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5622-Texto Del Artículo-14721-1-10-20160602
5622-Texto Del Artículo-14721-1-10-20160602
Salo de Carvalho
Universidad Federal de Río Grande del Sur
Introducción: criminología,
posmodernidad y fragmentación
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El presente articulo es una versión reducida del texto realizado el día 28/08/2009, en el 15º Seminário Inter-
Criminologia Cultural, Complexidade e as Fronteiras nacional del Instituto Brasileiro de Ciências Criminais
da Pesquisa nas Ciências Criminais, elaborado para (IBCCrim). Traducción del portugués de Sergio Tonko-
el panel “Pesquisa Jurídica em Ciências Criminais”, noff (CONICET-Universidad de Buenos Aires).
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Los temas posmodernos, tal como lo nota ostensiva, pautas significativamente más crí-
Jock Young, estaban presentes en la formación ticas que las presentadas por la criminología
del labeling approach y continuaran estando a radical”. Sobretodo porque se coloca ante una
través del abolicionismo penal – “de hecho, si realidad ya no dominada por verdades fundan-
uno reexamina la teoría del etiquetamiento y tes, relaciones de causa-efecto, procesos linea-
su crítica de la criminología tradicional, puede les de pensamiento y otras convenciones de la
encontrar la mayoría de los temas de la pos- ciencia moderna: “el posmodernismo rechaza
modernidad”. Esto quiere decir, incluso, “que estas nociones a partir de la intervención de la
la posmodernidad llegó comparativamente variable lenguaje, la cual condiciona, moldea,
temprano en el desarrollo de la criminología modifica y define todas las relaciones sociales,
de posguerra” (2006:81-82). todas las prácticas institucionales y todos los
Aunque, independientemente de procurar métodos de conocimiento. Fundamentalmente
demarcar el origen de la fragmentación del el posmodernismo arguye que el lenguaje
saber criminológico –pues todo origen es estructura el pensamiento” (1997:39).
gris, conforme enseña el filósofo (Nietzsche, En este sentido, las tendencias posmodernas
1998:13)–, importa percibir que este diag- en criminología retirarían del foco central
nóstico está relativamente consensuado en la de la discusión los tradicionales objetos de
comunidad científica (Garland, 1995:45-73; análisis –crimen, criminal, reacción social,
Pavarini, 2006:15-42; Young, 2006:75-113). instituciones de control, poder político y
Resulta fundamental, entonces, a partir de económico–, incluyendo en la investigación la
esta anamnesis, evaluar las direcciones que formación del lenguaje de la criminalización y
surgen. del control. La investigación sobre la forma-
El fenómeno de la fragmentación y, sobre ción lingüística y las formas de producción,
todo, la forma por la cual es tratado por los de proliferación y reubicación de los discursos
teóricos de la criminología, configura una es- que se establecen en los procesos de crimi-
pecie de síntoma, situación que indicaría una nalización formal (primaria y secundaria) e
profunda crisis paradigmática. Representa el informal, amplia las fronteras del pensamiento
punto de agotamiento de la racionalidad crimi- criminológico, reforzando la idea de frag-
nológica moderna (instrumental), apuntando mentación. Una nueva tarea se agrega, por
a la necesidad de creación de estrategias para lo tanto, al trabajo de los investigadores del
la salvación, redefinición, reconstrucción, campo criminológico: el análisis y la crítica
abandono o ruptura del modelo científico de la gramática del crimen.
convaleciente. Es importante señalar que dos corrientes
En los últimos años, con el desarrollo del teóricas que se sumaran al movimiento de
pensamiento posmoderno, así como con su la criminología crítica en la década del ’80
incorporación parcial por el discurso crimi- anticiparon tendencias posmodernas en el
nológico, el síntoma fragmentación resurge sentido de alterar o de denunciar la gramática
como problemático o, en determinados nive- punitiva: el abolicionismo penal y la crimi-
les, aporético. nología feminista. La alteración del lenguaje
Arrigo y Bernard, trazando paralelos entre penal, para Louk Hulsman, era fundamental
la criminología radical, la criminología del para interrumpir la obsesión por el estilo pu-
conflicto y la corriente que identifican como nitivo y, en consecuencia, el ciclo de violencia
criminología posmoderna, sostienen que la establecido por las instituciones formales
nueva línea de pensamiento “abarca, de forma y los procesos de rotulación provocados
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–tendencias que romantizan al autor de actos esencia (esencialismo cultural) o también una
delictivos al incorporar determinismos econo- creencia de que esta cultura y patrones de com-
micistas. La crítica al idealismo de izquierda portamiento son causados por diferencias bio-
no es reciente y obtuvo importantes resultados lógicas (esencialismo biológico)” (2002:158).
