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Los dos Wittgenstein y sus relecturas1

1- Introducción:
La figura y pensamiento de Ludwing Wittgenstein, a similitud de su propia biografía, es
destacadamente original y ha constituido un hito significativo en el pensamiento de la
filosofía contemporánea, tanto en lo que se ha denominado su primera etapa de
pensamiento, como en la segunda. Su reflexión sobre el lenguaje coincide con el “giro
lingüístico” de la filosofía, y sus dos obras se enmarcan en él. Ambas obras tiene por
objeto la reflexión sobre la concepción del lenguaje a fin de elucidar los problemas
filosóficos, que se resolverían a partir de una adecuada comprensión de la noción del
lenguaje.
Indudablemente el Tractatus por su escueta, despojada y tajante redacción, así
como por el vuelo de su propuesta, es la expresión de una teoría perfectamente
estructurada y ensamblada. Es el único texto que publicó, aún cuando descontaba su
difícil comprensión.
Las Investigaciones Filosóficas, que aún no había concluido al momento de su
muerte, fueron publicadas con posterioridad. Este texto es mucho más accesible, con
numerosos ejemplos y organizado en torno a una forma de “enseñanza” de los
conceptos que presenta; a diferencia del Tractatus, que parece ser la expresión teórica
de sus concepciones. Este texto es valorado como una de las más importantes obras
filosóficas del siglo XX y ha ejercido gran influencia entre los filósofos
contemporáneos. Sus aportaciones provocaron una revolución en la concepción y la
filosofía del lenguaje.

2- El “giro lingüístico” de la Filosofía Contemporánea


En la noción “giro lingüístico” se agruparon con posterioridad a su reconocimiento,
autores insertos en diversas corrientes que consideraron que el lenguaje constituía algo
distinto a un medio entre el sujeto y la realidad. Confluían en reconocer al lenguaje una
entidad propia que limita y condiciona tanto el pensamiento como la realidad. El giro
lingüístico implicó un cambio en la reflexión filosófica, que abarcó diversas corrientes y

1
Este texto sintetiza dos trabajos sobre la conceptualización de Ludwing Wittgestein sobre el lenguaje, en
la Maestría en Filosofía de la Universidad de Quilmes durante el año 2013.
momentos del pensamiento del siglo XX: el giro lingüístico analítico, el giro
pragmático, el giro hermenéutico y el giro pragmático trascendental.2
En esta expresión, se resume el corrimiento del enfoque por el cual el lenguaje
reemplaza a la conciencia en el posicionamiento metodológico filosófico de los siglos
XVIII y XIX, e incluso en parte del XX. Este desplazamiento de la consideración de la
conciencia a la reflexión sobre el lenguaje implica no sólo un cambio de temas y
métodos, sino que en las posturas más ambiciosas, se busca un progreso de la filosofía
en relación con el abordaje exitoso de los problemas de filosofía tradicional que se
trabajaron antes desde la reflexión sobre la conciencia. 3
Esta postura coincide con la de Rusell, en que el significado de los nombres es
el objeto representado.4

3- La teoría pictórica de la primera etapa de Wittgenstein


En el Tractatus, obra representativa de lo que se ha denominado primera etapa de su
pensamiento, se observa coherencia con el empirismo o positivismo lógicos. Presenta la
teoría figurativa o pictórica en relación con la significación del lenguaje. Es claro
advertir, la influencia del giro lingüístico que sustituye el análisis filosófico de las
facultades del espíritu: sensibilidad, imaginación, entendimiento y razón, por el análisis
filosófico del lenguaje y su estructura lógica.
La teoría figurativa o pictórica propone las siguientes postulaciones:
- El lenguaje representa el mundo.
- Las palabras nombran objetos.
- Las proposiciones son combinaciones de los nombres.

