Está en la página 1de 12

Valores en el deporte

Valores sociales para enfrentar el covid

Valores compartidos por los adolescentes

Características personales y valores sociales

Qué son Valores éticos:


Los valores éticos son guías de comportamiento que regulan la
conducta de un individuo. En primer lugar, la ética es la rama de la
filosofía que estudia lo que es moral y realiza un análisis del sistema
moral para ser aplicado a nivel individual y social.
Entre los valores éticos más relevantes se pueden mencionar: justicia,
libertad, respeto, responsabilidad, integridad, lealtad, honestidad,
equidad, entre otros.
Los valores éticos se adquieren durante el desarrollo individual de cada
ser humano con experiencia en el entorno familiar, social, escolar e,
inclusive, a través de los medios de comunicación.

Los valores éticos demuestran la personalidad del individuo, una imagen


positiva o negativa, como consecuencia de su conducta. Asimismo, se
pueden apreciar las convicciones, los sentimientos y los intereses que la
persona posee.

Por ejemplo, el individuo que lucha por la justicia y la libertad, valores


considerados como positivos, son el reflejo de una persona justa. Pero,
de lo contrario, se observa un ser humano apático ante dichos valores y
que da cierto apoyo a las injusticias.

Por tanto, los valores éticos permiten regular la conducta del individuo
para lograr el bienestar colectivo y, una convivencia armoniosa y pacífica
en la sociedad.

Etimológicamente, la palabra ética es de origen griego ethos que significa


“hábito o costumbre” y el sufijo -ico que expresa “relativo a”.

Vea también Los 5 valores éticos más importantes con ejemplos.

Valores éticos relativos


Los valores éticos pueden ser relativos en virtud del punto de vista que
posea cada individuo.

Por ejemplo, para una persona es sinónimo de responsabilidad llegar


puntual a su lugar de trabajo. No obstante, para otro esa situación no es
considerada como algo de relevancia, por lo que puede llegar con retraso
a su puesto de trabajo y no sentirse irresponsable.

Por tanto, se debe mencionar que son muchas las personas que no
comparten opiniones ni respetan los diferentes puntos de vista de otros.
Es decir, lo que para algunos es una actitud ética o positiva,
necesariamente, no lo es para otros.

Valores éticos absolutos


Los valores éticos también pueden ser absolutos en virtud de lo que es
considerado como un hábito o costumbre practicado por toda la
sociedad. No son subjetivos y su sentido permanece invariable más allá
de las experiencias personales o colectivas.

Es decir, en términos generales y más allá de las diferencias culturales


existentes entre las personas, todos somos capaces de reconocer qué es
la solidaridad o el respeto, así como de identificar aquellos actos
considerados como buenos o malos.

Por ejemplo, todos los individuos saben o reconocen qué es la


cordialidad más allá de que la pongan en práctica o no con quienes están
a su alrededor.

Juicio ético
Por otra parte, cabe mencionar que el ser humano vive en un constante
juicio ético, lo que se refiere a razonar y determinar qué acción,
conducta o actitud es la más acertada en un momento determinado,
en función a las normas y valores impuestos por la sociedad.
Cuando el individuo se encuentra frente a un juicio ético es importante
comprender el problema ético, buscar la mejor solución que no
perjudique a otros individuos y reflexionar porque fue la mejor solución
ante esa situación.

Vea también: Ética
Valores éticos y morales
Los valores éticos también incluyen los valores morales que son aquellos
que permiten diferenciar lo bueno de lo malo y, lo justo e injusto de una
situación o circunstancia determinada.

El juicio moral es el acto mental que permite al individuo determinar su


actitud con respecto a lo que es correcto e incorrecto.

VALORES EN EL DEPORTE

Algunas de las razones fundamentales para proponer la práctica del deporte escolar son:

 Promover la salud en los jóvenes.

 Socializar a los jóvenes y enseñar valores y comportamiento.

 Desarrollar su personalidad y someterle a las reglas del equipo o grupo.

    Debemos tener muy presentes que la simple participación en las prácticas físico-deportivas no
genera automáticamente los valores deseables para la convivencia humana y para la buena marcha
de la práctica deportiva. Se hace necesario un sistema que facilite la promoción y desarrollo de
valores sociales que nos permita aprovechar este marco de actuación que es el deporte.

