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XIV CONGRESO NACIONAL y IV LATINOAMERICANO

DE
SOCIOLOGÍA JURÍDICA
“Conflictos sociales y confrontaciones de derechos en América Latina”
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales-UNC - Sociedad Argentina de
Sociología Jurídica
Córdoba, Argentina – 17, 18 y 19 de octubre de 2013

PROCESOS DE CONSTRUCCIÓN DE LAS TERRITORIALIDADES: UNA


MIRADA DESDE LA NECESIDAD DE LA TIERRA.

Erika Ave Oria Saccucci


Colectivo de Investigación “El Llano en Llamas (UCC)
erika_sac34@hotmail.com

Comisión N° 7 'Derechos Humanos, Discriminaciones y Conflictos Sociales

Resumen
El siguiente trabajo surge del proyecto llevado adelante por el colectivo de investigación El Llano en
Llamas “Apropiación/expropiación de territorialidades sociales. Análisis comparativo de procesos de
erradicación/relocalización de sectores sociales empobrecidos, en ciudades argentinas” que abarca el
estudio de la conflictividad en torno a la tierra en Córdoba, Santa Fe y La Plata. Financiado por
FonCyT-Convocatoria PICT Bicentenario 2010 (Agencia Nacional de Promoción Científica y
Tecnológica).
El proceso de producción de la ciudad se caracteriza por constituirse como una dinámica heterogénea y
compleja en el cual participan diversos actores y territorialidades. El comprender la ciudad y las
territorialidades como espacios dinámicos nos permite dar cuenta de las tensiones y luchas que la
configuran y modifican, entendiendo que son las relaciones sociales que se establecen en cada momento
histórico las que le otorgan sentido y forma.
De esta manera, en el proceso actual de configuración de la ciudad, la principal tensión esta relacionada
con la tenencia de la tierra y sus usos posibles. Este trabajo buscará dar cuenta de la producción de la
territorialidad en tres ciudades argentinas a partir de un trabajo de campo realizado en cada una, basado
en entrevistas en profundidad.
Palabras clave: territorialidad- apropiaciones- expropiaciones- poder- políticas públicas

Resumo
O seguinte trabalho surge do projecto levado adiante pelo colectivo de investigação O Llano en Llamas
“Apropriação/expropiación de territorialidades sociais. Análise comparativa de processos de
erradicação/relocalizacao de setores sociais empobrecidos, em cidades argentinas” que abarca o estudo da
conflictividade em torno da terra em Córdoba, Santa Fé e A Prata. Financiado por FonCyT-Convocação
PICT Bicentenario 2010 (Agência Nacional de Promoção Científica e Tecnológica).
O processo de produção da cidade caracteriza-se por constituir-se como uma dinâmica heterogénea e
complexa na qual participam diversos actores e territorialidades. O compreender a cidade e as
territorialidades como espaços dinâmicos permite nos dar conta das tensões e lutas que a configuram e

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modificam, entendendo que são as relações sociais que se estabelecem em cada momento histórico as que
lhe outorgam sentido e forma. Desta maneira, no processo actual de configuração da cidade, a principal
tensão esta relacionada com a tenencia da terra e seus usos possíveis. Este trabalho procurará dar conta da
produção da territorialidade em três cidades argentinas a partir de um trabalho de campo realizado em
cada uma, baseado em entrevistas em profundidade. Desta maneira, no processo actual de configuração
da cidade, a principal tensão esta relacionada com a tenencia da terra e seus usos possíveis. Este trabalho
procurará dar conta da produção da territorialidade em três cidades argentinas a partir de um trabalho de
campo realizado em cada uma, baseado em entrevistas em profundidade.
Palavras-chave: Territorialidades- apropiacoes- expropiacoes- poder- politicas publicas

