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"La Bioética consiste en el estudio sistemático de la conducta moral en las ciencias de la vida. Se puede
afirmar que la Bioética es una disciplina nueva y verdaderamente emblemática de nuestra era. Ninguna
otra disciplina o campo de estudio refleja con mayor fidelidad nuestra contemporaneidad.
La medicina y las ciencias de la vida son en nuestra era lo que la religión con sus promesas de salvación fue
en la Edad Media.
El campo de la Bioética abarca los numerosos dilemas éticos generados por la investigación biocientífica y
sus aplicaciones médicas. Es una disciplina paradigmática porque tales dilemas nos obligan a todos a
enfrentarnos con los problemas esenciales de la vida y la muerte:
La gente quiere entender qué es correcto hacer ante un recién nacido con graves malformaciones o un
pariente anciano agonizante, ya que todo el mundo nace y muere, y casi todas la familias tienen algún
problema relacionado con uno u otro extremo de la vida. La Bioética, es un campo de estudio e
investigación que se expande en el mundo y que empezó a cultivarse en los países desarrollados hace
relativamente poco tiempo, cuando los crecientes avances de las biociencias empezaron a plantear un gran
número de nuevos problemas éticos. Pero esos mismos problemas existen ahora en todas partes.
En cualquiera de las principales ciudades del mundo pueden encontrarse centro médicos equipados con las
más modernas y sofisticadas tecnologías. La personas se enfrentan en todas partes con los mismos
problemas éticos relacionados con la experimentación en sujetos humanos.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la medicina alemana proporcionó el modelo para la medicina
moderna. La medicina alemana estaba estrechamente relacionada con la ciencia de laboratorio, de manera
que la medicina clínica tenía que probar la efectividad de sus intervenciones mediante rigurosos
experimentos que implicaban necesariamente la utilización de sujetos humanos. Los abusos cometidos por
los nazis en seres humanos en la investigación médica, provocaron la primera crisis ética moderna y los
primeros llamamientos en favor de una nueva ética médica. El Código de Nüremberg respondió con lo que
llegaría a convertirse en uno de los fundamentos de esta nueva ética: la exigencia de obtener el
consentimiento informado de los participantes.
El consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial. Esto significa que la persona de
que se trate debe tener capacidad legal para prestar su consentimiento; debe estar en condiciones de
escoger libremente, sin la intervención de ningún elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción, abuso de
poder o cualquier otra forma de obligación o coerción; y debe tener suficiente conocimiento y comprensión
de los elementos del problema en cuestión como para poder tomar una decisión informada e inteligente.
Este último elemento exige que antes de aceptar una decisión afirmativa del sujeto de experimentación,
éste sea informado de la naturaleza, duración y propósito del experimento; el método y los medios que van
a utilizarse para su realización; todos los inconvenientes y riesgos razonablemente previsibles; y los efectos
sobre su salud o integridad que pueden resultar de su participación en el experimento.
El imperativo del progreso científico está presente en todos los lugares donde se practica la medicina
contemporánea. Ninguna sociedad puede permitirse el lujo de dejar en manos de los científicos médicos la
tarea de equilibrar los derechos de los pacientes con la necesidad de progresar científicamente. Hay que
desarrollar criterios para regular la investigación en sujetos humanos en todos los lugares donde se
practica la medicina moderna, tanto en los grandes centros médicos del mundo desarrollado como en los
pequeños hospitales comunitarios de los países en vías de desarrollo, donde también se prueban fármacos
y se hacen otros tipos de experimentos. La investigación hizo que se produjeran cambios en la ética médica
y que organizaciones de la salud nacionales e internacionales pusieran interés por la educación y
posteriormente por la supervisión de los profesionales médicos.
La relación entre ciencia y medicina que había empezado a finales del siglo XIX empezó a dar sus frutos en
la segunda mitad del siglo XX en forma de nuevos medicamentos, máquinas de hemodiálisis, técnicas de
trasplante de órganos, sistemas de soporte vital, técnicas de alimentación artificial, unidades de cuidados
intensivos, intervenciones quirúrgicas salvadoras, etc. Sin embargo, con cada nuevo avance aparecieron
nuevos problema éticos.
Todo ejercicio profesional autorizado socialmente, y especialmente el ejercicio de la medicina, lleva
aparejada una responsabilidad pública. El derecho a practicar la medicina implica restricciones morales
tanto internas como externas. A medida que las intervenciones médicas fueron siendo más poderosas, los
problemas éticos relacionados con la práctica médica proliferaron. La lista de las cosas que los médicos
podían hacer por sus pacientes fue aumentando al mismo tiempo que la invasividad de sus intervenciones.
Cada intervención suscitaba micro problemas. Los macro problemas planteados por la relación entre
tecnología y vida humana también tenían que tratarse. Tanto en los países desarrollados como en los países
en vías de desarrollo, los médicos se vieron impulsados a actualizar sus códigos éticos. Al principio, los
médicos no desempeñaron un papel muy importante en el desarrollo de la Bioética, pero posteriormente
empezaron a contribuir al campo.
La Bioética no es sólo un nuevo campo de estudio. Cuando los problemas creados por la experimentación o
la práctica clínica no podían resolverse entre el médico, el paciente y su familia, se llevaban a los tribunales.
Los primeros casos legales implicaban situaciones trágicas en pacientes agonizantes. Las familias y los
empleados del hospital no estaban de acuerdo sobre la retirada de tecnologías de soporte vital, por lo que
hubo que recurrir a los tribunales para que resolvieran ellos el conflicto. Las decisiones de los tribunales
poco a poco fueron creando jurisprudencia o interpretaciones de la ley que crearon criterios sobre Bioética.
En Europa y Norteamérica el derecho adoptó muchas posturas que provenían de la ética. Durante siglos, la
teología moral católica había sostenido que los pacientes tenían derecho a rechazar cualquier tratamiento,
incluso cuando éste era necesario para mantener la vida, si era costoso, arriesgado, caro o, en el lenguaje
de la ética teológica, "extraordinario". Esta postura se mantuvo en leyes orgánicas y ante los tribunales
judiciales. Pero esta influencia fue recíproca. Los bioeticistas seculares y religiosos adoptaron criterios para
la toma de decisiones que provenían del derecho:
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6. Principios éticos
La única ética posible es hacer el bien.
(William Burroughs)
La ética de las profesiones, inspirándose en la Los principios
bioética, ha venido sustentándose en unos éticos son
principios fundamentales: el de beneficencia, el constitutivos de
de autonomía, el de justicia y el de no la vida humana.
maleficencia. Cada uno de ellos se hace
inteligible y legítimo cuando se entiende como
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10. Conclusiones
Hemos querido ofrecer una reflexión sobre
el imparable envejecimiento de la población, no
como una desgracia sino como un éxito debido a
las mejores condiciones en las que se envejece,
los avances médicos y farmacológicos y la toma
de conciencia de vivir sano, que se ha impuesto
Es necesaria una en las últimas décadas. Pero esto lleva consigo
respuesta también la aparición de debilidades que
conjunta al requieren de unas respuestas por parte de los
envejecimiento de poderes públicos, la ciudadanía en general y las
la población por personas en particular, para dar respuesta a las
parte de los necesidades existentes a consecuencia de este
poderes públicos
envejecimiento.
y la ciudadanía.
Los cuidados han de ser prestados con
calidad y calidez por parte de las personas que los
llevan a cabo, haciendo la vida más fácil a
quienes la tienen complicada por crecientes
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voluntarios y enfermeras, los que con frecuen- Para el Dr. Gustavo G. De Simone, en el
cia limitaban la participación de los médicos. texto El final de la vida: situaciones clínicas
En la mayoría de los países desarrolla- y cuestionamientos éticos, es posible hablar
dos el movimiento hospice, así como los pri- el día de hoy de medicina preventiva, curati-
meros pasos dados por la medicina paliati- va y posventiva. Es en este último género que
va, se encontraron con la resistencia de los se inscribe la medicina paliativa, así como
oncólogos y con la indiferencia de los todas aquellas prácticas terapéuticas orienta-
estamentos médicos. Actitudes reforzadas, en das al aumento de la calidad de vida.
el caso particular de los Estados Unidos, por Sin embargo, al igual que lo plantea el Dr.
las empresas aseguradoras, las que conside- Twycross, la actitud paliativa también puede
raban la oferta de cuidados paliativos como desembocar en la medicalización de la muer-
una pérdida de ingresos para los médicos y te, es decir, en el tratamiento de ésta como un
para los hospitales. Ciertos prejuicios y re- problema técnico-tanatológico, en vez de un
sistencias aún persisten a pesar que en la ac- drama íntimo y existencial. Este riesgo vuelve
tualidad los cuidados paliativos en Estados urgente la adopción de un enfoque antropoló-
Unidos son por ley un componente de los gico y personalizado que permita considerar el
programas de las aseguradoras de salud. sufrimiento, el dolor y la muerte como expe-
Desde el punto de vista de la historia de la riencias vitales dignas de ser vividas. Este en-
medicina, la decisión de limitar la terapia cu- foque permite develar el carácter injustificado
rativa y ofrecer cuidados paliativos es una de- de las propuestas —alejadas de la más pura
cisión crucial: los intentos por curar lo incura- tradición hipocrática— que pretenden justifi-
ble no van en el mejor interés del paciente. La car y alentar aun, abiertamente, la eliminación
actitud de la OMS respecto de estos cuidados, sistemática de personas moribundas.
desde mediados los años ochenta, ha sido, por En los hechos, la Medicina Paliativa, im-
otra parte, fundamental para instaurar y legiti- pulsando la formación de profesionales que
mar el desarrollo de la medicina paliativa. combinen actitudes humanitarias con apti-
tudes científicas, constituye un cuestiona-
El desarrollo creciente en el mundo de los
miento del modelo positivista puesto que
cuidados paliativos ha despertado en algunos
conduce al reconocimiento que el arsenal téc-
el temor que se convierta en una “técnica” más
nico disponible no garantiza el éxito del acto
en el contexto de una medicina altamente
médico. Los pacientes terminales son la
tecnificada; una técnica gracias a la cual los
“prueba” que el conocimiento experto sobre
profesionales puedan nuevamente esconderse
una determinada entidad nosológica no al-
y ejercer nuevos “poderes”. Este peligro pue-
canza para comprender a la totalidad de la
de evitarse si la medicina paliativa continúa
persona que enferma, sufre y muere.
siendo una forma de acompañamiento de pro-
fesionales calificados respecto de quienes mue- El desarrollo constante de la Medicina Pa-
ren. Manteniendo el imperativo de procurar una liativa permite acumular una serie de “certe-
atención personalizada, reconociendo el espa- zas” e identificar ciertos problemas y desa-
cio social, cultural, psicológico, espiritual y fí- fíos que merecen ser abordados de manera
sico en el cual se encuentran los pacientes, es urgente, tales como:
necesario intentar irradiar vida y alegría en Carece de sustento la idea que la informa-
medio de la muerte y de la angustia, a través ción a los pacientes terminales sobre su situa-
de actividades muy a ras de tierra, que tienen ción genera depresión severa o constituye sim-
su origen en la compasión humana práctica, plemente un prejuicio. La llamada “conspira-
como son los cuidados de enfermería, el ma- ción del silencio”, equivalente a un pacto del
nejo de los síntomas y el apoyo psicológico. profesional con la familia para no informar al
paciente, trae más problemas que beneficios.
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problemática planteada por los pacientes en ción total del hombre con el mundo. En el
la etapa final de su vida, dificultando al mis- marco de la psiquiatría el dolor como sínto-
mo tiempo la comprensión del verdadero pa- ma es la pantalla donde se dibuja la búsque-
pel de la libertad personal frente a la muerte. da obstinada de amor y reconocimiento. En
La medicina paliativa puede representar la actualidad es común la presencia de indi-
un profundo cambio en la cultura médica viduos que han sufrido un accidente laboral
contemporánea, en la medida que se respe- y que persisten con dolores más allá de la
ten la importancia y la relevancia de a lo convicción clínica de que no tienen nada or-
menos cinco principios éticos presentes en gánico comprometido. Son “paranoias del
el morir, tales como; el principio de veraci- cuerpo”, como las definió Roa.
dad; el principio de proporcionalidad tera- El dolor es múltiple, garantía de una rei-
péutica; el principio del doble efecto en el vindicación, sustituto de amor para paliar la
manejo del dolor y la supresión de la con- ausencia, modo de expiación, medio de pre-
ciencia; el principio de prevención; y, el prin- sión. En la medida en que el cuerpo y el dolor
cipio de no-abandono. no escapan a la construcción social y cultural
El Dr. Reinaldo Bustos en Elementos para es constatable la eficacia simbólica del efecto
una antropología del dolor: el aporte de Da- placebo, como prueba que la realidad corpo-
vid Le Breton, aborda la relación entre dolor y ral se enraíza en el corazón de un mundo sim-
antropología, partiendo del enunciado, que se bólico y cultural. En realidad el placebo se
sostiene en una serie de trabajos sociológicos, localiza en el centro del vínculo social, donde
que existe una probada influencia de la cultura el dolor es una caja de resonancia de signifi-
en la percepción y manifestación del dolor. La caciones personales y sociales.
determinación cultural del dolor no impide afir- La relación del dolor y del sufrimiento
mar al mismo tiempo que la experiencia del con la cultura se expresa también en la “bús-
dolor es siempre singular. El umbral de sensi- queda” de la cultura para conferir un sentido
bilidad de cada individuo es diferente. a estas experiencias colectivas y singulares.
