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É

CRIS IANA
en la enfermería
Dr. Ángela Paredes de Beltrán

É
CRIS IANA
en la enfermería
Editado e impreso en:
Universidad Peruana Unión
Centro de Aplicación Editoral Imprenta Unión
Km 19 Carretera Central, Ñaña, Lima - Perú
Teléfonos: (01) 618-6300 0 618-6301 Fax: (01) 618-6339 - 618-6354

Ética Cristiana en la Enfermería


Autor: Ángela Paredes de Beltrán

Alta dirección:
Maximina Contreras Castro, rectora
Victor Choroco Cárdenas, vicerrector
Nilton Acuña Hurtado, gerente general
Barito Lazo Rivera, director de bienestar universitario

Consejo Editorial:
Maximina Contreras Castro, Donald Jaimes Zubieta, Alfredo Matos Chamorro,
Elías Ilquimiche.

Fondo Editorial, Universidad Peruana Unión


Director editor: Donald Jaimes Zubieta
Asistente: Benigna Larios Alvarado
Diseño y diagramación: MB Design
Corrección de pruebas: Donald Jaimes Zubieta,
Editorial Imprenta Unión

Copyright® Universidad Peruana Unión


Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 201

Paredes, Ángela
Ética Cristiana en la enfermería / Ángela Paredes / Editado por Fondo Editorial,
Universidad Peruana Unión 1.° ed. - Lima, Perú, 2017.
160 p. 14.5x20.5 cm

Primera edición
Tiraje: 600 ejemplares
ISBN:

JOB UNIÓN®
e-mail: design@imprentaunion.com

Todos los derechos reservados.Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto,
imagen y diseño), su manpulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por
fotocopia u otros medios, sin permiso previo y por escrito del editor.

Impreso en el Perú
Printed in Peru

Julio 2017
Agradecimiento
Mi gratitud eterna a Dios por dar-
me la vida y la salud. A mi esposo
Melinio por su compresión.
A Piter, Anita, Marquito por ser la
razón de mi alegría y por su gran
cariño.
A mi madre por sus bendecidas
oraciones.

Ángela
Índice
I. Ética
1.1 definición
1.2 objeto de la ética
1.3 conciencia de las acciones
1.4 Principios éticos
1.5 justificación del estudio de la ética por los profesiona-
les de salud

II. Enfermería
2.1 Ética y dignidad de la persona

III. Ética del cuidador


1. agua
2. descanso
3. ejercicio
4. luz solar
5. aire puro
6. nutrición
7. temperancia
8. esperanza en Dios

IV. Código de ética en la enfermería

V. Ética en la gestión de los servicios de salud


5.1 eficiencia
5.2 rentabilidad
5.3 costos
5.4 mercadeo
Ética cristiana en la enfermería

VI. Bioética y ecología

VII. Modelo cristiano para decisiones en bioética


1. análisis
2. alternativas
3. principios morales y legales
4. decisión
5. Evaluación

VIII. Cosmovisión
8.1 premisas de la cosmovisión
8.2 cosmovisión bíblica del mundo y el hombre

Referencias

Estudio de casos

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

PRESENTACIÓN

La ética se refiere a los comportamientos de la persona


en sus relaciones con los otros y con su ambiente.

El sistema ético nace del concepto del hombre y su mi-


sión en este mundo. El sistema ético del mundo occiden-
tal se ha construido en gran parte sobre un fundamento
cristiano. El sistema ético de Israel tiene su origen en la
Ley de Dios dada en el Sinaí por Dios a Moisés.

Este mismo Moisés resalta y magnifica la importancia


de esta ley al decir: “Qué nación tiene un dios tan cerca
como está nuestro Señor de nosotros dondequiera que
lo llamamos? Y qué gran nación posee estatutos y or-
denanzas tan perfectas como esta ley que hoy presento
ante vosotros?” (Deuteronomio 4: 7,8) Se trata de un có-
digo religioso y moral cuyo fundamento es el amor. Las
instrucciones morales y religiosas debían transmitirse
cuidadosamente de una generación a otra (Deuterono-
mio 6: 6,7).

A lo largo de la historia, Israel fue olvidando la Ley y


apartándose de su Dios y comenzó a seguir los códigos

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Ética cristiana en la enfermería

más atractivos y fáciles de las naciones paganas circun-


dantes. Sin embargo, hubo reyes leales y honestos que
volvían a guardar la Ley de Dios y también profetas que
con rectitud moral buscaban y amonestaban a Israel a
continuar con los principios religiosos dictados por sus
padres. Cuando Jesucristo inició su ministerio dejó bien
claro que como judío y como Mesías era absolutamente
leal a la Santa Ley, dijo: “No penséis que he venido abo-
lir la ley y los profetas; no he venido a invalidar sino a
cumplir” (Mateo 5: 17).

Pero la ética cristiana es más profunda que la ética ju-


día. La ética cristiana da especial importancia al espíritu
de obediencia por amor a esta Santa Ley. Jesús hace del
amor a Dios y del amor al prójimo el fundamento esen-
cial de la ética (Mateo 22: 34-40). San Pablo también lo
declara así, cuando refiere que el que ama al prójimo ha
cumplido la ley, porque el cumplimiento de la ley es el
amor (Romanos 13:8-10).

El presente libro tiene como propósito suscitar en el


lector una reflexión sobre temas tan antiguos como ac-
tuales sobre la ética y reconocer que es importante vol-
ver a observar la Santa Ley de Dios porque es la única
base de la moralidad. Como estudiantes y profesionales
de enfermería sea nuestro compromiso de acercarnos
más a gozar de una íntima comunión con Dios para go-
zar de la verdadera libertad y paz que tanto deseamos.
Con amor cristiano

Dra. Ángela Paredes de Beltrán

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán
La ética deriva del griego “ethos” que
significa “carácter” “modo de ser”.

I. ÉTICA

1.1. DEFINICIÓN

Quienes cumplen labores en la sociedad, ya sean comu-


nicadores, ministros religiosos, funcionarios públicos,
enfermeras, médicos, psicólogos, nutricionistas y otros
profesionales requieren para el ejercicio eficaz de sus
actividades, un comportamiento ético.

La ética deriva del griego “ethos” que significa “carác-


ter” “modo de ser”. Vélez, (2003) refiere que la ética es
la ciencia que fundamenta el comportamiento moral del
ser humano.

La ética es una ciencia, porque sólo la ciencia le da va-


lidez racional y universalidad. La ética debe presentar
argumentos racionales para sustentar el comportamien-
to moral del hombre. La ética no es algo subjetivo, sino
que su argumentación racional ostenta la universalidad
que tiene la ciencia.

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Ética cristiana en la enfermería

La ética es parte de la filosofía que estudia la moral


y las obligaciones humanas que se ocupa de distinguir
entre lo que es bueno y malo; entre lo que es correcto y
lo que es equivocado.

Se puede concluir que la ética estudia las acciones hu-


manas, sus efectos y el valor de dichas acciones.

Conviene hacerse la pregunta ¿de dónde derivan los


sistemas éticos? la respuesta es clara. Los sistemas
éticos nacen del concepto de hombre y su cosmovisión
de este mundo.

1.2. OBJETO DE LA ÉTICA

El objeto material de la ética, son los actos humanos,


es decir, los actos libres racionales y voluntarios, ejecu-
tados por el hombre y regulados por él. Asimismo, se
tiene que el objeto formal de la ética, está referido a la
moralidad de los actos humanos, es decir, a la bondad
o maldad de ellos. Por ejemplo, el atropellar a una per-
sona en una carretera, independientemente de las cir-
cunstancias e intención de quién ocasionó el accidente,
es un acto objetivamente malo.

1.3. CONCIENCIA DE LAS ACCIONES

La conciencia moral, es la capacidad de juzgar un acto


humano propio o ajeno, con relación a una norma moral.
La persona en condiciones normales decide ejecutar
una acción luego que su razón la identifica como buena

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

en función del logro de una meta o un fin, y es enton-


ces, cuando la voluntad crea en ella una tensión hacia
la obtención de aquello bueno llamado BIEN. Al contra-
rio, una acción calificada por la razón como negativa,
en función de la obtención de su fin, es desechada por
la voluntad. La persona es en definitiva dueña de sus
actos, es ella quien decide hacer o dejar de hacer algo,
en plena libertad, y en ello radica su responsabilidad
moral. El hombre se conduce a sí mismo a través de
sus actos, por esta razón se habla de conducta humana.
La conciencia de que está obrando con rectitud es la
mejor medicina para el cuerpo y las mentes enfermas.
La persona cuya mente está tranquila y satisfecha en
Dios, está en la senda de la salud.

1.4. PRINCIPIOS ÉTICOS

Todos los seres humanos nacemos con un “sentido” del


bien y el mal. Es algo intuitivo, más allá de la razón.
Nadie juzga que es lo mismo, decir la verdad que enga-
ñar, ser honesto que deshonesto, hacer el bien o el mal
a otro.

Kant, E. referido por Vélez, (2003) enseña que existen


dos leyes que rigen al hombre: la ley natural y la ley
moral; lo que concretó en esta afirmación: “sobre mí el
cielo estrellado; dentro, la ley moral”. La naturaleza se
rige por la ley de la necesidad; el hombre no sólo por la
necesidad sino por la ley moral, dada su capacidad de
libertad.

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Ética cristiana en la enfermería

En el hombre, dice Kant, se presentan unos principios


que son imperativos, racionales, universales y categó-
ricos.

Estos principios son auto-obligados; se aceptan en con-


ciencia y no son impuestos por ninguna autoridad ex-
terna. El hombre los ha explicitado en declaraciones,
constituciones políticas, leyes.

Los principios éticos, según el consenso general, se sin-


tetizan en tres: beneficencia-no maleficencia, justicia y
autonomía.

1.4.1 Beneficencia- No Maleficencia

El principio de beneficencia es la obligación moral que


tiene todo ser humano de hacer bien a los otros. Se
rige por los siguientes deberes universales: hacer o pro-
mover el bien y prevenir, apartar y no infringir daño
o maldad a nadie; esto equivale a realizar un balance
riesgo- beneficio.

Si al aplicar el principio de beneficencia- no malefi-


cencia no se tienen las condiciones, medios o conoci-
mientos para hacer el bien, se debe elegir el menor mal
evitando transgredir los derechos fundamentales de la
persona, los cuales están por encima de la legislación de
los países y delas normas institucionales.

En todas las religiones, se establece el principio de be-


neficencia como fundamento del comportamiento moral

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

del ser humano. Dios nos creo para hacer el bien ( En


Gálatas 6:9, 10 y 2 Tesalonicenses 3: 13 nos insta el
apóstol Pablo a no cansarnos hacer el bien. Por lo tanto,
se debe fomentar el bienestar del usuario porque se lo
aprecia y estima.

Hipócrates declaró a la beneficencia como principio


fundamental en el ejercicio de la medicina con el dic-
tum: “Primum non nocere” es decir: “Primero no hagan
daño”. San Pablo en su libro de 1 Tesalonicenses 4:6
refiere que ninguna persona debe agraviar ni dañar a
su prójimo, este es un principio divino.

Este principio, también se extiende para todos los seres


de la naturaleza, porque la ecología es parte de la ética.

En el juramento de Florence Nightingale, se pone de


manifiesto este principio al declarar: “dedicaré todos
mis esfuerzos en procurar el BIENESTAR de aquellos
que fueron encomendados a mi cuidado”.

El respeto por los animales, las plantas y los minerales


nos debe obligar a usarlos sólo en la medida que los
necesitemos.

El principio de beneficencia tiene sentido completo y


satisfactorio cuando se basa en el amor.

En la Biblia, se encuentran hermosos versos sobre el


amor, así tenemos la siguiente cita que nos señala que
“todas vuestras cosas sean hechas por amor” 1 Corin-
tios 16:14.

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Ética cristiana en la enfermería

El amor es edificante en la relación clínica, enferme-


ra-paciente, brinda un ambiente armónico y agradable
y motivador para seguir creciendo en las relaciones in-
terpersonales. “El amor edifica” está referido en 1 Co-
rintios 8:1.

1.4.2 Justicia

Deriva del latín jus que significa Justicia, es dar a cada


uno lo que le corresponde o pertenece.

Justicia significa tratar a las personas con la misma con-


sideración, sin hacer discriminación por ningún motivo.

La enunciación del principio de justicia podría ser: To-


dos los seres humanos tienen iguales derechos para al-
canzar lo necesario para su pleno desarrollo.

Una declaración explicita de justicia, se encuentra en Deutero-


nomio 1:16, 17 donde Dios dice “No hagáis distinción de perso-
na en el juicio, así al pequeño como al grande oiréis”. Todos sin
distinción alguna merecemos que nos traten con justicia para
tener paz. En Isaías 32: 17 refiere que el fruto de la justicia es
la paz, entendida como el estado de bienestar físico y espiritual.

En Miqueas 6: 8 Dios declara que debemos hacer justi-


cia y misericordia.

El principio de justicia no significa que todos los seres humanos


somos iguales, sino que tenemos como personas humanas, los
mismo derechos para satisfacer nuestras necesidades.

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

El hombre moderno pretende producir una humanidad y


una naturaleza clonal, pero esto es una tentación mefis-
tofélica. La naturaleza es asimétrica, desigual y en esto
reside su vitalidad.

El círculo, el cuadrado perfecto sólo existe en nuestra


imaginación, no en el universo ni aún en la dimensión
del arte. Pero algunos no soportan la variedad, no tole-
ran que haya seres diversos, que piensen distinto y de
ahí la intolerancia.

Todos los seres humanos tienen los mismos derechos, indepen-


diente de su desarrollo e integridad física o psíquica; de sus
condiciones raciales, sociales, políticas, económicas o religiosas.
Es decir, tiene los mismos derechos humanos el niño que está
por nacer que el adulto y el anciano; el oligofrénico que el ge-
nio; el de raza negra que el de raza blanca; el pobre que el rico;
el que vive en un país del Norte que el del Sur; el judío que el
mahometano.

La humanidad ha ido a lo largo de la historia, explicitan-


do estos derechos humanos. Este proceso se inicia en la
época del Imperio Romano con la promulgación de las
Doce Tablas; luego con la Carta Magna de Inglaterra en
el siglo XIII; la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano en 1789; hasta que en 1948 se promul-
gó la Declaración de los Derechos Humanos, la cual ha
seguido ampliándose.

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Ética cristiana en la enfermería

Los derechos humanos se dividen en:

Primera generación: son los derechos civiles y políticos


que tienen relación con la vida, la libertad y la forma de
gobierno de la sociedad

Segunda generación: Tratan de los derechos económi-


cos, sociales y culturales como son el derecho a la pro-
piedad privada, al trabajo y su libre elección, el derecho
a la educación y a la cultura; a los servicios de salud, a
procrear, a tener una familia, a agruparse. Estos son sin
duda, los derechos que más se violan y son causa de la
mayor parte de la violencia que vive el mundo.

Tercera generación: son los de más reciente aparición


y tienen que ver con la solidaridad. Es el derecho a
un ambiente y ecología sanos y humanos; a un espacio
público, a beneficiarse de los planes solidarios de edu-
cación y salud, entre otros.

Una sociedad es injusta cuando sus estructuras econó-


micas y políticas no permiten que todos los asociados
tengan satisfechas sus necesidades para desarrollarse
como personas humanas, violando así los derechos hu-
manos.

1.4.3. Autonomía

La autonomía deriva del griego auto que significa uno


mismo y nomos que expresa norma. Es sinónimo de li-
bertad, albedrio, autodeterminación, independencia.

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Todo ser humano debe ser reconocido por los otros


como autónomo. Su autonomía es ontológica, es decir,
que brota de su mismo ser. Según Vélez (2003) quiere
decir que la norma que debe regir su comportamiento,
parte de sí mismo: auto-nomos y por lo tanto es sujeto
moral.

La autonomía encarna el problema de cómo se com-


porta el hombre ante sí mismo y la sociedad. Se refiere
a la regulación de la conducta por normas que surgen
del propio individuo. Una persona autónoma es todo
aquel que decide conscientemente qué reglas son las
que van a guiar su comportamiento. Tener autonomía
quiere decir ser capaz de hacer lo que uno cree que se
debe hacer, pero no solo eso, significa ser capaz de ana-
lizar lo que creemos que debemos hacer y considerar
si de verdad debe hacerse o si nos estamos engañando.
Es decir que somos verdaderamente autónomos cuando
usamos nuestra conciencia moral.

El principio de autonomía, significa respetar a las per-


sonas y tener en cuenta sus decisiones que emanan de
sus valores y convicciones personales.

Mientras no interfiera con la libertad de los otros, la


persona es libre de definir la orientación de su vida,
decide su propia norma.

Cada ser humano es un fin en sí mismo y no puede,


como enseña la filosofía kantiana, ser tomado por otro
como medio. La persona humana es valiosa en sí misma,

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Ética cristiana en la enfermería

no puede tomarse como instrumento. Cuando el hombre


toma a otro como medio o instrumento para lograr algo,
le está degradando en lo más valioso de su ser que es la
autonomía, como ocurre en los trabajos de explotación
o la esclavitud.

La autonomía del ser humano significa el derecho que


cada persona tiene para decidir sobre su propia vida.
¿Puedo yo disponer de mi vida?

Esta respuesta debe darse dentro de contexto filosófico


y religioso de cada persona. La filosofía afirma la au-
tonomía absoluta de la persona humana, no sólo puede,
sino que el ser humano debe disponer de su propia vida
y es responsable ante sí y ante los otros del destino que
le dé a su existencia.

Algunas religiones enseñan que nadie es dueño de su


vida sino que ésta pertenece al Ser Trascendente crea-
dor del ser humano. Por lo tanto no es lícito disponer
de la vida porque todos tenemos una autonomía rela-
tiva por dependencia del Creador. Esta heteronomía
del ser humano es muy valiosa para la persona que es
religiosa, pues le da soporte y dimensión trascendente
al ser humano.

Como decía Ramón de Campoamor: “La libertad no con-


siste en hacer lo que se quiere, sino en hacer lo que se
DEBE”.

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

1.5. JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO DE LA ÉTICA POR


LOS PROFESIONALES DE SALUD

El estudio de la ética dice Rumbold G (2000), intenta


encontrar un método para responder a las preguntas,
proporcionando así un criterio para las acciones y un
contexto para tratar diversos temas, problemas y dile-
mas. Si la persona entiende las teorías éticas o morales,
podrá decidir el comportamiento más adecuado, aun-
que no conozca necesariamente la respuesta. El estudio
de la ética, aunque en sus comienzos puede parecer un
ejercicio sobre todo teórico, tiene aplicación práctica.

Es conveniente que las enfermeras y otros profesiona-


les de la salud estudien ética por diversos motivos:

En primer lugar, en su trabajo cotidiano tienden a afron-


tar problemas de naturaleza ética o moral. En ocasio-
nes, la naturaleza ética del problema es muy explícita,
por ejemplo, cuando la enfermera decide si debe o no
revelar la verdad a paciente con una enfermedad termi-
nal, o si debe participar en un aborto.

En otras ocasiones, el elemento moral es menos evi-


dente, pues la decisión es fundamentalmente de tipo
clínico; sin embargo, estará influenciada, tal vez de ma-
nera inconsciente, por las creencias y valores éticos de
la persona. En consecuencia, es preciso que los profe-
sionales de la salud examinen sus propias creencias y
valores.

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Ética cristiana en la enfermería

En segundo lugar, los avances en los conocimientos mé-


dicos y la tecnología permiten realizar algunas cosas que
hace 50 años parecían inverosímiles. Todas las técnicas
como trasplantes de órganos, amniocentesis, fecunda-
ción in vitro, ingeniería genética y criogenia, plantean
problemas éticos y no es fácil encontrar una respuesta
a ellos consultando los códigos de moral tradicionales.

Un tercer aspecto es el mundo tan cambiado en el cual


se suministran los cuidados para la salud y de enfer-
mería. Anteriormente, quizá era correcto suponer que
existían valores y creencias comunes; que los valores
y creencias de la enfermera y el paciente coincidirían
con el sistema de valores compartido de la sociedad. En
el mundo occidental, ese sistema de creencias y valo-
res compartidos se relacionaba con la religión cristiana,
pero en la actualidad se vive en una sociedad multicul-
tural con diversas religiones y esta suposición ha deja-
do de ser válida. “Uno de los principales cambios que
parece haberse producido en nuestra sociedad durante
el último siglo es el desplazamiento de un consenso ge-
neral sobre los valores morales a lo que ahora se deno-
mina pluralismo moral” refiere Thompson y col., (1983).

Actualmente, las enfermeras trabajan con pacientes y


colaboradores cuyos antecedentes culturales son muy
diversos, que quizá tengan valores distintos. En conse-
cuencia, la enfermera debe conocer otros sistemas de
creencias para entender por qué sus pacientes y colabo-
radores toman determinadas decisiones. Posteriormen-
te, se argumentará que el respeto hacia la autonomía y

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

la función de la enfermera como defensora del paciente


son dos elementos esenciales de la ética en enfermería.
Para que las enfermeras respeten la autonomía de otras
personas y desempeñen su papel de defensoras, deben
evitar imponer sus propias creencias a los demás.

Por último, y probablemente éste sea el motivo princi-


pal, la propia naturaleza de los cuidados para la salud
es importante. Trabajar en el campo de la salud cons-
tituye una tarea moral. En esencia, este razonamiento
indica que la principal meta del trabajo en el área de la
salud es permitir que el individuo alcance su máximo
potencial posible para mejorar su propia vida y la de
otras personas. Seedhouse afirma que ésta es la meta
de curar a una persona de su enfermedad y también de
ayudar a los enfermos “incurables” a aceptar su situa-
ción. Los servicios para la salud tienen el objeto de pro-
mover, aumentar y preserva la salud, la cual se concibe
como bien moral. Esto es suficiente para señalar que los
cuidados de la salud constituyen una actividad moral
por su propia naturaleza.

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Ética cristiana en la enfermería
El trabajo de los profesionales de enfermería se ha
centrado siempre en el cuidado de los otros.

II. ENFERMERÍA

2.1. Generalidades

La enfermería ha sido una actividad que, a pesar de los


cambios experimentados en su historia, ha concedido
siempre una gran relevancia a las exigencias éticas vin-
culadas a su quehacer. Garzón (2005) sostiene que la
fundamentación ética y humanitaria de la enfermería
se ha hecho evidente desde épocas antiguas. Se ilustra
con el ejemplo que presenta la Biblia en San Lucas 10:
25-37 acerca de la parábola del buen samaritano, quien
prodigó cuidados a una persona malherida y se aseguró
de la continuidad de los mismos al solicitar y pagar por
los servicios de atención que le brindaría el dueño de la
posada. Esta historia demuestra el alto grado de estima
y reconocimiento por la persona humana que lo llevó a
comportarse con responsabilidad moral sin ningún tipo
de discriminación racial o religiosa.

El trabajo de los profesionales de enfermería se ha cen-


trado siempre en el cuidado de los otros. El acto de

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

cuidado de enfermería es el ser, la esencia del ejercicio


de la profesión. Se fundamenta en sus propias teorías
y tecnologías, y en conocimientos actualizados de las
ciencias biológicas, sociales y humanísticas. Se ejecuta
a partir de la comunicación y relación interpersonal y
humanitaria entre el profesional de enfermería y el ser
humano, sujeto de cuidado, la familia y la comunidad,
en las distintas etapas de la vida y situación de salud.

