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Descripción general

Los síntomas de la parálisis de Bell incluyen una debilidad repentina en tus


músculos faciales. En la mayoría de los casos, la debilidad es temporal y mejora
significativamente con el transcurso de las semanas. La debilidad hace que la mitad
de la cara se vea caída. La sonrisa se dibuja de un solo lado y uno de los ojos no
cierra por completo.

La parálisis de Bell, también conocida como parálisis facial periférica aguda de


causa desconocida, puede suceder a cualquier edad. No se conoce con exactitud la
causa. Se cree que es resultado de la hinchazón e inflamación del nervio que
controla los músculos de un lado de la cara. También puede ser una reacción después
de una infección viral.

En la mayoría de los casos, la parálisis de Bell es temporal. Por lo general, los


síntomas comienzan a mejorar en el plazo de algunas semanas y se alcanza la
recuperación completa en unos seis meses. Existe una pequeña cantidad de personas
que continúan teniendo los síntomas de la parálisis de Bell de por vida. Es poco
frecuente que la parálisis de Bell vuelva a presentarse.

Productos y servicios
Bibliografía: Mayo Clinic Family Health Book (Libro de Salud Familiar de Mayo
Clinic) 5.ª edición
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Síntomas
Debilidad facial
Parálisis facialOpen pop-up dialog box
Los signos y síntomas de la parálisis de Bell aparecen de repente y pueden incluir
los siguientes:

Comienzo repentino de debilidad leve a parálisis total de un lado de la cara, que


puede ocurrir en cuestión de horas o días
Caída de un lado de la cara y dificultad para hacer expresiones faciales, como
cerrar un ojo o sonreír
Babeo
Dolor de mandíbula o dentro o detrás de la oreja del lado afectado
Aumento de sensibilidad al sonido en el lado afectado
Dolor de cabeza
Pérdida del sentido del gusto
Producción excesiva o escasa de lágrimas y saliva
Con menos frecuencia, la parálisis de Bell puede afectar los nervios de ambos lados
de la cara.

Cuándo debes consultar a un médico


Busca atención médica de inmediato si presentas cualquier tipo de parálisis ya que
podría tratarse de un accidente cerebrovascular. La parálisis de Bell no tiene como
causa un accidente cerebrovascular pero puede ocasionar síntomas similares.

Consulta con el médico si presentas debilidad o caída facial para determinar la


causa de fondo y la gravedad de la enfermedad.

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Causas
Aunque la razón exacta por la que se produce la parálisis de Bell no está clara, a
menudo está relacionada con una infección viral. Los virus que se han vinculado a
la parálisis de Bell incluyen los que causan:

Herpes labial y herpes genital (herpes simple)


Varicela y culebrilla (herpes zóster)
Mononucleosis infecciosa (Epstein-Barr)
Infecciones por citomegalovirus
Enfermedades respiratorias (adenovirus)
Sarampión alemán (rubéola)
Paperas
Gripe (influenza B)
Enfermedad de manos, pies y boca (coxsackievirus)
El nervio que controla los músculos faciales atraviesa un conducto angosto de hueso
hasta llegar a la cara. En la parálisis de Bell, ese nervio se inflama e hincha,
normalmente relacionado con una infección viral. Además de los músculos faciales,
el nervio influye en el lagrimeo, la salivación y el sentido del gusto, y afecta a
un pequeño hueso que se encuentra en el medio del oído.

Factores de riesgo
La parálisis de Bell es más frecuente en las personas presentan lo siguiente:

Están embarazadas, especialmente durante el tercer trimestre, o en la primera


semana después del parto.
Tienen una infección de las vías respiratorias superiores, como gripe o resfrío.
Tienen diabetes.
Los ataques recurrentes de parálisis de Bell son poco comunes. Pero en algunos de
estos casos, hay antecedentes familiares de ataques recurrentes, lo que indica una
posible predisposición genética a la parálisis de Bell.

Complicaciones
Normalmente, los casos leves de parálisis de Bell desaparecen en el plazo de un
mes. La recuperación de casos más graves que implican una parálisis total es
variable. Las complicaciones pueden ser las siguientes:

Daño irreversible en el nervio facial.


Crecimiento anormal de las fibras nerviosas. Esto puede provocar una contracción
involuntaria de ciertos músculos cuando se intenta mover otros (sinquinesis); por
ejemplo cuando sonríes, el ojo del lado afectado puede cerrarse.
Ceguera parcial o completa del ojo que no se cierra debido a la excesiva sequedad y
al rascado de la cubierta protectora transparente del ojo (córnea).

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