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Economía Colombiana, ¿hacia cuidados intensivos este 2020?

Camacol Antioquia
Marzo 2020

Hasta hace menos de dos meses, la economía colombiana iba sobre ruedas pese a la
mancha del desempleo del 10,5%. Con un crecimiento de 3,3% en 2019, uno de los más
altos de Latinoamérica, iniciaba el año, según el Indicador de Seguimiento a la Economía
–ISE– del Dane, expandiéndose al 3.5%, una inflación controlada, bajas tasas de interés,
buenas reservas internacionales, unas cuentas fiscales regulares, pero con tendencia a
mejorar, y con grandes previsiones en el aumento de recursos hacia sectores como el
turismo y la infraestructura, el panorama pintaba bien. Pero quién iba a pensar que, sin
llegar al fin del primer trimestre, hoy daríamos cualquier cosa por llegar siquiera a un PIB
de 3% durante este año.

La coyuntura global y local ha provocado que los datos esperados del PIB de Colombia
para 2020 se alejen del 3% y estén ahora entre -2,5% y el 2,0% según quien lo proyecte.
Entidades representativas para el país como Fedesarrollo, estimó que la economía
colombiana podría crecer al ritmo de 1,2% y no al 3,5% como lo dijo iniciando el año,
soportando sus proyecciones en el choque que está enfrentando la economía por el
coronavirus que genera total incertidumbre. Muchas firmas han hecho varias proyecciones
teniendo en cuenta escenarios pesimistas, medios y optimistas, los cuales variarían
dependiendo de la magnitud y prolongación que podría tener el impacto. Fedesarrollo
explica que, en el escenario medio, se espera que las condiciones externas adversas se
mantengan durante todo el primer semestre del año y que empiecen a disiparse a lo largo
de la segunda mitad. En el optimista, esperan que el choque se mantenga hasta abril, con
una recuperación gradual a partir del mes de mayo. Finalmente, en el pesimista se espera
que el choque persista durante todo el año, iniciando su recuperación a inicios de 2021.
Dando razón a lo anterior, Fedesarrollo dice que la economía colombiana podría crecer al
2,3%, sin embargo, en el pesimista dice que podría tener contracción de 0,4%.

Desde el impacto en la demanda, explica que el confinamiento obligatorio y la pérdida de


empleos, especialmente en el sector informal, se traduce además en un choque de
demanda, en donde los hogares reducen sus niveles de consumo. Este impacto de
demanda se agrava con la reducción en el ingreso disponible del país derivada de la caída
en los precios internacionales del crudo, que profundiza la reducción del consumo público
y privado.

A medida que en el país se van conociendo más cifras de casos de personas con
coronavirus y los precios del petróleo siguen a la baja, las proyecciones desde el lado
económico vienen cayendo de manera proporcional en los últimos días, se han reducido
las estimaciones del PIB de Colombia para este año.
Una de las cifras más recientes, hasta ahora la más baja, fue la anunciada por Goldman
Sachs, que indica que el país tendría una contracción de 2,5%, una diferencia de 6pps a lo
que antes pronosticaba seria un 3,4%. Lo esperado para alivianar esta crisis económica es
lo que ya impuso el Banco de la Republica, relacionado con la reducción a la tasa de interés
que en este caso fue de 50 puntos básicos pasando de 4,25% a 3,75%, pues el objetivo
primordial a corto plazo no es la legitimidad monetaria, sino prevenir el colapso y la
congelación profunda de la actividad económica.

En un escenario medio entre los que consideran que el país entrará en recesión y los que
creen que no, está la proyección de Corficolombiana. La firma estima que la economía
nacional ya no crecerá a ritmos de 3,1%, sino que caerá hacía el 0%, con un sesgo a la
baja. Sin embargo, en su informe agrega que “la materialización de este sesgo dependerá
de la respuesta de la política económica y de la evolución de los riesgos externos”. Además,
indica que “asumiendo que el país logra aplanar la curva de contagios en la segunda mitad
de abril, esperamos una contracción económica en el primer semestre del año y un rebote
en el segundo”, razón por la que bajó su proyección del PIB.

Corficolombiana también detalla en su documento que los sectores más afectados como
restaurantes y hoteles, transporte, entretenimiento y comercio, representan el 20% del PIB,
y generan 42% del empleo. Entre otros puntos, mencionando que se deben buscar
mecanismos adicionales para que las empresas más vulnerables dispongan de recursos
para el pago de nóminas y gastos de funcionamiento mientras dura la cuarentena.

