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“UNIVERSIDAD PRIVADA

FRANZ TAMAYO”
FACULTAD: CIENCIAS DE
LA SALUD
CARRERA: MEDICINA

ARTICULO
DE
TUMORES
TUMORES
CABEZA Y
NOMBRE: Jammileth Lenny
APELLIDO: Salvatierra Gutierrez
PARALELO: 1
FECHA DE ENTREGA: C/07/03/21
CARRERA: Medicina
ASIGNATURA: Cirugía II

2021
Tumores cabeza y cuello - O.R.L.
AUTORES: Dra. Anabel Ballesteros 
Cáncer de cabeza y cuello
Con el nombre de cáncer de cabeza y cuello se conoce a un
grupo de tumores malignos localizados en los senos
paranasales, nasofaringe, orofaringe (amígdala, paladar blando,
base de lengua), hipofaringe, laringe, cavidad oral (mucosa oral,
encía, paladar duro, lengua y suelo de boca), lengua y glándulas
salivares. Dentro de esta clasificación se excluyen los tumores de
la piel, cerebrales y tiroideos.
Epidemiología
Se puede considerar un tipo de tumor infrecuente, ya que
representa un 5% de todos los tumores. Existen algunas
variaciones en cuanto a su frecuencia en distintas áreas
geográficas, pero en Europa la localización más frecuente es la
laringe, seguido de la orofaringe, cavidad oral y nasofaringe.
Es un tumor predominantemente masculino; su distribución por
sexos en España es de 10 a 1 para el varón, aunque en los
últimos años debido al aumento del hábito tabáquico en la
mujer este cociente se está viendo modificado.
La edad media de aparición es por encima de los 50 años,
aunque los tumores de nasofaringe y glándulas salivares pueden
aparecer antes.

Causas y factores de riesgo


Se puede considerar que este tipo de tumores tienen una
etiología (causa) fundamentalmente ambiental (externa). Sus
principales factores de riesgo son:
 
1. Tabaco: aumenta el riesgo de tumores de cavidad oral,
orofaringe, hipofaringe y laringe. La duración y magnitud del
consumo está directamente relacionado con el riesgo
2. Alcohol: el beber alcohol multiplica el riesgo de cáncer de
laringe por 5 respecto a la población general. El riesgo aumenta
si se asocia al consumo de tabaco. Otras localizaciones en las
que se encuentra aumentado son la orofaringe, hipofaringe y
cavidad oral. 
Aunque estos dos factores son los más frecuentemente
implicados en el origen de estos tumores, existen otros:
3. Dieta: el déficit de vitaminas, fundamentalmente A y C, puede
contribuir al inicio de estos tumores
4. Higiene bucal: la escasa higiene bucal y las zonas de roce de
las prótesis dentales mal ajustadas se relacionan con los
tumores de orofaringe fundamentalmente.
5. Infecciones: la infección por el virus de Epstein-Barr se ha
relacionado con el carcinoma de cavum; en los últimos años, la
infección por el virus del papiloma humano, se ha relacionado
con el carcinoma de células escamosas.
Hoy en día y cada vez con mayor interés se está observando
como un nuevo factor etiológico la infección por Papilomavirus
16 y 18 y otros tipos. Esta forma de presentación se objetiva en
tumores de cavidad oral y de orofaringe, especialmente en
pacientes no fumadores y no bebedores. Su determinación es
importante debido a que presentan un mejor pronóstico,
teniendo mejor respuesta a los tratamientos convencionales. y
probablemente se deba ser menos agresivo en el tratamiento de
quimioterapia y radioterapia en un futuro.
6. Irradiación: los trabajadores al aire libre, están expuestos a
radiaciones ultravioletas, presentando una mayor incidencia de
cáncer de labio inferior.
A pesar de estos factores mencionados, en la mayoría de los
países del mundo, salvo USA, la asociación entre el hábito de
tabaco-alcohol sigue siendo la causa más importante como
factores etiológicos. En América, hoy en día predominan los
tumores de orofaringe sobre otras localizaciones, asociados a
infecciones por HPV. Esto puede explicar, en parte, las mayores
tasas de curación objetivadas en estudios realizados en USA.
Debido a que la causa infecciosa está asociada a una menor co-
morbilidad en esta población y que los tumores asociados con
infección por HPV presentan un curso clínico menos agresivo
que los clásicamente asociados a tabaco-alcohol.
No se ha establecido claramente la influencia de los factores
genéticos en este tipo de tumores.

Estadiaje
Un sistema de estadiaje proporciona una guía para definir la
extensión y pronóstico de un tumor y sirve para comparar los
resultados entre distintos centros. Hay varios sistemas de
clasificación, pero el más utilizado es el TNM de la Unión
Internacional contra el Cáncer (UICC).
T: se refiere al tamaño tumoral.
N: afectación de los ganglios linfáticos regionales.
M: presencia de metástasis a distancia.
A su vez, salvo en algunas localizaciones como por ejemplo los
tumores de Nasofaringe, los tumores se dividen en base al T y N
de cada localización en Resecables e Irresecables, poblaciones
con diferente pronóstico y enfoques terapéuticos. 

Factores pronósticos
Se denominan así aquellos que influyen de una forma u otra en
la evolución del tumor. Se pueden clasificar en tres grupos:
1. Factores relacionados con el paciente:
a. La edad avanzada se asocia a peor pronóstico por su
asociación con un número mayor de comorbilidades.
b. No existen diferencias según la raza o el sexo del
paciente.
c. Estado general del paciente. Cuanto peor sea, menor
es la repuesta al tratamiento.
d. Localización del tumor primario.
e. La pérdida de peso se considera un factor de mal
pronóstico.
f. Relación o no con infección por HPV.
g. Continuar fumando se considera un factor de peor
pronóstico.
2. Factores relacionados con el tratamiento:
La respuesta al tratamiento inicial (quimioterapia) se
considera uno de los factores más importantes respecto al
éxito del tratamiento. Este dato tiene una importancia
fundamental debido a que menos del 20% de los pacientes
que no responden a la quimioterapia de inducción
responderán posteriormente a la radioterapia, por lo cual
en estos casos , debería plantearse el rescate con cirugía.
También es importante el tiempo desde la finalización del
tratamiento definitivo.

3. Factores relacionados con el tumor:


a. Estadio del tumor: es el factor más importante a la
hora de determinar el pronóstico y la supervivencia a
largo plazo.
b. La localización del tumor es un factor importante.
Los tumores de cavidad oral, más accesibles y de mayor
resecabilidad se comportan mejor que los de otras
localizaciones, salvo en estadios avanzados, donde los
tumores de Laringe presentan un mejor pronóstico. Los
tumores de Nasofaringe son los que presentan un
mejor pronóstico en tasas de curación
c. Los tumores más diferenciados se comportan mejor
que los indiferenciados.
d. Relación con HPV: los tumores HPV positivos tienen
mejor pronóstico que los HPV negativos.

Detección precoz
No existen programas eficaces para la detección precoz del
cáncer de cabeza y cuello. Se recomienda un seguimiento
estrecho a las personas con factores de riesgo conocidos como
grandes fumadores y bebedores. Una simple exploración por
parte de especialistas en ORL o cirugía máxilo-facial puede
diagnosticar tumores en estadios precoces, muchas veces
asintomáticos.

Tratamiento
El tratamiento de los tumores de cabeza y cuello, debe decidirse
en un comité multidisciplinar, en él deben participar todos los
especialistas implicados en el tratamiento: otorrinolaringólogo,
cirujano máxilo-facial, radiólogo, oncólogo médico, oncólogo
radioterápico, médico nuclear, patólogo, nutricionista y
trabajador social.
 
Son tres los pilares del tratamiento de los tumores de cabeza y
cuello: la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Intentaremos
explicar las generalidades de cada uno de ellos para estos
tumores, explicando posteriormente en cada epígrafe las
particularidades según la localización.
 
