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26/02/2021

Norma jurídica

La norma jurídica puede definirse como simple mandato en la medida en que ordena algo, y ordena

algo cuya eficacia mantiene el poder público. Sin embargo, no toda norma procede de un órgano

legislativo o dotado de potestad reglamentaria, sino que también nacen normas de la costumbre y de

los principios generales del derecho.

ÍNDICE
¿Qué es la norma jurídica?
¿Por qué se caracteriza la norma jurídica?
¿Cuál es la estructura y los elementos constitutivos de la norma jurídica?
¿Qué clases de normas jurídicas existen?
¿Qué eficacia tiene la norma jurídica?
¿Cómo se deroga la norma jurídica?
Recuerde que...:

¿Qué es la norma jurídica?

Desde el punto de vista vulgar puede definirse la norma como simple mandato en la medida en que
ordena algo, y ordena algo cuya eficacia mantiene el poder público. Señala Lacruz Berdejo como
dicho poder público únicamente la mantiene, no la dicta siempre, puesto que no toda norma procede
de un órgano legislativo o dotado de potestad reglamentaria, sino que también nacen normas de la
costumbre y de los principios generales del derecho, y en el área anglosajona de las sentencias que
una vez pronunciadas tienen cierto valor de ley para juzgar los casos semejantes que pudieran
presentarse en un futuro.

No obstante, frente a la tesis que define las normas jurídicas como mandato se alega que muchas de
ellas no imperan, es decir, que nada imponen, como por ejemplo la norma que establece la
definición de la propiedad, cuyo destinatario no viene obligado a nada. Pero frente a ello cabe
argumentar que la norma puede desplegar su efecto sin necesidad de incidir directamente sobre el
comportamiento de una persona. Así, las leyes permisivas no imponen ningún mandato concreto,
pero en cuanto atribuyen un derecho implícitamente contienen la obligación de respetarlo y en
algunos casos representan un mandato para quien se prevalía de una anterior prohibición.

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Históricamente las normas tuvieron un origen consuetudinario y procedían de la conducta misma de


los sometidos a ellas, conducta que mediante su repetición y la conciencia de su obligatoriedad
creaba normas y acreditaba su vigencia. Sin embargo, en los sistemas más desarrollados las normas
se materializan en palabras y constituyen derecho escrito.

¿Por qué se caracteriza la norma jurídica?

Las notas mínimas que caracterizan a una norma jurídica en cualquier ordenamiento más o menos
evolucionado son tres: la abstracción, la generalidad y la coercibilidad.

La abstracción supone la desvinculación del supuesto de hecho contemplado en la norma jurídica


respecto de toda situación real o efectiva, ya que tal supuesto contenido en la norma debe
contemplar una situación actual o futura pero hipotética, que siempre que exista dará lugar a la
consecuencia prevista en la ley.

La generalidad por su parte supone que la norma no se refiere a personas concretas sino a
todos los ciudadanos que resulten afectados por ella.

La coercibilidad supone que en caso de inobservancia es posible hacer valer la norma mediante la
fuerza, de manera que el carácter de coercibilidad distingue a la norma jurídica de otras normas. Si
bien se ha objetado que el derecho es observado espontáneamente por regla general, y no por
medio de la fuerza, cuando se afirma que la norma jurídica es coercible quiere decirse que en
cualquier momento en que fuese violada es posible una oposición coactiva, por lo que se parte de la
hipótesis de que sobrevenga una violación de la norma.

Es cierto que la coacción llega muchas veces demasiado tarde para hacer frente a quien ha resuelto
violar la norma y en ocasiones las consecuencias de la violación son ya irreparables. De ahí que haya
surgido la distinción entre coercibilidad y coacción ya que el primero de los términos significa
posibilidad jurídica de la coacción, pero se trata de una posibilidad de derecho, no de hecho, esto es,
la posibilidad jurídica de impedir la transgresión o sus consecuencias cuando aquella se presenta.

¿Cuál es la estructura y los elementos constitutivos de la norma jurídica?

La proposición jurídica completa reviste la forma de juicio hipotético ya que por una parte describe
un hecho o situación a cuya concurrencia se condiciona la puesta en actividad de la norma. Y por
otra parte, a este elemento fáctico, a esta situación material o de hecho, la norma jurídica la vincula
a una consecuencia jurídica. Esta postura se ha defendido desde posiciones formalistas y
positivistas, pues para otros autores, desde posturas iusnaturalistas, la norma ha de encerrar una

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valoración ética que le imprima un sentido al margen de la mera estructura lógica de la norma
jurídica.