En el siguiente trabajo nos centraremos en analizar los datos obtenidos en el marco del
proyecto “Apropiación/expropiación de territorialidades sociales. Análisis comparativo
de procesos de erradicación/relocalización de sectores sociales empobrecidos, en
ciudades argentinas” financiado por FonCyT-Convocatoria PICT Bicentenario 2010
(Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica). El mismo implicó trabajo
de campo en Córdoba, La Plata y Santa fe, con el objetivo de conocer la lucha por la
tierra.
Al decir de Ciuffolini, “El espacio urbano es la consecuencia de un proceso histórico y
dinámico cuya configuración ha sido dado tanto por lógicas y dispositivos
sedimentados, como por otros que emergen, innovan y lo revolucionan. En este juego
de lógicas y dispositivos que se solapan y refuerzan, entran en contradicción y tensión,
provocan resistencias y disidencias, que van modulando, significando y estratificando el
terreno urbano, las poblaciones y las cosas”. (Ciuffolini, 2011; 23)
El comprender la ciudad y las territorialidades como espacios dinámicos nos permite
dar cuenta de las tensiones y luchas que la configuran y modifican, entendiendo que son
las relaciones sociales que se establecen en cada momento histórico las que le otorgan
sentido y forma.
Podríamos definir que aquellos actores que han tenido mayor importancia histórica
en la configuración de la ciudad han sido: El Estado; las diversas configuraciones del
Capital y los sectores populares. Las relaciones que históricamente se han establecido
entre ellos modifican y (re)construyen la ciudad y, con ella, las trayectorias laborales,
habitacionales de las personas.
De esta manera, en el proceso actual de configuración de la ciudad, la principal
tensión está relacionada con la tenencia de la tierra y sus usos posibles. Mientras que los
sectores del capital inmobiliario la desean para la especulación y fines turísticos, los
sectores populares la precisan como condición básica para la vida, como lugar de
anclaje y desarrollo familiar y colectivo.

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Esta expulsión implica modificaciones, muchas veces radicales, en la vida de los
sujetos. “En un contexto de ausencia de formulaciones explícitas de políticas
habitacionales adecuadas e integrales, persiste la contradicción históricamente
evidenciada entre declaraciones y compromisos asumidos internacionalmente frente al
problema de la vivienda, lo que nos lleva a pensar que estamos frente a, más que una
política habitacional, a una política deliberada de expulsión poblacional”. (Nuñez, 2013;
8).

Expropiaciones y Desubjetivaciones: La relocalización como lógica Mercantil


Puntualmente, en los casos analizados nos encontramos con dos dinámicas específicas:
El caso Mar del Plata y Santa Fe en donde hallamos un proceso basado en la
relocalización de sectores que provienen, en su mayoría, de "villas" y el caso de
Córdoba en donde se ha desarrollado y afianzado la toma de tierra como una forma de
paliar la necesidad de un espacio propio donde vivir y cuyos residentes provienen de
historias más heterogéneas: migrantes, sin techo. Ambas situaciones (tomas y
relocalizaciones) son comunes a las tres ciudades, sin embargo destacamos aquellos
procesos que cobran cierta relevancia, por su envergadura, en la vida social y que
denotan tanto las formas dominantes como las resistencias.
“Las limitaciones en el acceso a los recursos sociales para cada vez más importantes
porciones de la población se traducen de inmediato en un sin número de conflictos que
tienen como escenario privilegiado, más no exclusivos, las ciudades. El emplazamiento
actual de los problemas y los conflictos en el ámbito local, ha sido forjado como
resultado de un proceso de socio-espacialización de las relaciones entre los dominantes
y los dominados, entre sus clases explotadas y sus “elites”, sus ciudadanos poseedores y
sus excluidos”. (Ciuffolini, 2011; 23)
Partiendo de analizar y relacionar los casos de Mar del Plata y Santa Fe por sus
características similares podemos decir que nos encontramos frente a villas que son
relocalizadas en otras zonas más periféricas, en muchos casos bajo el pretexto de riesgo
ambiental, y en otros sin argumento aparente. En estos casos, el principal actor en
(re)configurar la ciudad y sus margenes es el Estado que, a través de políticas públicas
procede a desmantelar y liberar espacios donde antes se habían conformado
urbanizaciones populares, a los fines comerciales.

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De las entrevistas surge la noción de la pérdida y la ruptura de lazos sociales
construidos colectivamente, ya sea en relación a la modificación de lazos familiares
como de comunidad perdida. Esta vivencia asume la forma de una "desposesión"1, en
tanto implica y retrata las relaciones que se forjan cotidianamente entre los distintos
sectores sociales, y por otro lado,la pérdida de esa construcción, ya sea en término de
redes sociales o de condiciones materiales.
Una primera dimensión de la desposesión en las relocalizaciones está vinculada a la
modificación que sufren los sujetos relocalizados en relación al uso del espacio físico,
en tanto el traslado implica la imposición de una lógica de segmentación de los lugares
y de aplicación de pautas edilicias ajenas a las necesidades de estos sectores, cuya
consecuencia es la disfuncionalidad de esos mismos espacios y la reinscripción de las
iniciativas personales bajo lógicas espaciales que les son ajenas. Al estar
cuidadosamente estipulada la parcela propia y ser escaso el espacio asignado a estas
familias, muchas se encuentran con la imposibilidad de "habitar"2 el territorio, puesto
que este no es más que un emplazamiento físico de sujetos que tienen poco o nada en
común.

