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Criminología cultural: perspectivas desde el margen1

Salo de Carvalho
Universidad Federal de Río Grande del Sur

Introducción: criminología,
posmodernidad y fragmentación

Ericson y Carriere sostienen que la frag- fragmentación seria el creciente aumento


mentación de la criminología contemporánea de los riesgos y las recurrentes demandas de
es una condición crónica recurrente de un seguridad (1994:157-190).
proceso más amplio que alcanza al ámbito Desde el punto de vista teórico-académico,
académico, las instituciones sociales y la el diagnóstico presentado por los autores
sociedad de riesgo. El problema académico remite el problema a la discusión relativa
derivaría de que la criminología es un depósito al criminological turn y las innumerables
de discursos múltiples, lo que genera una posibilidades de investigación y las distin-
mezcla de disciplinas. Al extrapolar la esfera tas lecturas que surgen con la redefinición
académica, los autores entienden que por el del (los) problema(s) criminológico(s). La
hecho de que el problema del crimen y la fragmentación de la criminología, con todo,
criminalidad es parte integrante de los discur- no parece ser un fenómeno contemporáneo,
sos y las prácticas de numerosas instituciones remitiendo al punto en que el primer corpus
sociales, la criminología se articula con esta crítico del positivismo (labeling approach)
fragmentación dentro y entre las instituciones. abre nuevas e inexploradas fronteras a la
El tercer elemento que contribuiría a esta investigación.

1
El presente articulo es una versión reducida del texto realizado el día 28/08/2009, en el 15º Seminário Inter-
Criminologia Cultural, Complexidade e as Fronteiras nacional del Instituto Brasileiro de Ciências Criminais
da Pesquisa nas Ciências Criminais, elaborado para (IBCCrim). Traducción del portugués de Sergio Tonko-
el panel “Pesquisa Jurídica em Ciências Criminais”, noff (CONICET-Universidad de Buenos Aires).
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Los temas posmodernos, tal como lo nota ostensiva, pautas significativamente más crí-
Jock Young, estaban presentes en la formación ticas que las presentadas por la criminología
del labeling approach y continuaran estando a radical”. Sobretodo porque se coloca ante una
través del abolicionismo penal – “de hecho, si realidad ya no dominada por verdades fundan-
uno reexamina la teoría del etiquetamiento y tes, relaciones de causa-efecto, procesos linea-
su crítica de la criminología tradicional, puede les de pensamiento y otras convenciones de la
encontrar la mayoría de los temas de la pos- ciencia moderna: “el posmodernismo rechaza
modernidad”. Esto quiere decir, incluso, “que estas nociones a partir de la intervención de la
la posmodernidad llegó comparativamente variable lenguaje, la cual condiciona, moldea,
temprano en el desarrollo de la criminología modifica y define todas las relaciones sociales,
de posguerra” (2006:81-82). todas las prácticas institucionales y todos los
Aunque, independientemente de procurar métodos de conocimiento. Fundamentalmente
demarcar el origen de la fragmentación del el posmodernismo arguye que el lenguaje
saber criminológico –pues todo origen es estructura el pensamiento” (1997:39).
gris, conforme enseña el filósofo (Nietzsche, En este sentido, las tendencias posmodernas
1998:13)–, importa percibir que este diag- en criminología retirarían del foco central
nóstico está relativamente consensuado en la de la discusión los tradicionales objetos de
comunidad científica (Garland, 1995:45-73; análisis –crimen, criminal, reacción social,
Pavarini, 2006:15-42; Young, 2006:75-113). instituciones de control, poder político y
Resulta fundamental, entonces, a partir de económico–, incluyendo en la investigación la
esta anamnesis, evaluar las direcciones que formación del lenguaje de la criminalización y
surgen. del control. La investigación sobre la forma-
El fenómeno de la fragmentación y, sobre ción lingüística y las formas de producción,
todo, la forma por la cual es tratado por los de proliferación y reubicación de los discursos
teóricos de la criminología, configura una es- que se establecen en los procesos de crimi-
pecie de síntoma, situación que indicaría una nalización formal (primaria y secundaria) e
profunda crisis paradigmática. Representa el informal, amplia las fronteras del pensamiento
punto de agotamiento de la racionalidad crimi- criminológico, reforzando la idea de frag-
nológica moderna (instrumental), apuntando mentación. Una nueva tarea se agrega, por
a la necesidad de creación de estrategias para lo tanto, al trabajo de los investigadores del
la salvación, redefinición, reconstrucción, campo criminológico: el análisis y la crítica
abandono o ruptura del modelo científico de la gramática del crimen.
convaleciente. Es importante señalar que dos corrientes
En los últimos años, con el desarrollo del teóricas que se sumaran al movimiento de
pensamiento posmoderno, así como con su la criminología crítica en la década del ’80
incorporación parcial por el discurso crimi- anticiparon tendencias posmodernas en el
nológico, el síntoma fragmentación resurge sentido de alterar o de denunciar la gramática
como problemático o, en determinados nive- punitiva: el abolicionismo penal y la crimi-
les, aporético. nología feminista. La alteración del lenguaje
Arrigo y Bernard, trazando paralelos entre penal, para Louk Hulsman, era fundamental
la criminología radical, la criminología del para interrumpir la obsesión por el estilo pu-
conflicto y la corriente que identifican como nitivo y, en consecuencia, el ciclo de violencia
criminología posmoderna, sostienen que la establecido por las instituciones formales
nueva línea de pensamiento “abarca, de forma y los procesos de rotulación provocados
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en los círculos informales de control social de criminología, siendo aconsejable, en térmi-


(1993:100-102; 1997:203-204). Correspondió nos teóricos, no conceptuar a la criminología
a las criminologías feministas el papel de dar posmoderna como una especie de crimino-
visibilidad y poner en debate el modelo pa- logía del conflicto o como una variación del
triarcal que estructura la sociedad occidental, pensamiento criminológico radical. Sobre
con el objetivo de deconstruir los discursos todo en vista de las diferentes perspectivas
sexistas que culpan, punen o victimizan a en relación al ejercicio de las actividades de
las mujeres, sea en la calidad de autoras o investigación científico-social derivadas de
víctimas de crímenes (Andrade, 1999:81- orientaciones teóricas y métodos de investi-
108; 2003:105-117; Larrauri, 1995:11-88; gación independientes (1997:55-57).
2007:55-80; Gelsthorpe, 2002:112-143). Más allá de la obsesión por la clasificación
Aunque se pueda percibir en algunas co- y por el establecimiento de nexos causales
rrientes criminológicas críticas importantes entre escuelas de pensamiento, propio de la
aperturas a las innovaciones traídas por la racionalidad moderna, se plantea el problema
criminología posmoderna, tienen razón Arri- de la dirección de la ciencia criminológica a
go y Bernard cuando señalan que no existen partir del reconocimiento de la fragmentación
puntos de convergencia entre estas especies posmoderna.