Durante el largo periodo en el que la enfermería estuvo


asociada al mundo religioso, los contenidos de la moral
profesional tuvieron una fuerte influencia de la confe-
sión predominante en cada país. Este componente reli-
gioso ha estado presente mucho tiempo después de que
las órdenes religiosas dejaran de acaparar los cuidados
enfermeros.

Para diversos autores, Florence Nightingale (1820-


1910) representa el relevo de los agentes de cuidado
tradicionales, y la secularización y profesionalización
de la tarea de cuidar. Ella estableció instituciones para
la enseñanza de enfermeras convencida de que el cono-
cimiento de las leyes de la vida y de la muerte y de las
leyes de salud para las salas hospitalarias requiere un
aprendizaje por la experiencia y una cuidadosa investi-
gación. Esto no viene por inspiración, al mismo tiempo
que daba el paso de afianzar la profesión en una sólida
preparación teórica y técnica, entendía que la enferme-
ra debía ser una mujer religiosa, devota y con principios
morales.

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Ética cristiana en la enfermería

El avance de la enfermería como profesión, como disci-


plina, como ciencia y tecnología, ha exigido a sus pro-
fesionales hacer evidente, por medio de la investigación
científica, la fundamentación teórica de la práctica que
muestre la relación del conocimiento con los principios y
valores éticos y bioéticos que sustentan el ejercicio pro-
fesional de la enfermería como practica social. La profe-
sión de enfermería ha concedido siempre una gran rele-
vancia a las exigencias éticas vinculadas a su quehacer.

2.2. FUNCIONES DE ENFERMERÍA

Según las OMS, las funciones principales de la enfer-


mera son: participar en la promoción de la salud, la
prevención, curación y rehabilitación de enfermedades,
desarrollar programas educativos sobre salud, trabajar
de forma efectiva en un equipo de salud, e investigar.
Todas estas tareas se integran en el concepto de cui-
dado y son tanto más efectivas en la medida que se
estructuran dentro de un marco ético.

2.3. VALORES EN ENFERMERÍA

El fortalecimiento de una cultura organizacional basado


en los valores, en conductas éticas de responsabilidad
social ha promovido grupos que ostentan y comparten
mejores prácticas de responsabilidad bajo el liderazgo
de organizaciones como las Naciones Unidas.

Los profesionales de salud y entre ellos enfermería tie-
ne la responsabilidad moral y legal de cuidar a la per-

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

sona, familia y comunidad durante todo el ciclo de vida


en los procesos de salud-enfermedad aplicando conoci-
mientos, destrezas y ética profesional.

Potter Perry, expone que la práctica de enfermería es


una ocupación moral. Esto significa que forma parte
de la propia naturaleza de la enfermería el ocuparse,
en el sentido más amplia de lo que “debería” ser para
los seres humanos. En colaboración con el paciente, las
enfermeras pretenden alcanzar objetivos válidos (una
buena práctica sanitaria, la curación después de una en-
fermedad o de una lesión o una muerte tranquila).

El papel profesional del enfermero(a) está relacionado


con los pacientes y sus familias en momentos más ín-
timos y vulnerables de la vida y en este papel siempre
tienen la capacidad de afectar a esta relación para bien
o para mal. A consecuencia de esto, no hay nada en la
enfermería que sea moralmente neutro. Es imposible
ser una enfermera sin considerar qué es lo que tiene
valor. En el nacimiento y en la muerte, en la felicidad y
en el sufrimiento, en la curación y en la enfermedad, la
enfermera y el paciente establecen una relación signifi-
cativa para ambos.

Gran parte de la práctica de enfermería se relaciona


con los conocimientos técnicos (es decir, el aprendizaje
de los motivos y los métodos para realizar las técnicas
necesarias). Es importante que un profesional de en-
fermería aprenda, por ejemplo, la teoría y las técnicas
apropiadas de reanimación cardiopulmonar (RCP). De

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Ética cristiana en la enfermería

igual importancia en la aplicación de la RCP es el co-


nocimiento moral del profesional de enfermería que le
ayudará a saber cuándo y a quién debería realizarse la
RCP. De forma inevitable, éste también puede encon-
trarse con que algunos casos de RCP entran en conflicto
con su escala personal de valores.

El profesional de enfermería trabaja bajo la influencia


de una escala de valores tanto profesional como per-
sonal cuando entra en relación con los pacientes. A su
vez, cada paciente tiene una escala de valores única. En
algunos momentos, los valores del profesional de enfer-
mería pueden entrar en conflicto con los del paciente.

En estos casos, debe comprender cómo pueden influir


sus valores en las decisiones sobre la asistencia al pa-
ciente. El enfermero (a) intenta conocerse a sí mismo
con objeto de comprender mejor las actitudes, senti-
mientos y comportamientos en las relaciones profesio-
nales. Una vez haya identificado los valores que moti-
van su comportamiento personal y profesional, le será
más fácil ayudar a los pacientes a determinar los valo-
res que influyen en sus actitudes y comportamientos.

La comprensión de los valores personales y profesio-


nales de uno mismo y los fundamentos éticos sobre los
que se construye la enfermería ayudan al enfermero
(a) a enfrentarse a la angustia e incertidumbre morales,
a los desafíos, a los valores personales y a los dilemas
éticos que con frecuencia influyen en la práctica de la
enfermería.

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

2.3.1. Definición de valores

La palabra valor deriva del latín valor, valere que sig-


nifica fuerza, salud, estar sano, ser fuerte. Cuando de-
cimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno,
digno de aprecio.

El acuerdo existente sobre los valores entre los auto-


res clásicos (Kluckhohn, 1951: Maslow, 1959; Rokeach,
1973) referidos por Potter y Perry (2002) ,es suficien-
te como para afirmar que valor es una creencia per-
sonal sobre la validez de una determinada idea, acti-
tud, costumbre u objeto que establece patrones que en
el comportamiento. Si un individuo mantiene un valor
particular, él o ella han elegido, interpretado, justificado
y preferido personalmente este valor sobre otros. Los
valores que mantiene un individuo reflejan las necesi-
dades personales, las influencias culturales y sociales y
las relaciones con las personas allegadas. Los valores
varían entre los individuos, desarrollándose y cambian-
do a medida que pasa el tiempo. Una escala de valores
bien desarrollada puede ayudar a reducir el conflicto
durante la toma de decisiones.

Uustal referido por Potter y Perry (2002) resume los


elementos comunes en las definiciones de valores. La
acción de valorar posee componentes cognitivos, selec-
tivos, afectivos y de acción. Un individuo reflexiona,
elige, tantea y actúa de acuerdo con sus valores perso-
nales importantes. Algunos valores tienen menor im-
portancia que otros, en función de las elecciones que
realiza un individuo o de sus prioridades.

29
Ética cristiana en la enfermería

Los valores son importantes, porque sirven para dise-


ñar nuestra conducta por adelantado, seleccionar las
palabras, los pensamientos que vamos a abrigar, pue-
den cambiar verdaderamente a una persona, una fami-
lia o una nación.

2.3.2. Formación de valores

Los valores se aprenden de una forma tanto consciente


como inconsciente mediante la observación, el razona-
miento y la experiencia. Un individuo observa compor-
tamientos en determinadas situaciones y se da cuenta
de la respuesta que producen. Los comportamientos
satisfactorios o productivos se convierten así en guías
de conducta. Los estudiantes de enfermería, por ejem-
plo, pueden aprender valores de cuidado .responsable
observando cómo actúa la docente de práctica clínica
en la cabecera de un enfermo.

Los valores también se adquieren a través de la expe-


riencia. Después de experimentar situaciones similares,
una persona reflexiona y evalúa los éxitos y fracasos
de determinados comportamientos. La retroalimenta-
ción social que recibe una persona al comportarse de
una determinada manera ayuda a determinar si éste se
adquiere o no de forma permanente. El estudiante de
enfermería que recibe un elogio de la docente de prác-
ticas tras realizar una tarea probablemente continuará
realizando bien esa tarea.

30
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Es saludable reforzar comportamientos positivos para


convertir a los profesionales de enfermería en altamen-
te competentes.

2.3.3. Valores Básico de Enfermería

Amor. Es el atributo más valorado por Dios.

Los profesionales de salud que aman sienten respeto


por sus semejantes, sea usuario o cualquier miembro
del equipo de salud. Se preocupan por su bienestar y
están llenos de bondad. Ser bueno, no quiere decir ser
blando, sumiso, ingenuo. Al contrario, los buenos se dis-
tinguen por su fuerte personalidad, la cual se traduce
en inagotables dosis de energía y optimismo y se re-
fleja en su cálida sonrisa y sentimientos de confianza y
respeto. El amor, humaniza, convierte a las personas en
sensibles al dolor ajeno. Ejemplo tenemos en Jesucristo,
que su vida fue una demostración de hacer el bien a la
humanidad. Jesús mismo dijo “Ejemplo os he dado”,
(S. Juan 13:15) el ejemplo de hacer el bien por amor y
misericordia. El amor debe ser el principio que impulse
el servicio, el comportamiento moral de la persona. Por
eso, S. Pablo refiere que debemos vestirnos de amor
porque es el vínculo perfecto (Colosenses 3:14) además
que ocupa el primer lugar en la escala de valores (Gá-
latas 5:22).

El amor es el principio fundamental del gobierno de


Dios en los cielos y en la tierra, y deben ser el funda-
mento del carácter de la enfermera y de su actuar fren-

31
Ética cristiana en la enfermería

te al paciente. Sólo este valor puede hacer estable el


servicio profesional.

Sólo el amor puede habilitarlo para el ejercicio de una


profesión de
calidad.

Un servicio por amor al usuario, hace de la calidad un


hábito y un marco de referencia, anticipa y satisface
consistentemente las necesidades del usuario ,muestra
respeto, tiene la convicción íntima de que es un honor
servir, tiene una actitud positiva y dinámica y su que-
hacer está fuertemente sustentado en un marco ético.

Si aceptamos que somos hijos de Dios, debemos brindar


los cuidados de enfermería por amor a quien es seme-
jante a nosotros por la obra de la creación.

Comunicación. El valor de la comunicación ayuda a


intercambiar de forma efectiva pensamientos, ideas y
sentimientos con las personas que nos rodean, en un
ambiente de cordialidad y buscando el enriquecimien-
to personal de ambas partes. La comunicación terapéu-
tica constituye un innovador enfoque en los cuidados
de enfermería donde las áreas psicológicas, culturales,
sociales y familiares del paciente son de primordial im-
portancia para su salud.

Este valor conlleva a tener las mejores relaciones con el


paciente, familia y equipo de salud. Se deben evitar los
rumores que pueden destruir la unidad del equipo de

32
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

salud así como las conjeturas que son una obra infernal.
Se deben refrenar las palabras severas y ásperas y pe-
dir la dirección de Dios para que las palabras y acciones
sean un bálsamo para los pacientes, familia y equipo de
salud.

Confiabilidad. Es la seguridad firme que se tiene de una per-
sona, por la relación de amistad o la labor que desempeña.
La confianza en la raíz de la motivación. Significa que el pro-
fesional de salud se hace merecedor de confianza y respeto
por sus conocimientos y su honestidad, al transmitir infor-
mación, dar enseñanza, hacer un procedimiento y ofrecer
un cuidado. Un ambiente terapéutico donde existe confianza
fortalece las relaciones personales y brinda felicidad y ale-
gría. En 2 Corintios 7:16 S. Pablo dice de los corintios: “Me
gozo de que en todo tengo confianza en vosotros”.

Una institución se hace digna de confianza a través de la


historia de la misma y, prueba de ello, es la satisfacción de
los usuarios que han recibido sus servicios. Si el usuario no
confía en el profesional, si no tiene fe en su arte y en su
capacidad para aliviar el dolor, resulta imposible la relación
de ayuda, puesto que esta se fundamenta, esencialmente, en
un acto de confianza. Por ello, la única forma de mantener y
acrecentar la confianza en el tiempo es dando unos cuidados
de calidad. Para esto es necesario la formación de profesio-
nales competentes con la voluntad de seguir aprendiendo
más.

Confidencialidad. La confidencialidad se demuestra en


no divulgar, ni permitir que se conozca la información

33
Ética cristiana en la enfermería

confidencial que directa o indirectamente se obtenga


sobre la vida, la salud, la enfermedad y las causas de
la muerte de quienes de algún modo se relacionan con
el ejercicio profesional. El respeto a la confidenciali-
dad abarca lo que concierne al mundo de la persona,
su cuerpo físico, su historia, su espiritualidad, ideas, se-
cretos, creencias y los datos de otras personas, institu-
ciones en cuanto que de algún modo se relacionan con
la salud. Este valor tiene ciertos límites por la posible
repercusión personal o social de algunas situaciones del
paciente y el deber de todos por proteger el bien común
sin que esto suponga atropellar la dignidad de las per-
sonas.

Los profesionales que forman parte de un equipo inter-


disciplinar de salud tienen que aprender a discernir qué
deben expresar por escrito de lo que saben de su des-
tinatario, qué deben comunicar oralmente a los otros
miembros de su equipo y qué tienen que mantener
en silencio y no revelar, ni tan siquiera a otros compa-
ñeros.

Los límites de la confidencialidad son:

1. Cuando al paciente le concierne y convenga.

2. Que el paciente haya autorizado romper lo que se


mantenía en secreto.

3. A los familiares del paciente si la revelación es útil al


tratamiento.

34
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

4. A los responsables del paciente cuando se trate de


menores de edad o de personas mentalmente incapa-
ces.

5. A los interesados cuando por defectos físicos irreme-


diables o enfermedades infectocontagiosas, genéticas o
hereditarias, se ponga en peligro la vida de los cónyu-
ges o de su descendencia.

6. Cuando se debe compartir la información por el sis-


tema de atención de la institución.

7. Cuando es necesario para proteger la salud o bienes-


tar de la sociedad.

8. Por mandato de Ley, a las autoridades judiciales o de


salud.

Honestidad.

Integridad. Del latín integritas que significa cualidad de


integro, que no carece de ninguna de sus partes, es la
persona recta, proba, intachable.

Integridad deriva de “entera”, es decir, que hay unidad


en ella y no muestra “varias caras” sino que mantie-
ne los mismos principios en todas las situaciones. Los
profesionales de enfermería íntegros hacen lo que pre-
dican, y tienen ideas claras, no mienten, son un buen
referente y una bendición en su trabajo. Como lo refiere
S. Pablo en el libro de Tito 2:7 “Presentándote tú en

35
Ética cristiana en la enfermería

todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza,


mostrando integridad”. Caminar en integridad hace que
la familia sea feliz porque se le considera como una per-
sona ecuánime que gana el respeto de sus colegas y
vecinos. Esta parte se refuerza con la cita de Proverbios
20:7 que sostiene que “Camina en su integridad el justo;
sus hijos son dichosos después de él”. La integridad del
profesional de enfermería se expresa en una relación
equilibrada entre las dimensiones física, psicológica, so-
cial, intelectual y espiritual.

La integridad orienta el proceso de cuidado de enfer-


mería a la persona, familia y comunidad, con una visión
unitaria. El principio de totalidad busca el bien de toda
la persona.

Lealtad. Del latín legalis que quiere decir cumplimiento


de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor.
La lealtad está relacionada con el sentimiento de apego,
fidelidad y respeto que nos inspiran las personas a las
que queremos o las ideas con las que nos identificamos.
La lealtad se caracteriza por el fuerte compromiso a de-
fender lo que creemos y en quién creemos así como de
cumplir los compromisos .La prestigiosa escritora White,
Elena en su libro La Educación, dice que la mayor nece-
sidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni
se compren, hombres que sean sinceros y honrados en lo
más íntimo de sus corazones, hombres que no teman dar
al pecado el nombre que le corresponde, hombres cuya
conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo.

36
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Liderazgo. Es una persona emprendedora y con inicia-


tiva, con la habilidad de saber, transmitir sus pensa-
mientos a los demás, comprende a las personas y tiene
capacidad para convocar equipos de trabajo eficientes.

Los líderes de este milenio, dice Cornejo y Rosado M.


A. (2008) son aquellos que han hecho de los valores el
ser, el bien, la belleza y la verdad, su brújula existencial
y viven de acuerdo con estas convicciones. El liderazgo
es una relación de confianza y respeto mutuo en la que
una persona que ocupa un puesto de responsabilidad
procura influir sobre el modo de pensar, los valores y la
conducta de un grupo de personas con el fin de alcanzar
objetivos compartidos con la misión institucional.

Optimismo. Es el valor que ayuda a enfrentar las difi-


cultades con buen ánimo y perseverancia.

Paciencia. Es el valor que hace a los profesionales de
enfermería tolerar, comprender y soportar los contra-
tiempos y las adversidades con fortaleza, sin lamentar-
se, moderando sus palabras y su conducta para actuar
en concordancia a la situación.

Las citas bíblicas que fundamentan la paciencia se en-


cuentra en Romanos 5:3, 15:5; Gálatas 5:22; Efesios 4:2;
Hebreos 12:1; S. Lucas 21:19.

Sobre la paciencia, White, E. (1995h) argumenta que


“Las enfermeras deben manifestarse animosas, tranqui-
las y serenas. Todo apuro, toda agitación y toda confu-

37
Ética cristiana en la enfermería

sión debe evitarse…y toda la familia debe conservar la


calma” (p. 404).

El valor de la paciencia es un rasgo de una personalidad


madura, que demuestra que los profesionales de enfer-
mería esperan con calma a que las cosas sucedan en
el momento oportuno, porque saben que las cosas que
no dependen estrictamente de uno, se les debe otorgar
tiempo.

a paciencia es la habilidad de captar el ritmo del otro y


actuar conforme a sus necesidades y posibilidades. Una
persona paciente no actúa velozmente, ni hace correr a
su destinatario. Se pone a su nivel. Este fenómeno está
muy ponderado por las personas mayores y/o en situa-
ción de dependencia. Valoran, especialmente, al profe-
sional que les dedica tiempo, que les acompaña sin prisa,
sin angustiarlos, que no les impacienta con su presencia.
También los profesionales de enfermería consideran que
su trabajo comporta una gran dosis de paciencia. Cons-
tatan que no es fácil adaptarse al ritmo del otro, a los
cambios de humor que experimenta la persona cuidada
y que, para alcanzar este objetivo, hay que hacer una
planificación flexible y saber adaptarse a los hechos in-
esperados que se producen a lo largo de la actividad.

Responsabilidad. Proviene del latín respondere que


significa responder. Es la capacidad para reconocer y
aceptar las consecuencias de un hecho realizado libre-
mente. La responsabilidad es la obligación moral y legal
de cumplir con lo que se ha comprometido.

38
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Cada profesional de enfermería debe responder por sí


mismo. Nadie puede obedecer o desobedecer en lugar
de otra persona. Nadie puede justificar el descuido de
su deber por causa de un descuido similar de su colega.

White, (1995h) expone que los profesionales de en-


fermería son responsables del cuidado que brindan
al paciente y que en algunos casos se ha actuado con
irresponsabilidad. La autora dice que “La ignorancia, el
olvido y la negligencia han causado la muerte de mu-
chos que hubieran vivido si hubieran recibido el debido
cuidado por parte de enfermeras juiciosas y atentas…
Es preciso que recuerden siempre que al desempeñar
sus tareas diarias están sirviendo al Señor… Hay ángeles
de Dios en las habitaciones en que son atendidos estos
enfermos, y la atmósfera que rodea a quienes los tratan
debe ser pura y fragante” (p.405).

Esta declaración hace notar que descansa sobre los profesio-


nales de enfermería una gran responsabilidad y se demanda
de ellos una estricta cuenta por la forma en que se han des-
empeñado al brindar el cuidado del paciente. En el campo
de la salud, el que es responsable lleva a cabo su trabajo con
diligencia, seriedad y prudencia, porque sabe que las cosas
deben hacerse bien desde el principio hasta el final.

Inteligencia. El concepto de este valor está asociado a la


capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. En el li-
bro Bíblico de Job, asocia a este valor con “apartarse del
mal”. Job 28:28. Cada día debemos pedir a Dios que nos
de inteligencia para tomar las mejores decisiones éticas.

39
Ética cristiana en la enfermería

Solidaridad. Del latín solidus que significa sólido, maci-


zo, firme, seguro. Es el valor que inclina al profesional
de enfermería a sentirse unido a sus semejantes y a
cooperar con ellos.

La solidaridad es la cohesión o integración ordenadora de


las personas para asociar esfuerzos con el propósito de
lograr determinados fines a nivel personal, familiar, co-
munitario, nacional e internacional. Este valor se basa en
el derecho humano fundamental de unión y asociación, en
el reconocimiento de unas raíces y otros fines comunes de
los hombres, sus igualdades en cuanto a que pertenecen
a la misma especie y comparten un mismo medio natural
que todos necesitan, deben respetar y conservar. El ser
humano individualmente y en grupo tiende, de manera
natural, a sentirse vinculado con aquellos con quienes
comparte intereses semejantes como el de cuidar la salud.

Cuando la solidaridad persigue una causa noble y justa,


cambia el mundo, lo hace mejor y más digno.

Tolerancia. Este valor se fundamenta en el principio de


la dignidad humana. La palabra tolerancia deriva del
verbo latino tolerare, que significa soportar, sufrir, sos-
tener. Tolerancia significa respetar a las personas en sus
diferencias, sin hacerse cómplice de sus errores en sus
decisiones y actuaciones. La tolerancia es clave para la
convivencia, como también lo es el respeto. La toleran-
cia y el respeto se tienen que situar en el lugar que les
corresponde, es decir, exigiendo el bien. Imponer una
tolerancia sin control conduce a la relajación y, a la lar-

40
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

ga, a la violencia. Por el bien de la sociedad, incluso de


los tolerados, la tolerancia debe ir acompañada de la
exigencia de un comportamiento correcto. Una última
consideración: la tolerancia no está, ni debe estar, reñi-
da con la exigencia. No se puede confundir con dejarlo
pasar todo. El cuidador tiene que ser tolerante con la
persona cuidada, pero no puede ser permisivo. No son
aceptables ni la disciplina autoritaria, ni tampoco el otro
extremo: la anarquía irresponsable. Tolerar el mal pu-
diendo impedirlo es complicidad.

Con el argumento de ser tolerantes, muchos derechos fun-


damentales son violados, tales como el derecho a la vida,
la integridad física, la vivienda, el trabajo, la procreación
responsable, la participación comunitaria, la libertad de
conciencia etc.

Veracidad. La veracidad es la armonía entre lo que se


es, siente, piensa, dice y hace la persona. Este valor
es un fundamento de la ética de enfermería, se define
como la obligación de decir la verdad, y no mentir ni
engañar a otro. La veracidad es parte del respeto que
se debe a las personas. Cada persona tiene derecho a
que se le diga la verdad, que no se le mienta ni engañe.
Los profesionales de enfermería están obligados a ser
veraces, porque de lo contrario debilitaría la confianza
del paciente y la eficacia de su relación.

White (1995g) dice en forma contundente que “Nunca


debe el médico o el enfermero rebajarse al punto de
mentir”(189).Se debe recordar que la persona veraz
permanece para siempre (Proverbios 12:19).

41
Ética cristiana en la enfermería

Permanente actualización. Este valor es básico para el


desarrollo del profesional de enfermería. Es un deber
ético demostrar una sólida preparación basado en co-
nocimientos científicos, técnicos y humanísticos que
asegure la alta calidad de los cuidados.

