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Bendición o signación.

De latín “Signum”, es decir, “señal”, “clave”, “símbolo”, “signo”.


Este gesto consiste en señalar o marcar una persona un
objeto con la cruz, signo de nuestra salvación.
El rito designación aparece los sacramentos del bautismo y la
confirmación el orden sacerdotal y la unción de enfermos.
Particularmente significativo, es el rito en el que aquel que va
a ser bautizado es signado por primera vez con la señal de la
cruz, por el sacerdote, sus papás y padrinos. La cruz es la
señal de los cristianos un gesto que nos identifica y expresa
nuestra fe en el Misterio Pascual.
Beso al altar
Al concluir la procesión de entrada el celebrante besa el altar
también lo hace al final de la celebración eucarística. Este es
un gesto y signos de veneración, afecto, respeto, saludo y
homenaje. En la liturgia el beso es un signo de devoción que
se da el altar, a la cruz las reliquias y las imágenes de culto
como por ejemplo el día de Navidad o el viernes Santo.
Beso al evangeliario
El sacerdote besa también eleccionario o el evangeliario,
después de la proclamación del evangelio. Besar el evangelio
es un gesto de fe en la presencia de Cristo que se nos
comunica como palabra verdadera.
Caminar
Al estar de pie y al camino y el caminar son gestos que
expresan la declaran dignidad de los hijos de Dios, que han
recibido la Vida nueva por la resurrección de Jesús.
Caminamos junto con la comunidad, pero al mismo tiempo lo
hacemos individualmente. El gesto simboliza el camino hacia
un banquete más grande y definitivo: el banquete del Reino
de los Cielos.
Comulgar
El sacerdote, después de haber comulgado, toma la patena o
el copón, se acerca los que van a comulgar y él les presenta
la Hostia consagrada, mientras dice a cada uno: “el cuerpo de
Cristo”. El que va a comulgar responde: “Amen” que significa
“verdaderamente” “así es”, así lo creo.
Concelebración
Este gesto es una apropiada manifestación de la unidad de
sacerdocio ministerial y de un único sacrificio que es ofrecido
al padre por todo el pueblo de Dios.
En el ritual, la concelebración está prescrita en la ordenación
de un obispo y de un presbítero, así como en la bendición de
un Abad. Especialmente significativa es la concelebración en
la Misa Crismal del jueves Santo; el Obispo se reúne con todo
el presbiterio de su diócesis y con representantes o
delegados de todas las parroquias la concelebración es un
gesto que ha de realizarse cuántas veces los sacerdotes se
encuentren con su obispo
De pie
Es una postura muy común en las celebraciones litúrgicas. Es
signo de libertad y respeto, pero también expresa la
disponibilidad, atención y decisión del cristiano para poner en
obra aquello que ha escuchado o poner en práctica lo que se
le encomienda. Estar de pie es un signo que expresa
compromiso y aceptación de una misión evangélica.
De rodillas
Este gesto tiene diversos significados:
 Puede ser utilizado como un gesto que expresa
penitencia y reconocimiento del propio pecado
 Es un gesto de adoración sumisión y dependencia
delante de Dios
 Es una postura corporal que favorece una oración con
centrada e intensa.
Elevación
Antes de pasar al momento de la comunión el sacerdote
vuelve a levantar la hostia y el vino consagrados, es decir, el
cuerpo y la sangre de Jesús. El sacerdote ofrece a Dios
padre el mejor Don qué es Jesús mismo. Junto con la
consagración este es uno de los momentos más importantes
de la misa.
Fracción del pan
Este signo de partir y repartir el pan tiene referencia con la
pasión de Cristo, porque el pan que vamos a recibir es el
cuerpo de Cristo que ha sido entregado. Por otro lado la
fracción del pan es un signo de unidad fraternal por el hecho
de que un solo pan se distribuye entre los hermanos.
Genuflexión
Es una palabra compuesta que viene del latín “genu”, que
significa “rodilla” y “flexio”, que significa “doblez”. Es un gesto
de reverencia que consiste en doblar la rodilla derecha hasta
la tierra para mostrar adoración, su misión, reconocimiento y
obediencia.
Golpe de pecho
En la sagrada escritura, el golpearse el pecho, desde tiempos
muy antiguos, expresa la necesidad de cambio, de
conversión. Este gesto de golpearse el pecho significa que
reconocemos humildemente que hemos pecado y expresa
también nuestro arrepentimiento.
Incensación del Evangelio
Se inciensa el Evangelio en los días más solemnes. Es un
gesto de honor y aprecio especial pues con el reconocemos
que no es cualquier persona que nos habla en ese momento,
sino Jesucristo mismo, palabra del Padre.
Imposición de manos
Es ante todo un signo de bendición y consagración. En la
Sagrada Escritura este gesto va Unido al Don del Espíritu
Santo y es un gesto típicamente apostólico. En la liturgia se
imponen las manos para invocar la presencia del Espíritu
Santo en el creyente, enriquecerlo con sus dones y liberarlo
del mal. Este signo se utiliza particularmente en algunos
sacramentos como son, el Bautismo, la Confirmación, el
Orden Sacerdotal y la Eucaristía.
Inclinación
Es un gesto que expresa la reverencia y el honor que se hace
a una persona o algún signo un objeto que la representa. En
liturgia hay dos formas de inclinación:
 La inclinación de cabeza, que se hace cuando se
