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AAI Un Marco Global para La Evaluación de Solvencia
AAI Un Marco Global para La Evaluación de Solvencia
de la
solvencia del asegurador
Traductores:
Rosa María Mayoral Martínez
Actuario de Seguros y Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales
Profesora Titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de
Valladolid
Rafael Moreno Ruiz
Actuario de Seguros y Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales
Profesor Titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de
Málaga
Andrés Dan Lerner Waen
Actuario de Seguros
Departamento Actuarial de Aviva Corporación
PRÓLOGO A LA TRADUCCIÓN
“Un marco global para la evaluación de la solvencia del asegurador” contiene el análisis y las
conclusiones desarrollados por un Grupo de Trabajo, compuesto por expertos en las distintas
facetas de la gestión de los riesgos implícitos en el ejercicio de la actividad aseguradora. Este
Grupo se constituyó en el seno de la Asociación Actuarial Internacional con el fin de colaborar
con la Asociación Internacional de los Supervisores de Seguros (IAIS), en la labor de
identificación de los principios técnicos fundamentales sobre los que, de acuerdo con el estado
actual de los conocimientos y tecnología del sector asegurador, idealmente debería basarse la
evaluación y regulación de los requisitos de solvencia de las entidades aseguradoras.
Esta publicación se convirtió rápidamente en referencia obligada para abordar los nuevos análisis
sobre la solvencia en el ejercicio de la actividad aseguradora.
Peraita y Asociados, S.L. se congratula de poder presentar ahora a la comunidad hispano parlante
la versión en español de la aludida obra, queriendo destacar no sólo la gran calidad y fidelidad del
texto, en cuanto a terminología y tecnicismos aplicados, sino también la muy trabajada edición
tanto de fórmulas como de gráficos, complementos absolutamente necesarios en un documento
técnico de esta naturaleza.
Esta traducción es el resultado del intenso empeño de un equipo de tres destacados actuarios que
combina una amplia experiencia docente e investigadora con el ejercicio profesional en el sector.
Desde aquí quiero trasladarles mi más sincero agradecimiento por la dedicación y el esfuerzo que
han derrochado en este trabajo, y felicitarles por la calidad del resultado obtenido.
Manuel Peraita
Madrid, octubre de 2008
TABLA DE CONTENIDOS
PRÓLOGO ................................................................................................................ iv
1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 1
2. RESUMEN EJECUTIVO ......................................................................................... 3
3. REQUISITOS DE CAPITAL ................................................................................... 9
3.1 La Función del Capital ......................................................................................... 9
3.1.1 Funcionamiento o liquidación de la compañía .......................................... 9
3.1.2 A quién y qué se protege ......................................................................... 10
3.1.3 Estrategia de salida en caso de quiebra .................................................... 11
3.1.4 El reto de evaluar la solvencia del asegurador ......................................... 11
3.1.5 El grado de protección ............................................................................. 12
3.1.6 Horizonte temporal .................................................................................. 13
3.1.7 El papel de la contabilidad - la necesidad de un requisito para el
balance total.............................................................................................. 15
3.2 Factores que complementan la función protectora del capital ............................ 15
3.2.1 Gobierno corporativo ............................................................................... 15
3.2.2 Gestión del riesgo .................................................................................... 16
3.2.3 Política de inversión y ALM ................................................................... 16
3.2.4 Pruebas de resistencia (Stress Testing) .................................................... 17
3.2.5 Reparto del riesgo y participación en beneficios ..................................... 17
3.2.6 Revisión pericial actuarial ....................................................................... 18
3.2.7 Fondos de protección de los tomadores de pólizas .................................. 18
3.2.8 Enfoque del supervisor ............................................................................ 18
4. MARCO PARA LA EVALUACIÓN DE LA SOLVENCIA ............................... 19
4.1 Los tres pilares ..................................................................................................... 19
4.2 Enfoque fundamental .......................................................................................... 19
4.3 Enfoque del balance total .................................................................................... 21
4.4 Grado de protección ............................................................................................ 22
4.5 Horizonte temporal .............................................................................................. 22
4.6 Enfoques estandarizados y avanzados ................................................................. 24
4.7 Enfoque total para la compañía ........................................................................... 25
4.8 Cuestiones relativas a la implementación............................................................ 25
4.8.1 Datos ........................................................................................................ 25
4.8.2 Agencias de calificación........................................................................... 25
4.8.3 Disponibilidad de profesionales cualificados ........................................... 26
4.9 Capital apto.......................................................................................................... 26
APÉNDICES
Los miembros del GT también quieren manifestar su más sincero agradecimiento a quienes han
contribuido en este documento con sus conocimientos, ideas y ejemplos prácticos. En particular,
queremos resaltar el trabajo de Peter-Paul Hoogbruin, Christoph Hummel, John Manistre, Greg
Martin, Ulrich Mueller, Martin Paino, Les Rehbeli, Shawn Stackhouse, Erik von Schilling y Brent
Walker por sus valiosas aportaciones. La presidencia del GT agradece especialmente a Julie Silva
su especial talento para recopilar y dar formato a este extenso documento y al conjunto de sus
apéndices. Finalmente, los miembros del GT agradecen la ayuda de sus empleados y de las
asociaciones actuariales en este proyecto. El GT espera que se produzca un debate más amplio
sobre las cuestiones tratadas en este informe.
1.3 En este informe se analizan los métodos que el inspector podría utilizar tanto para evaluar
la posición financiera actual de los aseguradores como para conocer sus posibles
situaciones financieras futuras. Está orientado principalmente a identificar requisitos de
capital y prácticas que refuercen la capacidad de una compañía para gestionar
adecuadamente su riesgo de manera que consiga reducir su necesidad de capital.
1.4 Teniendo en cuenta las competencias recogidas en el apartado 1.1, este documento tiene la
siguiente estructura:
Capítulo 3 - “Requisitos de capital” revisa la función del capital y una serie de
principios importantes para la determinación de los niveles de riesgo adecuados;
describe tácticas defensivas para la protección de la solvencia y el papel de aquéllas en
el diseño de un requisito de capital.
2.2 Con el fin de colaborar en el desarrollo de un marco global para evaluar la solvencia del
asegurador y determinar sus necesidades de capital, el GT propone una serie de principios
clave a utilizar en su diseño. En resumen, estos principios son,
• Un enfoque de “tres pilares” para la supervisión (ver epígrafe 4.1)
• Enfoque basado en principios frente a enfoque basado en normas (ver epígrafe 4.2)
• Enfoque del balance total (ver epígrafes 3.1.7 y 4.3)
• Grado de protección (ver epígrafes 3.1.5 y 4.4)
• Horizonte temporal adecuado (ver epígrafes 3.1.6 y 4.5)
• Tipos de riesgo a considerar (ver epígrafes 5.1.2, 5.1.3 y 5.2)
• Medidas de riesgo adecuadas (ver epígrafes 4.5 y 5.3)
• Dependencias del riesgo (ver epígrafes 6.2.1 y 9.3)
• Gestión del riesgo (ver epígrafe 3.2.2)
• Enfoques estandarizados (ver epígrafes 4.6 y 6)
• Modelos avanzados o específicos de cada compañía (ver epígrafes 4.6 y 7)
• Requisitos de capital en un mercado eficiente (ver epígrafe 3.1.1)
2.6 El pilar II (procedimiento de revisión por parte del supervisor) se necesita para
complementar el primer pilar, dado que no todos los tipos de riesgos pueden evaluarse
adecuadamente utilizando sólo medidas cuantitativas. Incluso para aquellos riesgos
susceptibles de ser evaluados cuantitativamente, su determinación con fines de solvencia
2.7 El pilar III tiene la función de reforzar la disciplina de mercado estableciendo exigencias
de información. Se prevé que, por medio de estas exigencias, se incentivarán las “buenas
prácticas” en el sector.
2.8 La profesión actuarial puede colaborar con los supervisores en el marco del segundo pilar
proporcionando una revisión pericial independiente sobre aspectos como la determinación
de los compromisos que el asegurador tiene con las pólizas, la gestión del riesgo, los
requisitos de capital, la posición financiera actual y futura, etc., cuando precisen de un
dictamen o juicio fundamentado. Así mismo, puede participar en el tercer pilar diseñando
prácticas adecuadas de información a los mercados en beneficio del interés público.
2.9 El GT considera que si bien es necesario particularizar la aplicación de los tres pilares
individuales al sector asegurador, un enfoque de “tres pilares” similar al diseñado para los
bancos resultará adecuado y extremadamente útil dado que,
ambos sistemas financieros tienen características comunes
muchos inspectores de seguros forman parte de agencias supervisoras de todo tipo de
entidades financieras y conocen bien el Acuerdo de Basilea.
2.10 Algunas de las razones que justifican la utilización de un enfoque algo diferente para el
sector asegurador son 1) la naturaleza de los riesgos propios de los seguros y las técnicas
para evaluarlos, dentro del pilar I; 2) la necesidad de una revisión que abarque varios
periodos, en el pilar II; y 3) la definición de información relevante con fines de
transparencia, en el pilar III.
2.17 La cuantía del capital exigido debe ser suficiente para hacer frente, con un elevado nivel
de confianza, por ejemplo el 99%, a todas las obligaciones correspondientes al horizonte
temporal considerado y también al valor actual, al final del horizonte temporal, de las
obligaciones futuras pendientes (ej., el valor de la estimación óptima con un nivel de
confianza moderado tal como el 75%).
2.18 El largo plazo y la compleja naturaleza de algunos de los riesgos del asegurador hacen
aconsejable que éste valore sus riesgos durante su periodo de vigencia utilizando una serie
de tests anuales consecutivos con un elevado nivel de confianza (por ejemplo el 99%) y de
forma que reflejen la gestión y el comportamiento de las pólizas (pero no el negocio
nuevo). Alternativamente, este test puede utilizarse con un único nivel de confianza
equivalente, si bien inferior (por ejemplo del 90% o 95%), para todo el horizonte temporal
de evaluación. Este menor nivel de confianza para un horizonte temporal más amplio es
equivalente a la aplicación de una serie de medidas consecutivas anuales de nivel de
confianza más alto.
2.22 Las dependencias del riesgo de un asegurador pueden tener una notable influencia en el
efecto neto global de sus riesgos (comparado con el efecto bruto sin tener en cuenta sus
dependencias). Incluso el método más elemental de ratio fijo debería tener en cuenta
implícitamente las dependencias del riesgo. En la actualidad, las fórmulas del capital
exigido que se aplican en Japón y en los Estados Unidos incorporan algún detector de
dependencias, concentración y diversificación. Sin embargo, en muchos países, las
fórmulas del capital exigido no reconocen la diversificación entre distintos tipos de
riesgos.
2.24 Con fines de solvencia, resulta esencial encontrar métodos o modelos para describir
dependencias tanto en aquellos casos en que los datos sean poco fiables o se disponga de
poca información como para representar la “creciente” dependencia en los sucesos
extremos (ej., en las colas de las distribuciones de probabilidad que describen los riesgos).
Esto último es muy importante para la evaluación de la solvencia, ya que los sucesos de la
cola de la distribución son los más peligrosos para la posición financiera de una empresa.
2.26 El ciclo de control actuarial a que se hace referencia en este documento es un proceso de
revisión continua que resulta fundamental para todo proceso de control integral del riesgo
de la empresa. El ciclo de control proporciona información que permite mejorar la
capacidad de la compañía para gestionar sus riesgos y tomar decisiones empresariales más
eficaces. Algunas de las formas en que un asegurador puede gestionar sus riesgos, más allá
de los fundamentos de una gestión de siniestros prudente, son
Reducción de riesgos
Integración de riesgos
Diversificación de riesgos
Cobertura de riesgos
Transferencia de riesgos
Divulgación de riesgos
2.28 Sea cual sea el proceso de gestión del riesgo utilizado por el asegurador, incluyendo la
retención total de sus riesgos, la gestión eficaz de los mismos se verá favorecida por la
oportuna divulgación de todos los riesgos y su control por parte de la compañía. Entre los
principales destinatarios de esta información están todas las partes interesadas en la
entidad aseguradora, incluidos los supervisores.
Enfoques estandarizados
2.29 Muchos de los análisis comparativos entre los distintos métodos de evaluación de la
solvencia (ej.: ratio fijo frente a capital con ponderación del riesgo –RBC- ♣ o frente a
capital basado en escenarios, etc.) no explican adecuadamente las condiciones óptimas que
deben darse para que cada método sea aplicable. Los supervisores que planteen nuevos
métodos deberían tener en cuenta las condiciones necesarias para que los mismos puedan
implementarse con éxito. El GT cree que merece la pena que estos conceptos se relacionen
y se incluyan convenientemente en este documento.
2.30 Las medidas de riesgo simples resultan apropiadas cuando se detecta que el riesgo en
cuestión es importante desde el punto de vista de la solvencia pero en ese momento no hay
una opinión unánime de cómo debería evaluarse. También son apropiadas si el riesgo es
poco relevante.
2.31 Las medidas de riesgo más sofisticadas resultan adecuadas para riesgos importantes que
cumplen al menos una de las siguientes condiciones:
El riesgo en cuestión es muy importante para la solvencia y no puede evaluarse
adecuadamente a través de medidas de riesgo simples.
Existe una teoría con sólidos fundamentos técnicos sobre el riesgo que se evalúa y la
medida de riesgo a utilizar.
La compañía cuenta con personal con formación técnica y profesionalismo suficientes.
Se dispone de una base de datos suficiente y relevante, o la información sobre los
riesgos tiene credibilidad por alguna otra razón.
El riesgo se gestiona de acuerdo con la medida del riesgo utilizada.
Las prácticas de gestión del riesgo son claras en un alto grado.
♣
Nota de los traductores: acrónimo de la expresión inglesa “risk-based capital”.
2.34 Una ventaja de los modelos internos es su capacidad para recoger el impacto de las
combinaciones de riesgos más allá de una simple agregación de factores de riesgo
individuales que no puede evaluar de forma precisa los efectos de la interacción de los
riesgos.
3.2 Para establecer un objetivo o requisito de la cuantía del capital y del beneficio en una
compañía de seguros, se necesita tener una idea clara de cuáles son las funciones que
desempeña ese capital. Esto permite saber cómo debería determinarse el requisito. Este
epígrafe está dedicado a revisar la función del capital y los principios importantes para la
determinación de los niveles de riesgo adecuados.
3.4 Al desarrollar los requisitos de capital para aseguradores es deseable tener en cuenta no
sólo el concepto de “capital objetivo” (CO), sino también el de “capital mínimo” (CM). El
CO es la cantidad adecuada de capital que debe tener el asegurador atendiendo a los
riesgos a los que está expuesto. El CM actúa como una barrera final que, en caso de ser
rebasada, alertará sobre la necesidad de adoptar medidas correctivas extremas por parte del
supervisor. Este documento analiza principalmente las cuestiones relacionadas con el
desarrollo del CO. Es conveniente destacar que, en este documento, el GT utiliza el
término “beneficio libre” (BL) para referirse al estado financiero de exceso de activos
sobre pasivos y capital reglamentario (CO).
3.6 El GT no se ocupa del capital económico, sino del capital reglamentario objetivo (es decir,
CO), el capital que el supervisor exige que tenga una empresa como condición para
concederle la licencia o para permitirle continuar con su actividad aseguradora en una
jurisdicción. Por lo general, el análisis del capital reglamentario se centra en determinar la
suficiencia del mismo para financiar la liquidación de los contratos de una empresa en
caso de insolvencia. Bajo este punto de vista, el capital reglamentario es considerado como
el necesario para una adecuada liquidación de la empresa o transmisión de la cartera. Sin
embargo, antes de producirse la insolvencia la compañía es una organización dinámica que
se encuentra en continuo cambio. El capital necesario en caso de insolvencia depende de la
cartera de negocio que tenía la compañía inmediatamente antes de la insolvencia. En este
sentido, el requisito legal de capital estará basado en el negocio dinámico que la compañía
tiene en curso. Por lo tanto, el capital reglamentario está relacionado con ambas
situaciones: funcionamiento y liquidación; sería erróneo establecer que el capital objetivo
reglamentario se determinase atendiendo exclusivamente a una base de funcionamiento o a
una base de liquidación.
3.7 Unos requisitos de capital demasiado elevados, si bien permiten conseguir una mayor
protección de la solvencia, también entorpecerá que los inversores coloquen sus recursos
en el sector asegurador debido a que no siempre será posible recuperar el coste adicional
del capital vía incremento de primas. Esto eleva el coste del seguro para sus compradores
o evita que exista mercado.
3.10 Consideremos, por ejemplo, un contrato a corto plazo típico de seguro no vida (daños) o
una póliza de vida sobre varias personas o un seguro de salud. Si no hubiese siniestros
pendientes de la póliza, el objetivo habitual en caso de quiebra del asegurador sería
proporcionarle cobertura hasta el vencimiento del contrato. Se supone entonces que el
asegurador tendría capacidad para pactar la continuación del seguro con otra compañía
aseguradora. Generalmente, esta hipótesis se cumple dado que normalmente estos
contratos no contienen cláusulas en las que se garantice la renovación de los mismos o el
nivel de las primas en caso de renovación. Si la póliza tiene siniestros pendientes cuando
se produce la quiebra del asegurador, el objetivo de la compañía será proporcionar los
fondos suficientes para hacer frente a las indemnizaciones correspondientes.
3.11 Frecuentemente, las pólizas de seguros a largo plazo se pactan con unas primas prefijadas
que están niveladas y se pagan durante periodos prolongados a lo largo de la vida del
contrato. En estos contratos, el coste anual del seguro no es igual a la cantidad de la prima
nivelada que se destina a cubrir ese coste. Esto lleva a la creación de unas reservas,
3.14 En determinadas circunstancias es posible que los compromisos derivados de las pólizas
no sean transferidos o asumidos por otro asegurador. Esto es más probable que ocurra en
caso de quiebra de un asegurador de no vida (daños) que de uno de vida. En este caso, la
principal preocupación del liquidador será el pago de los siniestros ya ocurridos. Los
recursos financieros necesarios para ello dependerán del sistema establecido para liquidar
el negocio. Los costes administrativos por la gestión de estos siniestros pueden variar
considerablemente. Al fijar los requisitos de capital, una jurisdicción no sólo debería
prestar atención al importe de los siniestros pendientes de un asegurador en quiebra, sino
que también debería tener en cuenta los métodos que serían utilizados en la determinación
de estos siniestros, así como los costes asociados a dichos métodos.
3.18 La evaluación de los riesgos de suscripción con fines de solvencia constituye un reto por
distintos motivos:
Para muchos tipos de compromisos establecidos en las pólizas de seguros no existe un
mercado con liquidez.
Las contingencias asegurables pueden estar sometidas a varios tipos de hipótesis (ej.:
los pagos de las rentas de invalidez requieren la estimación de la frecuencia y la cuantía
de los siniestros, así como de la tasa de abandono de los tomadores de pólizas, entre
otras hipótesis).
Las hipótesis adecuadas pueden depender de la experiencia del asegurador que suscribe
ese riesgo. Es posible que la información observada de que dispone el asegurador no
sea suficiente en grado de detalle o en volumen como para estimar totalmente y con
credibilidad todos los parámetros del supuesto sin necesidad de recurrir a la gran base
de datos del sector, donde esté disponible. Además, el riesgo depende de la forma en la
que el producto se vendió. Algunas veces, un contrato puede venderse a muchos
clientes a través de varios canales de distribución; en otras ocasiones, cada cliente
puede contratar un producto diseñado de forma específica para él.
Dado que muchos contratos de seguro son a largo plazo, el horizonte temporal para
proyectar los flujos de caja futuros del contrato puede extenderse durante varios años e
incluso décadas, con lo que las estimaciones iniciales pueden no ser válidas durante
todo el horizonte temporal.
En varios tipos de productos de seguros de vida, las prestaciones contratadas dependen
de alguna manera del rendimiento de los activos comprados por el asegurador. El
modelo de evaluación del riesgo debe recoger la forma en que el asegurador lleva a
cabo la gestión de activos y pasivos.
A menudo, es necesario que el modelo de evaluación del riesgo de suscripción
incorpore el comportamiento del tomador (ej.: abandono del pago de primas, ejercicio
de las opciones del tomador de la póliza).
Dado que muchos contratos de seguro son a largo plazo, es necesario analizar con
detenimiento la incertidumbre y los sucesos extremos inherentes al riesgo de
suscripción.
Para establecer una adecuada estructura de solvencia para los aseguradores es necesario
estudiar detenidamente las dependencias significativas entre los riesgos del asegurador.
3.20 Hay que destacar que el nivel de confianza debe ser menor que uno (1) o 100%. Ningún
capital finito puede garantizar de forma absoluta que los asegurados estarán protegidos en
todas las circunstancias. Es importante reconocer que en cualquier régimen de supervisión,
por estricto que sea, las compañías siempre pueden quebrar. No es posible eliminar esta
posibilidad mediante un requisito de capital elevado.
3.22 Al formular un requisito de capital en una jurisdicción concreta, el supervisor debe tener
en cuenta el horizonte temporal entre la fecha en la que la compañía tiene preparados sus
estados financieros y el momento en que se espera que, si se estimase necesario, el
supervisor podría tomar el control de la compañía aseguradora. Este horizonte variará de
una jurisdicción a otra ya que depende de las prácticas locales del sector, los recursos del
supervisor, la regulación y el sistema legal. Sin embargo, sería irreal suponer que este
horizonte temporal pudiese ser muy inferior al año.
3.24 Independientemente del horizonte temporal fijado para la evaluación de la solvencia (ej.:
los activos del asegurador deben ser suficientes para que, con un 99% de probabilidad, la
compañía siga siendo solvente dentro de un año), esta evaluación debe reflejar el
vencimiento completo de los activos y obligaciones del asegurador. Éstos pueden
extenderse muchos años e incluso décadas después del final del horizonte temporal de
evaluación.
3.26 Este periodo puede ser diferente para un asegurador cuyo negocio probablemente será
simplemente liquidado y para otro cuyo negocio será vendido o reestructurado como una
entidad en funcionamiento.
3.29 En general, utilizar un horizonte temporal más amplio requiere aplicar mayores controles
en las proyecciones (es decir, modelos más grandes de errores).
3.32 Sin considerar por el momento los distintos tipos posibles de capital o beneficios
(beneficios retenidos), la cuantía de capital atribuida a una compañía de seguros concreta
dependerá fundamentalmente de cómo están calculados sus compromisos con las pólizas
(reservas actuariales). Los métodos utilizados para calcular estas reservas varían
considerablemente entre jurisdicciones. En algunas jurisdicciones se pondera la prudencia
y la solidez financiera; a menudo se señala que estas reservas contienen “beneficios
ocultos”. En otras, se da mayor relevancia a que se recojan adecuadamente los ingresos
conseguidos y entonces las reservas actuariales resultan menos conservadoras que en el
primer caso. Esta variabilidad demuestra que en la elección de un requisito de capital, o en
la comparación de cuantías de capital entre compañías, es necesario tener en cuenta los
métodos e hipótesis utilizadas para valorar todos los componentes del balance, incluyendo
las reservas actuariales.
3.33 El GT es consciente del trabajo que se viene desarrollando por el Consejo de Normas
Internacionales de Contabilidad (IASB) para obtener una norma internacional contable
uniforme para las instituciones financieras. Como parte de este proyecto, la IAA está
colaborando con el IASB en la determinación de un enfoque estándar de principios y
métodos actuariales para el cálculo de las reservas actuariales con la nueva norma. En un
principio, el GT consideró que su labor consistía en elaborar un requisito estándar de
capital basado en un sistema contable estándar. Sin embargo, dado que la fecha de
finalización del proyecto del IASB es incierta y que todavía no está claro cuándo se
adoptará en todas las jurisdicciones, el GT ha seleccionado un enfoque de “balance total”
(desarrollado en el epígrafe 4.3) como base común para establecer los requisitos de capital.
3.37 La gestión del riesgo puede considerarse como la primera línea de defensa de una
compañía o como una forma de prevenir la aparición de situaciones que pueden poner en
peligro a la compañía. El capital complementa la gestión del riesgo; se exige para hacer
frente a los costes financieros en los que incurre la compañía ante situaciones en las cuales
la gestión del riesgo no es un elemento disuasorio suficiente.
3.38 Si el supervisor considera que el programa de gestión del riesgo de la compañía es muy
sólido y eficaz, podría resultar apropiado que ello se refleje en el cálculo del capital
exigido. Esta cuestión se tratará en el epígrafe 5.4 de este informe.
3.41 Ciertos riesgos de las inversiones pueden quedar bajo control a través de un programa de
cobertura. Esto implica la utilización de activos derivados. La cobertura podría reflejarse
en el diseño de un requisito de capital. Sin embargo, el supervisor podría querer considerar
también el programa de cobertura, la disponibilidad de los instrumentos financieros
necesarios, la experiencia y capacidad del personal implicado en esta complicada actividad
y la capacidad y los buenos resultados de la compañía al dirigir el programa de cobertura.
3.43 Las pruebas de resistencia suplementan la gestión del riesgo. No sustituye a un requisito de
capital, sino que lo complementa. En numerosas aplicaciones, la finalidad del ejercicio es
comprobar que la compañía será capaz de cumplir con sus requisitos legales de capital en
diversos escenarios adversos futuros. El GT es consciente de que la IAIS ha preparado un
documento sobre pruebas de resistencia.
3.45 La capacidad de una compañía de seguros para trasladar a sus tomadores de pólizas las
consecuencias de la experiencia desfavorable mediante ajustes de dividendos o de valores
de las pólizas puede estar limitada. Los límites pueden tener su origen en un concepto
como las expectativas razonables de los tomadores de pólizas (PRE), en virtud del cual los
tomadores de pólizas pueden desarrollar una esperanza de que diversos elementos
ajustables de las pólizas continuarán siendo gestionados por el asegurador conforme a las
prácticas del pasado. Por ejemplo, los aseguradores pueden ser reacios a transmitir a los
asegurados los efectos de una experiencia desfavorable por razones comerciales. PRE
pueden verse afectadas si los cambios en los dividendos o en los valores de las pólizas se
introducen con un considerable retraso, dado que entonces la experiencia empieza a
deteriorarse. Las restricciones también pueden provenir de los límites contractuales para
determinados elementos de las pólizas (ej.: primas, recargos por mortalidad o gastos, tipos
de interés crediticios).
3.46 Al plantear los requisitos de capital, suele argumentarse que si se comparte el riesgo con
los tomadores de pólizas a través de la participación o el ajuste de los valores de las
pólizas, entonces resultará apropiado fijar unos requisitos de capital más bajos para los
elementos de riesgo que surjan de este negocio. Este razonamiento es correcto. Sin
embargo, al diseñar un requisito de capital, el supervisor debería plantearse la magnitud de
la reducción en dicho requisito por los elementos de traslado de riesgo. Un factor relevante
a tener en cuenta es cómo la compañía aseguradora aplica realmente la participación o los
ajustes. Sólo se puede liberar una cantidad importante de capital si el asegurador traslada
la experiencia financiera desfavorable a sus pólizas sin incurrir en un retraso importante.
El caso puede ser ligeramente distinto dependiendo de si se considera el capital objetivo
(TC) o el capital mínimo (MC). Al definir el TC, las posibilidades de transferencia de
riesgos a las pólizas de forma apropiada podrían ser menores que en el caso de MC, el cual
desencadena las medidas máximas de la autoridad supervisora.
3.48 La profesión actuarial puede asesorar a los inspectores dentro del segundo pilar
proporcionando una revisión pericial independiente del cálculo de las provisiones
(obligaciones con las pólizas), la gestión de riesgo, los requisitos de capital, la posición
financiera a corto plazo, la condición financiera futura, etc., donde se requiere el uso de
juicio o criterio sólidos. El asesoramiento también puede enmarcarse dentro del tercer pilar
en el diseño de prácticas de información adecuadas para servir al interés público.
4.2 Dado que necesariamente el marco tiene carácter general, en los apéndices de este informe
se analizan varios casos que ilustran la aplicación del marco, para así incluir las
circunstancias particulares de las distintas jurisdicciones. Los apéndices también recogen
varios complementos de tipo técnico en los que se revisan ciertas ideas con más
profundidad que la que resulta adecuada en el cuerpo principal del documento.
4.4 Dado que el cometido del GT es proponer un marco de requisitos de capital para las
compañías de seguros, podría pensarse que su labor está restringida principalmente al pilar
I. Sin embargo, al analizar los distintos riesgos que sería deseable cubrir con un requisito
de capital basado en el riesgo, se ha puesto de manifiesto que hay varios riesgos que son
cualitativos y difíciles de medir o cuantificar. Otros riesgos son, en principio,
cuantificables, pero no de forma sencilla ya que no se puede acceder fácilmente a los datos
necesarios y los modelos adecuados aún no están suficientemente desarrollados. Estos
riesgos no pueden analizarse dentro del pilar I, dado que el planteamiento que en él se
utiliza es puramente cuantitativo. En la misma línea que el BSBC, el GT propone que sean
los supervisores quienes controlen estos riesgos dentro del pilar II. Si bien los supervisores
pueden considerar adecuado incrementar los requisitos de capital que resultan en el pilar I
al aplicar nuestro planteamiento, con el fin de dar cobertura a estos riesgos del pilar II,
también se podrán utilizar técnicas de revelación de información y gobierno corporativo.
Posteriormente, en este informe se recogen algunas sugerencias relativas al tratamiento de
estos riesgos.
4.6 Con este fin, hemos procurado destacar los principios básicos a aplicar en cada situación.
Sólo es posible desarrollar un tratamiento adecuado de los distintos riesgos y aspectos del
negocio asegurador si se comprenden estos principios fundamentales.
4.7 Los enfoques de evaluación de la solvencia basados en normas tienen como ventajas la
simplicidad de cálculo y la objetividad, pero pueden provocar que los aseguradores
“jueguen al sistema” con respecto a los requisitos de capital, con la consiguiente
socavación de todo el proceso de supervisión. Por el contrario, los enfoques basados en
principios están orientados a “hacer lo correcto”. Estos enfoques tienden a exigir más
juicio subjetivo en su preparación y un planteamiento diferente de la supervisión.
4.9 Resulta muy valioso contar con requisitos de capital que sean coherentes
internacionalmente. El número de compañías multinacionales que operan en varias
jurisdicciones está creciendo. Es conveniente que los requisitos de capital sean coherentes
o uniformes internacionalmente para que las empresas participantes en los mercados
nacionales e internacionales estén sujetas a requisitos similares y que se mantenga la justa
competencia en todos los mercados internos. Desgraciadamente, en la actualidad las
aseguradoras multinacionales están sometidas a alguna combinación tanto de los requisitos
establecidos en sus jurisdicciones de origen como de los requisitos de cada jurisdicción
extranjera en la que operan. Por ejemplo, la supervisión prudencial dentro de la Unión
Europea (UE) está basada en el llamado principio del país de origen, por el cual todas las
entidades legalmente constituidas son supervisadas, para todas sus actividades, por la
autoridad competente del país de origen; la supervisión por parte del estado anfitrión está
restringida únicamente a determinadas situaciones de emergencia. De esta forma, una filial
de un asegurador internacional es supervisada por las autoridades del estado en el que está
domiciliada, pero una sucursal estará sometida a la supervisión por las autoridades del
estado donde el asegurador está domiciliado. Unas normas internacionales de solvencia
uniformes facilitarían la cooperación entre los supervisores foráneos y del país de origen
de una compañía internacional, y permitirían que el supervisor foráneo pudiese confiar
ampliamente en el trabajo realizado por el del país de origen de la compañía. Asimismo, la
competencia justa y los mercados aseguradores activos se ven favorecidos cuando los
requisitos de las jurisdicciones nacional y foráneas son uniformes.
4.10 El reaseguro es un negocio internacional. Tanto los aseguradores directos como los
supervisores locales necesitan la garantía de que las compañías de reaseguro que actúan en
el mercado local son financieramente fuertes. Un conjunto de normas financieras
uniformes en el ámbito internacional facilitaría en gran medida el conocimiento de la
solidez financiera de los reaseguradores por parte de todos los interesados. También
ayudaría a evitar el arbitraje de capital entre (y dentro de) aseguradores y reaseguradores
que operen en jurisdicciones distintas.
4.11 Si bien las normas deberían ser uniformes internacionalmente, también deben tener en
cuenta las características más significativas del sector asegurador de cada nación. Existen
diferencias importantes entre las distintas jurisdicciones en materia de diseño de productos
y de experiencia de siniestralidad, así como en mercados financieros, incluyendo la oferta
y la calidad de los activos financieros en que pueden invertir las compañías de seguros;
estas diferencias deben ser tenidas en cuenta por parte de todo requisito local de capital. El
tratamiento de los riesgos relacionados con los activos (en particular, el riesgo de crédito y
4.12 A pesar de que el GT basa su trabajo en principios para así asegurar su aplicabilidad
universal, también es consciente de que los lectores de este informe agradecerían un
ejemplo de cómo el método propuesto puede ser aplicado para obtener requisitos de capital
concretos y explícitos. Por ello, hemos incorporado el estudio de tres casos, para seguros
de vida, de no-vida (daños) y de salud. Estos casos muestran cómo podría desarrollarse un
requisito de capital. Las cifras que aparecen en los casos son meramente ilustrativas y no
deberían interpretarse como sugerencias del GT consistentes en valores categóricos que
puedan utilizarse en cualquier desarrollo local de un requisito de capital. Dichos casos
prácticos están en los apéndices de este documento.
♣
Nota de los traductores: acrónimo de “Total Balance Sheet”.
4.16 El GT entiende que el IASB pretende desarrollar un sistema de información financiera del
asegurador en virtud del cual el balance total está valorado sobre una base integrada a
partir de valores realistas. La utilización de dicho sistema de información financiera
intenta ayudar a que en la lectura de los estados financieros se identifiquen directamente
los elementos de prudencia inherentes a dichos documentos. Al mismo tiempo, este
enfoque permitiría que los requisitos de capital del asegurador fuesen más coherentes con
la protección conseguida para los compromisos con las pólizas (ej.: provisiones técnicas o
reservas).
4.17 Sin embargo, dado que en la actualidad no existe uniformidad en el ámbito internacional
en los sistemas contables utilizados por el sector asegurador, resulta imposible desarrollar
un marco global para la evaluación de la solvencia del asegurador basado en los sistemas
contables vigentes. El GT ha seleccionado el enfoque TBS ya que ofrece buenas
perspectivas para la introducción del citado marco global. El enfoque TBS es
relativamente independiente del sistema contable. Naturalmente, los enfoques
estandarizados basados en factores necesitarán utilizar valores contables verificables y el
grado de prudencia contenido en dichos valores debería ser tenido en cuenta como parte de
su determinación.
Incertidumbre
4.22 Es generalmente aceptado que la incertidumbre de los riesgos (ej: en relación a los futuros
niveles de la estimación óptima de la mortalidad) debe considerarse por todo el periodo de
vigencia que reste a los contratos de seguros.
Volatilidad
4.23 Por otro lado, existen argumentos a favor de la posibilidad de ignorar la volatilidad de los
riesgos en el análisis a largo plazo, ya que estos riesgos pueden diversificarse en el futuro
(nótese que esto no siempre es verdad: algunos elementos de la volatilidad del riesgo no
pueden diversificarse). Según estos argumentos, el mayor peligro que la componente de
volatilidad del riesgo supone para la solvencia no reside en la exposición a largo plazo,
sino en la capacidad para resistir frente a la volatilidad a corto plazo, quizás dentro de un
intervalo de un año.