en la redefinición de las criminologías críticas Las neurociencias revitalizan el positivismo
durante a década del ’90 (Larrauri, 1991:156- criminológico y, al crear la especialidad
191; Wheeldon-Heidt, 2007:317-320), sobre neuro-criminología, mantienen viva a red de
todo en lo que atañe a la elaboración teórica distribución de estigmas del sistema punitivo.
del realismo de izquierda (left realism) en los El “retorno a la biología como explicación del
países centrales y del realismo marginal en comportamiento humano” (150) y el uso de la
América Latina. No obstante, es importante cultura para proyectar cualidades negativas a
marcar las tendencias metafísicas en todos los determinados grupos (raciales, étnicos, socia-
campos de construcción del pensamiento cri- les, religiosos y/o económicos), resuelven el
minológico, inclusive en las corrientes críticas doble problema de la tradición positivista: los
–ver las importantes críticas al esencialismo criminales no sólo nacen criminales también,
en la criminología feminista de Carrington por la cultura del grupo, se tornan criminales.
(2006:240-252). Conforme señala Jock Young, la fusión de
Las grandes narrativas metafísicas en cien- los esencialismos culturales y biológicos per-
cias criminales redundan en dos consecuencias: mite condiciones ideales para el ejercicio de
producir esencialismos, sobre todo en relación demonizaciones exitosas y la fabricación de
con el sujeto que produce el crimen, y ofrecer monstruos (165-174).
soluciones universales al problema del crimen. La modernidad penal procuró, en todos los
La esencialización del criminal había sido aspectos de las ciencias criminales, simplificar
denunciada por la teoría del etiquetamiento el problema del crimen, de la criminalidad y
al demostrar como las criminologías, las ins- del control social punitivo. El diagnóstico
tituciones y los discursos configuradores del esta claro si los instrumentos de respuesta a la
sistema penal, amplian el acto ilícito, estable- desviación punible elaborados por el derecho
ciendo regresiones en el análisis de la historia y por el proceso penal fueran colocados en dis-
individual del desviado de manera de percibir cusión. Además, se trata de la primera premisa
todos los momentos significativos de su vida de la crítica abolicionista de las décadas de
como preparatorios o resistentes al gran acto. los ’70 y 80 del siglo pasado: la fijación de la
La potencia criminal, que inexorablemente se respuesta penal en la univocidad de la sanción
transforma en acto, pasa a constituir, por lo carcelaria, independiente de la diversidad del
tanto, la esencia del criminal. Y, después de la acto practicado.
realización del acto, no sólo el pasado, también Con la reedición de los esencialismos
el futuro del criminal está comprometido por etiológicos, la simplificación del problema,
el impulso a la repetición. a través de la reducción causal-determinista
Destaca Jock Young que, en la actualidad, a de la fuente de la criminalidad, activa, inexo-
pesar del amplio proceso de exposición de esta rablemente, el esfuerzo simplificador de la
falacia a lo largo del siglo XX, se establece un solución penal.
retorno a los procesos de esencialización a tra- La denuncia realizada por las corrientes
vés de dos discursos: el biológico y el cultural del abolicionismo y densificada por la actual
–“el esencialismo puede involucrar la creencia crítica criminológica posmoderna alcanza, en
de que la tradición de un grupo origina una realidad, la base del pensamiento científico
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Presentados los temas abordados, las formas ferencias teóricas en el campo criminológico
de investigación (técnicas de investigación), y en el pensamiento contemporáneo, algunas
el ambiente de inserción y las principales re- cuestiones parecen fundamentales para situar
2
Sobre las inagotables posibilidades de análisis de sobre los nuevos focos de análisis, tres colecciones de
temas y problemas clásicos de la criminología desde la estudios merecen ser referidos: Ferrel y Sanders (1995),
perspectiva cultural (por ejemplo: drogas, violencia do- Ferrel, Hayward, Morrison & Presdee (2004) y Ferrel
méstica, medios de comunicación, agencias de control, y Websdale (2006).