Los horizontes de la criminología posmoderna

Es visible que la denominada criminología La denuncia a la metafísica penal y crimino-


posmoderna constituye la especificación, en la lógica y, consecuentemente, a la tetralogía de
ciencia criminológica, del pensamiento crítico los valores morales que las sustentan (justicia,
posmoderno. Dos características centrales bondad, belleza e verdad) (Carvalho, 2008:35-
pueden, por lo tanto, ser resaltadas siguiendo 54) aparece, pues, como la primera acción de
la crítica general: el reconocimiento del fin de la deconstrucción posmoderna. Consistiendo
las grandes narrativas y la imposibilidad de estos valores en representaciones penales de
aceptación de cualquier tipo de verdad univer- la modernidad, el foco se concentra, por tanto,
sal. El área de la penología parece ser la de en la racionalidad penal ilustrada y en el po-
mayor sensibilidad en términos de recepción sitivismo científico criminológico. Conforme
de la crítica posmoderna, no solo por ser el afirman Wheeldon e Heidt, “posmodernismo
punto central de los sistemas penales, sino es fundamentalmente la crítica del Iluminismo
sobre todo, por el agotamiento dos discursos y del positivismo científico. Mientras algunos
de legitimación (teorías absolutas, relativas y posmodernos niegan la posibilidad de verdad,
eclécticas) a partir de la no correspondencia otros la ven como realidad construida, que
de las creencias en sus finalidades con el real puede ser indefinible, sin sentido o arbitraria”
impacto de la punición sobre lo criminalizado (2007:316).
y sobre la sociedad. No obstante el direccionamiento a la crítica
La saturación de las grandes narrativas de los presupuestos de la ilustración y su apro-
penológicas es reflejo directo de construcción piación por el positivismo etiológico, el pen-
de discurso de alta abstracción, cuya valida- samiento posmoderno permite, de igual for-
ción y demostrabilidad empírica permaneció ma, problematizar los idealismos presentes en
ausente. algunas vertientes de las criminologías críticas
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–tendencias que romantizan al autor de actos esencia (esencialismo cultural) o también una
delictivos al incorporar determinismos econo- creencia de que esta cultura y patrones de com-
micistas. La crítica al idealismo de izquierda portamiento son causados por diferencias bio-
no es reciente y obtuvo importantes resultados lógicas (esencialismo biológico)” (2002:158).
en la redefinición de las criminologías críticas Las neurociencias revitalizan el positivismo
durante a década del ’90 (Larrauri, 1991:156- criminológico y, al crear la especialidad
191; Wheeldon-Heidt, 2007:317-320), sobre neuro-criminología, mantienen viva a red de
todo en lo que atañe a la elaboración teórica distribución de estigmas del sistema punitivo.
del realismo de izquierda (left realism) en los El “retorno a la biología como explicación del
países centrales y del realismo marginal en comportamiento humano” (150) y el uso de la
América Latina. No obstante, es importante cultura para proyectar cualidades negativas a
marcar las tendencias metafísicas en todos los determinados grupos (raciales, étnicos, socia-
campos de construcción del pensamiento cri- les, religiosos y/o económicos), resuelven el
minológico, inclusive en las corrientes críticas doble problema de la tradición positivista: los
–ver las importantes críticas al esencialismo criminales no sólo nacen criminales también,
en la criminología feminista de Carrington por la cultura del grupo, se tornan criminales.
(2006:240-252). Conforme señala Jock Young, la fusión de
Las grandes narrativas metafísicas en cien- los esencialismos culturales y biológicos per-
cias criminales redundan en dos consecuencias: mite condiciones ideales para el ejercicio de
producir esencialismos, sobre todo en relación demonizaciones exitosas y la fabricación de
con el sujeto que produce el crimen, y ofrecer monstruos (165-174).
soluciones universales al problema del crimen. La modernidad penal procuró, en todos los
La esencialización del criminal había sido aspectos de las ciencias criminales, simplificar
denunciada por la teoría del etiquetamiento el problema del crimen, de la criminalidad y
al demostrar como las criminologías, las ins- del control social punitivo. El diagnóstico
tituciones y los discursos configuradores del esta claro si los instrumentos de respuesta a la
sistema penal, amplian el acto ilícito, estable- desviación punible elaborados por el derecho
ciendo regresiones en el análisis de la historia y por el proceso penal fueran colocados en dis-
individual del desviado de manera de percibir cusión. Además, se trata de la primera premisa
todos los momentos significativos de su vida de la crítica abolicionista de las décadas de
como preparatorios o resistentes al gran acto. los ’70 y 80 del siglo pasado: la fijación de la
La potencia criminal, que inexorablemente se respuesta penal en la univocidad de la sanción
transforma en acto, pasa a constituir, por lo carcelaria, independiente de la diversidad del
tanto, la esencia del criminal. Y, después de la acto practicado.
realización del acto, no sólo el pasado, también Con la reedición de los esencialismos
el futuro del criminal está comprometido por etiológicos, la simplificación del problema,
el impulso a la repetición. a través de la reducción causal-determinista
Destaca Jock Young que, en la actualidad, a de la fuente de la criminalidad, activa, inexo-
pesar del amplio proceso de exposición de esta rablemente, el esfuerzo simplificador de la
falacia a lo largo del siglo XX, se establece un solución penal.
retorno a los procesos de esencialización a tra- La denuncia realizada por las corrientes
vés de dos discursos: el biológico y el cultural del abolicionismo y densificada por la actual
–“el esencialismo puede involucrar la creencia crítica criminológica posmoderna alcanza, en
de que la tradición de un grupo origina una realidad, la base del pensamiento científico
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de la modernidad penal. La necesidad de La denuncia posmoderna diagnostica la


