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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS


DEPARTAMENTO DE CASTELLANO, LITERATURA Y LATÍN
Unidad Curricular: LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL

Profesora: Norma Viloria


Alumna: Mariana García
CI: V-27.475.923

La literatura de tradición oral en Venezuela


Los grupos humanos se mantienen en una permanente relación entre el cambio,
indispensable para la supervivencia, y la reserva de lo vivido como elemento de
referencia, tanto para la trascendencia como para la preservación de lo que se es.

En este sentido, la literatura de tradición oral siempre ha sido un instrumento para


lograr ambas cuestiones. Por ello, esta es un elemento básico y referencial para
entender los cimientos de las sociedades modernas, así como para analizar la forma
de ver la realidad en un determinado momento y rescatar las enseñanzas que
perduran del mismo (Núñez y Sánchez, 2011), gracias a su carácter transmisivo de
generación en generación, que permite rescatar, conocer y comprender las
vivencias de los antepasados.

Entonces, acercarse a la literatura oral es, pues, acercarse a los orígenes del ser
humano, a la historia, a las claves para la supervivencia de la especie, acercarse, en
sí, a la riqueza cultural de los pueblos originarios, que son la base de los actuales y
que, debido a su inmutabilidad, perduran en el tiempo y en el espacio, pese a que
sufren transformaciones (Jiménez, 2017).

Tomando en cuenta esto, Dautant (2013) señala que la literatura de tradición oral
es vehículo de emociones, motivos, temas, estructuras y formas recibidas por
transmisores milenarios depositarios y re-elaboradores, que consolidan un legado
ancestral que, a su vez, da solución y explicación a problemas del mundo,
peripecias e incidentes de los pueblos, para conformar una cosmovisión de una
realidad en concreto.
En específico, dentro de este tipo de producciones destacan los mitos, las
leyendas, los ritos iniciáticos, las recetas medicinales naturales, los corridos, los
cantos, los refranes, los poemas, entre otras cuestiones similares (Maggi, 2018),
cuya función es relatar el pasado, interpretarlo y reactualizarlo en el momento de la
narración. De esta manera, la palabra de tradición oral cubre tres necesidades
(Jiménez, 2017):

1. La de saber más sobre los orígenes

2. La de rememorar el pasado, para comprenderlo y, sobre todo, para ver


sus vinculaciones en el presente

3. La de adentrarse en relatos, aventuras, ficciones, que desafíen la


experiencia inmediata

Como punto a destacar, es necesario delimitar que, con el tiempo, todas estas
manifestaciones orales se vuelven escritas (Pelegrín, 2010), asegurando así su
supervivencia y, desde un punto de vista literario, su análisis (Jiménez, 2017).

De igual forma, la mayoría de estos textos tienen carácter didáctico. Es decir,


buscan explicar, a las futuras generaciones, de dónde vienen. Por ello, muchos de
ellos iban dirigidos a niños, por lo cual también tienen un carácter lúdico, que se
sigue usando en la actualidad, sobre todo en canciones (Pelegrín, 2010).

Ahora bien, esta serie de producciones, aunque se han llevado a cabo en todo el
mundo, tienen especial relevancia en los pueblos latinoamericanos, ya que el
número de textos es amplio y, además, rico y diverso, pues para los indígenas la
explicación de su mundo se realizó a través de relatos orales (Núñez y Sánchez,
2011), cuyos vestigios perduran hasta la actualidad.

Además, gracias a la unidad geográfica que Latinoamérica comparte, así como a


la historia común que la une, muchas de estas producciones se interconectan entre
sí o tienen variantes según la región o la época, abordando, de manera general, tres
cuestiones esenciales:

 La conformación de su mundo, sus dioses, sus tierras

 El mestizaje étnico y cultural (la mezcla de los indios, los africanos y los
europeos)

 Los problemas modernos (para la época) que aquejaban a los pueblos,


haciendo referencia a ese pasado inmediato

En Venezuela, estos tres rasgos se evidencian en múltiples producciones.


Entre ellas, se encuentra el Corrido del General Castro, de escritura anónima,
recogido por Salas y Monascal (1983), que versa así:

Qué compromiso tan serio


puso Castro a esta nación
si no hay una buena unión.
Entonces era un cementerio
entremos al cautiverio
de guerra internacional
tan solo por no pagar
una cuenta contraída:
son deudas reconocidas
de acuerdo y conocimiento,
y fue mucho el armamento
para la maldita guerra.
El comercio de esta tierra
que nunca se acabará.
Cuándo será que vendrá
un hombre a la presidencia
que sea de justa conciencia
y pague lo que se deba
y que a coger no se atreva
de las arcas nacionales
dos, ni tres, ni cuatro reales
ni mucho menos un millón
ni tenga negociación
con ningún país extraño,
porque día viene el engaño
la guerra puede traer
y vamos a padecer
sin tener necesidad;
tan sólo por la maldad
de tener cerrado el puño
acaben con el terruño
que Bolívar nos dejó
siendo que nos libertó
a costa de tanta sangre
En él, puede verse la fuerza de la literatura oral para rememorar una realidad:

1. Hace una denuncia al gobierno de Cipriano Castro, polémico por


permanecer en una guerra civil constante, debido a la corrupción y la
deuda externa que este presidente trajo al país (Picón, 1953)

2. Reclama la falta de unidad tanto del gobierno, para luchar por los
intereses del pueblo, como de los habitantes, para acabar con la
opresión y el mal gobierno

3. Destaca la ocupación de territorio venezolano a manos de extranjeros,


quienes ocuparon las costas de Venezuela como reclamo por la deuda
que Castro tenía con España, Francia, Inglaterra e Italia (Picón, 1953).
Esto rememora también a la ocupación española en tiempos de
conquista y colonización

4. Demanda la existencia de un hombre justo, que ni robe, ni ponga por


encima sus propios intereses por encima del bienestar de Venezuela

5. Señala la ruptura con el legado de Bolívar, lo cual rememora, de nuevo, a


los tiempos de conquista y colonización, siendo el Libertador un ideal de
libertad, independencia, moral y luces, que se pierde bajo la corrupción y
que aleja a Venezuela de sus raíces

En conclusión, la literatura de tradición oral guarda dentro de sí una riqueza


cultural invaluable, pues es depósito de enseñanzas milenarias, pero también de
denuncias, que conforman la base de los países actuales. Cabe preguntarse, ¿han
perdido vigencia?
Referencias bibliográficas

Dautant, M. (2013). ¿Qué le estamos contando a nuestros lectores más jóvenes? El


mundo que heredan a través de la palabra.

Jimenez, M. (2017). La tradición oral como parte de la cultura. Revista Arjé, 11(20),
299-306.

Núñez, D. y Sánchez, M. (2011). Antecedentes de la cultura popular tradicional o


folklore en Venezuela. Omnia, 17(1), 157-170.

Pelegrín, A. (1981). La aventura de oír: cuentos y memorias de tradición oral.


Santiago de Chile: Editorial del Cardo.

Picón, M. (1953). Los días de Cipriano. Caracas: Garrido.

Nota: 15 puntos

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