La anatomía o la fisiología, frente a la in- Ello explica lo que afirma el Dr. Bustos cuan-
fluencia cultural y a la singularidad de la ex- do señala que el dolor se construye social-
periencia del dolor, no poseen la capacidad mente y se ritualiza socialmente.
de explicar las diferencias o variaciones cul- La modernidad en la medida que conci-
turales, sociales, personales o de circunstan- be el dolor sólo como un anacronismo y
cias que afectan a un individuo con ocasión vehicula la fantasía de su supresión total
de un acontecimiento doloroso. El dolor es el induce de forma imperceptible una indife-
producto de un contexto y se encuentra ínti- rencia por la vida.
mamente relacionado con la socialización. De Finalmente, el Dr. Otto Dorr Zegers, en su
hecho la investigación contemporánea, pro- texto La muerte y el suicido en la poesía de R.
ducto de la colaboración entre médicos y cien- M. Rilke aborda la temática del suicidio, el cual
tíficos sociales, hace justicia a la compleji- se comprende como la interrupción violenta del
dad del fenómeno doloroso mostrando que proceso natural que es el morir. La muerte es
entre el estímulo que lo provoca y el dolor el fin de la vida, pero no al modo de un termi-
experimentado existen numerosos filtros, que nar cualquiera, como termina un camino o una
disminuyen o acentúan su intensidad. melodía, por cuanto la muerte pertenece a la
El dolor induce en cada sujeto una meta- vida. No hay vida sin muerte, porque ésta nos
morfosis, explicita la impotencia y la fragi- da, entre otras cosas, la posibilidad del tiempo.
lidad, no sólo altera la relación con el cuer-
po sino que termina contaminando la rela-
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Rilke aborda esta temática por medio de en este mundo, pero al mismo tiempo, como
poemas y elegías. A través de éstas se mani- lo que le da sentido. En el libro “Cartas a
fiesta la idea que nuestra “misión” de huma- una amiga veneciana” Rilke afirma: “Hay
nos es salvar las cosas gracias a las palabras, que aprender a morir. En eso consiste la vida,
dándoles un sentido, eternizándolas. El poe- en preparar con tiempo la obra maestra de
ta considera que lo único que podemos lle- una muerte noble y suprema, una muerte en
varnos al más allá es un extraño equipaje sólo la que el azar no tome parte, una muerte con-
compuesto por dos elementos: el sufrimien- sumada, feliz y entusiasta, como sólo los
to y el amor. santos supieron concebirla...”
El suicido perturba profundamente a Rilke El Dr. Otto Dorr termina afirmando que
puesto que significa desconocer el valor del la lucidez del poeta puede ayudar a los mé-
sufrimiento y del amor, más aún, implica des- dicos que deben asistir a los enfermos ter-
conocer la permanente posibilidad de alegría minales, puesto que, aun cuando todavía no
que se esconde detrás del dolor. En el momen- seamos “terminales”, desde que fuimos cons-
to menos pensado el sufrimiento se invierte, cientes de lo que significa nuestra profesión
dando paso al consuelo y aun a la felicidad. hemos tenido que acostumbrarnos a la idea
El fin de la vida es la muerte en un doble de que pertenece esencialmente a nuestra
sentido: como término de nuestra existencia condición humana el vivir desahuciados.
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En ese mismo período se abrieron en Lon- mente morfina y diapomorfina— para ali-
dres otros hogares, incluyendo el hospicio viar el dolor severo relacionado al cáncer.
St. Columba, en 1885, el Hostal de Dios, en Para la antigua graduada en inglés de Oxford,
1892, y el St. Luke‘s Home para pobres mo- fue necesario estudiar ciencias e ingresar a
ribundos, en 1893. la escuela de Medicina. Después de recibir-
El St. Luke’s Home fue el único fundado se, Dr. Saunders se convirtió en la primera
por un médico, el Dr. Howard Barret. De doctora de tiempo completo que trabajó en
todos estos hogares, el del Dr. Barret era, en el hospicio St. Joseph, donde introdujo el uso
principio, el más similar a los “hospicios regular de analgésicos orales a horarios en
modernos”, lleno de un interés particular y vez del uso de inyecciones a demanda (o
personal por los pacientes. El Dr. Barret dejó PRN). También desarrolló otros aspectos del
una serie de Reportes Anuales, en los que manejo de síntomas y comenzó a planear su
escribe no de “los pobres” o de “los mori- propio hospicio.
bundos” en general, sino de personas indivi- El hospicio St. Christopher se abrió en
duales y de sus desoladas familias, que que- 1967, al sur de Londres, con 54 camas y aco-
daban en la casa sin apoyo. Posteriormente, modación adicional para 16 personas ancia-
en 1911, Douglas Macmillan, un empleado nas frágiles. Atrajo mucho interés desde el
civil, fundó la National Society for Cancer exterior y pronto se convirtió en el punto de
Relief, que concede donaciones económicas encuentro para un movimiento de protesta
a familias de pacientes cancerosos moribun- que anhelaba un mejor trato para los mori-
dos en sus casas, permitiéndoles acceder a bundos, rechazados por un sistema de salud
ciertas medidas de confort extra como fra- que a mediados del siglo XX se había deja-
zadas, calefactores y comida. do seducir progresivamente por el glamour
de las terapias curativas y el resplandor de la
alta tecnología.
c) Hospicio St. Christopher
Quizás el siguiente evento con más sig-
d) Evolución posterior
nificado fue el creciente interés de una asis-
tente social en las necesidades de los pacien- Debido a que la gente con SIDA tiene fre-
tes moribundos del hospital St. Thomas, en cuentemente necesidades físicas y no-físicas
Londres. Su nombre era Cicely Saunders y diferentes, en muchas ciudades se han esta-
su interés había sido gatillado en 1948 por blecido servicios de cuidados paliativos se-
su encuentro con David Tasma, un judío re- parados para ellos. Sin embargo, en la ma-
fugiado de Polonia que estaba muriendo de yoría de los establecimientos la atención de
cáncer. Juntos habían discutido sobre el tipo los pacientes con SIDA se realiza junto a los
de institución que mejor podría satisfacer sus pacientes con cáncer. Un número creciente
necesidades. Además del alivio del dolor, él de hospicios está atendiendo también a pa-
quería la “cercanía de alguien que lo consi- cientes en estadios terminales de enferme-
derara como persona”. Este paciente le dejó dades respiratorias, cardíacas y renales, a
a Cicely la suma de 500 libras esterlinas en pesar de que los números son todavía relati-
herencia “para ser una ventana en tu hogar”. vamente pequeños.
El camino desde 1948 a 1967 fue largo y Desde mediados de 1980 se han estable-
duro. Cicely Saunders trabajó por las tardes cido varios hospicios para niños. El primero
como enfermera voluntaria en el St. Lukes de ellos fue la Helen House, situada en el
Home durante 7 años. Mientras estaba allí, terreno de un convento de Oxford. Se cons-
aprendió el valor de utilizar opioides fuertes truyó como resultado del entusiasmo y com-
por vía oral en esquema horario —especial- promiso de la Hermana Francisca Domini-
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ca, entonces Madre Superiora de la Orden. la mayoría de los hospicios proveen solamen-
Los hospicios de niños son muy distintos a te apoyo para la atención domiciliaria. Ade-
los de adultos. Generalmente tienen sólo más, mientras que el director médico de un
ocho camas y mayores facilidades para los hospicio en Inglaterra es generalmente un
miembros de la familia. Muchos de los ni- médico de jornada completa (o casi comple-
ños tienen enfermedades neurológicas ta), en Estados Unidos el director médico ha-
degenerativas, frecuentemente asociadas a bitualmente tiene una jornada parcial y al-
alteraciones metabólicas congénitas. La ma- gunas veces meramente nominal. De hecho,
yoría de las internaciones están destinadas a el ethos del movimiento hospice en Estados
conceder un descanso a la familia y se repi- Unidos fue inicialmente y durante muchos
ten a intervalos regulares cada 2 a 3 meses, años prevalentemente anti-médico. A fines
durante algunos o incluso muchos años. El de los ‘70 y comienzos de los ‘80, el movi-
número de defunciones por año es relativa- miento hospice en los Estados Unidos era
mente pequeño. En contraste con los adul- una organización popular, comunitaria, diri-
tos, los niños con leucemia o con cáncer que gida por voluntarios y enfermeras, que con
no se curan son mantenidos en los servicios frecuencia desincentivaban o limitaban la
especializados (pediatría) de los grandes participación de los médicos.
hospitales, ofreciendo una atención extendi- Esta reacción inicial se debió parcialmen-
da a la casa cuando se desea y siempre que te a que las enfermeras fueron más rápidas
sea posible. en captar la visión de los hospicios y tam-
La Asociación de Medicina Paliativa de bién en parte a que el cuerpo médico adoptó
Gran Bretaña e Irlanda se formó en 1985 y generalmente una postura contraria. En los
dos años más tarde el Reino Unido se con- Estados Unidos, la atención de salud se basa
virtió en el primer país en reconocer la Me- mayoritariamente en empresas aseguradoras,
dicina Paliativa como especialidad médica. existiendo un considerable desincentivo eco-
Todas las escuelas de enfermería y medicina nómico tanto para los médicos como para
del Reino Unido incluyen los cuidados pa- los hospitales, ya que inicialmente la aten-
liativos como parte de su currículo. También ción en hospicios no era cubierta por los se-
se han establecido programas de postgrado guros. Esto significaba que ofrecer cuidados
en cuidados paliativos, que incluyen varios paliativos a un paciente suponía una pérdida
diplomados y cursos conducentes a grados de ingresos para los médicos y para los hos-
académicos. pitales cuando el paciente necesitaba ser in-
ternado. A pesar de que en la actualidad los
cuidados paliativos son por ley un compo-
Desarrollo internacional
nente de los programas de las aseguradoras
a) Estados Unidos de Norteamérica de salud, las antiguas actitudes y prejuicios
La influencia de Cicely Saunders se ex- aún persisten. Parte de la reticencia de los
tendió progresivamente a otros países y su médicos americanos para aceptar la Medici-
“llama” fue tomada y llevada a la práctica na Paliativa parece venir de la reticencia que
por un ejército de entusiastas de segunda y tiene la American Medical Asociation a re-
tercera generación. Inevitable, pero acerta- conocer los logros realizados por el movi-
damente, lo que se ha desarrollado ha sido miento hospice en Estados Unidos durante
con frecuencia sustancialmente distinto del los últimos 20 años. En la actualidad, cerca
modelo británico. En Estados Unidos, a pe- de 2000 hospicios están afiliados a la
sar del desarrollo temprano de un servicio American National Hospice Organization.
de internación en el hospicio de Connecticut,
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te. Sin embargo, el personal de los hospicios joría cognitiva después de retirar la
generalmente opina que la deshidratación pue- hidratación.
de ser beneficiosa, mientras que la hidratación Entre las indicaciones para rehidratar es-
puede ser incluso perjudicial. Se afirma, así, taría que el paciente sienta sequedad de boca
que con la deshidratación el volumen urinario a pesar de un buen cuidado oral. La sequedad
disminuye, existiendo menos necesidad de ori- oral es común en los pacientes con cáncer y
nar o cateterizar la vía urinaria y menos episo- no se relaciona sólo con la deshidratación, sino
dios de “cama mojada”. Se dice que la reduc- también con otras causas como las drogas, las
ción de las secreciones pulmonares disminui- infecciones orales, la radioterapia local, la
ría la tos, las sensaciones de asfixia y ahogo y oxigenoterapia y la respiración bucal. Por tan-
la necesidad de aspiraciones de la vía aérea. to, es improbable que la sola hidratación arti-
Asimismo, la disminución de las secreciones ficial resuelva el síntoma de sequedad bucal
gastrointestinales resulta en menos episodios en la mayoría de los pacientes. Por otro lado,
de vómitos en pacientes con obstrucción intes- la sequedad de boca puede ser aliviada en gran
tinal. El dolor también puede disminuir a cau- medida por una higiene oral cuidadosa y con
sa de una reducción del edema que rodea las la administración de 1 - 2 ml. de agua me-
masas tumorales. diante una pipeta o jeringa en la cavidad oral
La hidratación endovenosa también tiene cada 30 a 60 minutos.
efectos psicosociales negativos, pues la infu-
sión actúa como una barrera entre el paciente
Rehabilitación
y su familia. Es más difícil abrazar al cónyu-
ge que está conectado a un tubo plástico, y A pesar de que para los extraños resulte
los médicos y enfermeras tienden a distraerse probablemente sorprendente, la rehabilitación
de los aspectos más humanos de la atención es una parte integral de la Medicina Paliativa.
por controlar el balance de fluidos y la quími- Muchos de los pacientes terminales están res-
ca sanguínea. Con frecuencia, la familia se tringidos innecesariamente, con frecuencia
angustia cuando los pacientes próximos a la por parte de sus mismos familiares, incluso
muerte disminuyen drásticamente su ingesta aunque sean capaces de un mayor grado de
oral. Hay que establecer, entonces, cuáles son actividad e independencia. El potencial máxi-
sus sentimientos hacia la terapia endovenosa mo de un paciente sólo se alcanzará si se ali-
y el significado que le atribuyen, para expli- vian los síntomas molestos y si un médico
carles la racionalidad de discontinuar esa te- dedicado lo anima amablemente.
rapia. La decisión acerca de la conveniencia No todos los médicos aprecian las oportu-
de rehidratar debe centrarse más en el confort nidades de rehabilitación que existen en pacien-
del paciente que en el objetivo de proveer una tes con cáncer avanzado. Esto se debe, en par-
óptima nutrición e hidratación. te, a la inexperiencia que ellos tienen en cuida-
Por otro lado hay quienes afirman que la dos paliativos, pero posiblemente también a las
administración de fluidos por vía hipodér- actitudes excesivamente negativas que aún
mica (500-1500 ml/24hrs.) evita muchas de existen en relación al cáncer. Se puede vivir 5
las objeciones que se hacen a los otros mé- o más años con metástasis óseas de un cáncer
todos de hidratación. Sin embargo, hasta la de mama. La hormonoterapia puede cambiar
fecha no hay evidencia de que la rehidrata- radicalmente el pronóstico de un paciente con
ción logre que los pacientes estén general- cáncer de próstata diseminado recientemente
mente más confortables. Se ha reportado que diagnosticado. La sobrevida media después del
los fluidos hipodérmicos podrían aliviar el diagnóstico de un cáncer de páncreas puede
delirio en algunos pacientes moribundos. Por ser menor a 6 meses, pero eso significa que la
otro lado, también se ha reportado una me- mitad de los pacientes vivirá más que eso y
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unos pocos incluso mucho más. Además, el cos y enfermeras que trabajan en Medicina
solo alivio de los síntomas puede producir una Paliativa proponían significativamente más
considerable mejoría a corto plazo. metas a sus pacientes que sus contrapartes
Como ya se ha dicho, en muchas unida- en un hospital general. Pero la esperanza tam-
des de cuidados paliativos alrededor del 50% bién está relacionada con otros aspectos de
de los pacientes admitidos por primera vez la vida y de las relaciones personales (Tabla
son dados de alta hacia su casa con sus fa- 1). La comunicación de verdades dolorosas
miliares. Ello muestra que el objetivo de los no tiene por qué ser equivalente a destruir la
cuidados paliativos de proveer un sistema de esperanza; la esperanza de la recuperación
soporte que ayude a los pacientes a vivir lo puede ser reemplazada por una esperanza
más activa y creativamente posible hasta la alternativa. En los pacientes próximos a la
muerte, no es un sentimiento vacío. El con- muerte la esperanza tiende a centrarse en:
cepto de que se puede vivir con cáncer hasta
que sobrevenga la muerte es aún extraño para • En el ser más que en el lograr;
muchos de los pacientes y sus familiares,
• Las relaciones con otros;
pero también lo es para muchos médicos y
enfermeras. El cáncer es un espectro de alte- • La relación con Dios o con un “ser supe-
raciones e incluso cuando es curable las ta- rior”.
sas de progresión pueden variar.