De otro lado, la calificadora de riesgo, Standard and Poor’s, revisó su pronóstico del
crecimiento económico nacional pasándolo de 3,2% a 0,7%. A lo anterior, añadió que una
respuesta política oportuna y adecuada por parte de las autoridades colombianas podría
facilitar un ajuste macroeconómico para limitar el impacto negativo de los choques externos.
Además, la firma cambió la perspectiva del país, pasándola de estable a negativa por
mayores riesgos de liquidez externa, deuda y crecimiento.

Por su parte, ANIF, un poco más optimista que los casos ya citados, dice que los eventos
inesperados que está enfrentando la economía tendrán como resultado una desaceleración
de la economía hacia el rango 1,8% y 2% durante este año, dato inferior a lo que antes
esperaban, que era 3,4%. Sin embargo, dice que ese resultado estará sujeto a la duración
de esos impactos, donde se espera alguna recuperación durante la segunda mitad de año,
es decir, se tendrían afectaciones considerables durante tres meses, algo similar a lo
observado en el caso de China. No obstante, se aclara, que, en caso de persistir la crisis
de salud pública por un periodo más prolongado, cercano a los seis meses, el PIB podría
ser entre -1,0% y 0,5%.

Entre los efectos adversos en la economía colombiana están: un crecimiento económico


débil, un efecto de “empobrecimiento” referente y un incremento en inflación, entre otros. A
pesar que 2020 comenzó con un escenario de recuperación económica para Colombia, los
sucesos en los últimos días han afectado de manera importante los escenarios de este y
los próximos años de acuerdo con el informe semanal de la Asociación Nacional de
Instituciones Financieras.

Este panorama de incertidumbre no es un fenómeno exclusivo de Colombia. Las


perspectivas de los organismos multilaterales, indican que el PIB mundial caerá como
consecuencia del virus: el FMI actualizó su cifra de crecimiento para 2020 a 2,9% desde
3,3% pronosticado en enero pasado y la OCDE rebajó en 0,5 pps sus proyecciones de
crecimiento mundial.

Un indicador importante que no se debe dejar a un lado es el desempleo. A esos 2,7


millones de desempleados que tiene el país, se le va a sumar otro grupo de personas
desocupadas con el cierre de empresas que pueden entrar en quiebra o en frenaran su
funcionamiento producto del coronavirus. Aun así, a los esfuerzos que hace el Gobierno,
junto con el Banco de la República, para proveer liquidez a la economía, se le debe añadir
al empecinamiento de muchos empresarios que se resisten a dejarse ganar por esta
pandemia.

Si miramos entes globales, se tiene que, para la CEPAL, la crisis del Covid-19 pasará a la
historia como una de las peores que el mundo ha vivido. América Latina y el Caribe, así
como otras regiones emergentes, se verán afectada negativamente. Las proyecciones por
la entidad han sido revisadas a la baja significativamente en el actual escenario. La CEPAL
estima una contracción de -1,8% del producto interno bruto regional, lo que podría llevar a
que el desempleo en la región suba en 10 pps.

Ante lo anterior, se pronunció Asobancaria, que, haciendo un análisis del escenario


macroeconómico actual, caracterizado por incertidumbre en los mercados financieros
globales, volatilidad en los precios del petróleo y presiones alcistas sobre el dólar, es
pertinente señalar que existen grandes desafíos para nuestra economía y poner en aprietos
las metas fiscales en el corto y mediano plazo.

Sin embargo, la economía colombiana se ha distinguido por su resiliencia frente a


escenarios internacionales adversos y esta vez esperamos que no sea la excepción. La
fortaleza de la demanda interna y la política monetaria expansiva permitirán compensar en
alguna medida los riesgos externos a los que nos exponemos con esta coyuntura.
Destacando que el sector financiero ha sido y seguirá́ siendo un soporte primordial para la
economía, y continuará demostrando su compromiso para seguir mejorando sus
indicadores y responder ante una eventual fase bajista en el ciclo económico. Por lo pronto,
tienen confianza en que las autoridades continuarán monitoreando los desarrollos recientes
y los posibles impactos, e implementarán de forma asertiva y precisa estrategias que
permitan dar soporte a las externalidades que amenazan nuestro crecimiento.
Para concluir, las perspectivas económicas del país fueron cambiando en la medida en que
el COVID-19 se propagó, la guerra del petróleo se consolidó y los efectos directos que se
han sentido los últimos días en la tasa de cambio, alcanzando máximos históricos, debido
a que algunas variables venían experimentando cambios que empezaban a afectar el
crecimiento económico para 2020.

Para los analistas económicos, de mantenerse los efectos adversos de la pandemia en la


economía global, a la economía colombiana le costaría una reducción de crecimiento este
año.

Este informe de Camacol Antioquia es para uso exclusivo de sus afiliados. Se


prohíbe su divulgación y reproducción.
Para dudas y sugerencias escribir al correo astestudios@camacolantioquia.org.co

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