construcción de sistemas herméticos, exentos necesidad de que las ciencias criminales incor-
de contradicciones y lagunas, como es propio poren en su universo de análisis la categoría de
del pensamiento dogmático-penal, acaba complejidad, reconociendo la diferencia entre
por reducir la pluralidad de los problemas los actos desviados y los criminalizados para
relativos a la violación de normas criminali- la construcción de múltiples respuestas, for-
zadoras a la unidad interpretativa (crimen) y males e informales, de ejercicio no-violento
a la exclusividad de la respuesta (pena). La del control social. La importancia de la teoría
fórmula es relativamente simple: reducir los posmoderna es demostrar que para problemas
problemas en casos-patrón, vinculándolos a complejos es fundamental construir mecanis-
respuestas-recetario. mos complejos de análisis, contrarios a las
El síntoma del agotamiento de la fórmula respuestas binarias, unívocas e universales,
dogmática es percibido en las indagaciones, tanto como ajenos a la pretensión de verdad
nada actuales, sobre cuáles son los criterios inherente a la voluntad de sistema que orienta
que permiten concebir conductas tan signi- los modelos científicos modernos.
ficativamente dispares bajo el mismo rótulo En este sentido Ericson y Carriere son
(crimen) y cómo se justifica la proposición de precisos al percibir que asumir la condición
la misma resolución (pena). O sea, más allá fragmentaria y de complejidad de la crimino-
de la figura abstracta legal (tipo penal), se logía implica abandonar
indaga cuál sería el punto de convergencia de
actos humanos que, desde la formulación de “la creencia de que el consenso académico es posible
las bases del derecho penal moderno ilustrado o deseable, dado que todas las narrativas sobre el
hasta la actualidad, compone el rol de las con- delito no pueden nunca ser unidas. Una visión de la
ductas incriminadas. Piénsese, por ejemplo, verdad y síntesis del conocimiento es una fantasía.
en el problema de la reducción a la misma Las verdades que constituyen el conocimiento cien-
unidad interpretativa y los mismos criterios tífico ya no pueden ser consideradas como piezas
de resolubilidad de actos de violencia física individuales de un rompecabezas que deben reunirse
contra la persona y conductas de gestión de para formar una totalidad”. (2006:169)
riesgo de instituciones financieras; violencias
practicadas en las relaciones de afecto y actos A propósito, Becker, al revisitar la teoría del
de desvió de valores de órganos públicos; labeling approach en el inicio de la década
violencia contra el patrimonio y conductas del ’70, defendía la necesaria admisión de
dañosas al medio ambiente; y, sucesivamente, la complejidad de los problemas relativos al
infinidad de situaciones-problema que poseen, crimen y la desviación:
como única característica común, la pertenen-
cia al rol abstracto de los tipos penales incri- “al percibir la desviación como acción colectiva a ser
minadores. Excluyendo cualquier mención a investigada en todas sus dimensiones, como cualquier
la variabilidad de criterios de sanción y de cri- otra forma de actividad colectiva, notamos que el
minalización entre distintos países de cultura objeto de nuestro estudio no es el acto aislado cuyo
semejante como en los siempre significativos origen debemos descubrir. Al contrario, el acto que
casos de criminalización del aborto, posesión se alega ha ocurrido, cuando ocurrió, se sitúa en una
de droga para consumo particular, circulación red compleja de actos que envuelven otros, asumiendo
de valores y productos entre fronteras, entre parte de esta complejidad en razón de la manera como
numerosos otros. distintas personas y grupos lo definen”. (1991:189)
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El problema es que esta inmersión en la des” (1991:189). En efecto, es innegable la


complejidad, agregada al reconocimiento de posibilidad de que determinados modelos no
la fragmentación científica, produce deses- se sostengan frente al choque de la realidad
tructuración en los sistemas herméticos de y a la negación de la metafísica. Y en este
pensamiento cultores de verdades y valores irremediable inventario científico parecen
universales. Sobre todo porque la asunción de estar enrolados los modelos de la dogmática
la complejidad y la aceptación de dificultades jurídico-penal y los paradigmas criminológi-
desdoblan posibilidades reales de error y, cos que persisten en la profesión de fe de la
consecuentemente, incertezas. Según Becker, ciencia moderna y en la ambición narcisista
“aprender eso no nos librará por completo del de ofrecer respuestas-patrón producidas en
error, pues nuestras propias teorías y métodos sistemas universales de comprensión.
presentan persistentes fuentes de dificulta-

La criminología cultural y las imágenes de las violencias contemporáneas

La proliferación de imágenes del crimen significados configuradores de las relaciones


y de la violencia es un fenómeno actual interpersonales y sociales contemporáneas.
perceptible, en los distintos vehículos de Nuevos sentimientos y nuevos moldes
información y entretenimiento (televisión, identitarios emergen de esta experiencia de
periódicos, música, literatura, cine, teatro, hiperexposición.
artes plásticas, moda, deporte), en la urbe La exhibición superlativa y en tiempo real
underground y en el mundo virtual. El nivel de las imágenes de las violencias disuelve no
de exposición y los espacios que se abren a la sólo los límites de espacio y de tiempo, como
recepción de estas imágenes –nuevos locales fragmenta las fronteras de los significados de
de publicación e innúmeras herramientas de lo lícito y lo ilícito, de las conductas social-
divulgación, sobre todo a través del cyber- mente adecuadas y aquellas transgresoras,
espacio–, contaminan de cuestión criminal la de la propia posición de insider o de outsider
cultura contemporánea. Además, la velocidad de sus actores y de sus espectadores. La
con la cual las representaciones de la violen- inexistencia de filtros o de barrearas amplifi-
cia circulan torna la experiencia del crimen ca hiperbólicamente su difusión, tornando a
y de la desviación ajena a cualquier barrera cualquier persona vulnerable a su recepción,
espacio-temporal. activa o pasiva.
No sólo como producto de consumo, la En este cuadro, la criminología parece no
representación de fenómenos vinculados a poder ser ajena a esta cultura saturada de
la violencia, al crimen y a la desviación se imágenes del crimen y del miedo al crimen.
transforma en un importante mecanismo de El cambio en las formas de las violencias
interpretación de los síntomas sociales que implica un cambio en sus significados, la
constituyen la cultura occidental del siglo mirada curiosa del investigador debe suscitar
XXI. Las respuestas subjetivas a las imáge- alteración en los rumbos de los saberes que
nes de la violencia –reacciones de pánico, abordan tales fenómenos.
miedo, incomodidad, justificación, banali- La criminología, como espacio privilegia-
zación, indiferencia, adhesión, apología o do de producción de saber sobre el crimen
culto– son altamente expresivas, produciendo y el control social, necesita sumergirse en
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esta compleja experiencia contemporánea dades teóricas y metodológicas que intituló,


