Está en la página 1de 16

RECURSOS PEDAGOGICO

¿Qué hacer en el primer día de clases?

plantea que al finalizar la primera clase el estudiante debe haber logrado lo


siguiente: 
•    Claridad respecto al propósito del curso y cómo logrará alcanzar dicho
propósito
•    Familiaridad con los demás estudiantes de la clase de forma que se sientan.
Parte de un grupo en el cual pueden participar sobre temas relacionados con los
contenidos de la clase.
•    Conciencia de que a ti como profesor te interesa su aprendizaje y que serás
justo y transparente en el desarrollo de la asignatura.
•    Reconocimiento de que la asignatura será valiosa para su proceso de
formación

ESTRATEGIAS

•    Utilizar todo el tiempo de la primera sesión de clase: muchas veces


pensamos que porque es la primera clase y no tenemos contenido para trabajar, o
los estudiantes no han realizado lecturas previas, no podemos usar el tiempo
asignado a la clase.  Así como todo entra por la vista y la primera impresión influye
en nuestra percepción de los demás, lo mismo sucede con la primera clase. Ese
primer encuentro con nuestros estudiantes influirá en la imagen que se forme el
estudiante sobre nosotros como docente y sobre la asignatura y permanecerá con
ellos durante todo el semestre. 

•    Realizar una actividad para romper el hielo: Para este propósito podría
utilizar estrategias sencillas como preguntarle a los estudiantes que levanten la
mano de acuerdo a preguntas que usted les haga, como “alcen la mano todos los
de primer semestre o del programa de ingeniería industrial”, etc. Esto es útil para
poder tener una idea general del perfil demográfico y académico de los
estudiantes y es una estrategia pertinente para aquellos cursos de Formación
Básica donde se matriculan estudiantes de distintos semestres y carreras. Una
estrategia también útil, pero que lleva un poco más de tiempo, por lo cual es más
recomendable desarrollar en cursos pequeños, es pedirle a los estudiantes que se
presenten respondiendo a unas preguntas que usted les proporcione.

En este caso es sumamente importante para el clima de la clase que


busques propiciar, que tú como docente también te
presentes respondiendo a estas preguntas. Una pregunta interesante que se
puede añadir al listado de las que comúnmente utilizas,  es que mencionen algo de
ellos mismos que no es evidente al mirarlos. Una variación de estas para clases
más numerosas es pedirle a los estudiantes que respondan a esta última pregunta
en una hoja y te la entreguen al finalizar. Independiente del perfil del curso,
lo importante es desarrollar una actividad que le permita tanto a los
estudiantes como a ti como profesor conocerse entre sí. 

•    Presentar la parcelación: Utilizar un tiempo de la primera sesión de clase


para revisar de manera conjunta con los estudiantes la parcelación es una buena
inversión de tiempo para dar el primer paso hacia el desarrollo del aprendizaje
significativo. Se plantea que la parcelación es un contrato entre el profesor y sus
estudiantes y como tal ambas partes tienen roles específicos y responsabilidades
que cumplir con el fin lograr los propósitos de la asignatura. Es recomendable
darle tiempo a los estudiantes para que revisen la parcelación, ya sea de forma
individual, o en grupo, para que puedan formular preguntas.  En la revisión de la
parcelación se debe hacer énfasis en la forma y criterios de evaluación que se
utilizarán, expectativas sobre el trabajo independiente y de preparación para la
clase y los materiales que se utilizaran (libros, bases de datos, y otros tipos de
textos o fuentes de información pertinentes). 

•    Aclara expectativas sobre lo que tu esperas de ellos como estudiantes: el


venir preparado o estar preparado para clase puede significar cosas distintas para
ti y tus estudiantes. Es recomendable que le dediques un tiempo de este
primer encuentro a dialogar sobre lo que esperas de ellos en este
sentido. Podrías utilizar las siguientes preguntas como punto de partida para
aclarar dichas expectativas:

 ¿Sobre qué tipo de preguntas o problemáticas crees que abordaremos en las


asignaturas?
¿Cuáles son tus expectativas para las asignaturas?
¿Cuáles son tus metas para las asignaturas? 

