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Ole Nydahl

CUANDO EL PAJARO DE HIERRO


VUELE...
Tres años con los Buddhas del techo del mundo

Editorial Karmapa
Ole Nydahl

CUANDO EL PÁJARO DE HIERRO


VUELE...
Tres años cdn los Buddhas del techo del inundo

Dedicado a íos maestros del linaje Karma Kagyu y a mi madre

Traducción de Eíteve Serra

Editorial Karmapa
Título original:
Die Buddhas vom Dach der Welt; Mein Weg zu den Lamas
Copyright (c) 1979 Eugen Diederichs Verlag, Küln

Portada: Rueda de la Vida (c) Christian Rain.


Foto portada interior: Su Santidad el 16° GyalwaKarmapa tr tiendo su bendición en la C m m o -
ia de la Corona Negra. ÍNDICE
Fotografías de danzas tibetanas: © Bíanka Rohde.
Las fotografías del resto del libro son de Hannah y Ole Nydahl y de amigos.
Carta de Shamarpa Rimpoché 6
Prólogo a la edición española 7
1. Nuestro viaje de luna de miel 9
2. El Lama Transparente 39
3. Libertad en la cárcel 53
4. La Corona Negra 61
5. El valle olvidado 99
6. En el país de los sherpas 113
7. El último viaje 137
8. Tomo Refugio en el Buddha 145
9. El punto de no retorno 169
10. Aprendiendo de Kalu Rimpoché 185
11. Los campamentos del sur 241
12. La vida: un sueño 249
© Editorial Karmapa
Apartado de Correos 1725 - C.P. 20080, San Sebastián. 13- Empieza el trabajo 255
I.S.B.N.: 84-404-5016-8
Meditación de las Tres Luces 261
Depósito Legal: S.S. 685/89
Impreso en: Itiaropena. S.A. Araba Kalea, 45 • Zarautz Epílogo: La transformación de las energías interiores 265
Prólogo a la edición española

Esta es la edición española que un libro que en sus ediciones danesa,


alemana, inglesa y polaca ya está despertando el interés por el Budismo
tibetano en toda Europa Central y América del Norte. Desde su publicación
en 1979 ha servido de puente entre la cultura occidental y la tibetana, con-
tribuyendo así al florecimiento de más de 100 centros Karma Kagyu, dedica-
dos al estudio y la práctica de la meditación budista. Es nuestro deseo más
sincero, el que este libro pueda también ser útil para inspirar a las personas
de tantos países del mundo en que se habla la lengua castellana.
Tras la buena crítica recibida a ambos lados del Atlántico, confiamos en
la buena acogida de esta obra que será para algunos un relato atractivo de
experiencias surgidas al contacto con los más altos Lamas tibeianos, y para
otros una posible y razonable respuesta a interrogantes eternos como son los
concernientes a la muerte y la reencarnación.
La aparición de esta edición española es un regalo de mis amigos y cola-
boradores en la tarea de la Liberación de la mente, Pedro y Dorrit Gómez,
Tomek Lehnert y mi secretaria Maya Christensen.
Quiero también dar las gracias a Alvaro Urquijo, Antonio Herrero y al
equipo de la Editorial Karmapa, así como a nuestro traductor Esteva Serra,
por su colaboración y el excelente trabajo realizado.
Para terminar, Hannah y yo estamos profundamente convencidos de que
la fuerza, la sabiduría, la compasión y la bendición únicas de S.S. el XVI
Gyalwa Karmapa acompañarán a todo aquel que se encuentre con este
material. Ofrecemos sinceramente este libro a Occidente, para que inspire y
aproveche a todos los seres.
En el centro budista de Karma Gón, en las proximidades de Vélez-Málaga.
Día de Mahakala - Mayo de 1989.
iños ha abierto centros, y ha enseñado y protegido a practicantes del mundo
todo a petición de
lie cualificado para guiar las meditaciones y conducir a las personasDhen e
> de gran provecho para innumerables discípulos, y Con mis mejores deseos y muchos Karmapa Khyen no.

Su Santidad Shamarpa Rirnpoché


Hannah y Ole.
Capítulo I
NUESTRA LUNA DE MIEL

Cuando Hannah y yo elegimos el Nepal para pasar nuestra luna de miel,


en el verano de 1968, no imaginamos ni por un instante que esto sería el
inicio de la experiencia espiritual que ha absorbido completamente nuestras
vidas, y que íbamos a pasar del ambiente hippy europeo de los primeros
tiempos a una comunión cada vez más profunda con la forma tibetana del
Budismo, la llamada Vía del Diamante. Ni por un momento imaginamos
entonces que íbamos a pasar los años siguientes en el viejo camino entre las
verdes llanuras del norte de Europa y los picos nevados del Himalaya, ni
teníamos ¡dea de que los estados de conciencia confusos podían transfor-
marse hábilmente, gracias a la meditación, en una claridad y un gozo ili-
mitados. En compañía de contrabandistas, aventureros y amigos pintorescos,
el viaje nos llevó hasta los Lamas übetanos más eminentes, nos reveló la am-
plitud de sus enseñanzas extraordinariamente sabias e hizo posibles las Ini-
ciaciones en sus eficaces transmisiones y prácticas.
El objeto de este libro es contar una historia fantástica, aunque verdadera,
establecer un puente entre dos culturas que se necesitan mutuamente y,
sobre todo, proporcionar a todos los que buscan su ser verdadero una visión
de cómo empezamos a encontrar nuestro camino hacia la esencia del
Buddha. Uno sólo puede transmitir realmente lo que ha experimentado por
sí mismo, y la razón por la que muchos lectores podrán identificarse con lo
que nos ha ocurrido a nosotros es que, en lo más profundo, somos muy se-
mejantes. Por otra parte, las enseñanzas del Budismo están hoy en día mucho
más cerca de nosotros, los occidentales. Si queremos tener acceso a las
10 Cuando el pájaro de hierro vuele... Nuestra luru miel 11

mejores prácticas para nuestro espíritu, ya no necesitamos realizar penosos rías cabezas diferentes, y todo parecía extraordinariamente divertido.
y largos viajes porque ahora existen centenares de centros en Occidente. Por Todo era como una broma fantástica, y después, en las calles oscuras, los
lo tanto, el lector puede utilizar este libro como una introducción a una vía reflejos de las luces de neón sobre los adoquines húmedos tenían un fan-
hacia la Iluminación cuya eficacia ha sido demostrada a través de los tiem- tástico poder de luz e intensidad. Había colores que nunca antes había visto
pos, como un conjunto de consejos espirituales y, en gran medida, como una conscientemente, de la mayor belleza imaginable. Unas horas más tarde me
advertencia sobre lo que no hay que hacer. hallaba en un pub cercano en compañía de Jens Erik. Le sacudí, diciéndole
lleno de excitación: "Puedo ir otra vez, ¿verdad?".
Hannah tenía veintidós años y yo veintisiete cuando entramos en contac-
to por primera vez con el Budismo tibetano. Ambos procedíamos de familias Este fue el principio de mi interés por las drogas, y decidí hacer el doc-
muy armoniosas y llenas de amor. Nuestros padres eran profesores de es- torado sobre "Aldous Huxley y la Visión Grata".
cuelas universitarias situadas en zonas residenciales al norte de Copenhague
Los años siguientes los pasé estudiando en Dinamarca y Alemania, y
y nosotros crecimos en un mundo lleno de confianza en la bondad fun-
probando todas las drogas psicodélicas que aparecían -así como destruyen-
damental de los seres humanos. Recibimos todo el amor que los niños pue-
do mis poderes de concentración con el boxeo y los accidentes de motoci-
den recibir de sus padres. Pero, a pesar de ello, yo era muy turbulento. Como
cleta-, mientras Hannah cursaba sus últimos años en el instituto.
no podía tomarme en serio ninguna regla, chocaba muy a menudo con mi
entorno. Hannah tenía también un espíritu independiente, pero, dado su Volvimos a encontrarnos en aquel lugar que había sido escenario de
carácter más apacible e introvertido, vivía las cosas interiormente en vez de tantos encuentros, El Caníbal. Cuando yo tenía diez años y Hannah cinco, le
enfrentarse con el mundo externo. había enseñado a construir cabanas con ramas en los bosques del norte de
Copenhague. Aunque las niñas no eran muy hábiles para subirse a los árbo-
En el otoño de 1961, cuando me licenciaron del servicio militar obligato-
les, y por esta razón las tenía en muy poca estima, la acompañé a su casa. Era
rio (al ejército le habría encantado librarse antes de mí), fui uno de los
evidente que, por primera vez en mi vida, me había enamorado, y pronto
primeros daneses que fumaron "pot", corno lo llamábamos entonces, la
volví a buscarla. Poco después de estos hechos, sin embargo, sus padres
infame sustancia que luego recibiría toda clase de nombres, desde "hierba"
decidieron trasladarse más al norte y perdimos contacto. Ahora, casi quince
hasta "hierba hilarante".
años después, estaba frente a mí otra vez, más bella de lo que nunca había
En aquella época acababa de aprobar mis exámenes de filosofía con las soñado y haciéndome olvidar completamente a la excitante pelirroja que te-
mejores notas. Todo lo que se refería a la comprensión de la mente, o lo nía a mi lado. Me sentía aturdido, Hannah estaba toda temblorosa, y en aquel
parecía, había despertado siempre en mí un vivo y apasionado interés. Es- momento me dije: "¡Esta es la que yo quiero!". Aunque ella estaba prometida
peraba que esta droga que alteraba la conciencia me proporcionase muchos desde hacía cuatro años, nada pudo detenernos, y pronto fue mía.
nuevos niveles de conocimiento, y lo que ocurrió entonces marcó la direc-
ción de los años siguientes de mi vida, dando lugar a cosas que hoy siguen El día de mi veinticuatro aniversario, en marzo de 1966, tuve mi primera
activas. experiencia con LSD. Cuando volvía a nuestra fiesta por las calles -ahora
muy cambiadas- del centro histórico de Copenhague, me sentí arrastrado a
En los servicios situados en el exterior del "Caníbal", que era el nombre
un patio oscuro a través de una estrecha puerta. Supe que alguna experiencia
que dábamos al restaurante de los estudiantes en el recinto sagrado de la
muy especial me esperaba allí. Me detuve ante una casa medieval de ven-
universidad de Copenhague, mi buen amigo Jens Erik me dejó inhalar tres
tanas anchas y vacías y oí mi voz que le decía: "¡Ahora muéstrame la verdad!".
pequeñas pipas de barro llenas de unas hojas verdes procedentes de Ma-
La cualidad conmovedora y palpitante de todo cuanto me rodeaba aumentó
rruecos. El sabor del humo resultaba extrañamente familiar y, durante el
breve trayecto de vuelta al comedor, el mundo entero empezó a cambiar y y aparecieron fantásticos remolinos de luz blanca y resplandeciente. Parecía
a cobrar vida. Mis amigos, que sabían que era un excelente luchador con los que las energías de todo el universo me inundaban y después explotaban en
puños (sobre todo después de beber unos litros de cerveza), ahora me veían el espacio. Una intensidad radiante e intemporal lo llenaba todo. Cuando me
arrastrándome entre las mesas riendo como un niño. Veía a la gente con va- encontré de nuevo en el patio había lágrimas en mis ojos y me sentía com-
12 Cuando el pájaro de hierro vuele.. Nuestra luna de miel 13

y es difícil de reparar. Para alcanzar la iluminación no necesitamos más que


nuestra mente, aquí y ahora, y las enseñanzas adecuadas.
En aquella época daba clases de inglés en una escuela nocturna. Durante
las frecuentes vacaciones hacíamos cortos viajes al Norte de África, al Líbano
y a Afganistán para traer un poco de "hash" a nuestros amigos. Durante un
vuelo entre Bombay e Indonesia en 1967 (aún con náuseas a causa de un
reciente ataque de hepatitis y cargado con treinta y cuatro kilos de oro en un
chaleco que resultaba demasiado estrecho), vi unas luminosas formaciones
de nubes que bajaban del Hímalaya. Era tal su belleza y me hicieron una
impresión tan profunda, que de pronto supe que teníamos que ir al lugar de
donde procedían esas nubes. Algo nos esperaba allí, algo importante.
En mayo de 1968 Hannah y yo nos casamos, y eso fue lo más juicioso que
hicimos hasta entonces. Ella tenía veintidós años y yo veintisiete cuando
partimos en viaje de luna de miel hacia el Nepal. Yo ya había intentado el
viaje por tierra en 1966, pero la guerra entre la India y Pakistán nos hizo
detener en Afganistán durante tres semanas, tiempo suficiente para sufrir la
peor disentería de toda Asia. Tras perder doce o trece kilos, sin dinero y
vendiendo sangre en hospitales a lo largo del trayecto, el camino de regreso
fue duro. El viaje de vuelta a Europa en auto-stop y a pie a través de los
Hannah en su viaje químico. Camino de Indonesia. países islámicos fue muy penoso.
Esta vez no queríamos hacer ningún alto en el camino. El día en que mis
pletamente renovado. De vuelta a la fiesta, sólo pude decir: "No estoy seguro alumnos terminaron sus exámenes nos subimos a un viejo y barato autobús
de lo que ha ocurrido, pero todo está perfectamente". Volkswagen y a un coche Volkswagen usado que nos esperaba en Hambur-
go y partimos. Además de nuestro amigo Jens, también venían Jens Erik -el
Poco después de esta experiencia, Hannah se unió a mi investigación de
que me proporcionó la primera fumada- y su esposa. Jens Erik iba ahora en
esos otros niveles de conciencia. También aquí se puso de manifiesto cuan
una silla de ruedas. Había saltado por una ventana durante un "viaje" y se
lleno de belleza y de amor está su espíritu; sus experiencias eran siempre había roto la espalda, con lo cual sólo quedábamos Hannah, Jens y yo para
muy profundas y cálidas. Junto con veinte o treinta amigos -la primera comu- conducir los coches. Jens, sin embargo, pronto se hartó de las temperaturas
nidad del norte de Europa- probábamos todas las drogas capaces de alterar de 55 grados centígrados que hacía en Irán y de la especie de tabla de lavar
los estados de conciencia que aparecieron durante aquellos anos. De un sin pavimentar que hacía las veces de carretera en el desierto. (En aquella
modo u otro, todavía podíamos creer en su capacidad de iluminar y ayudar, época, la carretera central que atraviesa Irán no estaba asfaltada, y sólo se
mientras nuestros mejores amigos se estaban destruyendo física y mental- podía transitar por ella a una velocidad inferior a los treinta o superior a los
mente a causa de su uso. Hoy daría cualquier cosa por tenerlos a todos con ochenta kilómetros por hora). Los coches se sacudían de tal manera que
hosotros, pero la mayoría ya han muerto -por lo general, de manera parecían ir a romperse en pedazos en cualquier momento, pero yo estaba
realmente desagradable-, mientras que los demás están tan perdidos en sus decidido a llegar al Nepal lo antes posible y a costa de lo que fuese. Forcé
universos privados que no hay posibilidad de entrar en contacto con ellos en tanto la marcha de nuestra pequeña caravana que Jens, que por lo general es
esta vida. Hoy sólo podemos dar un consejo: "¡No toquéis las drogas!". No un muchacho resistente, abandonó y no quiso conducir más. Hannah y yo
aportan nada bueno. El daño que no aparece en seguida aparece más tarde, nos quedamos solos al volante.
14 Cuando el pájaro de hierro vuele...

Al cuarto día estábamos tan cansados que veíamos flores, helicópteros,


bicicletas y camiones gigantes a nuestro alrededor en medio del desierto,
pero, como estábamos tan acostumbrados a ver todo tipo de cosas con las
drogas, no tomábamos las alucinaciones en serio y seguíamos conduciendo.
Después de un viaje récord de seis días y seis noches, llegamos a Afganistán.
Nuestros amigos tenían interés en quedarse en Kabul para fumar el demole-
dor "hash" del país, por lo que los dejamos allí y rápidamente vendimos los
coches por un precio que financió todo el viaje. Apenas nos habíamos
deshecho de ellos cuando Hannah, repitiendo mi experiencia de dos años
antes, se puso enferma con la peor diarrea de Asia. Perdió seis kilos en una
noche, por fortuna en un hotel que tenía lavabo. Al día siguiente, atiborrada
de antibióticos, estaba tan débil que tuve que llevarla en brazos hasta el
autobús que iba a conducirnos, a través del paso de Khyber, hasta las
llanuras del norte del Pakistán y la India.
Durante nuestra estancia en Kabul conocimos a unos daneses que
trabajaban con un grupo de presidiarios del lugar en el Buddha más grande
del mundo. Tiene cincuenta y tres metros de altura y se encuentra a un día Tras un exitoso negocio
de contrabando.
de viaje en autobús al norte de Kabul, donde ahora los rusos están sufriendo
pérdidas cuantiosas a manos de las^ tribus afganas. Estos daneses nos dieron
a conocer los restos de la antaño rica cultura budista de la zona. Aunque
muchas cosas han sido dañadas (los musulmanes han destruido la nariz de donde debíamos tomar el tren que iba a conducirnos a Nueva Delhi. En
las estatuas para quitarles su poder), aún queda mucho por ver. Hace dos mil aquella época había que obtener los visados para el Nepal en Delhi, mientras
años, en el valle de Peshawar -en el noroeste de lo que hoy es Pakistán-, que ahora dan un visado para una semana en la frontera, o para un mes en
floreció la cultura de Gandhara, que se extendió hacia el oeste, más allá de cualquier embajada nepalesa. Nueva Delhi es una ciudad en la que hay mu-
Kabul y hasta Swat. Su arte es fácilmente reconocible por las hermosas chas personas que esperan algo, pero en la que nadie se queda más tiempo
esculturas de Buddhas con bigotes. Estas esculturas muestran la mezcla de del necesario. Sólo en la cercana Vieja Delhi se encuentra ese pintoresco
elementos griegos e indios que apareció después que Alejandro conquistara océano indio de impresiones sensoriales (sobre todo ruido, hoy en día) que
la región. En Pakistán pasamos horas contemplando la impresionante colec- gusta a algunos occidentales, al menos mientras tienen dinero suficiente y,
ción del museo de Peshawar, y resultaba extraño ver las armas de fuego por lo tanto, libertad para marcharse. La persona que se ve obligada a per-
indias recientemente capturadas expuestas con orgullo en medio de esta manecer entre estas masas de gente curiosa y con este ruido constante tiene
bien organizada colección del tiempo de la dominación inglesa; una razón una oportunidad excepcional para poner en práctica grandes dosis de
de más para concentrarse en los Buddhas. paciencia.

Nos alegramos de llegar a la India. Ya en la frontera notamos la diferencia. En Delhi tuvimos nuestra primera experiencia con los gurús hindúes, algo
Al dejar atrás la atmósfera tensa, sexualmente frustrada, de los países islá- que nos impresionó externamente, pero que no nos llegó al corazón. Nunca
micos, en los que constantemente tenía que apartar a la gente de Hannah, de sentimos ningún vínculo con ellos, ni lo deseamos; simplemente, las vibra-
ciones no sintonizaban. Sin embargo, tuvimos una demostración de algunos
inmediato nos sentimos aliviados. Hice sentar junto a Hannah, en la inestable
de los poderes que se pueden conseguir también con sus métodos. Ello
bicicleta-taxi, al desnutrido hombre del rickshaw y los llevé durante cinco
ocurrió en Connaught Circus, el centro administrativo que los ingleses de-
kilómetros, bajo las ramas colgantes de los árboles gigantes, hasta Ferozepur,
jaron a los indios como regalo de despedida.
16 Cuando el pájaro de hierro vuele... Nuestra luna de miel 17

Desde este punto central, con restaurantes y tiendas para turistas, las ca- Naturalmente, en el segundo trozo de papel decía "rosa", lo que una vez
lles se extienden hasta las embajadas y las villas, y todo lo que sucede en más hizo saltar de alegría al viejo. Sin embargo, para la tercera prueba, en la
Delhi sucede aquí. Mientras nos paseábamos bajo los soportales, un viejo in- que tenía que decir un número entre en uno y el diez, mi orgullo no iba a
dio con turbante surgió de entre un grupo de gente, murmuró algo acerca de tolerar que pensara más que en el número uno, y me concentré en éste,
una "frente afortunada" y me puso en la mano tres trozos de papel enro- bloqueando todos los demás. Sin embargo, la suerte siguió de su parte, pues
llados. Gesticulando ante mi cara, desvió mi atención hacia sus manos. Al el siete que había intentado sugerirme y que estaba escrito en la tercera hoja
mismo tiempo me miró fijamente a los ojos y me pidió que dijera el nombre se parecía tanto a un uno que el hombre pudo salvar la situación y pudimos
de una fruta. Yo pensaba en toda una gama de frutas, algunas de las cuales continuar con el juego. Seguimos al viejo y dimos la vuelta a una esquina,
probablemente él nunca había oído mencionar, pero mientras todavía me donde ningún policía pudiera verlo. Abrió un libro, que muchos adivinos
estaba preguntando si podría gastar una broma a un viejo como aquel, ya llevan consigo, y dijo: "Pon dinero aquí y te diré el futuro".
había dicho "manzana". El hombre pareció muy contento, tomó uno de los
Como europeos nórdicos que éramos, no nos gustaba mezclar la espiri-
trozos de papel de mi mano, lo abrió y eso es lo que decía. "Ahora di una
tualidad y el dinero, pero, dado que queríamos llegar a la embajada nepa-
flor", insistió, y de nuevo ocurrió más o menos lo mismo. Mientras aún estaba
lesa, en la que nos estaban esperando los visados, y también por compasión
pensando en hibiscus y otras plantas exóticas, en aquel estado, medio de
hacia aquel anciano que trabajaba tan duro, pusimos el equivalente de unos
trance, medio consciente, de influjo hipnótico, aparecieron la idea y la ima-
dos dólares en su libro como regalo. Hannah no paraba de decir que tenía-
gen de una rosa y, a fin de no perturbar el interesante curso de los acon-
mos que irnos y, viendo que su control de la situación se debilitaba y que no
tecimientos, dije: "Rosa".
nos podría retener más, el anciano nos mostró, como regalo de despedida,
que sabía hacer algo más que sugerir ideas en el pensamiento de las perso-
nas. Nos dijo que una chica llamada Anderson había hablado de nosotros a
la policía en nuestro país. En aquel momento esto no significaba nada para
nosotros puesto que conocíamos a varias personas con este apellido, pero,
más tarde, al llegar a Katmandú, encontramos una carta de un amigo en la
que nos informaba de que una mujer a la que conocíamos se había descon-
trolado y había dado información sobre nosotros a la policía. El viejo tenía,
pues, cierta clarividencia. Al despedirnos, me dijo, como todas las personas
juiciosas, que debía seguir siempre con Hannah.

Desde que salimos de Copenhague llevábamos siempre con nosotros un


libro verde en cuya cubierta estaba representado un Buddha de aspecto
atlético. Aprovechábamos todos los momentos libres para sumergirnos en su
lectura. Se trataba de Yoga Tibetano y Doctrinas Secretas, traducido por el
Lama Kazi Dawa Samdup y editado por el investigador inglés Evans-Wentz.
Este libro contiene las prácticas iluminatorias, muy intensas y efectivas, de la
escuela Kagyu del Budismo tibetano, que el Buddha sólo reveló a sus
discípulos más allegados. Siempre que abríamos el libro, su lectura nos pro-
porcionaba intensas experiencias, estados desconocidos para nosotros. Sen-
tíamos un calor especial, felicidad y un profundo anhelo. Mientras la sen-
sación de una energía hormigueante, en parte agradable pero también abru-
Líbano 67- Cerramos el trato. madora y dolorosa, ascendía por el centro de nuestros cuerpos, una voz
Nuestra luna de miel 19

De todos los estados de la India, Bihar es el más castigado por toda clase
de catástrofes naturales. Año tras año, las inundaciones o la sequía lo destru-
yen todo, y también el clima espiritual es muy áspero. Las gentes del lugar
creen que incluso los espíritus de sus madres difuntas pueden hacerles daño,
y se hacen preparar amuletos contra ellos.
La transición a las hermosas estribaciones del Nepal es un gran cambio en
todos los sentidos. Uno pasa al "otro" mundo en que viven los montañeses.
Ya en Patna, cuando cruzamos el río Ganges, habíamos visto a los primeros
nepaleses, pequeños y musculosos, a menudo soldados gurkhas que
regresaban a sus casas, y eran como islas de paz en un mar de ruido y
tumulto. En ellos percibíamos una integridad que nos atraía de verdad.
Cuando las tierras bajas de la India y las multitudes de gente desaparecieron
tras nosotros y a nuestro alrededor sólo veíamos las verdes colinas, esta
sensación de paz creció hasta envolvernos por completo. Nos encontrába-
mos a gusto con estas gentes, entre las cuales una mujer puede moverse sola
con libertad y naturalidad sin correr ningún peligro. Aquí las mujeres
miraban a la cara y se reían y bromeaban. Después de los rostros velados y
las tiendas ambulantes de los países islámicos, y de las mujeres indias, que
son expertas en evitar todo contacto, aquello comunicaba una sensación de

interior repetía con intensidad cada vez mayor: "Ya llegamos, ahora sí que ya
¡legamos". Durante todo el viaje, desde Hamburgo, esta sensación nos había
empujado hasta allí en un tiempo récord, y ahora que estábamos tan cerca de
nuestra meta casi reventábamos de impaciencia. Apenas tuvimos los visados
en el bolsillo, ya nos encontrábamos en la estación subiendo al tren que iba
al Nepal.

El viaje de Delhi a Raxaul, ciudad fronteriza desde la que se pasa a


Birgunj, en el Nepal, para tomar un autobús hasta Katmandú, fue nuestra
primera experiencia de los trenes del noroeste de la India. Quien no haya
viajado en ellos no puede imaginar lo que son. Centenares de seres humanos
vestidos de blanco y que no cesan de chillar tratan de introducirse por la
fuerza en el tren en todas las estaciones, hasta que la gente casi se cae por
las ventanas e incluso los techos de los vagones están llenos al máximo. Es
realmente asombroso que la violencia física sea tan infrecuente en aquel
intenso calor y en medio de los constantes empujones. Al principio todo el
mundo grita y chilla; esto forma parte del ritual, pero, una vez que el tren se
ha puesto en marcha, no hay disputas hasta la siguiente parada, en que la
marea humana vuelve otra vez a abrirse camino a empujones. I'ur primera vez en Mpal
20 Cuando el pájaro de hierro vuele...

franqueza que habíamos echado mucho de menos. Aunque muchos nos


habían advertido de que nos estafarían en todos los tratos que tuviésemos
con ellos, al principio ni nos dimos cuenta de ello. Después de todo, sólo era
una cuestión de unos cuantos peniques. En cualquier caso, al principio no
sabíamos descifrar el valor de las moneditas de latón y aluminio cubiertas por
ambas caras con símbolos de buena suerte, pues no llevan ningún número.
Sin embargo, el descubrimiento de que incluso las cajas de cerillas van
envueltas en un papel para evitar que la mitad de su contenido desaparezca
antes de llegar al comprador nos ayudó a adaptarnos a sus costumbres. A
medida que íbamos adquiriendo habilidad en nuestras transacciones econó-
micas, el contacto con la gente también se hacía mucho más estrecho. Ahora,
por primera vez, empezaban a tomarnos en serio.
Cuando entramos en la India ya habían empezado las lluvias monzónicas.
El agua ya había arrastrado en varios sitios la carretera que conduce de
Birgunj a Katmandú por las estribaciones montañosas. En el Himalaya, la
reparación constante de estas carreteras es la única fuente segura de trabajo
para la gente del país, y por esta razón se aseguran de no repararlas dema-
siado bien. Como doble medida de seguridad, dejan, en puntos estratégicos Terrazas de arroz en Nepal.
de las laderas de las montañas, enormes rocas que, con un poco de ayuda en
el momento adecuado, pueden deslizarse hacia abajo, asegurando con ello
más trabajo. Dado que como máximo ganan alrededor de medio dólar al día, decidido suicidarse ante su coche. Dos o tres taxis antiguos y resistentes,
no les entusiasmó la idea de unas vacaciones lujosamente largas. entre ellos un viejo Volvo que nunca necesitaba reparaciones, eran los
antecesores de los innumerables Datsuns y Toyotas abollados que ahora
En un autobús antiquísimo, ruidoso y traqueteante, completamente so- hacen inseguras las calles de Katmandú. Constantemente en una marcha de-
brecargado como todos los medios de transportes de esta parte del mundo, masiado larga para ahorrar gasolina, y siempre dando bocinazos, se abren
ascendimos renqueando por las montañas, tomando a toda la gente que camino entre coolies, carretillas, bicicletas y peatones, que les hacen sitio con
podíamos. Una cosa que nos gustó, y a la que nos acostumbramos rápidamente, paciencia de santo mientras todos los turistas se enfurecen por el ruido.
fue que en todas las situaciones peligrosas -y hay muchas en aquella carre- Entonces, como ahora, sólo se podía beber agua hervida y sólo se podía
tera- tanto el conductor como los pasajeros reían o sonreían espontáneamente. comer fruta pelada por uno mismo para evitar una invasión de microbios
Comprendimos que se trataba de un método inmemorial para evitar que las exóticos. Casi todas las noches, la gente de la tribu local Newari se reunía en
impresiones de miedo se solidificasen en su mente, y nos impresionó mucho los templos para recitar bellos y antiguos textos de meditación budistas
la sabiduría práctica que encerraba este hecho. Cuando el crepúsculo hacía acompañados por las notas alargadas de sus órganos de mano y por los tam-
que las cosas parecieran aún más fantásticas, este país, bendecido por tantos bores de sonido agudo. Era una música que entraba directamente y causaba
Buddhas, nos recibió. un impacto profundo y poderoso.
Eran aún los buenos viejos tiempos de Katmandú. El país estaba abierto Mientras caminábamos por las estrechas calles, nuestro espíritu hallaba
a los extranjeros desde hacía unos pocos años y apenas había turistas. Ni paz y las cosas ocurrían en el momento en que pensábamos en ellas. Cuan-
siquiera habían llegado aún las oleadas de hippies. Alguien que atropellara do, por ejemplo, salíamos para visitar a un amigo, la mitad del viaje era, por
a una vaca en una zona hindú arriesgaba el cuello si no podía demostrar (a lo general, innecesaria. Nos lo escontrábamos por el camino, diciendo:
menudo mediante donaciones en los lugares adecuados) que el dios había "Hola, ahora iba a veros". A menudo nos encontrábamos en las manos lo que
22 Cuando el pájaro de hierro vuele... Nuestra luna de miel 23

queríamos antes de haber tenido tiempo de formular un deseo claro, y esto queño placer diario, como invitarles al cine, pero en realidad estaba con-
nunca dejó de crearnos un sentimiento de gozo asombrado y de unidad. Los virtiéndolos en drogadictos. O bien no era el único del mercado, o bien la
numerosos santuarios budistas, con siglos de antigüedad, y los linajes gente era más débil de lo que él creía.
ininterrumpidos de yoguis han creado un campo de fuerza sobre el valle de
En aquella época se prohibieron las películas de Peter Sellers porque éste
Katmandú en el que las aparentes separaciones entre mente y materia dejan
se parecía demasiado al Rey. Continuamente tenían lugar fiestas y procesio-
de ser válidas.
nes de una u otra clase. En una ocasión, toda la ciudad fue a la huelga,
En aquella época, el "hash" más fuerte y de efectos más limpios del mun- indignada por el asesinato de un taxista. Todo el mundo estaba acostumbra-
do se podía comprar legalmente en los comercios oficiales. El cliente pro- do a las pequeñas estafas habituales, e incluso se habían producido algunos
baba su calidad mientras la hija del comerciante traía te y charlaba sobre las asesinatos políticos, pero el robo a mano armada (¡matar a la gente simple-
perspectivas de la próxima cosecha o sobre el modo de llevar el producto a mente por dinero!) era algo desconocido anteriormente.
Occidente. En la actualidad, el "hash" es, por lo general, de baja calidad y Cada día ofrecía un nuevo motivo para celebraciones, y por todas partes,
viene mezclado con otras sustancias, y además, desde que los norteamerica- en las calles, uno se encontraba gente con guirnaldas, tocando música y des-
nos dieron treinta millones de dólares al Gobierno nepalés con este fin, está filando en procesiones, y éstos se cruzaban con otros grupos que transpor-
prohibido -al menos oficialmente. taban cadáveres en camillas al crematorio situado junto al río. Este lugar se
encuentra en el sendero de Swayambhu, junto al matadero, en el que traba-
Aquellos eran también los tiempos de pintorescos personajes, como jan muchos musulmanes. Hacen de carniceros en gran parte de Asia porque,
"Eddie, el de los ocho dedos", que realizaba danzas mágicas con sus manos según su religión, matar animales no es malo.
en el salón de té de Rana, llamado The Cabin ("La Cabana"), y arrastraba a
la gente a su esfera de influencia. Era un armenio de los Estados Unidos, a Las casas de Katmandú son pequeñas, y los europeos nórdicos de esta-
quien habíamos conocido en Copenhague en ocasión de un negocio, y que tura media como Hannah y yo allí somos gigantes. En la ciudad vieja, no
nos había causado una buena impresión. Aunque su filosofía era bastante
intrascendente, el hombre ejercía una fuerte influencia en muchos de los
jóvenes hippies de Katmandú, y pronto surgió su propia escuela de "freaks",
cuyos miembros eran fácilmente reconocibles por sus bigotes y por su
incesante movimiento de brazos. Estaba también el viejo "Tío", un indio que
regalaba pasteles de "hash" enriquecidos con extracto de dondiego de día.
Después de saborear uno de esos pasteles, más de un goloso no se encon-
traba el cuerpo durante varios días. Y también estaba, claro está, el buen
doctor de la esquina, siempre dispuesto a ayudar con un rápido pinchazo.
Mientras buscaba una vena que aún estuviera en buenas condiciones,
encarecía la esterilidad de sus instrumentos y sugería que la próxima vez se
probase su cocaína birmana, que era de una calidad especial. Nunca dejaba
que nadie se pinchase más de una vez al día y pretendía mantener a la gente
por debajo del nivel de adicción. Sin embargo, cuando encontramos a
algunos de sus clientes que se dirigían a su consultorio a primeras horas de
la mañana, nos dimos cuenta de que parecían tener mucha prisa. Al tratar de
entablar con ellos una breve conversación, se movían sin cesar, deseosos de
marcharse lo antes posible, y tenían las pesadas vibraciones de los junkies.
Tal vez el buen doctor pensase que no hacía más que proporcionarles un pe- Procesión en Katmandú.
24 Cuando el pájaro de hierro vuele...

podíamos estar de pie en la mayoría de las habitaciones y a menudo ni


siquiera podíamos estirar los brazos. Las ventanas no tienen cristales, pero
están decoradas con bellas maderas talladas, y las paredes y techos, por lo
general, están ennegrecidos por el hollín de los hogares abiertos. Sólo el
suelo de arcilla está siempre limpio y nuevo porque en cuanto se ensucia o
se rompe lo reparan extendiendo, simplemente, una fina capa nueva encima.
En todas partes, en la parte antigua de Katmandú, así como en las ciu-
dades vecinas de Patán y Bhatgoon, estábamos rodeados de tanta belleza e
historia que teníamos la sensación de encontrarnos en una impresionante
exposición de arte. Son especialmente notables las estupas, que allí existen
en gran número. Se trata de santuarios budistas de proporciones especiales
que contienen reliquias, construidos, como las imágenes existentes en mu-
chos templos, para activar con su simple presencia la esencia búdica innata
de la persona. Si uno no se aleja de ellas, asustado por los olores y los men-
digos y enfermos que llenan las calles, la impresión que dejan en el espíritu
proporcionará, sin duda, futuros estados de gozo, compasión e intuición, o La Estupa de
tal vez incluso una experiencia inolvidable de vez en cuando. 'waya m bb unatb.

A este pintoresco ambiente de Katmandú pertenecían, como ya dije, un


gran número de personajes fuera de lo corriente, muchos de ellos de Dina- cuatro lados de una sección rectangular, los famosos ojos de Buddha que
marca, país rico en tipos originales. La cantidad de cosas divertidas y descon- todo lo ven, típicos de las estupas tibetanas y nepalesas; sobre esta sección
certantes que allí sucedían llenarían por sí solas todo un libro. Aquí sólo voy rectangular hay una forma cónica, de círculos concéntricos, con una repre-
a contar una anécdota que da el tono general de aquel ambiente. Su prota- sentación del sol y la luna; y encima de todo se ve una forma de gota de agua
gonista es Niels, un traficante superefícaz amigo nuestro, que había adoptado llameante. Los ojos de estas estupas son lo primero que a uno le impresiona.
la religión y la vestimenta de un yogui.o saddhu hindú, y se paseaba ataviado Miran en todas direcciones por sobre el valle de Katmandú, simbolizando la
con ropas de color marrón claro y un tridente en la mano. Un día, en mente de Buddha que se manifiesta en todo tiempo y lugar. Después de
Pashupathinath, el lugar hindú más sagrado del Nepal, tomó parte en un rito verlos, pocos los olvidan. Estos ojos son visibles desde muy lejos y dan la
con ellos, hasta que sus colegas, descubriendo de pronto aquel producto de impresión de que un ser de gran poder descansa sobre la cúpula de la estupa
importación danés, gritaron "¡americano!", lo golpearon y lo expulsaron. Al y ve todo cuanto ha ocurrido jamás.
día siguiente, en el mercado de Katmandú se podía adquirir a precio de
Así pues, en la casa más bella de las que rodeaban la estupa, vivía el Lama
ganga un traje de saddhu completo, con tridente y escudilla, mientras que
Chini. Algunos amigos nos habían dicho que cambiásemos dólares con él.
Niels era visto con zapatillas de deportes y pantalones vaqueros disponién-
Vimos que delante de su casa había varios elegantes Mercedes, pero en aquel
dose a emprender un nuevo viaje.
momento no les prestamos mucha atención. En el mercado libre, el cambio
Después de leer el libro Yoga Tibetano y Doctrinas Secretas estábamos, era dos veces mejor que en el banco. Desde mis viajes a Marruecos, en los
claro está, ansiosos de conocer a un lama tibetano. Sin embargo, el primer primeros años de la década de los sesenta, pensaba que el mercado libre era
"lama" que conocimos en Katmandú nos dejó bastante desconcertados. Se el lugar adecuado donde llevar dinero porque así ayudábamos a los pobres,
llamaba Chini Lama y vivía en una casa rosa con azotea al otro lado de la mientras que el Gobierno sólo lo emplearía para pagar a más generales o
entrada principal de la estupa de Bodhnath. Esta estupa es un enorme edi- más policías. En modo alguno creíamos obrar mal con ello. Sin embargo, lo
ficio angular rematado por una cúpula. Sobre la cúpula están pintados, en los que siempre nos sorprendía era la gran cantidad de dinero que aparentemen-
26 Cuando el pájaro de hierro vuele...

te estaba en juego. No supimos hasta mucho más tarde que este título de
"Lama" era heredado y que la función de aquel hombre era en realidad la de
cuidador de la estupa de Bodhnath, oficio que parecía realizar bien y sin
pérdidas por su parte.
El Lama Chini era un hombre mayor pero enérgico, de constitución
robusta y cuya cabeza calva parecía de chino. Cuando entramos en su habi-
tación daba la impresión de que acababa de despertarse. Mientras se sentaba
lentamente, vimos con asombro que llevaba al menos cinco relojes en cada
brazo, desde la muñeca hasta el codo, y recuerdo que pensamos que pro-
bablemente los usaría para realizar complicados ejercicios respiratorios. Nos
preguntó de entrada si teníamos armas para vender, y quedamos muy con-
movidos por el pensamiento de que este hombre compasivo debía ayudar a
los guerreros de la resistencia tibetana, los khampas, cuya bravura y justa
causa conocíamos. Lamentándolo mucho, le dijimos que no teníamos armas,
sólo algunos cuchillos. Luego quiso saber si teníamos algún magnetófono.
Teníamos un modelo Phillips barato. Los magnetófonos de cassette acaba- Buddba en estado de
Gran Felicidad,
(en Swayambhunath)

ban de salir al mercado en aquella época, pero, como habíamos conseguido


llevarlo hasta Katmandú en buenas condiciones de funcionamiento, le diji-
mos que antes queríamos grabar algo de música religiosa tibetana. Estába-
mos seguros de que este interés por el Budismo le encantaría, pero, si fue así,
lo disimuló muy bien. Cuando después quiso vendernos opio nos quedamos
muy sorprendidos de la inocencia de este hombre "santo". Le explicamos
con insistencia que el opio crea adícción, que es malo para la salud, que no
debería venderlo a la gente y que esta sustancia estaba matando poco a poco
a muchos de nuestros amigos. Al mismo tiempo, sin embargo, esta experien-
cia reforzó una ilusión que no íbamos a abandonar hasta varios años des-
pués, a saber, que todos los hombres espirituales de Oriente tomaban algún
tipo de droga y que uno puede dirigir químicamente su camino hacia la Ilu-
minación. Por último, el Lama Chini nos vendió un poco de "hash" a un pre-
cio abusivo, pero cambió nuestros dólares al mejor cambio de la ciudad.

Aquella noche, al probar la droga con los amigos en un salón de té de la


ciudad, nos partimos de risa. El trozo de "hash" del tamaño de un puno por
el que habíamos pagado la cantidad excesiva de tres dólares resultó ser
carbón vegetal recubierto de betún marrón. He aquí una lección de que hay
que probar la mercancía incluso con las mejores compañías.
28 Cuando el pájaro de hierro vuele... Nuestra luna de miel 29

Había muchas cosas que hacer en Katmandú, muchas cosas por ver y Superficialmente, el lugar nos dio una mala impresión. No nos gustaba la
experimentar. Pero el lugar que nos atraía más especialmente era la colina en suciedad, que, como en todas partes en el Nepal, hace que sea difícil hasta
cuya cima se halla el templo de Swayambhu, a cierta distancia de la ciudad. encontrar un sitio para sentarse, ni las personas vestidas de monjes que que-
El camino más corto para llegar allí, para personas que quieren ahorrar rían vendernos cosas. Como todos los europeos del norte, éramos alérgicos
incluso el medio dólar que cuesta el viaje en taxi, pasa junto a los montones a la idea de ver a los sacerdotes haciendo negocios y no podíamos entender
de cráneos de los animales recién muertos en el matadero, colocados encima que quizá se veían obligados a hacerlo para vivir, pues no tienen una iglesia
y alrededor de las estupas para que tengan un mejor renacimiento; después estatal que los mantenga. Era evidente que ninguno de ellos era rico. Los chi-
pasa junto a los grupos de perros mejor alimentados pero más desagradables llidos coléricos de los monos llenaban el aire. Estaban siempre peleándose,
del valle, y por una desvencijada pasarela. Cuando íbamos allí no nos de- y era desagradable ver a los monos grandes y fuertes morder a los pequeños
teníamos con los amigos en los agradables salones de té. La zona tiene malas y débiles, al mismo tiempo que les quitaban la comida. A menudo perros vie-
vibraciones y está sucia, y no había ninguna seguridad de que el salón de té jos y enfermos llegaban de diversas partes del valle para morir allí, atraídos
no recibiera el agua del río cercano. Lo peor de todo era que nuestras san- por las vibraciones del lugar, pobres animales destrozados. A pesar de todo
dalias de goma indias lanzaban la suciedad del camino a la espalda de los esto, sin embargo, Swayambhu nos atraía intensamente. Teníamos la sensa-
impermeables de plástico chinos bajo los que sudábamos. Sin embargo, ni ción de conocer profundamente el lugar, nos sentíamos ligados a él por la
estos desagradables factores ni los encantos de la ciudad podían retenernos. experiencia que suscitaba en nosotros, y nunca nos marchábamos de allí an-
Una y otra vez volvíamos al lugar, como atraídos por un imán invisible. tes de que fuera de noche, aunque en Katmandú había muchas cosas diver-
tidas que hacer con nuestros amigos. Nos vimos yendo allí casi todos los días
Desde Katmandú ya se ve el templo de Swayambhu, situado sobre una y permaneciendo durante horas dentro del templo delante de la gran estatua
colina en forma de pirámide, con tres caminos distintos que suben entre del Buddha del Gozo. Irradiaba tal energía que uno podía realmente verla
grandes estatuas de Buddhas e innumerables estupas. Estas estatuas, que respirar. Nos sumergíamos, asimismo, en la música de los lamas de hábito
muestran la forma del Buddha y las cinco sabidurías de su mente, le ayudan rojo. Con esta música activan las energías búdicas para todos los seres. No
a uno a subir. En la cima de la colina se encuentra una cúpula central que comprendimos el significado de la ceremonia hasta mucho más tarde, pero
todavía contiene reliquias del Buddha Osung (en sánscrito, Mahakasha), acti- aun sin conocerlo sentíamos su poder.
vo en nuestro mundo antes del Buddha histórico Sakyamuni, cuyas enseñan-
zas están ahora con nosotros. Este edificio tiene más de trescientos años de Durante nuestra primera visita a Swayambhu dos de los monjes nos cau-
antigüedad y es la principal sede nepalesa del gran yogui tibetano Gyalwa saron una profunda impresión. Uno de ellos era el gran Sabtju Rimpoché,
Karmapa, que más adelante iba a ser tan importante para nosotros. Hoy día, que más tarde iba a darnos profundas enseñanzas sobre la respiración inte-
la segunda encarnación en importancia de su linaje, Su Santidad Shamarpa, rior, y que dirigía el monasterio. Murió en la década de los setenta, y una
reside aquí. semana después de su muerte clínica todavía estaba sentado en perfecta po-
sición de meditación mientras las energías de dentro y alrededor de él se
Alrededor de la cúpula hay un campo donde los fieles caminan, al tiempo solidificaban en forma de poderes, pero siempre que lo veíamos nos sen-
que meditan, en el sentido de las agujas del reloj y ponen en movimiento con tíamos muy emocionados y contentos. En una ocasión en que espontánea-
las manos las ruedas de oración. También está el monasterio tibetano. La mente me puse a correr detrás de él alrededor de la estupa, se giró de pronto
palabra "Swayambhu" significa el lugar auto-originado, y para los budistas de y me miró a los ojos al tiempo que decía algo en tibetano que, por supuesto,
esta región es tan sagrado como Bodhgaya, en la India, donde el Buddha no entendí. Sentí que su buena energía penetraba en mi interior. Al mismo
Sakyamuni manifestó la Iluminación Plena. Las energías de los Buddhas se tiempo rompí a reír a carcajadas, pues, visto de cerca, parecía el doble
sienten con tanta fuerza aquí como allá, y esta zona tiene un campo ener- perfecto de un famoso comentarista deportivo danés muy divertido. No obs-
gético que influye profundamente en la meditación y hace que todos los tante, esto no lo alteró en lo más mínimo.
deseos alcancen una pronta realización. Hay innumerables historias de cosas
fantásticas que han ocurrido aquí, y nosotros mismos hemos tomado parte en El otro contacto intenso que tuvimos fue con un joven monje llamado
varias de ellas. Puntsho, una mente totalmente abierta y clara. Durante una de nuestras visi-
Nuestra luna de miel 31
30 Cuando el pájaro de hierro vuele.
poco embarazoso dadas su madura espiritualidad y su cortesía, que les hace
escuchar cualquier cosa con tal de complacer a los demás. En vez de ello, les
han ayudado a conservar distintas habilidades prácticas, como la tejeduría,
que les permite alimentarse a sí mismos y a sus familias. Pero, por desgracia,
los suizos tuvieron que irse debido a las presiones de los chinos, y los
campos de refugiados tibetanos de Pokhara vuelven a vivir casi sin ninguna
ayuda y en una profunda pobreza. Ahora tienen que luchar para conseguir
que sus productos lleguen a los mercados a través de un laberinto de trámites
burocráticos y sobornos, como ocurre en casi todos los campamentos.
Después de pasar varias semanas en el país, empezamos a distinguir los
diferentes tipos de gente e incluso a personas determinadas. De entre la masa
homogénea de anchas caras sonrientes que veíamos al principio, nos senti-
mos atraídos espontáneamente por las que procedían del país del otro lado
de las montañas, el Tíbet. Comprábamos las cosas que vendían y nos
comunicábamos por medib de gestos y unas pocas palabras inglesas y nepa-
lesas. No necesitábamos hablar mucho porque nos entendíamos directamen-
te. Estaba claro que éramos de la misma familia.
Los tibetanos son un pueblo inteligente, pero el modo en que tenían orga-
nizada su nación no era avanzado ni eficaz. Hasta bien entrado el siglo vein-
te, sus estructuras políticas eran similares a las de Europa en la Edad Media;
La Estupa de Bodbnatb
un Gobierno central jerárquico y rígido en la parte central y meridional del
país; nómadas independientes en el norte y el oeste; y monasterios con
instituciones particulares en todas partes; todo ello mezclado con un gran nú-
tas al monasterio nos llevó hasta el tejado plano del edificio y nos dio un mero de alegres ladrones khampas procedentes del este, donde cada cual era
mala -las ciento ocho cuentas ensartadas representan los ocho niveles de su propio rey. Esto era verdaderamente un Gobierno que se adaptaba a una
consciencia previos a la iluminación y los cien aspectos de Buddha que amplia variedad de gustos. Sin embargo, la organización desigual no es muy
después se manifiestan en nosotros-. Luego señaló un pequeño retrato de un importante cuando uno conoce realmente a los tibetanos, y tampoco afecta
hombre de fuerte constitución que llevaba una corona negra en la cabeza, a su carácter. La influencia del Budismo y su propia afabilidad hacen que
diciendo una y otra vez "Karmapa, Karmapa", como si quisiera inculcarnos todo sea bastante razonable. Lo que uno siente es un verdadero exceso de
algo muy importante. afecto e integridad, tanto por parte de las amables gentes de cara redonda del
Un viejo avión bombardero era en aquella época el medio de transporte Tíbet central y occidental, como de los huesudos y más altos, khampas del
hasta Pokhara, la segunda ciudad más grande al oeste de Katmandú, y el este, con sus rostros más alargados de tipo europeo. En ambos casos, uno
aeropuerto consistía en un campo cubierto de hierba. El transporte local con- siente que su ligereza y su paz interior resultan de una concepción del uni-
sistía en caballos de alquiler, con los que terminamos yendo a todas partes. verso plena de sentido. Desde el punto de vista material, son de los refu-
En modo alguno queríamos pegar a los caballos, que es a lo que ellos esta- giados más pobres del mundo. Dado que no declaran ser perseguidos racial-
ban acostumbrados y sin lo cual no se movían. El gran campamento de refu- mente ni quieren hacer la guerra ni la revolución, no reciben mucho interés
giados tibetanos que acababa de establecerse allí daba gozo de ver. Una ni ayuda por parte de la comunidad internacional, y sus niños mueren como
organización suiza estaba haciendo allí un buen trabajo. Nadie había tratado moscas a causa de la disentería, mientras que la mayoría de los adultos sufren
de venderles la cultura occidental o el cristianismo, lo que siempre es un
Katmandú 1968.

Kalmandú 1968.
tuberculosis. Sin embargo, aún no se han resignado, están llenos de buena
voluntad, e incluso los más pobres comparten lo poco que tienen con sus con él. Había venido en avión con algunas semanas de retraso. En primer
huéspedes. Da una sensación muy extraña salir de una de sus pobres caba- lugar, había necesitado más tiempo para vender su coche, y después, mien-
nas cargado de regalos y ver cómo a uno le ofrecen continuamente comida tras atravesaba Pakistán, alguien casi le arrancó una oreja de un mordisco. Se
que ellos nunca se permitirían. A pesar de la barrera del idioma, nos sentía- había visto obligado a ingresar en un hospital local y la estancia en éste casi
mos profundamente ligados a ellos. Aunque ahora también vemos a las acabó con él. Hasta aquel momento no se había recuperado lo bastante para
personas y los motivos a veces ambiguos que hay detrás de sus buenas venir. Quizá a través de Jens, el hombre de Cachemira se había enterado de
costumbres, nuestros sentimientos positivos hacia ellos no han hecho más lo mucho que yo quería a mis padres y a mi hermano. La cuestión es que un
que crecer desde entonces. día vino a nuestra habitación mientras nosotros estábamos en pleno viaje de
En nuestro hotel del centro de la ciudad -que nos costaba cincuenta cen- un LSD muy fuerte y, por lo tanto, muy abiertos y fácilmente influenciables.
tavos al día- nuestro simpático patrón Sharma, buen conocedor del inglés, Se ganó completamente mi confianza diciendo un montón de cosas maravi-
nos mantenía informados de lo que ocurría en todo el valle. También nos llosas sobre mi padre, sobre lo bueno que era, y después empezó a hablar
proporcionaba el arroz con leche y las grandes cantidades de té dulce que del poder de los Lamas que habían venido del Tíbet y de sus victorias
gustan a los fumadores de "hash". En la habitación contigua a la nuestra vivía mágicas sobre los sacerdotes hindúes -las cosas más fantásticas y extraordi-
un caballero de Cachemira con los rasgos típicos de aquella región. Se le narias que habíamos oído nunca-. Casi nos caímos de nuestras sillas por la
antojaba fantástico que a veces, al pasar, diéramos un caramelo a su perro excitación y la fe espontánea que nos producía el oír de primera mano los
-gesto insólito en un país en que la mayoría de los padres no pueden per- milagrosos fenómenos que entonces eran tan importantes para nosotros. Nos
mitirse siquiera comprar caramelos para sus hijos-. Jens, que había venido en dijo que al día siguiente iba a visitarle una dama que poseía todos esos po-
el coche con nosotros hasta Kabul, tenía una relación especialmente buena deres. Si le diéramos algo de dinero, ella podría encender lámparas de man-
34 Cuando el pájaro de hierro vuele... Nuestra luna de miel 35

tequilla en lugares sagrados de las montañas y estaríamos protegidos contra había estado unas semanas en la chimenea o enterrado en alguna parte) que
toda clase de obstrucciones y peligros. También nos aconsejó que lleváse- la exactitud y calidad del trabajo. Casi nada de lo que trajimos de este primer
mos brazaletes de plata, que serían buenos para nuestro hígado. En aquellos viaje -objetos examinados y elegidos con ojos enrojecidos de fumador de
momentos acababa de pasar mi segundo ataque de hepatitis, y Hannah el "hash"- cuelga hoy en nuestros centros de meditación. Al no ser representa-
primero, por lo que al mencionar esta cuestión volvió a acertar de lleno. Bajo ciones exactas, no pueden dar resultados iluminatorios. Para que sean de
ninguna circunstancia queríamos sufrir otra vez esta enfermedad deshumani- verdadero provecho para el espíritu, hay que utilizar determinadas propor-
zadora. ciones y colores, y para realizarlos correctamente se necesitan largos años de
aprendizaje. Sólo nuestros rollos y estatuas de Dolkar fueron siempre de
A la noche siguiente emprendimos nuestro vuelo de regreso a Europa, tal primera clase; la "Liberadora Blanca" que desde el mismo principio vino a
como habíamos planeado. Tenía que dar clases en la escuela nocturna al nosotros en muchas formas y salvó mi vida en una montaña de Sudáfrica y
cabo de pocos días y había cosas que hacer por el camino. Habíamos durante las horas de rápida conducción en todo el mundo.
escogido una ruta más larga pero más barata a través del Pakistán oriental y
occidental a fin de no ser registrados por los indios. Sus funcionarios de Todo había sucedido tal como deseábamos, y el viaje tenía un agradable
aduanas tienen el descaro de tratar el Nepal como parte de su propio país, final. La mujer de quien había hablado el hombre de Cachemira vino al hotel
y podían crearnos problemas con las cosas que llevábamos. En aquel antes de que partiésemos. La vimos un momento, conversamos un poco con
momento nos imaginábamos estar en posesión de algunos valiosos rollos y ella, y quedamos impresfonados por sus hermosos ojos de Buddha y su
estatuas tibetanos antiguos, pero en realidad habíamos cometido el error del irradiación de increíble paz. Dimos al hombre de Cachemira veinte dólares
principiante de mirar más la pátina (debida con frecuencia a que el objeto en un sobre para ella, jens, a cuyo padre no habían alabado y que, asimismo,
36 Cuando el pájaro de hierro vuele... Nuestra luna de miel 37

había tomado menos LSD, vio más claro que nosotros con respecto al de energía que la que tienen normalmente los fumadores, se ayudaba a menudo
Cachemira y pensaba que me había vuelto loco. Dijo que habríamos hecho con un poco de anfetamina, que mezclaba con morfina, para amortiguar el
mejor comprando un kilo más de "hash" que nos estaba esperando en Afga- efecto de los golpes de sus oponentes. Ahora había compartido una jerin-
nistán, a mitad de precio que el del Nepal. También, en el último momento, guilla en alguna parte con alguien que estaba enfermo, y el resultado lo tenía
surgió la posibilidad de comprar brazaletes de plata. Habíamos buscado a la vista. Estaba en un grave aprieto. Recordé las palabras del hombre de
detenidamente y sin éxito en todas las tiendecitas de Katmandú hasta que Cachemira acerca de la virtud que tenían nuestros brazaletes para curar las
alguien nos dijo que probáramos en el campamento tibetano. Aunque tenía- enfermedades del hígado, y puse el mío en su muñeca antes de regresar a
mos muy poco tiempo, nos arriesgamos a hacer un viaje rápido en taxi, y al nuestro apartamento. Me detuve por un momento ante el espejo de afeitar de
cabo de diez minutos apareció una dama imponente con dos pesados braza- la puerta y miré en él, distraído. De inmediato una energía enorme me
letes de pura plata bellamente trabajados, a dos dólares la pieza. En cuanto golpeó, como si me hubieran conectado a una corriente de alto voltaje. Me
los tocamos notamos como una ligera pulsación que latía en ellos, una fuerza quedé de pie como una columna, sin saber quién era ni dónde estaba, con
viva. En todos los años transcurridos desde entonces sólo una vez nos hemos los cabellos de punta y con una luz radiante que absorbía todos los pensa-
encontrado con otro similar. Huelga decir que nos fuimos del Nepal de un mientos y todas las experiencias. Ignoro cuánto tiempo permanecí en el
humor excelente. estrecho pasillo, pero cuando volví en mí me sentía consumido y desorien-
tado. Todo aquello había-ocurrido sin drogas, y sin embargo era más fuerte
Durante una breve escala en Kandahar, en Afganistán, recogimos el que las experiencias que había tenido con dosis masivas de ácido. Sólo había
"hash" que nos esperaba con Alí en su hotel, y seguimos el vuelo, por pasado por una experiencia parecida en mi viaje del día de mi cumpleaños
Teherán, hacia Roma, donde alquilamos un coche para regresar a Dinamar- en aquel patio. Bajé a los baños públicos de la esquina, estuve durante largo
ca. En veinte horas estuvimos en la frontera danesa, que, por precaución, tiempo bajo el chorro de agua y pensaba: "¿Qué significa todo esto? ¿De
primero pasamos de vacío, y preguntamos si había algún mensaje para no- dónde procedía esta luz?"
sotros. Nos alegramos al comprobar que no había complicaciones, a pesar de
la chica que había hablado de nosotros. Al día siguiente por la mañana, Hannah y yo fuimos a ver a Tom. Su cara
y sus ojos tenían un color normal y su orina era clara como el cristal. Durante
Nuestra primera estancia en el Nepal había durado menos de un mes, toda la noche había tenido sueños intensos en que se le decía que no vol-
pero nos hizo un efecto que nunca dejamos de sentir. Las experiencias ha- viera a jugar con agujas. ¡Era un verdadero y perfecto milagro! Cosas así no
bían calado muy hondo, afectando a todos los aspectos de nuestra vida. ocurren sin más con los hígados infectados, que por lo general requieren
Nuestro comportamiento externo no mostró grandes cambios, pero en nues- meses de tratamiento. Estábamos locos de contento, pero no teníamos ni
tro fuero interno sentíamos que algo había ocurrido realmente. idea de lo que había ocurrido. Sólo había una explicación posible: los braza-
Pocos días después de nuestro regreso, Tom, uno de nuestros mejores letes debían tener verdaderos poderes curativos.
amigos, cayó enfermo de gravedad. Vivía con nosotros y otros amigos en una Todavía nos encontrábamos en nuestra habitación en un estado de confu-
casa antigua frente al dique de Christiansavn, en el pintoresco barrio antiguo sa alegría, cuando alguien llamó a la puerta. Jenny, probablemente el ser más
de Copenhague. Un día se desmayó en las escaleras; su aspecto era horrible, desgraciado que conocíamos, estaba allí. Era una persona a quien todo le
tenía la cara de color amarillo oscuro y los ojos de color rojo oscuro. Sufría salía mal y que, indefectiblemente, siempre conocía a gente que no hacía
una hepatitis grave. Lo llevé a su piso y, al sostenerlo cuando orinaba, vi que rnás que aumentar sus problemas. Como actuaba más por cólera que por de-
su orina era espesa y marrón. Era su segundo ataque de esta debilitante seo, estar en su compañía resultaba difícil. Todo lo que dijo fue: "¡Tengo
enfermedad, y lo sentí realmente por él. Nos habíamos conocido en un hepatitis!"
combate muy igualado de boxeo hacía años, y más tarde surgió entre noso-
tros una amistad especialmente estrecha. Compartíamos el interés por las No salíamos de nuestro asombro. Hacía meses que no veíamos a Jenny.
motocicletas y las drogas, y él boxeaba, como yo, y había ganado casi todos No podía saber nada de lo que acababa de ocurrir, y sin embargo parecía que
-o todos- sus cuarenta y dos combates. Como para esto necesitaba más algo la había empujado hasta nuestra casa. Aunque estaba muy enferma, el
38 Cuando el pájaro de hierro vuele...

hecho de llevar el brazalete de Hannah la curó en una semana, y más tarde


nos dijo que había visto "luces de gracia", como ella las llamaba. Jenny se
había criado en la costa oeste de Dinamarca, en la parte de Jutlandia que aún
hoy es fuertemente cristiana y en la que se emplean expresiones así.
Hannah y yo no cabíamos en nosotros de felicidad. Era una alegría in-
creíble poder ayudar a los demás de este modo, y siguieron produciéndose
más curaciones. En aquel otoño de 1968 se puso fin a toda una epidemia en
Copenhague, y más de veinte amigos nuestros consumidores de drogas se
curaron completamente. Hannah y yo a menudo sentíamos las intensas ener-
gías que se activaban y a veces también teníamos extraños pensamientos que
no eran habituales en nosotros, probablemente salidos de las corrientes Capítulo II
mentales de los que llevaban los brazaletes. Nada podía equipararse a la
intensidad de estos acontecimientos, y, en esta perspectiva, incluso nuestros EL LAMA TRANSPARENTE
viajes regulares de vacaciones al Líbano pasaron a un segundo plano. Se-
guimos haciéndolos por costumbre y porque nuestros amigos esperaban que
los hiciéramos. Todo se estaba preparando para volver pronto al Nepal, y el
primer día de las vacaciones de invierno, en que mis alumnos iban a estar Esta vez, a fin de borrar nuestras huellas, fuimos por Rusia, lo que significa
fuera durante más de un mes, partimos de nuevo hacia Oriente. un viaje más largo y más caro. Tomamos el tren desde Copenhague hasta
Moscú, pasando por Berlín oriental, y de allí el avión hasta Kabul y Delhi, vía
Tashkent.
Mi primera visita a Alemania oriental y Rusia me despertó recuerdos de
mis tiempos en el ejército, donde ya había descubierto que los oficiales
presumidos son la cosa más divertida del mundo, y aquí también había
mucho de lo que reírse. No obstante, más fuerte era aún nuestro sentimiento
de compasión por las gentes desgraciadas que no podían escapar de su dura
opresión, que tenían que vivir en una atmósfera gris y desolada, con tan poca
luz y esperanza. Sin ser observados, nos las arreglamos para distribuir las
camisas de nilón, las hojas de afeitar y los cigarrillos sobrantes que traíamos
con nosotros. Pude ver cuáles eran los sentimientos de Hannah por esa
gente, y nos alegramos de tener al menos algo material que dar.
En Brest Litvovsk, la frontera de postguerra entre Polonia y Rusia, donde
una vez más el control de aduanas duró varias horas, tuvimos una experiencia
divertida. Me metí en medio de una compañía de soldados que desfilaban,
probablemente cosacos, todos los cuales se me parecían. Unos eran más
altos, la mayoría más bajos, pero todos teníamos la misma cara. Era como es-
tar en una sala de espejos. Si hubiese llevado uno de sus abrigos militares
marrones en vez de mi abrigo blanco sueco, podría haber pasado desaper-
cibido. Esta experiencia como de sueño me dejó el sentimiento de cuan pe-
queña es en realidad nuestra base para aferramos a un "ego" independiente.
40 Cuando el pájaro de hierro vuele... El Lama transparente 41