Respecto de los elementos constitutivos de la norma jurídica son tres tal y como ha señalado
nuestra doctrina:

a) El mandato jurídico, que ordena un cierto modo de conducta y que se orienta hacia
la implantación de un ideal superior de justicia.

b) El efecto jurídico normal en cuanto que se ejercitan las facultades reconocidas o


tuteladas por la norma y se cumplen los correspondientes deberes.

c) La sanción, consecuencia obligada del posible incumplimiento de la norma.

¿Qué clases de normas jurídicas existen?

a) Normas imperativas y dispositivas. Las primeras también se conocen como normas de


derecho necesario y las segundas como normas de derecho voluntario, radicando la diferencia entre
unas y otras en que las normas de derecho voluntario pueden eliminarse o sustituirse en relación
con un caso concreto por la mera voluntad de los particulares, en tanto que las normas de derecho
necesario no pueden ser eliminadas por la voluntad de los particulares en relación con un caso
concreto. Son normas imperativas las que regulan la edad, capacidad, ausencia...y en definitiva y
entre muchas otras las que regulan las situaciones relativas a la persona. En tanto que son
dispositivas todas aquellas otras en las que concurre la expresión salvo pacto en contrario.

b) Normas de derecho común y normas de derecho especial. Las normas de derecho común
son las que regulan un sistema normativo completo o autónomo, en tanto que las normas de
derecho especial regulan un sistema incompleto si lo ponemos en relación con el derecho común,
como por ejemplo las normas de derecho penal militar en relación con el derecho penal ordinario al
que aquel se remite para suplir las lagunas que pudieran surgir pero solamente en último término.
Lo característico del derecho especial es la cierta singularidad de su materia que requiere una
regulación ex profeso, con sus propios principios que llevan a su interpretación de manera acorde
con los mismos, procediéndose al recurso del derecho común cuando la norma de derecho especial
se refiere expresamente al mismo o en los casos de auténticas y verdaderas lagunas.

c) Normas rígidas y normas de equidad: las primeras son normas de aplicación taxativa ya que
no permiten ajustar al caso concreto su aplicación con mayor o menor rigor, sino que se aplican sin

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matización alguna. Las normas de equidad por el contrario permiten atemperar o matizar la
aplicación de la norma jurídica poniéndola en relación con las circunstancias concretas de cada caso.

d) Normas de cobertura: Define el artículo 6.4 del Código Civil los actos en fraude de ley (o de
fraude a la ley) como los realizados "al amparo del texto de una norma que persigan un resultado
prohibido por el ordenamiento jurídico o contrario a él". Aunque hay un cumplimiento formal de la
ley, realmente se pretende infringirla, violarla. La consecuencia sancionadora es la aplicación de la
norma que se ha pretendido defraudar, que se ha tratado de eludir, y no de la norma en la que se
amparó que es la denominada "norma de cobertura".

e) Norma de conflicto: La referencia a la voz "norma de conflicto" está contenida en el artículo 12


del Código Civil, a cuyo tenor:

1. La calificación para determinar la norma de conflicto aplicable se hará siempre con


arreglo a la ley española.

2. La remisión al derecho extranjero se entenderá hecha a su ley material, sin tener en


cuenta el reenvío que sus normas de conflicto puedan hacer a otra ley que no sea la
española.

3. En ningún caso tendrá aplicación la ley extranjera cuando resulte contraria al orden
público.

4. Se considerará como fraude de ley la utilización de una norma de conflicto con el fin
de eludir una ley imperativa española.

5. Cuando una norma de conflicto remita a la legislación de un Estado en el que


coexistan diferentes sistemas legislativos, la determinación del que sea aplicable entre
ellos se hará conforme a la legislación de dicho Estado.

6. Los Tribunales y autoridades aplicarán de oficio las normas de conflicto del derecho
español.

En determinados hechos pueden existir dudas acerca de si debe aplicarse la normativa española o el
derecho extranjero. Por ello, en estos casos es sustancial aplicar correctamente al caso la norma de
conflicto (derecho español o extranjero aplicable al caso). Además, hay que señalar que se aplicará

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lo previsto en el derecho español ante la falta de acreditación del contenido y alcance del derecho
extranjero, extremos que el juzgador no estaba obligado a investigar de oficio.

La jurisprudencia (entre otras, sentencia del Tribunal Supremo, Sala Primera, de lo Civil, Sentencia
de 30 de Abril de 2008) ha declarado que quien invoca el Derecho extranjero ha de acreditar en
juicio la existencia de la legislación que solicita, la vigencia de la misma y su aplicación al caso
litigioso. Por ello, hay que reiterar la necesidad en que se encuentra el juez español de aplicar al
caso su propio ordenamiento jurídico a falta de prueba adecuada sobre el derecho extranjero, que
resultaría aplicable según la norma de conflicto.

