas de Maíz dice:
Los últimos 20 años de los exitosos movimientos dirigidos por campesinos para la
agricultura sustentable indican que, la semilla del entusiasmo fue sembrada al inicio
del proceso de innovación tecnológica. Cuando los campesinos identifican los
problemas y seleccionan, experimentan y crean soluciones posibles, posteriormente
comparten con pasión sus innovaciones. Los campesinos que dirigen este proceso
de innovación son capaces de divulgar los métodos para el mejoramiento de la
agricultura de campesino a campesino, a lo largo y ancho de amplias áreas
geográficas. Con un apoyo mínimo, ellos han compartido de manera efectiva sus
conocimientos con campesinos en otros países (Holt-Giménez 2006). Las
numerosas alternativas agroecológicas africanas que se están expandiendo por
todo la región subsahariana son un ejemplo de esto. Para que las nuevas técnicas
de la Revolución Verde tengan éxito en donde otros intentos han fracasado, sus
promotores tendrán que reunirse con las organizaciones agroecológicas dirigidas
por campesinos, las cuales actualmente están transformando la agricultura en
África. De otra manera, a pesar de las inauditas inyecciones de dinero “filantrópico”,
la nueva Revolución Verde en África no será capaz de extender las mejoras
agrícolas, ni de mantener su esfuerzo por mucho tiempo. v
Es importante reconocer las formas en las cuales AGRA y los movimientos a favor
de las alternativas agroecológicas en África concuerdan, coinciden o son
complementarios. En los mejores escenarios, estas áreas representan un potencial
terreno en común e idealmente podrían generar las sinergias necesarias para
superar la crisis alimentaria. En el peor de los casos, pueden cooptar y diluir las
experiencias exitosas existentes y los esfuerzos independientes de desarrollo
agroecológico.
Es igualmente importante reconocer en dónde y cuándo las diferencias entre
AGRA y las alternativas agroecológicas africanas son irreconciliables. Si estas
diferencias son muy grandes, incluso pueden evitar la convergencia en temas sobre
los cuales la Revolución Verde y los movimientos sociales africanos están de
acuerdo. Estos conflictos pueden terminar debilitando los aspectos positivos de
ambos enfoques y llevar al fracaso la lucha contra el hambre y la pobreza—una
opción que nadie aspira.
Existe mayor convergencia entre ambas visiones en el tema de los pequeños
productores, que según algunos gobiernos e instituciones se ha descuidado desde
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 136
Tomar las principales decisiones del programa y establecer todas las relaciones
institucionales determinantes, y posteriormente consultar a las organizaciones
campesinas africanas es más que un desafortunado descuido—es un grave
problema. La falta de consulta desde el inicio con las organizaciones campesinas
africanas excluye un cuestionamiento sustantivo sobre la forma cómo se definieron
los problemas del hambre y de la agricultura de pequeña escala. Esto ha limitado la
conciencia de AGRA y su selección de posibles soluciones. La falta de consulta
oportuna también ha influenciado las ideas de AGRA en relación a la participación
campesina. Actualmente, se permitirá a los campesinos brindar información a los
científicos de AGRA sobre sus preferencias en torno a la variedad de cultivos a
través de metodologías participativas. Sin embargo, las estrategias y posiciones de
AGRA sobre asuntos esenciales que involucran a los campesinos—como reforma
agraria, agroecología, mercados globales y productos genéticamente modificados—
se han formulado sin la participación de los campesinos africanos ni de sus
organizaciones. Esta omisión refleja una comprensión limitada de las luchas
agrarias en África y una falta de reconocimiento o estima del dinamismo de los
movimientos campesinos africanos y de sus esfuerzos agroecológicos. Tristemente,
los arquitectos de AGRA parece que fallaron, subestimaron o simplemente
ignoraron el tremendo potencial de las experiencias verdaderamente africanas de
agricultura ecológica ya existentes, que durante los últimos 20 años—el tiempo del
primer fracaso de la Revolución Verde—han seguido creciendo consistentemente en
África.
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 138
¿Se puede cambiar ésto? Por supuesto que sí se puede. La pregunta es si los
directivos de la nueva Revolución Verde en África tienen la voluntad política para
hacer estos cambios. El primer paso positivo sería que todas las instituciones de la
Revolución Verde se abran a un debate público informado sobre el problema, los
medios y los fines de erradicar el hambre en el continente.