de forma de sofisticar sus instrumentos de en aquella época, criminología anarquista
interpretación. Por otro lado, no sólo debe (2009:1-8). La denominación primera surge
estar atenta para captar estas nuevas formas del cuidadoso examen del graffiti como forma
de violencia y comprender sus significados constitutiva de resistencia anárquica a la auto-
en la cultura del siglo XXI, también necesita ridad política y económica. Destaca Ferrel que
inmunizar su discurso de transformarse, él “en tanto crimen de estilo, [el graffiti] choca
mismo, en vehículo reproductor o amplifi- con la estética de las autoridades políticas y
cador. Así, cabría igualmente al pensamiento económicas que actúan como empresarios
criminológico contemporáneo la percepción morales procurando criminalizar y reprimir el
y la denuncia de las violencias (re)producidas graffiti” (1996:187). Fuertemente inspirado en
por la propia cultura criminológica a través de Kropotkin, el investigador propone un análisis
su discurso (científico). del crimen y de la criminalidad informada por
El actual entrelazamiento entre crimen y la perspectiva anarquista de ruptura con la
cultura provoca, en los discursos científicos autoridad –sobre todo con la inserción de la
y en los saberes profanos, distintas reaccio- autoridad en las relaciones humanas– y con
nes, dependiendo de su grado de apertura a los sistemas jerárquicos de dominación, lo que
la complejidad. permitiría la apertura de inimaginables focos
En el enmarañamiento de cuestiones que de investigación criminológica (187).
involucran transgresión, crimen, violencia Desde el punto de vista epistemológico con
y sistema punitivo, Keith Hayward e Jock la adhesión a la crítica sobre las formas de
Young indagan sobre el significado y el al- producción científica de Feyerabend (1989),
cance teórico de la perspectiva criminológica desde el punto de vista metodológico con la
intitulada cultural (cultural criminology) y, al incorporación de las técnicas de investigación
trazar las principales hipótesis de la concep- (etnografía y análisis de casos) y de las cate-
ción emergente, resaltan que procura “por gorías de análisis (desviación, etiquetamiento,
encima de todo, situar el crimen y su control subculturas y emprendimientos morales) del
en el ámbito de la cultura, esto es, percibir el labeling approach, y con el reconocimiento de
crimen y las agencias de control como pro- la importancia del pensamiento crítico posmo-
ductos culturales” (2007:102). derno –“orientación que, en su mejor versión,
El marco de los estudios sobre criminología comparte mucho con el anarquismo” (Ferrel,
cultural es la investigación de Jeff Ferrel, Cri- 1996:197)–, la visión criminológico-cultural
mes of Style: Urban Graffiti and the Politics of proporciona multiplicidad de perspectivas
Criminality (1996), en el cual el autor analiza práctico-teóricas en la construcción de un
la cultura desviada del graffiti en Denver caleidoscopio interpretativo de los fenómenos
(Colorado) y su inserción social en el paisaje contemporáneos crimen y desviación.
urbano y en la arquitectura de la ciudad. La El escenario presentado por Ferrel, compar-
tensión entre las prácticas del graffiti como tido por los investigadores que se identifican
expresión cultural de determinadas tribus ur- con la perspectiva teórica sucesora de la
banas y su confrontación con campañas en su criminología anarquista, permite a Hayward
contra sirvió al investigador como estudio de y Young visualizar la criminología cultural
caso sobre temas como el poder, la autoridad como una tendencia criminológica estriden-
y la resistencia, la subordinación y la insu- temente interdisciplinaria. Las interfaces
bordinación, abriendo espacio para posibili- de este pensamiento contemporáneo crítico
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no se establecen sólo entre la criminología, en la criminología y en los estudios cultura-


