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1984 Orwell: Trabajo práctico

En base al capítulo que continúa, del libro 1984 de George Orwell, responde lo
siguiente:
1. Transcribe y explica los dos conceptos de poder. Según O'Brien, ¿cómo se
origina el poder?
Durante las sesiones de tortura que sufre Winston a manos de O'Brien, estos
"debaten" (imponiéndose siempre la palabra del torturador, claro está) acerca de dos
concepciones de poder: la primera "el poder no es un medio sino un fin"; la segunda, "el
poder es "Dios".
La primera definición de poder parte de lo que cree Winston que es el poder para
el partido:
Sabía Winston de antemano lo que iba a decirle O'Brien: que el Partido no
buscaba el poder por el poder mismo, sino sólo para el bienestar de la
mayoría. Que le interesaba tener en las manos las riendas porque los hombres
de la masa eran criaturas débiles y cobardes que no podían soportar la libertad
ni encararse con la verdad y debían ser dominados y engañados
sistemáticamente por otros hombres más fuertes que ellos. Que la Humanidad
sólo podía escoger entre la libertad y la felicidad, y para la gran masa de la
Humanidad era preferible la felicidad. Que el Partido era el eterno guardián de
los débiles, una secta dedicada a hacer el mal para lograr el bien sacrificando su
propia felicidad a la de los demás.

Winston está convencido de que comprende la lógica de O'Brien y del partido y


remata su pensamiento con la siguiente sentencia:
"(O'Brien) Lo había entendido y pesado todo y, sin embargo, no importaba: todo
lo justificaba él por los fines."

Sin embargo, apenas comienza a responder con este argumento recibe el


castigo de O'Brien, quien le dice que eso era una tontería. Y, a continuación, comienza
a explicarle que el poder como medio para llevar a la sociedad a una especie de paraíso
libertad e igualdad es un error que ellos, el partido, no cometería:
"el Partido quiere tener el poder por amor al poder mismo. No nos interesa el
bienestar de los demás; sólo nos interesa el poder. No la riqueza ni el lujo, ni la
longevidad ni la felicidad; sólo el poder, el poder puro. Ahora comprenderás lo
que significa el poder puro. Somos diferentes de todas las oligarquías del pasado
porque sabemos lo que estamos haciendo. Todos los demás, incluso los que se
parecían a nosotros, eran cobardes o hipócritas. Los nazis alemanes y los
comunistas rusos se acercaban mucho a nosotros por sus métodos, pero nunca
tuvieron el valor de reconocer sus propios motivos. Pretendían, y quizá lo creían
sinceramente, que se habían apoderado de los mandos contra su voluntad y
para un tiempo limitado y que a la vuelta de la esquina, como quien dice, había
un paraíso donde todos los seres humanos serían libres e iguales. Nosotros no
somos así. Sabemos que nadie se apodera del mando con la intención de
dejarlo. El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo."

De esta manera, O'Brien define el poder como un fin en sí mismo. Sostiene que
con esta declaración supera la hipocresía de justificar la toma del poder alegando la
búsqueda de un bien común para la sociedad. Que ellos triunfarán allí donde las
dictaduras nazis y soviéticas fracasaron al superar la cobardía de no reconocer que el
verdadero motivo de hacerse con el poder es mantenerlo indefinidamente.
La segunda concepción de poder parte del torturador:
"El poder es Dios. Pero ahora el poder es sólo una palabra en lo que a ti
respecta. Y ya es hora de que tengas una idea de lo que el poder significa."

Esta definición estuvo precedida por la definición del rol que cumplen los
miembros del partido como "sacerdotes del poder" y continúa con el despliegue de una
serie de postulados que irán dotando al poder de las características esenciales
asociadas al Dios de la tradición judeocristiana: "omnipotencia", "omnisciencia",
"eternidad", aunque dejando de lado la idea de bondad.
"Primero debes darte cuenta de que el poder es colectivo. El individuo sólo
detenta poder en tanto deja de ser un individuo."

A partir de este planteo, la potestad del poder dejaría de lado el personalismo o


"culto al líder" que ha sido la base y "talón de Aquiles" de aquellos que más se les
parecieron (nazismo, comunistas rusos). Al no haber un referente visible, al sacrificar el
individualismo y sus libertades en pos de una organización colectiva y sistemática para
el ejercicio del poder, no podrá ser derrocado por revolución alguna ni terminarse con la
muerte o derrota de un ser humano particular. De este modo podrá entronizarse
eternamente.
"Lo segundo de que tienes que darte cuenta es que el poder es poder sobre
seres humanos. Sobre el cuerpo, pero especialmente sobre el espíritu. El
poder sobre la materia..., la realidad externa, como tú la llamarías..., carece de
importancia. Nuestro control sobre la materia es, desde luego, absoluto."

