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"Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y
por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién
es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? (Apocalípsis 5:1-2)
La palabra libro en el versículo uno, se refiere a un rollo, pues los libros encuadernados no
existían en esos días. Este rollo en particular es el título de propiedad de Cristo sobre la
creación. Al mencionar en estos versículos un libro escrito por dentro y por fuera, se está
refiriendo a un contrato, ya que era lo típico en los contratos del mundo antiguo, tales
como títulos de propiedad, actas matrimoniales, acuerdos de arrendamiento, préstamos y
testamentos. Por dentro generalmente, el rollo tenía todos los detalles del contrato, pero
por fuera había un resumen del documento.
En Efesios 1:4, se nos habla de las "...arras de nuestra herencia...", arras viene del griego
arrabón y significa que es una prenda depositada por un comprador, la cual se perdía si la
compra no se efectuaba, es decir, que es la garantía hasta "...la redención de la posesión
adquirida..."(v14). Podemos notar que algo se perdió al pecar el hombre y necesitamos ser
redimidos. El hombre perdió su derecho a la inmortalidad o vida eterna, pero también su
derecho a la tierra. Para esto también Jesús debía pagar un precio, el cual pagó con su
propia sangre.
En las escrituras podemos observar que si un hombre empobrecía al punto de tener que
vender sus tierras o venderse a sí mismo, podía ser redimido por un pariente. Levíticos
25:25 lo declara de la siguiente manera: “cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo
de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano
hubiere vendido”. Por eso en Jeremías 32:8 leemos: “Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío
conforme a la palabra de Jehová… y me dijo: compra ahora mi heredad… porque tuyo es el
derecho de la herencia, y a ti corresponde el rescate…”
La historia de Rut se basa en esta ley. Había otro pariente más próximo para redimir antes
que Booz, razón por la cual Booz le dijo “… si tú quieres redimir, redime; y si no quieres
redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo
después de ti” (Rut 4:4). En un principio ese otro pariente quiso redimir la tierra, pero no
quiso casarse con Rut; por lo tanto, le cedió el derecho a Booz.
Satanás reclama el derecho a hacerse dueño de la tierra, el cual adquirió por fraude y
engaño, pero la ley de Dios establece que para poder restaurar el derecho al dueño
original, se podía redimir por un pariente que pudiera llenar los requisitos, tales como:
Ser pariente del deudor, ser apto para pagar la deuda y estar dispuesto a pagar la deuda.
Todo esto conforme lo mencionado anteriormente (Levíticos 25:23-24; Rut 4:1-12)
Jesucristo es nuestro pariente porque “debía ser en todo semejante a sus hermanos”
(Hebreos 2:17) “…por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó
de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,
esto es, al diablo”(v 14); ““…por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos”(v11), así
que, Jesús es nuestro pariente en su condición humana.
Jesucristo era apto para pagar la deuda. El pariente debía tener las condiciones económicas
para pagar. Jesucristo era el único que podía pagar el precio ya que era precio de sangre,
como lo dice 1 Pedro 1:18-19: “…no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”. Además,
todos sabemos que el tercer requisito también lo cumplió ya que estaba dispuesto a pagar
la deuda voluntariamente.
Cuando no se hallaba ninguno digno de abrir el libro de los siete sellos, uno de los ancianos
le dijo a Juan "...He aquí el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir
el libro y desatar sus siete sellos" (Apocalípsis 5:5). Se le llama León de la tribu de Judá,
porque Jesús es descendiente de esa tribu, a la cual se le conoce con ese nombre; además,
Jacob, bendijo a su hijo Judá llamándole "cachorro de León" (Génesis 49:9).
Al decir, raíz de David, raíz viene del griego jriza que significa causa, origen, fuente, dando
a entender que Jesús es el origen o fuente de David. En otras palabras, Dios mismo. (Para
mayor información de este pasaje de la escritura puede leer: Explicando Apocalípsis 5:7)
Jesucristo es quien puede abrir el libro y desatar sus siete sellos y así liberar los juicios de
Dios sobre la tierra. Apocalípsis 5:9-10 nos declara la razón por la cual Jesús es digo de abrir
los sellos al decir: "...Porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios,
de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra"
Después del arrebatamiento de la iglesia el camino queda abierto para que el anticristo
avance en triunfo, habrá una paz falsa, ya que unirá a toda Europa. “Porque vendrán
muchos en mi nombre, diciendo: yo soy el Cristo, y a muchos engañarán” (Mateo 24:5).
Jesucristo dijo “…si otro viniere en su propio nombre a ése recibiréis” (Juan 5:43),
cumpliéndose al recibir al anticristo. Además, hará un pacto con los judíos, tal como lo dice
Daniel 9:27 “Por otra semana confirmará el pacto con muchos…”
Este jinete lleva una gran espada y cabalga en un caballo de color rojo (Apocalípsis 6:4).
Después del tiempo de paz, claramente significa guerra, pues se le dio “poder de quitar de
la tierra la paz, así que aquí se contempla ejércitos invasores, pues al anticristo en lugar de
un arco sin flecha ahora tendrá una espada. El anticristo hace cesar el sacrificio y la ofrenda
al pueblo judío, “y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la
fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora” (Daniel
11:31).