    Gutiérrez (1995) distingue entre los valores sociales y los personales y dentro de ellos agrupa
los valores que pueden desarrollarse en y a través del deporte.

Valores sociales

 Respeto

 Cooperación

 Relación social

 Amistad

 Competitividad

 Trabajo en equipo

 Participación de todos
 Expresión de sentimientos.

 Convivencia.

 Lucha por la igualdad.

 Responsabilidad social.

 Justicia.

 Preocupación por los demás.

 Compañerismo

Valores personales

 Habilidad (física y mental)

 Creatividad

 Diversión

 Reto personal

 Autodisciplina

 Autoconocimiento

 Mantenimiento o mejora de la salud

 Autoexpresión

 Logro (éxito-triunfo)

 Autorrealización

 Recompensas

 Reconocimiento

 Aventura y riesgo
 Imparcialidad

 Deportividad y juego limpio

 Espíritu de sacrificio

 Participación lúdica

 Perseverancia

 Humildad

 Autodominio

 Obediencia

    Una vez planteados los valores que pueden trabajarse con la práctica deportiva, llega el
momento de hablar sobre cómo tiene que ser el deporte para incidir positivamente en la educación
en valores de las personas.

    Para educar en valores, el deporte debe plantearse de forma que permita:

1. Fomentar el autoconocimiento y mejorar el autoconcepto.

2. Potenciar el diálogo como la mejor manera de solucionar los conflictos que se presenten.

3. La participación de todos y todas en el análisis, la toma de decisiones y, en general, el


funcionamiento del grupo.

4. Potenciar la autonomía personal de los individuos implicados en los diferentes niveles de


intervención.

5. Aprovechar el fracaso como elemento educativo.

6. El respeto y la aceptación de las diferencias individuales.

7. Potenciar la actividad deportiva como un escenario de aprendizaje de conductas y hábitos


coherentes con los planteamientos aceptados por el grupo.

8. Aprovechar las situaciones de juego para trabajar las habilidades sociales encaminadas a
favorecer la convivencia, no sólo entre los miembros del grupo, sino entre ellos y otras
personas y colectivos implicados.
    El juego y el deporte, son las formas más comunes de entender la Educación Física en nuestra
sociedad. Por ello debe aprovecharse como elemento motivador potenciando actitudes y valores
positivos.

    En la etapa de Educación Primaria debe favorecerse el desarrollo partiendo de las habilidades
básicas hacia las específicas, necesarias para una práctica deportiva adaptada, al final de la etapa.

    En la práctica de Educación Física debemos tener en cuenta lo siguiente:

1. En los diferentes juegos y actividades predeportivas o deportivas, será de interés tratar la


aceptación del nivel de destreza y el reconocimiento de las propias limitaciones.

2. Se debe enfocar el deporte con fin educativo. Si se insiste sobre la técnica, el deporte deja
de ser educativo.

3. Para la aplicación del deporte se deben tener en cuenta las etapas evolutivas, es decir, la
psicología evolutiva.

4. Una progresión técnica o táctica puede servir para el conocimiento del propio cuerpo, lo
cual es educativo.

5. En el deporte se deben potenciar las cualidades y aptitudes del individuo.

6. Dar más valor al proceso que al producto.

7. Deberíamos mantener una visión humanista del deporte, donde lo que tenga valor sea la
persona, sus intereses y sus necesidades y donde todo el resto quede subordinado a esta
premisa.

 Valores éticos frente al coronavirus


Ministerio de Salud y Protección Social > Valores éticos frente al coronavirus

17/04/2020

Boletín de Prensa No 171 de 2020


- Solidaridad, compasión, respeto, honestidad, entre otros, son los valores
primordiales para sobreponernos a los múltiples retos que nos presenta esta
pandemia.