Este poder como Dios es un poder que controla todo de manera absoluta a partir
del disciplinamiento y subordinación ejercido sobre el espíritu humano. O'Brien sostiene
que de esa manera pueden controlar la materia y "la realidad" a su gusto y conveniencia.
Winston intenta discutir esta idea, pero es nuevamente silenciado.
O'Brien cierra este punto del adoctrinamiento definiendo el origen del poder:
"El poder radica en infligir dolor y humillación. El poder está en la facultad de
hacer pedazos los espíritus y volverlos a construir dándoles nuevas formas
elegidas por ti"

El torturador afirma que, sin sufrimiento, la obediencia no es garantía de que el


subordinado sigua la voluntad del que tiene el poder sino que puede estar siguiendo la
propia. Por lo tanto, el poder tiene su origen en el tipo de acto que ellos mismos están
interpretando en sus roles de víctima y victimario
2. Explica las siguientes frases:

"la realidad está dentro del cráneo"


"fuera del hombre no hay nada"

Investiga el concepto de Solipsismo y relaciónalo con esas frases.


El solipsismo es una doctrina filosófica, según la cual, “mi yo solo” o únicamente
mi conciencia existe, y todo el mundo restante, incluidos los hombres, no existen de
hecho, sino que son creados por mi conciencia, por mi imaginación. Si lo único existente
es mi consciencia, todo conocimiento que surja fuera de mí es imposible. Esto sería
como llevar al cogito cartesiano "Pienso, luego existo" a un extremo radical, simplificado
y tergiversado. Ya que, si bien Descartes, a través de la duda metódica, llega a la
conclusión de que de lo único que no puede dudar es que él mismo es algo que duda,
imagina y, por lo tanto, piensa, también encuentra que hay cosas que están más allá del
conocimiento que se puede obtener a través de la experiencia sensible o la tradición,
como que dos más dos es cuatro tanto si está despierto como si sueña. Las frases:
"la realidad está dentro del cráneo"
"fuera del hombre no hay nada"

descartarían la experiencia sensible y, por consiguiente, todo conocimiento que parta


de ella, así como también conocimientos que están más allá de mi grado de consciencia.
Este racionalismo extremo ha sido refutado por varias escuelas filosóficas, al igual que
un posible empirismo extremo. Immanuel Kant llegará a una síntesis entre racionalismo
y empirismo al postular que el conocimiento del mundo llega a través de la experiencia,
pero esa experiencia está condicionada por una estructura que es inherente al género
humano. Por ejemplo, por más que lo imagine, los ojos humanos no captan todo el
espectro de la luz, no podemos ver ni rayos infrarrojos ni ultravioleta, por lo tanto, la
realidad imaginable está condicionada. Por otra parte, si todo fuera producto de la
mente, ¿cuál sería la necesidad de sufrir los flagelos de O'Brien? ¿Por qué Winston,
simplemente, no imagina otro mundo donde esté a gusto? El objetivo de O'Brien es
negar completamente el conocimiento a partir de la experiencia y de la observación
"objetiva" de los fenómenos, es decir, los pilares fundamentales del conocimiento
científico:
"Debes librarte de esas ideas decimonónicas sobre las leyes de la
Naturaleza. Somos nosotros quienes dictamos las leyes de la Naturaleza."

3. ¿Qué opinás de la visión de futuro de O Brien (una bota aplastando una


cabeza)? ¿Es posible? ¿Por qué?
Un mundo uniforme donde existe una sola manera de pensar y sentir. Un mundo
donde cada ser humano vive aterrorizado ante la opresión ejercida desde el poder de
aquellos que están al mando de la sociedad y, más terrible aún, del control ejercido por
los propios pares, que ante el miedo se sumergen en una lucha de todos contra todos
por la supervivencia delatando, traicionando o mintiendo sin importar qué tan cercano
sea el vínculo con la persona a la que entregan para salvarse. Un mundo donde no se
permitan más emociones que el odio, el miedo o la rabia, un mundo donde el único
placer autorizado sea el de la victoria frente al oponente derrotado y destruido… Este
mundo imaginado por O'Brien me parece una de las peores opciones a las que puede
llegar la raza humana. Es decir, que sí. Me parece un futuro posible, aunque no deseable
ni mucho menos inevitable. Winston sostiene que es imposible fundar una civilización
como la que desea O'Brien:
—Es imposible fundar una civilización sobre el miedo, el odio y la
crueldad. No perduraría.
—¿Por qué no?
—No tendría vitalidad. Se desintegraría, se suicidaría.

