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CORRIENTE CONTINUA.

Se denomina corriente continua (CC) o corriente directa (CD) a un tipo de corriente


eléctrica, esto es, al flujo de una carga eléctrica a través de un material conductor,
debido al desplazamiento de una cantidad determinada de electrones a lo largo de
su estructura molecular. En el caso de la corriente continua, dicho flujo de electrones
se caracteriza por tener siempre un mismo sentido de circulación.

Dicho en otras palabras, la corriente directa implica el tránsito continuo de una carga
eléctrica entre dos puntos del conductor que tienen diferente potencial y carga
eléctricos, de manera tal que nunca cambia con el tiempo.

Esto se refiere sobre todo a la polaridad de la carga, no a su intensidad: una fuente


eléctrica que se agota (como una batería con poca carga) sigue siendo continua si
no varía la dirección del flujo eléctrico: siempre del polo positivo al negativo
(asignados por convención).

Todo circuito eléctrico tiene dichos polos (positivo y negativo) y suele distinguirlos
mediante colores (rojo y negro, respectivamente), para impedir que la fuente
eléctrica se introduzca al revés y haya una inversión en la polaridad, lo cual dañaría
el circuito.

Por eso las baterías de un aparato deben ir en el orden polar correcto para que
funcione, pues existe un transformador-rectificador que impide el flujo eléctrico
invertido.

En términos físicos (teóricos), la tensión de una corriente continua se representa


sobre un eje x/y (voltaje sobre tiempo), como una línea recta y sin variaciones de
ningún tipo.
CORRIENTE ALTERNA.

Se llama corriente alterna (CA) al tipo de corriente eléctrica más empleado


domésticamente, caracterizado por oscilar de manera regular y cíclica en su
magnitud y sentido. Se trata de un tipo de electricidad cuyo comportamiento es
fluctuante, y que representada en una gráfica (sobre un eje x/y) forma ondas
sinusoidales.

Cabe explicar que toda corriente eléctrica no es más que el flujo de electrones a lo
largo de la estructura molecular de un material conductor, siempre desde el polo
positivo al polo negativo del material (dichos polos, dicho sea de paso, se asignan
de manera totalmente convencional).

Este fenómeno, conocido desde la antigüedad humana, se debe a la presencia de


electrones libres en la última capa de los átomos de estos materiales, los cuales al
no hallarse muy fuertemente unidos al núcleo atómico, pueden migrar al átomo
siguiente, generando así una corriente. Es lo que ocurre, por ejemplo, al frotar
ciertos materiales.

Por su parte, la corriente alterna fue descubierta por el físico e inventor


serbio Nikola Tesla en 1882, fecha en la que diseñó y construyó el primer motor en
emplearla para su funcionamiento.

Al genio de este ingeniero se debe también el sistema actualmente empleado para la


transformación y distribución de esta corriente, cuya primera emisión se dio en 1891
en Colorado, Estados Unidos, dando inicio así a la llamada Guerra de las Corrientes
entre el propio Tesla y Thomas Edison, quien a pesar de las obvias ventajas de la
corriente alterna defendía el uso de la corriente continua (CC) pues poseía la mayoría
de las patentes industriales de esta última.
DIFERENCIA ENTRE CORRIENTE CONTINUA Y CORRIENTE ALTERNA.

A diferencia de la corriente continua, que presenta una misma dirección polar en su


flujo de energía, la corriente alterna (CA) se caracteriza por una variación regular y
cíclica de su magnitud y sentido en el tiempo.

Este es el tipo de corriente que generalmente llega a los hogares y es empleado


para diversas funciones domésticas, ya que es mucho más fácil de transformar que
la corriente continua, empleando transformadores que permiten elevar la tensión
eléctrica de manera eficiente.

La corriente continua puede transformarse en corriente alterna empleando


un inversor de corriente: que logra cambiar un tipo de electricidad por
otro empleando una serie de transformadores, en varios niveles de voltaje y
frecuencia.

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