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https://www.asivivomejor.com/como-
tener-el-habito-de-ahorrar/
Normas de convivencia
¿Qué son Normas de convivencia?
Las normas de convivencia son un conjunto de reglas establecidas en un grupo
social a fin de orientar y facilitar las relaciones entre los sujetos y garantizar el
buen desarrollo del trabajo y la vida cotidiana.
Por esta razón, las normas de convivencia se basan en valores como la tolerancia,
el respeto mutuo, el cumplimiento de los deberes y derechos y el respeto de los
derechos ajenos.
Normas de convivencia
¿Qué son Normas de convivencia?
Las normas de convivencia son un conjunto de reglas establecidas en un grupo
social a fin de orientar y facilitar las relaciones entre los sujetos y garantizar el
buen desarrollo del trabajo y la vida cotidiana.
Por esta razón, las normas de convivencia se basan en valores como la tolerancia,
el respeto mutuo, el cumplimiento de los deberes y derechos y el respeto de los
derechos ajenos.
Algunas de las normas de convivencia del hogar pueden ser las siguientes:
Por eso, en lo que a los grupos se refiere, conviene recordar que, por virtual que
sea el medio, la socialización grupal requiere de normas de convivencia. Entre
algunas de ellas, podemos sugerir las siguientes.
https://www.universia.net/es/actualidad/empleo/reglas-convivencia-ambiente-laboral-
1143300.html
https://www.significados.com/normas-de-convivencia/#:~:text=Las%20normas%20de
%20convivencia%20son,trabajo%20y%20la%20vida%20cotidiana
Se trata de hacer algo que mejore tu salud física. Es decir, en lugar de pasar dos horas viendo la
televisión o revisando tus redes sociales, podrías tomar un paseo de 30 minutos o hacer ejercicio.
Una opción es caminar o usar una bicicleta en lugar del coche para ir al súper, o subir las escaleras
en vez de usar el elevador.
Hábitos Afectivos:
Cuando tienes que querer a alguien, sea por lazos de sangre, costumbre o porque la sociedad lo
manda, como en el matrimonio que ha durado mucho tiempo. El afecto pierde espontaneidad y se
convierte en algo habitual.
Hábitos Sociales:
Son cosas que no haces habitualmente en tu vida diaria, pero si cuando estás en una reunión de
amigos..Lo que se hace porque el resto de la gente lo hace, es decir se hace por costumbre o para
encajar mejor en una parte de la sociedad, a eso se le llama habito social.
Hábito Moral:
Es el tipo de hábito que nos hace sentir bien, son diversas y se nos presentan en el día a día como
el tráfico, las fechas de entrega y la gente difícil. Por ello debes intentar rodearte de personas que
te inspiren y mejoren tu humor, y no de aquellas que te depriman o te hagan sentir mal.
Por ejemplo, si un locutor de radio te molesta, no lo escuches. Debes aprender a identificar las
malas influencias e intentar deshacerte de ellas.
Hábito Intelectual:
Hábito Mental:
Es cuando se intenta aprender algo nuevo todos los días. No importa que sea algo chico o algo
grande; puede ser desde el nombre de alguien hasta una historia que siempre has querido
aprender o un instrumento musical que siempre has querido tocar.
Habitos de Higiene:
Los buenos hábitos de higiene son esenciales para mantener la buena salud. Puede parecer una
tontería, pero así es: la higiene previene de muchas enfermedades causadas por virus y bacterias,
aunque lo cierto es que no siempre se toman las medidas necesarias.
Cambiar de hábitos es un trabajo arduo, especialmente los hábitos del pensamiento. Los
pensamientos que frecuentamos a diario sobre cualquier cuestión se convierten en nuestra forma
natural de reflexionar, porque demanda bastante menos esfuerzo para el cerebro pensar siempre
igual sobre la misma cuestión ya aprendida. Al principio debemos mentalizarnos del esfuerzo
necesario que supone tener que concentrarnos en reestructurar nuestros pensamientos
automáticos negativos, pero sabiendo que si lo hacemos a menudo y de forma constante (sin
permitirnos ninguna excepción) nuestras neuronas empiezan a relacionarse entre ellas, creando
conexiones sinápticas más dinámicas y entrecruzadas en nuestro cerebro para preparar a nuestra
mente a que asimile lo que hemos trabajado intelectualmente. Así se transmite ese nuevo estado
mental a nuestra conciencia. Cuando tenemos la firme decisión de que ha llegado el momento de
cambiar nuestra forma de pensar, por ejemplo de que es necesario dejar de pensar
recurrentemente en la vergüenza o en el resentimiento que podamos tener hacia otras personas o
hacia el mundo, requiere la misma fuerza de voluntad que la decisión de dejar de fumar o de
empezar a hacer una vida sana mediante ejercicio físico y una alimentación saludable.
https://www.tipos.co/tipos-de-habitos/
http://trabajosmds.blogspot.com/2015/03/tipos-de-habitos.html
https://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%A1bito_(ciencias_de_la_salud)
https://www.psicoadapta.es/blog/que-es-el-habito/
El apego es un lazo afectivo especial que se genera con personas significativas del entorno. Este
lazo afectivo es muy importante, porque influye sobre la construcción de nuestra personalidad, de
nuestra forma de ser. Va a condicionar, de alguna manera, cómo seamos en la etapa adulta.