En el aeropuerto de Moscú unos soldados nos preguntaron qué había había en el dispensario. Probablemente tampoco tenían vacunas, o bien,
ocurrido realmente en Checoslovaquia. Acababan de regresar de allí y parecían intuyendo la posibilidad de ganar algo de dinero, habían exhibido su peor
estar muy confusos y descontentos. Les contamos lo que sabíamos, pues ha- instrumental. La cuestión es que fue fácil: en vez de ponernos las inyecciones,
bíamos estado en aquel país medio año antes durante el breve período de li- hicimos sangrar nuestros bolsillos y no nuestros brazos, pagamos unos dóla-
bertad, pero pronto aparecieron unos cuantos policías de paisano y los ale- res y obtuvimos los papeles necesarios.
jaron de nosotros a empujones. También trataron de obligarles a devolvernos Seguimos el viaje en avión hasta Delhi, conseguimos un visado de dos
los cigarrillos "Sénior Service" que les habíamos dado, pero nosotros no qui- semanas para el Nepal, y por segunda vez nos dirigimos hacia el norte en
simos aceptarlos. Por último, los policías también aceptaron algunos, que tren. Podíamos haber ido en avión a Katmandú con nuestros carnets de estu-
escondieron rápidamente, ¡Qué comedia, todo aquello! diantes; no era caro, pero para nosotros las experiencias del trayecto por
Dos americanos acababan de aterrizar en la luna -los primeros seres hu- tierra ya formaban parte del viaje. No nos gustaba la idea de aterrizar con un
manos que lo hacían-. Nuestros omnipresentes guías, bien enseñados en la avión lleno de turistas en aquel país de nuestras esperanzas y nuestros sueños.
mentalidad de verlo todo en términos de Oriente y Occidente, con lo que Por otra parte, el viaje en autobús es fascinante en invierno. Podríamos ver
tenían la visión del mundo más simplista posible, lo tomaban como algo el Himalaya claramente, esta vez sin nubes ni lluvia.
personal. "En esto habéis ganado... por una vez", decían con aire amargado. Durante todo el viaje hasta allí habíamos ardido en deseos de ver a la
Les respondimos tranquilamente: "Esto no tiene nada de especial. Ya estuvieron mujer que creíamos era la fuente de las fantásticas curaciones, y si hicimos el
allí arriba el año pasado, pero lo mantuvieron en secreto". Esto no contribuyó largo y aburrido viaje por Rusia fue sólo porque nuestra ficha policial estaba
en absoluto a aumentar nuestra popularidad. creciendo demasiado. En realidad, lo que debíamos haber hecho era quedar-
Los cinco días que tuvimos que pasar en Tashkent nos dieron una idea de nos quietos durante una temporada, pero, una vez más, contra toda pruden-
la ruta del norte hacia el Tíbet, <le las tribus musulmanas que viven allí y del cia, queríamos recoger unos cuantos kilos en el Líbano en el viaje de vuelta;
gran desierto que se extiende hasta el Changtang: la parte norte del Tíbet. de ahí que fuéramos y volviéramos por rutas diferentes. Ahora que ya casi
También pudimos vislumbrar esa Rusia en que los caras largas blancos van habíamos llegado y podíamos olvidar los complicados planes, apenas éra-
al teatro Bolshoi mientras que los cabezas redondas amarillos construyen las mos capaces de esperar para verla otra vez. El autobús llegó a Katmandú al
casas. Esa Rusia en que especialmente las mujeres que trabajan en el aparato caer la tarde. Nos bajarnos en la oficina de correos, en vez de hacerlo en la
estatal dan la impresión de la más profunda frustración, y en la que todo es parada, a fin de evitar los enjambres de niños ruidosos que tiraban de los re-
de una calidad increíblemente mala. ¿Cómo puede acudir la felicidad o la cién llegados para llevarlos a este o aquel hotel. Esta situación había empe-
inspiración a un hombre o un país que sólo busca su satisfacción en los bie- zado a producirse durante los últimos seis meses, y era un cambio que no
nes materiales no permanentes? nos gustaba en absoluto, pero la sensación de indignidad pronto desapare-
ció de nuestra mente.
Después de un vuelo agradable por encima de montañas impresionantes
-que parecían gigantescas murallas de ladrillo derrumbadas-, apareció bajo De camino hacia nuestro hotel, situado en el corazón de Katmandú, vol-
el invierno centroasíático, de claridad radiante, Kabul, Afganistán, más frío vimos a absorber ávidamente la atmósfera, los sonidos y los olores, al tiempo
que Tashkent, pero con un aire mucho más moderno. A una temperatura que recordábamos innumerables aventuras y nos sentíamos muy felices de
constante de unos diez grados bajo cero, el cielo era increíblemente azul y el estar de vuelta allí. Al llegar al hotel nos enteramos de que Sharma, nuestro
aire era tan seco que todo titilaba con su propia luz. En todas partes había simpático patrón y fuente de tanta información, dirigía un nuevo estableci-
una belleza resplandeciente, pero la gente del país que tiene muy poco con miento cerca de la atalaya. Durante todo el viaje habíamos albergado la es-
qué calentar las casas sufre mucho durante estos inviernos. peranza de que conocería a nuestra mujer de los prodigios y que podríamos
establecer una verdadera relación a partir de aquel contacto de unos pocos
Los certificados de vacunación que necesitábamos para la India los compra- segundos. Volvimos a cargarnos las mochilas y nos pusimos otra vez en ca-
mos a un caballero en el aeropuerto de Kabul. De ninguna manera nos ha- mino. En el trayecto de vuelta por la oficina de correos, nos topamos con él.
bríamos dejado tocar siquiera por las oxidadas agujas para caballos que
42 Cuando el pájaro de hierro vuele... El Lama transparente 43

tro, pequeña, tranquila y descansando plenamente en sí misma, con los "ojos


de meditación" que no habíamos podido olvidar. Sentados frente a ella, con
su hermano T.B. Lama haciendo de intérprete, estuvimos muy habladores. Le
dimos las gracias muchas veces por todas las cosas buenas que habían suce-
dido, por las curaciones y por nuestra buena suerte durante los viajes de con-
trabando y los momentos de conducción rápida, en los que cada año que-
daban destrozados varias motos y coches, pero nunca seres vivos. Le agrade-
cimos especialmente la protección que también alcanzaba a nuestros amigos,
y le dimos el reloj de oro, la cadena y los otros regalos que habíamos traído.
Buddha Laximi se rió con nuestra historia, y su hermano aún se rió más.
Por supuesto, no recibió los veinte dólares que habíamos confiado al hombre
de Cachemira, y, después del breve encuentro en el pasillo del hotel, nunca
más había vuelto a pensar en nosotros. La mujer dijo: "Soy una mujer com-
pletamente normal que compra y vende. No tengo poderes especiales, pero,
como tenéis tanta confianza, os presentaré a m¡ Lama, cuyo poder es ilimi-
tado. En estos momentos está de viaje, pero arreglaré una cita con él en cuan-
to regrese".
Cbccboo Rimpocbé. Entretanto, como pensaba que vivíamos de una forma demasiado peligro-
sa, dijo que nos mandaría hacer unos "protectores" por un yogui del campo
de refugiados tibetanos de Jalsa, cerca del monte Everest. Estos talismanes o
Sharma, en efecto, conocía a la mujer. Se rió con nuestras historias y nues- "Sungdue", como los llaman en tibetano, son objetos cargados con una energía
tra ansia y prometió acompañarnos a verla a la mañana siguiente. La mujer protectora. Este campo energético se extiende a sus portadores, alejando de
vivía algo apartada de la ciudad, en un lugar llamado Maharajgunj, cerca de ellos las fuerzas negativas y aportándoles influjos benéficos. En el Budismo
la depuradora de la calle que pasaba junto a las principales embajadas -una tántrico tibetano se usan a menudo diagramas doblados de una forma espe-
vía importante de Katmandú-. La calle continúa junto a la fábrica de zapatos cial y atados con cordones con los cinco colores de la sabiduría, o bien se
china y se pierde en un sendero que lleva al monasterio llamado Nage Gompa, usan cordones con complicados nudos, y son extremadamente eficaces. El
situado en la cima de una colina, al final del valle. Partimos hacia allí en uno yogui que iba a hacer los nuestros vino a Katmandú, cuando no había dinero
de aquellos taxis que constantemente tocan el claxon, aparecidos por doce- en el campamento de refugiados, e hizo llover para los labradores. Resultó
nas en Katmandú durante los últimos meses. Por su causa, la calma y la paz que en aquellos momentos se encontraba en la zona. La mujer también dijo
preciosas de la ciudad estaban pasando claramente a la historia. que podría conseguirnos "hash" de la mejor calidad y buenos objetos rituales
La mujer vivía con la familia y otra esposa de su marido en una casa ne- tibetanos. Como estábamos abiertos a su bendición y no íbamos a venderlos,
palesa de ladrillo cerca de la calle. Detrás de la casa había un huerto bien cui- ella nos los vendería a un precio módico. Algo confusos al ver disolverse las
dado. Nos enteramos de que su nombre era Buddha Laximi Lama e interpre- nociones gratuitas que habíamos acariciado durante largo tiempo, y sin creer
tamos este hecho como un signo de que poseía también una alta categoría del todo su modestia respecto a sí misma, nos despedimos de la mujer. Al
oficial. Aún no sabíamos que en las zonas que rodean el Tíbet el nombre menos habíamos hecho amistad con ella y con su familia. Se habían reído a
"Lama" se había convertido en un apellido corriente tras perder su significa- gusto con nuestra historia y ahora deseaban que aquella gente tan salvaje de
do directo de "maestro compasivo". Fuimos recibidos por la familia y espera- Europa (les habíamos contado un poco cómo era nuestro ambiente nórdico)
mos en una de aquellas habitaciones de techo bajo de su casa hasta que en- encontrara un maestro auténtico.
44 Cuando el pájaro de hierro vuele... El Lama transparente 45

Mientras esperábamos el regreso del Lama volvimos a meternos de lleno, -aquella gente que todavía bromeaba y reía mientras escupía sangre poco
con los viejos amigos y otros nuevos, en la vida que anteriormente habíamos antes de morir de tuberculosis.
llevado en Katmandú. A nuestro alrededor, aunque no quisiéramos recono- Una mujer, que acababa de escapar cruzando el río, dijo que en el otro
cerlo, pues nuestra visión estaba enturbiada por un enorme consumo diario lado había tenido que esconder apresuradamente sus imágenes y libros sagra-
de humo, nuestros amigos iban derrumbándose progresivamente. Muchos dos cuando llegaron los chinos, y que sólo se atrevieron a sacarlos cuando
de los que, en los primeros años sesenta, se habían embarcado con nosotros aquéllos se hubieron ido. La gente conocía, también, los lugares donde se
en el barco idealista de las drogas con la esperanza de crear un mundo mejor, habían ocultado enseñanzas importantes, pero nadie se atrevía a ir a recoger-
y con los que habíamos compartido muchas experiencias fantásticas e inten- las. La mujer estaba muy contenta de encontrarse en el Nepal, pero, como
sas, se estaban volviendo demasiado locos para ser divertidos o ya habían todos los tibetanos, sufría profundamente por los que había tenido que dejar
muerto. Las cajas vacías ambulantes eran cada vez más frecuentes en nuestra atrás. El sentimiento de la familia es muy fuerte en toda Asia.
hermandad, antaño tan abierta y feliz.
Se hacían muchos comentarios sobre los pequeños incidentes de la fron-
Ahora no era tan fácil mantener las ilusiones. La sensación de integridad tera (que a menudo eran divertidos si uno no estaba implicado personalmen-
que habíamos encontrado en nuestra primera visita a este pequeño y olvida- te en ellos), como el que ocurrió con cuatro franceses. A causa de una espesa
do país empezaba a estar amenazada también desde el exterior. La gente niebla, había atravesado .inadvertidamente el puente fronterizo sin señalizar
estaba alarmada por la constante presión política de Pekín sobre el Nepal y y fueron detenidos por los chinos, que no los dejaron marchar hasta tres
por su insistencia en construir carreteras estratégicas en puntos diversos. semanas más tarde, cuando se hubieron aprendido el Libro Rojo del Cama-
Nadie se sentía cómodo con la idea de que cualquier día el enorme ejército
chino podría utilizar una de esas carreteras y aparecer de improviso ante la
puerta de su casa. Nuestro amigo K.S. Lama, a quien compramos rollos y
estatuas baratos, pero excelentes esta vez, pasaba información procedente
de los pocos comerciantes que todavía podían viajar por el Tíbet, historias
horribles acerca de la supresión total de un pueblo amante de la libertad.
Los objetos que aparecieron en las pequeñas tiendas de Katmandú tam-
bién eran elocuentes. Un día el mercado quedó inundado de brazaletes de
mujer muy gastados, señal de que a los nómadas del Tíbet ya no se les
permitía llevar estas cosas. Como ninguna mujer renuncia por propia volun-
tad a estos adornos, cuya antigüedad a menudo se remonta a varias genera-
ciones, no era difícil imaginar en qué situación se encontraban. Las piezas
genuinas eran baratas y abundantes, y lo que el museo no permitía exportar
durante el día, salía con la aprobación del amable funcionario por la noche
mediante el pago de una pequeña remuneración.
Cuando nos dirigimos con el primer jeep del correo por la carretera de
Lhasa hacia las fuentes termales de la frontera tibetana, sentimos el país que
allí se extendía con las vibraciones de un animal gigante herido. Los únicos
tibetanos no sonrientes que habíamos visto hasta entonces eran los que cru-
zaban el puente fronterizo con sacos de cebada en la espalda, los deposita-
ban en el lado nepalés y regresaban, sin levantar nunca la mirada. Nos impre-
sionó mucho ver a esos hombres. Ya no eran los tibetanos que conocíamos líannah con Buddha ¡xiksmi
46 Cuando el pájaro de hierro vuele... El Lama transparente 47

rada Mao más o menos de memoria. Resultaba extraño ver a los chinos, que, come lo mismo, dos veces al día, durante toda su vida. La comida consiste
siempre en grupos y de uniforme, eran verdaderos obstáculos en medio del por lo general en arroz hervido, puré de judías o lentejas, a menudo rodajas
flujo de energía de las calles de Katmandú. Pronto los llamamos los clons. de patatas, y quizá también un trozo de carne, siempre con mucho picante.
Contemplaban asombrados las plumas estilográficas y otras mercancías de Después de la comida, Buddha Laximi nos llevó a ver a Lama Chechoo, y su
propaganda de las tiendas, que por lo visto estaban fabricadas en su país, hermano vino con nosotros en calidad de intérprete. En medio de la oscuri-
pero que allí no podían comprar. La gente también hablaba de las carreteras dad, caminamos por calles estrechas y por senderos entre los arrozales,
que el Gobierno nepalés no quería en absoluto, pero que los chinos seguían escuchando el susurro de los álamos. La casa era un edificio de ladrillo, alar-
construyendo, o de los puentes que en teoría no debían soportar más que un gado y de dos pisos, de estilo nepalés, separado en dos partes. La puerta del
camión cargado, pero que, de un modo u otro, siempre se construían de for- muro estaba abierta y entramos en la casa tras pasar junto a los altos postes
ma que podían sostener varios tanques a la vez. Algunos incluso habían oído de bambú con banderas de oración ondeantes. Todo era muy sencillo, tanto
hablar de cohetes con cabezas nucleares estacionados en un valle al norte dentro como fuera. Aquí y allá una débil bombilla daba una luz amarillenta,
del monte Everest, el cual era tan estrecho que los misiles enemigos no po- pero la mayor parte de la casa estaba a oscuras. Una pareja sonriente con
drían alcanzarlos. En 1985 resulta alentador saber que gran parte de estos hábitos rojos (al parecer estábamos en un monasterio) nos condujo por una
hechos son ya historia y que, tanto a chinos como a tibetanos, se les concede escalera y un estrecho corredor hasta la habitación del Lama. Junto a la puer-
ahora más libertad. ¡Ojalá este proceso no se detenga nunca! ta había una hilera de zapatos, por lo que nos quitamos los nuestros y también
los dejamos allí. Buddha Laximi entró primero en la habitación y nosotros la
En el sur, la política de los indios afectaba a la gente en puntos muy vul- seguimos.
nerables. Su actitud era siempre mezquina, rechazaban a los nepaleses con
estúpidos argumentos insignificantes referentes a la frontera y cortaban el Por fin nos hallábamos en presencia de la persona cuya fuerza había esta-
suministro de petróleo cuando se disgustaban. Esto causaba grandes incon- do con nosotros de tantas maneras diferentes, y parecía encarnar todas las
venientes a la gente corriente, pero nunca afectaba a los que mandaban, que cosas buenas que nos habían ocurrido, todas en una. Nos hizo seña de que
siempre sabían cómo arreglárselas. nos sentásemos frente a él y nos preguntó con voz profunda y amable de
dónde veníamos y qué hacíamos. Como de costumbre, yo llevé la voz can-
Absorbíamos todas estas cosas mientras esperábamos el encuentro con el
tante (Hannah, por su parte, se encargaba de observar y de comprender).
Lama. Finalmente regresó. Había estado visitando los numerosos monaste-
Bajo su mirada amistosa pronto nos sentimos bien recibidos y cómodos.
rios y lugares de meditación que estaban bajo su dirección. Aunque Bhuta-
nés de nacimiento, muchos nos dijeron que su actividad es la que mantiene Hablé de las experiencias curativas que habíamos tenido con los brazale-
intacta la enseñanza budista en el Nepal, esfuerzo enorme si consideramos tes y de nuestros viajes y nuestra vida agitada y excitante. No era difícil ver
que la estructura social se está disgregando rápidamente. Su nombre, Lopon que, en mi opinión, éramos unas personas muy especiales; en verdad, rebo-
Chechoo, es conocido en todas partes y muy respetado. Como maestro que saba de orgullo. Él, sin embargo, se limitaba a escuchar todo lo que decía. A
es de una técnica de respiración especial que permite concentrar una gran veces parecía sumergirse en sí mismo, parpadeaba o medio cerraba los ojos,
energía en el cuerpo, puede trasladarse por los senderos de montaña a gran y daba la impresión de que iba a quedarse dormido, pero luego parecía estar
velocidad. Aunque en aquella época tenía cincuenta años de edad, en una plenamente presente. Mientras estábamos allí sentados, absortos en la expli-
tarde podía cubrir una distancia para la cual un porteador local de la tribu cación de nuestras fantásticas historias, ocurrió algo que nos dejó sin aliento
Sherpa o Tamang necesitaría dos días, y un hombre no entrenado, cuatro. y nos hizo olvidar todo lo demás. El Lama empezó a disolverse delante de
Ahora íbamos a ser presentados a este Lama. Buddha Laximi había organiza-
nuestros ojos. Su forma se hacía cada vez más transparente y a través de él
do un encuentro con él.
podíamos ver claramente el dibujo del papel de la pared. Al volvernos hacia
Fuimos a casa de la mujer, tal como habíamos convenido, y primero el intérprete, que estaba sentado a nuestra derecha, y sólo ver al Lama con
comimos de aquella comida nepalesa tan sazonada, a la que íbamos acos- el rabillo del ojo, aquel volvía a ser sólido, pero en cuanto lo mirábamos
tumbrándonos lentamente. En el Nepal, como en la mayor parte de Asia, uno directamente se volvía transparente una vez más.
48 Cuando el pájaro de hierro vuele...

Después de nuestra experiencia con el viejo de Delhi yo no quería más


experimentos con hipnosis. De pronto me acordé de un truco que aparecía
en el libro sobre Yoga tíbetano que estábamos leyendo. Saqué una cerilla
danesa y la sostuve en mi campo de visión directamente delante del Lama.
Bajo hipnosis, la cerilla también tendría que parecer transparente, pero si-
guió siendo completamente sólida, mientras que todavía podía ver el papel
de la pared a través del Lama. De pronto surgió en mí una arrolladura sen-
sación de felicidad y profunda confianza. Sentí una alegría increíble al ver
que el Lama nos mostraba las posibilidades ilimitadas de la mente de una for-
ma tan directa. Podía disolver su cuerpo sin más, y no se trataba de una
experiencia provocada por drogas, sino de un método que utilizaba con total
libertad. Me saqué de la muñeca mi muy querido reloj de contrabandista, el
modelo Omega de los astronautas que pisaron la luna y que me había acom-
pañado en tantos viajes emocionantes, y lo puse en su brazo, dándole con él
mi corazón. Hannah experimenta tan a menudo las mismas cosas que yo,
que nos sentimos más unidos que unos gemelos, tuvo la misma sensación de
apertura total. A continuación, el Lama (y todavía sudo y siento poderosas
corrientes de energía al poner esto por escrito al cabo de tantos años) se
inclinó, nos puso las manos en la cabeza y nos dio su bendición, transmitién-
donos el poder del linaje Kagyupa. Todo era radiante y nos estremecíamos
de energía. Era un estado imposible de describir. Nos encontramos de nuevo
ante la casa del Lama, llenos de luz, vacíos de pensamientos y muy, muy
agradecidos. Probablemente con la ayuda de Buddha Laximi, tomamos un
rickshaw y regresamos al hotel de Sharma.
Aquella noche no dormimos mucho. Como grandes fumadores habituales
de "hash" que éramos, por lo general no nos levantábamos hasta muy tarde.
Aquel día, sin embargo, a las tres de la madrugada ya estábamos completa-
mente despiertos, pero toda la alegría y la felicidad habían desaparecido. Nos
miramos uno al otro, disgustados, y nos preguntamos: "¿Has soñado lo que
yo he soñado?". Y, en efecto, ambos habíamos soñado lo mismo. Habían
salido a la superficie experiencias mezquinas y embarazosas. Mentiras estú-
pidas, hurtos sin sentido, situaciones en las que uno había puesto a otros en
dificultades; todo lo que no se podía revelar transformándolo en historias he-
roicas había surgido en unos sueños intensos e inolvidables. Teníamos la
sensación muy desagradable de que el Lama se había paseado por nuestra
mente, nos había sopesado y había encontrado que nos faltaban las cualida-
des necesarias.
Los días siguientes fueron penosos. El recuerdo de los sueños no nos
abandonaba y tratamos de suprimirlo fumando más de lo habitual e incluso Cbechoo Rimpocbé.
50 Cuando el pájaro de hierro vuele... El Lama transparente 51

bebiendo de vez en cuando. Hannah estaba muy callada, y yo malhumorado idea de incluir varias barritas de incienso de fuerte olor. Sabíamos que este
y agresivo, lo cual, después de cuatro años de practicar el boxeo, era un olor pondría en guardia a los aduaneros, y así lo dije varias veces, pero, una
estado de cosas potencialmente peligroso. Vagábamos sin descanso por Kat- vez más, no hicimos caso de toda nuestra experiencia, que había costado
mandú, y, un día en que nos encontrábamos en la tienda de K.S. Lama, entró tanto adquirir, y de los trucos del oficio. Era claro que ahora terminaba un
un adivino indio y nos pidió que le enseñáramos las manos. Miró las líneas período de nuestras vidas y que algo nuevo iba a empezar.
y nos dijo que pronto íbamos a perder mucho dinero y que, aproximadamen- Mientras preparábamos nuestra partida, en ningún momento nos olvida-
te al cabo de un mes, íbamos a entrar en un período de tres o cuatro meses mos del Lama. Como nunca habíamos huido de nada, teníamos que verlo
realmente difícil. Apenas le prestamos atención y le despedimos educada- otra vez. Esto no fue fácil, pues siempre estaba muy ocupado, pero Buddha
mente. Laximi pudo arreglar una cita para la misma noche de nuestra partida, y así
Poco después, recibimos un telegrama con la noticia de que unos amigos por lo menos pudimos despedirnos. Sin sentirnos muy arrogantes esta vez,
habían sido cogidos después de un accidente en el Líbano con una maleta pudimos contarle nuestros sueños y también lo que creíamos haber aprendi-
llena de "hash". Ahora nuestra ayuda era realmente necesaria y teníamos que do de ellos. Él, no obstante, se limitó a reír y nos dio a cada uno un pequeño
volver en seguida a Dinamarca. Antes de irnos hicimos las cosas de tal manera paquete plano de papel doblado con hilos de cinco colores que formaban un
que las malas profecías del indio no podían sino cumplirse realmente. Olvi- dibujo a su alrededor, protectores del tipo de los que Buddha Laximi encargó
damos toda prudencia, arrinconamos todo sentimiento positivo y bloquea- para nosotros al Lama que hacía llover. Estaban impresionados por los muchos
mos completamente el poder que nos había protegido hasta entonces. Lo coches que destrozábamos en accidentes, y los protectores actúan realmente.
que siguió era inevitable. Hemos tenido protectores durante diecisiete años y cada vez que hemos
cambiado de Volkswagen ha sido por la herrumbre, no por causa de un
Hasta entonces siempre habíamos transportado el "hash" en chalecos o accidente —y no es que hayamos corrido menos—. El Lama nos dijo que vol-
sujeto al cuerpo, pero ahora nos habíamos vuelto perezosos debido a nues- veríamos al cabo de un año, que ahora iban a sucedemos muchas cosas y
tro éxito constante. Estábamos planeando llenar cabezas de Buddha de latón que nos recordaría en sus oraciones; no debíamos dudarlo. Sus palabras de
de tamaño superior al natural y enviarlas a Dinamarca. Como la policía, cada despedida, que no entendimos sino más adelante, fueron: "Todo lo que os
vez con mayor frecuencia, detenía y encarcelaba a nuestros colegas viajeros, ocurra estará bien". Unos pequeños paquetes de una medicina especialmen-
queríamos poner en circulación diez kilos del mejor "hash" que se pudiera te bendecida fueron lo último que puso en nuestras manos. Durante sus
conseguir y lanzarlo en paracaídas en paquetes de cinco gramos (con los meditaciones los Lamas cargan estas pequeñas e irregulares semillas de hierbas
utensilios de fumar e instrucciones) sobre el centro de Copenhague en una con energías muy potentes. Descubrí su fuerza una vez en que inadvertida-
hora punta. Con ello esperábamos acelerar el proceso de legalización que mente comí muchas de ellas. No pude doblar la espalda en todo el día, de
siempre parecía estar a punto de producirse. Esta legalización nos permitiría intensas que se volvieron las energías internas. Era como si tuviera un resorte
estar dentro de la legalidad y nuestros amigos podrían salir de la prisión. de acero en el centro del cuerpo.
El "hash" lo compramos a uno de los pocos hombres realmente desagra- Una vez más el Lama nos dio su bendición, y lo dejamos emocionados y
dables que hemos conocido en el Nepal, un perfecto tipo criminal que ahora llenos de gratitud. El regalo de despedida de Buddha Laximi fue un mantra:
está escondido en la India. Era el único que podía conseguirnos un producto una serie de sílabas que teníamos que repetir a fin de permanecer en contac-
de la mejor calidad en cantidades suficientes. Para pesar la mercancía sólo to con el Lama. Memorizándolas afanosamente, partimos hacia el aeropuer-
teníamos la balanza de la carnicería de la esquina. En las ventanas y el suelo
de la habitación aún había moscas que movían las patas y zumbaban agoni-
zantes tras una dosis de DDT. Mientras llenábamos las cabezas, el pensa-
miento de nuestros amigos detenidos nos provocaba un sentimiento de cólera
y de venganza. Añadimos cuchillos gurkhas, usados sólo para matar, a las
excelentes vibraciones del paquete, y en el último minuto Hannah tuvo la
Capítulo III
LIBERTAD EN LA CÁRCEL

Detenernos en el Líbano, tal como habíamos planeado, ya no parecía


aconsejable. Era seguro que en aquellos momentos la policía ya tenía nues-
tros nombres y, además, queríamos regresar lo más pronto posible para tran-
quilizar a nuestros padres y ayudar a nuestros amigos. En la última escala, en
Frankfurt, telefoneamos y los amigos nos dijeron que el primer cargamento
de cabezas de Buddhas ya había llegado. Ahora la cuestión era cómo entrar
nosotros y la carga que llevábamos en Dinamarca.
Como teníamos prisa, volamos directamente a Copenhague, confiando,
como siempre, en que nos ayudaría nuestra buena suerte. En el aeropuerto
empezamos a repetir nuestro mantra y nos pusimos detrás de dos policías
que llevaban detenidos a un par de groenlandeses y pasamos con ellos el
control de pasaportes y la aduana. Los oficiales encargados de los pasaportes
pensaron que nosotros también éramos policías y nos dejaron pasar sin
registrarnos.
Nuestros queridos padres no estaban nada contentos. Para ellos no éra-
mos, como pensábamos nosotros, luchadores por la noble causa de la liber-
tad interior que ayudaban a la gente a librarse de su agresividad y dolor. Sólo
veían que sus hijos estaban en un buen apuro y que los periódicos iban
llenos de historias acerca de lo que la policía pensaba que estábamos hacien-
do, aunque no pudiera probarlo.
No hacía mucho que habíamos regresado cuando el segundo juego de
cabezas de Buddhas con malas vibraciones llegó y fue interceptado en la
aduana. Al oler el incienso, los aduaneros sospecharon, abrieron las cabezas
Libertad en la cárcel 55
54 Cuando el pájaro de hierro vuele...
quien habíamos enviado el segundo cargamento de cabezas de Buddha tendría
y encontraron el "hash" que pretendíamos lanzar en Copenhague. El paquete
que dar a luz en la cárcel. Asimismo, quería que Hannah saliera en libertad
no iba dirigido a nosotros, ni lo habíamos enviado nosotros, por lo que en
lo antes posible -las habitaciones pequeñas con puerta sin tirador por la
realidad estábamos libres de sospecha, pero la presión de la investigación
policial crecía por momentos y sentimos que el muro protector que nos parte de dentro no eran exactamente de su agrado-. Sensible a la presión a
rodeaba se estaba derrumbando. Cada día que pasaba encerraban a más la que se veía sometida, decidí reconocer lo que ya podían probar. Declaré
amigos, y al mismo tiempo nuestros protectores parecían haber desaparecido que Hannah sabía poco o nada de mis negocios. Y con respecto a los trafi-
de la faz de la tierra. No podíamos encontrarlos en ninguna parte. Llegó otro cantes, yo sólo conocía a un árabe llamado Joe. Repetí esta historia en todos
aviso cuando íbamos en el coche por la nieve hacia nuestra casa de los los interrogatorios y dije a la policía que no deseaba implicar a mis amigos
bosques de Suecia: nos pusieron una multa por exceso de velocidad, cosa o tomar su destino en mis manos. Los dos policías que me interrogaron no
que nunca antes nos había ocurrido. Apenas tuvimos tiempo de esconder quedaron muy contentos, pero, como habían estado en la Resistencia duran-
nuestras posesiones más valiosas en casas de amigos antes de que llegara la te la II Guerra Mundial, al menos podían comprender mi situación. Sabía, sin
policía. embargo, que tenía que llevar el caso ante los tribunales lo antes posible a
fin de que no pudieran disponer de la información que habían ido a buscar
Podríamos habernos quedado quietos desde el mismo principio o irnos a al próximo Oriente; tenía que convertir nuestro caso en una causa urgente.
otro país hasta que remitiera la presión policial. Sin embargo, habíamos em- Así, pues, un buen día me clavé un cuchillo en el pecho, despacio y cons-
pezado a comprender los signos y sabíamos que lo que iba a ocurrir era cientemente, conduciéndolo a lo largo de las costillas a fin de no hacer mu-
necesario. Era simplemente algo por lo que teníamos que pasar. ¿Acaso no se chos destrozos, El dolor no era excesivo; lo más desagradable era el ruido
nos había dicho todo esto de antemano? ¿Y no nos había prometido el Lama con que los músculos se separaban de las costillas. Pero con el cuchillo cla-
su protección, ocurriera lo que ocurriera? Sabíamos que todo lo que estaba vado hasta el mango en mi pecho, la cosa parecía suficientemente dramáti-
sucediendo venía de él; por k> tanto nos dejamos detener. ca, y las autoridades creyeron realmente que había intentado suicidarme. Me
La policía había hecho un buen trabajo. Habían atado cabos y tenían llevaron al hospital penitenciario, y cuando la policía me preguntó qué
datos suficientes para detenernos. Precisamente en aquella época, en Dina- pretendía con mi acción les dije que para mí el cuerpo tenía poca importan-
marca querían cambiar la calificación del contrabando como infracción leve cia si no podía dar amor a los demás. Tal vez no entendieron del todo que,
en acto delictivo, y para ello necesitaban casos de prueba y mucha publici- por mi libertad y para poder estar con Hannah y mis amigos, sufriría de buen
dad. En un país pequeño como el nuestro, con impuestos altos y un largo grado cualquier dolor. Entonces vieron más que nunca que allí actuaba un
litoral, el contrabando es tradicional, y siempre habíamos considerado nues- poder especial y, así, aceleraron el juicio.
tra actividad como un divertido deporte de caballeros. Entretanto, sin embar-
go, un número creciente de extranjeros había entrado en el negocio con mé- Aunque sólo nos vimos una vez durante todo este tiempo, Hannah y yo
todos que no eran tan caballerosos. Por otra parte, las drogas realmente du- manteníamos un contacto constante, que siguió aumentando en intensidad.
ras, como los derivados del opio, estaban llegando en cantidades cada vez En las cartas que nos escribíamos a diario, ambos anotábamos la hora en que
mayores y eran utilizadas por personas de las capas desfavorecidas de la pensábamos o sentíamos algo, y siempre era la misma para los dos. La po-
sociedad que no tenían otra alternativa. El Gobierno, obviamente, quería licía, que leía nuestro correo, pronto abandonó sus intentos de ponernos uno
poner fin a todo esto. contra el otro; vieron que teníamos un vínculo telepático. Un famoso psicó-
logo danés, a quien más tarde mostraron las cartas, nunca había visto nada
Aunque Hannah y yo siempre habíamos vivido con el máximo de econo- parecido.
mía, pues identificábamos frugalidad con libertad, la policía todavía pudo
El lazo entre Hannah y yo se intensificó aún más. En un breve espacio de
demostrar que habíamos gastado más en coches y viajes (nuestros únicos
tiempo ambos tuvimos las mismas experiencias. Y, cuando descubrí por pri-
gastos reales) de lo que yo podía haber ganado con mi trabajo de profesor.
mera vez (en esta vida) la meditación, ella lo sintió enseguida. De forma muy
La cuestión era: ¿hasta qué punto debíamos aceptar las acusaciones? Tenía-
típica, mi primera experiencia de meditación tuvo lugar al intentar enseñar a
mos que colaborar en cierta medida, de otro modo la mujer embarazada a
56 Cuando el pájaro de hierro vuele... Libertad en la cárcel 57
otro. Mi compañero de la celda del hospital era un pobre tipo que, aunque Siempre he buscado, y he llevado, una vida muy agitada y excitante.
estaba muy mal de salud, por alguna razón no le habían dado la pensión de Cuando era niño, los árboles más altos no eran bastante altos para mí, y más
invalidez, que normalmente es muy fácil de conseguir en Dinamarca. En vez adelante las motocicletas más rápidas no eran bastante rápidas; el miedo y la
de refugiarse bajo las amplias alas protectoras del estado, se había convertido ansiedad son cosas que nunca conocí realmente. Cuando otros se apartan de
en un ladrón independiente, y muy eficiente además. Nunca entendí del todo las situaciones peligrosas, lo que permite que se manifiesten los sentimientos
su historia. Y para él tampoco tenía mucho sentido, pero yo no podía evitar de temor y separación, yo me lanzo directamente a ellas y experimento una
sentir compasión por su estado mental de frustración e inestabilidad. gran alegría y excitación al hacerlo. Una noche, sin embargo, me desperté en
Un día me oí decir a ese hombre: "Lo que necesitas es practicar la medi- mi celda sintiendo una presión en el corazón que debe de haber sido miedo,
tación". Por mi parte, lo único que sabía sobre ella era lo que había leído en auténtico miedo. Intuí que, de algún modo, tenía que ver con el protector
el libro tibetano, pero, para mostrarle al menos cómo era vista desde fuera, que llevaba colgado al cuello; me lo quité y lo puse en el estante que había
me senté en la postura erguida que conocía por las pinturas y las estatuas de sobre mi cama. La sensación que tenía en torno al corazón desapareció y
Buddha. Apenas acababa de poner el cuerpo y las piernas en la postura pude dormir otra vez. Las celdas estaban completamente a oscuras por la
adecuada, cuando algo asombroso ocurrió: todo se volvió radiante y me sentí noche -teníamos hábiles servidores hasta para las cosas más simples, como
como si flotara en el aire -dejé de sentir mi cuerpo-. Una especie de dulce encender y apagar las luces-, pero a la mañana siguiente pude ver lo que
presión crecía detrás de mi frente, como si hubiera un viento suave por había ocurrido; uno de los nilos que rodeaban el diagrama se había desatado
debajo de mi cráneo. El Lama, Hannah, mis padres y amigos -todo lo bueno- y había cambiado de forma. Volví a darle la forma correcta y desde entonces
estaban muy presentes, y había una gran alegría. También Hannah experi- siempre he estado muy atento al estado físico de mis protectores. Es pruden-
mentó esta gran apertura y alegría, y en su siguiente carta me preguntó: te guardar este tipo de protectores dentro de una bolsa. También nos trajeron
"¿Qué hiciste a esa hora? Debe de haber sido algo realmente bueno". A partir los libros Yoga Tibetano y Doctrinas Secretas, que nos habían acompañado
de entonces ambos meditamos muchas horas cada día. en nuestro último viaje, y entonces tuvimos realmente mucho tiempo para
concentrarnos en ellos. Siempre en conexión directa, nos abrimos paso a lo
Salí del hospital penitenciario y volví a mi celda solitaria. Los dos tuvimos largo de las páginas que enseñaban la meditación y compartimos fantásticas
mucho tiempo para la meditación. Uno de sus efectos frecuentes era la experiencias. Con más suerte que prudencia, utilizamos con éxito métodos
sensación de una presión dentro de mi cabeza, que a veces se hacía más muy avanzados sin sufrir ningún daño y pronto estuvimos realizando prác-
intensa y pasaba de la frente a la parte superior del cráneo. Durante un mo- ticas que requieren la Iniciación de un maestro autorizado y una larga prepa-
mento llegué a sospechar que había contraído una meningitis en el Nepal, ración.
pero la sensación parecía tan "correcta" que no quise hablar de ello con
Después de mí simulacro de suicidio, la policía trabajó deprisa y nuestro
nadie. De un modo u otro, esto también venía de nuestro Lama, y ¿qué caso pasó al juez al cabo de seis semanas. El nombre del juez era "Blanco",
podría uno decir a un médico sobre tales experiencias interiores? Preferí lo que nos pareció una buena señal. Di mi explicación como en trance, oía
correr el riesgo de estar gravemente enfermo a perder aquella maravillosa hablar a mi voz y al mismo tiempo tenía la sensación de que no era yo quien
sensación de unidad total. hablaba. Les expliqué cómo creíamos en la expansión de la consciencia y
que el "hash" nos había ayudado a ser menos agresivos y a estar más abiertos
Entretanto, uno de la policía me había devuelto nuestros protectores, y a los demás. También les hablé de las curaciones y del Lama del Nepal.
con ellos un maravilloso rollo pintado de Dolkar, la compasión de todos los ¡Drogas, curaciones, la liberación de la mente! En aquella época lo mezclá-
Buddhas bajo la apariencia de una perfecta figura femenina de luz. Su blanco bamos todo y pensábamos que, si los frutos eran tan buenos, el árbol tam-
resplandor ahora llenaba la celda. El policía los había encontrado en nuestra bién tenía que serlo. No veíamos que en este juego había frutos y árboles
casa, bien a la vista encima de una mesa donde era muy fácil verlos, aunque muy diferentes. Olsen y Nielsen, los investigadores principales, estaban de
en el momento de la detención no pudimos encontrarlos. Una noche vi cla- nuestro lado. En el tribunal se extendió un sentimiento como de Navidad, y
ramente el poder de estos diagramas. al final incluso el fiscal nos defendía. Obtuvimos la sentencia más suave
58 Cuando el pájaro de hierro vuele... Libertad en la cárcel 59

posible en este caso: Hannah pudo salir enseguida, y yo tuve que cumplir iba a convertirse en certidumbre, para nosotros y para innumerables amigos,
cuatro meses. Contando el tiempo pasado en prisión preventiva, estaría libre en los años venideros. Y lo que por entonces habíamos experimentado no
el día de San Juan. era más que la punta del iceberg, comparado con lo que siguió.

La policía, no obstante, sabía que le habíamos creado dificultades durante En medio de nuestro dilema escribimos a menudo al Lama Chechoo
muchos años, Solos o con amigos, habíamos hecho lo posible para obstacu- contándole lo que ocurría y pidiéndole ayuda. Unas tres semanas después
lizar su trabajo y ayudar a los que tenían problemas. Habíamos ocultado las del juicio sucedió algo probablemente único en la historia de la justicia danesa.
huellas de otras personas, habíamos ayudado a poner a salvo a camaradas y Sin dar ninguna explicación, la apelación fue retirada. Es probable que nadie
mercancías, y nos habíamos vengado de los policías que habían tratado a sepa exactamente qué pasó.
nuestros amigos con demasiada dureza. Estaban muy irritados por la benig- Nosotros sólo sabíamos que el fiscal y la gente del grupo antidrogas es-
nidad de la sentencia y apelaron inmediatamente. Sabíamos que querían san- taban enfadadísimos; decían que alguien debía de haberse vuelto loco en el
gre y que por entonces tendrían probablemente nuevas pruebas, más acusa- Ministerio de Justicia y habría retirado por accidente la apelación. También
. doras, procedentes del Oriente Medio. La situación parecía realmente grave. sabíamos que en aquellos momentos el Lama Chechoo se había encerrado
Y, encima, los tribunales supremos estaban saturados de trabajo y la apela- en su habitación, en el Nepal, durante cinco días. Estaba haciendo una especie
ción no se podría ver hasta septiembre. Estábamos entonces a primeros de de meditación sobre los sueños en la cual la mente abandona el cuerpo bajo
abril, y querían tenerme encerrado hasta el momento del juicio. la forma de un determinado aspecto de Buddha y puede viajar a cualquier
Hannah, que sufría por nuestra separación a pesar de la comunicación parte. ¿Es extraño que le amemos tanto?
telepática, cayó enferma al saber la noticia. Consideramos entonces dos Después de los tres meses de reclusión solitaria, las últimas semanas las
posibilidades: o bien el Lama nos ayudaría tal como había hecho antes (aunque pasé con otros reclusos, y en ese tiempo no ocurrieron tantas cosas. Fue más
no podíamos imaginar cómo1), o bien intentaríamos la última meditación del bien una ocasión para observar los viajes de mis colegas, en su mayor parte
libro -la llamada transferencia de la consciencia, mediante la cual un practi- vidas de peleadores, impostores y borrachos, y era imposible no sentir una
cante puede abandonar su cuerpo conscientemente. intensa compasión por ellos. Cuando nos aferramos a este mundo conside-
Una práctica de este tipo era un método favorito del gran yogui tibetano rándolo real, el sufrimiento también es real, y uno se encuentra con graves
Marpa, pero como muchos habían hecho mal uso de esta práctica, su trans- problemas.
misión se dejó extinguir. En una primera lectura rápida de la descripción de
Celebramos mi liberación con una gran fiesta el día de San Juan. Hannah
esta práctica en el libro, no habíamos captado su verdadero propósito.
y yo estábamos exultates de alegría por estar de nuevo juntos, y también
Pensábamos que podríamos abandonar nuestros cuerpos en estado de hiber-
nuestros amigos y especialmente nuestros padres. Decidimos no volver a
nación durante el tiempo que permaneciera en la cárcel, y mientras tanto
hacer nunca nada que pudiera conducir a nuestra separación, sabiendo que
nuestras mentes podrían moverse juntas libremente. Esta enseñanza, sin
esto significaba el fin del contrabando.
embargo, se refiere a la mucho más importante transferencia de la conscien-
cia en el momento de la muerte física, lo que, con toda evidencia, no nos Por entonces tuve la oportunidad de sacar algunas conclusiones de las
habría sido útil en nuestra situación, ya que nuestra intención era seguir experiencias que tuve repetidas veces en la cárcel. Los amigos que me visi-
viviendo. taban me pasaban a menudo pedazos de "hash". Al fumarlo más tarde en mi
celda descubrí, con sorpresa por mi parte, que no favorecía en absoluto mi
Muchos lectores tal vez se preguntarán cómo podíamos creer en semejan-
meditación, sino que en realidad la debilitaba y la hacía más superficial.
tes cosas después de haber pasado tanto tiempo estudiando en universidades
Cuando había encontrado paz intemporal, concentración y alegría, todo ello
e incluso enseñando materias prácticas como filosofía o lenguas extranjeras.
desaparecía a la primera calada y acudían en tropel pensamientos confusos
Sin embargo, ya en aquella época Hannah y yo estábamos convencidos de
como si todas las energías positivas hubiesen desaparecido. No obstante,
que los únicos límites de la mente son los de la ignorancia y el pensamiento
durante las largas celebraciones que siguieron a mi puesta en libertad, esta
habitual: su verdadera naturaleza es ilimitada. La comprensión de este hecho
60 Cuando el pájaro de hierro vuele...

comprensión desapareció bajo nubes sociales de humo. Una vez más éramos
los guías en el viejo ambiente de las drogas.
Por suerte, nuestras conexiones con el Lama Chechoo no se podían perder,
en ningún estado mental. La dulce presión de la meditación estaba constan-
temente ahí, prometiendo la apertura a otras dimensiones en cualquier
momento. Todo tenía un sentido expansivo, de muchos niveles. Nuestro
mundo era completo y nosotros éramos felices. Pasamos una maravillosa
temporada meditando en nuestra casa de Suecia mientras esperábamos que
las aguas volvieran a su cauce, y al cabo de unos meses llegó la señal que
habíamos estado esperando. Nuestro viejo amigo Alan, el pelirrojo, con quien
habíamos compartido muchos ratos de escalada en Escocia e innumerables Capítulo IV
experiencias emocionantes en todas partes, vino a Dinamarca. Quería arre-
glar un autobús Volkswagen usado con Bill, su amigo americano, para ir al LA CORONA NEGRA
Nepal. Tomamos nuestras mochilas y partimos.
Pocas cosas habían cambiado en los países cálidos. Los turcos, como
siempre, conducían y se comportaban de manera indescriptible y aparcaban
sus coches por la noche con las luces apagadas, de preferencia en medio de
la carretera. De vez en cuando, alineados a los lados de las carreteras, había
coches totalmente destrozados. Nosotros conducíamos con el mismo estilo,
e incluso les enseñábamos algunos trucos. La comida turca era buena, con
muchas proteínas, pero cuanto más avanzábamos hacia el este, más violencia
y agresividad encontrábamos entre los adultos, y con mayor frecuencia los
niños de cabeza esquilada y cara de viejo tiraban piedras al coche. Los hombres,
ociosos y sentados en grupos, todos ellos con gorros, compartían vasos de té
amargo y parecían claramente descontentos. A las mujeres no se las veía por
ningún lado.
Irán era ahora más rico. En nuestros viajes anteriores por este país, los
coches sobrevivieron con dificultad al paso por la especie de tabla de lavar
que era la carretera central, pero ahora la carretera del norte que pasaba jun-
to al Mar Caspio casi estaba terminada. Era maravilloso poder conducir sobre
asfalto, pero, aparte de esto, no nos interesaba nada de este país, y menos
que nada la gente. En aquella época aún no podíamos verlos como perfectos
maestros de paciencia y compasión. Afganistán, era, como siempre, el oasis
a mitad de camino, el lugar donde renovar la fe en la humanidad. Nos sen-
tíamos a gusto con aquella gente tranquila, reservada, que de un modo u otro
estaba en el centro y pertenecía a su tierra, sin necesidad de hacer comedia
de ninguna clase. De nuevo tuvimos la sensación de hallar una cultura intac-
ta, que tenía sus propios valores y puntos de vista y no tenía ninguna prisa
por cambiarlos por las inciertas libertades de nuestro mundo. Todavía se po-
La Corona Negra 63
que nos vimos estaba muy paranoico y veía reinas gitanas maléficas por
todas partes. Las drogas lo habían destruido realmente.
Pocas cosas habían cambiado desde nuestro primer viaje al Nepal en
compañía de Jens-Erik con la espalda rota. Jens-Erik ya había estado en Afga-
nistán en los primeros años sesenta y también había contribuido a abrir la
ruta de Marruecos unos años antes. Dado que con frecuencia, y con placer,
aceptaba el trabajo de fumar "hash" por los muertos (cosa que era costumbre
entre algunas tribus locales), a menudo se lo veía, hacia el atardecer, saltando
desnudo por las calles. La policía no lo encontraba nada divertido, y por eso
conoció por dentro todas las cárceles desde Herat hasta Kabul. También pasó
varios meses encarcelado en Karachi, donde los guardianes le daban una
paliza a diario y, encima, contrajo una hepatitis. El salto por una ventana que
le dejó tullido ocurrió una vez que, habiendo tomado ácido, creyó de pronto
que su hígado había estallado. Entonces quiso terminar con todo lo más rá-
pidamente posible. En Kandahar, Kabul y las ciudades de la ruta entre am-
bas ciudades, los policías, viejos conocidos suyos, se habían acercado varias
veces a preguntar: "Hola, señor Jens-Erik, ¿cómo está hoy su cabeza?".
En el viaje a través de Afganistán En Herat volvimos a encontrar los pequeños hoteles con los chinches que
compartían mi buen gusto en su preferencia especial por Hannah, y los grifos
día sentir en ellos la paz del desierto. Sin embargo, cada vez había más jóve- de los que nunca salía agua. La fábrica de cola afgana seguía estando en la
nes buscavidas y uno oía con frecuencia creciente el temido "¡Hey, Míster!". habitación trasera. La cola afgana es un venenoso brebaje de color verde o
A menudo me acordaba del Marruecos de los primeros años sesenta, donde violeta que ponen en botellas de Coca-Cola usadas. Unos pocos sorbos de
año tras año pude observar cómo se debilitaba y se comercializaba otra cul- ella bastan para llevar a un europeo en diez minutos a los servicios, que sin
tura antaño orgullosa. En Afganistán aún no habían ido tan lejos; la gente duda ya encuentra ocupados y con una larga cola que espera impaciente, y
todavía era honorable. No se pegaban a los talones de uno corno en Turquía de allí a la farmacia más próxima para comprar antibióticos. Las farmacias de
e Irán, y no miraban constantemente a las chicas occidentales, tan distintas, ese país venden muchas otras cosas buenas además de lo necesario para la
en sus vestidos europeos, de sus mujeres momificadas, con aspecto de tien- diarrea. Sin receta médica se podían comprar ampollas de excelente morfina
da. Hasta que uno no necesitaba relacionarse con ellos, lo dejaban en paz; alemana, y los farmacéuticos no salían de su asombro al ver a tantos jóvenes
uno aún era su huésped, y no su presa. extranjeros enfermos y que necesitaban exactamente esa medicina. Nego-
ciantes innatos, pronto aprendieron a subir el precio hasta donde lo toleraba
En Herat, la primera ciudad de verdad de nuestra ruta a través de Afganis- el mercado. La llegada de "freaks" franceses, que, aunque dados a mendigar,
tán, habíamos tenido numerosas experiencias divertidas con nuestros amigos siempre parecían disponer de bastante dinero para las cosas "importantes",
de Copenhague. Allí empezaba el "Oriente" para nosotros. En 1966, con les enriqueció especialmente. En aquella época también se encontraba en
"Harald, el Profeta" y Anders, escalamos las murallas exteriores del castillo en todas partes el "noqueador" "hash" local. Después de fumarlo, uno apenas
ruinas situado entre la ciudad antigua y la moderna, y nos habían echado podía moverse. Procedía de zonas de cultivo del norte, próximas a la frontera
abajo unos soldados que custodiaban lo que parecía el cañón más antiguo Risa. En el tiempo de la cosecha los campesinos corrían por los campos
del mundo. Harald seguía ahora a un maestro hindú, y Anders, que no había vestidos con largos abrigos de ante, y la resina pegajosa que se adhería a
dejado de tomar drogas, había muerto hacía poco en un estercolero de Karachi. ellos y que después quitaban rascando era de la mejor calidad y se vendía a
Nadie sabía de qué, quizás a causa de una disentería no tratada. La última vez quince dólares el kilo.
La Corona Negra 65
En el hotel de Alí, en Kandahar, volvimos a encontrar a unos amigos da-
neses. Allí habíamos celebrado a menudo fiestas que duraban días enteros,
y el hotel era todavía un punto de encuentro de toda clase de aventureros
que hacían la ruta, Alí, entretanto, había comprado una nueva esposa por
unos cien dólares y ahora ella no quería hacer el amor. En el hotel de Alí
encontramos a amigos que acababan de ver los restos mortales de Per, uno
de los mejores cantantes y músicos que habíamos conocido nunca, un genio
pelirrojo del sonido que aportó un estilo nuevo al rock and roll danés y es
famoso aún hoy en día. Habíamos estado allí juntos el año anterior haciendo
muchos planes. En octubre del 67 introdujo en Dinamarca el uso de los
bromhidratos, conocidos médicamente como Romilar, y nos proporcionó un
otoño mágico con una intensa consciencia colectiva que la mayoría consi-
guió pasar sin sufrir daños. Ahora, en la frontera entre la India y Pakistán,
había tomado una sobredosis que acabó con su vida. Dejó una nota en la que
decía: "He hecho esto soto, nadie tiene la culpa más que la energía negativa
que hay en mí". Por una fotografía del lugar, vimos más tarde que entre sus
últimas impresiones visuales había una imagen del Buddha, lo cual nos alegró,
ya que esto ayuda a que una persona obtenga un buen renacimiento.
Puesto ambulante en Afganistán. La montaña desde la que cayó la roca.
En Afganistán, una cosa buena'para comer eran los grandes panes, siem- Queríamos seguir la ruta del sur hacia Pakistán, vía Quetta, pues ya
pre excelentes, y los huevos más pequeños que hubiéramos visto nunca. El conocíamos la ruta del norte, por Kabul y el paso de Khyber, de otros viajes
yogurt tampoco es malo, una vez que se le ha quitado el agua. Se dice que anteriores. Al ir acercándonos a la frontera pakistaní surgió la idea de cele-
el fermento del yogurt mata al bacilo de la tuberculosis que acaba con la brar la memoria de Per tal como habíamos pasado nuestro último encuentro
mayoría de las vacas. Sin embargo, quien quiera estar seguro debe comer con él, es decir, con una inyección de la morfina que allí era tan fácil conse-
sobre todo el pan y beber las Coca-Colas y Fantas procedentes de Irán y guir. No me entusiasmaba mucho la idea. Después de haber sufrido dos
Pakistán -enseguida se aprende a ver si ya han quitado antes la chapa- y, por ataques de hepatitis en Marruecos y en Londres a principios y a mediados de
supuesto, el té, que venden en todas partes. Viene en botes de arcilla tan la década de los sesenta, la idea de inyectarme me provocaba sentimientos
recompuestos que parecen mosaicos artísticos, cuesta menos de dos centa- contrapuestos. La última vez que un amigo me ofreció una inyección en
vos la taza y le ayuda a uno a ir de un lugar a otro incluso durante las horas Dinamarca, país en que los terremotos son completamente inexistentes, un
más calurosas del día. estante de libros se desprendió de la pared y, desafiando todas las leyes de
la naturaleza, hizo una trayectoria a través de la habitación que lo llevó a ate-
La carretera que desde Herat se dirige al sur, como todas las grandes rrizar, pegando con uno de sus ángulos, directamente sobre mi cabeza. Aunque
carreteras del país, la habían construido o bien los rusos, o bien los america- tenía la sensación de que esta vez también iba a ocurrir algo, acepté, pues
nos, y apenas se utilizaba. A veces nos encontrábamos un viejo autobús nunca he sabido decir "no" y aguar la fiesta. Al inyectarme no se produjo
escolar, donado por los americanos, lleno de gente y animales que casi se ningún "flash" como en los viejos tiempos, sino sólo una sensación de pesa-
caían por las ventanas, o un coche perteneciente a un indio o pakistaní que dez. Tuve la impresión de haber hecho algo que irritaría realmente a mis pro-
había ganado dinero en Inglaterra y ahora volvía a su país. A veces había que tectores, y por lo tanto traté de ir con cuidado.
detenerse para que un rebaño de camellos, con toda calma, pudiera cruzar
la carretera; pero, por lo general, uno estaba solo con el desierto y su riqueza Poco antes de llegar a la frontera de Pakistán hay unas montañas de for-
de colores. mas extrañas a las que Bill y Alan querían subir. Parecen montones de gran-
66 Cuando el pájaro de hierro vuele... La Corona Negra 61

des piedras, y sólo he visto montañas similares en Rhodesia. Por primera vez
en mi vida no traté de llegar el primero por el camino más difícil, sino que
me quedé atrás, esperando que ocurriera algo desagradable, como así fue,
Bill, que iba delante de mí, pisó una gran piedra y ésta se soltó. La vi venir
como si descendiera lentamente y me pegué a la superficie de la montaña
para esquivarla, pero me golpeó la pantorrilla con gran fuerza. Hasta llegar
a Delhi casi no pude andar, y el dolor y la sangre fueron buenos maestros
para mí. Fue la última inyección de mi vida.
La travesía de Pakistán fue dura; las calles parecían estar constantemente
en obras. En esta parte del mundo enseguida convierten los baches redondos
en cuadrados, y después los dejan. Como en Turquía, los grandes camiones
y autobuses tratan de hacerle salir a uno de la calzada, y realmente hay que
echar mano de todos los trucos para seguir adelante. Los hombres, altos y de
tipo europeo, parecen fortalezas ambulantes y llevan largos rifles de fabrica-
ción casera, pistolas y cartucheras colgados de todas partes. La cantidad de
"hash" que consumen es asombrosa, incluso para un danés de cabeza dura
-cuando chupan sus pipas de agua hacen brotar llamas de un pie de altura
de onzas de puro "hash"-. En las armas ponía "Made in Germany", a menudo
con la "G" torcida o invertida, y^uno pensaba que era más peligroso estar
detrás de estas armas que delante. La gran Estupa de Bodhgaya. El iiuddha en la Estupa.
En Lahore obtuvimos en pocas horas el permiso para recorrer la última
parte de la carretera que conduce a la India. Los funcionarios son ahí todo un los países musulmanes, donde en cada parada teníamos que alejar a la gente
espectáculo, con sus plumas almidonadas enhiestas sobre sus sombreros. a empujones y donde las masas, en su frustración, a menudo destrozaban
Aquí, como en todas las colonias, los ingleses deben de haberse reído enor- nuestros coches a medida que aumentaba su excitación. Sin embargo, no
memente vistiendo a los nativos con trajes de opereta; si no lo hicieron en aconsejaría a nadie ir a la India en coche si no es absolutamente necesario,
plan de broma, sin duda fueron muy malos al vestirlos con esas ropas extra- por ejemplo, para transportar un equipaje muy grande.
ñas. Es caro. El viajero se convierte en objeto de interés y al mismo tiempo está
En el lado indio de la frontera los funcionarios de aduanas habían insta- separado de la población. Si uno utiliza los autobuses y trenes corrientes
lado a una dama con poderes psíquicos, muy temida por todos los que se- -desvencijados, sobrecargados y lentos- ve muchos de los aspectos huma-
guían la ruta. Con insistente dulzura, confiscaba las rupias ilegales y otros nos que las instituciones europeas ocultan. Con ello uno se vuelve bastante
objetos de contrabando que la gente llevaba consigo. Nosotros, hombres más maduro y compasivo, aunque quizá de inmediato no se sienta más feliz.
inexpertos, receptivos a sus encantos, dejamos que nos encontrara un pe- Si se deja el coche en un lugar en que la gente dispone de herramientas,
queño pedazo de "hash". Podríamos haber dejado que Hannah se entendiera ocurre con frecuencia que, al volver, se encuentra sólo la carrocería. La
con ella, pero teníamos la esperanza de que esto alejaría su interés del dinero frontera pakistaní es especialmente famosa por esto. Mientras el viajero está
que llevábamos encima. contemplando los restos de su vehículo, un par de sujetos simpáticos -a
menudo de la policía- aparecerán tranquilamente por allí y le dirán: "Por
En la India nada había cambiado. La paranoia que seguía a la leyes de casualidad, disponemos de un motor, unas ruedas y unos faros que podrían
emergencia no se había producido aún, y la gente era extremadamente rui- ser adecuados para su coche". Y entonces uno puede volver a comprar la
dosa, pero amable. Era una sensación agradable después de la estancia en mitad de su automóvil.
68 Cuando el pájaro de hierro vuele...

En Delhi obtuvimos enseguida los visados para el Nepal, pero Bill tenía
1 la Corona Negra

ramos para no volver a ser atrapados jamás. En el Budismo Mahayana se en-


69

cosas que hacer allí, por lo que nos quedamos unos días más. Dedicamos seña que los seres de gran compasión pueden absorber y transformar el
este tiempo a visitar a unos viejos amigos, personas que habían abandonado karma negativo de los demás, eliminando no sólo el efecto -el sufrimiento-,
muy pronto el ambiente de las drogas de Copenhague y que vivían allí como sino también la causa última -la ignorancia, que nos hace ver la separación
discípulos de un Swami hindú. Este fue el primero que se dio a conocer y en vez de la unidad-. En aquella época todavía no conocíamos esta doctrina,
que estableció una escuela en Dinamarca, y nosotros queríamos echar un por lo que las palabras del Swami nos hirieron profundamente. Sabíamos
vistazo a este hombre santo y ver qué hacía con ellos. Como ya dije, nunca que era un hombre de gran conocimiento y yo salté y dije: "Si el karma de
sentimos atracción por los hindúes. En cierto modo, son demasiado dulces, otros es estar enfermo, entonces es virtud ayudarlos. Usted es una persona
y sus puntos de vista demasiado estrechos y personales, para nosotros, y este insensible". El Swami se limitó a reír y dijo: "Vamos a sentarnos para medi-
Gurú en particular era especialmente extraño. Su afirmación de que el celi- tar". Siguió una hora de concentración. Volvimos a coincidir con él más
bato era el único camino hacia la liberación era algo que Hannah y yo no adelante en una atmósfera agradable, pero nos abstuvimos de iniciar más
podíamos entender en absoluto. ¿Cómo podría ser malo algo como hacer el discusiones. No obstante, como aún queríamos saber cosas sobre las curacio-
amor, que provoca tales sentimientos de gozo, trascendencia e ¡limitación? nes, más tarde preguntamos a nuestro Lama. Su respuesta fue: "Haced lo que
Sabíamos, también, que entre los tibetanos existen métodos que utilizan la podáis para ayudar a los demás y no penséis en vosotros mismos". Esa era
intensidad de la unión sexual como un medio para acelerar la Iluminación, una enseñanza que podíamos entender y que se adecuaba a nosotros.
por lo que en este aspecto no estábamos nada receptivos.
Para nuestra sorpresa, Bill, que de todo nuestro grupo era el menos inte-
Sin embargo, cuando el Swami entró en la habitación y empezó a enseñar resado en la religión y las cosas espirituales (un hombre práctico que prefería
a los grupos separados de hombres y mujeres, no habló del celibato. Habló un rápido efecto químico en cualquier momento), insistió en ir a Bodh Gaya.
sobre el tema de la curación, que tan importante era para nosotros. Todavía No nos entusiasmaba la idea. Sobre el mapa, Bodh Gaya quedaba muy lejos
nos sentíamos intensamente felices por la serie de curaciones que habían de la ruta directa hacia el Nepal, y nosotros queríamos reunimos con el Lama
tenido lugar, y las recordábamos a menudo con gran orgullo y alegría. Nos Chechoo lo antes posible, mientras que Alan ya tenía bastante de indios por
habían abierto todo un mundo nuevo. El Swami dijo que uno podría volverse algún tiempo. Sin embargo, el coche era de Bill, y como él era nuestro amigo,
loco curando a los demás; había que dejar que la gente cargara con su propio fuimos con él. Casi ni habíamos oído hablar del lugar, pero al llegar allí
karma. Dio varios ejemplos de su experiencia personal y citó nombres de cu- aprendimos más.
radores de Copenhague que ahora se hallaban internados en manicomios.
Bodh Gaya, situado en las proximidades de Gaya, en la provincia de
Como la palabra "karma" aparece con tanta frecuencia en este libro y su Bihar, es el lugar donde nuestro Buddha histórico manifestó su Iluminación.
significado no se comprende bien en Occidente, voy a hacer un inciso para Este lugar, de intenso poder, es donde van todos los Buddhas que inician un
explicarla. "Karma" significa, en resumen, la cadena de causas y efectos que período del Dharma para demostrar su Iluminación. Con anterioridad al
surge de la ignorancia y que gobierna el mundo condicionado. El karma de Buddha histórico Sakyamuni, que enseñó hace unos 2500 años, otros tres
un ser son las impresiones subconscientes acumuladas de ésta y otras innu- Buddhas han aparecido en esta tierra, y se manifestarán hasta un total de mil,
merables vidas. Si no se purifican o se transforman, estas impresiones madu- que liberarán a innumerables seres hasta el final de este sistema cósmico.
ran por su propio poder, juntando las condiciones interiores y exteriores y Todas las diferentes escuelas del Budismo tienen aquí templos y lugares
causando con ello todas las cosas que nos suceden ahora, en el momento de de meditación, y, aunque nuestros pensamientos nunca se apartaron del
la muerte y en vidas futuras. Como un sueño intenso, a la vez personal y co- Lama Chechoo y el Nepal, aún pudimos tener de todo ello una apreciación
lectivo, la ley del karma nos ata fuertemente cuando hacemos ^cosas negati- completa. Tuvimos la suerte de conocer a la nueva encarnación del Dukpa
vas, y suaviza su dominio cuando actuamos movidos por el sentimiento de Lama, que en su vida anterior había sido el maestro del Lama Chechoo, y
la unidad con los demás. No obstante, no nos deja plenamente en libertad recibimos de él una intensa bendición. También conocimos a dos Lamas que
hasta que vemos la naturaleza vacía, clara e ilimitada de la mente y nos libe- más adelante iban a realizar una importante labor en Occidente: los Rimpo-
Cuando el pájaro de hierro vuele... La Corona Negra 71

de meditación y el primer yogui encarnado del Tíbet. Esta era la primera vez
en trece años que iba a un lugar donde los occidentales podían tener acceso
a él.
El Karmapa, llamado "Su Santidad" por los occidentales y "La Joya que
Satisface los Deseos" por los tibetanos, es el primer Lama del Tíbet que ha
renacido conscientemente y el único en dar detalles exactos de cada nuevo
nacimiento antes de morir. También es el que descubre las encarnaciones
que faltan en los cuatro linajes del Budismo tibetano. Desde que huyó del
Tíbet en 1959 con centenares de sus seguidores, a los que condujo a través
de las líneas chinas y los puertos más altos del Himalaya sin sufrir ninguna
baja, había estado construyendo centros de meditación en Sikkim y Bhután,
países que en aquella época estaban cerrados a los extranjeros a causa de los
conflictos con los chinos. Ahora, por primera vez en muchos años, había la
posibilidad de verlo. Hasta mucho más tarde no nos dimos cuenta de cómo
todos los hechos hafcían estado encajando durante mucho tiempo y eran
ahora perfectos en muchos niveles para la activación de nuestra relación con
el Karmapa, que se remontaba a muchas vidas anteriores. Mis sueños inten-
sos y repetidos en los que protegía la vida de los Lamas y rechazaba a las
hordas de soldados chinos, y la manera espontánea en que Hannah cantaba
I stupci de Bodhauy a Hannah en Bodbgaya
y bailaba en estilo tibetano desde su infancia, todo esto se situaba en un
contexto que cada vez tenía más sentido.

ches Thubten Yeshe y Thubten Zopa. Cuando llegamos al monasterio tibe- En aquella época, sin embargo, no éramos tan receptivos a estos signos
tano, Ling Rimpoché, uno de los dos maestros principales de Su Santidad el de belleza y emoción procedentes de nuestras vidas anteriores. Sólo buscá-
decimocuarto Dalai Lama, estaba dando una Iniciación, y nosotros nos intro- bamos al Lama Chechoo y no nos interesaba nada más. íbamos a su casa de
dujimos en ella. Durante la Iniciación nos dieron a cada uno una rupia, lo Maharajgunj varias veces al día y siempre nos decían que estaba con el Kar-
que, viniendo de una gente tan pobre, nos conmovió y nos desconcertó, y mapa. Teníamos muchas cosas que decirle y un gran deseo de darle las
también un trozo de carne, cosa que, siendo vegetarianos desde hacía un gracias, pero como no había ninguna posibilidad de visitarlo en privado,
año, nos dejó bastante cortados. Ignorantes del significado de estos dones, decidimos ir a la Estupa de Swayambhu, donde residía el Karmapa, y por lo
nos apresuramos a dar la rupia a un mendigo y la carne a un perro. Hoy sa- tanto también el Lama Chechoo.
bemos que hay que comer al menos un poco y aceptar espiritualmente lo Cuando llegamos al pie de la montaña vimos claramente que algo espe-
que le dan a uno durante una Iniciación. No obstante, estamos seguros de cial estaba ocurriendo allá arriba. Más tibetanos de los que nunca habíamos
que también recibimos la bendición, puesto que el Buddha no excluye a visto juntos estaban de pie en las escalinatas. Miraban hacia arriba, contentos
nadie. Al cabo de tres días de contar las horas, finalmente reemprendimos el y excitados, con las manos juntas ante el pecho en la postura que expresa
camino hacia el Nepal. gratitud y devoción. Por las laderas de la colina descendía retumbando el
El 22 de diciembre de 1969 llegamos a Katmandú. Al entrar en la ciudad grave sonido de las largas trompas tibetanas y sus vibraciones llenaban toda
vimos a varios viejos amigos que se habían establecido en el valle y que al la zona; era evidente que todo el mundo quería subir los empinados escalo-
vernos nos dijeron a gritos: "¡El Karmapa está aquí! ¡El Karmapa está aquí!". nes, junto a las grandes estatuas de Buddha recién pintadas, hasta el edificio
Habíamos llegado al Nepal, el mismo día que el Karmapa, el mayor maestro del templo de la cima. Y también nosotros nos sentimos arrastrados hacia allí.
72 Cuando el pájaro de hierro vuele...

Tomé a Hannah de la mano y juntos subimos corriendo las escalinatas, de-


jando atrás a los tibetanos que subían más despacio. Cuando llegamos a la
estupa del Done, expresión de la Iluminación semejante al Diamante, el soni-
do de las trompas se transformó en un chillido parecido al sonido del oboe.
En la parte derecha de la explanada había una masa compacta de tibetanos
que miraban intensamente hacia la puerta del monasterio. En la semioscuri-
dad, dentro de la puerta de entrada, vimos a un hombre de constitución ro-
busta vestido de rojo y amarillo y sentado en un asiento parecido a un trono.
Sostenía algo negro, sobre su cabeza. Al principio, deslumhrados por el res-
plandor del sol, no pudimos ver con claridad qué era. Al cabo de unos mi-
nutos, lo bajó y lo colocó en una especie de caja mientras cerraban rápida-
mente la puerta de hierro de entrada. Por un momento, todos se quedaron
como heridos por un rayo, y luego comenzaron a moverse. Todos empeza-
ron a abrirse camino a la fuerza hacia una pequeña puerta lateral que había
en un rincón a la izquierda, tratando, al parecer, de llegar hasta el hombre del
trono. Todo eran empujones y apretujones. Los niños empezaron a gritar y
de repente me vi en el papel que más adelante tuve que hacer tan a menudo
entre los tibetanos: el de contener a los fuertes y jóvenes a fin de dejar entrar
primero a los ancianos y los niños, protegiendo a los que fácilmente son
pisoteados en una avalancha de gente. Para hacer este trabajo se necesita
tener mucha fuerza, y para los tibetanos, en su mayoría de poco peso y mal
alimentados, no es fácil.