Sin embargo, ¿no hemos sido testigos, a lo largo de la historia de la humanidad


de sociedades que han estado muy cerca de alcanzar esos objetivos? Basta retroceder
menos de cien años para encontrar ejemplos muy explícitos, como el nazismo o el
stanislismo, de lo cerca que hemos estado de llegar a ese mundo ideal de O'Brien. Por
otra parte, a la sociedad argentina no le es ajeno un poder ejercido desde el terror. Más
cercana aún en el tiempo, la última dictadura militar estableció una sociedad donde el
miedo, la desconfianza, la censura, la despersonalización, la tortura, la ausencia de
libertades y derechos individuales y la arbitrariedad de aquellos que estaban en el poder
no podía cuestionarse. Un poder que ejercieron como si fueran dioses. Quizás, como
dice O'Brien, el motivo de haber podido perpetuarse en el ejercicio del poder haya sido
la hipocresía de creerse que estaban obrando para llevar al pueblo hacia una sociedad
mejor, quizás no lograron despersonalizarse y alcanzar un estado donde no haya
alguien que detente el poder, alguien contra quien luchar y rebelarse. Pero, en el
discurso de O'Brien aparece algo inquietante:
"Pero siempre, no lo olvides, Winston, siempre habrá el afán de poder, la sed de
dominio, que aumentará constantemente y se hará cada vez más sutil."

Si bien hasta el momento las experiencias de gobiernos dictatoriales extremos


no han podido perpetuarse en el poder, cabe la posibilidad de que en algún momento
logren esa eternidad que podría surgir del abandono del culto al líder. Pero, lo que
realmente inquieta es esa implementación de métodos cada vez más sutiles que
menciona O'Brien. ¿Qué tan lejos estamos hoy de ese futuro donde rige la ley del
sálvese quien pueda? ¿Qué tan lejos estamos de aceptar una única visión de mundo,
de estar sometidos por el miedo de no ser aceptados por ser diferentes, por no encajar
en el modelo de belleza establecido, por pensar de otra manera; por el miedo a perder
el trabajo y cae en la peor de las desgracias: la pobreza? ¿Qué tan lejos estamos de
ver en el prójimo un competidor al que hay que vencer y aplastar para poder "progresar"?
¿Qué tan lejos estamos de convertirnos en seres indiferentes ante el dolor de otro ser
humano, de pasar frente a un excluido sin conmovernos, de que nos moleste su
presencia, de desear que simplemente no esté allí? ¿Realmente somos tan distintos a
la sociedad de 1984? Desgraciadamente, creo que no. Una bota aplastando una
cabeza, quizás no en esos términos. Pero, la sociedad imaginada por O'Brien no es algo
imposible sino que, personalmente, la considero en estado de proceso: infligiendo
sufrimiento y causando terror con métodos cada vez más sutiles y sin mostrar el
verdadero rostro de quienes detentan el poder.
4. ¿Cuál es el objetivo de que Winston se vea desnudo?
Winston ha pasado largo tiempo en manos de sus captores, tanto que ya ha
perdido la noción de los días y las horas entre una sesión de tortura y la otra. Ha sido
golpeado, mal alimentado y reducido a condiciones de vida infrahumanas. Sin embargo,
continúa sosteniendo sus ideales, su oposición al partido. En el fondo no ha claudicado
y eso es algo que O'Brien sabe bien:
—Entonces, ¿qué principio es ese que ha de vencernos? —No sé. El espíritu del
Hombre.
—¿Y te consideras tú un hombre?
—Sí.
—Si tú eres un hombre, Winston, es que eres el último. Tu especie se ha
extinguido; nosotros somos los herederos. ¿Te das cuenta de que estás solo,
absolutamente solo? Te encuentras fuera de la historia, no existes. —Cambió de
tono y de actitud y dijo con dureza— ¿Te consideras moralmente superior a
nosotros por nuestras mentiras y nuestra crueldad?
—Sí, me considero superior.

En el pasaje transcripto anteriormente, puede observarse cómo Winston


continúa desafiando a O'Brien. No obstante, a continuación, el torturador lo pone frente
a un gran espejo que le devuelve a Winston la imagen de un ser irreconocible. La piel
gris por la ausencia de luz, higiene y alimentación básica. La ausencia de pelo y dientes.
Un saco de huesos envuelto en harapos. El shock de esta visión produce el quiebre
anímico de Winston:
"Entonces, al mirar los miserables andrajos que se habían caído en torno suyo,
sintió una enorme piedad por su pobre cuerpo. Antes de saber lo que estaba
haciendo, se había sentado en un taburete junto al lecho y había roto a llorar."

