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Cuestionario 1

Adán y Eva: cuando lo que Dios nos da no es suficiente

¿Qué pasa con los matrimonios de hoy? Es indudable que ha habido un terrible deterioro de los
valores en los matrimonios de esta generación. Sin embargo, tú eres diferente. Eres una hija de
Dios. Debes aprender a valorar lo que el Señor valora en un matrimonio y a desechar lo que Dios
aborrece. Este es el propósito de esta serie de estudios: que los matrimonios conozcan, valoren y
cultiven lo que Dios desea y que abran sus ojos para ver lo que está mal y lo eviten a toda costa.
Por esa razón, hay estudios sobre buenos y malos ejemplos. En este primer estudio, por ejemplo,
hablaremos sobre el primer matrimonio de la historia. ¡Qué emocionante será descubrir lo que
debemos imitar y lo que debemos evitar sobre Adán y Eva! En los primeros tres días
descubriremos regalos que Dios le dio al Ser humano.

Primer día
Lee Génesis 2:7,8 y contesta.
1. ¿A quien formó Dios? (v. 7)

2. ¿Qué plantó Dios? ¿Dónde? ¿A quién puso allí? (v. 8)

3. Lee los siguientes versículos y escribe: (9-14)


a. ¿Qué ambiente crees que tenía aquel lugar?

b. ¿Crees que hay alguna diferencia con el ambiente actual? ¿Cuáles?

c. Haz una lista de detalles que puedes mejorar en tu casa para que sea un lugar parecido
al que describe este pasaje. No un parecido literal sino que refleje el ambiente de aquel lugar. Haz
cambios que estén a tu alcance o ponte la meta de ahorrar para este propósito. También mira tu
barrio o colonia y piensa cómo puedes mejorar su ambiente.

4. Según lo estudiado en este pasaje, ¿Cuál es el primer regalo que el ser humano recibió?

Lee Génesis 1:27-28; 2:15,19 y contesta.


5. Enumera y explica las instrucciones que Dios dio.
a. 1:28

b. 2:15

c. 2:19

6. Según los versículos anteriores, ¿Cuál crees que fue otro regalo que el ser humano recibió?
PERSONAL
a. ¿Tienes un trabajo? ¿Cuál es?

b. ¿Cuáles son las instrucciones que debes seguir en tu trabajo para que sea bien hecho?

b. ¿Has estado cumpliéndolas o necesitas mejorar en algo?

c. Escribe en qué necesitas mejorar y cómo lo harás

7. Comienza con la memorización de Hebreos 13:15. Léelo tres veces en voz alta.

Segundo día
Lee Génesis 1:26-27 y contesta.
1. ¿De quién fue la idea de crear al hombre? (1:26)

2. ¿Lo creó para que viviera solo? (Lee como ref. vers. 27, 28)

3. Hubo un momento en que el hombre estuvo solo. (vers. 18)


a. ¿Qué dijo Dios de esto? (v. 18):_________________________________________
b. ¿Qué haría? (v. 18): __________________________________________________
c. ¿A quién la llevó? (v.22): _____________________________________________
d. ¿Qué impresión causó? (v. 23): _________________________________________
Nota: Una ayuda idónea es una persona que complementa y completa a otra. Ni las comodidades,
ni los animales, ni el trabajo, ni la comida, nada podían llenar a Adán como lo haría aquella mujer
y viceversa. Algunas personas creen que sólo el varón necesita a la mujer para estar completo
pero la verdad es que si la mujer hubiera estado sola también hubiera necesitado una ayuda
idónea. ¿Entiendes el punto? El complemento va de ambos lados. Por eso los matrimonios no
deben competir, ni manipularse, ya que ambos se necesitan mutuamente para estar completos.

4. ¿Por qué crees que Dios no hizo a la mujer de la misma manera que formó al hombre?

5. ¿Estás de acuerdo con el movimiento feminista que exige que la mujer sea considerada igual
que el hombre? ¿Por qué?