la sociología y los estudios sobre justicia les, incorporando variedad de perspectivas
criminal, sino también con perspectivas y contra-culturales sobre la criminalidad y el
metodologías extraídas de la inter-relación control social” (398); “la criminología cultural
entre estudios sobre cultura urbana y medios incorpora una amplia gama de orientaciones
de comunicación, filosofía, teoría crítica teóricas –interaccionistas, constructivistas,
posmoderna, geografía cultural y humana, críticos, feministas, culturalistas, posmoder-
estudios sobre movimientos sociales y otros nos y formadores de opinión– procurando
abordajes de investigación-acción (action comprender la confluencia entre cultura y
research approaches) (2007:102-103). crimen en la vida contemporánea” (Ferrel-
El objetivo de las investigaciones es, en Sanders, 1995:303).
síntesis, “mantener rodando el caleidoscopio No obstante el importante rescate y la
sobre la forma de pensar el crimen y, lo más actualización de la teoría del etiquetamiento
importante, la respuesta jurídica y social hacia –dado que permite afirmar la emergencia de
la violación de las normas” (Young-Hayward, crítica renovada a los temas tradicionales de
2007:103). los modelos micro-criminológicos positivistas
Al recuperar la memoria de la red teórica (etiología del comportamiento desviado, na-
que establece los fundamentos de la cri- turaleza delictiva, peligrosidad y estadísticas
minología cultural, Ferrel enuncia que se criminales), tanto como el avance en áreas
busca, ante todo, “integrar los campos de la destacadas de la macro-criminología crítica
criminología con los estudios culturales o, (procesos de criminalización, estigmatización
puesto de otra forma, importar los insights y selectividad de las agencias de control)–, la
de los estudios culturales hacia dentro de la criminología cultural incluye nuevos temas
criminología contemporánea” (1999:396). En que corrompen los horizontes de la investiga-
el plano académico, destaca como primeras ción criminológica, causando la disolución de
referencias históricas de la criminología cualquier frontera o límite de investigación.
cultural la recepción del interaccionismo Así, el análisis sobre la proliferación de las
simbólico por la teoría de las subculturas imágenes de la violencia y la exposición de las
criminales y por la teoría del etiquetamiento personas a la cultura del crimen en la sociedad
y la emergencia de la nueva criminología a contemporánea se torna objeto de exploración
partir de la National Deviancy Conference, que permite a la criminología romper con
en la década del ’70. Presenta la criminología las barreras entre el espacio real y el espacio
cultural como línea de pensamiento derivada virtual e ingresar en esta confusa realidad
de la criminología crítica, la que provee fun- dotada de alto poder de producción de subje-
damentales instrumentos de análisis sobre el tividades. Además, la captura del crimen y la
poder, las instituciones penales y la dimensión desviación por el mercado y su transformación
económica de los procesos de criminaliza- en producto consumible generan fenómenos
ción. Agrega, todavía, a las dos orientaciones de estatización, estilización, glamourización
propiamente criminológicas la reorientación y fetichización, potencializando las repre-
crítica provista por la teoría posmoderna, sentaciones y densificando, en la cultura,
construyendo posibilidades de creación de simbologías, normalmente moralizadoras,
pensamiento híbrido, complejo. En síntesis, sobre la cuestión criminal.
“la criminología cultural emerge de varias La reverberación inmediata de imágenes y
formas de la tradición crítica en la sociología, la creación de audiencias y de consumidores
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de los productos vinculados a la violencia íconos y símbolos culturales mercantilizados


generan una compleja serie de movimientos por los medios formales e informales de co-
y de intersecciones que, en el actual escena- municación. Por este motivo las representa-
rio punitivista, proliferan pánicos morales. ciones televisivas, cinematográficas, de artes
Conforme lo analizan Hayward y Young, en plásticas, teatro, expresiones y estilos musi-
una posición distinta de aquella propuesta cales, las campañas publicitarias, websites,
originalmente por Stanley Cohen, hubo una videojuegos, la moda urbana y las prácticas
significativa mudanza “en la fuerza y en la deportivas y de entretenimiento, sean trans-
extensión de los mensajes y en la velocidad gresoras o conformistas, se presentan como
en la cual circulan y reverberan” (2007:109). potenciales objetos de análisis que hablan
En esta nueva configuración, Fenwick y Ha- sobre el sujeto contemporáneo. Se agrega,
yward observan que “el crimen es embalado y lógicamente, al universo investigativo, las
comercializado para los jóvenes como un sím- desviaciones tradicionales propias del estudio
bolo cultural romántico, emocionante, cool de lo cotidiano de las ciudades, así como las
y fashion. Y en este contexto la transgresión distintas tribus urbanas, el estilo de vida bohe-
se torna una opción de consumo deseable” mio y underground, los habitantes y los artis-
(citado en Young-Hayward, 2007:109). tas de las calles, los vendedores clandestinos
Se notan, por tanto, consecuencias distintas (drogas, mercaderías contrabandeadas) y de
de la reverberación mediática de las imáge- entretenimientos (juego, prostitución) ilícitos,
nes del delito. Si por un lado ingresa en las entre otras dinámicas propias de la urbe2.
representaciones de la cultura, sobre todo en La red de representaciones involucradas
relación al público joven, como producto este- da la dimensión del carácter significativo que
tizado y fetichizado, que genera demandas de tales imágenes poseen en la constitución de
consumo de diferentes actos desviados (con- la cultura del crimen y en la configuración
ductas transgresoras y crímenes violentos), en de los crímenes de la cultura contemporánea.
otro sentido gana visibilidad en los discursos La criminología cultural innova, pues, no
de los empresarios morales en el despliegue sólo por la fusión de diferentes perspectivas
de campañas sensacionalistas. teóricas, sino por introducir la estética y la
Así, la criminología cultural se configura dinámica de la vida cotidiana del siglo XXI
como criminología estética de análisis de en la investigación criminológica.

Impactos de la criminología cultural en las ciencias criminales

Presentados los temas abordados, las formas ferencias teóricas en el campo criminológico
de investigación (técnicas de investigación), y en el pensamiento contemporáneo, algunas
el ambiente de inserción y las principales re- cuestiones parecen fundamentales para situar

2
Sobre las inagotables posibilidades de análisis de sobre los nuevos focos de análisis, tres colecciones de
temas y problemas clásicos de la criminología desde la estudios merecen ser referidos: Ferrel y Sanders (1995),
perspectiva cultural (por ejemplo: drogas, violencia do- Ferrel, Hayward, Morrison & Presdee (2004) y Ferrel
méstica, medios de comunicación, agencias de control, y Websdale (2006).
subculturas criminales, etiologia del delito), tanto como
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la mirada diferenciada de la criminología cul- logía. La discusión es importante incluso para


tural. Los elementos de análisis serán aquellos que se pueda caracterizar a este área teórica
considerados obligatorios por las perspectivas como criminología, diferenciándola de otras
que se intitulan criminológicas: el actuar cri- teorías culturales contemporáneas críticas.
minal, la pena y las funciones de la crimino-

