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Apunte Litigacion Penal
Apunte Litigacion Penal
De acuerdo al artículo 328 del Código Procesal Penal, cada parte determinará el
orden en que rendirá su prueba, correspondiendo recibir primero la ofrecida para acreditar
los hechos y peticiones de la acusación y demanda civil y luego la prueba ofrecida por el
acusado respecto de todas las acciones que hubieren sido deducidas en su contra.
Esta regla recibe una aplicación específica para el examen directo en el artículo
329 inciso 3, cuando señala que "los interrogatorios serán realizados en primer lugar por
la parte que hubiere ofrecido la respectiva prueba y luego por las restantes. Si en el juicio
intervinieren como acusadores el Ministerio Público y el querellante particular, o el mismo
se realizare contra dos o más acusados, se concederá sucesivamente la palabra a todos
los acusadores o a todos los acusados, según corresponda".
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Cortés!de!la!Cerda,!Editorial!Jurídica,!2012,!con!ligeras!modificaciones.!
Ante quién se realiza el interrogatorio
La primera de ellas está contenida en la segunda parte del inciso primero del
artículo 329 del Código Procesal Penal, que señala que la declaración personal puede ser
sustituida por la lectura de los registros en que constaren anteriores declaraciones o de
otros documentos que las contuvieren, sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 331 y
332 del mismo Código.
Esta excepción se relaciona con el artículo 227 del Código Procesal Penal, que
obliga al Ministerio Público a llevar un registro que deje constancia de las actuaciones que
realice en la etapa de investigación, utilizando al efecto cualquier medio que permitiere
garantizar la fidelidad e integridad de la información.
La excepción entonces consiste en que ese registro puede ser leído durante el
juicio oral, en los casos que señalan los artículos 331 y 332 del Código, sustituyendo la
declaración personal del testigo. Tratándose de peritos, lo que se leerá es el informe que
deben emitir en conformidad al artículo 315 del C.P.P.
El artículo 331 del Código Procesal Penal señala que es posible dar lectura a los
registros en que consten las declaraciones anteriores de testigos, peritos o imputados, en
los casos que la misma norma expresa, esto es:
Estos casos se explican por sí mismos, pero todos ellos deben ser discutidos
como incidente en forma previa a la incorporación a través de la lectura del registro
respectivo y obviamente previo a la acreditación del supuesto fáctico que contiene el
fundamento de la solicitud.
Respecto al artículo 332 del C.P.C., este artículo también permite dar lectura en el
juicio oral a las declaraciones o informe, respectivamente, del acusado, testigo o perito,
con el propósito de refrescar memoria o superar una contradicción.
El día del juicio, los testigos o peritos deberán concurrir al Tribunal con
competencia en materia penal más cercano del lugar en que se encuentren y declarar a
través de un sistema de videoconferencia u otro análogo que permita la examinación y la
contrainterrogación.
Dicha norma señala que no obstante la regla general que obliga a comparecer
personalmente, "de manera excepcional las pericias consistentes en alcoholemia, de
ADN y aquellas que recayeren sobre sustancias estupefacientes o psicotrópicas, podrán
ser incorporadas al juicio oral mediante la sola presentación del informe respectivo. Sin
embargo, si alguna de las partes lo solicitare fundadamente, la comparecencia del perito
no podrá ser substituida por la presentación del informe".
El inciso 2 del artículo 329 señala que el juez presidente de la sala identificará al
perito o testigo y ordenará que preste juramento o promesa de decir la verdad.
Asimismo, antes de declarar, agrega el inciso 4 del mismo artículo que "los
testigos o peritos no podrán comunicarse entre sí, ni ver, ni oír, ni ser informados de lo
que ocurre en la audiencia".
Para tal efecto, en los tribunales existe una sala de espera en la cual los testigos o
peritos próximos a declarar aguardan su llamada a la sala del Tribunal, impidiendo de ese
modo su contaminación con los otros testigos o peritos que ya han declarado e incluso
con alguno de los intervinientes.
Nada dice la ley acerca de la sanción por la infracción de esta norma, pero
evidentemente si de hecho ocurre una trasgresión a lo ella ordenado, en el sentido que el
testigo o perito se comunica con otro testigo o perito ya declarado, el Tribunal no debiera
considerar la declaración de ese testigo o perito, porque se ha afectado la credibilidad del
testimonio. Hay en este punto una cuestión de debido proceso que incluso pudiere
fundamentar un recurso de nulidad si una parte se considerare afectada con ello.