Al cabo de una hora, tal vez, la mayor parte de la gente ya había pasado,
y nosotros nos dejamos arrastras en el grupo de los últimos. La corriente nos
empujó por un pasillo estrecho y oscuro, y de pronto, en medio del estrépito
de las tropas, nos encontramos frente el Karmapa y él puso sus manos sobre
nuestras cabezas. Levantamos la mirada y, de súbito, él se volvió más grande
que todo el cielo, increíblemente vasto, dorado y luminoso. La gente empu-
jaba y nos hizo seguir adelante. La corriente de energía nos hizo estremecer
de arriba a abajo, y en trance caminamos junto a los Lamas de hábito rojo que
nos ponían cordeles en torno al cuello. De vuelta en el patio, pegados a la
puerta de hierro en un estado indescriptible y viendo sólo al gran Buddha
dorado frente a nosotros que bendecía a las multitudes, supimos que él nos
había mostrado una perfección que uno nunca podría olvidar. El poder del
Karmapa había entrado en nuestras vidas.
La persona que hablaba mejor inglés del séquito del Karmapa era el
doctor bhutanés Urgyen Jigmi, una figura alegre, redondeada, con los labios
rojos de mascar constantemente nueces de betel. Nos ayudaba siempre que S.S. Karmapa durante la ceremonia de la Corona Negrt
La Corona Negra 75

momento, nos dio algunos caramelos para comer, rió y nos hizo repetir des-
pués de él los nombres tibetanos de los colores de las cinco sabidurías de
Buddha. Antes de irnos nos puso las manos en la cabeza y de nuevo dio una
de esas bendiciones que parecen no terminar nunca.
Aquella noche, ya tarde, en la clara luz de la luna llena, el doctor vino a
darnos un pequeño paquete de papel doblado. "Aquí hay cabellos de todas
las encarnaciones del Karmapa", dijo. "Nunca había pensado que existiese
algo así, y Su Santidad os lo envía". Excitados y conmovidos, tomamos el
pequeño paquete, y lo puse en el bolsillo izquierdo de mi camisa del ejército
para volver a casa. Mientras andábamos, empecé a sentir calor en la piel de
debajo del bolsillo de la camisa, así como una sensación de escozor en el
pecho. El dolor aumentó hasta que pareció que algo ardía dentro de mí.
Saqué el paquete y lo puse en el bolsillo de la derecha. También allí sentía
un ardor, pero no era tan intenso.
Todas las noches teníamos el mismo drama con las personas con quienes
vivíamos en Katrnandú. La puerta de la casa era de una época anterior a la
llegada de las cerraduras al Nepal, y al volver tarde por la noche la encontrá-
Primer contado visual con S.S. Karmapa en Swayambhunath. bamos cerrada por dentro. Casi teníamos que echarla abajo para que alguien

podía y se convirtió en nuestro enlace principal con el Karmapa. Buddha


Laximi también cuidaba de nosotros. Estaba particularmente preocupado por
la merma de nuestras finanzas, debida a que nunca podíamos decir "no" a las
encantadoras ancianitas tibetanas que querían vendernos cosas; nunca supi-
mos regatear con gente que necesitaba dinero tan desesperadamente. Mu- v
• ^

chos días nos gastábamos varios dólares comprando futuros regalos, mien-
tras reducíamos aún más nuestro consumo privado. Al verlo, nos consiguió
una minihabitación barata en la ciudad vieja con unos amigos suyos de los
muchos que tenía, con lo que nos ahorró al menos el medio dólar diario del
hotel.
Casi ni sacamos nuestras cosas de las mochilas. Estábamos en Swayam-
bhu desde primera hora de la mañana hasta una hora avanzada de la noche,
cuando ya todos dormían. Necesitábamos, simplemente, estar lo más cerca
posible del Karmapa, tan a menudo como pudiéramos, y él lo vio y nos hizo
saber que estaba bien. Buenos o malos, éramos sus primeros discípulos euro-
peos. Cuando el doctor concertó nuestra primera audiencia privada, como
señal de nuestro vínculo con él le dimos un imán rojo de Dinamarca en for-
ma de herradura y mil microgramos de LSD, hasta entonces lo máximo que
habíamos conocido en cuanto a verdad y dicha. Nos miró fijamente por un Meditación sobre el tejado de la habitación de Karmapa.
76 Cuando el pájaro de hierro vuele... La Corona Negra 11

viniera a abrir. A la familia, sin embargo, no parecía importarle en absoluto Su Santidad Karmapa y la Escuela Kagyu
y como el hecho era, al parecer, completamente normal para ellos, nosotros
también nos acostumbramos a ello. Aquella noche, sin embargo, se desper- Rangjung Rigpai Dorje era el decimosexto tulku o encarnación de Gyalwa
taron dos veces. La segunda vez fue cuando me quité la camisa y lancé un Karmapa. Como cabeza de la orden Kagyu del Budismo tibetano desde el
fuerte grito. El hecho de sacar el paquete con los cabellos del Karmapa fue siglo doce, el linaje Karmapa encarna, representa y guía su energía espiritual
increíblemente doloroso. acumulada. Según las enseñanzas tibetanas, un tulku es una forma particular
de inteligencia iluminada. Al haber trascendido la ilusión del ego, se ha libe-
A la mañana siguiente el Karmapa dio una Iniciación en la Estupa de rado de las fuerzas que conducen a un nuevo nacimiento y, así, carece de
Bodhnath, la mayor de su clase en el mundo. En visitas anteriores sólo ha- individualidad o ego en el sentido ordinario. Pero, dado que posee una gran
bíamos visto allí al célebre Lama Chinni, o habíamos estado de juerga con compasión, se reencarna en una serie de individuos humanos y sigue traba-
amigos borrachos o drogados. Esta vez, vimos que también había en la zona jando para el bien de todos los seres. El Gyalwa Karmapa fue el primero de
algunos altos Lamas encarnados, que decían estar ocupados con casos más estos tulku reconocidos que apareció en la historia tibetana y es venerado
sencillos que los nuestros. umversalmente por los tibetanos por su inmensa autoridad espiritual. Hasta
Nadie había anunciado dónde estaría el Karmapa aquel día; nunca lo ha- ahora ha habido las siguientes encarnaciones del Gyalwa Karmapa:
cían. Pero pronto aprendimos a seguir a la multitud de tibetanos que circu-
laban resueltamente por las calles. Hablaban menos de lo habitual y repetían 1. Dusum Khyenpa 1110-1193
sus mantras; era evidente que se preparaban para algo importante. Allí donde 2. Karma Pakshi 1204-1283
fuesen, allí estaría el Karmapa. Con su bendición y algunos empujones amis- 3. Rangjung Dorje 1284-1339
tosos, y sobre todo porque lo deseábamos tanto, siempre encontrábamos un 4. Rolpe Dorje 1340-1383
lugar directamente delante de él. 5. Deshin Shegpa 1384-1415
Ese día también la ceremonia de la Estupa fue fantástica y el Karmapa 6. Tongwa Domden 1416-1453
transmitió tres veces la Iluminación Perfecta de todos los Buddhas mientras 7. Chodrag Gyamtso 1454-1506
sostenía la Corona Negra sobre su cabeza. Mediante el poder de la forma de 8. Mikyo Dorje 1507-1554
la Corona, abría los niveles más profundos de nuestra mente, y con la pura 9. Wangchuk Dorje 1556-1603
intensidad de su concentración hacía que su mente realizada de Buddha y la 10. Choying Dorje 1604-1674
nuestra, que lo era en modo latente, se encontraran. Esto es lo que le vimos 11. Yeshe Dorje 1Ó76-1702
hacer la primera vez, un método extraordinario incluso entre los medio muy 12. Changchub Dorje 1703-1732
potentes utilizados en el Budismo tibetano. A lo largo de los siglos ha con- 13. Dudul Dorje 1733-1797
ducido a muchas personas a una realización espontánea de su mente -a la 14. Thegchog Dorje 1798-1868
Iluminación- y es una de las principales razones del número elevadísimo de 15. Khakhyab Dorje 1871-1922
seres altamente iluminados que se dan en la Escuela Karma Kagyu. 16. Rangjung Rigpai Dorje 1923-1981
Lo que sigue es una breve historia del linaje, el Karmapa y la Corona
Negra, relatada al modo tradicional tibetano. En ella se ve la devoción del La orden Kagyu, a menudo llamada "el linaje práctico", detenta la trans-
pueblo por el linaje y la razón de estos sentimientos. misión de un cuerpo de enseñanzas de meditación, de modo particular las
del Mahamudra. Estas enseñanzas conducen a la Iluminación plena y revelan
claramente la verdadera naturaleza de la mente. Su primera formulación se
debió al discernimiento espontáneo del gran siddha ("ser de cumplimiento")
o santo indio Tilopa (988-1069)- La realización de estas enseñanzas se trans-
mitió de gurú a discípulo a través de los primeros maestros del linaje -Naro-
78 Cuando el pájaro de hierro vuele... La Corona Negra 79
pa, Marpa, Müarepa y Gampopa, y de ellos a través del decimosexto Gyalwa más avanzado era tan grande que fue invitado a la corte imperial china y se
Karmapa hasta el presente-. El gran yogui y traductor Marpa llevó las ense- convirtió en gurú del emperador Kublai Khan. De éste recibió el título de
ñanzas de la India al Tíbet, y Gampopa inició la tradición monástica del linaje Pakshi, que significa "¡efe espiritual supremo". Hasta el décimo Karmapa, to-
Kagyu. dos ellos fueron, sucesivamente, maestros espirituales de los emperadores de
Los lamas Karmapa siempre se han distinguido por su poderes milagro- China. Choying Dorje, el décimo Gyalwa Karmapa, fue un gran ejemplo de
sos, por su sabiduría y conocimiento, y por su preocupación práctica por el verdadera espiritualidad en una época de intrigas políticas y guerras entre las
bien de todos los seres. Todos han sido artistas, poetas y maestros tántricos sectas. Demostró claramente su rechazo del poder político al declarar que
distinguidos. antes bendeciría a un perro muerto que al emperador de China. Este Karma-
pa distribuyó las grandes riquezas que formaban sus ingresos regulares como
El primer Karmapa del Tíbet fue el principal discípulo de Gampopa. jefe de la Orden Kagyu y vivió la mayor parte de su larga vida en la pobreza.
Gampopa lo reconoció como el Karmapa -encarnación o personificación de
Avalokitesvara (el aspecto compasivo de Buddha)- profetizado por el Budd- El tercer Karmapa, Rangjung Dorje, manifestó especialmente el aspecto
ha en el Samadhiraja Sutra y por Gurú Rimpoché (Padmasambhava). meditativo del linaje y fundió las meditaciones superiores de la tradición
Kagyu con las del linaje Nyingma, la llamada escuela "antigua" o no reforma-
Dos mil años después de mi muerte da del Budismo tibetancv Unió las corrientes del Chagchen (Mahamudra) con
las del Dzog Chen (Maha-ati) y de hecho salvó las enseñanzas Dzog Chen,
Las enseñanzas llegarán al país de la gente de cara roja (el Tíbet),
ya que era el único maestro capaz de detentar ambas transmisiones en aquel
Que podrán aceptar el Dharma gracias al poder de Avalokitesvara. tiempo.
Cuando la enseñanza se corrompa en aquel país,
El quinto Karmapa, Deshin Shegpa (1385-1415), fue el primero en llevar
Vendrá el Bodhisattva con voz de león llamado Karmapa. materialmente la Corona del Vajra que ha pertenecido a todos los Karmapas
El poder que obtenga en samadhi lo transmitirá para ayudar a los seres sucesivos. A la edad de veintidós años fue invitado a la China por el empe-
sensibles. rador Ch'eng Tsu. Karmapa fue recibido con grandes honores y respeto, y
Con sólo verlo, oírlo, tocarlo o pensar en él, respondió realizando varios milagros considerables cada uno de los primeros
veintidós días de su estancia. El emperador se convirtió en discípulo fiel de
Serán conducidos a la felicidad Karmapa y desarrolló en gran medida su capacidad meditativa. Un día, durante
(Profecía atribuida al Buddha Sakyamuni,del Samadhiraja Sutra). una ceremonia, el emperador vio la corona invisible suspendida sobre la
cabeza del Karmapa. Pensando que podía verla sólo a causa de sus propios
logros espirituales, mandó hacer una réplica física de la Corona para que sir-
Recibió el nombre de Dusum Khyenpa ("Conocedor del Pasado, el Pre-
viera como objeto de veneración y campo de mérito.
sente y el Futuro") y pasó años meditando en cuevas de las montañas del
Tíbet oriental. En una ocasión permaneció sentado durante meses en una Pero es más acertado considerar la famosa Corona del Vajra de los Karma-
cueva tan pequeña que en ella sólo se cabía sentado en la postura de medi- pas como un signo externo del poder espiritual interior. En su forma trascen-
tación, erecta y con las piernas cruzadas. dente, la Corona del Vajra fue tejida con cabellos de cien mil Dakinis, o seres
Con gran alegría de Gampopa, Dusum Khyenpa alcanzó la plena Ilumi- celestiales, y fue ofrecida a una encarnación anterior de Avalokitesvara por
nación en muy poco tiempo, y antes de morir, en su calidad de primero de los Buddhas de las Diez Direcciones como signo de autoridad espiritual
los grandes lamas del Tíbet, prometió regresar y dio los detalles de su si- cuando aquél obtuvo la habilitación del Samadhi semejante al Vajra. Esta
guiente renacimiento. corona la llevaron emanaciones posteriores de Avalokitesvara que se encar-
naron en la India, y más tarde Dusum Khyenpa, la primera encarnación tibe-
El segundo Karmapa, Karma Pakshi, fue la primera reencarnación reco- tana. Ha continuado coronando el Cuerpo de Dicha (Sambhogakaya) de
nocida como tal. Su fama como maestro tántrico e iniciado del Mahamudra todos los Karmapas desde Dusum Khyenpa.
80 Cuando el pájaro de hierro vuele... La Corona Negra 81

Se dice que la visión de esta corona concede la seguridad de la Ilumina- morir en 1922, dejó, corno todas las encarnaciones anteriores, una carta en
ción, pero no es visible para el ojo humano ordinario y sólo puede ser vista que daba información detallada sobre su siguiente renacimiento. Decía así:
por los que son espiritualmente puros y poseen una gran fe. Aunque la coro-
na física sigue siendo utilizada como símbolo, aquélla a la que alude en una Hacia Oriente de este lugar
profecía el Buddha Sakyamuni, en el Lankavatara Sutra, es la corona trascen- Junto a un río dorado
dental.
En el país del valiente arquero Denma,
En un hermoso lugar, al pie de una montaña
Los que tienen una corona negra con su vestido monástico,
Hasta el momento en que terminen las enseñanzas de los Mil Buddhas, Con la forma de un león orgulloso,
No cesarán de ayudar a los seres. En una noble familia, cuyos nombres están adornados con las sílabas de
AHy THUB,
Son muchos los testimonios y seguridades que dieron Padmasambhava y Nacido el día de la luna llena del mes del Buey del año del Ratón (1923),
otras grandes autoridades sobre el poder salvífico de la Corona del Vajra y los Del espacio perfecto, omnipresente y todo bondad
beneficios obtenidos por los que la contemplan con una actitud de fe sincera
En la gran luz de la sabiduría,
y aspiración espiritual.
Apareciendo de la unión del sujeto y el objeto
El octavo Karmapa, Mikyo Dorje, reforzó el aspecto intelectual de la trans-
Y llamado Ranghung Tjbdak Rigpai Dorje
misión Kagyu y creó meditaciones muy importantes para unir nuestro cuer-
po, habla y mente con los suyos. Al igual que los Karmapas séptimo, noveno (Dorje de la Sabiduría Espontánea que Todo lo Llena).
y décimo, fue también un gran artista y realizó obras notables en pintura,
escultura y fundición de imágenes de metal. Contribuyó materialmente a la Este poema fue entregado a su principal discípulo, Situ Rimpoché, en una
fundación de la escuela Karma Gadri de pintura de thankas -los "thankas", carta sellada.
además de obras de arte, son los rollos pintados tibetanos destinados espe- En un palacio situado a orillas del Río Dorado, una noble dama esperaba
cíficamente a servir de ayuda a la meditación-. Cuenta una anécdota que en un hijo. Ella y otras personas oyeron, surgidas de su vientre, las vibraciones
una ocasión Mikyo Dorje fundió una imagen de sí mismo y preguntó si se le de OM MANÍ PADME HUM. POCO antes del parto, la madre sintió un vacío en
parecía; la estatua respondió: "Pues claro que sí". su vientre. Pidió consejo al gran lama DzogChen Rimpoché, y éste le dijo que
Los diez primeros Karmapas fueron maestros espirituales de los empera- se dirigiera a una cueva de las proximidades bendecida por Gurú Pema
dores chinos. Sin embargo, las circunstancias dificultaron progresivamente Jungne, introductor del Budismo en el Tíbet. El día de luna llena del mes del
una mayor actividad en China y, al mismo tiempo, la necesidad de su ben- Buey de 1923, en el palacio del león, nació la decimosexta encarnación del
dición se hizo mayor en el Tíbet, donde las invasiones mongolas estaban des- Gyalwa Karmapa.
truyendo grandes partes del país. Con su sabiduría y poder ilimitados, los En el Monasterio de Papung, en el Tíbet oriental, Situ Rimpoché tuvo
Karmapas siempre hicieron exactamente lo que era posible y resultaba más simultáneamente unas visiones por las que supo que el nuevo Gyalwa Kar-
beneficioso para todos los seres. mapa acababa de nacer. Rompió el sello de la carta, la cual se correspondía
• El decimoquinto Karmapa, Khakhyab Dorje, vino después de Jamgon con su propia visión. Situ Rimpoché visitó a los padres y les dijo quién era el
Kontrul (Lodro Thaye), que era discípulo del decimocuarto Karmapa y trans- niño. Su Santidad, el Karmapa, reconoció a todas las personas con quienes
misor del poder del linaje Kagyu. Muy pronto demostró un dominio comple- había tratado en su vida anterior. Aquel mismo año también fue reconocido
to de las enseñanzas de todas las escuelas de meditación y se convirtió en por el decimotercer Dalai Lama, jefe del Tíbet. Karmapa mostró en público
uno de los principales representantes de la escuela Ri-med, fundada por su sus capacidades cuando tenía ocho años, y desde entonces no ha dejado de
gurú. Estaba casado, y todos sus hijos eran encarnaciones eminentes. Al hacerlo, por el bien de todos los seres sensibles.
82 Cuando el pájaro de hierro vuele.. La Corona Negra 83

Siempre ha sido tarea de los Karmapas descubrir y reconocer a los Tulkus


más importantes del linaje Kagyupa, tarea que el último Karmapa prosiguió
en el exilio. También hizo uso de esta capacidad para ayudar a los otros
linajes.
En su vida presente, y en respuesta al carácter espiritualmente desequili-
brado de nuestro tiempo, Su Santidad ha intensificado especialmente el uso
de la Ceremonia de la Corona del Vajra como medio particularmente directo
de trasmitir las poderosas bendiciones de su presencia. Es una gran bendi-
ción participar en la Ceremonia, pues confiere la transmisión completa del
linaje Kagyupa.

La primera vez que llevó a cabo la ceremonia de la Corona Negra, en el


Monasterio de Gena, miles de personas quedaron maravilladas al ver una
lluvia de flores que caía de un cielo lleno de arcos iris.
La educación del Karmapa se completó en muy poco tiempo. Recibió en-
señanzas de Kongka Rimpoché y Jamgon Kontrul Chentze Oser, entre otros,
e iniciaciones de Situ Rimpoché. Meditó, asimismo, en una cueva que había
albergado al primer Karmapa. Más adelante viajó extensamente por el Hima-
laya y el Tíbet.
Tuvo que asumir la dura tarea de mantener el legado de la meditación de
la orden Kagyupa en medio de la disolución de la sociedad que la había
sostenido durante siglos. Su Santidad fue uno de los primeros en ver clara-
mente la trascendencia de los movimientos de los chinos en el Tíbet. Cuando
las tropas chinas amenazaron su país, se fue con 160 discípulos y las reliquias
Kagyu más sagradas. A continuación los refugiados crearon el monasterio de
Rumtek en Sikkim, en el Himalaya oriental, como base para la continuación
de la actividad del Karmapa. Esta actividad más adelante iba a beneficiar
también a Occidente. Transportando a Mabakala escaleras abajo en Swayambhunatb.
84 Cuando el pájaro de hierro vuele... La Corona Negra 85

La Sagrada Ceremonia de la Corona del Vajra beneficios producidos por la ceremonia a todos los seres sensibles y piden
una larga vida para Su Santidad.

Su Santidad el Gyalwa Karmapa está sentado en un trono elevado. Lleva "Yo, Tilopa, sonrío y digo:...
una corona que no es la del Vajra: a veces es el sombrero de meditación de Contempla con fe y amor inquebrantable
Gampopa; otras veces, un sombrero cónico rojo. Lo rodean sus monjes y,
La Joya de un Guru'\
más lejos, el público. Los monjes empiezan a cantar. Con sus cantos y accio-
nes representan a todos los asistentes en una prolongada petición de que el A lo largo de la temporada siguiente Su Santidad celebró ceremonias de
Karmapa adopte su forma trascendental de Avalokitesvara, el Bodhisattva de la corona a diario, con las que llevaba a todos los presentes hasta niveles
la compasión. extraordinarios de claridad y discernimiento. Mezcló enteramente su mente
Dirigiéndose primero al Karmapa como Dusum Khyenpa, la manifesta- con la nuestra, plantando semillas que iban a crecer en ésta y todas las vidas
ción de Avalokitesvara, invocan la presencia del linaje Karmapa. A continua- hasta la Iluminación.
ción se hace una ofrenda simbólica de todo el universo como mandada en Cada ceremonia de la Corona tiene un efecto distinto, y no hay que espe-
forma de un disco de metal con arroz encima. Acto seguido, la acción de la rar ninguna reacción determinada de antemano. Mis experiencias con la
invocación toma la forma del servicio séptuple tradicional. Primero hay una mente son totales y espectaculares, al igual que cuando hago el amor o con
prosternación que expresa la devoción a Karmapa-Avalokitesvara. Se hacen las drogas, mientras que otros pueden sentir cosas más sutiles. Una reacción
ofrendas que simbolizan el cuerpo, el habla y la mente de los suplicantes. Se muy intensa no es mejor que otra más fluida que tienen la mayoría de las
lleva a cabo el reconocimiento del error y la imperfección con un sentimiento personas, aunque, claro está, es muy convincente. Uno no debe esperar nada
de abandono a la sabiduría superior que se hace presente. Hay alabanzas y en concreto cuando hay una transferencia de energía. Esto bloquea la mente.
adoración a la actividad búdica de Avalokitesvara. Se pide que Karmapa - Hay que saber, en cambio, que cualquier modo en que se manifieste es
Avalokitesvara haga girar la rueda del dharma, poniendo de manifiesto las bueno. Incluso es buena la ausencia de experiencia directa. Las impresiones
enseñanzas. Se hace otra petición de que permanezca en el mundo y no están ahí y los resultados llegan siempre, tarde o temprano. Sin embargo,
muera. El servicio séptuple se termina dedicando los beneficios de las acti- para romper un ego tan sólido como el mío se necesitaba un martillo grande,
vidades de los participantes a todos los seres sensibles. y Su Santidad utilizó esto, de modo que hoy su presencia está constantemen-
En respuesta a la súplica, Su Santidad se quita el sombrero. En este momento te con nosotros como fuente de sentido y felicidad siempre crecientes. A ve-
está abriéndose y preparándose para entrar entera y completamente en su ces, durante las ceremonias, todo explotaba en luces doradas y amarillas y
manifestación como Avalokitesvara, totalmente despierto e irradiando la sólo era claramente visible la Corona. Otras veces, una energía ascendía por
energía de la compasión. En relación con el encuentro de mentes que puede el centro de mi cuerpo, y era tan intensa que casi me desmayaba, y perma-
tener lugar en esta ceremonia, el público no puede permanecer pasivo. necía aturdido durante horas. Como dije antes, el propio Buddha profetizó
Idealmente, todos los asistentes habrán hecho un presente. Habiendo hecho que la mera visión de esta corona transferiría una energía iluminativa muy
un presente y habiendo participado en el abandono y la apertura de la poderosa que nunca se puede perder y que se activará durante la muerte
invocación y el servicio séptuple, el participante ha preparado plenamente el física o poco después de ella. En ese estado en que la mente no está ligada
terreno para que tenga lugar un proceso de libre intercambio. Mientras Su por las impresiones sensoriales de un cuerpo, uno se mezcla de modo inex-
Santidad se coloca la Corona de Vajra en la cabeza y repite el mantra "Om plicable con este campo de energía iluminado. En unión con esta forma pura,
Mani Padme Hum", el público debe estar completamente atento a lo que la mente percibe su propia esencia y uno se libera más allá de todas las di-
hace y permitir que su consciencia se mezcle con la de él. La colocación del mensiones de tiempo y espacio. Cuando murió mi padre, que se sentía muy
sombrero y la recitación de 100 mantras "Mani" completa el vínculo con su cerca del Karmapa, vi cómo en los últimos momentos de vida estas energías
aspecto trascendental y con el público. Su Santidad se quita la Corona de se activan. Todos ellos tuvieron una muerte hermosa, en medio de un océa-
Vajra y la ceremonia termina con el canto de los monjes, que dedican los no de luz.

il
86 Cuando el pájaro de hierro vuele...

El tumulto de los tibetanos que se abalanzaban para alcanzar al Karmapa


después de cada ceremonia de la Corona era peor que las estampidas que se
producen en las horas punta o en las rebajas, pero allí no había envidia ni
hostilidad. Mientras los que están delante intentan echarse hacia atrás para
no ser derribados por la avalancha humana, las masas de detrás empujan ha-
cia adelante. Todo el mundo quiere obtener su bendición lo más rápidamen-
te posible, pensando a menudo que las primeras son mejores, y cuando hay
1 La Corona Negra 87

en mí, que yo sabía procedente del Karmapa. Fui capaz de contener a la ava-
lancha de gente y canalizarla ordenadamente hacía él. A la mañana siguien-
te mis fuertes sandalias estaban rotas y me sentía el cuerpo como si durante
toda la noche hubiesen estado pasando trenes de carga por encima de mí.
Me dolía todo. Sin embargo, cuando volvimos a Bodhnath descubrimos que
algo había cambiado completamente.
Nos llevaron hasta la terraza del templo y allí los lamas hicieron muchas
centenares, y a veces miles, de personas, la situación puede volverse muy
difícil. preguntas sobre nosotros y especialmente sobre mi fuerza. Habíamos sido
aceptados en el círculo interior próximo al Karmapa, y a partir de entonces
Después de estas ceremonias en Bodhnath el tumulto tomó dimensiones se esperaba de mí que actuara como su guardaespaldas o, mejor dicho, que
especialmente graves. Era imprescindible hacer retroceder a las multitudes, calmara las oleadas que se levantaban a su alrededor.
pues estaban a punto de pisotearlo todo, incluso a sí mismas. Por un momento
pareció que el Karmapa fuera a manifestarse en un aspecto colérico, adop- Unos días mas tarde el Karmapa fue en helicóptero a Nage Gompa, situa-
tando una de las formas protectoras airadas que los Buddhas utilizan como do en mitad de una montaña al final del Valle de Katmandú. En este monas-
medio eficaz para expulsar la negatividad, y que los profanos tan a menudo terio vive el Lama Urgyen Tulku con su esposa, que también es un Lama (o
confunden con demonios. Entonces me encontré de pronto con una larga Lamini, en nepalés), y sus dos hijos, que son reencarnaciones de famosos
vara de bambú en las manos y empujando con una fuerza antes desconocida maestros tibetanos. Los hijos han sido criados por el propio Karmapa en el
famoso monasterio de Rumtek, en Sikkim, que es la sede principal de la
escuela de meditación Kagyupa y el lugar de donde salen sus miembros más
eminentes. Lo construyó el Karmapa entre 1961 y 1965 en un lugar propicio
del Himalaya oriental después de salir del Tíbet con su gente.
Hannah y yo también queríamos, por supuesto, estar con el Karmapa en
Nage Gompa. Después de pedir instrucciones, tomamos el autobús hasta la
fábrica de calzado china, fuimos caminando a través de bosquecillos de bam-
bú hasta el pie de la montaña Shivpuri, al final del valle, y empezamos a
ascender por el estrecho sendero. A Hannah le vino de inmediato una fiebre
muy alta -buena señal de purificación-, por lo que tuve que cargar las dos
mochilas, y hacia el final del camino estaba tan débil que casi tuve que
llevarla a ella también.
Cuando llegamos al monasterio el Karmapa estaba dando una Iniciación.
Tuvimos la suerte de poder estar directamente delante de él y pudimos
observar la increíble concentración con que acumulaba las energías liberado-
ras que iba a transmitir. Parecía más grande de lo habitual y ambos tuvimos
la sensación de que era distinto de como lo habíamos visto anteriormente.
Este era otro aspecto suyo. Preguntamos al Dr.Jigme si lo que vimos era una
emanación del Karmapa o el verdadero Karmapa. El doctor creía que era el
verdadero, pero en el caso del Karmapa esto no tenía mucha importancia.
Para mostrarnos lo que quería decir con eso, nos contó lo que sucedió inme-
Danzas del Año Nuevo. diatamente antes de ir al Nepal.
S.E. Shatnar Rímpoché. S.E. Situ Rimpoché.
S.E. Jamgun Kongtrul Rimpoché. S.E. Gyaltsab Rimpoché.

Durante una escala en Bombay, los políticos, probablemente ansiosos de Había, entonces, tres reconocimientos distintos y tres grupos de resulta-
saber cuánto iba a durar esta encarnación, insistieron en hacerle pasar una dos diferentes. Cada cual podía escoger el que prefiriera.
revisión médica. La motivación no era de orden caritativo, sino relacionada
con el hecho de que los mejores comandos y los únicos paracaidistas del Mientras estábamos sentados fuera con el doctor, completamente absor-
ejército indio son tibetanos y están por completo bajo la influencia de los tos en sus palabras y sin darnos apenas cuenta del fantástico panorama, una
Lamas superiores. hilera de muchachas empezó a subir las escaleras hacía la parte superior del
El Karmapa, en realidad, no deseaba ser examinado, pero, como invitado edificio. Iban con la cabeza baja y cada una de ellas llevaba en las manos un
en un país al que tantos tibetanos habían tenido que huir, no pudo negarse. pañuelo blanco de ofrenda. Parecía que el Karmapa iba a dar bendiciones
Los resultados del reconocimiento fueron sorprendentes. Los rayos X revela- otra vez, por lo que enseguida nos mezclamos con la procesión y nos intro-
ron unos pulmones de unas dimensiones alarmantes y un corazón del tama- dujimos en la habitación detrás de las jóvenes. Cuando el Karmapa nos vio,
ño de una nuez. En la orina encontraron azúcar y en la saliva bacilos del tifus. se echó a reir a carcajadas. Estaba ordenando de monjas a aquellas mucha-
Los indios no podían creerlo, y cuando aterrizó en Calcuta unos días más chas cortándoles algunos cabellos: con toda probabilidad yo habría quedado
tarde, volvieron a examinarlo. Esta vez las radiografías mostraron un corazón fatal como monja. Con un gesto nos invitó a sentarnos a su lado, y ésta fue
del tamaño de un balón de fútbol junto con unos pulmones estrechísimos. En la primera vez que pudimos hablar realmente con él durante un tiempo más
vez de tifoidea, encontraron cólera, y el azúcar había desaparecido. largo.
Unos días antes de partir hacia Nage Gompa, se dejó examinar por un Nos preguntó por nuestro país de procedencia, y yo le hablé de los dane-
médico alemán llamado Fischer. Este médico había realizado una labor muy ses y puse como ejemplos típicos de la población a mis amigos, a mi herma-
buena entre los pobres de Katmandú, y hacía el reconocimiento como una no y a mí mismo. Probablemente presenté la situación como si los daneses
verdadera ofrenda. En esta ocasión, el corazón, la orina y la saliva del Kar- todavía fuésemos bravos vikingos en vez de los "demócratas puntillosos" en
mapa eran normales. que tantos se habían convertido. El Karmapa se rió y dijo que él también era
90 Cuando el pájaro de hierro vuele... La Corona Negra 91
Era
una persona fuerte- khampa, de la tribu guerrera del Tíbet oriental. Mientras de Buddha, como actividades del Karmapa que nos ayudaban a aprender y
decía estas palabP 5 me dio un P a r de puñetazos en el hombro. Sin pensar a progresar.
quién era él se lc)S devolví. Casi se cayó de su asiento, muerto de risa. Muy
avergonzado, e m P e c e a darme cuenta de lo que acababa de hacer. No fue posible seguir al Karmapa al retiro que iba a bendecir aquel día,
por lo que volvimos a bajar la montaña con los demás. Entre los que rodea-
De pronto peguntó: "¿Qué queréis de mí?" ban al Karmapa había cuatro adolescentes, que enseguida nos gustaron. Nos
Y me oí a mí laísmo respondiendo con palabras cuyo significado apenas hicieron muchas preguntas, pero siempre parecían saber las respuestas antes
entendíamos y qi j e no tenía consciencia de haber utilizado nunca: "Quere- de recibirlas. Bajamos con ellos por la ladera saltando de piedra en piedra,
mos ser Bodhisattvas P o r e l b i e n d e t o d o s l o s s e r e s "- y entre las pocas palabras inglesas que sabían y las frases en nepalés que ha-
bíamos aprendido, conseguimos establecer una buena comunicación.
Habíamos leíc*0 en nuestros libros que los Bodhisattvas representan los
ideales supremos del Budismo Mahayana. Son seres iluminados que existen Aunque intuíamos que estos jóvenes eran especiales, nos sorprendía la
en diferentes niv^' es Y QUG n a n prometido permanecer activos hasta haber reacción de los montañeses al encontrarse con ellos. Se quitaban rápidamen-
ayudado a avanzó desde el sufrimiento hacia la Iluminación a todos los seres te el sombrero y se inclinaban, al tiempo que los muchachos, al pasar, se
vivos Esta decisP n de trabajar por el bien de todos los seres nos parecía tocaban la cabeza, gesto,con que los bendecían. Como cuando brilla el sol
excelente De toc^as ' a s c o s a s . e s t o e r a '° Que m a s deseábamos. uno no ve la luna y las estrellas, y nosotros estábamos tan concentrados en
Mi respuesta pareció complacerle. Nos dio a cada uno un pequeño medallón el Karmapa que apenas nos dimos cuenta de las otras cuatro joyas de la es-
de hojalata en ui i a de cuyas caras estaba representado un Buddha, y en la cuela de meditación Kagyu. Y ahora estaban bajando la montaña con noso-
otra un dorje, el símbolo de la Iluminación inmutable. Cuando nos los colga- tros.
ba del cuello, dijO: " N o es n a d a especial, pero viene de mí".
Estos jóvenes son encarnaciones de los maestros más eminentes y son
Llevamos estc3S medallones hasta que se rompieron, hace unos años, y aspectos manifiestos de Buddha. Durante los últimos ocho siglos han mante-
uno está ahora 1er1 ^ a c a Í a c I u e u t ili z ° P a r a transferir su bendición a otras nido la transmisión del linaje en el interregno entre los sucesivos Karmapas,
personas. y todos ellos han nacido con una experiencia total de la naturaleza de la
A la mañana siguiente llegó el Lama Chechoo en un helicóptero del ejér- mente. Sus nombres son Shamar Rimpoché, Situ Rimpoché, Jamgon KongtruI
cito para recoger al Karmapa, y fue maravilloso volver a verlo. Nos sentíamos Rimpoché y Gyaltsap Rimpoché, y su existencia fue profetizada por el Buddha
muy cerca de él V ^e estábamos agradecidos por todo lo que estaba ocurrien- en varias de sus enseñanzas.
do pero lo veíar nos m u Y de vez en cuando a causa de sus constantes viajes.
También teníamPs un P o c o de mala conciencia, pues teníamos la sensación Durante esa época muchos de nuestros viejos amigos nos visitaron y pu-
de que le érame15 a^8° infieles al seguir al Karmapa a todas partes. Todavía dieron abrirse a la influencia del Karmapa, recibiendo su poderosísima
pensábamos en términos "personales" occidentales y nos considerábamos bendición. Aunque la mayoría eran incapaces de entrar directamente en la
unos discípulos especialmente dotados, por lo que un Lama sin duda envi- práctica de la meditación o de introducir cambios en sus hábitos muy arrai-
diaría al otro H a n n a n probablemente era excepcional incluso entonces, mien- gados, se beneficiaron claramente de esta bendición con la presencia de las
tras que yo era t-111 c a s o de persona ruidosa y vanidosa, una apisonadora de semillas, en constante maduración, de su desarrollo interior y con una pro-
energía indiscip'inada> <?ue pensaba saberlo todo acerca de todo. tección muy visible.
Viendo nuesfro dilema, el Lama Chechoo nos animó repetidas veces a ver Alrededor de Swayambhu el valle estaba en ebullición. Constantemente
al Karmapa corr10 nuestro maestro, y poco a poco nuestros sentimientos de llegaba gente de todos los rincones del mundo, y el Karmapa los escuchaba
desconcierto fué r o n desapareciendo. Sin embargo, aún debíamos sufrir mucha a todos, les enseñaba, los bendecía, los curaba y los ayudaba de día y de
confusión y muP n o dolor antes de poder ver primero a nuestros maestros, y noche. Siempre había lugares a los que había que ir y cosas que la gente
después a todo? ' o s seres, como manifestaciones de la mente omnipresente quería, y él nunca decía "no" ni pensaba en sí mismo.
La Corona Negra 93

bromeaban y se reían, miraban a su alrededor o bostezaban, hasta que llegó


un momento en que todos estuvieron muy concentrados. Después de esto
todo volvió a ser fácil.
Siempre que podíamos íbamos con algunos amigos a la sala del templo
y dejábamos que las vibraciones actuaran sobre nosotros. Mientras estába-
mos absortos en el sonido, los nudos de nuestra mente se deshacían por sí
solos. Surgían recuerdos lejanos, las sensaciones aparecían y desaparecían
con el retumbar de las largas trompas, y nos envolvía la paz que emanaba de
los monjes vestidos con sus hábitos de color rojo pardo. Aunque no teníamos
ni idea de lo que significaban las bendiciones, iniciaciones, recitaciones, etc.,
nos atraía la sensación de totalidad que se desprendía de ellas, así como una
energía que se podía sentir concretamente.
Ya conocíamos algunos de los mantras, lo que daba mucho poder a las
recitaciones. Nuestro amigo Fut era especialmente hábil para reconocer estas
sílabas y repetirlas con exactitud. Utilizábamos, sobre todo, el mantra "Kar-
mapa Khyen no", que nos había dado el propio Karmapa, y que significa:
"Actividad de todos los Buddhas, actúa a través de mí". Sentíamos claramente
S.S. Karmupa con los más altos Lamas de la tradición Kagy que nos unía con él y hacía que los deseos se convirtiesen en realidad
espontáneamente. También practicábamos el mantra que Buddha Laximi nos
De todas las numerosas ceremonias, las más populares entre los occiden- había dado de parte de nuestro primer Lama y que yo había repetido cons-
tales eran los pujas, que utilizan medios musicales para inducir la meditación. tantemente en la cárcel, y, por supuesto, el famoso "Om Mani Peme Hung",
Los instrumentos ejercen un poderoso influjo sobre la mente, y a veces suenan que usan todos los tibetanos. Se recita sobre todo por el bien de los demás
tan fuerte que todo se balancea y vibra con su potencia. El ritmo de los seres. En un nivel externo, este "Rey de los Mantras" es una invocación de
grandes tambores y el canto activan primero los latidos del corazón y des- Chenresíg, la compasión conjunta de todos los Buddhas, mientras que, inte-
pués se apoderan de la consciencia de uno. Por lo general, los Lamas se riormente, las vibraciones de las sílabas calman los seis sentimientos pertur-
sentaban en dos filas, una frente a la otra, con trompas, trompetas, instru- badores y los transforman en sabiduría:
mentos parecidos al oboe, tambores grandes y pequeños y diferentes clases Om - transforma el orgullo y el egoísmo;
de campanas. Acompañados de los instrumentos, recitaban los textos que Ma - los celos y la envidia;
había en unas mesitas delante de ellos, concentrados al unísono. Los pasajes
Ni - el apego y los deseos egoístas;
sosegados de recitación eran rotos a menudo por el fuerte sonido de tambo-
Pe - la ignorancia y la confusión;
res, campanas y trompas. Las voces de los monjes y lamas sonaban como si
viniesen de otro mundo. Vibraciones muy profundas se mezclaban entre sí Me - la codicia y la avaricia; y
formando capas de sonido. A menudo la experiencia simplemente flotaba, y Hung - el odio y la ira.
uno no sabía de dónde procedían los sonidos. El resultado de su transformación es la mente búdica perfecta, el objetivo
Al final de la hilera estaban sentados el Karmapa y las distintas encarna- de toda la práctica.
ciones en sus tronos semejantes a cajas, todos ellos vestidos con hábitos rojos Empezamos a utilizar los mantras cada vez con más frecuencia y sentimos
y amarillos, y, para nuestra sorpresa, en modo alguno estaban en actitud que su repetición tenía buenos efectos. Al igual que los pujas, detenían la
rígida o ceremoniosa. Mientras la ceremonia seguía su curso, ellos charlaban, charla interior y daban verdadera paz.
94 Cuando el pájaro de hierro vuele...

La verdad es que casi todos los métodos que conocimos nos resultaban a
la vez útiles y atractivos, pero había una cosa que no podía tragar: el muy
invocado Mahakala. Este nombre siempre se cantaba cuando la energía era
más intensa; yo sabía que era el nombre de un poder azul y negro represen-
tado en los rollos y las estatuas tibetanos, solo o en unión, y rodeado de lla-
mas. Con tres ojos inyectados de sangre, colmillos, armas en sus dos, cuatro
o seis manos, sartas de cabezas humanas cortadas colgadas del cuello y cu-
bierto de pieles de tigres y elefantes, posee tantos signos de fuerza y fiereza
que no es posible pasarlo por alto.
Al percibir la energía de estas formas siempre apretaba los puños, creyen-
do que representaban la absoluta negatividad. Me habría gustado ponerles
las manos encima a estos horrores y acabar con ellos para siempre. Mi mente
consciente se aferraba a esta idea de Mahakala, pero, al mismo tiempo,
: encontraba su energía tan a menudo que no pude mantener mi agresividad,
-y gradualmente empecé a sentir una conexión especial con él, hasta que
descubrí que en realidad me gustaba, sin entender verdaderamente por qué.
Tenía la sensación de no conocer nada mejor que estas formas de fuerza
bruta, y el Karmapa, más adelante, me llamó a menudo por este nombre. Los más altos Lamas libéranos trc

El Año Nuevo tibetano se celebra en la luna nueva de febrero o marzo, y


ese día el Karmapa tenía que bendecir Swayambhu y Bodhnath. En Swa-
yambhu se iban a realizar las danzas tradicionales de los Lamas, y en Bodh- negativos interiores como todos los obstáculos exteriores que se oponen a
nath habría después una fiesta popular con danzantes locales ataviados con nuestro progreso. Sentí entera confianza en el Mahakala; es una energía de
disfraces y máscaras. sabiduría cuyo terrorífico aspecto exterior tiene la función de apartar a los
Frente al templo de Swayambhu se levantaba una gigantesca cabeza de seres de todo mal. Su esencia es la compasión de todos los Buddhas.
Mahakala y por encima de ella había una red intrincada de muchos hilos La mayoría de los occidentales confunden estas imágenes furiosas con
multicolores que formaban figuras cuadradas y romboidales. Durante la demonios. Al proceder de una cultura dualista, automáticamente las conside-
ceremonia al aire libre que se celebró a continuación, todas las energías no- ramos perjudiciales, y así ha surgido el malentendido de que los tibetanos,
civas del año anterior fueron capturadas en la red y Mahakala, después de aunque son claramente un pueblo feliz y armonioso, tienen un culto demo-
absorberlas, fue llevado en procesión al lugar donde es quemado todos los níaco. El mundo no ha descubierto hasta hace poco la profunda sicología
años. En medio de grandes festejos, disuelve lo malo y lo devuelve al espacio que está en juego, la cual hace útiles los estados de espíritu desordenados al
a través del elemento del fuego, facilitando así un inicio limpio, muy nece- transformarlos, en vez de suprimirlos. Es un enfoque mucho más constructi-
sario, del nuevo año. A varios de nosotros se nos pidió que transportáramos vo y sano, especialmente útil en Occidente hoy en día.
la cabeza, y rara vez nos hemos fatigado tanto como al bajar aquellos esca-
. Iones de la estupa. Era increíblemente pesada. Cuando pusieron la imagen a) Todos los lugares sagrados budistas del Nepal están construidos con la
revés y le prendieron fuego, nos sentimos victoriosos sobre todas las cosas misma estructura y las personas que hay en ellos inspiran un sentimiento de
nocivas y comprendí un poco más lo que Mahakala es realmente. Entendí apertura y de consciencia "despierta". Siempre que podíamos meditábamos
que no es algo negativo, sino más bien el poder que vence a la negatividad; en la habitación del Karmapa, y él nos dejaba estar allí durante horas, absor-
que es en realidad una energía ilimitada que destruye tanto los sentimientos biendo su presencia. Siempre sonreía y decía "muy bien".
96 Cuando el pájaro de hierro vuele... La Corona Negra 97

Cuando estábamos allí sentados, ni siquiera las personas que venían a pareció tan sólo regular. Al fin y al cabo, todo el mundo era discípulo del
hablar de los asuntos más importantes parecían molestarse, o ni tan sólo Karmapa, mientras que habíamos visto muy pocos que lo fueran del Lama
darse cuenta de nuestra presencia. Cuando las vibraciones no eran las ade- Chechoo. Por otra parte, nos encantaba el Nepal y ahora podíamos quedar-
cuadas para permanecer en la habitación, dábamos vueltas por el tejado nos allí mucho más tiempo, y el Karmapa dijo que pronto volveríamos a
plano del templo hasta que sentíamos la corriente ascendente de la energía verlo. A pesar de todo, separarse de él fue algo semejante a un traumatismo
del Karmapa, y nos colocábamos directamente sobre ella; de forma automá- físico. Lo sentimos como una amputación.
tica se producía una profunda absorción. En el aeropuerto aprendimos algo sobre el poder heredado de las encar-
Cuando no estábamos con Su Santidad, recorríamos el campo con amigos naciones conscientes, los llamados tulkus, tan numerosos en las culturas
como Fut, el General, Niels Ebbe y otros, e invadíamos ruidosamente los budistas tibetanas y tan útiles si se reconocen pronto. Durante los meses que
innumerables lugares sagrados que tanto abundan en el valle. Después de las pasamos en el Nepal habíamos concentrado la atención en el Karmapa y
noches pasadas en estados de consciencia alterados químicamente, nos paseá- nunca tuvimos tiempo de fijarnos en aquellos niños que los tibetanos colo-
bamos de día por las grandes estupas y poníamos en movimiento las ruedas can en asientos especiales y tratan con gran reverencia. Aunque habíamos
de oración con tanta naturalidad como los tibetanos; con todo ello nos sentía- visto cómo el Karmapa descubría las encarnaciones de grandes lamas falle-
mos realmente completos y como en casa. A veces podíamos pasar algún cidos y habíamos oídojhablar de las circunstancias fantásticas de sus vidas
tiempo con el Lama Chechoo, y recibir su bendición y la paz que siempre anteriores, los niños, para nosotros, seguían siendo simplemente niños.
fluía de él. Un buen platero de Bodhnath hizo un recipiente en forma de tubo Habían colocado a uno de esos pequeños tulkus, de corta edad, sobre
para guardar los cabellos de los Karmapas, y Hannah y yo lo llevábamos en una mesa. Situado en medio del vestíbulo del aeropuerto y vestido con el
días alternos. Cuando lo llevábamos sentíamos la sensación ardiente en el hábito rojo y amarillo de los monjes, hacía un gran contraste con los otros
lugar en que estaba en contacta con la piel; las personas que lo tocaron niños harapientos que corrían ruidosamente por allí. El Karmapa se hallaba
también recibieron la energía viva del Karmapa.
en otra habitación con varios funcionarios del gobierno y, mientras esperá-
De repente, un hermoso día de primavera, el Karmapa tuvo que marchar- bamos fuera, nos dimos cuenta de la presencia del niño y de lo extraño de
se. Como había tanta gente que lo necesitaba, había aplazado su partida una la situación. Muchos tibetanos y nepaleses se le acercaban y, depositando
y otra vez. Aquel día nos levantamos especialmente temprano y atravesamos ofrendas ante él, inclinaban la cabeza y el niño los bendecía. Parecían estar
la ciudad vieja en dirección a Swayambhu en medio de la niebla matinal que contentos con lo que recibían, pero nadie se fijaba en los otros niños ni les
cubría el suelo del valle y llegaba hasta la mitad de la colina. Al llegar a la daba nada, y esto no me gustó. Impulsado por un sentimiento esencialmente
habitación del Karmapa a través de la terraza de la parte de atrás del edificio, democrático y deseoso de ver qué había de especial en aquel niño, me acer-
vimos con gran sorpresa a Lama Chinni sentado allí. Parecía completamente qué a él. Con toda mi estatura, grande para los tibetanos, y con una barba de
aturdido y llevaba una capa blanca de arrepentimiento que el Karmapa acababa cinco días, me incliné sobre él, hice una mueca y grité "¡Bu!". Quería ver su
de darle. Al día siguiente empezaron las purificaciones de Lama Chinni, y reacción, pero no hubo ninguna. No se observaba en él ninguna señal de
pronto todo el Nepal hablaba de ello. miedo, pero, en cambio, cuando nuestras miradas se encontraron se produjo
Cuando el Karmapa se dirigió al aeropuerto, centenares de personas se un contacto claro, un sentimiento de profundo reconocimiento. Quedé muy
amontonaron en todos los medios de transporte imaginables, desde tractores impresionado porque ese niño era diminuto, e hice que Hannah se acercara
hasta rickshaws, y lo siguieron. Todos se sentían muy desgraciados por su para que ambos pudiéramos recibir su bendición. Cuando estuvimos ante él,
partida, pero, mientras que el dolor de la mayoría era algo "interior" y calma- no nos puso la mano en la cabeza, tal como esperábamos, sino que pegó su
do, el mismo sentimiento me volvía agresivo. No había ninguna razón lógica frente a la nuestra. Se trataba de un signo de aceptación y reconocimiento,
para ello. En relación con nuestros planes, las cosas iban tal como deseába- según supimos más adelante, y sentimos una intensa energía. Con una po-
mos. El Karmapa había dicho que primero debíamos quedarnos con el Lama tente e inesperada luz en nuestras cabezas, nos sentamos para asimilar lo que
Chechoo y, con el alto concepto que teníamos de nosotros mismos, esto nos acababa de ocurrir. Más tarde nos dijeron que este niño era la nueva encar-
98 Cuando el pájaro de hierro vuele...

nación de Ponlop Rimpoché, uno de los siete hermanos encarnados del


Karmapa. Ahora es un joven monje inteligente y radiante que hizo una gira
por los Estados Unidos con el Karmapa en 1980; y, aunque reside habitual-
mente en Rumtek, Sikkim, su benignidad le ha procurado muchos discípulos
occidentales.

Capítulo V
EL VALLE OLVIDADO
Después de la partida del Karmapa, el Lama Chechoo tuvo que marcharse
de nuevo en otra de sus constantes giras y, como en Katmandú no ocurría
nada especial en aquel momento, aceptamos una invitación de nuestro amigo
Terry Beck. Quería explorar un valle remoto situado cerca de Trisuli, en la
parte central del Tíbet del norte. Terry trabajaba en el Cuerpo de Paz, y un
helicóptero del Grupo de Control de la Natalidad había descubierto un día
S.E. Ponlop Rimpoché. este valle. Un amigo de Terry fue el primer hombre blanco que entró en él
y ahora queríamos examinarlo detenidamente. Conocíamos bien a Terry desde
nuestra primera visita a Katmandú. En aquella época coincidimos en un
vuelo a Pokhara, en el Nepal occidental, y nos enseñó muchas cosas. Proba-
blemente conocía el Nepal mejor que nadie en aquella época, pues era el
único occidental que había andado por todos los lugares del país durante
años. Su objetivo principal era registrar la música local y había recorrido tres
veces el país de oeste a este en toda su extensión, siempre con un gran car-
gamento. Como él era el primero en dar ejemplo, nunca tuvo dificultades con
sus porteadores. Era un entusiasta de la escalada y había sido el primero en
subir a varios picos de la frontera tibetana. Hacía fotos realmente buenas y
había recogido material para varios libros, pero, aunque lo deseaba, no pudo
publicarlos mientras estaba en el Nepal. Sabiendo que desaparecerían sin
dejar rastro, nunca había depositado los seiscientos dólares de fianza que el
gobierno exige para escalar cada pico.
En el Nepal hay unas trece tribus independientes, no integradas, que ha-
blan dialectos diferentes, unos derivados del sánscrito y otros del tibetano.
Terry sabía algunos de los principales y era también un gran organizador.
Con él y su amigo Richard, también muy buen montañero, íbamos a subir a
El valle olvidado 101
diversas fincas, sin nada de herrumbre y, a menudo, con menos de cinco mi-
llas en el odómetro. Fueron vendidos a muy bajo precio, ya que del transpor-
te por tierra se encargaban los indestructibles autobuses Volkswagen -a veces
en uno se apretujaban 23 adultos y un montón de equipaje- o grandes
Mercedes diesel para los trayectos más duros, así como coches japoneses de
importación de gran autonomía. Los modelos antiguos eran poco útiles en un
país en que el precio de un litro de gasolina equivale al jornal de un traba-
jador. Algunos amigos de Terry habían comprado gigantescos Rolls-Royces
antiguos, que se llevaron a los Estados Unidos y revendieron con grandes be-
neficios. Terry y su amigo acababan de comprar un Ford Modelo A de 1928
completamente nuevo, que es con lo que hicimos el viaje.
Una vez acostumbrados a cosas tales como el acelerador de mano, no en-
contramos dificultades en el camino y nos dirigimos por las carreteras sin
asfaltar hasta una pequeña aldea próxima a Trisuli, al oeste de Katmandú,
donde terminaba del todo la carretera. A partir de allí tendríamos que cargar
con las mochilas. Hannah y yo, que vivimos siempre con un presupuesto mí-
nimo, ya que preferimos gastar el dinero sólo en cosas relacionadas con el
Dharma, habríamos atacado .la montaña viviendo sólo de pan y judías. Sin
Nuestro Ford "A" antes de dirigirnos al valle olvidado.

unos cuantos "casos dudosos" -montañas que los nepaleses reclamaban como
propias, pero que, según los chinos, ya se hallaban en el Tíbet-. Por esta
razón estaban estrictamente fuera de los límites.
Lo que para Terry y su amigo era una aventura en las montañas, para
Hannah y para mí era una distracción del sentimiento de pérdida causado
por la partida del Karmapa. Aunque incluso el viaje hasta allí era algo muy
especial, nos tomó cierto tiempo poder disfrutarlo.
Nuestro medio de transporte procedía de los Ranas, aquellos hindúes ri-
quísimos que antaño gobernaban el Nepal. Hace siglos, cuando los musul-
manes conquistaron el norte de la India, huyeron al Nepal con sus tesoros y
pronto se convirtieron en la clase gobernante y construyeron los enormes
palacios que se pueden ver alrededor de Katmandú. Un día, en un momento
. indeterminado del período de entreguerras, decidieron que tenían que tener
automóviles, cuanto más caros mejor. Y así, antes de que en el Nepal hubiera
calles por las que se pudiera circular en automóvil y de que hubiera gasolina,
muchos de ellos adquirieron los mejores coches del mercado. Llegaron en
barco hasta Calcuta y fueron llevados a cuestas por los coolies a través de las De viaje.
estribaciones del Himalaya. Ahora se encontraban en los graneros de las
102 Cuando el pájaro de hierro vuele...

embargo, nuestros amigos tenían un estilo mejor. Habían traído toda clase de
cosas, que ahora teníamos que transportar, de modo que, además de la ropa,
las botas, el queroseno y los sacos de dormir, disponíamos de todo tipo de
lujos, entre los que había botes de mantequilla de cacahuete, pan especial,
gran cantidad de chocolate, y otras cosas que se podían comprar en la Inten-
dencia americana. Cada hombre transportaba más de treinta kilos, mientras
que Hannah llevaba la mitad.
La primera etapa del camino discurría a lo largo de un río de rápida co-
rriente y junto a una central hidroeléctrica construida por los rusos. En aquella
época aún era posible, al parecer, obtener de ellos otras cosas además de
armas. El puente por el que debíamos cruzar el río se había derrumbado y
sólo había un sencillo mecanismo para arrastrar a los viajeros hasta el otro
lado del barranco. En lo alto, sobre el río espumeante, colgaba una sospe-
chosa cuerda de cáñamo a la que estaba sujeta una plataforma, que movían
arrastrándola como un teleférico. De este modo, una persona cada vez podía
cruzar al otro lado. Por suerte, ninguna de nuestras mochilas se cayó y todos
cruzamos sin problemas.
Entonces comenzó la ascensión, ¡y qué ascensión! Empezamos a com-
prender por qué tan poca gente iba a ese valle. Delante de nosotros había Durante nuestro viaje.
una pared de roca que tuvimos que escalar, y esto fue realmente emocionan-
te. Más tarde nos dijeron que en este lugar las mujeres del país se niegan a
llevar sus fardos y que los hombres dividen la carga y se ayudan uno al otro
mientras hacen varios viajes hasta la cima de la pared. Nosotros, sin embargo,
ignorábamos todo esto y empezamos a subir individualmente con nuestras
pesadas cargas. La vista que desde allí teníamos de la sierra del otro lado era
cada vez más bella. A nuestros pies un precipicio de cien metros caía directa-
mente sobre el río.
Llevábamos las mochilas de manera que sobresalieran mucho de nuestras
cabezas, para mantener los pies móviles y parecer más grandes que los osos
que pudiéramos encontrarnos. No obstante, cometí un error de principiante
al sujetarme el cinturón tan estrechamente que casi no podía agarrarme a la
pared con pies y manos al mismo tiempo cuando la parte superior de mi
mochila tocaba con un saliente de la pared. Esto me dio una oportunidad de
observar cómo funcionaba mi mente en algunas situaciones extremas. Ayudé
a subir a Hannah y llegué el último. Nuestros amigos, que eran escaladores
profesionales, dijeron que nunca volverían a subir esa pared sin cuerdas.
Al caer la tarde llegamos a una bifurcación del valle en cuyo lado opuesto
había unas sólidas casas de madera de bella construcción. La gente que vivía
104 Cuando el pájaro de hierro vuele...

allí nos dejó dormir bajo un porche. Como eran hindúes, no se nos permitió
entrar en sus casas. Observamos que tenían el mejor "hash" que habíamos
probado nunca, incluso en el Nepal, y tuvimos la idea de poner en contacto
con ellos a un amigo nuestro de Katmandú. Al parecer, ignoraban la extra-
ordinaria calidad de su material, y puesto que eran gente amable y vivían en
un lugar tan pobre, pensamos que se merecían ganar un poco de dinero. Al
día siguiente enfilamos la ramificación izquierda del valle siguiendo senderos
estrechos, ceñidos a la ladera, y subimos durante horas y horas. Con frecuen-
cia, atravesábamos espesuras de plantas de bambú de una altura aproximada
a la nuestra y en las que era fácil perderse. Todas estaban secas y completa-
mente muertas; la gente dice que este bambú muere cada once años, en las
épocas en que hay muchas manchas solares. También estaban muertos muchos
de los grandes enebros que había en la zona. Cuando están secos se pueden
partir de arriba a abajo con sólo un hacha, y por esta razón la gente los utiliza
para hacer las grandes tejas de madera de los tejados y para muchas otras co-
sas. Para mantener una buena provisión de este material, secan los árboles
quitándoles la corteza de la parte inferior, pero después hay un número
excesivo de árboles secos que no se utilizan.
En muchos lugares del Nepal ya se ven claras muestras de erosión del
suelo y los ríos de la India y de toda esta zona tienen cada año un color más
marrón, lo cual es una mala señal para la gente que vive de la tierra. bajo un porche. En realidad era mejor que estar dentro de las casas, pues no
había chinches, y además pudimos hacernos una buena idea del modo de
A última hora de la tarde pasamos junto a una roca saliente a partir de la
vivir y de la organización de aquella gente.
cual el valle giraba ligeramente hacia la izquierda. El camino nos llevó en
línea recta hasta un par de cabanas de paja, pegadas a unos pocos metros El jefe del lugar era, sin duda, la abuela, que, con resolución inflexible y
cuadrados de tierra que formaban bancales y no daban directamente al río lengua mordaz, gobernaba el valle. En aquella zona, para llegar a una edad
que corría más abajo. Si bien, que nosotros supiéramos, era imposible ver el tan avanzada como la suya, había que ser realmente fuerte, y ella no parecía
camino por el que habíamos venido, la gente que vivía allí ya había prepa- haber perdido nada de su fuerza. Siempre interesado por las drogas que
rado comida para nosotros. La mayoría de ellos nunca habían salido del tomaba la gente, hice una fumada de la pipa de agua que la mujer fumaba
valle, habían crecido allí y, por lo visto, estaban tan unidos con su territorio constantemente, me puse a toser y casi vomité. Fumaba hojas de tabaco sin
que éste se había convertido en una prolongación de sus sentidos. Simple- tratar: puro veneno.
mente supieron que llegábamos.
Los porteadores eran pequeños y resistentes; transportaban los fardos
Los hombres del lugar se ofrecieron para transportar nuestro equipaje por lenta y profesionalmente y sin cansarse. Sus pies desnudos eran casi cuadra-
seis rupias al día, cerca de medio dólar. Era excesivamente caro en aquella dos, y suavemente, como los de un camello, se adaptaban a las irregularida-
época, pero, queriendo ser generosos, aceptamos. Antes de partir de Kat- des del terreno por el que caminaban, siempre distribuyendo bien el peso.
mandú, habíamos hecho provisión de billetes nuevos de una rupia, que pre- Sus ocasionales silbidos, largos y profundos, que en el Himalaya son la señal
ferían con mucho a los usados y que consideraban de más valor. Así, pues, de que uno está de camino bajo una carga pesada, resultaban un armonioso
teníamos algo bueno que ofrecer. Estas gentes, como el 80 por ciento de los sonido de fondo. Es increíble lo que estos hombres pueden cargar, incluso
nepaleses, eran hindúes y, por lo tanto, una vez más, tuvimos que dormir el más delgado, y todo se debe al control de la respiración, no a los múscu-
106 Cuando el pájaro de hierro vuele... El valle olvidado 107
los. Según la pendiente, el peso y la altura, cambian la relación entre la parrabo, eran todo su guardarropa-, sacaban de su bolsillo una pieza de
respiración y el paso, y uno a menudo tiene la impresión de que cambian de acero con una cara pulida y golpeaban con ella una de las piedras semitrans-
marcha conscientemente. Con frecuencia, la carga es tan pesada que no parentes que colgaban por todas partes. Las chispas encendían la lana que
pueden ponérsela en la espalda sin ayuda, pero, una vez que la han cargado, sostenían sobre la piedra y, cuando empezaba a arder, hacían un pequeño
sujeta a su frente con una correa, pueden caminar y caminar indefinidamen- fuego, con el que calentaban las gachas de maíz que, probablemente, cons-
te. Pueden incluso transportar a un europeo pesado que sufra de mal de tituían su única comida durante todo el año. Habíamos visto su docena
altura, pero, por supuesto, sólo unos kilómetros al día, y preferentemente escasa de plantas de maíz, solas o en pequeños grupos cerca de sus cabañal
cuesta abajo. En las rutas muy transitadas, a menudo se encuentra un lugar y su vaca de tres patas, hambrienta de sal, y todavía me preguntaba cómo po-
con licor fuerte al pie de una cuesta empinada para que la gente no sienta el dían sobrevivir con esto.
dolor de su cuerpo estragado hasta que llega al puerto. Muchos parecen te-
ner sesenta años cuando sólo tienen treinta. Al anochecer llegamos a una cabana abandonada, hecha de ramas y con
una vista magnífica sobre el valle. Decidimos quedarnos allí. Al principio los
Los porteadores tomaron las tres mochilas pesadas y, con el fin de poner- porteadores no se atrevían a acercarse a aquel lugar. Un poderoso mago
me en forma rápidamente y porque no me gusta que otros hagan el trabajo, había vivido allí y el sitio era peligroso, pero, como no nos ocurrió ningún
tomé la mochila ligera de Hannah. Aprendimos muchas cosas de aquellos accidente al entrar y se acordaron de que siempre utilizábamos nuestros
hombres. No era sólo su técnica de transporte lo que los hacía interesantes-, rosarios de meditación y recitábamos mantras, decidieron entrar también y,
vimos cosas que sólo conocíamos por los libros. Cuando hacíamos una parada después de solicitar nuestra protección, se introdujeron en la cabana. Duran-
al mediodía, los porteadores recogían hierba seca, arrancaban un poco de te la noche, de vez en cuando volvían un lado de su cuerpo, y después el
lana suelta de sus chaquetas abiertas de estilo sherpa -que, junto con un ta- otro, hacia el calor del fuego. No era una vida fácil, pero no escuchamos urta
sola queja.
La mañana siguiente atravesamos una zona cubierta de nieve recién cabi-
da. Los porteadores, aunque estaban acostumbrados a caminar descalzos,
desearon probar nuestros zapatos corrientes, que nosotros cambiamos en
aquel momento por botas militares. Era una experiencia nueva para ellos y
dejamos que se las pusieran, convencidos de que pronto estarían tan cansa-
dos de ellas que al menos quedarían algo inmunizados contra el mundo de
los portadores de zapatos, que se movían con ellos con firmeza y seguridad
y que aportaban tales peligros a sus valores y a su sencillo estilo de vida.
Por la tarde del segundo día, en un hermoso altiplano con árboles enor-
mes y en el que la vegetación había cambiado, fuimos a parar a una colorea
de pequeñas plantas verdes que se parecían un poco al diente de león, pero
con hojas mucho más gruesas y bajas. Los porteadores, al verlas, se animaron
mucho, saltaron de alegría a su rededor y no quisieron seguir adelante. Lo
único que querían era llevarse las plantas a su casa. El nombre de esta plarita
es Datura y sus raíces tienen un potente efecto alucinógeno. En Europa,
durante la Edad Media, la usaban las brujas para practicar diversos tipos de
magia, pues provocaba sueños al untar con ella determinadas partes recep-
tivas del cuerpo. En nuestro tiempo, las raíces fueron muy populares durante
El último pico. una temporada entre algunos de nuestros amigos hippies. Las robaban de los
108 Cuando el pájaro de hierro vuele...

jardines botánicos por la noche y con ellas hacían "viajes" gratis, pero a me-
nudo más físicos de lo que hubieran querido. Los efectos a largo plazo, como
ocurre con los bromuros y la escopolamína, no son agradables en absoluto.
Los porteadores nos dijeron que, al quemar esas plantas, todos los fantasmas
huían y que ahora querían ir rápidamente a sus casas para purificarlas. Así,
pues, dimos doce rupias a cada uno y les dejamos partir. Si verdaderamente
se daban prisa, llegarían a su destino antes de ser noche cerrada. Después,
caminar es muy peligroso. Prometieron dejar los zapatos en el lugar de nuestra
última parada, pues a partir de allí las necesitaríamos en nuestro camino de
vuelta.

De nuevo llevábamos todo el equipaje en nuestras espaldas. Como nos


hallábamos a cuatro mil metros de altura, parecía más pesado que antes. Al
cabo de poco tiempo, sin embargo, encontramos un nuevo ritmo a base de
tocar el suelo con los talones, incluso en las cuestas pronunciadas, dar pasos
muy cortos y avanzar firmemente, al tiempo que no nos deteníamos por nada
salvo para orinar, cosa que los cambios de altitud nos obligaban a hacer con
frecuencia. Poco antes de oscurecer, a unos cuatro mil quinientos metros de
altitud, llegamos a un altiplano que ofrecía una panorámica fantástica. Hacia En la Estupa de piedra en el valle olvidado.
la derecha estaban Langtang, Himal y Gosikund, y hacia la izquierda las
montañas del Tíbet. Encontramos algunas estupas hechas por los tibetanos y
una cabana de piedra donde pernoctar. Terry y Richard querían trazar el
mapa de los alrededores al día siguiente y por suerte se llevaron consigo
todo su equipaje cuando se marcharon. Hannah y yo nos alegramos de po-
der estar todo un día solos para meditar. Subimos a una cresta desde la cual
podíamos ver tanto el Tíbet como la cabana donde estaba nuestro equipaje.
En Oriente, uno enseguida aprende a no apartar los ojos de sus cosas, inclu-
so en los lugares más apartados.