El lenguaje, según esta concepción tiene como finalidad principal la


informativa. Las proposiciones verdaderas son imágenes de la realidad representada.
El lenguaje es, por lo tanto, representación de los pensamientos. La
correspondencia de formas se da en dos elementos:
- a cada elemento de una proposición le corresponde un objeto, y
- la relación sintáctica entre los elementos de la proposición es coherente con
la relación entre los objetos.
2
Cfr. Javier R. Alegre Giro lingüístico y corrientes actuales de la filosofía. Influencias wittgensteinianas.
UNNE. Disponible en http://www.unne.edu.ar/unnevieja/Web/cyt/cyt/2002/02-Humanisticas/H-011.pdf
3
Cfr. José L. López de Lizaga El giro lingüístico y el problema de la intersubjetividad. Universidad de Zaragoza. Disponible en
https://www.academia.edu/3559492/El_giro_linguistico_y_el_problema_de_la_intersubjetividad Pág. 26
4
Cfr. Jiménez, Mauro. Sobre la epistemología lingüística del segundo Wittgenstein. Universidad de Valencia. Disponible en
https://www.um.es/tonosdigital/znum22/secciones/estudios-17 sobre_la_epistemologia_linguistica_del_segundo_wittgenstein.htm
Esta postura coincide con la de Rusell, en que el significado de los nombres es
el objeto representado.5
El Tractatus Lógico- Philosóphicus constituye la expresión de lo que se ha
denominado la primera etapa de su pensamiento. En él se reflejan las discusiones con su
maestro Bertrand Russell sobre el atomismo lógico.
El meollo de la teoría en él presentada es la delimitación entre lo que es posible
de ser expresado en proposiciones del lenguaje y lo que no es posible de ser expresado
de esta forma y que sólo es posible de ser “mostrado”, siendo esta la tarea fundamental
de la filosofía. Este objetivo se constituye en el pilar del análisis que realiza sobre la
lógica del lenguaje, sosteniendo que es la mala comprensión de éste, el origen de de
todos los problemas filosóficos, los cuales se disolverían con el adecuado análisis
lingüístico. Lo que no es posible decir o expresar con proposiciones del lenguaje o
pensamiento, puede ser mostrado de dos formas: desde el nivel mostrativo del lenguaje
o en la expresividad del silencio.
En este deslinde en el lenguaje, entre de lo que es posible hablar y de lo que no,
el análisis lógico del lenguaje sólo puede involucrar su nivel mostrativo, en el cual
distinguirá la proposición (con sentido) y la proposición lógica (tautológica). El
lenguaje desarrolla así, su ámbito y su sentido, desde la ciencia.
También con el lenguaje, y hacia fuera del mismo, se limita el ámbito del
lenguaje, lógica o ciencia y el de lo místico, el silencio.6

4- La teoría de los Juegos del Lenguaje en Investigaciones Filosóficas


Al momento de publicarse el texto, en 1953, Ludwing Wittgenstein había fallecido
(abril de 1951) En la nota de los editores se especifica que, lo que ellos han consignado
como Parte I, fue completada por su autor en 1945, y la Parte II entre 1947 y 1949. Dan
cuenta del modo en que han efectuado la organización de sus reflexiones y las opciones
asumidas sobre los mismos escritos para su publicación.
4.1- Enmarque introductorio:
El texto lleva el prólogo de su autor, que redactó en Cambridge en 1945. En
consecuencia, correspondería a la Parte I del texto, ya que la Parte II fue redactada
posteriormente según refieren sus editores.

5
Cfr. Jiménez, Mauro. Sobre la epistemología lingüística del segundo Wittgenstein. Universidad de Valencia. Disponible en
https://www.um.es/tonosdigital/znum22/secciones/estudios-17 sobre_la_epistemologia_linguistica_del_segundo_wittgenstein.htm
6
cfr. Muñoz, J y Reguera, I. Introducción al Tractatus Lógico- Philosóphicus. Alianza Editorial. 2005.
España. pp. 16-18
En este apartado, el filósofo deja constancia de que esas investigaciones
filosóficas las ha realizado durante los anteriores dieciséis años. Menciona los temas
contenidos: “concepto de significado, de lógica, los fundamentos de la matemática, los
estados de la conciencia y otras cosas.”7
Explica que pese a haber intentado una elaboración más estructurada de sus
reflexiones, le ha resultado imposible, ya que la misma naturaleza de la investigación lo
ha conducido a transitar con su pensamiento por numerosos campos en forma
zigzagueante. Por ello, considera que las reflexiones registradas pueden compararse a
“bosquejos de paisajes” obtenidos como resultado de sus viajes por el pensamiento. Lo
define como “un álbum”.
Realiza una acotación que puede considerarse premonitoria: que hasta hacía
poco había desistido de la posibilidad de publicar en vida estos pensamientos.
Relaciona estos pensamientos con los de su primer texto, el Tractatus,
considerando que estas reflexiones nuevas, requerirían un tratamiento conjunto con los
anteriores, ya que sólo en la comparación sería posible una completa comprensión de la
actual forma de pensamiento.
Reconoce que en el anterior texto registró graves errores, que identificó y
revirtió a partir de las críticas de Frank Ramsey y del P Sraffa. En relación con estos
agradecimientos, acota que no quiere negar la contribución de otras ideas que han
influido en sus reflexiones.
Finalmente, atestigua sus dudas sobre su publicación, debido a la dificultad de
que aporte elucidación a otros cerebros; no quiere evitar que otros piensen sino
incentivar a que piensen por sí mismos.