Lecciones de África
África tiene mucho que enseñarnos sobre cómo terminar con el hambre. Por
ejemplo: la importancia de crear condiciones favorables para la sostenibilidad de los
pequeños agricultores y los peligros potenciales de depender de “mega-arreglos”
tecnológicos o filantrópicos. También nos muestra que, incluso en las circunstancias
más desesperantes, existe el potencial de convertir la crisis alimentaria en un
momento de transformación. Ante la crisis alimentaria, las alternativas
agroecológicas se están expandiendo en África, aunque no cuentan con apoyo
oficial. Las organizaciones campesinas africanas y los grupos de la sociedad civil,
con sus demandas compartidas de soberanía alimentaria, están creciendo—ante la
oposición de las agroindustrias multinacionales. La posibilidad de dar un salto
cuantitativo y cualitativo en la capacidad de África de auto alimentarse depende de
la capacidad del continente de transformarse socialmente. Para terminar con el
hambre necesitamos un cambio social.
i
Desafortunadamente, hasta ahora sólo 6 de los 53 países están invirtiendo el 10% de su
presupuesto nacional en la agricultura. Como resultado de la crisis financiera mundial esto podría
disminuir en vez de aumentar.
ii
Secciones adaptadas de Holt-Giménez, de AGRA: The Green Revolution Returns to Africa,
Development 51(4): 464–71, 2008.
iii
Ver http://www.pelum.net/
iv
Ver http://www.leisa.info/
v
La Fundación Bill y Melinda Gates tiene planes para que AGRA funcione por sí misma después de
un período de incubación promovida por la Fundación. Mientras tanto, por la crisis financiera
mundial, la pronosticada expansión del financiamiento de Gates está en espera—la Fundación
aumentará su aporte levemente (de $3.3 a $3.8 mil millones) y probablemente no aumentará más
en el futuro cercano (Gates 2009).
vi
Las diferentes interpretaciones de los términos “agroecología” y “biodiversidad” son buenos
ejemplos de este problema. Para AGRA el primero significa producir semillas híbridas aptas para
sistemas agroecológicos locales y el segundo significa diversidad de variedades de un mismo
cultivo. Estas interpretaciones probablemente no van a satisfacer las necesidades ni las demandas
de los agricultores ecológicos que dependen de una mezcla rica de flora y fauna, en y alrededor de
la tierra cultivada para asegurar que el sistema agroecológico funcione de manera sana. En el
programa de “manejo integrado del suelo” de AGRA, los fertilizantes adquiridos con “subsidios
inteligentes” tienen prioridad. El cultivo de cobertura, el abono y otras prácticas de mejoramiento de
suelos supuestamente le seguirán a los fertilizantes, pero no está claro qué medios se utilizarán
(como crédito subsidiado para fertilizantes) para que los agricultores lleven a cabo este difícil
trabajo. Para los agricultores ecológicos, el cuidado de la tierra es la prioridad—frecuentemente
volviendo los fertilizantes químicos innecesarios. Varias experiencias pasadas en todo el mundo
indican que mientras estén disponibles los subsidios para los fertilizantes, la mayoría de los
agricultores evitan el difícil trabajo de cuidar la tierra. Esto frecuentemente conduce a la destrucción
total del suelo—incluso al punto que hasta los fertilizantes dejan de funcionar (Gliessman 1998).
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 140
Cuadro 27
Vorley, Billy. 2003. Food Inc.: Corporate Concentration From Farm to Consumer.
United Kingdom Food Group. http://www.ukfg.org.uk/docs/UKFG-Foodinc-
Nov03.pdf (consultado el 15 de julio, 2008).
WorldBank. 2008. World Bank Launches $1.2 Billion Fast-Track Facility for Food
Crisis. WorldBank.
http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/NEWS/0,,contentMDK:21783685~
pagePK:64257043~piPK:437376~theSitePK:4607,00.html (consultado el 11 de
noviembre, 2008).
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 143
Cuadro 28
Desarrollo de
Comerciantes de $24,824,032 Kenia, Malawi, Tanzania, Malí, Nigeria, Zambia
Productos Agrícolas
Educación para el
Ghana, Uganda, Sudáfrica, África
Mejoramiento de Cultivos $15,685,943
Subsahariana
Africanos
Fondo para el
Ghana, Kenya, Malawi, Malí, Nigeria, Etiopía,
Mejoramiento y la
$5,516,366 Sudáfrica, Tanzania, Uganda, África
Adopción de Cultivos
Subsahariana
Africanos
Total $49,780,344
AGRA. 2008. Private Sector Forum on African Agricultural Development. Alliance for
a Green Revolution in Africa. http://www.agra-
alliance.org/content/news/detail/823 (consultado el 3 de enero, 2009).