4.24 De aquí se infiere que la elección del horizonte temporal para cada riesgo debería
depender de si el riesgo en cuestión puede considerarse “sistemático” o “diversificable”.
Sin embargo, el GT tiene grandes dudas de que en la práctica todos los tipos de riesgos
puedan ser clasificados claramente en una de estas dos categorías 1. Muchas clases de
riesgos pueden tener tanto componentes sistemáticas como diversificables. Además, esta
distinción puede depender también del tamaño de la compañía y de las características de
los mercados en los que opera.
Sucesos extremos
4.25 El horizonte temporal para la evaluación de la solvencia debe ser lo suficientemente
extenso como para recoger el impacto de los sucesos extremos, si ocurriesen, y todas las
repercusiones o efectos de correlación en la cola de la distribución asociados con los
sucesos extremos.
Recomendación
4.26 Teniendo en cuenta lo anterior, el GT considera que una extensión recomendable del
horizonte temporal para la evaluación de la solvencia, con el fin de determinar la situación
financiera actual de un asegurador (pilar I requisitos de capital), es en torno a un año. Este
horizonte temporal de evaluación no debe confundirse con la necesidad de considerar, en
dicha valoración, el plazo completo hasta el vencimiento total de todos los activos y
obligaciones del asegurador.
4.27 La cuantía del capital exigido debe ser suficiente para hacer frente, con un elevado nivel
de confianza, por ejemplo el 99%, a todas las obligaciones correspondientes al horizonte
temporal considerado y también al valor actual, al final del horizonte temporal, de las
obligaciones futuras pendientes (ej., el valor de la estimación óptima con un nivel de
confianza moderado tal como el 75%).
4.28 El largo plazo y la compleja naturaleza de algunos de los riesgos del asegurador hacen
aconsejable que éste valore sus riesgos durante su periodo de vigencia utilizando una serie
de tests anuales consecutivos con un elevado nivel de confianza (por ejemplo el 99%) y de
1
Estas mismas dudas se recogen en el capítulo 5 del Borrador del documento elaborado por el IASB “Statements of
Principles on Fair Value accounting”.
4.31 Resulta más práctico empezar desde el otro lado del espectro con un enfoque
estandarizado. En un enfoque de este tipo, el capital se determinaría realizando los mismos
cálculos para todas las empresas de una misma jurisdicción. Para cada fuente de riesgo,
una medida estandarizada de la exposición de la compañía a ese riesgo se multiplicaría por
un factor estandarizado calculado para toda la jurisdicción. Los factores se calcularían de
forma que reflejasen las características propias de la jurisdicción. Dado que con este
enfoque se pretende determinar un valor mínimo del capital para todas las compañías
autorizadas para operar en la jurisdicción, se espera que los factores sean bastante
conservadores. No obstante, el enfoque estandarizado no debería estar en clara
contradicción con los principios del capital económico y es necesario que se aplique de
forma meditada para asegurar que los factores no conducen a procesos inadecuados de
medición del riesgo dentro de la compañía. Las diversas fuentes de riesgo y los métodos
de cálculo de los factores necesarios se describen posteriormente en este documento. El
capítulo 6 recoge un análisis completo del enfoque estandarizado.
4.32 Para las compañías más fuertes y técnicamente mejor capacitadas, que cuenten con
programas eficaces de gestión del riesgo, puede resultar adecuado introducir métodos
alternativos de cálculo del capital requerido en relación con riesgos específicos. Existe una
amplia variedad de métodos alternativos posibles. Éstos van desde los que utilizan factores
de riesgo específicos para la compañía basados en su experiencia hasta los métodos con
cálculos alternativos y los modelos internos de proyección del riesgo y de los flujos de
caja. En general, se espera que los modelos hechos a la medida de las características de
una compañía individual lleven a unos requisitos de capital más bajos que los calculados
con el enfoque estandarizado. Esto es debido a que el margen de error es más conservador
en los factores estandarizados, para que el enfoque estandarizado pueda aplicarse a todas
las compañías. El supervisor podría aceptar que se fijasen unos requisitos de capital bajos,
si hubiese garantías de que el valor resultante de capital es adecuado y la compañía de
seguros desempeña una buena gestión y control del riesgo. Actualmente, los métodos
avanzados, incluidos los modelos internos, se utilizan en los regímenes de capital para
compañías aseguradoras en Canadá y Australia. También se utilizan en el actual Acuerdo
de Capital de Basilea para calcular el capital asociado al riesgo de mercado en las carteras
de negociación de activos de los bancos. Los enfoques avanzados se tratan con más detalle
en el capítulo 7 de este informe.
4.35 El GT recomienda que el capital total exigido a una compañía se calcule teniendo en
cuenta las relaciones entre las diferentes fuentes de riesgo que pueden afectar a sus
operaciones. Así, la suma simple de las cuantías de capital basadas en los riesgos
individuales debería ajustarse convenientemente. Este tema será analizado con más
profundidad en los capítulos 6-8.
4.8.1 Datos
4.37 La determinación de los factores numéricos que intervienen en el enfoque estandarizado, o
los métodos alternativos en los enfoques avanzados, estará fundamentada en una amplia
base de datos que cubra la experiencia del sector asegurador en la jurisdicción local.
Algunos de estos datos puede haberlos obtenido el supervisor a través de los archivos que
suministran regularmente los aseguradores con la información que se les solicita. Otra
parte de los datos necesarios pueden proceder de las asociaciones mercantiles del sector
asegurador. En muchas jurisdicciones, los actuarios realizan regularmente estudios sobre
varias compañías acerca de la experiencia del sector en cuanto a la evolución de las pólizas
de seguros. Sin embargo, la experiencia muestra que puede ser necesario elaborar bases de
datos específicas para el propósito concreto de calibrar un requisito de capital. Esta puede
ser una difícil aunque necesaria tarea que requiere mucha planificación.
4.41 El GT señala que el IAIS está elaborando documentación orientativa sobre el capital apto.
Según conocemos, este material utilizará una estructura con niveles similar a la del
Acuerdo de Capital de Basilea. Aunque el GT respalda la convergencia en este aspecto,
puede ser necesario prestar especial atención a las características particulares del negocio
asegurador que pueden precisar alguna modificación al enfoque aplicable a la banca.
5.2 Estos aspectos de la gestión global de una empresa aseguradora quedan representados en el
siguiente diagrama, similar al utilizado por el Instituto Australiano de Actuarios para
describir el “ciclo de control actuarial”. El diagrama ilustra que las operaciones de un
asegurador están condicionadas por el entorno empresarial en el que opera (ej: legal,
social, competitivo, de clientela, económico, gubernamental, fiscal, etc.), así como por la
profesionalidad de todos sus empleados.
Entorno empresarial
Solvencia Riesgos
Diseño
Beneficio
Capital
Tarificación
Experiencia
Profesionalidad
5.4 Es importante destacar el papel central del capital en el anterior diagrama. El capital
constituye un elemento esencial de protección para garantizar que se puedan atender las
obligaciones contraídas con las pólizas. Las operaciones de un asegurador, después del
efecto neto de todos los riesgos inherentes a las mismas, deben producir una tasa de
rendimiento considerada aceptable por los propietarios del capital del asegurador. Si se
5.6 Esta definición implica que el riesgo puede tener efectos tanto positivos como negativos.
Este concepto se refuerza posteriormente en el citado documento.
“La gestión del riesgo está tan relacionada con identificar oportunidades como
con evitar o mitigar pérdidas”
5.9 Aunque cada riesgo se enumera como si existiese de forma aislada, independientemente de
otros riesgos, hay casos, como los seguros de vida, en los que los productos se diseñan
específicamente y en consecuencia se gestionan considerando conjuntamente los riesgos
de activos y pasivos de forma integrada. Existen además otras razones importantes para
analizar de forma combinada el impacto de los distintos riesgos en el conjunto de la
compañía. En el informe “Sharma”, encargado por los supervisores de seguros de la UE,
tras analizar varias compañías de seguros en situación de quiebra o cercana a la quiebra, se
concluye que la última causa de una quiebra es siempre la realización de algún riesgo
concreto, pero en la mayoría de los casos la verdadera causa es mucho más abstracta y se
produce con anterioridad. El informe “Sharma” introduce el concepto de “cadena causal”
de sucesos que conducen a la quiebra.
5.11 El GT recomienda que los requisitos de capital que protegen frente a los riesgos asociados
a los activos (ej., riesgo de crédito y de mercado) no se determinen para activos libres, esto
es, para aquéllos que no están cubriendo el pasivo exigible o los requisitos de capital en sí
mismos. La imposición de requisitos de capital para estos activos libres desincentiva a los
aseguradores a mantener en la compañía más capital que el estrictamente necesario. Por lo
tanto, la imposición de tales requisitos es contraproducente para mejorar la protección de
los asegurados.
5.13 El GT utiliza la definición común de “riesgo operacional” que incluye tanto pérdidas por
el riesgo de no suscripción interno de la compañía (que el asegurador puede controlar en
gran parte) como aquéllas originadas por sucesos asociados al riesgo de no suscripción
externo (es decir, “sucesos” relacionados con riesgos que la compañía apenas puede
controlar). El GT recomienda que el riesgo operacional se trate, al menos parcialmente,
dentro del pilar I de los requisitos de capital.
5.14 En cada una de las cuatro categorías principales de riesgos se incluyen varios riesgos más
específicos, que se describen más detalladamente en otros apartados de este capítulo.
Volatilidad
5.16 La volatilidad es el riesgo de fluctuaciones aleatorias bien en la frecuencia o bien en la
cuantía de un suceso aleatorio, tal como el riesgo de que al lanzar un dado el resultado sea
distinto de su valor esperado (o media) 3,5. Este riesgo es “diversificable”, en el sentido de
que la volatilidad en torno a la cuantía esperada de los siniestros disminuye a medida que
crece el conjunto de los riesgos asegurados independientes (o el número de lanzamientos
del dado).
5.19 Siguiendo con el ejemplo planteado anteriormente, si el dado tuviese en realidad dos caras
con 5 y ninguna cara con 6 (o un número diferente de caras), entonces la estimación de 3,5
para su valor esperado, basada en un dado “normal”, no sería correcta. Puesto que
frecuentemente las compañías aseguradoras tienen sus propias normas de suscripción y sus
nichos de mercado específicos, es razonable suponer que también tendrán sus propios
parámetros. De esta forma, la experiencia real observada para un grupo puede no ser
representativa de la experiencia futura de otro grupo y la experiencia de toda la población
en su conjunto puede no resultar adecuada para una compañía determinada.
Sucesos extremos
5.22 Los sucesos extremos también son calificados como de gran impacto y baja frecuencia
para el conjunto de la compañía. En cualquier riesgo, uno o más sucesos extremos pueden
ocasionar que las fluctuaciones sean mucho más elevadas que las que se podrían esperar a
5.23 El riesgo de sucesos extremos, más allá de la volatilidad normal de los flujos de caja,
necesita ser analizado detenidamente porque las fluctuaciones resultantes pueden ser tan
extremas que requieran estrategias de gestión independientes.
5.27 La siguiente tabla recoge la relación entre el riesgo de crédito y el riesgo de mercado de un
asegurador en los segmentos del negocio donde aparecen.
5.34 En el sector bancario se considera que el riesgo de crédito constituye el 60% de todos los
riesgos, el operacional es el 30%, el riesgo de mercado es el 5% y otros riesgos
representan el 5% restante.
5.36 Probablemente, el BIS no incrementará el ratio estándar de capital objetivo para todo el
pilar I, fijado en el 8%, con el fin de incluir el riesgo operacional, dado que se considera
que el riesgo operacional está ya implícitamente cubierto con dicho ratio objetivo estándar
del 8%.
5.37 Parece probable que Basilea II exija la evaluación del riesgo operacional dentro del pilar I.
Los bancos podrán elegir entre enfoques de medición “de indicador básico”,
“estandarizados” y “avanzados“. Muchos supervisores de banca exigen a sus bancos
mantener un capital adicional, por encima de los niveles del pilar I, por cuestiones que en
realidad son propias del pilar II.
5.38 El riesgo operacional también es un riesgo importante para los aseguradores y debería ser
tenido en cuenta en un marco de supervisión de múltiples pilares. Este riesgo se ha
revelado importante tanto para los aseguradores como para los bancos (el “Grupo de
Londres” de supervisión de la U.E. indicaba en el “Informe Sharma” que muchas quiebras
de aseguradores de la UE se debían a determinados fallos en la gestión).
5.39 Sin embargo, debido a la actual escasez de datos cuantitativos sobre las compañías de
seguros (es decir, el proceso de recogida de datos sobre el riesgo operacional está menos
avanzado que en el sector bancario; la naturaleza del riesgo operacional en los
aseguradores es diferente a la de los bancos dada la distinta naturaleza de sus negocios),
por el momento no se puede formular un requisito explícito de capital para aseguradores
dentro del pilar I que esté basado en la experiencia. Mientras esto no sea posible, puede
utilizarse un requisito del pilar I que no esté basado en la experiencia, pero el GT
recomienda que se acompañe de incentivos para que las compañías demuestren una sólida
gestión del riesgo operacional.
5.40 Dada la gran importancia del riesgo operacional en la cadena causal de sucesos que
conducen a la insolvencia, el GT recomienda que el riesgo operacional de los aseguradores
se analice en el marco del pilar I. Puede resultar razonable ofrecer un planteamiento del
tipo Basilea II con elección entre enfoques de medición “de indicador básico”,
“estandarizados” y “avanzados”.
5.41 La evaluación del riesgo operacional de una compañía de seguros tiene la complicación de
tener que extraer este riesgo de los datos observados de pérdidas recogidos normalmente
para los otros riesgos de suscripción, de crédito y de mercado. Por ejemplo, los
♣
Nota de los traductores: BIS es el acrónimo del término inglés Bank for International Settlements.
5.42 Se recomienda que los inspectores de seguros, el sector asegurador y la profesión actuarial
trabajen conjuntamente para llevar a cabo investigaciones adecuadas sobre la medición del
riesgo operacional.
5.44 Los aseguradores de vida ofrecen frecuentemente a sus pólizas opciones implícitas (por
ejemplo, opciones de liquidación) que pueden originar problemas de liquidez 2.
Ocasionalmente, los aseguradores no-vida tienen que pagar indemnizaciones antes de lo
esperado, viéndose así obligados a liquidar inversiones en activos de forma prematura o en
condiciones desfavorables.
5.46 Es importante resaltar que la gestión de crisis por riesgo de liquidez es diferente de la
gestión de activos/pasivos y de las cuestiones relacionadas con la gestión de capital. Por lo
tanto, su cobertura no se realiza generalmente con criterios actuariales y puede no ser
2
El ejemplo más sorprendente de pérdidas por este riesgo es el fenómeno de “retirada masiva de fondos” que origina la
quiebra de una entidad. Este tipo de fenómeno afectó a los bancos durante la Gran Depresión, cuando demasiados clientes
solicitaron recuperar su dinero en efectivo de forma inmediata y la demanda fue superior a las reservas de efectivo. Un
caso ilustrativo de los problemas que el riesgo de liquidez puede ocasionar en el sector asegurador tuvo lugar el 30 de julio
de 1999, cuando una importante agencia de calificación redujo la calificación crediticia de un asegurador americano. En los
días siguientes a la reducción, muchos inversores se acogieron a la cláusula de rescate en siete días incluida en los acuerdos
de financiación a corto plazo emitidos por el asegurador. Los acuerdos de financiación pasaron a comportarse como pasivo
exigible a corto plazo a pesar de que los activos con los que se cubrían estaban invertidos a largo plazo. La compañía no
pudo vender los activos con la rapidez suficiente para hacer frente a estos requerimientos y se sometió voluntariamente a la
supervisión del Departamento Estatal de Supervisión de Seguros. El origen de estos problemas fue un desajuste entre los
vencimientos de las obligaciones (por la opción de rescate en siete días) y de sus activos subyacentes que, debido a la
reducción del grado de calificación, produjo una crisis de liquidez.
3
Para más información sobre este tema se puede consultar desde el Informe 2000 del Grupo de Trabajo sobre Liquidez en
los Seguros de Vida de la Academia Americana de Actuarios hasta el Grupo de Trabajo sobre Liquidez en los Seguros de
Vida del NAIC. Este informe está disponible en la página web de la Academia (www.actuary.org).
5.49 En el caso de una gran compañía aseguradora de vida de EE.UU que sufrió un importante
problema de liquidez, éste se desencadenó por una reducción de su calificación crediticia.
Los factores que favorecieron el riesgo de liquidez fueron grandes acuerdos de
financiación contratados con relativamente pocos clientes especializados; estos acuerdos
de financiación contenían opciones de venta en 7-días. La reducción de la calificación
crediticia originó que repentinamente se rescataran un gran número de contratos de
inversión garantizada -GIC-, comunicándose con poco tiempo a la compañía.
5.52 El siguiente diagrama representa una distribución Normal (llamada así debido a su
peculiar forma) de las pérdidas. Este tipo de distribución puede reflejar las características
estadísticas de algunos tipos de riesgos o utilizarse como una aproximación para otros
riesgos. En el gráfico está señalada la media de la distribución, así como tres tipos de
medidas de riesgo, la desviación estándar, el Valor en Riesgo (VaR - mostrado en el
gráfico en el percentil 95) y el Valor en Riesgo de la Cola de la Distribución (Tail VaR).
Distribución Normal
Media
Desv. Estándar
Valor en Riesgo
(percentil 95)
TVaR95
(Media VaR en
área sombreada)
Pérdida
5.54 El siguiente gráfico muestra una distribución asimétrica. Esta distribución presenta una
cola “más gruesa” que la distribución Normal. Los riesgos sujetos a pérdidas poco
frecuentes pero de cuantía elevada (quizás pérdidas por catástrofes) tienen distribuciones
de “cola gruesa”. Muchos riesgos asociados a los seguros presentan distribuciones
asimétricas. Nótese la influencia de la asimetría sobre las tres medidas de riesgo. Las
ventajas de utilizar TVaR como medida del riesgo en procesos de evaluación de la
solvencia se aprecian claramente en estos gráficos, ya que es la única de las tres medidas
de riesgo que indica la cuantía de las pérdidas catastróficas que pueden producirse por
encima de un determinado nivel de confianza.
Media
Desv. Estándar
Valor en Riesgo
(percentil 95)
TVaR95
(Media VaR en
área sombreada)
Pérdida
5.55 Tal y como se practica en muchas áreas de gestión del riesgo financiero, frecuentemente
resulta útil empezar con la hipótesis de que las pérdidas siguen una distribución lognormal
multivariante. En muchos casos, esta hipótesis será más apropiada, en un contexto
asegurador, que la de distribución Normal multivariante.
5.4.1 Reaseguro
5.57 El reaseguro constituye una herramienta habitual entre los aseguradores para gestionar su
riesgo. En el caso del reaseguro para el normal funcionamiento del negocio, o reaseguro de
indemnización, el asegurador retiene los riesgos inherentes a las pólizas originales que
vendió, mientras aparte el reasegurador y el asegurador acuerdan intercambiar ciertos
pagos especificados en el contrato de reaseguro. Esto permite trasladar al reasegurador
parte de los riesgos que el asegurador asume por estas pólizas. El reaseguro de
indemnización puede estructurarse con el fin de permitir al tomador de la póliza retener
distintos grados de riesgo (ej., vía deducibles o franquicias, coaseguro, reaseguro cautivo,
acuerdos retrospectivos sobre primas, etc.). La existencia de un contrato de reaseguro
expone al asegurador al riesgo de impago de la otra parte.
5.59 Los contratos de reaseguro pueden contener distintos pactos financieros que especifican
cuál de las dos entidades tiene que constituir las reservas por el negocio reasegurado. Es
importante tener en cuenta que el hecho de que los pasivos estén en una compañía puede
no indicar plenamente qué entidad soporta el riesgo. Es también importante advertir que
ciertas formas de reaseguro, denominadas generalmente reaseguro financiero o finito,
están realmente diseñadas para que los reaseguradores financien a los aseguradores
directos, con una mínima transferencia del riesgo real.
5.4.2 Cobertura
5.61 Las operaciones de cobertura producen una reducción neta del riesgo dado que el
asegurador asume un riesgo que compensa otro que ya tiene. El asegurador continúa
reteniendo el riesgo original, pero mediante la operación de cobertura se consigue reducir
el riesgo neto del asegurador. Es importante destacar que con la operación de cobertura, el
asegurador asume adicionalmente el riesgo de impago de la otra parte a no ser que la
cobertura sea “natural”. Una cobertura natural tiene lugar cuando una compañía puede
contrarrestar riesgos de distintas líneas de negocio. Por ejemplo, suscribir seguros de vida
y rentas de supervivencia para grupos similares de asegurados puede ayudar a
proporcionar cobertura frente a incrementos en la mortalidad.
5.62 Las coberturas naturales, introducidas cuando un asegurador suscribe líneas de negocio
complementarias, pueden tenerse en cuenta en el requisito de capital total de la compañía,
una vez que se han calculado los distintos componentes individuales de riesgo del requisito
de capital.
5.63 Las coberturas financieras que implican la utilización de instrumentos derivados se utilizan
en algunas compañías aseguradoras para compensar ciertas garantías financieras
(relacionadas con tipos de interés o mercados de renta variable) que han ofrecido a sus
asegurados. Antes de conceder una reducción en un requisito de capital por las coberturas
financieras, el supervisor debería comprobar que el programa de cobertura de la compañía
está bien formulado, es coherente con la teoría económica financiera y proporciona la
cobertura deseada de manera eficaz. El inspector podría incluso exigir garantías de que en
los mercados financieros hay una oferta suficiente de los instrumentos derivados
necesarios y de que el personal de la compañía que va a gestionar la estrategia de
cobertura es competente y está preparado en materia de economía financiera. Por lo
general, las coberturas financieras sólo serán utilizadas por las compañías con más
experiencia y más desarrolladas. La concesión de una reducción, dentro de un régimen de
capital, por estos programas dependerá de la eficacia demostrada del programa. Es
probable que esto sólo sea posible cuando se utilicen modelos internos para calcular los
5.65 Asimismo, algunas compañías ofertan pólizas que contienen algunos elementos ajustables
o no-garantizados. Estos elementos pueden ser primas, intereses a pagar a los asegurados o
cargos contra la póliza por mortalidad o gastos. Frecuentemente, en estas pólizas se
establecen límites que restringen la capacidad de la compañía para ajustar valores
libremente. En estas pólizas, sólo pueden ajustarse valores futuros de la póliza. También
hay pólizas, con naturaleza más parecida a la de los contratos de inversión, en las cuales
los rendimientos a favor de los asegurados están directamente relacionados con un índice
financiero o con el rendimiento de una cartera de activos determinados.
5.66 El GT considera que sería apropiado aplicar una reducción sobre el requisito de capital por
aquellos riesgos que se hayan trasladado o compartido con las pólizas por medio de los
distintos mecanismos descritos anteriormente. Sin embargo, esta reducción solamente
debería concederse cuando el supervisor esté convencido de que la compañía de seguros
tiene una política y un protocolo de reducción de la escala de dividendos o bonificaciones
o bien elementos en las pólizas ajustables a su favor para el caso de que la experiencia le
sea adversa. Esta comprobación debería basarse en la demostración explícita por parte del
asegurador de estas políticas y protocolos. Además, el supervisor también debería
comprobar que las restricciones impuestas a los aseguradores en las políticas de
participación por las “expectativas razonables de los asegurados”, o los límites dentro de
las pólizas ajustables, no interfieren en la capacidad de la compañía para compartir la
experiencia desfavorable con los asegurados de forma coherente con sus políticas y
procedimientos del pasado.
5.67 Dado que para detectar un incremento de la experiencia desfavorable puede ser necesario
que pase mucho tiempo, y puesto que se ha observado cierta resistencia por parte de
muchos aseguradores a reducir las escalas de bonificaciones o dividendos muy
rápidamente, no es apropiado conceder una reducción total en el requisito por la
participación en la experiencia o las políticas de ajuste.
6.1 Introducción
6.1 En este capítulo se esbozan los aspectos clave que han de tenerse en cuenta en el diseño y
selección de un enfoque estandarizado para la evaluación de la solvencia dentro del pilar I
de requisitos de capital del asegurador. El establecimiento de un conjunto de requisitos
específico para una determinada jurisdicción debería realizarse de acuerdo con estos
aspectos.
6.2 Tal y como se ha señalado anteriormente, el enfoque óptimo para evaluar los requisitos de
capital del asegurador consistiría en la determinación por separado de un requisito para
cada compañía aseguradora; esto permitiría obtener el valor más adecuado del capital para
cada entidad. Este enfoque puede resultar complejo, implica el desarrollo exhaustivo de
modelos de riesgo específicos para cada compañía y podría requerir un grado de
sofisticación técnica muy superior al de las capacidades y recursos de algunos
aseguradores o jurisdicciones.
6.3 En consecuencia, puede resultar más práctico empezar por el otro extremo del espectro
con un enfoque estandarizado. Es posible considerar una familia de enfoques
estandarizados, que abarque desde los enfoques más simples y objetivos (ej., conjunto de
factores de riesgo común para una jurisdicción que podría multiplicarse por las cantidades
de riesgo más relevantes de una compañía) hasta los de formulación más compleja, que
permiten utilizar de alguna manera la experiencia individual de una compañía.
6.4 El enfoque estandarizado debe diseñarse y calibrarse para reflejar las características de
cada jurisdicción. Al hacerlo, deben respetarse en todo lo posible los principios clave para
la evaluación de la solvencia del asegurador. Dado que este enfoque pretende determinar
el valor mínimo del capital de las compañías con licencia de actividad, sería deseable que
los factores fuesen suficientemente conservadores. Es importante tener en cuenta que si
bien un enfoque estandarizado puede reducir la carga anual de cálculo dentro de cada
compañía, la jurisdicción por su parte deberá realizar una considerable labor de
investigación, análisis y ajuste del enfoque estandarizado elegido al ponerlo en marcha y
sobre una base de continuidad, puesto que nuevos productos y riesgos del mercado
evolucionan en el tiempo.
6.6 Los enfoques estandarizados más simples aplicarían un factor o escala de factores a una
cuantía de riesgo. Estos factores se diseñarían para obtener la cola de la distribución. Por
ejemplo, el riesgo de mortalidad podría obtenerse multiplicando un factor o escala de
factores por la suma asegurada. Necesariamente, un enfoque tan simple intenta combinar
volatilidad, tendencia, nivel y riesgo de catástrofe para todos los productos y todas las
compañías en un factor o escala de factores.
6.8 Algunos de los enfoques estandarizados más complejos tienen una precisión más parecida
a la de los modelos internos específicos de una compañía para la evaluación del riesgo. Por
ejemplo, algunos enfoques permitirían al asegurador utilizar en un modelo de cálculo
estandarizado sus datos sobre la frecuencia y/o cuantía esperadas. También se
introducirían en el modelo los parámetros específicos de cada jurisdicción relacionados
con la forma de las distribuciones respectivas de la frecuencia y la cuantía. Esta
información podría suministrarla el supervisor.
6.10 Debería recordarse que para algunos riesgos no resulta apropiado un enfoque basado en
factores debido a las diferencias de los riesgos cubiertos de compañía a compañía, la
dificultad para definir la distribución del coste total o la importancia de pérdidas
infrecuentes pero catastróficas. En estos casos, es necesario aplicar otros instrumentos
además de los factores (o añadidos a los factores).
6.12 El primer enfoque estandarizado para un conjunto de riesgos puede exponerse utilizando
una distribución de probabilidad de la cuantía de los fondos necesarios para hacer frente a
las obligaciones futuras asociadas al conjunto de riesgos. Con el fin de fijar un valor para
el requisito que proporcione una elevada probabilidad de solvencia (ej. 99%) es preciso
calcular el cuantil (ej. el percentil 99) de la distribución de la cuantía de los fondos
necesarios. Este cuantil puede expresarse siempre, en función de la media y la desviación
estándar de la distribución, como µ + kσ , donde µ representa la media o coste total
esperado y σ es la desviación estándar o volatilidad del coste total. La cantidad k es un
factor que varía en función del cuantil elegido y la forma de la distribución. Por ejemplo,
si la distribución es Normal (Gaussiana), y el criterio de solvencia es el 95% entonces k es
1,64; si es el 99% entonces k es 2,33. Si la distribución es distinta de la Normal, entonces k
también es diferente. El factor k puede aumentarse para añadir un mayor margen de
seguridad si la distribución tiene una cola más gruesa que la de la Normal o si hay
incertidumbre adicional sobre la media y la varianza. El factor k variará según el tipo de
6.15 Las consideraciones del anterior apartado pueden aplicarse a nivel de producto, tipo de
riesgo o línea de negocio (LOB) dentro de la compañía. Bajo el primer enfoque, si se
etiquetan las LOB mediante subíndices, el requisito del balance total c j para la LOBj
puede reescribirse como c j = µ j + k j σ j . Nótese que los tres elementos se especifican
para la LOBj. El factor kj puede entonces hacerse específico para la LOBj.
6.16 Entonces el requisito de capital para la LOBj es k j σ j . Si esto se normaliza por las
pérdidas esperadas, el requisito de capital es c j = µ j k jυ j donde υ j es el coeficiente de
variación (CoV) o cociente de la desviación estándar entre la media. El requisito de capital
puede expresarse como el producto de tres factores ya que,
6.17 Debería tenerse en cuenta que la medida de la exposición al riesgo puede basarse en
simples cantidades tales como el volumen de primas o basarse en modelos probabilísticos
más complejos que reflejen frecuencia y cuantía. La fórmula del capital exigido debe
reflejar todas las obligaciones contractuales futuras de la compañía (es decir, no sólo las ya
devengadas por siniestros ocurridos o que están pendientes sino también las que se esperan
en el futuro por los contratos existentes).
6.19 Es necesario que los requisitos de capital de las LOB se combinen en un único requisito de
capital para toda la compañía. Con su simple suma se puede incurrir en el error de no
recoger la posible diversificación entre ellas. La fórmula,
c= ∑c + ∑ ρ
j
2
j
i≠ j
c cj
i, j i
6.20 Esta “correlación” no tiene por qué ser la correlación lineal estándar que se maneja en los
manuales de estadística. En concreto, podría tratarse de una “correlación de la cola” con lo
que incorporaría la posibilidad de que se produjesen simultáneamente resultados adversos
en más de una LOB. Puede también reflejar la elección de la “medida de riesgo” utilizada.
Si la medida del riesgo pondera más los resultados adversos, entonces la correlación será
más elevada que en otro caso. En los apéndices de este documento se incluye material
técnico de apoyo para la obtención de fórmulas de correlación.
6.21 Bajo el segundo enfoque estandarizado, cada µ i y σ i pueden utilizarse para calcular la
media, µ , y la desviación estándar, σ , de la cuantía de los fondos para toda la compañía
de seguros con las siguientes fórmulas,
µ = ∑µj
j
σ= ∑σ
j
2
j + ∑ ρ i , j σ iσ j
i≠ j
6.23 Algunos de los aspectos específicos de los seguros de vida, que es importante tener en
cuenta al desarrollar una fórmula estandarizada, son:
• Heterogeneidad de riesgos (incluso dentro de las “clases” fijadas en la cartera de
seguros)
• Importancia de los riesgos (de suscripción) de mortalidad/morbilidad, de caída y de
gastos
• Efectos substanciales de la correlación entre distintos riesgos de suscripción
• Largo plazo de la mayor parte del negocio
• Importancia del reaseguro (especialmente en relación con la concentración de
riesgos)
• Dificultad de recoger en un modelo el comportamiento de los tomadores de pólizas
en relación con algunos productos
• Importancia de las características ajustables de algunos productos (ej., pólizas
participativas o con participación en beneficios, etc.)
6.24 Todo enfoque estandarizado para el seguro de vida ha de contemplar estas características y
necesitará la clasificación de todas las carteras de seguros de vida en tipos de productos
definidos dentro de cada jurisdicción – el nivel de detalle de la definición quedará de
forma efectiva bajo el control del inspector de la jurisdicción de que se trate.
6.26 Con fines ilustrativos, la medida de riesgo utilizada es VaR con un grado de protección del
99,5% para estas aproximaciones. Tal y como se ha mencionado antes en este documento,
el GT recomienda utilizar medidas del riesgo consistentes tales como TVaR. Sin embargo,
en este ejemplo, la diferencia entre los resultados de las medias VaR y TVaR, con niveles
de confianza adecuadamente ajustados, es pequeña. El grado de protección se ha elegido
exclusivamente con fines ilustrativos. Las recomendaciones del GT para el grado de
6.27 En los modelos que se exponen a continuación, la siniestralidad esperada por mortalidad o
prima de riesgo RP es:
RP = µ = ∑ qi xi
i
donde qi y xi son la tasa de mortalidad y la cuantía del seguro para el i-ésimo asegurado.
En general, se supone que el número de fallecimientos sigue una distribución de Poisson.
El coste total de los siniestros se distribuye según una Poisson Compuesta.
∑q x 3
i i
γ = i
σ3
Volatilidad
6.29 La tradicional volatilidad del riesgo se calcula frecuentemente utilizando un modelo de
simulación con muchos escenarios generados basado en parámetro(s) de entrada dentro de
un proceso de Monte Carlo. Una buena alternativa es un enfoque analítico, la
aproximación Normal Power, que utiliza los tres primeros momentos de la distribución de
Poisson Compuesta. Este enfoque necesita menos tiempo de cómputo que los modelos de
simulación.
6.30 El capital al 99,5% de nivel de confianza con el enfoque de la Normal Power es,
cvolatilidad = σ ( 2 ,58 + 0 ,94γ )
En este caso, el valor de k es 2,58+0,94 γ con un nivel de confianza del 99,5%.
6.31 En circunstancias habituales este enfoque puede simplificarse más. Siendo # el número de
riesgos asegurados y estando la media qi en torno al 0,0025, el capital puede calcularse
como,
77,4 942,7
cvolatilidad = ( + )µ
# #
Ejemplo de volatilidad
6.32 Consideramos tres carteras para probar estos métodos. Las tres carteras tienen
características distintas,
Cartera 1: distribución típica de las sumas aseguradas, distribución típica de la edad
Cartera 2: distribución asimétrica hacia las sumas aseguradas más elevadas
Cartera 3: distribución típica pero cartera bastante pequeña
6.34 Suponiendo que el reaseguro limita la suma en riesgo individual a 1.000.000, la volatilidad
da los siguientes resultados
6.35 En estas tablas se aprecia que la aproximación Normal Power proporciona unos valores
mucho más ajustados que los obtenidos mediante simulación. Por lo tanto, esta
aproximación puede emplearse para establecer un requisito de capital para esta
componente del riesgo de mortalidad.
Catástrofe
6.36 Más allá de las fluctuaciones aleatorias “normales” (volatilidad) en la experiencia de
mortalidad entre dos periodos consecutivos, es necesario dotar un capital extra para cubrir
sucesos extremos que puedan originar desviaciones positivas elevadas en el nivel del coste
de los siniestros. Estos sucesos pueden originarse por,
• Epidemias graves (ej., gripe española de 1918)
• Catástrofes naturales (ej., terremotos)
• Ataques terroristas (ej., atentados del 11-S)
6.37 Es difícil recoger en un modelo este tipo de riesgos debido a la falta de datos observados y
puede que un enfoque muy simple sea el más útil y apropiado. El capital para el riesgo de
catástrofe puede basarse, por ejemplo, en una proporción del número esperado de
fallecimientos durante un año. De acuerdo con la experiencia de la epidemia de la gripe
española, puede resultar adecuado duplicar el número esperado de fallecimientos durante
un año.