4.2- El juego primitivo del lenguaje:


Inicia la primera parte citando las palabras de Agustín en sus “Confesiones” sobre la
forma de adquisición de los términos y sus significados en la infancia. Expresa que este
enfoque del conocimiento del lenguaje8 que está consignado en esta cita, es “una” de las
figuras del lenguaje. Esta concepción agustiniana piensa en sustantivos, en segundo
término en acciones y deja el resto de las palabras para un posterior encausamiento.
Propone entonces, un juego en que un grupo de palabras “cinco manzanas
rojas” escritas en un papel, se asocia a una acción de compra. Describe que quien recibe
7
Ludwing Wittgenstein. Investigaciones Filosóficas. Disponible en http://new.pensamientopenal.com.ar/21122009/filosofia04.pdf
8
Es a partir de esta cita de Agustín en su texto que a este en se la lo enfoque se nominó concepción agustiniana del lenguaje, pese a
que no es exclusiva de Agustín, sino que sus supuestos eran compartidos por la mayoría de los filósofos, hasta ese momento.
el escrito recurre a una serie de signos, seleccionando el correspondiente a manzana;
una tabla de colores, identificando el rojo, y repite la serie numérica ascendente hasta el
cinco tomando para cada cardinal una manzana del color identificado. Lo relatado es
una acción posible de descripción, pero sin una precisión de significado, por ejemplo de
la palabra “cinco”. Concluye que esta concepción del significado se corresponde con un
“imagen primitiva” del funcionamiento del lenguaje e incluso a un nivel de lenguaje
primitivo en relación con el actual.
Incluye luego, un ejemplo de un lenguaje de esta forma mencionada. Este
lenguaje es funcional a la comunicación entre un albañil y su ayudante, está constituido
entonces por palabras que designan los objetos que utilizan en su trabajo: cubos, pilares,
losas y vigas. A la enunciación de uno de estos términos por parte del albañil, su
ayudante le lleva la pieza mencionada.
Estas descripciones le permiten limitar la concepción agustiniana del lenguaje a
este tipo de sistemas de comunicación “primitivos”, ya que el lenguaje y sus
representaciones exceden las pautas de esa postura. Introduce en este momento por
primera vez la noción de juego, para ejemplificar lo dicho anteriormente: es igual que si
al explicar los juegos nos restringiéramos a describir los juegos de tablero.
Hace corresponder ese enfoque del lenguaje a una etapa de su aprendizaje: “El
niño emplea estas formas primitivas del lenguaje cuando aprende a hablar. El
aprendizaje del lenguaje no es aquí una explicación, sino un adiestramiento.”9
Expone a continuación como sería lo que denomina “aprendizaje ostensivo de
palabras” a partir del lenguaje del albañil y su ayudante como totalidad lingüística de
una tribu. El instructor señalará a los niños los objetos y enunciará el término
correspondiente. Este adiestramiento permitirá la asociación entre palabras y cosas (u
objetos), lo que hará posible que la enunciación de la palabra evoque la figura del objeto
en la mente. No necesariamente se puede colegir que estas acciones hayan logrado la
comprensión del término, sino que se incorporó a una serie, a una rutina ordenada de
acontecimientos en la que interviene la palabra. También, el señalamiento del objeto
producirá la repetición del niño del término.

4.3- Nociones de juego y juego del lenguaje


Relaciona las acciones mencionadas en el “aprendizaje ostensivo de palabras” con los
juegos infantiles de repetición apropiados a la adquisición de la lengua materna. Y aquí
9
op. cit. pag. 5.
menciona nuevamente los juegos para introducir su concepto en relación con el
lenguaje, llamándolos juegos del lenguaje: “Llamaré también «juego de lenguaje» al
todo formado por el lenguaje y las acciones con las que está entretejido.” 10 Para la
explicación de esta noción, amplía los ejemplos dados anteriormente.
En el caso del lenguaje del albañil y su ayudante, se incorporan otros términos:
demostrativos, colores y numerales. Entonces, es posible también el “aprendizaje
ostensivo de palabras” sobre los nuevos términos, pero el uso que se hace de ellas
difiere del anteriormente mencionado, ya que no sólo se enseña la palabra sino también
el uso que se hace de ellas. La designación (significación) de estas palabras es variable
según el caso.
Ejemplifica esta afirmación con una caja de herramientas: martillo,
destornillador, regla, tarro de cola, cola, clavos y martillo. Y también con la cabina de
mando de una locomotora. En el primer caso, cada una de las herramientas sirve para
variedad de usos, así como en la cabina de la locomotora hay una cantidad de manubrios
que tiene una apariencia muy similar, pero sus funciones son distintas. Igual pasa con
las palabras, las formas de ellas al decirlas o al verlas escritas son siempre iguales pero
su uso no es idéntico en cada ocasión. La designación de los términos del lenguaje en
relación con cosas no agota todas las posibilidades de significación de los mismos. Esta
relación de designación es más precisa cuando el signo se refiere a un objeto designado.
Es conveniente recordar al filosofar, que nombrar es rotular, etiquetar una cosa.
Es una posibilidad agrupar las palabras en géneros de palabras por la similitud
de sus funciones, pero esta actividad será dependiente del objetivo y enfoque con que
clasifiquemos. Tal como podría ocurrir con la clasificación de géneros de herramientas
o de piezas de ajedrez. De la misma manera sería posible clasificar los lenguajes según
el tipo de palabras que lo conforman, pero sería muy difícil establecer un criterio
unívoco por el cual clasificarlos como “completos”, ya que de acuerdo con los
requerimientos se van incorporando otros sublenguajes que designa como “suburbios”
del lenguaje. Una muestra de esta situación es considerar si nuestro lenguaje estaba
completo antes de agregar el simbolismo químico y la notación infinitesimal. Compara
nuestro lenguaje con una ciudad en la cual vemos casas nuevas y viejas, plazas, callejas,
barrios anexos, algunos de construcción uniforme. Se pueden imaginar innumerables
lenguajes posibles, “e imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida”.11