White, (1995h) sostiene que la “ educación debiera con-


tinuar durante toda la vida; cada día debierais aprender
y practicar los conocimientos obtenidos”(p.402).

El conocimiento es poder y ese poder se traduce en es-


tatus dentro de la sociedad y para obtenerlo es nece-
sario mantenerse en permanente actualización y per-
feccionamiento profesional. Se ha demostrado que los
profesionales de enfermería mejor informados y forma-
dos acceden a mejores niveles en su campo profesional
y en la vida.

El Código de Ética y Deontología del Colegio de Enfer-


meros del Perú, en el artículo 20, dice que la enferme-
ra(o) es responsable de su actuación profesional y de
mantener vigente su competencia por medio de la capa-
citación continua, de acuerdo a los avances científicos,
tecnológicos, técnicos y culturales. White, (1995). refie-
re que a medida que los enfermeros utilicen conscien-
temente el conocimiento que obtengan, aumentarán sus
competencias y llegarán a estar mejor calificados para
ser “las manos ayudadoras del Señor” (p. 384).

Respeto. Deriva del latín respectus que significa aten-


ción o consideración.

42
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

El respeto es un valor que permite que el hombre pue-


da reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades
del prójimo y sus derechos. Es la base fundamental para
una convivencia sana y pacífica entre el equipo de sa-
lud. Para practicarlo es necesario tener una clara noción
de los derechos fundamentales de cada persona.

El respeto abarca todas las esferas de la vida, empe-


zando por el que nos debemos a nosotros mismos, a
los miembros del equipo de salud, a los pacientes y su
familia hasta el que le debemos al ambiente, a los seres
vivos y a la naturaleza en general. El respeto permite
que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia
en base a normas.
Cuando se siente respeto hacia alguien, se presta aten-
ción a todo lo que dice y hace, pero no juzgamos, ni va-
loramos sus actos. El respeto se concreta de dos formas:
exige no causar daño al otro y tratarlo con la dignidad y
la humanidad que se merece como hijo de Dios.

2.4. CONCEPTOS DE ÉTICA PARA ENFERMERÍA

La defensa, la responsabilidad, la cooperación y el cui-


dado se encuentran entre los conceptos éticos que pro-
porcionan información para la toma de decisiones por
los profesionales de enfermería.

2.4.1. Defensa

El Código de Ética para Enfermeras del ICN (por sus


siglas en inglés; International Council of Nurses) (ICN,

43
Ética cristiana en la enfermería

2006) establece que la responsabilidad primaria de los


profesionales de enfermería es con la gente que requie-
re cuidados de enfermería.

Casi siempre se define la defensa como una acción que


un defensor toma para representar la causa de otro.

También se ha usado el término defensa para describir la


naturaleza de la relación enfermera-paciente. Numerosas
interpretaciones de defensa en la literatura describen esta
relación de maneras ligeramente diferentes. Una interpre-
tación es del modelo de protección de los derechos de
los pacientes. Este modelo ve al enfermero/a como defen-
sor/a de esos derechos dentro del sistema de salud. Los
profesionales de enfermería informan a los pacientes sus
derechos, se asegura que los pacientes los comprendan,
reporta alguna violación y actúa para prevenir cualquiera
violación de la demanda de derechos de buena fe del pa-
ciente en el futuro. En resumen, esta interpretación ve al
enfermero/a como un árbitro para los derechos humanos
del paciente para y en el cuidado de salud.

En valores, ve al enfermero/a como la persona que


ayuda al paciente a discutir sus necesidades, intereses
y elecciones consistentes con los valores y estilo de
vida del paciente. El enfermero/a no impone decisio-
nes o valores al paciente, sino que ayuda a examinar las
ventajas y desventajas de varias opciones de salud con
objeto de tomar decisiones más consistentes con sus
valores y creencias.

44
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

El modelo de respeto a las personas ve al paciente


como un humano con derecho a respeto. Como defen-
sor/a, el enfermero/a debe considerar en primer térmi-
no, los valores humanos básicos del paciente y después
actuar para mantener y proteger la dignidad humana
del paciente, la privacidad y las elecciones. Cuando el
paciente es incapaz de hacer elecciones, el enfermero/a
defiende el bienestar del paciente como éste lo define
antes de enfermar o como lo define la familia o un re-
presentante, quienes toman decisiones.

El enfermero/a asume la responsabilidad por la manera


en que los valores humanos tienen significado para el
paciente y lo protege durante su enfermedad, siendo
explicable para la sociedad y para la profesión de en-
fermería por la manera en que ésta importante defensa
se llevó a cabo.

El código ICN, por ejemplo, prescribe que los profe-


sionales de enfermería tienen una responsabilidad para
tomar acción apropiada para salvaguardar a los indivi-
duos, familias y comunidades cuando su salud la ponga
en peligro otro compañero de trabajo y de cualquier
otra persona. Esta prescripción requiere básicamente
que el enfermero/a actúe para proteger de algún daño
a pacientes individuales, a sus familias u otros, y a las
comunidades.

45
Ética cristiana en la enfermería

2.4.2. Responsabilidad

El concepto de responsabilidad tiene dos atributos prin-


cipales: ser responsable y responsabilidad. Se puede de-
finir la responsabilidad como estar comprometido con
las propias acciones, y entraña proporcionar razones y
explicaciones satisfactorias para éstas o cómo uno ha
conducido su propia obligación, sino también cualquier
cosa con la cual uno parece tener una relación casual, la
responsabilidad del profesional de enfermeria es para:

• Promover salud
• Prevenir enfermedad
• Restaurar la salud
• Aliviar el sufrimiento

La responsabilidad es un concepto ético importante de-


bido a que la práctica de enfermería involucra una re-
lación entre el profesional de enfermeria y el paciente.

La responsabilidad legal para la práctica de enfermería


se especifica por procedimientos de licencia o registro
y los actos-legislación de la práctica de enfermería. La
responsabilidad moral para la práctica de enfermería se
especifica en el Código de Ética para Enfermeras del ICN
y otros estándares establecidos por los miembros de
la profesión. En el Código de Ética para Enfermeras de
la Asociación Americana de Enfermería) 2001), se hace
notar que la responsabilidad significa ser responsable
de uno mismo y de otros por las propias acciones.

46
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Es importante aclarar, para que la responsabilidad se


cumpla en la práctica de enfermería, necesitan desa-
rrollarse estándares claros de cuidados de enfermería,
y mecanismos para evaluar los niveles de responsabi-
lidad. Los estándares de la práctica de enfermería pro-
porcionan al enfermero/a puntos de referencia para
ellos mismos y valoración y desempeño por parte de
compañeras, a la vez indican una medida de responsa-
bilidad que pueden utilizarse por directores y adminis-
tradores de enfermería, así como autoridades regulado-
ra de profesionales de enfermería encargadas de vigilar
y mantener estándares de práctica profesionales.

2.4.3. Cooperación

La cooperación es un concepto que cuando se aplica en


contextos de sistema de salud, comprende la interacción
colaborativa, coordinada y productiva basada en la con-
fianza, entre miembros de cuidado a la salud multipro-
fesionales en la administración de cuidado a la salud,
segura y de gran calidad. En la práctica, la cooperación
requiere todos los cooperadores (grupo de individuos
involucrados): pensar acerca de otros cooperadores;
tener un propósito común, (cada uno es consciente de
haber contribuido de manera mutua a, y ha estado de
acuerdo en trabajar hacia el logro de un propósito de-
terminado); tomar en cuenta consideraciones éticas en
relación con los otros (p. ej., actuará de manera ética
con los otros); y confiar en los otros de acuerdo con to-
das las consideraciones antes mencionadas.

47
Ética cristiana en la enfermería

La cooperación entre un grupo de individuos (aun cuan-


do no estén relacionados) se considera muy benéfica,
con probabilidad de incrementar los intereses de ambos
individuos y del grupo, y es crítica para lograr metas
sustentables a largo plazo.

La responsabilidad de los profesionales de enfermería


a ser cooperativos se establece con claridad bajo el es-
tándar 4 Código de la ICN (2006), de manera notable.
“La enfermera mantiene una relación cooperadora con
sus compañeros de trabajo y de otros campos”.

La cooperación estimula redes de apoyo mutuo y rela-


ciones cercanas. El concepto de cooperación apoya de
trabajo dichas acciones como trabajar con otros hacia
metas compartidas, manteniendo promesas, preocupa-
ciones mutuas y sacrificando intereses personales para
el mantenimiento a largo plazo de la relación profesio-
nal. Todas estas acciones expresan sentimientos tradi-
cionalmente valorados por toda la humanidad y apoyan
la colaboración profesional al diseñar y administrar cui-
dado seguro y de calidad a los pacientes.

El concepto de cooperación también se expresó como el


poder que permite a los profesionales trabajar juntos.
Las advertencias de Florence Nightingale enfatiza este
aspecto en el siguiente pasaje.

“La salud de unidad es la salud de la comunidad. A me-


nos que tenga la salud de la unidad no hay salud comu-
nitaria. L competencia, o cada hombre por si mismo, y

48
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

el demonio en nuestra contra, pueden ser necesarios, se


nos ha dicho, pero es el enemigo de la enfermedad. La
combinación del antídoto –intereses combinados para
asegurar el mejor aire, la mejor comida-, y todo lo que
hace útil la vida, saludable y feliz. No existe tal cosa
como la independencia. En lo que se refiere a éxito, el
nuestro se apoya en combinación”. (Nightingale referido
por Fry (2010, p 44).

La cooperación parece formar la base de la idea de Ni-


ghtingale de combinación humana, manteniendo y re-
forzando una comunidad de enfermeras que trabajan
hacia una meta común.

La cooperación es también un concepto altruista debido


a que expresa las uniones humanas que crecen por tra-
bajar y dedicar más tiempo juntas.

Puede amenazar el cuidado del paciente si las relacio-


nes con miembros de la profesión y compañeros de
trabajo se vuelven más importantes que la seguridad
y calidad del cuidado del paciente El papel apropiado
para la cooperación, sin embargo, es el mantenimiento
de las relaciones y condiciones de trabajo que expresan
obligaciones hacia el paciente con las cuales se está en
acuerdo mutuo.

La cooperación puede ayudar a unir enfermeros/as y
otros trabajadores de servicio de salud hacia una meta
compartida para mejorar el cuidado del paciente. Junto
con la defensa y la responsabilidad, la cooperación ayu-

49
Ética cristiana en la enfermería

da a formar un marco de referencia conceptual fuerte,


que permite a los profesionales de enfermería a cono-
cer los requerimientos de ola práctica profesional.

2.4.4. Cuidados

Se ha relacionado el concepto ética de cuidado como


fundamento para la relación enfermera-paciente y para
la atención de comportamientos considerados funda-
mentales al papel de la enfermera. La importancia de
los cuidados en enfermería se demuestra por la crítica
relación de la salud humana.

El cuidado de enfermería se dirige de manera específica


hacia la protección de la salud y bienestar de los pacientes.
Cuando se valora el cuidado como importante para la fun-
ción de enfermería, ello indica un compromiso hacia ciertos
resultados del paciente, tales como la protección de la dig-
nidad, así como la preservación de la salud humana.

Otros han definido al cuidado como una obligación o


deber moral de los profesionales de la salud. (1985).
Por consiguiente, está obligado a promover lo bueno
de alguien con quien se tiene una relación especial. La
relación enfermera-paciente es una relación especial.
Porque es creada por la necesidad del paciente de cui-
dados de enfermería. Las enfermeras están obligadas
a mostrar comportamientos de cuidados hacia aquellos
que los necesitan, pues al hacerlo se promueve el bien-
estar del paciente.

50
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

También se puede definir como una manera de com-


promiso con otros, creando preocupación acerca de
cómo los individuos viven su mundo. Ello requiere sen-
timiento y habilidades de conexión y compromiso, así
como conocimiento y habilidades. En un estudio de la
experiencia de cuidado, se identificaron cuatro tipos de
cuidados como compromiso: estar con el paciente, res-
petarlo, sentir con y por el paciente, y cercanía con éste.
Todos estos tipos de cuidados parecen importantes para
el compromiso con otros y del lugar a numerosos y dis-
tintos aspectos del fenómeno de cuidado. Primero, el
cuidado es un estado natural de la existencia humana,
compartiendo por cada ser humano. Es la principal vía
que todos los humanos se relacionan con su mundo y
con cada uno. Como sentimiento natural del ser huma-
no, el cuidado es un sentimiento y una actitud universal
en todas las especies humanos. Este es el tipo de cui-
dado que comúnmente se observa entre madre e hijo.

Segundo, el cuidado es con frecuencia una precondi-


ción de o un antecedente de cuidado acerca de otras
entidades. Este aspecto de cuidado lo describe un autor
cuando declara que existe la idea conceptual de cuida-
do como una característica estructural del crecimiento y
desarrollo humano, antes de iniciar el proceso de cuida-
do verdadero. Se debe tener experiencia con el cuidado
antes de atender al alguien por algo o alguien.

Un tercer aspecto de cuidado identifica los ideales mo-


rales o sociales, tales como la necesidad humana de ser
protegido de los elementos o la necesidad de amor. La

51
Ética cristiana en la enfermería

práctica de enfermería está enlazada con esta moral e


ideales sociales porque el cuidado ocurre dentro del
contexto de salud, el cual resuelve las necesidades de
la comunidad.

El cuidado, por lo tanto, es una obligación ética y no


simplemente un comportamiento humano. Como obli-
gación ética, su significado siempre se interpreta en
términos de obligaciones especiales entre individuos
dentro de un contexto determinado.

Existe un costo potencial personal del cuidado por la


parte de la enfermera que no ha sido comprendida o
investigada de manera adecuada. Sin embargo, las con-
ductas de cuidado por parte de la enfermera deben es-
perarse y valorarse por la profesión y el público. El cui-
dado se considera universalmente fundamental para la
función del profesional de enfermería, en que la salud
humana está implicada, y su relevancia con el bienestar
del paciente continúa siendo analizada.

2.5. ÉTICA Y DIGNIDAD DE LA PERSONA

La etimología del concepto de dignidad es amplia. Sig-


nifica excelencia, realce, decoro de las personas en la
manera de comportarse, cargo o empleo honorífico y
de autoridad.

Según Gómez, (2008) refiere que la dignidad es valio-


sa como lo es el llamado por Aristóteles, principio más

52
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

firme, axioma primero del orden matemático y condi-


ción del fundamento lingüístico. Es decir, el axioma es
el principio de no contradicción sobre cuya validez es
imposible engañarse. La dignidad está articulada dentro
de este concepto, constituye algo que se evidencia por
sí mismo, pues su criterio es razón de razones.

Desde el punto de vista ontológico, la dignidad es afir-


mar que la persona es merecedora de un respeto y de
unas consideraciones especiales. La persona es digna y
lo es intrínsecamente, no por razones externas; es digna
por el simple hecho de ser persona. Esta dignidad se
halla incondicionalmente ligada a su naturaleza racio-
nal y libre. Esa dignidad referida a la nobleza, la hace
merecedora de respeto y superior al resto de los seres
vivientes.

La dignidad axiológica marca la independencia de cada


persona frente a sus semejantes. El hombre es digno
porque es libre, es dueño de sus actos y debe responder
por ellos. La libertad es la expresión de la dignidad hu-
mana en cuanto refleja una forma superior de ser.

Supone que el hombre puede dirigirse por sí mismo y


puede determinar la dirección de su existencia.

La persona humana es un ser único, diferente de todos


los seres vivos, poseedor de características racionales
y cualidades que lo hacen distinto de todos los seres
de la naturaleza, lo cual justifica un trato acorde con su
dignidad ontológica.

53
Ética cristiana en la enfermería

La dignidad, la libertad, la autonomía y el respeto por


la vida son condiciones de la persona y paradigma de
valores de los seres humanos. El verdadero sentido de
la dignidad humana es hacer uso de su propia libertad
hasta el final de sus días en la tierra. Expresión de tal
dignidad es que el ser humano mantenga una disposi-
ción ética frente a sí mismo y frente a los demás.

La dignidad inalienable del hombre se encuentra so-


bre todo cuando no hay en el hombre nada más que su
humanidad. Cuando ya no le queda juventud, belleza,
poder inteligencia, riqueza, salud o cualquiera otra de
esas características por las cuales una persona puede
dispensarnos un favor, sernos agradables, ser motivo
de atracción. Cuando a una persona no le queda nada,
sino su condición de persona en el sufrimiento, en ese
momento se pone de relieve con mayor elocuencia su
dignidad inalienable. Por ello la llamada a manifestar
amor a la persona en ese momento es una pieza esen-
cial de la cultura moral, del cultivo del corazón humano,
(1999).

Según Tomás de Aquino, la persona es lo más digno de


toda la naturaleza. Korniejchuk (2005) afirma categó-
ricamente que el ser humano es portador de la imagen
de Dios (Génesis 1:27,28), dotado de creatividad para
percibir y desarrollar valores estéticos y éticos, con una
mente que lo conecta con Dios y el infinito. Esto le im-
prime un gran valor a la persona. El hombre por la mis-
ma naturaleza y la ley divina está hecho para hacer el

54
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

bien y evitar el mal, lo que se concretiza en la concien-


cia moral del hombre.

La dignidad de la persona constituye el fundamento de


los derechos humanos. ¿Hay una afinidad entre la pala-
bra persona y dignidad? ¿Existe algún fundamento teó-
rico para esta articulación? ¿Cómo puede el hombre al-
canzar un lugar privilegiado? La respuesta a la primera
pregunta es afirmativa. El reconocimiento de la realidad
ontológica de la persona está intrínsecamente ligado a
su realización axiológica, es decir, la dignidad.

El hombre, a quien le corresponde la dignidad de persona,


no es algo, es alguien. Es decir, el hombre no es un qué sino
un quién.

Es aquí donde está la diferencia sustancial del hombre


con los otros seres de la naturaleza. Dios mismo tomó
un tiempo especial para la creación del hombre, según
registra Génesis 1:26, 27; 2:21-23.

Para Kant, referido por Gómez (2008) el hombre es el


fin último de la creación, con una estructura anatómica
del cuerpo humano la cual exige una inteligencia racio-
nal.

El principio de la humanidad es un imperativo categó-


rico para la persona, según Kant, y que la humanidad
se debe aplicar a la propia persona como a la persona
de cualquier otro. Este mandato plantea un compromiso
deontológico con todas las personas como miembros de

55
Ética cristiana en la enfermería

derecho al colectivo humanitario que poseen dignidad y


que son valiosos por haber sido creados por Dios.

Por lo tanto, cada persona merece respeto en cuanto


es objeto del amor paternal de Dios y debe ser trata-
do como un hermano. La religión cristiana acentúa la
creencia en la unidad de la especie humana y en la pre-
sencia de un valor intrínseco en todo ser humano. Así,
toda persona debe ser tratada como un hijo de Dios
porque todos somos hermanos en la fe, según lo pre-
senta el profeta Malaquías 2:10.

56
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán
El profesional de enfermería promete
prestar su cuidado a los usuarios...

III. ÉTICA DEL CUIDADOR

Ser un profesional significa que una persona hace una


promesa de hacer y ser lo que requiere la profesión. El
profesional de enfermería promete prestar su cuidado a
los usuarios, promocionando el bienestar dentro de un
marco de beneficencia, justicia y autonomía. Reconoce
que la vida es un don de Dios y respeta los derechos
humanos y del paciente. Aplica normas y estándares en
la práctica clínica, gestión, investigación y formación de
nuevos profesionales teniendo en cuenta los principios
y valores éticos.

Pero hay un aspecto importante, los profesionales de Enfer-


mería deben tener en cuenta que para rendir un trabajo de
calidad, deben cuidar con celo e inteligencia todo lo que Dios
les ha confiado, su propia salud, incluyendo el cuerpo que es
Templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6: 19,20).

Dios es tan bueno con nosotros que todas sus reglas son
para nuestra salud y bienestar. White (1995d) refiere
que “La eficiencia de quien cuida a los enfermos de-

57
Ética cristiana en la enfermería

pende, en buena parte, de su vigor físico. Cuanto mejor


sea su salud, mejor podrá aguantar la tensión requerida
para atender a los enfermos, y mejor podrá desempeñar
sus deberes. Los que cuidan a los enfermos deben pres-
tar atención especial al régimen alimentario, al aseo, al
aire puro y al ejercicio” (p.404).

White referido por Cadwallader (2010) sostiene que “La


vida es un asunto importante, un depósito sagrado”p.20.
La vida es un gran tesoro que debe ser cuidado con es-
mero. El profesional de enfermería debe gozar de buen
estado de salud. Pero las evidencias indican que mu-
chas veces no se está cumpliendo con el cuidado propio
de la salud y esto afecta a su persona, el cuidado que
se brinda al paciente y también a su institución laboral.

En Eclesiastés 2: 25 se encuentra la cita divina sobre el


cuidado de la salud. ”Porque ¿quién comerá, y quien se
cuidará, mejor que yo?

El cuidado de la salud es una responsabilidad moral y


religiosa de los Profesionales de Enfermería.

El cuerpo es el único medio por el cual la mente y el


alma se desarrollan para la edificación del carácter.

Dios, en su sabiduría, proveyó 8 remedios naturales


que, de ser practicados, preservaran la salud de cada
persona. También se le conoce como los factores pro-
tectores de la salud, que a saber son:

58
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

• Agua pura
• Descanso
• Ejercicio
• Luz solar
• Aire puro
• Nutrición
• Temperancia
• Esperanza en Dios

1. AGUA

Es una gran bendición del cielo tener agua para el uso interno
y externo. Es la bebida que Dios proveyó para apagar la sed.

Los beneficios del agua son muchos entre ellos tenemos:

• Regula la circulación sanguínea.

• Calma el nerviosismo.

• Mejora la capacidad mental: Tras realizar una se-


rie de experi mentos, un equipo de investigadores
encontró que ingerir el líquido puede acelerar los
tiempos de reacción de los individuos: Los investi-
gadores llegaron a estas conclusiones tras realizar
una serie de experimentos. El tomar agua puede
potenciar el rendimiento mental, sugiere un estudio
realizado por la Universidad de East London School.

• Favorece la respiración.

59
Ética cristiana en la enfermería

• Mejora la digestión, evitando el estreñimiento.

• Elimina toxinas y desechos corporales, al permitir


un correcto trabajo de los riñones.

• Hidrata, limpia y mantiene la elasticidad de la piel,


especialmente 15 días después de comenzar a to-
mar diariamente entre 1 y 2 litros de agua.

• Estimula claramente el correcto funcionamiento


metabólico.

• Hidrata el cuerpo, evitando que los órganos, por


tanto, se friccionen entre sí.

• Es útil para regular el apetito y, por ende, para bajar


de peso al brindar sensación de saciedad.

• Eleva las defensas naturales de nuestro organismo.

• Previene infecciones.

• Es capaz de lubricar las articulaciones, mejorando


así la resistencia de los ligamentos y músculos.

El agua aplicada externamente, es uno de los medios más sen-


cillos y eficaces para regularizar la circulación de la sangre. Un
baño frío o fresco es excelente tónico. Los baños calientes abren
los poros, y ayudan a eliminar las impurezas. Los baños calien-
tes y templados calman los nervios y regulan la circulación.

60
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

2. DESCANSO

La vida en la actualidad es agitada y estresante. El in-


somnio es el signo más frecuente de esta vida agotado-
ra. Cada vez más la gente se droga con sedantes y tran-
quilizantes en su afán por lograr el descanso anhelado.