Sentado cerca de una estupa de piedra sin labrar, una estructura que
simbolizaba las cinco sabidurías de los Buddhas, me sumergí en la lectura de
un libro sobre la difícil y poderosa meditación del Calor Interior. Esta era una
versión diferente de la que había utilizado en la prisión, pero también perte-
necía al linaje de meditación Kagyu. Apenas había empezado con la visuali-
zación y la respiración profunda, cuando la energía latente de la mente
surgió dentro de mí como una ola enorme. Nunca había recibido, en esta
vida, ni las enseñanzas, ni la Iniciación, ni nada de lo que era necesario para
llevar a cabo esta práctica, que es ciertamente peligrosa para los principian-
tes. Pero, como todos los bloqueos explotaron dentro de mí, y junto con la
110 Cuando el pájaro de hierro vuele... El valle olvidado 111

apertura de mi mente surgieron una luz, una energía y un gozo increíbles, no gamos al lugar donde tenían que haber estado, no los encontramos por nin-
había lugar para preguntas ni para dudas. guna parte. Un poco enfadados, bajamos hasta la cabana del mago, en la que
también podrían haberlos dejado, y, finalmente, hasta las cabanas en que
Exactamente en esta zona del Himalaya, el gran santo Milarepa, cuyo vivían la abuela y su pandilla.
poder está ahora en el Karmapa, llegó al perfecto estado de Iluminación me-
diante esta misma práctica del Calor Interior. Ahora sus energías iluminativas, La abuela no pareció alegrarse de vernos. Nos dijo que los hombres de los
no limitadas por el tiempo y el espacio, venían directamente a nosotros. Al zapatos estaban en alguna parte del otro lado del valle y que no sabía cuándo
otro lado del valle, en el Tíbet, a muy poca distancia, se hallaba el monaste- volverían. Esto nos irritó, pues era claro que pretendían quedárselos. Le diji-
rio de Kyirong, cuyo lama principal era Chechoo Rimpoché, nuestro primer mos en el tono más amistoso que esperaríamos una hora mientras comíamos
maestro. A unos pocos kilómetros de distancia, había permanecido en una y, si entretanto los zapatos no habían llegado, pegaríamos fuego a sus casas.
cueva con su maestro, el Lama Dukpa, durante varios años. Allí, durante lar- Cuando, al cabo de una hora, empezamos a sacar nuestros fósforos (por su-
gos períodos, no tomó otro alimento más que tres cucharadas de agua al día. puesto, nunca habríamos incendiado las cabanas de una gente tan pobre),
Los maestros iluminados del Linaje de Meditación Kagyu habían activado las apareció de pronto el más valiente y más viejo de los porteadores que, como
energías búdicas en todos los lugares de aquella área y ahora, durante la por casualidad, había encontrado los zapatos. Volvían a respetarnos. Creían
meditación, venían a nosotros en oleadas. Por primera vez sentí fluir energía que nos habían engañado antes al pedirnos unas pagas tan elevadas, y al
de mis manos y tiré de Hannah hacia mí para pasarle este poder. dárselas nos habíamos desprestigiado. Ahora todo esto estaba olvidado y
querían seguir con nosotros hasta Trisuli, e incluso estaban dispuestos a
Al anochecer regresamos a la cabana. Terry y Richard no eran visibles por llevar nuestro equipaje sin recibir ninguna paga. A veces, les dejábamos
ningún lado. Empezó a nevar, y cuando nos despertamos por la mañana el llevar una mochila, y después otra, pero entretanto habíamos aprendido a
suelo estaba cubierto por más de medio metro de nieve. Aunque nuestros respirar bien y ahora casi disfrutábamos llevándolas nosotros mismos. Las
amigos tenían la intención de regresar la noche anterior, intuíamos que se mochilas, por otra parte, eran mucho más ligeras, pues los pesados tarros de
encontraban bien. Llevaban consigo el mejor equipo y los mejores sacos de mantequilla de cacahuetes y los sólidos panes habían desaparecido por el
dormir y en aquella zona las energías protectoras eran tan fuertes que sin camino. Los tarros vacíos resultaron ser un regalo muy apreciado por la gente
duda nada malo podía ocurrirles. Exploramos la zona, meditamos, engrasa- del valle.
mos nuestras botas, que parecían esponjas (la próxima vez íbamos a alquilar
botas de verdad), con crema de belleza, y, cuando volvía a caer la noche Llegamos al lugar donde nos esperaba nuestro Ford modelo A descapo-
sobre la alta meseta, nuestros amigos llegaron, por fin, avanzando con difi- table, pagamos al viejo que lo había guardado y, con tres porteadores en el
cultad entre la nieve. portaequipaje abierto, nos dirigimos a las dos curvas de carretera a cuyos dos
lados se alineaban chabolas de hierro ondulado que llevaban el gallardo
Se alegraron al ver el fuego y la comida que teníamos en la cabana. Aun- nombre de Trisuli. Esta era la primera visita de los porteadores a una ciudad,
que habían pasado por algunas situaciones delicadas, todo había ido bien. y estaban tan orgullosos de entrar en ella en un automóvil que insistieron en
No dejaban de alabar la calidad de su equipo y de sus sacos de dormir, que que tocásemos mucho el claxon para que todo el mundo les viera. Lo hici-
les habían permitido dormir cómodamente en la nieve. Sólo una vez, des- mos hasta sentirnos violentos, y con ello contribuimos a escribir un glorioso
lumhrado por la nieve, Richard estuvo a punto de pisar en falso y de caer en capítulo de la historia de su clan.
el vacío.
A la mañana siguiente iniciamos el camino de regreso. Con la nieve recién
caída, era imposible seguir adelante. El descenso fue muy divertido, ya que
podíamos deslizamos sobre la espalda durante largas distancias. Y también
deseábamos poder quitarnos pronto nuestras pesadas botas y ponernos los
zapatos que habíamos dejado con los porteadores. Sin embargo, cuando lle-
Capítulo VI
EN EL PAÍS DE LOS SHERPAS
Cuando regresamos, el Lama Chechoo estaba de vuelta en Katmandú. Fue
maravilloso verlo y recibir su bendición. Se rió mucho con nuestras aventu-
ras, pero, como tenía que volver a marcharse pronto, esta vez a Bhután, no
había nada que nos retuviera en la ciudad. Queríamos volver al Himalaya,
pero esta vez para algo más que para escalar montañas. Nos atraía el país de
los sherpas, que entonces poseía una cultura tibetana prácticamente intacta,
pero, si queríamos ir aquel año, teníamos que darnos prisa para no quedar
atrapados durante un mes por las lluvias monzónicas.
El Lama Chechoo nos dijo qué lamas y monasterios teníamos que visitar,
nos dio su protección y, con las numerosas experiencias prácticas del último
viaje, en el que Terry y Richard habían sido excelentes maestros para noso-
tros, partimos solos. El mejor sistema para llegar a Solocumbu, el "País de los
Sherpas", desde Katmandú, es tomar el jeep del correo que llega hasta la
frontera tibetana, apearse en Lamsango o Barbesi y, a partir de allí, caminar.
Llegamos por la tarde. Como no deseábamos quedarnos en las barracas
de hierro ondulado situadas junto al río, que también estaban llenas de obre-
ros chinos que construían la carretera, empezamos a subir enseguida lo que
parecía una montaña inacabable, a pleno sol y con sólo el agua de nuestras
cantimploras. Poco antes de caer la noche, lo que ocurre en cuanto el sol se
pone detrás de las montañas, encontramos un lugar bajo techo donde nos
dieron arroz y té.
Al día siguiente, por la mañana temprano, contentos de haber dejado
atrás la primera ascensión, seguimos nuestro camino. Hacia el mediodía nos
encontramos en una cresta agradable y fresca, de la que bajaba un sendero
114 Cuando el pájaro de hierro vuele... En el país de los sherpas 115

que llevaba al valle contiguo. Esta iba a ser la pauta de toda la semana. Su- Era frecuente cruzarse en el camino con gigantescos arbustos ambulantes
bida a un puerto, bajada a un valle y otra vez subida al siguiente puerto. Era bajo los cuales asomaban unos pequeños pies. Eran mujeres que transporta-
una ruta con muchos viajeros interesantes, tales como tibetanos y sherpas, ban enormes atados de hojas que los hombres habían arrancado de los árbo-
que llevaban sus mercancías a Katmandú. De vez en cuando encontrábamos les. Estas hojas, procedentes de los llamados árboles de hierba, son almace-
a un saddhu hindú o a una pareja de jóvenes europeos. Los rostros europeos, nadas para el invierno o para las temporadas de carestía con el fin de alimen-
en aquella época, no eran tan frecuentes en esa zona como lo son ahora. Casi tar a las vacas y las cabras. Los troncos, nudosos y totalmente despojados
no se veía ninguno fuera de las expediciones grandes y bien preparadas, con -pero que dan, con todo, una cosecha nueva cada año-, dan al paisaje un
muchos porteadores. Al pasar por una casa gritábamos "¿leche?, "¿huevos?", aire goyesco. Era interesante ver cómo cada valle tiene su propio "viaje", su
y si no había nada de eso, "¿alubias?", "¿lentejas?", pero la gente, por lo ge- propia atmósfera. Unos eran amables, otros agresivos, otros orgullosos, y
neral, sólo tenía arroz, que al ser descascarillado resultaba poco nutritivo, y otros tenían espíritu comercial. Cuando nos encontrábamos en el puerto ya
mucho chile. Si uno tenía la mala suerte de que acabara de pasar otra expedi- podíamos sentir lo que subía del valle -qué juego iba a haber a continua-
ción, a menudo no tenían nada en absoluto para vender. Poco a poco em- ción-. A veces toda la gente del valle tenía la misma cara; tiempo atrás, algún
pezamos a dudar de la conveniencia de pedir comida. Al fin y al cabo, no po- hombre fuerte había estado activo en el valle y ahora todos pertenecían a la
dían comer el dinero que les dábamos y, con sólo unos pocos metros cuadra- misma familia.
dos de tierra en terrazas para cultivar, no se les podía convencer de que ven-
Durante el segundo día, caminamos un rato por el viejo camino que va
dieran demasiado de lo que tenían. Ellos, claro está, todavía querían dinero
del Tíbet hasta Katmandú y gozamos plenamente de las numerosas estupas,
para comprar linternas, que se rompían y necesitaban pilas caras, o bolígra-
estatuas de Buddha y relieves de pizarra situados al borde del camino. Pero
fos, que no les servían absolutamente para nada.
en cuanto tuvimos que dejar este sendero, el viaje volvió a ser aburrido, y los
Una cosa que hay que tener en cuenta cuando se viaja por el Himalaya, primeros días, hasta llegar a Giri, se caracterizaron por la ausencia de expe-
es que, fuera de las ciudades, la gente prefiere los billetes de banco nuevos riencias o emociones. Nos limitábamos a hacer kilómetros y a aguzar nuestro
y no puede devolver cambio de los grandes, que para ellos son los de diez apetito.
rupias (50 centavos) para arriba. Lo mejor es hacer acopio de billetes peque- En Giri, que está rodeado por un amplio y hermoso valle, los suizos han
ños y nuevos antes de partir. Asimismo, la gente de algunos valles desconfía construido una granja donde cruzan vacas del país con otras europeas y
de algunas monedas, en especial de las medias rupias. Si en algún lugar de desde donde envían un queso muy codiciado a Katmandú. Hay incluso una
parada nos daban muchas de ellas como cambio, había grandes posibilida- pista de aterrizaje para aeroplanos pequeños. Nos quedamos en ese lugar,
des de que no pudiésemos deshacernos de ellas en la siguiente parada. donde pudimos gozar del estilo suizo -no barato pero civilizado- y comer un
pan excelente, que agradecimos después de la aridez de la última etapa.
La gente era servicial; una y otra vez nos enseñaba qué caminos sin mar-
car eran los mejores, y nosotros también estábamos contentos porque podía- Después de Giri, la vibración en cierto modo cambió. Nos encontrábamos
mos hacer algo por ellos. En cada grupo de casas por el que pasábamos, la ahora en una antiquísima región budista y empezaron a suceder cosas que
gente acudía a nosotros con sus enfermedades y problemas, por lo general experimentábamos más que observábamos. Todo parecía muy adecuado y
casos monstruosos de bocio o gripe, heridas infectadas o jaquecas, y a menudo lleno de sentido y nos sentíamos abiertos a todo. Poco después de salir del
unas gotas de yodo y una venda podían hacer mucho bien. Si uno logra pueblo, con el valle todavía visible a nuestra espalda, un toro vino corriendo
convencerlos de que den de beber en cantidad suficiente a sus niños cuando hacia nosotros por el estrecho saliente, como si quisiera todo el camino para
tienen diarrea, incluso es posible salvar muchas vidas sin esfuerzo. Un alto él solo. Empujé a Hannah contra la roca, detrás de mí y, para hacer frente a
porcentaje de niños del país no llega a los cinco años de edad (en aquella cualquier eventualidad, saqué mi cuchillo nepalés. El toro, bufando, se diri-
época, cerca del sesenta y cinco por ciento). Un médico amigo nuestro nos gió hacia nosotros a toda velocidad apuntándonos con sus cuernos, pero no
dijo que los niños sencillamente se deshidratan. Los padres creen que no de- nos alcanzó. Por suerte, no tuve que herirlo. Este incidente afinó nuestra re-
ben darles nada de beber cuando tienen diarrea. ceptividad y, desde aquel momento, pudimos abrirnos realmente a los singu-
116 Cuando el pájaro de hierro vuele...

lares paisajes con bosques y hermosos pinos, tan distintos de la tierra parda
y erosionada de los primeros días. Hacia el mediodía, mientras ascendíamos
a un puerto, vi delante de mí una aparición de forma humana con cuatro bra-
zos, de blancura radiante, una forma transparente que flotaba por encima del
camino. Me froté los ojos y volví a mirar, pero permaneció en el aire delante
de nosotros durante lo que me parecieron horas, mientras ascendíamos peno-
samente. Era en extremo clara y radiante, y de una belleza indescriptible.
Hoy reconocería en esa forma el aspecto principal de Chenresig, llamado en
sánscrito Avalokitesvara, la compasión unida de todos los Buddhas. Sabría
que era la energía de la que sus Santidades el Karmapa y el Dalai Lama son
emanaciones, y haría cualquier cosa para abrirme a ella, poseído de una
felicidad indecible. En aquel momento, sin embargo, no sabía qué pensar de
esa presencia, que indiqué a Hannah muchas veces. La consideramos sobre
todo una señal de que estábamos entrando en una región budista.
Justo al caer la noche llegamos a las grandes casas de madera de unos
sherpas. La cantidad que pedían para dormir y comer era el doble de la usual,
lo que significaba el equivalente de cincuenta centavos para dos. Pero, como
ya estaba oscureciendo y aquella gente nos gustaba, entramos de todos modos
y decidimos echar mano de nuestras provisiones en vez de regatear el precio,
como es habitual. Aquella gente y su casa daban, de algún modo, una sen-
sación de mucha pureza y no nos apetecía exigirles un mejor trato económi-
co. Cuando descubrieron más tarde que éramos discípulos del Karmapa,
redujeron los precios automáticamente, y por nuestra parte nos alegró compartir
nuestra comida con ellos.
Pasamos una noche agradable. Nuestros anfitriones querían saberlo todo
acerca de nuestros lamas de Katmandú. Finalmente, dieron a Hannah el rosa-
rio de meditación de una antigua yoguini muy santa que había vivido en
aquella región. Cuando Hannah se lo enrolló en la muñeca sintió cómo el
calor subía por su brazo, se dirigía a su corazón y se extendía por todo su
cuerpo. Todavía conserva este rosario. Luego, cuando, por seguir la costum-
bre, quise mejorar una velada ya de por sí agradable fumando, sentí, por pri-
mera vez en mi vida, unos latidos irregulares y muy desagradables en el
corazón. En aquellos momentos estábamos ya realmente en el país de los
Buddhas y -como había sospechado en ocasiones anteriores pero me había
apresurado a olvidar pues no se adecuaba a mi filosofía-, era claro que a
ellos no les gustaban esa clase de humos.
Al día siguiente tuvimos que cruzar otros puertos y durante gran parte del
tiempo tuvimos un río a nuestra derecha. El tiempo era húmedo y borrascoso
118 Cuando el pájaro de hierro vuele...
T En el país de los sherpas 119

y de vez en cuando granizaba. Sin embargo, todo estaba bien. Los sherpas mosa ejecución que había en el monasterio. No obstante, si queríamos llegar
que nos invitaron a sus casas para cobijarnos eran amables y abiertos, y nos a alguna parte aquel mismo día, no podíamos quedarnos mucho tiempo, de
daba mucha alegría ver las estatuas y thankas de tantos aspectos del Buddha modo que proseguimos nuestra ascensión.
-apacible, colérico y en unión- bendiciendo los caminos y las casas. Aquí no Cerca de la cima del puerto, cuando ya caminábamos por la nieve, encon-
hablábamos con la gente como si fuéramos niños, sino que nos comunicába- tramos una pequeña caravana de caballos, y la gente nos invitó a unirnos a
mos realmente. Aun cuando no hubiera mucho que decir o hacer, el solo he- ellos. Conocían un lugar donde pasar la noche al otro lado de la cresta y nos
cho de estar allí era agradable. Cuando íbamos a algún sitio a tomar té y veían dijeron que era imposible hacer el camino hasta Jumbesi, la capital sherpa,
las cosas que el Karmapa nos había dado, no querían aceptar nada de dinero. antes de que oscureciera. Era otro viaje de tres horas desde el puerto hasta
No obstante, ya habíamos aprendido el truco de dejar unas rupias en el altar allí, sobre un terreno en el que uno podía romperse fácilmente las piernas.
de la casa como ofrenda. Esto nos ahorraba muchas palabras, y ellos no
podían negarse. Nos gustó la idea de ir con ellos. Nunca habíamos estado en una caravana
y nos acordamos de muchas cosas que habíamos leído, de libros de Chaucer
Aquel día no fuimos muy lejos. Habíamos estado tomando demasiado té y muchos otros. Aquella gente trataba bien a sus animales, cosa rara en
y haciendo demasiadas visitas, pero fue una buena cosa el quedarnos allí: a Oriente. Irradiaban buenas vibraciones y paz interior y encontraron natural
la mañana siguiente nos trajeron un niño que no era más que huesos y piel, -a diferencia de mí, en»aquel momento- que algunas personas que encon-
casi estaba muerto. Cuando puse el recipiente con los cabellos del Karmapa tramos en el puerto vinieran a pedir mi bendición. Era la primera vez que
sobre su cabeza, el niño abrió los ojos y rió. Cualquiera que fuese el resul- esto ocurría. Puse el retrato del Karmapa y el recipiente con sus cabellos
tado final, sus energías se habían puesto en movimiento y algo bueno iba a sobre su cabeza y sentí cómo se transmitía el poder. Tras llegar al puerto,
resultar de ello. caminamos durante horas a lo largo de la cresta, a través de un fantástico
Hasta las diez de la mañana siguiente no llegamos a Bander, un campa- bosque de rododendros que dominaba varios valles, cada uno más impresio-
mento situado en la confluencia de dos ríos, a sólo seiscientos metros de nante que el anterior. Cuando el sol desaparecía bajo el horizonte descendi-
altitud. Este es el lugar desde donde se asciende al corazón del país de los mos por fin al valle de los sherpas, mojados hasta las rodillas pero contentos.
sherpas. Desde allí uno sube tres kilómetros hasta llegar a un puerto, camina
a lo largo de una cresta durante varias horas y luego desciende ligeramente En el Nepal viven más de trece tribus, sin apenas mezclarse, pero en paz.
a través de un bosque de grandes árboles, cubiertos de musgo, antes de lle- Unas viven en cabanas de paja, otras en casas de reconocida belleza, como
gar de nuevo a un lugar habitado. las casas antiguas del valle de Katmandú. Los sherpas, que son un pueblo
fuerte y activo, han construido casas que quedarían bien en cualquier parte.
Allí arriba ya había nieve, y, aunque salimos tarde, teníamos que llegar Son grandes cabanas de madera construidas, la mayoría de ellas, en la época
antes de que oscureciera. La gente nos aconsejó que partiéramos al día si- en que el camino del Tíbet pasaba por su país y ellos comerciaban y guiaban
guiente temprano, pero, como siempre, no podíamos esperar y, con la pro- las caravanas. Cuando, a causa de la invasión china, estos oficios desapare-
tección de los Buddhas, partimos. La subida se realizó en medio de un pai- cieron, los sherpas aplicaron su energía a otras actividades. Se convirtieron
saje intacto. El canto de los pájaros era constante, sólo se detenía cuando en guías de las numerosas expediciones al Himalaya o se hicieron comer-
aparecían enormes águilas sobrevolando el lugar. Cada recodo del camino ciantes en Katmandú. Pero, a causa de su tendencia a trasladarse siguiendo
ofrecía una panorámica más amplia, y con nosotros llevábamos latas de le- las oportunidades de trabajo -hecho relativamente raro en las sociedades
che condensada, "carburante" suficiente para que el cuerpo no necesitara asiáticas- y a su destreza como guías de montaña, actividad que causa la
descansar durante el camino. muerte de muchas personas, constantemente pierden a sus miembros jóve-
A mitad del trayecto había un monasterio que no podíamos pasar de largo nes. Esto se advierte tanto más cuanto que, al igual que los tibetanos y los
sin más. Estaba guardado por un gigantesco mastín tibetano, pero el Lama bhutaneses, tienen familias pequeñas. Son muy diferentes de los indios y de
era realmente encantador. Disfrutó mostrándonos el edificio y respondió a los nepaleses hindúes, que siempre tienen a sus mujeres embarazadas y en-
todas nuestras preguntas acerca de los numerosos Buddhas y rollos de her- fermas con la esperanza de obtener una descendencia masculina lo bastan-
120 Cuando el pájaro de hierro vuele... En el país de los sherpas 121
te numerosa como para asegurarles una vejez tranquila -con lo cual saturan A lo largo de un camino bien construido, al que, por una u otra razón,
de gente países antaño hermosos. todo el mundo parecía tirar las piedras de los campos, seguimos nuestra mar-
En el momento en que se hizo demasiado oscuro para continuar, nuestro cha en dirección a Jumbesi, pasando por delante de idílicas cabanas de
grupo fue bien recibido en una de las primeras granjas que había a lo largo troncos y de muchísimas estupas. Poco antes nos habíamos enterado de que
de la carretera. Detrás de la casa principal había un campo vallado de forma las estupas contenían objetos rituales y reliquias que cargaban todo el ambiente.
triangular con un alto poste en el que ondeaba una bandera de victoria. Dur- También aprendimos a caminar con el lado derecho hacia ellas, moviéndo-
miendo en el heno fresco, con los ruidos de los caballos y el batir de las nos en la dirección del sol, en el sentido de las agujas del reloj.
banderas de oraciones, tuvimos sueños agradables e intensos. Las estupas son un aspecto omnipresente de la cultura budista, y son
A la mañana siguiente, la familia sherpa nos condujo a su habitación de especialmente numerosas en la región del Himalaya. De una manera simbó-
meditación para enseñarnos algo. Cuando abrieron las alforjas, que habían lica, muestran el universo en los niveles exterior, interior y secreto, y cuando
introducido en la casa la noche anterior, vimos que contenían docenas de uno se abre a su significado ejercen sobre el espíritu una influencia cada vez
antiguas y bellas estatuas de diferentes aspectos del Buddha y de Lamas mayor. Nos ayudan a transformar nuestra actual experiencia "impura" del
eminentes, cuyos rostros habían sido destrozados por los chinos. Nunca ha- mundo en un puro reino búdico, nos hacen ver las cosas tal como son, no
bíamos visto obras tan bellamente trabajadas y sus bases intactas nos mostra- como podríamos desear o temer que fueran, y nos conducen a un estado en
ron que aún contenían las bendiciones con que son cargadas antes de ser el que todas las cosas son verdaderas y perfectas en sí mismas. Las estupas
utilizadas como soportes de la meditación. Contienen rollos con mantras y siembran las semillas para que la mente pueda reconocer su gozo y libertad
reliquias de grandes maestros y de lugares sagrados, y sus energías se trans- originales y la llevan del estado condicionado al incondtcionado, y de la
miten a todos los que están abiertos a ellas. "Ahora les harán caras nuevas", confusión a la Iluminación.
dijeron ios sherpas, "y después las llevaremos a lugares donde la gente entienda
La base "angular" cuadrada de una estupa manifiesta el aspecto "tierra",
lo que son".
sólido del universo, y su color es el amarillo. Corresponde al perturbador
Pensamos que era maravilloso pasar de contrabando estatuas sagradas sentimiento del orgullo. En la Iluminación, este sentimiento se transforma en
desde el Tíbet para que fueran utilizadas con arreglo a su fin verdadero. Tam- la sabiduría que muestra la unidad e igualdad básicas y el vacío esencial de
bién sabíamos, sin embargo, que podrían no quedarse allí mucho tiempo, todas las cosas; que todo aparece de la potencialidad de la mente. La parte
que algunos comerciantes sin escrúpulos tenían bandas destinadas a robar que está encima de ésta, redonda y en forma de gota, simboliza el elemento
estatuas en todo el país para venderlas luego en Occidente. Allí con frecuen- agua, el aspecto "fluido" del universo. Su color es azul, y corresponde al
cia acababan siendo vaciadas de todo poder y toda bendición por aduaneros sentimiento de cólera. La cólera se transforma en una sabiduría que actúa
que buscaban hashish o por propietarios curiosos. Entonces quedaban como como un espejo mostrando claramente las cosas como son, sin añadir ni qui-
adornos o inversiones exóticas en las casas de gente que no sabía nada acer- tar nada. El nivel que está por encima de éste es el "calor", el elemento fuego.
ca de su valor para el espíritu. Así es cómo los seres construyen su Karma y Su color es el rojo y representa el deseo egoísta que, por la Iluminación, se
plantan semillas de sufrimiento o de felicidad para el futuro. Los resultados, transforma en sabiduría díscriminativa. La sabiduría discriminativa ve todas
sin embargo, no sólo llegan en otras vidas.¡A veces el Karma madura antes! las cosas tal como aparecen separadamente, pero todavía formando parte de
En aquellos momentos, todo Katmandú hablaba del proceso contra los la totalidad. En el Tíbet y el Nepal (como ocurre en las estupas de Bodhnath
hijos de Chinni Lama, a quienes habían encarcelado por estar en posesión de y Swayambhu), en esta parte cuadrada, a menudo están representados unos
armas de fuego. Los habían cogido un día después de que el Karmapa entre- ojos de sabiduría que miran en las cuatro direcciones. La parte superior,
gara a Chinni Lama el vestido blanco de arrepentimiento como regalo de ahusada con los anillos, simboliza el elemento de aire o "movimiento", al que
despedida. Durante el juicio salió a relucir, cosa que toda la ciudad sabía des- corresponde el color verde y los sentimientos de envidia y celos. La práctica
de hacía tiempo, que la familia había estado desarrollando actividades delic- budista transforma estos sentimientos en la sabiduría búdica de la experien-
tivas en varios campos. cia activa, llamada también la sabiduría que todo lo realiza. La parte más ele-
122 Cuando el pájaro de hierro vuele... En el país de los sherpas 123

vada de la estupa es por lo general un sol inscrito en una luna nueva, o la con nuestros amigos daneses en el pueblo, antes de hacer otros planes; por
gota llameante del elemento espacial que descansa en un cuenco de elixir de lo tanto, nos dirigimos primero allí. No estaban en ninguno de los dos restau-
vida. Su color es blanco, y en su estado impuro representa la ignorancia y la rantes, pero descubrimos que se habían hecho muy famosos en el lugar. En
pesadez, que se transforma en sabiduría omnipresente, en Iluminación total- aquel momento estaban de excursión por la zona y no iban a volver en unos
mente ilimitada en el tiempo y el espacio. Estas cinco sabidurías no son sino días. También nos enteramos de que Tuchi Rimpoché vivía en el monasterio
los cinco aspectos de la mente búdica, que en la forma de Done Chang, el que tanto habíamos deseado visitar. Así pues, como ya habíamos cumplido
detentor de la Iluminación semejante al diamante, se expresa mediante las nuestra promesa, dejamos un mensaje para nuestros amigos, con la mayor
encarnaciones del Karmapa. La perfección de estas cinco sabidurías es la parte de nuestro equipaje, e iniciamos rápidamente la ascensión a la monta-
llamada esencia de Buddha o Mahamudra, que, más allá del tiempo y el ña. Teníamos un gran deseo de ver al Lama que Chechoo Rimpoché nos
espacio, es la naturaleza original de todos y cada uno de nosotros. Reposar había recomendado tan encarecidamente.
en ella en todo momento y lugar es la Iluminación plena. Fue un paseo idílico entre las montañas, con un tiempo maravilloso y un
Como habitualmente no experimentamos nuestra pureza e Iluminación paisaje como el de un parque inglés. El monasterio estaba construido en
inherente, las estupas, con su forma, nos las recuerdan. Incluso las personas estilo típicamente tibetano y brillaba con una capa de pintura fresca. La parte
que no saben nada de su significado simbólico se benefician, a nivel incons- posterior del edificio principal se apoyaba en la montaña y en la parte de
ciente, por el hecho de verlas. Las grandes piedras colocadas a los lados de delante había un patio central, rodeado por un muro. Alrededor y debajo del
los caminos tienen el mismo objeto. Llevan inscripciones de Om Mani Peme edificio, había hileras de casitas en las que vivían lamas, monjes y monjas. En
Hung y otros mantras en los cinco colores y hacen que la gente capte sus la montaña, bastante más arriba y a la derecha de los edificios principales,
vibraciones. En el centro de los caminos, en los lugares más inverosímiles, se había varias pequeñas cabanas de meditación, en las que los yoguis pasaban
levantan largas paredes de piedras labradas con la fórmula "Maní" que la meses, y a veces años, en retiro. A menudo, estas cabanas son tan pequeñas
gente del lugar ha erigido como regalo para los viajeros. Estos muros, con sus que en ellas sólo se puede estar sentado, no es posible siquiera tumbarse.
mantras y bajorrelieves de los más conocidos aspectos de Buddha, hacen del Aunque para el observador externo parecen un lugar de tormento terrible,
mero hecho de pasar por delante de ellos una práctica espiritual. para los yoguis no es así. Para ellos, esta situación les ofrece la oportunidad
de cortar con toda la confusión exterior, de volver la mente hacia el interior
El país entero vibraba con la influencia budista. Aquí, todo formaba parte
y captar su naturaleza. De este modo se puede alcanzar la plenitud y el gozo
de una totalidad. El camino hacia los niveles superiores de consciencia esta-
espontáneo, que son siempre nuestra esencia verdadera. Al norte de Lhasa,
ba presente de muchísimas formas, y nos sentíamos completamente rodea-
en el Tíbet, en un lugar llamado Tsurphu, sede principal del Karmapa, había
dos y llenos de impresiones que amábamos y en las que confiábamos. Excitados
una montaña similar llena de cuevas y de yoguis, conocida con el nombre de
y felices, espoleábamos a nuestros amigos y a los caballos a ir a velocidades
cada vez mayores. Dechen-Ri, la montaña de la gran felicidad. Este nombre da una idea de la
vibración de estos lugares. Este monasterio estaba guardado por un perro
Después de pasar junto a un gran mantra recién pintado en una gigantes- enorme y ruidoso que mostraba los dientes, pero, afortunadamente, se retiró
ca roca colgante, el paisaje se abrió de pronto a un largo valle en el que había después de tirarle algunas piedras y por lo tanto no fue necesario ponerse
un grupo de unas veinte casas, la capital del país de los sherpas, Jumbesi. duro con él. En todas partes había cuervos chillones, y tuvimos que llamar a
Cerca de ella, a la izquierda, había un monasterio que consistía en una gran la puerta durante bastante tiempo antes de que alguien viniera a abrirnos.
casa, en medio de un prado. En la entrada apareció un joven italiano. Vivía
allí para aprender a pintar thankas, y quería saber a quién había encontrado Dijimos al monje que abrió la puerta que éramos discípulos del Karmapa
en el camino. Parecía sentirse solo y perdido, no hablaba tibetano, y proba- y que nos había enviado el Lama Chechoo. Nos hizo pasar directamente a la
blemente sólo quería saber que seguía vivo. Unos kilómetros a la izquierda cocina, donde había té preparado. En los monasterios tibetanos, la cocina es
del pueblo, medio oculto por una montaña, vimos otro monasterio, por el el lugar donde tienen lugar la mayoría de las actividades externas, y si a uno
que sentimos una fuerte atracción. Pero habíamos quedado en encontrarnos no le molesta el humo de la chimenea, a menudo tan acre que no hay ojos
124 Cuando el pájaro de hierro vuele...

occidentales que lo soporten, el lugar es realmente agradable. El monje que


se hizo cargo de nosotros era un personaje fantástico. Su cara hacía espon-
táneamente las imitaciones más increíbles. Podía hacer una imitación perfec-
ta de los funcionarios de Katmandú encargados de los visados -el horror de
todos los visitantes-, con lo que nos partíamos de risa. Fue una gran expe-
riencia encontrar a alguien con semejante mímica y sentido del humor en un
lugar donde la gente parecía haber sido tallada en la piedra gris de los
alrededores. Nos dijo que, junto con el Rimpoché y otros monjes, había hui-
do de la zona situada justo al norte del monte Everest. Nos enseñó una pintu-
ra mural del lugar, así como la primera pintura que veíamos del Karmapa en
la postura de dar la máxima bendición. Las plantas de sus pies y las palmas
de sus manos se extendían completamente hacia uno.
Nos alegró disponer todavía de algunas aspirinas, vendas, yodo y otras
cosas útiles que dar. El monje nos llevó a una habitación ricamente decorada,
en la que podíamos quedarnos. Y nos dijo: "El Rimpoché acaba de iniciar un
retiro de seis meses para meditar. Está en el piso superior del edificio y nadie
puede visitarle, pero sois bien recibidos aquí y os podéis considerar como en
vuestra casa, en todos los sentidos". El dorjey la campana de Hannab.
Poco antes de emprender este viaje, recibimos nuestra primera medita-
ción en inglés sobre un aspecto de Buddha. La había enviado un yogui chino poder. Sin embargo, ignorábamos todavía cuál era el primer paso para entrar
de Kalimpong, un pueblo del Himalaya oriental, y éste fue nuestro primer en la vía. No obstante, aun sin ser formalmente budistas, sentíamos que lo
contacto pleno con los instrumentos del Vajrayana, la vía de diamante hacia éramos, y por esto meditábamos sobre la forma perfecta de la Tara Verde,
la Iluminación. Este yogui nos sorprendió un poco, primero con la clase de sobre "Om Tare Tunare Ture Swaha'\ su vibración interior, y sobre la iden-
libros que quería recibir de Dinamarca. Eran la clase de libros que, llenos de tificación de nuestras mentes confusas con su esencia búdica. Ella fue real-
belleza femenina, difundían por todo el mundo las alegrías de nuestro país, mente buena con nosotros, como lo es con todos los seres, y recibimos de
y nos preguntábamos qué utilidad podían tener para él esas fotografías. ella oleadas extraordinarias de bendición y amor.
Finalmente, él podría ver en su visualización interior lo que quisiera. ¿Podía
haber alguna diferencia sutil en los canales interiores de los cuerpos en Como al día siguiente todavía no estábamos iluminados, pensé que aún
Oriente y Occidente? Bien, fuera lo que fuere, el regalo que nos había envia- podríamos mejorar aquella experiencia tan buena tomando el fuerte ácido
do, la meditación sobre la Dolma Verde (Tara), la compasión unida de todos que llevábamos con nosotros. Como en tantas ocasiones anteriores, Hannah
los Buddhas en forma femenina, era maravilloso. Ahora la practicábamos, tomó el doble, y yo mucho más del doble, de la dosis habitual, y subimos a
protegidos por Tara, el Karmapa y los vínculos buenos de vidas anteriores. un pequeño rellano de la desnuda ladera de la montaña, unos centenares de
Ignorábamos que, para practicar las meditaciones, uno necesita realmente metros más arriba del monasterio. Parecía un lugar de meditación ideal. Muy
autorización e instrucciones especiales, y que, aun antes de todo esto, uno pronto, estando ya en camino, el ácido empezó a actuar. El camino empina-
necesita el "Refugio" budista. do y arenoso con las rocas que se desprendían, todo el paisaje, en fin, em-
pezó a moverse, a respirar y a vivir, y pronto llegamos al rellano, por encima
Aunque no lo sabíamos, oficialmente no éramos aún budistas. Durante la del monasterio, y nos sentamos bajo el sol radiante, gozando de un gran
visita del Karmapa habíamos ido, durante dos meses, de una ceremonia e panorama del país de los sherpas. Una y otra vez disolvíamos el valle, las
Iniciación de la Corona a otra y estábamos aturdidos por la transmisión de montañas, el monasterio y todas las cosas en nuestro interior y volvíamos a
126 Cuando el pájaro de hierro vuele... En el país de los sherpas 127

sacarlo con la espiración. Experimentamos las poderosas energías elementa- En Jumbesi encontramos a nuestros amigos de Copenhague. Habían estado
les del cobre rojo y el latón amarillo, que llegaban hasta nosotros á través de en una de sus excursiones periódicas, yendo de casa en casa por el valle y
--•~- -los consumiendo toda la cerveza de fabricación doméstica que podían encon-
trar. Fue agradable verlos de nuevo y todos teníamos muchas cosas que con-
tar. Se habían integrado realmente en la vida de este pueblo sherpa, que los
había aceptado con todas sus costumbres vikingas, y no había ningún senti-
miento de distancia entre ellos y la gente del lugar. Uno de ellos había inves-
tigado la historia de los sherpas, y esto es lo que contó.
cribió varias curvas cómicas cuando se fue vo
cuando el segundo tábano se dispuso a comer, sin pe A partir del siglo catorce, los sherpas habían venido en tres oleadas, con
un intervalo de pocos siglos, a cubrir la región en la que viven ahora. Proce-
dían de la parte oriental del Tíbet, la provincia de Kham, de donde al parecer
habían sido expulsados por unas tribus guerreras recién llegadas, tal vez de
origen cosaco. Estos "nuevos" khampas son los duros tipos que aún hoy
resisten a los chinos y de quienes se dice que son medio ladrones y medio
santos. Aquí, en el Himalaya, los sherpas mantuvieron vivas prácticas muy
Cuando al anochecer volvimos al monasterio, el ácido todavía estaba terrenales y pintorescas que apenas se daban ya en el Tíbet, celebraciones
activo. Después de la experiencia con el tábano, ya no me sentía verdadera- religiosas de una semana de duración, con bebida, música y danzas religiosas
mente en paz. Era como si dentro de mí hubiera algo bloqueado que quisiera día y noche.
salir. Al descender, pasamos por delante de un lugar donde un par de sher-
pas estaban construyendo una cabana. En aquel momento la gente era, a mis Durante estas fiestas todos los sentimientos de separación desaparecen y
ojos, fea y enana. Sabía que lo que uno ve fuera es un reflejo de su propio todos los presentes se funden en una unidad. Los lamas que las presiden tie-
estado interior y que esto, claramente, no era una buena señal. Así que me nen el poder de dirigir las energías que se han desencadenado y aseguran
pregunté cómo podía organizar del mejor modo posible ese "viaje", cómo que no se desboquen. El resultado es que los sherpas viven una experiencia
volver a entrar en la consciencia normal con el mayor número de impresio- de su unidad fundamental, que hace pacífico a este pueblo activo y cohesio-
nes positivas y gozosas como motivación continua. En este estado de refle- na su sociedad. Los lamas pertenecen a la escuela "antigua" del Budismo
xión, poco antes de llegar al monasterio, vimos un árbol en el que estaban tibetano y a la nuestra, y muchos están casados. No tienen miedo alguno de
atados paquetes de textos sagrados. Eran textos viejos y gastados, tan estro- las alegrías mundanas. Al dirigir las festividades, pueden transformar toda la
peados que ya no se podían leer durante las ceremonias, y habían sido col- energía y utilizar todas las situaciones, y son maestros muy poderosos.
gados allí para que sus buenas energías pudieran extenderse a todos los Todos los sherpas de Jumbesi sabían que Tuchi Rimpoché se había reti-
seres. Cuando me di cuenta de la compasión que implicaba este hecho, todos rado por otro medio año y que estaba utilizando sus poderes meditativos
los nudos interiores se disolvieron. Con lágrimas en los ojos, hice una y otra para transformar la negatividad de un mundo peligroso. Todos viven en el
vez el profundo voto de trabajar de verdad por estas preciosas enseñanzas, campo de seguridad que el Refugio les proporciona, la certeza de que hay
que no sólo dan un poder superior a todo cuanto he conocido, sino también una meta absoluta -la Iluminación plena, la Buddheidad-, un camino que
el mayor amor. conduce a ella -el Dharma (las enseñanzas)- y de que hay seres que les
ayudarán durante el camino -los practicantes (Sangha).
Cuando regresamos al monasterio, este profundo deseo todavía estaba
constantemente conmigo, y esta oración a todos los Buddhas, y especialmen- Es esta certeza de un Refugio absoluto lo que da, no sólo a los acomoda-
te al Karmapa, pidiendo que nos capacitaran para trabajar por el Dharma en dos sherpas, sino también a los más pobres refugiados tibetanos, y hoy en
ésta y todas las vidas, ha estado desde entonces con nosotros. día a un número creciente de practicantes occidentales, esa cualidad inque-
128 Cuando el pájaro de hierro vuele... En el país de los sherpas 129

brantable que muestra la salud básica de la mente. Es una especie de efusión Las expediciones son algo que siempre hay que tener en cuenta cuando
que aparece por sí misma cuando la mente deja de estar apegada a senti- se viaja por el Nepal. La gente no olvida la ocasión en que se ha detenido en
mientos de expectación o temor, cuando su energía espontánea ya no está un lugar donde no hay absolutamente nada para vender o donde le ofrecen
atada a rígidas confrontaciones de alternativas. Entonces es capaz de perma- patatas a rupia la pieza.
necer en un feliz punto medio y ver el mundo desde un punto de vista inclu- Dejamos el camino inferior, que nos llevó por delante de la estupa más
sivo. En este estado, uno es consciente de que todos los seres buscan la grande del pueblo, cruzamos el río por una pasarela de tablones y empeza-
felicidad y de que se aprende de todas las situaciones. El hecho de ver crecer mos a subir la ladera de la izquierda. El sendero atravesaba bosques intoca-
esta bendición del Refugio en un número creciente de amigos de Occidente dos y un paisaje impresionante, y cada recodo nos ofrecía nuevos y fantás-
ha sido la gran recompensa de nuestro trabajo. ticos panoramas; ya miráramos cerca o lejos, siempre veíamos algo que nos
cautivaba.
El pueblo sherpa estaba construido con piedras grises, toscamente labra-
En las casas por las que pasábamos la gente nos invitaba a entrar y nos
das, y tablones hechos con troncos enteros. Las casas eran grandes y con
daba de comer. Preguntábamos las noticias y ellos manoseaban todas nues-
entradas cómodas. En cada casa había una habitación importante para los
tras cosas y discutían sobre ellas. Podíamos haber vendido nuestros sacos de
Buddhas, y otras varias se utilizaban sólo para las prácticas religiosas; fuera
dormir más de cinco veces, y todo lo demás al menos una vez, en casi todos
de estas ocasiones, estaban vacías. Las casas a menudo tenían grandes patios
los lugares en que nos detuvimos. Cuando les mostrábamos las cosas que S.S.
para las danzas ceremoniales, y estos patios estaban rodeados de toscas
el Karmapa nos había dado, de inmediato se las ponían sobre la cabeza con
vallas de madera, muy diferentes de las vallas delicadamente esculpidas del
el fin de transferir la energía del Karmapa a sí mismos. Nos preguntaban
valle de Katmandú. En los altares había estatuas con siglos de antigüedad, las
dónde se encontraba en aquellos momentos y contaban con orgullo que tal
cuales, al igual que los rollos pintados, tenían el aire inconfundible de haber
o cual tío suyo había visto la Corona Negra en Katmandú y había recibido su
sido realizadas en el campo y no en la ciudad. Las manos y los ojos eran
bendición.
extremadamente grandes comparados con todas las demás proporciones.
Los sherpas comen principalmente patatas. Las echan a las brasas del ho-
En la entrada del pueblo había estupas, que cargaban la región con su gar, las sacan con las manos y se las comen cuando están hechas. O bien co-
buena energía y mantenían alejada la negatividad. Y en todas partes se sentía men harina de cebada tostada, que mezclan con té, con lo que se forma una
claramente el poder de Gurú Rimpoché, el yogui que llevó el Budismo al especie de pasta que llaman tsampa. Hoy, en muchos casos tienen que con-
Tíbet. Este maestro insigne, también llamado Padma Sambhava o El Nacido formarse con harina de trigo, maíz, o incluso semillas de soja. La tsampa, el
del Loto, poseía las más altas iniciaciones tántricas. Vino de la India en el alimento tradicional de los tibetanos, es una de las cosas más conocidas de
siglo octavo y trajo a los chamanes tibetanos la visión de la Iluminación ple- este pueblo, y se dice que allí donde hay confianza en los lamas y se come
na, absoluta, más allá del ego. El Buddha profetizó que transmitiría las prác- tsampa, allí está el Tíbet. A veces también disponen de yogur y, si en los
ticas supremas. Su enseñanza y su poder los transmiten ahora el Karmapa y alrededores viven musulmanes que puedan matar animales o cuando éstos
otros eminentes maestros de las escuelas antiguas del Budismo tibetano. mueren de muerte natural, los sherpas también comen carne, ¡Huyen de las
verduras! Muchos tibetanos no las conocieron hasta que se exiliaron, y hoy
Al cabo de unos días, con siete u ocho de nuestros amigos, iniciamos un piensan que sólo son buenas para las vacas.
recorrido por el país de los sherpas. Manteniéndonos a una altitud media de
3000 metros, describimos un gran círculo por el valle y visitamos todos los Hay varias maneras de hacer tsampa. El sistema más frecuente consiste en
lugares y monasterios importantes. Los únicos lugares que no visitamos fueron echar los granos en una caldera de arena caliente y remover la mezcla hasta
los famosos Tangboche y Pangboche, campamentos base para las ascensio- que empieza a estallar. A continuación, la arena se tamiza y se ponen los
nes al Everest. Dos grandes expediciones, una australiana y otra japonesa, se granos en un saco; se agitan los granos hasta que saltan las cascaras. Final-
habían comido todo cuanto había en el camino, haciendo subir los precios mente todo se lanza al aire, y lo que queda se muele hasta que forma una
de los alimentos hasta unas cantidades que no estábamos dispuestos a pagar. harina fina. El "té" tibetano tiene mala reputación, sobre todo porque asocia-

II
130 Cuando el pájaro de hierro vuele...

mos esta palabra con otras cosas. Para ellos es una sopa de leche, sal y
mantequilla, a la que se añaden tantas hojas de té flojo como hagan falta para
dar sabor a la mezcla. Tiene el importante efecto de depositar, especialmente
en el pecho de estos montañeses, una capa de grasa protectora contra los
vientos cortantes y el frío. Tomado como té de las cinco es inservible, pero
como sopa no está tan mal. No es cierto que la mantequilla tenga que ser
rancia, como afirman muchos libros de viajes. Los sherpas, sin duda, prefie-
ren la mantequilla fresca, pero una gente que vive al borde mismo de la
subsistencia debe comer lo que puede obtener. Sin embargo, tras tener una
experiencia con esa sustancia unos días más tarde, comprendimos que quien
la prueba no la olvida fácilmente.
Un dispositivo muy elemental habría tenido un gran éxito en todas partes
donde fuimos: la chimenea. En todas las casas en que entramos se nos des-
hacían los ojos en lágrimas a poco de estar allí, mientras intentábamos apar-
tarnos del hogar abierto. El humo sólo puede salir a través de un agujero del
techo, que los tibetanos hacen poniendo a un lado una teja, y su situación
depende de la fuerza y la dirección del viento. Es evidente que este sistema
no funciona. Además, parece haber un exceso de ácido en la leña que queman;
Una piedrcl-mani en el camino.
aun cuando no se vea humo, las lágrimas siguen saltando.
Aunque los occidentales no parábamos de frotarnos los ojos, a los sher-
pas no parecía molestarlos. Tampoco son remilgados en otros aspectos, pues probar un poco de sangre cada vez que salen de la vaina. Los soldados
sacaban del fuego brasas incandescentes con las manos desnudas y transpor- gurkhas mantienen abierta una pequeña herida en un dedo por esta razón,
taban calderos de cobre sin asas llenos de agua hirviendo. Tanto en su estilo y es una sensación muy "intensa" tener un cuchillo de estos en la mano. No
de vida, como en su constitución física y estructura facial, nos parecieron me desprendí de él hasta más tarde, cuando corté toda relación con el perío-
poco individualizados. Aunque la variedad de sus respuestas emocionales do violento de mi vida, y ahora está con mi hermano en la casa que se
era probablemente mayor que la del hombre moderno en situaciones "apa- construyó en los bosques del sur de Suecia.
sionadas" protegidas, parecían haber surgido directamente de los peñascos, Durante la primera parte del camino avanzamos despacio, pues John, uno
y los pocos tipos "modernos" destacaban claramente, como era el caso de de nuestro grupo que era discípulo del Swami hindú, no sólo insistió en
nuestro amigo, el monje que sabía imitar a los funcionarios de los visados. llevar el incómodo traje que dificultaba tanto el transporte de la carga, sino
Aquí, como en el resto del Nepal, la gente intentaba comprarme el cuchi- también en ser más nativo que los nativos, caminando descalzo por el áspero
llo gurkha que llevaba en el cinturón, mientras yo hacía lo posible para terreno cuando ellos se alegraban de llevar zapatos. Así, después de un rato
cambiar de conversación. No era una de las imitaciones baratas que venden de dar vueltas a su alrededor y de estudiar la vegetación de uno y otro lado,
a los turistas en el Nepal, algo que sólo sirve para colgar de la pared. Era una seguíamos adelante, contentos con nuestras zapatillas de tenis y nuestra carga
cuchilla de oficial de gran fuerza y equilibrio que incluso podía cortar un reducida, quedando en reunimos más adelante.
árbol pequeño. En estos cuchillos genuinos, innumerables golpes de martillo El paisaje respiraba con la presencia de Milarepa, el más famoso de los
y templaduras han dirigido todas las moléculas de acero del filo en la misma yoguis tibetanos, que había vivido en esta región hacía mil años y cuya
dirección, y una prueba de ello es que el filo de un cuchillo cortará sin estro- bendición nunca me había abandonado desde que realicé la práctica del
pearse un poco del lomo de otro. Tradicionalmente, estos cuchillos deben calor interior en el valle olvidado. Constantemente pasábamos por cuevas
132 Cuando el pájaro de hierro vuele... En el país de los sherpas 133
donde había meditado. Mediante el poder de su plena Iluminación y por la Richard, un americano, había residido una temporada en el monasterio
belleza espontánea de sus cantos, a través de los cuales aquélla se expresaba, de Tjuang para estudiar. Era uno de los primeros occidentales que trabajaron
ya en aquella época hizo bien a innumerables seres. Se congregaron a su con las poderosas meditaciones de la Vía del Diamante y estaba recibiendo
alrededor para compartir su experiencia, y él les ayudó a vivir y morir bien, muchas bendiciones. Aunque intentaba llevar una vida de meditación, reci-
a ver la verdadera naturaleza dentro y fuera de sí mismos. Los libros que bía con demasiada frecuencia las visitas de nuestros sedientos daneses y se
tratan sobre él, El Gran Yogui Tibetano Milarepa, Bebiendo en la Fuente de dejaba inspirar fácilmente por ellos. Cuando llegamos allí, acababa de tener
la Montaña, y Los Cien Mil Cantos de Milarepa, son de los más impresionan- de invitado a "Jan el General", y Jan tenía una total claridad de visión para
tes del Budismo tibetano. Su camino, que le llevó de la magia negra a ser uno saber en qué casa del valle estaban elaborando cerveza en aquel momento
de los grandes santos del Tíbet, ha inspirado a muchos, ayudándoles a apro- y una diligencia inagotable para transportar dos grandes cubos, llenos hasta
vechar al máximo su vida. La historia de la vida de Milarepa dice más acerca
el borde de sopa de cebada fermentada, por el largo y sinuoso camino. Si hu-
del objetivo y de la vía del Budismo que docenas de libros teóricos, y sus
biera utilizado estas mismas cualidades para la meditación, hoy tendríamos
cantos son en extremo bellos y conmovedores.
un gran maestro.
La región por la que ahora caminábamos no había cambiado desde aquellos
tiempos, al igual que la vida de la gente, con la salvedad de la presencia de Sólo nos quedamos una noche en Tjuang y, antes de partir, Hannah com-
un poco de plástico y unos pocos adelantos técnicos. Al acercarnos a Tjuang, pró el pequeño Dorje y la campana de meditación de una monja difunta. Pa-
un complejo monástico antiguo y muy grande situado a gran altura sobre el gamos siete dólares, demasiado para aquella época, pues todavía no había-
valle, vimos dos caminos que conducían allí: un camino corto y empinado mos descubierto que muchos de los que visten hábito son, como la mayoría
para escaladores, y otro más largo para caminantes y caballos. Siendo discí- de los asiáticos, hábiles comerciantes. Por esto no regateamos, como era de
pulos del Karmapa, el detentor del poder de Milarepa, tomamos el directo. esperar, sino que pagamos lo que nos pedían e incluso sentimos gratitud por
Fue fácil. la bendición que experimentamos al hacerlo. Aún hoy, ahora que los cono-
Alrededor de los principales edificios del monasterio, había pequeñas cemos mejor, nos resulta difícil comerciar con monjes en condiciones norma-
cabanas de meditación. Había también altiplanicies donde yoguis especial- les, y realmente no nos importa si perdemos un poco. Sólo usan el dinero
mente adiestrados se reunían para disolver las muy temidas tormentas de con buenos fines. Los numerosos soportes para la meditación y objetos
granizo en las épocas de siega, meditando y tocando sus largas trompas y sagrados que reunimos entonces, a menudo piezas bellas y únicas, se en-
caracolas. Allí arriba, las granizadas no son cosa para tomar a broma. Las cuentran ahora en los centros de meditación que ayudamos a establecer a
piedras pueden llegar a tener el tamaño de un huevo, matar a la gente y el nuestros amigos. Ahora están en pleno uso entre Dublín y Cracovia, Oslo y
ganado y destruir las cosechas. El propio monasterio estaba bastante desola- Chipre, así como en Sudáfrica, América y Taiwán.
do y en decadencia. En aquellos momentos había en él pocos monjes y
monjas y las bellísimas pinturas de las paredes se hallaban en un estado Con una panorámica distante del valle, nuestro camino nos llevó hasta el
lamentable. A diferencia de Ladakh y el Tíbet, donde el aire seco de las gran- monasterio de Taxindu. Los vientos y la niebla del monte Everest lo envol-
des alturas conserva los edificios y las obras de arte durante siglos -siempre vían todo, y la pared de hielo de una montaña gigantesca aparecía por la
y cuando no intervengan invasores extranjeros o revoluciones culturales-, el izquierda siempre que se podía ver a cierta distancia. En un momento dado
clima de aquí es muy húmedo. En cuanto se produce una gotera aparecen de la larga ascensión hasta el lugar, nos detuvimos en una cabana baja de
. hongos, y las cosas que no están protegidas se pudren. Toda la zona que madera que había junto al camino. En ella vivía una mujer asombrosamente
rodeaba al monasterio daba una sensación deprimente. Como ya no había vieja vestida con una túnica roja harapienta, probablemente una yoguini, que
lamas encarnados que pudieran sostener a la gente con su poder, incluso los era famosa por tener siempre leche y yogur. No podía apartar los ojos de ella.
granjeros se habían trasladado a lugares más alentadores, pensando, como Tenía la energía femenina refinada, ligeramente nerviosa, que tan intensa-
hace la gente corriente en todas partes, más en lo que podían recibir que en mente me ha atraído desde mi infancia y que tanto activa mis sentimientos
lo que podían aportar y hacer posible. protectores.

II 1
134 Cuando el pájaro de hierro vuele... En el país de los sherpas 135

Una vez más, aquí, al lado mismo del monte Everest, había un tipo total- mantequilla, que desaparecieron en el grano caliente. Pasamos una noche
mente moderno que podría haber estado dirigiendo un círculo de damas en terrible. Como no pudimos digerir la sustancia, nos envenenó, y por la mañana
Copenhague o creando un arte importante en uno u otro campo. Al mirarla, enrollamos la ropa en que nos habíamos estado revolcando, encargamos un
tuve un ataque de nostalgia, cosa nada frecuente en mí, y pensé en mi madre, par de cubos de agua caliente para tomar un baño y partimos de nuevo. No
en el funcionamiento del Karma, y en qué condiciones nos hacen nacer aquí j volvimos a tocar la ropa hasta que la lavaron en Katmandú.
o allá. Taxindu está situado en el último puerto del camino a Namche Bazaar El último lugar que visitamos en el país de los sherpas fue el campamento
y el campamento base. Los picos helados, cuando uno puede vislumbrarlos de refugiados tibetanos de Jalsa. En el camino estaba el pequeño templo del
entre las nubes que constantemente se levantan, parecen estar al alcance de lama que vino a Katmandú para hacer llover, aquél de quien Buddha Laximi
la mano, mientras que el paisaje cambia sin cesar. Desde que estuvimos allí, obtuvo nuestros primeros protectores. El no se encontraba allí, pero sí su
tenemos el deseo de hacer algún día retiros más largos en ese lugar. familia, y les dejamos una ofrenda como muestra de gratitud por todas las
El lama que mandaba allí era un encarnado joven y alegre que, o bien ya dificultades que nos había evitado. Los protectores han colgado hasta hoy en
no hacía distinción entre el mundo condicionado y el incondicíonado, o bien nuestra serie de coches usados, haciéndolos invisibles a todos los controles
no tenía mucho interés en enseñarnos Budismo. Sea como fuere, hizo caso de velocidad y dándoles una longevidad del todo infrecuente. A pesar de la
omiso de nuestras preguntas, e inmediatamente después de la impresionante pobreza externa, el ánimo de la gente del campamento era excelente, algo
"Puja" -la meditación ceremonial con instrumentos musicales- empezó a que ya esperábamos áe los tibetanos. En todas las casas había altares con
ofrecernos cosas para comprar y se puso a negociar con mucho interés y pinturas de los aspectos de Buddha y de los lamas supremos, y en el exterior
energía. Nosotros todavía éramos prisioneros de nuestra vieja manera de colgaban de árboles y postes banderas de oración de todos los colores. A
pensar "impura", que se manifiesta en el hecho de ver defectos en los demás. través de las puertas abiertas veíamos cómo mujeres alegres y habladoras
En vez de darnos cuenta de que probablemente necesitaba dinero para su
tejían mantas tibetanas de colores, y encontramos a varios viejos amigos de
monasterio, de que sin duda antes-había intentado, sin resultado, hablar del
Dharma a los montañeros, y en vez de estar contentos con los tesoros que se los días de la visita del Karmapa a Katmandú.
nos ofrecían, de inmediato lo clasificamos como un "lama pesetero" y nos ce- Estando sentado con ellos en la cantina del campo de refugiados, tuve
rramos a la dulzura y franqueza que irradiaba. No obstante, sus precios eran una experiencia que puede haber sido una escena retrospectiva de una vida
mucho más bajos que los de Katmandú y por esto le compramos un mándala anterior, pero también una doble reacción de la mente ante algún estímulo
de primera clase de Dorje Sempa, el campo de poder que rodea a la energía sensorial. Hasta que uno no conoce plenamente la mente es mejor no tener
purificadora de todos los Buddhas, pintado por un soberbio artista que acababa demasiadas ideas fijas sobre este tipo de fenómenos. Sea lo que fuere, al
de morir, y varios objetos de cobre muy hermosos para los altares.
mirar desde la puerta hacía el sol poniente vi con claridad las siluetas de tres
Otra razón por la que este lugar nos hizo una fuerte impresión fue nuestra altos guerreros khampas que se destacaban contra el cielo rojizo del atarde-
experiencia con los horrores de la mantequilla rancia. Al viajar por países cer, y supe que los había visto antes. Esto era el Tíbet.
muy pobres siempre hemos intentado no cometer el error habitual de recha- Desde Jalsa tomamos el camino más rápido para regresar a Jumbesi, don-
zar la generosidad de los demás y, de este modo, rebajarlos. Hay que evitar, de nos esperaba la mayor parte de nuestro equipaje. Nos habían dicho que
sobre todo, negarse a comer lo que ellos tienen para comer, durante toda la el monzón se acercaba y por lo tanto tuvimos que volver a Katmandú en
vida y dos veces al día, pues no hay dinero para nada más. Cuando la comida seguida. En una marcha forzada de cuatro días, con las largas piernas de
era realmente mala, una vez terminada nos alejábamos un poco, nos introdu- Hannah danzando ágilmente y las mías avanzando con esfuerzo bajo el
cíamos una paja en la garganta y dábamos de comer a un perro, o, aún mejor, equipaje, llegamos a Lamsango en el momento justo en que se iba el auto-
fingíamos estar ayunando, lo que se considera una disciplina religiosa y un bús. Aquella misma noche estábamos en ese océano de impresiones conoci-
gran honor para la casa que uno visita. Haciendo lo que es apropiado en
do como Katmandú. Las posibilidades de despliegue que habían estado la-
cada momento, uno puede conservar a la vez las amistades y su propia salud.
tentes en el espacio de las montañas, ahora estaban tomando forma a nuestro
Sin embargo, en Taxindu ya habíamos comido un poco de arroz cuando,
alrededor.
como golosina adicional, nos pusieron en el plato unos trozos verdes de

il
Capítulo VH
EL ULTIMO VIAJE
En Katmandú nos' esperaban malas noticias. Habíamos solicitado en Delhi
un visado para Sikkim un mes antes de la partida del Karmapa, ya que que-
ríamos estar con él lo antes posible. Ahora, al cabo de dos meses, nos habían
respondido con un "no" categórico. Era un obstáculo evidente. La idea de
verme separado del Karmapa por unos burócratas me hacía echar pestes
contra todo lo indio. Pero había, también, otras consideraciones muy prácti-
cas que hacer. Aunque Buddha Laximi, eficiente como siempre, nos consi-
guió una buena habitación ¡unto a la casa del Lama Chechoo, la mejor posi-
ble en nuestra situación, no sólo se nos estaba terminando el dinero, sino
que también nuestros visados nepaleses iban a terminarse pronto. Sin embar-
go, no queríamos volver a Europa, pues creíamos que aún no habíamos
aprendido bastante.
En la prisión me había dejado crecer el cabello por primera vez. Durante
los años de actividad de contrabando había buenas razones para llevarlo
corto y tener un aspecto anónimo. Ahora quería probar algo nuevo y también
molestar a las autoridades a quienes les gusta que los hombres parezcan
soldados. En contrapartida, el cabello largo me hacía ser más pacífico. Era
agradable sentir el cosquilleo en los hombros cuando inclinaba la cabeza ha-
cia atrás. Así, pues, me dejé el cabello largo durante una temporada. El único
inconveniente era que se enredaba fácilmente. Un día, mientras me lo lava-
ba, pensé que ya lo había llevado largo durante bastante tiempo. Así que me
lo afeité. Ahora, al menos externamente, me parecía a nuestros maestros, con
un respetable huevo blanco por cabeza, con bonitas cicatrices fruto de mi
vida anterior. En el momento en que salía de la barbería pasó Terry en bici-
cleta. "Oye", me dijo, "tú eres profesor, ¿verdad? ¿Te gustaría enseñar idiomas
138 Cuando el pájaro de hierro vuele... El último viaje 139

en la embajada norteamericana?". La rectitud es provechosa. He aquí que, de inclinado en un rincón, con la mirada fija en nosotros porque sentía que
pronto, se nos ofrecía la posibilidad de quedarnos. Este trabajo nos propor- éramos los únicos que sabían lo que le estaba sucediendo. Permanecimos le-
cionaría a la vez un visado y algo de dinero, por 1*) que, naturalmente, lo vantados toda la noche para acompañarlo durante la experiencia. En su
acepté. mente no apareció ninguna señal de temor o confusión, y, aunque no podía
hablar, la experiencia en realidad no fue muy diferente de nuestro trabajo
De este modo, Hannah y yo nos convertimos en residentes nepaleses du- habitual como guías de "viajes" en Copenhague. A partir de aquel momento
rante seis meses, pasando a formar parte del pequeño grupo de personas pri- tuvo una confianza infinita en nosotros y decidió acompañarnos a todas
vilegiadas que podían vivir e incluso ganar dinero en este paraíso. Las restric- partes donde íbamos, dejándome la tarea de apartar a las hordas de perros
ciones cada vez mayores que se aplicaban a los extranjeros, la mayor rigidez callejeros celosos que querían morderlo. Aprendí mucho sobre perros aque-
de las leyes que regulaban la concesión de visados y las cantidades de dinero lla temporada, y sobre mí mismo -¿los alejaba a patadas por compasión o por
que había que cambiar obligatoriamente cada mes al tipo bancario oficial, ya cólera?
no nos afectaban. La escuela era el laboratorio de idiomas situado encima de
la Biblioteca Americana de New Road, y a ella acudía unas pocas horas al día Todos los días permanecíamos frente al retrato del Karmapa que tenía-
los pocos días de la semana que no eran fiesta religiosa o nacional. Mis mos en la pared, y utilizábamos las campanas y formulábamos profundos
alumnos, que necesitaban aprender inglés para estudiar agricultura en dife- deseos hasta que sentíamos que cobraba vida. No podíamos aceptar el hecho
rentes universidades de todo el mundo, eran curiosos, inteligentes y expertos de que nuestro visado para Sikkim hubiera sido denegado y no cesábamos
en hacer trampas. de pedir que ocurriera algo. Un día, el Lama Chechoo nos aconsejó que
volviésemos a intentarlo. Así lo hicimos, solicitando esta vez permiso para
Nuestros ingresos fijos eran 800 rupias -unos cuarenta dólares al mes-. sólo unos días, pero la idea de otro mes de espera no nos gustaba en abso-
Esto bastaba para vivir, dar a otros y comprar objetos tibetanos, e incluso luto. Parecíamos estar en plena forma, pero interiormente no estábamos
sobraba algo. Nuestra única preocupación era que Hannah tenía alguna extraña satisfechos. Por las noches íbamos a menudo a visitar al Lama Chechoo y
enfermedad de estómago. En el hospital ruso no podían descubrir qué era, recibíamos su bendición, que casi siempre caía sobre cabezas llenas de humo
pero dudo de que pudieran detectar siquiera un embarazo en el noveno mes. y con ojos enrojecidos. Pero no nos daba más que esto.
Por lo demás, estábamos en buena forma, y ni siquiera el monzón, que hacía
enfermar a tantos de nuestros amigos, nos afectaba. Al cabo de cierto tiempo Una noche nos hizo llamar. "Ahora", pensamos excitados. "Finalmente
también me contrató la embajada rusa como profesor de idiomas de uno de dará una Iniciación como en los libros sobre Milarepa". Pero el Lama sólo
sus peces gordos. Era una situación muy divertida. Los rusos pagaban mejor, quería vendernos unas tazas de madera para un monje bhutanés que nece-
y siempre me recogía delante mismo de la embajada norteamericana una de sitaba dinero. En el breve camino de vuelta a casa nos sentíamos vacíos y
sus limusinas ZIP. Siempre estaban descontentos y de mal humor; la mitad engañados,
del trabajo consistía en darles ánimos. Llegó una carta, con retraso, con la noticia de que el día de mi cumplea-
Los fines de semana íbamos por lo general a la frontera tibetana, meditá- ños, en marzo, nuestro piso de Copenhague se había incendiado. Había sido
bamos en el país y nos bañábamos en las fuentes termales. Poco a poco nos la base de muchos viajes interiores y exteriores. Pero el Lama se limitó a
fuimos convirtiendo en un punto de encuentro de los diferentes mundos de sonreír y dijo: "Bien, el fuego purifica". Y poco después, nuestro altar se
Katmandú y sus alrededores y teníamos amigos de todos los niveles en todas quemó mientras nos encontrábamos en una fiesta. Todo lo que había en él
partes. quedó reducido a cenizas, excepto un retrato del Karmapa y un poco de LSD.