No obstante, no todas las unidades de cui- Es posible, por tanto, que la esperanza
dados paliativos adoptan un enfoque aumente cuando una persona se aproxima a
rehabilitador en el cuidado de los pacientes. la muerte, siempre que se mantengan una
Algunas asumen un enfoque sobreprotector, atención y un confort satisfactorios. Cuando
tendiendo a mantener hospitalizaciones más queda poco que esperar, aún se puede espe-
prolongadas y menos altas. En otras, en cam- rar no ser dejado solo a la hora de morir, y
bio, se fomenta la independencia de los pa- morir en paz.
cientes.
En el mejor de los casos, la Medicina Acompañamiento calificado
Paliativa estimula a los pacientes a ser crea-
tivos, restaurando o mejorando así su Algunos han expresado temor de que la
autoestima. El énfasis en “hacer” en vez de Medicina Paliativa se convierta en una “téc-
“ser atendido” ayuda a los pacientes a vivir nica” más dentro de la gran corriente de me-
y a morir como personas. En muchos casos, dicina altamente tecnificada; una técnica tras
un estímulo amable e imaginativo es todo lo la cual los profesionales puedan esconderse
que se necesita para que un paciente inicie y a través de la que puedan ejercer “poder”.
una actividad que lo lleve a un sentimiento Este peligro se puede evitar si la Medicina
de mayor bienestar. Consecuente con ello, Paliativa continúa siendo una forma de
algunas unidades de cuidados paliativos es- acompañamiento: el acompañamiento de
timulan la creatividad a través de la escritu- profesionales calificados a aquellos que es-
ra de poemas y del arte en general. tán muriendo.
En las crisis todos necesitamos compa-
ñía. Al morir necesitamos una compañía que
Esperanza pueda explicarnos por qué tenemos dolor,
Crear metas realistas con los pacientes es dificultad para respirar, constipación, debi-
una forma de restablecer y mantener su es- lidad, etc.; alguien que pueda explicarnos en
peranza. En un estudio se vio que los médi- términos simples lo que está sucediendo. La
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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
explicación es clave en la terapia, pues re- Una enfermera observó que hay dos ti-
duce psicológicamente la magnitud de la en- pos de médicos: “Médicos al lado de la cama,
fermedad y de los síntomas. La situación deja que se interesan por el paciente y médicos a
de estar rodeada de un total misterio cuando los pies de la cama, que se interesan por la
hay alguien que puede explicar lo que está condición del paciente”. Desafortunadamen-
pasando. Eso es tranquilizador. te, muchos médicos usan “comportamientos
La gente suele comentar a las personas que distanciadores” específicos cuando tratan
trabajan en cuidados paliativos: “Supongo que con sus pacientes. Los médicos necesitarían
ustedes se endurecen con el tiempo y desa- modificar su comportamiento si quieren ser
rrollan un muro protector”. La respuesta es un verdadero apoyo para los pacientes mo-
un enfático: “¡No!” Obviamente, el médico y ribundos y sus familias. Es necesario apren-
la enfermera paliativistas están más familia- der a “escuchar activamente” para facilitar
rizados con los muchos y variados desafíos la expresión de las emociones negativas y
que impone una enfermedad terminal y ad- de los temores. Una forma de abrir la puerta
quieren así una cierta confianza. Sin embar- a las preocupaciones no expresadas del pa-
go, eso no es lo mismo que endurecerse. En ciente es plantear preguntas abiertas, como
muchos casos la verdad es justamente lo con- por ejemplo: “¿cómo está hoy?”, “¿cómo ha
trario: a medida que pasan los años se sienten estado desde la última vez que nos vimos?”,
cada vez más vulnerables. La Medicina Pa- “¿cómo ha reaccionado su familia ante la
liativa es, y siempre será, extremadamente enfermedad?”.
demandante de los recursos emocionales de
los prestadores de salud. Es difícil decirle a Hacia una atención totalmente
un paciente: “Sí, es cáncer” o “ Sí, parece que personalizada
la enfermedad está ganando”. Y especialmente
difícil cuando el paciente tiene 16 ó 26 años. El alivio del dolor y de los otros sínto-
Incluso a los 76 u 86, no es fácil. De hecho si mas angustiosos es considerado, con razón,
alguna vez parece fácil el médico puede estar el fin primario de la Medicina Paliativa. Allí
seguro de que ya no está siendo de mucha donde se ha introducido la Medicina Paliati-
utilidad para sus pacientes. va, la expertise en el manejo de los síntomas
Cómo una persona puede brindar apoyo a ha significado que los pacientes puedan es-
otra es en última instancia un misterio. La in- perar estar prácticamente libres de dolor.
vestigación en el campo del consejo ha mos- También se puede esperar un alto grado de
trado que para que una relación terapéutica alivio de muchos otros síntomas. Sin embar-
sea lo máximo de beneficiosa es necesario que go, al no estar distraídos y agotados por un
el terapeuta manifieste empatía, calidez y dolor no aliviado, los pacientes pueden ex-
autenticidad. Debe enfatizarse, además, el va- perimentar mayor angustia emocional y es-
lor del contacto físico. En Anatomía de una piritual cuando contemplan la proximidad de
enfermedad el autor escribe sobre: su muerte. Son pocos los que hacen esto con
equilibrio; la mayoría se defiende a sí mis-
“el total vacío creado por la añoranza mos psicológicamente de diversas formas; y
inerradicable, persistente y recurrente de algunos se ven sobrepasados por la angus-
un contacto humano cálido. Una sonrisa tia, la rabia o el miedo a lo que les está pa-
cariñosa y un apretón de manos tenían sando. En consecuencia, se ha sugerido que
más valor incluso que las ofertas de la un hospicio es un “lugar seguro para sufrir”.
ciencia moderna, pero estas últimas eran Los pacientes deben saber que la confusión
mucho más asequibles que lo primero”. y la angustia son un signo de que están ex-
perimentando una reacción de ajuste mayor
41
Medicina Paliativa: Filosofía y Consideraciones Éticas - R. Twycross
y no de que se están volviendo locos, ya que “¿He vivido una buena vida?”
el miedo a la locura con frecuencia supera al “Nunca le he hecho daño a nadie”
miedo a la muerte.
“¿Por qué me ocurre esto a mí?”
Es necesario ofrecer una atención total-
“¿Qué he hecho para merecer esto?”
mente personalizada (Tabla 3). El equipo
debe procurar ayudar a que el paciente dé lo
mejor de sí, según su personalidad, su fami- Sólo una pequeña minoría conversa so-
lia, su cultura, sus creencias, su edad, su en- bre estos temas con su médico. Sin embar-
fermedad, sus síntomas, sus ansiedades y sus go, la mayoría lo hace con una enfermera,
temores. Es necesaria la flexibilidad; hay que una asistente social o con parientes o ami-
saber encontrar a los pacientes allí donde se gos cercanos. La gente es muy perceptiva y
encuentran social, cultural, psicológica, es- es poco probable que los pacientes
piritual y físicamente. No existe algo así involucren al personal de salud si sienten que
como el paciente moribundo típico. la comunicación a este nivel puede causar-
les disconfort.
Lo “espiritual” abarca la esencia de lo que
Aspectos espirituales del cuidado
significa ser humano; incluye aquellas ex-
Históricamente, los hospicios modernos periencias de la vida humana que trascien-
tienen su raíz en la fe cristiana, aunque en la den los fenómenos sensibles. Con frecuen-
práctica debería decirse más ampliamente: cia estas experiencias dan origen a reflexio-
en el teísmo. El compromiso de los judíos nes teológicas, respuestas religiosas y creen-
ha sido evidente desde los primeros momen- cias éticas. Muchas de las características de
tos y ahora existe también una asociación de la “casa de los hospicios” (Fig.1) se relacio-
hospicios budista. El trabajo con los mori- nan con la dimensión espiritual del hombre:
bundos exige fe en la vida. Esto es verdad aceptación, afirmación, belleza, creatividad.
tanto si ella se expresa como si no. Se esti- Aquellos que se acercan al final de su vida a
ma que la vida tiene un sentido y un propó- menudo tienen necesidad de perdón y de re-
sito aun durante una enfermedad terminal. conciliación; de restablecer “buenas relacio-
Esta convicción se manifiesta más en las nes”.
actitudes y acciones que en las palabras; más
en el modo de responder a los moribundos y
cuidar de ellos, que en lo que decimos. Trabajo en equipo
Se ha escrito mucho sobre las necesida- El trabajo en equipo es un componente
des emocionales de los moribundos; pero esencial de la Medicina Paliativa. Trabajo en
mucho menos sobre los aspectos espiritua- equipo significa práctica integrada. Sin em-
les de su atención. Sin embargo, la vida hu- bargo, sería ingenuo juntar un grupo de per-
mana no está gobernada simplemente por sonas altamente diversas y esperar que por
instintos y hormonas. Los deseos humanos el solo hecho de llamarlo equipo funcionara
se extienden más allá de las necesidades bá- como tal. Así como existe la ciencia del ma-
sicas de comida, confort y compañía. La gen- nejo de los síntomas y el apoyo psicosocial,
te se cuestiona; y las criaturas que se cues- así existe también una ciencia del trabajo en
tionan, preguntan: “¿por qué?” Como dice equipo. El trabajo en equipo implica coordi-
Nietzsche, “aquel que tiene por qué vivir nación de esfuerzos; facilita la identificación
puede soportar casi cualquier cómo”. Cuan- de los recursos disponibles y evita la dupli-
do está muriendo, mucha gente se cuestiona cación estéril. En Medicina Paliativa, el nú-
su vida por primera vez: cleo del equipo generalmente está dado por
una enfermera, un médico, una asistente so-
42
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
cial y un clérigo. A pesar de que cada profe- cias establecidas. En relación a la evolución
sión tiene una contribución específica que de la Medicina Paliativa en el Reino Unido
hacer, inevitablemente existen áreas de so- durante los últimos 25 años, Dame Cicely
breposición. Esto es especialmente válido Saunders fue claramente una influencia ca-
con la enfermería y la medicina. La rismática inicial, que fue replicada subse-
“difuminación de los roles” es una caracte- cuentemente por liderazgos similares en otras
rística inevitable del trabajo en equipo; tam- localidades:
bién lo es el conflicto y la necesidad de ma- El liderazgo inherentemente carismático
nejarlo en forma constructiva y creativa. e inestable, es lo que no tiene una “ma-
Tener una meta común unifica. Pero aun- quinaria” organizada a su disposición y
que pueda ser fácil coincidir en el objetivo cuyo poder no ha sido ganado a través de
general de alcanzar la mejor calidad de vida procedimientos institucionales... Esen-
posible para la persona moribunda, el con- cialmente creativo e intromisor, promue-
senso acerca de lo que constituye una buena ve una nueva orientación valórica, que
calidad de vida es más difícil de alcanzar. choca inevitablemente con la existente....
No obstante, una ventaja del trabajo en equi- Según Weber, el liderazgo puede perma-
po es que la situación del paciente puede ser necer carismático solamente mientras el
percibida de un modo más global que lo que número de seguidores es pequeño, es de-
generalmente ocurre en el caso de profesio- cir, al comienzo de un movimiento exi-
nales aislados. toso. Cuando se expone a la vida diaria,
Cuando el personal de un hospicio funcio- los movimientos carismáticos se ven con-
na bien como equipo, juntando sus habili- frontados inevitablemente con la necesi-
dades y recursos —cuidando unos de otros, dad de crear una maquinaria administra-
así como también de los pacientes y sus tiva, con la adquisición de fondos y con
familias— parece existir un sentimiento el problema de la sucesión, y así comien-
de rectitud; una especie de alegría y de za el proceso de rutinización.
plenitud que muy raramente se encuentran ¿Estará pasando la Medicina Paliativa
en los lugares de trabajo hoy en día. desde la influencia creativa e innovadora del
carisma al cómodo ambiente de la
rutinización? Ojalá que no. La mayoría de
Carisma versus rutinización
los programas de Medicina Paliativa aún no
Se ha sugerido que cualquier sociedad al- han alcanzado la meta de una atención total-
terna entre la rutinización a que la lleva la mente personalizada. Para que la Medicina
burocracia y el carisma que irrumpe como Paliativa continúe desarrollándose es nece-
un fenómeno recurrente. En este contexto, sario mantener una tensión creativa entre el
carisma se refiere a la habilidad de indivi- carisma y la rutinización. De otro modo, el
duos excepcionales de actuar como catali- movimiento de los hospicios de finales del
zadores de cambio social; es el reconoci- siglo XX acabará degenerando en un tran-
miento del impacto que puede tener la per- quilo monumento que descansa precariamen-
sonalidad en la producción de innovaciones te sobre los laureles marchitos, como ha ocu-
radicales en las instituciones y en las creen- rrido con tantos otros antes que él.