Nivel de incertidumbre
6.38 El nivel de incertidumbre se origina por la volatilidad observada en el pasado. Esto puede
dificultar la estimación de la mortalidad esperada “verdadera” o “real” del momento
actual. Para calcular este riesgo puede utilizarse el mismo tipo de modelo que en la
volatilidad del riesgo. Sin embargo, debe determinarse el efecto potencial sobre el pasivo
exigible porque el nivel de incertidumbre implica la estimación incorrecta de la hipótesis
de mortalidad para los próximos años. Esto dificulta encontrar un enfoque simple de
factor.
6.39 Un enfoque sería aplicar un factor de variación sobre el valor actual del importe de las
obligaciones con las pólizas utilizando la estimación óptima de las tasas de mortalidad.
Para encontrar este factor de variación puede utilizarse el mismo tipo de enfoque que para
la volatilidad (ej., Normal Power).
6.41 Por lo tanto, el capital por el nivel de incertidumbre puede basarse en el pasivo exigible
calculado con tasas de mortalidad un 14% más altas (sobre la hipótesis de la estimación
óptima, o BE ♣) menos el calculado con la BE de las tasas de mortalidad. El efecto de esto
sobre el valor de los pasivos dependerá del plazo hasta el vencimiento, del producto
concreto y del tipo de interés.
El efecto de tasas de mortalidad un 10% más altas en los productos a prima única viene
dado por,
6.42 Estos resultados indican que el efecto sobre un capital diferido es independiente del tipo de
interés. El capital adicional exigido por un cambio en la mortalidad del 10% es
simplemente el porcentaje de la tabla multiplicado por la prima pura única. Por otro lado,
un enfoque simple para un seguro de vida puede obtenerse simplemente aplicando al
pasivo exigible un factor al 10%.
Tendencia de la incertidumbre
6.43 Otra componente del riesgo de mortalidad es la tendencia de la incertidumbre, la dificultad
en evaluar con exactitud el sentido de la evolución futura (ej., mejora) de la mortalidad
estimada para los años venideros. Es difícil recoger de forma sencilla en un modelo la
tendencia de la incertidumbre sobre la mortalidad. El resultado depende del producto, la
duración del contrato y el tipo de interés. El gráfico inferior muestra el valor de la
tendencia de la incertidumbre para distintos productos. En el eje de ordenadas se
representa el valor de la tendencia de la incertidumbre como porcentaje de la cuantía del
compromiso que subyace. El eje de abscisas recoge el plazo hasta el vencimiento del
compromiso.
♣
Nota de los traductores: BE es el acrónimo del inglés Best Estimate.
6.45 El requisito final de capital para los riesgos de mortalidad cubrirá cada uno de los
componentes descritos en los anteriores apartados, volatilidad, catástrofe, nivel y tendencia
de la incertidumbre. En la medida en que la experiencia de mortalidad se comparta con los
tomadores de las pólizas, debería producirse una reducción en los requisitos de capital.
6.47 Las tasas inesperadas de caída tienen dos efectos importantes. El primero implica el pago
de los valores de rescate o rescisión. Resulta particularmente importante la relación entre
la cuantía del valor de rescate y el valor de las prestaciones futuras de una póliza en
concreto. Cuando una póliza se extingue, la compañía paga el valor de rescate y “recibe”
la reserva actuarial que queda liberada con la rescisión del contrato. Si los valores de
rescate son inferiores a las reservas de las pólizas, la compañía corre el riesgo de que las
tasas de caída sean menores que las esperadas, particularmente si la tarificación de un
producto se realizó suponiendo unas elevadas tasas de caída. Cuando los valores de rescate
superan las reservas de las pólizas da lugar a que unas mayores tasas de caída sean
desfavorables para la compañía. En algunas jurisdicciones estos riesgos se atenúan
normativamente. La exigencia de que una compañía mantenga compromisos con sus
pólizas al menos tan elevados como los valores de rescate proporciona una protección
parcial frente a tasas de caída demasiado elevadas, mientras que exigir que los valores de
rescate estén por encima de un mínimo reduce la probabilidad de que los aseguradores
tarifiquen sus productos bajo la hipótesis de tasas de caída elevadas. Es importante tener
en cuenta que la relación entre el valor de rescate y la reserva actuarial no es fija; por lo
general, variará con el plazo hasta el vencimiento de la póliza correspondiente.
6.48 El segundo efecto relevante de las tasas de caída inesperadas es que el asegurador puede
no llegar a recuperar, a través de las primas futuras, los gastos iniciales de adquisición de
las pólizas. Estos gastos de adquisición pueden recogerse implícitamente en los estados
financieros mediante el uso de métodos de valoración de la prima pura modificados.
Generalmente, estos métodos implícitos no incluyen ninguna provisión para variaciones
desfavorables de las tasas de caída. La recuperación de los gastos de adquisición puede
también recogerse explícitamente mediante una reducción del pasivo exigible asociado a
las pólizas o mediante la introducción de un activo exigible. En este último caso, el ajuste
a los valores financieros se realiza según una especie de prueba de exigibilidad. En este
segundo efecto, el riesgo de los aseguradores está generado por tasas de caída superiores a
las esperadas.
6.49 Las caídas inesperadas pueden tener otros efectos sobre la situación financiera de una
compañía aseguradora. Por ejemplo, la caída, por antiselección, de las pólizas de los
asegurados más sanos puede ocasionar el deterioro de la experiencia de mortalidad de un
asegurador de vida. Este riesgo puede deberse a un diseño pobre de producto, un riesgo
operacional. En general, en materia de determinación del capital este riesgo no es tratado
como un riesgo de caída.
6.50 Un requisito de capital para el primer tipo de riesgo de caída necesita que las pólizas de la
compañía de seguros queden divididas en dos clases: 1) aquellas pólizas para las cuales el
pasivo exigible actuarial L supera los valores de rescate S, y 2) aquellas pólizas para las
que S>L. Así, los requisitos de capital tendrán la forma j(L-S) o k(S-L) respectivamente,
para factores j y k apropiados. Un requisito de capital para el segundo tipo de riesgo de
caída podría tener la forma mU donde m es un factor adecuado y U es el valor actual
esperado de los gastos de adquisición recuperables mediante las primas futuras.
6.52 El último caso de caída, que no puede abordarse en un enfoque basado en factores, lo
constituyen aquellos productos para los que el riesgo de caída no actúa uniformemente
sobre la vida de los productos, tales como caídas en las duraciones más tempranas que
pueden reducir la exposición de la compañía a riesgos posteriores para algunas pólizas y
no para otras.
6.55 Los gastos fijos no son aquellos “gastos fijos por póliza” utilizados en los cálculos del
análisis de rentabilibad (profit testing) o del valor implícito (embedded value), que son
independientes del tamaño de la póliza. Los “gastos fijos” son aquéllos que, al menos a
corto plazo, no varían en función del volumen total del negocio nuevo y del existente.
6.56 Para evaluar tanto la idoneidad de las provisiones como la solvencia resulta
particularmente importante desdoblar convenientemente los gastos en las categorías de
adquisición y de mantenimiento. Este desdoblamiento se basa en el criterio del asegurador.
Si hay demasiados gastos en la categoría de adquisición, la estimación de la evolución
futura de los gastos de mantenimiento pendientes de la compañía será moderada. Esto
puede tener como consecuencia que las provisiones de estos gastos en los pasivos sean
insuficientes y una visión demasiado optimista de la situación financiera futura de la
compañía.
6.59 Un método simple que podría utilizarse para calcular el capital económico sería calcular el
capital como Factor * Gastos de adquisición fijos. Los gastos de adquisición fijos son los
gastos de adquisición fijos del año siguiente. El factor puede establecerse en el 100% y
considera un horizonte temporal de un año solamente.
6.61 Para el negocio ya contratado, sería posible realizar una serie de proyecciones a partir de
las cuales se podría construir una distribución de probabilidad que sirviese para estimar el
capital económico necesario para cubrir el riesgo de gastos de mantenimiento. Sin
embargo, el tamaño del nuevo negocio y los cambios en la estrategia del negocio tienen un
efecto importante en la estructura de gastos de una compañía. Dado que en esta fase queda
excluido el negocio nuevo con posterioridad a la fecha de valoración, proponemos una
metodología simplificada para el cálculo del capital.
6.64 Sin embargo, de forma similar a lo visto para el requisito de capital en los gastos de
adquisición, puede resultar más práctica una metodología simplificada para los gastos de
mantenimiento. Puede utilizarse una fórmula del tipo: Factor * Gastos fijos de
mantenimiento. El factor estaría basado en el criterio de un experto y reflejaría la
situación específica de la compañía. Un factor del orden del 75% puede ser razonable y
considera un horizonte temporal de tres años (es decir, asume una caída del 25% en el
volumen de negocio y la incapacidad de la compañía para ajustar los gastos de
mantenimiento fijos a lo largo del periodo). El factor del 75% supone que el negocio no se
ve sometido de forma importante al riesgo de las fluctuaciones de los mercados de renta
variable que afectarían al rendimiento esperado. En esta situación, es probable que el
factor fuese inferior puesto que el riesgo de renta variable ya cubre algún riesgo de gastos
de mantenimiento del negocio.
6.65 Alternativamente, sobre el pasivo exigible asociado la póliza que incluya las mejores
estimaciones de los gastos, podría aplicarse un factor que comprendiese ambos tipos de
incertidumbre en los gastos de mantenimiento (ej. inflación y riesgo de costes unitarios
variables). Entonces el capital se calcularía como la diferencia entre el valor del pasivo
6.67 Una metodología alternativa para determinar el capital exigido para el riesgo de gastos
podría implicar examinar los gastos de una compañía agregadamente y estimar
simplemente el capital económico como: Factor * Gastos de explotación generales. El
factor se basaría en el juicio de un experto y reflejaría la situación específica de la
compañía. Los gastos generales de explotación serían los gastos habituales asociados a las
operaciones cotidianas de la empresa. Esto no incluiría las comisiones que son
completamente variables. Un factor del orden del 100% puede resultar apropiado
6.68 El capital exigido final para el riesgo de gastos debe dotarse para cada uno de los
componentes descritos en los anteriores apartados, adquisición, mantenimiento de la
inflación y mantenimiento del coste unitario. En la medida en que la experiencia de gastos
se comparte con los tomadores de pólizas entonces el crédito correspondiente debe
reconocerse en los requisitos de capital.
6.70 En resumen, cualquier enfoque estandarizado del seguro no-vida deberá tener en cuenta
estas características y necesitará la clasificación de todos los negocios de seguros no-vida,
de cada jurisdicción inspectora, en líneas de negocio definidas (LOB) - el nivel de detalle
de la definición estará de forma efectiva bajo el control del inspector de la jurisdicción de
que se trate.
♦
Notade los traductores: SF es el acrónimo del término inglés Size Factor.
♥
Nota de los traductores: CF es el acrónimo del término inglés Confidence Factor.
6.73 Los Factores de Tamaño de la LOB se especifican de forma que incrementen el nivel del
capital exigido a las carteras más pequeñas en comparación con el de las carteras medianas
y grandes, como reflejo del mayor impacto del riesgo no sistemático sobre las carteras más
pequeñas.
6.74 Con fines ilustrativos formulamos un ejemplo de enfoque estandarizado aplicable a las
LOB de seguros no-vida que puede resultar razonable utilizar
(a) Coeficientes de correlación superiores o iguales al 25% entre cualquier par de clases de
negocio.
(b) Coeficientes de correlación superiores o iguales al 25% entre cualesquiera dos clases
de negocio de largo plazo.
6.75 En la tabla que aparece en la parte inferior de esta página se recoge un sencillo ejemplo de
estos conceptos en el cual se valora que el requisito de capital total para un asegurador
hipotético es de $9.894 millones siendo la pérdida total esperada (antes del descuento por
diversificación) de $7.425 millones.
6.76 Un enfoque estandarizado de este tipo también requiere que esté bien calculado el valor
del estimador óptimo de la pérdida esperada en cada LOB tanto para los riesgos en curso
como para los compromisos por siniestros pendientes, incluidos los siniestros ocurridos
pero no comunicados a la compañía. Esta pérdida esperada hay que calcularla neta de la
coberturas de reaseguro esperadas por el asegurador que no sean por pérdidas catastróficas
cuyos requisitos de capital se calculan separadamente en el modelo. Se recomienda que la
pérdida esperada para cada LOB se determine bien sobre una base de frecuencia-cuantía a
partir de datos reales o, si no se dispone de la información observada adecuada para
realizar este tipo de cálculos, utilizando un ratio de pérdida proyectado aplicado a la prima
devengada. Estos métodos de cálculo podrían completarse bien utilizando datos
observados proporcionados por la compañía o bien empleando datos especificados por el
inspector, dependiendo de los requisitos establecidos por el inspector en cada jurisdicción.
Es importante que estas estimaciones de las pérdidas esperadas no se hagan de forma
excesivamente conservadora con el fin de no comprometer la integridad de la metodología
de cálculo del capital en su conjunto.
Descuento por
diversificación Todas las clases -2.024,60
Totales Todas las clases 9.894,15
Coeficientes de correlación
6.77 El caso práctico que se analiza en el apéndice B es más sofisticado que el enfoque
estandarizado simple descrito anteriormente. Incluye una tabla con los factores de
correlación calculados que permite que los efectos de la diversificación del riesgo se
incluyan entre los resultados del modelo. Estos factores pueden fijarse por el supervisor o
calcularse a partir de los datos subyacentes cuando se disponga de ellos. Se identifica la
concentración del riesgo y puede incluirse un adecuado nivel de descuento por reaseguro.
Sin embargo, el modelo no pretende medir con precisión los efectos específicos del
reaseguro y se aconseja utilizar los modelos de riesgo disponibles comercialmente para
coadyuvar en esta materia.
6.78 En el modelo del apéndice B, los datos de partida de cada LOB permiten calcular la media
y la varianza de la distribución de la pérdida agregada de cada asegurador. La componente
pérdida del requisito de capital, neta del reaseguro por catástrofes, se evalúa entonces
utilizando una hipótesis de distribución lognormal (es decir, asimétrica) para las pérdidas y
el TVaR al nivel “deseado”. El supervisor puede elegir el nivel de TVaR teniendo en
cuenta el requisito de seguridad del mercado evaluado y el test sobre la “bondad del
ajuste” de la distribución lognormal, especialmente para algunas de las distribuciones de
riesgo más fuertemente asimétricas.
6.79 El modelo del caso práctico es lo suficientemente sencillo como para poder representarse
fácilmente en una hoja de cálculo, aunque también es lo suficientemente detallado como
6.80 El modelo incluye “c” factores que tienen en cuenta el tamaño de las respectivas LOB y
“b” factores que fundamentalmente cuantifican los efectos de la correlación. Estos b y c
factores se combinan efectivamente para crear los k, así como el descuento por el efecto de
la correlación del epígrafe 6.2.1.
6.82 En el modelo se aprecia cierto grado de la flexibilidad necesaria en cuanto a que los datos
de partida pueden estar ampliamente controlados por el inspector o a que el asegurador
individual puede responsabilizarse de la gran mayoría de los datos del modelo (y así
avanzar hacia la creación de un enfoque de modelo interno). Es uno de los enfoques de
modelo potencial que puede utilizarse globalmente.
6.83 Con el fin de ampliar la “familia” de modelos a utilizar en aquellos mercados en los que
pueda disponerse de datos más precisos y sofisticados, es posible completar el modelo del
caso práctico con una serie de características que mejoren la flexibilidad y la precisión.
Estas pueden ser una mayor “adaptación” de las curvas de la distribución de la pérdida a
las características del negocio (ej. mediante la utilización de una serie de fórmulas o datos
empíricos y un incremento en el número de factores utilizados para recoger en el modelo
las correlaciones entre los riesgos). En el otro extremo de la escala, para tener en cuenta un
mercado donde el asesoramiento actuarial sea casi inexistente, es posible crear un modelo
en el que se aplique un número reducido de factores fijados exclusivamente por el
supervisor, por ejemplo, con una definición más amplia de LOB, o ampliando bandas de
negocio por tamaño (o con una combinación de ambas) de forma similar a como realizaba
en el enfoque estandarizado descrito anteriormente.
6.85 En la fórmula del capital basada en el riesgo (RBC) para las compañías de seguros en los
EE.UU, la componente por el riesgo de suscripción es la más importante en todos los
productos de seguro de salud. Los factores para el riesgo operacional y el riesgo de activos
son comunes a todos los productos de seguro. Ningún producto de salud tiene la
componente por el riesgo de tipos de interés. La descripción que se expone a continuación
del proceso empleado para obtener la fórmula para la componente del riesgo de
suscripción en las prestaciones por invalidez (DI) ♠ es análoga a la del proceso a utilizar en
el resto de productos de salud.
6.86 Los datos de partida y la información proceden de todas las compañías que comercializan
DI en los EE.UU y han deseado participar en el estudio. Los datos recogidos contienen
información de los diez últimos años –en los casos en que estaba disponible- relativa a
♠
Nota de los traductores: acrónimo del término inglés Disability Income.
6.87 Para realizar el estudio también se ha recabado información sobre: el número de meses que
transcurren desde que un ratio de pérdida se sale de un rango de valores aceptables hasta
que se cambia el ratio de prima; el porcentaje de pérdida que finalmente se cambia cuando
resulta conveniente actuar sobre las tarifas, ratio esperado de pérdida, ratio de gastos y
ratio de beneficios, expresados todos como porcentaje de la prima devengada.
6.88 Se construyó un modelo estocástico, un camino aleatorio, tal que dado un determinado
nivel inicial de capital, calculó las ganancias de la explotación y el beneficio capitalizado
para un periodo de valoración de cinco años. El modelo suponía una población
estacionaria de pólizas vivas, donde cada año el número de ventas nuevas es igual al de los
contratos que se extinguen. Los ratios reales de pérdida recogidos en la encuesta se
ajustaron para reflejar la diferencia entre el ratio real de pérdida y su valor esperado dados
los cambios en el ratio de prima generados por el modelo resultante de la gestión. El
tiempo necesario para implementar una acción de tarificación es la “fase en factor” y se
desarrolla a partir de la encuesta con los límites máximo y mínimo del ratio de pérdidas
que originarían que se pusiese en marcha una acción sobre las primas. El modelo ajusta el
ratio de pérdida generado aleatoriamente para que refleje los cambios que conviene
realizar en el ratio de primas cada año.
6.89 Cada año del periodo de proyección, el modelo genera un ratio de pérdida, o coste de las
indemnizaciones por cada 1$ de prima, que resulta como la suma de tres componentes:
1. El ratio de pérdida del año anterior. El modelo se aplicó a un “periodo de prueba” de
tres años anterior al verdadero periodo de proyección, por lo tanto, incluso para el
primer año del periodo de proyección, se dispone de un ratio de pérdida del año
anterior.
2. Una perturbación de correlación para el año de proyección. Ésta se basa en una
perturbación aleatoria distribuida normalmente con una desviación estándar de los
ratios de pérdida observados con el ajuste propuesto anteriormente y otro ajuste que
refleje la correlación de la serie calculada a partir de los datos.
3. Un plazo para ajustar del ratio de pérdida del año en curso que refleje los cambios
en las primas que se producirían como consecuencia de aplicar las normas de plazo y
cuantía de las acciones a realizar sobre las primas cuando los ratios de pérdida salgan
de unos límites específicos.
6.90 Se generaron 50.000 escenarios para distintos niveles iniciales de beneficios, calculándose
la ganancia o la pérdida resultante y el beneficio capitalizado por cada 1$ de prima
devengada. La ganancia o la pérdida es la suma del 1$ de prima más los intereses que se
espera obtener de las reservas y el beneficio capitalizado menos el coste de la
siniestralidad generado aleatoriamente, los gastos esperados y los impuestos. La ruina se
produce cuando el beneficio acumulado que resulta es negativo en cualquier año del
periodo de proyección. Aplicando interpolación y realizando sucesivas iteraciones del
modelo se obtiene el beneficio inicial que conlleva una probabilidad de ruina del 5%. Esta
es la cuantía del RBC cuando se expresa globalmente como un porcentaje de la prima.
6.92 El análisis se aplicó separadamente tanto en bloques de negocio grandes como pequeños,
resultando unos factores de prima devengada más elevados para los bloques pequeños.
Esto quedó reflejado al utilizar una fórmula con varios niveles, con un factor más elevado
para los primeros X dólares de prima y un factor más pequeño para el exceso sobre los X
dólares. Como ejemplo, la fórmula para el seguro de invalidez individual no cancelable es:
el 5% de las provisiones para prestaciones tabuladas más el 35% de los primeros 50
millones de dólares de prima devengada más el 15% de la prima devengada en exceso de
50 millones de dólares. Se especifican varios tipos diferentes de seguro DI, cada uno con
su particular conjunto de factores. Toda compañía aseguradora de EE.UU que suscribe
productos DI debe utilizar esta fórmula y así como el conjunto de factores para calcular la
componente por el riesgo de suscripción de DI en el RBC.
6.94 Desde el punto de vista del inspector, las principales cuestiones a tener en cuenta en
relación con el riesgo de crédito son
• Picos “desmesurados” de riesgo debido a diversos factores.
• Fiabilidad y consistencia de los enfoques externos o internos de calificación crediticia.
6.96 Con el fin de clarificar el enfoque, se establece la clasificación del riesgo de crédito en
“Tipo A” (o riesgo relativo a los activos que se poseen en la actualidad y a la capacidad
del asegurador para gestionar su posición de pérdidas relacionadas con el crédito) y “Tipo
B” (o riesgo de crédito relacionado con los activos reinvertidos en el futuro).
6.98 El GT recomienda que los aseguradores tengan también en cuenta el trabajo del BIS sobre
los requisitos de capital para el riesgo de crédito en los bancos, para utilizarlo en el control
del riesgo de crédito Tipo A. En relación con el enfoque del BIS, los inspectores de
seguros tendrán que valorar si las hipótesis sobre el horizonte temporal y el nivel de
confianza implícitas en el enfoque del BIS resultan adecuadas. También deberán tener en
cuenta el adecuado tratamiento de las características de participación en el riesgo de los
tomadores de pólizas.
6.99 Por definición, resulta difícil desarrollar enfoques estandarizados para gestionar los riesgos
Tipo B. Dado que estos riesgos son muy importantes en la actividad aseguradora, el
inspector deberá incentivar o incluso exigir que el asegurador articule enfoques avanzados
adecuados para recoger su riesgo de crédito Tipo B.
6.100 Los enfoques estandarizados para evaluar el riesgo de crédito Tipo B pueden incluir (desde
los más sencillos hasta los más sofisticados):
a. Cuando no sea posible cuantificar directamente el valor actual de los flujos de caja
futuros relacionados con los pasivos, la provisión para el riesgo de crédito Tipo B
puede calcularse de forma aproximada aplicando un factor a los pasivos asociados a las
pólizas de los productos a largo plazo. Estos factores deberían adaptarse a las
consideraciones de un inspector individual y a su estructura informativa financiera para
estos compromisos.
b. Cuando se pueda estimar la duración de los productos a largo plazo, la provisión para
el riesgo Tipo B puede calcularse de forma aproximada distribuyendo el riesgo de
crédito a lo largo de la duración (más allá de la correspondiente al activo circulante) y a
los pasivos asociados a las pólizas en el negocio a largo plazo.
c. Cuando sea posible cuantificar directamente el valor actual de los flujos de caja
asociados a los pasivos, la provisión para el riesgo de crédito Tipo B puede
determinarse directamente por medio del uso de una distribución del riesgo de crédito.
6.103 El riesgo de mercado sólo puede cuantificarse de forma apropiada si el valor de mercado
de los activos y de los pasivos se calcula adecuadamente. Los valores de mercado de los
activos pueden deducirse generalmente a partir de las cotizaciones de distintos mercados
de activos. Dado que no existe un verdadero mercado para los pasivos actuariales, el valor
de mercado de éstos puede aproximarse mediante el desarrollo de técnicas de
mercado/valor razonable o “fair value”. El concepto de “cartera (de activos) replicante”
puede resultar muy útil en la determinación del valor de mercado de los pasivos
actuariales.
6.104 En general, los aseguradores de vida y de salud adquieren activos para casarlos con sus
pasivos. Tradicionalmente, esto no se ha cumplido con los aseguradores de no-vida, que
tienden a gestionar separadamente sus resultados en suscripción y en inversiones. Aunque
todos los activos de un asegurador están disponibles para hacer frente a situaciones de
adversidad, es una práctica muy común de gestión del riesgo por parte de los aseguradores
dedicar, implícita o explícitamente, sus activos a uno de los siguientes fines:
• garantizar los compromisos con las pólizas
• cubrir el capital económico
• cubrir el beneficio neto
6.105 Gran parte de los pasivos de un asegurador pueden tener duraciones (ej. seguros
temporales) parecidas a las de activos muy líquidos del mercado local. En estos casos es
posible seleccionar activos cuyos flujos de caja se adecuen de forma bastante precisa a los
flujos de caja de los pasivos. En otras palabras, es posible encontrar en el mercado una
cartera de activos replicante. Cuando esto ocurre, el riesgo de mercado se concentra en la
volatilidad sobre el valor de mercado de los activos que realmente están en la cartera y
sobre el valor de mercado de la cartera de activos replicante y la capacidad del asegurador
para gestionar esa volatilidad. Esta modalidad de riesgo de mercado se denominará riesgo
Tipo A e incluye también el efecto de la volatilidad sobre el capital reglamentario para
estos riesgos y sobre los activos en que se materializa el capital.
6.106 La extensión al largo plazo de algunos de los pasivos de los aseguradores (especialmente
de los seguros de vida) exige que se tengan en cuenta los tantos de reinversión a largo
plazo ya que al crear la cartera de réplica puede que no se encuentren activos con la
duración suficiente en el mercado. La cuantificación del riesgo de mercado para estos
6.107 Los activos y los pasivos de un asegurador están sometidos al riesgo Tipo A y
posiblemente al riesgo Tipo B. Los contratos de seguros de plazo más corto que no
incluyen opciones implícitas complejas o garantías están sujetos al riesgo Tipo A. Las
pólizas a largo plazo y/o aquéllas que contienen opciones implícitas complejas o garantías
pueden verse influidas por ambos riesgos de mercado Tipo A y Tipo B.
6.109 Con el fin de simplificar la determinación del riesgo Tipo A, pueden realizarse
aproximaciones en relación con estos elementos. El resultado es una serie de enfoques
estandarizados que van desde los más elementales hasta los más próximos al enfoque
avanzado.
6.110 Una de estas aproximaciones puede consistir en utilizar duraciones ajustadas a opciones
para representar la sensibilidad al precio de los flujos de caja, el valor actual de mercado
de los flujos de caja futuros y un conjunto de factores de cambio posibles en los
rendimientos de las inversiones. Sería necesario que estos factores de cambio se diseñasen
de manera que reflejasen el horizonte temporal y el nivel de confianza deseado así como la
posible evolución de los escenarios desfavorables. A este respecto puede resultar
conveniente identificar una gestión de inversiones más activa realizada estrechamente
sobre bloques de negocio (es decir, cuando el periodo utilizado para diseñar la gestión
activa es inferior al horizonte temporal estándar de un año).
6.111 Otra aproximación puede exigir que los flujos de caja futuros se agrupen en distintas
categorías en función de su vencimiento (el BIS utiliza el término “método de
vencimientos”). Para obtener el capital exigido, la suma de los flujos de caja dentro de
cada una de estas categorías se multiplicaría por una serie de factores. En teoría, estos
factores constituyen una combinación de los elementos básicos señalados anteriormente
(es decir, valor del dinero en el tiempo a partir de la situación económica presente,
modificaciones desfavorables para el nivel de confianza y el horizonte temporal deseados,
etc.). Habitualmente, este tipo de enfoque es el utilizado por el BIS en sus enfoques
estandarizados para el sector bancario.
6.112 Una aproximación muy sencilla, basada fundamentalmente en hipótesis amplias sobre la
exposición generalizada del sector al riesgo Tipo A, consiste simplemente en multiplicar el
valor de balance de los activos y pasivos del asegurador por una tabla de factores que
reflejen la supuesta presencia e importancia del riesgo Tipo A.
6.114 El desarrollo de enfoques estandarizados para los riesgos de mercado (y de hecho para
otros riesgos) requiere la evaluación y el acuerdo con el inspector en cuanto a la
aproximación elegida por éste y su método de aplicación. Lo ideal sería que la prudencia
inherente a los enfoques estandarizados incentivase a los aseguradores a aplicar (en la
medida que les sea posible) métodos más avanzados en el futuro.
6.115 Una cuestión que puede surgir al elaborar enfoques más avanzados que permiten que actúe
la discrecionalidad del asegurador (ej., si el nivel del riesgo de mercado está sujeto a las
prácticas de asignación de activos del asegurador) es que los resultados serán menos
transparentes dado que el asegurador puede tener oportunidades de autoseleccionar (en
cierta medida) el requisito de solvencia final. Es importante que el inspector considere
anticipadamente las posibilidades y el alcance de dicha autoselección así como que sopese
este riesgo frente al riesgo de aceptar un enfoque de factores que (mediante el uso de
factores amplios o del sector) puedan no identificar totalmente los riesgos de un
asegurador específico. Por ejemplo, los problemas relacionados con “juegos” de
asignación de activos pueden tratar de resolverse directamente exigiendo que la asignación
de activos para el requisito de capital coincida con la gestión realizada por el asegurador
en sus carteras.
6.116 Particularmente en el seguro de vida es posible transferir parte del riesgo de mercado
procedente de la cartera total de activos a los tomadores de pólizas. Por lo general, esto es
lo que sucede con las pólizas de seguro de vida universal y muchos tipos de contratos
ajustables y “con participación en beneficios”. Naturalmente, los flujos de caja de estos
activos y de sus correspondientes pasivos deberían ajustarse estrechamente (sin tener en
cuenta los riesgos no financieros diversificables que pueden afectar a estos pasivos) y el
enfoque estandarizado elegido debe reflejar el grado en que se comparte el riesgo de
mercado con las pólizas.
6.119 Los enfoques estandarizados para la evaluación del riesgo de mercado Tipo B pueden
incluir:
• Para las garantías sobre intereses a largo plazo de rentas y seguros de vida, el cálculo
del valor actual de los flujos de caja futuros correspondientes a los pasivos sobre la
hipótesis de que los rendimientos de la reinversión a largo plazo siguen la tendencia
histórica de los promedios a largo plazo.
• Para opciones complejas, la obtención de factores con el nivel adecuado de prudencia,
basados en modelos estocásticos rigurosos de la información observada de todo el
6.121 El enfoque adoptado dentro de Basilea II para los bancos puede resultar útil para los
aseguradores. El modelo de Basilea II prevé un “enfoque estándar”, un “enfoque de
indicador básico” y un “enfoque avanzado de medición” (AMA) ◊. Los primeros dos
enfoques se basan en simples múltiplos de los ingresos brutos. Estos modelos más
sencillos no son sensibles al riesgo. Sólo el AMA incluye distintas técnicas de gestión del
riesgo para los bancos.
6.122 El GT sugiere que un nivel razonable al que introducir un requisito de capital asociado al
riesgo operacional puede estar entre el 10-20% de los requisitos de capital calculados de
otra forma. Esta cantidad puede calcularse en realidad bajo un enfoque “estándar”
mediante la aplicación de un único porcentaje (o tabla de porcentajes) sobre uno (o a una
combinación) de los conceptos de fácil determinación, como son
• capital exigido por riesgo de suscripción
• capital exigido por riesgo de crédito
• capital exigido por riesgo de mercado
• beneficios netos
• activos gestionados
6.125 También existen enfoques alternativos para ajustar las interdependencias de los riesgos
(cuando no todos los riesgos puedan ir mal al mismo tiempo). Estas alternativas permiten
al inspector definir el equilibrio deseado entre las medidas sencillas y la representación
realista del riesgo agregado de la compañía. El enfoque general se describió anteriormente
en los apartados 6.19 y 6.20 y también se verá en el epígrafe 9.3. En el Apéndice I se
analiza la teoría y el valor de las cópulas, que proporcionan un marco de supervisión para
ir más allá de la simple suma de riesgos e incluso más allá de los intentos de utilizar la raíz
cuadrada de la suma de los riesgos al cuadrado.
◊
Nota de los traductores: AMA es el acrónimo de la expresión en inglés Advanced Measurement Approach.
7.1 Introducción
7.1 Los enfoques estandarizados descritos en el capítulo anterior para calcular los requisitos de
capital están pensados para ser aplicados de forma similar por todas las compañías de un
determinado tipo, vida, no-vida o salud, dentro de una jurisdicción. Generalmente estos
métodos son muy conservadores, ya que pretenden calcular el nivel adecuado de capital
para una amplia variedad de aseguradores. En una jurisdicción puede haber aseguradores
grandes y potentes desde un punto de vista técnico para los cuales estos métodos asignan
un valor excesivo del capital exigido.
7.2 Es posible que en una jurisdicción se quiera permitir a ciertas compañías calcular el capital
exigido utilizando métodos que reflejen más directamente la exposición al riesgo propia de
cada compañía. Este capítulo está dedicado a describir los posibles métodos específicos de
compañía y a analizar los aspectos que debe tener en cuenta el supervisor a la hora de
permitir a una compañía la aplicación de estos métodos.
7.5 La expresión enfoque específico de compañía designa un método de cálculo del capital
exigido a una compañía de seguros en relación con una fuente particular de riesgo que
mide la intensidad del mismo basándose en la experiencia de la propia compañía o en la
7.7 El inspector debe estar seguro de que el enfoque específico de la compañía es el adecuado
y proporciona una medida precisa del capital requerido. Para ello es necesario un análisis
detallado tanto de la metodología de la compañía como de los datos específicos de la
compañía utilizados en el cálculo. La metodología utilizada en concreto por cada
compañía variará. Resulta particularmente importante que el inspector la analice y
determine que es correcta desde un punto de vista teórico y que está aplicada
convenientemente. Con el fin de evaluar de forma apropiada la metodología del
asegurador, el inspector debe tener formación técnica suficiente o bien poder contar con la
colaboración de expertos externos independientes. El inspector debe aprobar la calidad y
adecuación de los datos de la compañía que se utilizarán en los cálculos. Resultan de
especial importancia la suficiencia y credibilidad de los datos así como los métodos
estadísticos empleados en la organización y el análisis de esa información. También
resultará sustancial el grado de formación de los empleados del asegurador que estén
integrados en este enfoque.
7.8 El capital exigido puede considerarse como una segunda línea de defensa para la
protección de la solvencia de una compañía de seguros y de sus asegurados. La primera
línea de defensa es una sólida gestión del riesgo. Si surgen problemas que no pueden
prevenirse mediante la gestión de un riesgo, entonces debería existir un capital con
ponderación del riesgo al que recurrir para cubrir las pérdidas financieras que pudieran
generarse. En consecuencia, para que un supervisor acepte un menor nivel de capital
exigido como resultado de aplicar un enfoque específico de la compañía, debe tener la
seguridad de que la fuente de riesgo de que se trate está bajo control, sus efectos están
convenientemente atenuados y se ha reducido la necesidad del capital exigido. Así pues,
para aprobar que una compañía utilice un enfoque avanzado o específico, el inspector
debería comprobar que la entidad dispone de procesos adecuados para la gestión del riesgo
y de una estructura satisfactoria de información.