Algunos enferman por exceso de trabajo. Para tales


personas, el descanso, la tranquilidad y una buena die-
ta son esenciales para la restauración de la salud. Los
estudios indican que durante el periodo del sueño, las
neuronas se limpian de los desechos metabólicos que
han ido acumulándose durante el día. El sueño facilita
al cuerpo la tarea de metabolizar los radicales libres,
moléculas que tienen influencia en el envejecimiento
celular y la producción del cáncer. La falta de sueño li-
mita la producción de leucocitos (efectores celulares de
la respuesta inmune) y de la hormona cortisol, lo que
hace a la persona más propensa a infecciones y a enfer-
medades cardiovasculares. Un sueño reparador beneficia
a tu estado de ánimo y te hace sentir despejado, pero,
a la vez, te sana por dentro. Mientras duermes, todo tu
organismo entra en fase de reposo.

Los órganos están mucho menos solicitados que durante el


día para cumplir sus funciones habituales.

Pero al dormir tu cuerpo no se apaga del todo. Un buen


reposo permite que la hormona, Melatonina y segregada
durante el sueño se libere de forma adecuada. Por su parte,
la hormona del crecimiento se encarga de incrementar el

61
Ética cristiana en la enfermería

desarrollo muscular y todas aquellas sustancias que contri-


buyen a mantener tu sistema inmunológico elevado.

Los consejos prácticos que debemos tener en cuenta


son:

• Por la noche toma cenas ligeras y bebidas hidratan-


tes básicas, como agua o infusiones. Así no sobre-
cargarás a los órganos en sus funciones.

• Duerme antes de la medianoche.

• Recuerda que el sábado es loa bendición del des-


canso semanal.

3. EJERCICIOS

El cuerpo es una máquina creada por Dios para el mo-


vimiento. Las investigaciones certifican sobre la impor-
tancia de los ejercicios y de la dieta como factores esen-
ciales de la buena salud y bienestar. Los beneficios son
muchos, los más resaltantes tenemos:

• Opera cambios en la mente de la persona hacia di-


recciones más positivas independientemente de
cualquier efecto curativo.

• Un programa de ejercicio adecuado fortalece la psi-


quis humana, produciendo moderados efectos posi-
tivos y continuados sobre ciertos estados depresi-
vos, ansiedad, estrés y bienestar psicológico.

62
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

• Aumenta la circulación cerebral, lo que hace al indi-


viduo más despierto y alerta, y mejora los procesos
del pensamiento.

• Mejora y fortalece el sistema osteomuscular


(huesos, cartílagos, ligamentos, tendones).

• Prolonga el tiempo socialmente útil de la persona


así como al mejorar su capacidad física, cardio-vas-
cular, ósea y muscular eleva sus niveles producti-
vos, por lo que retarda los cambios de la vejez.

• Asegura una mayor capacidad de trabajo y ayuda


al aseguramiento de la longevidad al favorecer la
eliminación de toxinas y oxidantes.

• Mejora el aspecto físico de la persona.

• Atenúa la sensación de fatiga, baja los niveles de


colesterolemia, y refuerza la capacidad de la sangre
para disolver los coágulos que pueden conducir a
una trombosis.

• Libera endorfinas, secreciones semejantes a la
morfina, producidas por el cerebro; las endorfinas
amortiguan dolores en el plano corporal y facilitan
sentimientos de placer y hasta de euforia.

• Las personas que han adoptado como estilo de vida
la gimnasia, generalmente duermen mejor, tienen

63
Ética cristiana en la enfermería

menores ansiedades y tensiones. Están práctica-


mente inmunizados contra el estrés.

• Ayudan a la caída en el sobrepeso.

• Factor de longevidad comprobado que contribuye a


la calidad de vida en la vejez.

• Baja la presión sanguínea.

• Mejora el lapso de descanso del músculo cardíaco.

• Amortigua el apetito, aumentando pasajeramente el


nivel de azúcar en la sangre.

“Ningún ejercicio puede reemplazar la acción de cami-


nar” (White, 1995a, p. 197).

4. LUZ SOLAR

La luz solar es el espectro total de radiación electro-


magnética proveniente del sol.

Los beneficios son sorprendentes:

• El cuerpo sintetiza en la piel la vitamina D, llamada


también Cole calciferol.

• Esta vitamina permite que el cuerpo absorba calcio


de las vellosidades intestinales y lo use para mante-
ner los huesos fuertes y saludables.

64
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

• Aumenta el estado de ánimo, evitando o solucionan-


do muchas veces los estados depresivos, ya tratados
desde la antigüedad por las medicinas naturales, en
las distintas culturas del mundo, a través de la Helio
terapia.

• Favorece el tratamiento de los desórdenes del sueño


como el Insomnio, estrés y otros desordenes de ori-
gen nervioso.

• Promueve la producción de vitamina D, la cual es res-


ponsable de la correcta formación ósea, relacionados
por lo tanto en forma directa con la osteoporosis, tan
característica de la edad y la población femenina.

• Fortalece el sistema inmunológico.

• Tonifica todos los procesos vitales y da a la piel un


aspecto saludable y contribuye a tornarla suave y
flexible. White (1995h) presenta un cuadro que nos
hace reflexionar al decir que en la construcción de
edificios de utilidad pública o en los destinados a
viviendas, urge asegurar buena ventilación y mucho
sol. Las iglesias y las escuelas adolecen muchas ve-
ces de deficiencia en este respecto. A la falta de ven-
tilación se debe una gran parte de la somnolencia y
pesadez que contrarrestan el efecto de muchos ser-
mones y hacen enojosa e ineficaz la tarea del maes-
tro. En la construcción de casas es de gran importan-
cia asegurar completa ventilación y mucho sol. Debe

65
Ética cristiana en la enfermería

haber circulación de aire y mucha luz en cada pieza


de la casa. Los dormitorios deben estar dispuestos
de tal modo que el aire circule por ellos día y noche.
Ningún cuarto es adecuado para servir como dormi-
torio a menos que pueda abrirse de par en par cada
día para dar acceso al aire y a la luz del sol. (p.208).

5. AIRE PURO

Es una mezcla gaseosa, constituida fundamentalmente


por oxígeno y nitrógeno, indispensable para respirar y
la existencia del hombre.

Los hogares y edificios modernos se construyen her-


méticamente sellados para ahorrar dinero en energía,
pero esta ventaja puede ser anulada por ventilación de-
ficiente y acumulación potencial de contaminantes del
medio ambiente. El humo de tabaco es el contaminante
más peligroso, pero no es el único.

El formaldehido, se filtra de ciertos productos de made-


ra, y otros vapores químicos que proceden de las alfom-
bras, máquinas copiadoras, muebles, productos de lim-
pieza y ropa recién traída de la lavandería. El monóxido
de carbono y dióxido de nitrógeno son los gases tóxicos
que pueden emanar de los calefactores que funcionan
con gas, petróleo y carbón, cocinas a gas y calentadores
a kerosene Otros problemas se originan en el polvo, los
ácaros, el moho y los hongos, el plomo, el asbesto y los
residuos de pesticidas.

66
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

La influencia del aire puro y fresco hace que la sangre


circule en forma saludable por el organismo. Refresca
el cuerpo, y tiende a fortalecerlo y a hacerlo saludable,
mientras al mismo tiempo su influencia se siente en for-
ma definida en la mente, pues imparte cierto grado de
compostura y serenidad.

White (1995h, p.163) manifiesta lo siguiente: “La vida


al aire libre es buena para el cuerpo y la mente. Es
la medicina que Dios ha diseñado para la restauración
de la salud. El aire puro, el agua limpia, la luz del sol
y los hermosos parajes naturales son sus medios para
devolverle la salud al enfermo”.

6. NUTRICIÓN

La nutrición es la ciencia que hace referencia a los nu-


trientes que componen los alimentos y comprende un
conjunto de fenómenos involuntarios que suceden tras
la ingestión de los alimentos; es decir, la digestión, la
absorción y su asimilación.

El cuerpo humano está hecho de compuestos químicos


tales como el agua, aminoácidos (proteínas), ácidos gra-
sos (lípidos), ácidos nucleicos (ADN/ARN) y carbohidra-
tos (Azúcares y fibra).

En la Biblia encontramos el siguiente pasaje:” Si, pues,


coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para
la gloria de Dios” (1 Corintios 10: 31).

67
Ética cristiana en la enfermería

Pamplona, (2003) refiere que el hombre posee una gran


capacidad de adaptación fisiológica a diversos tipos de
alimentación. A pesar de ello, la ciencia de la nutrición
nos muestra que existen ciertos alimentos de los cuales
no se puede prescindir, como son las frutas y las verdu-
ras y hortalizas frescas.

“Los cereales, las frutas carnosas, los frutos oleaginosos,


las legumbres y las hortalizas constituyen el alimento
escogido para nosotros por el Creador. Preparados del
modo más sencillo y natural posible, son los comes-
tibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza,
una resistencia y un vigor intelectual que no pueden
obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y
estimulante” lo afirma White (1995e, p.95). Los alimen-
tos vegetales son fuente de salud y de poder curativo.

Un estudio realizado por Don Colbert referido por Chaij


(2010) dice “Si comiéramos lo que Jesús comía esta-
ríamos más saludables” sigue diciendo “Él es nuestro
ejemplo en relación con los buenos hábitos alimentarios
y la disciplina, para que vivamos una vida más sana y
equilibrada” (p. 48). Entre otras cosas se destaca los si-
guientes aspectos del estilo de vida de Jesús:

• Consumía pan integral, agua y alimentos en su esta-


do natural.

• Comía muchos vegetales, frutas, porotos y lentejas.

68
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

• El pescado constituía la principal fuente de proteínas.

• Grasas saludables provenientes principalmente de


las aceitunas y de su aceite.

• Bebía jugo de uvas

• Comía con calma

• Jesús se ejercitaba con frecuencia mediante largas


caminatas para hacer el bien al prójimo.

En los últimos años se está produciendo un número rá-


pidamente creciente de descubrimientos científicos en
relación con los alimentos de origen vegetal. A medida
que se han perfeccionado los métodos de análisis quí-
mico, se está comprobando que en las frutas, cereales,
legumbres y hortalizas existen, además de nutrientes,
dos tipos de compuestos que no se hallan en los ali-
mentos de origen animal, a saber: Los antioxidantes y
elementos fitoquímicos, estos últimos que tienen acción
curativa.

Poder curativo de los vegetales (Según Pamplona, J.)

• Diuréticos (Apio, berenjena, melón, sandía, espá-


rragos).

• Protectores Hepáticos (Alcachofa, nísperos. As-


tringentes, Membrillo, manzana, granada, níspero)

69
Ética cristiana en la enfermería

• Hipolipemiantes (Palta, frijoles, nueces, semillas


de girasol).

• Antioxidantes (Naranjas, fresas, zanahoria, cítri-


cos, frutos secos).

• Preventivos del cáncer (Brócoli, coliflor, col, na-


ranjas, uvas, tomates, ciruelas, limones).

• Digestivos (Piña, papaya, papas).

• Laxantes (Ciruelas, berenjena, acelgas, cereales in-


tegrales).

7. TEMPERANCIA

Para preservar la salud, es necesaria la temperancia en


todas las cosas, como son: en el trabajo, comer, y el beber
(White, 1995f, p.125). Considerando que el hombre es la
hechura de Dios, su obra perfecta, creado para un alto y
santo propósito, tenemos la responsabilidad de cuidar
del templo del Espíritu Santo que es nuestro cuerpo.

Según White (1995j) dice: “Ningún hombre o mujer tiene


algún derecho a formar hábitos que disminuyan la acción
saludable de un órgano de la mente o el cuerpo. El que per-
vierte sus facultades esta profanando el templo del Espíritu
Santo”(p.126).

La intemperancia de cualquier clase entorpece los ór-


ganos sensoriales y debilita de tal forma el poder cere-

70
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

bral, que las cosas eternas no son apreciadas.

A continuación se presentan las sustancias nocivas para


la salud:

• Tabaco

• Alcohol

• Café

• Medicamentos

Tabaco: Está compuesto por el alcaloide nicotina y el


alquitrán.

Son atribuibles al consumo de tabaco las siguientes en-


fermedades:

• Enfisema pulmonar

• Cáncer de pulmón

• Enfermedades cardiovasculares(ECV)

• Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)

• Hipertensión arterial

• Impotencia sexual

71
Ética cristiana en la enfermería

• Infarto de miocardio

Alcohol: Según la OMS, el consumo nocivo de bebidas
alcohólicas causa 2.5 millones de muertes cada año.

Las enfermedades producidas por el alcoholismo son:
Cardiopatías; cáncer de esófago, boca e hígado; tras-
tornos mentales y neurológicos; problemas gastroin-
testinales; trastornos de la piel, musculares y óseos;
infecciones; problemas sexuales; interacciones medica-
mentosas; hepatitis; Cirrosis hepática; trastornos en el
embarazo y desarrollo infantil.

8. ESPERANZA EN DIOS

La salud y el buen estado físico no bastan, tampoco las


riquezas, la belleza y el poder. El estilo de vida definiti-
vo incluye desarrollo y crecimiento espiritual. Los seres
humanos no podemos vivir aislados, tenemos la nece-
sidad de estar con otras personas, de comunicarnos con
ellos y más aún con el Creador de toda la humanidad.
Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a
un amigo. No es que se necesite esto a fin de que Dios
sepa lo que somos, sino para capacitarnos para recibir-
le. La oración no baja a Dios hacia nosotros, antes bien
nos eleva a él.

La oración es una forma de hablar con Dios. Cuando Je-


sús estuvo en la tierra, enseñó a sus discípulos a orar (S.
Mateo 6: 9-13). La oración eficaz necesita de la fe. Dios
ofrece una bendición especial a los que apartan tiempo
para adorarlo.

72
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

En otras palabras, la adoración a Dios y la confianza en


su poder tiene un efecto positivo en la salud.

Debemos desarrollar un marco mental lleno de alegría,


de esperanza y de paz; porque nuestra salud depen-
de de que hagamos esto. A este respecto White (1995d
p.341) dice: “El amor, la esperanza, la fe, la simpatía y
el amor fomentan la salud y alargan la vida. Un espíritu
satisfecho y alegre es como salud para el cuerpo y fuer-
za para el alma”

Si mantenemos una comunión diaria con Dios a través


del estudio de la Biblia, la oración y la testificación, ten-
dremos la clave para amar a los seres humanos como
Dios los ama, según lo expresa White (1995d, p. 382).

Sigue argumentando esta prestigiosa autora: “Los enfer-


meros y enfermeras misioneros que cuidan a los enfer-
mos y alivian la aflicción de los pobres, encontraran nu-
merosas oportunidades para orar por ellos, para leerles
de la Palabra de Dios y hablarles del Salvador…Pueden
llevar un rayo de esperanza a las víctimas derrotadas y
desanimadas” (White, 1995h, p.385).

73
Ética cristiana en la enfermería
Durante la primera parte del siglo XX, se discutió la necesidad
de un código de ética para la práctica de enfermería...

IV. CÓDIGO DE ÉTICA EN ENFERMERÍA

4.1. Desarrollo de códigos de ética en enfermería

Se puede definir un código como un grupo de reglas con-


vencionales o expectaciones formuladas para un propó-
sito selecto. Durante la primera parte del siglo XX, se
discutió la necesidad de un código de ética para la prác-
tica de enfermería por organizaciones profesionales de
enfermería en todo el mundo. Sin embargo, no fue sino
hasta la mitad del siglo que los códigos de ética para
enfermeras fueran aceptados por varias organizaciones
de enfermería.

El ICN (International Council of Nurses) empezó a traba-


jar hacia el desarrollo de un código de ética para todas
las enfermeras del mundo en el congreso de 1923 ce-
lebrado en Montreal, Canadá. El. Trabajo en el desarro-
llo del código de ética fue interrumpido por la Segunda
Guerra Mundial, pero el Comité de Ética en Enfermería
del ICN, no obstante, produjo un esbozo de un Código
internacional. De Ética en Enfermería en el congreso ICN
de 1953 celebrado en Sao Paulo, Brasil. El código ICN
para enfermeras fue aceptado en el congreso e inme-

74
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

diatamente se tradujo a otros idiomas, además del in-


glés, así como una impresión en pequeño formato para
distribución a las asociaciones miembros de enfermera.
En el año 2000, se revisó nuevamente el código y rea-
firmado en 2005 (ICN, 2006).

Mientras la mayoría de las asociaciones nacionales de


enfermería usan el Código de Ética para Enfermeras del
ICN , otras han desarrollado sus propios códigos de éti-
ca. Muchos de estos códigos, aun cuando se desarro-
llaron de manera independiente, son muy cercanos al
código ICN.

4.2. Propósito de un código de ética

Los códigos de ética sirven para muchos propósitos.


Uno de éstos es acrecentar y mantener estándares
de ética de la conducta profesional. Un código puede
hacer esto cultivando el carácter moral y alentando a
una persona a efectuar reflexión moral autoconsciente.
También puede prescribir conducta que no es accesible
a la legislación. La conducta como participar de manera
voluntaria en comportamiento ético y preocuparse por
el paciente.

Una segunda función de un código es regular la con-


ducta profesional ética y proporcionar una herramienta
para evaluar la competencia ética de las enfermeras. Es-
tablece los parámetros de una práctica ética aceptable y
demuestra al público lo que es requerido por las enfer-
meras. También proclama estándares de la práctica éti-
ca que todas las enfermeras requieren cumplir, además

75
Ética cristiana en la enfermería

proporciona a las enfermeras una guía profesional para


elegir la decisión correcta en su trabajo.

Las guías morales en un código de ética, por lo general,


involucra tres elementos: valores, obligaciones y virtu-
des. Los valores denotan el bien principal u objetivo
unido por la profesión. En enfermería, esto puede ser el
bienestar del paciente. Las obligaciones son casi siem-
pre amplias en naturaleza e identifican comportamien-
tos que la gente está destinada a ejecutar por razones
morales, tal como respeto por la dignidad humana, pre-
servar la capacidad de la gente para la autodetermina-
ción, mantener la confidencialidad, y así sucesivamente.
Las virtudes en un código incluyen rasgos de carácter
deseados en un miembro del grupo profesional. En en-
fermería, esto puede ser honestidad, compasión, vera-
cidad e integridad persona.

Los últimos códigos de ética enfatizan la responsabili-
dad de la enfermera con el paciente y el mantenimien-
to de los estándares de la práctica de enfermería. Los
valores, obligaciones y las virtudes de las enfermeras
pueden ser vistos en los requisitos de los códigos para
mantener la información confidencial del paciente, ser
respetuosa de las acciones y respetar la dignidad y de-
rechos de toda la gente, además de actuar en instancias
en que los derechos de la gente han sido violados o
están en riesgo de serlo para el detrimento de su salud
y bienestar.

76
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

En el Código de Ética para Enfermeras del ICN (2006),


agrupan importantes aspectos bajo cuatro encabezados.

a. Enfermeras y gente (aquellos que requieren cuida-


dos de enfermería).

b. Enfermeras y práctica (responsabilidad personal y


defensa).

c. Enfermeras y la profesión (implementar estándares


de la práctica y condiciones de trabajo).

d. Enfermeras y compañeros de trabajo.

Las responsabilidades éticas de la enfermera se señalan


con claridad: promover la salud, prevenir enfermedad,
restaurar la salud y aliviar el sufrimiento. El ICN interpre-
ta el Código de Ética para Enfermeras como la guía para
l acción basada en valores sociales y necesidades. Sirve
como ayuda práctica para elegir prioridades de acción y
el propósito de dicha acción en situaciones específicas in-
volucra cuestiones éticas y comportamiento no ético en la
parte de los compañeros de trabajo, instituciones o ambas.

4.3. CÓDIGO DE ÉTICA Y DEONTOLOGÍA EN ENFER-


MERÍA

El Código de Ética y Deontología está constituido por


un conjunto de principios, normas, directivas y deberes
que orientan y encauzan el ejercicio de los profesiona-
les de enfermería. El profesional de enfermería brinda

77
Ética cristiana en la enfermería

los cuidados dentro de un marco de beneficencia, justi-


cia y autonomía, comprometiéndose con la sociedad a
satisfacer las necesidades de salud y enfermería.

El profesional de enfermería debe evidenciar una con-


ducta ética basada en un sistema de valores y princi-
pios éticos morales en el desempeño profesional, así
como en sus relaciones interpersonales.

El Código de Ética y Deontología del Colegio de Enfer-


meros del Perú, sostiene firmemente que el respeto, la
disciplina, la responsabilidad, la veracidad, la lealtad,
la solidaridad, la honestidad y la justicia son los pila-
res fundamentales del sistema de valores que guían el
comportamiento de los profesionales de enfermería, en
el cumplimiento de sus funciones.

EL Código Deontológico de Enfermería, encierra un con-


junto de deberes, derechos, normas éticas y morales
que debe conocer el profesional de Enfermería para
aplicarlos en la práctica diaria. En dicho código se re-
glamenta básicamente la relación:

• La enfermera (o) y la persona


• La enfermera (o) y la sociedad
• La enfermera (o) y el ejercicio profesional
• La enfermera (o) y las relaciones humanas
• La enfermera(o) en docencia e investigación
• La enfermera (o) y los deberes institucionales
• La enfermera(o) y la persona

78
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

• La relación enfermera (o) – usuario debe fundamen-


tarse en el respeto a la dignidad humana
• Debe tratar al usuario de forma holística ( biológica,
psicológica y socialmente)

La enfermera(o) y la sociedad

• Su máxima defensa es el bienestar social, implícito


en el fomento y la preservación de la salud a través
de acciones tendientes a satisfacer las exigencias sa-
nitarias y sociales de la comunidad.

La enfermera(o) y el ejercicio de la profesión

• Debe cumplir sus funciones con elevado espíritu de


responsabilidad

• Debe mantener el secreto profesional

• Asumirá la responsabilidad de sus juicios y actuacio-


nes

• Debe mantenerse permanentemente actualizado me-


diante la asistencia a: jornadas, talleres, congresos y
cursos

• Debe actuar equilibradamente conservando los prin-


cipios éticos y morales en la practica

79
Ética cristiana en la enfermería

La enfermera (o) y las relaciones humana

• Las relaciones humanas con sus compañeros deben


ser de respeto
• Debe trabajar en equipo
• Cuando los cuidados que recibe un usuario son pues-
tos en peligro por un colega, debe tomar la decisión
más adecuada y actuar en consecuencia
• Actuar como defensor (a) del usuario cuando los cui-
dados de la salud y la seguridad, se ven afectados
por la incompetencia y la falta de ética o ilegalidad
de la actuación de un colega

La enfermera (o) en docencia e investigación

• Debe demostrar una sólida formación científica, téc-


nica y humanística.
• Debe incentivar a través de su ejemplo profesional
la formación ética y deontológica de los estudiantes
de Enfermería.
• Cuando participa en investigaciones debe ceñirse a
los principios éticos, bioéticos, leyes y declaraciones
universales vigentes.

La enfermera (o) y la institución

• Debe preservar los bienes de la institución


• Debe administrar, controlar y supervisar los insumos
y bienes de la institución.

80
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán
La salud es un bien personal, profundo,
muy ligado a la vida.

V. ÉTICA EN LA
GESTIÓN DE LOS
SEVICIOS DE SALUD
Vélez (2003) refiere que la economía y la administra-
ción son ciencias y por lo tanto deben estar reguladas
por la ética.