10
op. cit. pag. 6.
11
op. cit. pag. 8.
Al elegir la expresión “juegos del lenguaje” se destaca que hablar el lenguaje
conforma una actividad o forma de vida.
Luego, seguidamente, ejemplifica ampliamente los juegos del lenguaje
posibles:

“Dar órdenes y actuar siguiendo órdenes —


Describir un objeto por su apariencia o por sus medidas—
Fabricar un objeto de acuerdo con una descripción (dibujo)—
Relatar un suceso —
Hacer conjeturas sobre el suceso —
Formar y comprobar una hipótesis —
Presentar los resultados de un experimento mediante tablas y diagramas—
Inventar una historia; y leerla—
Actuar en teatro—
Cantar a coro—
Adivinar acertijos—
Hacer un chiste; contarlo—
Resolver un problema de aritmética aplicada—
Traducir de un lenguaje a otro—
Suplicar, agradecer, maldecir, saludar, rezar.”12
Destaca la diferencia entre este enfoque del lenguaje, con sus múltiples
herramientas y modos de empleo o usos, y las concepciones de los lógicos sobre la
estructura del lenguaje e incluyéndose a sí mismo en esta diferenciación como autor del
Tractatus lógico-philosoficus.

4.4- Nociones de “parecidos de familia” y de reglas de juego:


El mismo Wittgenstein presenta la objeción que podrían hacerle: que habla de muchos
juegos del lenguaje pero no ha expresado lo esencial del concepto de juego, omitiendo
en la investigación la identificación de la forma general de la proposición. En respuesta
a su propio cuestionamiento, desestima la existencia de algo en común en los procesos
que se denominan lenguaje. Estos fenómenos están “emparentados” de diversas formas.
Debido a estos parentescos, los denominamos a todos como “lenguaje”.
Realiza un paralelo con el término “juego”. Existen numerosos tipos de juegos:
de tablero, de cartas, de pelota, de lucha, etc. No puede encontrarse algo en común a
todos para definirlos como tales. Algunos tienen en común los elementos que
intervienen en él: cartas, pelotas, tableros y fichas, por lo cual podríamos decir que son
semejantes a otro conjunto, pero no a todos. Tampoco es posible aplicar el calificativo
de entretenimiento a todos, aunque sí a una gran parte. Ni siquiera pueden coincidir

12
op. cit. pag. 10.
todos en que haya competencia, de la misma manera que no es posible generalizar el
requerimiento de habilidad o suerte, sino que las características mencionadas
corresponden a algunos sí y a otros no. Existen juegos que coinciden con otros en una o
dos semejanzas, y de ellos, algunos tienen en común otra característica con otros que no
comparten los demás de la serie en que podríamos clasificarlos. Se puede decir que los
parecidos aparecen y se diluyen.
Concluye Wittgenstein que existe una complicada red de similitudes que se
superponen y entrecruzan y a los que denomina “parecidos de familia”. Como
conclusión se puede anunciar que los juegos forman una familia. Lo mismo adjudica al
concepto de número: También puede identificarse un parentesco entre las diversas
clases de número. Lo compara con el hilado, en el que se entretejen los hilos y del cual
la fortaleza no depende de que haya un hilo que recorra toda la longitud, sino de la
superposición de las fibras unas con otras. Podría expresarse como que lo común al
hilado es la superposición de las fibras y en el caso de los números, la suma lógica de
estos conceptos: número cardinal, racional, real, etc. Es posible limitar rígidamente el
concepto de número, pero también puede usarse sin una estricta limitación, tal como lo
hacemos con la palabra “juego” en que no hay un límite entre lo que es o no es un
juego, pero esta circunstancia no impide la utilización del término.
Propone que el concepto de juego es un concepto de bordes borrosos. Y aun
cuando una fotografía sea difusa, no deja de ser la figura de una persona. En este sentido
se distancia de Frege, que considera que si no se limita con claridad un área no podría
denominársela “un área”. Lo importante es ver lo común: en diversos objetos con un
mismo color o diferentes tonalidades de un mismo color para captar el concepto.
El uso o aplicación de una palabra no está nítidamente condicionada por reglas.
Pero tampoco los juegos están completamente pautados por reglas fijas, que no
permiten que se generen dudas porque todos los aspectos están contemplados por las
mismas reglas. “Una regla es como un indicador de caminos.”13 Un indicador de
caminos, en ocasiones, no deja lugar a dudas, pero en otros casos puede dar lugar a
diversas interpretaciones. Una explicación puede necesitar sostenerse en otra o no, ya
que la función de una explicación, al igual que la de la regla, es evitar los
malentendidos. Las explicaciones tendrán origen en las dudas que se presenten. Una
comprensión segura será posible a partir de las dudas que hacen necesarias esas
explicaciones para subsanarlas. Tampoco es posible hablar de explicaciones exactas o
13
op. cit. pag.28.
inexactas, ya que el límite de la exactitud nos refiere a qué es la precisión, concepto que
puede flexibilizarse dependiendo de la estipulación conveniente para cada caso, esto es
el uso de ese concepto de exactitud.

