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FRANZ TAMAYO”
FACULTAD: CIENCIAS DE
LA SALUD
CARRERA: MEDICINA
ARTICULO
DE
TUMORES
TUMORES
CABEZA Y
NOMBRE: Jammileth Lenny
APELLIDO: Salvatierra Gutierrez
PARALELO: 1
FECHA DE ENTREGA: C/07/03/21
CARRERA: Medicina
ASIGNATURA: Cirugía II
2021
Tumores cabeza y cuello - O.R.L.
AUTORES: Dra. Anabel Ballesteros
Cáncer de cabeza y cuello
Con el nombre de cáncer de cabeza y cuello se conoce a un
grupo de tumores malignos localizados en los senos
paranasales, nasofaringe, orofaringe (amígdala, paladar blando,
base de lengua), hipofaringe, laringe, cavidad oral (mucosa oral,
encía, paladar duro, lengua y suelo de boca), lengua y glándulas
salivares. Dentro de esta clasificación se excluyen los tumores de
la piel, cerebrales y tiroideos.
Epidemiología
Se puede considerar un tipo de tumor infrecuente, ya que
representa un 5% de todos los tumores. Existen algunas
variaciones en cuanto a su frecuencia en distintas áreas
geográficas, pero en Europa la localización más frecuente es la
laringe, seguido de la orofaringe, cavidad oral y nasofaringe.
Es un tumor predominantemente masculino; su distribución por
sexos en España es de 10 a 1 para el varón, aunque en los
últimos años debido al aumento del hábito tabáquico en la
mujer este cociente se está viendo modificado.
La edad media de aparición es por encima de los 50 años,
aunque los tumores de nasofaringe y glándulas salivares pueden
aparecer antes.
Estadiaje
Un sistema de estadiaje proporciona una guía para definir la
extensión y pronóstico de un tumor y sirve para comparar los
resultados entre distintos centros. Hay varios sistemas de
clasificación, pero el más utilizado es el TNM de la Unión
Internacional contra el Cáncer (UICC).
T: se refiere al tamaño tumoral.
N: afectación de los ganglios linfáticos regionales.
M: presencia de metástasis a distancia.
A su vez, salvo en algunas localizaciones como por ejemplo los
tumores de Nasofaringe, los tumores se dividen en base al T y N
de cada localización en Resecables e Irresecables, poblaciones
con diferente pronóstico y enfoques terapéuticos.
Factores pronósticos
Se denominan así aquellos que influyen de una forma u otra en
la evolución del tumor. Se pueden clasificar en tres grupos:
1. Factores relacionados con el paciente:
a. La edad avanzada se asocia a peor pronóstico por su
asociación con un número mayor de comorbilidades.
b. No existen diferencias según la raza o el sexo del
paciente.
c. Estado general del paciente. Cuanto peor sea, menor
es la repuesta al tratamiento.
d. Localización del tumor primario.
e. La pérdida de peso se considera un factor de mal
pronóstico.
f. Relación o no con infección por HPV.
g. Continuar fumando se considera un factor de peor
pronóstico.
2. Factores relacionados con el tratamiento:
La respuesta al tratamiento inicial (quimioterapia) se
considera uno de los factores más importantes respecto al
éxito del tratamiento. Este dato tiene una importancia
fundamental debido a que menos del 20% de los pacientes
que no responden a la quimioterapia de inducción
responderán posteriormente a la radioterapia, por lo cual
en estos casos , debería plantearse el rescate con cirugía.
También es importante el tiempo desde la finalización del
tratamiento definitivo.
Detección precoz
No existen programas eficaces para la detección precoz del
cáncer de cabeza y cuello. Se recomienda un seguimiento
estrecho a las personas con factores de riesgo conocidos como
grandes fumadores y bebedores. Una simple exploración por
parte de especialistas en ORL o cirugía máxilo-facial puede
diagnosticar tumores en estadios precoces, muchas veces
asintomáticos.
Tratamiento
El tratamiento de los tumores de cabeza y cuello, debe decidirse
en un comité multidisciplinar, en él deben participar todos los
especialistas implicados en el tratamiento: otorrinolaringólogo,
cirujano máxilo-facial, radiólogo, oncólogo médico, oncólogo
radioterápico, médico nuclear, patólogo, nutricionista y
trabajador social.