1. Cirugía: es el tratamiento primario en tumores precoces. En
estadios avanzados, la cirugía sigue siendo el mejor método de
rescate en los enfermos que presenta recaídas tumorales
operables. La cirugía es compleja porque el área ORL está
implicada en funciones vitales como la respiración, la deglución
(tragar alimentos) y el habla. Puede producir secuelas
importantes como imposibilidad para hablar (si se extirpa
completamente la laringe o la lengua), trastornos funcionales,
rigidez en el cuello, …
  
2. Radioterapia: la radioterapia consiste en el tratamiento de la
enfermedad mediante ondas de alta energía. Es un tratamiento
local, es decir afecta exclusivamente al área irradiada.
Administrada a dosis altas, destruye las células o detiene su
crecimiento. Las células tumorales se dividen más rápidamente
que el resto de las células y son más sensibles a la radioterapia
que las células normales. Con el fin de minimizar los efectos
secundarios, antes de iniciar el tratamiento se debe delimitar
bien la zona que se va a irradiar y así preservar el tejido sano. Se
hace una preparación preliminar o simulación. Se realiza un TAC
o un PET-TAC para poder dibujar correctamente el lugar a
irradiar. La zona se marca con unos tatuajes (puntos de tinta
china) y el procedimiento dura entre media hora y dos horas.
El tratamiento se administra normalmente de lunes a viernes
durante cinco a siete semanas y la duración de cada sesión varía
entre cinco y diez minutos. La radioterapia no duele durante su
aplicación, y es importante la inmovilidad del paciente durante
toda la sesión para que no haya desviaciones de los rayos. En los
últimos años se están desarrollando técnicas que permiten
controlar la respiración del paciente y administrar la radiación
sin interferencias.
 
Hoy en día en la mayoría de los centros se administra una nueva
forma de radioterapia que se denomina IMRT (radioterapia de
intensidad modulada), es una forma de modular la intensidad de
la radioterapia y hacer reducir los efectos tóxicos de la misma.
 
La radioterapia en los tumores de cabeza y cuello puede
producir alguno de los siguientes efectos secundarios.
 
 Boca seca (xerostomía): puede hacer difícil comer,
tragar o hablar. Suele ser un efecto permanente del
tratamiento. Se puede paliar bebiendo mucha agua,
con caramelos o sustitutos de saliva para humedecer
la boca. Con las nuevas técnicas de RT como IMRT
estos efectos son menores que con las técnicas
convencionales.
 Problemas dentales: la radioterapia tiene un efecto
devastador sobre la dentadura. Mantener una higiene
dental adecuada puede disminuir estos problemas.
Muchas personas no pueden utilizar prótesis dentales
hasta un año después de finalizado el tratamiento. Se
recomienda realizar revisión dental previa al inicio de
un tratamiento radioterápico sobre el área ORL.
 Dolor local. La radioterapia puede producir úlceras en
la boca que  son muy dolorosas (mucositis). Existen
fármacos que pueden disminuir este dolor.
 Sangrado de las encías.
 Infección: la frecuencia de infecciones de la boca
durante y después de  la radioterapia es muy elevada.
Son frecuentes las micosis o infecciones por hongos.
 Retrasos en la cicatrización de las manipulaciones
dentarias.
 Rigidez mandibular: a veces la radioterapia puede
afectar a la musculatura masticadora, produciendo
rigidez de mandíbula. Se puede minimizar con
ejercicios de apertura y cierre de la boca durante
veinte minutos tres veces al día.
 Cambios en el gusto y en el olfato: esto se produce
durante el tratamiento y según va pasando el tiempo
suele mejorar aunque es posible que no vuelva a ser
como antes.
 Cambios en la voz: su voz puede sonar más débil al
final del día. Este efecto suele desaparecer al terminar
el tratamiento.
 Hipotiroidismo: la irradiación del tiroides puede
producir una alteración en su función normal,
precisando en ocasiones la administración de
hormona tiroidea. Con las técnicas de radioterapia que
se utilizan en la actualidad esta complicación es muy
rara.
 Cambios en la piel en la zona radiada: la piel en la zona
tratada se puede volver roja o seca. Es importante
mantener una buena hidratación y cuidado de la piel
durante el tratamiento y después de él. Es importante
proteger la piel del sol y evitar la ropa demasiado
apretada. Los varones deben evitar afeitarse durante
el periodo de tratamiento.
 Fatiga: a medida que avanza el tratamiento es normal
que acuse cierto cansancio. Es importante un
descanso adecuado y evitar actividades demasiado
extenuantes.
La mayoría de estos síntomas se pueden minimizar o tratar de
forma que el tratamiento sea más llevadero.
 
El hecho de estar recibiendo radioterapia no implica que emita
ningún tipo de radiación, por lo que su vida puede continuar sin
cambios. 
 
3. Quimioterapia: el tratamiento con quimioterapia consiste en
la utilización de fármacos llamados antineoplásicos o
quimioterápicos cuyo objetivo es destruir las células tumorales.
Como efectos colaterales también actúan sobre las células
sanas, de forma más intensa sobre las células de crecimiento
más rápido.
La quimioterapia para los tumores de cabeza y cuello se
administra habitualmente por vía venosa, aunque existen
algunos fármacos que se pueden administrar por vía oral (por la
boca). El tratamiento se administra a intervalos fijos de tiempo
que dependen para cada uno de ellos (una vez a la semana, cada
3 semanas, quincenal...). Cada período de tratamiento se conoce
como ciclo y puede variarse dependiendo de las condiciones del
paciente.
 
En los tumores de cabeza y cuello, la quimioterapia se
administra según tres esquemas fundamentales:
 
- Neoadyuvante o tratamiento de inducción: previo a la cirugía o
radioterapia.
- Adyuvante o después de tratamiento radical con cirugía o
radioterapia.
- Concomitante o a la vez que la radioterapia.
 
Algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia en  los
tumores de cabeza y cuello son superponibles a los de la
radioterapia, incluyendo dolor en la zona irradiada, boca seca,
infecciones y cambios en el sabor de los alimentos. La mayoría
de esto síntomas ceden con la finalización del tratamiento.
 
La quimioterapia produce efectos que son debidos a  su acción
sobre otras células del cuerpo, sobre todo las que más
rápidamente se reproducen:
 
- Alteraciones sobre la médula ósea:
•   Anemia: se debe a la disminución de los glóbulos rojos o
hematíes. En los casos severos el paciente puede precisar
transfusiones de sangre o ayuda con una hormona que estimula
la producción de glóbulos rojos (eritropoyetina).
•   Neutropenia o bajada de defensas: es asintomática, pero en
caso de infecciones durante el tratamiento puede ser más difícil
la recuperación.
•   Trombopenia o bajada de plaquetas: si es muy marcada
puede asociarse a sangrado nasal o de mucosas.
Con el fin de detectar y corregir estas alteraciones, se realizan
análisis de forma periódica y previos a la administración de cada
nuevo ciclo de quimioterapia.
- Alopecia (caída del pelo): son muchos los fármacos que
producen caída temporal del pelo. La intensidad de la caída
depende del tipo de fármaco administrado. Generalmente
vuelve a salir a partir de las cinco semanas después de la
terminación del tratamiento. En ocasiones el pelo que sale es
distinto del previo.
-  Trastornos digestivos: la quimioterapia produce con frecuencia
alteraciones del apetito, nauseas, vómitos y úlceras en la boca.
Con el tratamiento adecuado se puede controlar  en la mayoría
de los pacientes.
-  Mucositis: se define así la inflamación de la mucosa de la boca.
Es uno de los efectos más frecuentes del tratamiento combinado
con quimio y radioterapia en los tumores de cabeza y cuello.
Favorece la infección por hongos y puede dificultar
enormemente la correcta alimentación durante y después del
tratamiento.
 
Dentro de los tratamientos oncológicos tenemos que diferenciar
varios tipos de tratamiento:
1. Quimioterapia clásica.

2. Anticuerpos monoclonales: son fármacos intravenosos que


actúan de forma diferente a la quimioterapia, pudiéndose
combinar con la radioterapia y la quimioterapia. Los efectos
secundarios son también diferentes de la quimioterapia. Sus
principales efectos tóxicos son cutáneos (rash), generalmente
transitorios y alteraciones de las uñas. Actualmente reemplaza
en muchas indicaciones a la quimioterapia convencional. Un
tratamiento estándar utilizado actualmente es la combinación
del único anticuerpo aprobado en estos tumores (Cetuximab) y
Radioterapia, con intención de curar la enfermedad.

3. Inmunoterapia: es un tratamiento intravenoso de reciente


aprobación en los tumores de cabeza y cuello. Su mecanismo de
acción es completamente diferente a los tratamientos conocidos
previamente. Su efecto se basa en estimular el sistema inmune
del paciente para que sea el que destruya las células tumorales.
En lo últimos años se han aprobado dos fármacos: Nivolumab y
Pembrolizumab, los dos para enfermedad avanzada.

 
Nutrición
Comer bien durante el tratamiento es fundamental, en especial
en los tumores de cabeza y cuello. Es importante ingerir
suficientes calorías y proteínas para prevenir la pérdida de peso
y favorecer la cicatrización de las heridas. Comer bien puede ser
especialmente difícil para los pacientes tratados de un cáncer de
cabeza y cuello. Son muchos los factores que influyen como son
la boca seca, la falta de apetito, las llagas en la boca, las nauseas
y vómitos.
Para mantener una alimentación adecuada se deben seguir
algunas normas:
- Evite comidas calientes, especiadas o ácidas.
- No tome alcohol.