El fin de la economía es producir y distribuir riquezas


para bienestar de la sociedad. Pero la economía y la
administración no son fines en sí mismos sino medios
para el desarrollo del ser humano.

La salud es un bien personal, profundo, muy ligado a la


vida. En la escala de valores humanos ocupa un puesto
prioritario. Su cuidado es un derecho y un deber que
tiene todo ser humano y esto lo explicitan las declara-
ciones de derechos humanos y constituciones políticas.

Sería inmoral una sociedad que le negase a algunos de


sus asociados el derecho a la atención de su salud. Así
mismo obra mal quien consciente y libremente se nie-
gue a cuidar de su salud produciéndose un mal a sí mis-
mo y a la sociedad.

81
Ética cristiana en la enfermería

Los servicios de salud son servicios públicos, esenciales


para el bienestar de la persona, la familia y la sociedad.
El hecho de ser públicos les da, desde el punto de vista
jurídico y moral, unas características especiales.

El beneficio que ellos proporcionan y la accesibilidad


de todos los asociados a ellos, está por sobre las consi-
deraciones solamente económicas. Por ser los servicios
de salud necesaria y a veces poco rentables, el gobierno
frecuentemente debe asumirlos o subsidiarlos.
Vélez, sigue argumentando que el público ha perdido
confianza en los servicios de salud debido al conven-
cimiento de que los dispensadores de ellos, están más
motivados por el lucro económico que por brindar un
beneficio.

Médicos, enfermeras y otro personal de salud que tra-


baja en estos servicios deben tener en cuenta que el
amor o la beneficencia es el principio que se debe an-
teponer a la ganancia económica. Los servicios de salud
deben ser prestados dentro de un marco moral

A continuación se presentan algunos aspectos éticos im-


portantes en la gestión de los servicios de salud, como son:

5.1. EFICIENCIA

Eficiencia en los servicios de salud es optimizar los re-


cursos disponibles para coadyuvar a la conservación de
la salud del mayor número de personas, al menor costo
posible. La eficiencia puede ser analizada desde el pun-
to de vista cualitativo y cuantitativo.

82
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Es difícil medir en los servicios de salud, la eficiencia en


términos cuantitativos. Se ha intentado aplicar índices
como costo- beneficio, costo-efectividad que pueden
medir eficiencia en términos económicos pero dejan sin
valorar aspectos intangibles y subjetivos que son de
importancia.

También se habla de “calidad de vida” que es un índice


difícil de medir por ser un poco subjetivo. Nadie puede
valorar si otra persona tiene o no calidad de vida.

En cuanto al aspecto cuantitativo de la eficiencia, se


plantea un serio dilema ético. Si la sociedad tiene obli-
gación moral de atender la salud de todos los asocia-
dos, y esto no es posible dada la limitación de recursos,
¿cómo seleccionar a quién atender y a quién rechazar?
Esto es lo que se denomina racionalización de los ser-
vicios de salud. Se puede establecer que al racionalizar
los servicios debe hacerse no con criterio de utilidad
social o de contribución económica, ni por razones so-
ciales o políticas sino con el único criterio válido moral-
mente: el de la necesidad bio-patológica.

Se han propuesto varios criterios para lograr una racio-


nalización ética de los recursos, así tenemos:

• El azar: Los recursos se racionalizan como una lotería.

• Criterio de contribución: El que más contribuya para


los ser

83
Ética cristiana en la enfermería

vicios, debe recibir más de ellos en calidad y cantidad.


Es un esquema liberal que no tiene en cuenta la solida-
ridad que debe tener todo sistema de salud. Con este
modelo se han cometido muchas injusticias en nuestra
sociedad. La persona de escasos recursos económicos
tiene menos acceso a los servicios de salud en términos
de cantidad y calidad que del de altos ingresos.

• Criterio de utilidad social: La racionalización se hace


según la utilidad social de paciente. Debe preferirse,
por ejemplo, un padre con hijos pequeños que un
anciano del cual nadie depende ni social ni econó-
micamente.

• Criterio de responsabilidad: Los recursos se racio-


nalizan teniendo en cuenta la responsabilidad que
cada persona ha puesto en cuidar su salud. Los par-
tidarios de este modelo dicen que no es ético dejar
de atender un paciente que padece una enfermedad,
a la cual él no ha contribuido con su comportamien-
to, por atender, por ejemplo al paciente cirrótico
cuya enfermedad cuya enfermedad pudo haberse
evitado si no hubiese ingerido alcohol.

• Criterio bio-patológico: Ante una escasez de recur-


sos, debe atenderse al que más lo necesite por su
condición bio- patológica.

Atender al que más lo necesita para su salud. Racionali-


zar por grupos diagnósticos se presta a cometer injusticias
por no tener en cuenta la individualidad de cada caso.

84
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Atender prioritariamente a la población de menos riego


o que paga más por el servicio, dice Vélez, L, no es ético
porque estaría faltando al deber de servir al que más
lo necesita y no al que produce un mayor rendimiento
económico.

Un servicio de salud es eficiente, si responde a las ne-


cesidades individuales de cada persona.

No debe estratificarse la atención al paciente por la ma-


yor o menor cantidad de aporte que haga.

Un sistema de salud justo debe responder a todas las


necesidades de sus usuarios. Limitar los tratamientos
de unas enfermedades o excluir a algunos pacientes del
ingreso a un servicio, es injusto.

Toda estandarización en los servicios de salud es peli-


groso; por esto cuando se diseñan protocolos de manejo
o se hacen grupos diagnósticos, pueden cometerse in-
justicias con los usuarios por no responder a sus necesi-
dades. No todos los pacientes con un mismo diagnóstico
necesitan lo mismo.

5.2. RENTABILIDAD

Se puede referir a la rentabilidad en dos sentidos .La


rentabilidad social y la económica. La rentabilidad so-
cial que es un concepto amplio y comprende todos los
beneficios que la persona y la sociedad obtienen de
ellos. Felizmente, que ahora tanto políticos como go-

85
Ética cristiana en la enfermería

bernadores piensan que la salud no es un gasto sino una


inversión que brinda alta rentabilidad social.

Para algunas personas toda rentabilidad económica en


los servicios de salud, es inmoral, sobre todo si es para
beneficio de unos inversionistas particulares.

Hay diversas opiniones a este respecto. La corriente li-


beral valora los servicios de salud como cualquier otra
empresa de servicios y por lo tanto toda ganancia es
lícita. Por su lado, los socialistas no legitiman una ren-
tabilidad económica en los servicios de salud que bene-
ficie a unas pocas personas.

Lo que sí podemos decir, que si el servicio no es rentable,


debe ser subsidiado por el Estado como garante del dere-
cho que todos los asociados tienen a la atención de salud.

Los servicios de salud no deben someterse sólo a las le-


yes económicas sino que deben tener estar regidos por
el principio de benevolencia, gobernados por valores
altruistas y de compromiso y hermandad social.

Los servicios de salud deben estructurarse teniendo en


cuenta la situación socioeconómica de la población y no
simplemente por su rentabilidad económica.

Una medida inmoral que puede implementarse, con el


fin de elevar la rentabilidad económica, es la de aumen-
tar innecesariamente la demanda solamente por obte-
ner un interés monetario. En los servicios de salud es

86
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

fácil sobreactuar, es decir, actuar sin necesidad, sin que


el paciente logre darse cuenta. Puede fácilmente justi-
ficarse un procedimiento que el paciente no requiere,
pero que es lucrativo económicamente para la institu-
ción de salud o el profesional.

En los protocolos de manejo o chequeo de ejecutivos, pueden


incluirse servicios no necesarios, que no se justifican médica-
mente, pero que dan un buen rendimiento económico.

Otra medida administrativa que ayuda a aumentar la


rentabilidad económica es la de conceder incentivos
económicos a los profesionales con el fin de aumentar
la prestación de servicios. Los incentivos son peligro-
sos, porque fácilmente el profesional antepone su lucro
económico al bien del paciente.

Otro problema que se presenta, es el de la autorrefe-


rencia porque crea conflictos morales en el ejercicio
profesional. La autorreferencia se presenta cuando el
profesional o la institución de salud, envía el paciente
a otra entidad donde él es inversionista y por lo tanto
obtiene beneficio económico adicional.

5.3. COSTOS

Vélez (2003) señala que la tecnología cada vez es más


costosa, así como los insumos y los medicamentos. Ade-
más que las patologías que se presentan demandan más
recursos para su atención.

87
Ética cristiana en la enfermería

Es una obligación moral optimizar los recursos para


atender las necesidades de salud de la sociedad y de
ahí el deber de reducir hasta donde sea posible los
costos. Se debe tener en cuenta que el servicio de sa-
lud más costoso no es necesariamente el más eficiente
como lo ha demostrado la experiencia.

Los factores que están relacionados con los costos y


que tienen implicaciones éticas son uno de ellos que
el proveedor del servicio puede tener poco interés en
bajar los costos porque en ellos obtiene una ganancia
económica. Si se aumenta la demanda en cantidad y ca-
lidad, puede haber mayor rentabilidad económica para
el que provee los servicios.

Si el proveedor del servicio, sea una entidad o persona


natural no tiene criterio ético, es fácil anteponer el lucro
económico al beneficio del paciente o del sistema de salud.

Otro factor es el relacionado con la cultura del usua-


rio. Este determina solamente la primera consulta, y los
costos de ahí en adelante los controla el proveedor, sea
un profesional o una entidad.

Con los seguros de salud las personas se comportan


distinto que frente a otros seguros. Con éstos, el asegu-
rado procura hacer uso lo menos que pueda, en cambio
con los de salud, desea usarlos al máximo; como él no
paga directamente el servicio, abusa demandándolo in-
necesariamente.

88
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Es usuario debe comprender que está obligado a cuidar


y no despilfarrar los recursos que pueden ser necesarios
para atender otras personas, es decir, que sea solidario.

El tercer factor que afecta los costos de los servicios de


salud y que tiene implicancias éticas es el de la tecnolo-
gía. Ésta cuesta mucho y lo peor es que se usa incorrec-
tamente. Es importante que el personal de enfermería
esté capacitado para conocer la pertinencia de este re-
curso y sacarle beneficio para el paciente. Un profe-
sional de enfermería incompetente, presta un servicio
deficiente y a un alto costo.

A veces el usuario exige el uso de tecnología por pensar


que es lo mejor para su salud. Esto podría ser una fala-
cia y le corresponde al profesional instruir al paciente
y no acceder su petición consumiendo un recurso que
puede ser utilizado por otro paciente que en verdad lo
requiere.

El penúltimo factor que incide en los costos es el de los hono-


rarios de los profesionales. Los administradores de la empre-
sa de salud deben ser justos en el pago de los salarios. No es
ético dejar a las leyes de la oferta y la demanda su asignación.
Tampoco es justo bajar los costos con base en disminuir los
salarios del personal. Al firmar el contrato se deben tener cla-
rificados los criterios en la asignación de salarios.

El último factor que incide en los costos está la demanda


jurídica. Se debe educar a la sociedad para que haga uso
debido de un derecho legal. Es necesario crear responsabi-

89
Ética cristiana en la enfermería

lidad en los profesionales de salud y enfermería para que


se conduzcan según los principios éticos y las leyes. Por
otro lado, los abogados deben tener una conciencia ética
para que no se abuse de la demanda perjudicando el siste-
ma de salud.

6.4. MERCADEO

El mercadeo en los servicios de salud debe procurar un


mejor servicio a un mayor número de personas. Muchas
veces el mercadeo pretende “crear” necesidades para
que aumente el consumo. Esto no se puede aceptar en los
servicios de salud. Muy ligada al mercadeo está la publi-
cidad que siempre busca un beneficio económico aumen-
tando la demanda de los servicios. Su objetivo siempre
es económico. Se debe tener mucho cuidado al analizar
la publicidad de equipos, insumos y medicamentos, pues
muchas veces ella tiene un fin comercial y a veces no tie-
ne un soporte científico que respalde el beneficio que pre-
tende demostrar.

La publicidad en el sector salud siempre debe ser ética:


anunciar sin engaño, y buscar la salud de la sociedad.

90
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán
La palabra bioética (del griego
bio=vida, y ethos = ética)

VI. BIOÉTICA Y
ECOLOGÍA
6.1. Generalidades

La bioética es una ciencia que identifica los valores y


principios que orientan la conducta humana en el cam-
po de las ciencias de la vida y de la recuperación de la
salud.

Potter – Perry, usa el término de bioética para referirse


a los problemas éticos planteados por el desarrollo de
la postmoderna” que puede servir para justificar cual-
quier manipulación drástica de la vida.

Cruz A.(1999) refiere que la pérdida de la fe en Dios


que experimenta el individuo contemporáneo, así como
el deseo de alargar su vida eliminando toda enferme-
dad o suavizando el conflicto de la muerte, constituye
un caldo de ciencia y la tecnología que pueden influir
o modificar la vida. Fue el cancerólogo estadounidense
Van Rensselaes Potter quien utilizó por primera vez el
neologismo “bioética”.

91
Ética cristiana en la enfermería

La palabra bioética (del griego bio=vida, y ethos = ética)


fue empleada por primera vez en un artículo del médico
investigador Van Rensselaes Potter, en el año 1970. En
sus orígenes, se trataba de una ética al servicio de la
vida, que pretendía crear una conciencia responsable,
sobre todo, en la sociedad médica y científica.

Sin embargo, en la actualidad, este término parece ha-


ber adquirido con notaciones muy distintas. Ante la cri-
sis de valores y la pérdida de certezas absolutas acer-
ca de la vida, el sufrimiento y la muerte que padece
el mundo occidental, se ha llegado a aceptar que los
investigadores, biólogos, médicos o genetistas son los
que tienen la última palabra, la competencia exclusiva
en casi todas las cuestiones de la existencia humana.
La bioética se ha convertido así en un término peligro-
so, en una “ciencia cultivo apropiado para la aceptación
incondicional de esta nueva bioética alejada de lo tras-
cendente. El problema de tal concepción es que preten-
de ser completamente secular y al alejarse de cualquier
consideración religiosa cae en el terreno del agnosticis-
mo y el ateísmo. Las conclusiones prácticas a las que se
llega, mediante estos prejuicios, se fundamentan en el
consenso social de la mayoría democrática. De manera
que todo aquello que esté autorizado por la ley se con-
cibe como moralmente bueno y lo que no, se considera
automática como malo.

La palabra “ecología” procede de dos raíces griegas,


oikos (casa/hogar) y logos (estudio). Significa el estu-
dio científico de los elementos que constituyen el ho-

92
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

gar de los organismos, así como las relaciones de es-


tos elementos con los propios organismos. El primero
es utilizar este término fue el biólogo alemán Ernst H.
Hsaeckel en el año 1869. La ecología, para este cien-
tífico es el estudio de las relaciones de un organismo
con su ambiente inorgánico u orgánico, en particular el
estudio de las relaciones de tipo positivo o “amistoso” y
de tipo negativo (enemigos) con las plantas y animales
con los que convive” Esta intrincada red de relaciones
que existen en los seres vivos, entre sí y con el lugar
donde habitan, suele tender casi siempre hacia el equi-
librio. No obstante, tal armonía puede verse alterada
drásticamente cuando intervienen agentes extraños al
ecosistema, como pueden ser las catástrofes naturales
o la actividad desordenada de la humanidad-

6.2. Origen de la crisis medio ambiental

La Biblia sostiene que Dios creó la tierra en perfecto


equilibrio y todo era bueno (Génesis 1:4, 10, 12, 18,
21, 25). Pero, con la entrada del pecado el hombre y la
naturaleza fueron modificados.

Las relaciones entre el hombre y el entorno natural han


venido siendo difíciles ya desde la más remota antigüe-
dad. Ejemplos de ello abundan por todos los rincones del
planeta y en las más diversas culturas. Los humanos han
tenido que luchar siempre con el mundo natural que les
rodeaba para conseguir alimento, energía y vivienda.

93
Ética cristiana en la enfermería

El ser humano ha venido transformando progresiva-


mente el medio ambiente en beneficio propio. Los
grandes desastres ecológicos se han provocado en casi
todas las épocas. Es probable que quizás sin esta altera-
ción no hubiera sido posible el progreso o, en todo caso,
seguiríamos viviendo con las mismas incomodidades de
nuestros antepasados, Sin embargo, también es verdad
que en la mayoría de las ocasiones tales alteraciones se
han realizado sin planificación previa ni respeto por el
medio, en base a la idea equivocada de que los recursos
de la naturaleza no se acabarían nunca. Lo dramático y
grave de la situación actual es que hoy el hombre po-
see más poder tecnológico que nunca. Las agresiones de
antaño resultan mínimas cuando se comparan con las
proporciones de aquellas que se llevan a cabo en la ac-
tualidad. Esta tremenda diferencia es la que ha servido
para denominar la segunda mitad del siglo XX e inicios
del XXI, con la era de la doble crisis, la “crisis ecológica
global” y la “crisis de civilización. La causa inmediata de
ambas crisis es, sin duda, el desordenado progreso téc-
nico y económico que ha venido persiguiendo el mundo
occidental. Hoy nadie niega que la actitud del hombre
ante la naturaleza haya sido y continúa siendo agresiva.

Cruz A. (1999) refiere que la explicación de tantos abu-


sos ecológicos está en el estilo de vida del hombre. Es
necesario cambiar esta manera de vivir y empezar a
elaborar una ética ecológica sabia y responsable, si se
quieren eliminar o al menos disminuir los nocivos re-
sultados de la actividad humana en la biosfera. Hoy
sería absurdo pretender renunciar a todas aquellas ad-

94
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

quisiciones que la ciencia ha puesto a nuestro alcance.


Algunos efectos perjudiciales sí que se podrán paliar
o mejorar precisamente mediante nuevos avances tec-
nológicos, pero intentar volver a vivir como en el siglo
XVII sería una auténtica locura.

La filosofía de vivir el momento presente mediante el


máximo bienestar posible sin preocuparse por el ma-
ñana o por el mundo que van a heredar nuestros hijos,
es el acto más egoísta, insolidario e irresponsable en el
que hoy se podría caer.

Es necesario, por tanto, ser conscientes de que el pro-


blema no se resolverá mediante una mayor tecnología
científica, ni tampoco renunciando de forma espartana
a ella. En el fondo no se trata tanto de obtener nuevos
conocimientos como de tener voluntad de aportar solu-
ciones.

El mundo actual necesita voluntad política internacio-
nal y también voluntad individual para logar controlar
el problema. Los gobiernos tienen que “querer” asu-
mir respuestas humanas para un asunto tan grave que
nos incumbe a todos. Y para ello es menester el ejer-
cicio común de la responsabilidad. La única salida es
la construcción de la aldea global basada en criterios
de igualdad y justicia. La supervivencia pasa necesa-
riamente por la justicia distributiva. La crisis ecológica
nos recuerda que es imposible la buena ciencia si detrás
no hay también una buena conciencia y esto sólo es
posible cuando se acierta a sustituir el egoísmo por el

95
Ética cristiana en la enfermería

altruismo. Vivir en paz con la creación implica pacifica-


ción de las conciencias: pero la pacificación de las con-
ciencias no es moralmente posible mientras sigan exis-
tiendo las enormes diferencias de todo tipo que existen
en el mundo. Aunque también es cierto que los seres
humanos tenemos responsabilidades no sólo hacia los
propios hombres, sino hacia todos los miembros de la
comunidad biótica. Para que el hombre no continúe sa-
queando la naturaleza es necesario crear una atmós-
fera espiritual responsable de austeridad y fraternidad
entre todos los pueblos de la tierra. Hay que desarrollar
una conciencia ecológica que se infiltre en todos los có-
digos éticos del mundo.

96
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán
Comienza por tratar de entender
el problema correctamente.

VII. MODELO CRISTIANO


PARA DECISIONES EN
BIOÉTICA

Este modelo es sacado de la Revista Adventista, Junio


2003, Nro.6, Argentina, p.23 y adecuado por la autora
de este libro.

1. ANÁLISIS

Comienza por tratar de entender el problema correcta-


mente.

¿Qué hechos se cuestionan? Para emitir juicios morales


se requiere un entendimiento completo de los hechos,
incluso datos científicos actuales y la naturaleza de las
intervenciones propuestas.

¿Qué conceptos necesitan clarificación? La clarificación


de los conceptos requiere precisión en el lenguaje y en
el significado de los términos centrales. La confusión de
los conceptos nos conduce a la falla en la comunicación.
Por ejemplo si en la inseminación artificial se usa el

97
Ética cristiana en la enfermería

espermatozoide de un donante ,¿se comete” adulterio”?.


Interrumpir la prolongación artificial de la vida a un pa-
ciente moribundo, ¿es lo mismo que “eutanasia”? Para
los cristianos, la clarificación de conceptos requiere que
el lenguaje del discurso moral esté en armonía con los
principios de las Escrituras.

¿Qué principios y valores están en conflicto? Se debe


identificar explícitamente los principios y valores en
juego. Por ejemplo en la atención suministrada a un pa-
ciente moribundo ¿existe algún conflicto entre la po-
sibilidad de prolongar la vida y aliviar su dolor? Una
sensibilidad guiada por el Espíritu de Dios nos ayuda
a no pasar por alto elementos esenciales que pueden
afectar nuestro entendimiento del asunto.

¿Qué relaciones humanas serán afectadas? La ética cris-


tiana debe ser siempre sensible al hecho de que las de-
cisiones afectan las relaciones personales. Por ejemplo,
¿En qué forma podrían afectarse las relaciones fami-
liares como resultado de la práctica de la inseminación
artificial? Los principios bíblicos están diseñados para
cultivar relaciones humanas saludables.

2. ALTERNATIVAS.

Presta atención con una mente creativa a una variedad


de opciones.

¿Qué cursos de acción hay disponibles? Dios nos ha


dado creatividad para imaginar, evaluar y llevar a tér-

98
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

mino cursos de acción alternativos. Por ejemplo en el


cuidado de un moribundo, ¿existen recursos más favo-
rables para preservar la dignidad del paciente y aliviar-
le el dolor en lugar de recurrir a la eutanasia?

3. PRINCIPIOS MORALES Y LEGALES.

Las decisiones cristianas maduras son guiadas por los


principios divinos.

¿Qué principios relevantes pueden derivarse del estu-


dio de la Palabra de Dios? Al estudiar la Palabra de Dios,
el Espíritu Santo nos dota con el poder para discernir
principios que nos guíen en nuestras decisiones. Tal es-
tudio tiene por objeto recobrar el sentido original de
las Escrituras y entender la dirección moral hacia la que
nos conduce Dios. Esta dirección alcanza su más clara
presentación en el ministerio de Jesús.

¿Qué dice la Constitución Política del Perú, Derechos


Humanos, Ley General de Salud Nº 26842, las leyes vi-
gentes y otras normas, Ley del Trabajo del Enfermero
Nº 27669, Código de Ética y Deontología de Enfermería
y otros documentos legales? El análisis de estos docu-
mentos puede dar claridad de pensamiento para tomar
las decisiones más acertadas.

4. DECISIÓN.

Un cuidadoso estudio de la Biblia y la normativa legal


puede darnos la seguridad para tomar decisiones.

99
Ética cristiana en la enfermería

¿Qué decisiones relevantes se ajustan mejor a los prin-


cipios bíblicos? Al hacer frente a las complejas decisio-
nes morales, los cristianos no siempre se encuentran
libres de ambivalencia. Sin embargo, Dios nos da sufi-
cientes recursos para tomar decisiones acertadas y ac-
ciones apropiadas.