Forma de la interrogación
El artículo 329 inciso 3 del Código Procesal Penal sostiene que "la declaración de
los testigos se sujetará al interrogatorio de las partes". A su vez, el artículo 330 de este
mismo Código sostiene en su inciso primero: "en sus interrogatorios, las partes que
hubieren presentado a un testigo o perito no podrán formular sus preguntas de tal manera
que ellas sugirieren su respuesta".
El artículo 330 inciso final del C.P.P. señala que esta misma regla se aplicará al
imputado cuando se allanare a prestar declaración, norma que debe relacionarse con el
artículo 326, que señala en su inciso 3 que después de efectuado el alegato de apertura
del defensor, el acusado podrá prestar declaración, para lo cual el acusado primero
declara libremente lo que cree conveniente como medio de defensa y luego puede ser
interrogado por el fiscal, el querellante y el defensor, en ese orden.
Pues bien, relacionando la norma del artículo 330 inciso final del Código Procesal
Penal, con la del artículo 326 inciso 3 antes referido, el interrogatorio que realiza el
defensor se efectúa de acuerdo a las reglas del examen directo, en cambio cuando sea
interrogado por el fiscal o acusador particular, el interrogatorio se practica de acuerdo a
las reglas del contrainterrogatorio, es decir, se permiten las preguntas sugestivas.
Sin embargo, debemos recordar que el artículo 309 del Código Procesal Penal
señala que en este procedimiento "no existirán testigos inhábiles. Sin perjuicio de ello, los
intervinientes podrán dirigir al testigo preguntas tendientes a demostrar su credibilidad o
falta de ella, la existencia de vínculos con algunos de los intervinientes que afectaren o
pudieren afectar su imparcialidad, o algún otro defecto de idoneidad".
La misma idea, para la declaración de los peritos, contiene el artículo 318 del
C.P.P. cuando señala que "los peritos no podrán ser inhabilitados. No obstante, durante la
audiencia del juicio oral podrán dirigírseles preguntas orientadas a determinar su
imparcialidad e idoneidad, así como el rigor técnico o científico de sus conclusiones. Las
partes o el Tribunal podrán requerir al perito información acerca de su remuneración y de
la adecuación de ésta a los montos usuales para el tipo de trabajo realizado".
Estos dos artículos nos permiten fundar lo que hemos denominado "línea de
acreditación", en el sentido que el examen directo no sólo comprenderá el fondo de la
declaración, sino que asimismo comprenderá antecedentes que permitan al sentenciador
formular alguna conclusión acerca del crédito o veracidad que tiene el testigo o perito para
los efectos del análisis de su declaración, todo ello según explicamos latamente más
arriba.
Recordemos que el C.P.P. suprimió las llamadas tachas para declarar que eran
mecanismos legales de carácter taxativo, que impedían darle crédito a la declaración de
un testigo como tal, si se configuraban las causales que la propia ley establecía. Pues
bien, el nuevo sistema elimina esa institución y deja entregado el examen de credibilidad
al juez en un análisis caso a caso, de acuerdo a los antecedentes que le aporten los
intervinientes acerca de la parcialidad o falta de ella, idoneidad o su falta o algún otro
antecedente que afecte la veracidad del testimonio o que lo refuerce. En el caso de los
peritos, adicionalmente, la ley permite efectuarles preguntas acerca de los ingresos que
éstos obtuvieron por el informe prestado, y cómo éstos se ajustan a los valores de
mercado.
El artículo 227 del Código Procesal Penal obliga a que los fiscales del Ministerio
Público en la etapa de investigación dejen constancia de las actuaciones que realizan, tan
pronto ellas tomen lugar, mediante cualquier vía que permita garantizar la fidelidad e
integridad de la información, así como el acceso a la misma de aquellos que, de acuerdo
a la ley, tuvieren el derecho a exigirlo.
Del estudio de esa carpeta que contiene las declaraciones de todas las personas
que a comparecieron en la etapa de investigación o como asimismo los informes emitidos
por los peritos solicitados por el Ministerio Público, surge la teoría del caso de cada parte
y por lo tanto la solicitud de llamamiento que hará cada interviniente en sus respectivos
escritos de acusación o adhesión a la acusación o acusación particular y contestación, de
los testigos o expertos que necesiten para acreditarla.
Excepcionalmente, el art. 332 del C.P.P. permite utilizar, tanto durante el interrogatorio
directo como en el contra examen, declaraciones escritas anteriores prestadas por el
testigo, perito o imputado, para cumplir determinados objetivos que la norma precisa en
los siguientes términos:
“Artículo 332.- Lectura para apoyo de memoria en la audiencia del juicio oral. Sólo una
vez que el acusado o el testigo hubieren prestado declaración, se podrá leer en el
interrogatorio parte o partes de sus declaraciones anteriores prestadas ante el fiscal, el
abogado asistente del fiscal, en su caso, o el juez de garantía, cuando fuere necesario
para ayudar la memoria del respectivo acusado o testigo, para demostrar o superar
contradicciones o para solicitar las aclaraciones pertinentes.