El objetivo de O'Brien es quebrar el espíritu de Winston y así obtener el control


total (poder-Dios) sobre él. El método es el enunciado anteriormente: infligir dolor y
humillación, hacerse con el poder a partir de lo material, el cuerpo, pero buscando lo
más importante, el poder sobre el espíritu.
5. Compara las tres historias (Fahrenheit 451, Un mundo feliz y 1984). Buscá
puntos de acuerdo, de desacuerdo; referencias históricas (o sea, qué cosas
que leíste han pasado en realidad).
Las novelas plantean una sociedad futura en la que la humanidad ha
evolucionado hacia formas alejadas de los ideales planteados por el hombre moderno
a partir de la Ilustración, los valores e ideas republicanas instaladas por la Revolución
Francensa, las posibilidades de desarrollo y progreso tecnológico que significó la
Revolución Industrial y la fe, casi religiosa, en la ciencia como vehículo para alcanzar la
plenitud del hombre que el positivismo instauró hasta la primera mitad del siglo XX.
Las sociedades descriptas en estas novelas funcionan sobre la base de un
pensamiento único que atraviesa todos los aspectos de la vida. El modo en que se
sostiene esta uniformidad es la combinación de control y castigo. Tal vez, la diferencia
más grande entre 1984 y Fahrenheit 451 sea el lugar que ocupa el estado o gobierno.
Mientras que 1984 el estado es el que impone las reglas de manera autoritaria y
arbitraria, en Fahrenheit se sostiene que ha sido la misma sociedad quien ha elegido
ese camino:
"No era una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni
censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la presión de las
minorías produjo el fenómeno, a Dios gracias."

La sociedad de Fahrenheit se funda en el egoísmo humano de la búsqueda de placer


individual (las minorías en la sociedad de masas mirándose el ombligo). En 1984, en
cambio, se impone el terrorismo de estado.
Por otra parte, para O'Brien, quienes detentan el poder en Fahrenheit cometen
el mismo error que todos los gobiernos anteriores, es decir, que lo utilizan convencidos
de que llevarán a la humanidad a un estado mejor. He aquí otra gran diferencia: mientras
el habitante de 1984 lleva una vida sin ningún placer (más allá del ofrecido por la derrota
del enemigo), la sociedad de Fahrenheit se encuentra sumergida en todos los placeres
posibles (algo que, desde lo opuesto, termina obteniendo el mismo resultado opresivo).
Los castigos aplicados en 1984, tortura y reducción del ser humano a condiciones
infrahumanas tiene su correlato en casi todas las dictaduras del último siglo, desde la
Alemania nazi hasta las juntas militares argentinas: picana, privación ilegítima de la
libertad, condiciones sanitarias y alimenticias que borraban la humanidad de los
cuerpos, torturas psicológicas, etc. En Fahrenheit, el castigo por fuego recuerda a la
Inquisición española y su quema de brujas y, claro está, también a los hornos de
Auschwitz.
Más allá del control sobre la materia, en ambas novelas el objeto que recibe
mayor control es el pensamiento. El libro y la lengua son los blancos preferidos de los
represores. En Fahrenheit, el libro es directamente demonizado y quemado. En su lugar,
se ofrecen versiones diluidas y reducidas casi a títulos que nada tienen que ver con los
libros originales. La censura y quema masiva de libros es otro espectáculo que nos han
ofrecido tanto nazis como militares locales. En un plano más sutil, la reducción de los
libros clásicos a versiones simplificadas, algunos hasta el punto de transformarse en
fotonovelas, y la proliferación de resúmenes de resúmenes que proporciona internet
podría ser una muestra de lo no tan lejano que estamos de este tipo de control. En 1984,
hay libros, pero como dice O'Brien "…ningún libro se escribe individualmente". El
contenido de los libros está bajo control absoluto del partido. Se plantea una
"neolengua", cada vez más simplificada como herramienta de control del pensamiento.
Pero, mientras en 1984 el desarrollo de esta lengua está bajo la conducción del partido,
en Fahrenheit la degradación del lenguaje es producto del abandono de una sociedad
de masas que está entretenida por los placeres más sencillos y primitivos: estimulación
visual, juegos, revistas pornográficas, historietas, deportes y nada que produzca algún
tipo de angustia.

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