¿Qué obstáculos deben superarse con el objeto de im-


plementar la decisión? Debemos realizar nuestras deci-
siones con estrategias relevantes, incluso medidas ba-
sadas en principios para superar los obstáculos.

5. EVALUACIÓN.

Aprende de las decisiones del pasado y haz ajustes de


acuerdo con lo que sea necesario.

¿Cuál es nuestra evaluación honesta de determinada


decisión? Dios sigue obrando en nosotros y por medio
de nosotros aun cuando estemos errados. La humildad
cristiana nos conduce a nuevos entendimientos y nos
permite admitir los errores del pasado. La gracia de Dios
es liberadora al respecto, ya que nuestro sumo destino
está asegurado en Cristo y no se basa en la perfección
de las decisiones que tomamos.

100
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

VIII. COSMOVISIÓN

La necesidad de recurrir a la reflexión filosófica se jus-


tifica porque el punto central de la ética es el hombre.
La filosofía que significa “amor por la sabiduría” es el
estudio de una variedad de problemas acerca de la exis-
tencia, del hombre, el conocimiento, la verdad, la belle-
za y la ética.

Las ramas de la filosofía son: la antropología, la epis-


temología y la axiología de las cuales se derivan pre-
guntas importantes que para muchas personas aún no
encuentran respuesta a lo largo de la historia.

Filosofía del cuidado


ANTROPOLOGÍA EPISTEMOLOGÍA AXIOLOGÍA

¿QUE ES EL ¿QUÉ ES EL ¿QUÉ ES LO QUE


HOMBRE? CONOCIMIENTO? TIENE MAYOR
VALOR?

Es un ser creado Fuente del conoci- Ética y


por Dios. miento, teorías. estética

101
Ética cristiana en la enfermería

Antes de abordar el tema de la ética es importante con-


siderar la cosmovisión como punto de partida de nues-
tra realidad.

El término “cosmovisión” deriva del alemán “welt =


mundo” y “anschauen = observar” podría entenderse
como la “visión que se tiene sobre el mundo”.

Esta palabra fue introducida por primera vez por el fi-


lósofo alemán Wilhenlm Dilthey en su reconocida obra
Introducción a las Ciencias de la Cultura en el año 1914.
En esta obra sustenta que la experiencia vital del hom-
bre no sólo debe estar fundada en el aspecto intelectual
sino también en lo emocional y moral, en el conjunto
de principios de la sociedad y la cultura.

La cosmovisión es una estructura confesional que esco-


ge un punto de partida, marca la trayectoria y apunta
hacia un destino.

La cosmovisión son las creencias que una persona o un


grupo tienen sobre su realidad. Son un conjunto de pre-
suposiciones que un grupo sostiene y practica lo que
piensa sobre su mundo, lo que piensa sobre su lugar en
el universo.

8.1. PREMISAS DE LA COSMOVISIÓN

• Toda cosmovisión provee un punto de partida: “creo”,


“prometo”, “estoy seguro”, etc.

102
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

• Responde a las preguntas básicas de la vida que tie-


nen que ver con la realidad, la verdad, la ética y la
estética. Se pregunta ¿Es Dios real?

• Debe conferir significado y propósito a la existencia


humana.

Se pregunta: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Qué


hago en este mundo? ¿A dónde voy?

Es importante tener en claro la cosmovisión porque de


la conclusión a que lleguemos y la respuesta que demos
dependerá la calidad y significado que adquiera nuestra
vida aquí y la posibilidad de vivir eternamente.
Las cosmovisiones derivan de los sistemas filosóficos y
religiones.

Así tenemos la cosmovisión cristiana, socialista, islámi-


ca, marxista, entre otras.

8.2. COSMOVISIÓN BÍBLICA DEL MUNDO Y DEL


HOMBRE

La cosmovisión bíblica cristiana cree que el mundo, el


hombre y la mujer fueron creados por un Dios Todopo-
deroso, infinito y misericordioso.

En San Juan 1: 1-4 dice “En el principio era el Verbo, y


el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el
principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él

103
Ética cristiana en la enfermería

estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”



Toda la obra de la creación era buena en gran mane-
ra, sin embargo, aparece el mal que trata de estropear
esta hermosa creación, pero ¿con quién se inició el mal?
¿Dónde apareció? ¿Cuáles fueron las consecuencias?

Amerita conocer brevemente el inicio del mal en el cie-


lo con la sublevación de Lucifer, para luego abordar la
creación de Adán y Eva, las consecuencias de la rebe-
lión y finalmente el plan de salvación.

8.3. REBELIÓN EN EL CIELO

La historia refiere que Lucifer era un ángel honrado y


excelso que vivía en el cielo. Su semblante era apacible
y denotaba felicidad. Su frente alta y espaciosa deno-
taba su poderosa inteligencia, su forma era perfecta y
majestuosa, según lo refiere White (1995a, p.13).

Dios convocó a las huestes celestiales para conferir


honra especial a su Hijo en presencia de todas las hues-
tes celestiales. Dios el Padre hizo saber que había orde-
nado que Cristo su Hijo, fuera igual a él. Significaba que
la palabra del Hijo debería obedecerse tan prontamente
como la del Padre. Este había sido investido de la auto-
ridad de comandar las huestes angélicas.

White (1995ª,p.14) expresa que Lucifer estaba envidio-


so y tenía celos de Jesucristo. No obstante cuando to-
dos los ángeles se inclinaron ante él para reconocer su

104
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

supremacía, gran autoridad y derecho de gobernar, se


inclinó con ellos, pero su corazón estaba lleno de en-
vidia y odio. Lucifer aspiraba llegar a la altura de Dios
mismo. Salió de la presencia del Padre descontento y
lleno de envidia contra Jesucristo. Reunió a las hues-
tes celestiales, disimulando sus verdaderos propósitos,
y les presentó su tema, como quien ha sido agraviado.
Les dijo que de allí en adelante toda la dulce libertad
de que habían gozado los ángeles llegaría a su fin. Les
declaró que nunca más se inclinaría ante Cristo y que
sería el caudillo de todos los que estuvieran dispuestos
a seguirlo y a obedecer su voz. Hubo una gran discusión
entre los ángeles, pero Lucifer y sus seguidores se rebe-
laron contra la autoridad de Cristo.

Los ángeles leales a Cristo trataron de reconciliar con la


voluntad de su Creador a ese poderoso ángel rebelde.
Le mostraron claramente que Cristo era el Hijo de Dios,
que existía con él antes que los ángeles fueran creados,
y que siempre había estado a la diestra del Padre. Al no
poder convencer a Lucifer que desistiera de este mal
propósito, los ángeles lloraron.

Rebelarse contra el gobierno de Dios era un crimen


enorme, lo expresa White (1995a, p.17). Lucifer se en-
frentó abiertamente contra el Padre y expresó su des-
precio por la ley de Dios, afirmando que los ángeles no
necesitaban de la ley y que debían ser libres para seguir
su propia voluntad, que la ley era una restricción de su
libertad; y que su revocación era uno de los grandes
objetivos de su rebelión. Hubo guerra en el cielo, pero

105
Ética cristiana en la enfermería

Cristo el Hijo de Dios y los ángeles fieles prevalecie-


ron, y Satanás y sus seguidores fueron expulsados del
cielo. Ni un vestigio de rebeldía quedo en el cielo. El
cielo volvió a ser pacífico y armonioso como antes. El
padre consultó con el Hijo con respecto a la ejecución
inmediata de su propósito de crear al hombre para que
habitara la tierra ( White ,1995a, p.19).

8.4. CREACIÓN DE ADÁN Y EVA

En Génesis capítulo 1 al 2 se narra magistralmente la


obra de la creación del mundo, de seres inanimados,
animados, el hombre y la mujer.

Dios habló, y sus palabras crearon sus obras en el mun-


do natural. Fue por amor que Dios creó al mundo y al
hombre. Todo el cielo se interesó profunda y gozosa-
mente en la creación del mundo y el hombre. Dios creó
al varón y hembra (Génesis 1:27; S. Marcos 10:6) los
que constituían una clase nueva y especial. El propósito
de Dios fue que ellos poblaran la tierra, se multipliquen
y vivan gozosos alabando a Dios. (Génesis 1:28; Isaías
45: 18).

Dios creó al hombre del polvo de la tierra. (Génesis 2:7:


Job 33:6 u.p.). Hizo de Adán un participante de la vida
y naturaleza de Dios. Recibió el aliento del Todopode-
roso, y se convirtió en un alma viviente de acuerdo a
Génesis 2: 7 y Job 33:4, Adán era perfecto en su for-
ma: fuerte, bien parecido, puro, llevaba la imagen de su
Hacedor (Génesis 1: 26,27). Adán fue coronado rey en

106
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

el Edén. Se le dio dominio sobre toda la naturaleza. El


Señor bendijo a Adán y Eva con una inteligencia que no
dio a ninguna otra criatura.

A continuación se presenta un gráfico sobre el funda-


mento bíblico de la creación del hombre, su misión en
la tierra en el contexto de los profesionales de salud y
el habitat edémico.

¿Qué es el hombre
Salmos 8:4; 144:3
Job 7:17

Génesis 1:26, 27;


2:7; 15; 21-24

Polvo Espíritu Huerto del Edén

Ser viviente • Natural


• Limpio
Servicio • Ordenado
profesional
• Sol
• Aire
Protección,
• Agua
prevención, cuidar y
curación • Vegetación

107
Ética cristiana en la enfermería

8.4.1. SALUD DE ADÁN

White (1995b) refiere que “Cuando Adán salió de las


manos de su Creador era de elevada estatura y perfec-
ta simetría. Su semblante llevaba el tinte rosado de la
salud y brillaba con la luz y el regocijo de la vida. La
estatura de Adán era mucho mayor que la de los hom-
bres que habitan la tierra en la actualidad. Eva era algo
más baja de estatura que Adán; no obstante, su forma
era noble y plena e belleza” (p.26). Adán tenía temas
como motivos de contemplación en las obras de Dios
en el Edén, que era el cielo en miniatura. Dios no creó al
hombre meramente para que contemplara las gloriosas
obras de Dios. Por eso le dio manos para trabajar así
como mente y corazón para meditar. Si la felicidad del
hombre hubiese consistido en no hacer nada, el Creador
no le hubiese asignado un trabajo a Adán. El hombre
había de encontrar felicidad tanto en el trabajo, como
en la meditación, según lo registra Génesis 2: 15, 20.

8.4.2. FACULTAD DE PENSAR Y HACER

White (1995c) sostiene que” Cada ser humano creado a


la imagen de Dios, está dotado de una facultad seme-
jante a la del Creador: La individualidad, la facultad de
pensar y hacer. Los hombres en quienes se desarrolla
esta facultad son los que llevan responsabilidades…La
obra de la verdadera educación consiste en desarrollar
esta facultad, en educar a los jóvenes para que sean
pensadores y no meros reflectores de los pensamientos
de otros hombres” (p.15).

108
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

8.4.3. FACULTAD DE AMAR

Adán y Eva fueron creados con capacidad de amar y


de servir al hombre. Sus afectos eran puros. (White,
1995b, p.25).

El hombre es el único ser en la creación que fue creado


con raciocinio, juicio, noción de espacio, tiempo, perso-
na, que conoce la diferencia entre el bien y el mal, tiene
conciencia, que experimenta fe y está provisto de una
estructura espiritual que le permite vivir religiosamen-
te. El hombre posee todas estas cualidades junto con la
capacidad moral que lo ejerce con plena libertad.

8.4.4. ÉTICA DE ADÁN

Veloso, (1990) señala que la ética que regía a Adán en


su hogar edénico era sencilla .En primer lugar debía
saber quién definía lo que era correcto o incorrecto.
No era el hombre sino Dios: “Y mandó Jehová Dios al
hombre” Génesis 2:16. Nunca fue el plan de Dios que
el hombre determinase los valores éticos. Sin embargo,
fue Satanás quien introdujo la idea a Adán y Eva que
serían como dioses (Génesis 3:5) y por lo tanto son la
fuente de su propia ética. Este es otro engaño en que
se basa la Nueva Era al plantear que el hombre es dios
y puede crear su propio código de ética. Dios creó al
hombre en libertad para elegir si acepta o no seguir la
conducta que Dios le pide, pero la determinación de si
esta conducta es buena o mala es asunto que está bajo
el dominio y soberanía de Dios. (p.51).

109
Ética cristiana en la enfermería

8.5. CONSECUENCIA DE LA REBELIÓN

En medio del huerto del Edén, estaba el árbol del cono-


cimiento del bien y del mal, destinado especialmente
por Dios para ser una prenda de la obediencia, la fe y
el amor de Adán y Eva hacia él. Dios ordenó a nuestros
primeros padres que no comieran de él, ni lo tocaran,
porque si lo hacían morirían. Pero Satanás actuando con
engaño y astucia hizo que Adán y Eva desobedecieran
a Dios.

White (1995a, p. 26) sostiene que Satanás fue el que


plantó las semillas de muerte cuando tentó a Eva para
que comiera del árbol del conocimiento del bien y del
mal, lo que significó desobediencia a Dios. El único co-
nocimiento que ganaron con su desobediencia fue un
conocimiento del pecado y sus resultados. Dios les dijo
a nuestros primeros padres que si creían en su Creador,
iban a obedecerle en no comer del fruto de este árbol.
Esta era la única prueba. Sin embargo, Satanás que es
el padre de la incredulidad, la murmuración y la rebe-
lión tentó a Adán y Eva quienes escucharon las palabras
del tentador, y cayeron en el pecado al rendirse a sus
insinuaciones. Este mismo método de engaño lo utili-
za la llamada Nueva Era, al sustentar que los hombres
son inmortales (Génesis 3:4) y dioses (Génesis 3: 5). El
hombre no es inmortal porque simplemente no comió
del Árbol de la Vida y Dios lo retiró a tiempo del Jardín
del Edén.

110
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Veloso, (1990) hace una descripción interesante acerca


de la desobediencia de la pareja y su responsabilidad.
Refiere que cuando el hombre pecó, ya no se encontra-
ba en el camino de la vida. Dios se aproximó al huerto
para conversar con Adán y Eva. El hecho mismo de que
se escondiera de la presencia de Dios indica la profun-
da transformación que había ocurrido en su manera de
pensar y actuar. Sus actitudes de simpatía, amistad, de
aproximación y de relación con Dios habían sido des-
truidas.

Dios llama al hombre y le pregunta “¿Dónde estás tú?


“(Génesis 3:9).No es que Dios no conociera dónde esta-
ba el hombre, sino que aplica un hermoso plan divino
de primero investigar, luego dictar sentencia para final-
mente ejecutarlo. Al hacer Dios esta pregunta deseaba
que Adán admita su pecado y se arrepienta, sin embar-
go, no fue así. La posición del hombre había cambiado.
Antes la voz de Dios lo atraía, ahora lo atemorizaba.
Antes se sentía comprometido con todo lo que Dios le
comunicaba, ahora destinado a la muerte, se encontra-
ba completamente desligado de todo compromiso con
la vida. Adán sintió miedo por primera vez en la his-
toria. El hombre inicia su marcha de separación con la
cual ha venido permanentemente ocultándose de Dios
hasta el punto de llegar a concebir su no existencia para
evitar su encuentro con él. Cuanto más se aleja de Dios,
más próximo se encuentra de una filosofía humanista.

En su caso ¿por qué no se puso en vigor la muerte in-


mediatamente? Porque se encontró una manera de res-

111
Ética cristiana en la enfermería

catarlo. El unigénito Hijo de Dios se ofreció como volun-


tario para tomar sobre sí mismo el pecado del hombre
y para hacer la expiación de la raza caída. La obediencia
mediante Jesucristo le da al hombre perfección de ca-
rácter y el derecho a participar del árbol de la vida pero
la condición para participar nuevamente del fruto del
árbol es guardar los mandamientos de Dios.

8.6. EL HOMBRE CREADO COMO SER RESPONSABLE


Y LIBRE

Adán justifica su comportamiento y transfiere su res-


ponsabilidad a Eva. Sólo la persona orientada hacia la
muerte vive en la irresponsabilidad porque el que está
orientado hacia la vida siempre reconoce su responsa-
bilidad y la autoridad de Dios.

Las acciones del hombre pueden determinar su pérdi-
da de la vida. Dios preguntó a Eva “¿Qué es lo que has
hecho? “(Génesis 3:13). Eva reconoció que había des-
obedecido: “Comí” dijo (Génesis 3:13). Pero, también se
justifica indicando que sus acciones habían sido deter-
minadas por la serpiente y el engaño. La presencia de
ese poder negativo externo al hombre actuando perma-
nentemente para determinar sus acciones ha sido una
realidad a través de toda la historia humana. Desde
una posición confusa, contradictoria, temerosa y de in-
diferencia ante Dios, el hombre pasó al desconocimiento
completo de su autoridad para ocultarse tras el espejis-
mo de sus propias excusas, del engaño y de las acciones
sin sentido.

112
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

8.7. PLAN DE REDENCIÓN

White, (1995a) refiere que a Adán se le revelaron im-


portantes acontecimientos del futuro, desde su expul-
sión del Edén hasta el diluvio y más allá, hasta la pri-
mera venida de Cristo a la tierra; su amor por Adán y su
posteridad inducirían al Hijo de Dios a condescender al
punto de tomar la naturaleza humana y ofrecer su vida
en la cruz, para elevar así, por medio de su propia hu-
millación, a todos los que creyeran en él. El sacrificio de
la muerte de Jesucristo sería de suficiente valor como
para salvar a todo el mundo.

“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, me-


diante la redención que es en Cristo Jesús” Romanos
3: 24 “en quien tenemos redención por su sangre, el
perdón de pecados” Colosenses 1:14

El futuro glorioso de los redimidos, es decir de aquellos
que aceptan la sangre de Cristo como plan de la reden-
ción, será el cielo. Retornaremos al Edén maravilloso
donde está Jesucristo como Rey de Reyes y Señor de
Señores.

8.8. LEY DE DIOS: Base de la moralidad

En el libro de Deuteronomio 30:16 dice Dios:


“Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en
sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, precep-
tos y leyes.”
La Ley de Dios existía antes de que el hombre fuera

113
Ética cristiana en la enfermería

creado. Estaba adaptada a la condición de los seres san-


tos; aún los ángeles eran gobernados por ella.

Cuando fueron creados Adán y Eva tenían un conoci-


miento de la Ley de Dios o, de lo contrario, Adán no
podría haber pecado. (ST, 14-3-1878). Estaba impresa
en sus corazones y entendían lo que exigía de ellos.

Los Diez Mandamientos fueron grabados en tablas de pie-


dra por el dedo de Dios y entregados a Moisés,( Deutero-
nomio 4:13) para obedecerlas y gozar de la paz y felicidad.

Estas leyes sirvieron de base para muchas otras leyes,


como son: leyes sanitarias, civiles, ceremoniales, etc.

El salmista David exclamaba que la Ley de Dios es per-


fecta, fiel, recta y pura, más deseables que el oro y más
dulces que la miel y que se dará un gran galardón al que
lo guarda.( Salmos 19).

Wade, dice que los Diez mandamientos, por ser de carácter mo-
ral, revela el carácter de Dios de manera más clara que otros
tipos de leyes. A través de la Ley de Dios, se puede evidenciar
con mayor claridad cómo es Dios.

El amor es la base de la Ley de Dios

En 1 Juan 4:8 dice que una de las características más


importantes de Dios es el amor:” El que no ama no co-
noce a Dios, porque Dios es amor” La Ley de Dios, esta-
ba comprendida en dos grandes principios: “Amarás al

114
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma,


y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es
el principal mandamiento. Y el segundo es semejan-
te: Amará a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro
mandamiento mayor que éstos”(Marcos 12: 30,31). Es-
tos dos grandes principios abarcan los primeros cuatro
mandamientos, que muestran el deber del hombre ha-
cia Dios, y los últimos seis, que muestran el deber del
hombre hacia su prójimo.

Las funciones de la Ley son:

• Indica el ideal de Dios para la familia humana, lo que


la hace norma de conducta.

• Señala lo que no está en armonía con la voluntad de


Dios, es decir, el pecado.

A continuación se analiza cada mandamiento de la Ley


de Dios para su mejor comprensión.

Primer mandamiento:

“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de


Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses
ajenos delante de mí” Éxodo 20: 2,3.

La razón básica por la que Dios requiere fidelidad de


culto, es que él redimió a su pueblo de la esclavitud. En
Egipto los hijos de Israel se habían acostumbrado a la
adoración de dioses falsos. La adoración de otros dioses
era inaceptable para él.

115
Ética cristiana en la enfermería

En Génesis 1:26 refiere que el hombre fue creado a


imagen y semejanza de Dios .El ser humano fue creado
con raciocinio, imaginación, juicio y plena libertad para
pensar y hacer las cosas. Pero también fue creado con
una dimensión espiritual, es decir, con la capacidad de
comunicarse y entrar en contacto con él. Wade, E. re-
fiere que la necesidad espiritual que tienen los seres
humanos debe ser satisfecha, como lo son las demás
necesidades, Conociendo esto Satanás ha ideado mu-
chas maneras falsas de satisfacer esta necesidad. Este
enemigo condujo a mucha gente a adorar a los astros y
las constelaciones (sol, luna, estrellas); fenómenos de la
naturaleza (relámpagos, nubes, lluvias, truenos, vegeta-
ción, mar, ríos, etc); animales e insectos (buey, cocodrilo,
escarabajo, etc). Los griegos y los romanos adoraban
dioses en forma humana, y también tenían semidioses.
Cuando su adoración se volvió demasiado burda para
su crecimiento espiritual, terminaron idealizándolos
como virtudes y actividades humanas, de esta forma
adoraron a Zeus (dios de la razón), Afrodita (diosa del
amor), Marte (dios de la guerra), Esculapio (dios de la
medicina), entre otras.

Un factor considerado como la raíz de la idolatría es el


poder de la contemplación. Este principio dice que “nos
transformamos de acuerdo con lo que contemplamos”.
La adoración de los dioses paganos era una adoración
objetiva y mental. Sus adoradores, a través de la con-
templación visual y el pensamiento, inconscientemente
se asemejaban a sus dioses. La razón y experiencia di-
cen que lo que convertimos en objeto de contemplación

116
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

y admiración, se vuelve en nuestro modelo de acción.


La dignidad humana se rebaja cuando se contempla y
adora a falsos dioses.

En los tiempos actuales, si bien es cierto que no se tiene


que arrodillar delante de un ídolo, muchos se inclinan
ante la complacencia del apetito, moda, deportes, ver
televisión, entrar a internet, asistir a reuniones sociales,
tener trabajo excesivo etc. Cualquier cosa que separe
nuestros afectos de Dios, y disminuya nuestro interés
en las cosas divinas, se convierte en un ídolo.

Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y solo


podemos conservar esa imagen si contemplamos al Dios
verdadero.

En el día del juicio, los seres humanos aparecerán de-


lante de Dios avergonzados y condenados, porque aun-
que se les dio inteligencia y raciocinio, no obedecieron
la Ley de Dios.

Segundo mandamiento:

“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo


que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni
en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás
a ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu
Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los
padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta
generación de los que me aborrecen, y hago mi-
sericordia a millares, a los que me aman y guar-
dan mis mandamientos.” Éxodo 20: 4, 5,6.