7.12 Los bancos generan muchos de sus activos mediante sus operaciones de préstamo.
Habitualmente, a estos activos sólo puede asignárseles una calidad o calificación de su
crédito utilizando un sistema de calificación del propio banco. El cálculo del capital
exigido para el riesgo de crédito se realiza mediante las calificaciones de crédito; en
Basilea II el uso de un sistema de calificación del propio banco es considerado como un
enfoque avanzado. Si bien algunos aseguradores invierten en activos privados, la mayoría
de sus inversiones se realizan en activos negociables públicamente que normalmente han
sido calificados por agencias de calificación reconocidas. En consecuencia, los enfoques
avanzados en relación con el riesgo de crédito son por lo general más importantes para los
bancos que para los aseguradores. Sin embargo, los inspectores de seguros deberían
prestar atención, a pesar de todo, a las clasificaciones y las hipótesis en que se sustentan en
relación a la frecuencia e importe de los impagos en los activos que utilizan los
aseguradores.
7.14 El tipo de productos que aquí se consideran son fundamentalmente los de las compañías de
seguros de vida; en particular, tenemos en cuenta contratos participativos o con beneficios,
así como ciertos tipos de seguros de vida universal y otros productos renegociables (new-
money) o ajustables.
7.16 Consideremos el caso del riesgo de impago en activos para pólizas con participación o con
beneficios. Es posible que un asegurador afirme que los costes de los impagos en los
activos se trasladan o se comparten con los tomadores de pólizas y en consecuencia
solicite un menor capital exigido en relación a este riesgo. El inspector estaría interesado
en comprobar que los activos que financian esta línea de negocio están en un segmento
claramente distinto al de los activos que financian otras líneas diferentes para que así los
activos a los que se puede aplicar una reducción del requisito y que pueden generar los
impagos estén claramente identificados. A continuación, el inspector examinaría el
mecanismo concreto de participación en el riesgo (ej.: escala de dividendos, escala de
bonificaciones, cuenta alisada, tarificación basada en la experiencia) usado por el
asegurador en este caso. El grado en que se comparte la experiencia y la rapidez con la que
el mecanismo efectúa dicho reparto se reflejarían en la cuantía del capital que se permita
liberar.
7.18 Resulta importante distinguir entre los mecanismos para compartir el riesgo que son
retrospectivos y aquéllos que actúan sólo prospectivamente. Todos los mecanismos
descritos anteriormente son esencialmente retrospectivos. Permiten que la compañía
comparta con los tomadores de pólizas su experiencia pasada. Los mecanismos
prospectivos permiten a las compañías ajustar las primas futuras en previsión de una
experiencia esperada desfavorable. Sin embargo, no conceden ninguna reducción a una
compañía que ya ha tenido importantes pérdidas. Si bien no eliminan significativamente la
necesidad de capital, los mecanismos prospectivos para compartir el riesgo sitúan a la
compañía en una posición mejor que la que tendría si no se aplicasen estos mecanismos.
Habría que destacar que en el enfoque estandarizado, un requisito de capital puede estar
vinculado al periodo para el que las tasas de prima futuras están garantizadas, resultando
necesario incrementar el capital para plazos de garantías más extensos. Los mecanismos
prospectivos para compartir el riesgo son propios de los ajustes de primas futuras y
deberían reflejarse en los requisitos de capital como reducciones en la amplitud de los
periodos de garantía de la tasa de prima.
7.20 Existen situaciones en que los aseguradores tienen en depósito fondos de los tomadores
con el acuerdo de que el asegurador puede recurrir a estos fondos para compensar un
eventual déficit específico en la tarificación según la experiencia. Si el clausulado del
contrato fuese suficientemente vinculante para el tomador, podría resultar adecuado
reflejar estos depósitos como deducciones o reducciones en el capital exigido. Sin
embargo, esta reducción sólo podría concederse sobre una base de análisis póliza a póliza,
dado que los depósitos atribuibles a una póliza no podrían utilizarse para compensar la
experiencia desfavorable producida en otra póliza.
7.22 Estos enfoques se basan en modelos informáticos de una determinada línea de negocio o
segmento de actividad de una compañía. Generalmente, se trata de modelos de naturaleza
estocástica y pretenden calcular la cuantía del capital que será suficiente para garantizar el
éxito de esa parte del negocio de la compañía con un elevado grado de probabilidad. Estos
modelos dependen de los generadores de escenarios que son capaces de producir una
amplia variedad de escenarios que pueden afectar a la evolución futura del negocio de la
compañía.
7.23 En general, cada compañía construiría su propio modelo. El modelo refleja las
características específicas de los productos de la compañía, sus distintas políticas y
procedimientos de administración, y otras prácticas como la política de inversiones y la
liquidación de siniestros. Es función del inspector determinar el nivel de probabilidad que
tiene que probarse así como la extensión del periodo futuro sobre el que se realizan las
proyecciones futuras del modelo.
7.24 El inspector debe validar y aprobar el modelo. Esta aprobación debe hacerse también
extensiva al generador de escenarios. En muchos casos, el principal elemento estocástico
será la evolución temporal de algún conjunto de índices económicos tales como los tipos
de interés o promedios del mercado de valores. Aquí, el inspector debe comprobar que el
generador es coherente con la teoría de la economía financiera y apropiado para su
aplicación a ese caso particular. No es de esperar que este tipo de generador de escenarios
varíe significativamente de una compañía a otra dentro de una misma jurisdicción y
operando en el mismo entorno económico. En otros modelos, particularmente en el caso de
los seguros generales (no-vida), el generador de escenarios puede ser utilizado para
generar la experiencia de siniestralidad. En este caso, el generador bien podría ser
específico para la compañía y los tipos de negocio que gestiona. El inspector deberá
7.27 Para que el inspector de seguros considere que es adecuado utilizar un modelo interno es
necesario que se pueda demostrar que éste es capaz de verificar diversos criterios
relacionados con la prudencia, equivalencia y uniformidad dentro de la jurisdicción del
supervisor.
7.28 Requisitos de prudencia: el asegurador debe demostrar que el modelo interno se aplica
dentro de un marco de gestión del riesgo que es solvente conceptualmente y que cuenta
con los recursos adecuados. También necesita disponer de procedimientos apropiados de
auditoría y verificación del cumplimiento del método. A partir de los siguientes requisitos
mínimos, se derivan varios criterios cualitativos,
7.30 Además, debería ser posible especificar con el modelo los factores de riesgo más
importantes de la actividad aseguradora. Entre estos se encontrarían factores que se
relacionan tanto con los activos como con los pasivos, incluyendo:
• Medida de los flujos de caja tanto para activos como para pasivos
• El riesgo de cambios en la valoración de los siniestros pendientes como consecuencia
de modificaciones en factores económicos, ambientales o relacionados con la
experiencia de siniestralidad.
• El riesgo de cambio que origina que las tasas de prima ya no sean las adecuadas debido
a alteraciones en factores económicos, de competencia o ambientales.
• Riesgo de concentración de catástrofes
• Riesgo de gastos; y
• El riesgo relacionado con la seguridad del reaseguro y el riesgo de variabilidad del
coste del reaseguro
7.31 El modelo debería contar con una herramienta que permitiese la equivalencia de los
efectos de la correlación entre clases de riesgos así como un sistema de análisis de
escenarios de crisis y otros exámenes basados en escenarios.
7.32 El formato del modelo debería permitir una revisión detallada razonablemente sencilla por
parte de expertos delegados del inspector con el fin de que el procedimiento para aprobar
los modelos resulte relativamente fácil. Hay que tener en cuenta que los criterios de
validación anteriormente expuestos deberían considerarse requisitos mínimos y puede que
las distintas jurisdicciones impongan unas condiciones más fuertes para la validación de
los modelos.
8.1 El reaseguro es una de las herramientas más importantes de gestión del riesgo que tienen
todas las clases de compañías de seguros.
8.4 Las razones para la propia transmisión del riesgo son fundamentalmente
• Limitar el efecto de los siniestros grandes o catastróficos. Esta cobertura generalmente
estipula que el reasegurador debe pagar siniestros en exceso de un determinado límite,
sujeto a un número mínimo de siniestros y a una cuantía máxima de reaseguro por cada
suceso. Esta cobertura proporciona protección frente a siniestros concentrados
generados por un único suceso (ej., sucesos catastróficos tales como tormentas,
terremotos, o sucesos que originen grandes siniestros tales como accidentes de avión,
siniestros en inmuebles, etc.).
• Limitar el coste total de los siniestros. Algunos aseguradores, especialmente los más
pequeños, necesitan el reaseguro stop-loss para limitar el importe agregado de las
indemnizaciones en un año determinado.
4
Tiller J.E. Jr., Tiller D.F., 1995, Life, Health & Annuity Reinsurance, Second Edition, ACTEX Publications Inc.
8.10 El reaseguro excess-loss establece que para todos y cada uno de los siniestros que exceden
un determinado límite, llamado prioridad o pleno de retención, (ej. 1 millón de dólares
USA) el reasegurador se hace cargo de ese exceso hasta un determinado límite. Bajo un
contrato excess-loss con prioridad P y límite de cobertura L, el reasegurador asume de
cada siniestro X soportado por la cedente:
Max (0 ; Min (X-P ; L))
8.11 El efecto del reaseguro excess-loss es que en la prioridad trunca la distribución del coste
por siniestro de la cedente, implicando que la cuantía del exceso sobre la prioridad de
cualquier siniestro será soportado por el reasegurador, siempre que no supere el límite
fijado por siniestro. Esto puede apreciarse fácilmente en el siguiente gráfico, para un
contrato excess-loss: el XL se fija en exceso de 50 millones. La curva neta muestra que es
cero la probabilidad de que el coste por siniestro supere los 50 millones (a no ser que las
indemnizaciones superen el límite) y por lo tanto la distribución tiene un punto con masa
de probabilidad finita en la prioridad. La distribución del coste bruto, sin embargo, supera
ampliamente los 50 millones con un percentil 99 próximo a los 85 millones.
8.13 Lo más importante es que la reducción en el coste esperado conseguida con el contrato
excess-loss es mínima comparada con la correspondiente reducción media del cuota parte.
Sin embargo, la reducción del riesgo del contrato excess-loss (ej. medido en el percentil
99) es sensiblemente más elevada, de aproximadamente 35 millones, mientras que el cuota
parte reduce el riesgo únicamente en unos 15 millones, poniéndose así de manifiesto las
distintas características transformadoras de los contratos de reaseguro proporcionales y no
proporcionales.
8.15 El siguiente gráfico ilustra el efecto de la reducción del riesgo mediante el reaseguro sobre
los resultados de la compañía, entendidos éstos como primas menos gastos y costes por
siniestros. Mientras que el reaseguro proporcional normalmente reduce de forma lineal el
riesgo global (nominal), las coberturas no proporcionales suelen proteger de los grandes
siniestros, reduciendo de esta forma la exposición neta de la compañía a los grandes
siniestros/sucesos catastróficos. Técnicamente hablando, el reaseguro no proporcional
elimina parcial o totalmente la volatilidad asociada a la cola de la distribución.
Millones
Resultado Bruto de la Resultado Neto de la Suscripción
8.18 Con las anteriores consideraciones, parece obvio que resulta obligado realizar un análisis
adecuado del reaseguro para evaluar la reducción del riesgo de la compañía cedente con
implicaciones para sus requisitos de capital, y así garantizar una supervisión eficaz de las
empresas aseguradoras en relación con la solvencia y el capital exigido.
8.21 La segunda complejidad procede del hecho de que muchos contratos de reaseguro no
guardan una relación lineal con los riesgos subyacentes. Por ejemplo, existe un efecto
apalancamiento de la inflación en la siniestralidad sobre los costes de los siniestros a cargo
de las coberturas excess-loss. De hecho, los contratos que transforman el riesgo global en
un perfil de riesgo “más estrecho” normalmente presentan esta característica. La magnitud
del efecto apalancamiento depende de los tamaños de la retención (pleno de retención o
prioridad) y del límite. 5
5
Si bien muchos países europeos utilizan una cláusula de indización para estabilizar el efecto de la reducción en el perfil de
riesgo, esta cláusula no suele aplicarse en los EE.UU.
8.23 La cuarta dificultad se origina por el hecho de que la indemnización a cargo del reaseguro
puede estar altamente correlacionada con las exposiciones al riesgo netas de la cedente.
Esta correlación puede ir más allá de la simple correlación lineal de los pactos excess-loss.
8.25 Con el fin de analizar el efecto del reaseguro sobre el perfil de riesgo, hay dos métodos
generales que permiten evaluar la cantidad del riesgo que se transfiere en un contrato de
reaseguro:
• Juzgar la cantidad del riesgo transferido en un contrato de reaseguro analizando si la
cedente ha transferido (reducido) el riesgo, sobre una base amplia de empresa.
• Juzgar la cantidad del riesgo transferido en un contrato de reaseguro basándose en una
única transacción independiente como se define en el contrato.
8.26 Según un enfoque amplio de empresa, resulta necesario evaluar el efecto del programa
total de reaseguro sobre el perfil de riesgo. La evaluación de los contratos individuales con
una base por riesgo o por línea de negocio, particularmente en el caso del excess-loss, es
prácticamente imposible. Sin embargo, en las operaciones proporcionales de cuenta total,
especialmente tales como cuota parte, o stop-loss, los pactos pueden evaluarse con una
base aproximada. Por ejemplo, un stop-loss de cuenta total limita el máximo resultado
negativo de suscripción y así, suponiendo que se ejecuta el reaseguro, puede cuantificarse
el máximo capital en riesgo.
6
Para un análisis más detallado del riesgo de crédito asociado al reaseguro, ver el epígrafe 6 y el apéndice E.
8.28 Dicho esto, la mayoría de las compañías tienen información de la exposición al riesgo
relativa al menos a unas pocas líneas de negocio. Normalmente, las líneas de propiedad
tienen al menos perfiles de riesgo observados y éstos pueden utilizarse como
representación. Además, esos perfiles podrían compararse con datos del sector, cuando
estuviesen disponibles, y combinarse para conseguir una representación del perfil de
riesgo de la compañía. Podría obtenerse un perfil total aproximado de la compañía,
combinando de forma aditiva el perfil de varias líneas de negocio, de forma que no se
tengan en cuenta los efectos de la diversificación e introduciendo un cierto nivel de
prudencia en la representación.
8.29 Siempre que se disponga de un modelo interno de riesgo amplio para toda la compañía,
puede evaluarse de forma uniforme el efecto de todos los contratos de reaseguro.
Básicamente, se puede utilizar el modelo interno para calcular el requisito total bruto (sin
reflejar el reaseguro) de capital, y luego el neto (neto del reaseguro). Presumiblemente, el
modelo interno puede reflejar todas las complejidades de las condiciones recogidas en los
contratos de reaseguro. El método amplio para toda la compañía es recomendable desde el
punto de vista de elaboración de un modelo basado en el balance total. Sin embargo,
representar adecuadamente en un modelo todas las partes de una empresa y las
interacciones entre ellas, puede resultar muy complicado.
8.31 Para evaluar la transferencia de riesgo que se produce mediante un contrato de reaseguro
concreto, se puede elaborar un modelo de riesgo de los flujos de caja entre las dos partes
basado en las condiciones del contrato, sin recurrir a un modelo completo amplio de
empresa. Este puede ser un método mucho más práctico cuando no se dispone de un
modelo amplio de empresa que resulte satisfactorio. En la práctica, muchas compañías
tienen modelos parciales de riesgo adecuados que describen el perfil de riesgo de algunos
de sus segmentos. Estos se da especialmente en la cobertura de propiedad.
8.32 En esos casos, las características del riesgo pueden representarse segmentando los
contratos subyacentes en “grupos de riesgo” homogéneos que describen la exposición de
los riesgos subyacentes en términos de valor asegurado, retención, límite de la póliza y
máxima pérdida/PML, por nombrar algunos. Estos datos pueden utilizarse entonces para
obtener un perfil de riesgo bruto de la cartera a asegurar utilizando información sobre la
frecuencia y sobre la cuantía media por siniestro. Estas distribuciones de la siniestralidad
bruta pueden utilizarse para aplicar adecuadamente operaciones de reaseguro proporcional
incluyendo características de sensibilidad a la siniestralidad según el caso. 7 Dicho esto, la
evaluación adecuada del efecto de la reducción del riesgo de los contratos de reaseguro no
proporcionales no es posible sin realizar transformaciones matemáticas relativamente
complejas, que suelen quedar fuera del alcance de los mecanismos de control del
inspector, o sin el uso de simulaciones, que son procedimientos estándar para recoger
riesgos más complejos dentro de los modelos internos.
7
Para ver un enfoque general de aplicación práctica de este procedimiento, ver el caso práctico de los seguros no-vida.
8.34 Si bien el enfoque descrito anteriormente puede aplicarse para cada “grupo de riesgo” (ej.:
línea de negocio), no resuelve la agregación de los perfiles de riesgo individuales en un
perfil total de la compañía dado que este proceso necesitaría considerar las dependencias
entre riesgos, como concentración o diversificación. En los siguientes apartados de este
informe se recoge un análisis de esta cuestión, así como posibles soluciones.
8.37 Para recoger los riesgos de crédito asociados al reaseguro, puede aplicarse un factor θ (ej.,
θ =70%) a la cuantía total del capital liberado como consecuencia de haber contratado un
reaseguro. El factor θ variará dependiendo de
• la estabilidad financiera del reasegurador (ej., como queda recogida en la clasificación
de calidad)
• la cuantía de la garantía establecida
• la naturaleza del reaseguro (es decir, cola larga frente a corta)
• concentración del riesgo (un reasegurador frente a varios)
8.38 El recargo por la cobertura del reaseguro, θ, debería ser similar al recargo por el riesgo de
impago en bonos con frecuencias de impago similares.
8.40 Donde ρ simboliza la medida de riesgo aplicada (ej. TVaR) y X representa el coste de
siniestralidad agregado.
9.1 Concentración
9.1 El riesgo de concentración es el riesgo de tener una exposición relativa al riesgo más
elevada de lo normal en un riesgo individual. Por ejemplo, la inversión de una elevada
proporción de activos en un mismo sector económico puede considerarse concentración.
En la práctica, el riesgo de concentración puede suponer una “penalización” en los
requisitos de capital; es decir, el capital exigido es mayor. La concentración es lo opuesto a
la diversificación.
9.2 Diversificación
9.2 La diversificación reduce el riesgo hasta el punto de que se necesita menos capital total
relativo cuando se combinan dos riesgos. En la práctica, las ventajas de la diversificación
deberían reflejarse en una fórmula del capital que incentive a los aseguradores a tener
activos y pasivos más diversificados.
9.4 Como en capítulos anteriores, consideramos el riesgo total al que se ve expuesta una
compañía aseguradora (ej., derivados de sus operaciones de seguro, inversiones,
operaciones en divisas, etc.). Normalmente, los riesgos a los que se enfrenta una compañía
no son independientes, sino que presentan alguna interrelación, a veces mínima y
frecuentemente difícil de observar. En muchos casos y a diferencia de los mercados
financieros, hay muy poca información histórica para detectar y cuantificar la relación real
entre factores de riesgo. Por lo tanto, puede que no sea posible identificar todas las fuentes
de interrelación e integrarlas en un modelo interno o incluso estimar sus correlaciones o
correspondientes medidas de interrelación.
9.5 La correlación de los riesgos que afronta un asegurador puede dar lugar a dos grandes
tipos de dependencias: estructurales o empíricas. Las estructurales se deben a relaciones
conocidas, que pueden explicarse en un modelo; mientras que las empíricas son
sencillamente observadas sin relaciones conocidas (o susceptibles de representarse en un
modelo). Las dependencias estructurales incluyen situaciones en las que la evolución de
los costes variables viene dirigida por variables comunes. Por ejemplo, los factores
económicos como la inflación económica general pueden hacer que los costes de varias
líneas de negocio cambien en el mismo sentido. Análogamente, los sucesos comunes o
9.6 Además, el grado de dependencia entre los riesgos de los seguros que producen la
correlación puede incrementar extremadamente las consecuencias desfavorables del
riesgo. Ejemplos reales en seguros son las catástrofes del 11 de septiembre que no sólo
afectaron al seguro de aviación, sino también al de propiedad, interrupción del negocio,
indemnización a trabajadores, vida, accidentes personales y otras muchas líneas de
negocio. Análogamente, resulta fácil y lógico imaginar que una catástrofe natural de
primer orden, como un terremoto en California ocurrido en la mañana de un día laborable,
afectaría tanto al seguro de propiedad (catástrofe) como al de indemnización a
trabajadores, líneas de negocio ambas que tradicionalmente han sido consideradas
ampliamente independientes (la compañía puede tener también propiedades en una zona
catastrófica).
9.9 Por lo tanto, resulta necesario encontrar métodos o modelos para representar dependencias
tanto en el caso de ausencia o escasez de datos fiables como en el caso de dependencia
creciente en sucesos extremos, es decir, en las colas de las distribuciones de probabilidad
que describen los riesgos. Puede que sea posible recoger directamente en un modelo las
dependencias siempre que sean de naturaleza bien conocida. Sin embargo, es
probablemente más necesario construir modelos de dependencia que reflejen las
dependencias observadas y esperadas sin formalizar la estructura de esas dependencias con
modelos causa-efecto. La teoría de cópulas constituye una herramienta completa de
elaboración de modelos que puede reflejar dependencias de una forma muy flexible.
1.2 El caso práctico describe lo que puede considerarse un enfoque avanzado, a través de la
utilización de un modelo interno de la compañía para cuantificar los riesgos. Los enfoques
estandarizados pueden implementarse como una aproximación a los enfoques más
avanzados, o como un requisito mínimo de capital, para el caso de que no sea posible
formular un modelo interno avanzado.
1.3 Teniendo en cuenta este objetivo, el fin último de este caso práctico es ilustrar algunos de
los conceptos asociados a los modelos internos avanzados y destacar algunos aspectos que
los enfoques estandarizados han de considerar en su formulación.
1.4 El caso práctico se ha diseñado centrándose en los modelos avanzados debido a que el
negocio del seguro de vida tiene una naturaleza más compleja que otros negocios de
menor duración como la banca o el seguro no-vida. En general, los riesgos que afrontan
los aseguradores de vida son de larga duración, y tienden a presentar interacciones
complejas entre ellos. Además, hay una amplia variedad de productos y prácticas de
gestión en las distintas jurisdicciones de todo el mundo. En tercer lugar, es difícil
encontrar medidas del riesgo comunes y simples, que se puedan utilizar en un enfoque
estandarizado. Sería demasiado simplista, por ejemplo, usar la suma asegurada como base
para aplicar factores, porque ésta no refleja factores de riesgo importantes como la edad o
el sexo. Una base como las primas podría reflejar estos factores de riesgo, pero también
introduce dentro de la ecuación la filosofía de tarificación de la compañía en el mercado
local, lo que complicaría más aún el proceso de desarrollo de factores. Otra base podría ser
una valoración prospectiva en función de los flujos de caja aplicada con el criterio de la
estimación óptima. Este tipo de base abarcaría todos los factores de riesgo relevantes, pero
introduciría complejidades adicionales tales como qué hacer cuando los pasivos resultantes
sean negativos o no se adecuen, de alguna manera, a las normas del sector (por ejemplo,
pasivos anormalmente grandes o pequeños).
1.5 Estas características hacen que sea difícil crear un modelo estandarizado simple que recoja
adecuadamente todos los riesgos en todas las jurisdicciones. El punto de partida para
desarrollar un enfoque estandarizado en cualquier jurisdicción concreta sería entender
primero cómo se comportan los riesgos usando un modelo avanzado más complejo.
Entonces, este modelo avanzado se podría simplificar para dar lugar a un enfoque
estandarizado.
1.6 Se podrían concebir dos tipos de modelos estandarizados. El primero se podría describir
como un enfoque estandarizado puro, en el que se desarrollan factores que las compañías
pueden aplicar a medidas comunes de exposición al riesgo tales como primas, capitales
asegurados o pasivos. El segundo se puede describir como un enfoque basado en hipótesis,
en el cual el capital se obtiene volviendo a calcular los pasivos bajo determinadas
hipótesis. En algunas situaciones, un método puede ser preferible al otro. Por ejemplo, los
riesgos de volatilidad de la mortalidad se pueden medir sobre una base exclusiva de
factores, porque el riesgo es, por naturaleza, de corto plazo. Los riesgos de mayor
duración, tales como el riesgo del nivel de mortalidad, se pueden capitalizar más
adecuadamente utilizando un enfoque basado en hipótesis, en el cual el capital exigido por
1.7 El resto de este caso práctico se centra en enfoques avanzados, analizando también los
métodos que se pueden plantear para obtener un enfoque estandarizado.
1.9 Es importante advertir que el caso práctico se centra en las provisiones de solvencia
totales, sin considerar la distribución de estas provisiones de solvencia entre pasivos y
capital. Fundamentalmente, se analiza la cuantificación de la provisión total del riesgo que
resulta necesaria para tener una elevada confianza de que el riesgo estará cubierto, sin
tener en cuenta las implicaciones contables específicas.
1.10 En estos cálculos, los pasivos se definen como el valor actual de los flujos de caja futuros,
asociados a los pasivos, actualizados al interés libre de riesgo. Todas las hipótesis
utilizadas para proyectar los flujos de caja de los pasivos constituyen la estimación óptima
de la experiencia futura de la compañía, a excepción de la hipótesis / riesgo que se está
evaluando. Para el riesgo que se está evaluando, el modelo interno varía la hipótesis y/o
los flujos de caja de acuerdo con algún proceso estocástico subyacente, que depende de
cada riesgo concreto. Este proceso genera escenarios en los cuales los pasivos varían
únicamente en función del riesgo que se está midiendo. Entonces, se tabula la distribución
de probabilidad de los pasivos y se obtiene la provisión de solvencia.
1.13 En Canadá, por ejemplo, la política de pasivos se define en función del valor contable de
los activos que se necesitan exactamente para hacer frente a los pasivos cuando éstos
venzan, sin generar ningún beneficio, bajo escenarios adversos tanto económicos como de
las obligaciones. Al proyectar los pasivos, el actuario tiene cierta discrecionalidad, dentro
de unos límites, para ajustar al riesgo los flujos de caja de los pasivos. Dado que los flujos
de caja de los pasivos en las compañías de seguros de vida se extienden, generalmente,
más allá de la duración de los activos existentes, hay que establecer hipótesis adicionales
sobre la reinversión de los flujos de caja futuros y sobre los activos con los que hacer
frente a esas obligaciones. El propósito general es recoger en un modelo la estrategia real
de reinversión seguida por la Compañía, bajo distintos escenarios económicos futuros. El
actuario tiene que realizar este cálculo para un determinado número de escenarios fijados
por el supervisor, y opcionalmente, puede evaluar escenarios adicionales. El pasivo final
que el actuario incluye en su informe tiene que ser igual al valor contable de los activos
necesarios al vencimiento de los pasivos en, al menos, el más elevado de los escenarios
económicos fijados por el inspector.
1.14 Una vez determinados los pasivos como se ha indicado anteriormente, la Compañía
canadiense declarará un beneficio por el exceso del valor de los activos sobre el de los
pasivos. Este beneficio tiene que ser más elevado que ciertos requisitos de “capital
mínimo” con un margen del 150%. El capital mínimo es, generalmente, el resultado de
aplicar factores a las bases de exposición al riesgo. Por ejemplo, el capital para el riesgo de
impago de activos es el resultado de aplicar factores al valor contable de los activos,
mientras que el capital para el riesgo de mortalidad es el resultado de aplicar factores al
capital en riesgo neto.
1.16 Hay que tener en cuenta que ningún enfoque estandarizado recogerá todas las
características de los riesgos que se están evaluando y, de hecho, puede llegar a generar
resultados erróneos.
1.18 También se pueden considerar riesgos adicionales, pero no se han incluido en este caso
práctico con el fin de que nuestro ejemplo de compañía sea relativamente simple. De estos
riesgos, el más significativo es el riesgo de caída de la cartera provocado por el tomador y,
más concretamente, su interacción con cambios en variables económicas. Este es un
campo en el que se necesita más experiencia en entornos económicos extremos. También
es un riesgo muy difícil de reflejar adecuadamente en un modelo basado únicamente en
factores.
2.2 Los activos se gestionan a nivel de segmento, habiendo segmentos separados para los
seguros de fallecimiento, las rentas y el beneficio. La Compañía invierte generalmente en
activos de renta fija de alta calificación para cubrir los pasivos, pero es más agresivo con
su beneficio, ya que invierte en acciones ordinarias y preferentes, además de en activos de
renta fija.
2.3 En el caso práctico se supone que la Compañía tiene varios contratos de reaseguro en vigor
sobre una de sus líneas de producto (ver epígrafe dedicado a los “Efectos del reaseguro
sobre el modelo interno”). En primer lugar, se considera la Compañía sin tener en cuenta
el reaseguro.
3.2 La siguiente tabla resume las provisiones de solvencia que se han generado por nuestro
modelo interno para cada tipo de riesgo/producto y, también de forma agregada para toda
la Compañía. Merece la pena mencionar o repetir varias cuestiones. Primero, los valores
que aparecen en la tabla son las provisiones totales de solvencia necesarias además de la
estimación óptima de los pasivos. Estas cifras no son estimaciones de las obligaciones en
sí mismas, sino estimaciones del capital. Segundo, éstas se basan en el valor actual de los
flujos de caja actualizados al interés libre de riesgo, con la CTE al nivel 99. Tercero, no
todos los riesgos se han cuantificado explícitamente para cada segmento de producto.
Respecto al riesgo de mercado, el análisis se realizó al nivel al que se gestiona el riesgo,
por segmento de activo. Finalmente, estas provisiones de capital se han estimado, de forma
individual, para cada tipo de riesgo y producto. A nivel de Compañía, estas provisiones
determinadas individualmente se han agregado utilizando las metodologías expuestas en el
epígrafe 3.2 sobre “Agregación de riesgos”.
TOTAL 178,8 265,8 152,8 29,7 53,0 26,1 351,4 11,5 511,6
3.3 En la tabla anterior, las provisiones totales de solvencia se han determinado suponiendo
una matriz de correlaciones entre tipos de riesgo y entre productos. Las provisiones totales
de solvencia se obtienen multiplicando estas matrices.
3.5 Otro enfoque consiste en utilizar cópulas para agregar los riesgos. Como ya se ha expuesto
en otra parte de este informe, las cópulas son funciones matemáticas que describen la
relación entre riesgos.
3.6 El enfoque que se ha adoptado en este caso práctico es una aproximación analítica, en la
que primero se estudia cada riesgo y producto de forma independiente, y posteriormente se
desarrollan las correlaciones simplificadas entre los riesgos, de manera intuitiva, o
mediante parámetros de referencia y datos históricos cuando se disponga de ellos. Se ha
supuesto que el capital económico para la distribución conjunta de todos los riesgos de la
Compañía se puede aproximar mediante la fórmula
ECT = ∑∑ EC i × EC j × ρ ij
3.7 Donde ρij representa la correlación entre los riesgos i y j, y ECi y ECj representan la
cuantía del capital que se ha determinado para los riesgos i y j, considerados de forma
independiente.
3.9 Con la aplicación de estas correlaciones a los importes del capital económico
determinados de forma individual, se obtiene la medida del capital conjunto para todos los
productos, dado un tipo de riesgo concreto.
3.10 A continuación, establecemos una hipótesis sobre el grado en que los riesgos están
correlacionados entre sí. Esta se muestra en la tabla siguiente:
3.12 Luego, se determina el capital conjunto para la compañía mediante la aplicación de esta
tabla de covarianzas a la matriz del capital determinado para cada tipo de riesgo.
4.2 El estudio de la mortalidad está basado en observaciones que, por naturaleza, son volátiles.
Cuanto más volátiles sean las observaciones, mayor será la incertidumbre en la hipótesis
subyacente del nivel de mortalidad. En carteras más pequeñas y en carteras con
distribuciones muy asimétricas de sumas aseguradas puede aparecer un mayor nivel de
incertidumbre.
4.4 El enfoque adoptado en este caso práctico consiste, de hecho, en determinar la hipótesis de
mortalidad que sería necesaria para varios percentiles de confianza, usando la
aproximación de la Normal-Power. Las obligaciones se recalculan bajo cada una de estas
hipótesis, manteniendo las restantes hipótesis al nivel de la estimación óptima. En la tabla
que aparece a continuación se muestra la serie de posibles hipótesis de mortalidad que
resulta de lo anterior. En todos los casos, la estimación óptima de la mortalidad futura de
la Compañía es el 70% de la tabla del sector, y lo que se está midiendo es el grado en que
esta estimación óptima podría resultar errónea. En esta tabla se puede ver que cuanto más
pequeña es la cartera, mayor es la serie de posibles resultados de la mortalidad futura. En
la práctica, una compañía puede también utilizar parcialmente los datos de la experiencia
del sector aplicando teoría de la credibilidad. Esto introduce en el proceso un nivel
adicional de riesgo de error en la estimación que aquí no se ha considerado. Se ha supuesto
que la Compañía fija la mortalidad basándose únicamente en sus propios resultados.
8
Van Broekhoven, H. 2002, Market Value of Liabilities Mortality Risk: A Practical Model, North American Actuarial
Journal.
4.5 Por ejemplo, en el percentil 50, la hipótesis de mortalidad que se está contrastando es
aproximadamente el 70% de la tabla del sector (71% en el caso de ALC 1002). Nótese que
el percentil 50 no es necesariamente igual a la estimación óptima del 70%, debido a la
asimetría de la cartera. Con el percentil 95 de confianza, los pasivos se recalcularían
utilizando el 80% de la tabla para ALC 1001, y solamente el 77% para ALC 1003.
4.6 Las obligaciones se recalculan con estos (y otros) percentiles y se obtiene una serie de
resultados posibles para los pasivos. En el modelo se determina la distribución estadística
de las obligaciones que mejor las ajusta a los percentiles que se han calculado
explícitamente. Esto se hace de manera que, si se desea, se pueda rellenar la distribución
de los pasivos y también agregar los resultados a los de otros riesgos y/o tipos de
productos. No es estrictamente necesario hacer esto, si solamente se quiere determinar el
pasivo con un nivel de confianza alto para ese producto y riesgo concretos. Por ejemplo,
los pasivos se podrían haber recalculado simplemente con la hipótesis del percentil 99,5, y
se podría tomar la diferencia entre esta valoración y la estimación óptima del pasivo como
el capital de solvencia para este riesgo. De hecho, esto también se hace en nuestro caso
práctico, a excepción de rellenar el resto de la distribución.
4.8 El capital se determina como la CTE (99) menos la CTE (0), o estimación óptima de los
pasivos. Por ejemplo, ALC 1001 tiene una estimación óptima del pasivo de 157,2 millones
bajo una hipótesis del 70% de la tabla de mortalidad. Sin embargo, al percentil 99,9, que
es el 86% de la tabla, el pasivo correspondiente es de 204,2 millones. El capital se basa en
el promedio de todos los pasivos por encima del percentil 99.
4.11 Para aplicar este método, el organismo regulador fijaría solamente un requisito de nivel de
confianza, por ejemplo la CTE(99), que se puede aproximar razonablemente como el
percentil 99,5 para la mayoría de los riesgos de mortalidad. A cada compañía le
correspondería estimar la desviación típica de la siniestralidad anual que se pudiese
esperar en sus carteras específicas, y determinar la hipótesis de mortalidad más
conservadora a utilizar.