6. Según los versículos anteriores, ¿cuál fue otro regalo que el ser humano recibió?

PERSONAL
a. ¿Por qué crees que en los matrimonios de nuestra sociedad está ausente la idea de
complemento? ¿Qué puede hacer una mujer cristiana para enseñarles a otras personas que el
matrimonio fue diseñado para complementarse? Si no cumplen con el diseño original irán al
fracaso.

7. Continúa con la memorización de Hebreos 13:15. Repítelo otras tres veces en voz alta.
Tercer día
Lee Génesis 2:9,16 y contesta.
1. ¿Cómo eran los árboles que Jehová Dios hizo nacer en el huerto en Edén? (v. 9) ¿Qué mandó
en relación con estos árboles? (v. 16)

2. Entre los árboles, estaba el árbol de la vida, ¿qué utilidad parece que tenía este árbol? (Lee
como ref. Apoc. 2:7; 22:2)

3. ¿Cuál es el otro árbol que se menciona? (v. 9) ¿Cuál era la clara prohibición divina en relación
con éste árbol? (2:17)

4. ¿Cuál es otro regalo que el ser humano recibió?

5. De acuerdo con los pasajes que has estudiado los tres días y también Gén 3:8, ¿cómo crees que
era la relación entre el primer matrimonio y Dios?

PERSONAL
a. ¿Crees que éste también era un regalo de Dios? ¿Por qué?

b. ¿Tienes tú ese regalo? Si no lo tienes, puedes apropiarte de él en este mismo momento.

6. Continúa con la memorización de Hebreos 13:15.

Cuarto día
Lee Génesis 3:4,5 y contesta.
1. Según la serpiente,
a. ¿Qué no sucedería si comían fruto del árbol prohibido? (3:3-4): ___________________
b. ¿Qué serían abiertos? (v. 5): _______________________________________________
c. ¿Cómo quién serían? (v. 5): _______________________________________________
d. ¿Quién ya sabía que así sucedería? (v. 5a) pero ¿qué les dijo? (2:17; 3:3) La serpiente
sugirió a la mujer que esta persona le había ________________.

2. ¿Crees que la mujer le creyó a la serpiente? ¿Por qué crees eso? (v. 6)

3. ¿Cuáles son las primeras dos características que la mujer vio en el fruto? (v. 6) ¿Tenía a su
disposición otros frutos con esas características? (2:9) ¿Cuántos?

4. Entonces, ¿qué fue lo que codició de aquel fruto? (v. 6)

5. ¿Qué hizo entonces después de codiciar lo que le daría aquel fruto? (v. 6)
6. Reflexiona y contesta. ¿Crees que Adán ignoraba qué fruto le dio su esposa y por qué lo estaba
comiendo? (Lee como ref. Romanos 5:12-14)

7. ¿Por qué crees que ellos cayeron en la tentación de comer del fruto de ese árbol teniendo tantos
a su disposición?

8. ¿Qué crees que debieron haber hecho para evitar la tentación?

9. ¿Existe alguna de las cosas que mencionaste anteriormente que debas hacer para evitar caer en
algún pecado?

10. Continúa con la memorización de Hebreos 13:15.

Quinto y Sexto días


Lee Romanos 5:12 y contesta.
Los resultados de ambicionar lo que Dios dice que no.
1. ¿Por medio de quién entró el pecado en el mundo?

2. ¿Qué entró por medio del pecado? ¿A quién pasó?

3. ¿Cuál es el nombre de la persona por quién entró el pecado y la muerte a todos los seres
humanos? (Rom. 5:14; 1 Cor. 15:21-22). Es el mismo de Génesis 2:19.

4. Lee los siguientes versículos y une con una línea el conocimiento que corresponde. ¿Cuál fue
el conocimiento que tuvo el primer matrimonio después de comer el fruto prohibido?