117
Ética cristiana en la enfermería

En Hechos 17: 24, 25,29 dice que Dios no vive en tem-


plos construidos por hombres porque él es Dios que
hizo el mundo y todo lo que hay en él. Este manda-
miento prohíbe la elaboración de imágenes de dios. La
razón de esta prohibición se basa en el hecho de que las
imágenes son creación de los hombres, y consecuente-
mente rebajan la grandeza y la santidad de Dios. Esta
es la razón, por la que el Señor no se ha dejado ver por
los seres humanos.

Este mandamiento también condena la transferencia de


ideas, conceptos e imágenes de otros dioses a la perso-
na de Dios. Dios no quiere que se lo confunda con imá-
genes que rebajan su dignidad y promueven el deterio-
ro de la moral humana. La causa de este mal reposa en
la propensión idolátrica del corazón humano a adorar a
la criatura más bien que al Creador.

La forma correcta de adorar a Dios lo presenta Juan 4:


23, 24 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los ver-
daderos adoradores adorarán al padre en espíritu y en
verdad; porque también el Padre tales adoradores bus-
ca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran,
en espíritu y en verdad es necesario que le adoren”

Tercer mandamiento:

“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano;


porque no dará por inocente Jehová al que tomare
su nombre en vano” Éxodo 20:7

118
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Este mandamiento tiene que ver con nuestra manera de


adorarle.

Expresa explícitamente que nuestra adoración debe ser


hecha con suma reverencia porque “Santo y temible es
su nombre” (Salmo 111: 9). Los ángeles, al pronunciar-
lo, cubren sus rostros. White, (Elena menciona que no-
sotros que somos seres caídos debemos pronunciar su
nombre con mucha reverencia.( La Educación, p.238).

Este mandamiento también prohibía jurar en falso. En


la antigüedad, el juramento involucraba poner al Señor
como testigo de lo que se afirmaba. No decir la verdad
era tomar el nombre de Dios en vano. Lo mismo si se
hacía un voto sin tener la intención de cumplirlo.

Otra forma de transgredir este mandato, si se usaba el


nombre del Señor de una manera frívola o descuidada.
White (1995 b), dice que deshonramos a Dios cuando
mencionamos su nombre en la conversación ordinaria,
cuando apelamos a él por asuntos triviales, cuando re-
petimos su nombre con frecuencia y sin reflexión. To-
dos debiéramos meditar en su majestad, su pureza y su
santidad, para que el corazón comprenda su exaltado
carácter; y su santo nombre se pronuncie con respeto y
solemnidad.

La misma autora dice que mientras oran, muchos em-


plean expresiones irreverentes y descuidadas que agra-
vian al Espíritu del Señor y motivan que sus peticiones
no lleguen al cielo.( Primeros escritos, p. 70). El uso fre-

119
Ética cristiana en la enfermería

cuente de palabras descuidadas como:¡Dios mío! ¡Santo


Dios!, etc. revelan falta de reverencia por la persona de
Dios.
También prohíbe usar el nombre de Dios para fines de
magia y de encantamientos.

De la misma manera deshonramos a Dios cuando ha-


cemos chistes de mal gusto que involucran a Dios, su
Palabra o sus instituciones.

Cuarto mandamiento:

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis


días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el sépti-
mo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en
él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo,
ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está
dentro de tus puertas. Porque en deis días hizo Je-
hová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas
que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por
tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santifi-
có” Éxodo 20: 8-11

Después de crear todas las cosas materiales, Dios pro-


cedió a crear algo que no es material, Dios creó el sá-
bado. Al hacerlo, hizo otro tipo de creación, ya que el
sábado es una creación en el tiempo, no en el espacio.

En Génesis 2: 2,3 Dios hace tres cosas importantes en


conexión con el sábado. Dios descansó, lo bendijo y lo
santificó.

120
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Respecto a la primera parte, tenemos un paradigma que


debemos seguir este ejemplo. Es decir, nosotros debe-
mos descansar porque el Señor nos dio el ejemplo. Dios
no se cansa, sino que cesó de crear en el séptimo día,
lo hizo para darnos una enseñanza. Dios planeó, en su
descanso, nuestro descanso. Su descanso no significa
que estaba cansado, pero nuestro descanso, sí. Dios an-
ticipó que necesitaríamos descansar de nuestro trabajo
físico y fatiga espiritual. En Marcos 2: 27 Jesús lo dijo:”
El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para
el sábado”

El sábado es también un día para honrar a nuestro Dios.


Se trata de 24 horas del día para profundizar nuestra
comunión con él. El sábado es un día no sólo de descan-
so físico sino esencialmente de descanso espiritual. Es
un día de mucho beneficio para el hombre, como está
escrito en Marcos 2:27: “El sábado se hizo para el hom-
bre, y no el hombre para el sábado”

En segunda instancia, lo que el Creador hizo fue ben-


decir el día sábado. En Génesis 2:3 dice:” Dios bendijo
el séptimo día”. Bendecir significa no sólo decir cosas
buenas, sino también, colmar de bienes, de modo que
fuese una bendición para el hombre.

La tercera cosa que Dios hizo con el sábado fue santi-


ficarlo. “Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó” (Gé-
nesis 2:3) Santificar significa consagrar a Dios algo o
alguien, es hacer santo a alguien o algo. El uso bíblico
sugiere que santificar es apartar a alguien o algo para

121
Ética cristiana en la enfermería

un uso santo. Wade, (2009) refiere que esta declara-


ción nos dirige la atención al hecho de que ya no es un
día común y corriente. Es un día apartado para un uso
sagrado, que no se le debe usar para fines comunes. La
santidad del sábado no se debe al hecho de que es un
día distinto a los otros días. Su santidad radica en que
fue consagrado por Dios. Los hombres no lo separaron
ni le dieron ninguna dignidad especial. Fue Dios el que
lo hizo después de seis días de labor creadora. Si como
seres humanos, hacemos una diferencia entre este día y
otros días, lo hacemos porque él lo dijo. Por la obediencia
y lealtad a Dios, el sábado llega a ser diferente. En Exe-
quiel 20: 12 expresa claramente que cuando guardamos
el sábado no lo hacemos para nosotros, sino para Dios:
“También les di mis sábados como una señal entre ellos y
yo, para que reconocieran que yo, el Señor, he consagra-
do los sábados para mí” Es un día de oportunidad para
relacionarnos más estrechamente con Dios.

White, (1995) dice “Si el sábado se hubiese observado


universalmente, los pensamientos e inclinaciones de los
hombres se habrían dirigido hacia el Creador como ob-
jeto de reverencia y adoración, y nunca habría habido
un idólatra, un ateo, o un incrédulo” (p. 491). La obser-
vancia del sábado nos manda de vuelta a la creación y
al Creador.

El sábado es un día de regocijo aquí en la tierra y lo será


en el cielo. “Sucederá que…de un sábado a otro, toda la
humanidad vendrá a postrarse ante mí-dice el Señor”
Isaías 66:23.

122
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Quinto mandamiento:

“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días


se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.”
Éxodo 20: 12

Con este mandamiento empieza el segundo manda-


miento más importante que es el amor al prójimo. Los
prójimos más cercanos que tenemos son nuestros pa-
dres. Durante los primeros años del niño, los padres es-
tán en lugar de Dios. De allí que la desobediencia y falta
de respeto a los padres equivale a desobediencia y falta
de respeto para Dios. A este respecto, White (1995 c)
refiere lo siguiente: “Se debe a los padres mayor grado
de amor y respeto que a ninguna otra persona. Dios
mismo, que les impuso la responsabilidad de guiar las
almas puestas bajo su cuidado, ordenó que durante los
primeros años de la vida, los padres estén en lugar de
Dios respecto a sus hijos. El que desecha la legítima
autoridad de sus padres, desecha la autoridad de Dios.
(p. 265).
Cuando los hijos son educados para honrar a sus pa-
dres, van a honrar cualquiera otra autoridad (estado,
iglesia, escuela etc)

Serán anotados en el libro del cielo, los que aman y


honran a sus padres, así lo dice, White, (1995 e) “No hay
en este mundo mejor recomendación para un hijo que el
haber honrado a sus padres, ni mejor anotación en los
libros del cielo que aquella donde se consigna que amó
y honró a su padre y a su madre” (p. 329).

123
Ética cristiana en la enfermería

La promesa de este mandamiento es la bendición de


tener muchos años de vida en esta tierra.

Sexto mandamiento:

“No matarás” Éxodo 20:13

Este mandamiento tiene el propósito básico de resaltar


la santidad de la vida humana y su preservación. Como
la vida humana es sagrada, Dios estableció una regla-
mentación estricta para preservarla.

De acuerdo al espíritu de este mandamiento, no necesi-


tamos tomar una pistola u otra arma para matar a una
persona. Este mandamiento nos dice que el odio es una
transgresión de este mandato, así lo evidencia Mateo
5: 21,22: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No ma-
tarás, y cualquiera que matare será culpable de juicio.
Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su
hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga:
Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y
cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al in-
fierno de fuego”. White, (1995 b) refiere que “el abrigar
cualquier pasión que se traduzca en hechos perjudicia-
les para nuestros semejantes o que nos lleve siquiera a
desearles mal.” (p.316).

124
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Séptimo mandamiento

“No cometerás adulterio” Éxodo 20:14

Dios fue el que inventó y bendijo al matrimonio en el


Edén. Lo instituyó para que fuese la unión íntima y le-
gítima entre un hombre y una mujer. Esta intimidad se
expresa mejor mediante la vida sexual del matrimonio,
lo que implica que el sexo debe ser tratado con respeto
y responsabilidad. Cuando una tercera persona se intro-
duce en el matrimonio, se destruye la felicidad del ho-
gar. A esto se llama adulterio, y en antiguo testamento
se castigaba con la muerte, según lo refiere en Levítico
20:10.

El divorcio no es parte del plan de Dios para la familia


humana. En el Sermón del Monte, Jesús mostró cómo
Dios considera la relación conyugal, según lo eviden-
cia Mateo 5: 31,32 “También fue dicho: Cualquiera que
repudie a su mujer, debe darle carta de divorcio. Pero
yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por
causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se
casa con la repudiada, comete adulterio”.

Este mandamiento también condena la fornicación, es


decir, la relación sexual entre personas solteras. El sexo
es ilícito cuando se realiza fuera de la responsabilidad
y santidad del matrimonio.

En 1 Corintios 6: 18-20 se habla de la santidad del


cuerpo y que es nuestro deber glorificar a Dios con un

125
Ética cristiana en la enfermería

cuerpo sano, libre de la fornicación: “Huid de la fornica-


ción. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está
fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio
cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es tem-
plo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis
sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de
Dios”

Pablo dice” que los que practican tales cosas no hereda-


rán el reino de Dios” Gálatas 5: 19-21.

La voluntad de Dios es que la persona se debe apartar


de la inmoralidad sexual, así lo registra en 1 tesaloni-
censes 4:3-5 “pues la voluntad de Dios es vuestra san-
tificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno
de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y
honor; no en pasión de concupiscencia, como los genti-
les que no conocen a Dios.”

Este mandamiento condena la prostitución en todas sus


formas, así lo refiere Wade, (2009 p.203). Las “sexoser-
vidoras” abundan en todo el mundo y desde hace miles
de años. La mentalidad humana no puede vivir sin la
prostitución. En tiempos de apóstol Pablo, los cristianos
que vivían en ciudades como Antioquía de Siria y Corin-
to, tenían que presenciar la prostitución como forma de
vida. A los hermanos de Corinto que corrían el peligro
de contagiarse con la mentalidad licenciosa de su ciu-
dad, les escribió que huyeran de la prostitución. Este es

126
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

un mensaje que también nos llega a nosotros en estos


tiempos de libertinaje sexual.

Las leyes levíticas complementarias del séptimo man-


damiento, también condenaban fuertemente el incesto
en todas sus formas, según se aprecia en Levítico 20.

Asimismo, dice Wade (2009) que este mandamiento


también condena la homosexualidad. Es un pecado muy
grave, porque no sólo atenta contra el séptimo manda-
miento, sino que es una violación de la ley natural. En
la ley de Moisés, se condenaba con la muerte, según lo
registra Levítico 20:13. Pablo, considera a la homose-
xualidad como una de las degeneraciones morales de la
raza humana, así está escrito en Romanos 1: 26-28 “Por
esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún
sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es con-
tra naturaleza, y de igual modo también los hombres,
dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su
lascivia, unos con otros, cometiendo hechos vergonzo-
sos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la
retribución debida a su extravío. Y como ellos no apro-
baron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una
mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”

Por último, como ley espiritual, este mandamiento no


sólo condena la acción pecaminosa, sino también los
malos deseos y los pensamientos corruptos, así se en-
cuentra registrado en Mateo 5: 27-29 “Oísteis que fue
dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cual-
quiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró

127
Ética cristiana en la enfermería

con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te


es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te
es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo
tu cuerpo sea echado al infierno”. Como se deduce, todo
acto pecaminoso comienza en la mente. Martín Lutero
decía: “No podemos impedir que las aves vuelen sobre
nuestra cabeza, pero sí podemos impedir que aniden
en nuestros cabellos. ”El ojo es una de las avenidas del
alma y debemos evitar que por ella entre información
que afecte nuestra espiritualidad. Se necesita valor y
fortaleza espiritual para cerrar un libro o revista porno-
gráfica, apagar o cambiar de canal cuando se está pa-
sando una película con insinuaciones pecaminosas.

Octavo mandamiento

“No hurtarás” Éxodo 20: 15

Este mandamiento protege la propiedad y los derechos


de los demás.

White, (1995 b) refiere que “El octavo mandamiento


condena el robo de hombres y el tráfico de esclavos, y
prohíbe las guerras de conquista. Condena el hurto y el
robo. Exige estricta integridad en los más mínimos por-
menores de los asuntos de la vida. Prohíbe la excesiva
ganancia en el comercio, y requiere el pago de las deu-
das y de salarios justos. Implica que toda tentativa de
sacar provecho de la ignorancia, debilidad, o desgracia
de los demás, se anota como un fraude en los registros
del cielo” (p. 317).

128
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

En la ley levítica, la violación de este mandamiento


requería que se resarciera el daño y se pagara una
multa, así lo registra Levítico 6: 4, 5. Pero este man-
damiento tenía también una aplicación más amplia,
según versa en Levítico 19: 13 “No oprimirás a tu
prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del
jornalero en tu casa hasta la mañana” Rechazaba la
explotación de las personas por otros. Una forma de
explotación común en aquellos días, era retener el
salario de los jornaleros hasta el día siguiente, o no
pagar los salarios justos.

La ley también estipulaba que retener algo perdido que


se había encontrado es un tipo de robo, así lo mencio-
na Levítico 6:4:” Entonces habiendo pecado y ofendido,
restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia,
o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que
halló”.

En el Comentario Bíblico Adventista, t.1, p. 618 está es-


crito que “los empleados roban cuando reciben una “co-
misión” a espaldas de sus superiores, se apropian de lo
que no entra explícitamente en un convenio, descuidan
hacer cualquier trabajo para el que se los ha contratado,
o lo realizan descuidadamente, dañan con su negligen-
cia los bienes del propietario o los menoscaban, derro-
chándolos”.

Robar es también cuando se retiene de otro lo que en


justicia le pertenece, o se apodera de lo ajeno para su

129
Ética cristiana en la enfermería

uso propio. Cuando se aceptan como propios el recono-


cimiento por el trabajo o las ideas de otros, cuando se
usa lo ajeno sin permiso. Se rompe este mandamiento
cuando se viola los derechos legítimos de autoría al co-
piar libros, CDs, programas de computadoras etc. para
evadir el pago de un precio justo. Asimismo, es común
infringir este mandato cuando obtenemos una califica-
ción que no merecemos y la conseguimos copiando al
compañero de al lado o la investigación o trabajos inte-
lectuales de otros.

Robamos a Dios, cuando somos intemperantes y nos


privamos de energía física y espiritual para un servicio
exitoso, y también cuando no devolvemos los diezmos
y ofrendas que le pertenecen a Él. Y todavía le pregun-
tamos a Dios ¿En qué te hemos robado? En los diezmos
y las ofrendas. Dios es el dueño de todo; y nos da las
fuerzas para trabajar y ganar dinero. El diez por ciento
de lo que ganamos le pertenece a Dios y este sistema lo
estableció Dios y no el hombre. Es grave retener como
propia la parte que le pertenece a Dios. (White, (1995
b, p. 71).

En 1 Corintios 6: 10 dice que los ladrones impenitentes


no podrán heredar el reino de Dios.

Noveno mandamiento

“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”


Éxodo 20: 16

130
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Este mandamiento condena todo tipo de mentira y sa-


bemos que Satanás es el padre de la mentira, así lo pre-
senta en Juan 8:44 “Vosotros sois de vuestro padre el
diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él
ha sido homicida desde el principio, y no ha permane-
cido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando
habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira”. Satanás elaboró su primera mentira
teológica en el Edén, “Entonces la serpiente dijo a la
mujer: No moriréis” y desde allí ha seguido engañando
a los habitantes de la tierra.

White, (1995 b) refiere que “La mentira acerca de cual-


quier asunto, todo intento o propósito de engañar a
nuestro prójimo, están incluidos en este mandamiento.
La falsedad consiste en la intención de engañar. Median-
te una mirada, un ademán, una expresión del semblan-
te, se puede mentir tan eficazmente como si se usaran
palabras. Toda exageración intencionada, toda insinua-
ción o palabras indirectas dichas con el fin de producir
un concepto erróneo o exagerado, hasta la exposición
de los hechos de manera que den una idea equivocada,
todo es mentir. Este precepto prohíbe todo intento de
dañar la reputación de nuestros semejantes por medio
de tergiversaciones o suposiciones malintencionadas,
mediante calumnias o chismes. Hasta la supresión in-
tencional de la verdad hecha con el fin de perjudicar a
otros, es una violación del noveno mandamiento” (pp.
317, 318).

131
Ética cristiana en la enfermería

“La mentira es uno de los pecados populares de nuestros


días; y gradualmente está llegando a ser considerada
como digna de respeto. En sus diversas formas, desde
la mentira atrevida y evidente, hasta la suave mentira
diplomática, se la práctica común y universalmente. En
sus formas más leves se la considera como un medio
necesario de suavizar las situaciones desagradables y
se la tolera como manera aceptable de hablar. L a ha-
bilidad de mentir en forma elegante y convincente es
toda una hazaña en el mundo social y político y se la
considera como una habilidad necesaria para mantener
ciertos cargos. “Comentario Bíblico Adventista, t,1,p.
751.

A los médicos y enfermeros se les dio una vez este


consejo “Tampoco se les puede decir siempre toda la
verdad a aquellos cuyas dolencias son en buena parte
imaginarias. Si a estos pacientes se les dijera la verdad
respecto de sí mismos, algunos se darían por ofendidos
y otros se desalentarían. Cristo dijo a sus discípulos:”
Aún tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las
podéis llevar” (Juan 16:12). Pero si bien la verdad no
puede decirse en toda ocasión, nunca es necesario ni
lícito engañar. Nunca debe el médico o el enfermero
rebajarse al punto de mentir.”, así lo menciona White,
(1995 g, p. 189).

Décimo mandamiento

“No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás


la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni

132
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”


Éxodo 20: 17

Este mandamiento condena los motivos que rigen la


conducta humana, y de este modo se convierte en el
mandamiento más amplio y profundo. Nos dice que el
pecado puede referirse al pensamiento y no solo a los
actos.

La palabra “codicia” significa el deseo exagerado por


algo o alguien. Prohíbe el deseo desordenado que se
concentra en lo que pertenece a otro. Por lo tanto, este
mandamiento no alude a un acto, sino a un pecado
mental. Es un mandamiento que va a la raíz del pro-
blema del pecado en la vida humana, pues prohíbe el
deseo egoísta, que engendra el acto pecaminoso.

El décimo mandamiento se refiere a todos los manda-


mientos de la Ley de Dios, pues cada uno de ellos pue-
de ser violado en la mente antes de que se realice el
pecado

Este mandamiento representa un avance notable sobre


los otros códigos de leyes antiguas. Esos códigos se re-
ferían a las acciones de las personas, y algunos de ellos
regulaban el uso de palabras, pero ninguno pretendió
regular los pensamientos de las personas. Esto demues-
tra que Dios sí puede leer el pensamiento y los moti-
vos. Este mandamiento condena los motivos que rigen
la conducta humana, y de este modo se convierte en el
mandamiento más espiritual de todos. Wade, E. refiere

133
Ética cristiana en la enfermería

que este mandamiento enseña que no solo somos res-


ponsables delante de Dios por nuestros actos sino tam-
bién por nuestros motivos y pensamientos. En la Biblia
encontramos varios ejemplos de personas que cayeron
por la codicia, a saber: Eva, Giezi, Balaam, Judas Iscario-
te, Ananías y Safira.

Conclusión:

La Santa Ley fue dada con el propósito de señalar el pe-


cado y hacer que las personas con la ayuda del Espíritu
Santo, reconozcan su pecado. Cuando lo reconocemos,
entonces se los señala a Cristo que quita el pecado del
mundo. La finalidad de la ley es llevarnos a Cristo. La
ley no nos salva. Obedecerla no nos hace ganar el cielo.
Pero nos conduce a quien sí puede salvarnos: CRISTO.

8.9. PRINCIPIOS DE SALUD SEGÚN LA BIBLIA

Dios no creó una raza de seres tan desprovistos de sa-


lud, belleza y poder natural como la que ahora existe
en el mundo. Enfermedades de toda clase han estado
aumentando terriblemente en la humanidad. Esto ha
venido por el desprecio del hombre hacia la santa ley
de Dios y desobediencia a las leyes naturales.

Según la Biblia, la salud es la obediencia a las leyes de


Dios, leyes morales y leyes naturales; y la enfermedad
es la desobediencia a estas leyes. En Deuteronomio 7:
12-15 dice:” Y por haber oído estos decretos, y haberlos
guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará

134
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.


Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá
el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu
mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de
tus ovejas…Bendito serás más que todos los pueblos; no
habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados. Y
quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas
plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti,
antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren”

Si la gente hubiera obedecido la ley de los Diez Man-


damientos, si hubiera mantenido en sus vidas los prin-
cipios de estos diez preceptos, no existiría la maldición
de la enfermedad que ahora inunda el mundo.

White, (1995b) refiere en cuanto a la salud de los he-


breos que “Los hábitos sencillos de los hebreos los ha-
bía dotado de buena salud física, pero su relación con
los paganos los indujeron a dar rienda suelta al apetito
y las pasiones, lo cual redujo gradualmente su fuerza
física, y debilitó sus facultades mentales y morales” (p.
587). En la Biblia encontramos un código de salud tan
maravilloso que aun deja asombrado a los científicos
más prestigiosos de la actualidad. En Levítico 11 se pre-
senta una relación de animales terrestres, aves y acuá-
ticos que están permitidos comer. La indicación divina
dice que no se debe comer carne de cerdo, conejo, peces
que no tienen escamas ni aletas .Estudios muestran que
estos alimentos son más altos en ácido araquidónico,
que es un ácido graso inflamatorio, así como la grasa
saturada que predispone a la enfermedad.

135
Ética cristiana en la enfermería

Las siguientes citas bíblicas referidas en Levítico 3: 17,


Levítico 7:23-24 y Génesis 9:3 indican que no se debe
comer grasa ni sangre. Descubrimientos científicos
importantes evidencian que las dietas altas en grasas
están vinculadas al incremento de enfermedades car-
díacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer de colon y
mama además de obesidad.