- No tome comidas excesivamente azucaradas.

- Triture los alimentos para evitar una masticación


prolongada.
En algunos casos, a pesar de que el paciente lo intente, la
alimentación puede resultar imposible, necesitando la
colocación de un dispositivo que facilite la alimentación: una
sonda nasogástrica o un dispositivo insertado directamente en el
estómago. La sonda nasogástrica es un tubo fino de plástico que
se introduce por uno de los orificios nasales y llega hasta el
estómago. En algunos casos no es posible introducir la sonda a
través de la nariz por la localización del tumor o por la situación
delicada de la boca; en estos casos puede ser necesaria la
colocación de la sonda a través de una mínima incisión en el
abdomen que conecta la sonda directamente con el estómago
(sonda de gastrostomía). Estas soluciones suelen ser temporales
y una vez que finaliza el tratamiento se va recuperando poco a
poco la capacidad de alimentarse por la boca de forma normal.
Dado que este grupo de tumores es heterogéneo en su origen y
comportamiento vamos a considerar cinco grupos:
1. Cáncer de laringe e hipofaringe
2. Cáncer de nasofaringe
3. Cáncer de orofaringe y cavidad oral
4. Tumores de glándulas salivares
5. Tumores de cavidad nasal y senos paranasales
Cáncer de laringe
La laringe es el órgano básico para la emisión de sonidos; se
encuentra localizado entre los aparatos respiratorio y digestivo,
siendo necesaria para el mantenimiento de ambas funciones.
Está entre la faringe y la tráquea (Figura 1).
Tiene forma de pirámide invertida y anatómicamente se divide
en tres zonas:
• Supraglotis: desde la faringe hasta las cuerdas vocales.
• Glotis: cuerdas vocales (Figura 2).
• Subglotis: desde las cuerdas vocales hasta el inicio de la
tráquea.
El cáncer de laringe ocupa el sexto lugar en mortalidad por
cáncer en varones. Como el resto de los tumores de cabeza y
cuello predomina en el sexo masculino. Está claramente
relacionado con el consumo de tabaco y con la cantidad
consumida.
Clínica
La mayoría de los síntomas ocasionados por el tumor se deben a
la interferencia del mismo con las funciones habituales:
 Disfonía o ronquera: es el síntoma más frecuente de cáncer
de laringe y aparece en aquellos tumores que afectan a la
glotis.
 Disfagia o dificultad para tragar.
 Disnea o dificultad para respirar: se debe a la obstrucción
de la vía respiratoria y el es síntoma fundamental de los
tumores subglóticos.
 Dolor: en los tumores de hipofaringe es frecuente que
exista otalgia refleja o dolor irradiado al oído. También
pueden aparecer como odinofagia o dolor al tragar.
Toda persona fumadora con una ronquera de más de dos
semanas de evolución que no mejore debe consultar al
especialista.
Diagnóstico
El diagnóstico del cáncer de laringe debe realizarlo el
otorrinolaringólogo. Antes de la realización de cualquier prueba
se debe realizar un interrogatorio completo en el que se incluyan
los hábitos del paciente así como la presencia de síntomas que
puedan orientar al diagnóstico.

Las pruebas a realizar son las siguientes:


1. Fibrolaringoscopia: se introduce un laringoscopio flexible
(un tubo muy fino con una luz en el extremo) por una de
las fosas nasales. Esta prueba no es dolorosa, aunque
puede resultar molesta; en general se suelen utilizar
anestésicos locales por la nariz para minimizar estos
síntomas. Permite explorar las cuerdas vocales en fonación
(durante el habla).
2. Laringoscopia directa: algunas personas por tener el
cuello poco flexible, corto o un reflejo nauseoso
exacerbado, no permiten la valoración completa con
fibrolaringoscopio, precisando un sencillo procedimiento
bajo anestesia general que consiste en la introducción de
un tubo rígido por la boca hasta la laringe con ayuda de un
microscopio consiguiendo mejor acceso para el cirujano y
toma de biopsias. No permite explorar el movimiento de
las cuerdas vocales.
El estudio debe completarse con las siguientes exploraciones:
1. Análisis de sangre: nos permite conocer el estado general
del paciente y sospechar otras alteraciones.
2. TAC (tomografia axial computerizada) de cabeza y
cuello: es una prueba radiológica que consiste en realizar
cortes fotográficos del cuerpo en secciones transversales
cada 5 mm, permitiendo estudiar todas las estructuras en
un tiempo muy corto. (treinta minutos). En ocasiones
precisa la administración de contraste intravenoso.
3. RNM (Resonancia Nuclear Magnética): permite obtener
mejores imágenes de tejidos blandos. Tiene el
inconveniente de ser realizado en un tubo cerrado, por lo
que las personas que padecen claustrofobia o problemas
para una inmovilización prolongada (treinta minutos) no
pueden realizársela en un centro convencional, existiendo
la posibilidad de hacerla en resonancias abiertas.
4. Radiografía de tórax: sirve para determinar el estado de
los pulmones.
5. Otras: en caso de otros síntomas asociados, puede ser
necesario realizar ecografía abdominal o gammagrafía
ósea, aunque no se hacen de forma rutinaria. 
6.  PET-TAC: es una prueba que combina las imágnes
obtenidas en el TAC con una parte dinámica (realizada en el
servicio de Medicina Nuclear), así se obtienen imágenes en
las que también se puede determinar las zonas tumorales
por la captación que tienen de glucosa. Su duración es más
prolongada que la del TAC habitual. Nos aporta
información de todo el cuerpo y además sirve para
planificar los tratamientos de radioterapia.
Histología
Aunque se han descrito muchos tipos de cáncer que
corresponden a la malignización de todas las células que la
componen, la mayoría de ellos corresponden al carcinoma
escamoso o epidermoide. 
Estadiaje 
Para determinar cuál es el tratamiento más adecuado, se
subdivide al tumor en estadios.
Para su clasificación por estadios se recomienda el sistema de la
Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) basado en el TNM.
(Tabla 1).
•T: se refiere al tamaño tumoral y la invasión local en
superficie o profundidad y en relación con las estructuras
adyacentes afectadas.
•  N: afectación de los ganglios linfáticos regionales.
•  M: presencia de metástasis a distancia.
Tabla 1. CLASIFICACION TNM CANCER DE LARINGE
 T  TAMAÑO TUMORAL
 Tx  No puede evaluarse el tumor
 T0  No existe evidencia de tumor primario
 Tis  Carcinoma in situ
 T1  Tumor limitado a una localización con cuerda móvil 
 T2  Tumor que invade más de una sublocalización con cuerda móvil
 T3  Tumor que fija una o las dos cuerdas 
 
Tratamiento
El tratamiento del cáncer de laringe varía en función del estadio
del tumor, de la localización del mismo (glotis, supraglotis o
subglotis) y de las preferencias del paciente. La cirugía radical de
la laringe o tiene como secuela la pérdida permanente del habla
asi como la respiración a través de un orificio que comunica
directamente la tráquea con la piel o traqueostoma. Una vez
planteadas las distintas opciones de tratamiento debe ser el
paciente el que debe elegir la mejor opción siempre que esto sea
posible.

1. Cirugía: el tipo de cirugía que se puede aplicar en el cáncer de


laringe varía en función de la localización del tumor y de la
extensión del mismo a los ganglios linfáticos. Son varias las
técnicas empleadas:
- Laringuectomía total: consiste en la extirpación de toda la
laringe. Es una cirugía mutilante ya que va asociada a
traqueostomía permanente y a pérdida de la voz ( se
extirpan las cuerdas vocales)
- Laringuectomía supraglótica: consiste en extirpar la
supraglotis. Preserva las cuerdas vocales y puede no
necesitar traqueostomía permanente. Tiene la ventaja de
que preserva la voz, entre sus principales inconvenientes
está la posibilidad de atragantamientos durante la
deglución.
- Cordectomía: consiste en la extirpación de una sola cuerda
vocal. Puede ser abierta o con láser.
- Linfadenectomía cervical: es la extirpación de los ganglios
del cuello. Existen varias técnicas dependiendo de la
localización de los ganglios afectos. Generalmente se realiza
en el mismo momento que la cirugía de la laringe.
En los últimos años la cirugía mediante láser de CO2 se ha
convertido en una herramienta muy útil para los tumores
pequeños, confinados a las cuerdas vocales, con la ventaja de no
necesitar traqueostomía y con una recuperación más precoz tras
la cirugía. Otra de las herramientas que están aumentando su
uso en los tumores de cabeza y cuello es la cirugía robótica
transoral, aunque todavía no está disponible en todos los
centros.
2. Radioterapia: tiene distintas aplicaciones en el cáncer de
laringe:
- Como único tratamiento en los tumores localizados en una
cuerda vocal (T1 y T2) sustituyendo a la cirugía con similares
resultados.
- Como tratamiento complementario de los tumores
resecados por completo pero con los márgenes afectados y
los ganglios cervicales analizados positivos.
- Formando parte de un tratamiento combinado con
quimioterapia en aquellos tumores en los que no se puede
plantear la cirugía como primera opción o cuando esta es
muy mutilante.
3. Quimioterapia:
El tratamiento con  quimioterapia consiste en la utilización de
fármacos llamados antineoplásicos o quimioterápicos cuyo
objetivo es destruir las células tumorales. Como efectos
colaterales también actúan sobre las células sanas, de forma
más intensa sobre las células de crecimiento más rápido.
La quimioterapia para los tumores de cabeza y cuello se
administra habitualmente por vía venosa, aunque existen
algunos fármacos que se pueden administrar por vía oral (por la
boca). El tratamiento se administra a intervalos fijos de tiempo
que dependen para cada uno de ellos (una vez a la semana, cada
3 semanas, quincenal...). Cada período de tratamiento se conoce
como ciclo y puede variarse dependiendo de las condiciones del
paciente.