43
Medicina Paliativa: Filosofía y Consideraciones Éticas - R. Twycross
Disminución Aumento
Sentirse devaluado Sentirse valorado
Abandono y aislamiento: Relaciones significativas:
“conspiración del silencio” recuerdos
“no hay nada más que hacer” humor
Falta de orientación/ metas Metas realistas
Dolor y disconfort no controlados Alivio del dolor y síntomas
44
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
Dimensión Necesidad
Física Alivio de los síntomas
Psicológica
Seguridad Sentimiento de seguridad
Comprensión Explicación de los síntomas y la
enfermedad: oportunidad para
conversar sobre el proceso de morir
Autoestima Participación en la toma de
decisiones, particularmente
cuando aumenta la dependencia
física de otros; oportunidades
para dar y recibir
Social
Aceptación Actitudes no condenatorias de los
profesionales, independientemente
de su ánimo, sociabilidad y
apariencia
Pertenencia Sentirse necesitado y conectado;
no ser una carga
Desprendimiento Oportunidad para despedirse de
aquellas personas o cosas de las
que se está apegado; amarrar los
“cabos sueltos” en materia de
familia y negocios; traspasar
la responsabilidad a otros
Espiritual
Amor Expresiones de afecto; contacto
humano, por ejemplo, tacto
Reconciliación Oportunidad de sanar las
relaciones heridas y de buscar
el perdón
Autovaloración Conocimiento de que uno es
querido y valorado
Sentido Sentimiento de que la propia
vida aún tiene un sentido y
orientación
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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
51
El Final de la Vida: Situaciones Clínicas y Cuestionamientos Éticos - G. de Simone
mas concretos de estos individuos enfermos. final de la vida, proponemos simplemente una
Teniendo a la mano múltiples recursos téc- visita a cualquier hospital o centro asistencial,
nicos para sostener o reemplazar las funcio- escenario donde tradicionalmente se desarro-
nes vitales, la medicina positiva no sabe sin lla la acción médica. Sin embargo, estas esce-
embargo hasta cuándo deben prolongarse nas no se contraponen con la existencia real
esos artificios ni qué cuidados mínimos de- de muchas otras situaciones de agonía que
ben mantenerse, sea cual fuere el estado pa- ocurren fuera del ámbito sanitario institucio-
tológico del enfermo. Si este modelo positi- nal (en los hogares, en las calles...) donde vi-
vista está en revisión es porque se ve forza- ven (y mueren) personas en condiciones muy
do a reconocer que el arsenal técnico dispo- variadas de asistencia, las más de las veces
nible no garantiza el éxito del acto médico. carentes de cuidados mínimos de confort.
Es aquí donde los pacientes murientes nos
sirven otra vez como piedra de toque: el co-
1. El paciente
nocimiento experto sobre una determinada
entidad nosológica no alcanza para compren- El mundo en que se mueven los “sanos” no
der a la totalidad de la persona que enferma, es el mismo que internamente experimentan
sufre y muere. los pacientes en situaciones críticas. A ellos la
Las enfermedades terminales nos mueven muerte se les aparece amenazante y ante su
hoy a la reflexión, porque las controversias inminencia, diversos temores comienzan a aflo-
desatadas respecto de qué tratamientos corres- rar. Esos miedos a veces son negados intelec-
ponde implementar para combatirlas no se han tualmente pero de todas formas representan un
resuelto todavía. Las últimas décadas han sido papel activo que debe ser identificado y com-
pródigas en propuestas —alejadas de la más prendido por el equipo tratante. La negación
pura tradición hipocrática— que pretenden jus- que temporariamente suelen ejercer los pacien-
tificar el cese de cuidados y aun alentar abier- tes no debe inducir una negación similar al
tamente la eliminación sistemática de perso- equipo tratante, pues muchas veces los pacien-
nas moribundas. En contraposición con ellos y tes no solicitan información sobre su estado y
acicateados por planteos extremos, un número esto no significa despreocupación sino un te-
creciente de estudiosos ha reformulado en cla- mor por lo que se les pueda llegar a decir. En
ve bioética la antigua ética del cuidado y del otros casos, el miedo es aceptado, convirtién-
acompañamiento al muriente (7). Este movi- dose en angustia, tristeza o depresión.
miento se manifiesta a favor de una evalua- Los moribundos se enfrentan con un pro-
ción moral de las técnicas en uso, y puede ser ceso concreto de deterioro físico y psíquico
interpretado como cambio fundamental en la que los pone en condición real de morir;
actitud general frente a las ciencias y como un mientras que nosotros sabemos de la muerte
componente normativo de la decisión política. en tercera persona, por el solo hecho de ha-
Compartimos este camino de búsqueda ber visto morir a los demás. Ellos se avienen
de mejores aplicaciones para los progresos a lo desconocido, sin certeza de lo que suce-
técnicos en beneficio de toda la sociedad, derá después. Esta aprensión se conjuga con
tomando en consideración aspectos no me- un temor al sufrimiento, que con frecuencia
ramente instrumentales y económicos, sino involucra la pérdida de la imagen corporal
también sociales, culturales y filosóficos. (8). Tales miedos gozan de cierta generali-
dad y se entrelazan con las características es-
pecíficas de cada persona en particular: en
Cuidados paliativos: la escena resumen, se presentan siempre asociados a
Para identificar a las diferentes personas una persona concreta, en sus condiciones so-
involucradas en la situación del cuidado en el ciales, religiosas, culturales, etc.
52
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
Los pacientes —en forma más o menos el advenimiento de una de las líneas de ac-
manifiesta— demuestran miedo ante el apa- ción privilegiadas en el campo de los cuida-
gamiento de su personalidad, detestan ser una dos terminales: el control de los síntomas.
carga para los demás, se muestran recelosos Con este nombre se denomina a un con-
con una medicación que suponen los torna- junto de estrategias que permite el alivio del
rá dependientes, sufren por no poder com- dolor en más del ochenta por ciento de los
pletar una tarea, temen por el futuro de su enfermos, tanto como el control adecuado de
familia y por el funcionamiento de su hogar otros síntomas discapacitantes. La estrategia
cuando ellos ya no estén. Ayudarlos a global para el control de los síntomas abarca,
verbalizar esas molestias, inducirlos al diá- genéricamente, una secuencia de etapas: eva-
logo, disipar sus aprensiones frente a los luación de las causas y las características de
métodos terapéuticos que se implementan y, cada síntoma, explicación simple tanto al pa-
ante todo, compartir sus sensaciones, es la ciente como a sus familiares, implementación
manera en que el equipo tratante colabora de métodos terapéuticos farmacológicos y no
con ellos para facilitarles una aceptación y farmacológicos, monitoreo de la prescripción.
adaptación apropiada. Estas recomendaciones generales no deben
El dolor es también un ingrediente del descuidar la atención a los detalles que facili-
mundo humano. A través de él el hombre se ten el alivio sintomático para cada enfermo
interroga sobre el sentido de su existencia y en particular (10).
sobre el paso del tiempo, buscando con de- La educación en temas de alivio del do-
sesperación un orden en el universo y aquella lor y control de síntomas debe realizarse tanto
fórmula que rige sus transformaciones. Pero a nivel del público en general, como de los
es el muriente el que establece en forma muy pacientes y sus familiares. En el ámbito pro-
especial su relación con el mundo de modo fesional, esta educación es crucial tanto en
doloroso, rechazando uno a uno los cambios el pregrado como a nivel de la atención pri-
externos a que se encuentra sometido porque maria y la educación de los diferentes espe-
los interpreta como una amenaza a su integri- cialistas y expertos (11). “La calidad de vida
dad. Se conjuga el dolor de causa orgánica y y el confort en el final de la vida pueden ser
corporal, con el sufrimiento psíquico y social. considerablemente mejorados con la imple-
Y éstos son apenas una parte de la crisis de mentación de una cantidad relativamente
sentido que se abate sobre él, comprometien- pequeña de recursos: sólo se requiere la vo-
do su existencia como un todo. A esta noción luntad de lograrlo” (12).
de dolor y sufrimiento, Saunders C. le otorga La comunicación con la persona enferma
el nombre de dolor total, y son muchos los en etapa incurable es uno de los problemas
especialistas en medicina paliativa que reco- cotidianos que aparecen para quienes lo acom-
gen tal concepto (8-9). pañan, incluyendo a los familiares, amigos,
Hasta hace pocos años, los médicos no vecinos... y a los profesionales tratantes. Si
contaban con normativas claras que en una época se polarizó el cuestionamiento
tipificaran la escalera analgésica que corres- entre informar o no informar la verdad sobre
pondía aplicar con los murientes. Era tradi- la gravedad de la situación, hoy es posible ac-
ción medicar lo menos posible porque se re- ceder a la experiencia acumulada y los cono-
conocía de antemano la inutilidad final de cimientos adquiridos para fundamentar pos-
ese esfuerzo. Frecuentemente se recurría a turas y argumentar racionalmente. En primer
la sedación del paciente para acallar su do- lugar, la mayoría de los enfermos murientes
lor, obnubilando la conciencia de un enfer- (y en especial los cancerosos y sidosos) ya
mo que ya se tornaba molesto hasta para su conocen o al menos presienten su diagnósti-
propia familia. Estas confusiones demoraron co y su pronóstico (13-14). También sabemos
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El Final de la Vida: Situaciones Clínicas y Cuestionamientos Éticos - G. de Simone
hoy que el prejuicio sobre la aparición de de- suelen sorprender (y a veces molestar) a sus
presión severa o intentos suicidas en quienes familiares, amigos y también al equipo tra-
son informados sobre su situación carece de tante. La importancia que atribuía al desem-
sustento, mientras que la llamada “conspira- peño de su papel en el mundo se troca en
ción de silencio” que se traduce con frecuen- confusión; aparece enojado ante los demás;
cia en un pacto para no informar al paciente, sus silencios prolongados son interpretados
sellado entre el profesional y la familia sin el como hirientes... Podrá incluso desafiar al
consentimiento de aquel, trae más problemas poder médico faltando a las consultas, alte-
que beneficios (15-16). rando horarios establecidos para tomar la
Consideramos que el problema real no re- medicación, difiriendo el inicio de tratamien-
side en informar o dejar de informar el diag- tos o comportándose agresivamente con el
nóstico a los pacientes que corren un riesgo solo objeto de preservar su autoimagen.
de muerte cercana, sino en quién debe comu- El comportamiento de los enfermos con
nicar la noticia, de qué manera y en qué mo- pronóstico de muerte no es homogéneo: cada
mento. Más que un dilema ético, el problema persona imprime un sello personal a su do-
cotidiano suele ser técnico: referido a la habi- lencia. Algunos comparten cierta visión fi-
lidad para comunicar (17-18). La comunica- losófica, otros profesan una religión, los de-
ción debe girar alrededor de la voluntad del más mantienen una determinada conducta
paciente, y toda información ser orientada a frente a la existencia. También están quie-
satisfacer una demanda de acuerdo con los nes se rebelan contra su destino y no claudi-
intereses propios del afectado. Exceder ese can en ningún momento, mientras otros se
límite es tan nocivo como no considerarlo en abandonan en brazos de la muerte sin pre-
absoluto y contentarse con dar explicaciones sentar batalla. Tal diversidad no impide que,
detalladas sólo cuando una intervención encontrándose en situación de morir, expe-
mutilante debe ser justificada, o cuando se rimenten un sentimiento de pérdida irrepa-
teme una acción legal. Si se quiere conocer rable. Se desencadena entonces un reperto-
qué es lo que el paciente en verdad desea sa- rio de reacciones o de procesos psíquicos que
ber, no hay más remedio que escucharlo con diferentes investigadores analizaron y
atención, renunciando a toda otra actividad tipificaron (21-22).
que no sea observar, recibir sus preocupacio- Los profesionales de la salud debemos
nes, intercalar alguna pregunta con el objeto identificar y comprender estas reacciones y
de manifestarle interés. Estas entrevistas facilitar, para cada persona, una mejor adap-
semidirigidas son un aprendizaje de la escu- tación psíquica y social. Responder al enojo
cha y demostrarán su utilidad en el momento con enojo, juzgar peyorativamente un com-
de ir comunicando pérdidas parciales, de re- portamiento determinado, alentar expectati-
petir una y otra vez informaciones difíciles vas irrealistas, son ejemplos cotidianos de
de asimilar, de brindar sin subterfugios un iatrogenia en la asistencia de pacientes con
diagnóstico claro y sencillo, siempre que el enfermedad terminal.
paciente lo requiera. En forma verbal o
gestual, paciente, familiar y profesional irán
compartiendo niveles de información en un 2. Los familiares
proceso gradual y progresivo, que por momen- La enfermedad terminal afecta no sólo al
tos requiere la explicación verbal y en otros individuo enfermo sino también a los miem-
debe privilegiar el silencio, la mirada o el apre- bros de su familia. La proximidad de las rela-
tón de manos (19-20). ciones afectivas hace que la aparición o la pre-
La persona gravemente enferma presen- sencia de una enfermedad crónica la trastorne
ta habitualmente emociones y conductas que indefectiblemente. Por otra parte, el enfermo
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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
suele sufrir tanto por la situación de sus fami- La colaboración recíproca entre el equi-
liares como por su propia enfermedad. La fa- po y la familia elimina situaciones tensas,
milia se constituye como un sistema de rela- competencias y pequeñas deslealtades. Al
ciones interpersonales que forma una unidad mismo tiempo proporciona un canal de co-
de funcionamiento, de modo tal que cualquier municación fluido y un mejor conocimiento
modificación que se introduce en una de sus de cada familiar, elementos de suma utili-
partes repercute en todas las restantes (23). dad para adaptar el caudal de información y
Una estrategia apropiada para brindar anticipar crisis. Si el hospital clásico se mues-
cuidados paliativos considera las vivencias tra aún hoy ciego ante la estructura, dinámi-
del enfermo y abarca al grupo familiar, iden- ca y patología familiar es porque el modelo
tificando sus necesidades, problemas y re- operativo consagrado resulta reduccionista.