Son tres los pilares del tratamiento de los tumores de cabeza y
cuello: la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Intentaremos
explicar las generalidades de cada uno de ellos para estos
tumores, explicando posteriormente en cada epígrafe las
particularidades según la localización.
1. Cirugía: es el tratamiento primario en tumores precoces. En
estadios avanzados, la cirugía sigue siendo el mejor método de
rescate en los enfermos que presenta recaídas tumorales
operables. La cirugía es compleja porque el área ORL está
implicada en funciones vitales como la respiración, la deglución
(tragar alimentos) y el habla. Puede producir secuelas
importantes como imposibilidad para hablar (si se extirpa
completamente la laringe o la lengua), trastornos funcionales,
rigidez en el cuello, …
2. Radioterapia: la radioterapia consiste en el tratamiento de la
enfermedad mediante ondas de alta energía. Es un tratamiento
local, es decir afecta exclusivamente al área irradiada.
Administrada a dosis altas, destruye las células o detiene su
crecimiento. Las células tumorales se dividen más rápidamente
que el resto de las células y son más sensibles a la radioterapia
que las células normales. Con el fin de minimizar los efectos
secundarios, antes de iniciar el tratamiento se debe delimitar
bien la zona que se va a irradiar y así preservar el tejido sano. Se
hace una preparación preliminar o simulación. Se realiza un TAC
o un PET-TAC para poder dibujar correctamente el lugar a
irradiar. La zona se marca con unos tatuajes (puntos de tinta
china) y el procedimiento dura entre media hora y dos horas.
El tratamiento se administra normalmente de lunes a viernes
durante cinco a siete semanas y la duración de cada sesión varía
entre cinco y diez minutos. La radioterapia no duele durante su
aplicación, y es importante la inmovilidad del paciente durante
toda la sesión para que no haya desviaciones de los rayos. En los
últimos años se están desarrollando técnicas que permiten
controlar la respiración del paciente y administrar la radiación
sin interferencias.
Hoy en día en la mayoría de los centros se administra una nueva
forma de radioterapia que se denomina IMRT (radioterapia de
intensidad modulada), es una forma de modular la intensidad de
la radioterapia y hacer reducir los efectos tóxicos de la misma.
La radioterapia en los tumores de cabeza y cuello puede
producir alguno de los siguientes efectos secundarios.
Boca seca (xerostomía): puede hacer difícil comer,
tragar o hablar. Suele ser un efecto permanente del
tratamiento. Se puede paliar bebiendo mucha agua,
con caramelos o sustitutos de saliva para humedecer
la boca. Con las nuevas técnicas de RT como IMRT
estos efectos son menores que con las técnicas
convencionales.
Problemas dentales: la radioterapia tiene un efecto
devastador sobre la dentadura. Mantener una higiene
dental adecuada puede disminuir estos problemas.
Muchas personas no pueden utilizar prótesis dentales
hasta un año después de finalizado el tratamiento. Se
recomienda realizar revisión dental previa al inicio de
un tratamiento radioterápico sobre el área ORL.
Dolor local. La radioterapia puede producir úlceras en
la boca que son muy dolorosas (mucositis). Existen
fármacos que pueden disminuir este dolor.
Sangrado de las encías.
Infección: la frecuencia de infecciones de la boca
durante y después de la radioterapia es muy elevada.
Son frecuentes las micosis o infecciones por hongos.
Retrasos en la cicatrización de las manipulaciones
dentarias.
Rigidez mandibular: a veces la radioterapia puede
afectar a la musculatura masticadora, produciendo
rigidez de mandíbula. Se puede minimizar con
ejercicios de apertura y cierre de la boca durante
veinte minutos tres veces al día.
Cambios en el gusto y en el olfato: esto se produce
durante el tratamiento y según va pasando el tiempo
suele mejorar aunque es posible que no vuelva a ser
como antes.
Cambios en la voz: su voz puede sonar más débil al
final del día. Este efecto suele desaparecer al terminar
el tratamiento.
Hipotiroidismo: la irradiación del tiroides puede
producir una alteración en su función normal,
precisando en ocasiones la administración de
hormona tiroidea. Con las técnicas de radioterapia que
se utilizan en la actualidad esta complicación es muy
rara.