Se le pueden dar instrucciones para que respondan a estas preguntas de forma


individual y después se reúnan en parejas o grupos de 3 o 4 si es posible. Cada
grupo puede socializar sus respuestas y puedes ir anotando en el tablero un
resumen de las mismas. Al final,  puedes tu como profesor responder a estas
mismas preguntas y comparar y contrastar tus respuestas con las de los
estudiantes. Este ejercicio se puede aprovechar para llegar acuerdos sobre
expectativas

•    Evaluar conocimientos previos de los estudiantes:   Investigaciones en


el área de la psicología cognitiva han demostrado que los conocimientos previos de
los estudiantes son determinantes a la hora de integrar nuevos conocimientos. Por
lo tanto es importante para ti como profesor tener una idea general del nivel de los
estudiantes en lo referente a sus conocimientos previos de conceptos básicos para
las asignaturas

Son muchas las estrategias que se pueden utilizar para este propósito:
preguntarles sobre las asignaturas relacionadas que han tomado antes, desarrollar
prueba (sin nota) de conceptos que deben tener claros para poder ser exitosos en
tu asignatura o colocar los temas y subtemas de la asignatura y pedirle a los
estudiantes que de una escala de 1 a 5 indiquen su nivel de familiaridad con cada
uno. Independiente de la estrategia lo importante es que como profesor tengas
consciencia de la diversidad respecto a los niveles de conocimiento con los que
llegan los estudiantes.

10 CONSEJOS PARA DOCENTES EN SU PRIMER DÍA DE CLASE

Conoce a tus alumnos. Es imprescindible conocer a tus alumnos y alumnas


desde el primer día y que ellos y ellas también te conozcan a ti. Así pues, elige una
dinámica que consideres adecuada y adéntrate tu también en la actividad siendo
un participante más. ¡No olvides que durante el curso puedes aplicar dinámicas de
cohesión de grupo para incentivar la interacción de este!

Planifica tus clases. Todos sabemos que planificar es una de las tareas más
complicadas y a las que dedicas un gran tiempo y esfuerzo, ya que es de gran
importancia para un buen desarrollo del curso y te proporciona un cierto nivel de
organización. Aun así, recuerda que las planificaciones deben ser flexibles y que si
un alumno o alumna propone un tema de interés con el que se pueden trabajar
contenidos de tu materia, puedes adaptar tus clases.  

Organiza el espacio del aula. La distribución de un aula puede definir las


metodologías que se utilizarán en ella. Además, sabemos que el entorno también
educa y por lo tanto debemos promover un espacio educativo adaptado a las
necesidades de nuestro alumnado para que se produzca un aprendizaje
significativo. ¿Te animas a cambiar la organización de tu aula?

Fomenta la curiosidad. Para que los alumnos y alumnas aprendan debemos


motivarlos y para ello la curiosidad es una factor clave. Busca recursos, datos,
estrategias que capten la atención de tus estudiantes y permitan que el
aprendizaje sea divertido e interesante.

Conciencia sobre la importancia de tu materia. Haz que tu materia sea útil


en el día a día de tus alumnos y alumnas. Saber por qué es importante
aprender los contenidos de tus asignaturas y saber aplicarla en el entorno más
cercano de los niños y jóvenes, puede ser un buen motivo para interesarse por el
aprendizaje.

Trabaja la educación emocional. Los niños y niñas deben reconocer


y gestionar sus emociones para promover un buen aprendizaje dentro del aula. Es
imprescindible que como docente proporciones un ambiente de confianza y
seguridad para que expresen sus sentimientos. ¡Si tus alumnos tienen una buena
base emocional, el aprendizaje será mucho más efectivo!

Promueve una participación activa. Aunque tu organización del aula invite a la


participación de tu alumnado, también es recomendable que los estimules con
preguntas y metodologías activas. Asimismo, hacer entender a los niños y niñas
que el error es otra manera de aprender, es quitarles el miedo a equivocarse con
lo cual la participación en clase será mucho mayor.

Crea un buen ambiente de reflexión. El pensamiento crítico es una


competencia necesaria en tus alumnos y alumnas para poder conformar su propio
aprendizaje. Propón actividades para reflexionar, discernir, analizar, argumentar la
información a la que accedemos.