4.12 Un enfoque más restrictivo puede consistir en fijar normativamente la mortalidad adicional
en sí misma, más que fijar simplemente el nivel de confianza. Por ejemplo, el organismo
regulador puede fijar un determinado nivel de mortalidad para la solvencia como la
estimación óptima más una constante dividida por la esperanza de vida. La constante a
añadir puede variar dentro de una serie de valores desde unos bajos a otros más altos,
dependiendo de las características de la cartera, tales como la credibilidad o la
homogeneidad. Alternativamente, la constante puede no variar con la esperanza de vida,
sino ser simplemente un porcentaje adicional fijo de mortalidad que se aplique a todas las
edades. Estos factores constantes tendrían que ser lo suficientemente conservadores como
para capitalizar compañías típicas de la jurisdicción. En otras palabras, al obtener la
constante adicional de mortalidad, el organismo regulador estaría haciendo una hipótesis
implícita sobre el perfil de riesgo / desviación típica de las carteras en la jurisdicción, y
analizando los factores de capital frente a este perfil.
4.13 El paso siguiente en este desarrollo sería un enfoque “basado únicamente en factores”,
pero tendría que desarrollarse con cautela. Con este enfoque, el organismo regulador
determinaría el capital según el enfoque basado en hipótesis tal y como se ha mencionado
anteriormente, pero expresaría el capital como un porcentaje de una base de exposición al
riesgo. El problema está en desarrollar una base de exposición adecuada.
4.15 Para la Compañía, el enfoque basado en hipótesis es, esencialmente, igual al enfoque del
modelo interno, dado que el enfoque basado en hipótesis se estableció utilizando el mismo
método que en el modelo interno. Sin embargo, el enfoque basado en factores produce
resultados sensiblemente distintos porque las carteras de la Compañía son distintas a las
carteras a partir de las cuales se desarrollaron los factores. Esto subraya el motivo por el
que podría ser problemático usar la estimación óptima del pasivo como una base de
exposición al riesgo sobre la que aplicar los factores.
4.18 Las tasas de mortalidad están altamente correlacionadas entre las distintas edades y sexos.
El desarrollo de tasas de mortalidad está correlacionado entre edades y sexos. El grado de
correlación varía a lo largo del tiempo. Por esta razón, resultaría muy aventurado proponer
un modelo que intentase estimar directamente las tasas futuras de mortalidad, ya que para
ello sería necesario formular demasiadas hipótesis. En cambio, lo ideal sería cuantificar de
forma indirecta la incertidumbre de la tendencia recalculando las obligaciones con tablas
de hipótesis de la tendencia observada históricamente. El análisis del impacto que tiene
sobre los pasivos el uso de diversas variantes de las tendencias observadas en el pasado
nos puede proporcionar una idea de la tendencia de la incertidumbre. El impacto de la
correlación entre edades y sexos se incluirá automáticamente en los análisis. Las tablas de
mortalidad generacionales con las hipótesis de tendencia tenidas en cuenta en su creación,
pueden resultar útiles.
4.19 Un factor importante en estos análisis es la duración de las tendencias que se están
revisando. Para una cartera de seguros con un plazo hasta el vencimiento de n años
tenemos que analizar lo que puede suceder con la tendencia durante un plazo de n años.
4.20 Es muy posible que no existan observaciones históricas suficientes, y que si existen no
abarquen todo el espectro de resultados posibles. En Canadá, por ejemplo, este tipo de
información sería bastante reducida.
4.21 Con fines ilustrativos, en este caso práctico, se recoge una serie de posibles resultados de
tendencia, suponiendo que la tasa anual de mejora de la mortalidad se distribuye según una
normal con media y desviación típica de un 0,5% de mejora al año, lo que resulta muy
coherente con la evolución de la mortalidad en la población general a lo largo de la última
década. Además, se han limitado los años de mejora de la mortalidad a 40 años, y también
las hipótesis de mejora máxima y mínima al 3% por año. Utilizando esto, se pueden
obtener una serie de escenarios hipotéticos de mortalidad futura para recalcular los
pasivos. Como en el caso del enfoque para el nivel de incertidumbre, esto genera una
distribución de posibles valores del pasivo en la que únicamente cambia la tendencia
futura. El resto de hipótesis están al nivel de la estimación óptima.
4.22 Si se está realizando el cálculo del capital basado en la reevaluación del pasivo bajo n
escenarios observados históricamente, el capital necesario se puede fijar utilizando un
intervalo de confianza del p% de una distribución t-Student con n-1 grados de libertad. De
forma alternativa, si se está utilizando un modelo para establecer una hipótesis de mejora
futura de la mortalidad, entonces se puede establecer el capital recalculando el pasivo bajo
una hipótesis de mejora de la mortalidad que surge con distintos percentiles, y eligiendo el
promedio del 1% de los pasivos más elevados, menos el valor de la estimación óptima. Es
importante tener en cuenta la naturaleza subjetiva de ambos enfoques.
4.23 La tabla que aparece a continuación muestra los escenarios que se seleccionaron para el
contraste. Se supone que se aplica un escenario concreto a todos los productos
simultáneamente, con independencia del efecto de la hipótesis sobre el pasivo. Por
ejemplo, cuando probamos un escenario que está asociado a una tasa elevada de mejora
futura de la mortalidad, el resultado es que, en general, resultan pasivos más reducidos
para los productos de seguro, y pasivos más elevados para los productos de rentas. Si bien
cabría esperar que normalmente una cartera de seguros se viese beneficiada por las
mejoras de la mortalidad, esta relación se puede llegar a invertir bajo ciertos pactos de
reaseguro. Esto se trata con mayor detalle en el epígrafe dedicado al reaseguro.
Tasa anual de
Percentil
mejora de la mortalidad
0,5% 1,77%
1,0% 1,66%
5,0% 1,32%
10,0% 1,14%
20,0% 0,92%
30,0% 0,76%
40,0% 0,63%
50,0% 0,50%
60,0% 0,37%
70,0% 0,24%
80,0% 0,08%
84,0% 0,00%
90,0% -0,14%
95,0% -0,32%
99,0% -0,66%
99,5% -0,76%
4.25 En la tabla anterior, se puede apreciar que la mejora media total de la mortalidad es del
0,50% por año para 40 años, con independencia del tipo de producto. Esta cifra se obtiene
de un modelo relativamente simplista por el que las mejoras de mortalidad futuras se
seleccionan de una distribución normal, modificada solamente por los máximos y los
mínimos. La estimación óptima del 0,50% para la variación es fuertemente consistente con
las mejoras de la mortalidad observadas, en conjunto, en algunos países. Como la
mortalidad, en general, ha ido mejorando a lo largo del último siglo, no tenemos muchas
observaciones de tendencias negativas o de deterioro de la mortalidad. Nuestro modelo
supone implícitamente que los niveles observados de mejora de la mortalidad continuarán
dándose en el futuro, lo que puede no ser cierto. Para ajustar esto se ha elegido una
desviación típica más elevada, de manera que a percentiles más altos puede darse algún
deterioro que no ha tenido necesariamente que observarse en el pasado. El capital se
determinaría entonces bajo esta hipótesis adversa. Por ejemplo, al percentil 99,5, en
realidad estamos calculando el capital bajo la hipótesis de que la mortalidad experimentará
un deterioro del 0,76% por año. Como consecuencia de esto se incrementan los pasivos de
los seguros, pero disminuyen los pasivos de las rentas. Si la compañía tuviera una mayor
proporción de rentas que de seguros, entonces podría darse que el capital se determinase
en realidad bajo la hipótesis de mejora de la mortalidad del 1,77% por año, en lugar de con
un empeoramiento. Al utilizar un enfoque de modelo interno, las compañías deberían
analizar cuidadosamente los escenarios resultantes, para asegurarse de que la supuesta
mejora/deterioro de la mortalidad sea razonable.
4.26 Los pasivos que se obtienen con este trabajo se muestran en la tabla siguiente:
4.27 Lo que destaca en esta tabla es que el capital total de la compañía para este riesgo es de
262,5 millones de dólares, cuando el modelo es agregado suponiendo que el riesgo está
correlacionado al 100% por producto, mientras que la simple suma de los requisitos de
capital de cada producto (no mostrado en la tabla) es de 283,2 millones de dólares. El
α β
Capital diferido 7% 0,35%
Seguro mixto 3% 0,15%
Seguro temporal 30% 1,50%
A.4.3 Volatilidad
A.4.3.1 Modelo interno
4.30 El riesgo de volatilidad o riesgo del proceso, es el riesgo de que los flujos de caja no sean
los esperados como consecuencia de las fluctuaciones estadísticas en torno a las hipótesis
esperadas. Al cuantificar este riesgo, suponemos que las hipótesis de la estimación óptima
de la mortalidad y de la tendencia futura que hemos seleccionado son realmente las
correctas, y que solamente nos interesa la volatilidad dadas aquellas hipótesis.
4.32 Este caso práctico ha utilizado un enfoque de simulación, a pesar de que es posible utilizar
enfoques analíticos para cuantificar el riesgo de volatilidad. Con el enfoque de simulación,
se ha realizado una simulación de Monte Carlo de la cartera, con el fin de medir, bien el
valor de los 2 años de siniestralidad o bien el valor actual de todos los flujos de caja de los
pasivos durante el plazo total de los mismos (dependiendo de la definición de riesgo de
volatilidad que estemos analizando). La simulación es binomial, lo que significa que para
cada persona de la cartera se simula si vive o muere, basándose en una mortalidad
esperada igual a la hipótesis del estimador óptimo. El capital requerido es la diferencia
entre la siniestralidad (o pasivo) valorada al TVaR99% y la estimación óptima de la
siniestralidad (o pasivo) en el mismo período.
CTE99 – CTE0 3,4 3,3 9,5 21,5 3,9 0,2 31,7 22,7
4.36 En relación con esto se observa que para productos volátiles tales como ALC 1004, el
coste total de los siniestros se incrementa con medidas extremas en la cola de la
distribución, si lo comparamos con el resto de productos. Por ejemplo, la diferencia entre
la siniestralidad al percentil 99,5 frente al percentil 99,9 supone un incremento desde 37 a
54 millones de dólares, es decir un incremento del 50%. Este tipo de salto no se observa en
el resto de productos, más estables.
4.37 Finalmente, con este enfoque, prácticamente no atribuimos ningún capital a las líneas de
rentas (ALC 1007), dado que el efecto de la volatilidad de la mortalidad en un periodo de
2 años sobre los pagos mensuales a los rentistas (aproximadamente 44 millones de dólares
en 2 años) es insignificante.
4.40 La tabla que aparece a continuación compara los resultados de este enfoque estandarizado
simplificado con los del modelo interno.
Modelo Normal
Interno Power
ALC 1001 3,4 3,2
ALC 1002 3,3 3,2
ALC 1003 9,5 9,1
ALC 1004 21,5 30,9
ALC 1005 3,9 3,7
Tal y como se muestra en esta tabla, el enfoque de la Normal Power proporciona unas
aproximaciones razonablemente cercanas a las del modelo interno, excepto para el
producto ALC 1004 que, como el lector recordará, es una cartera altamente asimétrica con
una desviación típica muy elevada.
4.42 En este caso práctico, no hemos intentado analizar esto. En cambio, hemos utilizado un
enfoque determinista. Con este enfoque, requerimos que la compañía tenga capital
suficiente como para absorber una duplicación de la mortalidad en un periodo de 1 año.
(Nuestro modelo supone concretamente que si bien el suceso que origina la duplicación de
la mortalidad se produce en el primer año, el efecto real de la mortalidad se extiende a lo
largo de un período de 2 años como un incremento del 50% en la tasa de mortalidad en
cada uno de esos 2 años).
4.43 Dado que existe una interacción entre el riesgo de catástrofe y el de volatilidad expuesto
anteriormente, queremos considerar el efecto de la existencia simultánea de ambos riesgos.
Para ello, cuantificamos el riesgo de volatilidad, utilizando la simulación de Monte Carlo
expuesta en el subepígrafe dedicado a la volatilidad, y suponiendo que la experiencia de
mortalidad era el doble de nuestra estimación óptima de la mortalidad en el primer año.
Luego, medimos la siniestralidad durante un periodo de 2 años (o el pasivo, dependiendo
de nuestra definición del capital) al nivel de la CTE (99), así como al nivel del estimador
Volatilidad CTE 99 (Vol) 100% 15,3 9,5 74,0 40,8 8,3 45,0
Esperado
CTE 0 (Vol) 100% 11,9 6,2 64,5 19,4 4,4 44,7
Esperado
Capital por 3,4 3,3 9,5 21,5 3,9 0,2
volatilidad
- - - - - -
Catástrofe CTE 99 200% 21,5 13,3 109,0 44,3 12,8 44,9
(Cat+Vol) Esperado
CTE99(Vol) 100% 15,3 9,5 74,0 40,8 8,3 45,0
Esperado
Capital por 6,2 3,8 35,1 3,5 4,4 (0,1)
catástrofe
B. Riesgo de catástrofe basado en el valor actual de los flujos de caja de los pasivos
4.46 Con esta definición, las magnitudes relativas de catástrofe frente a las de volatilidad han
cambiado, de manera que la catástrofe ya no es un componente tan importante. Con el
tiempo, los efectos de la catástrofe no se distinguen de los de la volatilidad. De forma
agregada, los requisitos de capital son mayores bajo esta definición.
5.2 Nuestro caso práctico considera el último de estos aspectos, la posibilidad de que la
hipótesis de la estimación óptima de caída, basada en los datos históricos de la compañía,
no sea exacta debido al error estadístico.
5.3 Para determinar el error estadístico en las tasas de caída, analizamos en primer lugar el
estudio de la caída que existe para las distintas líneas de producto. Estos estudios sobre la
caída nos proporcionan, para cada año de emisión dentro de un grupo de producto, las
tasas de caída reales observadas para ese conjunto en varios años naturales. A partir de
esto, determinamos nuestras estimaciones óptimas de las tasas de caída, así como las
correspondientes desviaciones típicas. Hacemos la hipótesis de que las caídas se
distribuyen según una normal, y obtenemos las tasas de caída a percentiles alternativos
para cada duración. Por ejemplo, la estimación óptima de la tasa de caída puede ser del
10% en la primera duración de las pólizas y variar hasta una última tasa de caída del 1%
en 12 años. La hipótesis de caída correspondiente al percentil 90 puede empezar en el
12,4% y variar hasta una última del 1,2%. Al percentil 10 la hipótesis de caída empieza en
el 8,7% y varía hasta una última del 0,8%. Efectivamente, esto genera cambios paralelos
en las curvas de tasas de caída, aunque el grado de cambio varía según la duración en
función de las desviaciones típicas de las tasas de caída.
5.4 Los pasivos se recalculan aplicando estas distintas hipótesis de caída, y a partir de estos
escenarios deterministas, se ajusta una distribución de las cuantías de los pasivos,
5.5 Naturalmente, es posible que el error estadístico en las tasas de caída no se produzca
siempre en el mismo sentido. En otras palabras, puede ser que la tasa de caída para la
duración 1 estuviera sobreestimada mientras que la tasa de caída para la duración 7
estuviera infraestimada. Al alterar las tasas de caída en paralelo por la duración,
suponemos una correlación del 100% entre las duraciones, lo que suponemos producirá
resultados más conservadores que considerando las tasas de caída por duración como
independientes. En nuestro caso práctico, validamos esta hipótesis realizando algunas
pruebas adicionales en las que los saltos en la caída sí varían según la duración. Puede que
esto no sea siempre apropiado, pero en nuestro caso práctico, nuestro enfoque resulta ser
más conservador para la mayoría de los escenarios probados.
5.7 Una última consideración es que podríamos tener en cuenta los riesgos que no hemos
recogido en el modelo, bien seleccionando un nivel de confianza más alto para fijar el
capital, o bien quizás fijar los niveles de capital utilizando múltiplos del capital obtenido
considerando únicamente el riesgo de error estadístico. En nuestro caso práctico no hemos
hecho esto, pero es el tipo de aproximación que plantearíamos en una situación real.
5.9 El segundo efecto importante de las tasas de caída no previstas es que el asegurador puede
no recuperar como esperaba, mediante las primas futuras, los gastos de adquisición
iniciales de la póliza. Estos gastos de adquisición pueden estar recogidos implícitamente
en los estados financieros mediante la utilización de métodos de valoración de primas
puras niveladas modificadas. Generalmente, estos enfoques implícitos no incluyen ninguna
provisión para variaciones desfavorables de las tasas de caída. La recuperación de los
gastos de adquisición también podría tenerse en cuenta explícitamente mediante una
reducción en los pasivos de la póliza o mediante la introducción de un activo exigible. En
este último caso, el ajuste a los valores financieros se hace según una especie de prueba de
recuperabilidad. Con el segundo efecto relevante, el riesgo para los aseguradores se
origina por tasas de caída superiores a las esperadas.
5.11 Cuando las caídas están recogidas explícitamente en la valoración de los pasivos
actuariales, es posible aplicar un enfoque para los requisitos de capital en relación al
primer tipo de riesgo de caída. Esto requiere que las pólizas se dividan en dos clases: 1)
aquellas para las que un incremento en las tasas de caída provoca un incremento en los
pasivos de las pólizas, y 2) aquellas para las que los pasivos de las pólizas se incrementan
cuando disminuye la caída supuesta. El requisito de capital tiene forma de diferencia entre
una valoración especial de los pasivos de las pólizas y la valoración normal. Para la
valoración especial, se multiplica la hipótesis de caída por un factor específico mayor que
uno para las pólizas de la primera clase y por un factor menor que uno para las pólizas de
la segunda clase. A título de ejemplo, en Canadá, se duplican las tasas de caída para las
pólizas de la primera clase y se reducen a la mitad para aquellas de la segunda clase.
A.5.2 Volatilidad
5.12 De forma análoga a la volatilidad de la mortalidad, este riesgo establece la incertidumbre
en los flujos de caja producida por la fluctuación estadística en torno a las hipótesis de la
estimación óptima de las caídas. Esta componente también se puede definir bien en
función del efecto sobre los flujos de caja a lo largo de un horizonte de corto plazo, como
por ejemplo 2 años, o bien en función del efecto sobre el pasivo, o valor actual de flujos de
caja, a lo largo de toda la duración del pasivo. Aunque el riesgo del proceso generalmente
se puede considerar diversificable, es más difícil para una compañía gestionar su
volatilidad por caídas que su volatilidad por mortalidad. Por esa razón, puede resultar
adecuado considerar un horizonte temporal más amplio.
5.13 En nuestro caso práctico, definimos el capital para el riesgo de volatilidad de las caídas en
función del efecto que produce sobre el pasivo total, en lugar de utilizar un plazo más
corto. Si estuviésemos midiendo en un horizonte a más corto plazo, prácticamente no
estableceríamos ningún capital, ya que los productos de esta compañía tienen valores al
contado bajos o nulos, y el efecto de caídas adversas sobre otros flujos de caja es
insignificante a corto plazo.
5.14 La tabla que aparece a continuación muestra que, incluso teniendo en cuenta el horizonte
temporal íntegro de los flujos de caja del pasivo, el riesgo de volatilidad de la caída es
relativamente irrelevante comparado con los otros riesgos:
6.2 Algunos de los riesgos clave a los que se enfrenta un asegurador son,
Clasificación errónea de los gastos en adquisición y mantenimiento, con
establecimiento de pasivos no apropiados para las pólizas en vigor
Cambios futuros en las ofertas de productos de la compañía, generando estructuras de
costes en el futuro distintas a las actuales
Volúmenes inestables de negocio nuevo y en vigor
La inflación es diferente a la esperada
6.3 Un método sencillo para calcular el capital de solvencia para el riesgo de gastos sería
calcularlo como un múltiplo de los Gastos de Adquisición Fijos más los Gastos de
Mantenimiento. Por ejemplo, se podría exigir a la compañía tener disponible el capital
suficiente para pagar un año de gastos adicionales, que es el periodo de tiempo que puede
necesitar un regulador para resolver una situación problemática.
6.4 De forma alternativa, se podría exigir que los gastos de mantenimiento se cubriesen
explícitamente inflando la estimación óptima de los costes unitarios mediante un factor
que variase en función de la estabilidad y la precisión de los estudios de gastos de la
compañía. De esta manera, la provisión total de solvencia cubriría el valor actual de la
estimación óptima de los gastos de mantenimiento hasta el vencimiento de las pólizas en
vigor, más una provisión adicional que podría variar, digamos, del 2,5% al 10% de este
importe. Bajo este modelo, los gastos de adquisición no estarían cubiertos explícitamente
como capital del pilar I, pero podrían estar cubiertos bajo el pilar 2, en el que se realizaría
una revisión periódica del estudio de gastos de la compañía.
7.3 Se consideran dos conjuntos de escenarios estocásticos para las tasas de reinversión
futuras.
En primer lugar, generamos las tasas de reinversión futuras a partir de la curva de
rendimiento actual correspondiente a la fecha de valoración actual. Se determina una
provisión total de solvencia como la diferencia entre los activos requeridos al TVaR99%
y la estimación óptima de los activos;
En el segundo de los conjuntos se generan unas tasas de reinversión futuras a partir de
una curva de rendimiento transformada, correspondiente a la fecha de valoración
actual. La curva de rendimiento transformada se obtiene a partir de la curva de
rendimiento actual y aplicando sobre ella el salto máximo que es probable que se
produzca en la curva de rendimiento en un período de 1 año con una confianza del
99,5%. A continuación, se determina una provisión de solvencia como la diferencia
entre los activos requeridos a un nivel de confianza inferior, como por ejemplo
TVaR75% , y la estimación óptima de los activos.
7.4 La provisión final es la más elevada de las dos calculadas anteriormente. De esta forma, se
pretende garantizar que la Compañía tenga al menos el dinero suficiente para fijar los
pasivos a un nivel de confianza inferior, como por ejemplo CTE (75), habiendo superado
un cambio adverso del rendimiento como podría ocurrir en un periodo de 1 año, o para
cubrir desfases a más largo plazo.
7.5 En nuestro caso práctico, el importe más elevado resulta con el primer conjunto de
cálculos. En la tabla que aparece a continuación se recogen de forma resumida los
requisitos de capital que obtenemos. A título de interés, los escenarios que generan los
pasivos más elevados son los escenarios de tipo de interés bajo.
CTE
0,00% 507,8 231,4
60,00% 657,1 238,9
80,00% 757,1 241,7
95,00% 838,9 245,6
99,00% 843,5 247,1
Capital total/Márgenes:
CTE 95 331,1 14,2
CTE 99 335,7 15,7
7.7 Por ejemplo, un posible enfoque estandarizado de factores puede consistir en aplicar
factores a los activos que cubren un bloque de negocio, donde los factores varían con la
diferencia entre la duración de Macauley para los activos y para los pasivos. Sin embargo,
es bien sabido que las medidas de la duración no reflejan muy bien el grado de falta de
adecuación de los flujos de caja. Ciertamente, es posible que una cartera tenga flujos de
caja de activos y pasivos muy desfasados, pero que las duraciones de activos y pasivos
sean prácticamente iguales. Si se aplicase este tipo de requisito de capital basado en
duraciones, también podría resultar apropiado exigir un importe mínimo de capital con el
fin de subsanar esta limitación del enfoque. También puede resultar necesario desarrollar
ajustes para situaciones inusuales respecto a la exposición al riesgo básica.
7.8 Un enfoque más simple consiste en suponer que todas las carteras de características
similares tienen el mismo grado de desfase en la duración. Entonces, se podría desarrollar
un conjunto de factores que variasen solamente en función de las características de la
cartera de pasivo, tales como el tiempo restante de cobertura, la capacidad de los
tomadores de pólizas de retirar fondos, etc.
7.10 El caso práctico se basa concretamente en la aplicación del enfoque “Avanzado IRB” de
Basilea II. Nuestro modelo interno se utiliza para generar probabilidades de impago,
tiempo hasta el vencimiento y pérdida en caso de impago, para cada uno de los activos de
la cartera. Con la aplicación de la formulación de Basilea II se obtienen las provisiones de
capital para estos activos. Aunque diseñado como una aplicación para la banca, no vemos
razón alguna para recomendar un enfoque diferente para las evaluaciones de la solvencia
en las compañías aseguradoras, en general, y para este caso práctico, en particular.
7.11 En la tabla que aparece a continuación, se resumen las provisiones de capital obtenidas con
el enfoque avanzado de Basilea II.
Basilea II (Avanzado)
Activos V alor a la par Valor contable Capital Como % valor
(Riesgo por defecto) exigido a la par
Tesorería y equivalentes 129.767 129.767 - 0,0%
Bonos de países OCDE 654.903 661.189 - 0,0%
Subtotal 784.670 790.956 - 0,0%
7.12 Con fines ilustrativos, también se muestra el efecto de aplicar modelos regulatorios
alternativos (es decir, los enfoques “Estandarizado” y “Básico” de Basilea II, así como el
Acuerdo original de 1988) y varios modelos internos. Este análisis se realiza solamente
para la cartera de bonos de empresa, ya que se supone que el resto de activos no tienen
riesgo de impago.
♣
Nota de los traductores: IRB es el acrónimo de la expresión anglosajona Internal Rating Based.
Modelos internos
Modelo (1) 762.309 12.197 1,6%
Modelo (2) 762.309 19.343 2,5%
Modelo(3) 762.309 26.229 3,4%
7.14 Los requisitos de capital para el impago de activos deberían basarse solamente en aquellos
activos que cubren los pasivos y el capital exigido de la compañía. Lo ideal sería que no
estableciésemos provisiones para los activos que cubren el excedente de libre disposición,
por las razones explicadas en este informe. El hecho de no tener en cuenta los impagos de
los activos asociados al excedente de libre disposición daría lugar a un proceso iterativo
para determinar los requisitos de capital. Esto es debido a que el excedente de libre
disposición y los requisitos de capital para el impago de activos están interrelacionados.
Por simplicidad, esto no se ha sido tenido en cuenta en nuestro caso práctico, y
simplemente hemos obtenido los requisitos de capital para el impago de todos los activos
de la compañía, con independencia de que los activos se consideren asociados al excedente
de libre disposición o no.
9
Martin G., Paino M., 2003, Capital Reserving for Credit Risk for Insurers (Life and GI) and other Institutions, Instituto
de Actuarios de Australia.
♦
Nota de los traductores: DM es el acrónimo de la expresión anglosajona ”Default Model”.
♥
Nota de los traductores: MTM es el acrónimo de la expresión anglosajona de ”Mark to Market”.
8.2 Nos interesan los efectos de distintas estructuras de reaseguro sobre el riesgo de
mortalidad, tanto para el producto ALC 1001 considerado de forma individual, como
también para las provisiones totales asociadas al riesgo de mortalidad.
8.6 Un enfoque que se podría utilizar consiste en hacer que la probabilidad de impago dependa
de la calificación crediticia del reasegurador. Por ejemplo, si el reasegurador en nuestro
8.7 El importe de la exposición al riesgo reflejaría la cuantía de los activos que la Compañía
perdería en caso de impago por parte del reasegurador. Esto incluiría, como mínimo,
cualquier derecho de cobro pendiente del reasegurador descontados los pagos pendientes a
realizar, pero también puede incluir las reservas cedidas al reasegurador que se tendrían
que reestablecer en el balance de la compañía. Sin embargo, las reservas podrían ser una
estimación demasiado conservadora del capital en riesgo, ya que la Compañía,
potencialmente, tendría la oportunidad de reemplazar la cobertura.
A.9 Conclusiones
9.1 El caso práctico pone de relieve que se puede elaborar un modelo avanzado para una
compañía de seguros de vida que a su vez se puede utilizar para desarrollar un enfoque
estandarizado para aquellos riesgos de vida que son bien conocidos y para aquellos de los
que se dispone un gran volumen datos históricos. Es necesario poner mucho cuidado en el
desarrollo de un enfoque estandarizado para otros riesgos de vida, con el fin de garantizar
que quedan reflejadas adecuadamente las consecuencias del comportamiento de los
tomadores de pólizas, las opciones complejas que se recogen en las pólizas y las
interacciones complejas entre los riesgos.
B.1 Introducción
1.1 Este caso práctico de compañía de seguros no vida ha sido preparado por el GT para
ilustrar algunos de los conceptos que se analizan en este informe. El principal propósito de
este caso práctico es describir los cálculos que una compañía podría acometer para
determinar la totalidad de las provisiones de solvencia frente a diversos riesgos, y destacar
algunas de las cuestiones inherentes a estos cálculos.
♣
1.3 Este caso práctico comienza aplicando un modelo de siniestralidad total del asegurador
para calcular los activos necesarios para cubrir sus obligaciones. El modelo proporciona la
distribución de la siniestralidad total que se deriva de las exposiciones posteriores a la
fecha de cálculo y las provisiones por siniestros pendientes de pago que se derivan de
exposiciones pasadas. A partir de esta distribución, los activos requeridos se establecen
como el Valor en Riesgo de la Cola de la Distribución, valorado al nivel del 99%
(TVaR99%).
1.4 Estos activos pueden provenir de dos fuentes. La primera fuente son los tomadores de las
pólizas, después de cubrir las diversas provisiones y gastos (incluidos los de reaseguro). La
segunda fuente la constituyen los inversores, bien por medio de aportaciones directas de
capital, o bien mediante beneficios retenidos en años anteriores.
1.5 En este caso práctico, la carga por el capital basado en el riesgo se define como:
TVaR99% – Siniestralidad neta esperada para la cartera del ejercicio – Provisión neta para
prestaciones
1.6 Las provisiones se establecen como el valor esperado de los pagos futuros sin tener en
cuenta la actualización financiera. El tamaño de las provisiones a detraer de los activos
merece cierta discusión. La provisión para prestaciones podría establecerse como el valor
actual esperado de los pagos futuros. Si se desea una estimación más conservadora, el
asegurador podría eliminar la minoración del valor consecuencia de la valoración
financiera, o incluso requerir una estimación aún más conservadora. En última instancia,
tal decisión se deja a los organismos reguladores de la actividad aseguradora.
1.7 Este caso práctico se concentra en el riesgo de suscripción y no considera otras fuentes de
riesgo. Una fórmula de capital basado en el riesgo que sea completa debería considerar
también el riesgo de activos, así como el riesgo de insuficiencia de primas, es decir, el
riesgo de que el mercado no admita cobrar primas suficientes.
1.8 Este caso práctico ilustra dos formas de calcular la parte referida a los riesgos de seguro
dentro del capital mínimo exigido a una compañía de seguros generales. El primer cálculo
será una fórmula basada en factores donde los parámetros pueden ser especificados bien
por el organismo regulador, o bien por el propio asegurador (presumiblemente, con la
aprobación del organismo regulador). El segundo cálculo se obtendrá de un modelo más
detallado del riesgo de suscripción del asegurador.
1.9 El grupo de trabajo propone que el organismo regulador establezca una fórmula basada en
factores como punto de partida para el análisis del capital basado en el riesgo. Dado que se
trata de un punto de partida, debería estar sujeto a las restricciones operativas.
♣
Nota de los traductores: Se ha mantenido el error de numeración que hay en el trabajo original.
1.10 El grupo de trabajo propone que, contando con la aprobación del organismo regulador, un
asegurador pueda sustituir la fórmula basada en factores por su propio modelo interno. El
modelo interno puede suponer un cambio de poca importancia respecto de la fórmula
basada en factores, o bien ser un modelo completamente diferente. El organismo regulador
puede querer establecer normas para los modelos internos. En otra parte de este informe se
propone un paquete de normas.
1.11 El estudio cubrirá dos compañías de seguros diferentes, cada una de ellas con tres
estrategias de reaseguro distintas.
3.2 La fórmula requiere del asegurador los datos sobre la siniestralidad esperada (y los pagos
futuros esperados correspondientes a la provisión de prestaciones) por línea de seguro.
Otros parámetros (especificados más abajo) pueden ser determinados bien por los
organismos reguladores o bien por los aseguradores.
3.3 La fórmula se obtiene de un modelo que puede ser entendido como una simulación
informática de la siniestralidad para cada línea de seguro. Usando los parámetros del
modelo, calcula los dos primeros momentos de la distribución de la siniestralidad total,
para, posteriormente, estimar el Valor en Riesgo de la Cola de la Distribución al nivel
porcentual elegido, (TVaR9 %), suponiendo que la distribución de la siniestralidad total es
lognormal.
∑ i i
4. Se define X = β · X = coste total de los siniestros para el asegurador.
i
3.6 Lo que sigue son las fórmulas empleadas para calcular los dos primeros momentos de X :
1. E [X i ] = λi ·µi
2. E [X ] = E [X ]
∑i
i
3. Var [K i ] = λi + ci ·λi2
(
4. Var [X i ] = λi ·σ i2 + µ i2 λi + ci ·λi2 )
5. Var [β i X i ] = Cov[β i X i , β i X i ] =
( ( ))
= (1 + bi )·Var [X i ] + E [X i ] ·bi = (1 + bi )· λi ·σ i2 + µi2 λi + ci ·λi2 + bi ·µi2 ·λi2
2
3.7 Dada la media y la varianza de la distribución del coste total del asegurador, se puede
calcular TVaRα(X) mediante los siguientes pasos. Esta descripción hará uso de fórmulas
para la distribución lognormal contenidas en el Apéndice A del libro Loss Models, de
Klugman, Panjer y Willmot 10 (KPW)
1. Calcular los parámetros de la distribución lognormal que tiene la misma media y
varianza que la distribución de la siniestralidad total del asegurador.
2. Calcular el Valor en riesgo para el nivel α, VaRα(X), (es decir, el percentil α-ésimo) de
la distribución lognormal.
] [
3. Calcular el valor esperado limitado, E X VaRα ( X ) para la distribución lognormal.
E [X ] − E [X VaRα ( X )
]
4. Entonces, TVaR ( X ) = VaR ( X ) +α α
1−α
10
Stuart Klugman, Harry Panjer y Gordon Willmot, Loss Models: From Data to Decisions, Wiley 1998.
3.10 Apliquemos ahora la misma idea a una de las líneas de seguro definidas en el modelo
anterior
β ·X µ 2 + σ i2
Var i i = (1 + bi )· i + ci + bi
E [β i · X i ] λi
3.11 A medida que λi aumenta, la varianza del ratio de siniestralidad disminuye, pero nunca lo
hará por debajo de bi + ci + bi ·ci . Esto significa que, al contrario que en el resultado
preliminar, un asegurador siempre estará expuesto al riesgo, independientemente de
cuántas pólizas haya suscrito en la línea de seguro i . Este modelo se asemeja más a la
situación real del sector asegurador porque un entorno económico cambiante siempre hace
inciertos los resultados de la suscripción de pólizas.
3.12 En Meyers, Klinker y Lalonde 11 (MKL) se expone cómo estimar los parámetros b y c
con datos del sector. Asumiendo la hipótesis de que los parámetros b y c son los mismos
para todos los aseguradores, los autores muestran cómo estimar dichos parámetros a partir
de los ratios de siniestralidad facilitados por varias compañías aseguradoras.
3.14 Análisis simples de los ratios anuales de siniestralidad por accidente obtenidos del sector y
por línea de negocio pueden darnos una primera cuantificación de bi + ci + bi ·ci . Como
ejemplo, supongamos que se estima que la desviación típica del ratio de siniestralidad
(siniestralidad real dividida entre siniestralidad esperada) para una línea de negocio puede
ser no menor al 20% independientemente de las dimensiones del asegurador. Esto nos
indicaría que bi + ci + bi ·ci es igual a 0,2 2 = 0,04 . Supongamos, además, que se estima que
la desviación típica (estándar) de los efectos de la inflación es el 5%. Esto significa que
bi = 0,052 = 0,0025 . Entonces 0,04 = 0,052 + ci + 0,052 ·ci , lo que implica que ci = 0,0374 .
3.15 Las ideas intuitivas plasmadas en los dos párrafos precedentes están formalizadas en el
método de estimación contenido en MKL.