Rubi era un excelente compañero nuestro. Era el perrito tibetano negro Sentíamos un total vacío espiritual, por lo que una noche nos tomamos el
de la familia con que vivíamos -una gente verdaderamente inteligente-. Eran ácido. Ahora, al menos, ocurriría algo. Interpretamos el hecho de que el
buenos amigos y una fuente de buena y abundante información. Una noche ácido no se había quemado como un signo de que debíamos tomarlo, y es-
dimos a Rubi un poco de leche condensada en la que habían caído unas perábamos que la presión meditativa de detrás de nuestra frente se conver-
minúsculas raspaduras de "hash". Se la comió toda; se quedó sentado e tiría ahora en una dimensión de claridad. El ácido era muy fuerte, incluso
140 Cuando el pájaro de hierro vuele... El último viaje 141

para nosotros, e hizo efecto enseguida. Abandonábamos nuestros cuerpos y empujón. Se levantó y volvió a atacar, y una vez más lo eché a la cuneta.
nos trasladábamos por los alrededores, regresábamos, volvíamos a trasladar- Cuando volvió a levantarse llevaba en las manos una larga barra de hierro,
nos y meditábamos sobre Padma Sambhava sin Iniciación, permiso, ni cono- pero la gente del autobús lo retuvo. Dejé la mochila con la que me proponía
cimientos. Hacia el amanecer vi de pronto un campo de fuerza de formas parar el golpe, y fue una suerte que la cosa no fuera más lejos. Como se diri-
rómbicas de colores metálicos delante de nosotros y tuve la sensación de que gía hacia mí con un arma, le habría hecho daño. Así pues, allí estaba, sintién-
quería dejar embarazada a Hannah. Lo mantuve alejado, pero el viaje no se dome muy mal. Con la cabeza afeitada, un rosario en el cuello y un botón
detenía. Al cabo de varias horas, en el laboratorio de idiomas, todavía lo sen- con el retrato del Karmapa en mi camiseta, acababa de maltratar a un ser
tía y los rombos metálicos todavía estaban allí. Tenía la voz tan bronca que humano de la manera menos compasiva. Con todas las miradas fijas en mí,
no podía hablar con claridad; por eso, mientras explicaba la importancia del hice desaparecer en mi bolsillo el rosario y el retrato del Karmapa, a quien
petróleo recién descubierto frente a la costa de Noruega, se me ocurrió la había hecho tan poco honor, e hice lo posible por pasar desapercibido. Me
idea de beber una solución de ginseng del que vendían en las tiendas chinas refugié en un salón de té del pueblo, pero las malas vibraciones siguieron
de Katmandú. ahí. Todo el mundo se apartaba del joven blanco, por lo demás tan jovial, e
incluso los perros parecían temerosos de comer lo que les daba. Tras regresar
Aunque la falta de tiempo y de imaginación siempre me ha salvado de la al atardecer a Katmandú, fuimos directamente a ver al Lama y le contamos lo
mayoría de las enfermedades, sabía que el ginseng se consideraba muy sa- que había sucedido.'Cuando le expliqué lo de la forma rómbica de colores
ludable. De modo que me bebí la botella entera de golpe, aunque en reali- metálicos, dijo: "Oh, sí. A ése lo conozco. Siempre causa problemas. Me
dad sólo hay que tomar unas gotas. Una extraña energía se introdujo en mi ocuparé de él". Hasta altas horas de la noche oímos su campana y su tambor
garganta y el dibujo de rombos desapareció. Era como si hubiese retrocedido y la recitación con que invocaba a las energías protectoras. A la mañana
varios años, hasta los tiempos de las luchas y agresiones diarias. Una vez siguiente me desperté con lágrimas de alegría en los ojos. La "cosa" había
más, me vi provocando situaciones. Y, así, el fin de semana siguiente, en las desaparecido. Me sentí libre de un gran peso.
fuentes termales próximas a la frontera tibetana, sucedió un escándalo que
hubiera sido impensable unos días antes.
Unos días antes de la luna nueva de septiembre del año 1970, nuestro kar-
En el camino de vuelta fuimos en un autobús Tata completamente nuevo, ma estaba maduro y, de pronto, todo parecía empujarnos y arrastrarnos hacia
un modelo Mercedes fabricado bajo licencia en la India, y después de tanto Sikkim. Uno de los pesados policías encargados de los visados se acordó de
tiempo pasado en Oriente, estaba disfrutando de verdad yendo en esta hermosa nosotros. En el Nepal es raro encontrar gente totalmente desagradable fuera
máquina. En lo que no disfrutaba nada, sin embargo, era en el hecho de que de esta oficina. En nuestro primer encuentro, varios años atrás, lo había
el conductor, un antiguo gurkha grande y de aspecto forzudo, hacía todo sacudido un poco porque había reñido a Hannah, y ahora lo habían ascen-
cuanto podía para destrozar el motor. Como los demás conductores del país, dido. Los oficiales superiores del país por lo general pierden su empleo al
se hacía un sobresueldo recogiendo a toda la gente que encontraba en la cabo de cierto tiempo, cuando resulta demasiado evidente que su tren de
carretera, por lo que el vehículo estaba completamente lleno de animales y vida aumenta mucho más deprisa de lo que su paga mínima permitiría -en
de gente, e incluso había personas apiladas en el techo. Le dije varias veces otras palabras, que venden los visados-. El caso es que este caballero estaba
que sí sobrecargaba el coche, el motor nuevo se estropearía muy pronto, y ahora en una posición que le permitía vengarse, y se nos dio una semana
él me comprendió perfectamente, pero no hizo caso. para salir del país, ¿qué debíamos hacer? ¿Pedir ayuda a los americanos o a
Ocurrió lo que esperaba. Un pistón se agarrotó, y el chófer sólo consiguió los rusos? ¿Activar al Lama? Sabíamos que tenía más poder en el Nepal que
guiar el autobús en marcha libre por una pendiente hasta la entrada de un las propias embajadas, que las personas de situación más elevada. Aunque
pueblo. Saltó para mirar la avería, y yo me puse delante de él y le dije; "Es hindúes, contaban con su poder para transferir su espíritu en el momento de
culpa suya que estemos parados. Necesitamos otro autobús, o sea que de- la muerte. ¿O debíamos arreglarnos los visados, utilizando el método clásico
vuélvanos el resto de nuestro dinero". El conductor estaba furioso, y cuando del huevo duro? Mientras sopesábamos las distintas posibilidades, llegaron
me agarró la camisa con sus manos grasientas lo eché a la cuneta de un noticias de Delhi diciendo que, por fin, habían expedido nuestros visados.
142 Cuando el pájaro de hierro vuele... El último viaje 143
Cargados con montones de regalos de los amigos tibetanos para el Kar- Hannah, siempre más avisada, ya había descubierto que el "hash" proba-
mapa y sus Lamas, partimos al cabo de unos días para Sikkim. Es costumbre blemente no era lo que necesitábamos y que quizá había impedido que
tibetana que el viajero haga también de cartero, lo cual tiene la ventaja de recibiésemos iniciaciones del Lama Chechoo. Posteriormente nos enteramos
que uno siempre es bien recibido, si antes no lo detienen los ladrones o la de que el Karmapa le había dicho a éste que nos "retuviera" y que éramos sus
espalda rota. Las pinturas, estatuas y otros objetos sagrados que habíamos discípulos personales, es decir, del Karmapa. Pero Hannah sin duda también
reunido durante nuestra estancia los enviamos a Europa con unos daneses estaba en lo cierto. Aunque hubiese dejado las cosas importantes para el
que viajaban en un autobús Volkswagen. Nos los encontramos oportuna- Karmapa, probablemente nos hubiera enseñado sí hubiésemos comprendido
mente, pues no teníamos manera de llevar estas cosas con nosotros. Nuestra antes que el fumar y el desarrollo espiritual son incompatibles -que una cosa
despedida consistió en una fiesta que duró toda la noche con nuestros amigos disipa la mente y la otra la concentra-. Sin embargo, al partir al encuentro del
más íntimos, y fumamos tanto que durante la mayor parte del día siguiente Karmapa tuvimos el buen juicio de dejar en el Nepal todas las cosas de
anduve de lado. En ese estado no me di cuenta de que en el tren nos robaban nuestra época de fumadores y no llevamos con nosotros ni el más pequeño
una bolsa con nuestros libros, y, en una estación del norte de la India, al pedazo de droga.
saltar por una ventana para no pisar a la gente que estaba tumbada en la
puerta, hice añicos una de las botellas termo que nos habían encomendado. Así, los nueve años de mi vida (para Hannah más o menos la mitad) ofre-
Interpretamos la desaparición de los libros como un signo de que la partici- cidos en el altar de la.s drogas, habían, por fin, terminado. El hecho de poder
pación meramente intelectual en la Vía del Diamante había terminado. decir "¡basta!" fue una sensación enorme e inesperada de despertar y de
libertad. Si bien los esquemas mentales confusos, las opiniones erróneas pro-
fundamente arraigadas y los canales interiores bloqueados producto de aquella
época siguieron dando problemas durante los años siguientes; al menos se
había dado el primer paso, y desde entonces nunca hemos deseado volver
a tocar las drogas.

Nuestro perro Rubí.


Capítulo Vin
TOMO REFUGIO EN EL BUDDHA
Como todos los viajes en los ferrocarriles del Norte de la India, el viaje a
Sikkim es toda una experiencia. Un buen escritor, si pasara un par de sema-
nas recorriendo el circuito, pronto tendría material para escribir un libro fas-
cinante. En realidad, se trata mucho menos de un sistema de transporte que
de la base de existencia de innumerables indios que viven dentro, de, sobre,
bajo y alrededor de los trenes. Allí no se oculta ningún aspecto de la vida
humana.
Nuestra ruta nos llevó primero en trenes bamboleantes, y después en el
infame "Assam Mail", a través de pueblos que, por lo general, no eran más
que unas pocas cabanas de paja y bambú. Primero nos dirigimos hacia el sur
a través de la jungla polvorienta e infestada de malaria que hay al pie de las
colinas, en la que tres expediciones inglesas que partieron a conquistar el
Nepal simplemente desaparecieron. Y después, hacia el este, por las llanuras
enormemente superpobladas que se extienden desde el paso de Khyber, en
la frontera afgana, hasta Birmania. Sólo quebraban la monotonía las peque-
ñas montañas de Bodh Gaya y Rajgir, donde enseñó el Buddha.
Al cambiar el paisaje, también lo hacía la gente de los trenes. Primero las
formas pequeñas y oscuras de los indios "originales", que resisten a la mala-
ria, estaban en todas partes, y nadie pensaba siquiera en los billetes, pues el
revisor no se atrevía a entrar en los trenes. Gradualmente, sin embargo, al
penetrar en la región donde se encuentran las grandes ciudades del norte de
la India, este tipo desapareció. Ahora los indios "eurasianos" de piel clara
ocupaban hasta el último centímetro de espacio disponible. Este pueblo vino
del sur de Rusia hace 3000 años y arrinconó a la población original de piel
146 Cuando el pájaro de hierro vuele...

oscura, mezclándose ocasionalmente con ella y produciendo razas como los


7
biharis.
Estos eurasianos protegieron su fondo genético mediante los Vedas y las
Upanishads y elaboraron la cultura hindú, fundamentalmente exclusiva, que
hoy el mundo considera típicamente "india". Un sistema muy trabado de re-
ligión y reglas de conducta resultó útil para mantener el control en tan extre-
mas condiciones.
Viajar a paso de tortuga a lo largo de estos miles de kilómetros pronto se
hace aburrido, y uno agradece tener algo para leer y mantras para recitar.
Durante dos días, la película que pasaba por delante de las ventanillas era
una variación de tierras llanas, cabanas de paja y palmeras, casas de barro
cubiertas de paja y más palmeras, árboles enormes con raíces aéreas colgan-
tes, y templos en ruinas. Blancas vacas demacradas con cuernos enormes
-pero bien tratadas porque los hindúes las consideran dioses- arrastran
sencillos arados y carros de grandes ruedas. Y gente, gente, gente, todos ves-
tidos de blanco y muchos mendigando, completan el cuadro.
Teníamos la sensación de que la mitad de la India estaba en el tren y a su
alrededor, y, si no nos manteníamos aislados, la pregunta de siempre llegaba
infaliblemente al menos cien veces al día: "¿De qué país sois?". La gente tenía
verdadera necesidad de comunicarse, pero su inglés, por lo general, no iba
más allá de esa pregunta, que probablemente habían aprendido en la escuela
o de los amigos. Podíamos contestarles cualquier cosa -la Slobovia inferior,
la luna, o lo que fuera- y movían la cabeza con aire de enterados mientras
los viejos decían "Oh, Inglaterra", y los jóvenes, "Oh, América". Un indio,
posiblemente un gran gurú existencialista disfrazado, entró dando un salto,
nos miró con fijeza y dijo: "¿Dónde estáis?", y desapareció.
Bajamos del tren en Siliguri, dos días al este de Katmandú. Otra vez vol-
vimos a ver las sonrientes caras redondas y los cuerpos pequeños y enérgicos
de los montañeses y oímos el nepalés hablado que entendíamos. Las vibra-
ciones se hicieron calmadas, no hubo más chillidos ni alaridos, y la alegría de
estar con el Karmapa nos fue llenando cada vez más.
En el segundo piso de la estación, después de pisar en todas partes a gen-
te que dormía encima de papeles y delgadas sábanas, obtuvimos el llamado
permiso de línea interior, un documento que exigían para ir a Darjeeling.
Nunca lo controlan, pero hay que mostrarlo si uno quiere prolongar su estan-
cia o ir a zonas restringidas como Sikkim. El policía dormía y hubo que des-
pertarlo, así que la cosa tomó cierto tiempo. Por suerte, el último jeep nos
esperaba y en él hicimos lo que resultó ser una excursión de lujo.
148 Cuando el pájaro de hierro vuele... Tomo refugio en el Buddha 149

En él sólo iban seis o siete personas, mientras que, en el Nepal, viajar con Nuestra primera impresión de Darjeeling fue dramática. Nos encontramos
23 adultos, unos cuantos niños y varios sacos de arroz en un autobús Volks- una mujer que iba dando tumbos por la oscura calle, gritando como una loca
wagen se consideraba completamente normal. Otra sorpresa agradable fue y sangrando de una herida en la cabeza. Pensamos que le habían robado y
que el jeep era nuevo. Habíamos llegado a pensar que ya los fabricaban nos inclinamos para ayudarla a levantarse, pero cuando nos acercamos se
"viejos". Dentro de poco también tendría el aspecto de los Land Rovers apa- puso a gritar más fuerte. Vimos que estaba completamente bebida y que gri-
rentemente antiguos que se paran cada diez kilómetros para sufrir distintas taba más por cólera y rencor que por miedo o dolor. Como la enfermedad no
reparaciones. Pero, por ahora, daba gusto poder conducir sin tener que girar iba a durar más que la embriaguez, la dejamos allí. En ese estado no se puede
el volante dos veces antes de que ocurriera algo. ayudar a una persona.

La carretera de subida alterna entre uno y dos carriles y está cruzada a El aire era fresco, e incluso por la noche la ciudad parecía a la vez más cla-
menudo por la vía de un antiguo minitren construido en Escocia el siglo ra y más magnífica que Katmandú, aunque le faltaban sus bellas estupas y su
pasado. A uno le daba la sensación de que los ingenieros que construyeron antigua cultura. Nuestro hotel barato no tenía el encanto de los de Katmandú,
la carretera y los que construyeron la vía habían tenido una relación difícil. pero tampoco su suciedad. Unos cubos de agua caliente fueron un verdade-
Tuvimos que esperar varias veces para dejar pasar a un tren de juguete, y los ro lujo, y tuvimos sueños agradables e intensos en aquel aire frío.
pasos a nivel sin señalizar eran dificultosos. Pero cada sacudida nos acercaba A la mañana siguiente, el fantástico Macizo del Kanchenjunga, con el
al Karmapa, y por ello no nos quejábamos. tercer pico más alto del mundo, resplandecía en el sol y Darjeeling se mos-
traba atractiva. Tomamos un sendero que subía desde "Lower Bazaar", la
Desde Siliguri la carretera pasa durante mucho tiempo por llanuras salpi- parte pobre de la ciudad, donde habíamos dormido, hasta la zona elegante,
cadas de fincas donde se cultiva té y después asciende a través de un bosque situada más arriba de la oficina de correos principal. Las grandes quintas,
húmedo subtropical. Esta región es fronteriza con Assam, el lugar más húmedo tiendas y restaurantes habían conservado su atmósfera provinciana inglesa, y
del mundo, donde caen todos los años entre 13 y 17 metros cúbicos de lluvia, puesto que las culturas y las lenguas tienden a estancarse cuando se separan
todo en sólo unos meses. Después de unas dos horas de curvas muy cerradas de las raíces vivas de su país de origen, muchas cosas eran aquí más "ingle-
con algunas casas de madera junto a la carretera, llegamos a Kurseong, situa- sas" que lo que hoy se puede encontrar en Inglaterra. Una decadencia gene-
do a unos 1000 metros sobre el nivel del mar y la primera ciudad después de ral y la ausencia de turistas ricos habían dado lugar a una crisis económica,
Siliguri. Es un buen lugar para detenerse, con té y pasteles y una hermosa y los viajeros de nuestra clase, a quienes no les importa que les sirvan y que
vista sobre las llanuras. De allí el camino va a Sonada, donde tantas cosas miran primero los precios, no eran de mucha ayuda.
importantes iban a ocurrir más adelante. Otros ocho kilómetros nos llevaron
al puerto de Ghoom. Ghoom está a unos dos mil quinientos metros de altitud Hoy día, con las oleadas de ricos turistas indios que de nuevo visitan Dar-
y, como casi siempre está cubierto de nubes, la gente del lugar lo llama jeeling, vuelve a haber demanda de sus servicios, especialmente de su pa-
"Gloom" (oscuridad). ciencia de santo. Era mucho más fácil satisfacer a los constructores de impe-
rios extranjeros que a los comerciantes de Bombay y Delhi, que vienen a
Poco antes de llegar al puerto, la única verdadera carretera lateral de todo gastar el dinero ocultado a Hacienda.
el tramo baja en fuerte pendiente por entre los campos de té hasta el puente
de Tista y luego se bifurca hacia Kalimpong y Sikkim. Después del puerto el El aire limpio y fresco era bueno para los huesos. En la eficiente oficina
jeep corrió en marcha libre los últimos seis o siete kilómetros y finalmente de correos encontramos con alegría montones de cartas de la familia y de los
llegamos a Darjeeling. Darjeeling es la principal ciudad de esta región y es la amigos. Desde entonces hemos visitado Darjeeling cinco veces guiando a
sede de la administración. En realidad el nombre es Dorje-Ling, el lugar de centenares de estudiantes y de amigos. El lugar siempre es un oasis a pesar
la Iluminación inmutable. Es un antiguo establecimiento síkkimés, pero hoy de su total esnobismo. Simplemente, tiene estilo.
nadie lo diría. Ahora lleva la huella de los colonialistas ingleses que venían El enorme palacio de justicia donde se expedían los permisos para Sikkim
aquí desde toda la India oriental todos los años durante las lluvias. abría a las diez. Como llegamos con anticipación, meditamos e hicimos in-
Totno refugio en el Buddha 151
guiares, y a mandarinos a los que siempre parece faltar la fruta. Estos pláta-
nos son mucho más sabrosos que las cosas pulposas que comemos en Euro-
pa, y las frutas baratas eran apetitosas después de la comida grasienta de las
montañas.
Pasamos un control de nuestros papeles en el puente, hecho que rara vez
toma menos de media hora. Así pues, nuestro chófer tuvo tiempo de encon-
trar unos cuantos pasajeros más para su jeep, ya excesivamente sobrecarga-
do. Pasamos luego sobre las tablas inestables del puente colgante. Dejamos
a la derecha la empinada carretera de Kalimpong y, con el río a nuestra
izquierda, nos dirigimos, pasando por delante de una serie de campamentos
militares, a Rangpo, la frontera de Sikkim. Una vez más, nuestros papeles
fueron examinados dos veces en cada lado. ¡Estábamos contentos de dar a
tanta gente un trabajo tan verdaderamente lleno de sentido!
Después de la Bengala occidental, oficialmente "seca", los anuncios pre-
sentaban el whisky local como una de las grandes contribuciones de Sikkim
-¡probablemente al campo de la guerra química!-. Los occidentales llaman a
Kecbog Palmo, la monja inglesa. este brebaje "monkey whiskey" y se dice que, si al llenar un vaso con él se
vierte un poco, se come el barniz y la pintura de la mesa. En el lado de
Sikkim, fue una gran alegría ver las primeras señales de tráfico en letras tibe-
tensos votos al Karmapa para que los papeles estuviesen allí. Habíamos
tanas, y empezamos a ser conscientes de que íbamos a ver al Karmapa muy
vivido bastante tiempo en esta parte del mundo para saber que la noticia que
pronto. Las demás personas del jeep probablemente se divirtieron mucho
recibimos en Katmandú no era ninguna prueba de que los papeles hubieran
con los gigantes blancos allí sentados, cogidos de la mano y con los rosarios
llegado realmente. Con gran felicidad por nuestra parte, vimos que, en efec-
de meditación en constante movimiento, entusiasmados por cosas que para
to, habían llegado, y obtuvimos los visados sin dificultad.
ellos eran completamente normales. Más bien pensaban en la lluvia y la
El paso siguiente fue encontrar un jeep que se dirigiera a Sikkim. Salen de cosecha.
la parte baja, pobre, de la ciudad, al otro lado del matadero, donde viven los
coolies, los taxistas y los leñadores. La primera parada es el puerto de Ghoom. Unos ocho kilómetros antes de Gangtok, nos detuvimos ante una carre-
Al viajar de día esta vez, vimos que en aquella zona también había estupas. tera estrecha y estropeada que salía a la izquierda de la carretera principal. El
Aunque lejos del arte intrincado del Nepal, siempre estaban situadas de modo conductor la señaló y dijo: "Allá arriba está Rumtek, donde vive el gran
impresionante en puertos y colinas. Cuando las nubes que iban a la deriva Karmapa". Como llevábamos un equipaje enorme, casi todo el cual eran
por la carretera se levantaron, incluso pudimos ver por un momento un mo- regalos para otras personas, ofrecimos al chófer el doble de dinero para que
nasterio tibetano. nos llevara allí, pero, al no tener permiso para circular por este tramo, no se
atrevió. Su consejo era que durmiésemos en Gangtok y regresáramos por la
Después del cruce de Ghoom, la carretera desciende con una fuerte mañana, cuando hiciera mejor tiempo. Pero nada podía hacernos alejar si-
pendiente. Desde los 2500 metros baja rápidamente hasta una altura de unos quiera un paso del Karmapa. En el momento en que acabábamos de trans-
centenares de metros. Aquí, un puente de importancia estratégica cruza el formarnos en árboles de Navidad ambulantes para acarrear nuestras cosas y
ancho río Tista, que baja del Tíbet. Desde el aire de altura de Darjeeling uno los regalos, apareció por el otro lado un jeep vacío. Aunque empapado, el
desciende otra vez hasta lo que parece un calor tropical. Las áreas abiertas de conductor estaba dispuesto a llevarnos al monasterio por treinta rupias.
los arbustos de té dan paso a los plátanos con frutas cortas, gruesas y trian- Entretanto la lluvia se había intensificado hasta convertirse en una especie de
152 Cuando el pájaro de hierro vuele... Tomo refugio en el Buddha 153

cascada. Era realmente increíble, y ni el toldo del jeep, ni los paraguas, ni los Por la mañana, después de tantos meses de desearlo profundamente, vol-
plásticos que nos cubrían podían protegernos de la lluvia. Guiándose más vimos a ver, por fin, al Karmapa. Entramos precipitadamente, llenos de excita-
por la memoria que por la vista, el conductor subió lentamente los 11 kiló- ción, y él nos tomó en su campo de energía, nos bendijo intensamente y dijo:
metros de carretera tortuosa, y todo lo que llevábamos, hasta el último obje- "Es bueno que hayáis venido; podéis contar conmigo como maestro. Ahora,
to, quedó empapado. ¿qué es lo que queréis?". Lo que queríamos era difícil de expresar con pala-
bras. En realidad, no habíamos pensado en ello. Dijimos que queríamos estar
De pronto a la luz de los faros apareció un muro de color gris claro con con él y trabajar para él, que él sabía mejor lo que había que hacer. "Muy
aberturas en forma de T rodeadas de colores intensos. Habíamos llegado. Ya bien", dijo el Karmapa. "Mañana es luna llena, un día especial en que termina
era tarde. El monasterio ya estaba en silencio, y no encontramos a nadie el retiro de las lluvias. Mañana os daré el Genyen". No teníamos ni idea de
cuando subimos las escaleras y pusimos todas nuestras cosas en el suelo en lo que significaba Genyen, pero, viniendo del Karmapa, sólo podía ser algo
lo que parecía una sala de espera. Tras llamar a varias puertas, fuimos reci- bueno. Nos hicimos afeitar la cabeza, sin saber que esto estaba reservado a
bidos por unos cuantos monjes con cara de asombro, a algunos de los cuales los monjes y monjas, y dejamos sólo unos pocos cabellos en la parte de de-
los conocíamos de Katmandú. Se apiñaron a nuestro alrededor y charlaron, trás de la cabeza. La hermana Palmo, una anciana monja inglesa, nos ayudó
mientras otros desaparecían en busca de alguien que hablara inglés. La persona con las ofrendas tradicionales que íbamos a necesitar. Era una señora impre-
que finalmente acudió era Jigmela, sobrino del Karmapa y, en la actualidad, sionante de la escuela antigua que podía permanecer durante años en Rumtek
su primer representante en Europa. No le fue fácil convencernos de que era gracias a su nacionalidad india. Probablemente hizo más que nadie por los
demasiado tarde para ver al Karmapa -"La Joya que Satisface los Deseos"-, refugiados tibetanos y su cultura. Entre otras cosas, envió a cuatro encarna-
como le llaman los tibetanos, pero al final nos convencieron de que sería más ciones tibetanas a Occidente en 1967, después de dades instrucción en su
propicio reunirse con él a la mañana siguiente. Nos prepararon una cama en escuela de Dalhousie. Hannah estaba indescriptiblemente encantadora con
la casa de huéspedes del monasterio. la blanca cúpula impecable de su cabeza resplandeciendo en todas direccio-
nes. Exploramos las maravillas del lugar y esperamos emocionados la maña-
na siguiente. Meditando lo mejor que pudimos, tratamos de abrirnos a las
cosas que iban a venir.

La noche vino deprisa, las luces del monasterio se apagaron y el retumbar


de las largas trompas aseguró a la gente del valle que el Karmapa estaba allí,
velando por ellos. No obstante, una luz seguía encendida. Desde la habita-
ción del Karmapa, en la parte más elevada del edificio, brillaba sobre el valle.
Cuando me desperté a medianoche para hacer una diligencia rápida, la luz
seguía allí, y al amanecer, cuando la excitación nos impidió seguir durmien-
do, todavía estaba encendida, aunque no había ninguna otra señal de vida en
el monasterio. El Karmapa deja que su cuerpo descanse durante la noche,
pero nunca duerme. La claridad constante, omnipresente, de su espíritu nunca
se oscurece.
Hasta en la sala de meditación ricamente decorada del piso superior, el
Karmapa resplandecía como el sol. Estaba sentado en el suelo de espaldas a
la ventana, detrás de una mesita, y recibió nuestras ofrendas con una sonrisa.
Al entrar en la habitación unos monjes nos habían enseñado cómo postrar-
Procesión al rededor de Rumtek tras el Yarne, el retiro de la estación de las lluvias. nos. Se hace tocándose la cabeza, el cuello y el pecho con las manos juntas
154 Cuando el pájaro de hierro vuele...

y poniendo después la frente en el suelo. Esto se hace tres veces. Hasta aquel
momento nuestro orgullo occidental nos había impedido realizar esta aper-
tura y abandono del ego. Considerábamos que era algo que sólo hacían los
nativos, pero nunca nos imaginamos a nosotros mismos inclinándonos ante
nada ni nadie. Ahora, sin embargo, nos inclinábamos por primera vez ante el
Karmapa, y, aunque al principio daba una sensación un poco extraña, nues-
tra confianza en él hizo desaparecer todo sentimiento desagradable.
El Karmapa nos cortó los últimos cabellos de la cabeza, aceptándonos así
en el grupo de los practicantes, el llamado Sangha, y nos dio nuestros nombres
del Dharma. Habíamos esperado que nos iniciara en alguna meditación fuera
de lo corriente, en volar por los cielos o en algo muy especial, pero lo que
siguió fue una larga ceremonia durante la cual tuvimos que permanecer
sentados y encogidos en el suelo en una posición sumamente incómoda y
repetir después de él largas frases en tíbetano. Pronto nos dolieron realmente
los huesos, pero en la poderosa presencia del Karmapa la cuestión de la
necesidad de todo ello no se planteaba. Entonces, después de largo rato, el
Karmapa dijo: "Cuando haga chasquear los dedos, el Refugio vendrá a vos-
otros. Concentraos". Y, realmente, en aquel momento sentimos que algo caía
dentro de nosotros y supimos que era aquello. Los monjes siguieron salmo-
diando y el Karmapa arrojó arroz sobre nosotros, pero era evidente que lo
importante ya había sucedido. Finalmente el Karmapa dijo: "Debéis confiar
en mí como en el Buddha". Y pensamos para nosotros: "Tenemos aún más
i
confianza en ti".
Fuera, en el tejado del monasterio, el doctor nos tradujo nuestros nom-
bres. Realmente, no podíamos quejarnos. El de Hannah era "Poderosa y
Sagrada Flor de Loto", y el mío "Océano de Sabiduría". La primera parte del
nombre, "Karma", significa que uno forma parte del linaje Karma Kagyu del
Budismo tibetano, y también que empleará la actividad iluminada para el
bien de todos los seres. En realidad, la profundidad del Refugio es ilimitada
y no captamos plenamente todos sus aspectos hasta que nosotros mismos
nos hemos convertido en Buddhas. Después de recibirlo, todas las cosas
adquieren sentido y se convierten en una parte del propio desarrollo; la vida
que viene después tiene el sabor de una revelación constante de nuevas di-
mensiones. Es mucho más que la "introducción formal a las prácticas budis-
tas", como se describe tan a menudo.
Al "Tomar Refugio" uno se abre a las "Tres Cosas Preciosas" o las "Tres i
Joyas": el Buddha, la Enseñanza y Los que Practican. El "Buddha" significa j
aquí el estado de Iluminación plena, que en nuestro tiempo fue mostrado por
156 Cuando el pájaro de hierro vuele... Tomo refugio en el Buddha 157

primera vez por el Buddha histórico, Sakyamuni. Este estado es nuestra esencia internos y obstáculos externos. La principal es el gran Mahakala. Estos pro-
verdadera, aunque no seamos conscientes de ello. Nunca puede destruirse o tectores son muy importantes debido al gran poder de la Vía del Diamante.
abandonarnos, y el hecho de descubrir que es nuestra verdadera naturaleza Dado que transforma neurosis y perturbaciones mentales en todos los nive-
nos hace Buddhas al instante. La Enseñanza es el "Dharma" del Buddha y las les y con innumerables medios, la vía rápida del Budismo tibetano no es una
energías activas que se desprenden de él, las instrucciones en muchos nive- fiesta. Al actuar retrospectivamente a través de muchas vidas, cosas que nor-
les que nos llevan desde los estados mentales condicionados hasta la Ilumi- malmente no madurarían hasta la vejez, la muerte, la fase de después de la
nación. Los que Practican, o la Sangha, son nuestros compañeros y los que muerte o en existencias futuras, ahora maduran en un número reducido de
nos ayudan en la vía. Sin su ayuda la Iluminación sería muy difícil. La Sangha años. Aunque la alegría y la libertad aumentan y se hacen más profundas,
incluye tanto a los supremos maestros iluminados como a los que utilizan estas purificaciones del karma no son agradables. Desaniman fácilmente al
seriamente las enseñanzas del Buddha. La meta, la vía y los compañeros son, practicante, y por esto es necesaria una energía protectora que rompa y
así, el Refugio en todas las escuelas de Budismo. absorba su fuerza, que sólo deje pasar aquello de lo que podemos aprender.
Esta "fuerza protectora" es el gran Mahakala.
Los grandes Lamas, sin embargo, dan un Refugio más. Dan el punto en
que estos tres elementos se reúnen y entran en nuestras vidas como una Así pues, tanto si llamamos a este cuarto refugio "Lama", como si lo lla-
energía viviente: se dan a a sí mismos. Su estado iluminado es nuestro contacto mamos "Lama-Yidam-Choykyong", el significado es el mismo. No obstante,
con el Buddha. Sus enseñanzas son los aspectos del Dharma que necesita- la pluralidad de dimensiones se ve más clara cuando empleamos la fórmula
mos mientras avanzamos en la vía, y su actividad es el mejor ejemplo de más larga.
cómo ayudar a los demás. Este cuarto Refugio, indispensable para los méto- Dado que un número creciente de occidentales están entrando en el Bu-
dos rápidos y directos del Budismo tibetano, es el "Lama". El Refugio del dismo en su forma tibetana y a menudo no comprenden lo que ocurre durante
Lama se puede entender como una totalidad o como la unión de sus tres la Ceremonia del Refugio, he incluido una breve meditación que muestra qué
aspectos -como Lama, Yidam y Choykyong-. "Lama" significa aquí la trans- son las energías iluminadas y cómo activarlas. Pueden utilizarla todos y es un
misión ininterrumpida del poder de Buddha a través de un linaje de maestros buen marco para las recitaciones diarias de la fórmula -siete o más- que
iluminados que llega hasta el presente. Esto se experimenta como el calor y hacen plenamente efectivo el refugio. Para evitar obstáculos creados por uno
el gozo de la bendición, como una energía positiva que penetra en nosotros. mismo, también se nos aconseja que hagamos tres cosas y evitemos otras
"Yidam" significa poderes especiales, mundanos así como espirituales. Apa- tres; esto se da después de la meditación. Espero haber encontrado un len-
recen en nosotros gracias a la Iniciación y a la identificación con las diferen- guaje que no sea embarazosamente "sagrado", pero que transmita la impor-
tes formas de sabiduría de la mente búdica, ya sean pacíficas, coléricas o en tancia de esta apertura a la verdad intemporal.
unión. Sus energías iluminadas crecen en el subconsciente después del contacto
y son una fuerza activa que nos conecta con la sabiduría de los Buddhas.
Cuando el espacio abierto de la mente actúa libremente, se dan las puras
formas y vibraciones que emanan compasivamente de la esencia de verdad
de los Buddhas y Bodhisattvas con el fin de adecuarse a las distintas recep-
tividades de los seres vivos. Son las innumerables formas hábiles conocidas
y utilizadas en el Budismo tibetano. No hay que desanimarse por su gran
número y diversidad; todas tienen la misma esencia. Sólo se necesita practi-
car una para obtener la Iluminación, lo mismo que sólo se necesita comer
una cosa para quedar satisfecho. Sin embargo, un buen restaurante tiene una
carta extensa y variada.
"Choykyong" son, pues, las energías búdicas que actúan por el bien de
todos los seres. A menudo adoptan formas coléricas para eliminar bloqueos
158 Tomo refugio en el Buddha 159

MEDITACIÓN DEL REFUGIO


sotros mismos estamos confusos y sufrimos. Sólo alcanzando la Ilumina-
ción podemos ayudar de verdad.
Ahora entramos en la meditación propiamente dicha:
Frente a nosotros, en el espacio, imaginamos un océano ilimitado de lo
Elaborada en 1973 con la bendición de Su Santidad el Karmapa a partir de que nos guste más, y mentalmente ofrecemos estos valiosos presentes a
enseñanzas de Chechoo Rimpoché y Dabshan Rimpoché por Ole Nydahl todos los Buddhas y Lamas, en gratitud por darnos Refugio ahora.

Que esto beneficie a todos los seres Estamos sentados en un hermoso campo cubierto de hierba, en profundo
reposo, abiertos y gozosos. A nuestra derecha está sentado nuestro padre, a
Nuestro Lama, el Karmapa, es bendición, logro espiritual y protección. Su la izquierda nuestra madre, tal como los conocemos o recordamos. A nuestro
Mente es BUDDHA; su Palabra, la esencia del DHARMA; y su Cuerpo, el rededor están todos los seres vivos, todos los que podemos pensar e imagi-
mejor ejemplo de SANGHA. nar, en número ilimitado. Miramos todos en la misma dirección.
Para alcanzar un nivel desde el cual podamos ayudar a todos los seres, En el cielo, delante y por encima de nosotros, aparece la esencia y unión
ahora tomamos Refugio. Comprendemos que durante los innumerables ci- de todos los Buddhasí la forma radiante y transparente de nuestro Lama, el
clos cósmicos, los que han alcanzado la plena Iluminación han aprendido de Gyalwa Karmapa. Está sentado en un loto completamente abierto, multico-
otros seres realizados anteriores, y ahora vamos a convertirnos en los hijos e lor, sobre un disco lunar plano, vestido con el hábito rojo y amarillo de los
hijas del Buddha. Ahora podemos practicar como aconseja nuestro Maestro monjes. Tiene las manos cruzadas sobre el corazón sosteniendo la Campana
y llegar a ser Buddhas nosotros mismos. y el Dorje, la sabiduría liberadora y la compasión, la imparcialidad y el gozo.
De su rostro irradian un amor y una dulzura infinitas y lleva la Corona Negra,
En primer lugar calmamos nuestra respiración, y con ello nuestra mente.
cuya simple visión procura la Iluminación. Esta sentado en medio de un aura
Sintiendo el aire que entra y sale por nuestra nariz, dejamos que todos los
de arco iris, y de él fluyen todas las bendiciones, claridad y protección sobre
sonidos, pensamientos y sentimientos se vayan sin aferramos a ellos. Sin
y a través de todos los seres y de nosotros mismos, como rayos luminosos de
esperar ni temer nada, contamos 1-2-3-4 mientras inhalamos, y 4-3-2-1 mien-
luz y bienaventuranza. Nos abrimos plenamente a él con profunda confianza
tras exhalamos el aire.
y devoción, comprendiendo que no es un ser personal y limitado, sino la
Entonces pensamos en cuatro cosas importantes: esencia de todos los Buddhas. Recordamos que es nuestro amigo verdadero,
1. En la preciosa y rara oportunidad que gozamos de practicar las Enseñan- que nunca nos abandonará, y que este vínculo madurará y nos permitirá
zas liberadoras del Buddha - en que podemos alcanzar realmente el final beneficiar a todos los seres, como él. Que, tanto si podemos verlo ahora
de la confusión y del sufrimiento relativo y llegar a ser capaces de ayudar como si no, su esencia de Verdad está en todas partes. A él le decimos:
a todos los seres. En el LAMA tomo REFUGIO
2. En el hecho de que debemos aprovechar esta oportunidad ahora. Todo es LAMA-LA CHAP-SU CHIO
impermanente, podemos morir en cualquier momento, y todos los seres Nuestra mente se dirige después al Buddha Sakyamuni, a la izquierda del
necesitan nuestra ayuda. Sólo la mente está siempre ahí. Karmapa. Tiene un color dorado, es atlético y bello, y recordamos que él fue
3. En el Karma: en que nosotros mismos decidimos lo que ocurre, en que el primero en enseñar la naturaleza de la mente en esta época, que manifestó
podemos hacer lo que beneficia a los demás y dejar de hacer lo que los la Iluminación por nosotros. Le estamos profundamente agradecidos por
perjudica, en que podemos llevar una vida consciente por el bien de esto y, abriéndonos a todo el amor y toda la luz dorada que fluyen de él hacia
todos. todos los seres y hacia nosotros mismos, decimos:

4. Y la razón para practicar: porque la bienaventuranza de la plena Ilumina- En el BUDDHA tomo REFUGIO
ción lo supera todo, y porque podemos hacer poco por los demás si no- SANGYE-LA CHAP-SU CHIO
160 Cuando el pájaro de hierro vuele... Tomo refugio en el Buddha 161

A continuación nos abrimos al Dharma q u e n o s libera, detrás del Lama Cuando terminamos, Chenresig d e s d e la derecha, los Libros Sagrados
Karmapa en el cielo. Es la experiencia de todos los Buddhas, expresada en d e s d e detrás y el Buddha d o r a d o d e s d e la izquierda se funden en el Karma-
los libros q u e e n s e ñ a n la naturaleza de la mente y, con ello, eliminan la pa, q u e está en el centro. El mismo se disuelve en luz de arco iris y, en una
ignorancia, causa de t o d o dolor. Recibimos su clara luz de amor y sabiduría, corriente cada vez más intensa, penetra en nuestro corazón.
q u e nos llena profundamente. Recordando q u e son medios mediante los Permanecemos en este estado con naturalidad, tanto tiempo c o m o poda-
cuales llegamos a la plena Iluminación, decimos: mos, y el Refugio y nuestra mente se mezclan c o m o leche y agua hasta q u e
En el DHARMA tomo REFUGIO dejan de ser dos para ser u n o solo.
CHÓ-LA CHAP-SU CHIO Cuando vuelven a dominar los pensamientos, toda actividad mental y el
A la derecha del Karmapa, nos concentramos a continuación en el blanco m u n d o externo surgen c o m o el libre juego de la mente, frescos y completa-
Buddha de cuatro brazos, Chenresig. El es la esencia de todos los Bodhisatt- m e n t e puros, y decimos nuestro mantra a Su Santidad el Karmapa, activando
vas, de los q u e nos ayudan en la vía. C o m p r e n d e m o s cuan importantes son siempre su poder.
para nosotros, cuánto necesitamos a nuestros amigos, tanto a los realizados
c o m o a las personas corrientes, y, agradecidos por la blanca luz de amor q u e KARMAPA KHYEN NO
se derrama sobre nosotros, decimos:
En LOS QUE PRACTICAN t o m o REFUGIO Finalmente, compartimos todas las b u e n a s energías, diciendo:
GENDUN-LA CHAP-SU CHIO "Que todas las b u e n a s impresiones acumuladas aquí se vuelvan ilimita-
A continuación volvemos a concentrarnos en nuestro Lama Karmapa, das, alcancen a todos los seres de todas partes y los conduzcan al fin del
situado en el centro del cielo, q u e lleva la Corona Negra e irradia todas las sufrimiento, la Buddheidad".
b u e n a s energías hacia los q u e estamos en el campo. Y de allí nuestra mente
va al Buddha (Sangye), a la izquierda, al Dharma (Chó), detrás de él, a Los TASHI SHO
q u e Practican (Gendun), a la derecha, y d e s p u é s vuelve u n a vez más al Q u e esto sea auspicioso
Karmapa.
Mientras recibimos, de esta forma, una y otra vez la bendición del Refu-
gio, decimos sus cuatro líneas tantas veces c o m o podamos:
Aquí están las cosas q u e se nos aconseja hacer y evitar, expresadas sen-
los libros cillamente:
DHARMA Después del REFUGIO EN EL BUDDHA:
CHÓ
Hacer: D e b e m o s ver todas las representaciones del Buddha, tanto pací-
ficas c o m o coléricas, c o m o verdaderas manifestaciones de su mente. Debe-
BUDDHA LAMA SANGHA mos evitar ponerlas en el suelo o sentarnos sobre ellas; hay q u e guardarlas
SANGYE KARMAPA CHENRESIG en un lugar limpio y elevado. Si no p o d e m o s usarlas, es mejor dejarlas en la
GENDUN naturaleza o quemarlas.
Evitar: No d e b e m o s tomar Refugio en seres q u e no c o n o c e n la naturaleza
Madre Nosotros Padre de la mente. El Buddha no es celoso. No lo necesita, p e r o estos dioses y seres
no p u e d e n ayudarse a sí mismos; así p u e s , ¿qué p u e d e n hacer p o r nosotros?
T o d o s los seres
Como máximo p u e d e n ayudar durante un breve período.
162 Cuando el pájaro de hierro vuele... Tomo refugio en el Buddha 163
Después del REFUGIO EN EL DHARMA: vez en cuando no es perjudicial si uno no se embriaga; otros, que no hay
Hacer: Debemos guardar todos los textos y libros budistas en un lugar que tocarlo, salvo con fines medicinales. El hashish, el opio, el ácido, etc.,
limpio y elevado y considerarlos como la palabra del Buddha que nos libera. nunca hay que tomarlos salvo como medicina.
Cuando dejan de ser útiles, debemos quemarlos. 5. Perjudicar sexualmente a los demás; por ejemplo, destruyendo unas rela-
Evitar: Nunca debemos causar daño conscientemente a ningún ser. El ciones intactas entre otros seres. También todas las prácticas extremas
único objeto del Dharma es ayudar a los demás. que ocasionan un sentimiento de separación más que de unidad.
Después de REFUGIO EN LA SANGHA: Se necesita cierto tiempo para descubrir el verdadero sentido del Refugio
y de los votos. No obstante, su intensa influencia estabilizadora se puede
Hacer: Debemos ver los hábitos rojos y amarillos de los monjes y monjas sentir de inmediato. A través del Refugio estamos conectados con los pode-
como una representación del cuerpo del Buddha. Asimismo, debemos tratar res iluminados de todos los Buddhas, y, mediante los votos, los nudos de la
bien a los monjes y las monjas e intentar no quedar totalmente atrapados en mente desaparecen y se disuelve mucho karma nocivo. Al convertirse en un
las cosas mundanas. canal más apto para transmitir las energías búdicas, uno automáticamente
Evitar: Debemos evitar prestar oídos a personas que esparcen dudas o hará más por los demás.
discuten la enseñanza. Al contrario, debemos encontrar amigos que sean un
buen ejemplo y nos ayuden a progresar. Tampoco debemos hacer proselitis-
mo; las personas acuden por sí mismas cuando están preparadas.
Sí tomamos Refugio diariamente y nos atenemos a este sencillo consejo,
que también es útil en Occidente, los obstáculos desaparecen y surge la Esta luna llena era especial para todos. Era el final del "Yerne" o "retiro en
certeza interior. Primero fugazmente y después con una alegría cada vez las lluvias" de seis semanas de duración, durante el cual los monjes y las
mayor, uno sabe que algún día será el firme Refugio de otros. monjas meditan y recitan todo el día. Hoy iban a hacer una celebración con
danzas ceremoniales. De madrugada ya oírnos el retumbar de las largas trompas
Junto con el Refugio, el Kannapa también nos dio algunos votos de los y el estrépito de los oboes, y subimos corriendo desde la casa de huéspedes
llamados para legos. Cinco de ellos están relacionados con situaciones coti- al monasterio para mirar. En el patio, rodeado de celdas de meditación, una
dianas y el hecho de realizar uno o varios de ellos significa que en lo suce- procesión de monjes que llevaban los anchos sombreros tradicionales de
sivo tenemos la ayuda del Buddha para evitar acciones que traen consigo color dorado y rojo de la escuela Kagyu daba las tres vueltas ceremoniales al
mucha aflicción. Los diferentes votos que hayamos podido hacer se rompen monasterio. Aunque iban vestidos con sus mejores hábitos -que sólo se
cuando hacemos las cosas siguientes: ponían una vez al año- no tenían la expresión rígida y poco natural que
1. Matar conscientemente a personas. Si matamos animales debemos purifi- conocemos de las procesiones de Occidente. Reían, bromeaban un poco y
car el voto. saludaban con la cabeza a amigos y familiares que habían venido de todas
partes para tomar parte en los festejos.
2. Robar conscientemente. Tomar lo que no ha sido dado con la intención
de robar. La paz de los Lamas era más penetrante de lo habitual y se comunicaba
a todo el mundo. El denso humo del fuego de ramas de enebro se mezclaba
3- Mentir conscientemente. Pretender experiencias meditativas que uno no con las nubes bajas, que hasta aquel momento habían estado dando una llu-
ha tenido. Esto destruye la confianza y puede descarriar a las personas. via casi constante y que sólo dejaban entrever lo que sucedía. El monzón aún
También mentir con la intención de perjudicar a alguien. Otras mentiras no había terminado y la lluvia nos pareció menos agradable que nunca ahora
que no sean éstas pueden transformarse. que iban a empezar las danzas. En una explanada rectangular situada detrás
4. Tomar drogas. Por lo general, esto incluye el alcohol. Sobre este punto, del monasterio colgaba un enorme techo de tienda blanco con los ocho
uno debe consultar antes a su maestro. Algunos dicen que una copa de signos tibetanos de buen augurio y en el lado opuesto de este campo había
Tomo refugio en el Buddha 165

en sánscrito. En japonés es el famoso Buddha Amida, y en chino, Amitofu.


Shamar Rimpoché es un ejemplo perfecto de cómo la mente iluminada puede
influir en los genes. Tiene los rasgos faciales exactos y las mismas dimensio-
nes corporales de las descripciones espontáneas y las pinturas del Buddha
Amitabha que han aparecido en todas las culturas budistas en todos los tiem-
pos. En su familia no hay nadie que se le parezca. Su dulzura omnisciente y
su control de toda situación son inmensos. Hoy en día está al frente del linaje
Kagyu en el intervalo entre el 162 y el 17Q Karmapas.
La representación empezó con las experiencias de una mente no ilumina-
da en el estado llamado Bardo. En realidad hay seis estados, pues la palabra
"Bardo" significa "estado intermedio": los tres que alternamos mientras tene-
mos un cuerpo -sueño profundo, sueños y consciencia despierta- y el de
morir, de las experiencias posteriores a la muerte y de las de nacer a una
nueva vida. Por lo general, no obstante, el término se emplea para designar
el período entre la muerte y el nuevo nacimiento, cuando la mente está libre
del cuerpo viejo y todavía no se ha unido a otro nuevo. Lo que en este estado
S.S. Karmapa. experimenta la mente, que en los seres no iluminados está limitada por sus
proyecciones y su imaginación, viene explicado en detalle en el Bardo Tbo-
dol, el famoso Libro Tibetano de los Muertos. Mediante acciones simbólicas y
una tienda más pequeña con uno de sus lados abierto. Desde la tienda pe- máscaras muy expresivas, la obra mostraba de forma muy tangible cómo las
queña se tenía una hermosa vista del campo, del tejado del monasterio y, de impresiones asentadas en la mente durante la vida surgen de nuestro alma-
vez en cuando, de las montañas del Tíbet, más allá del valle. Después de dar cén mental (subconsciente) después de la muerte, cuando no nos llegan
tres vueltas al edificio principal, la procesión de Lamas subió hacia la expla- nuevas impresiones sensoriales. En ese momento, asimismo, la mente no en-
nada. Los altos encarnados tomaron asiento en la tienda pequeña, y los otros señada no ve sus proyecciones cambiantes como tales, sino que cree que son
Lamas y monjes se sentaron a derecha e izquierda, mientras que los laicos reales, y, por lo tanto, según lo que haya almacenado en ella, tienen lugar
formaron un círculo alrededor del lugar de la danza a fin de estar más cerca intensas experiencias. Aparecen el odio o el orgullo, la avaricia o la envidia,
de la acción. Encontramos un lugar entre los peces gordos, lo más cerca posi- los apegos o la estupidez, que se solidifican en los seis mundos de infiernos
ble del Karmapa, desde donde de vez en cuando podíamos ver su rostro y o cielos, fantasmas o semidioses, hombres o animales. Estos sueños cam-
oír sus estruendosas carcajadas. Su risa, surgida de lo más profundo de su biantes son nuestras experiencias de la vida y la muerte, de pasar de una
cuerpo, retumbó por el campo una y otra vez a lo largo del día, llenando fá- existencia a otra. En resumen, la representación mostraba las penalidades y
cilmente todo el espacio. De todos los grandes Lamas que hemos tenido oca- confusiones que continúan surgiendo hasta que la mente empieza a recono-
sión de ver de cerca, el Karmapa es el que más irradia el intenso gozo de la cer su estado abierto, claro e ilimitado, hasta que reposa en su naturaleza
Iluminación. Es completamente inseparable de él; las constantes explosiones búdica intemporal, que es gozo, compasión y ausencia de temor más allá de
de felicidad espontánea son irresistibles como las fuerzas de la naturaleza. todo lo imaginable.
Aunque parecía que las nubes iban a descargar la lluvia en cualquier mo-
mento, por alguna razón no lo hicieron, y empezaron las danzas, ofreciendo Uno podía sentir realmente la mente iluminada del Shamar Rimpoché de-
interpretaciones muy gráficas de las enseñanzas del Buddha. La primera trás de esta representación. Combinaba de manera experta enseñanzas abso-
interpretación fue la del joven Shamar Rimpoché. Este joven es una emana- lutas y relativas y juntaba meta y camino. Para los materialistas, subrayaba la
ción del Buddha de la Luz Infinita, llamado Opagme en tibetano y Amitabha impermanencia y mutabilidad de todas las cosas, y para los nihilistas, la

1
166 Cuando el pájaro de hierro vuele...

causalidad. Al mostrar que las acciones benéficas surgen después de la muerte


en forma de blancas presencias amables, mientras que las acciones negativas
aparecen en este mismo espacio claro como formas negras de miedo y con-
moción, la representación era una buena enseñanza para las personas inma-
duras aficionadas a los viajes mentales.
La siguiente era una danza antiquísima sobre un rey que dio sus posesio-
nes, su esposa, e incluso sus ojos, todo, a los demás. Era realmente generoso,
pero como había largos e hinchados pasajes de declamación que no com-
prendíamos, en realidad se hizo bastante aburrido y empezamos a pensar
que la reina estaría contenta de irse también. Al cabo de poco volvimos a
concentrarnos totalmente en el Karmapa y los Encarnados que lo rodeaban.
El era, simplemente, más importante.
Hacia la tarde tuvimos que explicar lo poco que sabíamos de las prácticas
tibetanas a un grupo de italianos que realizaban un viaje de lujo. Resultaba
extraño ver qué grandes y fuertes parecían incluso los europeos del sur al
lado de los tibetanos del centro y los nepaleses, pero también qué inmaduros
e individualizados resultamos. Era la primera vez que interpretaba oficial-
mente la religión y la cultura tibetanas para occidentales, y ello me dio un
verdadero destello, un anticipo de aquella alegre excitación que más adelan- S.S. Karmapa con los cuatro delentores del linaje Kagyu.
te sería constante. La transmisión operaba, nuestro profundo interés les atra-
jo, y todos fueron a recibir la bendición del Karmapa. Ello les impresionó
profundamente y lo fantástico fue que el Karmapa y los demás Lamas tam- muy higiénicos o tenía que mostrar la dureza de mis bien lubricados múscu-
bién quedaron verdaderamente complacidos. Era muy claro que querían los occidentales. De todos modos, era probablemente todo cuanto había de
tender puentes y ser comprendidos por nosotros, los occidentales. Fue una loable.
constatación que nos golpeó como un rayo y que no olvidamos: una tarea En una pausa entre las danzas alguien trajo un transistor, regalo del rey de
apropiada para hacer de ella el centro de una vida. Bhután al Karmapa. Era un objeto bien extraño en aquel ambiente y querían
Cuando terminaron las danzas, y aún no había empezado a llover, les to- repararlo. Así como nosotros pensamos que los tibetanos tienen poderes me-
có el turno de actuar a los legos. Espontáneamente, y para diversión de to- ditativos especiales, lo que no es cierto en absoluto, ellos esperan de noso-
do el mundo, cada cual mostró sus habilidades -luchas, cantos o lo que tros "poderes técnicos". Todos miraban la maravilla que estaba allí abierta, y
fuera-. También a mí me pidieron que hiciera algo, y, aunque en la escuela, aunque nunca he entendido mucho de radios y cosas de éstas, supe ver un
como la mayoría de mis amigos, me ocupaba de cosas más interesantes du- cable suelto. En un momento funcionó y, cuando la radio captó de nuevo to-
rante las clases de educación física, sabía hacer toda clase de saltos complica- das las tormentas de truenos de la región, todos quedaron impresionados.
dos, cosas que los tibetanos nunca habían visto antes. En realidad lo único Hannah y yo también estábamos impresionados. Durante todo el día, contra
que queríamos era recibir la bendición del Karmapa, que nos tuvo aturdidos las reglas de la naturaleza, no había caído una sola gota de lluvia en aquella
con su poder casi todo el tiempo, pero fue imposible desviar la atención de zona, aunque en el resto del valle estaba diluviando. No rompió a llover
hasta que las representaciones hubieron terminado y todo el mundo estuvo
nosotros. Debido a mi aspecto y conducta tan parecidos a los de los guerre-
bajo cobijo, y entonces llovió a mares durante horas. Los tres días de festivi-
ros del Tíbet oriental, me dieron el nombre de "Khampa", y muchas veces al
dades siguieron la misma pauta: en el momento antes de empezar las danzas
día me convertía de mala gana en el árbol de trepar de pequeños monjes no
168 Cuando el pájaro de hierro vuele...

paraba de llover, y en cuanto terminaban, por la tarde, volvía a empezar. Por


la tarde del tercer día, tratando de darle la menor importancia posible, pre-
gunté a un lama que hablaba inglés a qué podía deberse este hecho. Me
respondió simplemente: "La Joya que Satisface los Deseos (el Karmapa) no
desea que llueva durante las representaciones y por allí hay unos monjes que
queman incienso y recitan mantras". No fue la última vez que, estando con
el Karmapa, pensamos en pedir que nos devolvieran el dinero que pagamos
en la escuela. Nuestra educación anterior no era nada comparado con lo que
el Karmapa podía enseñarnos.

Capítulo EX
EL PUNTO DE NO RETORNO
Todos los días, gentede todas clases acudía en masa al monasterio. Querían
bendiciones y consejos, y participar en la Iluminación del Karmapa a través
de las poderosas Ceremonias de la Corona. Cuanto más cargados y purifica-
dos estábamos por hallarnos cerca de él, más cambiaba el efecto de las Ce-
remonias de la Corona, Primero era una sensación de poder, algo físico, co-
mo ser alcanzado por un rayo. Yo sufría una conmoción muy intensa y am-
bos quedábamos en un estado de choque, pero también de satisfacción total.
Gradualmente, sin embargo, las experiencias de choque se volvieron más
fluidas, ilimitadas y duraderas. Cada ceremonia suponía nuevas visitas a estados
más allá del tiempo y el espacio, y participar de la mente del Karmapa era
simplemente un océano sin límites.
Ahora que habíamos conseguido llegar hasta el Karmapa no queríamos
volver a irnos, y se me ocurrió la brillante idea de convertirme en su chófer.
Sobre coches sabía mucho, especialmente en cuanto a conducirlos de forma
rápida y poco convencional. Estaba harto de abandonar al Karmapa a la
lentitud de los conductores locales (que, por otra parte, han mejorado mucho
desde entonces) y pensábamos, también, que de este modo podríamos estar
más cerca de él. Pero, sobre todo, esperábamos que los indios no se atreve-
rían a expulsar del país al chófer del Karmapa. Por lo general, a los extran-
jeros sólo se les permite estar unos días en Sikkim, que está completamente
al alcance de las tropas chinas del Tíbet. Mientras nos encontrábamos mo-
viendo muchas influencias para poder quedarnos, descubrimos, con gran
sorpresa por nuestra parte, que nuestra necesidad de la presencia inmediata
del Karmapa disminuía gradualmente. Su campo de poder era tan evidente
en todas partes que nos volvimos menos insistentes en nuestro deseo de es-
170 Cuando el pájaro de hierro vuele... El punto de no retorno 171

tar con él constantemente. Con la afluencia inacabable de gente que quería proteínas. Cuando un familiar o protector da dinero a un monje, éste compra
recibir algo de él todo el tiempo, era claro que tenía bastante que hacer. Con tsampa tostado, que es, absolutamente, su alimento número uno.
bondad ilimitada respondía a las preguntas de todos, solucionaba sus proble- A las siete se reúnen en la gran sala para hacer las meditaciones en común
mas y satisfacía sus plegarias, a menudo actuando en situaciones que otros y juntan sus energías para beneficio de todos los seres o por una familia o
considerarían irremediables. No parecía distinguir entre productivo e impro- persona determinadas. Mediante la concentración al unísono en textos y
ductivo, como hacemos nosotros, sino que veía vidas innumerables en el pa- mantras, así como por la visualización de los diferentes aspectos búdicos, se
sado y el futuro, y establecía conexiones que siempre serían beneficiosas. activan las energías liberadoras, y los resultados son claros y llegan pronto.
Sólo con las diarias Ceremonias de la Corona, el Karmapa daba tanto que Este es el proceso que en sánscrito se llama "Puja", y en tibetano "Chopa",
continuamente sentíamos fluir su poder, y el mero hecho de estar en Rumtek palabras cuya mejor traducción es probablemente "ofrenda": ofrenda de los
abría posibilidades ilimitadas. Hannah, sin embargo, creía que había llegado apegos del ego para dejar lugar a la bendición. Se hace un uso muy conscien-
el momento de poner en marcha los métodos, de llevar a cabo más prácticas te de la música. Resuena con nuestros centros internos y los activa a fondo.
formales nosotros mismos y no limitarnos a estar donde ocurrían las maravi- Con ello, la mente es liberada de su constante preocupación con las impre-
llas. Cuando preguntamos al Karmapa cómo practicar, nos dio tres mantras siones sensoriales y los pensamientos, y se une fácilmente con las energías
extremadamente potentes para repetir tanto como pudiéramos. El primero búdicas invocadas en un estado de apertura e inspiración. Al disolverse nuestras
era el mantra de su segunda encarnación en el Tíbet, el gran yogui Karma barreras mentales, aparece una alegría espontánea que es profundamente
Pakshi, a quien Marco Polo conoció en Mongolia y cuyos poderes mágicos purificadora. SÍ uno es capaz de escuchar esta música, no como algo ajeno
pacificaron a Kublai Khan. Activando su campo de energía intemporal, o extraño, sino que puede vivirla interiormente, aparecerán con frecuencia
proporciona la bendición de todos los Karmapas. El segundo era el que intensas experiencias interiores.
invocaba la sabiduría interior de todos los Buddhas en aquella forma danzan- Durante la pausa de mediodía, las voces agudas de los niños que apren-
te femenina, roja y transparente, sobre la que Milarepa también había medi- den a leer sustituyen a las trompas y los tambores, mientras los de más edad
tado. El tercero era la vibración natural de la importantísima energía Maha- memorizan textos básicos. Lo que aprenden durante estos primeros años es
kala de nuestro linaje Karma Kagyupa, el Gran Manto Negro, una energía tan la base de su educación futura, y su temprano conocimiento de las enseñan-
intensa que sólo se puede describir mediante sus atributos externos. Estos zas de Buddha es la razón por la que, a pesar de las enfermedades y las malas
tres mantras son llaves que dan acceso a aspectos de la mente búdica que condiciones externas, son mucho más armoniosos que íos niños que hemos
imparten una increíble energía, y el Karmapa prometió que estas energías visto en otras culturas.
crecerían ahora en nosotros.
Por la tarde hay más pujas y los monjes realizan trabajos dentro y fuera
Poco a poco fue tomando forma la imagen de la vida monástica en Rumtek. del monasterio. Imprimen libros a mano con planchas de madera, página a
Un día típico era como sigue. Desde las tres de la mañana, en cuanto se página, elaboran medicinas con hierbas, o enseñan a otros. Al anochecer
despiertan, los lamas y monjes hacen sus prácticas meditativas personales, suenan las largas trompas y los monjes regresan a sus meditaciones privadas,
que sólo comentan con sus maestros. Hacia las seis se los ve reunirse alegre- que no siempre se interrumpen durante el sueño. Aunque en Occidente se
mente en el lugar de lavarse, en el patio, donde con frecuencia está el único sabe poco sobre el tema, el Budismo tibetano utiliza métodos, llamados
grifo que funciona de todo el momasterio. A continuación, desayunan en sus "Milam", que permiten la continuación de la consciencia meditativa mientras
celdas. Hacen té tibetano con mantequilla y sal, que mezclan con maíz o se duerme y se sueña.
arroz machacado. En Rumtek comen el arroz rojo medio descascarillado de No obstante, esta rutina cotidiana se ve completamente alterada cuando
Bhután -regalo del generoso Rey- y, por consiguiente, están más sanos que el Karmapa reside en el monasterio. Constantemente llegan visitantes, se ce-
los monjes de muchos otros monasterios, que sólo comen el grano local lebran ceremonias e iniciaciones de día y de noche, y durante este tiempo
totalmente descascarillado. Con todo, cerca de un 80 por ciento sufrían, en uno puede ver la capacidad de los tibetanos para improvisar. Cuando todo
aquel momento, tuberculosis, y todos tenían deficiencias en vitaminas y está preparado para una ceremonia muy especial, saben, sin rigideces ni va-
172 Cuando el pájaro de hierro vuele...

cilaciones, acomodarse fácilmente a cualquier novedad y cambiar las cosas


de modo que todos estén contentos y sientan que se ha hecho algo por ellos.
Dado que los años de meditación han eliminado en ellos los pensamientos
habituales y la adhesión al ego, saben muy bien cómo trabajar libremente
con las dimensiones de tiempo y espacio.
A Hannah y a mí nos hubiera gustado tener un poco más de libertad, so-
bre todo en lo que respecta al tiempo. Aunque interiormente estábamos de-
cididos a pasar una larga temporada con el Karmapa, de ser posible toda la
vida, las condiciones externas no nos favorecían. Las llamadas telefónicas del
oficial político indio, el señor Das, se producían varias veces cada día; quería
que nos fuésemos de Sikkim en seguida. Hasta llegar nosotros, ningún ex-
tranjero había permanecido en Sikkim más de siete días, y al cabo de tres días
había que prolongar el visado. A veinte kilómetros del monasterio por carre-
teras tortuosas (pero a menos de la mitad de distancia en línea recta) estaba
el puerto que comunicaba con el Valle de Chumbi, ya en el Tíbet. Estaba
lleno hasta los topes de soldados chinos, y había habido escaramuzas hacía
poco tiempo, tanto en el famoso puerto de Nathu-La como en los otros picos
que estaban en sus manos. En realidad, podían hacer exactamente lo que
quisieran, y esto tenía muy sensibilizados a los indios. Nuestro viejo amigo,
el Dr. Jigmi, ya había intentado varias veces utilizar su influencia con las
autoridades. Les había dicho que el Karmapa iba a visitar Bhután muy pronto tes bhutaneses, que son válidos para la India y el Himalaya, y todos los
y que nosotros nos iríamos con él, pero esto no había hecho cambiar nada. obstáculos para estar con el Karmapa habrían terminado.
En Rangpo, la frontera entre Sikkim y la India, había los mismos funcio-
A nosotros nos preocupaban poco las autoridades. Si seguíamos en el narios de antes, y no quedaron muy contentos con nuestra larga estancia. En
país, lo único que podían hacer era expulsarnos, y para ello primero tendrían aquellos días se hablaba mucho de guerra y veían espías en todas partes,
que encontrarnos. Pero, como invitados de unos refugiados sin derechos le- como tan a menudo hace la gente en países donde no hay absolutamente
gales y en una posición muy vulnerable respecto a los indios, muy en contra nada que espiar. Con la lluvia torrencial, no cruzamos el puente del Tista ni
de nuestra voluntad tuvimos que hacer lo que nos pedían. Fue muy doloroso pasamos el control, como se esperaba que hiciéramos, sino que, poco antes
dejar al Karmapa, aunque sólo fuese por unos días. No descubrimos en ello de llegar a él, tomamos la estrecha carretera que se eleva, haciendo curvas
una oportunidad para aprender a tener paciencia y observar nuestra mente, sin fin, hacia la izquierda, hacia Kalimpong. Hasta la invasión del Tíbet, en
sino todo lo contrario: yo estaba furioso contra las autoridades indias, que 1959, Kalimpong era el lugar donde el Tíbet, el Nepal, Sikkim, Bhután y la
siempre parecían tan inútiles. Cuando nos despedimos del Karmapa en su India se reunían para hacerse trampas unos a otros en el comercio y la
habitación del tejado, Su Santidad dijo, respondiendo a nuestro estado de política. Aunque los chinos habían cerrado el importante puerto de Nathu-La,
espíritu: "Actúan por ignorancia al separar al maestro y los discípulos, y actos que lleva al Tíbet, Kalimpong era todavía el lugar del Himalaya oriental
así más adelante traen disgustos, pero no pueden actuar mejor". Y con una donde más cosas se podían ver, oír, comprar y experimentar. Allí también
sonrisa que nos llegó al fondo del corazón, prosiguió: "Tomadme como vivía el yogui chino que durante 24 años no se había apartado más de siete
ejemplo. Todos los días rezo por Mao Tse tung. Realmente necesita ayuda". pasos de su casa. Cuando llegó, era una agradable zona residencial de las
Quedamos en esperar al Karmapa en Kalimpong. Después iríamos condu- afueras de Kalimpong, pero la ciudad había crecido, y ahora el yogui tenía
ciendo uno de sus coches o camiones a Bhután. Allí obtendríamos pasapor- vecinos con multitud de niños ruidosos por todos lados. Mantenía correspon-
174 Cuando el pájaro de hierro vuele... El punto de no retorno 175
dencia con personas de todo el mundo y a nosotros nos había enviado al las montañas, aun cuando esto podría haber proporcionado una rápida Ilu-
Nepal la meditación de Tara. Como el Karmapa al menos tardaría un día en minación a todos, y que era una lástima. También nos habló de sus años pa-
llegar a Kalimpong, teníamos tiempo para hacerle una visita. sados en una cueva en el Tíbet y de cómo distintas "Dakinis" -mujeres de
Al atravesar Ja ciudad eludimos a varios misioneros cristianos e hindúes sabiduría interior despierta- habían venido a inspirarle. En los últimos años,
que estaban trabajando duro por allí. Cuando nos acercamos a la casa amarilla sin embargo, se había hecho difícil encontrar a las dadoras de sabiduría ade-
donde vivía el yogui, volví a encontrar exactamente el mismo estilo que en cuadas para esta práctica, la más eficaz de todas. Estando todavía hablando
Síngapur, donde conocí por primera vez la antigua atmósfera china. El yogui -su inglés era perfecto y daba gozo de oír-, llamó a un muchachito del grupo
chino era un caballero pequeño, redondo y enérgico, de edad indefinida. que había detrás de su ventana y que observaba en la mejor tradición india,
Más adelante oímos decir que tenía setenta años. Contaba cosas extraordina- a aquel hombre extraño y a sus extraños visitantes. Le dijo que fuera a buscar
rias sobre su vida y, mientras las contaba, se movía precipitadamente por su unos momos.
cuarto de trabajo, recogía toda clase de opúsculos que había escrito y los Conocíamos bien los momos. Son los trozos de carne hervida y picada,
amontonaba delante de nosotros. Ni sus libros ni su ejemplo, que iba a obli- rebozados de pasta, que tanto gustan a los tibetanos. Como éramos vegeta-
garnos a desarrollar una gran sabiduría discriminativa durante los años si- rianos desde hacía tres años -desde el día en que empezaron las curaciones-
guientes, encajaban con ninguna de nuestras categorías. Los opúsculos nos y queríamos seguir siéndolo, le dijimos por qué no queríamos comer momos.
confundían porque a menudo daban enseñanzas en todos los niveles al mis- Por consiguiente, llamé al niño y anulé el encargo, pero el yogui volvió a
mo tiempo, tanto los más sencillos como los tántricos más elevados, que decirle algo de "momos" y de nuevo el muchacho partió. Pensamos que
exigen una larga preparación y mucha información suplementaria. Asimis- habría pedido que pusieran queso en vez de carne, lo que también era una
mo, su comportamiento tampoco era fácil de entender. Por una parte, era
evidente que había desarrollado poderes especiales durante su largo retiro,
pero, por otra, hacía cosas que -sin duda hay que evitar, como criticar a los
demás, incluso a los jefes de las escuelas budistas. El Karmapa era la única
persona de la que nunca le oímos contar chismes, pues el mantra "KARMAPA
KHYEN NO" en una ocasión le salvó la vida.
Pero la mayoría de estas cosas vinieron más tarde. En nuestro primer en-
cuentro, para nosotros era sobre todo el propietario de las thankas exquisi-
tas que colgaban de la pared, muchas de las cuales representaban aspectos
que nunca habíamos visto antes. Era también un narrador fascinante. Nos
dijo que a su madre, al nacer él, le habían salido cuatro pezones, de los que
mamó, y, aunque no comprendíamos el significado profundo de este hecho,
supusimos que indicaba el recibir la bendición de todas las direcciones del
universo. También habló de su juventud, durante la cual fue maestro en
China, y de sus temores de una muerte prematura.
Primero practicó los ejercicios taoístas destinados a prolongar la vida, y
. después siguió el camino de los lamas y se fue al Tíbet a meditar. En Kham
conoció a la famosa escritora francesa Alexandra David-Neel. Fue una de las
primeras personas que viajaron por el Tíbet y escribió libros de inspiración
teosófica sobre algunos de los aspectos más mágicos del Budismo. Dijo que
esta señora no quiso realizar prácticas unitivas con los yoguis que visitó en El yogui chino Cben en Kalimpong
176 Cuando el pájaro de hierro vuele..

posibilidad, pero lo que llegó estaba hecho claramente de carne de animales.