Con los mismos objetivos, se podrá leer durante la declaración de un perito partes del
informe que él hubiere elaborado.”
Formuladas las preguntas por los miembros del Tribunal, el Presidente preguntará
a la parte que lo presenta si libera o no al testigo, es decir, si lo dispensa de su deber de
declarar, permitiéndole retirarse de la sala del Tribunal, o si lo desea, permanecer en ella,
como público.
Ello por cuanto, de acuerdo al artículo 329 inciso 5o, "a solicitud de alguna de las
partes, el tribunal podrá autorizar un nuevo interrogatorio de los testigos o peritos que ya
hubieren declarado en la audiencia", norma que permite que la parte que ha terminado de
presentar a su testigo, lo vuelva a llamar más adelante, siempre dentro de su turno para
presentar prueba.
Esto se realizará cuando la parte que presentó al testigo o perito no completó una
línea de interrogación por cualquier causa o cuando desea continuar la declaración del
testigo o perito una vez producida una prueba que aún no se ha verificado. En algunas
ocasiones hemos visto que se usa esta facultad de no liberar al testigo para llamarlo más
adelante, por cuanto ha declarado algo que a la parte que lo presenta no le ha satisfecho
y se piensa que llamándolo más adelante, se podría volver sobre el punto omitido o
incompleto.
Asimismo, de acuerdo a las reglas generales es posible que el testigo o perito que
acaba de declarar integre a su turno la nómina de testigos o peritos de otro de los
intervinientes; por lo tanto, en forma previa a su liberación debe preguntársele a aquel
interviniente que ha solicitado su declaración si accede a la liberación del testigo o no.
Desde el punto de vista técnico, en materia penal, quien debe probar la acusación
es la parte acusadora, sea pública o particular, por lo que será dicha parte la que debe
acreditar más allá de toda duda razonable los elementos de tipo penal de que se trata y la
participación penal del acusado, independiente de que este declare o no, ya que ello es
una variable que no depende sino del propio acusado o de su defensa.
Por lo tanto, desde el punto de vista del acusador, la prueba de un juicio debe
prepararse asumiendo como si el acusado no declarara.
El referido artículo 326 del Código Procesal Penal se refiere a la declaración del
acusado dentro del juicio, específicamente en lo pertinente al hecho que luego de su
declaración puede ser interrogado directamente por el fiscal, el querellante y el defensor
en ese mismo orden. Finalmente, el juez o los jueces pueden formularle preguntas
destinadas a aclarar sus dichos.
De todo lo anterior se infiere que cuando declara el acusado dentro de esta etapa
de investigación lo hace en una audiencia que generalmente tendrá lugar ante el juez de
garantía a la cual podrán asistir todos los intervinientes.
En esa audiencia, el acusado declara libremente y una vez concluido es
interrogado por el fiscal, el acusador particular, si lo hubiere y por el defensor.
A su turno, el acta que se extienda de esta declaración podrá ser usada en el juicio
oral para incorporarla a través de su lectura en el caso del artículo 331, letra d) y en las
hipótesis que consagra el artículo 332 del C.P.P. En este último caso, si el acusado olvida
una parte de la declaración o cae en contradicción, se podrá recurrir a esta declaración
prestada ante el Tribunal para los efectos de refrescar memoria o superar dicha
contradicción. Sobre este particular, rige lo que señalábamos más arriba acerca de la
forma de realizar el ejercicio.
Otro momento en que el acusado puede declarar es dentro del juicio oral propia-
mente tal.
Referente a su declaración, rige el artículo 326 del C.RR inciso 3, que señala que
una vez terminados los alegatos de apertura tanto de la parte acusadora como de la
defensa, el acusado podrá prestar declaración.
Termina el artículo 326 del C.P.P. Señalando que "en cualquier estado del juicio, el
acusado podrá solicitar ser oído, con el fin de aclarar o complementar sus dichos". Ello
significa que en cualquier momento de la prueba, sea del fiscal, del querellante y
evidentemente del defensor, el acusado puede solicitar declarar. Obviamente, si lo hace,
se aplicarán nuevamente las reglas de artículo 326 inciso 3, en el sentido que si presta
declaración para aclarar sus dichos, podrá ser contrainterrogado por el fiscal y defensor y
luego examinado directamente por el defensor, en ese orden, para luego finalizar con la
posibilidad de interrogación directa por los jueces.
III.- Contraexamen.
IV.- Objeciones.