Gates Foundation. 2008. Agricultural Development Strategy 2008–2011. Bill and
Melinda Gates Foundation. Seattle, Washington
Moyo, S., W. Chambati y T. Murisa. 2008. An Audit of the Alliance for a Green
Revolution in Africa. Nairobi, Kenia: Action Aid International.
i
Software, término utilizado para describir una función en un programa de computación,
procedimientos y habilitación de documentación en un sistema de informática. Son las instrucciones,
la información, los datos que la computadora almacena.
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 146
Cuadro 29
ETC Group. 2008. Patenting the Climate Genes and Capturing the Climate Agenda.
ETC Group. http://www.etcgroup.org/upload/publication/pdf_file/687 (consultado
el 25 de septiembre, 2008).
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 147
Cuadro 30
Cuadro 31
Pretty, Jules, and Rachel Hine, and Sophia Twarog. 2008. Organic Agriculture
and Food Security in Africa, Agricultura Orgánica y Seguridad Alimentaria
en África, UNEP–UNCTAD Fuerza de Tarea para Crear Capacidad
Comercial Ambiental y de Desarrollo. Nueva York y Ginebra: Conferencia
de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo/ Programa de Naciones
Unidas sobre Ambiente.
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 152
Cuadro 32
El Proyecto Tigray
Edwards, Sue, Arefayne Asmelash, Hailu Araya, and Tewolde Berhan Gebre
Egziabher. 2007. Impact of Compost Use on Crop Yields in Tigray, Ethiopia.
El Impacto del Uso del Compost en las Cosechas en Tigray, Etiopía. Rome:
Natural Resources Management and Environment Department, Food and
Agriculture Organization of the United Nations.
Moberg, Fredrik and Jakob Lundberg. 2007. Ecosystem Services-Based
Farming in Ethiopia Increases Crop Yields and Empowers Women.
Sustainable Development Update 7 (6). Actualización de Desarrollo
Sustentable 7.
SSNC. 2008. Ecological in Ethiopia—Farming with Nature Increases
Profitability and Reduces Vulnerability. Produciendo con la Naturaleza—
Agricultura Ecológica en Etiopía Aumenta las Ganancias y Reduce la
Vulnerabilidad. Stockholm: Swedish Society for Nature Conservation.,
www.naturskyddsforeningen.se/upload/Foreningsdokument/Rapporter/enge
lska/Report_international_Ethiopia.pdf (consultado 2 de febrero, 2009).
ÁFRICA Y EL FIN DEL HAMBRE 154
Cuadro 33
Como en el resto del mundo, en EUA la crisis alimentaria global afectó más a los 50
millones de personas pobres y menos pudientes. Las comunidades de bajos
recursos e históricamente marginadas ya sufrían de enfermedades relacionadas a la
dieta y la inseguridad alimentaria de manera desproporcionada. Estas comunidades
han tomado la vanguardia en la lucha por la justicia alimentaria en el ámbito
nacional.
La justicia alimentaria afirma que nadie debe vivir sin suficiente comida por
restricciones económicas o por inequidades sociales. La justicia alimentaria
considera la escasez de alimentos saludables en comunidades pobres como una
violación de los derechos humanos. La justicia alimentaria también valora a los
movimientos de base históricos y de tradiciones organizativas como los creados
por el movimiento de derechos civiles y el movimiento de justicia ambiental. El
movimiento de justicia alimentaria es una estrategia diferente para satisfacer las
necesidades de las comunidades, que buscan realmente alcanzar su
autosuficiencia y la justicia social, reconoce a las comunidades como líderes
para solucionar sus propios problemas y les brinda herramientas para hacerle
frente a las desigualdades dentro de nuestro sistema alimentario y en la
sociedad general.
Brahm Ahmadi, People’s Grocery, Oakland, California
Mientras que la Ley agrícola y alimentaria del Tío Sam continúa subsidiando la
producción de mala comida industrializada, así como la sobreproducción y el
dumping de productos básicos en los sistemas alimentarios de los países del Sur,
surgen alternativas positivas. Se consolidan movimientos amplios que producen sus
alimentos, dirigidos por jóvenes, por comunidades marginadas, por grupos
comunitarios, por familias agrícolas y por organizaciones laborales. Ellos están
tomando mayor control sobre el sistema alimentario. Los diversos actores que
conforman el movimiento alimentario de EUA incluyen: defensores de la justicia
alimentaria en comunidades urbanas, bancos alimentarios trabajando en los
“desiertos alimentarios” del país; organizaciones de familias agrícolas presionando
por precios mínimos, por reservas de granos, por reglamentos de comercio justo y
por apoyo para los agricultores jóvenes y marginados; aficionados a la comida
(“foodies” en inglés, término divulgado en 1981 por Paul Levy y Ann Barr)
concientes de sus dietas y del ambiente y miembros del movimiento gourmet Slow
Food (Comida lenta), organización ecogastronómica que busca unir el placer y la
responsabilidad social en la comida, creada en 1989, quienes proponen que todos
debemos disfrutar el placer de la comida fresca, saludable, cultivada localmente.