“ Yo extrañaba un poco…me dio la casualidad que en ese momento había agarrado una
obra, de donde vivíamos, a 4 cuadras, más o menos. Entonces todos los días pasaba por
la casa de mi vieja, me quedaba un ratito, y después me venía. Después me fui
acostumbrando y después ni hablar cuando vino mi familia para acá. Lo que pasa que
nosotros somos muy unidos, siempre fuimos muy unidos. Lo que pasa que en el barrio
nuestro, nosotros nacimos ahí, está bien, conocemos todos los plaga de ahí ¿no cierto?
Pero dentro de todo los chicos cuidaban el barrio. Los plaga eran los que vivían en
Güemes y…O´Higgins o Pringles…No eran de la loma pero iban para ahí…pero yo
jamás en la vida, allá no faltó nunca nada. Nada, nunca! Yo dejaba herramientas arriba
del auto…nunca me faltó nada! vine acá, a la semana me dejaron sin herramientas, sin

1 El término desposesión será utilizado en el sentido que proponen Lefebvre (1971) y Harvey (2003)
como proceso fundamental que, en conjunto con la apropiación construyen territorialidades.
2
Habitar, como señala Lefevbre, significa “apropiarse de algo. Apropiarse no es tener en
propiedad, sino hacer su obra, modelarla, formarla, ponerle sello propio. Habitar es apropiarse un
espacio” (1971:210). Son “gestos, recorridos, cuerpo y memoria, símbolos y sentidos, contradicciones y
conflictos”, señala Núñez et.al. (2013:2). Al ser convertido en mercancía, es ese espacio o lugar de
residencia el que se torna como el principal recurso disputado.

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nada. Dos sillas que teníamos, pero teníamos todo abierto. Y agarré y empecé a cerrar”.
(Reloc.V3-El Martillo)
La imposibilidad de hacer de estos espacios un habitar propio pone en evidencia cómo
la relocalización trasciende un mero traslado físico y pasa a vincularse con una
modificación del modo de estar en la vida de los sujetos, como por ejemplo la relación
con la familia y las prácticas cotidianas. “El espacio del habitar son gestos, recorridos,
cuerpo y memoria, símbolos y sentidos, contradicciones y conflictos entre deseos y
necesidades, etc. Es tiempo cercado en un espacio” (Lefebvre, 1972, en Nuñez 2013; 6).
Del discurso de los relocalizados emergen imaginarios que reivindican la forma de vida
previa al traslado, haciendo alusiones a la confianza, la seguridad, el bienestar,pero por
sobre todo, lo que las palabras expresan es la fuerte presencia de la espacialidad como
modo de referenciar a las formas de estar en el territorio: los relatos asocian el estar bien
con el pasado, situado en la tierra apropiada y luego desposeída. La apropiación que
cuenta del pasado no está asociada con el uso de la tierra, disponer de ella para
habitarla, la apropiación presente, en los planes de vivienda, tienen un nuevo registro, el
de la lógica de mercado, "pago porque es mío".

“Yo por ser manzanera, está bien, me muevo, pero…¿y los demás? Tendría que
reclamarlo en el municipio, pienso yo, y de ahí me derivarán a otro lado, no sé…No
plantée todavía nada, son mis ideas nada más. Conseguir la luz, por lo menos ¿viste? La
noche es oscura, uno tiene menores, yo directamente d e noche nunca mando las nenas a
la calle, pero hay muchas cosas en el barrio, se ven…acá últimamente en el barrio se
están viendo muchas cosas de violación, que roban…y todas esas cosas que ¿viste? Uno
tiene miedo, pero después no…”(Reloc-V6-El Martillo)

Este tipo de referencias que dan cuenta de cómo el traslado implicó una desposesión en
términos de ruptura de lazos sociales que estaban basados en el conocimiento mutuo, en
el reconocimiento del otro como un par, en la solidaridad frente a las mismas carencias
y dificultades, entre muchas otras, son frecuentes en los relatos de los entrevistados. La
desposesión marcó, en muchos casos, cambios profundos en las trayectorias laborales
en tanto estos lazos estaban basados en redes tejidas a través del tiempo, basadas en el
"cara a cara" y que estaban fundadas sobre la proximidad geográfica, así como también

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la modificación en las trayectorias familiares, al haber consolidado sus lazos a partir de
la proximidad en la vivienda, la construcción de una habitación en el fondo del terreno
de los padres o incluso de conformar múltiples hogares en una misma vivienda, como
formas de resolver la necesidad del habitat.
Este habitat3, en la vivencia previa a la relocalización, estaba emparentado con un
"habitar" en tanto los sujetos disponían de la posibilidad de hacer a su semejanza, de
construir y disponer de acuerdo a sus modos y de imprimir su sello personal. Este
habitar implicaba un modo de ser particular de acuerdo a la propia conformación de la
subjetividad individual y colectiva.

