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LEYES DE KEPLER

YANELY CARRILLO CAZARES 525-C

Kepler nació en Weil der Stadt, cerca de Stuttgart (Alemania), en


1571. De naturaleza frágil y enfermiza, contrajo la viruela a los tres
años, lo que debilitó considerablemente su vista. Pero pronto
destacó en matemáticas y se interesó por la astronomía. Ingresó
en un Seminario protestante en 1584 y estudió después en la
Universidad de Tubinga. En 1594 abandona sus estudios de
teología y comienza a enseñar matemáticas en una escuela de
Graz. En 1600 conoció a Tycho Brahe en Praga y cuando murió
este último le sustituyó como matemático imperial de Rodolfo II. A
partir de 1612 vivió en Linz hasta 1626 cuando tuvo que
abandonar la ciudad tras un asedio militar. Kepler murió en 1630
en Ratisbona (Alemania).

Kepler pasó la mayor parte de su vida tratando de comprender cómo se mueven los planetas,
intuyendo que debían seguir algún tipo de ley. En Tubinga se había hecho firme partidario del
modelo copernicano, lo que le hacía intentar demostrar que las distancias de los planetas al Sol
venían dadas por alguna regla matemática, por ejemplo utilizando un modelo con esferas inscritas
en el interior de poliedros perfectos.

En 1660 Tycho invitó a Kepler para trabajar con él de asistente en Praga. Sin embargo, la relación
establecida por los dos astrónomos fue un tanto extraña y compleja. A pesar del interés de Kepler
por datos observacionales de precisión, Tycho nunca dejó que Kepler accediese a los suyos. De
hecho, Kepler no pudo acceder a tales datos hasta que, muerto Tycho, la familia de este último se
los facilitó.
Con los datos de Tycho, Kepler realizó un importante trabajo de síntesis que le permitió formular
sus tres famosas leyes:

La primera ley, conocida como ley de las órbitas, acaba con la idea, mantenida también por
Copérnico, de que las órbitas debían ser circulares.

Los planetas giran alrededor del Sol siguiendo una trayectoria elíptica. El Sol se sitúa en uno de
los focos de la elipse.

Planeta describiendo una órbita elíptica alrededor del Sol

Primera Ley de Kepler

La primera ley de Kepler establece que todos los planetas se mueven alrededor del Sol
describiendo una trayectoria elíptica.

La excentricidad e de una elipse es una medida de lo alejado que se encuentran los focos del
centro. Su valor viene dado por:

Pues bien, la mayoría de las órbitas planetarias tienen un valor muy pequeño de excentricidad, es
decir e ≈ 0. Esto significa que, a nivel práctico, pueden considerarse círculos descentrados.
La segunda ley, conocida como ley de las áreas, nos da información sobre la velocidad a la que
se desplaza el planeta.

La recta que une el planeta con el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales.

Para que esto se cumpla, la velocidad del planeta debe aumentar a medida que se acerque al
Sol. Esto sugiere la presencia de una fuerza que permite al Sol atraer los planetas, tal y como
descubrió Newton años más tarde.

Suponiendo que el tiempo que se tarda en recorrer un espacio S1, S2 y S3 es el mismo, las áreas
A1, A2 y A3 también serán iguales. Esto se debe a que a medida que disminuye la distancia al
Sol, la velocidad aumenta (v1 < v2 < v3)
La tercera ley, también conocida como armónica o de los periodos, relaciona los periodos de los
planetas, es decir, lo que tardan en completar una vuelta alrededor del Sol, con sus radios medios

Para un planeta dado, el cuadrado de su periodo orbital es proporcional al cubo de su distancia


media al Sol. Esto es:

=k⋅

Dónde:

T: Periodo del planeta. Su unidad de medida en el Sistema Internacional es el segundo (s)

K: Constante de proporcionalidad. Su unidad de medida en el Sistema Internacional es el


segundo al cuadrado partido metro cúbico ( / )

r: Distancia media al Sol. Por las propiedades de la elipse se cumple que su valor coincide con el
del semieje mayor de la elipse, a. Su unidad de medida en el Sistema Internacional es el metro
(m)

Observa que como consecuencia de esta ley, los planetas se mueven tanto más despacio cuanto
mayor es su órbita.

su valor es el mismo para todos aquellos cuerpos que giran en torno a un determinado. Así, por
ejemplo, los planetas del Sistema Solar comparten el valor de k al girar todos ellos alrededor del
Sol. También los satélites de un planeta compartirán un valor de k entre ellos.

Es por ello que, en ocasiones, esta ley se presenta de acuerdo a la siguiente expresión:

Donde los subíndices 1 y 2 indican los periodos (T), distancias medias ( r ) y longitud del semieje
mayor (a = r ) de las órbitas de dos cuerpos que giran en torno a uno común, por ejemplo, dos
planetas cualesquiera alrededor del Sol.

Finalmente, calcular la longitud de la elipse requiere de herramientas matemáticas que están


fuera del alcance de este nivel. Sin embargo, para valores de excentricidad pequeños (e ≈ 0), su
longitud viene a ser aproximadamente igual a la de un círculo que tuviese como radio el radio
medio de la elipse asociada, es decir, el semeje mayor a. Tal y como dijimos cuando hablamos de
La primera ley, las órbitas de los planetas, al tener una excentricidad pequeña, se pueden
considerar círculos descentrados.

Kepler dedujo estas tres leyes a partir de la observación del movimiento de los planetas alrededor
del Sol, y por ello, a lo largo de este apartado hemos enunciado las leyes en relación al Sol y a los
planetas. Gracias a ellas podemos estudiar también:

El movimiento de cualquier cuerpo que orbite alrededor del Sol:

planetas
asteroides
cometas

Satélites orbitando alrededor de planetas

Naturales ( por ejemplo, la Luna )


Artificiales

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