Bogotá, 17 de abril de 2020. La pandemia de coronavirus, como


fenómeno global que amenaza la vida humana y que ha que obligado al
confinamiento y al aislamiento social, termina por poner de relieve lo que
verdaderamente importa: las familias, el medio ambiente, el quehacer
médico, entre otros.  
"El miedo a la infección y los instintos básicos de supervivencia pueden
alterar significativamente la percepción que tenemos del otro, que puede ser
visto como un agente que genera desconfianza en términos de su potencial
infección y posible diseminación del virus. Las imágenes de las personas
cubiertas con escafandras improvisadas, máscaras de protección o
tapabocas hechos en los más insólitos materiales dan cuenta del actual
estado de aprensión", explica Ricardo Luque, asesor del Ministerio de Salud.
La distancia social es la norma y muchos gobiernos del mundo  han
adoptado el confinamiento de las poblaciones como la medida que apunta a
desacelerar el crecimiento exponencial de la epidemia. "La vida, tal y como
la conocíamos, ha dado un giro de 180 grados; centros educativos, lugares
de esparcimiento, comercios y hasta la vida social que llevábamos al interior
de los hogares han tenido que dar un frenazo en seco", agrega Luque.
La crisis actual nos está sucediendo a todos como especie, y que las
estrategias de supervivencia necesariamente pasan por comprender que el
apoyo y el cuidado mutuo son esenciales. Por lo tanto, si deseamos
sobreponernos a los múltiples retos que para la salud pública, para la
economía y para el bienestar individual y comunitario, implica la pandemia,
es clave realizar una breve reflexión ética sobre algunos valores cívicos
primordiales.
Solidaridad: Se entiende como el deber de superar nuestros instintos más
primitivos para adoptar una actitud empática y saber ponernos en el lugar
de los demás. "La solidaridad implica fraternidad, empatía y comprensión,
por lo mismo, es fácil ser solidario con las personas a quienes amamos, pero
no es tan fácil serlo con los desconocidos. La solidaridad se da ante todo con
los anónimos", dice Luque.
Compasión: La fraternidad y al altruismo no deben quedar tan solo en
palabras o buenas intenciones, exigen una práctica, una forma de actuación
permanente que conlleve a la virtud  de la compasión y el compromiso 
hacia los otros. La bondad y el desprendimiento requieren un cultivo
permanente y una actuación reiterada que, en crisis como las que nos
afecta, contribuyan a superar la fase puramente instintiva y egoísta de la
propia supervivencia.
Reciprocidad: La reciprocidad exige una preocupación fraterna por el ser
humano y su dignidad. La pandemia urge a repensarnos y a saber —como lo
expresó en su momento Gandhi—, que " el cambio que deseamos ver en el
mundo debemos realizarlo nosotros mismos".[1]
Justicia: Esta situación impone retos importantes en términos de distribuir
con justicia los bienes existentes. El primordial elemento de la redistribución
justa implica la protección al personal de salud con las medidas adecuadas
de bioseguridad y garantías laborales. De igual forma, la equidad implica el
máximo esfuerzo y hasta donde sea posible, redistribuir los propios ingresos
a través de donaciones, propinas generosas, suministro de mercados, pago
de salarios (así el trabajador esté en imposibilidad fáctica de laborar) o
ampliar el cuidado debido a los adultos mayores, entre otras acciones.
Honestidad: Las noticias falsas en las redes sociales, el engaño, la
desinformación o descalificación de los esfuerzos, así como los mensajes
atemorizantes que afectan la salud mental o despiertan los instintos básicos
de supervivencia, van en contravía de los esfuerzos preventivos.  Los actos
de corrupción o malversación de fondos destinados al control o mitigación
de los efectos de la covid-19, representan una absoluta ceguera emocional,
intelectual y moral, frente a lo que está en juego con la pandemia.
Respeto: El acatamiento a las indicaciones que dan las autoridades al igual
que el diálogo, la confianza y el respeto necesarios en las relaciones de
convivencia, son materia prima para mitigar la pandemia. No es admisible
en ninguna circunstancia ejercer coacción, intimidación o violencia ya sea
física, psicológica o sexual, contra nadie y particularmente, contra mujeres,
niños y niñas.
Empatía: La empatía entendida como la capacidad de ponerse en la
situación de quien actúa o piensa diferente, implica una actitud por la cual
se reconoce que los  derechos humanos son universales y mediante la cual
me obligo  al cumplimiento de unos deberes para con el otro. "Por lo mismo,
el estigma y la discriminación atentan contra la salud pública y son casi que
suicidas en estos momentos. ¿Podrá existir mayor falta de empatía que
señalar y segregar a los médicos y profesionales de la salud que se
encargan del cuidado no solo de los desconocidos sino también de familiares
y amigos?", indica Luque.
Responsabilidad: El negar el problema, realizar festejos ignorando las
medidas de aislamiento o movilizarse entre municipios para tomar unos días
de descanso, no reflejan una preocupación real por sí mismo o por el otro.
Los escenarios de desdén por la norma, discriminación, especulación o
injusticia, pueden devolverse como bumerang atentando contra la propia
vida.
Cuidado de sí: La actitud compasiva inicia por el cuidado de sí, entendido
como algo que va más allá del cuidado higiénico de tapabocas, jabones o
desinfectantes. "Citando a Michael Foucault, este cuidado se entiende como
una observancia de sí, donde caben también las meditaciones, las lecturas,
las conversaciones o la correspondencia en la cual uno expone el estado de
su alma; implica un examen de las propias actitudes y comportamientos en
mi relación con el otro, a efectos de combatir los propios defectos. El
cuidado de sí se entiende no como un ejercicio de la soledad, sino como una
práctica social,[2] hoy más necesaria que nunca", finaliza Luque.