3:7 por primera vez conocieron la culpa


3:8 por primera vez conocieron el miedo
3:10 por primera vez conocieron la vergüenza
3:12, 13 por primera vez se sintieron indignos ante Dios
Sin duda que éste no era el resultado que ellos esperaban

5. Luego vino el castigo divino. Escribe brevemente en qué consistió el castigo para:
La Mujer: (v. 16)
El hombre: (v. 17-18)
6. En medio de todo se puede ver el amor de Dios por ellos:
a. En el futuro, ¿dónde promete Dios que herirá la simiente de la mujer a la Serpiente?
(3:15) y, ¿dónde herirá la Serpiente a la Simiente de la mujer? ¿Cuál crees que sea la
diferencia entre los dos golpes?

b. ¿Qué otro detalle muestra el amor de Dios con ellos? (3:21)

c. ¿Qué otra cosa hizo Dios para proteger a Adán y Eva? (3:22-24)
PERSONAL
a. Reflexiona. Imagínate la tristeza de Dios viendo alejarse a sus amigos y ellos dejando
aquel maravilloso lugar y con el gran dolor por haberle fallado a Dios, su amigo. Es mejor
que cada vez que enfrentemos una tentación visualicemos de manera franca y cruda las
consecuencias antes. Todo lo horrible que te imaginas que puede pasar pasará. No juegues
a probar porque puedes perder todo lo que Dios te ha dado.
b. Si estás deseando de manera enfermiza algo que no puedes o no debes tener, ora en este
momento porque sólo con la ayuda del Señor puedes vencer. Comienza pidiéndole al
Señor que te ayude y que fortalezca tu voluntad para alejar tus pensamientos de esa
tentación.
c. Aprende a sentirte satisfecha con lo que Dios te ha dado; sea mucho o sea poco.
d. Evita todo aquello que no está a tu alcance y que para lograr alcanzarlo debes pecar contra
Dios.
e. Administra bien los bienes que ya tienes, disfrútalos, mejóralos. Todo esto dentro de los
límites que Dios te ha puesto.
f. Siempre, siempre escucha la opinión de Dios en cualquier asunto que desees y síguela.

7. Termina con la memorización de Hebreos 13:15


Lección 1
Adán y Eva: cuando lo que Dios nos da no es suficiente
Introducción
Estamos viviendo una época en que los matrimonios de 30, 40 o más años son una
reliquia. Lo común y lo normal es la desintegración familiar; esposos y esposas dañándose
mutuamente y también a los hijos. La separación o divorcio es la primera alternativa para
cualquier problema matrimonial; ya sea grande o pequeño. Muchos no quieren pagar el costo y
permanecer juntos, luchando y triunfando. Otros piensan que el matrimonio no es necesario
cuando hay amor. Estas personas han perdido de vista el profundo significado de una relación
matrimonial. Dios incluso lo puso como un ejemplo de la relación de Cristo y su Iglesia, por lo
tanto es una unión sagrada, caracterizada por la lealtad plena, por el respeto y sumisión a la
autoridad y por un liderazgo sacrificial.
¿Qué pasa, entonces, con los matrimonios de hoy? ¿Por qué muchas personas desechan
tan fácilmente una relación de significado tan profundo? Son preguntas muy complejas de
contestar pero, sin duda, una de las razones es que ha habido una degeneración de los valores en
los matrimonios de esta generación. Debes aprender a valorar lo que Dios aprecia en un
matrimonio y a desechar lo que Dios aborrece. Este es el propósito de esta serie de estudios: que
los matrimonios conozcan, valoren y cultiven lo que Dios desea y que abran sus ojos para ver lo
que está mal, que se arrepientan y lo eviten a toda costa. Por esa razón, hay estudios sobre buenos
ejemplos y sobre malos ejemplos, para que sepas qué seguir y qué evitar a la luz de la maravillosa
Palabra de Dios. Iniciemos esta serie con el primer matrimonio de la historia. Este relato nos
traslada hasta una pareja que lo tenía todo, material y espiritualmente hablando, pero eso no fue
suficiente. ¡Bienvenida a nuestro estudio en la Santa Escritura!