11
Glenn Meyers, Frederik Klinker y David Lalonde, “The Aggregation and Correlation of Insurance Exposure.” Aparecerá
en el CAS Forum, Verano 2003.
4.2 Los parámetros usados en este caso práctico son los que aparecen a continuación en la
Tabla 2.
Tabla 2
Parámetros del modelo para la fórmula basada en factores
Línea de seguro ( i ) Media de i CVi ci bi
Responsabilidad civil automóvil (RCA) 6.000 7 0,02 0,003
RCA – Provisiones 18.000 4 0,02 0,003
Daños personales automóvil (DPA) 1.500 2 0,01 0,002
DPA - Provisiones 1.500 2 0,01 0,002
Hogar (HO) 4.000 5 0,04 0,010
HO – Provisiones 5.000 4 0,04 0,010
Responsabilidad civil comercio (RCC) 16.000 16 0,03 0,003
RCC - Provisiones 65.000 10 0,03 0,003
Daños a los bienes comercio (DBC) 20.000 12 0,04 0,010
DBC – Provisiones 20.000 12 0,04 0,010
4.3 Aplicando las fórmulas del Apéndice A de KPW, el asegurador calculará los parámetros
µi y σ i teniendo en cuenta el reaseguro. Los parámetros µi y σ i para las estrategias
correspondientes a la ausencia de reaseguro y al reaseguro que cubre el exceso sobre 1
millón de dólares por siniestro (XL) vienen dados en la Tabla 3.
Tabla 3
Momentos de las distribuciones del coste de un siniestro
Reaseguro XL sobre
Ausencia de reaseguro
1.000.000 $
Línea de seguro ( i ) µi σi µi σi
Responsabilidad civil automóvil (RCA) 6.000 42.000 5.844 27.821
RCA – Provisiones 18.000 72.000 17.522 52.604
Daños personales automóvil (DPA) 1.500 3.000 1.500 3.000
DPA – Provisiones 1.500 3.000 1.500 3.000
Hogar (HO) 4.000 20.000 3.975 16.929
HO – Provisiones 5.000 20.000 4.980 17.889
Responsabilidad civil comercio (RCC) 16.000 256.000 13.169 63.119
RCC – Provisiones 65.000 650.000 47.082 134.818
Daños a los bienes comercio (DBC) 20.000 240.000 16.825 70.720
DBC – Provisiones 20.000 240.000 16.825 70.720
Tabla 4
Número esperado de siniestros
Compañía aseguradora ABC Compañía aseguradora XYZ
Línea de seguro ( i )
Siniestralidad
Esperada
λi Siniestralidad
Esperada
λi
Responsabilidad civil automóvil
(RCA) 350.000.000 58.333,33 35.000.000 5.833,33
RCA – Provisiones 403.110.711 22.395,04 40.311.071 2.239,50
Daños personales automóvil
(DPA) 250.000.000 166.666,67 25.000.000 16.666,67
DPA – Provisiones 19.455.630 12.970,42 1.945.563 1.297,04
Hogar (HO) 350.000.000 87.500,00 35.000.000 8.750,00
HO – Provisiones 162.578.183 32.515,64 16.257.818 3.251,56
Responsabilidad civil comercio
(RCC) 100.000.000 6.250,00 10.000.000 625,00
RCC – Provisiones 352.190.005 5.418,31 35.219.001 541,83
Daños a los bienes comercio
(DBC) 150.000.000 7.500,00 15.000.000 750,00
DBC – Provisiones 62.204.206 3.110,21 6.220.421 311,02
4.5 Las tablas 2, 3 y 4 contienen toda la información necesaria para calcular la media y la
varianza (o la desviación típica) de las distribuciones de la siniestralidad total para cada
asegurador y estrategia de reaseguro, haciendo uso de las fórmulas expuestas en el
epígrafe anterior. Los resultados de estos cálculos se recogen en la Tabla 5.
Tabla 5
Momentos de las distribuciones de la siniestralidad total
Compañía aseguradora ABC Compañía aseguradora XYZ
Reaseguro XL Reaseguro XL
Reaseguro Ninguno Ninguno
1 millón 1 millón
E[X ] 2.199.538.735 2.028.476.777 219.953.873 202.847.678
DesvEst[X ] 209.192.020 186.362.345 27.654.067 19.462.856
4.6 Es importante observar que, mientras que las esperanzas del coste total de los siniestros
para la compañía ABC son exactamente diez veces las correspondientes a la compañía
XYZ, las desviaciones típicas de la compañía ABC son menos de diez veces las
correspondientes a la compañía XYZ.
4.7 Ahora que hemos obtenido las medias y las varianzas de las distribuciones de la
siniestralidad total, pasamos a calcular el capital basado en el riesgo. Siguiendo las
fórmulas expuestas en el epígrafe anterior calculamos el TVaR99% para cada asegurador y
estrategia de reaseguro.
4.9 Los cálculos finales para la obtención del capital basado en el riesgo asociado a las
diferentes estrategias de reaseguro están contenidos en la Tabla 6.
Tabla 6
Capital basado en el riesgo mediante la fórmula de factores
Compañía aseguradora ABC Compañía aseguradora XYZ
Sólo Todas las Sólo Todas las
Reaseguro Ninguno Ninguno
catastrófico líneas catastrófico líneas
TVaR99% 2.821.018.276 2.821.018.276 2.580.135.062 304.943.284 304.943.284 260.723.343
Siniestralidad
1.200.000.000 1.200.000.000 1.147.246.365 120.000.000 120.000.000 114.724.636
esperada
Provisiones 999.538.735 999.538.735 881.230.412 99.953.873 99.953.873 88.123.041
Siniestralidad
catastrófica 143.000.000 65.000.000 65.000.000 14.300.000 6.500.000 6.500.000
máxima probable
Capital 764.479.541 686.479.541 616.658.285 99.289.411 91.489.411 64.375.665
4.10 Si bien esta fórmula basada en factores implica cierto número de ecuaciones, puede ser
construida en una hoja de cálculo relativamente compacta. Las operaciones matemáticas
necesarias pueden ser realizadas por un actuario recién cualificado.
5.2 El modelo aquí descrito se aplica a las compañías aseguradoras ABC y XYZ. Difiere del
modelo usado en la fórmula basada en factores en los siguientes aspectos:
• La elección de las distribuciones de la cuantía de un siniestro no fue conservadora. Se
utilizan distribuciones de la cuantía de un siniestro obtenidas del análisis de la cuantía
de los siniestros propios.
• La estructura del modelo es más rica. La aplicación de multiplicadores aleatorios a las
distribuciones del número de siniestros en todas las líneas de seguro permite la
5.3 En MKL se dan detalles adicionales sobre la construcción de este modelo. La Tabla 7
contiene la carga por el capital basado en el riesgo derivada de un modelo interno de
gestión del riesgo para las compañías aseguradoras ABC y XYZ, para las diversas
estrategias de reaseguro.
Tabla 7
Capital basado en el riesgo mediante un modelo interno de gestión del riesgo
Compañía aseguradora ABC Compañía aseguradora XYZ
Sólo Todas las Sólo Todas las
Reaseguro Ninguno Ninguno
catastrófico líneas catastrófico líneas
TVaR99% 2.665.306.927 2.649.246.793 2.431.822.820 305.543.931 304.931.938 245.968.540
Siniestralidad
1.215.000.000 1.212.045.992 1.158.671.051 121.500.000 121.204.599 115.867.105
esperada
Provisiones 999.538.735 999.538.735 879.134.113 99.953.873 99.953.873 87.913.411
Capital 450.768.192 437.662.066 394.017.656 84.090.057 83.773.466 42.188.024
6.2 Más que contabilizar las provisiones para prestaciones por su valor esperado, en este
ejemplo se calcula primero la PAD como el valor en riesgo de la cola de la distribución
para un nivel del 75% menos la siniestralidad esperada para la provisión en cada línea de
seguro. El cálculo de la PAD se realiza también para la siniestralidad esperada de la
cartera actual.
6.3 A continuación se calcula la PAD total para el asegurador. Debido a la diversificación,
esta PAD es menor que la suma de las PAD de cada línea de negocio. La PAD de cada
línea de negocio se ajusta proporcionalmente, de manera que la suma de todas éstas sea la
PAD total.
6.4 Obsérvese que los activos totales para el asegurador y la siniestralidad esperada siguen
siendo los mismos. Las PAD simplemente trasladan una parte del capital a los pasivos del
asegurador.
6.5 Los resultados de estos cálculos para las compañías aseguradoras ABC y XYZ se incluyen
en la Tabla 8.
♦
Nota de los traductores: PAD es el acrónimo de la expresión anglosajona Provision for Adverse Deviation.
C.1 Introducción
1.1 El presente caso práctico de una compañía de seguros de salud ha sido preparado por el
GT para ilustrar algunos de los conceptos que se analizan en este informe. El principal
propósito del caso práctico es describir los cálculos que una compañía podría acometer
para determinar el total de las provisiones de solvencia frente a diversos riesgos, así como
destacar algunas de las cuestiones inherentes a estos cálculos.
1.2 Este caso práctico debería ser considerado como un ejemplo general en el que se analizan
las cuestiones típicas del seguro de salud, centrándose en el seguro médico. Al existir
grandes diferencias entre las coberturas, condiciones de póliza y legislación aplicable a los
seguros de salud en los distintos países, no se pueden cubrir aquí todas las combinaciones
posibles.
1.3 Este apéndice contiene metodología para recoger en un modelo los riesgos del seguro
médico y de los productos relacionados con él. Se ha establecido una clasificación de los
riesgos en elementos de volatilidad, incertidumbre y sucesos extremos, tal y como se ha
descrito en el corpus de este informe.
1.4 En el siguiente epígrafe se tratan algunas de las peculiaridades del seguro médico. En el
tercer epígrafe se comenta la estructura del modelo, mientras que en el cuarto se analizan
con más detalle las distintas categorías de riesgo, ilustradas mediante casos prácticos. En el
quinto epígrafe se muestra un caso práctico diferente para analizar la inflación médica. Por
último, el sexto epígrafe describe la metodología de los enfoques estandarizados y de la
agregación de los requisitos de capital para las distintas componentes del riesgo.
2.3 Los avances en el campo de la tecnología médica pueden producir incrementos en el nivel
global de los gastos en atención sanitaria. Por ejemplo, algunos avances tecnológicos han
disminuido los gastos relacionados con el tratamiento de ciertas enfermedades y han dado
mejores resultados a los pacientes afectados. Algunas nuevas tecnologías han mejorado de
forma notable la tasa de detección de ciertas enfermedades, lo que ha conllevado un rápido
incremento de los costes totales de los tratamientos y generalmente una mejora importante
de sus tasas de éxito. En otros casos, las nuevas tecnologías han incrementado en gran
medida el coste del tratamiento de ciertas enfermedades, normalmente con una mejora
sustancial de los resultados (a menudo el paciente vive mucho más tiempo). Finalmente,
algunas nuevas tecnologías han reducido de forma significativa el riesgo de resultados
pobres de ciertos tratamientos, lo que ha permitido que dichos tratamientos se suministren
a un grupo mucho más amplio de pacientes.
2.6 Del aumento de la eficiencia en otros sectores de la economía se deriva un incremento del
coste de la mano de obra en todos los sectores incluyendo el sanitario. Dado que la mejora
en la eficiencia del sector hospitalario, que permita reducir el personal necesario, es
escasa, cabe esperar que el nivel global de gastos del sector de asistencia sanitaria sea
relativamente más elevado. El sector hospitalario, en particular, requiere mucha mano de
obra, por lo que el aumento de la eficiencia que se puede lograr por medio de la
automatización es, en general, menor que en otros sectores de la economía. Por otro lado,
los conocimientos del personal hospitalario mejoran constantemente, lo que presiona más
al alza los costes de la mano de obra.
2.8 Otro método del gobierno para reducir el gasto sanitario consiste en regular tanto el
mercado de los seguros de salud privados como el alcance de los servicios cubiertos por
dichos seguros. Así, los gobiernos imponen a menudo las condiciones de las pólizas y las
tasas de prima de los seguros médicos, de modo que no siempre es posible ajustar
completamente las tarifas y las condiciones al nivel comercialmente deseable.
2.9 En el campo del seguro de invalidez, también es posible que los gobiernos influyan tanto
en las tasas de incidencia como en los periodos de discapacidad. En ocasiones, la
incidencia y los periodos de discapacidad vienen influidos por determinados niveles de
prestaciones o requisitos de suscripción de pólizas designados/autorizados(según mi
diccionario es autorizar) por los gobiernos.
En el primer subepígrafe se analiza la estimación óptima, mientras que los tipos de riesgo
se tratan en el segundo.
ME primer periodo = n ⋅ d ⋅ l
donde
d : factor de descuento aplicado para reflejar que los siniestros se producen, en promedio, a
mitad del periodo. En proyecciones de periodos cortos o en entornos con tipos de interés
bajos, se suele excluir d de la ecuación.
l : valor esperado por asegurado del pasivo exigible por siniestros ocurridos.
3.4 En esta fórmula no se tiene en cuenta el efecto de las caídas, lo que lleva a una estimación
más conservadora de la provisión. En el largo plazo, las caídas pueden originar
antiselección contra el asegurador (es decir, mayores tasas de caída para asegurados con
menos probabilidad de tener siniestros). No obstante, el efecto de la antiselección es
limitado en el corto plazo, especialmente cuando las primas se han cobrado por adelantado
para todo el periodo del contrato.
3.5 El método descrito anteriormente puede aplicarse a productos en los que las primas son
ajustables periódicamente, de modo que sólo es necesaria una proyección de la estimación
óptima para el primer periodo. En el caso de productos con coberturas para varios periodos
o cuando hay condiciones que restringen la capacidad del asegurador para incrementar las
tasas de prima y reflejar así el incremento de los costes por siniestros, es necesario aplicar
un método más sofisticado para elaborar modelos. Tal método tiene en cuenta la evolución
de la cuantía esperada de los siniestros ocurridos y el efecto de las caídas en periodos más
largos.
3.7 Riesgo de volatilidad: es el riesgo de que la frecuencia y cuantía reales de los siniestros
difieran de la estimación óptima en el periodo concreto que se esté considerando, pero el
pasivo exigible esperado para el asegurado promedio del conjunto de la población se ha
estimado correctamente. En el caso de proyecciones para periodos mensuales o
trimestrales es también importante considerar los efectos estacionales sobre la volatilidad
de las tasas de siniestralidad.
C.4.1 Volatilidad
4.2 El riesgo de volatilidad se determina sólo para el primer periodo de proyección 12. Para
calcular el riesgo de volatilidad, los parámetros que determinan la frecuencia y la cuantía
de los siniestros se consideran fijos y conocidos. El riesgo restante es el riesgo de que el
coste total de los siniestros sea distinto de su valor esperado debido a desviaciones
aleatorias.
4.4 Definimos:
N: número de siniestros;
Xi: cuantía del i-ésimo siniestro, donde i = 1,2,…, N;
N
S= ∑X
i =1
i , es el coste total de los siniestros.
4.6 Si bien estas hipótesis no reflejan completamente la realidad, funcionan bastante bien en
una cartera de tamaño razonable. La dependencia entre los asegurados causada por
circunstancias globales que afectan a toda la población no queda recogida en el riesgo de
volatilidad. Por ejemplo, un eventual incremento de los costes de las intervenciones
12
Véase el apartado “Horizonte temporal” en el corpus del informe.
4.7 Se produce una excepción cuando varias personas están implicadas en el mismo accidente.
En este caso las incidencias de sus siniestros individuales no son independientes entre sí.
No obstante, teniendo en cuenta que los accidentes implican normalmente a un número
reducido de personas, el impacto de este tipo de dependencia en una cartera de varios
cientos de asegurados o más, es muy pequeño. Para accidentes que puedan afectar a un
gran número de personas, tales como epidemias, accidentes industriales o ataques
terroristas, es necesario añadir un recargo por riesgo de calamidad.
4.8 Queremos ahora ajustar una distribución de probabilidad para la siniestralidad total S. Esto
se realiza como sigue: En primer lugar, se estiman la esperanza, varianza y coeficiente de
asimetría de S. Después se ajusta la distribución Normal Power o la Gamma Transformada
con los momentos estimados. Como resultado, la esperanza, la varianza y coeficiente de
asimetría de la distribución de probabilidad estimada de S son iguales a los momentos
estimados. Se pueden usar ambas distribuciones y generalmente darán resultados en el
mismo rango. Además, cuando el número de asegurados independientes es elevado, la
distribución normal ofrecerá también una buena aproximación gracias al Teorema Central
del Límite. Con valores muy bajos del coeficiente de asimetría, la Distribución Gamma
Transformada puede causar problemas de cálculo.
[ ]
E S es la estimación óptima de los compromisos con las pólizas. Como se puede
apreciar en las anteriores expresiones, las estimaciones del valor esperado, varianza y
[ ]
coeficiente de asimetría de S se obtienen estimando E [N ] , E[X i ] , E X i2 y E [X i3 ]. Esto se
puede hacer de la siguiente manera: E [N ] , el número esperado de siniestros, se estima
como:
E [N ] = número de asegurados *frecuencia media de siniestros observada (4)
4.13 La Tabla 2 muestra los tres primeros momentos (media, desviación estándar y asimetría)
de la siniestralidad total S, calculadas de acuerdo a las expresiones 1, 2 y 3.
Media 26.811.351
Varianza 455.482.101.858
Coeficiente de asimetría 0,20
4.14 Con los momentos estimados de S como dato, vamos a ajustar ahora tres tipos de
distribución de probabilidad: la Gamma Transformada, la Normal Power y la distribución
Normal. Esto da los siguientes resultados:
4.15 Tabla 3: límite superior del 99% de la siniestralidad total S con respecto al riesgo de
volatilidad.
4.16 El valor del pasivo exigible total correspondiente al 99% de la función de distribución
queda por debajo, lo que implica que el pasivo exigible total será igual o inferior a la
cuantía mostrada con una probabilidad del 99%. Como puede observarse, los tres métodos
dan resultados muy similares debido al gran número de riesgos (hipotéticamente)
independientes.
C.4.3 Incertidumbre
4.17 Se puede dividir el riesgo de incertidumbre en el riesgo de incertidumbre correspondiente
al primer periodo y el correspondiente a todos los periodos siguientes a partir de éste. Es
útil hacer esta distinción, dado que la incertidumbre a corto plazo tiene una naturaleza
diferente de la incertidumbre a largo plazo en los productos de seguro médico, y se da con
más frecuencia que ésta. La naturaleza del producto y la posibilidad de ajustar las tasas de
prima determinan si hace falta considerar o no el riesgo de incertidumbre más allá del
primer año. Si se pueden ajustar las tarifas periódicamente, se reduce, como es obvio, el
riesgo de incertidumbre a largo plazo. Sin embargo, en muchos mercados hay también un
factor político que determina hasta qué punto se pueden ajustar las tarifas. Normalmente,
4.19 El marco descrito en el caso práctico de seguros no-vida se puede aplicar a los seguros
médicos como sigue:
4.20 Hay una sola línea de “seguro médico” para la cual hay que estimar los parámetros bi , ci ,
λi , µi yσ i . Como estamos considerando una única línea de seguro, el índice i se puede
omitir, de modo que utilizaremos en su lugar b, c, λ , µ y σ .
4.22 Una posible aproximación del ratio de siniestralidad de una cartera de tamaño infinito, la
constituyen los ratios de siniestralidad del seguro médico de todo el sector en su conjunto.
Si, por ejemplo, el ratio de siniestralidad esperado es igual al 60% y la desviación estándar
del ratio de siniestralidad de todo el sector es igual al 20%, entonces tenemos que:
Var (ratio de siniestralidad ) = (b + c + b ⋅ c ) ⋅ E [ratio de siniestralidad ] 2 por lo tanto
Por lo tanto,
Varianza (1 + Inflación Médica [t + 1]) = Var [β ] ⋅ (1 + inflación médica media ) .
2
Además,
Varianza (1 + Inflación Médica [t + 1]) = Varianza (Inflación Médica Anual )
y b = Var [β ] .
4.24 A partir de las ecuaciones (6) y (7) podemos deducir ahora los valores de b y c . En el
caso práctico de seguros no-vida se perfila el método para determinar el requisito de
capital basado en los parámetros b y c , como parte de un enfoque estandarizado o
avanzado, y como una línea de negocio independiente?? o como parte de una compañía de
no-vida.
4.25 También podemos determinar el capital necesario para hacer frente únicamente al riesgo
de incertidumbre, suponiendo la independencia de los componentes de volatilidad e
incertidumbre, tal y como se describe a continuación:
(Capital para incertidumbre )2 =
(Capital para incertumbre y volatilidad combinados )2 − − (Capital para volatilidad )2 .
4.26 Dado que en muchas jurisdicciones son las compañías de vida, más que las compañías no-
vida, las que suscriben los seguros médicos, es necesario considerar también su
incorporación en el requisito de capital de una compañía de vida. Esto se analizará con
más detalle en el epígrafe 6.
4.29 El reaseguro también puede ayudar a reducir la repercusión financiera de una calamidad.
El alcance de la ayuda que ofrece el reaseguro en un producto de seguro dependerá del
producto y del país en el que éste se suscribe. En el caso de los productos suscritos en
países con menor injerencia política, lo más habitual es que las aseguradoras hayan
suscrito un reaseguro de catástrofe para cubrir los efectos de las calamidades. En
determinados países donde existen incentivos fiscales para cubrir mediante seguros los
gastos médicos y hospitalarios tanto de particulares como de empleados, es posible que los
gobiernos no permitan a las aseguradoras reasegurar el riesgo fuera del sector nacional,
debido a las implicaciones fiscales de tales medidas. Así, en estos entornos es frecuente
que haya acuerdos internos de reaseguro o algún tipo de legislación que obligue a las
aseguradoras más sólidas financieramente a sustentar a aquellas no tan sólidas.
4.30 Dado que normalmente apenas hay datos disponibles para calcular el riesgo de sucesos
extremos, es necesario adoptar una metodología pragmática a la hora de determinar un
requisito de capital. Se puede argumentar que las causas que subyacen en el riesgo de
sucesos extremos en cuanto a la mortalidad se aplican también en cuanto a la siniestralidad
en seguros médicos y de accidentes, puesto que las circunstancias que provocan un
incremento en la mortalidad pueden provocar, en la misma medida, un incremento en los
siniestros médicos y de invalidez. Por lo tanto, y siguiendo el método para el caso de
mortalidad, se puede calcular el capital conjunto para sucesos extremos y el riesgo de
volatilidad y el de incertidumbre para el primer año suponiendo que la frecuencia de
siniestralidad se duplicará bajo estas circunstancias extremas, mientras que el coste por
siniestro permanece invariable.
5.3 El modelo aplicado en el presente caso práctico consiste en una serie temporal
autorregresiva de segundo orden.
5.4 La estructura de segundo orden del modelo implica que hay una dependencia directa entre
la inflación en un año determinado y aquella de los dos años anteriores. Como resultado
tenemos:
• Autocorrelación entre observaciones sucesivas: si la inflación médica se sitúa por
encima (por debajo) de la media en un año determinado, es probable que también se
sitúe por encima (por debajo) de la media al año siguiente;
• Ciclicidad: la estructura de segundo orden del modelo permite la posibilidad de que
exista un esquema cíclico en las tasas de inflación observadas: los periodos de varios
años con tasas de inflación por encima de la media vienen seguidos posiblemente por
varios años con tasas de inflación por debajo de la media.
5.5 Debe tenerse en cuenta que en este modelo estamos suponiendo que la inflación médica es
igual para todas las edades. Cuando la inflación médica es más alta para edades mayores
que para edades menores, la inflación de una cartera en caída, con una media de edad cada
vez mayor, será más alta que la inflación médica general para toda la población.
5.7 Estas restricciones se dan puramente a modo de ejemplo; sin embargo, es posible que en
otras jurisdicciones existan otros tipos distintos de restricciones vigentes sobre las primas.
C.5.6 Resultados
5.13 La simulación produce los siguientes resultados:
5.14 El modelo incluye, para cada ejecución de la simulación, un conjunto de flujos de caja de
primas y siniestros en cada año futuro.
5.15 Un valor actual de primas y otro de siniestros para cada escenario, basados en un tanto de
descuento fijo o en una curva de rentabilidad.
5.16 Una estimación de la distribución de probabilidad del valor actual de los siniestros, del
valor actual de las primas y del valor actual de los siniestros menos las primas.
5.17 Los valores actuales de los siniestros, las primas y las diferencias de ambos están
expresados como un múltiplo de la prima de riesgo para la cartera en su conjunto a la
fecha de inicio de la proyección. Las distribuciones de probabilidad estimadas se muestran
gráficamente a continuación.
6.3 Si se pueden ajustar las primas sin limitación pero resultan inadecuadas en la actualidad, se
requerirá un capital adicional para el periodo en el que las primas sean inadecuadas, dado
que la dirección de una compañía puede decidir no elevar las primas directamente.
6.4 En los casos en que los incrementos de tarifa dependan de la aprobación de algún
organismo estatal en el momento en que sean presentadas, y dicha aprobación se base en
6.6 Con el objetivo de obtener un requisito de capital total para todos los riesgos combinados,
se realizan las siguientes observaciones:
6.8 En el corpus del presente informe se recomienda que un requisito de capital se determine
como el máximo de dos mediciones, una para el primer año y la otra para todos los años
futuros. Si aplicamos esta recomendación al caso práctico de seguros de salud, se puede
obtener el requisito mínimo de capital total como el máximo entre:
1. El capital requerido para las categorías 1 y 2 combinadas con un nivel de confianza
muy elevado;
2. El capital requerido para la categoría 3 con un nivel de confianza bastante elevado.
6.9 Los requisitos de capital para la categoría 1 se han determinado utilizando el método
aplicado en el caso práctico de seguros no-vida. Sin embargo, dado que en muchas
jurisdicciones son las compañías de seguros de vida las que suscriben los seguros de salud,
es necesario tener en cuenta las correlaciones con otros riesgos que afrontan las
aseguradoras de vida.
6.10 En el epígrafe 7.2 del corpus, se describe cómo se pueden combinar los requisitos de
capital para los diferentes componentes del riesgo en un único requisito total de capital.
Esto exige que se determinen las correlaciones entre los distintos tipos de riesgo. Si bien lo
mejor es seleccionar dichas correlaciones de forma individual para cada país o
jurisdicción, en general se puede establecer que:
6.11 La inflación médica tiende generalmente a ser más elevada que la inflación general. La
tasa agregada puede ser relativamente constante a lo largo del tiempo, si bien variará entre
servicios intra 13 y extra hospitalarios; de igual modo, la tasa será sustancialmente diferente
para los distintos tipos de servicios extra hospitalarios (por ejemplo, servicios médicos,
farmacológicos 14, ópticos y dentales).
6.12 La inflación médica suele estar correlacionada con la prosperidad económica, dado que la
inflación médica depende en gran medida del desarrollo tecnológico, de ahí el crecimiento
extraordinario del coste general de los implantes farmacológicos y quirúrgicos.
13
Algunos componentes del coste hospitalario suelen tener tasas de inflación mucho más elevadas que otras componentes.
Por ejemplo los costes generales de implantes quirúrgicos tuvieron un crecimiento espectacular en la última década del
siglo veinte.
14
En muchos países, los costes farmacéuticos han tenido una tasa de inflación extraordinariamente elevada.
6.14 En el corto plazo, mortalidad y enfermedad y, por lo tanto, los siniestros en los seguros de
salud, pueden estar correlacionados positivamente para determinadas carteras de seguros
de salud en determinados países.
6.16 Los riesgos de corto plazo y los de largo plazo están generalmente poco correlacionados,
debido a que se manifiestan en periodos de tiempo diferentes y, por lo tanto, tienen causas
distintas.
1.2 Un riesgo relacionado es el de liquidez, que es el riesgo de que diversos eventos puedan
requerir que el asegurador intente liquidar varios grupos de activos de manera prematura,
con poca antelación y bajo condiciones desfavorables. El riesgo de mercado puede ser un
desencadenante del riesgo de liquidez, otros desencadenantes pueden ser factores de los
riesgos operacionales y del comportamiento de los asegurados. El Grupo de Trabajo
propone que el riesgo de liquidez se encuentre situado en el 2º Pilar de las acciones del
supervisor, en vez de estar en los requisitos del 1er Pilar.
1.3 La volatilidad del riesgo de mercado afecta al valor de mercado neto de los activos del
asegurador; además, el riesgo de mercado puede afectar también a las provisiones (y las
plusvalías netas) del asegurador como sigue:
1. El cambio en los rendimientos de los activos afectará al valor de mercado de las
provisiones vía efecto en los tipos de interés usados de forma explícita o implícita en
el descuento de los flujos de caja de los pasivos.
2. El cambio en los rendimientos de los activos puede afectar a la cantidad o al
vencimiento de los flujos de caja futuros de los pasivos. Los asegurados pueden tener
derecho a algún tipo de participación en beneficios relacionada con el rendimiento
real o histórico de los activos. A este respecto, los diferentes tipos de participación en
beneficios “vía interés” dentro del mercado de seguros pueden ser clasificados en los
siguientes tres grupos.
A. Participación en beneficios que está totalmente basada en indicadores objetivos
del rendimiento del mercado de capitales, por ejemplo un indicador del nivel del
tipo de interés real que es calculado y publicado periódicamente por una agencia
del gobierno o un índice del mercado de valores. La compañía puede tener o no
en cartera estos indicadores referenciados a activos para cubrir las provisiones.
B. Participación en beneficios que está relacionada de alguna forma con el
rendimiento real de la compañía (“performance-linked”), y particularmente con
las inversiones de la compañía. Nota: Este tipo incluye los sistemas en que la
dirección tiene derecho a establecer un participación en beneficios discrecional.
C. Participación en beneficios que está relacionada con el rendimiento real de los
activos que están fijados por el asegurado, es decir, los asegurados son, al menos
en parte, responsables de la forma en que sus primas son invertidas. Nota: un
ejemplo clásico de este tipo de participación en beneficios en seguros de vida es
la participación en beneficios que se ofrece (de forma implícita) en los productos
Unit-linked / Universal Life (UL) en Europa o productos variables (“separate
account”) en EEUU.
1.5 Los cambios en los rendimientos de los activos en el mercado externo pueden afectar a la
cantidad o al vencimiento de los flujos de caja futuros de los pasivos mediante la
inducción de los asegurados a obtener beneficios en el mercado externo con los recursos
disponibles en la póliza, bien rescatando la póliza o bien aportando primas adicionales
(Téngase en cuenta que esta actitud del asegurado no siempre parece ser racional debido a
las diferentes implicaciones impositivas y a las preferencias de liquidez/riesgo del
asegurado.
15
Esto incluye la situación en que las prestaciones de las pólizas, por ejemplo pensiones en los seguros de vida, están indexadas al índice de
crecimiento de precios o de salarios (dependiendo de forma condicional o incondicional del capital disponible). En ese caso hay riesgo de
inflación. Nota: El riesgo de inflación relacionado con prestaciones de seguros de salud y seguros no vida o gastos internos futuros se han
ignorado aquí debido a que pueden ser considerados como riesgos de tendencia o riesgos operacionales respectivamente.
2.2 El riesgo de mercado solo puede ser medido adecuadamente si el valor de mercado de los
activos, así como el valor de mercado de los pasivos, es medido adecuadamente. El valor
de mercado de los activos puede ser obtenido de las cotizaciones de los mercados de
valores. Debido a la falta de un mercado que se ajuste a los pasivos de seguros, el valor
de mercado de los pasivos puede ser aproximado mediante el desarrollo de técnicas de
“market/fair value”.
El concepto de “cartera (de activos) replicante”, definido en el punto 6.2, es un concepto
útil para medir el valor de mercado de los pasivos asegurados.
2.3 En general, las compañías de vida y salud compran activos para ajustarse a sus pasivos.
Históricamente esto no ha sido así para compañías de no vida, las cuales suelen gestionar
de forma separada los resultados de la suscripción y de la inversión. A pesar de que todos
los activos del asegurador sirven para cubrirse contra la adversidad, es una práctica
común en la gestión del riesgo de los aseguradores asignar sus activos a uno de los
siguientes objetivos:
• Para cubrir los pasivos de los contratos de seguros
• Para representar el capital económico
• Para representar excedentes libres
2.4 Partes considerables de los pasivos del asegurador pueden tener duraciones comparables
a activos líquidos de gran calidad existentes en el mercado local. En estas situaciones es
posible elegir activos cuyos flujos de caja pueden proporcionar un ajuste muy preciso a
los flujos de los pasivos. En otras palabras, existe una cartera de activos replicante
disponible en el mercado. En esta situación, el riesgo de mercado se centra en la
volatilidad del valor de mercado de los activos en cartera y el valor de mercado de la
cartera de activos replicante y la habilidad del asegurador para gestionar esa volatilidad.
Este tipo de riesgo de mercado será denominado riesgo Tipo A e incluye también el
efecto de la volatilidad sobre los activos libres o del capital económico.
2.5 La duración de largo plazo de los pasivos de algunos aseguradores (sobre todo en seguros
de vida) requiere la consideración de tasas de reinversión a largo plazo, ya que puede que
en los mercados no se estén ofreciendo carteras de activos replicante de suficiente
duración. Medir el riesgo de mercado de estos pasivos entraña una considerable
incertidumbre sobre la composición de la cartera replicante y sobre la forma de
reinversión hasta el vencimiento de los flujos subyacentes. Una de las preocupaciones
típicas de este caso será la bajada de los tipos de interés de reinversión. Además, los
contratos de vida pueden contener opciones o garantías a largo plazo complejas, para las
cuales no existe replicante en el mercado (por ejemplo valores garantizados al
fallecimiento o al vencimiento en el caso de productos de rentas con pagos variables).
Estos dos últimos tipos de riesgo se denominarán riesgo Tipo B.
2.6 El activo y pasivo del asegurador están expuestos al Riesgo Tipo A y posiblemente al
Tipo B. Los contratos de seguro de menor duración y sin opciones y garantías complejas
de valorar están expuestos a riesgos Tipo A. Los contratos de seguro de larga duración
y/o aquellos que incluyen opciones y garantías implícitas complejas pueden estar
expuestos a riesgo de mercado Tipo A y Tipo B.
3.2 El riesgo de mercado neto correspondiente a los pasivos puede ser medido mediante la
comparación del riesgo de mercado de los pasivos con el riesgo de mercado de los activos
que los respaldan. El desajuste neto de activo/pasivo está sujeto a procedimientos y
políticas de gestión de activos y pasivos (asset/liability management. ALM) del
asegurador. El riesgo Tipo A es diversificable hasta el punto en que cualquier otro gestor
pueda eliminar de forma inmediata el riesgo de desajuste mediante una re-casación de la
cartera.
3.3 El riesgo de mercado Tipo B para flujos cuyo vencimiento es posterior a cualquier cartera
de activos que replique los pasivos requiere la consideración de decisiones de reinversión
futuras y de tipos de interés de reinversión futuros. Hasta cierto punto, el riesgo de
mercado de estos pasivos incluye un riesgo sistemático (no diversificable) debido a la
disponibilidad limitada de una cartera de activos (o parte de ella) que repliquen a los
pasivos o, al menos, incertidumbre sobre su composición. En teoría, estos riesgos deben
ser valorados siempre para la duración residual completa de los pasivos. La cartera de
activos que mejor replique a los pasivos debe ser reinvertida de acuerdo con las políticas
y prácticas sobre inversiones habituales del asegurador teniendo en cuenta los flujos con
vencimientos más tardíos. La consideración de un horizonte temporal completo se hace
necesaria debido a la importante incertidumbre que tienen implícitos los flujos con
vencimiento posterior a los de la cartera de activos disponible que mejor replica a los
pasivos.