VALORES EN LOS ADOLESCENTES

2.3.1 Un ser libre capaza de decir:


El ser humano es libre por naturaleza, la toma de decisiones da rumbo dan rumbo a
su vida. Los adolescentes se encuentran en la etapa en la que en forma consciente
serán capaces de decidir y transformar la naturaleza y las relaciones sociales.
2.3.2 Un ser social:
Ser libre y ser social son factores complementarios, porque el ser humano no se
conforma con sobrevivir, sino que, requiere vivir en sociedad, es decir, somos seres
sociales con necesidades de compartir con otras personas, así como amar y sentirnos
parte de un grupo. Somos capaces de transformar nuestro entorno social.
2.3.3 Un ser histórico:
 
Hablar de nuestra naturaleza humana como un ser histórico, es hablar de los hechos
que se desarrollan todos los días. Es hablar de nuestro pasado, un pasado que
hemos compartido con otras personas. Somos parte de la historia, somos los actores
de la historia.
2.3.4 Un ser con potencial creativo:
 
Los seres humanos podemos desarrollar a plenitud nuestra capacidad de creación,
innovación y transformar el ambiente que nos rodea.
2.3.5 Un ser político:
Expresar nuestra naturaleza humana como un ser político, es participar en la
construcción del bien común y en las formas de organización social. Según Boyer
(2000) lo que llamamos política, aplicado a nuestros círculos cercanos se denomina
ética.
2.3.6 Un ser vivo en un sistema ecológico:
Todos los seres vivos nos beneficiamos de lo que produce la naturaleza, pero sólo el
ser humano es capaza de orientarla y transformarla de manera consciente, a través
del apoyo decidido de hombres y mujeres.
2.3.7 Un ser que se comunica:
Los seres humanos tenemos la capacidad de comunicar nuestros pensamientos y
emociones, tenemos la capacidad de establecer relaciones con la familia o con los
compañeros de la escuela o del trabajo.
2.3.8 Un ser sexuado:
Somos seres sexuados aún antes de nacer, cuando apenas somos una fantasía de
nuestros padres, ya tenemos un sexo, somos hombres o somos mujeres según los
deseos de nuestros padres, y al nacer las características genitales determinan si es
niño o niña.
2.3.9 Un ser individual en una comunidad:
De acuerdo con Pick (2001) una comunidad es el grupo social en el cual además de
compartir un mismo espacio territorial, sus integrantes se hallan ligados por ideas,
sentimientos y actividades semejantes.
2.3.10 Un ciudadano de un país:
Con base a nuestra Constitución Política, el artículo 34 señala que: en nuestro país,
son ciudadanos los varones y las mujeres de una comunidad o pueblo que siendo
mexicanos y teniendo un modo de vivir honesto, hayan cumplido los 18 años de edad.
 2.4 los valores de la convivencia
Todos los seres humanos tenemos la misma dignidad y los mismos derechos y
deberes, por eso nadie puede pretender ser superior o inferior a otro. Gurrola (2004).
Conocer nuestros propios valores es importante, con el propósito de ser constantes
con nuestras decisiones. Conocer nuestros valores nos permite estar prevenidos y
evitar actuar como marionetas, por lo tanto, ser congruentes con nuestros valores nos
va a permitir sentirnos bien con nosotros mismos.
Vázquez (2004) nos señala que la tolerancia, la cooperación, la reciprocidad, la
consideración y la responsabilidad son algunos de los valores cívicos que nos
permiten convivir de mejor manera con los otros.
2.4.1 La libertad
Gurrola (2004) dice que somos libres porque tenemos la capacidad de elegir, de optar