Para la solución de los conflictos internormativos, es decir, los derivados de la coexistencia de una
pluralidad de normas en conflicto, el Derecho acude a diversos principios. Uno de ellos es el que se
recoge con esta expresión latina, aunque, curiosamente, este principio no es propio del Derecho
Romano.

Significa que, en materia de forma en los negocios jurídicos, rigen las normas del derecho territorial,
es decir, las del lugar donde el acto se realiza, en contra del principio de personalidad de las leyes.
Así se recoge por el artículo 11 del Código Civil: "Las formas y solemnidades de los contratos,
testamentos y demás negocios jurídicos se regirán por la ley del país en que se otorguen". No
obstante, el principio "locus regit actum" rige también en materia de derechos reales, tal y como
prescribe el artículo 10.1 del propio Código Civil: "La posesión, la propiedad y los demás derechos
reales sobre inmuebles, así como su publicidad, se regirán por la ley del lugar donde se hallen. La
misma Ley será aplicable a los bienes muebles".

¿Qué eficacia tiene la norma jurídica?

La eficacia de la norma jurídica significa en términos generales que la ley debe ser cumplida, aunque
para Lacruz Berdejo parece más propio decir que la misma debe ser respetada o acatada en la
medida en que no todas las normas jurídicas imponen una conducta positiva de cumplimiento, pero
lo que si hacen todas las normas jurídicas es imponer a la generalidad el deber de abstenerse de
interferir en la esfera de derechos ajena.

El derecho en sí mismo puede aplicarse de varias maneras: Así, puede aplicarse de manera pacífica
cuando los ciudadanos ajustan su conducta a las normas que él establece, y en esta observancia
natural y sin conflictos reside la fuerza y eficacia del derecho. Pero hay otra forma de aplicación del

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derecho que surge como consecuencia de la violación de una norma jurídica o a raíz de los conflictos
que enfrentan en derecho a intereses contrapuestos.

Y la consecuencia del incumplimiento del deber de observancia de la norma jurídica es la imposición


de la correspondiente sanción, aunque para algún sector doctrinal el deber de cumplir las normas es
precisamente el resultado de la sanción, argumentando que no hay deberes sino sujeción a
sanciones.

En cualquier caso, la desobediencia a la ley siempre acarrea una consecuencia que puede consistir
en la imposición forzosa de lo ordenado en la ley, en la satisfacción por equivalente como en el caso
de los derechos de obligaciones a falta del cumplimiento del obligado, o en sanciones penales o
civiles

Estas sanciones pueden tener carácter penal para los delitos y pueden consistir por ejemplo en pena
privativa de libertad o multa. Pueden tener igualmente una naturaleza administrativa si se imponen
como consecuencia del incumplimiento de normas de esta clase o pueden ser sanciones civiles como
la indignidad para suceder o la remoción de la tutela, pero la más importante sanción por
incumplimiento de las normas civiles es sin duda la nulidad de los actos contrarios a la ley que
seguidamente se estudiará.

Según el artículo 6.3 de nuestro Código Civil, los actos contrarios a las normas imperativas
y a las prohibitivas son nulos de pleno derecho, salvo que en ellas se establezca un efecto
distinto para el caso de contravención.

Nótese como el precepto se refiere a las normas imperativas y prohibitivas dejando fuera las normas
dispositivas, que tendrán en caso de incumplimiento el propio régimen de validez que de las mismas
se desprenda. No obstante, para De Castro el precepto no solamente se refiere a las normas
imperativas o prohibitivas sino también a las dispositivas en la medida en que cualquier violación
legal supone una desobediencia al mandato legislativo y merece la sanción de la nulidad, y en la
misma línea un sector doctrinal opina que la alusión a las normas imperativas y prohibitivas no
puede interpretarse a contrario sensu y deducir por tanto que sí serían válidos los actos contrarios a
las normas dispositivas.

Por el contrario, autores como Albaladejo señalan que la necesidad de que el acto sea contrario a la
norma imperativa o prohibitiva excluye la dispositiva ya que únicamente si la ley impone algo puede
decirse que choca con ella el acto que la viole, a lo cual añade que las disposiciones de carácter

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sancionador como es el artículo anteriormente transcrito deben ser objeto de interpretación estricta
por lo que es significativo el silencio del legislador que calla respecto de las normas de naturaleza
dispositiva y sin embargo expresamente menciona tanto las imperativas como las prohibitivas.