5.2 El modelo más avanzado para determinar los riesgos Tipo A implicará el uso de modelos
de riesgo por parte del asegurador. Estos modelos necesitarán satisfacer los requisitos del
supervisor como se ha sugerido en otros apartados del informe del grupo de trabajo. El
valor de mercado de los activos o pasivos con flujos futuros puede ser determinado,
generalmente, acudiendo instrumentos del mercado financiero a similares o idénticos. De
manera similar, puede ser deducida también la volatilidad de su valor de mercado. Para
flujos futuros de los pasivos, especialmente flujos de los contratos de seguros, su valor de
mercado y volatilidad pueden ser aproximados mediante el desarrollo de técnicas de
market/fair value. El concepto de “cartera de activos replicante” definido en el apartado
6.2, es un concepto útil a la hora de medir el riesgo de mercado de los pasivos del
asegurador.
5.3 El riesgo de mercado debe tener en cuenta el riesgo específico (por ejemplo, tal vez el
que implica el diferencial de crédito incluido en los rendimientos de los valores ofrecidos
por un emisor) y el riesgo general de mercado (por ejemplo, sensibilidad a tasas de
rendimiento futuras)
5.4 El riesgo de mercado puede ser determinado modelizando flujos sobre un amplio abanico
de escenarios, utilizando modelización estocástica para el horizonte temporal
especificado y para un intervalo de confianza deseado. El horizonte temporal para esta
modelización será de un año con un intervalo de confianza elevado (por ejemplo, 99%
CTE).
5.5 En las situaciones en las que el asegurador tenga un grupo de contratos que estén
expuestos solamente a riesgo de mercado Tipo A, el asegurador podrá elegir llevar a cabo
una modelización conjunta o integrada de los flujos proyectados derivados de los
contratos de seguros y sus activos afectos. Esta modelización debe reflejar la
composición actual de la cartera, políticas de reinversión y prácticas del asegurador para
ese negocio. Al final del horizonte temporal de un año, los activos en los que se reinvierta
deben ser suficientes para hacer frente a los pasivos vigentes en tal momento con un nivel
de confianza prudente (por ejemplo, 75% CTE).
6.3 El horizonte temporal adecuado para medir este tipo de riesgo de mercado es la duración
total de los flujos de pasivo (aquéllos de mayor duración y que contengan opciones
complejas). La mejor forma de medir el componente general del riesgo de mercado es a
un nivel más avanzado, modelizando políticas y prácticas de reinversión del asegurador.
Se debe tener en cuenta por separado el riesgo específico inherente a los flujos de activo y
de pasivo. El riesgo específico resulta de un movimiento adverso en el precio de un activo
debido a factores relacionados con el emisor de dicho valor. El nivel de confianza elegido
será el mayor de una de las 2 opciones siguientes:
- Un nivel de confianza muy elevado (por ejemplo 99% CTE) de que los activos sean
suficientes dentro de un año dados unos flujos de pasivos determinados con un nivel
de confianza moderado (por ejemplo 75% CTE) en ese momento.
- Un nivel de confianza bastante elevado (por ejemplo 90% o 95% CTE) de que lo
activos sean suficientes dado los flujos futuros de los pasivos.
6.7 Para flujos cuyo vencimiento no es posterior al horizonte temporal de la cartera de activos
replicante (es decir, títulos de deuda de la mayor duración disponibles públicamente), el
horizonte temporal adecuado (como se ha dicho más arriba) para modelizar el
comportamiento en la gestión de la inversión es un año. Este es el riesgo de mercado
Tipo A.
6.8 Para flujos cuyo vencimiento es posterior al horizonte temporal de la cartera de activos
replicante (sobre todo algunos pasivos del asegurador), el horizonte temporal adecuado
para modelizar el comportamiento en la gestión de la inversión es la duración total de
esos flujos futuros. Estos flujos están sujetos a ambos tipos de riesgo, A y B, del riesgo de
mercado.
6.10 En principio, la cartera replicante genera flujos que “replican” (es decir, coinciden) los
flujos anuales del pasivos en cada uno de los años futuros. Por lo tanto, la cartera
replicante aporta una “cobertura” perfecta con respecto a los riesgos del pasivo.
6.11 Obviamente, este es un concepto teórico. Los flujos de pasivos están expuestos a diversos
tipos de riesgos (por ejemplo, mortalidad) que no pueden ser cubiertos por instrumentos
financieros. Por lo tanto, se propone la siguiente definición de cartera de activos
replicante:
La cartera de activos replicante (sólo) replica los flujos de pasivo ajustados por los riesgos
sistemáticos no financieros, ignorando totalmente la volatilidad debida a riesgos no financieros
diversificables (por ejemplo, riesgo de volatilidad como consecuencia de la mortalidad).
6.12 Por consiguiente, la cartera de activos replicante debería aportar una cobertura total
contra los riesgos financieros que pueden afectar a los flujos futuros de los pasivos,
anteriores al horizonte temporal de dicha cartera replicante.
6.14 Las garantías siempre aportan valor a los tomadores, al indicar, implícita o
explícitamente, que ciertos riesgos son transferidos al asegurador. Por lo tanto, siempre
incrementan el valor de mercado de los pasivos. Teóricamente, el valor de mercado de
estas garantías es igual al valor de mercado de los instrumentos financieros que son
necesarios para cubrirlas.
6.16 Una última consideración/nota es que muchos de los contratos llevan aparejados también
opciones que pueden ser ejercitadas por la compañía de seguros. Obviamente estas
opciones siempre reducirán el valor de mercado de los pasivos.
6.18 En algunos casos, los aseguradores sólo han expresado la intención, no la garantía, de
cubrir ciertos riesgos o proporcionar cierto nivel mínimo de participación en beneficios.
Por ejemplo, algunas prestaciones derivadas de seguros de vida están indexadas
“condicionalmente” a índices de precios o crecimientos salariales. El negocio con
participación en beneficios relacionada con el rendimiento real de la compañía
(performance-linked) puede ofrecer tasas de acreditación positivas si la situación
financiera de la compañía, según la valoración de la dirección, permite pagas
extraordinarias. Este tipo de opciones tienen un valor positivo para los asegurados. En
algunos casos las expectativas de los asegurados a este respecto pueden ser concedidas
por vía judicial, incluso aunque las condiciones necesarias para su concesión no se
satisfagan 17.
6.19 Algunos pasivos de seguros de vida pueden prolongarse a más de 30 años en el futuro,
incluso 80. Este es un plazo mucho mayor que la duración máxima de la renta fija
disponible en los mercados de capitales (que es generalmente de 20 y 30 años en
mercados maduros y desarrollados). En estos casos, el asegurador se enfrenta a riesgos de
reinversión no evitables (sistemáticos) en el largo plazo (es decir el riego de mercado
Tipo B). El valor actual de estos flujos de pasivo lejanos en el tiempo pueden ser
determinado en cualquier caso mediante la modelización de las políticas y prácticas de
reinversión futuras del asegurador, utilizando los instrumentos financieros disponibles
actualmente.
16
Alternativamente, el denominado método del deflactor puede ser útil (ver por ejemplo Jarvis et alia, 2001). En cualquier caso esta
metodología sigue, en gran parte, en proceso de desarrollo.
17
El supervisor holandés del sector seguros (PVK) ha descrito recientemente estos pasivos del asegurador como pasivos “suaves”. Un
posible manera de tratarlos puede ser valorarlos de una manera menos cuantitativa y más cualitativa dentro del 2º Pilar de supervisión (“El
proceso de revisión del supervisor”).
6.22 Debe ser evitado el uso de distintos tipos al contado por distintos aseguradores. Puede ser
una práctica prudente que el supervisor del sector seguros determine los tipos al contado
libres de riesgo a utilizar para descontar los flujos de la cartera replicante en la
determinación de los requisitos de solvencia. Por supuesto, se requiere un procedimiento
adecuado para estimar de forma periódica la curva al contado libre de riesgo real. Hemos
mencionado las especificaciones propuestas por Nelson y Siegel (1987) y Svenson (1994,
1995). Por ejemplo, el método de Nelson-Siegel implica estimar la siguiente
especificación no lineal:
t
1 − exp −
= β 0 + (β1 + β 2 ) ⋅ τ − β ⋅ exp − t
rt spot
τ
2
t
τ
7.2 El riesgo de mercado debe tener en cuenta el riesgo específico (por ejemplo, tal vez el
que implica el diferencial de crédito incluido en los rendimientos de los valores ofrecidos
por un emisor) y el riesgo general de mercado (por ejemplo, sensibilidad a tasas de
retorno futuras).
7.3 Como se ha descrito en el apartado 5º, el riesgo de mercado Tipo A puede ser
determinado utilizando un enfoque avanzado en el que se modelicen los flujos sobre un
abanico amplio de escenarios con un horizonte temporal de un año y con un intervalo de
confianza elevado (por ejemplo 99% CTE). Este apartado describe algunos enfoques
estandarizados que pueden ser considerados como aproximaciones para medir el riesgo
de mercado. La conveniencia de estas aproximaciones dependerá en gran medida de las
circunstancias de cada país y el perfil específico de riesgo del asegurador.
D.7.1 Metodología
7.4 Los components esenciales necesarios para evaluar el riesgo de mercado Tipo A son,
• Flujos de caja futuros proyectados
• Naturaleza de las opciones implícitas
• Horizonte temporal
• Nivel de confianza
• Escenario económico actual
• Series de escenarios adversos
7.5 Para simplificar la determinación de los riesgos Tipo A se pueden hacer aproximaciones
de estos componentes. El resultado es una amplia gama de modelos, desde los más
elementales hasta algunos muy cercanos al enfoque avanzado.
7.6 Una de estas aproximaciones podría usar las duraciones ajustadas por las opciones para
reflejar la sensibilidad al precio de los flujos, el valor de mercado actual de los flujos
futuros y una serie de saltos en los rendimientos de las inversiones. Los shocks deberían
ser diseñados para reflejar el horizonte temporal y el intervalo de confianza deseados así
como el patrón de los escenarios desfavorables. A este respecto, puede ser deseable tener
en cuenta la necesidad de una gestión de las inversiones más activa en los bloques de
negocio gestionados de manera detallada (es decir, cuando el periodo de tenencia de los
7.7 Otra aproximación podría requerir la agrupación de flujos de caja futuros en varios
intervalos de duraciones (el BIS utiliza el término “método de los vencimientos”). La
suma de los flujos de estos intervalos se multiplicaría por factores para obtener el
requisito de capital. Estos factores representarían, en teoría, una combinación de los
componentes básicos mencionados más arriba (es decir, el valor tiempo del dinero del
escenario económico actual, impactos adversos para un nivel de confianza y horizonte
temporal determinados, etc.). El BIS utiliza actualmente este tipo de método en su
enfoque estandarizado para bancos.
7.8 Una aproximación muy sencilla (que depende en gran medida de las decisiones generales
sobre la exposición de la industria al riesgo Tipo A) es simplemente multiplicar el valor
en balance de los activos y pasivos del asegurador por una tabla de factores que reflejan
la presunta existencia y dimensión de los riesgos Tipo A.
7.9 Las ventajas relativas de cada uno de los tipos de aproximaciones deben ser contempladas
por el supervisor a la luz de las condiciones locales, nivel de conocimientos y riesgo
inherentes a la industria. A la hora de escoger un método se debe buscar un equilibrio
entre la objetividad y la facilidad de cálculo de este por un lado y por otro su mayor
exactitud, complejidad e impacto total en la gestión del riesgo de mercado por parte de
los aseguradores y en el tipo de productos ofrecidos por el mercado.
7.10 El desarrollo de enfoques estandarizados para riesgos de mercado o de cualquier otro tipo
requiere valoración por parte del supervisor, al tiempo que exigen renunciar a ciertos
factores a cambio de otros, en función de la aproximación elegida y su aplicación. La
situación ideal es que el conservadurismo inherente al enfoque estandarizado motive a las
compañías aseguradoras, en la medida de lo posible, a utilizar en el futuro modelos más
avanzados. Un motivo de preocupación ligado a modelos que permiten al asegurador
aplicar sus propias valoraciones (por ejemplo, si el grado del riesgo de mercado depende
de prácticas de asignación de activos por parte de la aseguradora) es que los resultados
pueden ser menos transparentes, ya que el asegurador puede tener la oportunidad de
"manipular" los requisitos de solvencia resultantes. Es importante que el supervisor
considere de antemano todas las posibilidades y la importancia de tal decisión. Por
ejemplo, las preocupaciones que envuelven los "juegos" de asignación de recursos se
pueden tratar directamente mediante la exigencia de que la asignación de activos para la
determinación del requisito de capital coincida con la gestión del negocio de la
aseguradora.
7.11 En el caso particular de los seguros de vida, se puede transferir parte del riesgo de
mercado de la cartera total de activos al asegurado. Este es en general el caso del negocio
del seguro de vida universal y de muchas formas de negocio ajustable y con participación
en beneficios. Es evidente que estos activos y sus pasivos correspondientes deben
coincidir (ignorando los riesgos diversificables no financieros que pueden afectar a los
pasivos), y el grado en que se comparte tal riesgo de mercado debe quedar reflejado en el
enfoque estandarizado elegido.
7.12 Los siguientes subapartados resumen algunos aspectos importantes relacionados con la
selección de un enfoque estandarizado para determinadas fuentes de riesgo de mercado,
así como de un posible tratamiento de las dependencias.
7.14 El riesgo de mercado de los activos de renta fija está dominado por el riesgo de
incremento de los tipos de interés. Cuando los tipos de interés relevantes (o toda la curva
de tipos de interés) se incrementan en un uno por ciento el valor de un bono (o de la
cartera) disminuye en una cantidad igual a la duración multiplicado por 1%. La duración
puede ser calculada de forma exacta utilizando los flujos del bono y la curva de tipos al
contado actual o bien puede ser valorada de forma aproximada como el 80% de la
duración media residual o a vencimiento. Ejemplo: Un bono con una duración residual
de 10 años perderá sobre un 8% de su valor si los tipos de interés se incrementan un 1%.
Como cálculo aproximado para las principales divisas, la desviación estándar de los
cambios en los tipos de interés anuales es aproximadamente 1.25%. De este modo
obtenemos la desviación estándar aproximada del cambio del valor en términos anuales:
Duración Media a Vencimiento
σ bono ≈ ⋅ Valor del activo
100
7.17 Si se utiliza esta aproximación en lugar del cálculo estadístico detallado, se debe recargar
con un factor de prudencia. La fórmula puede ser aplicada a carteras completas, no sólo a
bonos individuales, dado que la reducción del riesgo debido a la diversificación entre
bonos es bastante pequeña. Al sumar las carteras de bonos, sumamos los valores de
σ bono
7.18 Los cambios en los rendimientos de los bonos pueden estar causados por cambios en los
tipos de interés libres de riesgo subyacentes, cambios en los diferenciales que reflejan el
riesgo de liquidez y de crédito de los activos, o cambios simultáneos en ambos
componentes. En el apartado 3.4 hemos sugerido que la cartera de activos replicante (es
decir los flujos de pasivo) debería ser valorada descontando sus flujos de caja utilizando
los tipos al contado libres de riesgo. Por consiguiente, cambios en los diferenciales sólo
afectan a los valores de mercado de los activos disponibles reales, mientras que cambios
en los tipos libre de riesgo afectan a ambos valores de mercado, el de los activos
disponibles y el de la cartera replicante (pasivos). Puede ser más lógico considerar el
cambio en los diferenciales como una forma típica de riesgo de crédito.
7.20 De nuevo, esto puede ser usado con un factor conservador o remplazado por una
valoración estadística.
7.22 En este caso, asumir una correlación cero entre los factores es conservador. K. Froot
(“Currency hedging over long horizons”) y otros autores han demostrado que los activos
extranjeros tienden a tener una varianza más baja que la obtenida por la fórmula,
especialmente a largo plazo.
σ σ
7.23 Las fórmulas para bono extranjero y bono pueden ser utilizadas como componentes en un
modelo normal multivariante grande. Estas describen el riesgo individual de una cartera.
De todas formas, en el caso de un matcheo de flujos de activo y pasivo el riesgo real
puede ser menor. Si los tiempos a vencimiento coinciden con los tiempos a pagos de
siniestros, y si los activos extranjeros coinciden con los pasivos extranjeros, el valor total
de los activos y los pasivos puede volverse más inmune ante fluctuaciones del mercado.
Por supuesto, las compañías de seguros tienen invertidas algunas plusvalías además de
los pasivos esperados, que conllevan todo el riesgo de mercado. Los cálculos exactos son
sólo posibles con un modelo completo de ALM.
7.27 Tal como se ha explicado en el caso de renta fija, esta fórmula es conservadora. Las
inversiones en renta variable extranjera tienen a menudo una desviación estándar de los
rendimientos inferior a esta, principalmente a largo plazo.
7.28 Cuando se agregan inversiones de renta variable de zonas con otras monedas, debemos
añadir sus desviaciones estándar, asumiendo dependencia total, en lugar de añadir sus
cuadrados (asumiendo independencia). Esta hipótesis conservadora se puede ajustar por
medio de un análisis detallado de las correlaciones entre los índices de renta variable de
los distintos países.
7.29 Las inversiones en bienes inmuebles se pueden tratar exactamente como renta variable.
Los índices de bienes inmuebles funcionan como índices de renta variable. La
diversificación entre los distintos países puede ser ligeramente mayor que el efecto
análogo de diversificación para renta variable.
7.30 Los precios de los bienes inmuebles tienden a subir cuando se abaratan las hipotecas, es
decir, cuando caen los tipos de interés.
7.32 En general, calcular una provisión de desajuste para opciones implícitas no es tarea fácil.
En caso de que sea posible obtener una aproximación razonable de su valor real de
mercado, es decir, el valor de mercado de la cartera de activos replicante aplicando una
fórmula de tipo Black-Scholes (calibrada), también será posible, en general, obtener un
cálculo estimado relativamente conservador de su posible cambio. Tales fórmulas tienen
en general dos tipos de parámetros: tipo(s) de interés libre de riesgo y la volatilidad
7.34 Algunos de estos activos pueden estar disponibles sólo ‘over-the-counter’ y por lo tanto,
son ilíquidos.En esta situación, su valor de mercado actuarial y el posible cambio de estos
valores durante el horizonte temporal limitado (un año) debe ser estimado de forma
conservadora.
D.7.7 Dependencias
7.36 Las dependencias entre los precios/rendimientos de mercado de los distintos tipos de
activos, particularmente renta fija, renta variable y bienes inmuebles (pero excluyendo
derivados), es generalmente baja. Las correlaciones entre precio/rendimiento/retorno de
los activos en moneda local y los denominados en divisas pueden estar entre -1 y +1,
dependiendo de las condiciones económicas globales y locales, el tipo de activo y las
características específicas de los activos (industria). Por lo tanto puede ser razonable
asumir una correlación cero entre todos los tipos de activos en un modelo basado en
factores. En consecuencia, el requisito total de solvencia para riesgos de mercado puede
ser calculado como la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de los requisitos de cada
una de las clases individuales de activos.
7.37 Por supuesto, los precios de mercado de los derivados, incluyendo aquellos que cubren
opciones que están implícitas en los pasivos, están muy vinculados a los precios de
mercado de los activos subyacentes. Por lo tanto, como se ha mencionado en el apartado
5.2.3, es muy importante que haya una consistencia entre los modelos para los activos
principales y los derivados. En particular, si el modelo para los activos principales está
basado en un presunto cambio en el precio/rendimiento el mismo cambio debe ser
asumido para determinar el cambio en el valor de los derivados. El requisito de solvencia
resultante puede ser incluido en el requisito total simplemente sumándolo al total definido
en el párrafo precedente.
7.38 Las correlaciones dentro de las categorías individuales son generalmente altas. Esto
puede ser tenido en cuenta de forma implícita definiendo y sumando distintos requisitos
de solvencia para diferentes categorías de activos, en lugar de definir y sumarlos para
7.39 Sin embargo, dentro de la categoría de activos de renta fija, se debe prestar especial
atención a las correlaciones entre los tipos al contado para las distintas duraciones
(vencimientos) si se aplica el modelo basado en factores para valores de renta fija a las
distintas bandas de duraciones de forma independiente (véase también el apartado 5.2.1).
En tal caso se debe elegir la manera en la que los distintos requisitos de solvencia se
( fijo )
combinan en uno para todos los activos de renta fija (mejor: S ). Este asunto está
estrechamente relacionado con la cuestión de las correlaciones. Los tipos al contado para
las distintas duraciones están altamente correlacionados, pero no de manera perfecta. Por
lo tanto, la curva de tipos al contado real puede mostrar desplazamientos no paralelos. El
siguiente modelo para las bandas de duraciones permite tener en cuenta este tipo de
desplazamientos:
1. Seleccione varias de las bandas de duraciones (modificadas), por ejemplo 0 a 2
años, 5 a 8 años. 8 a 12 años. 12 a 16 años. 16 a 24 años y más de 24 años, con
sus correspondientes duraciones “medianas” dur(i) (dur(1) = 1, dur(2) = 3.5, dur(3)
= 6.5, …, dur(7) = digamos 28) y los correspondientes tipos al contado (libres de
riesgo) reales (r(1), r(2), …..) de acuerdo con la curva real de tipos al contado
libres de riesgo.
2. Defina el cambio “máximo” absoluto potencial de los tipos al contado que puede
ocurrir en el próximo año, para cada uno de los tipos al contado de forma
individual (∆r(1), ∆r(2), …..). Preferentemente, esto estará basado en el análisis
de los cambios históricos de cada uno de los tipos al contado de forma
individual.
3. Asigne los flujos de los activos disponibles de renta fija y de los pasivos
respectivamente a las distintas bandas de duraciones, calcule los valores de
mercado reales así como su total cada banda de duraciones
( fijo )(1)
(S S ( fijo )(2 ) ,
, ) y defina el requisito de solvencia para cada banda de
duraciones i como
{ }
Solv ( fijo )(i ) = ABS S ( fijo )(i ) ⋅ dur (i ) ⋅ ∆r (i ) .
4. Finalmente, defina el requisito de solvencia total para los activos de renta fija
(equilibrados con los pasivos) como la suma de los requisitos de las bandas de
duraciones individuales:
7.40 De esta manera, de forma implícita, se asume que cada uno de los tipos al contado puede
aumentar o disminuir durante el próximo año. A este respecto se asume correlación cero
entre los tipos al contado individuales. Por lo tanto, el resultado final de este modelo
puede ser mayor que el obtenido en el caso de asumir una subida o bajada de todos los
tipos al contado al mismo tiempo (por (∆r(1), ∆r(2), …..) o (-∆r(1), -∆r(2), …..)
respectivamente), ya que tiene en cuenta desplazamientos no paralelos de la curva. Sin
embargo, el hecho de tener en cuenta los requisitos de solvencia individuales resultantes
implica suponer de forma implícita que las correlaciones son iguales a uno.
8.2 Los enfoques estandarizados para valorar el riesgo de mercado Tipo B pueden incluir:
1. Para garantías de interés a largo plazo en productos de seguro de vida y rentas se debe
determinar el valor actual de los flujos de los pasivos sobre la presunción de que los
rendimientos de la reinversión a largo plazo revierten a una visión conservadora de
las medias históricas a largo plazo.
2. Para opciones complejas, los factores adecuadamente conservadores deben derivarse
en función de modelos estocásticos rigurosos de datos a nivel de la industria para
medir adecuadamente la cola de la distribución de pérdidas para el nivel de confianza
exigido.
Referencias
Anderson, N. and J. Sleath, 2001, New estimates of the UK real and nominal yield curves, Working Paper,
Bank of England.
Bouwknegt, P. and A. Pelsser, 2002, Market Value of Insurance Contracts with Profit Sharing, Journal of
Risk Finance, Vol. 3, no. 3, Spring 2002, pp 60-64.
Canadian Institute of Actuaries, 2002, CIA Task Force on segregated fund investment guarantees, Document
202012, March 2002.
Jarvis, S., F. Southall and E. Varnell, 2001, Modern Valuation Techniques, Paper presented to The Staple Inn
Actuarial Society, 6 February 2001.
Nelson, C.R. and A.F. Siegel, 1987, Parsimonious modelling of yield curves, Journal of Business, Vol. 60, pp
473-489.
Nonnenmacher, D.J.F. and J. Russ, 1997, Equity-linked life insurance in Germany: quantifying the risk of
additional policy reserves, Proceedings of the 7th AFIR Colloquium, Cairns, Australia.
Svensson, L, 1994, Estimating and interpreting forward interest rates: Sweden 1992-94, IMF Working Paper
Series, no, 114.
Svensson, L. 1995, Estimating forward interest rates with the extended Nelson & Siegel method, Sveriges
Riks Bank Quarterly Review, 1995:3, pp 13-26.
1.2 El riesgo de crédito se ha asociado tradicionalmente a los activos. Sin embargo, puede
existir en cualquier conjunto de flujos de caja futuros proyectados. Por consiguiente, el
riesgo de crédito también es importante para valorar el verdadero alivio que una
contrapartida supone en una operación aseguradora, como es el caso del reaseguro o de
un agente al que el asegurador ha subcontratado algunas de sus funciones operativas.
Podría considerarse incluso que existe riesgo de crédito en relación con los flujos de caja
futuros proyectados resultantes de los compromisos con las pólizas. Este último aspecto
del riesgo de crédito es bastante controvertido, dado que hace pensar que el valor de las
obligaciones con los tomadores disminuye en la medida en la que el riesgo de crédito del
asegurador disminuye. El GT recomienda que los requisitos de capital del asegurador por
el riesgo de crédito no reflejen la capacidad potencial del asegurador de impagar sus
propios flujos de caja.
1.3 El riesgo de crédito puede reflejarse en el valor actual de un conjunto de flujos de caja
bien implícitamente vía un diferencial de riesgo de crédito incorporado al tipo de interés o
bien explícitamente en la estimación de los propios flujos de caja.
1.4 El valor de mercado de una corriente de flujos de caja futuros proyectados (por ejemplo,
un bono) refleja, entre otras cosas, la perspectiva actual de mercado del riesgo de crédito
del pagador de dichos flujos de caja. Dicho enfoque podría reflejar la variedad de
elementos de conocimiento del mercado sobre el emisor del bono, tales como
calificaciones crediticias emitidas por diferentes agencias. Dicho enfoque tendrá en
cuenta, probablemente, tanto la situación financiera actual del emisor como el entorno
económico actual, y considerará tanto la posibilidad de deslizamiento del emisor en sus
calificaciones (es decir, capacidad de pago) como la probabilidad de impago (PD) ♣ y la
cuantía de la pérdida en el caso de que el impago ocurra (LGD) ♦.
1.5 El Banco de Pagos Internacionales (BIS) define los requisitos de capital para los bancos.
En particular, su documento consultivo de abril de 2003 titulado “El nuevo acuerdo de
capital de Basilea” contiene extenso material relativo a la determinación de los requisitos
de capital por riesgo de crédito, incluyendo tanto enfoques estandarizados como enfoques
avanzados. El GT recomienda que enfoques similares sean utilizados para los
aseguradores. El GT recomienda que el enfoque del BIS puede necesitar algunas
modificaciones para adecuarse a las cuestiones específicas de los aseguradores. Dichas
modificaciones se indican a lo largo de esta parte del informe.
♣
Nota de los traductores: PD es el acrónimo del término inglés Probability of Default
♦
Nota de los traductores: LGD es el acrónimo de la expresión en inglés Loss Given Default.
2.2 En general, los aseguradores de vida y de salud adquieren activos para cubrir sus
obligaciones. Este no ha sido el caso, históricamente, de los aseguradores de no vida, que
han tendido a gestionar separadamente los resultados de suscripción y los de las
inversiones. Mientras que todos los activos de un asegurador están disponibles para hacer
frente a adversidades, es una práctica habitual en la gestión del riesgo aplicar sus activos,
implícita o explícitamente, a una de las siguientes finalidades:
• soportar las obligaciones derivadas de los contratos de seguro,
• representar capital económico,
• representar beneficio libre.
2.3 La aplicación de activos para soportar obligaciones específicas derivadas de las pólizas es
especialmente importante para aquellos productos cuyo rendimiento depende directamente
del rendimiento de los activos subyacentes. En las situaciones en las que el rendimiento
del activo (incluido el impacto del riesgo de crédito) es compartido directa o
indirectamente por el asegurado, una reducción apropiada puede ser tenida en cuenta en la
determinación del requisito de capital por riesgo de crédito. Dicha reducción debe tener en
cuenta las expectativas razonables de los asegurados en esta materia, así como las
prácticas del asegurador en cuanto a la participación de los asegurados en dicha
experiencia.
2.4 Bloques bastante grandes de las obligaciones del asegurador pueden tener duraciones
comparables con activos altamente líquidos disponibles de forma inmediata en el mercado
local. En estas situaciones es posible seleccionar activos cuyos flujos de caja puedan
ajustarse estrechamente a los flujos de caja de las obligaciones. En otras palabras, se puede
disponer de una cartera de activos replicante en el mercado. En esta situación, el riesgo de
crédito se centra en los activos que se tienen y en la capacidad del asegurador para
gestionar su posición de pérdidas relacionadas con el crédito dentro del horizonte de la
cartera replicante. Este riesgo de crédito se denominará riesgo Tipo A.
18
Instituto de Actuarios Canadiense (Canadian Institute of Actuaries o CIA), 2003 Informe del Subcomité para el riesgo de
crédito del CIA. Disponible en http://www.actuaries.ca/publications/2003/203087e.pdf (en inglés) y en
http://www.actuaries.ca/publications/2003/203087f.pdf (en francés).
4.2 Una definición amplia de las estrategias de cobertura usadas para compensar el riesgo de
crédito incluirían:
• cartas de crédito
• depósitos contingentes
• titulización de préstamos hipotecarios (valores respaldados por hipotecas)
• titulización de otros activos (valores respaldados por activos)
• derivados de crédito
− swaps de crédito
− swaps de rentabilidad total
− obligaciones de deuda “colateralizada” (CDOs ♠)
− pagarés vinculados a créditos
− opciones de diferencial de crédito
− derivados “cesta”
5.3 Por ejemplo, supongamos que se espera un flujo de caja de 100$ dentro de un año,
proveniente de la corporación XYZ. Su probabilidad de impago se conoce y es p, y la
recuperación en caso de impago se espera que sea R. El tipo de interés libre de riesgo a un
año. Entonces, el valor actual del cash flor es:
100 (1 − p ) 100 pR
+
(1 + i ) (1 + i )
5.4 Las estimaciones de R son muy difíciles, por lo que es usual fijar una constante entre el
40% y el 50%, basada en la experiencia. Incluso los modelos más estocásticos asumen este
enfoque. Los valores de p pueden determinarse para determinadas calificaciones
crediticias de las diversas agencias de calificación crediticia, y la combinación de p y R
puede ser comparada con el diferencial de los bonos de la corporación, a efectos de su
razonabilidad.
♠
Nota de los traductores: CDOs es el acrónimo de la expresión en inglés Collateralized Debt Obligations
19
Las lecturas recomendadas incluyen un documento del Instituto Australiano de Actuarios, 2003 Capital reserving for
Credit Risk for Insurers (Life & GI) and Other Institutions. En línea en http://www.actuaries.asn.au
5.6 Los modelos basados en el valor de los activos fueron desarrollados por Merton en los 70.
La idea general es que una empresa incurrirá en impago si el valor de sus activos llega a
ser inferior al valor de sus deudas, por lo que la deuda de la empresa puede ser
representada en un modelo como una opción sobre sus activos. El enfoque básico
desarrollado por Merton ha sido considerablemente ampliado desde que fue inicialmente
propuesto.
5.7 Un modelo basado en el valor de los activos puede combinarse con un modelo de
correlaciones entre deudores para generar un modelo de gestión del riesgo ajustado a la
cartera. Por ejemplo, las correlaciones entre los valores de los activos subyacentes de los
diferentes deudores son estimadas a veces tomando como referencia las correlaciones entre
los precios de las acciones. Este enfoque se encuentra en la base de numerosos modelos de
riesgo de crédito disponibles comercialmente.
8.2 Al considerar la aplicabilidad del enfoque del BIS, los supervisores de seguros tendrán que
plantearse si varios elementos de dicho enfoque son apropiados o no. Por ejemplo:
• Grado de protección – el GT recomienda coherencia en todo el conjunto de requisitos
del Pilar I
• Horizonte temporal - el GT recomienda coherencia en todo el conjunto de requisitos
del Pilar I
• Diversificación - el GT recomienda a los aseguradores relejar la diversificación de sus
carteras
• Correlación - el GT recomienda que se considere permitir a los aseguradores reflejar
sus propias correlaciones entre activos
• Ciclos – el GT cree que el uso de distribuciones “actuales” frente a distribuciones “a lo
largo del ciclo”, tanto para el número o frecuencia como para la severidad o cuantía del
impago, requiere un mayor estudio.
• Migración – el GT apoya el uso de técnicas de migración crediticia (probabilidades no
absorbentes para los sucesos de migración crediticia) en el marco de trabajo
Un enfoque general
8.3 Los siguientes párrafos esbozan un enfoque general para la construcción de un modelo
para el riesgo de crédito Tipo A.
8.4 Los bonos corporativos conllevan riesgo de crédito. El valor de dichos bonos disminuye si
la calificación de la empresa emisora cae. Éste es el riesgo de disminución de la
calificación crediticia, o, formulado de manera más general, el diferencial de riesgo de
crédito. El caso más extremo es el impago. Las agencias de calificación proporcionan
estimaciones de las probabilidades de impago.
8.6 Debería diseñarse una guía de supervisión de la evaluación del riesgo de crédito, de
manera que no se demande el uso de paquetes informáticos o de servicios comerciales. La
guía que se propone debería proporcionar una fórmula simple que sea compatible con el
marco normal multivariante del enfoque básico. Una fórmula de dicha naturaleza se
propone aquí.
8.7 En este modelo simple del riesgo de crédito, un bono se caracteriza esencialmente por su
plazo medio hasta al vencimiento T y por la probabilidad p1 de impago del emisor en el
año actual. Por ejemplo, para la calificación BBB, una probabilidad anual de impago típica
es p1 = 0,2%. Para valorar el riesgo de crédito, despreciamos los numerosos flujos de caja
de pequeña cuantía correspondientes a los cupones y tomamos un único flujo de caja, el
cobro principal, con vencimiento en + T. El valor teórico de dicho bono es:
σ credito
2
(T=) pT ⋅ valoractivo 2
8.8 La función de distribución es binomial y su forma es muy diferente de la normal. Otra
hipótesis conservadora es que el bono corporativo tiene un valor nulo después del impago,
mientras que, en realidad, una pequeña parte del valor nominal puede ser recuperada.
8.9 Nuestro horizonte temporal es un año, de manera que necesitamos la varianza del
rendimiento σ credito
2
= σ credito
2
(1año ) debida al riesgo de crédito, más que solamente
σ credito
2
(T ) . Esta varianza σ credito
2
depende no solamente de los impagos, sino también por
fluctuaciones en la calificación del emisor durante el periodo de maduración. Un modelo
exclusivamente de impago infraestima la varianza. Las fluctuaciones de la calificación
tienen que ser incluidas, llegándose a estimaciones de desviaciones típicas suficientemente
grandes.