E02: yo trabajaba…yo tengo miedo. Yo dejé de trabajar por eso, porque cuando yo
estaba trabajando, la primera vez le habían pegado al nene gordito, al mío, a Brian,
¿cómo se llama? la otra cuadra, la feria, bueno, ahí ya iban a comprar los más grandes,
ya de ahí teníamos miedo ¿qué hice? Dejé de trabajar y me fui a vender a la plaza. Me
voy a vender a la plaza que mi hija me llama que están pateando la puerta. Entonces
quiere decir que me tengo que quedar en mi casa con mis hijos. No puedo ir a trabajar
por esa razón. (Reloc-V1-Las Heras)

“Acá no vivimos como vivimos en la loma…porque acá…allá en la loma vivíamos


tranquilos, acá vivimos enrejados, todo, porque acá no tenemos luz, otra, que acá llamás
a la policía y no viene. No tenés nada acá. Allá teníamos seguridad, llamábamos a la
policía y la policía iba. E01: yo vivía por Vieytes y Alsina, y ella por Vieytes y Las
Heras ¿no? Azucena en Vieytes y Lamadrid. E02: Allá nosotras 3 siempre nos
juntábamos, pero con los vecinos “hola, chau, hasta luego”, pero jamás nadie nos faltó
el respeto. Acá te faltan el respeto. Porque acá no son todos lo mismo. Yo estaba mejor
allá ¿viste? porque acá nos mezclaron ¿ves esta gente de acá al lado? Es del barrio de la
palangana, estuvieron en un montón de lados, se la dieron a la casa porque los echaron
de (…) pero nosotros no los conocemos. Y no sabemos con quiénes estamos
conviviendo. No somos todos de la loma. Y a nosotros cuando hicieron la reunión nos
dijeron que íbamos a ir todos…” (Reloc. V6-El Martillo)

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Habitat como un mero “estar”, en oposición al habitar definido en tèrminos de Lefebvre.

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La desposesión, entonces, va adquiriendo diversas formas en tanto implica aquello
que cada una de estas familias perdió o vió modificado a partir del traslado forzoso. En
los relatos, estas formas expropiatorias consisten en la desarticulación de los vínculos
sociales, las prácticas cotidianas y las experiencias organizativas. En otras palabras, la
desposesión es vivida como la expropiación de las relaciones sociales y materiales de
vida, asumiendo diversas dinámicas y temporalidades en tanto en una misma trayectoria
(individual y familiar) pueden existir diversos procesos desposesorios que van
modificándola.
Dicha reconfiguración, mayormente en las relocalizaciones, adquiere la forma de
dislocaciones en las cuales el sujeto esta desterritorializado, y su trayectoria de vida
abruptamente modificada,como cambios profundos en las historias laborales, y
habitacionales.
“Es que(-) lo que tenías allá lo habías hecho con tus propias manos ¿viste? Y…con
sudor porque te costaba(-) allá… para nosotros no era fácil ir a comprar materiales. Allá
el que compraba material, o era… eh, millonario. No, no tenías los recursos para(-) vos
ibas a buscar trabajo, siendo pendejo, le dabas la dirección y no te daban trabajo en
ningún lado. Había discriminación también sobre eso… habían muchas… contras…
ER:Y cuando(-)EO3:no era tan fácil. Por eso, te digo, lo que nosotros tuvimos allá, mal
que mal, nos costó. Y a que(-) nos saquen y nos rompan todo lo que teníamos y… nos
den esto, que es peor y tener que estar pagándolo…” (Reloc-V2-Las Heras)

“Allá éramos más unidos. Yo me acuerdo cuando se quemaron los nenes de Marcelo,
estuvimos todo el barrio ahí. Cuando murió mi nene también, todos. Antes éramos muy
unidos, ahora acá... está todo el que, “si te he visto... no me acuerdo”. “Hola qué tal” y
nada más. EO1: Sí.... o allá viste que yo salía a buscar la comida a mis animales, y si no
era ella eran sus hijos los que espiaban que nadie me toque nada o que no anden los
chicos donde estaban los animales. Siempre había alguien que me avisaba. “Vino
fulano, que andaba buscando a una persona”. Éramos gente sana. Hasta la gente cambió
acá. Aparte allá era otro aire, otro silencio... se respetaba más a la gente. Entre nosotros,
y me incluyo también porque así es, nos respetábamos más. Acá te acostás a dormir la
siesta y si no te vuela un equipo o los pibes te tiran los cuetes en la ventana. Viste, muy
muy grande la diferencia. Se nota mucho”.(Reloc-V2-La nueva Tablada)