Las iniciativas que no sólo hacen alimentos, sino que hacen alimentos
saludables, culturalmente apropiados y accesibles para todos, que crean tiendas
pequeñas en las ciudades, que usan los sistemas alimentarios para darle trabajo a
la juventud y revitalizar economías locales, y que promueven la justicia social, están
emergiendo de los escombros provocados por el complejo agroindustrial en EUA. La
mayoría de estas iniciativas son de escala local, pero juntas revelan una ola de
cambio. En los últimos diez años la cantidad de huertas y jardines comunitarios se
han más que duplicado. En los programas de agricultura apoyada por la comunidad
(CAS, siglas en inglés) los consumidores compran una parte de la producción de la
granja cada temporada y reciben productos regularmente y directamente de las y los
agricultores. En 2008, el Departamento de Agricultura de EUA contabilizó 4,865
mercados campesinos “oficiales”—casi el doble e los que existían hace una década
(USDA 2008d). Miles de mercados más informales no son contados. Muchas CAS
han adoptado una escala móvil para hacer que los productos frescos sean más
accesibles para los residentes de bajos ingresos. Muchos agricultores ahora
aceptan food stamps (los cupones de comida dados por el Departamento de
Agricultura de EUA de asistencia alimentaria para población pobre) y están
expandiéndose a los “desiertos alimentarios”—barrios por lo general en el interior de
la ciudad, sin supermercados ni otros lugares para comprar alimentos saludables.
La industria está muy conciente del lado político del sistema alimentario y trabaja
incansablemente para evitar los cambios que podrían beneficiar a los pequeños
agricultores y a las comunidades locales. Además de dar contribuciones para
EL DESAFÍO DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA 159
campañas políticas (y otras medidas menos éticas), las corporaciones operan por
tres vías, (directivos—comisiones legislativas del congreso—grupos contratados de
presión) para mantener sus redes de privilegio y construir una voluntad política que
favorezca la desregulación, los subsidios, las desgravaciones fiscales y los rescates
financieros; hacen lo que sea necesario para garantizar sus ganancias
empresariales y fortalecer su poder de mercado.
Estas demandas exigen al gobierno de EUA que deje de favorecer los intereses
de las empresas y que acabe con el hambre, apoyando un sistema alimentario que
proteja el ambiente y provea alimentos saludables. Al igual que la IAASTD, estos
grupos buscan apoyo para los sistemas alimentarios sostenibles controlados
localmente, como una estrategia para terminar con el hambre mundial y la pobreza.
Las políticas agrícolas y alimentarias de EUA –especialmente el Farm Bill (la Ley
Agrícola)—son, en gran medida, políticas alimentarias mundiales. Muchos
defensores del los países del Sur están exigiendo cambios en la política exterior de
asistencia alimentaria de EUA para que el Programa Mundial de Alimentos pueda
comprar comida local y regional de pequeños productores a precios justos para
poder distribuirla a la gente necesitada, en lugar de llevar a estos productores a la
quiebra al inundarlos con productos excedentes estadounidenses subsidiados.
EL DESAFÍO DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA 160
EUA tiene que cambiar su voto en las Naciones Unidas para defender el derecho
humano a la alimentación. Cuando se reconoce ese derecho fundamental, los
gobiernos están obligados a proteger a su población nacional de leyes, reglamentos
y proyectos empresariales que socaven el derecho a la comida—como los acuerdos
de libre comercio y la propagación de productos transgénicos sin regulación alguna.
También requeriría que EUA fortalezca la red nacional de protección social para
personas de bajos ingresos, mediante un aumento de beneficios suficientemente
alto que les permita comprar comida fresca y saludable.
Las reacciones han variado dependiendo del país y del carácter de las
organizaciones locales, pero todas están creando y fortaleciendo alianzas entre los
diferentes sectores sociales afectados negativamente por las políticas
agroalimentarias de la Política Agrícola Común. Juntos, están creando una serie de
prácticas y políticas alternativas para la producción, distribución y consumo
sostenibles.
Por ejemplo, en Francia se están forjando redes solidarias entre los productores
y consumidores a través de Asociaciones por el Mantenimiento de la Agricultura de
Pequeña Escala (AMAPs siglas en francés). Al igual que la agricultura apoyada por
comunidades, las AMAPs establecen contratos solidarios entre grupos de
consumidores y agricultores agroecológicos locales. El grupo paga por adelantado
por el producto que recibirá semanalmente. La primera AMAP fue fundada en 2001
entre un grupo de consumidores de Aubagne y una granja en la región Olivades de
Provenza. Actualmente existen 750 AMAPs que sirven a 30,000 familias en toda
Francia.