En cualquier caso, nuestra doctrina ha venido matizando las consecuencias de los actos contrarios a
las normas a que se refiere el artículo 6.3 de nuestro Código Civil en el sentido de exigir que no
basta una mera discordancia o un mero desajuste entre el acto realizado y la previsión normativa,
sino que es preciso que se de una auténtica y verdadera contravención de carácter radical, de forma
que la finalidad perseguida con el acto en cuestión sea precisamente contraria a la que la ley
reconoce o permite, de manera que únicamente entrarían en el ámbito del citado precepto aquellos
actos totalmente incompatibles con el mandato legal. Nótese como en nuestro ordenamiento jurídico
existen remedios para no llegar a esa radical sanción como son la nulidad parcial o la posibilidad de
completar aquellos negocios jurídicos en los que falta algún requisito.

El efecto primordial de la norma es por lo tanto su obligatoriedad, y esta despliega sus efectos con
independencia de si se la conoce o no. Así, el artículo 6.1 de nuestro Código Civil establece que la
ignorancia de las leyes no excusa de su cumplimiento. Efectivamente, la obligación de todos los
ciudadanos no radica en conocer la ley, sino en cumplirla, sin que el hecho de su desconocimiento
pueda suponer un beneficio al ignorante de la ley.

Tampoco exime del cumplimiento de la ley su conocimiento erróneo, si bien en ciertos supuestos el
desconocimiento de la norma o al menos su conocimiento erróneo puede servir para atenuar la
responsabilidad o incluso hacer inválida una declaración de voluntad o una atribución, y ello no
contradice la irrelevancia del desconocimiento del derecho ya que no se trata en estos casos del
cumplimiento de un precepto, sino de una equivocada representación que se hizo el declarante del
significado de la norma (Lacruz Berdejo), si bien para un sector de la doctrina que afirma que cada
uno tiene la obligación de conocer el derecho entero, el error por desconocimiento o mal
conocimiento de la norma es inexcusable y por ello no puede ser apreciado.

De acuerdo con el artículo 6.1 del Código Civil, tal error producirá únicamente aquellos efectos que
las leyes determinen, de forma que cabría sostener su falta de consecuencias anulatorias a no ser
que una ley así lo dispusiese expresamente.

¿Cómo se deroga la norma jurídica?

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La derogación de la norma jurídica se define como la cesación de su vigencia por efecto de lo


dispuesto en otra norma posterior. Debe recordarse como el artículo 2.1º del Código Civil contempla
como las leyes entrarán en vigor a los veinte dias de su completa publicación en el Boletín oficial del
Estado si en ellas no se dispone otra cosa precepto que parece referirse a las leyes en sentido amplio
entendidas como cualquier disposición, sea cual fuere su rango.

Pues bien, toda norma jurídica puede ser modificada o derogada por nuevas normas, lo cual es
consecuencia de la propia esencia del derecho, ya que si este se basa en la voluntad de la entidad
soberana, ésta tiene la posibilidad de cambiarla en cualquier momento. Así, lo común es que una
norma se promulgue para regir por un tiempo indefinido y por tanto su vigencia se mantenga
indefinidamente en el tiempo sin perjuicio de que el precepto legal se aplique más o menos durante
el tiempo de su vigencia, lo cual vendrá motivado por la concurrencia de los distintos supuestos para
los que surgió. No obstante, algunas normas expresamente consignan el tiempo que durará su
vigencia (lex ad tempus) o bien no lo expresan pero el mismo se deduce claramente de su finalidad
y objetivos, de carácter concreto e irrepetible.

Respecto de las leyes que tienen una duración indefinida, expresa el artículo 2 de nuestro Código
Civil en su apartado segundo que las leyes solo se derogan por otras posteriores. La derogación
tendrá el alcance que expresamente se disponga y se extenderá siempre a todo aquello que en la ley
nueva, sobre la misma materia, sea incompatible con la anterior. Por la simple derogación de una
ley no recobran vigencia las que ésta hubiere derogado.

Tal y como se deduce del citado texto legal, la derogación puede ser expresa o tácita. Es expresa
cuando la ley nueva deroga a la antigua porque lo dispone expresamente y es tácita cuando la ley
nueva se opone simplemente a la antigua.

Recuerde que...:

• Las notas mínimas que caracterizan a una norma jurídica en cualquier


ordenamiento más o menos evolucionado son tres: la abstracción, la
generalidad y la coercibilidad.

• Los elementos constitutivos de la norma jurídica son el mandato jurídico, el


efecto jurídico normal y la sanción.

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• Las normas de derecho común son las que regulan un sistema normativo
completo o autónomo, en tanto que las normas de derecho especial regulan un
sistema incompleto.

• La consecuencia del incumplimiento del deber de observancia de la norma


jurídica es la imposición de la correspondiente sanción.

• Toda norma jurídica puede ser modificada o derogada por nuevas normas, ya
que el derecho se basa en la voluntad de la entidad soberana, y ésta tiene la
posibilidad de cambiarla en cualquier momento.

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