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En todas estas citas se hace referencia al mismo proceso desposesorio, haciendo
hincapié en los efectos del traslado en la subjetividad colectiva. Las citas parten de
comparar el momento actual del barrio en el que viven con el pasado, en donde las
relaciones sociales construidas en el barrio anterior están asociadas a la solidaridad, a la
vivencia de una comunidad construida sobre el conocimiento del propio vecino,
mientras que, en la relocalización, todas las citas denotan una desposesión a partir de la
ruptura de aquellas relaciones sociales a través de diversas operatorias del Estado.
“El (señala un barrio) es un desastre. Un desastre. Es un rejunte de toda la porquería de
la ciudad. Somos todos lo peor de lo peor, aunque no lo seamos. Somos todos lo mismo.
Te explico por qué nos consideran así ¿eh? Porque nos trajeron de todos lados, y vos
entrás al barrio y no sabés si salís. Es eso”. (Reloc-V1- Belisario Roldan)

La conformación de los nuevos barrios o urbanizaciones sin considerar las trayectorias


previas de esas comunidades, sus vínculos, problemas y rutinas, genera un inmediato
aislamiento entre los mismos residentes y un rechazo a reconstruir la trama social. Ello
da lugar a expresiones tales como "rejunte de toda la porquería de la ciudad", y refuerza
otras como "la inseguridad" que caracterizaría a estos territorios.
Si nos detenemos brevemente en esto, podemos recordar lo que mencionamos sobre la
construcción de identidades homogeneizantes que operan sobre los individuos, y que
han sido creadas, reproducidas y legitimadas por la fuerza del discurso. Estas
construcciones se sustentan en imputaciones construidas y atribuidas a los sectores que
son, al mismo tiempo, identificados como pobres y carentes. Ese lenguaje, tendiente a la
esencialización, no es más que la consecuencia de la institucionalización de prejuicios e
intereses de clase que pretenden imponer un modo de estar y habitar para el resto de la
población. El problema identitario, o de la identidad atribuida, hace suponer que hay un
conjunto de características que le son exclusivas a una persona o colectivo, y que en
consecuencia la define de modo absoluto. Aquí, esa característica está anclada en la
"procedencia social y territorial".
La desposesión toma entidad en tanto proceso des-y re subjetivador y por la pérdida de
condiciones materiales al ya no disponer de un servicio sanitario, ni de los servicios más
básicos como por ejemplo el de trasporte. El discurso que se hace tangible en los

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entrevistados es el de haber cambiado el todo por la nada, y haber sido expulsados a la
periferia de la ciudad perdiendo todo contacto con la misma.
Así, se producirán diversas territorialidades sociales que pueden estar signadas por la
desposesión o la apropiación de los sectores populares, generando modificaciones en las
trayectorias de los mismos. Cualquiera sea el sentido de la territorialidad social en cada
momentos históricos, se producirá, necesariamente, una reconfiguración de las
subjetividades.

La contracara de la producción de la territorialidad: Apropiación de tierra como


afirmación y Resistencia
Los factores más importantes que configuran el actual escenario de las tomas de tierras,
en términos generales, son dos, recíprocamente relacionados: por un lado, el
empeoramiento de las condiciones de hábitat de los sectores populares y medio-bajos de
la sociedad cordobesa, que no encuentran vías ni institucionales ni del mercado para
satisfacer las necesidades relacionadas a la vivienda; por otro, el aumento de la
segregación socio-espacial en el ámbito de la Ciudad de Córdoba, producto de la
confluencia de una serie de políticas públicas relacionadas al reordenamiento urbano y
la seguridad pública, que implicaron un doble proceso de periferización de la pobreza y
aumento del valor del suelo urbano.