4.5- Seguir una regla:


Las reglas no podrán decidir en cada caso lo que debo realizar. Las interpretaciones,
junto con lo interpretado están condicionadas por las acciones sobre las que se aplican.
Hemos incorporado una reacción específica ante un determinado signo y lo hacemos
habitualmente. Con el ejemplo del indicador de caminos, es posible determinar una
relación causal entre mis acciones y el uso que le damos, por haber sido acostumbrados
a ello.
“Seguir una regla” es imposible desde la individualidad: un solo hombre, una
vez en la vida. “Seguir una regla, hacer un informe, dar una orden, jugar una partida
de ajedrez son costumbres (usos, instituciones).”14 La comprensión (captación) de una
regla no es una interpretación de la misma, sino que aparece en cada uno de los casos en
que se aplica y que permitirán determinar si se está siguiendo la regla o
contraviniéndola. Solemos expresar que las acciones acordes con la regla son una
interpretación, pero el término “interpretación” debería utilizarse para cuando una
expresión de la regla reemplaza a otra.
“Por lo tanto `seguir una regla´ es una práctica.”15 No puede definirse el
seguimiento de la regla, sino que debe ser actuada. La regla no es posible seguirla
individualmente, privadamente. Si no, al creer que seguimos una regla, con esta
creencia, la estaríamos siguiendo.
Es posible comparar el seguimiento de una regla con el cumplimiento de las
órdenes, nos hemos habituado (adiestrado) a reaccionar de determinada forma ante
ellas. La comprensión y adquisición de un idioma se sustenta, como sistema de
referencia, en el actuar humano común. Esto es lo que permite interpretar un lenguaje
extraño. El seguimiento de una regla es ciego, no hay elección. Las palabras
concordancia y regla son “parientes”; la enseñanza del uso de una me enseñan el uso de
la otra. Y el empleo de la palabra “regla” se entrelaza con la palabra “igual”.
Los conceptos de “verdadero” y “falso” se sostienen en la concordancia de los
integrantes de una comunidad; y esta concordancia se da en el lenguaje. Es una

14
op. cit. pag.54.
15
op.cit. pag 55.
concordancia que se implica en las formas de vida. La concordancia no se da no
únicamente en las definiciones sino también en los juicios.

4.6- Argumento de la imposibilidad del lenguaje privado:


En relación con el concepto de seguir una regla, aparece el argumento de la
imposibilidad del lenguaje privado a partir del parágrafo 243. Presenta una serie de
situaciones para clarificar la posibilidad o no del lenguaje privado.
En primer lugar desestima que la posibilidad de animarse,
ordenarse, obedecerse, censurarse, castigarse, interrogarse y responderse a sí mismo
constituya un lenguaje privado. Aun cuando alguien sólo monologase, no podría decirse
que se trata de un lenguaje privado, ya que un observador mediante sus acciones podría
traducir su lenguaje.
También presenta la situación de que el lenguaje se utilizara para
las vivencias internas y para su uso propio, por lo cual ese lenguaje no podría ser
entendido por otro. Esto implicaría interponer un lenguaje entre mis sensaciones
internas y su manifestación. Indudablemente las sensaciones son privadas, pero en
nuestro lenguaje las sensaciones están ligadas a las manifestaciones naturales de las
mismas: gestos de dolor, risas de alegría, etc. Y esas manifestaciones conducirían a que
el lenguaje no fuera privado, ya que podría ser entendido mediante sus manifestaciones
naturales.
Existen ciertas pautas conductuales que permiten saber que
alguien no ha entendido una palabra; otras conductas que muestran que la persona cree
entender la palabra, pero que lo hace incorrecta y finalmente criterios que evidencian
que la comprensión es correcta. En el segundo caso estaríamos hablando de una
comprensión subjetiva, pero sólo podríamos llamar lenguaje privado a los sonidos que
ninguna otra persona puede entender pero yo sí.