En los tumores de cabeza y cuello, la quimioterapia se


administra según tres esquemas fundamentales:
- Neoadyuvante o  tratamiento de inducción: previo a la
cirugía o radioterapia.
- Adyuvante o después de tratamiento radical con cirugía o
radioterapia.
- Concomitante o a la vez que la radioterapia.
Algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia en los
tumores de cabeza y cuello son superponibles a los de la
radioterapia, incluyendo dolor en la zona irradiada, boca seca,
infecciones y cambios en el sabor de los alimentos. La mayoría
de esto síntomas ceden con la finalización del tratamiento.

La quimioterapia produce efectos que son debidos a su acción


sobre otras células del cuerpo, sobre todo las que más
rápidamente se reproducen:
- Alteraciones sobre la médula ósea:
 Anemia: se debe a la disminución de los glóbulos rojos
o hematíes. En los casos severos el paciente puede
precisar transfusiones de sangre o ayuda con una
hormona que estimula la producción de glóbulos rojos
(eritropoyetina).
 Neutropenia o bajada de defensas: es asintomática,
pero en caso de infecciones durante el tratamiento
puede ser más difícil la recuperación.
Trombopenia o bajada de plaquetas: si es muy
marcada puede asociarse a sangrado nasal o de
mucosas.
 Con el fin de detectar y corregir estas alteraciones, se
realizan análisis de forma periódica y previos a la
administración de cada nuevo ciclo de quimioterapia.
- Alopecia (caída del pelo): son muchos los fármacos que
producen caída temporal del pelo. La intensidad de la caída
depende del tipo de fármaco administrado. Generalmente
vuelve a salir a partir de las cinco semanas después de la
terminación del tratamiento. En ocasiones el pelo que sale es
distinto del previo.
- Trastornos digestivos: la quimioterapia produce con frecuencia
alteraciones del apetito, nauseas, vómitos y úlceras en la boca.
Con el tratamiento adecuado se puede controlar en la mayoría
de los pacientes.
- Mucositis: se define así la inflamación de la mucosa de la boca.
Es uno de los efectos más frecuentes del tratamiento combinado
con quimio y radioterapia en los tumores de cabeza y cuello.
Favorece la infección por hongos y puede dificultar
enormemente la correcta alimentación durante y después del
tratamiento.
Dentro de los tratamientos oncológicos tenemos que diferenciar
varios tipos de tratamiento:

1. Quimioterapia clásica: son fármacos útiles en el tratamiento el


Cisplatino, el fluoracilo, el nab-palitaxel, metottrexate, etopósido,
gemcitabina, capecitabina, pemetrexed o bleomicina.
2. Anticuerpos monoclonales: son fármacos intravenosos que
actúan de forma diferente a la quimioteraoia, pudiéndose
combinar con la radioterapia y la quimioterapia. Los efectos
secundarios son también diferentes de la quimioterapia. Sus
principales efectos toxicos son cutáneos (rash), generalmente
transitorios y alteraciones de las uñas. Actualmente reemplaza
en muchas indicaciones a la quimioterapia convencional. Un
tratamiento estándar utilizado actualmente es la combinación
del único anticuerpo aprobado en estos tumores (Cetuximab) y
Radioterapia, con intención de curar la enfermedad.
3. Inmunoterapia: es un tratamiento intravenoso de reciente
aprobación en los tumores de cabeza y cuello. Su mecanismo de
acción es completamente diferente a los tratamientos conocidos
previamente. Su efecto se basa en estimular el sistema inmune
del paciente para que sea el que destruya las células tumorales.
En lo últimos años se han aprobado dos fármacos: Nivolumab y
Pembrolizumab, los dos para enfermedad avanzada.

Cáncer de nasofaringe o cavum 


La nasofaringe o cavum es la parte más alta de la faringe. Está
situada por detrás de las fosas nasales, justo por delante de la
columna cervical. En ella desembocan las trompas de Eustaquio
que son los conductos que comunican los oídos con la faringe.
Es un lugar de paso, por lo que los síntomas producidos en esta
localización suelen ser tardíos y relacionados con la dificultad
para respirar, oír (por obstrucción de las trompas) o sangrado
nasal.
Epidemiología y factores de riesgo
El cáncer de cavum es un tumor raro en España, con una
incidencia de 1 caso por 100.000 habitantes y año. Es muy
frecuente en algunas regiones del sudeste asiático.
El pico de máxima frecuencia está entre los 40 y 50 años y es dos
veces más frecuente en el hombre que en la mujer. No está tan
claramente definida su relación con el tabaco y el alcohol como
en el resto de tumores de cabeza y cuello. Los factores de riesgo
tampoco están claramente definidos, aunque los más conocidos
son:
1. Consumo de alimentos salados (ricos en nitrosaminas).
2. Infección por el Virus de Ebstein-Barr. Este virus produce
una enfermedad llamada mononucleosis infecciosa o
enfermedad del beso. La mayoría de las células tumorales
presentan en su interior restos de este virus. Sin embargo,
sólo un pequeño porcentaje de pacientes que han
padecido una mononucleosis infecciosa presentan este
tumor.
3. Parecen existir factores genéticos asociados, aunque se
desconoce el alcance real de los mismos.
Clínica
Debido a la localización del tumor, la mayoría de los pacientes
consultan cuando el tumor es grande y ha producido
obstrucción de las fosas nasales o de la trompa de Eustaquio.
Los síntomas más frecuentes son:
1. Tumor palpable en el cuello sin otros síntomas asociados.
Cualquier bulto que aparezca en la región superior del
cuello, de consistencia dura debe ser valorado por su
médico.
2. La obstrucción de una de las trompas de Eustaquio
produce una acumulación de líquido dentro del oído (otitis
serosa) de forma unilateral que produce sensación de
taponamiento y disminución de la audición.
3. Dolor de oídos (otalgia).
4. Cambio en la voz (voz nasal o gangosa).
5. Otros síntomas se suelen presentar en fases más
avanzadas como dolor de cabeza o sangrado nasal. 
Diagnóstico
El diagnóstico del cáncer de cavum lo realiza el
otorrinolaringólogo.
Se debe realizar una exploración de la nasofaringe. Para ello es
preciso introducir un fibrolaringoscopio flexible (un tubo muy
fino con una luz en un extremo) por una de las fosas nasales.
Esta prueba no resulta dolorosa, aunque en ocasiones puede
resultar algo molesta durante su recorrido por las fosas nasales.
Con él se obtiene la biopsia de la zona, que consiste en obtener
una muestra de tejido para estudiarlo al microscopio. En algunos
casos la muestra que se obtiene es muy pequeña o no queda
claro que sea un tumor, por lo que es preciso realizar además
una PAAF (punción-aspiración con aguja fina) de los ganglios del
cuello. Esta prueba no es dolorosa y se realiza sin anestesia y en
un periodo corto de tiempo.
El estudio de extensión de los tumores de cavum se realiza
generalmente mediante TAC (Tomografía axial computerizada)
de cabeza y cuello. En algunos centros se realiza RNM
(Resonancia Nuclear Magnética) previa al planteamiento
quirúrgico ya que esta prueba permite obtener mejores
imágenes de tejidos blandos.
Se completa el estudio con una radiografía de tórax, no
realizándose más exploraciones salvo que existan otros
síntomas asociados (por ejemplo dolor óseo). 
En los últimos años se ha generalizado el uso del PET-TAC
(Tomografía por emisión de Positrones), como estudio de
extensión y también como parte del posterior tratamiento de
radioterapia.
Tipos histológicos
La Organización Mundial de la Salud (OMS), los divide en tres
tipos.
 Tipo 1: carcinoma epidermoide queratinizante o
diferenciado.
 Tipo 2: carcinoma epidermoide no queratinizante.
 Tipo 3: carcinoma indiferenciado o linfoepitelioma.
Estadios
Para su clasificación por estadios se recomienda el sistema de la
Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) basado en el TNM. 
•  T: se refiere al tamaño tumoral 
•  N: afectación de los ganglios linfáticos regionales 
•  M: presencia de metástasis a distancia
Factores pronósticos
Aquellos factores que nos orientan sobre las posibilidades de
éxito del tratamiento y la supervivencia 
Se consideran factores pronósticos en el cáncer de cavum:
  El principal factor es el estadío clínico. La afectación de los
ganglios linfáticos se asocia a peor pronóstico, siendo más
frecuentes las metástasis a distancia.
  La clasificación de la OMS (mejorar para los de tipo 3
frente a los de tipo 1).
  Existe mejor evolución en los pacientes jóvenes y en las
mujeres frente a los varones.
Los estadios se denominan según los números romanos del I al
IV, teniendo en cuenta el tamaño tumoral (T) y la afectación de
los ganglios linfáticos (N).  
Tratamiento 
La localización de este tumor hace prácticamente imposible una
cirugía curativa, pero es un tumor muy sensible a la
quimioterapia y a la radioterapia.