Preguntas impertinentes
Reconocen su fundamento legal en el artículo 292 del Código Procesal Penal, que
señala que "el juez presidente de la sala dirigirá el debate, ordenará la rendición de las
pruebas... Podrá impedir que las alegaciones se desvíen hacia aspectos no pertinentes o
inadmisibles, pero sin coartar el ejercicio de £ la acusación ni el derecho a la defensa"
Dentro de esta causal podemos subsumir: a) las preguntas impertinentes
propiamente tales, y b) las especulativas.
Preguntas inadmisibles.
También tiene su fundamento legal en el artículo 292 del Código Procesal Penal
antes referido cuando sostiene que "el juez presidente de la sala dirigirá el debate,
ordenará la rendición de las pruebas... Podrá impedir que las alegaciones se desvíen hacia
aspectos no pertinentes o inadmisibles, pero sin coartar el ejercicio de la acusación ni el
derecho a defensa".
Dentro de las preguntas inadmisibles encontramos: a) las preguntas por opinión, y
b) las que violan derechos fundamentales.
Estas últimas encuentran su respaldo legal, asimismo, en los artículos 305 y 334
del Código Procesal Penal.
Preguntas sugestivas
El artículo 330 del Código Procesal Penal sostiene que durante el interrogatorio las
partes que hubieren presentado a un testigo o perito no podrán formular sus preguntas de
tal manera que sugieran la respuesta.
La pregunta sugestiva, en cambio, está permitida en el contraexamen.
Recordemos que puede subsumirse en esta causal no sólo la pregunta que
contiene la respuesta, sino que asimismo aquella que insinúa la respuesta o la línea de
interrogación.
Preguntas engañosas
El artículo 330 del Código Procesal Penal señala en el inciso 3 que "en ningún caso
se admitirán preguntas engañosas".
Ahora bien, dentro de las engañosas encontramos: a) las preguntas compuestas;
b) las preguntas repetitivas; c) las preguntas que asumen hechos no incorporados al juicio;
d) las preguntas que en el parafraseo citan erróneamente al testigo o perito.
V.- Objetos
El artículo 333 del Código Procesal Penal señala que "los objetos que constituyeran
evidencia deberán ser exhibidos y podrán ser examinados por las partes", a la vez que la
segunda parte del mismo artículo agrega que "todos estos medios podrán ser exhibidos al
acusado, a los peritos o testigos durante sus declaraciones, para que los reconocieren o se
refirieren a su conocimiento de ellos".
El artículo 295 del Código Procesal Penal sostiene que todos los hechos y
circunstancias pertinentes para la adecuada solución del caso sometido a enjuiciamiento
podrán ser probados por cualquier medio producido e incorporado en conformidad a la ley.
Esta norma consagra el principio de libertad de prueba, esto es, la posibilidad de
las partes de producir el convencimiento del tribunal por cualquier vía, siempre que el
medio haya sido producido e incorporado en conformidad a la ley.
Para la instrumental, el artículo 333 del Código Procesal Penal asimila la noción de
instrumentos a la de documentos, cuando señala que "los documentos serán leídos y
exhibidos en el debate, con indicación de su origen", norma que más adelante agrega que
"el tribunal podrá autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura o reproducción parcial o
resumida de los medios de prueba mencionados, cuando ello pareciere conveniente y se
asegurare el conocimiento de su contenido. Todos estos medios podrán ser exhibidos al
acusado, a los peritos o testigos durante sus declaraciones, para que los reconocieren o se
refirieren a su conocimiento de ellos".
Regula el alegato de clausura el artículo 338 del Código Procesal Penal que
señala: "concluida la recepción de las pruebas, el juez presidente de la sala otorgará
sucesivamente la palabra al fiscal, al acusador particular, al actor civil y al defensor, para
que expongan sus conclusiones. El tribunal tomará en consideración la extensión del juicio
para determinar el tiempo que concederá al efecto.
Seguidamente, se otorgará al fiscal, al acusador particular, al actor civil y al
defensor la posibilidad de replicar. Las respectivas réplicas sólo podrán referirse a las
conclusiones planteadas por las demás partes.
Por último, se otorgará al acusado la palabra, para que manifestare lo que estimare
conveniente. A continuación se declarará cerrado el debate".
Como vemos, la norma es bastante escueta, pero clara. Es el Tribunal el que
señala la duración de los alegatos de clausura tomando en cuenta la extensión del juicio.
Lo que sí permite la ley, luego de la clausura, es la posibilidad de replicar acerca de las
conclusiones planteadas por las demás partes del juicio.
En otros términos, en la réplica lo que corresponde es hacerse cargo de lo erróneo
de los argumentos expuestos por los demás intervinientes en sus clausuras, pero no
realizar un nuevo alegato de clausura.