I.   Regalos de parte de Dios mismo


La primera pareja no podría haber comenzado de la mejor manera. El Señor mismo, en
persona, les proveyó todo lo necesario para vivir y mucho más. Los llenó de regalos de gracia que
ellos apreciaron mucho.
A) Les dio un ambiente perfecto para vivir (2:7, 8). Dios se esmeró en crear un mundo
precioso antes de crear al hombre. Todo era perfecto: había un jardín precioso, árboles frutales y
animales por doquier. Todo era puro, nuevo y funcionaba perfectamente. No había aire, ni agua
contaminada, no había animales peligrosos, ni climas descontrolados ni faltaba la comida. De
hecho, no faltaba nada, ya que era un lugar lleno de riquezas naturales, y reinaba completa
seguridad y plena armonía entre el hombre, los animales, la tierra. Sobre todo, la presencia divina
brindaba total bienestar. La Biblia dice que al ser humano, Dios “…lo puso en el jardín” el
significado literal de esta frase es “lo llevó a descansar”. ¡Qué lindo! ¿Te imaginas? Lo llevó a un
ambiente de paz y de recreación. Es como cuando tomamos vacaciones y buscamos un ambiente
en que nuestro espíritu y nuestra familia se recreen y encuentren paz. Eso que es buscado para
uno o dos días, Dios se lo entregó a Adán para que lo tuviera cada día. ¡Qué maravilla! Le
entregó un mundo perfecto para el ser humano. Su casa era literalmente un paraíso terrenal
increíble; como no ha habido jamás en toda la historia de la humanidad.
B) Les dio trabajo (1:28; 2:15, 19). Dios puso al hombre y a la mujer en aquel lugar de
paz con instrucciones generales y específicas. Las generales se las dio a ambos: El trabajo de
gobernar la tierra, o sea la gerencia general de la tierra (1:28). El recibió el trabajo de gobernador
y ella el de asistente administrativo, era su co-líder. Específicamente, el trabajo de Adán incluía
labrar y guardar el huerto y además ponerle nombre a los animales (2:15, 19). Dicho de otra
manera, su primer trabajo fue de jardinería, agricultura, administración y taxonomía (la
taxonomía es un método universal de clasificación de los animales). Su responsabilidad incluía
preparar la tierra, enriquecer el suelo, sembrar la semilla, cosecharla, cuidar que los animales no
la destruyeran pero que sí se alimentaran de ella. ¡Qué notable trabajo! En un sentido, todos
tenemos estas mismas responsabilidades en nuestro hogar, aunque en un grado menor. Nuestro
hogar es para nosotros, como el huerto que Adán recibió. Nuestra responsabilidad es mantenerlo
y hacerlo producir de manera eficiente y responsable, para bendición de quienes nos rodean y
para la gloria de Aquel que nos entregó esa responsabilidad.
C) Les dio vida, compañía y una familia (Gén. 1:26-27): Luego de crear aquel mundo
perfecto, Dios hizo al ser humano y puso aliento de vida en él. Sin embargo, en medio de un
ambiente tan perfecto de abundancia y bendición, el Señor observó que Adán estaba sólo (2:18).
Estaba rodeado de animales y cosas maravillosas y sobre todo la presencia de Dios. Sin embargo,
no tenía a nadie de su mismo nivel;  alguien que explorara aquel mundo y se sorprendiera, que se
emocionara al descubrir tantas cosas bellas; alguien con quién aprender y compartir la
responsabilidad como también los beneficios de aquel mundo que Dios había puesto bajo su