5- Relación conceptual entre ambos textos: rupturas y continuidades, enfoques


y acentos de cada uno.
Wittgenstein consideraba que el Tractatus proponía un sistema lógico-filosófico, según
le escribe a von Ficker en octubre de 1919. Incluso, después de 25 años, cuando sus
reflexiones se habían orientado en lo que se llama segunda etapa, lo continúa
concibiendo como la única opción válida a estas nuevas consideraciones filosóficas,
según nos dicen N. Malcom.16
En este texto define a la filosofía como una actividad, no una doctrina
(parágrafo 4.112)17. Esta praxis es analítico- crítica, cuyo objeto será clarificar
lógicamente el pensamiento y las proposiciones del lenguaje. Por lo tanto, la práctica
filosófica crítico- lingüística requerirá un metalenguaje filosófico para realizarla, que
llevaría a investigar criterios de validación para el mencionado lenguaje y
subsiguientemente para otros lenguajes, hasta el infinito. De aquí proceden los “juegos
del lenguaje”.18
En las “Investigaciones filosóficas” propone un enfoque abierto del hecho
lingüístico comunicativo, produciendo un cambio en su epistemología desde un enfoque
metodológico: De una posición apriorística pasa hacia una postura a posteriori. En la
concepción del lenguaje y su función cognitiva, pasa del realismo semántico al
pragmatismo. En el Tractatus, se identifica un enfoque sintáctico y semántico, mientras
que en Investigaciones Filosóficas se proponen tantos modos del lenguaje como
situaciones lingüísticas puedan darse.
En ambos períodos, Wittgenstein, con su análisis de la teoría lingüística tiene
por objeto la reflexión filosófica. El lenguaje explicaría nuestra relación con el mundo, a
partir de la consideración de que el sistema de símbolos lingüísticos representa los
pensamientos. Coincide en ambos textos en la visión del lenguaje desde la óptica
convencionalista opuesta al naturalismo.19
Wittgenstein se aleja de la interpretación ordinaria del significado de las
palabras denominada agustiniana en Investigaciones Filosóficas, pero no es un rechazo
absoluto, sino que le reconoce un papel determinado dentro de los muchos usos posibles
en los “juegos del lenguaje”: representar. El significado de una palabra es el uso que se
hace de ella en el contexto de un lenguaje. Es posible usar una expresión con
características diferentes a otros usos de la misma.

6- Elementos destacados de Investigaciones Filosóficas: modificaciones,


abandonos y ampliaciones.

16
ibid. p. 14
17
Wittgenstein, Ludwing. Tractatus lógico-philosophicus. Versión Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera.
Alianza Editorial. Madrid 2005. p. 73
18
cfr.op. cit.p. 37-38
19
cfr. Jimenez, Mauro. Sobre la epistemología lingüística del segundo Wittgenstein. Universidad de
Valencia. Disponible en https://www.um.es/tonosdigital/znum22/secciones/estudios-17 sobre_la_epistemologia_linguistica_del_segundo_wittgenstein.htm
Investigaciones Filosóficas es la exposición de los usos efectivos de ciertas expresiones
y la discusión de ciertas concepciones filosóficas tradicionales contenidas en el
Tractatus. Por lo tanto, la concepción del lenguaje que contiene es el resultado de la
“recopilación y posterior sistematización de un conjunto de conclusiones provisorias
extraídas durante aquellas discusiones”
Wittgenstein abandona la perspectiva apriorística, reemplazándola por los usos
efectivos del lenguaje; también deja de lado en la investigación del significado que
anteriormente lo incluía en la postura fregeana y adopta una posición pragmática al
atribuir las diferencias semánticas y sintácticas al uso de las expresiones en el lenguaje.
En esta concepción del lenguaje, éste tiene múltiples funciones, y sólo una
entre ellas es el representar. Estos usos tienen en común algunas coincidencias
características pero no una propiedad común única. Las características compartidas son
denominadas “criterios”. A partir de esta determinación, se rechaza un criterio unívoco
sobre el significado de una expresión que determine todos los casos aplicables de la
misma. Por lo tanto, no hay una “esencia” del lenguaje, sólo “parecidos de familia”.
Todas las posibles ocasiones de uso de la expresión, las prácticas o funciones
en las que se insertan, es lo que Wittgenstein denominará “juegos del lenguaje”,
concepto que revolucionará la reflexión lingüística y filosófica. Así mismo, esta
expresión refiere a que hablar el lenguaje se enmarca en una práctica social más amplia
que la incluye junto al conjunto de acciones no lingüísticas, a las que designa como
“formas de vida”. El lenguaje no es algo estático y uniforme, sino algo vivo, cambiante
y en constante expansión, por lo que es imposible determinar todos los usos posibles, ya
que algunos de ellos aún no han sido establecidos. Las prácticas sociales en que se dan
los juegos del lenguaje generan nuevas formas de interacción y en consecuencia, de
expresiones del lenguaje que adquieren su significación dentro de ellas.
7- La relectura de Kripke: personalización de varios conceptos
wittgenstenianos.