subculturas criminales, etiologia del delito), tanto como
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las barreras que separaban el saber científico o el homo poenalis (derecho penal) pasa a
y el saber profano diluyó, igualmente, las ser interpretado y juzgado por el binomio
fronteras entre lo racional y lo irracional, razón-sin razón. Se afirma la capacidad de
entre lo consciente y lo inconsciente, entre comprensión del carácter ilícito del hecho
res cogitans y res extensa. y de la posibilidad de acción conforme a la
Al percibir que la razón no basta, que los expectativa jurídica (culpabilidad), todo resto,
planes de la racionalidad y de la consciencia toda sobra, todo aquello que escapa a la com-
son insuficientes para comprender los signi- prensión racional, es descartado. No por otros
ficados de las conductas humanas (lícitas o motivos la dificultad –de forma más rígida, la
ilícitas) y las representaciones de las subjeti- imposibilidad– de diálogo entre el derecho
vidades –o sea, que la racionalidad moderna penal dogmático y las ciencias psi, sobre todo
es incapaz de comprender la vida vivida–, la el psicoanálisis (Carvalho, 2008:191-212). La
perspectiva cultural procura propuesta criminológico-cultural afirma las
subjetividades contra la ceguera, la asepsia y
“introducir nociones de pasión, rabia, alegría y di- artificialidad de la razón.
versión, así como de tedio, aborrecimiento, represión La perspectiva cultural objetiva, pues, en
y conformidad al excesivamente cognitivo y racional el análisis de Hayward y Young, reinterpretar
modo de la acción humana. Simplificando, la crimi- los significados del comportamiento como
nología cultural pretende enfatizar las cualidades forma para resolver conflictos psíquicos in-
emocionales e interpretativas de la criminalidad y deleblemente ligados a los distintos aspectos
de la desviación”. (Young-Hayward, 2007:112; en de la vida y de la cultura contemporánea. Un
el mismo sentido, Ferrel, 2004:287-302) ejemplo significativo se presenta: “la crimi-
nología cultural llama la atención sobre la
La exposición de las subjetividades y de forma en que la pobreza es percibida en las
los sentimientos siempre provocó pánico a la sociedades en desarrollo como acto de exclu-
racionalidad calculadora. En el plano general sión –la última humillación en la sociedad de
de las ciencias, las subjetividades fueron consumo. Se trata de una experiencia intensa,
excluidas en nombre de la neutralidad cien- no sólo de privación material, sino también
tífica. En la esfera específica de las ciencias de sentimiento de injusticia y de inseguridad
que se ocupan del crimen y la criminalidad, ontológica”. Si el crimen y la transgresión son
más allá de la reivindicación positivista de dispositivos de ruptura con las restricciones,
imparcialidad de los puntos de vista del de realización inmediatista de los deseos de
investigador sobre los objetos de análisis, el reafirmación de la identidad y de la ontología
problema es importante porque, tratándose de la seguridad, la subjetividad pasa a ser
de investigación de personas, la subjetividad tejida por la ruptura con la regla, emergiendo
del propio “objeto” de investigación está para la criminología la hipótesis de rastrear
escindida. El homo criminalis (criminología) estas percepciones3.
3
“La criminología cultural procura reinterpretar el com- ligados a varios aspectos de la vida/cultura contem-
portamiento criminal (en términos de significado), como poránea. Por ejemplo, la criminología cultural llama la
una técnica para resolver ciertos conflictos psíquicos atención sobre la forma como la pobreza es entendida en
–conflictos que, en muchos casos, están indeleblemente una sociedad emergente como un acto de exclusión– a
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última humillación en una sociedad consumista. Es una contexto, pueden ser vistos como ruptura de las restric-
experiencia intensa, no sólo de privación material, sino ciones, realización de inmediación y reafirmación de la
también de un sentimiento de injusticia y de inseguridad identidad y de la ontología de la seguridad”. (Young-
ontológica. El crimen y transgresión, en este nuevo Hayward, 2007:112)
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tre los fenómenos, tanto como la persistencia sociales e institucionales derivadas precisa de
fóbica en explicar/fundamentar, el uno por el la superación de numerosos vicios producidos
contenido o la mera existencia del otro. por las ciencias criminales modernas. En el
Como fenómeno de la cultura punitivista cuadro contemporáneo, con las herramientas
contemporánea, las formas, las imágenes, la proporcionadas por la ilustración penal (razón
representación y la significación social de la instrumental), las tentativas de resolución
punición ingresan en el universo de análisis de la cuestión criminal (problem-solving)
de la criminología cultural. Todavía como tienden a producir más daños que los propios
manifestación del poder jerárquico ejercido daños que se proponen resolver. La ruptura
por las agencias de control y no como de- requiere, ante todo, una nueva elaboración de
rivativo de la práctica de lo ilícito o como cuestiones (problem-raising), nuevas y com-
propuesta político-criminal. También porque plejas miradas para viejos y nuevos, aunque
la asociación problema/delito-respuesta/pena altamente complejos, problemas.