cursos, buscando el consenso. Suele apare- Los cuidados paliativos incorporan a la
cer una sutil ambivalencia en la relación en- familia como unidad mínima de tratamien-
tre los profesionales y la familia del pacien- to, extendiendo la atención al período de
te, más marcada cuando el mismo está hos- duelo. Una medicina de tercer grado o
pitalizado. Bajo los pretextos de la eficien- posventiva, destinada a rehabilitar las rela-
cia y del reglamento se cierra el paso a la ciones interpersonales una vez que el daño
participación activa de los allegados: zonas ya se ha producido, aparece como un desa-
reservadas, horarios estrictos, falta de fío a los programas sociosanitarios (25).
privacidad, comodidad insuficiente, comu-
nicación escueta en los pasillos... Pero eno-
3. El equipo de salud
jo y reproches cuando un familiar no está
presente en el momento mismo en que el pro- La escena de la asistencia en el final de la
fesional desea entregarle una receta. vida se completa cuando médicos, enferme-
La familia que atraviesa un trance de esta ras y otros profesionales de la salud nos con-
naturaleza no se conforma con el “déjelo en frontamos con los pacientes murientes y sus
nuestras manos”. Ni aun sabiendo que se hará familias. A partir de ese momento vemos su-
“todo lo posible” se resignarán a asumir un cederse análisis y estudios sin medida, demo-
papel secundario en una obra que los recla- ras en la toma de decisiones, cambios frenéti-
ma como actores protagónicos. Y en verdad cos de un especialista a otro, depresiones y
les pertenece ese derecho a estar acompa- euforias injustificadas. Solemos movernos
ñando al que muere. Diversos estudios han entre el activismo terapéutico y el abandono,
demostrado una tasa de morbimortalidad más entre la desprotección institucional y la an-
alta entre los cónyuges y familiares directos gustia existencial. Institucionalmente se tien-
que no se ocuparon ellos mismos de la aten- de a sostener que los pacientes con enferme-
ción de su pariente (24). dad en estadio terminal están excluidos de
todo cuidado, y esta premisa lleva a la imple-
La disputa entre la familia y el equipo tra-
mentación de estrategias que no responden a
tante sobre la tenencia del enfermo no per-
las necesidades concretas que presentan los
judica exclusivamente a ambas partes sino
pacientes. Todas estas actitudes son síntomas
principalmente al enfermo. Es cierto que no
que indican la detención de un proceso de cre-
puede subordinarse el interés del paciente al
cimiento interno.
de sus familiares, pero tampoco el interés de
los profesionales ni el de la medicina debe Las dificultades principales han sido re-
anteponérsele. Una lucha por el poder entre ducidas por algunos autores a tres grupos bá-
estos estratos colabora a deteriorar el bien- sicos (26). El primero reúne a aquellas que
estar y obliga a un replanteo honesto de ob- hacen difícil asumir la muerte propia como
jetivos y estrategias. fenómeno inherente a la vida; el segundo a la
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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
extirpar parte de la enfermedad. Otro espe- a los ojos, y le toma la mano. Los médicos
cialista opina que esa cirugía es un exceso estaban deliberando en la oficina; Norma
—dado lo avanzado de su tumor— y acon- había salido en busca de un teléfono público
seja el intento de colocación de un catéter de para llamar a Héctor a su trabajo.
derivación urinaria para impedir que la obs- - “Alicia: yo soy Marta, la enfermera del
trucción actual la lleve en horas o días a la equipo de Cuidados Paliativos. Sé que es-
muerte producida por insuficiencia renal. tás con mucho dolor, quizás aceptes que
Alicia no acepta ningún tratamiento. No te ayudemos para aliviarlo...” Las prime-
habla con los médicos, excepto para decirle a ras palabras de Marta hacia Alicia, pre-
uno de ellos: “Doctor, no quiero vivir más...” cedidas por el lenguaje gestual, le permi-
Un médico de la Guardia le dice a la her- tieron a la paciente, por primera vez des-
mana de Alicia: “Es mejor que la lleven a la de mucho tiempo, sentirse comprendida.
casa, no podemos hacer nada”. - “No quiero ya más operaciones, no pue-
El escenario donde transcurrió esta historia do más”. Alicia cambia su mirada y sus
real se tiñó no sólo con la dramática situación ojos están brillosos.
de la joven mujer en el final de su vida, sino - “Nadie va a hacer nada con tu cuerpo
también con la angustiante vivencia de sus fa- mientras te opongas. Me dices que no
miliares (los presentes y los ausentes) y con puedes más...”
las diferentes argumentaciones y propuestas de - “Estoy sufriendo mucho. El dolor es tre-
los profesionales inicialmente intervinientes. Se mendo... Vomito todos los remedios que
escucharon reclamos y opiniones muy diver- me habían dado. Ya no puedo hacer
sos, sustentando conocimientos científicos y nada... Hay tantos problemas...”
procedimientos técnicos tanto como cuestio-
- “Alicia: estás con mucho dolor y no duer-
namientos éticos y legales:
mes desde varias noches. Tienes vómi-
“Debiéramos llevarla a quirófano ya, hay tos, estás cansada, sientes que los proble-
una vida humana en juego”. mas son demasiados para tus fuerzas.
“Debemos convencer al marido: mánden- Podemos ayudarte a controlar tu dolor y
lo a llamar”. tus vómitos. Si lo aceptas, podemos tam-
“Si muere en quirófano, al menos lo in- bién conversar con tu familia...”
tentamos”. Alicia aceptó ser evaluada por el médico
“No podemos tenerla en casa: piense Ud. del Equipo de Cuidados Paliativos, quien con-
que hay niños”. juntamente con la enfermera Marta sopesaron
esta situación clínica de “dolor desbordante”.
“¿Para qué la traen al hospital si después
En consenso con los otros profesionales y el
no acepta la indicación del médico?”.
Comité de Ética, se estimó como necesidad
“Es inútil cualquier intento, permitamos prioritaria el alivio del dolor, propiciando ade-
que muera en paz...”. más la comunicación con el marido de Alicia.
“La eutanasia es ilegal. No nos pueden Se administró una dosis de 10 mg de morfina
pedir eso”. y 2,5 mg de haloperidol por vía subcutánea,
“¿No es conveniente solicitar la interven- para el control del dolor y de la emesis secun-
ción de un juez?”. daria al estado urémico, respectivamente.
“Debiéramos consultar al Comité de Ética”. Alicia descansó más de cuatro horas.
La enfermera se acerca a Alicia y se sien- Cuando se despertó, aliviada, se dirigió a la
ta a su lado, junto a la cama ubicada en un enfermera y, entre otros temas, le preguntó:
extremo de la sala de Guardia. Mira a Alicia “¿De qué se trata esa propuesta de un catéter
para orinar?”
57
El Final de la Vida: Situaciones Clínicas y Cuestionamientos Éticos - G. de Simone
Alicia aceptó la posibilidad de una deri- Es aquí donde aparece una dualidad: la
vación ureteral, que pudo realizarse ese mis- preservación de la vida y el alivio del sufri-
mo día exitosamente. Con los síntomas ade- miento. En el final de la vida, el alivio del
cuadamente controlados y el consentimien- sufrimiento tiene aún más importancia, en
to de Héctor y Norma, regresó a su hogar la medida que la preservación de la vida se
dos días después. El trabajo coordinado de torna progresivamente imposible, irreal. Es
diferentes miembros del equipo (trabajador por ello que una estrategia terapéutica apro-
social, enfermera, médico, ministro de fe...) piada para un enfermo agudo, potencialmen-
permitió facilitar una comunicación más te recuperable, puede ser inapropiada en la
abierta entre la paciente, los familiares y los etapa terminal (28).
profesionales. La preocupación prioritaria de La identificación de una demanda por ne-
Alicia era el cuidado de los hijos, especial- cesidad significa la existencia de una argu-
mente Luis. Pudieron organizar un mejor sis- mentación verdadera que pide ser satisfecha
tema de cuidados, adaptando las posibilida- de un modo inequívoco. La bioética se ocu-
des y los recursos psicosociales. pa de los pedidos de satisfacción de todo
El equipo continuó asistiendo a Alicia en aquello que impide a alguien ser libre de juz-
su domicilio hasta su muerte, acaecida dos gar preferencias y ejercer la voluntad para
meses después, por obstrucción intestinal. En convertirse en responsable. Es menester di-
los últimos días, Alicia y su familia decidie- ferenciar este criterio de necesidad de aquél
ron permanecer en el hogar. Los síntomas que se fundamenta en el deseo: mientras la
estaban controlados, pese al progresivo de- necesidad busca el bienestar en la realidad y
terioro en sus fuerzas físicas. Los niños en- se satisface cuando alcanza un objetivo rea-
contraron la posibilidad de manifestarse en lista y limitado, el deseo busca el bien abso-
sus sentimientos y fantasías, y Héctor pudo luto en fantasías inconscientes, no tiene ob-
—con la ayuda de todos— enfrentar la si- jeto real de satisfacción ni límites a su de-
tuación asumiendo sus responsabilidades de manda (29). La insatisfacción justificable de
esposo y padre de familia. la necesidad conduce a la persistencia de la
En encuentros posteriores con Héctor y demanda ética o al conflicto, mientras que
los niños no aparecieron signos de alarma la insatisfacción del deseo y su conflicto in-
durante la etapa inicial del duelo. Se facili- consciente no son materia de la ética sino de
tó orientación especializada para el trata- la cura psicológica. De esta forma, será in-
miento de los adolescentes con conducta fructuoso pretender una normativa ética para
adictiva, a través de un centro comunitario la resolución de aquellos conflictos psíqui-
de salud distrital. cos, así como será deshumanizante la des-
atención de las emociones y manifestacio-
nes psíquicas de los pacientes, sus familia-
Algunas reflexiones éticas res y los profesionales de la salud, que re-
La Bioética está orientada a resolver con quieren un abordaje apropiado en el contex-
rectitud y mediante el entendimiento los to psicológico.
problemas morales de toda demanda por ne- Los cuatro principios éticos cardinales de
cesidad en el cuidado de la vida (27). Este Beauchamp y Childress deben ser aplicados
objetivo implica reconocer que la ética de sobre un criterio de fondo de respeto por la
los cuidados paliativos es aquélla de las vida, pero también de aceptación de la inevi-
ciencias médicas en general, aunque es pre- tabilidad última de la muerte. En el proceso
ciso identificar cuáles son las necesidades de toma de decisiones en el final de la vida
específicas que surgen en el contexto del se involucran tres dicotomías que deben ser
final de la vida. consideradas en una forma balanceada (30):
58
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
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El Final de la Vida: Situaciones Clínicas y Cuestionamientos Éticos - G. de Simone
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Cuidados Paliativos en el Domicilio - H. Fornells
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Cuidados Paliativos en el Domicilio - H. Fornells
interioricemos de la situación clínica del pa- una hoja para evaluación psicológica, una
ciente. En nuestra experiencia son muy po- hoja para evaluación nutricional, una hoja
cas las veces que se requiere la intervención para evaluación kinesiológica y una hoja
de servicios de emergencia. Esto probable- de enfermería (además de la evaluación,
mente ocurre porque actuamos de manera asienta allí el personal de enfermería los
proactiva, anticipándonos a los potenciales medicamentos utilizados para el control
problemas, y a la educación que se realiza interno y de la obra social). En próximas
con el paciente y la familia. historias clínicas incorporaremos una sec-
ción para el minimental test (evaluación
cognitiva).
Elementos necesarios para la
atención domiciliaria
Utilidad de la internación
Dentro de la valija, que permanece en el
domicilio y al cual tienen acceso los profe-
domiciliaria: análisis realizado en
sionales encargados del cuidado del paciente 1998 en Rosario, Argentina (8)
y el familiar cuidador principal se encuentra: Entre 1996 y 1998, cuarenta y seis pa-
• Butterfly nº 21, 23 y 25 (estos dos últi- cientes con cáncer en fase terminal fueron
mos para medicación o hidratación sub- atendidos por el equipo de S.I.D. Esta po-
cutánea). blación no representa el total de pacientes
• Jeringas de diferentes tamaños, para car- atendidos durante ese período, sino el grupo
gar y aplicar medicación (algunas veces que pudo ingresar a este sistema organizado
se dejan preparadas dosis de medicamen- porque lo autorizó su obra social.
tos que aplicará el familiar). Al momento de realizar este estudio, cua-
• Ampollas de agua destilada y solución fi- renta y un pacientes habían ya fallecido y
siológica para diluir medicación. cinco estaban vivos. Entre los fallecidos,
veintiocho (68,3%) lo hicieron en domici-
• Solución fisiológica y Dextrosa al 5%
lio, mientras que trece (31,7%) murieron in-
(para comenzar una hidratación si es ne-
ternados en el sanatorio. El motivo que lle-
cesario).
vó a estos pacientes a la internación fue la
• Perfuss nº 1 (para conectar el sachet de mayoría de las veces el colapso familiar por
hidratación al butterfly). agotamiento psicofísico y, en menor medi-
• Material para esterilizar piel (gasas y so- da, la dificultad en el control de síntomas. El
luciones antisépticas). número promedio de síntomas por paciente
• Medicamentos inyectables que pueden al momento del ingreso al servicio fue 10,5
realizarse por vía subcutánea (cl. Morfi- con un rango de 6 a 13 síntomas. Los más
na del 1 al 4% en frascos multidosis, frecuentes fueron: Astenia (92%), Anorexia
dexametasona, diclofenac, ketorolac, l- (88%), Dolor (78%), Disnea (65%), Depre-
hioscina, metoclopramida, haloperidol sión (61%), Náuseas y vómitos (58%). Tan-
fenobarbital, clorpromazina). to la frecuencia como el número de sínto-
mas concuerda con lo descripto por otros
• Historia clínica. Con todos los datos del
autores en pacientes en fase terminal de en-
paciente y hojas de evolución donde los
fermedad oncológica. El promedio de llama-
profesionales asientan la evaluación y la
das por paciente a un servicio de emergen-
práctica que se le realiza al paciente. Pre-
cias fue de 2,8, con un rango de 0 a 8 llama-
senta una hoja para evaluación periódica
das. El promedio de visitas realizadas por
de síntomas adaptada del ESAS
semana por parte del médico fue de 3,1 visi-
(Edmonton Symptom Assesment System),
tas, con un rango de 2 a 9 visitas.