1. Radioterapia: es el tratamiento más utilizado en los estadios


precoces, aunque en aquellos casos en los que existe
enfermedad ganglionar los resultados añadiendo quimioterapia
son mejores.
El cáncer de cavum es radiosensible, esto quiere decir que
responde bien a este tratamiento. Se incluye en el campo de
irradiación desde la nasofaringe hasta las cadenas ganglionares
afectas.

2. Quimioterapia: la quimioterapia se utiliza en estadios


avanzados (estadios III) y son dos los esquemas fundamentales
de tratamiento
- Concomitante: se administra la quimioterapia a la vez que la
radioterapia, aunque dado que la radioterapia se administra
diariamente y la quimioterapia a intervalos entre una y tres
semanas, sólo coinciden los tratamientos algunos días.
- Adyuvante: en algunos casos, una vez finalizado el tratamiento
de quimio y radioterapia concomitante, puede plantearse el
administrar dos o tres ciclos de quimioterapia de consolidación.
Es muy importante para que el tratamiento sea efectivo
mantener un buen estado nutricional. En ocasiones, y debido a
los efectos secundarios del tratamiento comer resulta muy
doloroso, siendo necesario tratamiento analgésico intensivo o
incluso colocar una sonda para alimentación en el estómago de
forma temporal (sonda de gastrostomía).

En aquellos tumores avanzados, la quimioterapia se utiliza sola y


su intención es paliativa, es decir controlar la enfermedad y
minimizar los síntomas.
El fármaco más utilizado en el cáncer de cavum es el cisplatino y
se puede utilizar sólo o en combinación. Otros fármacos
utilizados son 5-Fluorouracilo y de más reciente aparición los
Taxanos (docetaxel y paclitaxel).
En los últimos años se ha extendido el uso de inmunoterapia en
la mayoría de los tumores, existen estudios con Pembrolizumab
y Nivolumab.
En todos los tumores de baja inicdencia, ante una progresión, se
debe valorar la inclusión en ensayos clínicos de nuevos
fármacos.

3. Cirugía: como se ha explicado, las dificultades técnicas hacen


que incluso en tumores pequeños no sea un tratamiento
habitual. Se reserva para el diagnóstico inicial y para extirpar los
ganglios del cuello si no han respondido completamente al
tratamiento o después de una recaída tras el tratamiento inicial.
Pronóstico
La supervivencia a cinco años varía dependiendo
fundamentalmente del estadio en el que se diagnostica la
enfermedad, así en los estadios I está en torno al 91 %, 66 % en
los estadios II y 54 % en los estadios IV.
Seguimiento y revisiones
A diferencia de otros tumores de cabeza y cuello, el carcinoma
de cavum tiende a recurrir tanto localmente como a distancia
mucho más tardíamente (pasados incluso cinco años).Una vez
finalizado el tratamiento es preciso realizar revisiones periódicas
con el fin de detectar recaídas lo más rápidamente posible y
valorar los efectos secundarios. Se recomienda el seguimiento
de los pacientes cada tres meses los dos primeros años, cada
cuatro a seis meses durante los años tres a cinco y anualmente
después. Para el seguimiento se realiza una endoscopia nasal,
TAC y/o RNM cérvico-facial y radiografía de tórax. 

Carcinoma de orofaringe y cavidad oral 


La orofaringe es la parte de la faringe que se inicia por detrás de
la boca. La cavidad oral y la orofaringe incluyen varias zonas:
labios, paladar blando, paladar duro, lengua y amígdalas. (Fig. 1)
El cáncer de cavidad oral incluye todos aquellos tumores que se
desarrollan en cualquier parte de la cavidad oral.
Histología
La cavidad oral está recubierta por un epitelio escamoso con
glándulas salivales menores intercaladas. Los tumores más
frecuentes son los carcinomas escamosos. 
Clínica
La forma de presentación de estos tumores es muy variable y
depende de la localización:
        Lesiones en la boca de coloración blanquecina o roja
(leucoplasia o eritroplasia).
        Ulcera que no cicatriza bien.
        Sangrado bucal constante.
        Molestias faríngeas inespecíficas asociadas a dolor al
tragar (odinofagia) o dolor de oído.
        Sensación de cuerpo extraño en la boca.
        Cambios en el tono de la voz o voz nasal (rinolalia).
        Aparición de un bulto en el cuello.
Si presenta cualquiera de estos síntomas, debe consultar al
dentista con el fin de diagnosticar y tratar el problema lo antes
posible.
Diagnóstico
Si presenta cualquier síntoma que sugiera cáncer oral, lo
primero es realizar una inspección de la boca y la orofaringe, con
palpación del cuello y de la lengua.
Si en la exploración se observa alguna lesión anormal, es
imprescindible realizar una biopsia. Consiste en obtener una
muestra del tejido sospechoso, generalmente con anestesia
local. En ocasiones, si la lesión se encuentra en una zona de
difícil acceso puede ser necesario hacerla con anestesia general.
La biopsia es la prueba definitiva para el diagnóstico de un
cáncer.
El estudio debe completarse con las siguientes exploraciones:
 Análisis de sangre: nos permite conocer el estado general
del paciente y las posibles alteraciones a tener en cuenta
antes de iniciar el tratamiento.
 Radiografía dental (ortopantomografía):  sirve para valorar
el estado de los dientes y si el tumor ha afectado a la
mandíbula.
 TAC (tomografia axial computerizada) de cabeza y cuello:  es
una prueba radiológica que consiste en realizar cortes
fotográficos del cuerpo en secciones transversales cada 5
mm, permitiendo estudiar todas las estructuras en un
tiempo muy corto (treinta minutos). En ocasiones precisa la
administración de contraste intravenoso. 
 RNM (Resonancia Nuclear Magnética): permite obtener
mejores imágenes de tejidos blandos. Se realiza en un tubo
cerrado, por lo que las personas que padecen claustrofobia
o no pueden mantener una inmovilización prolongada
(treinta minutos) pueden no ser candidatas a ella. Tanto el
TAC como la RNM son pruebas indoloras aunque pueden
ser un poco molestas por la necesidad de coger una vía
para la administración de contraste.
 Radiografía de tórax: sirve para determinar el estado de los
pulmones.
 PET-TAC: es una prueba que combina las imágnes
obtenidas en el TAC con una parte dinámica (realizada en el
servicio de Medicina Nuclear), así se obtienen imágenes en
las que también se puede determinar las zonas tumorales
por la captación que tienen de glucosa. Su duración es más
prolongada que la del TAC habitual. Nos aporta
información de todo el cuerpo y además sirve para
planificar los tratamientos de radioterapia.
 Otras: en caso de otros síntomas asociados, puede ser
necesario realizar ecografía abdominal o gammagrafía
ósea, aunque no se hacen de forma rutinaria.
Estadiaje
Los estadios son los grupos en que se clasifican los tumores de
cara a plantear grupos de tratamiento y pronóstico.
Para la clasificación por estadios se recomienda el sistema de la
Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) basado en el TNM. 
            •  T: se refiere al tamaño tumoral
            •  N: afectación de los ganglios linfáticos regionales
            •  M: presencia de metástasis a distancia 
Tratamiento
El tratamiento de estos tumores depende fundamentalmente del
tamaño y localización del tumor. Puede incluir cirugía,
radioterapia o quimioterapia. 
1. Cirugía: consiste en la extirpación del tumor con márgenes
de tejido sano.  Puede hacerse por la boca o si el tumor es
muy posterior a través de una incisión en la mandíbula. En
ocasiones, si existe afectación de los ganglios del cuello es
necesaria la resección  de uno o los dos lados del cuello
(disección cervical). En algunos casos, dependiendo de las
características del tumor, está indicada su asociación con
radioterapia.