En el texto publicado en 1980 “Wittgenstein: reglas y lenguaje privado”, Saúl Kripke


realiza una lectura de “Investigaciones Filosófica” en la que propone una interpretación
de sus conceptualizaciones, postulando que su autor propone una paradoja y una
solución escéptica.
De acuerdo, con la indefinición del significado de las expresiones por ser él
mismo determinado por el uso, se genera la posibilidad y el peligro de que cada uno
pueda interpretar el signo a su antojo. A esta indefinición respondería Kripke con su
relectura en la que identifica una paradoja y una solución escéptica según su opinión. El
concepto en que se centra es el de hecho semántico, es decir el hecho de que una
expresión del lenguaje tenga una determina significación y no se pueda dar lugar a otra.
Para poder asegurar que la referencia sea sobre una función específica de la
expresión, son necesarias tres condiciones:
- Una dimensión ontológica que permita dar cuenta de un hecho que
constituya mi significar.
- Una dimensión normativa mediante la cual ese hecho permita distinguir
las aplicaciones correctas de las incorrectas.
- Una dimensión epistémica por la que el hecho debe hacer cierta la
competencia lingüística de los hablantes.
Mediante su reflexión constata el fracaso de la posibilidad de ofrecer un hecho
semántico que responda a la problemática presentada. Entonces arriba a la “solución
escéptica”. Según Kripke, Wittgenstein no ofrece ninguna solución a esta situación sino
que acepta las consecuencias negativas de no poder ofrecer respuesta al desafío. Esto
haría evidente la imposibilidad de una explicación normativa del lenguaje por fuera de
los postulados del determinismo.
Como reemplazo de las condiciones de verdad, se proponen las condiciones
de aserción. Esta situación implicaría abandonar la concepción agustiniana del lenguaje
y el determinismo. Lo cual conduce a dejar de lado la proposición como forma general
del lenguaje, reservándola para la función representacional. Ya no debemos
preguntarnos por la verdad de una oración sino por las condiciones (reglas) en que esa
expresión se mueve en el juego del lenguaje.
Como derivación de esta postura, resulta inaceptable la privacidad de los
significados, ya que las significaciones cobran sentido en el contexto social. Sólo la
comunidad de hablantes puede aseverar la normatividad de la situación. El fundamento
de esta afirmación se toma de lo que se denomina el argumento contra el lenguaje
privado, que Wittgenstein presenta en el punto 202 de Investigaciones Filosóficas: “Por
tanto `seguir la regla´ es una práctica. Y creer seguir la regla no es seguir la regla. Y
por tanto no se puede seguir `privadamente la regla´, porque de lo contrario creer
seguir la regla sería lo mismo que seguir la regla.”20

20
Wittgenstein, Ludwing. Investigaciones Filosóficas. Trad. Alfonso García Suarez y Ulises Moulines.
Editorial Crítica. Grupo editorial Grijalbo. Barcelona. p. 55.
Las reglas del lenguaje son establecidas por el acuerdo de una comunidad de
hablantes sobre lo que es correcto y lo que no, en referencia a las acciones lingüísticas.
Es la educación recibida en el contexto social que usa determinadas reglas gramaticales,
en lugar de otras, en una forma de vida, lo que nos hace considerar correcta o incorrecta
una expresión.
Así Kripke toma varios de los conceptos de Wittgenstein, personalizándolos al
interpretar y ampliar lo postulado en Investigaciones Filosóficas.

8- La relectura de Rorty: apropiación de los “juegos del lenguaje”.


El pragmatismo post-analítico se relaciona con el pragmatismo tradicional de Charles S.
Pierce, Williams James y John Dewey, e incorpora los postulados de la filosofía del
siglo XX. Rorty diferencia dos elementos entre ambos:
- Los neopragmatistas abandonan la experiencia, la mente o la conciencia,
reemplazándola por el lenguaje.
- Los nuevos pragmatistas sospechan del término `método científico´.
Sin oponerse totalmente, elimina la noción de `representación´. Indica que el
representacionalismo ha introducido el problema escéptico. Es necesario reemplazar la
idea de un yo poseedor de creencias y deseos, por un yo conformado por una red de
creencias y deseos. El giro lingüístico, según Rorty, reprodujo el esquema de
sujeto/objeto, ya que al mover el foco de la conciencia hacia el lenguaje, continúa
ubicándolo en medio del yo y la realidad.
Rorty propone pasar de las proposiciones al plano de los léxicos, del plano del
espejo a los juegos del lenguaje. Sugiere atender los juegos del lenguaje que nos
impulsan a dejar la idea de una determinada realidad, que valide el uso de cierto léxico.
Tanto los léxicos como los juegos del lenguaje no pueden hacerse verdaderos por el
mundo, porque no poseen éstos un valor veritativo, afirma Tom Sorrell en un ensayo
crítico sobre Rorty.
La apropiación que realiza Rorty del concepto de “juegos del lenguaje” lo
distancia del giro lingüístico general, extremando desde su postura conversacionalista.

