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30 mayo, 2019
Este artículo ha sido escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana
Según esto, nosotros tenemos la libertad de comportarnos como queramos desde la primera
encarnación y, en consecuencia, acumularemos esta energía. La creación de Karma bueno y malo e
intencional o no intencional dictará lo que tenemos que enfrentar y resolver en la vida. Nuestra primera
meta es aprender, a través de la experiencia, a ser mejores.
Reflexionemos por tanto en dicha correspondencia. En la causalidad existente entre nuestros actos
y sus consecuencias.
2. Ley de la creación
La vida requiere que participemos de ella. Somos uno con el universo dentro y fuera, somos parte de la
corriente de nacimiento de la naturaleza y nuestras vidas se reproducen como el resto de
ciclos naturales. Lo que nos rodea nos da pistas sobre nuestro estado interior. Crea las opciones
que quieras tener en tu vida.
Dentro del budismo cada uno de nosotros somos plenamente responsables de aquello que hacemos. Las
leyes del Karma nos enseñan que tenemos la libertad suficiente para que seamos capaces de crear la
realidad que deseamos. Sin embargo, más tarde seremos jugzados en base a esas elecciones
tomadas, a ese tejido diseñado en base a nuestras acciones.
3. Ley de la humildad
Lo que te niegas a aceptar, te va seguirá ocurriendo. Este principio tan conocido de las leyes del
Karma es algo que vemos con muchas frecuencia en nuestra cotidianidad. Todos de algún modo,
presentamos ciertas realidades internas que no queremos ver. En nosotros habita el egoísmo, el apego
excesivo hacia lo material o incluso nuestra dependencia absoluta hacia ciertas personas.
Ser humildes es ser capaz de ver al realidad aunque no nos guste. Implica mirar hacia nuestro
interior para ver todas nuestras heridas, defectos y debilidades. Solo quien es capaz de verse con
autenticidad es capaz a su vez de ejercer un cambio. Y ese avance, ese logro debe partir desde la ley de
la humildad.
Solo tendremos control sobre nosotros mismos cuando seamos capaces de crecer desde el
interior. Dejando a un lado el contexto, aceptando a los que nos rodean por lo que son y no por lo que
nos gustaría que fueran. Si procuramos ejercer cambios en el propio ser nuestra vida también cambiará.
Y esto ha de hacerse con cuidado para que redunde en un beneficio kármico.
5. Ley de responsabilidad
¿Asumes la responsabilidad de cada una de tus acciones? La felicidad de los tuyos depende de lo que
hagas, de lo que digas o no digas, de tus silencios, de tu presencia o tu ausencia. Eres responsable de
tus elecciones, de tus errores y de tus éxitos. Según las leyes del Karma todo aquello que nos
sucede es un reflejo del propio interior.
Queda claro no obstante que hay cosas que escapan a nuestro control. Cuando menos lo esperamos
llega la adversidad. Ahora bien, en estos casos lo que cuenta es tu actitud hacia esos acontecimientos. El
modo en que respondes también determinará su efecto. Así que hazlo, sé responsable de tu persona,
de tus palabras, acciones y reacciones.
6. Ley de la conexión
El propio universo se inscribe en las cosas más pequeñas. En las casuales, en todo encuentro, en
todo acto, decisión, elección personal. Todas esas dinámicas según las leyes del Karma están
conectadas. Porque todo lo que existe está engarzado como una pulsera de cuentas. Si una perla se
mueve moverá a las siguientes, si una se rompe las demás también se desprenderán.
Asimismo, cada paso que damos es el resultad de nuestro pasado. Nuestras decisiones presentes
afectan a las futuras. Nada queda libre, ningún eslabón queda suelto en nuestra existencia… Ser
capaces de percibir la ley de la conexión nos permitirá ser más consecuentes (y prudentes) en cada uno
de nuestras decisiones.
Ni el primer ni el último paso son más o menos importantes porque ambos son necesarios
para realizar la tarea. Las leyes del Karma nos recuerdan que todos estamos conectados en
pasado, presente y futuro.
En este punto es necesario aplicar también la ley del enfoque. Algo que nos enseña muy bien prácticas
como el mindfulness. Solo cuando aprendemos a entrenar nuestra atención en el momento
presente, podemos apreciar mejor cada instante y ser conscientes de todo lo que sucede.
Si le damos importancia a cada objetivo propuesto e invertimos en ese propósito los mejores
recursos personales, la magia acontecerá. El destino cobrará realidad.
Creas o no en la filosofía kármica, lo cierto es que a veces parece que de lo único que podemos estar
seguros es de que la primavera o el invierno volverán pero, en verdad, como dijo Voltaire, “no es más
sorprendente nacer dos veces y no una; pues todo en la naturaleza es resurrección”.
Las leyes del Karma son lecciones de vida que nos ayudan a ser mejor.