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A NUESTRO COMÚN ALIENÍGENA INTERIOR

Compañero Estudiante:

Quizá te preguntes por qué esa dedicatoria tan extraña, es que quiero invitarte, por medio de esta carta
abierta, a mirarnos más allá del espejo. Me explico: Denominamos alienígena al marciano, a ese extraño
ser que no es de este mundo, pero nos es difícil comprender que ese alienígena cabezón, de ojos saltones
y orejotas cuasiparabólicas, nariz y labios mínimos, con unas manotas que no guardan proporción con
su cuerpo menudo y asexuado ya está aquí, entre nosotros; o mejor, en nosotros... Más claro aún, somos
nosotros.

No me crees aún, ¿verdad? Claro, te miras por la mañana en el espejo y en él se escapa la evidencia de
nuestro alienígena interior y lo proyectamos así en el “marciano”, aquel que no reconocemos como
nosotros, pero el imaginario colectivo nos devuelve esta imagen: Todo cerebro, ojotes y orejotas, con el
tacto centrado en las manos. (No oler, no hablar, no ser tocado). Es este el modelo de cuerpo en el cual
nos ha formado una cultura centrada en el intelecto. Recordarás en tu aún próxima infancia, las caras de
disgusto que fuiste aprendiendo ante un sabor u olor, o las frases como “Calla cuando los mayores
hablan”, o las distancias del afecto: “Los varones no lloran”, o “no seas consentida”... Pero, ¿De
donde surgió esa forma de pensarnos, tan lejana del sentir?

Originada en el viejo dualismo mente (alma) – cuerpo, esta concepción alien...ígena del ser humano
propia de la cultura racionalista que nos domina, se instala y desarrolla en las instituciones más
preciadas de nuestra sociedad, (Por ejemplo, la empresa y la escuela.) dando fundamento a
planteamientos como el Taylorismo que fragmenta los procesos administrativos de la planeación y la
toma de decisiones, (el pensar) y los procedimientos propios de la producción.(El conjunto de acciones
que los operarios han de seguir de acuerdo con unas técnicas estandarizadas y estereotipadas.)

Así mismo, en la escuela, nuestro alienígena extraterrestre, tan cercano a nosotros, se esfuerza en
modelarnos en sus formas de “buen pensar” eminentemente racionales.1 Así, desde la “objetividad”, el
análisis (fragmentación) se nos forma “sujetos” frente al “objeto”. (Léase “YO” aparte del mundo...
¿Otro dualismo?). ¿Te das cuenta de que siendo sujetos, es decir, cuando tomamos el mundo como un
“objeto” independiente de nuestra conciencia, estamos en él, pero no somos él?... Después se nos critica
nuestra indolencia frente a los problemas ambientales y sociales de nuestro entorno... Surge así un
replanteamiento: ¿Como romper esos dualismos de los que se alimenta nuestro común alienígena
interior?

Es aquí donde la Educación Física nos plantea una tarea fundamental como práctica social y en
particular, en el entorno escolar: “La recuperación del cuerpo propio”. Tomarás tal vez como extraño y
redundante este planteamiento, y al constatar tu cuerpo, te preguntarás quizá: "¿No se recobra acaso
aquello que se ha perdido? Mi cuerpo es mío" O: "¿Acaso mi cuerpo no es mío?” Fíjate en esa pequeña
trampa: Dices “Mi cuerpo” como decir: "mi reloj”. ¿Somos acaso algo aparte del cuerpo? Pero si es
tuyo, ¿lo dominas?, ¿Lo controlas? Cierra los ojos por un instante y recuerda esos momentos en que las
circunstancias despiertan tu “osudez”, o los tabús en relación con tu cuerpo; o las carencias motrices
en las que tu relación con tu “ser cuerpo” está marcada por la falta de referentes para actuar, cuando
no guiada por un modelo ajeno (Natalia París, Jean Claude Van Dame, son modelos sugerentes a seguir,
pero...¡Cómo nos distancian de nosotros mismos, y de nuestra experiencia cotidiana de ser
cuerpos!).¿Ves? Expropiado de ti, no lo controlas.