cuidado. Ninguna de las cosas o criaturas poseía las cualidades especiales de la imagen y
semejanza divina. Él era único, diferente a los demás, precisamente por eso lo rodeaba la soledad.
¡¡Pobre Adán!!  Es que, sin duda, la soledad es una de las más terribles compañeras.
Dichosamente, el plan divino no era dejarlo solo (2:18-25). Dios hizo caer al hombre en
un profundo sueño para crearle una compañera de su propia carne y naturaleza. Es como si Dios
hubiera querido decirle a Adán que estaba destinado a ser uno con aquella mujer, que se
pertenecían el uno al otro. ¡Qué misterios más bellos los de nuestro Señor! Otro detalle que
resalta es que Dios mismo creó a la  mujer, lo cual, indica dedicación y delicadeza porque la
mujer, cual obra de arte, fue esculpida con las manos divinas, con delicadeza, utilizando una parte
del cuerpo del hombre, concediéndole una especial importancia a su creación. Dios la trató desde
el inicio como quiere que ella sea tratada: “como a vaso más frágil”. Es triste ver como algunos
movimientos extremistas ahora exigen que la mujer sea tratada como que si fuera un hombre. No
solo se trata de darle el mismo nivel de respeto o dignidad, lo cual es bueno y bíblico, sino que
piden que la mujer sea tratada como un hombre; sin tomar en cuenta las diferencias entre ambos.
Muchas mujeres creen que así encontrarán satisfacción, pero no saben que esto va contra su
propio diseño, ya que Dios creó a la mujer de tal forma que debe ser tratada con delicadeza; con
todo el cuidado necesario para no herirla o deshonrarla. Luego de su delicada creación, Dios hizo
lo que hacen los padres en la actualidad: entregó a la novia. ¡Qué emoción! Pero imagínate cómo
sería para Adán. Él no cabía de la felicidad. Cuando la recibió expresó, lleno de admiración:
“Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona,  porque del
varón  fue tomada (2:19).
¿Te das cuenta? Ella era como Adán, pero a la vez diferente. Es que Dios no creó otro
hombre sino una mujer; una ayuda idónea. Es decir una persona que lo complementara y lo
completara. Alguien que lo ayudaría a alcanzar satisfacción en todas las áreas de su vida. Ni las
comodidades, ni los animales, ni el trabajo, ni la comida podían llenar a Adán como lo haría
aquella mujer y viceversa. Además, recuerda que ella no fue creada como propiedad del hombre.
Tampoco fue hecha para ser superior, inferior o “igual” al hombre. Igualdad, únicamente en su
naturaleza y en su posición de dignidad, pero ella es muy diferente en sus funciones, diseño y
manera de ser. Fue creada como el complemento y más grande don para la mutua bendición y el
cumplimiento fiel de los propósitos perfectos del señor en su Creación. Honremos el propósito
divino siendo la ayuda idónea que nuestro cónyuge necesita. ¡Qué sabio es nuestro Dios!
En nuestros días se entiende y se practica el plan divino a medias. Algunos quieren la
compañía, pero luego que la encuentran quieren vivir de manera individual. La idea de
complementarse no es muy aceptada. Más bien las parejas se distancian, se aíslan el uno del otro.
Por ejemplo, dicen “tu dinero, mi dinero”, “tus cosas, mis cosas”; “es tu decisión, no la mía”, “tu
familia, mi familia”. Cada vez se alejan más de la idea de unidad y complemento perfecto. El
matrimonio termina siendo una especie de trato conveniente “para mí”. Lógicamente, cuando los