Criminología cultural e imágenes del criminal

Con la tradición del labeling approach, la atribuyen responsabilidad en función de la


criminología cultural abdica de la cuestión elección libre y consciente de la conducta
causal y de la percepción del crimen como criminal.
cualidad intrínseca del autor de la conducta. La respuesta binaria sujeto-racional (libre-
Y más allá de la teoría del etiquetamiento, el arbitrio) o determinado (peligrosidad) permite
desviado es insertado no sólo en su subcultura afirmar, desde el punto de vista de la teoría
(grupo o tribu), sino en la cultura que abarca la política contractual, la legitimidad de la res-
(sub)cultura alternativa –un punto importante puesta penal a aquel que libremente optó por
de reflexión es la ruptura con las jerarqui- la violación de la regla y, en consecuencia,
zaciones y nivelamientos entre las distintas acepto la pena. Desde el punto de vista del
culturas, oficiales, alternativas o transgreso- sujeto determinado, la exención de la pena
ras. Si, para Becker, el desvío se traduce en ocurre con la substitución por el tratamiento.
acción colectiva en la cual son considerados Tenemos, pues, dos imágenes dicotómicas
todos los involucrados (1991:181-183), es que, por la afirmación y por la negación, re-
posible sostener que la criminología cultural fuerzan el mito ilustrado del hombre racional.
procura entender el comportamiento humano Es interesante percibir, inclusive, que con la
como reflejo de las dinámicas individuales y crisis del modelo penal-welfarista y el des-
de grupo, de las tramas y traumas sociales y gaste de la lógica del tratamiento, las teorías
de sus representaciones culturales. criminológicas punitivistas actuariales operan
La tradición de las metanarrativas penales un giro convergente a la dogmática penal, de
y criminológicas, al enfocar al actor de la forma de atribuir al infractor una racionalidad
conducta ilícita, realiza un doble proceso. calculadora –hombre racional que, después
En primer lugar, transcribe la representación del análisis de las oportunidades y de los
del criminal ideal, a partir de la atribución de riesgos de la conducta, objetiva el beneficio
características superlativizadas, componiendo del crimen–, proveyendo nuevos significados
determinada imagen. En segundo lugar, proli- a la penalidad (teorías da pena).
fera la imagen de este criminal idealizado, de Ocurre que el hombre racional de la ilus-
forma de conferirle universalidad. Nótese que tración, fundado en el cogito cartesiano y
el proceso de creación de la representación proyectado como tipo ideal de las ciencias
de imágenes del delincuente es común tanto criminales, es apenas reflejo parcial, sombra
a las teorías criminológicas deterministas del hombre complejo de la contemporaneidad.
(positivismo etiológico), que eximen la res- Si la ciencia moderna (y en ella las ciencias
ponsabilidad individual en favor de patologías criminales) se esforzó para extraer de su
psicosociales, como a las teorías penales corpus de saber todo lo que podría ser consi-
anti-deterministas (dogmática jurídica), que derado irracional, la ruptura posmoderna de
Criminología cultural: perspectivas desde el margen... 95

las barreras que separaban el saber científico o el homo poenalis (derecho penal) pasa a
y el saber profano diluyó, igualmente, las ser interpretado y juzgado por el binomio
fronteras entre lo racional y lo irracional, razón-sin razón. Se afirma la capacidad de
entre lo consciente y lo inconsciente, entre comprensión del carácter ilícito del hecho
res cogitans y res extensa. y de la posibilidad de acción conforme a la
Al percibir que la razón no basta, que los expectativa jurídica (culpabilidad), todo resto,
planes de la racionalidad y de la consciencia toda sobra, todo aquello que escapa a la com-
son insuficientes para comprender los signi- prensión racional, es descartado. No por otros
ficados de las conductas humanas (lícitas o motivos la dificultad –de forma más rígida, la
ilícitas) y las representaciones de las subjeti- imposibilidad– de diálogo entre el derecho
vidades –o sea, que la racionalidad moderna penal dogmático y las ciencias psi, sobre todo
es incapaz de comprender la vida vivida–, la el psicoanálisis (Carvalho, 2008:191-212). La
perspectiva cultural procura propuesta criminológico-cultural afirma las
subjetividades contra la ceguera, la asepsia y
“introducir nociones de pasión, rabia, alegría y di- artificialidad de la razón.
versión, así como de tedio, aborrecimiento, represión La perspectiva cultural objetiva, pues, en
y conformidad al excesivamente cognitivo y racional el análisis de Hayward y Young, reinterpretar
modo de la acción humana. Simplificando, la crimi- los significados del comportamiento como
nología cultural pretende enfatizar las cualidades forma para resolver conflictos psíquicos in-
emocionales e interpretativas de la criminalidad y deleblemente ligados a los distintos aspectos
de la desviación”. (Young-Hayward, 2007:112; en de la vida y de la cultura contemporánea. Un
el mismo sentido, Ferrel, 2004:287-302) ejemplo significativo se presenta: “la crimi-
nología cultural llama la atención sobre la
La exposición de las subjetividades y de forma en que la pobreza es percibida en las
los sentimientos siempre provocó pánico a la sociedades en desarrollo como acto de exclu-
racionalidad calculadora. En el plano general sión –la última humillación en la sociedad de
de las ciencias, las subjetividades fueron consumo. Se trata de una experiencia intensa,
excluidas en nombre de la neutralidad cien- no sólo de privación material, sino también
tífica. En la esfera específica de las ciencias de sentimiento de injusticia y de inseguridad
que se ocupan del crimen y la criminalidad, ontológica”. Si el crimen y la transgresión son
más allá de la reivindicación positivista de dispositivos de ruptura con las restricciones,
imparcialidad de los puntos de vista del de realización inmediatista de los deseos de
investigador sobre los objetos de análisis, el reafirmación de la identidad y de la ontología
problema es importante porque, tratándose de la seguridad, la subjetividad pasa a ser
de investigación de personas, la subjetividad tejida por la ruptura con la regla, emergiendo
del propio “objeto” de investigación está para la criminología la hipótesis de rastrear
escindida. El homo criminalis (criminología) estas percepciones3.