Sin embargo, existe otra práctica que puede ser leída no sólo desde la óptica de la
necesidad, que el el acto de la toma (tierra o vivienda), sino también como una acción
de resistencia. La resistencia se configura como acto reivindicativo y afirmativo como
oposición a la expulsión sufrida, el constante empuje hacia la periferia social.
Los procesos desposesorios asumen diversas dinámicas en las trayectorias de vida en
relación a las territorialidades que se produzcan. Es decir, que existe una variación en la
dinámica que asume la desposesión en las relocalizaciones y en las tomas de tierra y
vivienda. En lo que refiere a las tomas de tierra, es necesario detenerse en el desarrollo
de las diversas trayectorias de vida, aún en los momentos previos a la propia toma, ya
que solo así, se podrá comprender el devenir de las mismas, entendiendolas como parte
de un proceso estructural que genera estos movimientos en las vidas de las personas.
Resulta interesante intentar dar cuenta de las características de los sujetos que se
encuentran en las tomas, en tanto existe una heterogeneidad que impide realizar una

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descripción unívoca. En parte nos encontramos frente a familias que dan cuenta de los
diversos procesos desposesorios en su trayectoria, en tanto historias de vida que han ido
modificándose de generación en generación, siempre con una única dirección: la
creciente precarización de sus condiciones tanto materiales como laborales, familias
pertenecientes a sectores populares. Mientras que, en otros casos, nos hallamos frente a
familias que históricamente han pertenecido a los sectores medios y que en la actualidad
sus posibilidades de acceder a una vivienda propia, o de soportar el valor de los
alquileres son escasas, así como también de acceder a los créditos que han sido
pensados para ser ejecutados en materia de política habitacional, en tanto sus
condiciones laborales están signadas por la precarización y flexibilidad laboral, lo que
impide que sean considerados "solventes".
De esta manera, encontramos un único factor que unifca la diversidad de las historias de
vida y de sus trayectorias: la toma como manifestación de una necesidad frente a los
procesos desposesorios.
Así, los sectores que se encuentran en las tomas muestran en sus trayectorias situaciones
de creciente precarización, en tanto la problemática de la vivienda se ha ido resolviendo
a partir de algunas estrategias como la de construir una casa en "el fondo de los padres"
compartir habitaciones con el resto de la familia, vivir esposo y esposa en casas
separadas, cada uno en la de sus padres, entre muchas otras. Estas estrategias, si bien
fueron funcionales por un tiempo, terminan derivando en hacinamiento, lo que obliga a
buscar alternativas a la necesidad de la vivienda. Es en este contexto que la toma de
tierra aparece como la única opción posible.

"Bueno, en realidad, había gente decidida, porque EN SERIO TENÍAS QUE


DECIDIRTE. Con los hijos, al vivir alquilado, no tener plata, sí o sí LA NECESIDAD
TE OBLIGA. Bueno, a la 1 de la mañana, le diré que empezaron a llegar camiones, no
sé de dónde, llenos de madera a esas horas. Imagínese, en medio monte, sin luz,
armando una pieza. Era cosa de locos, sí. Por ejemplo, con los chicos ahí, yo no lo tenía
al chiquito ahí, tenía las dos chinitas. Los chicos míos, los chicos de la vecina, lloraban
en la noche, LOS MOSQUITOS PICAN, DUELEN, UNO QUIERE DORMIR. Ah, le
juro que, o sea, en la opinión mía ya ERA DESESPERANTE ver a mis hijos así, porque
yo en Perú tenía casa, ¿vió? Pasó cosas que no tenían que pasar, y bueno. Después de

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dormir en su cama, venir a dormir, le digo, en medio monte, tapado con una sabana, era,
aparte de ser desesperante, era PENOSO. Y lloraban y esto y lo otro, bueno. Y en media
noche todos oías que clavaban en la media noche". (Toma-V5-Barrio Ciudad Obispo
Angelelli)

"A raíz de que nosotros no teníamos un terreno propio, vivíamos con mi suegro en el
mismo terreno y... bueno partió de que queríamos separarnos y buscar un lugar para
vivir y no nos alcanzaba la plata porque como somos carpinteros, yo lo ayudo en la
carpintería... toda la plata se iba a las máquinas. Entonces en los años que estuvimos con
mis suegros, y bueno, en todo este tiempo era como que allá estábamos haciendo
nuestra casa, también con un montón de cosas recicladas y qué sé yo, y llegó un, un
momento que nos teníamos que ir de ese lugar y no teníamos dónde, y también
teníamos muchos amigos que también habían tomado tierras en estos lugares".(Toma-
V2-Icho Cruz)