Cuando volvimos a decirle -y esta vez bastante enfadados- que no íbamos
a comer carne, él respondió que el propio Buddha comía cualquier cosa que
le ofrecieran. Comprendimos que no teníamos escapatoria y accedimos. Ahora
esperábamos que resurgieran toda clase de conflictos procedentes del pasa-
do. Yo pensaba, especialmente, que las hormonas impregnadas de miedo
del animal, que sin duda no había muerto en medio de un océano de paz,
despertarían mi agresividad anterior. Y, sobre todo, nos preguntábamos si el
poder curativo de nuestros brazaletes de plata se perdería.
Unas horas antes de la primera curación de Copenhague, inspirados por
nuestro amigo Harold el Profeta, dejamos en el plato, sin tocarlas, dos lon-
chas de jamón. Queríamos intentar no comer carne durante un mes. Después
de ocurrir el primer "milagro", vimos una clara relación entre ambos hechos
y entonces decidimos simplemente seguir siendo vegetarianos. También nos
sentíamos mal por nuestra protectora especial, la blanca Dolma de misericor-
dia infinita, ya que ahora estábamos comiendo los seres que ella protege. Sin
embargo, y con gran sorpresa por nuestra parte, el hecho de comer carne no
tuvo ningún efecto negativo sobre nuestro cuerpo ni sobre nuestra mente,
exceptuando, tal vez, que el sueño fue algo más profundo y menos conscien-
te.
Durante las semanas siguientes volvimos a evitar la carne e incluso pedi-
mos a Su santidad el voto de abstenernos de ella, pero no nos lo concedió.
El quería claramente que fuésemos flexibles. Hoy hacemos como la mayoría
de los budistas atareados de todas partes: aceptamos lo que nos dan, com-
pramos poca carne y nunca permitimos que se mate a un animal directamen-
te por nosotros, lo que nos convertiría en la causa primera de su muerte. Se
puede ayudar a las mentes de los animales y también de sus carniceros for-
mulando buenos deseos por sus renacimientos y evolución futuros y pro-
nunciando mantras como "OM AMI DEVA HRI" sobre la comida. Si no han
pasado más de siete semanas desde la muerte del animal, esto es muy
beneficioso.
En Kalimpong nos hospedamos en el agradable Gompus Hotel, que do-
minaba todas las carreteras de entrada y salida de la ciudad. El propietario,
Tashi, su esposa y su madre tenían buenas relaciones en la región y solían ser
los primeros en enterarse cuando sucedía algo. Sabía menos que nosotros
acerca de los planes del Karmapa, pero en cambio nos habló de un lama
mongol que tenía cien años, el cual vivía en una colina más arriba de la
ciudad y tenía poderes curativos especiales. Nos habría gustado visitarle y S.S. Karmapa Rangdjung Dorje (1284 - 1339)
178 Cuando el pájaro de hierro vuele... El punto de no retorno 179
ver las cuevas de los alrededores en las que había meditado el gran Padma desde la puerta y lo dejaron seguir; el primer obstáculo había pasado. El
Sambhava, pero la comitiva de coches del Karmapa era esperada de un mo- segundo control fue menos agradable. Los aduaneros subieron al vehículo y
mento a otro. Así pues, por la mañana nos sentamos en la entrada del hotel uno de ellos avanzó lentamente por el pasillo hacia el fondo. Nos encogimos
con las mochilas preparadas, dispuestos a partir en seguida. Cuando pasó el al máximo, con las cabezas agachadas, y fingimos estar mareados a causa del
mediodía y vimos que nadie aparecía, empezamos a preocuparnos. Esto era viaje. Creo que sentí en el cuello la respiración del funcionario cuando estu-
más que el retraso tibetano habitual. Aunque sabíamos que apenas había vo junto a nuestro asiento, pero, más interesado en la rejilla del equipaje, no
ninguna posibilidad de poder hablar por teléfono con Sikkim, lo intentamos, advirtió nuestras claras cabezas en la semioscuridad. Dio la vuelta, el autobús
y el hecho es que conseguimos la conexión en seguida. Como un jarro de pudo seguir y, con el sentimiento triunfante de haber conseguido realmente
agua fría, la clara voz del Lama Jigmela nos confirmó lo que antes habíamos nuestro propósito, pasamos la frontera y entramos en Bhután.
oído como rumor pero no habíamos podido creer: la lluvia había vuelto a
llevarse la carretera de Sikkim a Kalimpong y, a fin de poder llegar a Bhután Era demasiado tarde para viajar hasta Thimphu, la capital. Por la noche no
de un modo u otro, el Karmapa había partido de noche por la elevada circulaban autobuses y, como sabíamos que había siete puestos de control
carretera militar. Con todo podría haber llegado ya. en el camino, dedicaríamos la mañana siguiente tramitar los papeles necesa-
rios. En este país, que mostraba tal devoción por el Karmapa y su enseñanza,
Sólo teníamos un pensamiento en la cabeza: seguir al Karmapa en Bhu- no nos importaba ajustamos a las reglas. Incluso soñé que subíamos por las
tán. No importaba que fuese un país prohibido a los extranjeros. Como chó- montañas en un jeep abierto. Habría sido muy divertido y mucho más rápido
feres del Karmapa, nadie nos habría detenido en la frontera, pero ahora ten- que el autobús.
dríamos que engañar nosotros solos a los guardias fronterizos, lo que podría
ser muy emocionante. En realidad, la idea de pasar una noche tranquila no era tan mala. Al
En nuestros cráneos antes calvos y bastante bronceados volvía a crecer el cruzar la frontera, algún karma muy fuerte había madurado. Hannah se puso
pelo, y por esto no teníamos un aspecto muy diferente de los khampas del muy mal en el momento en que sucedía, de modo que buscamos una habi-
país. Asimismo, nuestras chaquetas tibetanas tradicionales, las llamadas chubas, tación y nos pusimos a dormir bajo la mosquitera. A media noche Hannah
ocultaban nuestro origen. Por tanto, lo que debíamos evitar con más cuidado vio a un hombre que manipulaba nuestras mochilas. Evidentemente, con su
era que se vieran mis ojos azules. Si los veían, tendríamos problemas inme- noble corazón había tomado profundamente a pecho la enseñanza de no
diatamente. Cuando subimos al autobús que iba de Kalimpong a Puncheu- pensar nunca mal de los demás. En vez de despertarme, lo que habría dado
ling, la primera ciudad bhutanesa de la ruta a Thimphu, el conductor nos lugar a mucho movimiento, se echó en cara a sí misma el pensar que otros
lanzó una larga mirada de curiosidad. Por fortuna, era tibetano, y cuando le pudieran robar nuestras cosas, lo consideró una fantasía producida por la
contamos lo que ocurría prometió no poner sobre aviso a la guardia fronte- fiebre y se durmió otra vez.
riza.
A la mañana siguiente encontré nuestras cosas por el suelo, y la mitad de
Desde Kalimpong, la carretera pasaba a través de montañas pintorescas y ellas fuera de la ventana. Al recogerlas nos dimos cuenta de que no parecía
antiguos campamentos militares hasta llegar a un puerto, y luego descendía faltar nada. Incluso nuestra fiel cámara Canon y varios carretes de fotos en
por un terreno cuya vegetación, a pesar de la gran humedad, nos recordaba color -objetos muy valiosos en aquella zona- seguían allí, intactos. Sólo
el monte bajo mediterráneo. A partir de allí entramos en la llanura y marcha- hubo dos cosas que no pude encontrar: un retrato del Karmapa y una thanka
mos hacia el este a buena velocidad, conservando las estribaciones de las de Dolkar, la blanca Dolma, siempre tan buena con nosotros. El retrato
• montañas a la izquierda y pasando a través de interminables campos de té procedía del estudio OM de Kalimpong. Habíamos comprado varios de ellos,
que estaban protegidos y sombreados por acacias de copa plana. En el pri- que enviábamos a nuestros amigos y utilizábamos como regalo. Nos disgustó
mer puesto de control nos ocultamos detrás de los asientos delanteros. Nos perder la thanka. Aunque tenía pocos detalles, era muy bella. Dolkar es la
habíamos asegurado de que llegaríamos a los lugares bien entrada la noche. esencia iluminada de la mente, un Buddha femenino. Emanada de Chenre-
Fue muy fácil; los funcionarios indios se limitaron a mirar dentro del autobús sig, el Bodhisattva de la compasión, es muy activa en nuestro tiempo.
180 Cuando el pájaro de hierro vuele... El punto de no retorno 181
Dolkar aparece desde el espacio ilimitado como una forma con siete ojos, ñando al Karmapa. Hasta que todo se aclarase, seríamos huéspedes del estado
que muestran su receptividad hacía el sufrimiento de todos los seres y su en la casa de descanso situada en las afueras superiores de la ciudad. Nos
poder para ayudar. Los ojos adicionales están en su frente, en las palmas de dieron una habitación grande y bonita, con un hermoso césped, vista a las
sus manos y en las plantas de sus pies, que apuntan hacia arriba en la po- montañas y comodidades de todas clases. Varios sirvientes nepaleses cuida-
sición del loto. Su mano derecha está sobre su rodilla, en el gesto compasi- ban de nosotros y nos daban tres comidas al día, más de lo que nos habíamos
vo de dar, y su mano izquierda sostiene el tallo de un loto que se abre en su permitido durante años. Pero, aunque vivíamos como personas ricas, nuestro
oreja, signo de la pureza original.
espíritu no estaba en paz.
La pérdida de esta thanka era especialmente dolorosa porque, aun cuan- Nos sentíamos parte del Karmapa y sabíamos que todos los días estaría
do estuviera ejecutada sencilla y rápidamente, era una obra de arte muy dando grandes e importantes Iniciaciones en Thimphu mientras nosotros
bella. Su autor era el viejo pintor del monasterio de Rumtek, un genio de la estábamos allí sentados en las tierras bajas, esperando una respuesta. El he-
forma que se estaba volviendo ciego poco a poco. En aquella época ya lle- cho de perdernos estas ceremonias era tanto más doloroso cuanto que ha-
vaba dos pares de gafas, uno encima del otro, en su enorme cabeza, y pronto bíamos empezado a comprender cuáles son sus efectos. Hasta entonces sólo
iba a tener sólo su visión interior y muchos discípulos. Por otra parte, no habían estado activas en nosotros en un nivel subconsciente, y habíamos
podíamos enfadarnos de verdad con ese extraño ladrón, policía secreto o pasado de una a otra, sintiendo que eran algo bueno, pero sin saber realmen-
quien fuera. Tuvimos la sensación de que las imágenes se habían anticipado te por qué.
a ir junto al Karmapa en la capital, e incluso pensamos que allí podríamos
volver a encontrarlas. Lo que llamamos "Iniciación", o "Wang" en tibetano, significa poder o
transmisión de poder. A través de una fase de concentración, con o sin el uso
Preguntamos la dirección del SDO local, o quizá era un DSO. Nunca con- de objetos rituales, un maestro activa un aspecto de la ilimitada mente búdica,
seguimos aclararnos con los títulos abreviados que la gente usaba aquí, y que
que anteriormente le ha sido transmitido, y lo traspasa a otros. Lo que se
trataban de sonar muy ingleses y muy "internado" a la vez. Eramos incapaces
transfiere de este modo es la capacidad de experimentarse a sí mismo y al
de tomarlos tan en serio como aquellos que los detentaban.
mundo en niveles cada vez más altos, hasta que no se ve ninguna diferencia
Como aún era temprano, nos dirigimos a su domicilio particular. Esperá- entre el aspecto búdico y uno mismo y todas las cosas se ven en su perfec-
bamos reírnos juntos por la manera en que habíamos engañado a los indios ción original. Gracias a la capacidad de comprensión y la energía recibidas
y también que nos enviaría al Karmapa con sus saludos y con todos los pape- durante una Iniciación, en nuestra mente arraigan impresiones muy profun-
les necesarios -e incluso, quizá, con nuestro propio jeep-. Sin embargo, das, y si practicamos bien la enseñanza del Buddha en esta vida, el resultado
cuando su cara soñolienta apareció en la puerta del bungalow, no fue ésta su es una transmutación total de nuestros procesos mentales condicionados en
primera oferta. Parecía como sí tuviera la esperanza de estar todavía soñan- la Iluminación de todos los Buddhas. Aunque sea difícil trabajar de forma
do, y dijo: "¿Qué demonios os trae por aquí?" Este S.D.O. tenía un aspecto constructiva con nuestras mentes en esta vida, las iniciaciones no se pierden.
típicamente indio, cosa que no esperábamos, pero, dado que nos encontrá- Al morir y en vidas futuras, reaparecerán las impresiones de nuestro subcons-
bamos en territorio bhutanés, le explicamos que éramos seguidores del Kar- ciente. Manifestándose como poderosas tendencias con fuerza para transfor-
mapa, que no le habíamos encontrado en Kalimpong y que nos había invi- mar nuestro karma, nos conducirán a un nuevo nacimiento en que de nuevo
tado a ir a Thimphu. Ahora nos gustaría tener los papeles necesarios para podremos encontrar las más elevadas enseñanzas budistas, ayudándonos,
pasar los puestos de control. Tras recuperarse de la impresión inicial, demos- así, paso a paso y vida a vida, hasta alcanzar la plena Iluminación. Por lo
•tró ser en realidad un hombre muy agradable, a quien le habría gustado ayu-
tanto, siempre hay un gran provecho en recibir iniciaciones y bendiciones, y
darnos, pero tenía instrucciones estrictas de no dejar ir a las montañas a nin-
en asistir a los pujas, y todos los centros se alegran cuando aparece alguien
gún hombre blanco. Dijo que nos habrían metido en la cárcel si nos hubieran
para transmitirlos. Lo que no hay que hacer, sin embargo, es recibir iniciacio-
detenido más adelante. Prometió ponerse en contacto con las autoridades de
nes que se dan bajo ciertas condiciones, si uno no está dispuesto a observar-
Thimphu, tarea nada fácil ya que todo el gobierno estaría ausente acompa-
las. Asimismo, tampoco se deben mezclar los linajes iniciáticos de las distin-
182 Cuando el pájaro de hierro vuele... El punto de no retorno 183
tas escuelas porque esto crea confusión en niveles profundos. Sin pensar que tes destellos de luz gracias a las bendiciones, sabíamos que en lo fundamen-
otras escuelas son inferiores, uno debe atenerse a la enseñanza del linaje en tal aún no habíamos cambiado. El campeonato de consciencia que a menudo
que se siente a gusto. había señalado como nuestra meta aún no había sido ganado.
Así pues, allí estábamos, rodeados del excelente servicio de nuestra casa Pero, ¿qué posibilidades había? ¿Qué otra cosa podíamos hacer más que
de descanso, mientras todos los días pasaba gente feliz de camino hacia el volver a Copenhague para hacer dinero, con poco más que un saco de anéc-
Karmapa, en las montañas. La mayoría eran bhutaneses. En aquella época, dotas para comunicar? Mientras nos hallábamos en la polvorienta carretera,
pocos europeos conseguían entrar en el país, y ahora que hay más posibili- cerca de la frontera, se acercó un gran autocar de lujo, algo increíble en aque-
dades los llevan en viajes con guía, lo que cuesta mucho dinero. Deseoso de llos parajes. Iba lleno de ricos turistas franceses, con las uñas superarregladas
proteger su cultura singular y disgustado por lo ocurrido en el Nepal, Bhután a la última moda y con brillantes joyas pop-art. Durante una excursión desde
es lento en abrirse. Dimos cartas para el Karmapa y el doctor a los viajeros Calcuta a los distritos productores de té de Assam, les había apetecido visitar
e intentamos repetidamente hablar por teléfono con los ministerios de Thimp- también el "chic" Bhután. Los indios de la frontera, a quienes Hannah y yo
hu. El gobierno tenía, en aquella época, la pasmosa cantidad de tres teléfo- ya les causábamos bastante agitación, enloquecieron completamente ante
nos, sin ninguna extensión. Cuando finalmente conseguimos línea, fue con esta invasión de otro mundo. Gritaban y apuntaban al autocar con sus fusiles
el Ministerio para los Refugiados Tibetanos, y antes de poder exponer nues- a fin de alejar la manifestación, mientras yo aprovechaba la confusión para
tros deseos se volvió a cortar la comunicación. pedir que nos llevaran. Eran buena gente y nos aceptaron de buena gana.
Daba una rara impresión encontrarse rodeado de pronto por maquinaria que
Cada día que pasaba aumentaban nuestra irritación y frustración. Hannah
funcionaba bien y por cosas, digamos, civilizadas y absurdas. Nos sentamos
estaba profundamente desconsolada y yo rompía todo lo que me caía en las
en medio de gafas de sol descomunales que reflejaban todas aquellas cosas
manos y estaba lleno de mal humor. Nuestro orgullo se negaba a afrontar la
por las que nuestra educación nos había enseñado a luchar. Cuando, varias
situación. Allí estábamos, los discípulos especiales y escogidos del Karmapa,
horas después, nos apeamos en la estación de Siliguri, sólo sabíamos con se-
fuera del campo y perdiendo un tiempo precioso. Era claro que el Karmapa
guridad una cosa: no íbamos a regresar a Europa. No podíamos dejar al
no quería saber nada de nosotros. Era algo difícil de tragar. Por otra parte,
Karmapa así.
iniciar una noche de buen tiempo la caminata de una semana hasta Thimp-
hu, como pensábamos a menudo, no era posible. Habíamos dado nuestra En Darjeeling esperábamos correo y también planeábamos escribir a
palabra de honor y nuestros pasaportes al S.D.O. Al cabo de una semana nuestros padres. Como ya no hacíamos dinero con el contrabando de oro o
vino a decirnos que no podía retenernos más en Puncheuling. No había lle- hashish, nuestros padres consideraban nuestra estancia en Oriente como una
gado ninguna respuesta, y teníamos que seguir esperando en la India. temporada de estudio, y nos habían ofrecido enviarnos el dinero que nece-
sitáramos. Les pediríamos cincuenta dólares al mes, no mucho para ellos, pe-
¿Qué hacer ahora? Todavía nos quedaban unos veinte dólares, pero no
ro para nosotros suficiente incluso para poder compartir algo con otros. Con
teníamos visado para Sikkim ni para Bhután, y realmente no nos apetecía
suerte, podríamos vivir con lo que nos quedaba hasta que llegara su dinero.
volver a Katmandú. Cuando salimos de Puncheuling, caminando penosa-
No obstante, lo que sobre todo nos impulsó a ir a Darjeeling era un rumor
mente bajo las mochilas sobrecargadas y con un humor de perros, los solda-
que había circulado en una fiesta nocturna al aire libre celebrada cerca de
dos de la frontera india casi se rompieron el cuello de tanto mirar hacia el
Swayambhu, y que Hannah recordó en ese momento. En Sonada, cerca de
otro lado. Oficialmente no sabían nada de nosotros, pero ni siquiera esto nos
Darjeeling, vivía un viejo lama muy eminente que, con el permiso del Karma-
divertía. Para nosotros, todo daba lo mismo, y sentíamos un vacío total. Para
pa, era el primer maestro tibetano que impartía las enseñanzas tradicionales
poner en acción los poderes que nos habían ayudado en anteriores situacio-
de la Vía del Diamante a occidentales. Habíamos visto su retrato fugazmente,
nes desesperadas, dije: "Nos vamos directamente a Dinamarca. Con esto ya
e incluso en medio de nubes de humo nos había fascinado. Ahora volvía a
basta". Por supuesto, no queríamos regresar. No habíamos conseguido aquello
salir su nombre: era Kalu Rimpoché.
por lo que vinimos. Todavía no estábamos establecidos en una práctica budista
que garantizara un desarrollo constante. Aunque habíamos recibido frecuen-
Capítulo X
APRENDIENDO DE KALU REMPOCHE
Al llegar a Darjeeling nos pusimos nuestra ropa nueva, que utilizábamos
sólo en ocasiones especiales, y fuimos a tramitar nuestros visados de estu-
diante. Los policías de la Oficina de Extranjeros, ya entonces hartos de hip-
pies, quedaron favorablemente impresionados con mis cabellos cortos y mi
camisa blanca y con la belleza de Hannah, por lo que nos permitieron soli-
citar los visados. Dada la lenta burocracia de Delhí, esto significaba unos seis
meses de libertad antes de que se dieran cuenta siquiera de nuestra presen-
cia. También tardarían en descubrir que residíamos con los tibetanos en
áreas restringidas y no gastábamos dinero en una de sus universidades. Por
último, conocíamos maneras de retrasar la expulsión. Así pues, habíamos ga-
nado mucho tiempo para hacer lo que quisiéramos.
Encontramos una habitación en una pequeña pensión cercana, por la que
pagábamos menos de un dólar diario. Este precio incluía la habitación y el
desayuno. Sin embargo, muy pronto nos dimos cuenta de que en la casa ha-
bía fantasmas, de que estaba llena a rebosar de energías extrañas. No quere-
mos interferir en los negocios de una anciana simpática, si bien espiritista,
que vive de alquilar habitaciones, ni queremos agotar a los espectros convir-
tiéndolos en atracción turística, por lo que no vamos a dar el nombre de la
pensión. Pero si alguien experimenta cosas extrañas en uno de los pequeños
hoteles próximos a la oficina de correos de Darjeeling, probablemente habrá
aterrizado en ella. Nuestra impresión no era que los fantasmas o energías
fueran especialmente negativos -más que nada sugerían confusión-, pero, al
ser muy intensos, podían llegar a resultar bastante molestos. Hicieron caer
libros de la mesa delante de las narices de varios amigos muy formales, varías
veces seguidas, y el Dr.Jigmi de Rumtek, que una vez pasó allí una semana,
186 Cuando el pájaro de hierro vuele...

acabó bebiendo hasta dormirse todas las noches. Sentía que le daban golpes
en la espalda constantemente. Hannah y yo también nos vimos afectados.
Había cierta sensación de vacío y de pérdida de bendición por las mañanas,
y yo sentía un soplo frío y pegajoso que me rozaba los brazos. La dulce sen-
sación de contacto con el Karmapa también se debilitaba cuando los fantas-
mas estaban por allí, cosa que nos ofendía mucho. Por lo demás, sin embar-
go, todo era como de costumbre, y la dueña, con sus gatos negros, era todo
un espectáculo.
Mientras esperábamos el dinero y más información sobre el Karmapa en
este turbio ambiente, decidimos un día visitar a Kalu Rimpoché. Con un ami-
go americano, que ya había estado allí, caminamos todo el día con un tiempo
espléndido y vigorizante. Durante las primeras cinco millas en dirección a
Ghoom teníamos detrás y a la derecha las increíbles montañas del Katchen-
junga, y durante las siguientes cinco millas por la carretera que iba a Siliguri
teníamos delante las tierras bajas de la India. Inmediatamente antes de Sonada
encontramos su monasterio. Se hallaba a unos dos mil metros por encima del
nivel del mar y consistía en un grupo de casas de madera de pobre construc-
ción que subían por la montaña hacia la izquierda. El primer Lama que en-
contramos fue Gyaltsen, un joven tibetano de aspecto agradable que nos
condujo hasta Kalu Rimpoché e hizo de intérprete para nosotros. Nos hizo
entrar en una sala rectangular con un empandado de madera hasta la altura
de la cintura. Allí, sobre un lecho, detrás de una mesa baja de madera situada
al otro lado de la habitación, estaba sentado un hombre de aspecto ascético
y con un rostro imposible de olvidar. Era el gran Kalu Rimpoché.

Aunque este frágil anciano casi no parecía estar presente en el nivel físico,
irradiaba al mismo tiempo un poder muy intenso. Como veríamos más adelante,
en varias ocasiones en que lo llevamos en coche por Europa, tiene aún más
resistencia que los Lamas más jóvenes. En el verano de 1983, en Sonada, a la
edad de ochenta años, dio centenares de Iniciaciones a mil personas durante
un período de cinco meses en Sonada, y se ha convertido ya en una leyenda.
Nos postramos ante él tal como nos habían enseñado. Aunque todavía no lo
hacíamos con naturalidad, quisimos hacer honor a Rumtek y demostrar buena
educación. Kalu Rimpoché nos recibió con una hermosa sonrisa y nos impartió
una intensa bendición. Entonces sacó un mapamundi escolar y, como hago
siempre en los países cálidos, señalé Groenlandia y Dinamarca, aunque
añadiendo honradamente que la gente vivía en la pequeña parte verde y que
la grande y blanca era casi toda hielo. También di una vez más mi versión de
la grandeza de los daneses. Nos preguntó sobre nuestras experiencias con Kalu Rimpocbé.
188 Cuando el pájaro de hierro vuele...

nuestros Lamas y especialmente qué noticias teníamos del Karmapa. Cuando


preguntó cuánto tiempo queríamos quedarnos, respondimos: "Hasta que el
Karmapa regrese de Bhután". "Bien", dijo. "Podéis quedaros aquí y aprender
con los demás. Este es mi sobrino Gyaltsen". Y, señalando al joven que tra-
ducía, prosiguió: "Os ayudará a encontrar un sitio donde podáis estar".
Una vez fuera, Gyaltsen nos habló de Sue y Richard, que vivían en una
gran casa antigua de las cercanías. Sin duda, también habría sitio para noso-
tros. Al principio, no teníamos grandes deseos de establecernos en Sonada.
El lugar era aburrido, una sola carretera descuidada entre casas pobres de
madera, y muy ruidoso, pues el tren en miniatura tocaba el silbato cada vez
que pasaba por allí. Era un pueblo ruinoso y todo parecía cubierto de polvi-
llo de carbón. También faltaba la fantástica vista del Katchenjunga, una vi-
sión totalmente adictiva -y, al estar frente al puerto, había más nubes y llovía
más. Lo peor de todo es que íbamos a estar lejos del señor Singh y de la única
oficina de correos de Oriente en la que confiábamos. Y encima, a la policía
no le gustaba que los occidentales tuvieran demasiado contacto con los
Lamas. Querían que los turistas se comportaran como turistas, y cancelaban
las prórrogas si uno no encajaba en su imagen del mundo. Sin embargo,
» Rimpoché en su lugar favorito para impartir enseñanzas.
retuvimos las palabras de Kalu Rimpoché y, cuando estuvimos hartos de los
fantasmas de nuestra pensión, que debilitaban nuestra meditación y pertur-
baban nuestro contacto con el Karmapa, fuimos finalmente a Sonada. No gicas muy profundas, verlo realizar milagros o mostrar señales de una Ilumi-
obstante, para no llamar la atención de las autoridades, seguimos registrados nación como el relámpago, y en cambio ahora estaba sentado ante nosotros
en la pensión de Darjeeling. y señalaba una gran pintura con imágenes de seres que se quemaban, eran
cortados en pedazos o aplastados entre montañas, o se congelaban en medio
Junto con un puñado de estudiantes, norteamericanos y canadienses sobre de gigantescos bloques de hielo. Contó historias terribles acerca de ocho in-
todo, tres o cuatro de los cuales eran residentes y el resto transeúntes, nos di- fiernos "calientes" y ocho "fríos", sobre un "infierno vecino" y un "infierno
rigimos a recibir las primeras enseñanzas en la habitación de Kalu Rimpoché. ocasional". Los había de todas clases: había uno en que los seres, después de
Nos sorprendió el hecho de que, aparte de Gyaltsen, que traducía, no hu- matarse unos a otros de distintas maneras, eran resucitados por un viento frío
biera tibetanos del campamento de refugiados vecino, ni tampoco sherpas o y después volvían a matarse, para volver a ser resucitados una y otra vez. En
tamangs, que también podían entender lo que decía. Todavía no nos había- otros infiernos los metían en grandes recipientes con metales incandescentes
mos acostumbrado a su mezcla de confianza total en el Dharma y de falta de o eran comidos por los gusanos. Los dolores eran a cual peor, y los infiernos
interés por dominarlo ellos mismos. a cual más repugnante, y Kalu Rimpoché afirmaba que uno podía caer fácil-
mente en ellos si no iba con cuidado. Todo esto eran disparates; ¡era real-
Kalu Rimpoché habló sobre el infierno, sobre toda una serie de infiernos. mente demasiado! Habíamos leído en diversos libros occidentales muy infor-
. Esto era lo último que esperábamos oír de él. Aparte de las clases de religión mados que uno no puede caer en el estado de animal, fantasma o ser infernal
en el colegio, cuyos deberes no siempre hacíamos, Hannah y yo no teníamos si ha alcanzado el nivel humano, que los actos negativos no harían sino
ninguna formación religiosa y estábamos contentos de no tener temor a un "congelar" a uno en el mismo nivel antes de seguir adelante. Se lo dije a Kalu
infierno en el que los seres ardieran después de la muerte. Para nosotros, esta Rimpoché, y declaré que los espiritistas, los teosofistas, los antroposofistas y
enseñanza era un truco perverso para controlar a la gente débil y vaciar sus todo el mundo en Occidente, estaban de acuerdo con esta opinión, pero su
bolsillos. Lo que esperábamos de Kalu Rimpoché eran enseñanzas psicolo- respuesta fue: "Estas son las enseñanzas del Buddha".
Aprendiendo de Kalu Rimpoché 191
190 Cuando el pájaro de hierro vuele...

En aquellos momentos todavía vivíamos en Darjeeling, y mientras circu- ñanzas, nos creíamos con derecho a algo mejor que aquellas historias exóti-
cas. "Esto ya lo hemos oído antes", dije interrumpiéndolo. Me miró con una
lábamos en el último jeep por el puerto de Ghoom, analizábamos a este an-
suave sonrisa irónica y contestó: "Es cierto, pero, ¿lo habéis comprendido?".
ciano Lama. Estábamos de acuerdo en que estas historias medievales, más
De pronto nos dimos cuenta de que nuestra comprensión no era como él
adecuadas para un tratado sobre cuentos populares que para las elevadas
quería que fuera. Le habíamos oído hablar acerca de estados de sufrimiento
enseñanzas de los Lamas tibetanos, eran muy difíciles de tragar. Aunque ya
indescriptibles, pero nuestros sentimientos e ideas preconcebidas apenas
sabíamos que podía leer nuestro pensamiento como un libro abierto y cono- habían cambiado. Comprendimos que el tiempo de los viajes emocionantes
cía lo que nos pasaba, pensábamos: "Quizá se está haciendo un poco viejo". y las iniciaciones esporádicas había terminado y que llegaba la fase de absor-
El día siguiente hizo de intérprete Sherab Tharchen. Era vastago de una ri- ber completamente las enseñanzas mediante un trabajo duro y constante de
quísima familia americana de banqueros y hablaba un tibetano excelente. la mente. El estar en continuo movimiento favorecía demasiado el que uno
Por lo visto, él y Gyaltsen se turnaban. Tras escuchar las enseñanzas del día sólo absorbiera lo que le gustaba, lubricara su falsa espiritualidad y sus ideas
anterior, habíamos consultado de nuevo nuestros libros de espiritualidad y preconcebidas y evitara sacar a la luz las raíces del ego.
volvimos a convencernos de que no teníamos que creer las historias sobre el
infierno. Estábamos totalmente dispuestos a perdonar al anciano su error del Nació en nosotros una intensa confianza en Kalu Rimpoché: en un maestro
primer día si comprendía que no debía volver a aburrirnos con supersticio- que no trataría de complacernos, sino que nos daría, con seguridad, lo que
nes como aquéllas. Sin embargo, lo hizo. Una vez más, Kalu Rimpoché habló fuera más eficaz y provecfioso. Así, decidimos finalmente trasladarnos a Sonada
sobre los infiernos; esta vez explicó cómo se experimentan y cuántos años y asimilar plenamente sus enseñanzas. Ahora que habíamos eliminado nues-
hay que pasar por los distintos sufrimientos -un árido desierto de cifras as- tro bloqueo hacia él, también empezamos a comprender qué eran los infier-
tronómicas. nos de los que hablaba. Eran simplemente malos "viajes". ¿Acaso no había-
mos visto ya, en todas las personas a quienes habíamos ayudado a salir de
Los americanos y canadienses, que evidentemente tenían un tempera- viajes horribles, que la mente, aun estando unida a un cuerpo humano, es
mento menos rebelde, no parecían tan afectados por ello como Hannah y yo. capaz de imaginar las cosas más extrañas y considerarlas reales, y de sufrir
Estaban allí sentados tranquilamente y tomaban nota de todo lo que decía, por su causa? ¿Y no ocurría lo mismo con las enfermedades mentales? ¿Acaso
mientras nosotros nos íbamos poniendo furiosos. Aunque nos gustaba este muchos seres no vivían ya en el infierno de sus propios temores y dudas? -en
viejo guerrero -era de Kham, en el Tíbet oriental- y estábamos fascinados estados que, como todas las diferentes experiencias de la mente no ilumina-
por su rostro fantástico y su sonrisa encantadora, nos preguntábamos si estas da, carecen de base o de solidez y no son más que proyecciones, y sin
enseñanzas eran realmente para nosotros. Pero queríamos darle otra oportu- embargo se sienten como algo completamente real y, por consiguiente, oca-
nidad, y por lo tanto al día siguiente volvimos a Sonada para escuchar lo que sionan sufrimiento.
tuviera que decir. Apenas podíamos creerlo: la enseñanza era sobre los in-
fiernos. Aquel día describió qué clases de cólera y qué acciones, pensamien- También vimos que en nuestra creencia en el desarrollo en constante
tos y palabras nocivas conducen a los seres a los distintos infiernos. Cuando, evolución de todos los seres habíamos confundido el desarrollo genético del
al cuarto día, empezó otra vez con los infiernos, perdí la paciencia. cuerpo con las experiencias de la mente. Acabamos por comprender que la
mente de cada ser individual -que se manifiesta como la ilusión de un "yo"
No íbamos allí por gusto. Todos los días hacíamos un viaje de una hora
independiente- se une en el momento de la concepción con la clase de
desde Darjeeling hasta Sonada, más la vuelta. El viaje era muy desagradable,
cuerpo que se adecúa a sus contenidos subconscientes, y posteriormente ex-
• en jeeps abiertos con unas quince personas encogidas dentro o colgando por
perimenta el mundo que su aparato sensorial le permite captar. Esto no
fuera. Eran Land Rovers o jeeps Willis viejísimos, fabricados bajo licencia con
significa, sin embargo, que la mente -cuya verdadera esencia es vacío y
materiales de tercera clase. El humo que salía de sus tubos de escape, pro-
ducido por motores gastados, nos mareaba a todos, y en todos los viajes claridad- tenga la "forma" de este cuerpo y que, por lo tanto -como piensan
teníamos que detenernos para hacer alguna reparación. A cambio de la mo- los creyentes materialistas en la reencarnación-, después de la separación de
lestia, y especialmente el gasto, que aguantábamos para escuchar sus ense- un cuerpo tenga que unirse con otro similar. Lo cierto, como se explica
192 Cuando el pájaro de hierro vuele...

también en El Libro Tibetano de los Muertos, es que todas las impresiones


subconscientes de la mente cobran vida después de la muerte. Entonces las
experiencias y motivaciones más fuertes toman la forma de un sueño domi-
nante que arrastra a la mente a una de las seis esferas de existencia que
corresponda a su contenido, llevándonos así de una existencia limitada a otra
desde el tiempo sin principio. Si dominan las impresiones de orgullo, su
maduración nos lleva a renacer en un mundo de dioses; las de envidia, en un
mundo de semidioses; el apego y el buen karma, en un mundo humano; la
estupidez, en un mundo animal; la avidez, en un mundo de fantasmas; y el
odio y la ira, en los numerosos infiernos de los que Kalu Rimpoché acababa
de hablarnos. Para un Buddha, todo esto es "vacío" y libre juego de las
posibilidades infinitas de la mente -algo espontáneamente perfecto-, pero
para los que están apresados en estos estados, todo ello se siente como real.
Aun la mayor alegría surgida de la existencia causal no es sino una débil
sombra de la bienaventuranza que es la verdadera naturaleza de la mente. Y
la mayoría de los seres ni tan siquiera disfrutan de alegrías condicionadas con
frecuencia.

Nos dieron una habitación en la llamada casa Crees, situada en la mon-


taña, más arriba de Sonada. Era una casa enorme de madera, de estilo euro-
peo. La había construido un millonario italiano que quería curar su tubercu- siguieron, se convirtieron en realidad en un importante suplemento práctico
losis con el aire de las grandes alturas, pero que murió antes incluso de poder de las enseñanzas. Viniendo del gozo y la paz que rodeaban a Kalu Rimpo-
verla. Ahora vivía allí, entre dos o tres mundos, la joven viuda nepalesa de un ché, el sufrimiento abrumador de esta ciudad que no es más que una inter-
pastor inglés. En la planta baja y en las cabanas que había alrededor, residían minable barriada nos hacía especialmente receptivos al juego del mundo
sus innumerables parientes, todos los cuales vivían al estilo tradicional nepalés. condicionado. Al volver a recibir las enseñanzas, no podíamos sino estar de
En estas familias nepalesas, en las que todos se llaman unos a otros hermano acuerdo: "Es realmente así. Estas cosas ocurren. Nosotros mismos acabamos
o hermana hasta después de la edad de mamar, no era fácil ver qué niño per- de ver estos sufrimientos".
tenecía a qué madre, y nunca supimos si tenían algún control sobre IOÍS pa-
dres. La cuestión es que el lugar estaba lleno de gente ruidosa todo el tiempo. Programando la duración del viaje lo mejor posible, partimos al final de
Después estaba el hijo que la mujer había tenido con el pastor, un músico de los "infiernos", estuvimos fuera durante unas pocas ceremonias, y regresa-
rock cuya forma de pensar y de vestir, con el inevitable retraso de la India, mos a tiempo para los "fantasmas hambrientos" y los "animales". Los fantas-
seguía las modas de Europa. Finalmente, ocupando la mayor parte del piso mas hambrientos son seres en estados de avidez y apego extremos. Sus pro-
superior, estaba nuestro extraño grupo de occidentales musitadores de mantras. cesos mentales están totalmente dominados por la avaricia: tratan sin cesar
de obtener cosas y retenerlas. Pero como nada, en definitiva, se puede "tener"
Entretanto habían llegado los primeros 150 dólares de mis padres. En el o "conservar", sufren una frustración constante. Su cerrada tendencia a la
banco sólo daban seis rupias por dólar, en el mercado libre de Darjeeling, voracidad se concentra en las necesidades básicas de cosas para comer y
nueve, pero en Calcuta pagaban la lujosa cantidad de doce rupias. Por lo beber, y les parece que no hay bastante comida en todos los universos para
tanto, hicimos el primero de nuestros rápidos viajes de ida y vuelta a Calcuta, satisfacerlos. Para muchos de ellos, la comida se transforma en inmundicia y
utilizando los seguros trenes nocturnos para ahorrar tiempo. Estas excursio- fuego cuando se acercan, mientras que otros experimentan la ilusión de tra-
nes de un día, que iban a adquirir regularidad durante los muchos meses que tar de llenar vientres del tamaño de una ciudad con gargantas y bocas peque-
194 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 195
ñas como ojos de aguja, o de no poder encontrar ningún alimento en abso- deseos, mundos de forma pura o la libertad de la abstracción total, finalmen-
luto. Hasta madres e hijos se comen entre sí, y es una gran confusión, un te nada puede impedir que el buen karma, que es la causa de las experien-
nivel de experiencia profundamente desagradable. La enseñanza de Rimpo- cias, se agote, y entonces uno cae en otros estados. Como la suprema sabi-
ché sobre los fantasmas fue muy eficaz. Durante el resto de nuestras vidas, duría búdica no ha eliminado aún las pautas de pensamiento dualistas, inclu-
nos hizo añadir un automático "¿es esto necesario?" a todos nuestros deseos so en este estado, en un momento dado, la mente empieza a experimentar
materiales. su vacío o naturaleza espacial como un "yo", y lo que aparece en ella, su
Un nacimiento "animal" resulta de la ignorancia, del falsear las cosas claridad, como un "tú". Y de esta creencia en la que el que experimenta y la
conscientemente y no utilizar el potencial de la mente. Los principales sufri- cosa experimentada son distintos, aparece el deseo por lo que nos gusta y la
mientos de los animales domésticos son su esclavitud y su muerte a manos aversión por lo que no nos gusta. El deseo da lugar a la avaricia, ya que que-
de los hombres. Y los silvestres se cazan, se atacan y se comen entre sí. La remos conservar lo que nos gusta, mientras que la aversión procura la envi-
mayoría viven debajo de la tierra o en el agua, y no tienen capacidad para dia, puesto que no queremos que nuestros enemigos prosperen. Por último,
controlar su mente, ni posibilidad de esforzarse hacia la liberación. Estos tres la estupidez causa el orgullo, haciendo que nos identifiquemos con lo que es
mundos -infiernos, estados de los fantasmas y reinos animales- son llamados impermanente -tal como los pensamientos, el cuerpo y las riquezas- y blo-
los mundos "inferiores", y aprendimos a verlos como la maduración natural queando nuestra capacidad para ver la abierta claridad que es la misma en
de las impresiones negativas de la mente. Es de puro sentido común evitar todos -lo único que realmente está ahí. Y, de repente, los dioses han caído.
plantar semillas que producirán tan miserables resultados. En estos estados Cuando estos sentimientos perturbadores están presentes, los pensamientos,
no hay realmente nada que buscar que valga la pena; lo atan a uno totalmen- palabras y actos nocivos surgen por sí mismos y producen sus resultados
te y no hay en ellos oportunidad de ayudarse a sí mismo ni a los demás. inevitables: el sufrimiento y la insatisfacción de todos los seres. Esta confu-
sión, estos procesos, que uno no puede controlar o ignorar, son lo que ex-
"También los mundos superiores, los "buenos" renacimientos, conocen el perimentamos como "esta vida", cualquiera que sea el plano de existencia en
sufrimiento", nos dijo Rimpoché a continuación. "No son un refugio seguro". que se produzca. Utilizando muchos ejemplos, Kalu Rimpoché mostró cómo
Cuando los deseos predominantes y las buenas acciones de vidas anteriores esto vale para todos los niveles condicionados, incluso para los dioses supre-
nos llevan a un nacimiento humano, estos ocho sufrimientos son automáti- mos. "Sólo un estado", decía una y otra vez, "es eterno y perfecto: el de la
cos: los cuatro directos del nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte; Buddhidad". ¡Sólo un objetivo -nos enseñaba- es digno de perseguirse! El de
y los cuatro indirectos, que son el dolor de estar separados de lo que nos alcanzar un nivel en el que los propios velos desaparezcan, y la voluntad y
gusta, la frustración de estar con lo que no nos gusta, el sufrimiento de no el poder de trabajar para los demás surjan espontáneamente.
obtener lo que queremos, y la preocupación de tener que conservar lo que
tenemos. Rimpoché describió cada uno de estos sufrimientos con el máximo Después de este tour de forcé de una semana de duración sobre el mal
detalle, mostrando cómo muchas cosas que considerábamos "naturales" son negocio que suponen los estados de la existencia condicionada, Kalu Rimpo-
en realidad dolor disfrazado. "Los dioses y semidioses tampoco son dignos ché pasó a ponderarnos en qué existencias singularmente afortunadas nos
de envidia", dijo. Los semidioses nacen con cuerpos hermosos y poder a encontrábamos ahora, cómo, entre los innumerables seres que llenaban los
causa de buenas acciones anteriores, pero su intensa envidia llena su vida de universos, habíamos conseguido ahora la oportunidad preciosa de practicar
luchas e intrigas. Nunca están satisfechos y, como por lo general mueren en las enseñanzas del Buddha y liberarnos. "Para que se produzca esta situación
estados de gran cólera y odio, su siguiente nacimiento resulta extremada-
se necesitan dieciocho condiciones", dijo. "Hay que evitar ocho clases de
mente doloroso.
existencia 'inquietas', mientras que cinco condiciones se han obtenido de
Ni siquiera los estados más gozosos del mundo condicionado, los de lo otros y cinco vienen de vosotros mismos". Las enumeró todas, y prosiguió:
dioses, son bastante buenos, puesto que su ilusión de un "yo" independientt "Todas ellas están activas aquí y ahora, y os ofrecen una oportunidad única".
no se ha eliminado verdaderamente. Aunque durante eones permanezcan La tarea de apartar los velos de la ignorancia y los sentimientos perturba-
estados de placer extremo, experimentando la satisfacción automática de lo
dores se convirtió en algo muy personal y práctico bajo su guía, algo que

I
196 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 197

realmente podíamos hacer. La perfección de que n o s hablaba y que él mismo apego, estupidez, avaricia y cólera- son disueltos uno a uno y en el mismo
demostraba tan claramente no era tampoco algo fortuito, sino la esencia ver- orden por las seis sílabas de OM MANÍ PEME HUNG. Ellas transforman estas
dadera e inmutable de todos los seres, algo que no nos falta nunca. Al hacer- energías en las diferentes sabidurías búdicas, y elevan nuestro nivel de
lo todo muy real para nosotros, inspiraba incluso al más perezoso, y las si- experiencia hasta que vemos que todo, aquí y ahora, es la Tierra Pura. De
guientes enseñanzas sobre la impermanencia hicieron muy perentorias las este modo, los diez actos perjudiciales que derivan de estos sentimientos
anteriores. Mostró la naturaleza efímera de todas las cosas, la certeza de la pierden sus raíces, y cesa nuestra relación insana con el mundo. Más que
muerte y la brevedad de la vida. Haciéndonos conscientes de los muchos esto: la desaparición de los sentimientos y actos nocivos permite que todas
signos de cambio y decadencia presentes en tpdas partes, a menudo señala- las cualidades positivas de nuestra naturaleza búdica subyacente se manifies-
ba su propio cuerpo como ejemplo. "En esta vida tenéis la oportunidad de ten con una fuerza cada vez mayor.
encontrar lo que no puede morir ni desaparecer, vuestra propia esencia Algo que Hannah y yo entendíamos de forma intermitente, pero que era
búdica", dijo. "Es una oportunidad preciosa, pero la vida es corta. Si no la difícil de asimilar realmente, era la enseñanza de que todo lo que conocemos
aprovecháis ahora, ¿por cuántas vidas de confusión tendréis que pasar, inca- ahora es sufrimiento. Al principio no nos dábamos cuenta de que esto es así
paces de ayudar a los demás o a vosotros misinos, hasta que volváis a tener desde el nivel de un Buddha. Siendo las personas más felices que conocemos
la oportunidad de liberaros?" y sintiendo que todo era nuevo y excitante, no era un látigo desde atrás, sino
Los medios que dio para alcanzar la meta de la Iluminación operaban en una zanahoria cada vez más grande delante, lo que motivaba nuestro trabajo
todos los niveles y se basaban en el conocimiento de la causa y el efecto, que con la mente. El que incluso los estados más elevados y gozosos que cono-
acababa de explicarnos con tanto detalle. Hasta este momento, había expli- cemos ahora no sean más que una débil sombra de la perfección y la biena-
cado cómo el karma produce los seis mundos, pero ahora nos inició en los venturanza ilimitadas de la Iluminación plena, era casi demasiado bueno
métodos más rápidos para ir más allá de sus limitaciones: las fases de desa- para creerlo.
rrollo y terminación de las meditaciones del Budismo tibetano. Varias veces "Hasta que no obtengáis este estado", decía Kalu Rimpoché, "vuestra
dio iniciaciones para activar la compasión unida de todos los Buddhas, mente estará siempre bajo la influencia de una o varias de estas imperfeccio-
Chenresig, o su poder purificador combinado, Dorje Sempa. Insistiendo nes:
siempre en que el fundamento correcto estaba ahí, Kalu Rimpoché repetía las
1 El sufrimiento del sufrimiento, ese estado en el que la acumulación de
cosas profundas y simples que hemos reunido en el opúsculo titulado Ense-
ñanzas sobre la Naturaleza de la Mente, compendio de las enseñanzas reci- dolor resulta insoportable.
bidas durante el año que pasamos con él. Sin temor a repetirse, expuso en 2. El sufrimiento del cambio, el hecho de que todo cuanto aparece también
un claro sistema los seis sentimientos perturbadores y las diez acciones per- desaparecerá.
judiciales del cuerpo, el habla y la mente. Las explicó claramente como las 3. El sufrimiento de la ignorancia, debido a la identificación con un cuerpo
causas de todo sufrimiento en todas partes, y las repitió hasta que las supi- limitado.
mos de memoria y empezamos a vernos a su luz -¡algo que a ningún ego le
Sólo la Buddhidad se halla totalmente más allá de estas imperfecciones".
gusta!.
En la casa Crees, nuestros vecinos americanos Sue y Richard realizaban
Según la motivación, estas enseñanzas eran un adiestramiento eficaz para una práctica que parecía una extraña especie de gimnasia. Se tocaban enci-
todas las vías que el Buddha enseñó. Sin embargo, lo que a Hannah y a mí ma de la cabeza, el cuello y el corazón con las manos juntas, como también
nos interesaba más no era evitar lo perjudicial o perder el tiempo en ense- nosotros habíamos aprendido. Pero, en vez de limitarse a tocar el suelo con
ñanzas abstractas, sino utilizar su energía aquí y ahora: y éste es exactamente la frente de una manera civilizada, se deslizaban sobre sus manos hasta que
el objeto de estas meditaciones. En el nivel de la Vía del Diamante, los mé- su cuerpo yacía completamente extendido en el suelo. Sin descansar siquiera
todos hábiles son profundos y muy eficaces. Por ejemplo, los seis sentimien- un momento, volvían a levantarse, y hacían estos movimientos muchas veces.
tos perturbadores que causan los mundos condicionados -orgullo, envidia, Un canadiense llamado Ken hizo muchos de ellos en la sala del monasterio;
Aprendiendo de Kalu Rimpoché 199
Hannah estaba dispuesta a empezar en aquel mismo momento, pero mi
orgullo olió el peligro y enseguida encontró una excusa: "Si tuviésemos que
hacerlas, el Karmapa ya nos lo habría dicho. Y si empezamos tendremos que
terminarlas de un tirón. Es mejor meditar hasta que volvamos a estar con el
Karmapa". Era una buena manera de evitar hacerlas. Aunque hiciéramos mil
cada día, nos llevaría tres meses hasta tenerlas todas terminadas, y teníamos
claro que no queríamos quedarnos allí tanto tiempo. Todavía estábamos
totalmente sintonizados con el Karmapa, y aunque nos alegraba tener de
maestro a Kalu Rimpoché y sentíamos que su importancia para nosotros
crecía a diario, todavía había capas enteras de devoción que estaban abiertas
tan sólo al Karmapa, al gran Buddha risueño de nuestro corazón.
Sin embargo, no era fácil ver a los demás haciendo postraciones sin inten-
tarlo yo mismo. Así pues, un día, empujado por la curiosidad, despejé un
lugar en el suelo de nuestra habitación. Con un saco de dormir como protec-
tor de las rodillas, un cojín para el estómago, y un par de calcetines gastados
en las manos para deslizarme sobre ellas, hice un buen número de postracio-
nes. Considerándolo una prueba sin continuidad, sólo las hice como experi-
mento y no hablé de ello a nadie. Me dio una sensación especial, en realidad
Hannah en Sonada.
fue emocionante. A los 17 años, cuando estuve en los Estados Unidos en un
programa de intercambio A.F.S., los atajos rápidos del entrenamiento de
otros los hacían en casa, pero como no sabíamos muy bien cómo preguntar fútbol siempre me habían dado gran placer, y ahora encontraba otra vez la
y todo el mundo estaba demasiado ocupado con sus propias prácticas para misma sensación de gran rapidez. La precisión de los movimientos era adic-
preocuparse de los nuevos, era difícil obtener información. Por lo tanto, nos tiva y probablemente hice 500 o 600 sin detenerme. Esto era todo cuanto
olvidamos de ello, aunque me intrigaba el aspecto atlétíco de la práctica. quería saber sobre su efecto, y, aparte el dolor de los músculos del estómago,
Hasta terminar las enseñanzas sobre el sufrimiento y la ignorancia, Kalu me olvidé de la cuestión. No obstante, cuando acudimos a escuchar las si-
Rimpoché no se ocupó de la clase especial de gimnasia que hacían los guientes enseñanzas, Kalu Rimpoché dijo con una sonrisa adorable: "Es bueno
demás. que hayas empezado a hacer las postraciones. Son una ayuda muy importan-
te para eliminar todas las impresiones negativas del cuerpo, el habla y la
Nos enteramos de que 100.000 de estas "postraciones" eran la primera de
mente". Me hizo grandes alabanzas, y los demás tibetanos siguieron su ejem-
las cuatro prácticas fundamentales y de que los maestros del auténtico Budismo
plo y empezaron a decir qué cosa tan buena son las 100.000 postraciones. La
tibetano siempre han dicho que prácticas como Shi-ne, Lhag-tong (Shama-
situación era embarazosa. Habría sido un sabotaje decir delante de nuestro
tha, Vispassana) y las meditaciones tántricas realmente avanzadas, sólo dan
ilusionado grupo que mi inicio sólo había sido un experimento y que en
verdaderos resultados después de la intensa acumulación de positividad y
realidad no quería seguir adelante. Esto habría ocasionado que los demás
purificación producida por estos preliminares. Además de eliminar eficaz-
también abandonaran su práctica, y sabíamos que esto no se debe hacer. No
mente el orgullo, ejercen una influencia muy poderosa sobre el cuerpo, el
había escapatoria. Habíamos sido hábilmente engañados, y por lo tanto Hannah
habla y la mente, ordenando los canales de energía del cuerpo y volviendo
y yo empezamos a hacer 200 postraciones al día, lo que nos dejaba tiempo
la mente hacia la Iluminación. "Las cien mil postraciones son el primer paso
suficiente para hacer muchas otras cosas, como explorar las interesantes
sólido en el camino hacia la Iluminación", decía a menudo Kalu Rimpoché.
estribaciones montañosas situadas entre el Nepal y Bhután y fronterizas con
Y, aunque se llaman Los Cien Mil, o "Bum" en tibetano, en realidad hay que
Sikkim.
hacerlas 111.111 veces.

íil
200 Cuando el pájaro de hierro vuele...

La gente decía que Kalu Rimpoché no era el único maestro altamente


iluminado de los alrededores de Darjeeling. En las laderas cubiertas de bosques
que dominaban la ciudad vivía un lama llamado Kanjur Rimpoché, un discí-
pulo del Tíbet del Karmapa y uno de los mayores maestros del linaje Nying-
ma. Aunque Hannah y yo siempre hemos tenido el sano instinto de perma-
necer en un linaje y no mezclar las enseñanzas (es mejor no comprender una
cosa que tener confusión sobre diez), aún teníamos curiosidad y sed de
bendiciones. Así pues, un día, dando un hermoso paseo por los bosques,
fuimos a visitar a este maestro.
A lo largo de los siglos, las enseñanzas y bendiciones de la escuela Nying-
ma se han mezclado varias veces con las de nuestro linaje Kagyu, y ahora son
una parte importante de nuestra transmisión. Con frecuencia ambas enseñan-
zas son detentadas al mismo tiempo por un lama, y el Karmapa, en su tercera
encarnación como Rangung Dorje, salvó su suprema sabiduría de la mente,
llamada Gran Perfección (Dzog-Chen), incorporándola a la corriente Kagyu.
Kanjur Rimpoché vivía con su esposa y un hijo encarnado en una grande y
bella casa de cemento en construcción, rodeado por un grupo de discípulos
franceses, la mayoría de los cuales eran riquísimos. Para entrar, primero tuvi- La ducha de Sonada.
mos que abrir una puerta guardada por un par de ruidosos perros pastores
alemanes. Tenían mal carácter y oímos decir que unos días antes se habían
medio comido a alguien. Sin embargo, ninguno de los estudiantes occiden- y totalmente claros. Cuando retornamos a la consciencia cotidiana con ideas
tales pareció interesarse en lo que ocurría. Al igual que algunos de los que y discernimiento, vimos que habían pasado varias horas, y cuando volvíamos
encontramos con Kalu Rimpoché, pero nunca en Rumtek, estaban, al pare- a Sonada en el último autobús todavía sentíamos su bendición con nosotros.
cer, demasiado ocupados con su propio progreso como para pensar en los En nuestro viaje siguiente al Himalaya, volvimos a visitarlo y ocurrió algo
demás. Nos prometimos una vez más que, si alguna vez teníamos algo que similar. Sentado en una silla frente a nosotros, empezó a salmodiar "OM AH
ver con la creación de centros tibetanos en Occidente, no íbamos a permitir HUNG BENZA GURÚ PEMA SIDDHI HUNG", y de pronto las energías inte-
que se creara una atmósfera similar. Esto es algo que siempre hemos tenido riores ascendieron con tanta fuerza que me estremecí todo, sintiendo abrirse
presente desde entonces, y un punto en el qué no transigiríamos con nadie. innumerables dimensiones. Lleno de gozo y gratitud, apoyé mi cabeza en su
El mal humor y el exotismo son cosas que no nos podemos permitir; traicio- rodilla. Murió mientras estábamos con el Karmapa en Ginebra a mediados de
nan todo el espíritu del Karmapa. los años setenta. Pocos días antes de la muerte de la 16a encarnación del
Karmapa en Chicago, en noviembre de 1981, el Karmapa descubrió la nueva
Pasamos por delante de los perros sin necesidad de hacerles daño, y encarnación de Kanjur Rimpoché, así como las de otros veinte importantes
comprobamos que Kanjur Rimpoché era maravilloso. Nos hizo entrar en la lamas. En el Tíbet había sido uno de los monjes del Karmapa. Había medi-
casa, y él pasó delante, vestido con una larga camisa de dormir y zapatillas. tado muy intensamente, encontró a una mujer dotada de sabiduría y alcanzó
Su esposa también tenía una vibración muy amorosa, y era imposible que un alto nivel de Iluminación. Cuando llegue el 17S Karmapa, los dos tendrán
ambos no le gustaran a uno. El Rimpoché se sentó en su trono, hizo algunas otra vez muchas cosas de que hablar.
preguntas y después se puso a meditar. Meditamos con él lo mejor que pu- También visitamos a otro maestro eminente de la escuela Nyingma, cerca
dimos y, de pronto, esto significó mucho mejor de lo habitual. Estábamos en de Ghoom, cuyo monasterio es un lugar muy conocido a causa de sus bellas
la esencia de la mente, más allá de los pensamientos, a la vez totalmente idos estupas en el estilo Khadampa. Su nombre es Chattar Rimpoché, y alcanzó su
202 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 203

Iluminación en esta vida. Es muy amigo de Kalu Rimpoché y es famoso por habitualmente entre Ladakh y Darjeeling y llevan a cabo una importante
sus adivinaciones, que atraen a mucha gente, y por sus enseñanzas, duras y labor en ambos lugares. El Dukchen Rimpoché -entonces un niño brillantí-
prácticas. En una ocasión hizo limpiar un establo durante medio año a una simo y ahora un joven monje admirable- es una encarnación de Naropa, uno
chica occidental del tipo "groupie" antes de darle ninguna meditación. Cuando de los antepasados de la escuela Kagyu. El Duxey Dukpa Rimpoché, a quien
tiene algo de dinero, a menudo baja hasta Siliguri, compra tantos peces vivos vimos junto con 70 amigos poco antes de su muerte en 1982, hizo mucho
como puede a los pescadores del lugar, dice mantras sobre ellos, y los devuelve para activar a los legos de Darjeeling, practicando con ellos durante sesiones
al río. Es vegetariano, y, como discípulo de Gurú Rimpoché, considera per- de una semana de duración.Sin embargo, todas estas visitas a diferentes
judicial et humo en cualquier forma, excepto el del incienso. "Mantiene alejados lamas no nos hicieron olvidar que Kalu Rimpoché era la persona de quien
a los Buddhas", dicen. En cuanto al alcohol, sin embargo, no son tan rígidos. teníamos que aprender. SÍ no sucedía indirectamente, como en nuestro caso,
Tomado ocasionalmente, con moderación, no se considera malo. En el Tíbet el Karmapa le enviaba discípulos directamente para que aprendieran los
recorrió las cuevas donde Gurú Rimpoché y Milarepa habían meditado. Acom- fundamentos del Dharma. Sus enseñanzas de los retiros del Tíbet oriental se
pañado de dos asnos, uno que llevaba sus libros y otro su comida, meditó en han convertido en la práctica general en los muchos centros y grupos crea-
muchos lugares hasta que alcanzó su meta. Hacía poco que había puesto en dos en todas partes con la bendición del Karmapa, incluidos los 100 que
marcha un centro para retiros en el Nepal con la ayuda de la muy generosa hasta ahora hemos organizado con nuestros amigos. Asimismo, es el lama
familia real de Bhután. Cuando lo vimos la última vez, en el otoño de 1981, que más éxito ha tenido en motivar a la gente para realizar el retiro de tres
se encontraba en plena forma. años de monjes y monjas.