Fomenta el trabajo cooperativo. Trabajar en equipo con un objetivo común y


ayudándose los unos a los otros, desencadena una serie de competencias que
mejorarán el aprendizaje de tu alumnado. ¡En grupo se aprende más y mejor!

Nunca dejes de aprender. La formación continua de un docente es un requisito


imprescindible para poder proporcionar a tu alumnado un aprendizaje actualizado
y significativo.

Ahora que ya tienes en tu poder estos consejos para docentes para el primer día
de clase, solo falta que te relajes y disfrutes de tu profesión que seguro que
te dará momentos muy felices y apasionantes que guardarás en la memoria con
gran cariño.
CONSEJOS PARA QUE EL PRIMER DÍA DE CLASES NO SEA TRAUMÁTICO

El primer día de clases, algunos niños y niñas llegan al aula con alegría e ilusión,
otros lloran y patalean al ver que serán separados de sus padres y que se
enfrentan a un nuevo espacio y a gente desconocida (maestro y otros niños).
Adaptarse y aceptar estos cambios es, por lo general, una cuestión de tiempo,
pero resulta más fácil si los padres y maestros actúan de manera conjunta y
organizada para que este periodo de adaptación escolar no sea tan traumático.
“El inicio de la escolaridad es un momento trascendental en la vida de la familia, el
cambio atañe tanto a los niños y niñas como a los padres”, comenta la psicóloga
Isabel Calatayud del gabinete psicopedagógico Creare.
En ambos existe angustia de separación. Los padres —continúa la experta— ven el
inicio de independencia de su hijo y tienen que aceptar que, a partir de ese
momento, hay otra institución (además de la familia) que interviene en el proceso
de desarrollo de su hijo.
“Los niños se encuentran con una realidad inesperada, a la que no están
acostumbrados y al ser la primera vez que éstos salen del ambiente familiar es
natural que reciban un shock inicial, el mismo que en la mayoría de los casos
debería durar sólo unos pocos días de llanto o quizá solamente de estupor
pasajero”, explica German Burgoa, director general del Consultorio de Estimulación
Temprana y Apoyo Familiar (Cetaf).
Sin embargo —continúa el psicólogo—, hay otros niños a los que el proceso de
adaptación les toma más tiempo de lo esperado con berrinches y llanto
inconsolable.
“La capacidad de adaptación responde a procesos personales, de acuerdo a las
características individuales, al tipo de familia, el tipo de vínculos del niño con sus
figuras parentales, cada niño va a tener una forma de enfrentar situaciones
nuevas”, explica Calatayud.
La psicóloga Tatiana Gutiérrez explica que “al niño puede costarle un día, una
semana o más adaptarse al entorno escolar, pero si ya sobrepasa el mes, es
necesario indagar particularmente el entorno familiar y el porqué este tipo de
conducta se manifiesta en el niño”.
 