Los efectos secundarios de la cirugía varían según sea la


extensión de la misma; así en tumores pequeños que sólo
afecten a la boca las molestias pueden ser mínimas, pero
en los casos en los que haya que extirpar gran parte de la
lengua o del suelo de la boca las secuelas pueden ser
importantes a la hora de hablar o tragar. En algunos casos
puede ser necesaria la reconstrucción estética. Algunos
pacientes pueden necesitar implantes dentales  o colocación
de injertos (tejido procedente de otra parte del cuerpo). 
2. Radioterapia: se utiliza como único tratamiento en tumores
pequeños o en pacientes que debido a su estado general o
a su edad no pueden ser sometidos a cirugía. Su uso más
habitual en estos tumores es como tratamiento
complementario a la cirugía en aquellos casos en los que
los márgenes del tumor están afectos o hay ganglios
positivos.

Casi todos los pacientes que reciben radioterapia para el


carcinoma de cavidad oral desarrollan efectos secundarios.
Antes de iniciar el tratamiento debe acudir a su dentista
con el fin de realizar una exploración exhaustiva de los
dientes y poder extraer las piezas cariadas.

Algunos efectos secundarios de la radioterapia se pasan al


finalizar el tratamiento, pero otros son definitivos.
Seguimiento
A pesar de que el tratamiento del cáncer oral haya sido
completo, es preciso realizar un seguimiento con el fin de poder
detectar las posibles recaídas del tumor y tratarlas lo antes
posible. Las personas que han tenido un cáncer en la boca
tienen un riesgo aumentado de presentar un nuevo cáncer de
cabeza y cuello. Esto es especialmente importante si continúa
fumando o bebiendo tras el tratamiento. 

Los senos paranasales


Los senos paranasales son unas estructuras aéreas localizadas
dentro de los huesos de la cara. Están recubiertos por una
mucosa similar a la del resto de la cavidad nasal. Hay cuatro
grupos de senos: maxilares, frontales, etmoidales y esfenoidales.
(Fig. 1)

Epidemiología
Los tumores de la cavidad nasal y de los senos paranasales son
tumores raros, suponiendo sólo el 0,2 % de todos los tumores
malignos.
Se ha descrito mayor frecuencia en algunas áreas geográficas
como Japón y África. Son más frecuentes en varones con una
proporción 2:1. Aparecen generalmente en edades medias de la
vida (4ª década).
Son unilaterales. Su localización más frecuente es en el seno
maxilar. Debido a que la clínica se parece mucho a la de los
procesos sinusales benignos (sinusitis, pólipos nasales,.), su
diagnóstico se suele hacer en fases avanzadas de la enfermedad.
Causas
No está clara la influencia del tabaco en el origen de estos
tumores. Se ha relacionado con la exposición en el trabajo
a madera, petróleo y piel.  Parece existir cierta relación con el
consumo de alimentos en salazón. En algunos casos se han
relacionado con la exposición a radiaciones y a la infección por
el virus del papiloma humano.
Clínica
Como se desarrollan en cavidades aéreas, suelen adquirir un
gran tamaño antes  de originar alguna sintomatología.
Los síntomas  más habituales son los siguientes:
·       Obstrucción nasal unilateral.
·      Sangrado nasal constante o epistaxis.
·      Lagrimeo constante por obstrucción del conducto
lagrimal.
·       Aumento de tamaño del puente nasal, o de la
órbita si existe crecimiento del tumor.
·      Dolor e inmovilidad dentaria.
Tipos histológicos
Son muchos los tipos de tumores que pueden aparecer en la
cavidad nasal y en los senos paranasales, correspondiendo a la
transformación maligna de los distintos tipos de células que
asientan en la mucosa.
 Carcinoma epidermoide: representa el 80 % de los tumores
de esta localización. Su localización más frecuente es en el
seno maxilar.
 Carcinoma de glándulas salivares menores: carcinoma
adenoide-quístico, adenocarcinoma y
mucoepidermoide. Tienen mayor agresividad que los
anteriores.
 Estesioneuroblastoma: se origina en el nervio olfatorio.
 Otros: linfomas, plasmocitomas, sarcomas y melanomas.                   
Diagnóstico
El diagnóstico de estos tumores es complicado por la semejanza
de su clínica con la de procesos benignos como la sinusitis.
El diagnóstico se realiza fundamentalmente a través de pruebas
de imagen:
 Radiología simple de cráneo: muestra de forma grosera si
existe alguna alteración en los senos.
 TAC (tomografia  axial computerizada) de senos: es una
prueba radiológica que consiste en realizar cortes
fotográficos del cuerpo en secciones transversales cada 5
mm, permitiendo estudiar todas las estructuras en un
tiempo muy corto. (treinta minutos). En ocasiones precisa
la administración de contraste intravenoso.
 RNM (Resonancia Nuclear Magnética ): permite obtener
mejores imágenes de tejidos blandos. Se realiza en un tubo
cerrado, por lo que las personas que padecen claustrofobia
o no pueden mantener una inmovilización prolongada
(treinta minutos) pueden no ser candidatas a ella. Tanto el
TAC como la RNM son pruebas indoloras aunque pueden
ser un poco molestas por la necesidad de coger una vía
para la administración de contraste. En este tipo de
tumores resulta muy útil para valorar la extensión
infraorbitaria y definir la extensión de los tejidos blandos
faciales. 
Como en el resto de los tumores malignos, el diagnóstico
definitivo es por la biopsia que consiste en la obtención de una
muestra para su análisis al microscopio. Dada la localización de
estos tumores en ocasione es preciso programar la intervención
y tomar la biopsia en el momento de la cirugía (biopsia
intraoperatoria). 
Tratamiento
La base del tratamiento de estos tumores es la cirugía asociada o
no a radioterapia (excepto los linfomas y los plasmocitomas).
En el caso del seno maxilar, se puede realizar maxilectomía
simple o extendida. Tras la cirugía se puede asociar radioterapia
en los casos en los que los márgenes estén afectos o que exista
invasión perineural. En el caso de los senos esfenoidal y
etmoidal, en los que el abordaje quirúrgico es más complicado y
mucho más mutilante, la radioterapia puede ser una alternativa
válida.