70
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
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Cuidados Paliativos en el Domicilio - H. Fornells
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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
ciente al sacerdote, pero puede sugerir cuán del familiar. Muchas veces, algún familiar
útil podría ser contactarse con él si es que considera que han visto suficiente y ya no
ya no lo ha hecho. pueden tolerar más preguntas y no pueden
aceptar más sufrimiento. Nos ocuparemos de
sus necesidades, pero sedar al paciente sólo
c) Tratar al paciente por consideración a
por deseo del familiar, es incorrecto.
los familiares
Hay pocas ocasiones en las cuales el
e) Mantener la vida a cualquier costo
médico encuentra que hará algún tratamien-
to al paciente, más para beneficio de los La Medicina Paliativa se focaliza más en
familiares que del propio paciente. Se rea- calidad que en cantidad de vida. Cuando una
lizará el tratamiento si éste no implica un terapia sólo prolongará una agonía sin me-
daño al paciente. Algunos ejemplos pueden jorar la calidad de vida (hidratación
ilustrar esta situación. El paciente que está intravenosa, nutrición parenteral, respiración
agonizando, inconsciente y tiene abundan- asistida) del paciente terminalmente enfer-
tes secreciones bronquiales, que están pro- mo, ésta será inaceptable, aun cuando la so-
duciendo una “muerte ruidosa”. Si bien el licite el familiar. Ya ha sido demostrado que
paciente no tiene conciencia de la situación, muchas veces en domicilio es más difícil para
ésta es vista por los familiares como asfixia los familiares aceptar la realidad que para el
o dificultad respiratoria. No es desacertado paciente mismo. Algunos médicos no fami-
realizar una hioscina subcutánea para dis- liarizados con medicina paliativa se sentirán
minuir las secreciones bronquiales y con- más cómodos con tratamientos activos, aun-
fortar a los parientes. En un paciente con que no se hayan planteado cuál es el objeti-
diagnóstico reciente de cáncer de pulmón vo final. El profesional experto en cuidados
con múltiples metástasis cerebrales, que paliativos deberá explicar a los familiares y
presenta convulsiones frecuentes y morirá a otros colegas que ciertos tratamientos son
en pocos días, no es inaceptable realizar un inadecuados en este estadio de la enferme-
tratamiento con corticoides, con el objeto dad. No se realizará determinada terapia in-
de mejorar los síntomas temporariamente y justificada. Eso no significa que se abando-
que viva unas semanas más, ya que los fa- nará al paciente. Al contrario, se le seguirá
miliares no están aún preparados para la cuidando adecuadamente hasta el final.
muerte inminente, y así podrán disfrutar los
últimos días con él.
Futuro de los cuidados paliativos
No es aceptable prescribir una mayor domiciliarios en América Latina y el
dosis de analgésicos a un paciente conscien-
Caribe
te, porque los familiares refieren que presenta
más dolor de lo que realmente él relata que Hasta tanto no existan políticas sanitarias
tiene. Diversos estudios han demostrado que adecuadas en nuestros países, la atención
los familiares perciben mayor nivel de dolor domiciliaria dependerá de esfuerzos indivi-
y ansiedad que la que realmente manifiesta duales regionales. Actualmente, se emplean
el paciente. recursos financieros en una gran mayoría en
terapias curativas y métodos de diagnóstico
altamente sofisticados. En general, los pro-
d) Sedación del paciente a pedido de los
fesionales de la salud y el sistema sanitario
familiares (11)
vigente están preparados para tratamientos
Si el paciente no desea mayor sedación agudos y es vista o vivida como un fracaso
es éticamente incorrecto realizarla a pedido la enfermedad incurable y progresiva. En
73
Cuidados Paliativos en el Domicilio - H. Fornells
oncología, por ejemplo, se estima que en sos económicos y que actuar en Cuidados
países en vías de desarrollo se curarán me- Paliativos se transforme en un trabajo ínte-
nos del 30% de los pacientes con cáncer. Sin gro y que satisfaga las necesidades de los
embargo, los medios económicos se vuelcan profesionales dedicados exclusivamente a
casi en exclusividad para financiar tratamien- esta tarea.
tos oncológicos activos, como quimiotera-
pia y en muy pocos casos se reconocen los
Conclusión
tratamientos paliativos, especialmente aque-
llos realizados en el domicilio del paciente. Es posible realizar Cuidados Paliativos en
La buena noticia es que cada vez es más Domicilio, idealmente con un equipo
firme el aumento de profesionales involucra- multiprofesional de trabajo que tenga la ca-
dos en Cuidados Paliativos, es mayor el nú- pacidad de ocuparse de todas las áreas de la
mero de personas que solicitan atención pa- persona enferma: somática, psicológica, so-
liativa especializada cuando “ya no hay nada cial y espiritual. Es necesario también incluir
más que hacer” y se va incrementando el a la familia del paciente en el cuidado domi-
número de cursos de pre y post-grado de ciliario. Los principios de la ética: beneficen-
Medicina Paliativa. Muchas regiones o ciu- cia, no maleficencia, autonomía, justicia y
dades de nuestros países ya cuentan con lí- equidad, están presentes en forma continua
deres expertos en esta área. cuando trabajamos con pacientes terminales,
sin omitir nunca el respeto por las personas y
Tal vez un paso que nos cuesta dar es
sus creencias, junto a una comunicación ho-
“promocionar” los Cuidados Paliativos en la
nesta y adecuada. Siempre debemos recordar
población general. Hacerlos conocidos a tra-
que aún en la era de la medicina moderna y
vés de los diferentes medios de difusión
en tiempos del postmodernismo sigue vigen-
masiva es una cuestión necesaria, igual que
te el viejo adagio: Curar algunas veces, ali-
tratar de terminar con la práctica no científi-
viar a menudo, acompañar siempre.
ca y muchas veces deshumanizada de trata-
miento de pacientes terminales, y procurar
enrolar en Cuidados Paliativos a profesio- Referencias
nales acreditados, solidarios y empáticos con 1. World Health Organization. Cancer Pain
el sufrimiento. Relief and Palliative Care. Geneva: WHO;
El único objetivo de un buen Cuidado 1990. (Technical Report Series 804).
Paliativo debe ser mantener la mejor cali- 2. World Health Organization. Recomendations
dad de vida posible para el paciente y su on implementing National Cancer Control
familia. Justamente el espacio donde ellos Programmes. Geneva: WHO; 1992.
eligen estar es su domicilio. Es su lugar, es 3. Townsend J, Frank AO, Fermont D, Dyer S,
donde mejor se desempeñan, es allí donde Karran O, Walgrove A, Piper M, et al. Termi-
se relacionan con los suyos, mantienen sus nal cancer care and patients preference for
roles y quieren vivir. Y porque quieren vi- place of death: a prospective study. British
vir dignamente hasta el fin, es a su domici- Medical Journal 1990; 301: 415-417.
lio donde debemos trasladarnos para asis- 4. Spiller J, Alexander D. Domiciliary care: a
tirlos, acompañarlos. Ya muchos profesio- comparison of views of terminally ill patients
nales hemos aceptado la invitación. Es ne- and their family caregivers. Palliative Medi-
cine 1993; 7: 109-15.
cesario que se sumen más personas a este
nuevo desafío. Es imprescindible que en los 5. Twycross RG. Care of the terminally ill
patient.[editorial] International School for
países de América Latina y el Caribe haya
Cancer Care 1993; Sept.
una redistribución más lógica de los recur-
74
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
Resumen Resumo
Se describe el marco en que los cuidados Apresentam-se situações de aplicação dos
paliativos deben manejar los diferentes pro- cuidados paliativos em circunstâncias que
blemas que los pacientes y las familias pue- pacientes e familiares devam enfrentar no
den tener al final de la vida. La sedación es final da vida. A sedação é uma conduta
una maniobra terapéutica utilizada con cierta terapêutica com frequência utilizada em
frecuencia en cuidados paliativos, que sin em- métodos paliativos e que poderá eventual-
bargo presentan el riesgo de conculcar algu- mente transgredir alguns princípios éticos.
nos principios éticos. Desde nuestro punto de Em nosso ponto de vista, a prática da sedação
vista, los principios de beneficencia y auto- pode afetar especialmente os princípios da
nomía son posiblemente los principios éticos beneficência e da autonomia. O presente
mayormente afectados cuando se considera trabalho propõe medidas que visam evitar
la sedación. Se discuten algunos de los as- eventuais transgressões éticas e oferece
pectos para prevenir la conculcación de los sugestões para as tomadas de decisões.
principios éticos, asimismo se proporcionan
algunas sugerencias para ayudar en la toma
de decisiones.
PALABRAS-CLAVE: Sedación, Cuida-
dos Paliativos, Bioética.
79
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
81
Sedación en Cuidados Paliativos: Reflexiones Éticas - J. Porta
Los cuidados paliativos no tienen otra fi- nitiva, es decir, de una acción que producirá
nalidad que proporcionar la mejor calidad de la pérdida de la conciencia del paciente y
vida a los pacientes en situación terminal además de forma irreversible, este es el caso
hasta que llegue la muerte, afrontándola des- de una sedación profunda y continua. La rea-
de la visión del hombre multidimensional e lidad clínica es diferente, la sedación admite
intentando cubrir todos aquellos aspectos matices, puede ser una sedación profunda o
somáticos, psíquicos y transcendentes de la superficial, continuada o intermitente.
persona. Pero como cualquier avance, tam- Los datos de que se dispone sólo hacen
bién ha generado sus propios dilemas. referencia a una sedación profunda y conti-
El uso de la sedación como estrategia te- nuada que, de acuerdo con Barbero y Camell
rapéutica proporciona elementos para la re- (3), el mayor grado de discusión ética se es-
flexión ética, debido a que puede conculcar tablece con este tipo de sedación, debido
algunos principios. Este trabajo tiene la pre- posiblemente a que la muerte puede verse
tensión de reflexionar sobre tal hecho, par- acelerada en un paciente tan frágil.
tiendo de la descripción de aquellos conoci- Esta sedación profunda y continuada se
mientos médicos disponibles en la actualidad, definió como “sedación terminal”, la cual
el análisis de la toma de decisiones en cuida- hemos definido como: “La administración
dos paliativos y observar cómo pueden verse deliberada de fármacos para producir una dis-
afectados los principios éticos, especialmen- minución suficientemente profunda y
te el de autonomía y beneficencia. previsiblemente irreversible de la conciencia
en un paciente cuya muerte se prevé próxi-
El trasfondo clínico ma, con la intención de aliviar un sufrimiento
físico y/o psicológico inalcanzable con otras
La palabra sedación procede del latín medidas y con el consentimiento explícito,
sedare que significa calmar, aliviar. El implícito o delegado del paciente” (4). Esta
Diccionari Enciclopèdic de Medicina (1) de- definición incorpora algunos puntos clave que
fine sedación como “la acción producida por es necesario considerar a la hora de la toma
los sedantes”, y a estos como “sustancias que de decisiones sobre la sedación, tales como:
disminuyen la sensación de dolor, o más la voluntariedad (maniobra deliberada) de la
exactamente, la excitación del sistema ner- acción de sedar por parte del equipo, el con-
vioso central. La acción sedante de muchos sentimiento del paciente y el no disponer de
medicamentos está relacionada con sus cua- otras posibilidades terapéuticas (alivio inal-
lidades analgésicas, tranquilizantes e hipnó- canzable, síntoma refractario).
ticas, y el tipo de acción que se alcanza de-
La frecuencia en que la sedación ha esta-
pende de la dosis suministrada”.
do indicada como estrategia terapéutica varía
En cuidados paliativos, la sedación se ha de unos autores a otros, oscilando entre el 16%
definido como “la administración de fármacos y el 52% (ver tabla I), pero considerando glo-
psicoactivos, generalmente neurolépticos o balmente las series publicadas se puede pro-
benzodiazepinas, con la intención de controlar mediar en un 20% de los pacientes.
algunos síntomas físicos, psicológicos o pro-
Las causas que más frecuentemente lle-
ducir la pérdida de la conciencia en ciertas si-
van a los equipos a la sedación del paciente
tuaciones dramáticas, así como también el dor-
son la disnea, el dolor y el delirio (ver tabla
mir al paciente, sin su conocimiento y/o con-
II). La mirada fría de las cifras indica la gran
sentimiento” (2).
variabilidad según la muestra estudiada y
La sedación frecuentemente y a nivel posiblemente se puedan relacionar fácilmen-
popular tiene la connotación de acción defi- te con las posibilidades y limitaciones de
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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
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Sedación en Cuidados Paliativos: Reflexiones Éticas - J. Porta
sea profunda o superficialmente, según sea el cae sobre si el beneficiario será el paciente.
procedimiento a seguir, o el caso del paciente En este punto hay un área de conflicto, a mi
psiquiátrico con un estado de excitación y an- modo de ver, ya que uno de los principios de
gustia que puede dañar a alguien o a sí mis- los cuidados paliativos dice que la unidad
mo. Seguramente en las situaciones anterio- de tratamiento es el paciente y la familia (7).
res la razón nos indica que no utilizar los Este enunciado da igual prioridad a la fami-
medios farmacológicos disponibles sería con- lia y al paciente, de acuerdo con Randall y
culcar el principio de beneficencia. Downie (8).