LLORA Y NO QUIERE QUEDARSE
Ante la posibilidad de que el niño o niña llore y no quiera quedarse en el centro,
Burgoa aconseja “en un principio evitar los rituales largos, no llevarlo de vuelta a la
casa, entregar al niño a la maestra y estar pendientes de que el proceso de
inseguridad haya pasado rápido a través de una llamada al kínder o esperar que la
maestra llame en caso de que sea muy difícil consolarlo”. Aconseja recogerlo los
primeros días más temprano y felicitarlo por el tiempo de permanencia (no traerle
regalos ni nada parecido).
Calatayud señala que ante esta situación, se puede trabajar con la familia,
sugiriendo que dejen al niño por un corto periodo en aula e ir incrementando los
tiempos de forma gradual hasta que logre cumplir el tiempo establecido.
Recalca que es de gran ayuda que la escuela tenga actividades lúdicas de
recibimiento durante al menos una semana, donde la actividad se inicie con un
juego de interacción, padres-hijos y maestras, para facilitar la separación.
Gutiérrez explica que “en situaciones en las cuales el llanto del niño o de la niña
sea pasajero, lo que se espera del papá o la mamá es que lo dejen en la puerta del
curso y posteriormente retirarse de la institución. Esto ayudará a que su proceso
de adaptación sea menos traumático y se acostumbre más rápidamente a su
nueva rutina diaria”.
“Entretanto, la maestra deberá distraer al niño con algún juguete, llevarlo a pasear
por los ambientes de la institución o realizar algún juego para que el niño se
tranquilice”, dice la especialista. “Una vez que suceda esto, se debe indagar el
porqué del llanto para que él comprenda también que se está atendiendo a sus
aflicciones”, acota.
Los expertos realizan algunas sugerencias que se pueden ir realizando con
antelación en casa para que este cambio no sean tan brusco.
1. Comenzar la adaptación en casa. Para que el inicio del kínder o escuela no
suponga un cambio brusco en los hábitos diarios del niño, es necesario, en las
semanas previas, adaptar de forma progresiva los horarios de sueño y las comidas.
2. Hacerlos partícipes de la elección del centro y los materiales. Calatayud
aconseja hacer partícipes a los niños y niñas en la búsqueda de la institución o
centro y que sepan que uno elige el que consideran el mejor para su hijo y que
confían en el lugar seleccionado.
“Es bueno visitar la institución en repetidas oportunidades y que conozca los
espacios, dejar que juegue ahí e interactúe con el personal de la institución”, dice
la experta.
Es importante también preparar con ellos el material escolar.
3. Los padres deben mostrar seguridad. “Los padres deben mostrarse seguros
y los niños se sentirán seguros”, explica Burgoa .
Señala que se debe confiar en el lugar y las personas a cargo, delegándoles a ellas
la responsabilidad de acoger de manera cariñosa pero a la vez firme, de manera
que los niños y niñas puedan apoyarse en su maestra.
“Tras una larga travesía, los padres eligen la mejor opción para el inicio de la
escolaridad de sus hijos. Por tanto, deben dar un voto de confianza a la institución
y al personal”, comenta Calatayud. “No olviden que los padres primerizos son ellos,
la institución ya tiene experiencia en este proceso”, señala.
4. Desdramatizar las despedidas. Las despedidas deben ser breves y alegres.
Es recomendable evitar los chantajes afectivos de tipo “si lloras me pongo triste” y
mentir al niño con frases como “vengo enseguida”, “ya vuelvo” o irse sin que se dé
cuenta. Hay que recordarle siempre que se volverá a recogerle. En el caso de
situaciones de tensión, con llantos y rabietas, se debe responder con ternura y
comprensión pero con firmeza, para que no piense que con sus protestas puede
prolongar la despedida.
Burgoa señala que se “debe dejar al niño en manos de la maestra a cargo, sin
mucho ritual y palabrería”.
5. Manifestar una actitud positiva. Es necesario evitar los comentarios
negativos o utilizar el colegio como amenaza.
Para transmitirle seguridad y tranquilidad es recomendable contarle cosas buenas
del colegio, hablarle de las actividades divertidas que pueden hacer en el aula o de
los amigos nuevos de su edad que puede encontrar.
6. La puntualidad, clave en el proceso. Tardarse para llevar o buscar al niño
en su primer día es un mal precedente, esto le puede producir angustia y hasta
sentimiento de abandono.
Es importante recogerlos a la hora en punto o llegar minutos antes.
“Cuando tardamos en recogerlos, podemos provocar sentimientos de abandono y
soledad, lo que hará que el niño o la niña no quiera retornar al kínder los
siguientes días”, explica Burgoa.
7. Mostrar interés. Para reforzar la adaptación del escolar, los padres deben
demostrar su interés por sus actividades, preguntarle a la salida de clase qué ha
hecho, cómo lo ha pasado o los nombres de los compañeros nuevos a quienes ha
conocido.
8. Comunicación fluida con los maestros. Los padres deben mantener una
comunicación fluida con los maestros y estar atentos a lo que la maestra y/o el
psicólogo del colegio puedan recomendar para facilitar la adaptación del niño.
Además de estar predispuestos a escuchar para que este proceso sea exitoso.
Técnicas para ganarse a la clase… también en época de confinamiento

Ganarse a la clase y mantener la atención del grupo es fundamental para los


profesores, tanto en clases presenciales

Todo profesor sabe que para poder dar un temario de una forma efectiva es clave
contar con una clase motivada, atenta y participativa. Hay muchos
docentes que tienen las técnicas para conseguirlo perfectamente dominadas en las
clases presenciales. Sin embargo, con la alerta sanitaria y el cierre de colegios e
institutos, los métodos que antes valían ahora pierden efectividad cuando
hablamos de un alumnado que sigue las clases a través de la pantalla de un
ordenador o dispositivo electrónico. 