8.11 Todo el resto del modelo puede deducirse a partir de estas dos hipótesis. La probabilidad
teórica correspondiente al estado absorbente dentro de un intervalo T es
const
pT = 1 − Φ
T
donde Φ (= .) 2 N (.) − 1 y N (.) es la función de distribución de la normal estándar con
varianza unitaria. La constante depende de la calificación inicial, pero no es una cuestión
relevante aquí.
1año −1
pT = 1 − Φ Φ (1 − p1 )
T
donde Φ −1 es la función inversa de Φ con Φ −1[Φ ( p )] = p . Dada una probabilidad
anual de impago p1, esta fórmula permite calcular la probabilidad de impago pT del
mismo emisor, a lo largo de un intervalo temporal de amplitud T, incluyendo el efecto de
fluctuación de la calificación.
8.13 El mismo modelo conduce a una fórmula aproximada para la varianza anual de los
rendimientos asociada al riesgo de crédito:
1año b
c −
T
( )
c 2b log p1 + c c
σ 2
credito ≈ ⋅e
T
con b = 2,37 y c = 0,85. Esta fórmula cuantifica el riesgo de crédito de un bono como una
función de su plazo medio hasta el vencimiento y de la probabilidad anual actual de
impago del emisor, p1.
8.14 A modo de ejemplo, consideremos dos bonos calificados BBB. A uno le queda un periodo
de maduración de T = 1 año, mientras que el otro tiene un periodo de maduración de T = 5
años. El emisor tiene actualmente una probabilidad anual de impago de p1 = 0,002 = 0,2%.
Utilizando la fórmula de más arriba, el bono de 1 año tiene un riesgo de crédito de
σ credito = 0, 002 del valor del activo = 4,5% del valor del activo. Para el bono de 5 años
obtenemos un riesgo de crédito de σ credito = 18,3% del valor del activo. Este valor más alto
refleja el riesgo adicional debido a la fluctuación de la calificación que se espera a lo largo
de los últimos 4 años del periodo de maduración de 5 años.
8.15 Para una cartera de diferentes bonos corporativos existen efectos de diversificación, los
cuales están limitados por el hecho de que los impagos pueden estar correlacionados,
dependiendo de la proximidad geográfica o económica de los diferentes emisores. En
general, las frecuencias de impago dependen también de los ciclos económicos mundiales.
En tiempos de dificultades económicas, muchas compañías sufren simultáneamente
reducciones de su calificación crediticia o incluso impago. Puede haber una cadena de
reacciones en caso de impagos. Las estadísticas revelan que las frecuencias anuales de
impago muestran un nivel de volatilidad más alto que el que se espera en un escenario
puramente estocástico de Poisson.
8.16 Se propone un modelo simple y conservador para la diversificación. Los riesgos de crédito
σ credito ,i de todos los bonos se calculan con la fórmula expuesta más arriba. El riesgo
máximo, para el caso de dependencia total, es
2
σ 2
credito ,max = ∑ σ credito ,i
i
8.17 En caso de no dependencia tenemos:
σ credito
2
= ∑ σ credito
2
,i
i
8.18 Siendo conservadores, asumimos que la mejor diversificación puede ser aproximada por
coeficientes de correlación de 0,5. El riesgo de crédito de una cartera de bonos es, por
tanto
α α
2
σ
= 2
credito
2
∑σ
i
2
credito ,i + − 1 ∑ σ credito ,i
2 i
donde α es el grado estimado de diversificación. Los bonos de un mismo emisor tienen α
= 0, y una cartera de bonos óptimamente diversificada tiene α = 1.
9.2 Si, al valorar los activos y las obligaciones del asegurador en concordancia con un enfoque
de balance total, los flujos de caja futuros que se derivan de la póliza se determinan en
términos de valor actual utilizando tantos de rentabilidad netos del riesgo de crédito,
entonces el valor actual de las obligaciones derivadas de la póliza que así se obtenga
incluirá una provisión para el riesgo de crédito por la duración total de las obligaciones.
9.3 El valor de esta provisión para el riesgo de crédito puede estimarse por medio de la
determinación del diferencial de crédito inherente a los rendimientos de las futuras
reinversiones. Debe prestarse cuidado para evitar la doble contabilización de la provisión
por el riesgo de crédito Tipo A en las obligaciones y en los activos actuales. Así mismo,
debe constituirse una provisión apropiada para el riesgo de crédito Tipo B. Si el diferencial
de crédito que se asume para el futuro refleja solamente las pérdidas esperadas o la
posición actual en el ciclo de crédito, podría ser insuficiente para propósitos de solvencia.
11.2 Los enfoques estandarizados para evaluar el riesgo de mercado Tipo B podría incluir (de
lo simple a lo más sofisticado):
(1) Cuando no sea posible calcular directamente el valor actual de los flujos de caja
futuros derivados de las obligaciones, la consideración del riesgo de crédito Tipo B
puede realizarse aproximadamente aplicando un factor a las obligaciones derivadas de
la póliza del negocio de largo plazo. Estos factores tendrán que ser elaborados a la
medida de las circunstancias de un supervisor individual y de la estructura de su
información financiera en relación con estas obligaciones.
1.3 Se constituyó una Comisión Real para investigar las causas de la quiebra. En abril de
2003, el Comisionado Real presentó su informe sobre los motivos del colapso con
recomendaciones para minimizar la posibilidad de que se produjesen situaciones
similares en el futuro. Su informe destacó como principal causa de la quiebra un error de
gestión, por el que no se cubrieron suficientemente los pasivos pendientes, resultado de
una “fe ciega” en el liderazgo y de un método agresivo para conseguir crecer. Sin
embargo, el informe y la declaración de testigos ante la Comisión proporcionan una
visión más detallada que se expone a continuación.
Aspectos relevantes:
1.4 En primer lugar, HIH tenía una singular combinación de negocio. En sus carteras
predominaban distribuciones más arriesgadas y de cola más larga que la media del
mercado, a pesar de ciertos intentos más recientes de incrementar la relevancia de los
negocios de cola más corta. Esto junto con la elevada volatilidad de los resultados
acentuaron el riesgo de quiebra.
1.5 HIH fue creada y dirigida durante muchos años por un director general decidido y
orientado a la consecución de objetivos. En las investigaciones de la Comisión Real, se
puso de manifiesto que si bien durante los primeros años de historia de la compañía, la
gestión del director general dio muy buenos resultados, también había favorecido algunos
de los problemas más recientes.
1.6 En 1999, HIH completó la absorción de otro importante asegurador australiano de no-
vida, FAI Insurance. Se sabe que el precio pagado por FAI fue sustancialmente superior
al valor neto de sus activos. Efectivamente, a posteriori se han encontrado claros indicios
de que, en el momento de la absorción, FAI era técnicamente insolvente. En el proceso de
absorción no se tomaron las debidas diligencias.
1.7 Las pruebas presentadas a la Comisión Real sobre prácticas de gestión y de constitución
de reservas para siniestros plantearon cuestiones como el nivel de objetividad aplicado y
el nivel de prudencia. Los directores de HIH argumentaron que el programa externo de
1.8 La Comisión encontró una serie de conexiones entre el auditor externo de la compañía y
HIH. Por ejemplo, el director financiero de la compañía en el momento de la quiebra
había sido anteriormente un socio mayoritario del auditor, al igual que varios miembros
del consejo de administración, incluido su presidente. Estas relaciones hicieron cuestionar
el nivel de independencia y, por lo tanto, de eficacia, del auditor.
1.9 HIH fue el principal cliente del actuario externo que examinaba sus carteras de
siniestralidad de cola larga. El importe que facturaba a la compañía por su trabajo
representaba la mayor parte de su ingreso anual. Esto puso en tela de juicio cualquier
informe, teniendo en cuenta el nivel de independencia del actuario.
1.10 La Comisión Real descubrió una significativa escasez de datos para estudios actuariales,
contables y de suscripción. Toda falta de información fiable habría originado
inevitablemente un incremento del grado de subjetividad en la toma de decisiones
importantes.
1.11 En los últimos años de vida de la compañía, ésta tomó parte en acuerdos de “reaseguro
financiero” que, fácilmente se podía demostrar, no suponían una transferencia de riesgo
(debido a la existencia de “cartas complementarias” que excluían todo tipo de
indemnizaciones), y, por lo tanto, en realidad eran préstamos. Si bien se podría
argumentar que estos acuerdos no hacían más que retrasar lo inevitable, parece que al
menos han incrementado la cuantía del déficit final.
1.12 El carácter ambicioso del modelo de gestión creó una fuerte “gama alta” de resultados (es
decir, escritos) que pueden haber incrementado la importancia de contar con reservas
adecuadas y reducido la necesidad de proteger los resultados de “gama baja” (es decir, el
beneficio neto).
1.13 Aunque la Comisión Real absolvió claramente al inspector, APRA, de ser directamente
responsable del colapso, el informe descubrió una serie de áreas en las que faltaba el
acceso de APRA a datos relevantes y a otra información y esto, a juicio del Comisionado,
originó el retraso en la intervención.
1.14 Resultó que el Gobierno había estado investigando una serie de aspectos de las
operaciones de HIH, no siendo las menos las filiales en el extranjero y la suscripción de
nuevas líneas de negocio.
1.17 Independent Insurance era una compañía peculiar en cuanto a que desde su salida a Bolsa
en 1993 había incorporado la valoración de un actuario sobre la adecuación de las
reservas en sus cuentas públicas. Esto no es obligatorio en el Reino Unido y hasta la
fecha sólo unas pocas compañías tienen esta práctica.
1.18 A finales de los noventa se produjeron una serie de cambios en el marco legal que
conllevaron un incremento en los costes de las indemnizaciones por siniestros. Esto
afectó al pasivo total del mercado asegurador.
1.19 En mayo de 2001, los asesores actuariales de la compañía, tras encontrar siniestros que no
se habían registrado en los sistemas contables de la compañía, avisaron al consejo de
administración de Independent de que no podrían realizar una evaluación actuarial
precisa de sus reservas. En junio de 2001 se inició la liquidación provisional de la
compañía.
1.20 La Brigada contra el Fraude británica está investigando las circunstancias que rodearon la
quiebra de la compañía y, por lo tanto, pasará algún tiempo hasta que sea posible conocer
todos los detalles.
1.21 En la prensa se publicó que al parecer había importantes contratos de reaseguro que
habían sido firmados por el director general sin el pleno conocimiento del consejo de
administración.
Razones:
• Crecimiento rápido
• Reservas insuficientes
• Tarificación inadecuada
• Cambios en el marco legal y en las indemnizaciones
• Gobierno corporativo ineficiente
Señales de alarma:
• Director general dominante
• Flujos de caja negativos
• Ventaja comparativa no identificable.
♣
Nota de los traductores: OMO es el acrónimo de Open Market Options.
1.24 En ese momento, la Society consideraba que estas pólizas ofrecían un nivel mínimo
garantizado de prestación líquida y un nivel mínimo garantizado de renta para proteger a
los asegurados frente a tipos de interés muy elevados o muy bajos. Asimismo, pensó que,
cuando los tipos de interés fuesen normales, las tarifas de bonificación podrían ajustarse
para evitar que alguna de estas garantías supusiese un coste importante para el fondo con
participación en beneficios. Las bonificaciones consistían en una serie bonificaciones
regulares y una bonificación final cuando se percibiese la renta.
1.25 En 1988 la Society dejó de ofrecer los GAR, sin embargo las pólizas GAR existentes
tenían el derecho a invertir nuevas primas en sus contratos vigentes (opción sin límite).
1.26 A finales de 1993 los tipos de interés de las rentas cayeron por debajo de los garantizados
en la mayoría de las pólizas GAR. La Society declaró bonificaciones finales con lo que el
valor de las prestaciones totales, incluyendo el valor de la renta garantizada, fue en
general igual a la participación teórica de cada póliza en el fondo con participación en
beneficios (“cuota de activo”). Con tipos de interés de rentas más bajos, la opción de
percibir una pensión con el tipo garantizado de la renta tenía un gran valor. Si un
asegurado decidía no escoger una opción GAR, prefiriendo la flexibilidad de una opción
alternativa, entonces las prestaciones eran de menor valor. La Society consideró que la
cuota de activo debería entregarse con independencia de la opción seleccionada. Esto
ocasionó que el tanto de bonificación final para los asegurados que percibieron la opción
GAR fuese inferior que para aquéllos que no utilizaron dicha opción.
1.29 La decisión de la Cámara de los Lores incrementó los problemas de la compañía puesto
que dictaminó que la Society no podría aplicar una política de bonificación diferente
entre los tomadores de las pólizas GAR y no-GAR.
1.30 La posición de solvencia de Equitable y las decisiones para cumplir con la prudencia
exigida por el organismo regulador FSA (Financial Services Authority) cambió
drásticamente tras el dictamen de la Cámara de los Lores. Entonces, FSA tuvo que decidir
entre cerrar Equitable al nuevo negocio o permitirle intentar vender la compañía en
funcionamiento. El principal objetivo del organismo regulador era proteger los intereses
de los actuales tomadores de pólizas asegurando que Equitable seguiría siendo solvente y
capaz de hacer frente a sus compromisos. FSA opinó que la estrategia de Equitable de
buscar un comprador era probablemente lo mejor para los tomadores de pólizas.
Equitable dijo, y FSA aceptó, que una venta permitiría a Equitable acceder a los fondos
suficientes para reembolsar las bonificaciones de siete meses retenidas como reacción al
1.32 Las personas que tenían pólizas con participación en beneficios de Equitable Life que
seguían en vigor el 8 de febrero de 2002, fecha en que se inició el Convenio (Scheme of
Arrangement) de Equitable, están cubiertas por las condiciones de dicho convenio y por
lo tanto, no pueden presentar reclamaciones por venta engañosa.
1.33 Una primera resolución del defensor financiero (Financial Ombudsman) de mayo de
2003 encontró que los reclamantes habían sido asesorados de forma negligente y
engañosa. Equitable Life apeló y el defensor está ahora elaborando una decisión final a la
luz de valoraciones legales sobre cómo enfocar la reparación.
1.34 Una decisión clave prevista para el último trimestre de 2003 es el fallo del defensor
financiero sobre cinco casos de venta engañosa relacionados con personas que compraron
pólizas entre septiembre de 1998 y julio de 2000, mes en que se hizo pública la decisión
de la Cámara de los Lores.
Reputación de Equitable
1.35 La Society tenía un historial envidiable de ofrecer a sus socios un servicio con buena
relación coste-beneficio. No pagaba comisiones a intermediarios y sus técnicas de
administración se consideraba que estaban entre las mejores del sector. Como la Society
no pagaba comisiones a intermediarios, es posible que muy pocos intermediarios hiciesen
un análisis comparativo entre la Society y otras compañías análogas, y por lo tanto, la
Society pudo adoptar políticas y prácticas que no predominaban en el sector.
1.40 La Asociación del Seguro de Vida de Japón (Life Insurance Association) estableció una
nueva compañía (es decir, Aoba Life Insurance Company), y le transfirió en bloque
contratos de seguro. Entonces, se redujo el tipo de interés garantizado. Aoba Life recibió
una ayuda financiera de 200 billones de Yenes del Fondo para la Protección del Tomador
de Pólizas del Sector del Seguro de Vida (The Life Insurance Industry’s Fund for
Policyholder Protection). En noviembre de 1999, Aoba Life fue vendida a una filial de
Althemis, Francia. Después de este caso, la publicación del margen de solvencia se hizo
obligatoria.
1.42 La Taisei se fusiona con la Sompo Japan Insurance Inc.; la segunda compañía de seguros
no-vida más grande de Japón, en diciembre de 2002 después de liquidar el negocio de
reaseguro. La Taisei recibió una ayuda financiera de 5,3 millones de Yenes de la
Corporación para la Protección de los Tomadores de Pólizas de Seguros No-Vida de
Japón.
1.44 Quizás un análisis más útil consistiría en destacar la falta de información relevante como
medio de precipitar la clase de decisiones mal fundamentadas que parecen haber
conducido a la mayoría, si no a la totalidad, de los ejemplos de compañías en quiebra.
1.2 El siguiente ejemplo utiliza la analogía del lanzamiento de un dado para ayudar a explicar
la incertidumbre de los resultados en todos los contratos de seguro y la justificación de la
necesidad de cobertura de capital que esto genera para el negocio.
1.6 Este es el momento de presentar nuestro ejemplo. Ayuda a los no familiarizados con las
particularidades de los contratos de seguros y la gestión del riesgo a entender cómo se
calcula la cuantía “correcta” de capital por el consejo de administración y los altos
directivos de la empresa.
Ejemplo
2.2 ¿Cuál es la probabilidad de que el coste total de los siniestros sea superior a 250$?
2.3 Cuanto mayor sea la cuantía de la provisión, mayor será la probabilidad de que haya
fondos suficientes para hacer frente al pago de los siniestros.
Niveles de reservas - IBNR conocidas como “ocurridos pero no comunicados” o
cuantía de la indemnización (antes de lanzar el dado)
Probabilidad de Dólares
suficiencia (PoS) Nivel necesarios
50% Estimación central/media 250$
75% Mínimo exigido por el supervisor en el ejemplo 262$
90% Norma de la compañía en el ejemplo 272$
2.5 Esta cuantía es superior a la que el inspector de seguros consideraría como un mínimo
absoluto para la gestión segura del negocio, y coherente con lo que la compañía estima
como “propensión adecuada al riesgo”.
Niveles de reservas
(Después de 50 lanzamientos)
Supongamos que después de 50 lanzamientos tenemos:
Beneficio declarado
3.4 Prima = 300$
Las indemnizaciones actuales son 105$ comparadas con las esperadas de 125$
Por lo tanto el beneficio después de los primeros 50 lanzamientos
= 300-(105+272/2)
= 59
3.5 Por lo tanto, es evidente que el resultado alcanzado ha sido mejor que el esperado. Ya no
existe incertidumbre sobre los resultados de los 50 lanzamientos que hemos hecho, con lo
que podemos reconocer sin riesgo el beneficio relativo a esos lanzamientos clasificándolos
en los tres tipos de la tabla anterior.
Niveles de reservas
(Después de 100 lanzamientos)
3.6 Supongamos que después de 100 lanzamientos tenemos:
RESULTADO FRECUENCIA INDEMNIZACIONES $
1 10 10
2 10 20
3 20 60
4 20 80
5 18 90
6 22 0
100 260
Niveles de reserva
3.8 Primas devengadas por 100 lanzamientos = 300$
Las indemnizaciones reales son 260$ comparadas con 250$ de las esperadas
Por tanto, el beneficio después de 100 lanzamientos
= 300 – 260
= 40
El beneficio/(pérdida) obtenido de los 100 lanzamientos fue
50 beneficio esperado
(10) Pérdida “no esperada” (250-260)
= 40
3.9 Nótese que el resultado de los 50 segundos lanzamientos fue una pérdida de 19 ya que
40 - 59 = (19)
3.10 Por lo tanto, como seguramente habremos utilizado ya el beneficio obtenido con los
primeros 50 lanzamientos, ahora debemos recurrir a nuestro capital para hacer frente a las
pérdidas de los 50 segundos lanzamientos. (Naturalmente, si hubiésemos sido prudentes,
parte de nuestro beneficio de los primeros 50 lanzamientos podría haber reforzado nuestro
capital).
4.3 Por lo tanto, el posible importe de los fondos que necesita el asegurador es, en principio,
PoSPasivo + MCR = Total de los fondos necesitados
75% 262+ 100 = 362
90% 272+ 100 = 372
4.5 Nótese que esto refleja la posición de cobertura del capital mínimo
4.7 “Por lo tanto, el asegurador probablemente necesite más capital, ya que la probabilidad de
quiebra le parecerá demasiado elevada a un consejo de administración prudente. Una
alternativa que puede considerarse más eficiente es el uso del reaseguro. Extenderemos
nuestro ejemplo con el fin de ilustrar el valor del reaseguro en la reducción del riesgo del
asegurador”.
G.5 Reaseguro
5.1 Ejemplo-reaseguro
• Si el coste total de los siniestros excede los 362$, un asegurador que opere al 75% PoS
quebrará (372$ para 90% PoS).
• El inspector pedirá que se pongan en marcha garantías para evitar esto, por tanto hay
que acudir al reaseguro.
• Si el reasegurador está de acuerdo en pagar todas las indemnizaciones por encima de
362$ a cambio de 38$, o todos los siniestros por encima de 372$ a cambio de 36$,
¿cuál es el resultado?
BFCIO. BFCIO.
NIVEL DE ESPERADO COSTE DEL ESPERADO RoC
PoS
CAPITAL ANTES REASEGURO DESPUES ESPERADO
REASEGURO REASEGURO
75% 62 50 38 12 19%
90% 72 50 36 14 19%
5.2 Hay que destacar que el rendimiento sobre el capital es ahora mucho más pequeño que en
nuestro ejemplo sin reaseguro. Sin embargo, es todavía mejor que el rendimiento que
habríamos obtenido si hubiésemos aumentado la cobertura de capital al nivel
sustancialmente superior que habría anulado de forma efectiva el riesgo de quiebra (sin el
reaseguro).
G.6 Resumen
6.1 Este sencillo ejemplo muestra:
• los niveles de las reservas;
• los requisitos de capital;
• las primas cobradas;
• los beneficios proyectados;
• el rendimiento esperado sobre el capital; y
• las necesidades de reaseguro.
• Todos INTERRELACIONADOS en su influencia sobre la posición financiera total de
un asegurador.
6.2 El ejemplo también demuestra cómo los riesgos inherentes al negocio del seguro originan
un conjunto diferenciado de decisiones de gestión relacionadas con el equilibrio entre el
riesgo y el rendimiento sobre el capital invertido.
1.2 Dado que, en los modelos internos, la distribución del resultado X puede ser bastante
complicada, será útil desarrollar un modelo básico de la distribución del resultado,
identificando las aproximaciones que se utilicen para ello. La función cumulante de X es
ϕ x (t ) =ln E (e tX ) .
1.3 La función cumulante es única para cada distribución y la caracteriza. Puede escribirse
mediante el desarrollo en serie
t2 t3 t4
ϕ x (t ) = µt + σ 2 +κ 3 +κ 4 +
2 3! 4!
1.5 Con todos los cumulantes de orden superior iguales a 0. Por lo tanto, la distribución
Normal puede considerarse una aproximación de primer orden de la “verdadera”
distribución.
1.6 Aplicando esta idea a todos los componentes del riesgo, así como al riesgo agregado, se
obtiene la distribución Normal multivariante que sirve de aproximación de primer orden o
modelo básico.
1.7 El error cometido con la aproximación puede medirse analizando el valor de los
cumulantes de orden superior o por otros métodos. Por ejemplo, uno de estos métodos
consiste en obtener límites superiores para el error en las magnitudes más importantes,
tales como las medidas de riesgo, cuando la media y la varianza están fijadas pero los
cumulantes de orden superior son desconocidos. Hay una teoría bien desarrollada para
encontrar estos límites superiores. No está previsto que estos límites se utilicen en la
práctica. Sin embargo, al supervisor le resultan útiles para evaluar el error máximo en el
que es posible incurrir al utilizar un modelo relativamente simple como modelo básico.
1.8 Si X1, X2, …, Xn, siguen una distribución Normal multivariante (o el modelo Normal se
utiliza como primera aproximación), el modelo está completamente especificado por su
vector de medias y su matriz de covarianzas:
σ 12 ρ12σ 1σ 2 ρ1nσ 1σ n
ρ12σ 1σ 2 σ 22 ρ 2 nσ 2σ n ,
ρ σ σ
1n 1 n ρ 2 nσ 2σ n σ n2
n
1.10 La desviación estándar de la distribución agregada es σ = ∑ρ
i , j =1
ij σ iσ j .
1.12 En la práctica, es necesario identificar las dos fuentes principales de error. En primer
lugar, cuando el modelo Normal se utiliza como modelo básico para representar la
“verdadera” distribución, pueden producirse errores. Las verdaderas distribuciones de
probabilidad asociadas a riesgos concretos pueden ser bastante diferentes de la
distribución Normal. Aunque la distribución Normal es ampliamente utilizada en teoría
financiera, resulta frecuente que los sucesos extremos observados sugieran una cola más
larga para la distribución que la que tiene la distribución Normal. También se observan
colas más pesadas en las distribuciones de la pérdida de muchas líneas de seguros,
especialmente en las áreas de propiedad-responsabilidad. Las medidas de riesgo típicas,
como la desviación estándar o el VaR, pueden infraestimar considerablemente el
verdadero riesgo si el verdadero modelo es muy distinto a la distribución Normal. En
segundo lugar, cuando las distribuciones marginales de varios riesgos se combinan en una
distribución multivariante, la correlación lineal utilizada en la distribución Normal puede
no resultar adecuada para recoger las interacciones combinadas en las colas extremas de la
distribución, ya que la correlación Normal describe el grado de linealidad de la relación
entre dos riesgos para todo el rango de las distribuciones, y no se centra especialmente en
las colas, que es el área de interés de los supervisores.
1.13 Un marco para la supervisión puede tener en cuenta los errores descritos en los apartados
anteriores de varias formas,
a) Exigiendo un múltiplo (ej. el 150%) del capital resultante de aplicar un modelo
específico. Esto proporciona un colchón para el “error del modelo”.
b) Incorporando directamente en las hipótesis, en los parámetros y en las correlaciones del
modelo básico, algunos elementos conservadores.
2.2 Cuando la desviación estándar se utiliza como medida del riesgo y el requisito de capital
indicado es un múltiplo de la desviación estándar
c j = kσ j ,
2.5 En la práctica, los riesgos de los seguros y de las inversiones frecuentemente se desvían de
las hipótesis de la distribución Normal multivariante, y las medidas de riesgo básicas
resultan menos efectivas. Las críticas más habituales de las medidas de riesgo basadas en
la distribución Normal son,
2.6 Con el fin de abordar algunos de estos problemas, se han desarrollado herramientas
analíticas que permiten superar los anteriores inconvenientes de las medidas básicas del
riesgo para las distribuciones no-Normales, mientras que se mantiene el modelo básico
para los riesgos con distribución Normal.
2.7 Un ejemplo de una de estas medidas coherentes del riesgo que permite extender la
desviación estándar para riesgos no-Normales es la Trasformación de Wang. Para un
riesgo con una distribución F(x) de la pérdida, la Transformación de Wang
F * ( x) = Φ[Φ −1 ( F ( x)) − λ ] da una función transformada, donde Φ es la función de
distribución de la Normal estándar. La Transformación de Wang de una distribución
Normal con media µ y desviación estándar (volatilidad) σ, es otra distribución Normal
pero con media µ + λσ y la misma desviación estándar, σ. En este caso, la media de la
distribución transformada µ + λσ es la medida del riesgo o capital exigido.
X j =e j ⋅Y j
20
Ver Artzner, Ph 1991 Application of coherent risk measures to capital requirements in insurance. NAAJ 3, Nov 2, 11-
25t.
3.3 Generalmente, esto no se cumple. Es cierto para algunos tipos de riesgos pero la base del
seguro es la ley de los grandes números, donde la idea esencial es que la propiedad de
homogeneidad NO se cumple (ej. si los capitales en riesgo en el seguro de incendio se
incrementan debido a un aumento del número de pólizas). La expresión anterior debería
modificarse convenientemente. En consecuencia, todas las consideraciones siguientes
(excepto como aproximaciones) se cumplen sólo si se verifica la propiedad de
homogeneidad.
3.4 Esto se puede justificar fácilmente considerando un cambio de moneda. A partir de esto, se
obtiene que,
∂c
∑ ∂e ⋅e
j
j =c.
j
4.2 En la práctica, la mayoría de las funciones del capital serán funciones no lineales de las
variables que miden la exposición y probablemente se definirán como modelos
informáticos más que como expresiones analíticas. Dado que la implementación
informática de la función del capital puede ser difícil y costosa, resultará conveniente
disponer de expresiones analíticas para aproximar el capital en un entorno del punto
objetivo e10 ,e20 , . Un sencillo desarrollo en serie de Taylor sobre este punto es,
∂c
c (e1 ,e2 ,,en ) =c(e10 ,e20 ,) + ∑ ⋅(e j −e0j ) +tér min os de segundo orden y sup erior ,
j ∂e j
0
∂c 0 ∂c
=[c(e10 ,e20 ,) − ∑ ⋅ e j ]+ ∑ 0 ⋅ e j +tér min os de segundo orden y sup erior.
j ∂e j
0
j ∂e j
1 ∂ 2c 2
rij =
2 ∂ei0∂e0j
en un entorno del punto objetivo. Esto está en la misma línea que la fórmula básica
propuesta anteriormente.
6.1 Un artículo 21 muestra que en los riesgos que siguen una Normal multivariante, la
aproximación cuadrática es exacta para una medida de riesgo como la desviación estándar
o el TVaR. En este caso, los términos de rij son los coeficientes de correlación lineal.
1 ∂ mc m
c m (e1 ,e2 ,,en )= ∑ ⋅ei ei eim +tér min os de orden m + 1 y sup erior.
m! i1i2im ∂ei01 ∂ei02 ∂ei0m 1 2
7.2 Claramente, se pueden realizar también aproximaciones de orden superior. Sin embargo,
hasta el momento no se conoce el beneficio de aplicar aproximaciones de orden superior a
la cuadrática.
21
H. Panjer, “Measurement of risk, solvency requirements and allocation of capital within financial conglomerates”.
Institute of Insurance and Pension Research, University of Waterloo, 2002.
I.1 Introducción
n
1.1 Supongamos que el riesgo total x de la compañía se puede representar como x = ∑x
j =1
j (es
1.4 Hay que tener en cuenta que en un ajuste Normal multivariante, las variables xj son
asintóticamente independientes si las correlaciones lineales son inferiores a uno. 22 Por lo
tanto, es recomendable recoger de manera diferente las dependencias en el ajuste
anteriormente propuesto. En este sentido, las cópulas constituyen un marco adecuado. 23
1.5 Los siguientes párrafos recogen una revisión matemática breve, que también se encuentra
con más detalle en el Apéndice H. Es importante destacar que en este apéndice
describimos de forma más intuitiva cómo funcionan las cópulas y por qué constituyen un
enfoque alternativo para describir dependencias.
1.6 Una cópula n-dimensional es una función de distribución n-dimensional con distribuciones
marginales uniformes. La estructura de dependencia entre x1, …, xn queda recogida en C si
la función de distribución F de x1, …, xn viene dada por
F ( x1 ,, xn ) = c( F1 ( x1 ),, Fn ( xn ))
1.7 Los cuatro gráficos que aparecen a continuación ayudan a ilustrar el concepto de cópulas.
El gráfico I.1 muestra un ejemplo de dos variables aleatorias x1, x2 cada una con una
distribución marginal uniforme. Las trayectorias conjuntas simuladas están dispersas por
22
Ver página 19 de P. Embrechts, F.Lindskog, A. McNeil, Modelling Dependence with Copulas and Applications to Risk
Management, Sept. 2001, www.risklab.ch/Papers.html#MTLindskog .
23
Para una introducción y un desarrollo completos de las cópulas, ver los artículos de Embrechts et al (op cit) y P.
Embrechts, A. McNeil, D. Straumann, Correlation and Dependence in Risk Management: Properties and Pitfalls, RiskLab
Research papers, Dept. Math. ETH Zürich, Agosto 1999, www.risklab.ch/Papers.html#Pitfalls que también se utiliza como
referencia importante en este apéndice.
0.8
0.6
0.4
0.2
1.8 El otro extremo para el resultado conjunto de dos variables uniformes se daría si la
realización de x1 predeterminase la realización de x2. Por ejemplo, en el gráfico I.2, x1= x2.
En este caso, las dos variables aleatorias muestran una dependencia total.
0.8
0.6
0.4
0.2
1.10 En el gráfico I.4 se muestra la aplicación de una cópula a dos riesgos x1 x2 que son más
representativos de los datos reales que los del gráfico I.3. Ahora, en este gráfico, los ejes
recogen valores monetarios reales.
1.12 En los siguientes epígrafes de este apéndice así como en las referencias ya citadas, se da
más información relativa al marco teórico de las cópulas.
2.2 Una cópula es una función que asocia los cuantiles de una variable aleatoria a los cuantiles
de otra variable aleatoria.
2.3 Definición: una cópula n-dimensional es una función de distribución c :[0,1]n →[0,1] con
distribuciones marginales uniformes. La estructura de dependencia entre x1, …, xn queda
recogida en C si la función de distribución F de x1, …, xn viene dada por
F ( x1 ,, xn ) = c( F1 ( x1 ),, Fn ( xn ))
donde Fj es la función de distribución marginal de xj. En otras palabras, la distribución
conjunta de los cuantiles de x1, …, xn viene dada por C.
2.4 Supongamos ahora que la dependencia entre x1, …, xn viene dada por una cópula C y que
cada xj puede representarse adecuadamente mediante un modelo (es decir, conocemos las
funciones de distribución marginales Fj). Además, suponemos que disponemos de un
k k
algoritmo para simular vectores aleatorios independientes ( u1 , , un ), k = 1, 2, …, de C.
Entonces, F1−1 (u1k ) + + Fn−1 (unk ) son trayectorias aleatorias independientes de X y de esta
forma hemos obtenido un modelo para X.
2.6 Las dependencias en la cola pueden determinarse directamente a partir de la cópula para
x1, y x2.
2.7 Dado que las cópulas describen la dependencia entre variables a partir del valor de los
cuantiles, se verifica la siguiente propiedad:
3.2 Si x1, …, xn son variables distribuidas según una normal multivariante con matriz de
correlación R, entonces su cópula es cRGauss .
3.3 Es importante destacar que las cópulas de Gauss no son un modelo adecuado para la cola
de la distribución de X. De hecho, si la correlación Rij ≠1 , entonces las dependencias de la
cola entre xi y xj son cero. 24
T-cópula
3.4 Con el fin de superar esta limitación de las cópulas Gaussianas, se podrían utilizar las t-
cópulas. De la misma manera que las cópulas Gaussianas, están parametrizadas por una
“matriz de correlación” pero tienen un parámetro adicional de control de las dependencias
en las colas. El caso límite cuando V →∞ es la correspondiente cópula Gaussiana.
3.5 Supongamos que las variables Y1, …, Yn siguen una distribución normal multivariante con
matriz de correlación R, y que S es una variable con distribución χν2 . Sea tνn, R la función
24
Ver página 19 de P. Embrechts, F.Lindskog, A. McNeil, Modelling Dependence with Copulas and Applications to Risk
Management, Sept. 2001, www.risklab.ch/Papers.html#MTLindskog .
3.7 Con el fin de agregar modelos para x1, …, xn con una t-cópula, necesitamos un algoritmo
para generar trayectorias independientes (u1, …, un )de tνn, R . Un algoritmo posible es:
• Encontrar la descomposición de Cholesky A de R.
• Simular n números aleatorios independientes z1, …, zn de la distribución normal
estándar.
• Simular un número aleatorio s de la χν2 independiente de z1, …, zn
• Hacer X = ν / s ⋅ AZ
• Hacer u j = tν ( x j ), j =1,,n
Cópula comonotónica:
3.9 La cópula comonotónica asegura que los riesgos siempre se mueven en la misma
dirección. Esta es una especie de “caso peor” para los aseguradores. Como tal, los
resultados proporcionan un límite superior del requisito de capital ya que los cuantiles
(VaR) y TailVaR que miden el riesgo son aditivos. El caso particular de la distribución
Normal multivariante surge cuando se supone una correlación igual a 1 entre riesgos.
Balance total El requisito de balance total es la suma tanto del pasivo exigible
como del requisito de capital para la solvencia basado en valores
realistas. La aplicación del requisito de balance total permite que
la evaluación de la solvencia sea relativamente independiente del
sistema contable.