beneficios o conveniencias individuales desaparecen o se deterioran, el “contrato” ya no es
deseable. ¡Qué lástima! El resultado, por tanto, es una soledad como la de Adán, aunque ahora es
elegida porque la frase no es “más para Adán no se halló ayuda idónea” sino más “Él/ella no
aceptó/no quiso ser ayuda idónea”. En otras palabras, el problema es de  la voluntad. Adán no
escogió estar solo, pero en nuestro tiempo mucha gente decide no ser el complemento que su
pareja necesita, sino que buscan su propia conveniencia egoísta. ¿Qué decisión tomarás tú en tu
matrimonio? ¿Estás dispuesta a romper este antivalor social que está llevando a nuestras familias
a la ruina? ¿Estás decidida a cumplir los sagrados propósitos del matrimonio? ¡Espero que sí!
D.  Les dio comida (Gén. 2:9, 16). Otras de las necesidades básicas del ser humano es la
alimentación. Por muy lindo que sea el lugar y por mucha compañía y familia que se tenga, si no
se tiene qué comer, no se puede sobrevivir; mucho menos ser feliz. Por eso Dios les proveyó
comida en abundancia. La Biblia dice que el fruto de los abundantes árboles era
apetitoso. Además, les dio la orden: “De todo árbol del huerto podrás comer”. ¡Imagínate! Tenían
el permiso del Todopoderoso para disfrutar de una comida completamente natural y sana. Como
si fuera poco también estaba ahí el árbol de la vida. Al parecer, este es un árbol con propiedades
curativas (Ap. 2:7; 22:2). Cuántos quisieran hoy tener la oportunidad de vivir “un poco más de
tiempo”. Adán y Eva no tuvieron ese problema, ellos podían comer del árbol de la vida cuando y
cuanto quisieran. Proveerle el alimento al ser humano fue el propósito de Dios desde el principio,
es por eso que él mismo plantó un huerto. No le dijo al hombre que lo plantará sino que lo
administrara y cuidara. Dios lo hizo todo perfecto y luego se lo entregó al ser humano.
E.  Más especial aún fue la amistad íntima que el ser humano tenía con Dios. A lo
largo del pasaje se ha visto que Dios era para el ser humano como un Padre y como un Amigo.
Era como un Padre porque llenó todas sus necesidades y le dio responsabilidades. También fue
como un Amigo porque existió entre ellos una abierta y estrecha comunicación. Eran tan
cercanos que Dios se paseaba por aquel huerto libremente, no había pecado que lo estorbara. Dios
acostumbraba pasar tiempo en el huerto para disfrutar de la cercanía, la compañía y amistad
cercana con sus amigos, Adán y Eva. ¡Qué impresionante! El ser humano sabía que el
Todopoderoso era su creador, pero también era su amigo. Por un lado, tenían a un proveedor y un
Creador, pero además tenían a un íntimo consejero que había decidido compartir su amistad y su
personalidad con ellos para tener una relación única y especial.
Hoy en día la gente anda buscando con desesperación amigos que sinceramente se
interesen en ellos y en sus necesidades. La amistad honesta y abierta es una de las grandes
carencias de este mundo caído en el que vivimos. Adán y Eva tenían un Padre Celestial, su
Creador, un incomparable Amigo. Él que les había dado todo cuanto tenían y necesitaban y que
buscaba una relación íntima y especial con ellos. ¿Qué más necesitaban? Con solo tenerlo a Él
era suficiente, pero no fue así. Ambicionaron más. Y esa fue su ruina.