En el confinamiento, son muchos los profesores que han tenido que


reinventarse, ya que las normas del juego han cambiado. Aunque la
distancia física ha eliminado la agresividad respecto al profesor, todavía hay
comportamientos nocivos que se repiten. Llanos Navarro, profesora con 19 años
de experiencia señala que las dificultades más frecuentes en lo relativo a la actitud
de los alumnos con “la desmotivación, interrupciones constantes y faltas de
respeto al profesor”. Y en la educación online también hay que mantenerlas
controladas. Estas son algunas de las prácticas para conseguir que los alumnos
sigan aprendiendo y, lo que es más importante, se sientan
acompañados en su aprendizaje.

Ser flexible

No todos los alumnos cuentan con los mismos medios, ni tiene posibilidad de
conectarse a un dispositivo a ciertas horas. Por ello, y en la medida de lo
posible, la grabación de las clases que se imparten de forma online es
fundamental para que todos los alumnos puedan acceder a ellas en otro
momento del día. Volver a escuchar los temas dados les servirá también cuando
quieran repasar o resolver dudas.

Aprendizaje simple y claro

Las dificultades técnicas impiden en muchas ocasiones un correcto desarrollo de la


clase. A ello hay que añadirle que las distracciones cuando se tiene delante una
pantalla de ordenador siempre son mayores. Por ello, cuanto más clara y
simple sea la explicación mucho mejor para el alumno. Si hay una conexión
múltiple pediremos al alumnado que silencie el micrófono, con el fin de evitar que
hable todo el mundo al mismo tiempo. Lo ideal es dar paso al alumno que lo pida
mediante chat o bien establecer un momento individualizado para contestar dudas.

Recursos para el alumno

Los profesores pueden ayudarse de recursos para mantener la atención al


alumno. Mejor que una larga explicación es introducir un vídeo o cualquier otro
recurso que sirva para despertar el interés del alumnado. Asimismo, utilizar tonos
de voz distintos, gastar una broma en un momento dado o pedir a alguien del
alumnado que dé una respuesta a través del chat son fórmulas que ayudan a
mantener la concentración.

Contenido corto y de calidad

Aunque la capacidad de mantener la atención varía con respecto a la edad y el


interés del alumno, lo cierto es que es más que probable que los estudiantes se
desconcentren si las clases online son demasiado largas. El contenido debe
estar concentrado y ser de calidad para intentar que el alumno mantenga su
interés el máximo tiempo posible.

No dejar a nadie atrás

El ritmo al que avanza la clase tiene que ser lo más uniforme posible. A la hora de
resolver dudas el docente tendrá que centrarse en los alumnos que presentan una
mayor dificultad de aprendizaje, pero teniendo en cuenta que los mejores
estudiantes tienen también dudas de mayor complejidad que tienen que ser
resueltas. Puede resultar una buena idea grabar un vídeo de dudas si
detectamos que hay varios estudiantes que se muestran inseguros en un
determinado tema en vez de contestar cada consulta de forma individual.

Mantén al líder de tu parte

Vicente Lloret, profesor de fontanería con más de 17 años de experiencia en


formación con adolescentes, señalaba con anterioridad a aprendemas.com que
una de las herramientas más importantes que puede usar un profesor para contar
con una clase motivada y tranquila es tener al líder de su parte. “Hay que
llevártelo a tu terreno y que no esté enfrentado a ti. Tienes que hacer lo que tú
quieres, pero contando con ella o él”, señala. Esta técnica también es válida para
las clases online. 
¿Alumnos desmotivados?

Para muchos docentes es difícil lidiar con estas dificultades en un sistema que ha
quitado al alumno incentivos para estudiar y una familia “que consiente todo”.
Pero la realidad es que hay que dar clase, y tener al alumnado lo más tranquilo y
atento posible redunda en beneficio de todos. Para algunos la solución es
clara: mano dura. Defienden posturas que ponen el acento en la autoridad del
profesor, el cumplimiento de sus normas y el castigo. Otros, en línea con el
espíritu de las leyes actuales, sostienen que hay que tratar a los alumnos
con diálogo, repartir la responsabilidad del aprendizaje y trabajar las habilidades
sociales. Ciertamente, muchos de los profesores en activo consultados por
aprendemas.com, en especial los de 2º curso de la ESO, ven esta opción como
algo utópica dada la realidad de los alumnos, y del sistema.