3
“La criminología cultural procura reinterpretar el com- ligados a varios aspectos de la vida/cultura contem-
portamiento criminal (en términos de significado), como poránea. Por ejemplo, la criminología cultural llama la
una técnica para resolver ciertos conflictos psíquicos atención sobre la forma como la pobreza es entendida en
–conflictos que, en muchos casos, están indeleblemente una sociedad emergente como un acto de exclusión– a
96 Salo de Carvalho

Criminología cultural, fines de la pena y de las ciencias criminales

El tema asociado al de la acción criminal Así, invariablemente, presentan profundos


invariablemente puesto como problema cri- déficits, teóricos o prácticos.
minológico es el de la respuesta estatal a la Pavarini, al analizar el status de la disciplina
desviación punible, más específicamente el en las sociedades complejas, defiende la po-
de la pena. sibilidad de que la: criminología pueda hacer,
La cuestión central a ser señalada es que como máximo, elecciones parciales y sugerir
la criminología cultural –así como las demás respuestas limitadas a los problemas, abdican-
corrientes que pueden ser elanzadas bajo la do de proyectos metodológicos universales.
denominación de posmodernas– no se cons- Esto no solamente porque la criminología,
tituyen como sistema jurídico-penal integrado desde su origen, carece de teoría propia, sino,
o programa político-criminal. La diferencia es fundamentalmente, porque Pavarini niega la
de fundamental importancia, sobre todo en necesidad de la existencia de una teoría general
la tradición jurídico-penal latino-americana del delito y del control social para intervenir en
que, siguiendo el patrón europeo continental el problema del delito. Para el autor,
o los modelos actuariales insulares y la siste-
mática de las demás ciencias modernas, torna “las visiones generales no son otra cosa que concep-
imprescindible la formulación de un modelo tualizaciones provisorias que solamente tienen valor
teórico integral de análisis, fundamentación, heurístico. Pueden ser útiles para explicar algunos
justificación, aplicación y ejecución de metas, aspectos del delito, al mismo tiempo de que no lo son
fines y proposiciones. La inmensa mayoría para explicar otros. En la medida en que estas teorías
de las teorías jurídico-penales, sobre todo son construidas en un nivel más alto de generalidad,
las dogmáticas, pero también las críticas, sea más disuelven la especificidad de cualquier aspecto
analizando temas específicos, sea deconstru- particular del problema del delito”. (2006:29)
yendo y/o reconstruyendo paradigmas, opera
como si estuviese partiendo de grado cero de Se señala este aspecto porque la criminolo-
cientificidad, construyendo su argumentación gía cultural rompe el binomio crimen-pena,
de forma a ser a mas abarcadora y totalizante por el simple hecho de que no existe necesidad
posible. La voluntad de sistema (pretensión de de primero justificar determinado sistema de
totalidad) más allá de revelar el carácter nar- sanción para posteriormente interpretar el de-
cisista patológico de las ciencias (criminales) lito. Son delito y pena fenómenos radicalmen-
expone el síntoma de la absoluta ausencia de te distintos, en los cuales el único vínculo de
madurez de cara a la falta de percepción de causalidad posible es el jurídico-normativo.
los límites de lo posible, siendo que, “todas El binomio está construido artificialmente por
las metodologías, incluso las mas obvias, el derecho, siendo un vicio exclusivamente
tienen sus límites” (Feyerabend, 1989:49). dogmático-normativo la correspondencia en-

última humillación en una sociedad consumista. Es una contexto, pueden ser vistos como ruptura de las restric-
experiencia intensa, no sólo de privación material, sino ciones, realización de inmediación y reafirmación de la
también de un sentimiento de injusticia y de inseguridad identidad y de la ontología de la seguridad”. (Young-
ontológica. El crimen y transgresión, en este nuevo Hayward, 2007:112)
Criminología cultural: perspectivas desde el margen... 97

tre los fenómenos, tanto como la persistencia sociales e institucionales derivadas precisa de
fóbica en explicar/fundamentar, el uno por el la superación de numerosos vicios producidos
contenido o la mera existencia del otro. por las ciencias criminales modernas. En el
Como fenómeno de la cultura punitivista cuadro contemporáneo, con las herramientas
contemporánea, las formas, las imágenes, la proporcionadas por la ilustración penal (razón
representación y la significación social de la instrumental), las tentativas de resolución
punición ingresan en el universo de análisis de la cuestión criminal (problem-solving)
de la criminología cultural. Todavía como tienden a producir más daños que los propios
manifestación del poder jerárquico ejercido daños que se proponen resolver. La ruptura
por las agencias de control y no como de- requiere, ante todo, una nueva elaboración de
rivativo de la práctica de lo ilícito o como cuestiones (problem-raising), nuevas y com-
propuesta político-criminal. También porque plejas miradas para viejos y nuevos, aunque
la asociación problema/delito-respuesta/pena altamente complejos, problemas.
constituye una innominable simplificación. En el caso de las ciencias criminales –pen-
Si abarcar bajo la misma categoría (crimen) sando, en este momento, en el necesario diálo-
conductas tan distintas es, en sí, injustificable, go entre el derecho penal, el proceso penal, la
proponer para estos distintos problemas la política criminal y la criminología–, la alerta
misma solución (pena) es reducir a la univo- de Feyerabend es decisiva: “el [eventual] éxito
cidad de posibilidades incontables de pensar de la ‘ciencia’ no pode ser usado como argu-
complejamente temas complejos. mento para tratar de manera estandarizada
La construcción de una nueva gramática problemas todavía no-resueltos” (1989:48).
para el crimen, los desvíos y las reacciones

Consideraciones finales sobre el status de la criminología contemporánea

La complejidad de los fenómenos vincu- logía, más allá de reflejar la crisis general de
lados a la investigación criminológica actual la racionalidad calculadora, expone la crisis
produce una profunda aporía en los modelos de los demás saberes que reivindican para sí
teóricos herméticos que intentan limitar esta ciencia y que se auto-intitulan criminolo-
fronteras, reducir horizontes y domar pers- gía –derecho (penal), sociología, psicología,
pectivas transdisciplinarias. El inventario de psicoanálisis, psiquiatría, medicina forense,
la modernidad criminológica permite notar la neurociencias, antropología, ciencia política
tentativa de dogmatización de esta tendencia y filosofía.
de pensamiento desde su irrupción, aunque la La transdisciplinariedad, desde el positi-
transdisciplinariedad haya sido su principal vismo causal-explicativo en la configuración
característica. epistemológica originaria, figura como la
La crisis de la criminología, conforme mayor virtud y el peor pecado de la crimino-
enseña Jock Young, es el reflejo de la crisis logía. Y en esta ambigüedad entre virtudes y
de los pilares de la modernidad (razón y pro- pecados el campo de saber fue forjado a lo
greso) (2006:78). Al alcanzar la racionalidad largo del siglo XX.
primera, se despliegan infinitas crisis que en Lo paradojal es que si el labeling approach
la actualidad se densifican en todas las áreas amplió los espacios del saber, posibilitando
del conocimiento. Así, la crisis de la crimino- que innúmeros discursos ingresasen en el
98 Salo de Carvalho

