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Trabajo Final Semana 5
Trabajo Final Semana 5
Junto a ello, este año se implementó la evaluación conceptual por niveles de logro,
con lo que se busca un impacto en reducir la presión de los estudiantes ante los mecanismos
de calificación, e instalar las nociones de la evaluación constante como un proceso no
punitivo, sino de mejora. Sin embargo, si bien creemos firmemente que estas estrategias
avanzan en una dirección idónea, han tenido externalidades; Los estudiantes no distinguen
correctamente los conceptos de logro (No Logrado- Por Lograr- Medianamente Logrado,
Logrado). Aun cuando son explicados, hay confusión entre "Medianamente logrado" y "Por
lograr". Por otro lado, uno de los objetivos del paso a una evaluación conceptual era reducir
el impacto punitivo y generar expectativas altas en los y las estudiantes, motivando
implicación y compromiso con un proceso de mejora continuo. Sin embargo, uno de los
criterios conceptuales sigue siendo "No logrado", aun cuando se busca que los indicadores
estén planteados "en positivo".
Una segunda propuesta que ideamos responde al problema señalado sobre el uso de
indicadores conceptuales para la evaluación; Consistiría sencillamente usar indicadores
conceptuales distintos, como "Insuficiente", "Regular", "Bueno" y "Excelente", por
ejemplo. Estos son mucho más claros y positivos. Pero también creemos que se puede hacer
más; los estudiantes no están plenamente familiarizados con herramientas conceptuales
como rúbricas. Una estrategia aquí es fortalecer el uso de rúbricas sistemáticamente como
parte de un proceso auto-evaluativo/co-evaluativo de los estudiantes; generar una instancia
(en Orientación, por ejemplo), para que puedan diseñar una rúbrica en la cual puedan
construir sus propios indicadores respecto a metas planteadas. Otra estrategia posible, que
sería fácil de aplicar de modo estándar, sería proporcionar la posibilidad de que los y las
estudiantes pudiesen incorporar algunos indicadores a la rúbrica de su proceso de
evaluación y modular su dificultad de acuerdo a un previo autodiagnóstico en relación al
objetivo acordado. Esto es, finalmente, proporcionarle la oportunidad de fijarse a si mismo
metas a superar respecto a un contenido esperado. Esto permitiría hacer más propios los
desafíos propuestos, atendiendo a principios del DUA en relación a aumentar la relevancia,
el valor y la autenticidad; pues no se trata sólo de hacerles ver la relevancia en ‘la realidad’
sino que también ésta puede surgir de sus propios intereses y objetivos (Brunaud, 2020,
p.9)
A modo conclusivo, nos parece importante señalar que, pese a todo lo relatado en
este trabajo, en especial lo dicho sobre las externalidades de las modificaciones
curriculares, todos los cambios y adaptaciones, en cualquier materia, tienen consecuencias
inesperadas; éstas, evidencian problemas que no habíamos visto, o nuevas situaciones que
se escapan de los protocolos diseñados. Estas eventualidades, lejos de desanimarnos, nos
hacen creer que la ‘cultura del error’ que intentamos instalar en nuestros/as estudiantes,
debe ser también parte de nuestra propia práctica pedagógica. Las dificultades surgidas de
estas modificaciones curriculares no son sino información nueva, que nos permite tomar
mejores decisiones a futuro; decisiones que tampoco debemos tomar solos como cuerpo
docente, sino en colaborativamente, como comunidad escolar.
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Referencias Bibliográficas