constituye una innominable simplificación. En el caso de las ciencias criminales –pen-
Si abarcar bajo la misma categoría (crimen) sando, en este momento, en el necesario diálo-
conductas tan distintas es, en sí, injustificable, go entre el derecho penal, el proceso penal, la
proponer para estos distintos problemas la política criminal y la criminología–, la alerta
misma solución (pena) es reducir a la univo- de Feyerabend es decisiva: “el [eventual] éxito
cidad de posibilidades incontables de pensar de la ‘ciencia’ no pode ser usado como argu-
complejamente temas complejos. mento para tratar de manera estandarizada
La construcción de una nueva gramática problemas todavía no-resueltos” (1989:48).
para el crimen, los desvíos y las reacciones
La complejidad de los fenómenos vincu- logía, más allá de reflejar la crisis general de
lados a la investigación criminológica actual la racionalidad calculadora, expone la crisis
produce una profunda aporía en los modelos de los demás saberes que reivindican para sí
teóricos herméticos que intentan limitar esta ciencia y que se auto-intitulan criminolo-
fronteras, reducir horizontes y domar pers- gía –derecho (penal), sociología, psicología,
pectivas transdisciplinarias. El inventario de psicoanálisis, psiquiatría, medicina forense,
la modernidad criminológica permite notar la neurociencias, antropología, ciencia política
tentativa de dogmatización de esta tendencia y filosofía.
de pensamiento desde su irrupción, aunque la La transdisciplinariedad, desde el positi-
transdisciplinariedad haya sido su principal vismo causal-explicativo en la configuración
característica. epistemológica originaria, figura como la
La crisis de la criminología, conforme mayor virtud y el peor pecado de la crimino-
enseña Jock Young, es el reflejo de la crisis logía. Y en esta ambigüedad entre virtudes y
de los pilares de la modernidad (razón y pro- pecados el campo de saber fue forjado a lo
greso) (2006:78). Al alcanzar la racionalidad largo del siglo XX.
primera, se despliegan infinitas crisis que en Lo paradojal es que si el labeling approach
la actualidad se densifican en todas las áreas amplió los espacios del saber, posibilitando
del conocimiento. Así, la crisis de la crimino- que innúmeros discursos ingresasen en el
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los campos de investigación, con el objetivo pensar saberes criminológicos locales, vivos
de comprender las diversas miradas sobre en el margen para el margen –y en este sentido
la cuestión criminal. El análisis permitiría sigue siendo absolutamente válida y actual la
identificar las numerosas claves de lectura perspectiva del realismo marginal (Zaffaro-
propuestas y, en un segundo momento, de ni)–, fundamental es que se puedan establecer
forma experimental, proponer aproximacio- encuentros con alteridades y experiencias con
nes, sugerir diálogos, probar collages, invertir nuevos horizontes.
premisas lógicas, redefinir perspectivas. En la actualidad latinoamericana, marcada
En este cuadro, la criminología cultural y por la violencia radical de las agencias de
las demás vertientes que surgen de la crítica punitividad que redunda en el hiperencar-
posmoderna pueden perfeccionar las proble- celamiento de la juventud urbana pobre,
matizaciones y sugerir importantes enfoques la crítica criminológica es, cada vez mas,
interpretativos. necesaria. Aunque la violencia excede las
Lógicamente, en relación con cualquier agencias formales del sistema penal, repre-
modelo teórico extranjero, dogmático o sentando un importante fenómeno cultural a
crítico, es necesaria su armonización con ser investigado. La cultura del punitivismo,
las especificidades culturales y los saberes del encarcelamiento, de la violencia insti-
locales, de manera que, ante todo, las distintas tucional; la proliferación de las imágenes,
perspectivas puedan dialogar, con recipro- de los símbolos y las representaciones de
cidad. De lo contrario, el proceso es de im- las violencias; la circulación, el consumo y
portación cultural, de colonización científica el impacto de estas experiencias en la vida
o, según las precisas lecciones de Sozzo, de cotidiana de las personas; proyectan nuevos
mera traslación/traducción de ideas (Sozzo, campos a explorar por la crítica realista en la
2006:359-365). Así como es imprescindible cultura marginal.
Bibliografía