Para Llanos Navarro, que también ha sido jefa de estudios en Secundaria durante
cuatro años, se trata de buscar un punto medio: “Es importante mantener una
actitud firme en algunos momentos y si un profesor es demasiado pusilánime
tendrá dificultades para mantener el orden. Pero por otro lado, hay que ser
receptivo a las carencias y necesidades de los alumnos, sintonizar con ellos, a la
vez que se mantienen claros los diferentes roles en el aula. Es un equilibrio
difícil”. Lograrlo, según Navarro, “depende del carácter del profesor o
profesora, su experiencia, y también es fundamental la formación”.

Prevenir, mejor que curar

El consultor educativo Budd Churchward, afirma en su libro ‘The Honor Level


System: Discipline by Design’ que un error frecuente es no valorar previamente el
nivel de disciplina de un alumno, o de un grupo. “Al igual que primero valoramos el
nivel de un alumno en matemáticas o en lengua, debemos valorar su nivel en
cuanto a disciplina y tratarlo en consecuencia”.

Para Churchward no se trata de elegir entre la opción “mano de hierro” o


“participación y diálogo”, sino que cada grado de esta escala es válido para un
perfil de niño o adolescente, o un grupo. Para ello, Churchward define los
diferentes niveles de disciplina de los alumnos como: recalcitrante (el más
indisciplinado), comportamiento egoísta, disciplina interpersonal (la acepta pero
hay que estar detrás), y auto disciplina.
CONSEJOS PARA EVITAR QUE LA CLASE PIERDA RESPETO AL PROFESOR

Hecha esta salvedad de que no basta con una pauta de prevención o tratamiento,
sino que es necesario valorar para qué alumno o grupo, estos son los consejos que
dan algunos profesores sobre cómo prevenir que la clase pierda el respeto al
profesor.

Normas claras

Algo compartido por la mayoría de profesores es que el primer día hay que poner
las normas claras, sin importar las que tuvieran en el curso anterior. “Yo soy yo, y
estas son mis normas. A veces se pueden discutir las cosas, pero una vez fijadas
deben quedar claras”, comentó anteriormente en entrevista a aprendemas.com
Inmaculada Bonal, maestra con años de experiencia. “Por ejemplo, para levantarse
hay que levantar la mano, y nadie puede levantarse sin mi permiso”. ¿Qué pasa
entonces si un alumno incumple la norma? “Pues las sanciones que tenga
estipuladas el centro u otras como quitar privilegios. Por ejemplo, algo recurrente
es que si hay una actividad que les gusta, el que ha incumplido la norma se la
pierde”.

Cumplir las advertencias y evitar la arbitrariedad

Cuando un profesor amenaza con un castigo, si el comportamiento sigue, debe


actuar y ser consecuente. Si no, las siguientes amenazas perderán su
efecto. “Siempre hay que cumplir las advertencias, como ‘te escribiré una nota
para que la firmen tus padres’ o ‘te pondré una amonestación’”comenta Llanos
Navarro. “Y hay que evitar por todos los medios la arbitrariedad, manteniendo
siempre los mismos criterios y aplicándolos por igual, aunque un día estés cansada
y no tengas ganas de complicaciones”.

Autoridad

La mayoría de los profesores coinciden en que los chavales deben tener claro


siempre que el profesor tiene la autoridad. Las cuestiones de la disciplina deben
enfocarse principalmente desde la autoridad del profesor. La autoridad disciplinaria
‘se lleva dentro’. El profesor que cuenta con dicha cualidad está muy bien
protegido, y si un profesor se da cuenta de que le falta la dimensión instrumental
de la autoridad debe esforzarse en suplirla como sea.
Pero no hay que olvidar que ser la autoridad no significa comportarse como un
sargento, ni hablar a gritos, sino tomar decisiones y mostrar que se tiene la última
palabra. Una forma “clásica” de mostrarlo son las calificaciones. Un profesor de
secundaria durante más de 14 años, comenta a aprendemas que “tuvimos un
alumno que era muy follonero, además de corpulento, y no se corregía de ninguna
manera. Mi táctica fue sencilla: al final de la 1ª evaluación le daba la media 4'9 y le
suspendí. Llegué a arrepentirme, pero ya era demasiado tarde para cambiarle la
nota. A la larga aquello me fue de maravilla y no volví a tener problemas con él.
Una profesora, sin embargo, al mismo alumno le aprobó dándole un empujoncillo
en esa primera evaluación, y le tuvo estuvo incordiando en su clase durante el
resto del año”. “En términos generales mi experiencia es que para mantener la
disciplina tienes que imponerte”.