La radioterapia como tratamiento único tiene resultados muy


pobres, con supervivencias del 16 % y en casos avanzados del 10
% a los 5 años.
En tumores precoces la cirugía radical es el único tratamiento
curativo, asociándose radioterapia en los casos en que los
márgenes del tumor estén muy próximos al borde.
El tratamiento quirúrgico tiene como objetivo la extirpación
radical de la lesión con márgenes adecuados de tejido sano, así
como la reconstrucción funcional y estética del paciente. Es
decir, conseguir la curación del paciente con las mínimas
secuelas posibles. El tipo de intervención se programa de
acuerdo con la localización y extensión de las estructuras
afectadas.
Pronóstico y supervivencia
La supervivencia global para el cáncer de senos paranasales es
baja, con cifras del 25% a los 5 años. El pronóstico está
relacionado con el estadio de la lesión en el momento del
diagnóstico.
Son signos de mal pronóstico:
 Afectación de la base del cráneo.
 Erosión de las paredes de la órbita.
 Algunas histologías (melanoma,..).
La causa más frecuente de fracaso del tratamiento en los
tumores malignos de cavidad nasal y senos paranasales es la
falta de control local del tumor. 
Las glándulas salivares 
Las glándulas salivares se subdividen en glándulas mayores y
menores. Las mayores son la parótida, la submaxilar y la
sublingual.
La glándula parótida está situada en la zona anterior al pabellón
auricular. A través de ella discurre el nervio facial, muy
importante a la hora de valorar el tratamiento de los tumores
que asientan en ella. La glándula submaxilar o submandibular se
sitúa por debajo del mentón y la sublingual en el suelo de la
boca. (Fig. .1)
Fig. 1. Glándulas salivares
Las glándulas menores son entre 500 y 1000 situadas en la
mucosa de los labios, paladar, lengua y todo el resto de las vías
aéreas superiores.
Los tumores de las glándulas salivares tienen una frecuencia
relativamente escasa, suponen entre el 3 y el 6,5% de las
neoplasias de cabeza y cuello.
Los tumores de las glándulas salivares se localizan
fundamentalmente en las glándulas salivares mayores,
correspondiendo a la parótida el 80% y a la submaxilar el 10%.
La localización en la sublingual es ocasional. Los tumores
benignos son más frecuentes representando el 66% de de todos
los tumores de esta localización, constituyendo el 80% de las
lesiones parotídeas, el 60-65% de las submaxilares y el 50 % de
las glándulas salivares menores.
Epidemiología
Los tumores de las glándulas salivares pueden presentarse
cualquier edad, aunque la mayoría afectan a pacientes adultos.
Las lesiones benignas son más frecuentes en mujeres y las
malignas son igual de frecuentes en ambos sexos.  
Tipos histológicos
Las glándulas salivares constituyen uno de los órganos con
mayor variedad de tumores. Debido a la gran diversidad que
existe, no hay una única clasificación.
De los tumores benignos el más frecuente es el adenoma
pleomorfo o tumor mixto benigno, seguido del tumor de
Whartin o cistoadenoma papilar linfomatoso. De los malignos el
más frecuente es el carcinoma mucoeoidermoide, seguido del
carcinoma adenoide quístico, el adenoma pleomorfo maligno y
el adenocarcinoma. 
Clínica
La mayoría de los tumores son asintomáticos al diagnóstico,
apareciendo como una masa palpable en la localización de las
glándulas salivares. En algunos casos se pueden asociar a dolor
local y dificultad para abrir y cerrar la boca... En casos avanzados
pueden dar problemas para tragar o hablar.
Diagnóstico
Ante toda masa que asiente sobre una glándula salivar, se debe
realizar en primer lugar una exploración física que puede
orientar sobre el origen benigno o maligno de la lesión.
Las pruebas a realizar son las siguientes:
 Punción-aspiración con aguja fina (PAAF): consiste en
obtener una muestra del tumor con una mínima molestia
para el paciente. Se obtiene un material que es analizado al
microscopio. Es muy fiable para tumores benignos pero
puede no serlo tanto en los malignos.
 Biopsia: no se suele realizar salvo en aquellos casos en los
que la punción no es definitiva. Se puede realizar en el
mismo acto quirúrgico (biopsia intraoperatoria).
 TAC (tomografia  axial computerizada) de cabeza y cuello :
es una prueba radiológica que consiste en realizar cortes
fotográficos del cuerpo en secciones transversales cada 5
mm, permitiendo estudiar todas las estructuras en un
tiempo muy corto. (treinta minutos). En ocasiones precisa
la administración de contraste intravenoso.
 RNM (Resonancia Nuclear Magnética ): permite obtener
mejores imágenes de tejidos blandos. Se realiza en un tubo
cerrado, por lo que las personas que padecen claustrofobia
o no pueden mantener una inmovilización prolongada
(treinta minutos) pueden no ser candidatas a ella. Tanto el
TAC como la RNM son pruebas indoloras aunque pueden
ser un poco molestas por la necesidad de coger una vía
para la administración de contraste. 
Tratamiento
1. Cirugía
El tratamiento fundamental de los tumores de las glándulas
salivares es quirúrgico. Dependiendo del tipo de tumor, se
realiza la extirpación de la tumoración y en ocasiones de los
ganglios del cuello. Son los cirujanos maxilo-faciales o los
especialistas en otorrinolaringología los encargados de
realizarlas. En rasgos generales la cirugía consiste en la
extirpación completa del tumor con unos márgenes de tejido
sano aceptables. En la extirpación de la parótida o
parotidectomía, es muy importante la anatomía del nervio facial
que atraviesa la glándula por el centro y la divide en dos partes
(lóbulo superficial y lóbulo profundo). La parálisis facial es la
secuela más temida de la cirugía de parótida y puede
condicionar la elección del tratamiento.
2. Radioterapia
Puede utilizarse de forma preoperatoria para disminuir la masa y
facilitar su extirpación completa, como complemento para la
cirugía o para controlar el dolor en los casos irresecables.
3. Quimioterapia
El valor de la quimioterapia en este tipo de tumores es muy
discutible y no hay ningún régimen que haya demostrado ser
más efectivo que el resto. No obstante en pacientes con
metástasis a distancia, se puede plantear para control de los
síntomas debidos al tumor. 
Factores pronósticos
Son aquellos que se ven involucrados en la supervivencia del
paciente, sirviéndonos de guía para predecir su evolución.
Son factores de mal pronóstico:
 Tamaño tumoral: a mayor tamaño peor pronóstico.
 Los márgenes afectados en la cirugía.
 La parálisis del nervio facial en el momento del diagnóstico.
 Dolor.
 Las metástasis en los ganglios linfáticos regionales. 
Tratamientos no quirúrgicos
Hoy en día, el resultado de los tratamientos quírurgicos están
destinado a los tumores en esatidios I/II, pero en pacientes con
enfermedad en estadios III/IV, especialmente los localizados en
cavidad oral, orofaringe, hipofaringe y laringe, las primeras
alternativas de tratamiento son los tratamientos NO quirúrgicos,
los cuales combinan radioterapia con quimioterapia o cetuximab
y en otros casos se inicia el tratamiento con quimioterapia
(llamada quimioterapia de Inducción) y posteriormente se
combina quicio-radioterapia. Son tratamientos reservados para
sitios con experiencia en este tipo de técnicas, debido a la
complejidad de la misma y a sus efectos tóxicos. Es importante
saber que si estos tratamientos no funcionan, en dejar al
paciente sin tumor, la cirugía de rescate está indicada en algunos
casos.