¿Qué ocurre en cuidados paliativos? ¿Qué El equipo siempre ha de tener en la men-
hace que todo se vea diferente? Cuando el te el beneficio del paciente e intentar que los
paciente puede sufrir los mismos problemas, intereses legítimos de la familia sean escu-
una disnea o un estado de angustia extrema chados y atendidos. Esto incluye que los
que no responde al tratamiento habitual. Una equipos han de esforzarse en recordar que
posible respuesta recae en dos puntos bási- un punto esencial de los cuidados paliativos
cos: la intencionalidad y el resultado. es mantener y preservar la dignidad y auto-
La intencionalidad, en los casos de los nomía del paciente, es decir, que se ha de
pacientes quirúrgicos, en estado crítico o dar al paciente la información necesaria para
psiquiátrico, en la práctica habitual queda que pueda tomar sus propias decisiones. No
bien definida a priori, evitar el mal. En estos hemos de ser deshonestos con los pacientes
casos, el sufrimiento del paciente. Más allá con tal de facilitar a los familiares una deci-
de cualquier ejercicio de la autonomía del sión difícil. En el caso de que el paciente no
paciente, ¿quién querría ser intervenido sin pudiese expresar su voluntad, lo cual no es
anestesia, a lo vivo? ¿Consentiría un ciruja- infrecuente, el equipo ha de velar por el be-
no llevar un paciente a un desbridamiento neficio del enfermo incorporando en los ele-
de una gangrena o a una laparotomía sin ase- mentos de decisión aquellas aportaciones que
gurar la confortabilidad del paciente some- desde la familia se puedan hacer sobre los
tiéndolo a una sedación más o menos pro- valores y deseos del paciente. También es
funda, aparte de otras consideraciones frecuente que la familia no se encuentre en
anestésicas? Seguro que no. ¿Qué familia condiciones emocionales o de conocimien-
consentiría en que un enfermo no estuviese to para tomar una decisión importante. En
sedado antes de afrontar los procedimientos este caso sería claramente maleficente hacia
mencionados? Ninguna. la familia forzarla a tomar una decisión para
la cual su grado de autonomía se halla tan
En cuidados paliativos la duda recae en
limitado. Es responsabilidad del equipo to-
que la intencionalidad sea, precisamente, no
mar esta determinación y no pasarla a una
maleficente. Que aquello buscado no sea el
familia atenazada por el dolor y la incerti-
bien del paciente. Por tanto, una primera
dumbre.
cuestión ineludible recae en responder a
quién se beneficia cuando se plantea la se- Respecto al resultado de la sedación, en
dación. ¿Es una huida hacia adelante del el contexto del paciente terminal, es altamen-
equipo? ¿Es la petición de un paciente o de te probable que sea la muerte. Este resulta-
una familia que no ha tenido la oportunidad do, por ser altamente previsible, es un punto
de contar con suficiente apoyo ante la pérdi- de conflicto, ya que a menudo se piensa que
da? Por tanto, una primera dimensión que no hay mayor mal que la muerte y es preciso
hay que explorar es si la omisión de la seda- evitarla. Siguiendo los ejemplos del pacien-
ción es maleficente, es decir, que la inten- te quirúrgico, crítico o psiquiátrico, pero es-
ción está en evitar el mal y, la segunda, re- pecialmente el del paciente crítico, la muer-
te no es un futuro improbable, más bien es
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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
una expectativa factible que un paciente gra- nes son tanto a nivel del saber científico (his-
ve, sedado y en una unidad de cuidados in- toria natural de la enfermedad u opciones
tensivos pueda fallecer. En este caso la se- terapéuticas, disponibilidad de recursos),
dación no se plantea como algo relacionado como a nivel social (valores, creencias, en-
con la muerte del paciente, a pesar de su es- torno, entre otros). La integración de todo es
tado crítico y que la sedación y la intubación lo que ayudará a que la decisión final de ac-
también tienen sus efectos secundarios. ción u omisión sea éticamente consistente.
Si bien en el caso del paciente crítico la
muerte es una posibilidad no lejana consi- Conclusiones
derando su situación clínica, en el paciente
terminal la muerte es una certeza, porque su En definitiva, la sedación hay que consi-
enfermedad también le ha llevado a una si- derarla una maniobra más dentro del reperto-
tuación “crítica”. rio de los cuidados paliativos, pero atendien-
do su impacto sobre el paciente y, ante el ries-
No quisiera hacer juego de palabras, pero
go de conculcar diversos principios éticos, su
sí analizar un aspecto importante sobre la
utilización ha de ser claramente razonada, dis-
responsabilidad de los resultados. Hay ac-
cutida y plasmada. Existe el riesgo de ser
ciones u omisiones sobre los cuales pode-
maleficente, no ser beneficente con el paciente
mos ser moralmente responsables respecto
y desatender su autonomía. Estos serían los
a los resultados, sería el caso de administrar
valores en juego que es preciso respetar, por-
un veneno a una persona sana con el fin de
que de otra manera la sedación es una manio-
producirle la muerte. De la acción de dar el
bra éticamente inaceptable.
veneno se deriva inevitablemente y
causalmente la muerte de la persona. En el Nos atreveríamos a sugerir algunos pun-
caso del paciente terminal, la muerte no de- tos guía que pueden ser de ayuda a la hora
pende de nuestras acciones u omisiones, la de analizar éticamente la sedación:
muerte llegará inexorablemente. Los múlti- • Establecer un diagnóstico correcto.
ples factores involucrados en la muerte de • Sopesar los riesgos y los beneficios
los pacientes terminales son difíciles de va- (maleficencia/beneficencia).
lorar, hay excesivos parámetros a tener en • Asegurarse que la sedación es la única
cuenta para que se pueda declarar que una maniobra posible.
acción u omisión ha sido la causa de la muer-
te. En el supuesto que una acción como la • Obrar siempre en beneficio del paciente, ba-
sedación, bien indicada, se señale como cau- sándonos en el conocimiento (previo o ac-
sa de la muerte, sería falso, porque la muerte tual) de sus valores y objetivos (autonomía).
hubiese llegado igual y además con mayor En el enfermo no autónomo, recoger la
sufrimiento. Estaríamos hablando del doble información que nos puedan dar sobre los
efecto o de una valoración riesgo/beneficio. valores y objetivos del paciente, pero no
Donde somos moralmente responsables sobrecargar ni forzar a la familia a una
no es en el resultado (la muerte) sino en el toma de decisiones.
proceso que nos ha llevado a tomar la deci- • Discutir con el equipo la toma de decisio-
sión (la sedación) (6). Es en este proceso de nes y dejarlo escrito en la historia clínica.
toma de decisiones que el tener en cuenta • La sedación es un procedimiento que hay
todos los elementos en juego hará que una que tener en cuenta dentro del armamen-
decisión sea éticamente buena o mala. Los tarum, pero no se ha de establecer como
elementos para una buena toma de decisio- rutina.
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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1
Paulina Taboada R.
Resumen Resumo
Partiendo de una reflexión sobre los sig- Partindo de uma reflexão sobre os dife-
nificados divergentes que se atribuyen hoy rentes significados dados ao assim chamado
al llamado “derecho a morir con dignidad”, “direito a morrer com dignidade”, o presente
el trabajo analiza la respuesta que ofrece la trabalho analisa a proposta oferecida pela
Medicina Paliativa al debate sobre el final Medicina Paliativa no debate sobre o final da
de la vida humana. Luego de revisar las es- vida. Após revisar as estratégias disponíveis
tadísticas actualmente disponibles en Holan- na Holanda, primeiro país à despenalizar a
da —primer país en despenalizar la eutana- eutanásia, a autora expõe a proposta oferecida
sia—, la autora expone la solución que ha pela Medicina Paliativa. Para compreender
dado la Medicina Paliativa a la problemáti- adequadamente a tese é fundamental enten-
ca de la “muerte digna”. Para comprender der o processo de morrer como um “evento
adecuadamente esta respuesta, es necesario da vida humana”. Nesse contexto, a autora
entender el acto de morir como un “acto hu- indica cinco princípios morais que considera
mano”. En ese contexto, la autora menciona essenciais para conceber a dimensão ética do
cinco principios morales que considera es- morrer, quais sejam: o princípio da veracidade,
pecialmente relevantes para resguardar la da proporcionalidade terapêutica, do duplo
dimensión ética del morir. Ellos son: el prin- efeito, da prevenção e do não abandono. O
cipio de veracidad, de proporcionalidad te- trabalho conclui com uma proposta de
rapéutica, del doble efecto, de prevención y mudança do atual paradigma médico que pri-
de no-abandono. El trabajo concluye con una vilegia a medicina dominada pela lógica do
invitación a cambiar el actual paradigma “imperativo tecnológico” para um modelo de
médico, pasando de una medicina domina- “medicina personalista”.
da por la lógica del “imperativo tecnológi-
co” hacia una “medicina personalista”.
PALABRAS-CLAVE: Muerte digna;
Derecho a una muerte digna; Muerte y mo-
ribundos; Atención a moribundos; Enfermo
terminal; Final de la vida; Medicina Paliati-
va; Obstinación terapéutica; Eutanasia; Ac-
titudes sociales ante la muerte; Bioética.
i
El presente trabajo es fruto de un proyecto de in-
vestigación interdisciplinario que contó con el fi-
nanciamiento de la Dirección de Investigación y
Posgrado de la P. Universidad Católica de Chile
(DIPUC). Proyecto 98-II/16 CE: “El derecho a morir
con dignidad y el concepto de muerte digna”.
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lado, aunque el dolor intratable sí es conside- El morir como un “acto humano” v (4)
rado como una condición justificante, el mis-
De acuerdo con la tradición judeo-cris-
mo informe pone en evidencia que —en opi-
tiana, el derecho a morir con dignidad es
nión de los médicos tratantes— en el 17% de
las solicitudes de eutanasia aún había alterna- parte constitutiva del derecho a la vidavi. Sa-
tivas terapéuticas paliativas que ofrecer a los bemos que esta tradición rechaza recurrir a
pacientes pero éstos las rechazaron. En otras la eutanasia y al suicidio asistido. Ello im-
palabras, no se podía hablar con propiedad de plica que el significado que se atribuye al
dolor intratable en esos casos. De hecho, la ra- concepto “morir con dignidad” se distingue
zón más importante que tuvo el 35% de los radicalmente del propuesto por los defenso-
médicos para rechazar solicitudes de eutana- res de la eutanasia. En efecto, lo que aquí se
sia fue su opinión personal de que el sufrimiento entiende por “derecho a una muerte digna”
del paciente no era intolerable. es el derecho a vivir (humanamente) la pro-
pia muerte. Esta afirmación lleva implícita
Las estadísticas actualmente disponibles en
la idea que ante la inevitabilidad de la muer-
Holanda (2) muestran que después de una pri-
te cabría un cierto ejercicio de nuestra liber-
mera etapa en la que el respeto por la autono-
tad. La muerte no podría ser considerada
mía del paciente se considera una condición
como un fenómeno meramente pasivo, que
justificante para acabar con la vida de las per-
ocurre en nosotros y frente al cual permane-
sonas que así lo solicitan, viene una segunda
cemos —por así decirlo— impotentes (“acto
etapa en la que la realización de estas prácticas
del hombre”), sino como un “acto humano”,
se extiende a situaciones en las que ya no es el
es decir, como un acto en el que nuestra li-
paciente el que las pide, sino que la iniciativa
bertad podría intervenir en alguna medida.
viene de la familia o de los mismos profesio-
nales de la salud, que consideran que se está Sin embargo, es evidente que el morir no
ante una “condición de vida no digna”. De este cae en el ámbito de nuestra libertad: inevita-
modo, en los debates médicos y jurídicos ya blemente cada uno de nosotros morirá. Por
no se discute tanto sobre el carácter lícito o ilí- tanto, en relación a nuestra propia muerte,
cito de la eutanasia, sino más bien sobre su lo único que podría estar sujeto a la libertad
mayor o menor conveniencia en casos concre- es la actitud que adoptemos ante ella. En este
tos, sobre las normas que deberían regular su sentido, la descripción de los diferentes ti-
aplicación y sobre su mayor o menor acepta- pos de reacciones emocionales observadas
ción social y política, poniendo en evidencia por la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross
la conveniencia de evaluar la eutanasia en tér- (5) en los pacientes moribundos resulta
minos de un cálculo costo/beneficio. Así, fren-
te a una vida sufriente, terceros deciden dar v
Hago referencia aquí a la clásica distinción entre
muerte a una persona como la solución que ella “actos de hombre” y “actos humanos”, distinción
misma habría elegido. De este modo, la reali- que pertenece a la tradición ética aristotélico-
zación de la eutanasia ya no se justifica por tomista. En este contexto, la expresión “acto huma-
referencia a la autonomía del paciente, sino que no” designa aquellos actos en los que interviene la
libertad de la persona y que, por lo tanto, son objeto
pasa a ser considerada como un acto virtuoso, de estudio de la ética. Los llamados “actos del hom-
como afirma Sgreccia (3). Estas evidencias bre”, aunque ocurren en la persona, no están suje-
empíricas plantean la necesidad de reflexionar tos al influjo de la libertad y no caen en el campo de
sobre lo que constituye la dignidad de la per- estudio de la ética (ej. procesos fisiológicos,
sona humana, especialmente en relación con automatismos psicomotores, etc.) Para un análisis
más detallado de esta distinción cf. Wojtyla (4).
el sufrimiento y la muerte, dos realidades que vi
Este concepto se encuentra expresado, por ejem-
parecen poner a prueba nuestra concepción del plo, en la Declaración sobre la Eutanasia (4) de la
sentido de la vida. Iglesia Católica.