Estas redes de alimentación están uniendo sus fuerzas para hacer retroceder las
políticas neoliberales de la Unión Europea. En Francia, Minga—una agrupación de
800 asociaciones que trabajan en comercio justo local e internacional—actualmente
se coordina con la Confédération Paysanne (Confederación de Campesinos), y
otros consumidores, agricultores y organizaciones agroecológicas.
18
Adaptado de Esther Vivas "The CAP, Alternatives and Resistance: Something is Moving in
Europe". Correo electrónico, 27 de enero, 2009.
EL DESAFÍO DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA 164
Cuadro 34
Cotterill, R.W. and A.W. Franklin. 1995. The Urban Grocery Store Gap. El
Vacío en las Tiendas Urganas. Food Marketing Policy 8. Política de Mercadeo
de Alimentos 8. Food Marketing Policy Center, University of Connecticut.
EL DESAFÍO DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA 167
Cuadro 35
al recoger la cosecha, por lo que ha sido un largo día. Pero la satisfacción que
brinda el trabajo duro y bien hecho es palpable. Considero que este es el punto
clave. El Proyecto Alimentario y los programas similares en todo el país son
poderosos, no sólo por su potencial y porque abordan necesidades inmediatas
vitales, sino porque satisfacen un profundo deseo de cada persona: ser útil,
producir—no ser sólo consumidora—y estar en armonía y conectada con la tierra.
Tocan algo muy profundo que se perdió cuando la mayoría de las personas
abandonaron la tierra, y cuando las y los adolescentes se convirtieron sólo en un
segmento del mercado.
Esta es una razón de esperanza. Es posible que el movimiento sea
relativamente joven y pequeño, pero sus raíces son muy antiguas—se sostiene
desde las verdades más profundas de la naturaleza y los mejores aspectos de la
humanidad. Por eso, crecerá.
i
“Little Rock Nine” se llama a un grupo de nueve estudiantes Afro-Americanos admitidos en el
Instituto Little Rock en 1957. Cuando los estudiantes se presentaron se les impidió que entraran a las
instalaciones, porque era un Institutos para blancos. Esta segregación racial fue apoyada por el
gobernador de Arkansas, Orval Faubus. La movilización de los jóvenes rechazando la discriminación
y exigiendo la admisión de los estudiantes fue tan grande que, obligó al presidente Eisenhower a
intervenir directamente y reafirmar el derecho de los estudiantes.
EL DESAFÍO DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA 170
Cuadro 36
i
Ver http://www.growingpower.org/.
ii
Ver http://www.peoplesgrocery.org/ and http://www.cityslickerfarms.org/.
iii
Ver http://bah.ourproject.org/article.php3?id_article=57.
FAO. 2007. Urban Farming Against Hunger. FAO Newsroom, 1 February
http://www.fao.org/newsroom/en/news/2007/1000484/index.html (accessed January
3, 2009).
EL DESAFÍO DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA 173
Cuadro 37
Teniendo como base este éxito, los Consejos sobre Políticas Alimentarias
están ampliando su alcance. El recién creado CAP de Oakland, California
desea fortalecer el sistema local de alimentación y atraer para la economía
local más de US$50 millones invertidos anualmente en alimentos en la
ciudad, para crear empleos y estimular negocios alimentarios de propietarios
locales. En última instancia, el Consejo sobre Políticas Alimentarias de
Oakland espera: garantizar acceso a alimentos sanos, accesibles, a una
distancia que se puede caminar a pie, para todas las y los residentes de
Oakland, donde al menos 30% de los alimentos necesarios sean producidos
en la ciudad o alrededores.
Cuadro 38
Luchando por Alimentos Justos: La Coalición de Trabajadores de
Immokalee
19
“…La convergencia con la diversidad [reconoce] la diversidad, no sólo de los movimientos
fragmentados sino de las fuerzas políticas que operan a su interior, de ideologías e incluso visiones
del futuro de esas fuerzas políticas; y que esto tiene que ser aceptado y respetado.” (Kothari y
Kuruvilla 2008).
Apéndice 1
Más Información
Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria
(IPC) incluye a organizaciones y representa a pequeños productores,
pescadores, pueblos indígenas, pastores, mujeres, juventud, trabajadores
agrícolas y ONGs. www.foodsovereignty.org/new (inglés, francés, español,
italiano)
movilización pueden lograr los cambios necesarios, por esto nuestra tarea
principal es informar, concienciar, debatir, organizar, y movilizar con la gente.