Vas a ver cómo esos sutiles mecanismos de expropiación del cuerpo los vivimos a diario:

1
Es pertinente aclarar que no apunto a rebatir las virtudes de la formación en un “buen pensar” desde los diversos caminos que
tantos estudiosos nos han mostrado. Más bien, a un llamado a la reflexión sobre las “perdidas”. Al decir de Kieran Egan: Ese...
“a costa de que...” .
¿Has hecho la cuenta de las horas que permaneces sentado en el colegio, en el bus o en tu casa frente al
televisor? Cuerpos en un espacio, somos dominados por la inercia: A menos movimiento, menos deseo
de moverse. Así se va formando ese cuerpo pasivo – reactivo: Autómata. Esta situación compleja asigna
a la E.F. una función “compensatoria”,i esto es, orientada a suplir las carencias – disfunciones,
distrofias, reactivando las funciones neuro- perceptivas, neuro – musculares, neuro – vegetativas... que
nuestro alienígena cabezón descuida, en su afán de privilegiar la razón, por sobre la experiencia
corporal y sensible.

Ante estas carencias, tu ser cuerpo reacciona: ¿No te has sentido incapaz de estarte quieto, con un
hormigueo no sabes donde? ¿Con la atención dispersa?, ¿No te has hallado adoptando posturas
incómodas, quizá inadecuadas? ¿Sentiste alguna vez esa incomodidad de no poder dominar “tu cuerpo”
en las destrezas que te piden aprender? Esa fatiga temprana...

Es por estas razones que la Educación Física te plantea este reto: "RECUPERAR EL CUERPO
PROPIO”. ¿Que entender por esto? ¿Vas a aceptar pasiva, resignadamente esta expropiación del
cuerpo dejándolo tal cual está? El punto de partida, si aceptas el reto, empieza por asumir la
construcción de un estilo. Me explico: Plotino, un poeta Greco - Latino decía: “Mira a tu interior, y si tu
cuerpo no lo sientes hermoso, has como el escultor que, esculpiendo la roca, la embellece.” Mira que
llamaban los griegos “estilo” a aquel puntero o cincel con el que escribían en sus tablillas de arcilla. De
allí, llamamos “estilógrafo” a aquel esfero elegante, y así mismo, decimos en una reunión, que una mujer
tiene estilo porque hay algo en ella que la hace especial, diferente.

Te habrás dado cuenta, muchachón, que eres potencia pura. Al igual que la roca guarda en sí todas las
formas, rico eres en posibilidades. Siguiendo entonces con la imagen que nos aporta Plotino, ¿Con cual
“maceta” darse a la tarea de construir un estilo en la formación corporal? Como podrás comprender,
no tengo la respuesta; tan solo algunas pistas que han dejado los grandes pensadores: Nietzsche, por
ejemplo, nos dice de una muy dura manera: “Solo se manda a quien no se obedece a sí mismo”.
Herman Hesse, nos da otra pista cuando se plantea: “...Solo buscaba seguir aquello que era propio de
mi naturaleza. ¿Por qué habría de serme tan difícil?”. Mira a quien practica un arte, o un deporte: Si
bien se impone un rigor, una disciplina, esta disciplina le extiende sus límites, le hace libre.

Por lo planteado hasta aquí, habrás comprendido que Libertad y rigor son dos orillas de un camino en
la recuperación del cuerpo, que enseñan las artes (tales como la Danza, circo, teatro...), los juegos
populares, los deportes, (En tanto exigen condiciones, pero así mismo las desarrollan) el erotismo (En
tanto juego con el cuerpo) como unos de tantos posibles “mazos” que la cultura aporta en la modelación
del cuerpo. “Mazos” que la Educación Física retoma en una intermediación pedagógica, es decir,
reflexiva, intencionada e interactiva...

Después de este reconocimiento de nuestro común alienígena interior que nos expropia nuestra
experiencia de ser cuerpo, solo me resta invitarte, compañero estudiante, a que tomes en tus manos el
"estilo"
Muy cordialmente,
Miguel Angel Molano
Licenciado en Educación Física/Magister en Educación.
Fuentes consultadas:
NIETZCHE, Federico, Así habló Zarathustra.
FOUCAULT, Michel. Historia de la sexualidad. Tomo 3.
VINCENT, Gerard. La historia de la humanidad contada por un gato.

i
Esta Educación Física “compensatoria”, que parte de una visión “mecanicista” del cuerpo, en la relación órgano – función,
toma como prácticas unas actividades “para – médicas”, descuidando esa red de significaciones con las cuales los muchachos
enriquecen y dan sentido a sus experiencias de lo corporal dadas a partir de sus juegos, sus posibilidades artísticas y sus
relaciones con los adultos y sus pares.

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