Nuevas terapias y factores pronósticos


Como mencionamos previamente la infección por el virus del
papiloma humano (HPV) produce un tipo de tumor especial,
localizado en general en lo que se denomina orofaringe (la boca)
y está asociado a pacientes sin datos de grandes fumadores-
bebedores. Es más frecuente en pacientes jóvenes, además hay
un incremento en mujeres, siendo el mismo virus que produce el
carcinoma de cuello de útero (cérvix). Representa un nuevo tipo
de tumor, con mejor pronóstico que los tumores que se
observan en población de enfermos fumadores-bebedores.
Actualmente hay ensayos clínicos especiales para esta población
HPV+ donde se demuestra que quizás se beneficien de
tratamientos menos agresivos que el resto de los pacientes. En
la mayoría de los hospitales ya se puede determinar la infección
por este virus con un simple test realizado sobre el tumor. En
USA hay ensayos clínicos en marcha con vacunación en este
grupo de enfermos, pero aun no hay datos definitivos.
Nuevas terapias
La cirugía, radioterapia y quimioterapia continúan siendo la base
del tratamiento en los tumores de cabeza y cuello. Gracias a la
continua investigación, nuevas alternativas de tratamiento se
están desarrollando. Hoy en día la inmunoterapia para
diferentes tipos de tumores se está investigando con resultados
que pueden ser prometedores. En tumores de cabeza y cuello ya
disponemos de dos fármacos aprobados en España en tumores
que ya han recaído, tras un tratamiento llamado estándar que
debe incluir cisplatino: Nivolumab y Pembrolizimab (para este
último es preciso determinar el PDL-1 y que sea superior al 50%).
Inmunoterapia en el cáncer de cabeza y cuello
En los últimos años la inmunoterapia se ha convertido en una
parte importante del tratamiento de algunos tipos de tumores.
Este tratamiento se basa en producir una estimulación del
sistema inmune, de manera que las células tumorales,
reconocidas como extrañas por el organismo, sean
adecuadamente destruidas por las células inmunes estimuladas.
El sistema inmune juega un papel relevante en el desarrollo y la
evolución de los tumores de cabeza y cuello. Como ejemplo se
puede señalar la existencia de tumores, fundamentalmente de
orofaringe, asociados a infección por el virus HPV. La pérdida de
la función adecuada del sistema inmune podría explicar por qué
sólo unos pocos de entre todos los individuos infectados por el
virus desarrollan cáncer.
Existen diversas estrategias en desarrollo en la actualidad
basadas en el uso de inmunoterapia para el tratamiento del
cáncer de cabeza y cuello:
1.  Inmunoterapia específica en los tumores HPV positivos
El uso de vacunas dirigidas contra proteínas específicas de HPV
se ha desarrollado con el objetivo de disminuir la infección vírica
y en consecuencia, el desarrollo de tumores derivados de esta
infección. Aunque el papel de la vacunación contra HPV en la
prevención del desarrollo de tumores de orofaringe no ha sido
totalmente establecido, los resultados obtenidos en la actualidad
resultan prometedores. Más controvertido es el papel de la
vacunación una vez que la infección ya se ha producido.
La transferencia de células T es otro tratamiento inmune en
investigación en la actualidad. Se trata de extraer células T del
paciente, se estimulan exvivo y posteriormente se reintroducen
en el pacietne, con el objetivo de que produzcan una respuesta
inmune anti-tumoral.
2. Anticuerpos monoclonales dirigidos contra EGFR
Cetuximab es anticuerpo monoclonal dirigido contra el factor de
crecimiento epidérmico (EGFR), expresado en la mayoría de los
tumores de cabeza y cuello y relacionado con la proliferación
celular y progresión tumoral. Cetuximab está aprobado para su
uso en combinación con radioterapia en el tratamiento de los
tumores localmente avanzados y en combinación con
quimioterapia en el tratamiento de los tumores recurrentes o
metastásicos. Además de su efecto directo sobre EGFR, la
eficacia de cetuximab se atribuye en gran medida a su capacidad
de estimular el sistema inmune, produciendo citotoxicidad
mediada por anticuerpos. Algunas células del sistema, como las
“natural killers” (NK), reconocen las células tumorales a las que
se les ha unido cetuximab produciendo su destrucción.
3.  Inhibidores de puntos de control de la respuesta inmune
PD-1 es una molécula expresada en algunas células del sistema
inmune, fundamentalmente linfocitos T. La unión de PD-1 a otras
moléculas (PDL-1 y PDL-2) presentes en las células tumorales y
en otras células del sistema inmune, produce disminución de la
activación inmune. El bloqueo de esta interacción por
anticuerpos monoclonales restaura y estimula el sistema inmune
produciendo un efecto antitumoral.
Nivolumab es un anticuerpo dirigido contra PD-1. Su uso se ha
probado en un ensayo clínico (Checkmate 141) en el que se
comparaba nivolumab frente al tratamiento elegido por el
médico en pacientes que habían progresado a un tratamiento
previo. Los resultados de este estudio han mostrado una mejor
supervivencia de los pacientes tratados con nivolumab (7.5
meses comparado con 5.1 meses en el grupo del tratamiento
elegido por el médico (hazard ratio, 0.70; 95% IC: 0.51–0.96; P=
0.0101). la supervivencia al año fue del 36% con nivolumab
comparado con 16.6% para la rama del tratamiento elegido por
el médico. Gracias a estos resultados nivolumab ha recibido la
aprobación para su uso en los tumores de cabeza y cuello, tras
esto se espera su aprobación en Europa.
Pembrolizumab es otro anticuerpo dirigido contra PD-1 ha
mostrado producir unas tasas de respuesta importante en
pacientes pretratados. Ha demostrado actividad solo o en
combinación con quimioterapia. Algunas de estas respuestas
fueron duraderas y se beneficiaron tanto pacientes HPV
positivos como negativos.Recientemente ha sido aprobado en
España para su utilización en pacientes con carcinoma de cabeza
y cuello recurrentes, pero con determinación de DL-1> 50%.
Durvalumab es un anticuerpo anti PDL-1 que también ha
producido resultados muy prometedores en cuanto a tasa de
respuesta en los estudios de desarrollo inicial del fármaco.
Epidemiología
Se puede considerar un tipo de tumor infrecuente, ya que representa un 5% de todos
los tumores.
Higiene bucal: la escasa higiene bucal y las zonas de roce de las prótesis dentales mal
ajustadas se relacionan con los tumores de orofaringe fundamentalmente.
Infecciones: la infección por el virus de Epstein-Barr se ha relacionado con el
carcinoma de cavum; en los últimos años, la infección por el virus del papiloma
humano, se ha relacionado con el carcinoma de células escamosas.
Factores relacionados con el tratamiento
La respuesta al tratamiento inicial se considera uno de los factores más importantes
respecto al éxito del tratamiento.
Detección precoz
No existen programas eficaces para la detección precoz del cáncer de cabeza y cuello.
Se recomienda un seguimiento estrecho a las personas con factores de riesgo
conocidos como grandes fumadores y bebedores. Una simple exploración por parte de
especialistas en ORL o cirugía máxilo-facial puede diagnosticar tumores en estadios
precoces, muchas veces asintomáticos.
El tratamiento de los tumores de cabeza y cuello, debe decidirse en un comité
multidisciplinar, en él deben participar todos los especialistas implicados en el
tratamiento: otorrinolaringólogo, cirujano máxilo-facial, radiólogo, oncólogo médico,
oncólogo radioterápico, médico nuclear, patólogo, nutricionista y trabajador social.
• Anemia: se debe a la disminución de los glóbulos rojos o hematíes. En los casos
severos el paciente puede precisar transfusiones de sangre o ayuda con una hormona
que estimula la producción de glóbulos rojos .
Nutrición
Comer bien durante el tratamiento es fundamental, en especial en los tumores de
cabeza y cuello.
Para mantener una alimentación adecuada se deben seguir algunas normas
- Evite comidas calientes, especiadas o ácidas.
- No tome alcohol.
- No tome comidas excesivamente azucaradas.
Tiene forma de pirámide invertida y anatómicamente se divide en tres zonas
• Supraglotis: desde la faringe hasta las cuerdas vocales.
La mayoría de los síntomas ocasionados por el tumor se deben a la interferencia del
mismo con las funciones habituales
•Disfonía o ronquera: es el síntoma más frecuente de cáncer de laringe y aparece en
aquellos tumores que afectan a la glotis.
Las pruebas a realizar son las siguientes
se introduce un laringoscopio flexible por una de las fosas nasales.
El estudio debe completarse con las siguientes exploraciones
de sangre: nos permite conocer el estado general del paciente y sospechar otras
alteraciones.
El tratamiento del cáncer de laringe varía en función del estadio del tumor, de la
localización del mismo y de las preferencias del paciente.
•Anemia: se debe a la disminución de los glóbulos rojos o hematíes. En los casos
severos el paciente puede precisar transfusiones de sangre o ayuda con una hormona
que estimula la producción de glóbulos rojos .
Cáncer de nasofaringe o cavum
La nasofaringe o cavum es la parte más alta de la faringe.
Epidemiología y factores de riesgo
El cáncer de cavum es un tumor raro en España, con una incidencia de 1 caso por
100.000 habitantes y año.
Los síntomas más frecuentes son
palpable en el cuello sin otros síntomas asociados. Cualquier bulto que aparezca en la
región superior del cuello, de consistencia dura debe ser valorado por su médico.
• El principal factor es el estadío clínico.
Quimioterapia: la quimioterapia se utiliza en estadios avanzados y son dos los
esquemas fundamentales de tratamiento
- Concomitante: se administra la quimioterapia a la vez que la radioterapia, aunque
dado que la radioterapia se administra diariamente y la quimioterapia a intervalos entre
una y tres semanas, sólo coinciden los tratamientos algunos días.
La forma de presentación de estos tumores es muy variable y depende de la
localización
• Lesiones en la boca de coloración blanquecina o roja .
El estudio debe completarse con las siguientes exploraciones
•Análisis de sangre: nos permite conocer el estado general del paciente y las posibles
alteraciones a tener en cuenta antes de iniciar el tratamiento.
El tratamiento de estos tumores depende fundamentalmente del tamaño y localización
del tumor. Puede incluir cirugía, radioterapia o quimioterapia.
consiste en la extirpación del tumor con márgenes de tejido sano.
Los senos paranasales
Los senos paranasales son unas estructuras aéreas localizadas dentro de los huesos
de la cara.
Causas
No está clara la influencia del tabaco en el origen de estos tumores.
Los síntomas más habituales son los siguientes:
• Obstrucción nasal unilateral.
El diagnóstico se realiza fundamentalmente a través de pruebas de imagen
•Radiología simple de cráneo: muestra de forma grosera si existe alguna alteración en
los senos.
•TAC de senos: es una prueba radiológica que consiste en realizar cortes fotográficos
del cuerpo en secciones transversales cada 5 mm, permitiendo estudiar todas las
estructuras en un tiempo muy corto. .
Son signos de mal pronóstico
•Afectación de la base del cráneo.
Las glándulas salivares
Las glándulas salivares se subdividen en glándulas mayores y menores. Las mayores
son la parótida, la submaxilar y la sublingual.
La glándula parótida está situada en la zona anterior al pabellón auricular.
Las pruebas a realizar son las siguientes
•Punción-aspiración con aguja fina : consiste en obtener una muestra del tumor con
una mínima molestia para el paciente.
Cirugía
El tratamiento fundamental de los tumores de las glándulas salivares es quirúrgico.
Nuevas terapias
La cirugía, radioterapia y quimioterapia continúan siendo la base del tratamiento en los
tumores de cabeza y cuello.
Inmunoterapia en el cáncer de cabeza y cuello
En los últimos años la inmunoterapia se ha convertido en una parte importante del
tratamiento de algunos tipos de tumores.
Inhibidores de puntos de control de la respuesta inmune
PD-1 es una molécula expresada en algunas células del sistema inmune,
fundamentalmente linfocitos T. La unión de PD-1 a otras moléculas presentes en las
células tumorales y en otras células del sistema inmune, produce disminución de la
activación inmune.

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