Cambios en la piel en la zona radiada: la piel en la zona
tratada se puede volver roja o seca. Es importante
mantener una buena hidratación y cuidado de la piel
durante el tratamiento y después de él. Es importante
proteger la piel del sol y evitar la ropa demasiado
apretada. Los varones deben evitar afeitarse durante
el periodo de tratamiento.
Fatiga: a medida que avanza el tratamiento es normal
que acuse cierto cansancio. Es importante un
descanso adecuado y evitar actividades demasiado
extenuantes.
La mayoría de estos síntomas se pueden minimizar o tratar de
forma que el tratamiento sea más llevadero.
El hecho de estar recibiendo radioterapia no implica que emita
ningún tipo de radiación, por lo que su vida puede continuar sin
cambios.
3. Quimioterapia: el tratamiento con quimioterapia consiste en
la utilización de fármacos llamados antineoplásicos o
quimioterápicos cuyo objetivo es destruir las células tumorales.
Como efectos colaterales también actúan sobre las células
sanas, de forma más intensa sobre las células de crecimiento
más rápido.
La quimioterapia para los tumores de cabeza y cuello se
administra habitualmente por vía venosa, aunque existen
algunos fármacos que se pueden administrar por vía oral (por la
boca). El tratamiento se administra a intervalos fijos de tiempo
que dependen para cada uno de ellos (una vez a la semana, cada
3 semanas, quincenal...). Cada período de tratamiento se conoce
como ciclo y puede variarse dependiendo de las condiciones del
paciente.
En los tumores de cabeza y cuello, la quimioterapia se
administra según tres esquemas fundamentales:
- Neoadyuvante o tratamiento de inducción: previo a la cirugía o
radioterapia.
- Adyuvante o después de tratamiento radical con cirugía o
radioterapia.
- Concomitante o a la vez que la radioterapia.
Algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia en los
tumores de cabeza y cuello son superponibles a los de la
radioterapia, incluyendo dolor en la zona irradiada, boca seca,
infecciones y cambios en el sabor de los alimentos. La mayoría
de esto síntomas ceden con la finalización del tratamiento.
La quimioterapia produce efectos que son debidos a su acción
sobre otras células del cuerpo, sobre todo las que más
rápidamente se reproducen:
- Alteraciones sobre la médula ósea:
• Anemia: se debe a la disminución de los glóbulos rojos o
hematíes. En los casos severos el paciente puede precisar
transfusiones de sangre o ayuda con una hormona que estimula
la producción de glóbulos rojos (eritropoyetina).
• Neutropenia o bajada de defensas: es asintomática, pero en
caso de infecciones durante el tratamiento puede ser más difícil
la recuperación.
• Trombopenia o bajada de plaquetas: si es muy marcada
puede asociarse a sangrado nasal o de mucosas.
Con el fin de detectar y corregir estas alteraciones, se realizan
análisis de forma periódica y previos a la administración de cada
nuevo ciclo de quimioterapia.
- Alopecia (caída del pelo): son muchos los fármacos que
producen caída temporal del pelo. La intensidad de la caída
depende del tipo de fármaco administrado. Generalmente
vuelve a salir a partir de las cinco semanas después de la
terminación del tratamiento. En ocasiones el pelo que sale es
distinto del previo.
- Trastornos digestivos: la quimioterapia produce con frecuencia
alteraciones del apetito, nauseas, vómitos y úlceras en la boca.
Con el tratamiento adecuado se puede controlar en la mayoría
de los pacientes.
- Mucositis: se define así la inflamación de la mucosa de la boca.
Es uno de los efectos más frecuentes del tratamiento combinado
con quimio y radioterapia en los tumores de cabeza y cuello.
Favorece la infección por hongos y puede dificultar
enormemente la correcta alimentación durante y después del
tratamiento.
Dentro de los tratamientos oncológicos tenemos que diferenciar
varios tipos de tratamiento:
1. Quimioterapia clásica.
Nutrición
Comer bien durante el tratamiento es fundamental, en especial
en los tumores de cabeza y cuello. Es importante ingerir
suficientes calorías y proteínas para prevenir la pérdida de peso
y favorecer la cicatrización de las heridas. Comer bien puede ser
especialmente difícil para los pacientes tratados de un cáncer de
cabeza y cuello. Son muchos los factores que influyen como son
la boca seca, la falta de apetito, las llagas en la boca, las nauseas
y vómitos.
