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Análisis
Devienen sus agentes, a quienes les está confiado el ejercicio de las facultades
que de aquél provienen y la denominación se convierte en legal o jurídica, es
decir, de carácter racional, basada en la creencia en la legalidad de
ordenamientos impersonales y objetivos.
Las constituciones demo-liberales del siglo XIX, inspiradas por la revolución
inglesa del siglo XVII o por la revolución francesa del siglo XVIII, desarrollaron una
teoría del estado sobre la base del dogma de la separación e independencia de
tres poderes fundamentales:
Legislativo, ejecutivo y judicial, a los que constitucionalmente se les atribuyen
funciones específicas: la legislación, la Administracion y la jurisdicción,
respectivamente.
La pluralidad de los órganos del estado exige que las funciones se diversifiquen y,
en consecuencia, en las manifestaciones del poder del Estado se distingue entre
la función legislativa, la función administrativa y la función jurisdiccional del estado
que se exteriorizan, respectivamente, en actos jurídicos legislativos,
administrativos o judiciales, en los cuales se concreta la autoridad emanada del
poder: un mandato expresivo de la voluntad del órgano, que podrá ser ley (acto
legislativo) si emana del órgano legislador; acto administrativo si emana del
órgano ejecutivo o un acto jurisdiccional, si emana del órgano jurisdiccional
(sentencia).