II. El regalo de Dios no fue suficiente para el ser humano


Como muchos de nosotros, la primera pareja tenía muchas bendiciones, pero no las
apreció hasta que las perdió. Veamos cuáles fueron las trampas puestas por el Tentador,
utilizando la ambición de los humanos para destruir el paraíso que Dios les había dado.
A) Buscaron ser como Dios (3:4, 5). Satanás, por medio de la serpiente, no los tentó para
tener más cosas porque todo lo tenían, sino para que fueran como Dios. “Entonces la serpiente
dijo a la mujer: No moriréis;   sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos
vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. Podemos imitar a Dios en su
personalidad y valores, pero no podemos ser como él porque somos seres finitos. La serpiente
hizo pensar a la mujer que sí podían. Incluso hizo pensar a la mujer que Dios no era bueno
porque les había prohibido comer de un árbol que los convertiría en seres tan sabios como Él. En
el fondo sugirió que Dios era egoísta y por eso les había puesto límites ya que no quería que
fueran iguales a Él.  En cambio, Satanás, la Serpiente, se presentó como bueno y sincero. Él sí les
estaba diciendo la verdad porque quería lo mejor para ellos. Por lo tanto, si Dios no era bueno, si
ocultaba cosas, no debían preocuparse por desobedecerlo. De ese modo, con falsedades los tentó
para que no fueran pequeños seres humanos seres grandiosos iguales a Dios. Al ver tal panorama
increíble, ellos se dejaron llevar por la ambición.
Fascinados por las falsedades de la serpiente, Adán y Eva fueron cegados por su sed de
conocimiento y sucumbieron ante la tentación. Según el relato bíblico, Eva corrigió algunas
palabras de la Serpiente (Gén.3:1-3), lo cual, es correcto, ya que no se debe permitir a Satanás
que tuerza la Palabra de Dios. Se puede decir que iba bien hasta que le presentaron algo
realmente deseable. Lo triste es que las palabras de Eva afirman que ella estaba muy consciente
lo que Dios había mandado. Sin embargo, escogió su “beneficio personal” antes que la
obediencia a Dios. Así, ella comenzó a convencerse a sí misma que aquel fruto realmente era
bueno para comer, agradable a los ojos (como que si no tuviera otros frutos así, 2:9) y codiciable
para alcanzar la sabiduría. En otras palabras no era el fruto en sí que deseaba sino el ser como
Dios, sabiendo el bien y el mal. Ya con el deseo ardiente de llegar a ser como Dios, ella lo
acarició, lo saboreó con sus ojos y su mente, se imaginó comiéndoselo. De ese modo permitió
que el deseo creciera, y luego todo ello dio a luz el pecado (Santiago 1:15).
Para sellar con broche de oro su “gran hazaña”, lo compartió con su esposo. La Biblia no
dice que Eva le contara todo lo que le dijo la serpiente pero tampoco dice que Adán fue
ignorante. Más bien parece sugerir que él estuvo de acuerdo con ella. Por otro lado, las Escrituras
lo hacen a él el responsable de la entrada del pecado en el mundo (Rom. 5:12-14). Todo esto nos
lleva a pensar que Adán estaba consciente de lo que estaba haciendo. Aun así comió también
como su mujer. Él tampoco pudo resistir la tentación.
Ambos demostraron que lo que Dios les había dado no era suficiente. De ese modo,
abrieron una puerta para que Satanás los tentara. Ten cuidado de no caer en su misma situación.
Se debe aprender a estar satisfecho con lo que Dios quiere darnos y evitar desear aquello que no
es para nosotros. Por eso no discutamos sus órdenes, ni busquemos comprenderlas totalmente,
simplemente obedezcamos.
B) El resultado. En primer lugar, tuvieron trágicas consecuencias espirituales. Al
desobedecer, murieron espiritualmente (Rom. 5:12; 1 Cor. 15:21-22). Inmediatamente después de
comer, la Biblia dice que “…fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron…” No es que antes
estuvieran ciegos sino que adquirieron conciencia de pecado. En cierto modo se cumplió su
deseo porque ellos buscaban conocimiento, sin embargo recibieron un conocimiento que les
produjo sensaciones extrañas y depravadas. Ellos sintieron por primera vez “vergüenza” (3:7);
aquella que se siente cuando se ha hecho algo incorrecto. Por mucho que quisieran esconderla