nombran las Tres Divinas Personas, al pronunciar el
nombre de Jesús, de la Santísima Virgen o del Santo en
cuyo honor se dice la Misa.
 La inclinación del cuerpo. Este gesto se hace al altar,
durante algunas oraciones y en la consagración al
pronunciar las palabras del Señor en la última cena.
Manos juntas
El gesto de las manos juntas se relaciona con una actitud de
oración y recogimiento. Expresa el deseo de suspender toda
actividad física, manual e intelectual para concentrar toda la
persona en el encuentro con Dios a quién se reconoce
presente.
Manos extendidas
Es la postura más típica del hombre orante expresa apertura
acogida y disponibilidad las manos abiertas y extendidas son
símbolos de un espíritu vuelto hacia lo alto y de todo el ser
que tiende busca y anhela encontrarse con Dios.
Postración
Esta es una palabra compuesta que viene de latín “pro” qué
significa “delante de”, y “sternere”, qué significa “extenderse”
este gesto litúrgico expresa humildad y adoración ante Dios;
se usa en algunos ritos que expresan la indignidad de una
persona ante Dios como, por ejemplo, en la ordenación
sacerdotal y, en algunas congregaciones religiosas, en la
profesión perpetua. Este gesto es especialmente significativo
en la liturgia del Viernes Santo en qué, al inicio de la
celebración, el sacerdote se postra ante el misterio del Cristo
muerto en la Cruz.
Preparación de los dones
El sacerdote prepara el cáliz y mezclando vino y agua. El vino
y el agua se hacen una sola cosa. El vino representa la
divinidad de Jesucristo y el agua la humanidad; así como el
agua y el vino no se pueden separar, así también no
podemos separar en Jesucristo su ser Dios y hombre.
Mientras el sacerdote mezcla el agua y el vino en el
cáliz, dice en secreto: “El agua unida al vino sea signó de
nuestra participación en la naturaleza divina de quién ha
requerido compartir nuestra condición humana”.
Presentación de los dones
 El sacerdote al levantar la patena con la hostia, lo hace
para ofrecer a Dios lo que después será el cuerpo de
Jesús. En este ofrecimiento el sacerdote reza (en voz
alta si no hubiera cantado) la siguiente oración: “Bendito
seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la
tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu
generosidad y ahora te presentamos; el será para
nosotros Pan de Vida” respondiendo el pueblo: “Bendito
seas por siempre, Señor”.
 En el ofrecimiento del vino, al igual que el ofrecimiento
del pan, el sacerdote reza la siguiente oración: “Bendito
seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de La
vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu
generosidad y ahora te presentamos: el será para
nosotros de vida de salvación”. Entonces, nuevamente el
pueblo responde: Bendito seas por siempre, Señor.
Procesión
Es un gesto que expresa la vocación de todo cristiano: somos
un pueblo peregrinante en marcha hacia la casa del Padre, la
Patria definitiva. Es un gesto que habla del cambio,
transformación, compromiso y esperanza. En la liturgia este
gesto nos habla del camino que una comunidad realiza como
acto de culto a Dios.
En la liturgia hay varias procesiones, como son la de entrada,
la procesión con el Evangelio en alto, la procesión para
presentar las ofrendas de la comunidad, la procesión de la
comunión y, por último, la de salida.
Procesión de Ofrendas
Las personas que llevan los dones son parte de la comunidad
y nos representa a todos; pueden llevarse en procesión el
pan y el vino junto con otras ofrendas para presentarlas Dios.
También se lleva la ofrenda material o en dinero que se
recoge para las necesidades de la iglesia y de los pobres.
Purificación de las manos
El sacerdote representa a Cristo, pero el sacerdote no olvida
que es un nombre limitado, necesitado también de la
purificación interior del corazón y de la misericordia de Dios.
Por ello, mediante un gesto sencillo, el sacerdote lava sus
manos diciendo en secreto: “Lava del todo mi delito, Señor y
limpia mi pecado”.
Saludo de paz
Se trata de la paz de Cristo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy”
(Jn 14, 27). El saludo y el don del Señor se comunica a los
suyos en la Eucaristía. No una paz que conquistamos
nosotros con nuestro esfuerzo, sino que nos la concede el
Señor. Es un gesto que ofrecemos unos a otros antes de
acudir a la comunión puesto que, para recibir a Cristo, nos
debemos sentir y tratar como hermanos, aceptándonos y
perdonándonos unos a otros.
Santiguarse
Es una oración que hacemos formando sobre nosotros una
cruz desde la frente hasta el pecho y desde el hombro
izquierdo hasta el derecho y diciendo al mismo tiempo: “en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen”.
Sentados
Esta postura expresa una actitud de descanso, quietud y paz.
Litúrgicamente expresa la disposición del discípulo: escuchar,
meditar e interiorizar la Palabra de Dios. Se trata de una
postura que indica apertura y atención, un estar sin prisa, a
los pies del maestro, eligiendo la mejor parte (Cfr. Lc 10,41-
42).
Este mismo gesto adquiere un sentido diferente al referirse al
Obispo, ya que entonces esta postura es signo de autoridad y
de poder e indica su misión de presidir, gobernar y enseñar al
al rebaño que le ha sido encomendado a su diócesis.

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