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interesantevii. De acuerdo con esta observa- modo que consideran correcto. H.T.
ción, no siempre es fácil para los pacientes Engelhardt Jr.viii plantea que el recurso a la
llegar a una actitud interior de aceptación, tecnología avanzada con el propósito de
que les permita morir en paz. Por otro lado, prolongar la vida podría representar un ver-
es evidente que para comprender lo que una dadero “peligro moral”.
persona considera “morir bien”, se deben to- Con Marciano Vidal (8) proponemos que
mar en cuenta sus valores culturales y reli- la expresión “derecho a morir con dignidad”
giosos. Como ha dicho, entre otros Laín no se entienda como “una formulación de
Entralgo (6), la muerte no es primariamente un derecho, en el sentido preciso del orde-
un evento médico o científico, sino un even- namiento jurídico; más bien, tiene una refe-
to personal, cultural y religioso. Las convic- rencia al universo ético, es decir, expresa una
ciones morales y religiosas determinan lo que exigencia ética. Por otra parte, la expresión
se considere el comportamiento adecuado no se refiere directamente al ‘morir’, sino a
frente a la muerte, tanto para el que está mu- la ‘forma de morir’”. Así, en la situación del
riendo, como para los que lo atienden. ser humano muriente, el alcance de la ex-
Pero la atención de salud es hoy una ta- presión morir con dignidad supone una se-
rea cooperativa, que agrupa a personas de rie de exigencias por parte de la sociedad.
distintos orígenes culturales y religiosos. Blanco (9) señala las siguientes como las más
Podría suceder, entonces, que alguien que decisivas:
muera en un hospital, lo haga rodeado de • “Atención al moribundo con todos los
personas que tengan visiones distintas a la medios que posee actualmente la ciencia
suya de lo que significa morir bien. Ello po- médica: para aliviar su dolor y prolongar
dría llevar a que en algunos casos el equipo su vida humana;
de salud opte por recurrir a ciertos medios
• No privar al moribundo del morir en
que retarden artificialmente el momento de
cuanto “acción personal”: morir es la su-
la muerte con el fin de evitar toda duda de
prema acción del hombre;
un posible subtratamiento. Esta práctica —
conocida como “obstinación terapéutica” o • Liberar a la muerte del “ocultamiento” a
“ensañamiento terapéutico”— es rechaza- que es sometida en la sociedad actual: la
da por la mayoría de los eticistas como con- muerte es encerrada actualmente en la
traria a la dignidad de la persona. Sin em- clandestinidad;
bargo, sabemos que la medicina contempo- • Organizar un servicio hospitalario adecua-
ránea está constantemente sometida a la ten- do a fin de que la muerte sea un aconteci-
tación de considerar que es éticamente exi- miento asumido en forma conciente por
gible todo lo que es técnicamente posible, el hombre y vivido en clave comunitaria;
fenómeno que Hans Jonas (7) denominó • Favorecer la vivencia del misterio huma-
“imperativo tecnológico”. Verse envuelto en no-religioso de la muerte; la asistencia
esta corriente cultural —o en su opuesta: la religiosa cobra en tales circunstancias un
creciente aceptación de la eutanasia y el sui- relieve especial.”
cidio médicamente asistido— podría impo-
ner graves cargas morales en las personas
moribundas, no permitiéndoles morir del vii
Engelhardt. H.T., Jr. (manuscrito en vías de publi-
cación): If certain attempts to use high technology
health care involve a distortion of the moral life
vii
Las 5 fases de las reacciones emocionales descri- and the idolatry of mere physical survival, then
tas por la psiquiatra suiza E. Kübler-Ross son: 1º one would have established grods for regarding
ira, 2º negación y aislamiento, 3º pacto o negocia- some extraordinary or disproportionate care as
ción, 4º depresión y 5º aceptación. morally dangerous to the life of the Chistian”.
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cación de la verdad sea moralmente buena, se de implementar todas aquellas medidas tera-
debe prestar siempre atención al qué, cómo, péuticas que guarden una relación de debida
cuándo, cuánto, quién y a quién se debe infor- proporción entre los medios empleados y el
mar. En otras palabras, para el manejo de la resultado previsible. Aquellas intervenciones
información en Medicina Paliativa se han de en las que esta relación de proporción no se
aplicar con prudencia los cuatro principios bá- cumple se consideran desproporcionadas y no
sicos de la ética clínica: no-maleficencia, be- serían moralmente obligatorias. Por tanto, para
neficencia, autonomía y justicia, guiados por determinar si una intervención médica es o
la virtud de la prudencia. no moralmente obligatoria en un determina-
do paciente, se debe realizar un juicio de pro-
porcionalidad. La relevancia moral de este
b) Principio de proporcionalidad
juicio estriba en que sería moralmente ilícito
terapéutica
omitir aquellas intervenciones médicas que se
Aceptar que nadie está obligado a utilizar juzguen como proporcionadas; ello represen-
todas las intervenciones médicas actualmen- taría una forma de eutanasia por omisión (la
te disponibles, sino sólo aquellas que le ofre- mal llamada “eutanasia pasiva”).
cen una razonable probabilidad de beneficio Para verificar si en una determinada si-
no resulta difícil. Mayor dificultad reviste la tuación se da o no esta relación de debida
pregunta por la licitud moral de rechazar tra- proporción, es necesario confrontar el tipo
tamientos potencialmente beneficiosos, pues de terapia —su grado de dificultad, riegos,
ella nos confronta con el problema de los lí- costos y posibilidades de implementación—
mites de nuestra obligación moral respecto de con los resultados esperables. En otras pala-
la salud. En un intento por ofrecer una guía bras, algunos de los elementos que siempre
que ayude a identificar las intervenciones deberían ser tomados en cuenta a la hora de
médicas que son moralmente obligatorias y juzgar la proporcionalidad de una interven-
las que no lo son, la Iglesia Católica (19) ha ción médica, son:
propuesto la clásica distinción entre medidas
• La utilidad o inutilidad de la medida;
“ordinarias” y medidas “extraordinarias”,
doctrina que hoy se conoce como principio • Las alternativas de acción, con sus res-
de proporcionalidad terapéutica (20). Sin em- pectivos riesgos y beneficios;
bargo, la idea de una debida proporcionali- • El pronóstico con y sin la implementa-
dad en las medidas médicas no es algo propio ción de la medida;
de la Iglesia Católica. Ya en la Antigüedad • Los costos: físicos, psicológicos, mora-
greco-romana encontramos testimonios de les y económicos.
filósofos —como Platón o Aristóteles— que
Es importante destacar aquí que el jui-
enfatizaban lo inadecuados que resultan aque-
cio acerca de la proporcionalidad de una de-
llos esfuerzos médicos que sólo lograrán pro-
terminada intervención médica debe hacer-
longar los sufrimientos. Los médicos griegos
se con referencia al beneficio global de la
aprendían a reconocer aquellas situaciones en
terapia y no sólo en relación a los posibles
las que la naturaleza está de tal modo enfer-
efectos fisiológicos que ella sea capaz de
ma, que inevitablemente conlleva el término
inducir. Así, por ejemplo, no basta que un
de la vida humana. Así, para los griegos la
determinado tratamiento sea útil en térmi-
muerte no era considerada como una falla de
nos de reducir o aumentar la presión arterial
la medicina, sino como el final natural de la
o el potasio en la sangre, si estos efectos no
vida humana.
significan un beneficio real para la evolu-
El principio de proporcionalidad terapéu- ción global del paciente. En tal sentido, vale
tica sostiene que existe la obligación moral la pena tener en cuenta que en la actualidad
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formarse en una técnica más —la técnica de 9. Blanco, LG. Muerte digna: consideraciones
controlar síntomas— se mantiene fiel a la bioético-jurídicas. Buenos Aires: Ad Hoc; 1997.
concepción global del ser humano que estu- 10. Bermejo J. Apuntes de relación de ayuda. Ma-
vo en su origen. Para ello es necesario tener drid: Centro de Humanización de la Salud; 1996.
presentes aquellos principios éticos que res- 11. Bermejo J. Metodología y contenidos para
guardan la dignidad de la persona, incluso una formación en relación de ayuda. Educa-
en condiciones de extrema debilidad, como ción Médica U.C. Anales de la Facultad de
suele ser la etapa final de la vida, y que pue- Medicina de la Pontificia Universidad Cató-
den resumirse en dos actitudes fundamenta- lica de Chile 1997; 15: 27-30.
les: respeto por la dignidad de la persona y 12. Saunders C. St. Christopher’s Hospice.
aceptación de la finitud de la condición hu- Nursing Times 1967 (28 July): 988-9.
mana. Pienso que estas actitudes son hoy 13. Saunders C. A Personal Therapeutic Journey.
necesarias para transformar nuestros están- British Medical Journal 1996; 313: 274-5.
dares de atención médica, de acuerdo con lo 14. Saunders C. Foreword. In: Doyle D, Hanks
expresado por la fundadora del movimiento GWC, MacDonald N. Oxford Textbook of
de los hospices: Palliative Medicine. Oxford: Oxford
University Press; 1998.
“Tú me importas por ser tú, importas has-
15. Saunders C, Kastenbaum R. Hospice care on
ta el último momento de tu vida y hare- the international scene. New York: Springer;
mos todo lo que esté a nuestro alcance, 1997.
no sólo para ayudarte a morir en paz, sino
16. Zylicz Z, Janssens M.J. Options in Palliative
también a vivir hasta el día en que mue- Care: dealing with those who want to die.
ras” (Cicely Saunders). Bailliere’s Clinical Anaestesiology 1998; 12
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Elementos para una Antropología del Dolor: El Aporte de David Le Breton - R. Bustos
que han sufrido un accidente laboral y que placebos. Hallazgos no menos significativos
persisten con dolores más allá de la convic- cuando la evidencia empírica nos dice que
ción clínica de que no tienen nada orgánico sólo el 75% de los enfermos aquejados de
comprometido. Son “paranoias del cuerpo”, dolores intensos se alivia con morfina. La
como las definió Roa. La sospecha de un tras- eficacia simbólica nos recuerda entonces el
torno psiquiátrico acentúa en ellos la idea de carácter múltiple del dolor, que afecta al
ser víctimas de un desprecio o de una injus- hombre más allá de su pura organicidad.
ticia. Ante una medicina, heredera del dua- Estudios que demuestran lo anterior abun-
lismo cartesiano que separa radicalmente dan en la literatura médica. En pediatría es
cuerpo y hombre, este último vaga dividido conocido el efecto controlador de la apren-
por los diferentes servicios médicos sin que sión y el dolor de los niños sometidos a una
nadie lo escuche y dé respuesta a su padeci- intervención quirúrgica cuando están acom-
miento. La impotencia alimenta su sufri- pañados por sus madres, a las cuales se les
miento, el cual se transforma en un proble- ha explicado y calmado, a su vez, de su pro-
ma de identidad, signo de una buena fe puesta pia ansiedad. El placebo actúa entonces en
en duda. Hay muchos otros ejemplos en psi- el corazón del vínculo social, donde el dolor
quiatría que muestran con elocuencia que el es una caja de resonancia de significaciones
dolor está siempre presente, entreverado en personales y sociales.
los vericuetos de la historia personal. Entre Pero el dolor, desde el punto de vista
un mal de vida y un mal del cuerpo, oscila antropológico, no se agota en lo anterior.
poniendo en relación —a veces sutilmente, La rica relación entre el mal y el dolor, tan
en otras con crueldad y locura, como ocurre cara a toda conciencia religiosa en los re-
en algunos pacientes esquizofrénicos o de- latos bíblicos, ocupa parte importante del
mentes— a la carne y el espíritu. Como he- estudio de Le Breton. No debemos igno-
mos dicho, ninguna ley fisiológica puede dar rar que las culturas religiosas imponen su
enteramente cuenta del dolor, puesto que es marca en los comportamientos y valores
múltiple: garantía de una reivindicación, sus- de los individuos a la manera de un incons-
tituto de amor para paliar la ausencia, modo ciente cultural. No ocurre sólo con el cris-
de expiación, medio de presión, etc. En nu- tianismo, también con otras religiones en
merosos casos, el dolor cumple, evidente- las cuales se constatan zonas de divergen-
mente, una función de soporte de la identi- cias con el catolicismo: la reforma protes-
dad personal. Pero como también el cuerpo tante rompió, por ejemplo, la noción de un
y el dolor no escapan a la condición de cada dolor pleno de gracia y de virtud legitiman-
cosa humana, como algo construido social y do la lucha contra éste. A la inversa, los
culturalmente al interior de infinitas varie- musulmanes no se rebelan frente a la ad-
dades, el dolor del cuerpo y el sufrimiento versidad o el sufrimiento, no se confron-
del hombre no escapan a la eficacia simbóli- tan como el cristiano a la paradoja del jus-
ca del efecto placebo, como una ilustración to sufriente. El dolor como figura del mal,
evidente de que la realidad corporal se que vincula enfermedad y falta, es un cons-
enraíza en el corazón de un mundo simbóli- tante recuerdo de nuestra fragilidad huma-
co y cultural. A la evidencia de este efecto na. La modernidad no escapa a esto; el
de eficacia simbólica descrita por Marcel imaginario del sida nos recuerda en la ac-
Mauss y Claude Levy-Strauss (recordados tualidad lo mismo: que una carne sufrien-
también en la obra monográfica de Le te es una carne en falta. No en vano aque-
Breton) en las sociedades tradicionales, se llos infectados por transfusiones sanguí-
agrega la constatación de que un 35% de los neas se sienten y son percibidos como “ino-
pacientes declara encontrar alivio tomando centes”. Y es que la atribución dada por el
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