cosiéndose hojas de higuera, era imposible quitarla. Por la misma razón, por su pecado, se
escondieron de Dios porque ellos tuvieron temor ante su Santidad, no se sentían con la libertad de
reunirse con Él como antes lo habían hecho (3:8-10). Más no sabían que nadie puede huir de su
presencia. La “culpa” también apareció pero ellos quisieron despojarse de ella, incluso
lanzándola como una pelota hasta las manos de Dios (3.11-13). ¡Qué tragedia! Así sucede cuando
no nos conformamos con lo que Dios nos ha dado; cuando deseamos más y tratamos de
alcanzarlo por nuestros propios medios. El resultado a corto o largo plazo es una amplia puerta
para que el pecado entre a nuestra vida y nos separé de la armoniosa relación con nuestro Padre.
En segundo lugar, tuvieron trágicas consecuencias físicas (3:16-24). a. A la mujer se le
anunció que la maternidad le sería muy dolorosa. El dolor, que no era parte del diseño de Dios
para el mundo, aparece como consecuencia del pecado. b. Ella lucharía con su esposo por el
control de su relación matrimonial, pero no podría triunfar. Éste impondría su dominio sobre ella.
Esta es una deformación del plan de ser co-líderes y administradores del mundo. c. Dios le
comunicó al hombre que se le dificultaría hacer que la tierra produjera (3:17-19). La relación
armoniosa con el mundo natural fue deteriorada y la tierra se convirtió en un hostil medio de
ganarse la vida. La generosidad, abundancia y prosperidad del mundo se convirtió en una
dolorosa y costosa lucha por el poder para hacerla producir.
Sin embargo, en medio de todo, Dios mostró su amor para con ellos en las siguientes
maneras: 1. Les hizo una promesa (Gén. 3:15). Llegaría un día en que un miembro de la
descendencia de la mujer vencería a la Serpiente. Entonces, el mal no reinaría para siempre en el
ser humano. Dios volvería a restaurar la comunión con el ser humano. ¡Alabado sea Dios! Ese día
ya vino cuando el Señor Jesús murió en una cruz para vencer al Enemigo y exponerlo
públicamente en su derrota (Col. 2:14-15; 1 Juan 3:8). Hoy tenemos entrada directa al Padre por
medio de Jesucristo. Podemos otra vez mantener una relación armoniosa y exclusiva con Él.
2. Dios los vistió con túnicas de pieles de animales (3:21). Es como si quisiera decirles
que a pesar de su desobediencia los seguía amando, y siempre estaría dispuesto ayudarlos en sus
necesidades, aunque ahora a precio de sangre, ya que Dios tuvo que matar animales para
confeccionar esos abrigos para Adán y Eva.
3. Ellos fueron echados de aquel lugar tan bello para su propia protección (3:22-24).
Aunque suena solo como un castigo, no lo es en su totalidad. Con la maldición del pecado
encima, no era conveniente para ellos que siguieran comiendo del árbol de la vida. ¿Te imaginas?
Una permanente infelicidad, llena de maldiciones, y encima de ello una vida muy larga… Eso
sería muy cruel y poco amoroso de parte del Señor. Por otro lado, se nota el gran amor en se
fueron con la promesa de que Dios volvería todo al orden original. Además no los abandonó
totalmente, ya que les dio con vestidos y una tierra que cultivar. A pesar de las complicaciones
traídas por el pecado el Señor seguía no los abandonó totalmente.
¡Qué triste historia! Su final no fue como en los cuentos: “y fueron felices para siempre”.
Sin embargo, allí no termina la historia de la humanidad. Ese es nada más el comienzo; es como
el primer capítulo en el que Dios promete un final diferente. Ahora pregúntate, ¿cuál será el final
de la historia de tu matrimonio? ¿Estás codiciando lo qué no debes y no puedes tener? Hoy en
día, algunos son tentados para conseguir más dinero, mejores trabajos o grandes. Tristemente,
muchas personas miden su vida o su matrimonio con base en las cosas que tienen y que pueden
comprar. Lo triste es que nunca es suficiente porque nunca se podrá tener todo. Es mejor
aprender a estar satisfechos y agradecidos con lo que tenemos. Esto valora Dios en un
matrimonio. Mira a tu alrededor y comienza a darte cuenta de las múltiples bendiciones que el
Señor te ha dado. Da gracias por ellas y aléjate del pecado de la ambición.

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