El jefe actual de la escuela Nyingma es Su Santidad Dudjom Rimpoché. Aunque estábamos todos los días con Kalu Rimpoché y hacíamos nues-
Aunque últimamente ha habido cierta inflación de títulos debida al exceso de tras postraciones bajo su dirección, todavía no queríamos recibir Iniciaciones
celo de algunos discípulos, las Santidades reconocidas son todavía los jefes de él. Teníamos la sensación de que éstas eran algo tan profundo, que la idea
de las cuatro escuelas: la Nyingma, la Sakya, la Gelugpa y la Karma Kagyu -y, de abrirse en ese nivel a cualquiera que no fuese el Karmapa resultaba
naturalmente, Su Santidad el Dalai Lama en cuanto rey y representante general dolorosa. En una ocasión salimos de la habitación inmediatamente antes de
de todo el Tíbet-. El Dudjom Rimpoché es uno de estos cinco lamas supre- una Iniciación, y nos sentimos realmente incómodos por ello. Kalu Rimpo-
mos. Al igual que el Karmapa, está rodeado constantemente de seguidores y ché vio el aprieto en que nos encontrábamos, y un día nos dijo que el Kar-
de personas que buscan ayuda. Vive en Kalimpong o en Katmandú, y en los mapa pronto iría a la parte occidental de Bhután y que deberíamos aprove-
últimos años ha estado también varias veces en Occidente, especialmente en char esta oportunidad para preguntarle sobre las Iniciaciones. Esto fue lo
Londres, Francia y los Estados Unidos. Ya habíamos intentado visitarlo en mejor que nos dijo nunca. Saltamos de alegría y excitación ante la idea de
Kalimpong, pero no lo encontramos allí. Ahora nos enteramos de que estaba
volver a ver al Karmapa, y durante los dos días siguientes recogimos informa-
en Darjeeling y conseguimos verlo el día antes de que se fuera. Su Santidad
ción sobre su ruta. Aunque rara vez podíamos descubrir por qué canales
sufre un asma muy penosa mediante la cual asume el mal karma de muchos
seres, mientras que su debilidad proporciona a muchos el buen karma viajaban las noticias, había algunos tibetanos de los alrededores que siempre
serle útiles. Interrumpió nuestras postraciones, y cuando le pregunta] sabían qué estaba haciendo el Karmapa. Dijeron que durante los próximos
cómo se encontraba, dijo, de un modo tan sencillo y desapasionado que a] días viajaría por la India. La carretera directa que conectaba las dos partes de
recio todo un mundo de claridad: "Me siento fatal". Nos dio paquetes Bhután no estaba terminada. Como sólo había una carretera, podíamos en-
"medicina de Lama", pequeñas semillas irregulares de hierbas que son contrarlo en el lugar donde habíamos esperado antes. Obtuvimos sin dificul-
decidas por los lamas durante las meditaciones, así como una ligera bei tad los papeles para Kalimpong. Nos alegrábamos de que desde allí hasta la
ción muy pura. Cuando lo vimos con un centenar de amigos en nuestra U frontera bhutanesa no hubiera más controles.
cera peregrinación en 1981, aún consiguió bendecirnos a todos.
Esta vez nos apeamos del autobús antes de la barrera, fuimos al puesto
En los alrededores de Darjeeling también conocimos a los dos graní fronterizo y preguntamos si podíamos esperar allí al Karmapa. Los funciona-
maestros Dukchen Rimpoché y Duxey Dukpa Rimpoché, que se mu« rios no eran los mismos de la vez anterior, pero eran igual de paranoicos y
204 Cuando el pájaro de hierro vuele...

nos amenazaron con detenernos sí no nos íbamos enseguida. Probablemente


tenían miedo de perder sus puestos de trabajo, y perder el trabajo en la India
no es cosa de broma. Dijimos a su jefe que éramos discípulos del Karmapa,
pero no nos creyó. Al parecer sabía algo sobre el karma, y no dejó de repetir:
"Un vínculo kármico tan fuerte no se consigue en una sola vida". Por supues-
to, parecía extraño que un par de europeos fueran discípulos personales del
altamente honrado Karmapa, maestro de los mayores yoguis tibetanos, a
quien también los indios acudían en masa. Lo que el guardia no incluía en su
filosofía, sin embargo, era el hecho de que muchas de las personas huesudas
de caras blancas que entonces iban a Oriente debían de haber vivido allí en
vidas anteriores, mientras que los asiáticos que se sentían atraídos por el
Cristianismo, y para quienes no era meramente una cuestión económica, en
el pasado sin duda recogieron impresiones en culturas cristianas.
En realidad, los lamas más eminentes reconocen a sus discípulos cuando
los ven, pero rara vez dicen nada acerca de existencias anteriores. Viendo
que la gente ya tiene bastantes dificultades con su ego de esta vida, evitan
muchos dramas y se limitan a continuar la enseñanza donde la dejaron.
¡Los soldados de la frontera no mostraron gratitud alguna por este enri- La entrada del Hotel Gompus.
quecimiento de su filosofía! Puesto que era una pérdida de tiempo y a la vez
podía ocasionar un gran lío -estaban totalmente desesperados-, volvimos a Nuestro lugar estaba junto al altar principal y desde allí veíamos a los lu-
cargar las mochilas y dimos la vuelta. Después de caminar un poco por una gareños entrar, golpear el gong para despertar a su dios, ofrecer lo que tenían
carretera arenosa bordeada de pinos nudosos, nos recogió un jeep bhutanés. y luego hacer sus oraciones y peticiones de deseos. Algunos fieles nos traje-
Nos llevó al pueblo cercano, que se hallaba aún dentro del área restringida. ron comida, y poco después unos Tamangs, que son una tribu budista, nos
Nos alegró ver que no había más carreteras que cruzaran o entraran en el invitaron a visitar su templo. Era una situación en la que un simple acto diría
pueblo; esto quería decir que el Karmapa sin duda tendría que pasar por allí. mucho. ¿Recogeríamos nuestras cosas y nos las llevaríamos con nosotros, o
No sería necesario ir a ningún otro sitio. Salimos rápidamente de la calle confiaríamos en ellos? Por primera y única vez en la India decidimos arries-
principal para eludir a la policía, tanto secreta como de uniforme, y empeza- garnos a dejarlas, y cuando partimos, tomando sólo lo que de todos modos
mos a buscar un lugar para pasar la noche. Aquel pueblecíto, además de llevábamos siempre en los bolsillos, notamos que estaban contentos.
estar libre de policías indeseables, era al mismo tiempo el más agradable que
habíamos conocido en la India. Lleno de gente natural y amable, abierta y Los Tamangs nos llevaron por un camino umbrío bajo árboles recién
directa, se encontraba a la sombra de árboles enormes. Era agradable estar plantados, y pensamos: "Así de bella debió de ser la India antes que permi-
con gente para la que no teníamos que representar números educativos. tieran la explosión demográfica". El templo no estaba lejos del pueblo. Lo
Cuando preguntamos dónde podíamos encontrar un hotel, nos llevaron habían construido encima de postes para que no pudieran entrar las serpien-
directamente al templo principal, extendieron una estera en el suelo y nos tes y las ratas, y el estilo Tamang era inconfundible. Por todas partes en las
invitaron a quedarnos, tratándonos como antes de que las oleadas de hippies colinas, y ahora también aquí, en las llanuras, veíamos las mismas represen-
llegaran a Oriente. En este paraíso había incluso un teléfono que funcionaba, taciones de Chenresig blancas, con cuatro brazos y manos y ojos muy gran-.
y cuando nos dijeron desde Puncheuling que el Karmapa no llegaría hasta el i des, y también los dorjes y campanas de aspecto inacabado, hechos por los
día siguiente, encontramos en esta hospitalidad exactamente lo que necesi-| herreros locales. Utilizaban sencillos moldes y no podían calentar bastante el
tábamos. metal para eliminar las impurezas.

lil
206 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 207
Por lo visto no utilizaban el lugar muy a menudo, y aunque tuvimos la Ya entrada la noche, pudimos volver a ver al Karmapa. Al entrar en la
sensación de que gran parte de su práctica sería bastante húmeda, por el uso habitación, casi nos echamos atrás de sorpresa. Allí no había ninguna lámpa-
abundante del alcohol, encontramos las energías todavía fundamentalmente ra que diera luz, y sin embargo la habitación estaba iluminada por un res-
buenas que aparecen dondequiera que la gente piensa siquiera en los Buddhas. plandor dorado con lo que me pareció una ligera coloración verde. Esta luz
Bendecimos el lugar con los mantras, echamos arroz, y ellos estuvieron venía del propio Karmapa. Cuando nos hubimos recobrado bastante para
contentos. poder hablar, preguntamos en primer lugar por las iniciaciones. El Karmapa
dijo: "¡Bobos! ¿No veis que Kalu Rimpoché es inseparable de mí, que hace mi
A la mañana siguiente elegimos una posición estratégica que nos daba trabajo? Por supuesto, debéis recibir las iniciaciones de él. Volved a Sonada
una buena panorámica de la carretera sin hacernos visibles, un lugar en el y haced las prácticas fundamentales, y venid a visitarme a Sikkim siempre
que tanto las limitaciones de velocidad como la entrada del pueblo harían que podáis".
aminorar la marcha de la procesión. Unas horas y una docena de plátanos
más tarde, apareció el Karmapa en un Land Rover abierto, seguido de un Aquella noche también conocimos a la Familia Real, que en 1979 tuvo la
convoy. Fuimos corriendo a ponernos delante del coche y el Karmapa hizo amabilidad de invitarnos a Bhután como invitados suyos, y también a Jigme-
parar al asombrado chófer, riéndose mucho y tomándose el tiempo necesa- la, el sobrino del Karmapa, que insistió en decirnos cuan rápidamente termi-
rio para darnos una buena bendición. nan sus postraciones las personas que realizan un retiro. Después de una
última Ceremonia de la Corona para la multitud de montañeses de aspecto
Un momento después ya nos había colocado entre el equipaje encima de exótico que habían bajado de las montañas, partimos de nuevo a las tres de
uno de los camiones, escondiéndonos bien, aunque todos los soldados sólo la madrugada, esta vez en la cabina de un camión y junto a nuestro viejo ami-
presentan armas y nunca controlan nada cuando pasa el Karmapa. De pronto go el doctor. Como el Karmapa hacía más paradas que nosotros, pues ben-
volvimos a encontramos otra vez en Bhután. decía a la gente y los lugares, llegamos antes al puente de Tista. Esperamos
con las pinturas y objetos que no habían sido bendecidos a causa del gran
En Puncheuling, donde el coche se detuvo cerca de nuestra vieja casa de ajetreo, objetos que íbamos a enviar a nuestros amigos de Europa. Soplando
reposo, esquivamos a un montón de amigos de Rumtek que querían charlar sobre los objetos mientras su jeep pasaba, el Karmapa en un instante cruzó
y fuimos corriendo directamente hacia donde estaba el Karmapa. Sin apenas el puente.
darnos cuenta de la fila de gente que esperaba, entramos enseguida a toda
velocidad. Este era el momento de darle nuestros pasaportes daneses y recibir Desde Tista tomamos un jeep de servicio a Darjeeling, nos bajamos en
a cambio otros bhutaneses, a fin de no tener que volver a separarnos de él. Ghoom y encontramos un camión que nos llevó a Sonada. Ahora, por prime-
La idea de volver alguna vez a Europa ni siquiera nos pasaba por la cabeza; ra vez, nos sentíamos integrados en aquel lugar. El Karmapa nos había dicho
lo único que queríamos era estar cerca de él. Sosteniendo los pasaportes en que nos quedáramos allí para aprender, o sea que todo estaba bien. Tratando
sus manos, el Karmapa dijo: "Tenéis la suerte de tener un país y no ser de aprovechar al máximo nuestra estancia y de aprender verdaderamente,
refugiados; deberíais saberlo. Guardadlos, os serán útiles más adelante", y forzamos el ritmo de postraciones diarias hasta 2000, y después 3000. Este
prometiendo que haría lo que pudiera, nos invitó a sentarnos en unas sillas era el número máximo, ya que también teníamos que preparar la comida,
de bambú que había a su lado. ; asistir a las enseñanzas y mantener los contactos con Europa. Entonces, como
ahora, las cartas nos ocupaban mucho tiempo; a ellas dedicábamos todos los
Nos sentíamos raros y no conseguíamos estar cómodos en las sillas, aunque '• momentos libres. En realidad, ganamos tiempo, pues cada vez necesitába-
'estábamos demasiado ocupados en nuestros planes para entender por qué. i mos dormir menos. La constante bendición del Karmapa y el movimiento de
Pero, cuando un hombre de fuerte complexión, cuya cara conocíamos por i lanzarse hacia arriba de las postraciones purificaron nuestros canales de energía
sus retratos presentes en todas partes, entró en la habitación y se sentó en el hasta el punto de que nos despertábamos al cabo de cuatro o cinco horas de
suelo frente al Karmapa, de la manera más disimulada posible nos desliza- sueño. Como la habitación estaba helada, era bueno empezar temprano y
mos hasta el suelo para sentarnos igual. Era el Rey de Bhután en persona. calentarnos con el ejercicio. Con gran sorpresa por nuestra parte, la práctica
Aprendiendo de Kalu Rimpoché 209

chas sensaciones interesantes alrededor del corazón, sino que también me


rompí una costilla. Me dolía mucho el pecho y tuve que hacer las últimas
30.000 postraciones con una sola mano, emitiendo más gemidos que man-
tras. A lo largo de la práctica maduró mucho karma y durante una semana,
sin saber qué fantástica bendición suponía, el gran manto negro de Mahakala
bloqueó todas las demás visualizaciones estando allí simplemente colgado,
inmóvil.
Al ir disipándose, las muchas drogas y opiniones erróneas que bloquea-
ban mis canales interiores a menudo me provocaban sacudidas y me impul-
saban a hacer muchas muecas. Era bueno saber que se trataba de una puri-
ficación, algo de lo que me estaba librando, y no algo que entraba. Las últi-
mas 10.000 las hicimos, a razón de 4.000 por día, en el monasterio de Bhutia
Basty, en Darjeeling, junto a la antigua y muy sagrada estatua de Gurú
Rimpoché, mientras que los lamas Thubten y Lody, y el Dr. Jigmi y su familia,
se encargaban de la comida. Por la mañana del día de Año Nuevo de 1971
habíamos dejado atrás las 111.111 postraciones, la primera parte de las prác-
ticas fundamentales.
El monasterio de Bbutia Basti. Volvimos a Sonada para una Iniciación de Kalu Rimpoché, la primera de
las innumerables iniciaciones que recibimos de él, en la que transmitió la
hizo de nuestros cuerpos un verdadero regalo, unas herramientas para ser esencia de la forma blanca y de cuatro brazos de Chenresig (la compasión
usadas libremente, y desde entonces ningún trabajo duro ni ninguna dificul- activa de todos los Buddhas). Nos encogimos delante mismo de su rostro
tad física ha sido desagradable. maravillosamente labrado, que tanta sabiduría intemporal reflejaba. Su sal-
La manera en que Hannah hacía las postraciones me impresionaba mucho modia y los sonidos de la campana y el tambor parecían venir de todas partes
-la prudencia con que llevaba a cabo este ejercicio físico tan duro. Las ha- y su rostro se disolvía y reaparecía en formas siempre nuevas. De pronto vi
cíamos uno junto al otro, y ella marcaba el ritmo. Como es resistente y sabe claramemente delante de nosotros al Buddha de cuatro brazos y blancura
cómo hacer que las cosas vayan fluidas, no había paradas. Contábamos las transparente. La bendición fue increíble, y después las piernas casi no me
que ella hacía, mientras que yo a menudo hacía rápidamente unas cuantas sostenían. Fue una Iniciación que nunca hemos olvidado.
más a fin de intensificar la experiencia. Todos se rieron mucho con mi "mejora" en las postraciones, pero mi
Al combinar la actividad del cuerpo (la propia postración), del habla (la costilla seguía igual a pesar de los vendajes y los ungüentos exóticos que me
recitación empleada) y la mente (la visualización y la consciencia manteni- aplicaron muchos amigos. Sin embargo, como no quería estar bloqueado
das), las postraciones son una práctica totalmente tántrica y transformadora. mucho tiempo por esto, y también deseábamos dar un vistazo al mercado del
Con su realización se producen cambios duraderos. Someter el propio siste- domingo de Kalimpong, donde aún era posible comprar objetos tibetanos
ma a esta "cura de caballos" es el mejor modo de despejar los canales inte- auténticos, decidimos ir a esta interesante población y también acudir al lama
riores bloqueados y de reforzar las corrientes de energía alteradas por años curador que vivía en ella.
de consumir sustancias intoxicantes o de inactividad. No obstante, conviene Tashi, del Gompus Hotel, que había compartido los altibajos de nuestra
confiar en la sabiduría antiquísima de la práctica tal como viene dada. Cuan- última visita, sabía muy bien dónde habíamos estado. Parecía que habíamos
do traté de mejorarla, de desatar mi chakra del corazón poniendo un objeto entrado en el sistema de chismorreo e información tibetano. Lo que, sin
duro en el lugar donde mi pecho tocaba el suelo, no sólo experimenté mu- embargo, no sabía, y se alegró mucho por ello, era que habíamos empezado
Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 211

la práctica tradicional y que teníamos la intención de terminar los prelimina- práctica principal era la de Chod, de "cortar". En esta meditación, mediante
res. Fue con nosotros a ver al lama mongol, aprovechando el viaje para com- la visualización y la salmodia, y con el soporte externo de un gran tambor de
prar tsampa recién molido, y fue una alegría sentir cómo el camino de subi- mano, la campana y una trompeta de fémur, uno activa un blanco Buddha
da, que antes nos había parecido tan dificultoso, era ahora un puro placer. danzante femenino y entra en un profundo estado de absorción. Permane-
Nuestros cuerpos habían encontrado su ritmo, funcionaban fluidamente y sin ciendo en este estado, uno invoca a todos los fantasmas hambrientos y a
esfuerzo después de las postraciones, y habíamos dejado atrás un paso muy todos los seres que quieren algo de nosotros y les ofrece su propio cuerpo
importante. Nuestros cuerpos trabajaban ahora para la mente y ya no limita- y sus posesiones en visualización, al tiempo que envía su mente a su lama.
ban su libertad ni la hacían indolente. Es una práctica muy fuerte, utilizada en las escuelas antiguas del Budismo
tibetano, y las experiencias que tienen lugar durante la meditación pueden
Al llegar a lo alto de la cresta caminamos a lo largo de un muro que rode-
ser muy intensas. Primero, las energías invocadas aparecen en nuestra ima-
aba un monasterio y después llegamos a una hilera de cabanas bajas cons-
ginación, pero luego se manifiestan realmente, y quienquiera que haya do-
truidas en piedra gris. Siguiendo a Tashi, entramos en la puerta situada en el
minado esta práctica de ofrecerse totalmente y de cortar el apego puede
extremo más alejado. Deslumbrados por el brillante sol del exterior, al prin-
cipio no pudimos ver nada. Pero cuando nuestros ojos se fueron acostum- después reírse de cosas que a los demás les preocupan o asustan.
brando a la oscuridad, vimos a un anciano de aspecto simpático sentado al El lama mongol se ofreció a enseñarnos la práctica en aquel mismo mo-
final de una habitación baja llena de cajas y bolsas, que nos hacía señas para mento, lo que era un gran honor. Todo lo que teníamos que hacer era
que entráramos. Nos inclinamos ante él, y nos dio su bendición de la manera quedarnos seis meses con él en los cementerios locales. Sin embargo, prime-
en que Chechoo Rímpoché lo hace a menudo: poniendo las dos manos en ro queríamos terminar las prácticas preparatorias con Kalu Rimpoché. Vien-
los lados de su cabeza y luego haciéndolas subir poco a poco hacia la coro- do lo eficaz que había sido la primera, apenas podíamos esperar para seguir
nilla al tiempo que invocaba la bendición de todos los Buddhas. Le dimos el adelante, y sabíamos bastante como para no cambiar de meditaciones sin
tsampa y un poco de dinero como ofrenda, y después contamos nuestra
preguntar antes a los que ya nos guiaban. Hacerlo es una forma segura de
historia, y él la suya.
tener complicaciones. Prometiéndole que adoptaríamos la enseñanza en cuanto
Como la mayoría de los mongoles, pertenecía a la escuela de los Gelug- nos fuera posible, le contamos lo que ya estábamos haciendo y con quién.
pas, los "virtuosos", que eran famosos en el Tíbet por su organización y Antes de despedirnos del lama, le hablé de mi costilla, y se rió mucho al oír
saber, cualidades que han traído consigo a Occidente. Gobernaban política- cómo me la había roto. En realidad, la idea de poner algo duro en el punto
mente el país y también fundaron monasterios enormes, cada uno de los donde mi pecho tocaba el suelo la saqué de un librito del yogui chino que
cuales albergaba miles de monjes, como los famosos de Sera, Drepung y vivía al pie de la colina, pero el lama no parecía haber oído hablar nunca de
Gaden. En estas instituciones, un gran número de monjes se examinaba cada él, aunque Tashi lo conocía bien: los infames momos de carne habían sido
año de lógica y del arte del debate, con lo que se convertían en expertos en encargados en su hotel.
esa psicología y filosofía que va mucho más lejos que todo lo que conocemos
de otras culturas. La capacidad para tratar las causas y no sólo los efectos -ya El viejo lama, con una larga cuchara, sacó unos polvos de color gris
sea sobre todo desde dentro, como en nuestra escuela, mediante la medita- amarillento de dos botellas diferentes y los envolvió en tres trozos de papel
ción, o desde fuera, y a través del conocimiento, como en ésta- es el verda- de arroz. Con una plegaria de buenos deseos, dijo: "Estos dos los tomas con
dero don del Tíbet al resto del mundo: el regalo del Buddha para todos agua caliente mañana temprano y pasado mañana, y este otro lo tomas con
• nosotros. Tanto si uno desea seguir la vía rápida de la gran devoción o la agua tibia mañana por la noche". Al día siguiente por la mañana, en el hotel,
lenta y sostenida del aprendizaje gradual, existe la posibilidad de desarrollo y después en Sonada, tomé la medicina. El dolor desapareció y desde enton-
para todos, en cualquier nivel. ces no he vuelto a sentirme esa costilla, pero si me curaron los polvos o la
Este viejo lama mongol —Tashi decía que tenía unos cien años, aunque bendición directa del lama mientras estábamos allí, es algo que aún no sé...
desde luego no lo parecía- era, sin embargo, más yogui que intelectual. Su probablemente ambas cosas, actuando juntas.
212 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 213
Poco después tuvimos que volver a Calcuta. Los policías de Darjeeling no confusión. La mezcla de terminologías y puntos de vista de sistemas religio-
podían prorrogarnos más nuestros permisos, por lo que tuvimos que acudir sos diversos no beneficia a nadie y elimina todo frescor y toda fuerza. Aunque
a sus jefes para conseguir otros nuevos. El hombre joven y culto de la oficina se considere "espiritual" y "no sectario", es realmente engañoso.
de Wríter's Building, que sin duda un buen karma y un padre influyente
habían colocado allí, fue comprensivo con nosotros, y nosotros con él. Prometió En Puri pasamos unos días agradables en una pensión próxima a la playa,
recomendarnos para obtener un permiso de seis meses en la zona de Darjee- nos bañamos en un agua sorprendentemente turbia y comimos montañas de
ling. Como de costumbre, dimos razones médicas para la estancia, diciendo comida después de hacer todas aquellas postraciones. Aprendimos de memoria
que Hannah necesitaba el aire sano de las montañas para recuperar fuerzas el mantra de cíen sílabas, nos enteramos de las últimas noticias por los hippies
perdidas tras un ataque de disentería en el Nepal. Los funcionarios probable- locales, y guiamos a un grupo que bajaba de un "viaje" malo y agresivo.
mente sospechaban que éramos misioneros, pero, como no tenían nada Algunos incluso estaban abiertos a la sabiduría de los lamas y más adelante
contra ellos, les daba igual. Si hubiéramos dicho cuál era nuestra verdadera nos visitaron en Sonada. Cada vez que hablaba del Karmapa sentía que algo
razón para quedarnos en Darjeeling, nos habrían expulsado de inmediato. fluía a través de mí y las palabras acudían solas. En realidad, ya casi no hablá-
Esto es lo que hicieron regularmente con amigos menos experimentados, y bamos nunca de cosas que no estuviesen relacionadas de un modo u otro
también intentaron hacerlo con nosotros años más tarde cuando nos descu- con la liberación de la mente y veíamos todas las experiencias bajo esta luz.
brieron, aunque con poco éxito. Para ellos, los tibetanos eran gente sucia y El gran poder de la enseñanza del Buddha ya había reunido toda experien-
de casta inferior, refugiados que podrían estar trabajando secretamente para cia y toda energía en ese único punto de consciencia, y la constante repeti-
los chinos. En modo alguno encajaba con su idea del mundo el que los ción de mantras y el uso de la visualización disolvía de forma cada vez más
occidentales, sus ídolos secretos, acudieran ahora a aprender de los refugia- rápida todo lo que aparecía referente a hábitos y sentimientos desordenados.
dos peor considerados de su país. Para todos nosotros se convirtió en un Sentíamos que ahora las cosas venían de dentro, que el desarrollo sería
hábito esconder nuestros rosarios y abotonarnos las camisas para cubrir los automático, pero también que sólo estábamos al principio de un largo viaje.
cordeles de bendición antes de ir a algún sitio oficial. Al regresar a Sonada con el permiso de larga duración, nos encontramos
con buenas noticias. Nuestras solicitudes para Sikkim, tramitadas hacía dos
Mientras esperábamos el permiso, que nos prometieron en diez días,
meses, habían sido concedidas. Llegaban justo a tiempo. El Karmapa estaba
decidimos que sería mejor no volver a las montañas. En vez de esto, fuimos
a punto de dar la gran Iniciación de Dolma Naljorma. Esta importante trans-
a Puri, una ciudad del Golfo de Bengala. Se encuentra al sur de Calcuta, y era
misión, que cada Karmapa da sólo unas cuantas veces, tiene lugar a lo largo
un lugar agradable a mediados de invierno. Escogimos Puri porque había-
de varios días y va acompañada de otras autorizaciones. La mayoría de nuestros
mos oído hablar mucho de ella, tanto por parte de turistas como de hippies.
amigos de Sonada ya habían partido hacia Rumtek, y por lo tanto recogimos
Tenía un interés especial porque allí vivía Joseph, el antiguo sirviente de
nuestras cosas a toda prisa y nos dirigimos allí directamente, llevando con
W.Y.Evans-Wentz. Le había servido en los años veinte en Sikkim, mientras
nosotros a dos amigos australianos con los que habíamos venido juntos
Evans-Wentz obtenía las primeras traducciones de textos tibetanos muy
desde Puri. Aunque no sabían nada del Karmapa y poco sobre Budismo,
importantes y anteriormente secretos. Esta materia prima suministrada por el
habían solicitado permiso un día mientras se hallaban en el Himalaya occi-
Lama Kazi Dawa Sandup es lo que más adelante aparecería en la serie de tres
dental, y ahora sus papeles estaban a punto. Una vez más, todas las cosas
volúmenes editada en Oxford El Libro Tibetano de los Muertos, El Gran Yogui
relacionadas con el Karmapa funcionaban perfectamente. Aunque al princi-
del Tíbet, Milarepa, y Yoga Tibetano y Doctrinas Secretas, que tanto habían :
pio nuestros amigos no estaban seguros de si creían más en la coincidencia
cambiado nuestras vidas. Ahora teníamos la oportunidad de ver a alguien '
que en la relación de causa y efecto, al final partieron con el Refugio y la
que había estado presente y podía hablar sobre el primer encuentro de dos
firme convicción de que nosotros creamos nuestras propias vidas. Al regresar
culturas que tanto se necesitan entre sí, culturas que esperábamos ver fundí- i
a Australia fundaron un centro.
das realmente. Hoy consideramos aún que las traducciones directas del libro
son buenas, aunque la mayoría de las meditaciones no pueden practicarse • Aquella misma tarde cruzamos el último puente que lleva a Sikkim. Nos
sin mucha preparación e instrucción. Los comentarios, sin embargo, crean : bajamos del jeep en la carretera de Rumtek, a ocho kilómetros de Gangtok.
214 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 215
En esta ocasión el tiempo era seco y estimulante, y queríamos subir andando estaba representado el protector negro Mahakala, dije: "Este es el que yo
el último trecho, que iba desde los campos de arroz dispuestos en bancales quiero", y rápidamente tiré de él, lo apreté contra mi cuerpo y desapareció
hasta el monasterio. Hay un atajo que cruza la carretera una y otra vez. en mí. En el segundo sueño agarraba a una anciana tibetana que se caía por
Cuando llegamos cerca del monasterio ya era de noche, y todo el tiempo una pendiente y la ayudaba a subir una montaña. Recuerdo que sentía una
tropezábamos con vacas y cabras tumbadas en el camino y en los campos. gran compasión por ella y que la montaña ofrecía una vista fantástica. Hannah
La mayoría de ellas aún llevaban colgando del cuello las cuerdas con que las también tuvo sueños intensos, y por la mañana los dos nos sentíamos muy
habían atado. En el monasterio, a la luz de unas pocas bombillas, había felices.
mucha gente circulando. Centenares de tibetanos y muchos lamas eminentes
habían venido desde los campamentos y los monasterios de la región del La Iniciación en sí aún fue más impresionante que la preparación del día
Himalaya para asistir a este acto. Esta vez sólo había sitio en el suelo de la anterior. Dolma Naljorma es un aspecto protector del Buddha, una forma
casa de huéspedes, y Yeshe, a quien ya conocíamos bien, pronunció los femenina verde semicolérica con ocho brazos. Y entonces vimos cómo el
nombres de una impresionante serie de Rimpochés a modo de explicación. Karmapa se transformaba realmente en una muchacha joven y verde, suma-
Las habitaciones estaban realmente llenas hasta los topes y podíamos imagi- mente bella, y sentimos fluir en nosotros la fuerte energía de Dolma. Mientras
nar cuánto trabajo tendría. el Karmapa mantenía activo el campo de poder, los altos encarnados anda-
ban arriba y abajo por entre las filas de gente. Nos tocaban con los objetos
A la mañana siguiente empezaron las ceremonias preparatorias para la cargados que llevaban el poder de la meditación del Karmapa, transfiriendo
gran Iniciación. Como nosotros, los occidentales, éramos invitados de los su energía a nuestras cabezas, cuellos y corazones, o sobre nuestras manos,
tibetanos y además éramos los que veníamos de más lejos, se nos asignaron a fin de que pudiéramos tocar nosotros mismos todos los centros. De este
unos asientos delante de todo, desde donde veíamos claramente al Karmapa modo plantaban en nosotros las semillas de la Iluminación perfecta. Ello da
y a los eminentes encarnados que lo rodeaban. Y lo que entonces sucedió el poder de obtener la esencia del cuerpo, el habla, la mente, las cualidades
fue fantástico. Utilizando un doble tambor de mano y una campana, salmo- y la actividad del Buddha, su radiante naturaleza ilimitada. El poder de esta
diando y meditando sin cesar, el Karmapa formó un campo de poder alrede- Iniciación es tan grande que puede conducirnos a un estado de liberación
dor de nosotros y de todo el monasterio. Las vacas y las cabras que tuvimos después de la muerte, cuando ninguna impresión sensorial confunde a la
que apartar la noche anterior empezaron a andar por los pasillos abiertos mente. Nos lleva a un nivel en que la ilusión de un "yo" independiente se ha
entre la gente. Allí no había nada que pudieran comer, pero por lo visto les disuelto y donde todo lo que ocurre tiene el sabor de la liberación, del juego
atraía lo que hacía el Karmapa. Nos dijeron que cuando se dan grandes libre de la mente. Desde aquí no se puede retroceder a formas inferiores de
iniciaciones muchos animales del valle se desprenden de sus ataduras y van existencia, sino que, como un nivel de Iluminación da paso al siguiente, de
al monasterio. Sus propietarios han desistido de volver a atarlos, pues se pronto el que percibe, la percepción y el objeto percibido se experimentan
escapan otra vez, y en cambio los dejan estar allí mientras dura la ceremonia. como una sola cosa, y nos hemos convertido en Buddhas.
Cuando ésta termina, los animales, por lo general, regresan por sí mismos.
Después de la muerte física, las formas de sabiduría de las iniciaciones
Cuando nos acostamos aquella noche estábamos cansados, pero llenos surgen del almacén de nuestra consciencia (alaya) como campos vivos de
de bendición. Se nos dieron a cada uno dos tallos de una hierba especial, una energía (como la especialmente eficaz Corona Negra de los Karmapas) y, si
larga y otra más corta, que el Karmapa había cargado en la meditación. La hemos mantenido nuestro vínculo con ellas, nos fundimos totalmente en su
más larga debíamos ponerla bajo nuestro cuerpo durante la noche, y la más campo de poder en un estado situado más allá del tiempo y el espacio.
• corta, debajo de la almohada, de manera que los dos tallos formasen una "T".
Luego teníamos que prestar atención a nuestros sueños, porque lo que ocurriera Si no tenemos una conexión con el Karmapa, es importantísimo el campo
aquella noche tendría una gran significación. de poder del Buddha rojo Amitabha, el Buddha de la Luz Infinita, ahora
encarnado en Su Santidad el Shamarpa. Todo aquel que no piense que va a
Tuve dos sueños intensos y claros. En el primero, un amigo danés y yo vivir para siempre actuará sensatamente asistiendo a una ceremonia de la
mirábamos un montón de thankas muy bellos. Cuando vi el rollo en que corona o recibiendo iniciaciones en Amitabha, Chenresig o Chama Dorje de
216 Cuando el pájaro de hierro vuele...

un buen lama que mantenga sus vínculos. Asimismo, es muy eficaz la repe-
tición del mantra "OM AMI DEWA HRI", y una muerte bien preparada nos
ofrece las mejores posibilidades de obtener una rápida Iluminación.
La Iniciación de Dolma Naljorma terminó por la tarde del segundo día, y
volvimos a la casa de huéspedes con el fin de digerir todo lo que había teni-
do lugar. Apenas hablábamos y estábamos demasiado llenos de las experien-
cias del día para desear siquiera expresarlas. En el camino de vuelta a la casa
de huéspedes encontramos un monje inusitadamente bien parecido, que
debía tener poco más de treinta años. Como sabía un poco de inglés y quería
tener contacto con occidentales, llegamos a conocerlo bien durante los días
siguientes. Su nombre era Ayang Tulku y pertenecía a uno de tos linajes her-
manos más pequeños dentro de la escuela Kagyupa, todos los cuales están
dirigidos y bendecidos por el Karmapa.
Aunque todas las escuelas antiguas del Budismo tibetano poseen los
métodos para transferir nuestra consciencia en el momento de la muerte, este
linaje a menudo los enseñaba a grandes grupos de personas al mismo tiem-
po. Es una meditación mediante la cual, durante los momentos de la muerte,
uno deja que la energía-claridad de su mente abandone el cuerpo por un
lugar situado en lo alto de la cabeza, unos ocho dedos más atrás de la línea
del cabello, para hacer que se funda con el campo de poder del Buddha de
la Luz Infinita. Los signos exteriores de que esta transmisión de consciencia
ha tenido éxito son unos cuantos cabellos sueltos en la zona del cráneo por
donde la mente ha salido, y a veces también una gota de sangre, mientras
que la experiencia interior del que muere es la de ascender por un estrecho
canal, de ser arrastrado fuera de su cuerpo e introducido en un estado de
gozo que se encuentra totalmente más allá de todo lo conocido. Este estado
gozoso y completo que constantemente aumenta en significado y dimensión
es el campo de poder de Amitabha, su llamada "Tierra aura".
Ayang Tulku también tuvo un sueño muy bueno en el que encontraba a
Shamar Rimpoché, la emanación del Buddha Amitabha, le dirigía plegarias y
le ofrecía frutas. Después explicó algo sobre el modo tibetano de interpretar
los sueños. Más tarde habló de los campamentos tibetanos establecidos entre
Bangalore y Mangalore, donde él vivía. Nos quedamos de piedra al oír que
miles de tibetanos de las grandes alturas del otro lado del Himalaya estaban
viviendo ahora en el clima tropical e insano de la India del sur. La mayoría
de ellos eran nómadas del Tíbet occidental, que habían huido siete años des-
pués que todos los demás. Abandonando animales, tiendas y todas sus per-
tenencias, habían llegado a la India durante la época de la Revolución Cul-
218 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 219
tural china. Los comunistas chinos, que pretendían que estos refugiados eran De estos sentimientos perturbadores provienen todos los actos, palabras
criminales, presionaron a los indios para que los hicieran volver, y por esta y pensamientos negativos, los cuales llevan a la formación de hábitos perju-
razón fueron apartados rápidamente de las fronteras y emplazados en esta diciales y producen los diferentes velos que impiden a nuestra mente ver su
jungla, antes deshabitada, del sur. Habían muerto tal vez un tercio de ellos, verdadera esencia. Aunque estos bloqueos se sienten como algo muy real
pero los supervivientes tenían abundantes oportunidades de demostrar su cuando están ahí, en realidad nunca han tenido más sustancia que los reflejos
habilidad para hacer frente a situaciones nuevas. El salto repentino de la vida de un espejo o las nubes del cielo, y ésta es la razón por la que tanto nuestras
de nómada ártico a labrador en la jungla no era fácil, pero lo hicieron con ilusiones como el sufrimiento que resulta de ellas pueden ser eliminados.
sorprendente rapidez, y ya estaban enseñando a los indios cómo la diligencia Dorje Sempa es el poder purificador especial de todos los Buddhas. Su forma
y la energía podían hacer que el suelo produjera una buena cosecha. Ayang energética semejante al diamante, indestructible y de claridad radiante, expulsa
Tulku estaba muy interesado en que lo visitáramos y lo ayudáramos allí, y le y disuelve innumerables nudos subconscientes de nuestra mente. Siendo la
prometimos mantener el contacto y acordarnos de su invitación. vida como es, Dorje Sempa es una de las prácticas más importantes que
Durante los días de iniciaciones siguientes, el Karmapa lo dio todo. Puso podemos hacer.
en todo el mundo el gozo, la sabiduría, la compasión, la actividad y el poder A fin de entender cómo actúa la purificación, primero tenemos que saber
protector de todos los Buddhas, y activó energías cuya perfección es la sobre la causa y el efectp, cómo actúan y cómo se pueden disolver. He aquí,
Buddhidad, aquí y ahora. Para nosotros, que acabábamos de terminar la de forma concisa, las numerosas enseñanzas que sobre esta cuestión hemos
primera parte de los preliminares, estas iniciaciones eran más una bendición recibido de nuestros lamas:
que el principio de una práctica, pero sabíamos que incrementarían y darían
Para que aparezca el karma, es decir, para que en nuestra mente se im-
profundidad a las meditaciones que teníamos en perspectiva de modo inme-
planten impresiones que tendrán resultados posteriores, deben darse una o
diato. Todos pudimos quedarnos durante los diez días que duró la serie de
varias de estas cuatro condiciones:
iniciaciones, y nos alegramos de no tener que luchar por ello.
1. Debemos saber lo que hacemos.
Una vez que estuvimos de vuelta en Sonada llegó el momento de la
segunda etapa del viaje: el mantra de cien sílabas y la meditación que lo 2. Debemos desear hacerlo.
acompaña. Este mantra también hay que repetirlo 111.111 veces y a menudo 3. Debemos hacerlo nosotros mismos o hacer que otros lo hagan.
toma más tiempo que las postraciones. La meditación tiene una profunda 4. Debemos estar satisfechos después de hacerlo.
fuerza purificadora, un poder que es totalmente necesario ya que nuestra
consciencia ordinaria no reconoce la luminosa naturaleza perfecta de la mente. Cuanto mayor sea el número de estas condiciones que se den en un solo
acto, mayor será su efecto. El resultado también se manifiesta de cuatro
A causa de la ignorancia, que es en la mente como las nubes en el cielo, maneras:
la mente se aferra a su naturaleza vacía, a su "espacio", pensando "yo", y
experimenta su naturaleza de claridad, las cosas que ocurren en ese espacio, 1. En nuestra experiencia de después de la muerte, cuando las impresio-
como algo "otro". A partir de este sentimiento de separación entre sujeto y nes subconscientes de nuestra mente maduran con la falta de nuevos
objeto, entre "yo" y "tú", aparecen los sentimientos perjudiciales básicos: estímulos sensoriales, las proyecciones producidas se experimentan
apego a lo que nos gusta y aversión por lo que no nos gusta. Cuando hay como reales. Producen gozo o paranoia, avidez o confusión, envidia
apego aparece la avaricia, porque queremos conservar lo que nos agrada. o apego; y se solidifican en uno de los seis estados de existencia.
Cuando hay aversión aparece la envidia, porque no deseamos que los que Cuando de nuevo, quizá después de muchísimo tiempo, la mente se
no nos gustan prosperen. Y cuando hay ignorancia aparece el orgullo, por- une a un cuerpo humano, se dan otros tres resultados:
que pensamos que el estado en que nos encontramos ahora, que cambia en 2. La clase de cuerpo a la que la mente es atraída, o sea la clase de ma-
todo momento y carece de verdadera solidez o esencia, es algo sobre lo que terial genético adecuada a nuestra mente: esto produce salud y una
podemos opinar mejor que los demás. larga vida o lo contrario.
220 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 221

3. El medio en el que nacemos: el daño sexual infligido a otros, por necesitamos mucho tiempo para que nuestras rodillas se acostumbraran a la
ejemplo, da un nuevo nacimiento en un país desierto; mientras que un posición sentada después de las numerosas postraciones.
karma muy bueno, mezclado con envidia y opiniones erróneas, nos
Así, los mantras de purificación eliminaron eficazmente los resultados de
da un nacimiento en una zona como la Europa noroccidental.
acciones negativas anteriores, y a mí, que había sido una persona tan turbu-
4. Y, finalmente, las tendencias habituales que nos hacen producir nue- lenta, me ayudaron de forma especial. Muchos bloqueos de los canales inter-
vo karma: el que, por ejemplo, seamos naturalmente amables y cor- nos producidos por las drogas se disolvieron en el flujo constante de néctar,
diales con los demás, o agrios y desagradables. transformando reacciones como de robot en una conducta que se adaptaba
Así creamos todo el lío de la existencia condicionada. Ahora bien, ¿cómo a las situaciones. Al final de la práctica vinieron los sueños intensos, que
rompemos esta cadena sin principio de causa y efecto, razón de todo sufri- muestran el éxito de la purificación, y nos sentimos como si nos bañáramos
miento? en agua de rosas.

También mediante cuatro pasos: En aquel momento unos amigos nos dijeron que había llegado otra vez
un visado para Sikkim. Ahora solicitábamos automáticamente uno nuevo el
1. Tenemos la experiencia de que algo en nuestra vida no es satisfactorio día del regreso. Así pues, una vez más llegamos a Rumtek cuando iba a
(no estamos iluminados, tenemos estados mentales dolorosos, no po- suceder algo importante, y, como únicos extranjeros allí presentes en aquel
demos hacer bastante por los demás, o lo que sea). momento, las impresiones fueron muy fuertes.
2. Purificamos la mente, utilizando, para lograr los mejores resultados,
los potentes métodos tántricos como Dorje Sempa. Nos encontrábamos sentados frente al Karmapa y le describíamos las
meditaciones muy avanzadas que habíamos hecho anteriormente sacándolas
3. Prometemos no volver a hacer cosas nocivas, y repetimos la promesa de varios libros, y cómo habíamos sentido mucho poder sin siquiera saber
siempre que la rompamos. que existían cosas como el Refugio y la Iniciación. Mientras nos respondía
4. Intentamos hacer sólo cosas positivas que anulen los actos perjudicia- que, a pesar de nuestras fuertes experiencias, no podían tener efectos dura-
les anteriores. deros sin su bendición, que nuestras prácticas más sencillas de ahora eran en
realidad más eficaces en esta fase, ocurrió algo que al principio no compren-
No existe ningún acto, por grave que sea, que no se purifique mediante dimos.
estos cuatro pasos. Sin embargo, Kalu Rimpoché nos decía a menudo que
sólo funcionan si los usamos. "¿De qué nos sirve una pastilla de jabón", decía, El Karmapa acababa de pedirme que le dijera la hora, sin mirar el reloj, y,
"si nos limitamos a guardarla en el bolsillo? Ni en cien años nos limpiará. Sólo como me equivoqué en un cuarto de hora más o menos, él dijo que uno
si la utilizamos obtendremos resultados". siempre sabe la hora exacta cuando los canales interiores están totalmente
Así pues, empezamos los 111.111 mantras de purificación de cien sílabas. purificados. Mientras nos explicaba esto, puso de pronto los ojos en blanco,
Manteníamos encima de nuestras cabezas, lo mejor que podíamos, la cons- como a menudo le habíamos visto hacer, y sin decir una palabra se levantó
ciencia de la forma cristalina de Dorje Sempa, y deseábamos profundamen- y se fue a la habitación de al lado, Oímos su recitación, su campana y su tam-
te una purificación plena. Ya después de las primeras repeticiones del mantra bor, y supimos que estaba llamando y transfiriendo la mente de alguien que
sentimos que la energía de Dorje Sempa se concentraba y después descendía había muerto, llevándola a un nivel de experiencia puro. "¿Quién ha muer-
fluyendo a través de nosotros. Aunque durante las sesiones nos asaltaban to?", nos preguntamos, y el resto del monasterio se hacía la misma pregunta.
toda clase de sensaciones perturbadoras y de irritaciones, sabíamos que eran Hasta dos horas más tarde, mientras el Karmapa aún seguía solo en la habi-
impresiones que se iban de nuestra mente. Era bueno que fueran tan sólo la tación, no llegó la respuesta por la radio, y se extendió como un reguero de
punta del iceberg de obstáculos y dolor que se habrían manifestado más pólvora. El Rey de Bhután, gran patrocinador de Rumtek y discípulo del
adelante si ahora no los venciéramos gracias a la práctica. Meditábamos hasta Karmapa, acababa de morir en Nairobi de un ataque al corazón. El Karmapa
dieciséis horas diarias, quemando las semillas de aflicciones futuras, pero por lo visto ya había transferido su consciencia.
222 Cuando el pájaro de hierro vuele...

El rey bhutanés, como el que gobierna hoy día, había sido educado durante
muchos años en Inglaterra. Olvidando el poder que tienen los lamas, cada
vez fue sintonizando más con el pensamiento occidental. Sin embargo, cuando
regresó a su país para tomar posesión de su cargo, el Karmapa, que había
deseado estar en Bhután en aquel momento, le recordó la fuerza de la trans-
misión. Dio las señales corporales, las circunstancias familiares, momentos
de nacimiento y otros detalles de tres encarnaciones que sus monasterios res-
pectivos habían buscado durante varios años. Ahora iban a renacer en deter-
minados valles remotos de Bhután. El Rey envió de inmediato helicópteros
a los valles y los niños fueron encontrados. Toda la información del Karma-
pa, que nunca había estado allí, era perfectamente exacta. Los niños pasaron
las pruebas tradicionales, eligiendo entre muchos objetos similares los que
habían utilizado en su vida anterior. También reconocieron a antiguos ami-
gos de su anterior existencia, y era claro que se trataba de las reencarnacio-
nes de lamas eminentes que habían prometido regresar. Plenamente conven-
cido de la naturaleza omnisciente del Karmapa, el Rey se hizo discípulo suyo,
procurándose primero una vida rica y plena de sentido, y ahora la liberación
después de su muerte. El Rey se había convertido en un gran protector, y
había utilizado liberalmente su influencia y sus medios materiales para dar
apoyo al Dharma. Es fácil ver cuan importante es esta función en Oriente,
donde no hay ninguna iglesia o comunidad que corra con los gastos; la falta
de generosidad es también la peor dificultad con que se encuentra nuestro
trabajo hoy día en Occidente. ¡Los que escogen el Budismo porque no hay
que pagar cuotas fijas obtienen realmente bendiciones muy baratas!

Al día siguiente el Karmapa se llevó cincuenta lamas a Bhután. Lo nece-


sitaban para la ceremonia del entierro y de la entronización del nuevo rey. Se
afeitó completamente la cabeza, y, como siempre que acumulaba energías
especiales, parecía más grande de lo habitual y su voz era muy fuerte. Al
cruzar el patio cuando se dirigía al jeep, las energías protectoras que lo
rodeaban formaban un campo de poder casi visible, y cuando un pliegue de
su hábito me rozó al pasar, sentí como un choque eléctrico.
Antes de partir, Su Santidad nos dijo que nos quedáramos en Rumtek con
los cuatro encarnados supremos, S.S. el Shamarpa y sus excelencias los
Rimpochés Situ, Gyaltsap y Jamgon Kongtrul, y que hiciéramos los votos del
Bodhisattva con Shamar Rimpoché, el de rango superior. Desde 1193, estas
cuatro venerables encarnaciones han mantenido las energías iluminadas del
linaje en los años transcurridos entre las muertes y renacimientos de los
sucesivos Karmapas, y también han vigilado el crecimiento de éstos. En rea- Dorje Sempa.
224 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 225
lidad, no se puede hablar de crianza o educación, puesto que los Karmapas, tivo de la cólera se diluye, y no rompemos el voto. Pronto nos daremos
cuando nacen, lo recuerdan todo y se encuentran completamente en el nivel cuenta de que el odio y la agresividad disminuyen gradualmente.
mental de sus encarnaciones anteriores.
La segunda parte del voto tiene que ver con nuestra vida práctica. Aquí
Tuvimos, pues, la oportunidad de conocer mejor a estos cuatro Tulkus, y decidimos hacer lo que nos conduce, a nosotros mismos y a los demás, a la
ellos, de preguntar cosas acerca de Occidente. Los indios parecían haberse liberación, las llamadas seis acciones liberadoras. Son:
olvidado de nosotros por el momento, y nos dejaban en paz. Juntos, los
cuatro nos explicaron el voto del Bodhisattva, sumando su inglés embriona- 1. Generosidad, en cuerpo, habla y mente -mediante la cual nos abri-
rio a las pocas palabras tibetanas que sabíamos con el fin de aclarar los mos a los demás seres-. En este estado no guardamos para nosotros
diferentes puntos. Trabajar con ellos en la gran sala del monasterio, rodeados las cosas y las experiencias agradables, sino que las compartimos con
de centenares de monjes en meditación, fue una verdadera experiencia, y al liberalidad, viendo que el que da, el que recibe y el don son partes de
volver con el jeep los sentíamos juntos en nuestro corazón siguiendo con sus la misma totalidad, del mismo sueño.
explicaciones. Fue una sensación fantástica. 2. Etica, o medios de vida correctos, lo que significa evitar los diez actos
Mientras que los votos exteriores nos ayudan a evitar perturbaciones y, perjudiciales de cuerpo, habla y mente, y esforzarse por hacer lo con-
así, a liberar nuestras energías para el desarrollo espiritual, los votos secretos trario. r
o tántricos hechos durante las iniciaciones tienen el efecto de transformar 3- Paciencia, que nos ayuda a evitar las acciones, palabras y sentimien-
nuestro mundo de experiencia ordinario en la tierra pura de un Buddha. El tos que destruyen el buen karma obtenido gracias a las dos acciones
voto del Bodhisattva tiende un puente entre las dos clases de votos y nos da anteriores. Es el antídoto directo de la cólera.
el poder de trabajar por el bien de todos los seres. El efecto de todas las
acciones positivas aumenta inconmensurablemente cuando se hacen para 4. Energía, que ayuda a ampliar constantemente las posibilidades exis-
todos, y este voto también transforma los sucesos desagradables de una tentes, a no darnos nunca por satisfechos con los resultados alcanza-
purificación dolorosa en una parte de nuestra instrucción, proporcionando la dos, antes bien a avanzar sin descanso hacia la meta final. La utilidad
sabiduría necesaria para poder ayudar más tarde a otros en situaciones de estas cuatro acciones es reconocida incluso por los que no buscan
similares. El hecho de dar un sentido al dolor y de compartir todo lo bueno la Iluminación, y generalmente todo el mundo las considera cualida-
es verdaderamente una perspectiva llena de grandeza. des excelentes.
El voto del Bodhisattva consta de dos partes. En la primera, nos concen- \ Las dos últimas acciones liberadoras son las que nos llevan más allá de
tramos en nuestra actitud mental, y prometemos que a partir de ahora pen- j una simple vida correcta, al reino de la Iluminación. Son:
saremos más en los demás que en nosotros mismos. Aquí es muy importante i 5. Meditación, que nos da poder y comprensión espontánea de la ver-
que no excluyamos a ningún ser, ni uno solo, por tenerle envidia, por sernos j
dadera naturaleza de la mente.
indiferente o, en especial, por desearle un mal. Aprendemos a ver que los 1
seres que hacen o dicen cosas perjudiciales se hallan ellos mismos en un 1 Y la meditación budista conduce directamente a:
estado de dolor o confusión, que no ven claramente y que sufrirán después
a causa de sus acciones. De este modo, la ira se transforma en compasión, y 6. Sabiduría liberadora, sin la cual las cinco acciones anteriores esta-
esto es de vital importancia porque nada destruye tan rápida y efectivameni rían todavía dentro del mundo condicionado.
' nuestro buen karma como los sentimientos de ira y odio. No obstante, Esta es la sabiduría fundamental de todos los Buddhas, la captación de la
caemos de esta actitud suprema de vacío y compasión y empezamos verdadera naturaleza "vacía" de la mente y de todos los fenómenos. Si vemos
experimentar lo que ocurre como real y, por lo tanto, nos enfadamos, aún las cinco primeras como las fuertes piernas que nos hacen andar, y la sabi-
está todo perdido. En este caso debemos purificar la cólera dentro de duría como los ojos claros que nos muestran dónde debemos ir, alcanzamos
misma hora, o al menos dentro del mismo día. Al hacerlo, el poder nuestra meta.
226 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 227
En una ceremonia muy bella, durante la cual de nuevo tuve que frotarme debe encontrar la clase de medicina que mejor se le adecúa y dejar que los
los ojos mucho más de lo que quería, Shamar Rimpoché, la emanación de demás encuentren la suya. Sin embargo, algunos eran muy insistentes y no
Amitabha, nos dio los votos del Bodhisattva. Al principio no eran fáciles de cejaban en su empeño hasta que uno les paraba los pies. Siempre se produ-
cumplir, como cuando, por ejemplo, los indios volvieron a expulsarnos de cían largas y agradables pausas en la conversación cuando les contábamos lo
Sikkim, y a menudo tenía que congelar completamente mis pensamientos. A que ocurrió en DarjeeKng, un ejemplo del perjuicio causado a todos cuando
la larga, sin embargo, demostraron ser una bendición sin fin, haciendo que se fuerza a las personas en cuestiones de religión.
toda la gente enfadada a quien yo solía "poner en su sitio" se fueran con la
música a otra parte. Mientras que los votos externos sólo se hacen una vez, El monasterio de Bhutia Basty, dedicado a los Protectores budistas, estaba
es decir, en tanto uno no los rompe y desea renovarlos, es aconsejable tomar situado anteriormente en el punto más alto de la colina en cuya ladera se
el voto del Bodhisattva de todos los grandes maestros del linaje y hacerlo encuentra ahora: detrás de la plaza Chow Rastra y del hotel Windermere en
mentalmente a diario. La mejor motivación posible para nuestra vida es el Darjeeling, en un lugar donde Mahakala se había manifestado varias veces.
deseo de ayudar a todos los seres. A principios de siglo, los ingleses demolieron el templo y lo reconstruyeron
donde se encuentra ahora. En el lugar excelente que ocupaba querían poner
Al regresar a Sonada empezamos las ofrendas del mándala, tercera parte una iglesia. Sin embargo, apenas habían terminado el edificio cuando se
de las prácticas preliminares. Eran un puro placer. Durante esta práctica, que derrumbó sin razón aparente. Lo volvieron a construir, se cayó de nuevo, y
también se repite 111.111 veces, uno coloca siete montoncitos de arroz de una tercera vez ocurrió lo mismo. Hoy vuelve a haber en la colina un lugar
colores en un plato de metal, imaginando al mismo tiempo océanos de las dedicado a Mahakala, con la parte izquierda en poder de los hindúes y las
cosas más preciosas que puedan aparecer en su mente. Manteniendo el Re- religiones locales. Los ingleses se rindieron y construyeron su iglesia abajo,
fugio delante de sí, la fase siguiente, que consiste en arrastrar los montones en la calle principal de Darjeeling; hoy es un cine. Nadie obtuvo ningún
de arroz con las muñecas haciéndolos caer en el regazo, significa el hecho de provecho en absoluto.
darlo todo sin apego. A continuación, uno construye un nuevo universo con
todo lo que es bello, y de nuevo lo da en ofrenda. También aquí el cuerpo El Karmapa se quedó en Bhután mucho tiempo. Después de la muerte del
(o sea, nuestros movimientos), el habla (la repetición de la fórmula de ofren- Rey había muchas cosas que hacer, y aprovechó su estancia para descubrir
da), y la mente (nuestra visualización interior) operan juntos, y el resultado nuevas encarnaciones y dar iniciaciones en muchos lugares. Cuando acabá-
no es nada intelectual, sino más bien un enriquecimiento de nuestra totali- bamos de terminar tas ofrendas del mándala, Kalu Rimpoché y su sobrino
dad. Después de cien de estas ofrendas breves, se hace una más larga en la Gyaltsen también se fueron a Bhután, después de darnos la gran alegría de
que uno imagina las 37 cosas deseables de un universo asiático tradicional, emplear nuestro arroz de las ofrendas del mándala durante varias grandes
y después de haber ofrecido elefantes, bayaderas y reinos llenos de placeres, ceremonias en el templo.
uno puede volver a los coches deportivos, los solariums Silver Company, el Poco antes de partir fuimos testigos de una de esas bromas que se pueden
hacer el amor, las motocicletas veloces o las noches de discoteca -todo lo gastar a la gente por su bien. Varios sherpas semialcohólicos fueron al mo-
que puede resultar especialmente atractivo en nuestras vidas de hoy. nasterio a quejarse de que las lluvias se estaban retrasando más de un mes y
de que su cosecha corría peligro. Kalu Rimpoché los conocía bien. Eran los
La ofrenda del mándala es la más breve de las prácticas, y se puede ter- comunistas de fin de semana que, borrachos y ruidosos, recorrían la ciudad
minar en unos veinte días. También en este caso hicimos las últimas diez mil haciendo manifestaciones. Cuando lo veían por la calle abandonaban la
repeticiones delante de la gran estatua de Gurú Rimpoché del monasterio de procesión, iban corriendo hacia él para que les diera una rápida bendición y
Bhutia Basty. Este monasterio tiene una historia que recordábamos a menu- regresaban a la cola para seguir lanzando gritos en todas direcciones. Bhokar
do cuando los misioneros cristianos de la zona se exaltaban demasiado y Tulku, persona especialmente sensible, un Rimpoché encarnado de las tribus
querían discutir con nosotros. Siempre intentábamos evitar esta embarazosa nómadas tibetanas, que había sido criado con Kalu Rimpoché y pasaba la
pérdida de tiempo diciendo que la religión para nosotros es como la medici- mayor parte del tiempo en retiro, siempre palidecía cuando los turbulentos
na, que su única razón de ser es ayudar a los seres, y por lo tanto cada cual sherpas lo invitaban a hacer pujas. Pero Kalu Rimpoché no hacía nada para
Aprendiendo de Kalu Rimpoché 229
protegerlo. Con una sonrisa irónica lo mandaba una y otra vez a sus festejos
de borrachos. Hoy es tan firme como una roca, es el maestro de meditación
de los retiros tanto en Rumtek como en Sonada y, patrocinado por la Silver
Company en Dinamarca y San Francisco, acaba de comprar un terreno para
construir su propio centro de retiros. En 1985 recorrimos con él nuestros cen-
tros europeos. Pocos han tenido un contacto más directo con la gente que su
Khempo y él. Como sucedía tan a menudo, la medicina de Kalu Rimpoché
era la indicada.
En la región de Darjeeling, tan lejos de sus raíces, los sherpas habían caí-
do víctimas de consignas políticas baratas, y la gente equilibrada que había-
mos conocido en el Nepal aquí con frecuencia estaba amargada y frustrada.
Sin el respaldo de una fuerte cultura budista, la relación entre religión y
alcohol se había alterado y ellos se inclinaban decididamente por lo más
fácil. Ahora se encontraban aquí para pedir lluvia a Kalu Rimpoché. Al decir
"Tendréis lo que necesitáis", el lama tenía un aspecto extraordinariamente
angélico, como sucedía muy a menudo cuando daba una lección a alguien;
por eso estuvimos bien atentos a lo que pudiera ocurrir. ¡Y ya lo creo que
S.E. Shamar Rimpoché. S.E. Situ Rimpoché. ocurrió! Al cabo de pocas horas, negras nubes cubrieron el cielo y el agua
cayó a raudales. Todo quedó inundado y en muchos lugares se derrumbaron
los márgenes de los bancales. La gente tuvo que trabajar bajo la lluvia torren-
cial para reparar los daños, mientras nosotros tratábamos de recordar qué
sensación daba tanta agua en plena resaca.
Kalu Rimpoché era un maestro "personal" muy hábil. En nuestros en-
cuentros, el Karmapa siempre nos fortalecía y nos hacía sentir en la gloria,
hasta que hábitos estúpidos y karmas anteriores nos hacían bajar del pedestal
otra vez. Después nos fortalecía de nuevo, y este proceso se fue repitiendo
hasta el día en que tanto los momentos altos como los bajos se convirtieron
en manifestaciones apasionantes del poder de la mente, hasta que sólo nos
importó el trabajo que procura la Iluminación duradera. Por otra parte, Kalu
Rimpoché, con quien estábamos durante períodos más largos, a veces tam-
bién se apartaba de su sistema habitual para pincharnos un poco cuando nos
veía demasiado satisfechos de nosotros mismos. Entonces nos ponía en si-
tuaciones en las que podíamos ver enseguida hasta dónde había llegado
realmente nuestro trabajo con la mente. Cuando, por ejemplo, nos habíamos
creado una "buena" moralidad budista, cosa que nos parecía muy natural
pero que creíamos necesaria durante un tiempo como contrapeso de nuestra
vida anterior, o si habíamos adoptado ideas rígidas sobre cosas que aún no
S.E. Jamgón Kongtrul Rimpoché. S.E. Gyaltsab Rimpoché. conocíamos por propia experiencia, él enseguida intervenía. Entonces se

I i .
230 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 231

apartaba rápidamente de su enseñanza ortodoxa y nos hablaba de "excéntri- riamos recibir las enseñanzas de nadie más que él, tuvimos que esperar hasta
cos santos", tales como el Drugpa Kunley. Drugpa Kunley era un yogui su regreso para empezar. Como siempre, sin embargo, cuando uno ha tomado
bhutanés, discípulo del Karmapa, que tenía gran compasión por el bello sexo Refugio en el campo de energía del Karmapa, convirtiéndose así en un canal
y conducía a la gente a la Iluminación mediante sistemas que iban totalmente para todos los Buddhas, las cosas ocurren exactamente como tienen que
más allá de todas las ideas burguesas de moralidad. ocurrir. Durante este tiempo, en que teníamos pocas cosas que hacer, vinie-
ron a Sonada muchos amigos nuestros. Kim Wunsch, Nick y Eva, Ole y
Hace poco se han publicado en inglés fragmentos de la historia de su Susanne, Hará, Klaus y Rikke eran varias personas cuyo karma había madu-
vida, y, aunque su estilo de enseñanza no se da como ejemplo a los que toda- rado en este momento y que venían a recibir la bendición del Karmapa. Con
vía no han alcanzado su nivel, cada uno de sus actos liberaba a los seres y gran alegría por nuestra parte, Kalu Rimpoché ya nos había pedido que
hacía salir a la gente de los pensamientos e ideas condicionados. Pero lo que enseñáramos a los amigos lo que él nos había enseñado, y también les mos-
todo el mundo puede usar son sus palabras al Buddha de Jokhang, el gran tramos los lugares sagrados de la zona e incluso encontramos tiempo para
templo de Lhasa: "Aquí estás, Iluminado porque pensabas en los demás, y hacer una excursión a Kalimpong. Todo el monasterio se llenó de alegría
aquí estoy yo, que sólo pensaba en mí". cuando Kalu Rimpoché regresó al cabo de unas semanas, y entretanto Hannah
Kalu Rimpoché también sabía influir realmente en Hannah y en mí. Siem- y yo habíamos descubierto cuánto significaba para nosotros este viejo gue-
pre estamos -especialmente yo- en la cumbre, y las experiencias que no nos rrero. Todos fuimos a recibirlo a su llegada en el tren miniatura, y después de
resultan agradables al menos las encontramos interesantes. Siempre hay su bendición el contacto de sus manos permaneció en mi cabeza durante
bastante espacio en torno a las cosas difíciles, así como libertad para trans- mucho tiempo.
formarlas en una broma. Hannah es tan armoniosa que por lo general sólo En la casa Crees, los occidentales habíamos estado viviendo al estilo ne-
la hiere el sufrimiento de los demás, mientras que mi mente generalmente palés después de su partida, día y noche, y nos alegramos de que nuestros
disfruta con todo. Sólo en un aspecto estábamos expuestos a un ataque: en amigos pudieran empezar ahora una práctica formal y nosotros pudiéramos
la esfera de nuestro amor, de nuestro apego mutuo. Esto es algo frecuente en continuar la nuestra. Nunca olvidaré lo feliz que me sentí cuando, después
nuestras familias. Nuestros padres y nuestros abuelos también estaban muy de una Iniciación de Chenresig, Kalu Rimpoché me pidió que explicara las
unidos. Eran los seres de dos cabezas, las buenas parejas en las que el hom- visualizaciones interiores y toda la práctica. En esto uno tiene que estar ab-
bre es el poder y el gozo de la mujer, y la mujer, su sabiduría intuitiva y su solutamente seguro, pues todo lo relacionado con la mente es importantísi-
apertura -el objetivo que se alcanza de maneras tan rápidas y directas mediante mo, y para mí la mejor manera de aprender siempre ha sido enseñando.
las meditaciones tántricas. Al igual que nuestros padres, sentíamos una uni-
dad completa y toda separación nos resultaba dolorosa. Por supuesto, Kalu Así pues, Hannah y yo recibimos instrucciones sobre la última parte del
Rimpoché lo sabía, así que, cuando un día de abril fuimos junto a él y le Ngondro y finalmente pudimos empezar. En el ínterin casi habíamos hecho
pedimos su bendición, pues habíamos descubierto que era nuestro tercer demasiadas vacaciones y, rodeados por tantos viejos amigos de los días
aniversario de boda, dijo con una sonrisa: "Qué bonito. Ahora, durante los turbulentos, nuestra nueva sensibilidad se veía repelida por los hábitos,
tres próximos años, os podéis hacer monjes. Será bueno para vosotros". Con pensamientos y expresiones que surgían de nuevo. Vimos que todavía había
ello nos hirió de veras en nuestro punto más sensible, y durante las horas si- que hacer mucha práctica para no volver a ser atrapados por ellos, y nos
guientes tuvimos que congelar nuestros sentimientos totalmente a fin de dimos cuenta con un estremecimiento de que sus raíces eran en gran medida
evitar pensamientos que después habríamos tenido que purificar. exactamente aquellos sentimientos que Kalu Rimpoché nos había hecho ver
como venenos mentales: ira, avidez, orgullo, etc. Esta comprensión hizo que
Para las partes cuarta y última de las prácticas fundamentales necesitába- nos alegrásemos aún más de poder seguir con la práctica.
mos más enseñanzas. Consisten en una larga parte introductoria de elevadas
enseñanzas sobre la mente, una plegaria al Linaje y, por último, una medita- Cuando nos estábamos acercando al final de los fundamentos, la atmós-
ción en la que uno recibe las bendiciones de todos los Buddhas a través del fera que rodeaba a Sonada empezó a cambiar. Vimos más sufrimiento que
Karmapa. Como Kalu Rimpoché se había ido a Bhután, y nosotros no que- antes, y a causa de la guerra del Pakistán oriental llegaban muchos refugia-
232 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 233
dos a las montañas. Desde Sonada sólo había diez kilómetros en línea recta Era cieno. Había llegado el momento de llevar la actividad de todos los
hasta la zona de combates, y a veces nos parecía oír disparos de cañón en la Buddhas a Occidente, y la enseñanza tradicional de Milarepa y los Karmapas
distancia, aunque era difícil distinguirlo de los frecuentes truenos del mon- iba a ser impartida por este anciano lama. El, Gyaltsen y la monja Ani Chogar
zón. En cada viaje a Darjeeling encontrábamos las carreteras llenas de refu- acababan de enterarse por el Karmapa de que sus pasaportes estaban a
giados del Pakistán oriental vestidos con sus trajes rosas de algodón, que se punto.
congelaban en aquel clima extraño y tenían los ojos profundamente enroje-
cidos e infectados. En un viaje a Calcuta vimos que las piezas de cemento Entre todos los acontecimientos de esos últimos días de agitación, hubo
abandonadas durante años junto a la vía del tren y destinadas originalmente uno que mostró de modo especial el beneficio del Dharma para los animales.
a una conducción de agua, se habían convertido en el "hogar" de una familia Con nuestros amigos franceses Alexis y Antoinette, vimos cómo un gran pe-
entera de refugiados. rro amarillo era atropellado por un jeep en Darjeeling y cómo las ruedas le
pasaban por encima. Nos acercamos allí enseguida, nos arrodillamos alrede-
Algunos amigos nuestros habían intentado prestar ayuda como volunta- dor del animal y, mientras todos decíamos "OM AMI DEWA HRI", puse mi
rios, pero no se les permitió hacerlo, y lo que ocurría con la ayuda enviada rosario de meditación encima de su cabeza. El perro no mostró ninguna
desde todo el mundo era más que dudoso. Decíamos nuestros mantras, con
señal de pánico en absoluto, encontró realmente la paz, y cuando de su boca
un sentimiento ominoso de desastre. En todas partes se veían signos de que
salió un chorro de sangre y el animal murió, supimos que iba a algún lugar
los tiempos tranquilos de Sonada habían terminado y de que un período de
mejor.
aprendizaje tradicional había llegado a su fin. Cada vez éramos más cons-
cientes de la dificultad de encontrar unas condiciones externas armoniosas Como regalo de despedida a sus discípulos, poco antes de partir, Kalu
para poder practicar sin ser molestados, y por esto nos incitábamos a apro- Rimpoché dio una Iniciación de "Larga Vida". Nos bendijo con muchos objetos
vechar todos los momentos libres. cargados, y de manera poderosa y hábil eliminó energías que habrían acor-
La policía extranjera ya nos había hecho saber que quería hablar con tado nuestra vida, incrementando, en cambio, las que la prolongan. Durante
nosotros. Los funcionarios de Delhi habían descubierto que estábamos utili- el proceso, y para mi sorpresa, sentí que un punto de mi mano derecha se
zando nuestras solicitudes de visados de estudiante para residir en zonas volvía muy caliente y doloroso, y cuando miré vi que estaba apareciendo una
restringidas, y no para estudiar en una universidad de las tierras bajas, como línea nueva y profunda en la palma, que por otra parte está marcada con po-
les hubiera gustado. Ahora teníamos la simpática posibilidad de, o bien aban- cas líneas, pero claras. Muy impresionados, pero sin saber lo que esto signi-
donar las montañas, o bien abandonar el país. Enviamos una carta amable y ficaba, lo interpretamos como una puesta a punto que nos preparaba para
sin sentido que, con la velocidad de aquella burocracia, tendría que haber- llevar el Dharma a Occidente.
nos proporcionado unos meses más de "aire libre", pero en este caso no re-
Era conmovedor ver cuan difícil resultaba para los tibetanos despedirse
sultó. Aunque varios de los funcionarios de Darjeeling eran budistas y por lo
de Kalu Rimpoché. Se aferran tanto a sus maestros que cada partida es una
tanto retrasaban todo el asunto por nosotros, algunos peces gordos de Delhi
nos tenían localizados, y poco después volvieron a plantearnos la misma al- verdadera amputación. Aunque un punto muy importante de la enseñanza es
ternativa. Esta vez les mandamos un informe médico, pero sabíamos que que no hay que ver al Lama como una persona, sino más bien como un espe-
tampoco lo aceptarían por mucho tiempo. En medio de esta carrera para jo que refleja nuestra propia perfección, como una expresión de la mente
terminar las prácticas en Sonada, ocurrió algo que cayó sobre nosotros como búdica, muchos se apegan a la forma física externa. Mientras que nuestros
un rayo. Un americano algo neurótico que había puesto su confianza en amigos tibetanos sufrían profundamente, los occidentales estábamos super-
nosotros entró corriendo en nuestra habitación gritando: "¡Kalu Rimpoché se excitados. ¡Así que la cosa ahora iba en serio! Kalu Rimpoché viajaba a
va a América. Ya están haciendo el equipaje!". Esto fue en otoño de 1971, y Occidente y muchos de nuestros amigos podrían verle. ¡Fantástico!
aunque nos considerábamos preparados para cualquier cosa, la impresión Varios discípulos de Kalu Rimpoché de los que vivían en Sonada viajaron
fue tal que tuve que ir corriendo al baño. ¿Podía ser cierto? No cabíamos en con él, como Sherab Tharchen, que pagó el viaje de todos, y los canadienses
nosotros mismos de excitación. Ken y Ingrid, que acababan de terminar los fundamentos y que más adelante
234 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 235

iban a realizar una gran labor por el Dharma en Canadá. Contribuyeron a Una vez más, los funcionarios indios perdieron el control, especialmente
fundar el importante Centro Tibetano de Vancouver y han llevado a cabo el célebre señor Das. Tomó como algo personal el que siempre les engañá-
algunas de las mejores traducciones del tibetano; ahora están en un retiro. ramos quedándonos en el país más tiempo del permitido, y creía que esta
Otra pareja, que hizo mucho para el establecimiento del Dharma en Francia, vez habíamos ido demasiado lejos. Habíamos enviado nuestra solicitud de
Dennis y Rosemary, partieron antes para organizar las cosas, y lo mismo hi- prórroga con alguien que tenía que pasar por Calcuta. Telefoneamos al señor
cieron otros que trabajan con el Budismo tibetano hoy en día. El Lama Dennis Das, pero, por supuesto, no estaba dispuesto a prorrogar nada, e incluso
tiene ahora un centro cerca de Grenoble. Aunque estamos muy ocupados, amenazó con mandarnos a los soldados si no abandonábamos el país de in-
visitamos a estos y otros muchos amigos siempre que podemos, y tenemos mediato. Yo estuve supersimpático hablando por teléfono, y disfruté de veras
buena cooperación. haciéndole ver que ya no podía hacernos enfadar más, pero ni siquiera esta
nueva manera de enfocar el asunto nos proporcionó más tiempo. Así pues,con
De camino hacia América, Kalu Rimpoché visitó Israel, al Papa en Roma, la ayuda del Karmapa tuvimos que decidir muy rápidamente dónde ir. Nosotros
y después París. En París se quedó tres semanas, y muchos de nuestros pensábamos en el Nepal y en nuestro simpático Lama Chechoo, pero el
amigos lo vieron allí. Mi hermano recibió nuestra carta en su granja de Suecia, Karmapa tenía otros planes para nosotros: "Os vais a casa", dijo. "¿A casa?
llenó un coche de amigos y se fue directamente a París. En el momento en ¿Cómo, a casa?", preguntamos. "A Europa, naturalmente", dijo el Karmapa.
que se le ocurrió pensar que tal vez deberían empezar a buscar la dirección,
vieron que se encontraban delante de la casa. Subieron corriendo las escale- Esto fue un golpe muy fuerte. Habíamos considerado cualquier otra posi-
ras y aterrizaron en medio de una Iniciación de Chenresíg. Desde París, Kalu bilidad. Si no el Nepal, tal vez Ceilán o, con la bendición del Karmapa, quizá
Rimpoché se dirigió a Norteamérica, donde permaneció durante un año, la incluso Bhután. Pero, ¿Europa? No podíamos imaginar nada más extranjero
mayor parte del tiempo en Canadá. Enviado directamente por S.S. el Karma- que eso. Las palabras del Karmapa fueron como una ducha de agua fría. No
pa, fue el primero que llevó a esa parte del mundo las enseñanzas del Vaj- obstante, una vez superada la primera impresión, la idea nos pareció fantás-
rayana en su forma no diluida. tica. Poder valemos por nosotros mismos, y mantener y desarrollar lo que
habíamos aprendido era el mayor desafío.
Los meses en Sonada también habían terminado para Hannah y para mí.
Los mensajes de Delhi eran cada vez más amenazadores y no era justo dejar Cuando nos despedimos, el Karmapa nos dio un hermoso thanka con las
que la policía siguiera cubriendo nuestra estancia. Como habíamos aprendi- formas de meditación que manifestaban la sabiduría, la compasión y el poder
do a explotar las distintas oficinas, que parecían no tener idea de lo que ha- de todos los Buddhas. Prometió que su bendición estaría siempre con nos-
cían las demás, bajamos otra vez al llano y conseguimos dos semanas más. otros e hizo que un camión nos llevara hasta la carretera de Gangtok, donde
Esto era exactamente lo que necesitábamos para terminar las prácticas. Al ya nos estaba esperando un jeep. Regresábamos a Europa con sus últimas
final de la segunda semana llegó de otra oficina un visado para Sikkkn, y ale- palabras resonando en nuestros oídos: ""Siempre estamos juntos". Empren-
gremente partimos para reunimos con el Karmapa. dimos el camino hacia Darjeeling, donde dejamos que los policías se tranqui-
lizaran expulsándonos, y de allí fuimos a Delhi. Al cabo de un par de días en
Fue maravilloso volver a estar con nuestros amigos en Rumtek. Poco a
ía casa de una singular anciana que sólo alojaba a escandinavos, llegó un
poco habían llegado a convertirse realmente en nuestra familia. El Karmapa
volvió a dar una serie de iniciaciones, entre ellas algunas de las más impor- telegrama de nuestros padres con cien dólares. Con los cincuenta que aún
tantes de nuestro linaje, y los tibetanos quedaron asombrados al ver las teníamos, deberían haber bastado para el viaje, que en aquella época costaba
muecas que seguía produciéndome la fuerte afluencia de energía. Así pues, unos setenta y cinco dólares. Enseguida encontramos a Jacques, un francés
aún era necesario trabajar más con mis canales internos superiores, aunque grande y fuerte. Era dueño de un viejo autobús, con el que iba a partir hacia
las sacudidas de mi cuerpo casi habían cesado. En el intervalo entre las Europa, y aunque los precios habían subido de golpe hasta los cien dólares
Iniciaciones, Gelongma Palmo, la imponente monja inglesa, nos dio ense- por persona, nos aceptó a Hannah y a mí por lo que teníamos, incluyendo
ñanzas acerca de nuestra siguiente práctica, la meditación sobre el octavo además una comida diaria. Como podía haber llenado el autobús sin dificul-
Karmapa y su campo de energía. tad por el precio completo, fue realmente muy bueno.
236 Cuando el pájaro de hierro vuele...