Para mantener una alimentación adecuada se deben seguir
algunas normas:
- Evite comidas calientes, especiadas o ácidas.
- No tome alcohol.
Epidemiología
Los tumores de la cavidad nasal y de los senos paranasales son
tumores raros, suponiendo sólo el 0,2 % de todos los tumores
malignos.
Se ha descrito mayor frecuencia en algunas áreas geográficas
como Japón y África. Son más frecuentes en varones con una
proporción 2:1. Aparecen generalmente en edades medias de la
vida (4ª década).
Son unilaterales. Su localización más frecuente es en el seno
maxilar. Debido a que la clínica se parece mucho a la de los
procesos sinusales benignos (sinusitis, pólipos nasales,.), su
diagnóstico se suele hacer en fases avanzadas de la enfermedad.
Causas
No está clara la influencia del tabaco en el origen de estos
tumores. Se ha relacionado con la exposición en el trabajo
a madera, petróleo y piel. Parece existir cierta relación con el
consumo de alimentos en salazón. En algunos casos se han
relacionado con la exposición a radiaciones y a la infección por
el virus del papiloma humano.
Clínica
Como se desarrollan en cavidades aéreas, suelen adquirir un
gran tamaño antes de originar alguna sintomatología.
Los síntomas más habituales son los siguientes:
· Obstrucción nasal unilateral.
· Sangrado nasal constante o epistaxis.
· Lagrimeo constante por obstrucción del conducto
lagrimal.
· Aumento de tamaño del puente nasal, o de la
órbita si existe crecimiento del tumor.
· Dolor e inmovilidad dentaria.
Tipos histológicos
Son muchos los tipos de tumores que pueden aparecer en la
cavidad nasal y en los senos paranasales, correspondiendo a la
transformación maligna de los distintos tipos de células que
asientan en la mucosa.
Carcinoma epidermoide: representa el 80 % de los tumores
de esta localización. Su localización más frecuente es en el
seno maxilar.
Carcinoma de glándulas salivares menores: carcinoma
adenoide-quístico, adenocarcinoma y
mucoepidermoide. Tienen mayor agresividad que los
anteriores.
Estesioneuroblastoma: se origina en el nervio olfatorio.
Otros: linfomas, plasmocitomas, sarcomas y melanomas.
Diagnóstico
El diagnóstico de estos tumores es complicado por la semejanza
de su clínica con la de procesos benignos como la sinusitis.
El diagnóstico se realiza fundamentalmente a través de pruebas
de imagen:
Radiología simple de cráneo: muestra de forma grosera si
existe alguna alteración en los senos.
TAC (tomografia axial computerizada) de senos: es una
prueba radiológica que consiste en realizar cortes
fotográficos del cuerpo en secciones transversales cada 5
mm, permitiendo estudiar todas las estructuras en un
tiempo muy corto. (treinta minutos). En ocasiones precisa
la administración de contraste intravenoso.
RNM (Resonancia Nuclear Magnética ): permite obtener
mejores imágenes de tejidos blandos. Se realiza en un tubo
cerrado, por lo que las personas que padecen claustrofobia
o no pueden mantener una inmovilización prolongada
(treinta minutos) pueden no ser candidatas a ella. Tanto el
TAC como la RNM son pruebas indoloras aunque pueden
ser un poco molestas por la necesidad de coger una vía
para la administración de contraste. En este tipo de
tumores resulta muy útil para valorar la extensión
infraorbitaria y definir la extensión de los tejidos blandos
faciales.
Como en el resto de los tumores malignos, el diagnóstico
definitivo es por la biopsia que consiste en la obtención de una
muestra para su análisis al microscopio. Dada la localización de
estos tumores en ocasione es preciso programar la intervención
y tomar la biopsia en el momento de la cirugía (biopsia
intraoperatoria).
Tratamiento
La base del tratamiento de estos tumores es la cirugía asociada o
no a radioterapia (excepto los linfomas y los plasmocitomas).
En el caso del seno maxilar, se puede realizar maxilectomía
simple o extendida. Tras la cirugía se puede asociar radioterapia
en los casos en los que los márgenes estén afectos o que exista
invasión perineural. En el caso de los senos esfenoidal y
etmoidal, en los que el abordaje quirúrgico es más complicado y
mucho más mutilante, la radioterapia puede ser una alternativa
válida.