Convocamos a todos los sectores y fuerzas sociales aquí representados para
que sigamos construyendo nuestra unidad, y llevaremos éstas conclusiones
para debatir con nuestras bases y para usar estas ideas para las políticas de
los organismos internacionales como la FAO, y los gobiernos. Pedimos al
mecanismo del comité Internacional de Planificación por la Soberanía
Alimentaria (CIP) asumir como trabajo prioritario el seguimiento a estas
conclusiones.
Tierra, mar y territorio para vivir,
tierra, mar y territorio para soñar,
tierra, mar y territorio para afirmar nuestra dignidad ¡ya!
http://alainet.org/active/10809&lang=es
Apéndice 3
DECLARACIÓN FINAL
Conclusión
Convencidos de que no existen otras alternativas en la movilización de
nuestros propios recursos humanos y financieros, aunque ellos sean
modestos, y conscientes del hecho que nuestro continente—a pesar de la
imagen negativa de limosneros, de sufrimiento, de miseria que se nos
proyecta cada día—poseemos recursos naturales y humanos de gran calidad,
así como valores positivos pertinentes para toda la humanidad, nos
comprometemos, en el contexto de la Plataforma Pan-Africana de
Agricultores, a salvar nuestras vidas, nuestras familias, nuestras naciones y a
África, nuestro continente.
1. Que los OGM representan un riesgo ambiental, para la salud, para los
recursos genéticos y los sistemas agrarios que los producen, así mismo
amenazan los sistemas social y cultural que los administran. Por ello,
Nosotros nos oponemos totalmente a cualquier experimentación y al
uso de OGM en nuestro continente.
3. Que los OGM no son capaces de alimentar al mundo. Esa es una mentira,
una respuesta comercial que resta importancia al problema de la agricultura
en el continente. Más aún, África no debería usarse como un lugar donde
se experimente la privatización y sus contaminantes e irreversibles efectos
que condenan el ambiente. África es pobre y no tiene medios para mitigar
APENDICES 201
Recomendaciones
*
Incluye Vía Campesina, COAG y muchas ONGs. Las organizaciones que
participaron en la reunión de Madrid presentaron una amplia declaración con
nuestras evaluaciones y propuestas “El Desastre se acelera—cuando los bancos
manejan la crisis alimentaria”. Se puede bajar en inglés de la página web de IPC,
quien facilitó nuestra participación: www.foodsovereignity.org
Apéndice 7
http://www.usfoodcrisisgroup.org/
Apéndice 8
http://fooddeclaration.org/
213
Agradecimientos
BM Banco Mundial
comunidad
de desarrollo
OHRLLS United Nations Office of the High Representative for the Least
Developed Countries, Landlocked Developing Countries and
Small Island Developing States / Oficina del Alto Representante
de Naciones Unidas para los Países menos desarrollados,
Países en desarrollo sin mar y pequeñas islas
ACRÓNIMOS 218
UE Unión Europea
ACRÓNIMOS 219
Aldeas del milenio aldeas seleccionadas en África que reciben inversiones para la
agricultura, la salud, la educación y la infraestructura para mostrar distintas maneras
posibles de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Comisión Blair para África una iniciativa del gobierno británico para incitar el
desarrollo en África.
economías emergentes usado para describir a una nación que está viviendo un
proceso de crecimiento industrial rápido, como por ejemplo China, India y Brasil.
países del Sur antes llamados países del “tercer mundo,” las naciones de África,
Centroamérica, Sudamérica y gran parte de Asia, con relativamente poco poder
económico.
seguridad alimentaria según la FAO, “la seguridad alimentaria existe cuando todas
las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente
comida segura y nutritiva para satisfacer sus necesidades dietéticas y sus
preferencias alimentarias para una vida activa y sana.”iii
transgénico un organismo que contiene genes que han sido movidos a través de
diferentes especies a la línea germinal de un huésped.v
Notas
i. Definición del Dr. Robert Leakey en Leaky, R. 1996. Definition of Agroforestry
Revisited. Agroforestry Today 8(1).
ii. Definición tomada de Altieri, Miguel. 2001. Genetic Engineering in Agriculture.
Oakland: Food First Books.
iii. http://www.fao.org/spfs/en/.
iv. Definición de Mike Hamm y Anne Bellows. www.foodsecurity.org.
v. Definición tomada de Altieri, Miguel. 2001. Genetic Engineering in Agriculture.
Oakland: Food First Books.
vi. Definición tomada de Altieri, Miguel. 2001. Genetic Engineering in Agriculture.
Oakland: Food First Books.
vii. Adaptada de la definición de Johan Galtung en Galtung, J. 1969. Violence,
Peace and Peace Research. Journal of Peace Research 6(3): 167–91.
