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Mt 21:12-16 NTV 12 Jesús entró en el templo y comenzó a echar a todos los que
compraban y vendían animales para el sacrificio. Volcó las mesas de los cambistas
y las sillas de los que vendían palomas. 13 Les dijo: «Las Escrituras declaran: “Mi
templo será llamado casa de oración”, ¡pero ustedes lo han convertido en una
cueva de ladrones!»*. 14 Los ciegos y los cojos se acercaron a Jesús en el templo y
él los sanó. 15 Los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa vieron
esos milagros maravillosos y oyeron que hasta los niños en el templo gritaban:
«Alaben a Dios por el Hijo de David». Sin embargo, los líderes estaban indignados.
16 Le preguntaron a Jesús: —¿Oyes lo que dicen esos niños? —Sí —contestó
Jesús —. ¿No han leído las Escrituras? Pues dicen: “A los niños y a los bebés les
has enseñado a darte alabanza”*.
Sólo los culpables le tuvieron temor, porque los ciegos, los enfermos y los niños
fueron a su encuentro y recibieron sanidad.
Veamos esta progresión:
1- v 12 Limpió el templo para que fuera una casa de santidad, de pureza
2- v 13 declaró: mí casa será llamada casa de oración
3- v 14 fue transformada en casa de milagros
4- v 14 llegó a ser casa de alabanza
¿No debería ser lo mismo en nosotros y por consecuencia en la iglesia?
1Co 3:16-17 NVI 16 ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el
Espíritu de Dios habita en ustedes? 17 Si alguno destruye el templo de Dios, él
mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son
ese templo.
2Co 6:16-18 ¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos? Porque
nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: "Viviré con ellos y
andaré entre ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo."* Por tanto, el Señor
añade: (17) "Salgan de en medio de ellos y apártense. No toquen nada impuro, y
yo los recibiré."* (18) "Seré para ustedes un Padre, y ustedes serán mis hijos y mis
hijas, dice el Señor Todopoderoso."*Vos y yo somos parte de la iglesia que es la
morada de Dios, por medio de su Espíritu (Efesios 2:20-22). Pero lamentablemente,
nuestros templos a menudo están contaminados por la ambición, la manipulación,
los pecados del egoísmo.
Es una burla que un creyente hable de una forma y viva de otra. Dios no va a
bendecir una iglesia impura. Su iglesia no será casa de poder y de oración
perfeccionada mientras no permita que el Espíritu Santo purifique su alma
santurrona y la transforme en casa de oración.
Escuche la solemne advertencia que Dios hace a su iglesia: "Si oyereis hoy su voz,
no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la
tentación en el desierto..." (Hebreos 3:7,8). Estos versículos indican que puesto que
los hijos de Israel oyeron pero no obedecieron, se les impidió cumplir la misión de
tomar posesión de la tierra de Canaán.
No sé si alguna vez habrán susurrado una oración como ésta, pero yo lo he hecho:
"Dios, quiero que quites todo lo que haya en mi vida que no se identifique con
Jesús. No quiero que haya en mi nada que no glorifique y engrandezca a
Jesucristo como Señor."
Para que esa oración se convierta en una realidad, las cosas que pueden ser
sacudidas deben ser sacudidas "para que queden las inconmovibles" (Hebreos
12:27). Y seguro que hay mucho para sacudir.
Enfrentá los hechos. Si vos no empezás a orar, no podrás gozar en el futuro de una
comunión más íntima de la que gozas ahora mismo. Siempre tenemos que pasar
por la agonía de la elección antes de la promesa del cambio. ¿Qué va a resultar: la
rutina de siempre, o estás listo para dar el siguiente paso con Dios?
Jesús nos está esperando para orar: "Señor, hacé de mi templo una casa de
pureza, de oración, de poder, y de alabanza perfeccionada, para tu gloria." Él está
listo para empezar esa progresión en su templo ya mismo. ¿Estás listo?
"Jesús no nos enseñó a predicar; no nos enseñó a cantar. Nos enseñó a orar."
Mar 1:35 Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó,
salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.
Jesús nunca haría nada que careciera de valor, que fuese árido o aburrido, y
tampoco nos pediría a nosotros que lo hagamos. Ahora mismo, él nos hace el
más excelso de los llamamientos. Está repitiendo a cada uno lo que les dijo a sus
discípulos en el Huerto de Getsemaní: "¿Así que no habéis podido velar conmigo
una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está
dispuesto, pero la carne es débil" (Mateo 26:40, 41). Jesús quiere que aprendamos
a pasar tiempo con él, a velar con él una hora en oración.
Hoy mi amada mencionó a Daniel, ¿Porqué Daniel prefería ser comido por los
leones a dejar de orar?