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DIPLOMADO EN CYBERAULA,

INNOVACIÓN Y APLICACIÓN DE
HERRAMIENTAS DIGITALES

ALFABETIZACIÓN DIGITAL
Y BRECHA CULTURAL

Mundo 1
Transformación del aula presencial y B-learning
En este punto es relevante analizar lo que son las TIC. De
acuerdo con Sánchez (2010), las TIC:

Son las tecnologías de la Información y Comunicación, es decir,


son aquellas herramientas computacionales e informáticas
que procesan, sintetizan, recuperan y presentan información
representada de la más variada forma. Es un conjunto de
herramienta, soportes y canales para el tratamiento y acceso a
la información, para dar forma, registrar, almacenar y difundir
contenidos digitalizados. Para todo tipo de aplicaciones
educativas, las TIC’s (sic) son medios y no fines. Por lo tanto,
son instrumentos y materiales de construcción que facilitan el
aprendizaje, el desarrollo de habilidades y distintas formas de
aprender, estilos y ritmos de los aprendices.
Huelga decir que en el entorno actual es necesario un
proceso amplio y sistemático de formación docente
para que los educadores cuenten con las competencias
digitales necesarias para orientar el aprendizaje de
los estudiantes y para crear contextos de aprendizaje
significativo mediados por las tecnologías. Desde esta
perspectiva, la comunidad académica ha acogido el
aprendizaje centrado en los estudiantes como derrotero
y las TIC como herramientas que conectan la educación
con la cultura digital.
Ante esta brecha entre las competencias actuales de los docentes y
las necesarias para desempeñarse como docente en el siglo XXI se ha
mencionado la necesidad de generar un proceso de alfabetización digital,
es decir, el aprendizaje y dominio de las herramientas TIC para interactuar
en los entornos del presente (Morales, Trujillo y Raso, 2016), proceso al
que hay que sumar a todos los ciudadanos, sin lugar a dudas.
Un adecuado proceso de alfabetización docente aporta en múltiples líneas
(Morales, Trujillo y Raso, 2016), entre ellas:

Se amplía la oferta de entornos formativos y se cumple en mayor medida


la intención de la universalización de la educación.

La creación de entornos de aprendizaje flexibles en cuanto a tiempos,


espacios y metodologías.

Se abren nuevas formas, canales y tipos de comunicación entre los


diferentes agentes educativos.

Se crean entornos interactivos que apoyan el principio del aprendizaje


activo.
Se promueve el aprendizaje autorregulado y colaborativo.
Se dispone de nuevas estrategias para ofrecer orientación
y tutoría en el aprendizaje.
Se cuenta con herramientas para hacer seguimiento
y orientación del aprendizaje adaptándolo a las
características cognitivas de los estudiantes.

Se Enriquecen los recursos educativos ofrecidos a los


estudiantes.

Se aprovecha la interactividad, lo multimedial y lo


hipertextual para favorecer la creación de complejas
redes semánticas de conocimientos en estudiantes y
docentes.
Adicionalmente, si se modifican las representaciones del mundo para aprender
con la tecnología y no de la tecnología (Gómez, 2018), el trabajo con las TIC
genera movilidad cognitiva en términos de:
Enfatizar en el desarrollo de habilidades para procesar y establecer
enlaces significativos entre la información nueva y la información ya
conocida.
Desarrollar competencias para la toma de decisiones y la solución creativa
de problemas.

Generar estrategias flexibles para la búsqueda, selección, organización,


representación y uso de la información.

Avanzar en las competencias inferenciales y comunicativas, en distintos


tipos de formatos como el textual, el visual y el sonoro.
Desarrollar habilidades para identificar, analizar y evaluar fuentes
válidas de información.

Fortalecer el aprendizaje autorregulado y la metacognición.

Desarrollar habilidades de comunicación, negociación y trabajo


cooperativo.
Ajustar los marcos referenciales desde los que se comprende el
proceso educativo, en términos de teorías, conceptos y metodologías.