Bibliografía Comentada
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Boulder CO: Westview Press.
Agroecology explica los principios fundamentales de la agricultura sostenible y da
algunos ejemplos de prácticas de manejo que realmente funcionan. Usando
estudios de casos de desarrollo rural sostenible, Altieri ofrece una visión de cómo
una verdadera agricultura ecológica es sostenible y puede resolver el problema de
hambre en el mundo.
Altieri, M., Peter Rosset y Lori Ann Thrupp. 1998. The Potential of Agroecology to
Combat Hunger in the Developing World. Oakland: Food First.
La agroecología—el estudio de sistemas agrícolas utilizando principios ecológicos––
es presentada como una manera de resolver el hambre, la desigualdad y el
desarrollo sostenible en el mundo en desarrollo.
Bello, Walden. 2001. The Future in the Balance: Essays on Globalization and
Resistance. Oakland: Food First.
Colección de ensayos del activista académico tercermundista Walden Bello sobre
los mitos del desarrollo como los presenta la Organización Mundial del Comercio y
otras instituciones, y sobre la posibilidad de otro mundo basado en la equidad y la
justicia.
Cook, Chris. 2004. Diet for a Dead Planet. New York: The New Press.
Mother Jonnes llamó al libro "una toma a largo alcance de la industria alimentaria de
América” el cual describe la forma en que la desregulación, el control empresarial y
los subsidios están destruyendo el sistema alimentario americano.
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Daño, Elenita. 2007. Unmasking the Green Revolution in Africa: Motives, Players
and Dynamics. Penang, Malasia: Third World Network.
Haciendo la pregunta si la Revolución Verde de África es en realidad una estrategia
para encubrir los intereses corporativos, Daño explora las fuerzas detrás de la
Revolución Verde africana y presenta soluciones alternativas para la seguridad
alimentaria y las necesidades de desarrollo en las zonas rurales de África.
Edwards, Michael. 2008. Just Another Emperor? The Myths and Realities of
Philanthrocapitalism. Londres: Demos and the Young Foundation.
El mundo de ONGs está utilizando cada vez más los modelos y métodos del sector
privado. Edwards analiza este nuevo fenómeno, cuestiona los motivos y los
resultados detrás del sector filantrópico estadounidense.
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Century. Londres: Royal Institute of International Affairs at Chatham House.
http://www.chathamhouse.org.uk/files/13179_r0109food.pdf (accessed 5 May 2009).
Evans presenta diez medidas que considera necesarias para evitar precios aún más
elevados en el mercado alimentario global y propone poner la crisis alimentaria
mundial en la vanguardia de la agenda política internacional.
Funes, Fernando, Luis García, Martin Bourque, Nilda Pérez, Peter Rosset. 2002.
Sustainable Agriculture and Resistance: Transforming Food Production in Cuba.
Oakland: Food First Books.
Después de la caída de la Unión Soviética, los fertilizantes, la maquinaria agrícola,
los plaguicidas y los combustibles desaparecieron prácticamente de la noche a la
mañana del campo cubano. En este libro los autores cubanos cuentan la historia de
la transformación de la agricultura cubana de la agricultura industrial hacia el líder
mundial en la agricultura sostenible.
Gliessman, Stephen R. 1998. Agroecology: Ecological Processes in Sustainable
Agriculture. Chelsea: Ann Arbor Press.
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Justice in the Age of Globalization. New Haven: Yale University Press.
Goldman analiza el “neoliberalismo verde” que es la base del los proyectos
ambientales del Banco Mundial.
Harvey, David. 2003. The New Imperialism. Nueva York: Oxford University Press.
Harvey analiza los modos y mecanismos mediante los cuales los países
industrializados dominan los países del Sur. El libro enfrenta la tradición imperial de
EUA, el militarismo, las políticas nacionales, la economía decaída, la guerra en Irak
y la lógica del poder.
Holt-Giménez, Eric, Miguel Altieri y Peter Rosset. 2006. Ten Reasons Why the
Rockefeller and the Bill and Melinda Gates Foundations' Alliance for Another Green
Revolution Will Not Solve the Problems of Poverty and Hunger in Sub-Saharan
Africa. Food First Policy Brief No. 12. Oakland: Institute for Food and Development
Policy.
Un informe sobre los efectos potenciales de la Alianza para una Revolución Verde
en África, sostiene que, además de las consecuencias a largo plazo de la
Revolución Verde, las injusticias de hambre y pobreza en África que no pueden ser
resueltas con otra "Revolución Verde". Las diez razones ilustran el desarrollo de la
Revolución Verde, sus impactos negativos en las comunidades agrícolas locales,
así como su rechazo a las alternativas viables para afrontar el hambre y la pobreza
en África.