Jesucristo mencionó también este acontecimiento al decir: “Por tanto, cuando veáis en el
lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
entonces los que estén en Judea huyan a los montes” (Mateo 24:15-16). Haciendo una clara
referencia al tiempo de persecución que viene sobre el pueblo de Israel en la gran
tribulación, así como también, se refiere al anticristo como la abominación desoladora.
No olvidemos que Jesús dijo que antes de que venga este tiempo oiremos de “guerras y
rumores de guerras…porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino…”, y
sabemos que es lo que está aconteciendo en la actualidad.
El color negro, en las escrituras, está relacionado con el hambre. Lo podemos ver en
Lamentaciones 5:10 “Nuestra piel se ennegreció como un horno a causa del ardor del
hambre”. También Jeremías 14:1-2 “…con motivo de la sequía, se enlutó Judá…”. El jinete,
quien todavía se refiere al anticristo, sostiene una balanza (Apocalipsis 6:5), significando
que su gobierno ahora tiene todo el control de los alimentos. Además la balanza representa
grano racionado, y por lo tanto, es un símbolo de hambre sobre la tierra.
La expresión “no dañes el aceite ni el vino” se ha tornado un poco difícil de interpretar, sin
embargo muchos eruditos concuerdan que es posible que aquí se estén contemplando los
artículos de lujo de los ricos ya que, históricamente, aún en tiempos de hambres, los ricos
pueden darse algunos lujos. El rico se enriquece más y disfruta de lujos, pero el pobre
empobrece más y difícilmente consigue lo suficiente para comer.
“…El que lo montaba tenía por nombre muerte, y el Hades le seguía…”. La muerte significa
que matará el cuerpo, pero el Hades se lleva el alma. Tiene cuatro métodos u opciones para
realizar su misión: La espada (representando violencia y guerra), hambre, mortandad
(muerte o pestilencia por enfermedades que generalmente acompañan a la guerra), y por
último las fieras de la tierra (pues también padecerán hambre y atacarán al ser humano),
pues como dijo Jesús “…y habrá pestes y hambres” (Mateo 24:7)
Estas son las almas que han muerto durante la gran tribulación pues “…caerán para ser
depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado…” (Daniel 11:35).
La persecución de los judíos cobrará vidas. Mateo 24:9 dice: “Entonces os entregarán a
tribulación, y os matarán…”. En Apocalipsis 6:10, estos santos piden venganza ya que
estamos en un tiempo de juicio de Dios sobre los moradores de la tierra.
Apocalipsis 6:12-17 son una muestra del poder de Dios en su juicio sobre la tierra. Un gran
terremoto, el sol se viste de luto, la luna se cubre de sangre, las estrellas caen del cielo, son
ejemplos del poder de Dios (También puede leer Lucas 21:25-26; Joel 2:30-31; Joel 3:15;
Isaías 13:9-10; Isaías 34:2-4).
Algunos estudiosos han llegado a decir que estos acontecimientos son el resultado de una
guerra atómica, con la luna y el sol oscurecidos, la tierra moviéndose, la gente
escondiéndose debajo de la tierra por la radiación causada en las explosiones. Es posible,
sin embargo es importante notar que la gente se esconde de Cristo y de su ira. “Y los reyes
de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre,
se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes” (Apocalipsis 6:15).
Cuando decimos que hay una pausa es porque en la descripción de los acontecimientos, el
juicio se detiene por unos momentos. Se detiene porque la orientación es “…no hagáis daño
a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos
de nuestro Dios” (Apocalipsis 7:3). En este intermedio Dios sella a los ciento cuarenta y
cuatro mil (144,000) judíos que llevarán el mensaje hasta lo último de la tierra. También
aparece en escena una gran multitud vestida de ropas blancas que está delante del trono,
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en presencia del cordero. Estos temas serán tratados en otro post ya que nos limitaremos
al estudio de los siete sellos.
Granizo y fuego con sangre sobre la tierra es el resultado de tocar la primera trompeta
(Apocalipsis 8:7). La segunda trompeta pareciera referirse a un meteorito cayendo sobre el
mar (v 8), la tercera tiene gran repercusión sobre los lagos y ríos (v 10), la cuarta trompeta
hace oscurecer al sol y la luna (v11), la quinta trompeta hace salir langostas demoníacas del
abismo, la sexta desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates; por
último, la séptima trompeta abre el camino a los siete ángeles con las siete copas de la ira
de Dios (Apocalipsis 11:15-19; Apocalipsis 15:1-8)
Como mencionaba anteriormente, quizás en otro estudio podamos profundizar en las siete
trompetas, de igual forma en las siete copas de la ira de Dios, pero espero le pueda servir
de guía este artículo y sea de bendición para crecer en el conocimiento de las escrituras.
Este estudio no pretende ponerse como algo exacto en la interpretación, pero al menos
puede ser una guía para escudriñar con mayor profundidad.