9- Conclusiones:
A partir de la lectura reflexiva sobre los textos originales, las clases y algunos ensayos
críticos sobre los textos de Wittgenstein, surgen dos conclusiones fundamentales sobre
sus aportaciones a la concepción del lenguaje y especialmente a la reflexión filosófica:
1) Es muy importante no olvidar que su investigación y reflexión se centra en
aportar a la filosofía y desde allí analiza las ciencias y su relación con el
lenguaje. Desde este enfoque, los dos textos representativos de ambos períodos
pueden verse como en una continuidad en su reflexión y una profundización y
adaptación de sus pensamientos.
2) En coherencia con lo anterior, es destacable la observación de que en ninguno de
los dos textos incluye referencias bibliográficas. Según mi interpretación, la
preocupación de Wittgenstein no tiene en cuenta la fundamentación
bibliográfica, más que para aclarar, interpretar u oponerse a los postulados de
otros filósofos. Sus pensamientos fluyen con libertad y profundidad, sin
encasillarse ni preocuparse por encuadrarse en escuelas o corrientes filosóficas o
lingüísticas. El elevado nivel de su reflexión nos ofrece un concepto que
revolucionó la comprensión tanto del lenguaje como de la filosofía.
En Investigaciones Filosóficas, Wittgenstein ofrece una concepción del
lenguaje que es una acción, que es asimilable a los juegos. Como los juegos, no puede
ser definido por una característica presente en todos ellos, sino que lo que permite
identificarlos como tales son similitudes cambiantes a las que denomina “parecidos de
familia”. También su condición de juegos hace que sus reglas no puedan condicionar su
aplicación unívoca en todos los casos, ya que seguir la regla se trata de una práctica que
no puede realizarse en forma privada, sino que esas reglas provienen de una adquisición
definida por la costumbre, la habituación en un entorno comunitario que posibilita el
aprendizaje y desarrollo del mismo.
Los diversos juegos del lenguaje se corresponden con formas de vida que se
desarrollan y enmarcan en las prácticas sociales de comunicación intersubjetiva. La
concepción de los juegos del lenguaje, inmersa en las formas de vida, aleja la reflexión
filosófica de su centración en la conciencia, que habilita una postura subjetiva e
individual de comprensión del mundo. En cambio, al partir de una praxis comunitaria de
vida, que es la base de los diversos juegos del lenguaje y que adquiere en el consenso la
regulación y creencias que sostienen una representación del mundo, hace que los juegos
del lenguaje como su investigación filosófica tengan características contingentes e
injustificables.

Bibliografía de apoyo:
 Alegre. Javier R. Giro lingüístico y corrientes actuales de la filosofía.
Influencias wittgensteinianas. UNNE. Disponible en
http://www.unne.edu.ar/unnevieja/Web/cyt/cyt/2002/02-Humanisticas/H-011.pdf
 Jiménez, Mauro. Sobre la epistemología lingüística del segundo
Wittgenstein. Universidad de Valencia. Disponible en
https://www.um.es/tonosdigital/znum22/secciones/estudios-17
sobre_la_epistemologia_linguistica_del_segundo_wittgenstein.htm
 Jiménez, Mauro. Sobre la epistemología lingüística del segundo Wittgenstein.
Universidad de Valencia. Disponible en
https://www.um.es/tonosdigital/znum22/secciones/estudios-17
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 López de Lizaga, José L. El giro lingüístico y el problema de la
intersubjetividad. Universidad de Zaragoza. Disponible en
https://www.academia.edu/3559492/El_giro_linguistico_y_el_problema_de_la_intersubjetiv
idad
 Muñoz, J y Reguera, I. Introducción al Tractatus Lógico- Philosóphicus. Alianza
Editorial. 2005. España.
 Wittgenstein, Ludwing. Investigaciones Filosóficas. Disponible en
http://new.pensamientopenal.com.ar/21122009/filosofia04.pdf
 Wittgenstein, Ludwing. Investigaciones Filosóficas. Trad. Alfonso García Suarez y
Ulises Moulines. Editorial Crítica. Grupo editorial Grijalbo. Barcelona.
 Wittgenstein, Ludwing. Tractatus lógico-philosophicus. Versión Jacobo Muñoz e
Isidoro Reguera. Alianza Editorial. Madrid 2005.

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