El apego, en la etología, es una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular,
que se desarrolla y consolida entre dos individuos, por medio de sus interacciones recíprocas,
y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de
amenaza, ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección.
Fue el psiquiatra y psicoanalista infantil John Bowlby el primero en formular una teoría del
apego, al estudiar la relación y el vínculo que se establecía entre un hijo y su madre,
concluyendo que, tanto la capacidad de resiliencia de los menores, como su conducta y
desarrollo emocional posterior estaba directamente relacionada con el tipo de vínculo que los
niños establecían con sus progenitores en los primeros años.
A continuación, veremos en qué consiste cada uno de los tipos de apego propuestos por Bowlby,
así como algunas manifestaciones en niños y adultos.
1. Apego seguro
Este tipo de apego está caracterizado por la incondicionalidad: el niño sabe que su cuidador no va
a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado. De acuerdo con Bowlby, este tipo de apego
depende en gran medida de la constancia del cuidador en proporcionar cuidados y seguridad.
Debe tratarse de una persona atenta y preocupada por comunicarse con el recién nacido, no sólo
interesada en cubrir las necesidades de limpieza y alimentación del bebé. Desde luego, el
inconveniente es que esto supone una entrega casi total de parte del cuidador o cuidadora, lo cual
puede resultar complicado para algunas personas.
Los niños con apego seguro manifiestan comportamientos activos, interactúan de manera
confiada con el entorno y hay una sintonía emocional entre el niño y la figura vincular de apego.
No les supone un esfuerzo unirse íntimamente a las personas y no les provoca miedo el abandono.
Es decir, pueden llevar a una vida adulta independiente, sin prescindir de sus relaciones
interpersonales y los vínculos afectivos.
Las emociones más frecuentes en este tipo de apego, son el miedo y la angustia exacerbada ante
las separaciones, así como una dificultad para calmarse cuando el cuidador vuelve. Los menores
necesitan la aprobación de los cuidadores y vigilan de manera permanente que no les abandonen.
Exploran el ambiente de manera poco relajada y procurando no alejarse demasiado de la figura de
apego.
De adultos, el apego ansioso-ambivalente provoca, una sensación de temor a que su pareja no les
ame o no les desee realmente. Les resulta difícil interaccionar de la manera que les gustaría con
las personas, ya que esperan recibir más intimidad o vinculación de la que proporcionan. Un
ejemplo de este tipo de apego en los adultos es la dependencia emocional.
3. Apego evitativo
Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo
cual les provoca sufrimiento. Se conoce como “evitativo” porque los bebés presentan distintas
conductas de distanciamiento. Por ejemplo, no lloran cuando se separan de cuidador, se interesan
sólo en sus juguetes y evitan contacto cercano.
Lo constante han sido conductas de sus cuidadores que no han generado suficiente seguridad, el
menor desarrolla una autosuficiencia compulsiva con preferencia por la distancia emocional.
4. Apego desorganizado
Es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta comportamientos
contradictorios e inadecuados. Hay quienes lo traducen en una carencia total de apego.
Lo constante en los cuidadores han sido conductas negligentes o inseguras. Se trata del extremo
contrario al apego seguro. Casos de abandono temprano, cuya consecuencia en el niño es la
pérdida de confianza en su cuidador o figura vincular, e incluso puede sentir constantemente
miedo hacia ésta.
Evitan la intimidad, no han encontrado una forma de gestionar las emociones que esto les
provoca, por lo que se genera un desbordamiento emocional de carácter negativo que impide la
expresión de las emociones positivas.
De adultos suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten queridas y parece
que rechacen las relaciones, si bien en el fondo son su mayor anhelo. En otros casos, este tipo de
apego en adultos puede encontrarse en el fondo de las relaciones conflictivas constantes.
Es por ello, que resulta de suma importancia prestar atención a los primeros años
de vida de los niños, estableciendo vínculos fuertes y una relación segura en la
que ellos puedan sentirse cuidados y protegidos.
https://abaterapia.com/maternidad-y-paternidad/tipos-de-apego/
https://www.mentesabiertas.org/articulos/publicaciones/articulos-de-psicologia/tipos-de-apego-
y-sus-implicaciones-psicologicas#:~:text=Seg%C3%BAn%20L%C3%B3pez%20(2009)%2C%20el,en
%20mantener%20un%20contacto%20privilegiado.