"¿Y allá cuando vivían en Alberdi vos vivías con tu familia, o compartían la casa con
otra familia? EO: Claro, con mis suegros, mis cuñados, compartíamos el cuarto, mi tía.
Una piecita. No teníamos, una pieza y otra pieza de 2,50. Donde yo vivía con mi marido
era una piecita de, no sé, de 2 metros, de 2 metros creo era, o 1 metro. 2 metros era; 2
metros y 2 metros. De 2 metros sí porque era chiquita, porque entraba mi cama y me
quedaba un espacio de este tamañito para caminar, abrir la puerta. Ahí yo vivía. En otra
pieza vivían mis cuñados y mis suegros... " (Toma-V5-Pueblos Unidos)

Las tomas se constituyen, entonces, como espacios en donde confluyen diversos actores
que parten de la misma necesidad: la vivienda. Dicha necesidad debe ser comprendía
como una externalidad de los procesos desposesorios que intervienen en la construcción
de la territorialidad. Una territorialidad que es producida para la especulación y el lucro
económico, generando como condición necesaria, la periferización de aquellos sectores
que se ven como "molestos" o bien, la propia expulsión en tanto sectores precarizados.
En este contexto, la toma pasa a ser una apropiación de los sectores necesitados, que
surge como efecto de los procesos desposesorios de producción territorial.
Es decir, la toma como lógica dialéctica; como apropiación y desposesión. Apropiación

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en tanto afirmación colectiva sobre la tierra y como proyecto autogestionado, y
expropiapiación como precariedad, vulnerabilidad, exposición. “Se trata de orientar la
observación sobre el movimiento de la sociedad, para tornar observable que aquella
ficción homogeneizante oculta un proceso previo de expropiación, por lo que debería
hablarse de miserias de la urbanización, como la imbricación de la mercantilización
teórica, económica y política”. (Nuñez, 2013; 4)
La toma, se configura entonces como práctica de resistencia no solo por su poder
autoafirmativo, sino además por que implica una lógica colectiva que, en sí misma,
contesta y se opone a la lógica individualista del mercado. Muchos de los sujetos que se
encuentran en las tomas no cuentan con una experiencia similar anterior ya sea de
construcción colectiva, o bien de militancia política.
Así, lo colectivo cobra fuerza, los proyectos se vuelven comunes, y aparece la “lucha”
como el significante más fuerte del proceso de resistencia. Nótese particularmente como
el tiempo presente atraviesa los relatos cuando lo que se narra es la situación actual de
vida, así como también que quienes lo enuncian lo hacen a partir de una identificación
colectiva.
“Pero bueno, como te decía, son parte de... evidentemente esta es una decisión de vida,
uno en la vida toma decisiones de hacia dónde quiere ir, y bueno, entonces por ahí vos
tampoco te podés llegar a quejar "ay, mirá... me", no, bueno, esto es así. Si no querés,
dedicate qué sé yo, a hacer, andá a la iglesia, andá con la biblia abajo del brazo, si vas a
tomar terrenos, sabés que esto... es que es así. Por ahí, nosotros tenemos nuestro grupo
de formación, digamos política (...) porque vos podés ser... poseedor, está todo bien vos
te quedás en tu casa... el que quiere ser, el que pasa al nivel de militante de la tierra
digamos, ehhh, para darle un nombre, qué sé yo... bueno, se expone a todo esto, se
expone a todo esto.” (Toma-V01-Icho Cruz)

“EO1: Nosotros mismos nos organizamos, no vino nadie, nosotros mismos nos
organizamos(-) en cada casa, por ejemplo, “Vamos a hacer una reunión para ir a
protestar por esto”, nos reunimos(-)
EO2: Lo que pasa es que la gente que quiere, no tiene su tiempo(-) toda la gente trabaja.
ER: Sí, y sí.
EO2: Claro. Toda la gente trabaja y no da el tiempo para ir, la persona esa, decir “Me

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encargo yo ahora de ir.” No hay, no hay ninguno.” (Reloc-V3-Las Heras)

“Nosotros nos unimos a Los Sin techo. Empezamos como vecinos comunes y nada…no
teníamos la misma fuerza ni nos escuchaban. No existíamos. A medida que nos
empezamos a unir a los sin techo, como que se empezaron a abrir puertas. Vos bien
sabés que se empezaron a abrir puertas que estaban cerradas pero no creíamos que con
la velocidad que se abrieron se iban a abrir. Es diferente. Yo ahora pasé a ser…no sé
bien el concepto de los sin techo, pero me gusta la acción que tienen, son gente sencilla
que te defiende a muerte los principios que tienen y son francos.” (Reloc-V1-Belisario
Rodriguez)