Por otro lado, hay que llevar cuidado de que el espacio de la clase no se convierta
en un campo de batalla. No se debe considerar al alumnado como ‘el enemigo’,
porque en la batallas siempre hay heridos. No hay que “luchar” en el aula, hay que
hacer un camino juntos, en el cual el profesorado ayuda a guiar y conducir.

Pactar a través del líder

Los profesores solventes en la tarea de llevar las riendas de la clase suelen


localizar al líder y buscar la forma de tenerlo de su parte. “Te das cuenta porque
siempre es el primero que abre la boca o el más chulito”, comenta Verónica
González, maestra cien por cien vocacional con varios años de experiencia. “Y te
tienes que hacer con él como sea. En cierto modo hacerte amigo suyo, aunque sin
perder la autoridad. Entonces cada cosa que quieras de la clase, si el líder te
apoya, será mucho más fácil”. Pero, ¿cómo consigues eso? “Pues empatizando con
él, hablando con él, pasando tiempo, preguntándole por sus cosas, por la
música…, dándole responsabilidades en clase, que sea tu ayudante, el delegado, o
cosas así. Cuando quieres poner orden él te ayuda, o si te ve molesto a veces el
primero en poner orden es él”.

Un profesor recuerda: “Estábamos en la parte práctica del curso y era un chaval


bastante conflictivo que con el tema de la fontanería no quería nada, estaba allí
porque le obligaba su padre y lo único que hacía todo el tiempo era molestar a los
otros y no dejarme dar clase. Así que ya un día me cansé y le dije: macho, tú lo
que vas a ser es el vigilante. Te vas a encargar del almacén, de quién saca
herramientas, que las herramientas estén colocadas. Bueno pues fue a raíz de
darle ese cargo que se convirtió en mi mejor colaborador. ¡De ser conflictivo y
problemático pasó a ser uno de los que más me ayudaba a llevar la clase!”.
La clase bien preparada

Otra de las pautas para ganarse a los alumnos es llegar al aula con la clase muy
bien preparada. El consultor Budd Churchward ofrece consejos más que pueden
ser útiles para generar un ambiente de clase disciplinada y en calma. Por ejemplo:

Nivel mínimo de intervención. Se trata de, ante una reprimenda, intentar evitar
una escalada verbal. Por eso la “reprimenda” o la censura de un comportamiento,
según Churchward, debe hacerse al nivel más bajo posible. Por otro lado, ante un
alumno disruptor (interrumpe, habla, molesta a los demás) se debe estar
paseando por la clase y vigilante, y en cuanto se vea un signo de que el alumno
empezará a llamar la atención, el profesor se acerca a él sigilosamente y le
reprende de la forma menos llamativa posible, intentando que el resto de la clase
no se entere. Hay que intentar que el alumno no tenga la satisfacción de
convertirse en el centro de atención.

Avanzar lo que pasará. Para este autor, otra técnica es anticipar a los alumnos lo
que sucederá en la clase, mostrando que está todo planeado, y además
diciéndoles que al final tendrán unos minutos para hablar entre ellos y comentar
cosas de la lección. En cada interrupción por su parte se recuerda a los chavales
que si hacen perder tiempo al profesor, son ellos los que perderán el tiempo de
hablar con libertad al final. 