El famoso científico Khayat, D. (2010) presenta una ex-


plicación racional acerca de comer la carne con su san-
gre. Presenta una hipótesis interesante en la que atribu-
ye a la hemoglobina contenida en la sangre de la carne
roja. En efecto, esta sustancia, que da a los glóbulos rojos
de la sangre su color rojo, sirve para transportar el oxíge-
no desde los pulmones hasta los tejidos periféricos que
lo precisan para la combustión necesaria en el metabo-
lismo celular. Esta hemoglobina tiene tres elementos: El
hemo, la globina y una molécula de hierro. Hoy se sabe
que el hemo favorece la formación de compuestos N- ni-
trosados, muy tóxicos y potencialmente cancerígenos y
el hierro por su parte, podría provocar la aparición de ra-
dicales muy reactivos, capaces de estropear el ADN y de
favorecer una mutación cancerígena. Además, el hierro
estimula la secreción de sustancias inflamatorias. Esta
sería una razón de los israelitas para esta práctica ances-
tral. El simple hecho de evitar la grasa y la sangre es un
poderoso principio de prevención dado por Dios.

Respecto a los alimentos dulces, la Biblia aconseja usar


la miel y otros azúcares pero con moderación. (Prover-
bios 25: 16,27)

136
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

En Números 19: 11-22 habla sobre el uso del agua


como medio de limpieza. En 1847 el Dr. Semmelweis
escribió un libro sobre el lavado de manos y cambiarse
de ropa después de hacer autopsias y cirugías antes de
ir al próximo paciente. Cuando sus reglas fueron segui-
das la mortalidad descendió en un 80%.

Asimismo, las viviendas que mostraban señales de


moho o que había albergado a personas enfermas, iban
a ser limpiados, reparados o destruidos, para evitar la
propagación de la enfermedad (Levítico 13 y 15).

Las personas que presentaban signos de enfermedad


debían ser aisladas en cuarentena, hasta que sea exa-
minado por un sacerdote y declarado sano.

Se prohíbe los tatuajes y cortes en la carne según lo


registra Levítico 19:28 por el riesgo de contraer enfer-
medades. Los médicos en la actualidad advierten que
los tatuajes y perforaciones en el cuerpo, conllevan el
riesgo de contraer enfermedades infecciosas como la
hepatitis B, hepatitis C, sífilis y el VIH/SIDA.

El libro de Deuteronomio 23: 9-14 dice que los dese-


chos humanos debían ser enterrados, alejados de la vi-
vienda. Hoy se llama eliminación de residuos sanitarios.
La historia está llena de epidemias de tifus, cólera, di-
sentería, vinculadas al vertido descuidado de desechos
humanos en las calles y ríos. Al enterrar los residuos
humanos se rompe el ciclo de vida de los microorganis-
mos patógenos.

137
Ética cristiana en la enfermería

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PARA REFLEXIONAR N° 1

1) ¿Qué características tenia Lucifer cuando estaba en


el cielo?

2) ¿Qué antivalores evidenció en el cielo, siendo un lu-


gar perfecto?

3) Los celos desempeñan un papel destacado en la rebe-


lión de Satanás contra Dios. En tu propia experien-
cia, ¿qué clase de daños te han caudado los celos?
¿De qué modo puedes aprender a luchar contra
este sentimiento tan común y nocivo?

4) ¿Qué daños pueden producir en tu vida, la envidia?¿-


qué estrategias utilizarías para liberarte de este
antivalor nocivo?

141
Ética cristiana en la enfermería

5) ¿Por qué Jesús llamó a Satanás “el príncipe de este


mundo”? (S. Juan 12:31; 14:30 y 16:11)

6) ¿Qué evidencia se puede ver de la obra de Satanás


en este mundo?

7) ¡Qué elementos del polvo de la tierra posee el hom-


bre?

8) ¿De qué modo puedes encontrar esperanza en la pro-


mesa de que un día todo este conflicto entre el
bien y el mal terminará?

9) ¿Qué diferencia existe entre libertad y libre albedrio?

10) ¿Tenemos realmente libre albedrio?

11) ¿Gozamos realmente de plena libertad? ¿Qué cosas


o sujetos nos esclavizan? ¿Qué estás haciendo para
liberarte de esto?

12) ¿Cuándo podremos andar en plena libertad?

13) Según Adán y Eva ¿Quién determinaba los princi-


pios y valores de la ética?

14) ¿Cómo interpretas la cita de 1 Corintios 6:12?

15) ¿Cómo se relacionan la libertad y responsabilidad?

16) ¿Qué justificaciones presentamos en el servicio de

142
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

Enfermería cuando nuestras acciones han sido in-


correctas? ¿A que nos hace recordar esta experien-
cia? ¿Cómo valoras esta acción?

17) Satanás introdujo la idea a Adán y Eva que al ser


como dioses podían tener su propio código de ética.
Elabora un cuadro contrastando los mandamientos
de la Ley de Dios y el código de ética humano. Re-
flexiona y comenta.

18) ¿Por qué es peligrosa la filosofía humanista?

19) ¿Por qué el hombre o la mujer se ocultan de Dios?¿


Qué medios utiliza para ocultarse?

20) ¿Qué conocimiento ganaron nuestros primeros pa-


dres al desobedecer a Dios? ¿Cuál es la consecuen-
cia del pecado? ¿Quién nos puede redimir del pe-
cado? ¿Qué puedo hacer para que Jesucristo entre
en mi corazón?

21) ¿Qué significa lo que dice White (1995c) que se debe


educar a los jóvenes para que sean pensadores y
no meros reflectores de los pensamientos de otros?

22) ¿Con que capacidades fueron creados Adán y Eva?


¿Qué significa esto?

23) ¿Por qué las personas saben lo que es correcto y no


obstante dejan de hacerlo?

143
Ética cristiana en la enfermería

24) ¿Supiste que algo era malo, pero lo hiciste de todos


modos?¿Cómo actuó Dios para devolverte al cami-
no correcto?

25) ¿Por qué hay tanto fracaso moral en todo el mundo,


cuando ahora hay más gente que tiene más educa-
ción superior que nunca?

26) ¿Qué propósito tiene Dios en cuanto a nuestra salud


según 3Juan 2?

27) ¿Qué leyes morales y naturales debemos guardar


para tener salud?

28) ¿Por qué vienen las enfermedades?

29) ¿Quién fue la primera persona que se enfermó de


la mente?

30) ¿Cuál de los mandamientos de Dios me es difícil de


cumplir? ¿Por qué? ¿Qué estrategias se puede usar
para mejorar mi relación con Dios?

31) ¿Cuál de las leyes naturales me es difícil de cumplir?


¿Por qué? ¿Qué estrategias se puede usar para me-
jorar mi salud?

32) ¿Qué piensas sobre los tatuajes? ¿Qué le recomen-


darías a una persona que quiere hacerse un tatua-
je? ¿Qué razones le presentarías?

144
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

33) ¿Cómo valoras tu salud? ¿Cómo valoras la vida?


¿Cuándo ha sido tu último chequeo de salud? ¿Cuá-
les fueron los resultados?

34) ¿Qué problemas de salud afecta mayormente a los


profesionales de Enfermería? ¿Cuáles son las cau-
sas?

35) ¿Qué estrategias se pueden aplicar para mejorar la sa-


lud?

PARA REFLEXIONAR N° 2

1) ¿Por qué la ética es una ciencia?

2) ¿Cuáles son tus primeros cinco valores éticos en tu


escala axiológica?

3) ¿Qué principio ético se evidencia en la relación


clínica en tu servicio de enfermería? Comenta un
caso.

4) ¿Por qué en estos tiempos el amor se “ha enfria-


do”?

5) En el contexto general ¿Qué hechos han contribui-


do o están contribuyendo a expresar poco amor a
nuestro prójimo?

6) En el servicio de Enfermería ¿A qué pacientes me

145
Ética cristiana en la enfermería

es difícil de amar? ¿Qué estrategias se pueden usar


para superar estos problemas?

7) 1 Corintios 13, es el capítulo del amor, ¿Se puede


lograr tener estas características? ¿Cuál es el ma-
yor valor según 1 Corintios 13:13?

8) Respecto al principio de justicia ¿dice que todas las


personas somos iguales?

9) ¿Qué relación existe entre justicia social y dere-


chos humanos?

10) ¿Cómo evalúas la justicia social en nuestro país?

11) ¿Cuáles son los derechos que más se violan y que


causan violencia?

12) ¿Qué derechos humanos son los más vulnerados en


salud?

13) ¿Podemos privar a una persona del derecho a na-


cer? Si la respuesta es afirmativa o negativa ¿Qué
razones se presentan? ¿Solo a quién le compete
esta facultad?

14) ¿Cuál es tu participación para evitar injusticias en


tu servicio de Enfermería?

15) ¿Cuál es el mayor fruto de la justicia según Isaías


32: 17?

146
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

16) ¿Por qué se dice que la autonomía es ontológica?

17) ¿Cómo explicas lo que dice en 1 Corintios 10: 23?


Presenta ejemplos.

18) ¿Qué daño hacemos, cuando se toma a la persona


como medio o instrumento para lograr un fin?

PARA REFLEXIONAR N° 3

1. ¿Cuál consideras qué es la finalidad de tu profe-


sión?

2. ¿Cuáles son los principios y valores éticos que de-


bes tener para ser un profesional exitoso?

3. ¿Qué principios y valores éticos posees?

4. ¿Qué principios y valores éticos deseas poseer?

5. ¿Qué valores crees que motivó a Florence Nightin-


gale a ser enfermera?

6. El cuidado es la esencia del ejercicio de la profe-


sión de enfermería ¿Qué principios o valores éticos
deben ser su sello característico?

7. ¿A qué atribuyes que enfermería avance como pro-


fesión?

147
Ética cristiana en la enfermería

8. ¿Cuál o cuáles crees que son los principios o valo-


res éticos que más se vulneran en el área asisten-
cial? ¿Cuál es tu participación para solucionar estos
problemas?

9. ¿Cuál o cuáles crees que son los principios o valo-


res éticos que más se vulneran en el área adminis-
trativa? ¿Cuál es tu participación para solucionar
estos problemas?

10. ¿Cuál o cuáles crees que son los principios o valo-


res éticos que más se vulneran en el área de forma-
ción universitaria? ¿Cuál es tu participación para
solucionar estos problemas?

11. ¿Por qué la práctica de enfermería es una ocupa-


ción moral?

12. Menciona tu escala de valores personales.

13. Menciona tu escala de valores profesionales.

14. En tu experiencia personal ¿Qué valores aprendiste


en tu hogar, iglesia, escuela, universidad e institu-
ción de trabajo?

15. ¿Qué valor crees que le otorga calidad a tu trabajo?

16. ¿Por qué debemos tener amor a los pacientes?

148
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

17. ¿Por qué es importante la comunicación con el equi-


po de salud, paciente y familia?

18. ¿Cuáles son los indicadores de una buena comunica-


ción de enfermería con el paciente?

19. ¿Cuál es el propósito de guardar la confidencialidad?

20. ¿Qué problemas podría traer la falta de integridad


en el Profesional de Enfermería?

21. ¿Cuál es tu primera lealtad como Profesional de En-


fermería?

22. ¿Por qué debemos ser líderes como Profesionales


de Enfermería?

23. ¿Conoces actualmente a algún líder de enfermería


a nivel mundial, nacional o local? ¿Qué aporte está
haciendo para el beneficio de la profesión?

24. ¿Qué artículo de la Ley 27669 menciona la respon-


sabilidad de la profesión de Enfermería?

25. ¿Qué artículos del Código de Ética y Deontología en


Enfermería mencionan la responsabilidad de En-
fermería?

26. ¿Ante quién o quiénes debemos ser responsables de


nuestro trabajo?

149
Ética cristiana en la enfermería

27. ¿A qué nos ayuda el optimismo en el trabajo de


enfermería?

28. ¿Qué situaciones podrían hacer “perder la pacien-


cia” en enfermería? ¿Cómo se debería actuar?

29. ¿Conoces algún acto de negligencia profesional en


enfermería que ha ocasionado serias consecuen-
cias para la salud del paciente e incluso la muerte?
¿Cómo crees que se siente este profesional de en-
fermería? ¿Cómo debería actuar? ¿Cuál es tu parti-
cipación como colega?

30. ¿Ante qué situaciones debemos ser solidarios?

31. ¿A qué nos ayuda la inteligencia en nuestro trabajo?

32. ¿Por qué debemos estar en permanente actualiza-


ción de conocimientos? ¿Cuál es el propósito de la
actualización? ¿Qué dicen las normas religiosas y
legales?

33. ¿Por qué debemos ser veraces como Profesionales


de Enfermería?

34. ¿En qué consiste la falsedad genérica? ¿Qué formas


hay de falsedad genérica?

35. ¿Qué relación tiene el respeto con la dignidad de la


persona?

150
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

ESTUDIO DE CASO N° 1

Inseminación artificial

Martina tiene 35 años de edad, con su esposo acordaron


tener un hijo por la inseminación artificial homologa. El
esposo tiene problemas de estrés y de ansiedad. Marti-
na es una devota cristiana que tiene muchas preguntas
y está ansiosa. Ella dice a la enfermera: ¿Qué importan-
cia tiene el acto sexual para la procreación? ¿Qué dirá
la iglesia católica si tengo un hijo por la inseminación
artificial? ¿Cómo saldrá mi hijo, será cariñosos o frio?
¿Se respeta la dignidad de mi hijo? ¿Será esto un peca-
do? ¿Me falta la fe para concebir naturalmente? ¿Qué
me dice señorita?

ESTUDIO DE CASO N° 2

Contraceptivo abortivos

Romy es una maestra de 28 años de edad con 3 hijos


aun pequeños. Acude al Centro de Salud y solicita a Li-
liana la enfermera que le indiquen un anticonceptivo
seguro, ella dice “Quiero que me pongan el DIU o un
“anticonceptivo de emergencia, soy una mujer muy fér-
til”. Liliana tiene sus principios cristianos y se pregunta
¿Qué hago?

151
Ética cristiana en la enfermería

ESTUDIO DE CASO N° 3

Aborto

Esmeralda es una adolescente de 15 años de edad, acu-


de a la consulta médica por presentar náuseas y ma-
reos. En la anamnesis se encuentra un retraso mens-
trual de 20 días a lo que el médico solicita la prueba del
embarazo, que resulta ser positiva. Ante esta noticia,
Esmeralda solicita la interrupción del embarazo. La en-
fermera le indica que siendo menor de edad debe con-
sultar con su madre antes de tomar esta dura decisión.
Esmeralda dice: “Ud. que me aconseja, ¿debo abortar?”.

ESTUDIO DE CASO 4

Vientre de alquiler

María ha alquilado su vientre a cambio de 15 mil dóla-


res a una pareja de españoles. Alumbró a un varón en
la clínica donde Betsy es la enfermera. María al ver al
bebe se puso a llorar y decía: “Yo amo a mi bebe, no lo
quiero entregar” María pregunta: Señorita ¿Qué puedo
hacer?

ESTUDIO DE CASO 5

Eutanasia

Olenka, es una paciente de 54 años de edad con un cáncer


terminal en el pulmón. Su familia está sufriendo mucho al

152
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

verla en mal estado de salud y con dolores intensos, ade-


más que no tienen muchos recursos económicos. El médico
le indica a la enfermera Luz P. que desconecte el ventilador
que “la paciente de todas maneras va a morir”. Luz que es
una creyente cristiana se encuentra en un dilema.

ESTUDIO DE CASO N° 6

Trato humanitario al paciente

Soy Paty y estoy trabajando en el Servicio de Medicina


donde está internado Jorge, un paciente de 25 años de
edad, con diagnóstico médico de SIDA. Recibe terapia
intravenosa y pide frecuentemente la chata y a veces
ensucia las sábanas. Ayer en la mañana me tocó trabajar
con la enfermera Dilas, quien me dijo: “Dale esta medi-
cina, ese paciente es molestoso, no te acerques mucho,
tú sabes que tiene sida”. Cuando me acerqué a Jorge,
estaba con los ojos enrojecidos a punto de llorar, y le
dije: ¿Qué pasa? Y haciendo un esfuerzo me contestó:
“Aquí somos tratados como perros, nos tiran la comi-
da, sólo esperan vernos morir, siento que el desprecio
me mata más que la enfermedad, recuerde señorita que
soy un ser humano”. Me sentí mal cuando me dijo estas
palabras.

ESTUDIO DE CASO N°7

Investigación en seres humanos

Un grupo de médicos y enfermeras participan de una


investigación experimental en niños menores de 5 años

153
Ética cristiana en la enfermería

de edad de un pueblo joven. Para probar la eficacia de


un antibiótico realizan el estudio en un grupo control y
otro experimental. Como las madres no saben escribir
algunos miembros del grupo investigador sugieren pa-
sar por alto la firma del consentimiento informado. Se
tiene conocimiento que dos niños del grupo experimen-
tal han comenzado a tener náuseas y diarreas.

ESTUDIO DE CASO N°8

Negligencia profesional

María Luisa, es una paciente de 51 años, acudió al Hos-


pital Puerta del Mar para recibir una nueva sesión del
tratamiento de hierro por vía intravenosa que le había
sido prescrito por el médico al padecer por anemia fe-
rropénica.

María Luisa se quejó a la enfermera del servicio de On-


cología, donde se imparte este tratamiento. “Me estoy
quemando”, avisó. Pero no le hicieron caso. Le dijeron
que no se moviera, que debía estar muy quieta para
que el tratamiento fuera efectivo y para que la vía no
se le saliera. Incluso le recriminaron que era “muy apre-
hensiva”. La vía no fue bien colocada o se salió al rato
de iniciarse el tratamiento lo que produjo entonces la
extravasación del líquido (que es tóxico y produce co-
rrosión a nivel celular).

154
Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

La extravasación de hierro continuó hasta que otra pa-


ciente que estaba a su lado en la sala advirtió de que
María Luisa estaba muy mal y de que tenía el brazo
tremendamente hinchado. Fue entonces cuando que la
enfermera se dio cuenta de lo que realmente ocurría e
interrumpió el tratamiento. María Luisa estuvo a punto
de perder el brazo.

ESTUDIO DE CASO N° 9

Secreto profesional

Soy Florencia enfermera del servicio de medicina de


un hospital central. El Sr. Joaquín es un paciente de 38
años de edad con diagnóstico médico de TBC pulmonar
y VIH reactivo. Me refirió que desde hace 10 años es
homosexual. Para complacer a sus padres se casó con
Gloria una chica muy conservadora. Producto de esta
relación nació Bryan. Hasta aquí ha mantenido en abso-
luto secreto su identidad sexual. Tiene miedo de que sus
padres lo deshereden y que pueda perder a su hijo, si su
familia se entera de la verdad. Después que me relató
todo esto, me dijo: ¿Ud. no dirá a nadie, ¿verdad? No sé
qué hacer, me preocupa la salud de la esposa y el hijo.

ESTUDIO DE CASO N° 10

Exponer la verdad

155
Ética cristiana en la enfermería

Recientemente un médico internista procedió a insertar


una vía a un paciente con enfermedad pulmonar obs-
tructiva crónica. El enfermo tenía las venas esclerosa-
das y estaba sumamente inquieto. En un movimiento
brusco de éste, la cánula de calibre 14 salió del campo
estéril y cayó sobre la cama. En vez de solicitar nuevo
material que yo me ofrecí a abrirle, el médico en un
tono intimidatorio me dijo que no perdiera tiempo re-
gistrando el incidente, que lo sucedido había sido culpa
del paciente. Por tanto, no registré el suceso, ni dije a
nadie lo que había hecho el médico. Por desgracia, el
paciente desarrolló espículas febriles, que finalmente
requirieron una larga y costosa tanda de antibióticos.
Me siento culpable por lo sucedido, pero ¿Qué puedo
hacer?

ESTUDIO DE CASO N° 11

Eventos adversos en la administración de medicamen-


tos

Un niño de doce años de edad muere después de recibir


una sobredosis mortal de un sedante administrado por
una enfermera responsable del Servicio de Pediatría y
con sobrecarga de pacientes. Ella interpretó de mane-
ra equivocada la prescripción médica registrada en la
historia clínica y la cual tenía problemas de legibilidad.

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

ESTUDIO DE CASO N° 12

Mal estado de salud y negligencia profesional

Me preocupa una compañera cuyo rendimiento laboral


ha decaído de forma alarmante e los últimos seis me-
ses. Por ejemplo, en más de una ocasión ha perfundido
medicación intravenosa a horas equivocadas o no ha
registrado otros fármacos que había administrado. Ade-
más, está de mal humor y parece cansada a todas horas.
Cuando le mencioné estos cambios, me confió que podía
tener un síndrome de fatiga crónica, aunque nunca se
ha diagnosticado. Me suplicó que no dijera nada porque
tenía miedo de perder su trabajo. Es una buena enfer-
mera y necesita desesperadamente su trabajo, es madre
soltera. Pero me preocupa que pueda comprometer la
seguridad de los pacientes. ¿Estoy obligada a denun-
ciarla?

ESTUDIO DE CASO N° 13

Respeto a la personalidad e intimidad

Una paciente con prolapso uterino estaba hospitalizada


en el servicio de Emergencia. El primer día fue exami-
nada por el médico quien mostró el prolapso en presen-
cia de cuatro estudiantes de medicina. El segundo día
vino la docente de enfermería con cinco estudiantes y
quiso hacer lo mismo. La paciente se negó y recibió una
reprimenda “este es un hospital docente” le dijeron. La
descubrieron y examinaron nuevamente, observándose
que la paciente estaba sonrojada y avergonzada.

157
Ética cristiana en la enfermería

TALLER: La Ley de Dios , base de la moralidad

Instrucciones: Previa lectura de la Ley de Dios, respon-


da las siguientes preguntas:

1. ¿Cuál es el principal mandamiento?

2. Mencione las funciones de la ley de Dios.

3. ¿Cuál es la razón por la que Dios requiere fideli-


dad?

4. Mencione las características intelectuales y espiri-


tuales como fue creado el hombre.

5. ¿Qué significa el “poder de contemplación”?

6. ¿Cuándo se rebaja la dignidad humana?

7. ¿Qué condena el segundo mandamiento?

8. ¿Que prohíbe el tercer mandamiento?

9. ¿Qué expresiones ofenden a Dios?

10. ¿Qué bendiciones se encuentra en Génesis 2: 2, 3?

11. ¿Qué dos razones hay para descansar el sábado?

12. ¿Qué significa el sábado para Ud.?

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Ángela Paredes Aguirre de Beltrán

13. ¿A qué personas se debe el mayor grado de honor


y respeto?

14. ¿Quiénes serán anotados en el Libro de los Cielos?

15. ¿Qué mandamiento tiene el propósito de cuidar la


vida humana y preservarla?

16. ¿Cómo interpretas S. Mateo 5: 31, 32.

17. ¿Por qué el hombre/mujer se debe apartar de la


inmoralidad sexual?

18. ¿Qué significa: “No podemos impedir que las aves


vuelen sobre nuestra cabeza, pero sí podemos im-
pedir que aniden en nuestros cabellos”.

19. Mencione dos tipos de robo según la Ley de Dios.

20. ¿Qué dice White, E. acerca de la mentira que dice


el médico/enfermero

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Ética cristiana en la enfermería

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Ética cristiana en la enfermería

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