debate sobre la violencia, el crimen, la cri- causas de la acción delictiva, el positivismo


minalidad y el control social, consolidando el causal acabó por sepultar las condiciones de
ideal transdisciplinario de amplio diálogo, el posibilidad de la propia ciencia criminoló-
desarrollo de las disciplinas convergentes pro- gica, pues, si las causas o los factores son
vocó, más allá de la apertura, la disolución de múltiples, el comportamiento delictivo no
las fronteras. La ausencia de definición precisa puede ser explicado a partir del reduccionismo
del objeto de investigación sustenta, inclusive, etiológico. La afirmación de la necesidad de
el argumento de que ésta es la verdadera crisis comprensión bio-psico-social-antropológica
de la criminología: la ausencia de identidad y jurídica del delito refleja, en consecuencia,
epistemológica. Esta afirmación parece, para la propia imposibilidad de la comprensión
determinadas líneas de pensamiento, resumir del actuar humano, lícito o ilícito, a través
el estado del arte del saber criminológico de esquemas lógico-racionales. En otros
contemporáneo. términos: las causas del comportamiento
El diagnóstico necesita, con todo, ser puesto reprobable son innumerables, o no existen
en tensión en los más diversos espacios en causas o las causas son inaprehensibles por
que la criminología propone actuar. Funda- el conocimiento humano.
mentalmente porque desde la perspectiva que En términos epistemológicos, la interdis-
orienta esta investigación, no existe identidad ciplinariedad, concebida como el principal
o naturaleza en el saber criminológico que valor del pensamiento criminológico en el
permita una respuesta única al problema de final del ochocientos e inicio del novecientos,
su status actual. En calidad de locus de pen- se volvió un importante factor para su ocaso
samiento en el cual convergen innúmeros sa- científico.
beres, profanos o científicos, la criminología Aun si esta imposibilidad de ostentar un
contemporánea no permite reduccionismos estatuto científico propio se transforma en una
que aparentemente faciliten la comprensión de barrera infranqueable para perspectivas que
sus problemas de investigación. El horizonte dependen de ese status epistemológico –sea
criminológico, por lo tanto, redimensionado para nutrir la autoestima, sea para adquirir
en las sociedades complejas, oscila entre las reconocimiento y respetabilidad de las demás
distintas formas de violencias y sus instru- ciencias–, para pensamientos libres y autóno-
mentos de (re)producción. mos, desapegados del mito de la seguridad
En realidad, el fenómeno de la ausencia de científica, el problema puede ser visto como
identidad epistemológica dice respecto a la virtud óptima: la virtud de no ser ciencia.
propia tentativa que falla de fundar ‘la’ ciencia Es posible, por lo tanto, juntamente con
criminológica. Ericson y Carriere, sostener que “el único
Al sentir la profunda limitación del campo problema con la fragmentación de la crimino-
jurídico en presentar indagaciones y res- logía son los criminólogos que se incomodan
puestas adecuadas al problema del crimen, frente a ella” (2006:166).
los criminólogos positivistas afirmaron la Asumir la virtud de no ser ciencia implica
necesidad de la interdisciplinaridad. Teniendo proponer temas y problemas criminológicos
como objetivo crear una identidad propia en distintos o simplemente sugerir otras interpre-
este otro espacio de cientificidad a través del taciones sobre temas tradicionales (problem-
cruzamiento entre distintas ciencias. Ocurre raising). Entre los problemas emergentes de
que al permitir el ingreso de los más variados esta criminología sin compromiso epistemoló-
saberes para auxiliar la comprensión de las gico, estaría el de mapear la multiplicidad de
Criminología cultural: perspectivas desde el margen... 99

los campos de investigación, con el objetivo pensar saberes criminológicos locales, vivos
de comprender las diversas miradas sobre en el margen para el margen –y en este sentido
la cuestión criminal. El análisis permitiría sigue siendo absolutamente válida y actual la
identificar las numerosas claves de lectura perspectiva del realismo marginal (Zaffaro-
propuestas y, en un segundo momento, de ni)–, fundamental es que se puedan establecer
forma experimental, proponer aproximacio- encuentros con alteridades y experiencias con
nes, sugerir diálogos, probar collages, invertir nuevos horizontes.
premisas lógicas, redefinir perspectivas. En la actualidad latinoamericana, marcada
En este cuadro, la criminología cultural y por la violencia radical de las agencias de
las demás vertientes que surgen de la crítica punitividad que redunda en el hiperencar-
posmoderna pueden perfeccionar las proble- celamiento de la juventud urbana pobre,
matizaciones y sugerir importantes enfoques la crítica criminológica es, cada vez mas,
interpretativos. necesaria. Aunque la violencia excede las
Lógicamente, en relación con cualquier agencias formales del sistema penal, repre-
modelo teórico extranjero, dogmático o sentando un importante fenómeno cultural a
crítico, es necesaria su armonización con ser investigado. La cultura del punitivismo,
las especificidades culturales y los saberes del encarcelamiento, de la violencia insti-
locales, de manera que, ante todo, las distintas tucional; la proliferación de las imágenes,
perspectivas puedan dialogar, con recipro- de los símbolos y las representaciones de
cidad. De lo contrario, el proceso es de im- las violencias; la circulación, el consumo y
portación cultural, de colonización científica el impacto de estas experiencias en la vida
o, según las precisas lecciones de Sozzo, de cotidiana de las personas; proyectan nuevos
mera traslación/traducción de ideas (Sozzo, campos a explorar por la crítica realista en la
2006:359-365). Así como es imprescindible cultura marginal.

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