Holt-Giménez, Eric. 2008. The World Food Crisis—What’s Behind It and What We
Can Do About It. Food First Policy Brief No. 16.Oakland: Institute for Food and
Development Policy.
Impulsado por la actual crisis alimentaria, este artículo cubre los múltiples factores
que han creado un injusto e infuncional sistema alimentario—desde la Revolución
Verde hasta los agrocombustibles. El informe profundiza en las causas políticas y
económicas de la crisis mundial alimentaria actual y ofrece sugerencias para la
reforma del sistema internacional alimentario para resolver definitivamente la crisis
alimentaria.
BIBLIOGRAFÍA COMENTADA 228
Ishii-Eiteman, M., Molly Anderson con Phana Nakkharach y Ivette Perfecto. 2008.
‘New Era for Agriculture.’ Food First Backgrounder 14(2).
Presenta las conclusiones de los informes de la Evaluación Internacional Agrícola
del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología para el Desarrollo (IAASTD), que
sugiere la necesidad de varios cambios drásticos en el mundo internacional de
alimentos, como el desarrollo de la soberanía alimentaria y la agricultura sostenible.
Kimbrell, A. (ed). 2002. The Fatal Harvest Reader: the Tragedy of Industrial
Agriculture. Washington DC: Island Press.
Brinda una perspectiva de nuestro sistema agrícola actual destructivo y da una
perspectiva de un sistema más saludable para la producción de nuestros alimentos
en una colección de ensayos de escritores y académicos como Wes Jackson,
Wendell Berry, Vandana Shiva, Jim Hightower y Gary Nabhan.
Lappé, Frances Moore, Joseph Collins y Peter Rosset. 1998. World Hunger: Twelve
Myths. Nueva York: Food First.
Mousseau, F. 2005. Food Aid or Food Sovereignty? Ending World Hunger in our
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Analizando el actual sistema de cooperación alimentaria internacional, este informe
ofrece sugerencias para reformar el sistema alimentario hacia la soberanía
alimentaria en lugar de la cooperación, para luchar más eficazmente contra el
hambre mundial.
Pollan, Michael. 2006. The Omnivore's Dilemma. Nueva York: Penguin Press.
Una anécdota personal del autor sobre cuatro comidas muy distintas que describen
datos sorprendentes sobre como cultivar, cosechar y comer comida.
Pretty, Jules. 1995. Regenerating Agriculture; Policies and Practice for Sustainability
and Self-Reliance. Londres: Earthscan Publications.
Provee un rigoroso informe de prácticas agrícolas sostenibles alternativas, como
medios para lograr mejoras económicas, ambientales y sociales.
Rosset, Peter. 2007. Food Is Different: Why We Must Get The WTO Out of
Agriculture. Halifax y Londres: Fernwood y Zed Books.
Expone la maneras cómo la Organización Mundial del Comercio (OMC) al promover
la globalización y el libre comercio de alimentos, destruye a campesinos y
comunidades locales, al introducir alimentos importados a precios bajos en los
mercados locales, eliminando la producción local de alimentos y la manera de vivir
de la gente local. A través de ejemplos íntimos y detalladas explicaciones
económicas, Rosset muestra la necesidad de regresar a la soberanía alimentaria
para poder combatir la destrucción de sistemas de cultivos locales y sostenibles
causada por los principios y practicas de la OMC.
Shiva, Vandana. 1991. The Violence of the Green Revolution. Londres: Zed Books.
Muestra el efecto negativo de la Revolución Verde a largo plazo en el valle fértil de
India de Punjab. Shiva describe los impactos a largo plazo de la Revolución Verde—
desde un mayor número de plagas y enfermedades, hasta la escasez de agua,
mayor desigualdad y mayor conflicto social—en combinación con una violencia
estructural en contra de la gente de Pujab y sus tierras.
BIBLIOGRAFÍA COMENTADA 230
Winnie, Mark. 2008. Closing the Food Gap. Boston: Beacon Press.
Esboza una reforma necesaria a la política alimentaria para poder lograr la
seguridad alimentaria para personas de todos los niveles económicos y ofrece
sugerencias para ‘proyectos, socios y políticos’ del sistema alimentario
estadounidense.
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and the Struggle for a New Brazil. Oakland: Food First Books.
Repleto de anécdotas personales del Movimiento sin Tierra (MST) de Brasil,
presenta la historia, la política y la situación ambiental de la lucha y el éxito de un
movimiento de reforma agraria defendiendo más de 20 millones de acres para
garantizar la agricultura local.
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