o de decidir de acuerdo con nuestra conveniencia. Sin embargo, la libertad individual
significa compromiso con uno mismo y compromiso con los demás: nuestra libertad
individual acaba donde comienza la de los otros.
2.4.2 La justicia
La justicia tiene que ver mucho con la igualdad, es decir, con elk descubrimiento del
otro como semejante nuestro. La justicia forma parte de todas las relaciones
humanas, porque sirve como criterio para medir si alguien ha obrado o no
correctamente. Ticas (2004).
2.4.3 La igualdad
Gurrola (2004) con una cita de Erich Fromm, nos dice: “No hagas a los otros lo que no
quieras que te hagan a ti” es una de los principios fundamentales de la ética, esta cita
refleja el principio de igualdad que debe existir entre los individuos cuando expresa: lo
que haces a otros te lo haces a ti mismo. Es decir, entre nosotros y los demás existe
una semejanza fundamental que elimina las fronteras de raza, cultura, sexo u otras
que puedan dividirnos: todos somos seres humanos.
2.4.4 La equidad
La equidad, se opone a la discriminación y tiene parecido con la igualdad y la justicia,
porque la equidad es una virtud que nos permite conceder al otro, la misma
oportunidad que tenemos nosotros de intervenir, de opinar o disentir.
2.4.5 El respeto
Ticas (2004). De acuerdo con este autor el respeto es el reconocimiento de la propia
dignidad y de la dignidad de los otros, este es el valor que para los griegos era uno de
los dos más esenciales del arte de convivir (el otro era la justicia), porque poner en
práctica este valor, implica reconocer nuestros derechos como los del resto de
nuestros semejantes.
2.4.6 La tolerancia
Es el respeto que debemos dar a cada quien, es el derecho que tienen las personas
de opinar, de pensamientos, credos e identidad propios, independientemente si
coinciden o no con nuestros ideales.
Conclusión
A pesar de que somos seres humanos libres no podemos hacer cualquier cosa a
nuestro antojo, o ¿sería correcto golpear a una persona que me cae mal? Es posible
que alguien conteste que sí puede golpear a alguien por el simpe hecho de caerle
mal, pero esto no es conveniente, por lo tanto, nuestra libertad no nos permite hacer
todo lo que queremos; es decir, reconocer nuestra libertad requiere de mucho
esfuerzo, requiere de nuestra reflexión para llegar a comprender qué es lo que
queremos y para lograrlo necesitamos una escala de valores propia.
¿Por qué una escala de valores propia? Porque somos seres sociales y necesitamos
vivir de acuerdo con las normas y principios que orientan la convivencia de la
sociedad a la que pertenecemos, las cuales se sustentan en el Artículo 3° de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Estos valores forman parte de las normas principios rectores que necesitamos para la
convivencia en sociedad, también se llaman valores nacionales porque dictan y
regulan las relaciones y formas de vida de los mexicanos y de las mexicanas.
Estos valores se fundamentan en los ideales de la dignidad humana, dan respuesta a
las exigencias de la vida democrática y permiten juzgar como negativos aquellos
actos humanos que violan los derechos de los demás.
Estos valores constituyen el marco de referencia para realización de esta obra, misma
que coadyuvará en la elaboración de nuestra propia escala de valores y demostrar la
importancia de nuestra condición de ser humano con dignidad y poder desarrollar la
capacidad de análisis y de juicio ético.       

También podría gustarte