Actualizar con base en evidencias las creencias epistémicas, es decir


lo que se cree sobre el aprendizaje, la enseñanza y el conocimiento.

Ampliar las competencias científicas en cuanto la exploración y la


investigación permanente hacen parte de las actividades que ahora
son propias del rol docente.
No obstante todas las ventajas, algunas características
personales, el poco dominio de los computadores,
las creencias y experiencias previas, junto con estilos
de afrontamiento relacionados con la resistencia al
cambio y la crítica a la forma en que las TIC comienzan
a gobernar el mundo, entre otras variables, hacen que
parte de los docentes tengan una actitud negativa hacia la
alfabetización digital, como mencionan Morales, Trujillo
y Raso (2016). Aunados a estas cuestiones, Cabero (2010)
resalta otros problemas en la implementación de las TIC
en los entornos educativos:
Dificultades de acceso a los equipos y redes necesarias,
incluyendo la conexión rápida y estable a Internet, tanto
en estudiantes como en docentes, y en el contexto
colombiano particularmente en el sector rural y en
poblaciones que no son capitales.

El costo de los equipos y las redes.

La necesidad de contar con infraestructura y personal


para la administración de los sistemas.
La misma falta de alfabetización digital y la necesidad
de emprender programas de formación que significan
costos, tiempos e ingentes esfuerzos.
Actitudes no favorables hacia el trabajo grupal y colaborativo.

La preparación de las clases virtuales implica mayor tiempo que el


requerido en las clases presenciales.

Las dificultades para cambiar la metodología, los materiales y


los recursos a los nuevos entornos de aprendizaje virtual, lo que
usualmente se identifica como resistencia al cambio.
En este listado de dificultades es necesario sumar la falta de
comprensión del momento de cambio paradigmático del que
somos parte: cambian los escenarios de aprendizaje, cambian
los estudiantes, cambian las condiciones materiales y virtuales,
cambia la metodología, cambian los objetivos y la función social
de la educación, luego, en consecuencia, no hay otra salida que
cambiar como docentes.
Para conciliar las oportunidades con las desventajas
mencionadas, es clave entender cómo ha venido cambiando
rápidamente el panorama de la relación entre la educación y
la tecnología. De acuerdo con el ISTE (s.f.), mientras en 1998
se buscaba “aprender a usar la tecnología”, en el 2007 el
objetivo era “usar la tecnología para aprender”, y en el 2016
“transformar el aprendizaje con la tecnología”. En la misma
línea, para emplear las TIC como herramienta que facilite la
construcción de una propuesta educativa acorde con la época,
el ISTE propone unos estándares para los estudiantes, que en
realidad también son necesarios en los docentes:
Ser aprendices empoderados, en términos de usar eficientemente la
tecnología para los propósitos de aprendizaje.
Ser ciudadanos digitales, lo que implica el conocimiento y ejercicio
de los derechos en el mundo digital.

Ser constructores de conocimiento, consultando, evaluando y


produciendo conocimiento con el apoyo de las TIC, en medio de un
proceso permanente de aprendizaje significativo.

Ser diseñadores innovadores, en cuanto a tener la competencia para


crear a partir del dominio flexible y creativo de las herramientas TIC.
Ser pensadores computacionales, lo que significa desarrollar
estrategias de aprendizaje potenciadas por las TIC.

Ser comunicadores creativos, es decir aprovechar los diferentes


dispositivos, herramientas, formatos, códigos, lenguajes,
intencionalidades y estrategias para interactuar con las personas y
con el conocimiento.
Ser colaboradores globales, o pensadores que se alimentan de
la dinámica mundial del uso y construcción de conocimiento sin
fronteras, en comunidades de aprendizaje vivas, lo que deja lejos en la
historia la posición del docente y el estudiante como transmisores de
información para posicionarlos como sujetos activos en la construcción
del conocimiento.

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