Cuando ya tienes el problema

En ocasiones las pautas de prevención no funcionan con algunos alumnos. No hay


que olvidar que la enseñanza secundaria en España es obligatoria, una de las
principales quejas de los docentes y personal directivo de centros, por lo que casi
todos los profesores tienen en clase alumnos con total desinterés que sin embargo
no tiene otra opción que seguir en el centro. Algunas de las respuestas que
recomiendan los expertos son éstas:

Falta de motivación. “Recuerdo una situación de falta de motivación hacia una


asignatura, comenta Manel Güell: La solución fue investigar qué les motivaba fuera
del centro educativo. Después diseñé trabajos de la asignatura relacionados con
sus centros de motivación y se entregaron totalmente, con propuestas creativas y
muy interesantes. Por ejemplo analizar las principales actitudes y teorías éticas a
partir de los valores que definían las canciones de sus cantantes o bien filmar en
video pequeños cortos, con argumento, sobre algunos temas filosóficos”.

Otra estrategia para motivar es que los alumnos entiendan la utilidad en su vida de
lo que deben aprender. Vicente Lloret nos cuenta que “un día estaba comenzando
una lección de matemáticas, y un alumno preguntó en voz alta para qué servían
las matemáticas para ser fontanero. Enseguida empezaron a quejarse otros, así
que les dije, ante la algarabía general, que nos saltábamos el tema, sabiendo lo
que pasaría más adelante. Todos lo celebraron. Dos meses después tocó una
práctica y los alumnos descubrieron que no sabían calcular partes de la instalación,
o no sabían hacer una factura, ni calcular, por ejemplo, el IVA que debían cobrar.
En ese momento dije que retomaríamos el tema de matemáticas y todos lo
aceptaron sin rechistar”.

Acoso escolar. El acoso de unos alumnos a otros o bullying es un fenómeno que ha


crecido en los últimos años. Llanos Navarro nos comenta este caso, acerca de una
exalumna: “Lo primero es hablar con la víctima para que pierda el miedo a sus
agresoras, para que las denuncie. Nosotros la convencimos de que, una vez las
hubiera denunciado, estaría a salvo, porque iniciaríamos un protocolo oficial que
no permitiría a las acosadoras seguir con su actitud. La chica lo contó todo,
hablamos con los padres de todas e incluso se puso la denuncia pertinente. No se
puede frivolizar con estos temas, hay que actuar con contundencia enseguida. El
acoso cesó, las acosadoras fueron sancionadas hasta donde le permite la ley a un
centro de educación y, por lo demás, el caso quedó en manos de la policía
judicial”.

Agresividad hacia el profesor. En ocasiones un alumno con un comportamiento


extremo puede agredir al profesor. El consejo más habitual es hacer todo lo
posible por no devolver la agresión al alumno, ya que es un menor y el profesor
puede tener problemas legales.

Autoaislamiento. Vicente Lloret nos comenta “una cosa que me funciona muy bien
con los alumnos que no participan es lo que yo llamo la mesa redonda. En vez de
dar una clase en la que yo hablo y ellos escuchan, los siento en círculo, que se
vean unos a otros, y les lanzo problemas. ¿Cómo solucionaríais esto? Obviamente
los alumnos más lanzados son los primeros en participar, pero poco a poco el
ambiente se anima y he comprobado que así, los que nunca preguntan ni
responden en la clase tradicional, acaban participando”.
ACTIVIDADES

 ¿Cuáles son sus metas durante el encuentro de la primera clase? y ¿A usted


destinado suficiente tiempo para lograrlas?
 ¿Qué tono quiere establecer – relajado e informal, organizado y orientado al
contenido, o una combinación de ambos?
 Asumiendo que una parte del primer día estará ́ dedicado a tareas de
organización, ¿qué piensa cubrir y qué va a dejar para una clase posterior?
 ¿Qué puede hacer para llevar a los estudiantes al reino intelectual del
curso?
 ¿Qué va a decir a los estudiantes sobre usted mismo, sobre su estilo de
enseñanza, y sobre las razones por las cuales enseña de esa forma?
 ¿Qué va a decir a los estudiantes sobre cómo pueden tener éxito en su
clase?
 ¿Qué le dirá́ a sus estudiantes sobre la honestidad académica?
 ¿Cómo puede aliviar las preocupaciones de los estudiantes?
 ¿Qué hará́ para que los estudiantes que tienen varias clases iniciales el
mismo día retengan el material importante sobre su curso?
 ¿Cómo promoverá la participación de los estudiantes y qué nivel de
participación espera?

También podría gustarte