Nos fuimos, pues, de la India de este modo, meditando en la ventanilla


delantera y manteniendo despierto a Jacques mientras con gran habilidad y
constantes bocinazos conducía su rebaño de cincuenta hippies por entre las
masas de gente, coches y carruajes de la India y Pakistán. Las frías noches de
Afganistán fueron realmente duras. Al cabo de dos años, nuestros sacos de
dormir baratos se habían vuelto tan delgados como el papel, y comprendi-
mos perfectamente a los antiguos adoradores del sol de la región. Una noche
especialmente fría, en que habíamos apilado sobre Hannah toda nuestra ro-
pa sobrante y yo me levantaba cada media hora para hacer ejercicio, de
pronto, cuando la cosa ya iba siendo excesiva, aparecieron, procedentes del
desierto, unos perros enormes, oliendo a limpios y libres de parásitos, con
unas cabezas tan grandes como las nuestras. Se tendieron a ambos lados de
nosotros y mantuvieron calientes nuestros cuerpos, debilitados por la larga
estancia en Asia. A cambio recibieron muchas bendiciones y mantras del
Karmapa, hasta que las primeras luces del día nos permitieron seguir el
camino. Jacques conducía de una manera fantástica, con sólo unas pocas
horas de sueño por la noche, pero en cambio con muchas comidas. Aunque
el autobús casi no tenía dirección, como descubrí cuando me turné con él
para conducir, cada día nos acercaba más a Europa.

En Estambul nos detuvimos un par de días, cambiamos de pasajeros y


visitamos viejos lugares, que ya no tenían tanto encanto sin drogas. Peor era
el hotel Gulhane, el principal lugar de encuentro del mundillo de las drogas
entre Europa y Asia. El lugar no era cosa de risa. Podrían haber declarado
hospital al hotel y empezar el tratamiento de inmediato. Todos los que se
encontraban allí estaban más o menos enfermos, y los peores casos de hepatitis
brillaban con un color dorado-verde oscuro. También había cambiado la
atmósfera mental. La franqueza y la camaradería compartidas de dos años
antes habían desaparecido. Los turcos metían a la gente treinta años de cárcel
por el solo hecho de tener drogas, y para un occidental era imposible sobre-
vivir siquiera unos pocos años en una cárcel turca. Por eso todo el mundo
estaba paranoico. Poco tiempo antes, un americano al que habían cogido y
que sabía que su gobierno no lo ayudaría había arrebatado una ametrallado-
ra a un policía y había limpiado la estación antes de ser abatido.

Estambul todavía era Asia para nosotros, y Bulgaria y Yugoslavia eran in-
definibles, pero, en Graz, la hermosa, culta, libre y polifacética Europa apa-
reció con toda su fuerza y supimos que habíamos llegado. En el autobús Chenresig.: S.S. Karmapa nos regaló esta thanka en el otoño del 72, con la autorización de
habíamos establecido una buena relación con Andrea, una inteligente mu- abrir centros en Occidente.
chacha de esta ciudad, y nuestros brazaletes la habían ayudado a recuperarse
238 Cuando el pájaro de hierro vuele... Aprendiendo de Kalu Rimpoché 239
de una hepatitis. Nos invitó a Jacques, a Hannah y a mí al piso de su madre, antes de llegar al pequeño cobertizo surgían una gran cantidad de pensa-
y pudimos ver otra vez cómo era un hogar europeo: limpio, grande y de án- mientos extraños. Mientras que, al volver, entrábamos de nuevo en el campo
gulos precisos. Era una gran sensación de libertad experimentar las velocida- de energía en el mismo punto. La mente volvía a aclararse y podíamos con-
des de l60 kilómetros por hora y más en la autopista, y se nos ocurrió que centrarnos plenamente en el trabajo. Incluso los amigos que venían en
los taxis iban más deprisa marcha atrás que los coches de la India con las motocicleta desde Copenhague se limitaban a dejar la comida en la ventana
marchas normales. Era maravilloso sentir las posibilidades ilimitadas de un y volvían a irse. Desde (a luna nueva hasta la luna llena reunimos el material,
lugar con tanta energía viva y fresca, y la autopista fue una verdadera delicia y desde la luna llena hasta el día del protector Mahakala, un día antes de la
después de nuestra larga temporada en una parte del mundo tan lenta. luna nueva, escribimos. El libro, Enseñanzas sobre la Naturaleza de la Mente,
Nos encontramos con mis cariñosos padres, que habían bajado hasta quedó terminado, y ahora existe en la mayoría de las lenguas occidentales,
Amsterdam, nos abrazamos con los ojos llenos de lágrimas e hicimos un
agradable viaje de vuelta a Dinamarca en su coche. Los padres de Hannah
también estuvieron contentos de vernos después de tanto tiempo, y, al cabo
de pocos días, volvimos a encontrar a un montón de viejos amigos. Ensegui-
da corrió la voz de que esta Vía del Diamante debía ser realmente algo fuerte
para haber cambiado de modo tan completo a un caso tan difícil como su
viejo amigo Ole. Aunque nosotros apenas nos dábamos cuenta, ya no éra-
mos las mismas personas que habían partido de Copenhague dos años antes.
Creíamos que nuestra primera tarea tras el regreso era poner a disposi-
ción de los demás lo que habíamos aprendido, y enseñarlo de una forma que
pudiera salvar las diferencias culturales entre el Tíbet y Occidente. Era muy
importante aclarar a la gente, confundida por tantos libros exóticos y enga-
ñosos, que el Budismo tibetano no es una cuestión de distintas formas de
magia, sino una psicología muy práctica y sagrada, un camino total hacia la
Iluminación, que ayuda a la gente a vivir, a morir y a renacer mejor, a vivir
una vida llena de sentido y a hacer el bien a los demás. El material perfecto
para ello lo llevábamos en cinco gruesos cuadernos escritos a mano: las
preciosas enseñanzas que Kalu Rimpoché nos había impartido en Sonada. En
ellas había muchas repeticiones, pues el lama a menudo empezaba de cero
cuando llegaban nuevos estudiantes, pero incluso esto era un buen ejemplo:
no buscar siempre las enseñanzas más nuevas y apasionantes, sino, al con-
trario, dar solidez a los fundamentos de la práctica posterior. Había material
abundante para un librito, por lo que nos retiramos a nuestra cabana de los
bosques suecos para redactarlo.
Meditábamos de diez a doce horas diarias sobre el octavo Karmapa, y
aparte de esto sólo escribíamos o dormíamos, y ía bendición de todos los
Buddhas formó alrededor de la casa un campo de fuerza que mantenía ale-
jada toda perturbación. Cuando íbamos al baño, que estaba fuera de la casa,
a unos 20 metros, sentíamos, con gran sorpresa por nuestra parte, que justo
La Rueda de la Vida tíbetana
T
240 Cuando el pájaro de hierro vuele...

e incluso en nepalés. Como no lo consideramos una obra propia, y no nos


vemos más que como canales por los que transmitir las enseñanzas, puedo
aconsejar a todos los interesados en el Budismo tibetano que lo consideren
un libro fundamental. Es una base para la práctica en los centros que funda-
mos y sirve de marco para las enseñanzas más extensas que imparten los
lamas visitantes.
La siguiente cosa necesaria era conseguir algo de dinero. Debido al traba-
jo de toda la vida de mis padres, y especialmente a los 50 libros de texto ale-
manes que mi padre había escrito, nuestro nombre tenía buena resonancia
en el mundo académico danés y pronto conseguimos un trabajo como pro- Capítulo XI
fesores, a unos sesenta kilómetros al oeste de Copenhague. Acudíamos al tra-
bajo en coche todas las mañanas, en medio de nieve y hielo, y, a pesar de LOS CAMPAMENTOS DEL SUR
que tenía que empujar nuestro bus Volkswagen para ponerlo en marcha,
siempre llegábamos puntuales. Además de la jornada completa que pasába- Fuimos a Bombay vía Siria en un vuelo barato de una compañía árabe.
mos dando clases, por la noche trabajábamos también como conserjes en Como durante las últimas noches habíamos estado divirtiéndonos en lugar
otra escuela de Copenhague, y aquí a menudo venían los amigos a echar una de dormir, sólo nos despertamos de vez en cuando para comer y vislumbrar
mano. Con trabajo de día y de noche, ganábamos bastante dinero, pero un poco de arena del desierto, pero no vimos gran cosa durante el viaje.
teníamos poco tiempo para lo demás. Bombay tampoco suscitaba mucho entusiasmo, por lo que aquella misma
tarde partimos hacia Mysore en el bamboleante tren. Desde allí se llega al
En ningún momento olvidamos que este período en Europa sólo sería de campamento tibetano en autobús. Toda la noche viajamos lentamente en un
duración limitada y que el Karmapa nos daría alguna señal cuando tuviéra- compartimiento atestado de gente, y el día siguiente tuvimos que cambiar de
mos que volver a Oriente. Un día, mientras Hannah estaba dando clase, me trenes varias veces, lo que dificultó el que pudiéramos dormir. Por otra parte,
retiré a una pequeña habitación de la escuela para meditar. Después de va- como habíamos conseguido pasar sin problemas un montón de regalos por
rios meses ahorrando dinero, creíamos que había llegado el momento de que la aduana, no queríamos que nadie se los llevara. Sin embargo, al cambiar de
sucediera algo, y me abrí completamente al Karmapa para recibir alguna tren la segunda mañana vimos en un mapa que apenas nos habíamos alejado
indicación. Hallándome en este estado, se abrió la puerta y tres niños lleva- de Bombay. En nuestra información había el vacío deplorable de no saber
ron hasta mí un gran tablero blanco con el contorno de Asia. En el mapa no que en la parte occidental del país los autobuses, y a menudo incluso los va-
estaban marcados ni fronteras ni lugares, excepto en la costa sudoccidental pores, van más deprisa que los trenes. No obstante, los paisajes siempre cam-
de la India, donde estaba dibujada una gran bola con dibujo a cuadros y biantes eran fantásticos, y vimos más que nunca que la India es un país con
grandes letras torpes decían ANGALORE. Fue como si me hubiera alcanzado muchos grupos étnicos. En cada parada, multitudes de gente de aspecto dife-
un rayo: esta palabra se podía leer a la vez como Bangalore y como Manga- rente, con vibraciones y lenguas diferentes llenaban los trenes, y las únicas
lore, y entre estas dos grandes ciudades se encuentra el campamento tibeta- palabras que se destacaban en todos los idiomas y todas las frases eran los
no del sur. Así pues, éste debía ser nuestro siguiente objetivo. Como confir- grandes mantras neoindios de "Rupees" y "Paisa".
• mación adicional, la mañana siguiente llegó una carta del lama que nos había
hablado de los campamentos durante la gran Iniciación de Dolma en Rum- Después de otra noche y otra mañana en el tren, llegamos finalmente a
tek. Una vez más nos pedía que le visitáramos y que le lleváramos varias Mysore, población situada en la carretera que va de Mangalore a Bangalore.
cosas. Por lo tanto, los signos eran claros, y de nuevo nos fuimos a Oriente. Tomamos un rickshaw tirado por un caballo sano, cosa rara en Asia, excepto
Después de pasar las fiestas de Navidad y Año Nuevo con nuestros padres y en Afganistán. (Irán es el peor sitio en cuanto a los caballos, con esqueletos
amigos, preparamos las mochilas y partimos. sobre tres patas rígidas que tiran de los carros en la ciudad santa de Mashad).

I
242 Cuando el pájaro de hierro vuele... Los campamentos del Sur 243

Llegamos a la terminal del autobús y, tras proveernos de naranjas para las úl- de días, y hasta entonces podíamos quedarnos con sus tres hermanos, que
timas horas del viaje, nos apretujamos en el ya sobrecargado autobús. En la iban a llegar al cabo de unas horas. La obligada demora nos permitió hacer
ciudad la sensación era bastante desagradable. Como en varios otros lugares amistad con nuestros anfitriones, refrescar nuestro tibetano oxidado y gozar
del camino, estaban proyectando una película antihippie, y los indios se del altar que llenaba una pared entera. Aunque no formaba parte de nuestra
creen todo lo que ven. Seguro que era algo asqueroso. Era evidente que no tradición, era bueno volver a estar rodeados de estatuas de Buddhas y de
gustábamos a la gente, y tuve que ponerme un poco duro para despejar los thankas, estar en un mundo donde las cosas tenían un sentido como instru-
asientos. Tras viajar unas horas por avenidas con árboles floridos, las prime- mentos para la Iluminación.
ras banderas de oración tibetanas aparecieron a la derecha y me fue impo-
Después de un día de reunir los regalos pasados de contrabando y de
sible detener las lágrimas que me vinieron a los ojos. Intenté ocultarlas simu-
enseñar a nuestros anfitriones cómo funcionaban una cinta adhesiva y una
lando ataques de tos y estornudos, y miraba con gran interés por la ventana,
máquina de escribir, el lama regresó. Su práctica principal es el "pho-wa", la
pero en realidad estaba llorando. Era simplemente que sentía una gran feli-
transferencia de la consciencia, y ahora íbamos a ser los primeros occidenta-
cidad por el hecho de que toda esta cultura siguiera ahí, y, como siempre,
les que aprendieran esta meditación, hoy dada en diferentes formas por mu-
brotó un torrente de intensas promesas de hacer todo lo posible para que
chos Lamas de las escuelas antiguas. Si uno recuerda que todas están bende-
sobreviviera.
cidas por el Karmapa, la práctica es realmente la misma, aunque las visuali-
Los indios no querían que los occidentales visitaran el campamento.Por zaciones y las plegarias puedan diferir. Especialmente después de los preli-
esto no nos apeamos en la entrada principal, sino que seguimos adelante minares, es una buena cosa para aprender.
unos cuantos kilómetros. Desde allí bajamos con varios tibetanos por un es- El campamento de Mundgod, que visitamos a continuación, fue una gran
trecho sendero que atravesaba campos y grupos de arbustos y árboles. experiencia. Estaba especialmente prohibido para los occidentales, aunque
Cargados como íbamos con todo el equipaje en la espalda, agradecimos este nadie sabía por qué. Quizá el comandante local tenía algo que ocultar. Fui-
atajo hacia el cuarto campamento, que era nuestro destino principal, y tam- mos en el rápido autobús nocturno hasta la parada anterior a la ciudad de
bién nos ayudó a evitar preguntas de los policías indios destacados en la Hubli y llegamos a la entrada del campamento con un camión madrugador
puerta principal. Aunque no podían hacernos nada, aprovechaban cualquier antes de que se despertaran los policías indios. Sin ser controlados, pasamos
situación que les permitiera ejercer presión sobre los tibetanos. entre sus puestos. Desde un punto elevado del terreno, cerca de una tienda
cooperativa, contamos doce pueblos. Rodeados de campos, se extendían por
Estábamos a primeros de febrero y todavía duraban los festejos del Año
una gran zona ligeramente montañosa de jungla recientemente desmontada,
Nuevo tibetano. La zona está a una altitud de unos 1.000 metros, por lo que
y por una u otra razón el lugar nos dio una sensación fuera de lo común. Era
las noches eran aún agradables, mientras que los días eran un horno. El sen-
realmente algo especial. No eran tan sólo las banderas de oración ondeantes
dero daba vueltas entre espesos campos de maíz, y pudimos ver que los
y las estupas recién construidas en muchos lugares, que desde luego nos gus-
tibetanos, cuya diligencia conocíamos, también podrían vivir bien aquí si los
taba ver. La sensación de conjunto que daba la zona era algo único.
dejaban en paz. El campamento número cuatro fue fácil de encontrar, y tam-
bién la casa número dos, una simple cabana hecha de ramas con el suelo de Poco a poco fuimos dándonos cuenta de lo que nos había impresionado
tierra, cuya mitad izquierda Ayang Rimpoché compartía con sus tres herma- tanto en este campamento. Habíamos llegado a un mundo íntegro. Aquí, en
nos. Como siempre, el sistema de aviso anticipado de los tibetanos funcionó Mundgod, vivía un trozo auténtico del Tíbet, algo completo que sólo cono-
bien y pronto nos vimos rodeados por un grupo de niños increíblemente cíamos de los valles interiores de Bhután. Aunque el clima y el medio no
bien educados que nos llevaron a la casa número ocho, donde todo estaba podían ser más opuestos al clima ártico del Asia Central, el campo de poder
preparado para recibirnos. Mientras llegaba un flujo constante de golosinas, de la antigua cultura tibetana estaba en pleno funcionamiento. Ahora íbamos
la mayoría digeribles para un europeo, establecimos un buen contacto. El a desaparecer en este campamento durante seis semanas, a identificarnos
lama que nos daría la enseñanza que queríamos se había marchado por unas con su gente y a tratar de volver a vivir un estilo de vida que, en niveles
semanas, pero le habían mandado nuestro telegrama. Regresaría en un par profundos de nuestra consciencia, conocíamos muy bien. Lo que experimen-
Antes de partir hacia Bombay.

Ayang Tulku con tres hermanos y monjas en Byíakuppe- 72.

tamos durante este tiempo hizo una impresión duradera en nuestro espíritu,
tanto las situaciones de gran indefensión en que vimos a la gente, como la ridos de su rostro fueron relajándose gradualmente. Por último se hizo evi-
espléndida cooperación de todos. Comprendimos por vislumbres cómo la dente que había entrado en un estado desde el cual, con un gozo cada vez
vulnerable humanidad ha podido sobrevivir a tantas cosas durante tantos mayor, veía la pura esencia de todo lo que le rodeaba. Su mundo se había
miles de años. convertido en el campo búdico de la Gran Bienaventuranza.

Una experiencia que vivimos en esta época mostró de modo muy claro el Dos horas después de la Iniciación pudo ir al reino mental al que tanto
sentido y el efecto de la transmisión. Durante una Iniciación de Amitabha, un tiempo había esperado para entrar. Pudo dejar su cuerpo destrozado para
enfermo de tuberculosis fue introducido en la habitación envuelto en una entrar en la gran libertad. Ahora tenía el billete para el viaje. Los médicos ya
sábana. No pesaba ni treinta kilos. Nos retiramos de la alfombra de los invi- lo habían deshauciado un año antes. Pasamos junto a él sus últimas horas, y
tados y nos sentamos en el polvo escamoso con la gente, dejando que el a veces hemos sentido su presencia, como nos sucede también con la madre
enfermo se tendiera delante y en la superficie más blanda. Se mantenía vivo de Hannah y con mi padre, a quienes el Karmapa llevó a niveles de la mayor
de milagro; sólo era piel y huesos. Con frecuencia tosía sangre y baba, que bienaventuranza en el momento de su muerte.
depositaba en un recipiente; nosotros nos ocupábamos de cubrirlo con un Los habitantes de Mundgod eran menos bromistas que la mayoría de los
papel a fin de reducir el número de microbios que los enjambres de moscas tibetanos del centro y el oeste. Tenían menos trucos culturales y pronto
transmitían a los niños mientras jugaban. Mientras se hallaba tendido delante vieron la inutilidad de gastarnos bromas. La mayoría de ellos tenían las buenas
de nosotros y recibía la bendición de los objetos rituales cargados, en la maneras relajadas que denotaban madurez interior, y no estaban satisfechos
expresión de sus ojos tuvo lugar un cambio evidente. De un minuto a otro con lo que ya habían logrado: al amanecer y al ponerse el sol se oían por
irradiaban más intensamente desde el interior, mientras que los rasgos dolo- todo el campamento recitaciones de textos y los estimulantes sonidos de las
Los campamentos del Sur 247

zona ahora han conseguido buenos empleos con el pueblo ingenioso del
norte.
Al principio, uno de los peores problemas eran las hordas de elefantes,
que mataron a más de un colono. Les gustaba la jungla tal como era. Al
caminar por la zona, la gente aún solía señalar aquí y allá, diciendo: "Aquí
mataron a Tashi, allá persiguieron a Dolma", pero entonces pidieron al Karmapa
que pusiera una energía protectora alrededor del poblado, y después de ello
los animales no volvieron a aparecer. Habíamos oído algo similar en Byla-
kuppe, que también había tenido graves problemas con los elefantes hasta
que un día S.S. el Dalai Lama hizo una visita: también allí han dejado de
molestar desde entonces.
Era un mundo completo en sí, pero no iba a permanecer así mucho tiem-
po. Había dos signos peligrosos, que reconocimos por la experiencia de
muchos otros lugares del mundo, los primeros presagios de la decadencia y
el vaciado de una cultura. Había pocos jóvenes, la mayoría se habían ido a
las ciudades, y se estaba introduciendo la energía eléctrica. Los postes ya
estaban allí, se instalaban las primeras líneas, y se había abierto el camino al
perturbador e insensato ruido de la radio y a las soñolientas horas matinales.
Una mujer refugiada de Khampa, Tibv Rey nómada del Tíbet Occidental que v
Oriental, en los campamentos del Sur. Los tibetanos no parecían ver los peligros que amenazaban su estilo de vida
aquí con su familia.
todavía intacto. Les advertimos de aquello de lo que debían estar alerta,
aunque tal vez sin suficiente convicción. Como practicante tántrico, uno con-
campanas y los tambores de mano. Sus cabanas estaban hechas de cemento fía en la propia capacidad de transformar y asimilar las cosas, en vez de
o de ramas, y se hallaban atestadas de gente, pero, aunque sufrían mucho a evitarlas. Sin embargo, nada exige una mayor madurez espiritual y una mayor
causa del calor y la mayoría tenían tuberculosis y disentería en una fase u otra perseverancia que esta actitud; es una vía extremadamente rápida, pero pe-
de evolución, todos estaban de buen humor, señal de su libertad interior. La ligrosa. Los años siguientes iban a demostrar si lo habían logrado.
mayoría provenían de la parte occidental del país. No eran de los guerreros
khampas de huesos duros que habían sacado del Tíbet a los Lamas más im- Al igual que unos meses antes en Dinamarca, cuando se produjeron los
portantes en 1959, sino pacíficos nómadas que habían permanecido ocho signos de visitar los campos del sur, un día supimos que había llegado el
anos más bajo el dominio de los chinos rojos. Cuando la revolución cultural momento de volver a partir. Sentimos una vez más que el Karmapa nos lla-
cortó toda la libertad que les quedaba, destruyendo también sus lugares de maba, pero también supe que quería que fuésemos a través de Chechoo
meditación, la situación resultó excesiva incluso para ellos. Abandonando Rimpoché en el Nepal. Por lo tanto, nos despedimos cordialmente de nues-
miles de ovejas y todas sus riquezas, unos ocho mil huyeron hacia la India a tros amigos de Mundgod, con quienes nos unían tan gran número de expe-
través de Ladakh. Presionados por los chinos, los indios los transportaron en riencias, y volvimos a cargar con nuestras cosas. Cuando salimos por la
trenes de carga a las junglas del sur, donde las piras funerarias ardieron puerta después de pasar seis semanas en el campamento, los policías indios
continuamente durante meses. Más de un treinta por ciento no pudieron nos miraban como si hubiéramos caído del cielo.
acostumbrarse al clima extraño y a las enfermedades. Los supervivientes
habían aprendido a cultivar los campos y ya estaban en disposición de enseñar
a la gente del país. Casi todos los indios que originalmente vivían en esta
Capítulo XII
LA VIDA: UN SUEÑO
Katmandú estaba corrió siempre. Las nieblas frías del invierno se habían
ido y fuimos recibidos con alegría por nuestros viejos amigos, que estaban
disponiéndose a recibir la maravillosa primavera del valle de Katmandú. La
mayoría vivían ahora cerca de la gran estupa de Bodhanath y pronto encon-
traron una habitación para nosotros allí también, delante mismo del impo-
nente edificio. En los campamentos del sur nos había venido el nítido deseo
de pedir a Chechoo Rimpoché la meditación del sueño, así que de nuevo pa-
samos unos días agradables en Katmandú a la espera de que regresara nuestro
primer maestro.
Durante estos días de preparación para la muy importante meditación si-
guiente, obtuvimos gran provecho del pho-wa que ya habíamos aprendido.
En muy poco tiempo habíamos conseguido despertar el interés de las hordas
de perros famélicos que vivían en los alrededores de la estupa. Saltaban
sobre absolutamente todo lo que pudiera servir de alimento, incluidos los ex-
crementos de los niños, y las cortezas de queso y trozos de pan duro que les
echábamos desde nuestra ventana eran especialmente apreciados. Nunca su-
pimos lo que pensaban de los mantras que les dábamos junto con la comida,
pero, por lo visto, se daban cuenta de dónde procedían estos regalos. Una
noche volvimos muy tarde de la ciudad. Cuando empezamos a cruzar la zona
solitaria entre la estupa y nuestra casa, una multitud de perros, como obede-
ciendo a una señal, vino corriendo hacia nosotros desde todas partes. En un
instante nos vimos rodeados por docenas de perros de aspecto famélico y
que no paraban de ladrar. La situación parecía realmente peligrosa. Todos
ellos estaban enfermos y una mordedura de uno de aquellos animales habría
sido puro veneno. Empujé a Hannah contra la pared de la estupa y le dije
250 Cuando el pájaro de hierro vuele... La vida: un sueño 251
que se preparara para salir corriendo hasta el portal más cercano, mientras yo cia cotidiana normal no es más que un conjunto de proyecciones que com-
distraía a los perros. Entonces la situación se disolvió por sí misma. Con una partimos con los demás. Cuando esta experiencia arraiga en la mente, los
oleada de afecto en nuestro corazón, nos dimos cuenta de que no querían sentimientos perturbadores procedentes de nuestra creencia de que "las cosas
atacar, sino que en realidad habían venido a decir "Gracias". Los roncos la- son reales" se disuelven por sí mismos, y una gran apertura, un gran espacio
dridos, que eran todo lo que podían emitir, significaban algo así como "Gracias libre, aparece en la mente.
por la comida". Nos emocionamos profundamente y formulamos intensos
Así pues, durante seis semanas permanecimos en la polvorienta bodega,
deseos de poder hacer algo más por esos pobres animales. La oportunidad
debajo del Lama Chechoo, soñando todo el tiempo, tanto si estábamos
se presentó pronto.
despiertos como dormidos, y sintiendo constantemente su poder. Varias veces
Algunas personas, tal vez turistas, se habían quejado de los perrqs salvajes al día, una rata de hocico extremadamente largo acudía a nuestra puerta. Lo
y a menudo rabiosos de los alrededores de Bodhanath, y un día apareció un registraba todo, caminaba con su paso silencioso hasta la comida que le
grupo de policías. De una bolsa sacaron trozos grises de comida envenenada habíamos dejado, la recogía y se iba otra vez. Aparte de la rata, no recibimos
que arrojaron a los perros, matándolos lentamente y con gran sufrimiento. ninguna visita del exterior, y el retiro caló muy hondo. Aún hoy la meditación
Aunque los tibetanos trataron de esconder todos los perros que pudieron en está viva en nosotros, y el mundo es un sueño abierto y gozoso. Desde
sus casas, en realidad pudieron proteger a pocos. Regresamos de Katmandú entonces nada ha sido "estrecho" o "aburrido".
por la tarde, cuando la policía ya se había ido. El resultado de su trabajo, sin
Entonces terminó la práctica. El Lama Chechoo de nuevo se manifestó en
embargo, era fácil de ver. Alrededor de la estupa yacía una gran cantidad de
su forma habitual. Había "visto" que era el momento de volver con el Karma-
perros agonizantes que boqueaban. Mientras Hannah iba por agua para calmar
pa. Para ir más deprisa, y porque sólo costaba nueve dólares, tomamos el
su sed, yo despejé los canales de energía superiores de los animales agoni-
vuelo a Biratnagar, en el extremo este del Nepal. El propio Chechoo Rimpo-
zantes con las reliquias del Karmapa, proporcionándoles a casi todos una
ché fue con nosotros al aeropuerto, y dos días después ya nos encontrába-
muerte fácil. El camión que vino a recoger los cadáveres tuvo que esperar
mos en Sonada, donde sabían la fecha exacta del regreso del Karmapa a
hasta que hube terminado, mientras que los tibetanos participaban gozosa-
Sikkim. Una vez más había sido totalmente preciso; ya era al día siguiente.
mente en mi tarea.
En Sonada el ambiente era triste. Uno podía ver cómo sufre un monaste-
En aquella época era una broma habitual decir que tendríamos muchos
rio cuando el Lama está ausente. Kalu Rimpoché hacía casi un año que se
discípulos con voz áspera y nariz larga, encarnaciones de los perros que
encontraba en Canadá para iniciar allí el Dharma, y los monjes, las monjas y
habían muerto en un lugar tan sagrado con nuestra ayuda.
los legos se hallaban en un estado de abandono prolongado y doloroso. Esto
Por fin regresó el Lama Chechoo. Fue maravilloso volver a verlo. Quiso es algo que hay que tener en cuenta hoy día cuando invitamos a Lamas a
saber muchos detalles de lo que habíamos estado haciendo. Cuando le pre- Occidente: la gente de sus países de origen está vinculada con ellos aún más
gunté sobre la meditación del sueño, se quedó mirando hacia abajo, como si estrechamente que con sus familiares más próximos y sufre terriblemente
esperara un signo. Como, por lo visto, fue satisfactorio, levantó la vista rápi- cuando se van. Esta es una razón de más para emplear el tiempo de un
damente hacia nosotros de una manera que nunca olvidaremos, y dijo: "Bien, maestro del modo más intensivo posible.
os daré el Milam, la meditación para captar la mente en el estado de sueño".
El viaje estaba bien programado, y no hacía mucho que nos encontrába-
En el mismo momento en que nos miró todo se convirtió en un sueño, y mos en el puente de Tista, reconociendo una vez más los numerosos mundos
así es cómo permanecimos durante las seis semanas que pasamos con él. La que allí se cruzan, cuando se aproximaron los coches del Karmapa. El sonrió,
meditación del sueño produce un estado mental en que el "observador" está señaló el bolsillo interior de mi chaqueta militar, en el que había una carta
presente tanto si estamos despiertos como dormidos, y en esta condición la para él de la que me había olvidado por completo, nos bendijo hasta que vi-
mente aprende a reconocer sus proyecciones y a influir conscientemente en mos luz y nuestros corazones se abrieron, y alegremente nos subimos a uno
ellas. Uno también toma plena consciencia de que nuestro llamado estado de de sus camiones. Meditando bajo un bello cielo azul, entramos en Sikkim con
vigilia es en realidad como un sueño, de que el mundo de nuestra conscien- él.

¡Ü
252 Cuando el pájaro de hierro vuele...

Los días que siguieron en Sikkim fueron especiales y permanecimos muy


despiertos. El Karmapa nos dejaba mirar por encima de su hombro como
m La vida: un sueño

un hermoso panorama. Aunque la fiebre me tenía aturdido y tambaleante,


creía que era importante hacer en Oriente, en aquel momento, algo que más
253

nunca lo había hecho antes, enseñándonos cosas que no íbamos a compren- adelante haríamos en Occidente, así como saber que el dolor no era ningún
der del todo hasta que también fuéramos responsables de otros. Hacía que obstáculo. Durante el viaje de regreso a Bombay en los trenes locales, cono-
estuviéramos presentes cuando daba consejos acerca del funcionamiento de cimos a Sylvia, una estimulante chica inglesa. Había estado por toda la India
los centros y los retiros, cuando explicaba qué prácticas quería que se hicie- buscando la conexión kármica, y la encontró entonces, en la oficina del
ran y cómo. Frecuentemente nos preguntaba qué pensábamos, cómo haría- aeropuerto cuando volvía a casa. Cambió su vuelo por el de Copenhague, y
mos una cosa determinada en Occidente, y siempre escuchaba nuestras ¡deas pasamos juntos dos interesantes días de cuarentena en Egipto .
aunque nunca decía "sí" o "no". Con seguridad, nuestra próxima meditación
o nuestro próximo sueño nos darían la solución obvia. Una tarde fría y clara de octubre aterrizamos en la bella ciudad de Copen-
hague.
Un día, cuando todos los signos debían de ser favorables, y antes de que
los indios empezaran a ejercer presión, nos hizo llamar. Nos dio, a nuestro
amigo Kim Wunsch y a nosotros, presentes hermosos y de buen augurio, y
dijo que, como primeros occidentales, teníamos ahora su bendición para
crear centros, y que, después de realizar el primer trabajo en Dinamarca, yo
enseñaría en Europa y en todas partes. Prometió guiarnos, hacer que su
transmisión y su bendición operaran siempre a través de nosotros y, medio
conmocionados pero con una explosión de energía que hoy aún va en au-
mento, nos envió a Europa, para llevar a cabo la obra de esta vida.
Así pues, era esto. En nuestra ansia de empezar comprendimos que ahora
había llegado realmente el momento de trabajar: para hacer honor a nuestros
maestros y al linaje Kagyu y para llevar su bendición a otros. Con asombro
y profunda gratitud, vimos cómo los sucesos de buen augurio se repetían en
las tres semanas que pasaron hasta que pudimos partir en el avión sobrecar-
gado de Bombay, signos de éxito que estaban llenos de sentido, tanto en
aquel momento como más tarde. En Bodh Gaya, al despedirnos apresurada-
mente del gran Buddha dorado de la estupa, ambos vimos que cobraba vida
y nos sonreía realmente. Totalmente anonadados y saliendo de espaldas a
toda velocidad para alcanzar nuestros rickshaws antes de que desaparecieran
con nuestras cosas, el único pensamiento que a los dos nos vino a la cabeza
fue: "Pero tiene sentido del humor". ¿Qué más se podía pensar o decir?
La visión desencadenó una purificación muy intensa, Durante todo el
trayecto hasta Bylakuppe y durante la estancia en este lugar, estuve enfermo
como pocas veces lo había estado, y con mucho dolor. La cabeza y la gargan-
ta parecía que me explotaban constantemente. Llegamos con los agradables
trenes de la línea Calcuta-Madrás-Mysore (en los que había incluso asientos
para todo el mundo), justo a tiempo para participar en la cementación del
suelo del primer edificio del monasterio Kagyupa, situado en una colina con
Capítulo Xm
EMPIEZA EL TRABAJO
Nuestros queridos padres nos esperaban en el aeropuerto, contentos de
que esta vez no hubiéramos estado ausentes durante años, y junto a ellos se
encontraba un hermoso grupo de nuestros viejos amigos. Muchos de ellos se
habían apartado del mundo de las drogas al mismo tiempo que nosotros, y
las semillas budistas que habíamos plantado durante los pocos momentos
libres de nuestra última estancia estaban empezando a dar fruto. Debido a su
karma bueno y fuerte, estaban dispuestos, lo mismo que más adelante muchos
otros amigos, a poner manos a la obra. Deseaban dar su tiempo, su dinero y
la energía necesaria para ofrecer a los demás la libertad que ahora estaba
abriendo sus vidas y dándoles sentido. Nuestra labor en Occidente se inició,
así, con el mejor capital posible: un grupo vivo y unido de personas

I
experimentadas y entregadas.
Por la tarde del día siguiente, y en un grupo de estos amigos, la bendición
del Karmapa se despertó. La transmisión del linaje Kagyu se realizó plenamen-
te, y comprendimos las últimas palabras que nos dirigió el Karmapa: "Ahora
estoy con vosotros en todas partes y en todo momento". Aquella hermosa tarde
de otoño, en una colina de una isla danesa, entre campos recién segados y
con los colores de ía puesta del sol en una bahía, di el Refugio. Por primera
vez en esta vida di la conexión con el Karmapa y las energías iluminadas del
Linaje. Sin bloquear el flujo de poder, oí hablar mi voz y me vi bendiciendo
a los presentes con sus reliquias. Algo mucho más fuerte y claro que cualquier
"yo" se desplegaba, y fue un gozo sin límites. Nada podía ser más rico ni más
bello que esta clara energía que sabía exactamente lo que había que hacer.
Tenga Rimpoché. Thrangu Rimpoché.

S.S. Karmapa en el centro de Copenague, Diciembre 76.

Al día siguiente, a mitad del camino de regreso a Copenhague, dimos una


conferencia -organizada por unos amigos- en un seminario religioso. Nunca
había dado ningún discurso, y mientras derrapábamos en las curvas con
nuestro viejo autobús Volkswagen, Hannah escogió varias de nuestras
diapositivas en color, que consideró útiles para explicar el Dharma. Aunque
fue algo hecho en el último momento, como siempre, es una selección que,
con pocos cambios, he venido utilizando desde entonces. Con una sonrisa
irónica para el Karmapa -¿cómo vas a arreglar esto?- entré en la sala. Sin
embargo, apenas empecé a hablar cuando ocurrió lo mismo que el día
anterior. La conexión estaba allí, la energía fluía, y con intensa alegría sentí que
llegaba a los que escuchaban y hacía efecto en ellos. Era maravilloso
encontrarse y crecer juntos, mezclar las mentes e inspirarse mutuamente cada
vez más.
Esta fue la primera de las innumerables conferencias sobre Budismo
Gendun Rimpoché. Beru Khyentse Rimpoché. tibetano que he dado en todo el mundo. Y por muy cansado que esté, la

I
258 Cuando el pájaro de hierro vuele... Empieza el trabajo 259

bendición siempre actúa. En esa época también tomó forma la meditación del supremos, nos visitan constantemente, y al cabo de 1300 años la gran profecía
Refugio que se encuentra en este libro. La dimos a nuestros amigos corno de Gurú Rinpoché se está cumpliendo:
primer paso en la vía, aconsejando 111.111 repeticiones como práctica "Cuando el buey de fuego se traslade sobre ruedas (los trenes) y el pájaro
preparatoria. De este modo se activa la bendición del linaje, y ello produce de hierro vuele a todas partes (los aeroplanos), mi Dharma llegará a la tierra
un sentimiento cada vez más agradable que es una prueba muy convincente de los hombres blancos".
de que todo el asunto no es algo meramente intelectual. También se
acrecientan la concentración y la constancia necesarias, lo que nos prepara Los Buddhas del techo del mundo ya están entre nosotros.
para las prácticas posteriores. Lo más importante de todo es que la repetición TASHI SHO
constante hace que la mente experimente lo que está más allá de sus pautas
habituales. Nos damos cuenta de forma cada vez más profunda de qué cosa Que esto sea auspicioso.
tan total y absolutamente fantástica es que, más allá de la impermanencia y
el cambio, exista realmente un Refugio, algo esencialmente verdadero, que
nunca se puede perder.
Así, en el otoño de 1972, ya se habían reunido las bendiciones y los
métodos para hacer útiles en Occidente las supremas enseñanzas psicológicas,
la Vía del Diamante. Guiados por la energía del Karmapa y en cooperación
con excelentes maestros tibetanos residentes en Francia, Inglaterra, Estados
Unidos y otros lugares, y especialmente con el bondadoso Tarab Rimpoché,
nuestro trabajo consistió en viajar casi constantemente por Su Santidad.
Hannah se convirtió en ayudante e intérprete principal de los numerosos
Rimpochés visitantes, y yo he estado hablando por las tardes, enseñando
meditación y conduciendo por las noches y visitando nuevas poblaciones casi
todos los días durante los últimos trece años. Los días y las noches están llenos,
ocupados en la puesta en marcha de gran número de centros y grupos con
los amigos en Dublín y Cracovia, en Oslo y Chipre, en Méjico, los Estados
Unidos, Sudáfrica y el Extremo Oriente. Ninguna alegría puede igualarse a la
de ganar innumerables amigos, compartir el despliegue inicial de sus
posibilidades ilimitadas, visitarlos en todas partes y llevar a centenares de ellos
a ver a nuestros lamas y los lugares sagrados de Oriente. Y el trabajo no hace
más que crecer.

Un día todos reconoceremos realmente el espacio abierto, claro e ilimitado


de la mente, y experimentaremos la ausencia de temor, el gozo espontáneo
y la compasión activa de todos los Buddhas. Todo lo pequeño, limitado y
bloqueado desaparecerá, y seremos conscientes de nuestra perfección
intemporal. Ya ni siquiera tenemos que viajar lejos para aprender cómo. Los
centros y los maestros están ya aquí mismo, en Occidente. Los lamas más
eminentes, como sus Santidades el Karmapa y Shamarpa, y otros Encarnados
MEDITACIÓN EN LAS TRES LUCES

Fue dada tras recibir la transmisión oral de S.S. el XVI Karmapa por el
maestro budista Ole Nydhal en Febrero de 1984. Su forma concisa nos per-
mite usar las pausas frecuentes en nuestra vida cotidiana como medios para
la Iluminación.

Sentimos el flujo sin forma del aire, entrando y saliendo por el extremo de
nuestra nariz, y dejamos pasar los pensamientos y sonidos, sin aferramos a
ellos.
Pensamos en las cuatro razones fundamentales que nos motivan en nuestro
camino hacia la Iluminación.
Pensamos primero en la preciosa oportunidad de poder utilizar los méto-
dos de los Buddhas para el beneficio de todos los seres.
Recordamos la impermanencia de todo lo condicionado, observando que
lo único que no desaparece es el abierto, claro e ilimitado estado de la mente
y que no sabemos cuánto tiempo nos queda para reconocerlo.
Al pensar en la causa y el efecto, comprendemos que somos nosotros
mismos los que decidimos lo que sucede; que nuestras acciones, palabras y
pensamientos del pasado produjeron nuestro mundo de hoy y que, en este
preciso momento, sembramos a su vez las semillas de nuestro futuro.
Finalmente, pensamos en las razones que nos llevan a adiestrar la mente.
Por un lado, porque la Iluminación es la máxima y eterna Alegría, más per-
fecta que cualquier cosa que conozcamos, y, por otro, porque somos de
262 Cuando el pájaro de hierro vuele... Meditación en las tres luces 263Ü

poca utilidad a los demás mientras nosotros mismos permanezcamos confu- "Querido Lama, tú que eres la esencia de todos los Buddhas, Te suplica-;'.
sos y sufrientes. mos: por favor, danos tu bendición que aleje la ignorancia y confusión de
todos los seres y de nosotros mismos. Permite que la eterna y clara luz, la
Puesto que no somos capaces de mantener nuestra mente en el estado
verdadera naturaleza de la mente, se despierte en nosotros".
que desearíamos, queremos abrirnos a aquellos que pueden hacerlo.
Mientras deseamos esto profundamente, todo su campo de energía se
Tomamos refugio en el BUDDHA, el estado absoluto de la mente; en los
métodos que nos llevan a ese estado, las ENSEÑANZAS; en nuestros amigos vuelve más próximo y KARMAPA se coloca frente a nosotros.
y los que nos ayudan a través del camino, los PRACTICANTES; y, especial- Ahora, de la frente de KARMAPA, entre sus cejas, irradia una poderosísi-
mente, tomamos refugio en el LAMA, el KARMAPA, que nos trae bendicio- ma y clara luz blanca. Fluye hacia nuestra frente y comienza a llenar nuestra
nes, inspiración y protección como una corriente viva y nos transmite el cabeza con una cristalina y clara luz blanca. Por el poder de esta luz, todas
poder de ser realmente útiles a los demás. las perturbaciones en nuestro cerebro y nervios se disuelven. Todas las acciones
negativas, enfermedades y bloqueos de nuestro cuerpo desaparecen total-
mente en la clara luz y nuestros cuerpos se vuelven herramientas para dar
MEDITACIÓN DE KARMAPA Amor y protección a los demás. Descansamos en esta luz, sintiendo nuestra
cabeza y escuchando fa profunda vibración interior "OM".
Si no tenemos tiempo para la preparación anterior, podemos empezar Ahora, de la garganta de KARMAPA, frente a nosotros, irradia una profun-
directamente con la meditación. da y clara luz roja. Fluye directamente hacia el interior de nuestra boca y
garganta, llenando toda esa zona con una transparente luz roja. Por el poder
Nuestro propio cuerpo, el cuerpo de nuestros amigos, las paredes a nuestro
de esta luz, toda la confusión de nuestra palabra se consume. Todas las
rededor, la tierra bajo nosotros, todo, lo percibimos como un sueño, como
palabras dañinas desaparecen, y nuestro lenguaje se vuelve Compasión y
formas de energía y luz que, finalmente, se disuelven aún más en el espacio
libertad, un instrumento para el beneficio de los demás seres.
abierto e ilimitado. Permanecemos en este estado.
Descansamos en la luz roja que llena nuestra boca y garganta, escuchan-
En esta apertura, que no quiere decir la nada, sino donde se manifiesta
do la profunda vibración interior "OM".
libremente el juego inobstruído de la mente, la forma radiante y transparente
de nuestro Lama, KARMAPA, aparece como una fuente de energía y de luz Ahora, del corazón de KARMAPA, frente a nosotros, desde el centro de su
frente a nosotros. cuerpo, irradia una profunda y clara luz azul. Fluye hacia nuestro pecho y
llena toda la zona con una transparente luz azul. Por el poder de esta luz,
Porta la Corona Negra en su cabeza, signo de aquellos que despiertan los
todas las emociones perturbadoras se disuelven. Todas las ideas extremistas
más profundos niveles de apertura en nosotros. Su rostro es dorado y apaci-
y rígidas desaparecen y nuestra mente se vuelve Alegría espontánea, surgien-
ble y sus ojos nos miran. Nos conoce y desea todo lo mejor. Sus brazos están
do naturalmente del espacio. Retenemos la luz azul en el centro de nuestro
cruzados en Su corazón sosteniendo el dorje y la campana, y está sentado en
corazón y escuchamos la profunda vibración interior "OM".
la postura de la meditación. Al rededor suyo hay un aura de arco iris lumi-
noso. Ahora, las tres luces fluyen hacia nosotros al mismo tiempo, y sentimos
Comprendemos que no es un hombre o un ser limitado, sino la esencia los tres puntos a la vez, tanto como podemos:
del espacio. La mente de todos los Buddhas se manifiesta en esta forma para Luz blanca en el entrecejo.
enseñarnos nuestra propia y verdadera naturaleza, y KARMAPA surge espon-
Luz roja en la garganta.
táneamente, no importa si podemos verle con claridad o no.
Luz azul en el corazón.
Deseamos profundamente realizar todas sus cualidades para el beneficio
de los demás seres, y nos abrimos a El mientras pensamos o decimos: Esto nos da la esencia total de KARMAPA, su Mahamudra.
264 Cuando el pájaro de hierro vuele...

Reteniendo las tres luces en nuestra mente, repetimos el profundo mantra


que significa:
"Actividad de todos los Buddhas, actuad a través de mí".
Lo decimos interiormente o en alto, como deseemos, mientras nos man-
tenemos en las tres luces:
... Karmapa Khyen no... (Repetir muchas veces)
Ahora la forma transparente y dorada de KARMAPA se disuelve todavía
más en un arco iris luminoso. También se disuelve la Corona Negra y toda
esta luz irradia hacia nosotros y nos llena completamente. De la misma manera
que el agua se funde con el agua y se vuelve una e inseparable, la mente de EPILOGO
todos los Buddhas se funde con nosotros.
Nos quedamos en este estado ilimitado, apacible y radiante tanto como Nueve años después, con su bendición ya establecida en innumerables
podamos. centros de todo el mundo, S.S. el Karmapa manifestó los numerosos milagros
de su paso de una encarnación a la siguiente.
Cuando llega el momento de entrar de nuevo en un estado de actividad,
un mundo se condensa en el espacio, un mundo radiante y puro. Nosotros Lo que sigue es una breve entrevista concedida a un periódico alemán al
y todos los seres aparecemos como Buddhas y Bodhisattvas, lo reconozca- regresar a Europa desde Rumtek. Conserva gran parte del detalle y la
mos o no. Todos los sonidos tienen la vibración de los mantras y todos los atmósfera del acontecimiento y da cierta idea del poder y la compasión
pensamientos y experiencias son fantásticos tan sólo porque suceden, mos- ilimitados que tuvimos el privilegio de experimentar con la ló 3 reencarnación.
trando el ilimitado poder de la mente.
Al cambiar ahora a una fase activa, no pensamos que rompemos por ello La transformación de las energías interiores
la meditación y hacemos otra cosa, sino que conservamos la sensación de
frescura en nosotros y tratamos de contemplar todo constantemente desde el Entrevista con Ole Nydahl
plano de conciencia más elevado. por Sybille Greiling de Esothera
Tan pronto como nos sea posible, hacemos que surja ante nosotros el
Lama y recibimos de nuevo las tres luces.
Y deseamos finalmente que todo lo bueno que haya ocurrido se torne Sybille Greiling: La figura espiritual central de su vida, el l6Q Gyalwa
ilimitado e irradie hacia todos los seres, tomando todo su sufrimiento y otor- Karmapa, murió el pasado mes de noviembre, a los 58 años, de un ataque
gándoles la única y eterna Alegría que existe: el Mahamudra, el reconoci- cardíaco en un hospital de Chicago. ¿Hay alguna explicación para esta muerte
prematura, aparte de las insuficiencias puramente orgánicas?
miento de la verdadera naturaleza de la mente.
En tibetano se dice así: Ole Nydahl. Sí. Hay muchas razones. Técnicamente, era el momento
adecuado. En primer lugar, el Karmapa, como todos los Bodhisattvas
"gue ua di yi ñur tu da
eminentes (seres que sólo actúan por el bien de los demás), utilizó su cuerpo
chac gya chem po drub gyur ne
para eliminar del mundo el máximo posible de energías negativas. Hay
dro ua chic kyang ma lü pa
meditaciones en las que uno visualiza su propio cuerpo como todo un
de yi sa la gó par sho"
universo y luego absorbe las cosas negativas que, de otro modo, afectarían
a otros seres, en forma de dificultades, enfermedades, etc. De hecho, el
Karmapa Khyen no Karmapa murió a resultas de varias enfermedades mortales al mismo tiempo.
266 Cuando el pájaro de hierro vuele... Epílogo 267
Tenía cáncer en todo el cuerpo y problemas de hígado y de riñon; o sea que de 1981, permaneció en meditación durante cinco días consecutivos sin que
había varias cosas que pueden provocar la muerte. Morir en ese momento y su cuerpo se enfriara o se volviera rígido.
en ese lugar fue una libre decisión suya. Dicho sea de paso, un año y medio
antes ya nos había dicho a Hannah y a mí que debíamos ir con él ese 1 de S.G.: Pero, clínicamente, ¿estaba ya muerto?
noviembre y que podíamos llevar a nuestros amigos. En aquel momento los Ole. Sí, su cuerpo seguía caliente sin ninguna actividad en el cerebro ni en
dos tuvimos la sensación de que nos llamaba para decirnos adiós. el corazón, y su corazón, en especial, irradiaba mucho calor. Los médicos lo
S.G.: ¿Y no tenía fuerzas para librar a su cuerpo de esta enfermedad? confirmaron repetidas veces. Esto también era una razón para decidir morir
en Occidente. Después fue llevado en avión a Rumtek (Sikkim), donde le
Ole. No era ésta su forma de pensar. ¿Por qué? El no está solo; tiene cuatro esperábamos con nuestro grupo de amigos. Yo estuve entre los que lo
jóvenes encarnados (llamados tulláis), que han estado alternándose con él trasladaron al interior del monasterio. Todavía estaba caliente cuando toqué
desde 1193, y que ahora tienen unos 30 años. Por lo tanto, cuando él regrese su pierna con la cabeza, lo que es algo completamente fuera de lo normal.
como una persona de 20 años para tomar posesión del linaje, ellos tendrán Luego lo pusieron en una habitación caldeada en la postura de meditación sin
50. Si hubiera muerto durante su huida del Tíbet, hoy no existiría la mayor ser embalsamado, y durante los 40 días que lo dejaron allí sentado, hasta ser
parte del Budismo tibetano; los varios centenares de centros que tenemos en incinerado el 20 de diciembre, su cuerpo se encogió hasta tener el tamaño del
el mundo no existirían en absoluto. Si hubiese muerto dentro de 20 años, sus de un niño pequeño; al final tal vez medía 50 centímetros. Un fino pañuelo
instructores habrían tenido aproximadamente setenta en el momento de su cubría su rostro, pero todo se podía ver aún claramente, las órbitas de los ojos,
regreso. Por consiguiente, aunque todos sufrimos mucho porque ha muerto etc. Yo fui testigo de esto y también lo fueron los otros amigos que estaban
-todo el mundo sentía un gran apego por su cuerpo grande, afectuoso y allí. Al final del último Puja (con cantos para guiar su mente desde el estado
divertido-, desde un punto de vista técnico era absolutamente el momento de infinitud hasta otra encarnación), apareció un arco iris completo (tenemos
indicado para el traspaso. Incluso el hecho de morir en Chicago estuvo lleno fotos de ello) alrededor del sol. Podía verse muy claramente, y cuando
de sentido. Chicago tiene los mataderos más grandes del mundo, y en Chicago encendieron el fuego el arco iris se hizo aún más intenso.
he visto más seres desgraciados que en cualquier otro lugar de los E.E.U.U.
Primero el humo se extendió en las cuatro direcciones desde la Estupa que
S.G.: Por el hecho de morir allí, ¿ayudó a otros seres? era el lugar de la cremación, y esto fue interpretado por los tibetanos como
una gran bendición. Cuando uno miraba por las aberturas superiores, al cabo
Ole. Como mínimo, absorbió mucha energía negativa de la gente. Anterior-
de un rato el lugar del fuego de repente aparecía vacío. Después un joven Lama
mente vi a menudo cómo lo hacía; asimismo, estoy razonablemente seguro
vio salir una bola de la ventana de observación. La examinaron y descubrieron
-y los Lamas superiores están de acuerdo en esto- de que, en el futuro, habrá
que era dura por fuera y blanda por dentro. Se fue haciendo cada vez más
un gran progreso en el tratamiento de las enfermedades que causaron su
pequeña y empezó a desmaterializarse, pero no a causa del calor, pues la bola
muerte, a saber, el cáncer, etc. Pronto habrá avances decisivos. ¡Un año
ya estaba bien lejos del fuego. Los tibetanos dicen que las Dakinis, los Buddhas
después, un congreso científico celebrado en Zion, al sur de Chicago, supuso
femeninos que a los seres humanos no nos tienen en tan alto concepto, roban
un gran progreso en el tratamiento del cáncer, en lo que se llama el nivel
las reliquias de los seres iluminados y se las llevan para sí. Evidentemente, esta
molecular!
bola era el corazón del Karmapa, y cuando fue haciéndose pequeña la
S.G.: Usted estuvo presente en los últimos ritos. ¿Qué ocurrió? cubrieron y la llevaron dentro. Ahora se encuentra en una estupa dorada y se
utiliza para transmitir bendiciones.
Ole. Ocurrieron muchas cosas. Hannah y yo fuimos sus primeros discípulos
occidentales y, desde 1969, vimos con frecuencia cómo podía jugar con las Durante la cremación también tuve experiencias psíquicas extraordinarias.
llamadas leyes naturales. Sin embargo, lo que experimentamos esta vez, Nunca he expresado deseos conscientes por cosas, ya que lo que sucede en
después que él dejó su cuerpo, iba más allá de todo cuanto habíamos visto el mundo es tan fantástico... ¿cómo podría inmiscuirme en ello? Naturalmente,
antes. Después de su muerte, ocurrida durante la noche del 5 de noviembre tengo los deseos budistas por el bien y la Iluminación de todos los seres; por
268 Cuando el pájaro de hierro vuele...

lo demás, tengo muy pocos. En aquel momento, sin embargo, un torrente sin
fin de deseos surgió dentro de mí, como por el desarrollo de los centros y cosas
similares, y posteriormente he detectado que cada uno de ellos se ha Mapa de la India
cumplido. El 27 de diciembre, una semana después de la cremación del
Karmapa, se abrió la Estupa. En aquel momento apareció un águila gigantesca,
describió círculos sobre el lugar durante un rato y después se fue volando
directamente hacia el Oeste. Las cenizas contenían muchas reliquias. Por
ejemplo, encontré varias pequeñas pepitas de oro y plata en las mías; desde
entonces, las cenizas han producido otras; así pues, la esfera de poder sigue
viva.
S.G.: ¿O sea que fue un milagro?
Ole. Sí, sin duda alguna. Pero, con el progreso de la ciencia, lo que hoy
llamamos un milagro tal vez se explicará dentro de unos años.
S.G.: ¿Tienen interés los tibetanos en que estas cosas reciban una expli-
cación científica?
Ole. Sí, por esto el Karmapa murió en Occidente; estoy seguro de ello. Su
fallecimiento con seguridad tenderá puentes hacia Occidente.

Mientras esperamos la gran encarnación decimoséptima del Karmapa, que


pronto será reconocida, ha sido un gran placer recordar una vez más, gracias
a la redacción de este libro, las bendiciones sin límite que acumuló sobre las
cabezas ilusionadas de sus primeros discípulos occidentales. Estamos agrade-
cidos por la oportunidad de proseguir la tarea, ahora bajo la protección de S.S.
el Shamarpa, y por tener la ocasión de tomar contacto con todos vosotros.
Tal vez algún día podamos encontrarnos.
Vuestros,

Hannah y Ole Nydahl


c/o KDL
Svanem0llevej %
DK 2100 KBENHAVN 0
Dinamarca
Monasterios citados en este libro Kagyu Dzong
Karma Teksum Choling Route Circulaire du Lac Daumesnil
Apartado 2755 Carmelitas 75012 París - FRANCIA - tel 43 41 86 48.
Dharma Chakra Centre Sherabling
(Sede central de S.S. Karmapa) (Sede de S.E. Situ Rímpoché) Avda. Libertador, Edificio 47, 9
P.O. Rumtek 737 135 - Tel. 359.737 P.O. Sansal vía Baijnath Caracas - VENEZUELA Karma Shedrup Gyamtso l i n g
Gangtok - SIKK1.M 176125. Dislr. Kangra 33, rué Capouillet
Himachal Pradesh - INDIA Karma Teksum Choling 1060 - Bruxelles - BÉLGICA - tel 537 5407.
Samdrup Thargyaling Conj. El Líbano
(Sede de Kalu Rimpoché) Thrangu Tashi Choling Psje. Dos, 5150 Kamalashila Instituí
P.O. SONADA 734 219 Bodhanath P.O. Box 1287 Macul, SANTIAGO 11 - CHILE
Schloss Wachendorf
Darjeeling - WEST BENGAL Katmandú - NEPAL 5353 Mechernich - tel. 2256850
Karma Teksum Choling
Apartado Aereo 91053 REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA
Shiree Karma Raj Mahavihar Karma Dharma Chakra Center
(Sede de S.E. Shamar Rimpoché) (Centro de altos estudios budistas para oc- Bogotá - VENEZUELA
Karma Drub Djy l i n g
Swayanbhunath - P.O. Box 1094 cidentales, proyecto postumo de S.S. el
Katmandú - NEPAL XVI Karmapa, recientemente concluido) Kagyu Tekchen Choling Sanemollevej 56 - tel. 01/ 292711
Píos Nos B/18.20 Esmeralda 1385, 19 E 2100 Copenhagen - DINAMARCA.
I.I.T. Institutional Área tel. 116507Ó7 Buenos Aires 1007 - ARGENTINA
New Delhi - INDIA Kagyu Samye l i n g
Karma Detchen Drolma * Eskalemuir, Nr. Langholm
SQA307BL. C APT111 Dumfriesshire DG13 OQ1
70354 Brasilia - BRASIL ESCOCIA - tel. 5416 - 232
lista de centros de Budismo tibetano
Karma Namjyal l i n g
EUROPA
Esta es solamente una lista parcial de los centros de estudio y A A 1236 Viena
Dhagpo Kagyu l i n g Postfach 53 - AUSTRIA
meditación autorizados por S.S. Karmapa (Karma Teksum Choling) y (Sede europea de S.S. Karmapa)
otros altos Lamas Kagyu. St. León sur Vezére, Landrevie Karma Drubgyu Chokhor Üng
24290 Montignac - Dordogne Platia Vathis, Sonierou 15b, - Tel. 52 20 810
FRANCIA - tel 53 507075. GR - 10438 Atenas - GRECIA
ESPAÑA Y SUDAMERICA
Kagyu l i n g
Chateau de Plaige
Karma Gón Samye Dzong F 71320 Toulon-sur-Arroux - FRANCIA NORTEAMÉRICA
Atalaya Alta, Apartado 179. Pau Claris, 74, 2e
E-29700 Vélez Málaga Barcelona 08010. Vajradhara l i n g Karma Triyana Dharmachakra Centre
Kagyu Dechen Ling Domaine du Chateau d'Osmont (Sede americama de S.S. Karmapa)
Karma Teksum Choling A. Sainz de Baranda, 57, 8a D. Aubry de Panthou
352 Mead Mountain Road - tel. 679 24 87
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Editorial Karmapa - Aptdo. Correos 1725. Kagyu Dongak l i n g Karma Migyur Ung
Cod. Post. 20080 - San Sebastián. Montchardon - Izeron Vajradhatu
Morey, 12, 2- izda.
Palma de Mallorca 07001. F 38160 Saint Marcellin - FRANCIA (Sededel Ven. ChogyamTrungpaRimpoché)
Karma Teksum Choling 1345 Spruce Street
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Bilbao.
Tarrasa (Barcelona). (Sede europea de S.S. Karmapa)
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DagSang Kagyu Kangyu Tekchen Ling 24290 Montignac - Dordogne 218 Shaw Street
Panillo, Graus.
Calle Cádiz, 79 puerta 3 FRANCIA - tel 53 507075. Toronto MÓJ 2W8 - CANADÁ
Huesca. 46005 Valencia.
Este libro se acabó de imprimir el cuarto día del
sexto mes del año de la Serpiente, 2116 del calenda-
rio tibetano, día de Chókhor Duchen, en que Buddha
hizo girar por primera vez la Rueda del Dharma en
Sarnath, y enseñó las Cuatro Nobles Verdades.

metala del VIII Karmapa.

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