Estas familias, partiendo de la necesidad de satisfacer la demanda de una vivienda


digna, ven en la organización una posibilidad de resolverla. Es decir, que en estas
mismas trayectorias podemos encontrar procesos de desposesión que derivan en
procesos apropiatorios, en tanto se hacen evidentes en las formas de organización que se
dan estas familias para mejorar sus condiciones de vida. En este sentido la organización
colectiva, frente a la necesidad de satisfacer demandas, aparece como un proceso de
resistencia a los despojos padecidos, basada en una modificación en la subjetividad a
partir de la incorporación de valores y prácticas tales como la solidaridad, el
compañerismo, la asistencia mutua en la carencia, el reconocimiento como iguales y la
confianza. A partir de la organización colectiva es que comienza a tomar fuerza la idea
de comunidad y de un habitar en oposición al mero habitat.
Estas resistencias se configuran de manera diversa de acuerdo a su relación con los
procesos de desposesión, en tanto que en las relocalizaciones la resistencia podría ser
definida como predominantemente microscópica ya que son actos o discursos
autoafirmativos en medio de las crudas desposesiones sufridas y de la ruptura de los
lazos sociales, lo que las vuelve más individuales que colectivas.
Por el contrario, en las tomas se hace mucho más visible. La propia afirmación de la
posesión desvinculada de los discursos hegemónicos y de la propiedad son claras
resistencias a un sistema que los ha expulsado hacia los márgenes tanto territoriales,
geográficos como sociales.
En palabras de Ciuffolini “Si el desarraigo conlleva un profundo proceso de

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desubjetivización, la construcción de un lugar como pertenencia es un movimiento de
sentido inverso. Las luchas sociales son, por excelencia, la contrapartida de lo anterior
(…)pues ellos hacen del espacio un sitio de contestación, a partir de creencias
diferentes, valores y objetivos que son específicos de un lugar (…) Con esta
revalorización del espacio en su sentido simbólico se hace posible, también, su
recuperación como factor de sociabilidad y solidaridad. La vida en ese espacio se
puebla, entonces, de interacciones minúsculas, de las que emergen un conjunto de redes
sociales que aseguran, a través de su dinámica, una gestión de la supervivencia y un
sentido político” (Ciuffolini, 2011:31).

Reflexión Final:
Los procesos de producción de la territorialidad son complejos entramados de
relaciones sociales que se han ido tejiendo a lo largo de la historia. Dichas relaciones
van asumiendo diversas correlaciones configurando en estrecha correlación, diversas
producciones del espacio.

Las dos grandes dimensiones de análisis como la expropiación y apropiación están


presentes en cada uno de los procesos; tanto en la relocalización, como en las tomas,
variando sus configuraciones particulares y deben ser entendidas como dialécticas.

En el caso particular de las relocalizaciones la dimensión que aparece con mayor dureza
es la expropiación, que surge como tal ante la negación de la apropiación que le da
lugar. Es decir, la propia toma que la precede. Dicha negación implica en todos sus
casos un proceso des y re subjetivador ante la ruptura de los lazos sociales e identitarios
construidos colectivamente, anclados al territorio. Sin embargo, aún en aquellos casos
es posible encontrar apropiaciones y resistencias, no siempre organizadas
colectivamente, pero en gestación.

Mientras que los procesos de tomas colectivas que se han visibilizado en los últimos
años, deben ser comprendidas como el reflejo de cierto estado de cosas en materia de
hábitat social y políticas públicas. Las tomas se desarrollan sobre un escenario particular
que determinan las formas y articulaciones que aquellas asumen, el modo en que se
desenvuelven los conflictos y las disposiciones de los sujetos involucrados en los
procesos.

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Es sobre la base de tales condiciones, históricamente desplegadas a favor del desarrollo
del capital financiero-inmobiliario, que las tomas de tierras colectivas se entienden en
términos de NECESIDAD por parte de amplios sectores de los estratos más vulnerables
de nuestra Provincia. Sólo en este sentido, es posible comprender la estoica asunción,
por parte de los sujetos participantes de las tomas, de las condiciones precarias,
insalubres e inseguras en que se dan las mismas.

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Bibliografía
Ciuffolini, Maria Alejandra (2011) Política y Territorialidad en tres ciudades
Argentinas. Buenos Aires: de El Colectivo.
Harvey, D. (2003) The New Imperialism, OUP, Oxford.
Lefebvre, Henri. (1971): De lo rural a lo urbano. Barcelona: Península.

Núñez, Ana, Bordas, Juan y Crovella, Fernán (2013): “Relocalizando el riesgo y la


segregación. Análisis sobre apariencias e inobservables en las políticas públicas
vinculadas al habitar”. En Revista RIURB. Barcelona. En prensa.

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